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NOTI-CÉLULA

Enero 4-10
Palabra Rhema:
“Con tremendas cosas
nos responderás Tú en
justicia” Salmo 65:5

TENGA UN AÑO PRODUCTIVO Génesis 12:1-3


Cada persona viene a este mundo con una misión, de allí la importancia de descubrir cuál es.
Como dijo Henry Ford: “Debemos saber qué es lo que tenemos que hacer, y hacerlo”.
Sin visión el pueblo perece; ella da dirección a nuestra vida. Todas las personas que han alcan-
zado éxito, por lo general han sido grandes visionarios. La visión es la idea clara de Dios revela-
da a la mente del hombre para que éste la ejecute.
Abraham tuvo la visión de que sería padre de muchas naciones; Dios le había dicho que su des-
cendencia sería tan numerosa como las estrellas del cielo y como la arena del mar; que de mul-
titud no se podría contar.
Cada una de sus acciones deben llevarlo a la conquista de su meta Cuando tenemos varios obje-
tivos ocupando nuestra concentración simultáneamente, estamos apuntando a realizar un poqui-
to de esto y otro poquito de aquello. Esto causa que nos distraigamos fácilmente haciendo que
nunca cumplamos ni conquistemos nuestras metas.
Pablo dijo: ...“una cosa hago”. Dedíquese a una sola cosa, no quiera abarcar demasiadas. Tenga
una sola meta, para que una vez alcanzada ésta se pueda consagrar a otra, pero no trabaje en varias metas al mismo
tiempo. ¡Enfóquese en una sola meta! Esto lo logrará si establece un orden de prioridades.
1- Tenga una visión clara de aquello que desea:Su visión debe ser tan clara como la imagen del televisor. Abraham se
aferró a la promesa dada por Dios y comenzó a contemplar las estrellas cada noche; eso traía a su mente las imágenes de
su descendencia. Este ejercicio alimentó su fe continuamente; a partir del momento en que las imágenes se volvieron más
nítidas y reales para él en su mente, fue más fácil confesarlas con sus labios. Aun los
mismos científicos han podido comprobar que nuestro sistema
nervioso recibe como real lo que una persona logra percibir en su mente.
Si su visión no es clara, algo anda mal en lo concerniente a su fe; posiblemente sea el temor, la duda, o algún trauma o
argumento que aún no ha sido cancelado y el adversario está usando en su contra.
2- Tiene que experimentar crecimiento:
Usted no puede dejar que el crecimiento sea fruto del azar; el crecimiento debe ser el resultado de lo que ha percibido en
su propio y
particular lugar secreto de oración, de lo que ha visto y de lo que ha llamado. Y quiero decirle que el crecimiento viene co-
mo resultado de
su fe, de su vida de oración y de su obediencia a la Palabra de Dios; no puede permitir la esterilidad ministerial, de ninguna
manera. Todos
los días tiene que crecer, pero tiene que crecer internamente, visualizando a la gente y llamándola a través de la fe; si lla-
ma, la gente vendrá. Igual con cada área de su vida, de su familia.
Si no está experimentando crecimiento, el problema está en su interior y no en Dios. “...como está escrito: Te he puesto
por padre de muchas gentes delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama
las cosas que no son, como si fuesen. Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser
padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia” (Roma-
nos 4:17-18).
3- Aprenda a escuchar la voz de Dios: Cuando escuchamos la voz de Dios todo cambia. Abra-
ham llegó a ser el padre de la fe porque supo escuchar a Dios cuando le dijo: “Vete de tu tierra y
de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación
grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te ben-
dijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Y
se fue Abram, como Jehová le dijo...” (Génesis 12:1b-4a).
El haber escuchado la voz de Dios trajo gran bendición a la vida de Abraham. Cuando usted oye lo
que el Señor está hablando tendrá una célula llena de la unción del Espíritu, tendrá la palabra jus-
ta para compartir a su congregación, sabrá discernir lo que Dios quiere hacer en medio de Su pue-
blo.
4- Visualice en su mente el cuadro de la bendición: El escritor de la carta a los hebreos dice
que la fe es la certeza de lo que se espera. Por lo tanto, Dios dará vida a aquellos cuadros que ha-
yamos logrado tener bien claros en nuestra mente; las imágenes que logramos captar con claridad
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en el mundo espiritual, son ampliadas miles de veces más en el reino natural. El
Señor nos lleva a usar el “pincel de la fe” para poder pintar todos los cuadros que
queramos. Por eso es tan importante tener el CUADERNO DE LOS SUEÑOS.
Una de las palabras que Dios ministró fuertemente en mi vida fue: “Todo lo que
quieras conquistar en el plano natural, primero lo debes conquistar en el plano es-
piritual”. Debemos entender que la fe es la convicción de lo que no se ve; por tanto
nosotros tenemos, aparte de los ojos físicos, ojos espirituales, y la Biblia dice:
“porque por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7). Pablo lo dijo de esta for-
ma: “...cosas que ojo no vio ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son
las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos la reveló a nosotros
por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1
Corintios 2:9-10). Más adelante, el mismo apóstol dice: “no mirando las cosas que
se ven sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las
que no se ven son eternas” (2 Corintios 4:18). Cuando Dios da visiones, muchas
veces éstas chocan con la lógica humana. Sabemos que toda visión dada por Dios
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siempre nos motivará al crecimiento de nuestra vida, a proteger nuestras familias y
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ó con su Líder de 12 a engrandecer Su obra. Uno de los hombre de la Biblia a quién le tocó el turno de
bendición fue Abraham, vemos que él gozó de cuatro bendiciones. Ellas también
son para usted, para su familia y para su ministerio. Abraham le creyó a Dios y le
fue contado por justicia (Romanos 4:1-3). Cuando usted creer firmemente la pro-
mesa que Dios le ha dado, su fe aumenta y hasta puede mover montañas. Abraham, durante muchos años no vio el fruto
de su promesa, las circunstancias eran adversas, pero él siguió creyendo en lo que Dios le había dicho y llegó el día en que
la cobijó en sus brazos.
Vuelva a creer y declarar todas aquellas promesas y profecías que Dios le ha dado. Éste es su turno de verlas hechas reali-
dad. El paralítico que estaba junto al estanque de Betesda (Juan 5: 1-7) dependía de aquellos que lo rodeaban para tras-
ladarse a cualquier lugar. Cuando uno no tiene fe, depende de la fe de los que están a su lado para cualquier conquista.
Pero al creerle a Jesús, este paralítico se levantó y avanzó lo que en años no había logrado. Así será con usted, lo que no
ha conquistado en años, lo hará ahora, porque este es su turno para ser bendecido.

Tómate de la mano de Dios

Estas son las peticiones de mi FAMILIA para el 2009

RESPECTO A DIOS:

FAMILIARES:

MINISTERIALES:

EN FINANZAS Y OTROS:

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