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F-814

CYBORGS: MAS QUE MAQUINAS

02

EVE LANGLAIS
SINOPSIS
Ella pensaba en sí misma como un robot, defectuoso y único entre su especie, hasta que él le
enseñó a vivir de nuevo.

F-814 existía para servir a los humanos hasta que decidieron darle fin. Un instinto de supervivencia
hace que ella luche, pero cuando logra la libertad, descubre que no puede deshacerse de las
cadenas del hábito. Todo cambia cuando llega otro androide cubierto de carne, un cyborg como él
se llama a sí mismo, que le enseña que ella es más que una máquina.

Solus odia a la humanidad, y pesar de que él nació como un ser humano imperfecto, se esfuerza
por erradicar todo rastro de ello de su persona ... hasta que conoce a F-814. Reuniéndose con el y
tocándole en su interior liberando algo dentro de él. Ahora él se sorprende anhelando cosas que
no entiende. Ella le hace anhelar... afecto.

sin embargo, Antes de que pueda aprender a amar, él debe abordar en primer lugar la tarea de
recordar a F-814 que es más que la suma de sus partes mecánicas. Pero, por supuesto, cuando se
trata de una cosa ilógica, como las emociones, no hay un plan seguro para el éxito.

Soñé que era una vez humana. Yo viví una pesadilla como un robot. Pero el amor me enseñó que
era más que una máquina.

Go metal!
PROLOGO

En mis sueños, tengo un nombre. Una casa. Una familia y amigos. Incluso puedo ver sus caras y
escuchar sus voces. Sentir sus abrazos y afecto. Tomar el sol en el calor de su amor.1

En mis sueños, soy diferente, despreocupada y feliz. Hablo cuando quiero. Siento emociones, un
torrente de ellas, y más extraño que eso, mi cuerpo está totalmente cubierto de carne rosada. Mi
pelo es largo y suelto, sedosas hebras de oro que se arremolinan alrededor de mí, aferrándose a
mis vestidos de colores brillantes.

En mis sueños, recuerdo un momento en que yo todavía sé cantar, reír y bailar.

En mis sueños, estoy viva.

Odio despertar de mi fantasía. Odio perder ese hilo a mi antigua vida, los momentos más felices.
Pero ese mundo se ha ido. Yo ya no soy esa.

La pequeña parte de mí que se acuerda está apagada cuando me despierto, como una llama
antes de la brisa. Pero no del todo olvidada, en su lugar, escondida y oculta en los oscuros
recovecos de mi mente para que no lo encuentren y me lo quiten.

Ya no soy Fiona. Yo ya no soy nadie. No es que eso tenga la capacidad de importarme más.

En mis sueños, puedo reconocer que mi existencia es una pesadilla, una de la que nunca voy a
despertarme.

En mis sueños, me olvido de que no soy humana.

1Pensamientos y recuerdos no expresados en voz alta, destacados en negrita en todo el texto.


Pero cuando me despierto, sé exactamente lo que soy. En quién me he convertido. Soy una
unidad F-814 androide, un androide trabajador sin pasado ni sentimientos.

Fuera de mis sueños, yo no soy más que una máquina, y yo existo para servir a la humanidad.
CAPITULO UNO
-”Excava más rápido, eres demasiado perezosa para ser un androide."

Las palabras del capataz la golpearon junto con su amarga saliva, de pie tan cercano a ella mientras
el látigo eléctrico bailaba a su lado. Las chispas ansiosas de su herramienta saltaron de la bobina
como desafiándola a contradecirlo, tratando de incitarla con una lamida sugerente en su boca.

Ella no respondió al cebo, no podía porque su misma programación se lo impedía.

Incluso si pudiera, contestarle no serviría de nada, algo que ella sabía por sus observaciones.
Respondiendo a las provocaciones, después de todo, eso no ayudaría a los humanos enviados para
ir a trabajar junto a ella como castigo. En realidad, sus actitudes francas tendieron a dificultarles,
las lesiones por el método de disciplina dejaban a menudo a los otros robots incapacitados, tanto
que generalmente resultaron enviados para su terminación ... porque la empresa no pagaba el
mantenimiento del peso muerto. Hablar no ayudaría a las unidades de androides defectuosos que
pensaron en cuestionar la autoridad y terminaron reprogramados. Oponerse al capataz era invitar
a mas disciplina, además de la que ya soportaba. Además, el líder de su grupo de trabajo siempre
decía las mismas cosas insultantes a pesar de la evidencia de su eficacia.

Por qué le mentía, ella no podía descifrarlo, por lo que hizo caso omiso de sus palabras, y siguió
oscilando su pico contra la pared de roca veteada. Siguió trabajando. Era más seguro de esa
manera. Junto a los otros seres mecánicos, su modelo de androide carnosa era el más susceptible
a daños. La hacía cuidadosa. Ella siempre se aseguró de que trabajaba tan rápido como los demás,
y de manera más eficaz. Mientras que los otros robots picaban la roca estriada sin preocuparse,
ella analizaba y decidía dónde golpear. Cada golpe de su elección aflojaba grandes trozos del
precioso mineral.

Sabía que daba la mejor calidad y cantidad de todos los trabajadores. No es que al gordo humano
encargado le importara. Le gustaba abusar de su autoridad. Acusarla de pereza era justo lo que le
gustaba hacer para demostrar que la controlaba.

-Y sin embargo, yo soy más fuerte que él.


Una fortaleza vinculada por su programación (“No Matarás”) y usada por los humanos que la
supervisaban ella. El capataz a menudo se burlaba de ella por eso ... (“Droide estúpido. ¿Qué vas a
hacer al respecto?”) Nada.

¡Qué lástima!.

El capataz disfrutaba probando su dominio sobre ella y sobre todos los demás. Lo hacía en cada
oportunidad que podía, la mantenía a su entera disposición, obligándola a completar las tareas
más estúpidos... (”Tráeme un café”, “Limpia mi tienda”, “Corre alrededor del hábitat cinco veces.”)

Él demostraba su dominio sobre ella todas las noches y no le importaba que ella se quedara
inmóvil e insensible bajo su cuerpo sudoroso. Ella nunca le hizo saber que encontraba repulsivo su
toque, incluso cuando él le preguntó directamente. Una laguna extraña en su programación le
permitió mentir. Y así lo hizo. La verdad no serviría de nada, o eso es lo que conjeturó su analítica
mente. Él sólo tomaría represalias de alguna otra manera.

Su diccionario interno tenía una palabra para él: SÁDICO, alguien que disfrutaba de infligir dolor y
malestar en los demás.

Le ordenaba permanecer en modo estancamiento, a veces durante días y no le importaba que su


estómago dolía por el hambre, y que ella se congelara en la noche por el frío, incapaz de regular su
temperatura. Le gustaba controlarla, y no importa qué degradación realizase él, nadie lo detendría.
ni Ella siquiera podía detenerlo. No podía hacer nada más que permitir ser utilizada a pesar de lo
que gritaban sus pensamientos rebeldes (por lo general matarlo) porque, después de todo, ella no
debía pensar.

Obviamente ella tenía un defecto en su programación. Un defecto que si se descubría podría verse
enviada en para su reprogramación o, peor aún, su desmantelamiento como le ocurría a menudo
a modelos obsoletos antiguos.

- Pero yo no soy vieja, o ¿si lo soy?

No lo sabía a ciencia cierta. Sus bancos de memoria sólo se extendían nueve meses. Doscientos
sesenta y cinco días, siete horas, treinta y un minutos para ser precisos. Antes de eso, existía sólo
un espacio en blanco. No recordaba su nacimiento en la fábrica, ni siquiera el lugar de su origen. Su
primer momento despierta se produjo aquí, en el asteroide setenta y cuatro, que forma parte de la
agrupación Eunomía, la empresa reclamó los derechos mineros y ahora extraía con determinación.

Debió de haber caído en un bucle mientras su mente giraba en sus patrones familiares y aminoró
el brazo oscilante porque un arco de chisporroteo de electricidad la picó. La espiral del látigo se
envolvió alrededor de su brazo carnoso y extrajo un grito ahogado mientras todo su cuerpo
temblaba por el paso de la corriente través de ella.

Picó, el dolor era un amigo íntimo al que abrazaba porque al menos la secuestraba, siquiera por un
momento, de la árida frialdad de su existencia. Pero esta vez, el dolor no se detuvo.

La visión de sus ojos se oscureció y sus piernas temblaron, repentinamente débiles.

¿Era este el final? ¿Finalmente el capataz Había frito su hardware? Ella nunca había reaccionado así
con el látigo en el pasado. Nunca sintió toda su energía disminuyendo mientras su sistema era
apagado. Ella se dobló y cayó de rodillas, con la audición y la vista desvaneciéndose, pero no lo
suficiente como para perder las palabras del capataz.

-”Mierda. Que alguien ponga al general en línea. Él va a querer saber acerca de esto. "

Y luego nada.

-*-*-*-

- Lucha Fiona. Lucha maldita seas. No dejes que te hagan esto!

¿Hacer qué? ¿Quién era Fiona? Y de quien era esa voz familiar qué ella oía, con su eco
desvaneciéndose mientras la interfaz de su cerebro computarizado entraba de nuevo en línea? En
medio de un reinicio del sistema, ella no pudo evitar golpear con su cara en la tierra, sus piernas
aún congeladas a los costados. Tampoco podía escupir la suciedad aferrada a sus labios,
rechinando contra sus dientes y encías.
Esperando para volver a activar su total movilidad, su procesador interno publicó un análisis sobre
su estado: el riego sanguíneo era adecuado, su corazón estaba funcionando a un nivel apropiado,
los receptores auditivos y visuales iniciando, el control de los nervios y músculos inminente. Su
diagnóstico señaló algunas ligeras magulladuras y raspones, asuntos menores que ya eran
atendidos por los nanobots en su sistema circulatorio.

Con el estado físico cerciorado, ella tomó un momento para descifrar su situación. Lo Último que
recordaba, era que el capataz la sujetó con su látigo y ella ejecutó el equivalente humano de un
desmayo. Inerte e inútil, los capataces habían llamado a algunos bots para sacarla de la mina
mientras se recuperaba.

La pesada respiración por encima (un sonido familiar, que en ese momento descubrió que odiaba
de verdad) la llevó a creer que el capataz supervisaba su actual estado deshabilitado.
Debería hacerle saber que ella no sufría ningún efecto nocivo duraderos por el castigo, excepto un
profundo ardor dentro de mí que deseaba...

Luchando con la extraña sensación en su interior, ella dudó de hacerle saber que estaba despierta.
Algo, un sentido lógico de algo que no está bien, se lo impidió.

- La descarga del látigo debe de haberme dejado aún más defectuosa que antes.

¿El capataz había notado esto? ¿Él ahora se preparaba para reprogramarla, o peor aun
desmantelar la por partes? No sería una sorpresa.

Las máquinas no importaban a él ni a nadie. Los robots eran prescindibles. Basta con mirarla a ella.
Un androide inútil, considerado inadecuado para trabajar la tierra, enviada a la parte externa de la
galaxia a trabajar hasta que sus piezas ya no pudieran ser reemplazadas. No era más que un objeto,
propiedad de la Compañía Minera Mintorium, esperando hacer lo que le decían, sin una palabra de
queja. No importa lo injusto que fuera. No importa cómo ella llegase a odiarlo. No importa lo que
ella sentía.

El cuidado, después de todo, no se suponía que era en su programación, y hasta hace un mes, justo
antes de sus ciento cuarenta segundos al sabor del látigo, no lo era. debería haber informado sobre
ella misma al equipo de alta tecnología para un análisis en profundidad. Pero eligió no hacerlo.
Ahora, un inesperado reinicio después, tras su primera perdida de conocimiento, no podía dejar de
ponderar las extrañas sensaciones y reflexiones que inundaban sus sinapsis. Si no lo supiera mejor,
pensaría que sentía emociones, lo que parecía improbable. Sin embargo, ¿de qué otra manera
explicar el caos en su mente? En primer lugar…

- Yo no quiero ser reciclada. No es justo. Él es el que me ha dañado.

El tren de pensamientos la sorprendió. el concepto de la justicia era nuevo, y no sabía de dónde


surgió. Pero una vez que se adhirió a la parte lógica de su BCI, se negó a sacudir la conexión. Ella
meditó su significado mientras yacía inerte en el suelo. Analizado su definición, aunque no podía
entender cómo se aplicaba a ella.

-Los robots no tienen derechos. ¿Por siento qué es injusta mi situación?

Ella lo pensó una y otra vez mientras el capataz la hizo rodar sobre su espalda, gruñendo y
jadeando por su peso.

En cuanto todos sus sistemas regresaron en línea, concluyó que si bien entendía la definición, no
entendía por qué se sentía de esa manera, o incluso cómo sabía que lo sentía. Los objetos
inanimados no recibieron una opción cuando se trataba de justicia, y no deberían preocuparse de
ello. Pero, de algún modo, a pesar de su estatus de máquina, había descubierto un sentido de
identidad. ¡Qué fascinante!. sin embargo, ¿qué podía hacer al respecto.?

-”Bueno, yo diría que fue un placer conocerte, pero estaría mintiendo. Aunque, te aseguro que
echaré de menos utilizar tu coño."- Las palabras crudas de su supervisor sólo sirvieron para
aumentar la sensación de quemazón que le recorría el cuerpo.

Con los pensamientos todavía procesando el concepto intrigante de la equidad, se debatía si seguir
fingiendo inconsciencia. La Programación dictó que dejara al capataz saber que aún funcionaba,
incluso si ella no quería hacerlo. Empezó a abrir los ojos para verle, estaba a horcajadas sobre ella,
una pistola apuntando a su cabeza. No era así como se producía el despido.

¿No tenía ella un conmutador como las demás unidades? ¿Y qué estaba haciendo él con un arma
de proyectiles? Aunque era necesaria cierta clase de defensa en los límites exteriores a causa de
los piratas, las pistolas con balas reales, fueron consideradas inadecuadas en los hábitats con
cúpula debido al alto riesgo de agrietamiento del escudo. Las pistolas láser eran el arma aprobada
ya que su calor abrasador podría ser absorbido por las cúpulas y hecho inofensivo.

Estuvo a punto de preguntarle qué hacía con un arma ilegal y porqué pensó que podría usarla para
ponerle fin de forma incorrecta, pero cerró su mandíbula y sus cuerdas vocales en el último
momento.

Ella no estaba programada para hablar en voz alta a menos que le hicieran una pregunta directa. Y
sin embargo... ella tuvo que luchar para no hacerlo. Para exigir qué estaba haciendo. Sólo más
pruebas de que su cableado estaba, como los técnicos llamaban, frito.

-”¿Nada que decir?"- El humano obeso se echó a reír. -”No veo por qué el general está tan
preocupado por ti. Él te ha enviado aquí como una especie de prueba, supuestamente. Me dijo
que te hiciera trabajar duro, más difícil en realidad que a los otros drones. Quería ver si te rompías,
y ahora que lo has hecho, él piensa que eres un peligro. No estoy seguro de por qué. No eres más
que una puta robot tonta, ¿no es así? Mírate, acostada ahí mirándome a pesar de saber que voy a
volarte los circuitos. Parece un puto desperdicio. Pero las órdenes son órdenes."- Bajó el arma
hasta que la apertura del cañón descansó sobre su frente.

Un tiro, disparado tan cerca, terminaría con ella. Incluso con su nanotecnología, no podría
recuperarse de una herida directa a su córtex.

-”Sería una pena matarte, sin embargo, antes de haber tenido la oportunidad de decir adiós."-
Retiró el arma y la miró de reojo. -"¿Qué dices tu, porquería patética de un bot?, ¿Qué tal un
último “hurra”?"- Con una sonrisa, él puso la pistola a su lado en el suelo y sus manos fueron a la
hebilla de su pantalón.

F-814 escudriñó en la actividad general de la cúpula que cubría todo el campo de minería,
regulando la temperatura y el aire para los seres vivos en su interior. Su naturaleza semi-opaca casi
le permitió ver las estrellas. Cómo le hubiera gustado verlas de verdad, sólo una vez, no importa lo
irracional que eso fuera. Cómo le hubiera gustado hacer un montón de cosas.

- ¿Y por qué no puedo?

¿Necesitaba permanecer inmóvil mientras el capataz la destruyera? ¿Necesitaba a morir sin


sentido? ¿Se atrevería decir que no a lo que exigían los seres humanos?
Buscando en el rostro lascivo del corpulento humano que había dejado caer sus pantalones para
revelar su pequeña herramienta de la degradación, decidió que, a pesar de toda su programación…

- Puedo decir que no.

-”No deseo ser tocada."

Las palabras, habladas en voz baja, no se registraron de inmediato en él mientras buscaba su ropa,
tratando de rasgar los broches para desnudar las glándulas mamarias con que le habían equipado,
haciéndola parecer femenina. Un desperdicio de tejido en un androide, pensó ella personalmente.

-"He dicho que no deseo ser tocada, ni tampoco deseo morir"- Se incorporó y empujó en el torso
del capataz, la fuerza de su rechazo le envió tambaleándose hacia atrás, sus palabras y su rechazo
captaron su atención. Sus ojos se abrieron como platos.

-”No puedes decir que no. Eres un robot. Harás lo que me dé la gana cuando yo te lo diga."

Una contracción nerviosa en sus labios la sorprendió.

¿Por qué quieren curvarse?

-”Soy una máquina. Una defectuosa tal vez, pero aún así no quiero morir. "

-”Bueno, eso es demasiado jodidamente malo." - replicó él, pero ella podía ver una gota de sudor
que rodaba por el lado de su cara.

¿Por qué parece ansioso?

Ella vio el destello de sus ojos cuando miró la pistola todavía en el suelo. Él me teme. El
conocimiento casi la paralizó. Él se trasladó tontamente. Un error. Ella impulsó a sí misma más
rápido que él, pateando el arma fuera de su alcance antes de enfrentarle, sus labios se tensaron.
-”He dicho que no."- Cuanto más hablaba, más determinadas salieron sus palabras. Para su
sorpresa, el capataz dio un paso atrás de ella, y luego otro.

¿Dónde estaba el macho dominante que gobernaba con un sudoroso puño de hierro? ¿Dónde
estaba el hombre que daba las órdenes y castigaba a los que no obedecían? Desde luego, no
estaba en la porquería temblorosa de pie ante ella, con su extensión de pene contraído tan
pequeño que casi había desaparecido.

-”¡Te ordeno que me obedezcas!" - gritó. Añadió una cadena de números y letras después de su
orden.

Ella ladeó la cabeza y esperó. No sintió impulso de seguir su decreto. Nada cambió en su interior.
No, eso no era cierto, la sensación de ardor que se agitaba a través de su cuerpo, se hizo más
intensa. Exigía acción. Quería... venganza. Ella dio un paso hacia adelante, flexionando los dedos.

-”He usado el código. Ahora debes someterte, maldita sea."

-”Tal vez pronunciaste mal." - Ella dio un paso hacia adelante, y luego otro.

Él se tambaleó hacia atrás, moviendo los labios mientras escupía más corrientes de números y
letras. Nada detuvo su implacable acercamiento, y finalmente se él dio cuenta cuando tropezó en
torno a sus propios pantalones caídos y aterrizó sobre su trasero. Terminó elevándose sobre él, con
la sombra envolviendo su cuerpo tembloroso.

No podía impedir que su boca siguiera curvándose este momento. Debió de ser absolutamente
una expresión aterradora porque el capataz palideció y alzó las manos a la defensiva.

-”No te voy a matar"- balbuceó. -"Te lo prometo. Deja que me vaya. No le diré al general lo que
pasó. No lo haré."

-”. No, porque he inventado mis propias órdenes."- Ella se agachó para agarrar su túnica y lo
arrastró a sus pies. -”He decidido que el único que tiene que morir eres tu."
-”No vas a salirte con la suya", - le bramó mientras sus manos arañaban inútilmente su mano de
hierro.

-”Ya lo he hecho."

En un movimiento rápido, agarró su cabeza y la retorció, el chasquido satisfactorio de la rotura del


hueso fue probablemente el mejor sonido que había oído en mucho tiempo. Finalmente en
silencio, dejó caer el saco de carne inerte al suelo. Ella lo examinó por un momento, a la espera de
algo.

¿Pero qué? ¿Castigo, tal vez?

Su procesador neural no detectó ningún tipo de represalia de cualquier punto de su programación.


No hubo orden de apagar o parar. No es que los comandos no estuvieran allí. La directriz principal
de "no matar a los humanos" era la primera y más importante de ellas. Y aún existía, simplemente
ya no funcionaba.

Qué interesante.

Por supuesto, sin ninguna repercusión por su acción letal, un nuevo dilema se presentó.

¿Qué debía hacer ahora?

El capataz era sólo uno de una docena de seres humanos en esta instalación de asteroides,
encargados de mantener la operación minera en marcha. De alguna manera ella dudaba que
permitirían su transgresión pasar. ¿Debería entregarse a ellos y demandar que arreglaran su
defecto en lugar de terminar con ella?

¿Y si ellos dijeran que lo harían y mintieran? Los humanos eran notorios por eso.
Además, ella le gustaba mucho su nueva autonomía. Mientras estaba sumida en la indecisión, oyó
un grito.
-”¡Carajo! El robot que Harry estaba golpeando lo mató. Consigue las pistolas láser."

Finalmente, una orden que ella pudiera acatar incluso si los humanos no estaban hablando con
ella. Volvió unos pasos y recogió el arma de proyectiles desde el suelo. Se sentía extraña en su
mano carnosa, el metal estaba frío y su control no era familiar, sin embargo ella la apretó y se
dirigió hacia el grupo de edificios que componían los barrios y las oficinas del personal humano.
Ella pasó por encima del cadáver del capataz justo cuando se produjo un zumbido.
El chisporroteo de la pistola láser disparada pasó cerca, demasiado cerca de la piel de su brazo. El
segundo golpe de fuego golpeó en la pierna y se detuvo. De repente se enfrentaba con varios
humanos armados, su BCI tenía sólo unos momentos para decidir cómo hacer frente a la situación.
¿Cómo calcular las mejores probabilidades de supervivencia? En cuanto un tercer disparo pasó
silbando por su oreja, lo suficientemente cerca como para dorar una capa de piel, ella levantó su
propia arma, la pistola de proyectil prohibido, y apuntó alto.

Vio la comprensión horrorizada de sus ojos un momento antes de que ella disparase varios tiros y
se quebró la cúpula que los protegía de la atmósfera fría y sin oxígeno del asteroide.

- Si tengo que morir, entonces voy a llevarme a los humanos conmigo.


CAPÍTULO DOS

-”Esto va a ninguna parte."- dijo Solus con disgusto. Los ojos de sus hermanos rastrearon sus
movimientos mientras se levantaba de la mesa del consejo para pasearse detrás de su silla.-
"Quiero ayudar a Chloe encontrar a sus hermanas, tanto como cualquier otro cyborg. Pero no
tenemos la menor idea de por dónde empezar."

-”No vamos a renunciar." - gruñó Seth. Normalmente era el más afable entre ellos, se había
tomado la búsqueda para rescatar a las mujeres cyborg escondidas como una venganza.

-”Por supuesto, no vamos a renunciar."- dijo Joe, llegando a elevarse sobre todos ellos.

Era el actual líder y el que les había llevado a la rebelión contra los humanos hace muchos años,
hablaba y los hermanos escuchaban. Incluso más ahora, desde que había regresado de su última
misión a la Tierra acoplado a la primera mujer cyborg.

Una vez se pensó que esto era imposible pero el descubrimiento de Chloe, anteriormente conocida
como unidad C791, había desatado un furor entre los cyborgs. El fuego de la venganza que habían
creído extinguido cuando finalmente escaparon de las garras militares se reavivó cuando
descubrieron que Chloe era una de las trece mujeres diseñadas con gran parte del mismo
hardware y el software de los hermanos. Eso por sí solo no era suficiente para enviar a los
hermanos, que normalmente eran bien ordenados, a una actitud alborotada... lo peor era el
conocimiento del abuso que las mujeres sufrieron, eso era lo que encendía el encuentro y sus
ánimos.

Solus recordaba bien las humillaciones que tuvo que soportar a manos de los seres humanos.
Cómo fue tratado como inferior incluso a los animales más viles. Pero, las hembras fueron tratadas
aún peor. Teniendo en cuenta su menor poder y fuerza, los militares los utilizaron en experimentos
de tortura, abusando de sus cuerpos de una forma tan degradante que Solus se sentía como el
mayor gilipollas cibernético del planeta por la forma en que inicialmente trató con Chloe.

Ella lo perdonó, pero aún tenía que perdonarse a sí mismo, que era por lo que se había ofrecido
para ser parte del equipo que fue a buscar a las otras hembras. Las mujeres que no parecían existir
de acuerdo con todas las bases de datos que habían adquirido.
-”Hagámosle frente a los hechos."- dijo, siempre la voz de la razón en una población que seguía
viviendo en el limite entre las partes de su humanidad y el caos que vino con sus emociones
despertando. -”En toda nuestra exploración, en todos los archivos que robamos y con todo el
personal militar que lo comentamos, ni una sola vez hemos escuchado la mención del proyecto
cyborg femenino."

-”Pero, obviamente, existen." - interrumpió alguien.

-”Sólo tenemos que buscar más profundamente." - añadió Seth.

-”Obviamente, pero tampoco podemos seguir ignorando las otras necesidades de nuestra
sociedad. Mientras que todos hemos estado dando vueltas en círculos en busca de pistas, hemos
sido negligentes en nuestras otras tareas." – les recordó Solus.

Einstein levantó la cabeza de su tablet, donde, como de costumbre, él trabajaba en alguna clase de
proyecto para mejorar su nivel de vida.

-”Tiene razón. Estamos casi sin metales para la fabricación. Los minerales de energía con que
funcionan nuestras máquinas también necesitan reabastecimiento. Y podríamos necesitar más
ropa y otros artículos que aún no podemos producir por nuestra cuenta."

-”Así que tenemos que enviar un equipo para una expedición de suministro."- dijo Joe, aún en pie,
con las manos detrás de su espalda. Se volvió y miró por la ventana de plexiglás, su superficie
turbia no era tan clara como verdadero cristal, pero con las tareas más importantes que tenían, era
lo mejor que podían hacer por el momento.

-”¿Qué base militar estamos golpeando esta vez? La mayoría de ellos han conseguido muchas
mejoras con la seguridad y la vigilancia."

-”Debido a que hemos hecho nuestro trabajo de hostigarlos demasiado bien." - respondió Joe
girando para enfrentarse a ellos con una sonrisa. -"Creo que es tiempo de que giremos nuestra
atención de los militares a algunas empresas privadas humanas en su lugar."
-”¿Inocentes? Pensé que no íbamos a robarle a ellos a menos que tuviéramos que hacerlo."

-”Ninguno de la humanidad es totalmente inocente. Pero, descansa tranquilo, no estoy hablando


de las colonias. Creo que es hora de que viremos nuestra atención de los militares a las grandes
corporaciones, los que tratan a sus empleados nada mejor de como los militares nos trataron.
Veamos lo que están ocultando dentro de sus instalaciones."

Solus se sentó mientras procesaba la sugerencia de su amigo.

-”¿No estamos hablando solamente de suministros verdad?"

Joe sonrió, una expresión que no alcanzó sus glaciales ojos azules.

-”Todavía me acuerdo de lo que el general Boulder nos dijo cuando lo capturamos. Los archivos de
nuestros orígenes no acaban de desaparecer. Y la creación de las hembras no fue hecha por
mandato militar. Fueron creadas por los humanos fuera del gobierno."

-”La cantidad de dinero involucrado en la reproducción y continuar ese tipo de investigación sería
enorme."- continuó Einstein, con sus ojos tomando un cariz reflexivo. -”Por no hablar de que la
tecnología en ese rastreador que me trajiste es casi un tipo de arte y ademas no está patentado.
Algunas empresas, en algún lugar, están sentadas sobre una mina de oro de cyborgs y otra
información".

-”Pero, ¿cuál de ellas está sosteniéndolo?"

La pregunta quedó en el aire, ya que se permitieron procesar las posibilidades.

-”Necesitamos más información y materiales de construcción. Así que, si he entendido el sentido


de tu lógica, crees que deberíamos unir nuestras necesidades en una doble misión
subcontratada."- concluyó Solus, ni siquiera tuvo necesidad de abrir las vías neuronales a Joe para
leer su mente.
Su amigo asintió con la cabeza.

-”Para empezar, creo que debemos golpear tres establecimientos diferentes de suministro a cargo
de compañías separadas."- explicó Joe. -"Confiscar sus existencias y descargar toda su información
disponible. En algún lugar, hay un sendero que nos conducirá a la empresa y las personas detrás
del proyecto cyborg."

-”Encontraremos a las personas que ordenaron el material para construirlos y podríamos encontrar
las respuestas a nuestra creación."

-”Y a las mujeres cyborg que faltan."

Después de eso, la reunión degeneró en la decisión de quién pertenecería a los tres grupos que
serian enviados a explorar, en que organizaciones y que localizaciones de avanzada remotas debían
golpear primero. El afortunado Solus, se quedó atascado con el bromista Seth. Einstein, quien para
su sorpresa insistió en ir... porque por lo general se requiere un corte de energía para conseguir
que saliera de su laboratorio... y Aramus siempre de mal humor. Este último todavía no había
perdonado a Chloe por dispararle en la cabeza cuando estaba bajo la influencia de programación
de los seres humanos. Joe siguió haciendo todo lo posible para mantener el par de diferencia, pero
en realidad lo que el irritable Aramus necesitaba era tiempo a solas de todos.

Después de que los cyborgs e dispersaran, Solus se acercó a Joe antes de que pudiera escapar.

-”Quiero hablar contigo."

Joe gimió.

-”¿No hemos hablado lo suficiente? Chloe me está esperando."- Una mueca torció sus labios.

-”Siempre corriendo para complacer a tu mujer. Sigues diciendo que es porque ella ha tomado tu
corazón, pero si me preguntan, creo que lo que ella tiene son tus bolas."
Él no pudo evitar burlarse porque no comprendía lo que conducía a su amigo desde que conoció a
la mujer cyborg, ya que no se trataba solo de lujuria.

El viejo Joe le habría golpeado en la cara y luchado con él hasta que el retirase sus despectivas
palabras. El nuevo Joe se echó a reír.

-”Ella las tiene, bien... y si tengo suerte, ella va a exprimirmelas mientras lame mi polla. Ya te he
dicho que deberías probarlo. El amor no es la emoción débil e insignificante que has hecho que
parezca ser."

-”Todavía tengo que ver los beneficios."

-”Lo dice el hombre que duerme solo y utiliza su puño como única compañía."-

Joe hizo un movimiento de vaivén con su mano que simulaba la masturbación… un gesto grotesco,
seguramente aprendido de Seth quien disfrutaba imitando los seres humanos y sus mejores gestos
groseros.

-”Mejor tener mi mano cuidando de mis necesidades y permanecer siendo quién soy que ser
convertido en un ser humano."

Su insulto finalmente dio resultado. Joe lo derribó, y Solus acogió con agrado la violencia.

Dio la bienvenida a cualquier cosa que le recordara a los primeros días de su liberación, cuando lo
único de lo que tenían que preocuparse era la supervivencia y no de matarse entre sí a causa de
sus emociones recién descubiertas... por ejemplo, la ira, que amenazó con abrumarles a todos
ellos.

-”Retira lo dicho." - Joe gruñó mientras golpeaba la cabeza de Solus contra el suelo.

-”Lo haré cuando dejes de comportarte como uno de ellos." - gruñó él.
Se las arregló para rodar de modo que él se sentó a horcajadas sobre Joe y le llegó el turno para
hacer rebotar su cráneo.

-”¡Joe! ¡Solus!"- la exclamación de sorpresa de Chloe hizo a ambos hacer una pausa cuando se
volvieron a mirarla.

El Disgusto agarró Solus viendo el miedo en sus ojos. Aunque a veces parecía demasiado humana,
Chloe era en realidad un cyborg, una revelación que ella no había llevado bien al principio de
descubrirlo

Añadido a los recuerdos de los abusos que ella sufrió, y pese al hecho de que a veces actuaba más
como humana que como máquina, no podía ayudarla pero ella le gustaba, e incluso sentía lástima
por lo que sufrió, eso fue... una vez que dejó de odiarla por alejar a su amigo de el.
Pero, sólo porque ella tocó algo en su interior que él prefería aplastar, eso no quería decir que no
encontrase cierta alegría burlándose de su amigo. Joe realmente parecía necesitar aprender a
separarse de vez en cuando de la hembra. No era natural pasar mucho tiempo con alguien del sexo
opuesto.

- ¿Entonces por qué lo envidio?

O al menos eso era lo que supuso que sintió cuando vio a Joe abrazando a Chloe, su cara brilló
mientras ella lo miraba. ¿Por qué se preguntó cómo se sentiría que alguien lo mirara con tanta
adoración? ¿Lo que se sentiría al tener a alguien que lo consumiera tanto que él renunciaría a todo
lo que sabía de ella?

- Nunca va a suceder.

Porque a diferencia de Joe, Solus no sentía, o, rectificó, no sentía mucho. La ira sí. Esa emoción, sin
embargo, parecía eclipsar todo lo demás. Él pensó que con su liberación sería finalmente
embotada. Pero, no lo había hecho.

Nada lo hizo, ni siquiera matar humanos. Lo mejor que podía conseguir era un helado desdén.
Y eso estaba perfectamente bien con él, o eso se dijo mientras empujaba pasando más allá de la
feliz pareja con una mirada de desagrado,
-”Conseguir una habitación."

-*-*-*-

No pasó mucho tiempo para que los cyborgs lograran organizarse y emprender su camino. La
eficiencia constituía el núcleo de su programación. Una vez en el espacio, Solus dejó que su tarea
de líder piloto y su misión lo consumieran. Era mejor eso que insistir en el anhelo insatisfecho que
seguía tratando de agarrarse a él. Hasta hace poco, se sentía contento con su vida. Disfrutaba
mucho haciendo su trabajo. Le gustaba la interacción con sus hermanos cyborg. Sin embargo,
ahora... Ahora no podía evitar sentir como si una parte de él necesitara más. Le faltaba algo en su
vida, algo que no podía definir, y no podía hacer nada al respecto.

Admitir que tenía sentimientos, anhelos inexplicables, iba en contra de sus creencias. Le hacía
sentirse defectuoso. Después de tanto tiempo de estar orgulloso de su falta de humanidad,
descubrir algunas de sus debilidades se había deslizado en él, avergonzandole. A diferencia de
algunos de los otros cyborgs, Solus no recordaba prácticamente nada de su pasado como humano.
Había averiguado su verdadero nombre, Geoffrey Klein, lo odiaba, y en su lugar optó por el
nombre Solus. Él no quería tener nada que ver con la versión pálida de sí mismo que había
descubierto en algunos archivos olvidados. Nada que ver con el humano que solía ser. Pero no
pudo detener la ola de sentimientos que parecían decididos a hundirle. Si pudiera, habría
sacrificado sus emociones como si fuera una pieza defectuosa. Einstein, sin embargo se negó a
hacerle una lobotomía. Vaya amigo que resultó ser.

Afligido y preocupado de que Joe iba a tratar de exprimir (o superar) la verdad de él, saltó sobre la
oportunidad de salir del planeta. Tenía la esperanza de utilizar su tiempo libre para reprogramarse
a sí mismo, ignorando las fluctuaciones salvajes de sus emociones, y volver a su indiferencia de
antes.

Hasta ahora no estaba funcionando. La insatisfacción perseguía todos sus movimientos.


Solus y su tripulación no se encontraron con dificultades en su viaje. Una pena, porque habría
disfrutado con un poco de ejercicio. Pero sin humanos o piratas para matar, tuvo que contentarse
con a bordo luchando con Aramus y Seth.

Tomó tres largas semanas para llegar a su destino, y Solus ya temía el viaje de regreso. Aramus y
Seth pasaban la mayor parte de ese tiempo hostigándose entre sí, así más bien como Seth era él
mismo y Aramus se quebró.
- Tal vez haremos un desvío y jugaremos con algunos soldados humanos.

Cualquier cosa para distraerlos... y volver a su desaparecida apatía contra su actual estado,
emocionalmente caótico.

Un grupo de asteroides, su destino, se alzaba por delante, y Solus se vinculó al ordenador de a


bordo a nivel neuronal multi-tarea, mientras revisaba y volvía a comprobar su trayectoria de vuelo,
en busca de pedazos sueltos de roca que podrían dañar su nave. Para su sorpresa, él no detectó
ninguna. Extraño, porque los informes archivados que habían robado de una nave de la compañía
minera Mintorium, atracada en un prostíbulo del espacio libre, afirmaron que abandonaron sus
instalaciones en este cuadrante debido a una epidemia de meteoros perdidos que cayó, dañando
la cúpula instalada para proteger a los trabajadores que trabajaban en la mina. Esas mismas rocas
errantes aparentemente inutilizaron varias naves y mataron a la tripulación en sus cápsulas de
escape.

Como podrían encontrar más beneficios en otro lugar mejor que en un cinturón de asteroides que
se negaba a cooperar, la corporación abandonó el establecimiento, y de acuerdo a los registros,
todo el equipo, incluyendo sus ordenadores y el mineral extraído antes de las catástrofes. Algo al
respecto no parecía correcto, pero Solus decidió comprobarlo porque en verdad, la idea de un
misterio o conspiración le intrigaba.

Solus guió sus naves al mayor de los asteroides, número setenta y cuatro. Aún sin ver los
fragmentos sueltos de meteoritos. ¿Quizás se habían movido? Siempre era una posibilidad, y una
que no le importaba seguir analizando. Él tenía una misión y era tan aburrida como parecía. La
cúpula, con sus grietas y huecos en la parte superior, dio luz a la evidencia sobre la veracidad de al
menos una parte de la información, era fácil de localizar y puso la nave al lado de ella, usando las
patas de abrazaderas para mantener la nave anclada a la superficie .

-”Poneos los trajes."- les ordenó girándose en su asiento para mirar a su tripulación.

-”¿Por qué? Podemos respirar el aire y regular nuestro cuerpo contra el frío."- contestó Aramus
desde donde estaba sentado manejando las armas en caso de necesidad.

-”Porque no hay ningún punto en sobrecargar nuestros sistemas cibernéticos si no hay que
hacerlo." - espetó Solus.
Su viaje de tres semanas con el hosco cyborg era suficiente para hacerle pensar en maneras de
matar a Aramus, hermano cyborg o no.

-Ӄl simplemente no quiere usarlo porque no se ven tan bien como yo en esos pantalones
apretados de piel." - engatusó Seth flexionando sus brazos. -”Por mi parte, me gustan los trajes.
Me hacen parecer como un X-man."

-”¿Estamos seguros de que él es cyborg?" - Refunfuñó Aramus. -”Creo que deberíamos probar de
nuevo. Y matarlo si resulta que en realidad es humano."

Einstein levantó la cabeza de su consola.

-”Lo siento, pero Seth es cien por ciento cibernético. Solus ya me ha tenido probandolo en tres
ocasiones. Es uno de los modelos más recientes, sin embargo, antes de que suspendieran su
producción, de ahí su mayor realista aspecto humano, lamentablemente."- la mandíbula de Seth
cayó.

-”¿Por qué creo que acabas de insultarme, Einstein?. Bien hecho, amigo. "

Einstein sonrió mientras sostenía la mano en alto para aquel "high-five" que Seth insistía en usar.
Según Seth, ellos necesitaban ponerse en contacto con su lado humano, por si alguna vez
necesitaban ir encubiertos en una misión secreta en la tierra. Solus declinó las lecciones.
No creía que pudiera durar cinco minutos en ese planeta miserable sin volverse totalmente loco y
matar a todos los humanos a la vista.

-”¿Podríais dejar de actuar como idiotas, y vestiros? Tenemos una misión, o lo habéis olvidado."- su
reprensión no atenúo la sonrisa de Seth o el ceño fruncido de Aramus. Luchó contra el impulso de
suspirar de nuevo, probablemente por enésima vez en este viaje.

-”¿Quieres que vaya o debo mantenerme en la vigilancia a bordo?" - Le preguntó Einstein, sus
dedos volando sobre el teclado.
Al parecer, mientras que su mente era capaz de realizar varias tareas, el cyborg súper inteligente
encontraba terapéutico y relajante dejar que sus dedos hicieran trabajos manuales. Solus no
entendía cómo funcionaba, pero no podía negar que Einstein obtenía resultados.

-”Quédate aquí. Si este lugar va a ser golpeado por otra piedra, quiero saberlo. "

-”Estoy en eso. Buena suerte y cuidado con los fantasmas."

Casi en la puerta del centro de mando, Solus hizo una pausa.

-”¿De qué estás hablando?"

-”Fantasmas. Espectros. Patrones de energía dejados por las formas de vida que han sufrido una
muerte violenta. ".

-”Superstición humana." - se burló.

-”Tal vez, pero no se puede negar que, de las tres últimas misiones de reconocimiento enviadas,
dos afirmaron que algo iba a por ellos antes de que sus comunicaciones fueran cortadas. Cuando
se ha localizó la nave, ningún miembro quedó a bordo. Fue como si desaparecieran en el aire."

-”¿O fueron asesinados por los piratas y arrojados al espacio?" - respondió Solus.

-”¿Por piratas que no robaron nada de ellos?" - Einstein arqueó una ceja y sonrió. -”Sólo te aviso.
Es terriblemente sospechoso, así que ten cuidado ahí fuera."

-”No te preocupes por mí. Si algo aparece para comernos o matarnos, tiraré a Seth hacia él para
mantenerlo ocupado mientras Aramus y yo escapamos. "- Eso forzó una sonrisa en el sombrío
cyborg, una sonrisa que se hizo más amplia cuanto más protestó Seth.
Mientras se vestían, Solus reflexionó brevemente el destino de las tripulaciones desaparecidas. No
le dio mucha importancia a la histeria humana. Todos los acontecimientos tienen una base lógica.
En este caso, debido a que los seres humanos no podían entender lo que pudo matarlos,
asumieron una causa sobrenatural. Solus estaba más dispuesto a creer que el universo se equivocó
al crear a los humanos. Era eso o creer en marcianitos verdes que vienen a comerse los cabrones
molestos. Y él había querido decir lo que le dijo a Einstein, les daría a Seth si era necesario… y con
mucho gusto.

Vestido con su ajustado traje negro de piel térmico y cascos de oxígeno de recirculación, sellaron la
cámara y la presurizaron antes de abrir la escotilla exterior. La falta de gravedad en la superficie
hacía que cada paso fuera un rebote, pero su entrenamiento militar le había enseñado bien, y él
utilizó los rebotes en su beneficio, alcanzando rápidamente la cúpula polvorienta. No tenia
paciencia para abrirse paso en busca de una puerta, sacó su linterna láser de su cinturón de
herramientas y estaba a punto de disparar cuando un golpecito en el hombro le hizo detenerse.

Se dio la vuelta para ver Aramus señalando a su izquierda, donde Seth subía por una abertura ya
existente. Un corte limpio también, pensó mientras lo cruzaba y veía los bordes uniformes. Alguien
que había entrado antes ya había hecho una puerta. Solus sintió un empujón en la barrera exterior
de su mente, y dejó que su escudo mental cayera.

-”¿Qué? "

-”Este lugar es espeluznante."- les dijo Seth, de mente a mente.

-”¿No me digas que realmente crees lo que dijo Einstein?"

-”No. Pero, tienes que admitir si hubiera fantasmas, este garito espeluznante sería el lugar
perfecto para ellos. "

Aramus se unió a la conversación.

-”Nosotros no tenemos la capacidad de sentir miedo y somos demasiado lógicos para creer en
fantasmas."
Solus aceptó eso. Empezó a mirar en derredor del campamento abandonado, todo intacto, el
equipo limpio y libre de polvo, las puertas de los hábitats cerradas como si todavía estuvieran en
uso.... Espera un segundo. ¿Cómo podría no haber una película de suciedad en los objetos por ahí?
Se detuvo en seco y miró más de cerca.

-”¿Qué ves?"- pidió Aramus deteniéndose a su lado.

Seth siguió su camino, dirigiéndose directamente hacia el edificio más grande que probablemente
albergaba las oficinas.

-”Es lo que no veo lo que me preocupa." - respondió Solus, porque aquello no tenía sentido.

Con la apertura abierta en la parte superior de la cúpula, la otra de ese lado y el hecho de que esta
base fue abandonada hace más de siete meses, debería haber habido polvo por todas partes.

La primera regla para los lugares abandonados era que el territorio en que residían
inmediatamente comenzaba a recuperarlo. Si había vegetación alrededor, cubría las cosas. La
humedad se hacia presente y la decadencia ocupaba todo. En un planeta rocoso, como este, había
polvo y sedimentos.

-”Hay alguien aquí todavía."

-”Imposible. Los seres humanos no podrían sobrevivir en un ambiente así."- dijo Aramus
frunciendo el ceño y miró a su alrededor.

-”¿Quién dijo que tenía que ser un ser humano?"- Él arqueó una ceja y Aramus alzó la suya propia,
sorprendido.

-”Entonces debemos proceder con mas cuidado."- Por supuesto lo harían, pero tan pronto como lo
decidieron Seth ya no estaba a la vista.
-”Seth, ¿dónde estás? Tenemos que proceder con la máxima cautela. Podría haber hostiles
alrededor."

-”Solus, amigo mio, sabía que yo te importaba. Pero realmente, ¿quién demonios podía vivir en
este lugar olvidado de Dios?. Quiero decir, eché un vistazo en las cabañas, y son bastante básicas."

-”¿Estás en uno de los hábitats? ¿Cuál?, nos uniremos a ti."

-”Nah. Me salté esos. Son aburridos como dije. En realidad estoy en la mina. Deberías ver todo el
mineral que tienen apilado aquí. Hay suficiente, tendremos que hacer varios viajes para sacarlo
todo. Pero bueno… ¿no es eso extraño?."

-”¿Qué es?"

Inclinó Solus la cabeza hacia las fauces oscuras que conduce al suelo y echó a correr, Aramus a su
lado. Ambos sacaron sus armas.

-”Una carretilla acaba de rodar hacia aquí arriba, llena de rocas. Pensé que esta instalación había
sido abandonada."

-”Lo está. ¡Fuera!. ¡Ahora! "

-”¿Ahora crees en fantasmas? En serio amigo, necesitas relajarte. Te apuesto son simplemente
algunos de sus robots mineros atrapados en un bucle."

Solus desaceleró cuando la suposición lógica de Seth se impuso. Tenía sentido. Los robots
programados para una tarea trabajarían hasta caer o hasta que alguien cambiara su programación.
Eso explicaría muchas cosas, como la falta de polvo y la carretilla de rocas.

-”¡Sal de ahí de todos modos!."


-”¿Qué es eso? ¿Has dicho algo?

Solus casi puso los ojos en una forma muy humana cuando Seth falsificó algunos ruidos de estática
en su conexión.

-”Dije que saques tu culo metálico de allí."

-”Iré… Bzzzt… Bzzzt… No podrán… Bzzzt… Bzzzt …"

Solus gruñó cuando entró pisando fuerte al interior de la mina, determinado a hacer que el
zumbido del cyborg más joven fuera real cuando lo estrangulase. Su paso pesado se convirtió en
una carrera de velocidad a la vista de decenas de robots, prolijamente apilados como leña junto a
la entrada y, entre ellos, cuerpos humanos. Antes de que pudiera gritar a Seth para que saliera, él
le escuchó hablar.

-”¡Oh mierda!, chicos no os vais a creer esto. Hay un... Oh, mierda. Esto va a doler."

Después nada.
CAPÍTULO TRES
F-814 oyó los pasos mucho antes de que la alcanzaran. Dejó su pico y recogió el arma que nunca
dejaba de su lado. ¿La empresa minera nunca dejará de enviar sus exploradores estúpidos? Ella
estaba segura de que acabó sus intentos de hacerse cargo de la instalación en su última misión, o
al menos el amplio memorándum de la galaxia que había descubierto en la oficina central del
asteroide lo indicaba.

O, tal vez no era otro empleado de la compañía en busca de ganancias. Quizás era piratas. De
cualquier manera, no importaba. Ella no tenía ningún interés en dejar que nadie entrase en su
mundo ahora pacífico. Una existencia donde hacía lo que quería, cuando quería, aburrida como
estaba. Por lo menos ahora, a pesar del tedio, ella controlaba su propio destino, y se negaba a
renunciar a esa libertad.

Apuntando el arma, ella esperó a que el humano con casco y con armadura pesada entrara en su
punto de vista. Encontraba tan divertido y confuso su incómodo equipo de supervivencia espacial
(ya que parecían robots ineficientes y torpes). ¿Por qué no se adaptan a ser más como ella?, era
capaz de filtrar varios tipos de relaciones de mezcla de aire y regular su temperatura corporal por
lo menos para sobrevivir más allá de un minuto si se expone. No le gustaba el frío, pero podía
tolerarlo, excepto por la noche, entonces subía el calor del hábitat y se acurrucaba en una gruesa
pila de mantas térmicas con una calidez previamente prohibida.

Suficiente de preguntarse sobre los humanos y su estúpido intento por conquistar el espacio. Tenía
que prepararse para la invasión inminente de un ser humano ... un humano a punto de expirar
porque, al igual que ellos, ella no tendría piedad.

Pisada. Roce. Pisada. Roce.

No había ningún intento de ocultar su llegada y ella apuntó a la apertura del túnel, dispuesta a
poner un agujero en el bulboso casco utilizado para proteger a sus frágiles creadores. Lo que ella
vio en su lugar la sorprendió lo suficiente para que su brazo se sacudiera antes de que ella
disparase y perdió la cabeza de su objetivo, golpeándolo en el hombro en su lugar.

-”Querida, ¿me has herido?" - Dijo el hombre que tenía el casco bajo el brazo y no parecía
perturbado en absoluto sangrando por el orificio que había hecho en él.
Ella había cogido la locura espacial que los humanos temían?, Porque algo acerca de esta escena
no parecía bien.

Los niveles de oxígeno eran prácticamente inexistentes en este espacio y, sin embargo, el hombre,
que parecía humano, no llevaba nada para cubrirse la cabeza. Más extraño aún, ignoraba su
herida.

¿Era real? Ella le disparó de nuevo, esta vez en el muslo, sintiendo curiosidad por ver lo que iba a
hacer. Él hizo una mueca.

-”Si digo ay, ¿vas a dejar de dispararme? No estoy aquí para hacerte daño. Yo ... "

Más ecos de pies golpeando se acercaron y ella levantó la pistola de nuevo, listo para matar al
intruso, y quien viniera a unirse a él. Para su sorpresa, se lanzó delante de ella y levantó los brazos,
gritando:

-”¡Alto! Alto el fuego. Todos vosotros."

No le importaba si él pensaba incluirla en sus órdenes, cuando dos grandes figuras irrumpieron en
la zona abierta de la caverna, ella disparó. Y no golpeó nada. El primer hombre se agachó cuando
llegaron los nuevos intrusos, moviéndose con velocidad y precisión, esquivando sus balas, no
importa lo rápido que disparaba. El hombre al que ya había disparado (en vano) saltó de su
posición y se zambulló hacia un lado. Abordó la mayor amenaza, un humanoide corpulento que
llevaba un casco que no hizo mucho para ocultar la furia en sus ojos oscuros.

Ella lo miró un nanosegundo demasiado largo y el otro invasor se abalanzó sobre ella y levantó su
arma a la cara.

Observando a lo largo del cañón, sabía que el no fallaría cuando le disparase, pero su BCI todavía
intentaba calcular una manera de salir de su dilema actual. Antes de que pudiera tratar de
retorcerse para minimizar el daño, sus ojos se agrandaron y su ritmo se desaceleró. Se detuvo a
unos pocos metros de ella y los ojos detrás de la visera la estudiaron. Su arma nunca se apartó de
su rostro, pero vaciló.
Ella no lo hizo.

Apretando el gatillo, disparó su arma, pero él se movió tan rápido que el proyectil no le alcanzó y
entonces él estaba sobre ella. Forcejeó la pistola de la mano con una facilidad que la sorprendió.
Los seres humanos no eran tan fuertes o rápidos.

-”¿Qué eres?" - Suspiró ella mientras él la agarró en una llave de candado irrompible, con las
manos colocadas para romperle el cuello.

-”Soy un cyborg", - gruñó.

Sus bancos de memoria buscaron una definición de la palabra y encontraron ... nada.

-”¿Es eso un término alíen?" - Un extraño sonido llamó su atención cuando el que ella disparó se
puso de pie, sacudiéndose la suciedad de su uniforme negro, haciendo caso omiso de las miradas
torvas del otro ser grande todavía en el suelo.

-”No cariño, no es alíen. Somos organismos cibernéticos. ".- ante su mirada en blanco, sus cejas se
levantaron. -”¿No me digas que no sabes lo que significa?"

-”Yo soy un androide. Sólo se nos dice lo que se necesita para las tareas ".

-”¿Un androide?"

Parecía a punto de decir algo más, pero el que la sostenía le gritó,

-”Suficiente. Le preguntaremos en algún lugar donde un derrumbe no sea inminente. ".

Hasta ese momento, no había registrado el estruendo siniestro a su alrededor, ni prestó atención a
la criba de polvo del techo. Una grave falta de cálculo por parte de ella dado que sabía cuán tenue
algunos de los ejes eran.
-”Tú te vienes con nosotros."

El dominio alrededor de su cuello se aflojó, y pensó por un momento en liberarse y perderse por la
red de túneles que cruzaban el asteroide. Como si hubiera leído sus pensamientos, el gruñó.

-”Yo no lo haría. Quiero respuestas, y tú vas a dármelas. "

-”¡Solus! ¿Es esa la manera de tratar a una dama? "- exclamó el tipo herido, su cara era una
máscara de shock. Sin duda reflejando su propia expresión.

-”Yo no soy una dama."

El tipo muy grande, que se quitó el casco y demostró así que también podía procesar el aire, se
burló.

-”Entonces eres justo el tipo de robot que Seth disfruta."

Al parecer, sus palabras servían como una especie de insulto porque el llamado Seth derribó al tipo
mas grande. Se recuperó rápidamente y corrió tras él como criatura de piernas ligeras, que no
parecía en absoluto obstaculizada por la lesión que ella le había hecho.

-”¿Han cogido la locura del espacio?" - Preguntó ella, sin darse cuenta de que hablaba en voz alta
hasta que el hombre que la sujetaba suspiró.

-”No. No hagas caso de ellos. Han estado encerrados en nuestra nave espacial durante mucho
tiempo y necesitan descargar un poco de vapor. "

El sonido de su voz agradó sus sentidos auditivos. Ella tuvo que recordarse a sí misma que no era
su aliado para no relajarse. Sola, con sólo el único invasor, ella volvió a analizar la situación.
Una mano la agarró del brazo de carne fuertemente y tiró de ella detrás de él mientras le espetó,

-”Ni siquiera pienses en ello. Vamos. Tengo que encontrar a esos idiotas antes de que destruyan
algo que necesitemos."

Pero F-814 ya no recibía órdenes, de nadie.

-*-*-*-

Solus sabía lo que planeaba antes de que ella lo hiciera, así que estaba listo cuando su brazo
biónico trató de romper su agarre. Lo cogió con su mano libre, impresionado por su fuerza, pero le
faltaba la habilidad necesaria para utilizarla como una ventaja. Ella fue un poco loca en ese punto y
se maravilló de su programación mientras la sujetaba.

Obviamente, ella no se entrenó en las artes marciales o en el combate de alguna clase, no con la
manera en que se agitaba inútilmente.

Cuando su zurra creció tan violenta que temió romperle el carnoso brazo, la liberó sólo para
agarrarla por la cintura con las dos manos y enrollarla en él. Él utilizó su cuerpo más grande contra
ella, envolviéndola con fuerza contra él, notando en ese momento el sonido de un latido del
corazón, sintiendo la suavidad de su cuerpo, observando cómo sus pupilas se dilataron y sus labios
se separaron mientras jadeaba. Parecía que podría haber encontrado más de lo que había buscado
en en su búsqueda de suministros.

-”¡Déjame ir!" - gritó ella. Su comportamiento tranquilo de antes desapareció mientras luchaba por
escapar de su agarre al igual que un animal presa del pánico en una trampa.

-”No. Ahora compórtate antes de que te hagas daño. Casi te rompiste el brazo tratando de
escapar .".

Ella lo miró luego cambió la mirada furiosa a su brazo no biónico.


-”Yo sería mucho más eficaz si no cargara con parafernalia humana. Me hubiera amputado y
reemplazado la extremidad con algo más práctico, pero carecía de las piezas y herramientas para
hacerlo. "

Su relación fría para su propio cuerpo le conmocionó incluso él, y más extraño, se hizo eco de
algunas de sus reflexiones durante los primeros días de su liberación. Sin embargo, él se había
criado para aceptar las limitaciones y usos de su cuerpo. Pero olvídalo. Él sostenía un misterio en
sus brazos, un misterio hecho de músculo, y ... ¿de vida?

-”¿Quién eres tu?"

Mirando hacia ella, cerca, porque ella realmente estaba próxima a su metro noventa de altura, no
pudo evitar preguntárselo ... y mirarla fijamente.

Su rostro estaba cubierto por una capa de suciedad, las únicas cosas brillantes sobre ella eran sus
ojos (brillantes, orbes marrones) y sus dientes, que brillaban blancos y rectos a pesar de la
oscuridad presionando sobre ellos.

-”Soy unidad F-814. Un androide de la minería, anteriormente propiedad del Mintorium Mining
Corporation ".

-”¿Anteriormente?" - Él arqueó una ceja ante su afirmación indiferente.

Sus labios se movieron como si no supiera qué hacer.

-”Me programaron para la terminación. Me negué. ".

-”Bien por ti."

Ella pareció sorprendida ante su aceptación. Ella aprendería muy pronto que estaba entre amigos
que compartían una historia similar.
-”¿Qué hiciste con los humanos que estaban aquí?"

Su boca llena desapareció en una línea apretada.

-”Están muertos. Yo los maté, y los que vinieron después, tratando de restablecer la mina. Te
mataré también si intentas exterminarme o reciclarme. "

-”Yo No estoy aquí para matarte."

Ella lo miró con sus ojos marrones enmarcados en pestañas negras cargados de una desconfianza
que había ganado dado su tratamiento probable en las manos humanas.

-”No te creo."

-”Si te quisiera muerta, ya estaría hecho."- dijo bruscamente, por alguna razón, se sintió insultado
porque ella pensara que era un mentiroso. -”¡Basta ya de juegos!. Vendrás conmigo y hablaremos
más en mi nave ."

La veía a punto de protestar, cuando un estruendo siniestro sacudió el suelo, un temblor que siguió
y siguió.

Manteniendo una mano sobre ella para sostenerla estable, afianzó la otra en la temblorosa pared
para mantener el equilibrio. Una nube de polvo se elevaba en el área abierta donde ambos
permanecían dentro, dejándolo momentáneamente ciego. Ella aprovechó ese momento para
liberarse, deslizándose de sus manos y escapando por uno de los túneles laterales.

-”¡Mierda!"- El improperio escapó de sus labios en una rara falta de control.

-”Solus? ¿Sigues con nosotros, amigo?"2

2Conversación wireless destacada en negrita


Seth y su jerga humana; ¿por qué no podía hablar en Inglés simple?

-”Si te refieres a si estoy herido, entonces la respuesta es no. A juzgar por el terremoto y las
nubes de polvo, sin embargo, ha habido un derrumbe algún lugar de de la red minera ."

-”Sí, sobre eso, parece que la sección del túnel que lleva al a la cueva en que estás se ha
derrumbado."

-”Entonces desenterradme."

Aramus se hizo cargo de la conversación.

-”Debemos ir a buscar el equipo y vamos a comenzar en breve, pero podría tomar un tiempo.
Puede ser que sea más eficiente en tiempo preguntar al androide si hay otra salida. "

-”No puedo en este momento. Ella de algún modo logró escapar. "- Incluso de mente a mente, el
regocijo de Seth y el desdén de Aramus, se escucharon fuerte y claro.

-”Oh hombre, Solus. Eso tiene que quemar. Derrotado por una chica. Sólo siéntate cerca
entonces. Tardaremos unas pocas horas en llegar a sacarte. "

-”Voy a por ella."

-”¿Por qué?" - Aramus se reincorporó a la discusión.

-”Porque creo que hemos encontrado una de las hermanas de Chloe."


CAPITULO CUATRO
F-814 no estaba muy segura de dónde iría, ella sólo sabía que tenía que escapar del hombre que
pensaba capturarla e interrogarla ella. Más fuerte que un humano, y obviamente algún tipo
avanzada de especie que parecía humanoide, ella encontró su mirada directa, incluso a través de
su visor, inquietante, pero no tan desconcertante como el efecto que su cercanía tuvo sobre ella
cuando él la atrajo hacia su cuerpo.

Un mal funcionamiento de algún tipo desconocido se apoderó de ella, haciendo palpitar su


corazón como si estuviera corriendo. La temperatura de su cuerpo se elevó, los pezones en sus
glándulas mamarias se estremecieron, y lo más extraño es que se mojó la entrepierna de su ropa
interior. Un amplio fallo del sistema que afectaba a más de una parte a la vez?
Tal vez incluso una infección alienígena provocada por el hombre que la manejaba como si ella solo
tuviera la fuerza de humano débil? Él colapsó todos sus circuitos en un bucle frenético.

Cuando el derrumbe le distrajo, ella aprovechó el momento, liberándose de su relajado agarre y


lanzándose en un túnel lateral, sin necesidad de su visión extrafina para guiarla a través de un
espacio que ella conocía tan bien como su propio cuerpo. O al menos su cuerpo antes de conocer
al extraño llamado Solus.

Mientras ella se deslizaba a través del laberinto de túneles y sus ojos se adaptaban para filtrar la
oscuridad, reflexionó sobre su breve conversación. Solus afirmó que él y sus compañeros eran
cyborgs ... dijo el término como si ella debiera reconocerlo.

Sin embargo, el término "organismo cibernético" no significaba nada para ella. Su falta de
conocimiento no debería haberla sorprendido.

Ella ya sabía por su colocación en el puesto minero que su diseño era defectuoso, indigna de
actualizaciones, incluso del tipo de vocabulario. Esto hizo que se preguntara, sin embargo, ¿qué
otros conocimientos le faltaban?. ¿Qué otras defectos en su programación podría llevar a su
muerte si ella no tomaba medidas para mejorarse a sí misma?

- Tal vez, debería pensar en salir y encontrar otro lugar para vivir.
Otro planeta a rondar. Pero la idea de salir del único hogar que había conocido crea una sensación
de revoloteo desagradable en el pecho.

¿Cómo lo iba a dejar? Empezar de nuevo? ¿Cómo iba a sobrevivir?

- Pero ... estoy verdaderamente sobreviviendo ahora?

Ganar su libertad, hace casi siete meses, trajo un dilema extraño a la vanguardia. A solas, sin nadie
que le diera ordenes su alrededor, sin una tarea que requiera su atención, se deslizaba sin
propósito, sin ningún propósito. Ella trató de hacer el trabajo por sí misma, enterrando los cuerpos
humanos, descartando sus objetos personales, reivindicando incluso una cabaña y una pila de
mantas por su cuenta. Ella realizó esas tareas en un solo día.

Decidida a tomar el sol en su libertad, salió de la cúpula y vio las estrellas por primera vez. Su
maravilla resplandeciente la intrigó ... durante dos días. Exploró el asteroide, recorriendolo a pie y
atravesando su longitud y anchura varias veces, en busca de qué, no lo sabía. Ella, obviamente, no
lo encontró y terminó de vuelta en la cúpula sin nada que hacer. Escuchó el comunicador en la
oficina, que exigía una actualización de estado. Ignorandolo hasta que finalmente algo hizo que las
voces se detuvieran, pero luego las naves comenzaron a llegar.

La primera aterrizó y la tomó de sorpresa, pero cuando vio las armas destinadas a ella, la decisión
de deshacerse de los humanos resultó fácil. Incluso eso la tuvo ocupada durante un tiempo
mientras ella dispuso los cuerpos colocándolos en cápsulas y expulsándolos de la nave,
observándolos volar desde la nave hacia el espacio. Ella puso la nave en piloto automático y
disfrutó del espectáculo, ya que se estrelló contra un asteroide cercano, rebotando de ese a otro.
Había esperado que la compañía perdiera interés, pero calculó mal su avaricia.

Otra nave llegó, pero esta vez ella estaba preparada, deseosa incluso de tener algo para quebrar el
aburrimiento de la libertad.

Ella trató de asustar a los humanos utilizando una estrategia de un libro con que se encontró que
hablaba de los fantasmas y el temor irracional de los humanos por ellos. Un temblor de labios
extraño le ocurrió cuando escuchó sus mensajes de pánico a los superiores en la cadena de
mando. Pero a pesar de su terror, no se iban, sólo pidieron ayuda.
Así que ella los mató, y a la tripulación después. Le daba algo que hacer. O solía hacerlo. Habían
pasado casi tres meses desde la última incursión. Se convirtió en complaciente ... y aburrida ...
hasta que llegaron estos extraños.

No podía negar una cierta emoción ante su presencia. Una ruptura en la monotonía era
bienvenida. Ellos le dieron la sorpresa en el trabajo, su regreso a las minas era la única cosa que
podía hacer para mantenerse ocupada, la familiaridad de la roca era una comodidad calmante.
Esos mismos túneles, sin embargo, enmascararon el sonido de aproximación de sus naves, que, si
hubieran sido humanos, no habría importado. Sin embargo, estos hombres, estos cyborgs, eran
demasiado grandes y confiados, no se sentían intimidados por ella, ni tampoco cayeron cuando
ella les disparó, aunque parecían sangrar.

- ¿Qué tipo de seres eran?

No estaba segura de poder descubrirlo, y lo necesitaba para obtener su mente fuera de su bucle de
meditación y prestar atención a la situación en cuestión. El macho llamado Solus y sus compañeros
deseaban interrogarla, con qué propósito no lo sabía, ni creía que fuera prudente permitirlo. Ella
podría, de ser necesario, escapar de las minas a través de otra abertura, pero mientras ocuparan el
hábitat, ella no tenía adónde ir, ademas sin tener ningún arma por haber perdido la suya en la
lucha, no había forma de matarlos. Y extrañamente, ella no estaba segura de querer hacerlo. Sin
embargo, no querer matarlos y dejarse capturar eran dos cosas diferentes. Debía permanecer
oculta por el momento. Tal vez se irían. Tomarían el mineral que de forma diligente ella había
extraído y partirían hacia lejanas estrellas y planetas.

- Me pregunto cómo es el mundo en otros lugares? - Ella probablemente nunca lo sabría.

Después de haber recorrido una distancia considerable, con la creciente oscuridad a su alrededor,
se detuvo, consciente de que había entrado en una gran caverna, con sólo tres túneles que
llevaban dentro y fuera de ella. Hundiéndose para sentarse en el suelo duro, ella mantuvo sus ojos
en el espacio negro de tono frente a ella, en busca de cualquier débil resplandor que traicionaría la
aproximación de alguien. Escuchando el sonido de pasos crujiendo el suelo de grava. Cualquier
ruido que indicaría que no estaba sola. Y sin embargo, a pesar de todas sus precauciones, ella no
recibió ninguna advertencia cuando él dijo, casi justo en su oído,

-”¿Realmente no creerías que podías escapar de mí , verdad?"


La lógica no la frenó de gritar conmocionada por su repentina cercanía. Horrorizado por el ruido, y
la reacción de ella, el le puso una mano sobre su boca. Solus, cuya voz reconoció incluso sin su
casco, se rió entre dientes.

-”Yo no sabía que los androides podrían asustarse."

-”No podemos." - contestó ella, dándose cuenta sólo tardíamente de la imprecisión de su


respuesta.

-”Interesante. Tendré que recordar eso. Tengo que decir que pensé que ibas a ser más difícil de
rastrear. "

-”¿Qué me delató?"

-”Caminas ruidosamente, y te olvidaste de regular tanto la respiración como el ritmo cardíaco."

-”No puedes oír eso. Ningún puede humano. "

-”Pero, como he dicho antes, soy un cyborg, no del todo humano."

-”Pareces uno de los seres humanos" - lo acusó.

-”Una desafortunada repercusión de nuestra creación, te lo aseguro." - comentó secamente, sin


hacer ningún intento de enmascarar el sonido de él sentándose a su lado. -”Pero eres tu quien
debe hablar. Aparte del brazo, tu pareces igual que yo. "

-”¿Una creación? ¿ tu especie no nació?" - No es que le importara. -”Estoy segura de que si yo no


hubiera tenido algún defecto, mis tareas diarias habrían implicado algo más apropiado para la
forma que me dieron, sin embargo, algo de mí estaba defectuoso y me enviaron aquí a trabajar. Sé
que mi carne me convierte en una opción poco probable para la minería. Hay momentos en que el
polvo era particularmente espeso, tanto que yo envidiaba a las demás máquinas y sus suaves
caparazones."
-”He tenido esa misma envidia a veces cuando estaba cubierto con el sudor y la sangre de la
batalla. Pero, de nuevo, una concha de metal duro difícilmente sería capaz de disfrutar de las
mismas sensaciones que la piel."

¡Qué extraña observación y qué conversación tan extraña!.

-”Todavía tengo que encontrar algo que me haga disfrutar de mi piel."

-”Entonces todavía tienes mucho que experimentar." - murmuró él contra su oreja.

El espíritu de sus palabras revoloteó sobre su lóbulo causando un escalofrío involuntario. Ella no
dijo nada con su respuesta. ¿Cómo podría cuando ella ahora se preguntaba qué tipo de cosas se
sentirían bien en su piel?

-”¿Así que te diseñaron como un androide trabajador. ¿Te acuerdas de dónde vienes? "

Hizo la pregunta con un aire casual, pero el hombro apoyado contra ella parecía tenso, como si su
respuesta fuera algo importante. ¿Qué quería de ella? Hacía preguntas en lugar de tratar de
hacerle daño. Actuaba tan amable, que no se fiaba, pero al mismo tiempo, eso la ponía a gusto y
ella se encontró respondiéndole.

-”Yo fui enviada aquí directamente de la producción, mientras todavía estaba inactiva. Mi primer
inicio del sistema fue en la oficina de la compañía para la entrada a la mina. Nunca he conocido a
ningún otro sitio."

-”Nunca has visto la Tierra?" - Él parecía incrédulo.

Eso la molestaba.

-”No. ¿Y que importancia tendría si la hubiese visto? “


-”¿Nunca te has preguntado sobre tu origen?"

¡Qué extraño que él supiera hacerle una pregunta que ella se preguntó cientos de veces!.

-”No. Los robots no se preocupan por esas cosas. "- que humano por su parte era poder mentir.

Una vez más se echó a reír como si su respuesta le divirtiera.

-”No te importa y sin embargo suenas ofendida. Eres intrigante, para ser un androide. Tu nombre,
creo que era F-814, ¿correcto? "

-” Hmmm"- Un peso de significado en un sonido sencillo y sin embargo no podía descifrarlo del
todo. -”Entonces, F-814, si yo dijera el nombre de Chloe, ¿significaría algo para ti?"

-”No."

-”C-791."

Por un momento, un par de ojos verdes apareció en su mente, orbes llenos de profunda tristeza.
Ellos se alejaron un instante después.

-”No. ¿Por qué me haces todas estas preguntas? ¿Qué quieres de mí? ¿Has venido enviado por la
empresa? ¿Has venido a despedirme por órdenes del general? "

Las manos agarraron sus brazos y aunque la oscuridad hacía sus rasgos indistinguibles, ella podía
ver un brillo en sus ojos, unos ojos que la miraban con atención.

-”¿Qué general? ¿Qué sabes de él? ¿Estás hablando del general Boulder? "

- ¿Por qué ese nombre me suena familiar?.


-”No sé nada de ningún general. Nada de nada, excepto un general sin nombre es el que ordenó mi
despido. Pero no has respondido a mis preguntas? Quién eres tú y qué es lo que quieres? "

-”Soy Solus, un cyborg liberado y voy a salvarte. "

Tardó un momento en darse cuenta del extraño sonido que provenía de ella.

-”¿Por qué te ríes?" - Le preguntó.

-”Estoy completamente seria."- El sonido se cortó.-”Yo no tengo la capacidad de reír."

-”Que se lo digan al ruido que estabas haciendo un segundo antes."

-”No puedo hablar con ruidos."- Ella le oyó suspirar.

-”Lo siento. Me olvido de lo poco que sabes todavía. "

-”Sé lo suficiente."- respondió ella.

-”No es verdad. ¿Y si tuviera que decirte que no eres un androide en absoluto? "

¿No soy un androide ?

-”Imposible. Estoy programada para trabajar para los seres humanos y te aseguro que a pesar de
mi exterior carnoso soy una máquina. "

-”Oh, eres mucho más que una máquina, F-814. Eres una cyborg, y yo voy a llevarte a casa."
-*-*-*-

Cuanto ella parecía más decidido a aferrarse a su identidad androide , más quería Solus arrancarle
esa idea. Le enfureció al oírla hablar de sí misma, como si no importara. Como si ella no fuera más
que la suma de sus partes metálicas.

Sin embargo, era evidente que recuperó parte de su conocimiento o de lo contrario nunca se
habría rebelado. Nunca hubiera demostrado el animo y el fuego para tratar de escapar o palabras
intercambiar con él. Pero, ¿cómo hacerle entender que decía la verdad? Porque a pesar de lo que
ella pensaba, Solus estaba noventa y nueve por ciento seguro de que F-814 era una de las mujeres
cyborg que faltan.

Los androides simplemente no eran tan reales. Sus respuestas, aunque hechas con voces
humanas, surgían poco naturales independientemente de su programación y no eran capaces de
pensamientos independiente.

-”Yo no soy un cyborg. Soy una mezcla de carne y piezas. Un androide."

Se puso de pie y se habría alejado pero él fue más rápido, saltando sobre sus pies y poniendo sus
manos sobre sus brazos, deteniéndola.

-”Los cyborgs son lo que sucede cuando los seres humanos se fusionan a una persona conviviendo
con una máquina."

-”Imposible."

-”Es la verdad. Los androides no llevan carne real. Los cyborgs lo hacen. Los androides no piensan
por sí mismos. Los cyborgs lo hacen. Los androides no pueden sentir."- Él se inclinó, cautivado por
sus ojos marrones que lo miraban sin pestañear. -”Los cyborgs pueden sentir. Y cuidar. Y odiar. Y
algunos incluso amar. "- No podía creer que él dijera esa última parte.

Ella bufó, sonando como una confirmación, mientras elegía las palabras para negarlo.
-”Obviamente soy un modelo avanzado, incluso con todos mis defectos.”

Solus gruñó con frustración.

-”Mujer obstinada. ¿Qué tengo que hacer para demostrarle que tengo razón?"- Sintió más que vio
su encogimiento de hombros en la penumbra.

-”No entiendo tu necesidad de convertirme en algo que no soy."

-”¿Y si yo pudiera presentarte la prueba?"

-”¿Qué quieres mostrarme?"

-”Cuando salgamos de aquí, que si mis compañeros no se retrasan, debería ser dentro de las
próximas horas, entonces te llevaré a nuestra nave y te daré todas las respuestas a tus preguntas."

-”¿Por qué esperar tanto tiempo cuando podemos estar en tu nave en una hora?

-”Sabes de otra salida?"

El blanco de sus dientes destelleo mientras sonreía.

-”Por supuesto. Sígueme."

Giró y avanzó sin error en las tinieblas.

Solus, con su vista limitada por la falta de iluminación, se obsequió la vista con sus nalgas bien
formadas encerradas en los pantalones de lona gruesa. él sólo perseguía sus pasos, nunca dejando
que ella conseguiera más de un par de metros por delante. Él no pudo evitar que su mente
divagara preguntándose qué aspecto tendría, a la luz ... y limpia.
El trabajo en las minas la había cubierto de una capa de polvo y la suciedad hacía su color de piel
imposible de determinar. Su cabello oscuro apareció también, pero era ese su verdadero tono, o la
suciedad acumulada en su tiempo en las minas?

Este tipo de instalaciones no suelen tener las más prístinas las condiciones de vida. Olvídese de
duchas con agua real, era demasiado costoso, y como un trabajador humilde, un mal etiquetado
androide , probablemente ni siquiera tuviese rango para la utilización de cualquier cosa que
tuvieran para la limpieza por aquí.

- Me pregunto qué pensará de su primera ducha.

Aún más extraño, esperaba poder echar un vistazo, lo que seguramente significaba que tenía que ir
a una evaluación de defectos porque realmente, aparte de sus nalgas y los ojos que encontraba
extrañamente fascinantes, él no había visto lo suficiente de ella para saber incluso si la encontraba
atractiva.

- Tal vez He pasado demasiado tiempo sólo con mi mano para saciar mis necesidades y es hora
de visitar un burdel de nuevo.

Pero le desagradaban los sexbots con sus sonrisas falsas, cuerpos de plástico y frases pre-grabadas
(“Oh [inserte el nombre del cliente], esto se siente tan bien ", o" Me haces ver las estrellas”). Por
mucho que él odiara a los humanos, a una parte de él le hubiera gustado tener sexo con una, sólo
una vez, el tiempo suficiente para ver si su técnica era tan avanzada como él pensaba de sus
estudios de la anatomía femenina y para oír un gemido real, un verdadero grito de placer que
provocara él realmente.

- Y para ver cómo se siente tener la carne de otro envuelta alrededor de mí.

Pero, eso significaría dejar a un humano estar cerca de él, y eso no era algo que pudiera hacer, no
cuando su primer instinto era matarlos.

Una hembra cyborg, por otro lado... Él reprimió su pensamiento errante. F-814 era una víctima, y
un objetivo de la misión. No tenía ningún derecho o responsabilidad para pensar en ella como un
receptáculo para sus necesidades sexuales. Su deber era llevarla de vuelta a Garden, su planeta,
para que pudiera aprender a tomar sus propias decisiones y vivir su vida como ella quisiera.

Le gustara o no.

Les tomó menos de una hora de navegar por el laberinto de túneles y salir a la superficie fría del
asteroide.

A la tenue luz de las estrellas, él consiguió una mejor visión de su perfil con su fuerte nariz recta,
sus altos pómulos, y una frente ancha. No era exactamente un rostro de belleza clásica para los
estándares humanos, sus rasgos eran demasiado fuertes para eso, pero era intrigante, sin
embargo, incluso con la capa de suciedad.

-”Nunca usas una máscara para respirar?" - Preguntó, su propia mascara aun colgaba de su
cinturón mientras sus pulmones trabajaban tiempo extra filtrando el aire pobre de oxígeno.

Ella se encogió de hombros.

-”Cuando estoy en los hábitats, respiro el oxígeno y tomo lo que necesito para los tiempos cuando
estoy fuera. Y tú? "- Ella le dio una mirada mordaz.

Sonrió por alguna razón.

-”Lo mismo. ¿Ves?, simplemente más pistas sobre lo parecidos que somos. "

-”No somos nada iguales." - se quejó ella cuando se volvió y comenzó a saltar en la dirección de la
cúpula, según asumió él.

Rápidamente se encontró con ella, y le cogió la mano, haciéndola tropezar, pero en la baja
gravedad, fue fácil evitar que se cayera.
-”¿Qué estás haciendo?"

-”Sostengo tu mano. Diría que eso es evidente. "

-”¿Por qué?"

Porque a él le gustaba la sensación de ella. Respuesta equivocada.

-”Para que no trates de escapar de nuevo."

-”Oh."

Él esperaba que ella se apartase, pero dejó sus dedos entrelazados en lo suyos, y en silencio ellos
saltaron a través del asteroide. Resultó extrañamente agradable.

Su nave pronto apareció a la vista, y finalmente se le ocurrió dejar que Seth y Aramus supieran que
no les hacía falta cavar más. Los envió un mensaje inalámbrico de reunirse con él en la nave.

A pocos metros de la escotilla, ella clavó los talones en el suelo, tirando hacia atrás cuando su
impulso trató de tirar de ellos. Él se dominó a sí mismo y se volvió para mirarla.
Unos ojos muy abiertos encontraron los suyos.

-”No puedo ir a tu nave."

-”¿Es que tu programación lo impide?"

-”No. Pero, si voy a bordo entonces estaré en desventaja."

-”Ya te encuentras en desventaja, o ¿te has olvidado la facilidad con que puedo dominarte?"
Sus labios se apretaron en una línea terca.

-”Yo no confío en ti."

-”Es comprensible, pero ¿cómo voy a darte la prueba de tu herencia si no dejas que te lo enseñe?"

-”¿No hay otra manera? Si eres parte máquina, entonces seguramente puedes mostrármelo. "

-”Mi BCI está enterrada en mi cabeza. Mis huesos están hechos de metal. Mi sangre lleva
nanotecnología y eso me cura las heridas, pero mi versión no tiene ninguna indicación exterior de
mi estado de cyborg. "

-”Así que, ¿podrías estar mintiendo?"

Demasiadas dudas, y él realmente no podía culparla.

Chloe también había encontrado difícil aceptar la verdad, incluso cuando casi le dio una bofetada
en la cara. Pero, ¿cómo demostrárselo a F-814? Cortar su cuerpo y mostrar su metálico aleado
esqueleto? O dejar que a alguien que ya llevaba metales exteriores se lo mostrara?

-”Aramus, ¿por dónde estas?"

-”Estamos saliendo de la apertura de la cúpula ahora. ¿Por qué? "

-”F-814 es un cyborg, me gustaría apostar que es una de las hermanas de Chloe. Pero ella no me
cree. Ella piensa en sí misma como un robot y está exigiendo pruebas."

-”Así que la llevarás a bordo y dejarás que Einstein le muestre en el equipo."

-”Ella se niega a entrar en la nave."


-”Se niega? ¿Y? No me digas que estás poniendo obstáculos a hacerla obedecer. Es por su propio
bien."

Buen consejo, sí, pero era reacio a la idea de obligarla.

-”En realidad, no creo que tengamos que ir tan lejos. Ella está pidiendo una prueba visual. Mi
cibernética está oculta, pero..."

-”No hay necesidad de decir más. Haré mí desfile, como una exposición para tu mujer, pero no me
gusta."

-”¿Qué estás haciendo? ¿Qué es ese zumbido? "

F-814 miró alrededor y Solus frunció el ceño.

-”¿Me has oído hablar a Aramus?"

-”¿Te das cuenta que no hay nadie aquí, aparte de nosotros?"

-”Yo estaba usando nuestra capacidad inalámbrica para conversar. ¿Estás equipada con un
transmisor o receptor inalámbrico? "

Ella negó con la cabeza.

-”Todas mis órdenes se dan por vía oral."

La palabra oral, le hizo mirar a la boca, probablemente la parte más limpia de ella, exuberante y
roja, podía imaginar tan fácilmente cosas orales que podía hacer con ...
No queriendo esperar a Aramus, y necesitando distracción, él la tironeó en la dirección que ellos
llegarían. Ella estuvo de acuerdo, a regañadientes, colgando hacia atrás en lugar de quedarse a su
lado. Cuando se encontraron cara a cara con Seth y Aramus sin embargo, ella no mostró ningún
signo de su temor. Su mandíbula sobresalía obstinadamente, con los hombros cuadrados y se cruzó
los brazos sobre el pecho.

Un Aramus ceñudo dio un paso hacia delante y la miró de arriba abajo. Él no se burló de ella, como
era normalmente propenso, pero él no fue amable con sus palabras tampoco.

-”Todos somos cyborg; parte humana, parte máquina. Aquí está la prueba."

Aramus se quitó el casco antes de inclinarse hacia adelante y presentar su cabeza. El brillo del
metal del cráneo artificial cubriendo la mitad de su cabeza, que ellos habían creado para él
después del accidente, brillaba débilmente bajo la luz de las estrellas.

-”Tienes una placa de metal. Eso no significa nada."

Testaruda mujer.

Solus habría respondido, pero Aramus se adelantó a él.

-”Eres un cyborg. Tienes ritmo cardíaco, respiras y estoy seguro de que ocultas en algún lugar de tu
cabeza dura algo de inteligencia. Aunque, dada la forma en que estás decidida a ignorar la
evidencia, creo que tu BCI debe estar defectuosa. Tal vez deberíamos dejar que Einstein tenga que
hacerte una reprogramación."

Ella dio un paso atrás.

-”No te acerques a mí. Nadie toca mi hardware. Nadie."

-”Nadie está haciéndote nada. Pero necesitas dejar de negar la verdad. "
Ella clavó un dedo a Seth.

-”Muéstrame tus heridas."

Con un encogimiento de hombros, Seth se adelantó y arrancó el agujero en la tela en el hombro


más ancho para mostrarle la herida ya cerrándose.

-”Mi cuerpo ya empujó la bala fuera. Como puedes ver, para mañana toda la evidencia de mi lesión
habrá desaparecido. "

Ella tocó la piel arrugada y Solus apretó los puños a ambos lados, por alguna razón no le gustaba su
acción. Ella frotó la cicatriz y Seth sonrió.

-”Cariño, si quieres un poco de privacidad para hacer más, sólo dilo."

Ella miró hacia el cyborg, que estaba rogando con sus palabras insinuantes, Solus quería hablar con
él… pero usando sus puños.

-”¿Por qué? ¿Te sientes cohibido ante tus compañeros sobre mostrar tu carne desnuda? "

La insinuación sexual pareció ignorada por ella y Solus se relajó cuando la risa le sacudió en
respuesta a la mirada de asombro de Seth.

-”¿Vas a confiar en nosotros ahora?" - Le preguntó.

-”No, pero voy a escucharte ya que, obviamente, no eres humano."

-”¿Podemos hacerlo en la nave?"

Ella negó con la cabeza.


-”Si quieres hablar conmigo, puedes hacerlo en uno de los hábitats. He tomado el pequeño para
mí, pero eres libre de utilizar los otros. Es hora de mi estado de regeneración... "

Sin un adiós, ni siquiera mirar atrás, ella se alejó de ellos, ajena a las miradas de los tres cyborgs
que dejaba atrás.

-”Maldición, eso es un sexy..."

-”Termina la frase y te voy a patear en el tuyo."- gruñó Solus.

-”Irritable. Quisquilloso. ¿Alguien está muy cachondo por la mujer que piensa que ella es un
androide? Apuesto a que una vez limpia debe ser muy agradable. Oye, ¿crees que ella necesita una
mano que frote su espalda? "

Su puño golpeó a Seth en la mandíbula antes de que él fuera consciente de enviarlo. Una vez que
estableció contacto, sin embargo, saltó sobre el cyborg más joven, poseído por una rabia ilógica,
una rabia no nacida de los comentarios insultantes de Seth, sino más bien porque el pensamiento
de su hermano cyborg tocándola simplemente no podía ser tolerado. Y él no entendía por qué.
CAPÍTULO CINCO
F-814 oyó los sonidos de una pelea, pero no se volvió para mirar. Tenía demasiadas cosas para
ocupar su mente. En primer lugar la creencia del desconocido de que ella era un cyborg como
ellos. Eso era imposible… ¿O no lo era?

Pensando en su breve existencia, no podía negar que se diferenciaba de las otras máquinas. Claro,
ella tenía un brazo biónico y no podía negar la presencia de una BCI en su cabeza, pero aparte de
eso, todo lo demás en ella era diferente. Ella era carnosa, fácilmente herible y asquerosamente
parecida a un humano.. Ella incluso sangraba como sus creadores cuando se lesionaba.

Y ella lucía cabello en la cabeza a diferencia de las brillantes coronillas calvas metálicas de sus
compañeros de trabajo. Se llevó la mano a sus cabellos siempre cortos y desiguales, ya que ella
jamás recordó que crecieran, el capataz general la esquilaba el cuero cabelludo una vez por
semana porque era más fácil.

Desde su liberación, ella se dejó crecer el pelo. Parecía extraño para ella, cuando se miraba en un
espejo. El rostro en el reflejo parecía de un extraño con su tono oscuro, piel manchada, la tierra de
las minas no quedaba limpia no importa cuántas tisues húmedos usara... y se quedó sin ellas hace
treinta y siete días. Su cabello, enmarañado con la inmundicia, parecía aburrido y oscuro, y sin
embargo, el otro pelo en su cuerpo, que quedaba oculto por su traje, tenía un más tono dorado.
Algo así como el cabello del que se llamaba Seth.

Solus, sin embargo, llevaba una corona oscura, de corte limpio como un soldado, el color a juego
con los ojos y las cejas. Su piel, sin embargo, era pálida, no del pálido de una nieve blanca que ella
había visto en una foto, sino más bien el tostado pálido de la playa mostrado en el póster de los
trimestres del capataz ahora muerto.

Era extraño cómo conocía todos estos colores y, sin embargo, sólo alguna vez se encontró con
algunos de ellos en la realidad. La vida en un campamento minero existía en tonos de gris y negro,
el polvo de su excavación cubriéndolo todo, decolorando la tela y los cuerpos, hasta que nada de
su color original seguía siendo.

¿Podrían realmente existir los colores vibrantes que había visto en las imágenes? La hierba era
realmente de ese color verde y el cielo era tan azul? Y qué decir del blanco? ¿Por qué la gente
vestía de blanco, el más prístino de las tonalidades y el más fácilmente dañado incluso por la más
pequeña mota de polvo?

- Una vez amé el rosa.

Cuando el pensamiento al azar venía, no podía decir porque, ni tampoco repetir o explicarse a sí
misma. Ella lo atribuyó a la emoción de los extraños y se preparó para su tiempo de recuperación.
Ella se quitó la chaqueta y los pantalones, dejándose vestida sólo con su camiseta térmica y unas
mallas.

Ella ya había subido el calor de la vivienda, un pequeño lujo que se permitía, pero esto no iba a
durar para siempre. Un día, la fuente de alimentación para el generador se acabaría y luego…
¡adiós buen calor!... y ¡adiós las luces!. Sólo esperaba que ese día estuviera muy lejos aún, porque
temía la idea de estar siempre pasando frío.

Arrastrándose a su nido de mantas, dejó que sus gruesas capas de calidez la envolvieran. Forzando
su mente al vacío que ella prefería, se deslizó en el sueño.

-*-*-*-

Yo sé lo que viene.

Lo he visto antes de un centenar de veces en mi mente. Gritando aún más a menudo.


Pese a saberlo, no puedo detenerlo. Nunca puedo prevenir el momento en que me muero.

Las luces de tráfico en los carriles opuestos me ciegan, algún idiota con sus luces altas, sin duda.
No es que hubiera importado en ningún caso. Ellos no lo llaman hielo negro por nada. Y como un
idiota, yo tontamente pagué el alquiler en lugar de comprar los neumáticos de invierno, luego
dirigí a casa del trabajo a pesar de que estaba exhausta. Tantas cosas para culpar, y sin
embargo, nada podía detener lo inevitable.

El coche resbala en una placa de hielo y se sale de control. Al igual que el whirlygig 3 en la feria,
sólo que más aterrador, porque no hay nadie que pueda detenerme, sin peligro de todos modos.
3Atracción musical y de luces, que da vueltas.
El primer vehículo me golpea y hago una rotación, el crujido fuerte eclipsando incluso mi grito
agudo de terror. Atrapada en una pesadilla derviche4, no puedo evitar que el impulso de la caída
me envié directamente al coche siguiente, y al siguiente. Yo me sacudo adelante, mi nariz
golpeando el volante lo suficientemente duro para que suene el claxon mi coche, y lo suficiente
para hacer brotar la cálida sangre desde mis narices, deslizándose sobre mi boca jadeante.

Parpadeo para contener las lágrimas de dolor, rebotando de un lado a lado mientras impacto
tras impacto se estrella contra mi coche. Se estrellan contra mí.

Por el momento mi automóvil abusado llega a un descanso, con la respiración sibilante, cegada
por una humedad pegajosa en mis ojos, saboreando el sabor salado de mi sangre y deseando
que el lamento agudo del animal torturado pare. Es cuando, horrorizada me doy cuenta de que
no puedo moverme, y de que el animal moribundo soy yo.

El dolor es insoportable, me ahogo en olas ondulantes e implacables. Es tan intenso, me


pregunto cómo puedo estar viva y peor aún, consciente. Oh Dios, tan consciente de cada
momento insoportable.

“Ponme fuera de mi miseria. Por favor, oh Dios, acaba de matarme.“

Alguien escucha mi oración y me deslizo en la oscuridad

Las sirenas me sacuden y me despierto, y yo intento forzar mis ojos abiertos, pero están cerrados
y atascados. Quiero mover mi mano. Intento con todas mis fuerzas poder limpiar mi cara y ver lo
que está sucediendo. Tengo una necesidad irracional de ver por qué ya no siento el dolor en mi
cuerpo. Mi mano no se mueve.

Mis piernas ya no parecen existir. Sólo una parte de mí funciona, por lo que me lamento, un grito
que se convierte en un chillido cuando alguien limpia con un paño sobre mi cara y me demuestra
que todavía tengo sensación. ¿Cómo puede estar mi cara en tal agonía? Es peor que el
entumecimiento temeroso de mi cuerpo, tanto que ya rezo por ello.

4Religión antigua en la que sus sacerdotes giran sobre si mismos velozmente para forzar las visiones.
Cualquier cosa para detener el horror.

Me gustaría abrazar la muerte, incluso sería bienvenida.

Una voz dice: -”Aquí tienes algo para el dolor."

Le habría dicho gracias, pero la oscuridad me roba de nuevo.

La próxima vez que recobro la conciencia, soy consciente del movimiento. Una ráfaga de sonido,
una cacofonía de voces y llantos, junto con el olor astringente de la muerte. He visto suficiente
televisión y visité a mi padre suficientes veces durante su lucha con el cáncer para saber que
estoy en un hospital.

Esta vez, cuando aleteo mis pestañas, ellas se abren, pero parpadeó contra la sobrecarga de las
luces brillantes. La brillantez me apuñala y trae lágrimas a mis ojos. Quiero enjugarlos, pero mi
cuerpo está inerte, congelado, y ya no está bajo mi mando.

¿Qué está sucediendo? ¿Qué está mal conmigo?

Una cara aparece por encima de mí y veo a alguien hablando. Casi puedo entender las palabras
y su significado, pero escapa de mis manos antes de que me pueda concentrar. Abro la boca,
luchando por pronunciar mis preguntas. Nada surge sino un gemido. Frustrada, lloro y por
suerte, me envían de vuelta a dormir donde espero nunca me despertaré, porque incluso en mi
sueño, no puedo escapar del terror y la agonía.

De algunas pesadillas nunca se debería despertar. No soy tan afortunada.

El tiempo pierde todo significado. Recupero la conciencia cada vez a la misma vista, el techo con
sus manchas de suciedad y la zona requemada alrededor del panel de luz. El horror que es mi
cuerpo muerto no cambia.
Puedo parpadear. Tragar. Pero esa es la medida de mis logros. La chica que solía correr como el
viento, bailar como una bailarina y vivir la vida al máximo, es ahora solo una mente que va poco
a poco enloqueciendo dentro de una cáscara irrompible.

No puedo mover nada debajo de mi cuello, y aunque capto el concepto de la palabra en mi


mente, hablando conmigo misma, ni siquiera puedo formar palabras ni entender cuando ellos
me hablan. Mi frustración surge en lágrimas y gemidos, mientras yo les pido en mi discurso
confuso que me maten. Si bien no cumplen mi deseo, por lo menos parecen comprender mi
desesperación y me envían de nuevo a dormir, sólo para despertar de nuevo a la misma
pesadilla.

Entonces un día, no sé cuándo o cuánto tiempo después del accidente, abro los ojos a un nuevo
lugar. Ellos me movieron. Veo máquinas por encima de mí, y oigo voces. No puedo entenderlos,
pero estoy muy contenta de estar fuera de esa habitación de los horrores, que nunca cambia me
quedo tranquila. Los artilugios anteriores parecen indicar acción.

¿Voy a recibir una cirugía? ¿O por fin me van a matar?

En este punto, estoy abierta a cualquier cosa. Y me refiero a cualquier cosa que me permita
escapar de mi pesadilla. Una máscara se desliza sobre mi boca y debo respirar, el sabor
medicinal del gas me ha enviado a la inconsciencia. La próxima vez que me despierto, el dolor se
ha ido.

El accidente, mi vida, todo ello es un recuerdo lejano, porque yo ya no soy yo.

Yo ya no soy nadie.

Soy F-814… y es hora de trabajar.

-*-*-*-

Solus pasó unas horas ayudando a Aramus y Seth con la carga del mineral en la nave. A pesar del
misterio intrigante de F-814, todavía tenían una misión que cumplir. Einstein puso un pie en el
asteroide el tiempo suficiente para tomar el disco duro de la corporación, con la promesa de darle
un informe una vez que él hubiera podido examinarlo.

Solus habría apostado en ese resultado.

- Dudo que la información que buscamos se encuentre tan fácilmente.

Pero aún así, alguien, en alguna parte, sería descuidado cuando se tratara de encubrir el secreto
cyborg. Sería así por que todos los que ejecutaban la operación eran humanos, y eran propensos a
errores.

A pesar de la falta de servicios de limpieza, cuando él y sus hermanos dejaron de trabajar durante
el día, Solus optó por dormir en uno de los hábitats, el más cercano a F-814 en realidad. Alguien
tenía que mantener un ojo en la hembra cyborg. Para evitar que hiciera qué, no podía decirlo, pero
le hacía sentir mejor saber que descansaba cerca.

Antes de establecerse, se asomó por la ventana gruesa de su camarote, mirando con consternación
el catre vacío. ¿Se había caído de él? Escapó? Casi invadió el lugar cuando un movimiento le llamó
la atención. Convenientemente situada en el suelo en una pila de mantas, la encontró, hecha un
ovillo, con contracciones en los párpados mientras sus orbes se movían en una especie de paisaje
onírico.

Sólo otra evidencia para respaldar su certeza que era como él. Los androides no soñaban.
Infiernos, la mayoría de los cyborgs no lo hacían tampoco. Solus se preguntó si ella siempre soñó o
si su llegada provocó algo. ¿Y por qué demonios estaba durmiendo en el suelo? Las respuestas
tendrían que esperar. El no iba a despertarla para responder a una pregunta no necesaria y basada
en la curiosidad.

Acostado junto a ella en un catre, que probablemente no era mucho más cómodo que el suelo, se
obligó a dormitar, utilizando el tiempo para rejuvenecer sus sistemas ya que un soldado nunca
sabía cuándo podría ser llamado a servir. Sin embargo, a diferencia de la misteriosa F-814, Solus no
soñaba.

Exactamente tres horas y cuarenta y tres minutos después de que comenzó su reposo, él se
despertó, sus sentidos controlando un sonido susurrante de movimiento. Levantándose de su
catre, todavía completamente vestido, se bajó del hábitat a tiempo para ver a la mujer caminando
en la dirección de la mina.

- ¿Qué está haciendo?

Sobre pies que se movían con sigilo infalible, se arrastró tras ella, aunque no se molestó en mirar
tras ella u ocultar sus acciones. Ella entró en la mina con él solamente unos pasos detrás de ella.
No habló hasta que la vio agarrar un pico.

-”¿Por qué vuelves aquí? Tu ya no necesitas servir como esclava a los seres humanos. "

Sobresaltada, sus hombros volvieron y ella enderezó la espalda antes de girar.

-”¿Por qué me sigues?"

-”Estás evitando la pregunta. ¿Por qué? ¿Por qué volver al lugar que te obligaron a trabajar? ¿Por
qué no hacerlo estallar? Destruye el lugar que te hizo una esclava. Te ayudaré si quieres."

La mirada de horror en su rostro era casi cómico.

-”¡No!. No puedes hacer eso."

No repitió su pregunta, se la quedó mirando hasta que ella captó la indirecta.

-”Traté de dejar de venir aquí. Yo lo hice. Pero, no había nada más que hacer. Nada más que yo
supiera hacer. "

-”Pero seguramente podrías..."

Su voz se apagó mientras pensaba en su campamento, analizó los elementos presentes. ¿Qué
podía hacer? Cuando él se aburría, tenía acceso a todos los archivos de la tierra que habían sido
robados. Él podría interactuar con sus hermanos. O dar un paseo por el bosque. Cazar un cierto
juego por alimentos y hacer deporte. Nadar. Él podría incluso viajar fuera del planeta si realmente
quería.

Ella no tenía nada. Ni siquiera alguien con quien hablar.

El horror de su dilema vino a él y se preguntó cómo se las había arreglado para sobrevivir sin
perder su mente, sobre todo porque era evidente que había empezado a volver a conectar con su
humanidad.

Ella se apresuró a llenar el silencio.

-”He explorado todo el asteroide, varias veces. Vi todos los vídeos que el personal dejó atrás. Leí
todos sus libros. Yo aprendí todo lo que pudo de los manuales. Y cuando todo estaba hecho…"-
alzó los ojos hacia él, su mirada firme y no llena de lágrimas, a diferencia de las débiles hembras
humanas que ciertos cyborgs tomaron como compañera. -"Cuando estaba todo hecho, sólo había
una cosa que quedaba. Sólo una cosa que sabía hacer. Y sin tener al capataz aquí, me di cuenta de
que no me importaba hacer esta tarea. En realidad me gustó mucho esta costumbre. "

-”En nuestro planeta, tendrás un montón de cosas que hacer."

-”Yo no voy a ir a tu planeta. Este es mi sitio. "

-”No, esta es tu prisión. Hay mucho más en la galaxia que una roca estéril y fría. Ven conmigo y
déjame que te lo enseñe."

Las palabras se derramaron de sus labios y lo sorprendieron. ¿Por qué hablar con ella en voz tan
baja? ¿Por qué trató de convencerla? Debería haber sólo dado una orden. Pero no lo hizo. Podía
ver la indecisión en su rostro.

-”Voy a ayudarte a aprender. No vas a estar ... "- Antes de que pudiera decir ‘sola’, Seth se acercó
corriendo, con una expresión sombría.
-”¡Que vienen!"

-”Militares?" - Ante el asentimiento de Seth, Solus maldijo. -”Mierda. ¿Qué cantidad de mineral
obtuvimos? "

Seth sonrió.

-”Tanto como nosotros podemos cargar. Aramus es un mulo de carga cuando está cabreado. ayer
por la noche después de que te fuiste Yo le reté, le dije que yo podría trabajar más tiempo que él."

-”¿Quién ganó?" - Preguntó F-814 y Solus casi sonrió al notar su curiosidad.

- Ella es más humana de lo que se da cuenta.

Seth se encogió de hombros.

-”Nos quedamos sin espacio de almacenamiento antes de que pudiéramos averiguarlo."

La amplia sonrisa que Seth le envió a su manera habitual, le molestaba, especialmente cuando los
labios de ella se movieron en respuesta.

-”Olvida tu competencia con Aramus. ¿Cuánto tiempo hasta hacer contacto?”

-”No mucho. Los asteroides ensucian las lecturas de modo que Einstein sólo los captó acercándose
sigilosamente a nosotros. Están cerca. Demasiado cerca es por eso que estoy hablando contigo en
persona en lugar de forma inalámbrica. Tenemos que ponernos en marcha."

-”¿Qué pasa?" - F-814 le preguntó, no parecía alarmada en absoluto.

-”Estamos a punto de tener visitantes."


-”No sería la primera vez." - contestó ella, encogiéndose de hombros.

-”Ellos no eran militares. Tenemos que irnos. Ahora. "

-”Adiós."

Solus refrenó su mandíbula antes de que pudiera caer. No se molestó en templar su tono de voz y
le espetó,-”Te vienes con nosotros."

-”No. Tú y tus amigos podéis correr. Me quedaré atrás y me haré cargo de ellos. "

-”¿Qué parte de que los militares está llegando ¿no entiendes?"

La mueca testaruda de sus labios le advirtió que estaba a punto de decir algo ilógico,
probablemente del tipo de 'Voy a tomar mis propias elecciones'. Sin tiempo que perder ni discutir,
recordó una página de sus primeros ancestros y la agarró. La echó sobre su hombro al estilo
cavernícola y esposó un brazo alrededor de sus muslos. Él echó a correr, su peso era ligero en su
hombro mientras él rebotaba en el espacio de gravedad menor. Más molesta era la forma en que
ella golpeaba a su espalda mientras gritaba.

-”Déjame en el suelo. ¿Qué crees que estás haciendo? Yo no voy a ningún lado contigo."

Su primer instinto fue ordenarle que mantuviera silencio. Pero, tal vez él podría hacerla entrar en
razón.

-”El ejército está llegando. Estos no son unos monos espaciales no entrenados enviados por la
empresa minera para comprobar las cosas. Estamos hablando de soldados entrenados con armas
que podrán destruirte en cuanto te vean."

-”Entonces me esconderé."
-”Te encontrarán y terminarán contigo."

-”O quizás están viniendo para desmantelarte a ti? O ellos no están viniendo aquí en absoluto y
sólo pasan cerca? ¿Eso no te ha ocurrido jamás? "

-”Hay una posibilidad de un siete por ciento de que vengan a investigar el asteroide. Una
probabilidad del veintidós por ciento de que hayan notado nuestra incursión en este lugar. Pero
hay una probabilidad de setenta y un por ciento de que vienen a recuperar el cyborg proyecto que
habían puesto en este asteroide, el único que fue rebelde."

-”. No soy una rebelde ."- Su respuesta indignada trajo una sonrisa triste en los labios.

-”¿Eres una asesina de seres humanos?"

-”Sólo porque ellos querían terminarme en primer lugar."

-”Y estos soldados no sólo quieren terminarte, te torturaran primero. Quizás te usen como si fueras
un robot sexual. Dispararte por puro gusto para poder ver si sanarás."

-”Estás hablando desde tu propia experiencia?"

-”Sí. Recuerdo mi tiempo con los seres humanos. No fue agradable. Y lo que te mencioné le ha
sucedido a otros. Sucedió recientemente a nuestro líder Joe y su compañera, Chloe. Así que
cuando digo que tenemos que salir, escucharás."

-”¿O qué?"

De donde vino el impulso o la idea, él no podría decirlo, pero le dio una palmada en las nalgas
firmemente.
-”¿Acabas de azotarme?" - Su tono emergió incrédulo, y iba bien con las carcajadas de Seth
mientras permanecía de pie junto a la puerta de la nave.

-”Sí, y voy a hacerlo de nuevo si continúas actuando de manera irracional."

-”Yo no soy irracional."

-”¿No? Entonces debe ser sólo sus genes femeninos fallando. Continúa hablando y voy a asumir
que lo disfrutas y quieres que vuelva a hacerlo."

Su elección, se dijo, poniendo su mano sobre sus nalgas para dar énfasis, pero ella (por desgracia)
se calló. Su buen comportamiento le dio que pensar, pero no retiró su mano de sus nalgas. Le
gustaba donde estaba y aunque Seth abrió la boca como si fuera a remarcar algo sobre ello, la
cerró con rapidez ante la amenazadora mirada que Solus le lanzó.

Apenas abordaron la nave, la puerta fue sellada tras ellos y los motores retumbaron. Soltó a F-814
abajo, ignorando su semblante enojado, y por algún motivo, encontró su pisotón para alejarse lo
mas posible de él, divertido.

Mientras que la propia sala se presurizaba con el resto de la nave, Solus conectó con Einstein en el
puente, con el blindaje de la nave protegiendo su comunicación inalámbrica.

-”Estado."

-”Explorador militar entrando en menos de seis minutos galácticos."

-”Seis?" - Solus no podía evitar el tono acusatorio.

-”Sí seis. Los perdí a ellos, bien. Estaban saltando de asteroide en asteroide, manteniéndose
ocultos hasta que estuvieron casi sobre nosotros. Las buenas noticias es que el propio crucero
sigue estando a casi cuarenta minutos."
-”¿Has conseguido interceptar alguna de sus comunicaciones o detalles de la misión?"

-”Están dirigiéndose definitivamente aquí y temen ser vistos. Ya sea que estén detrás de ella o
saben de nosotros, sin embargo, aún se desconoce. Trajiste la hembra a bordo? "

-”Sí. Ella no estaba feliz por eso, pero no podía permitir que consigan poner sus manos sobre
ella. "

-”Ella finalmente nos lo agradecerá. Una vez que estemos libres del radar militar, tendremos que
escanearla por si lleva bichos. Aunque nunca encontramos un chip en Chloe, eso no significa que
todos los modelos fueron hechos igual. "

Solus recordó esa búsqueda también. Cuando él había rescatado a Joe y la hembra ellos habían
pensado inicialmente que era un ser humano, habían detectado una señal de baja emisión.

Pero al escanearlo, resultó que Chloe no era la portadora sino Joe. Parecía que los militares que
decidieron usar a C791 como espía, se habían preocupado por vulnerar su estatus de cyborg
encubierto si le implantaban una unidad de detección.

Aunque los militares no habían planeado que F-814 fuera encontrada, así que el mismo
planteamiento podría no ser aplicable.

-”Vas a tener la oportunidad de escanearla una vez que estemos libres. Yo también deseo un
informe sobre sus capacidades neuronales, así como sus modificaciones internas. "

-”Haré mi mejor esfuerzo con lo que tengo a mano."

-”¿Por qué escucho ese zumbido otra vez?" - F-814 dijo señalando a su atención a ella. Su frente se
fruncía en una mueca mientras miraba alrededor. -”Nunca lo he escuchado antes de encontrarme
contigo y mi BCI dice que todas mis funciones auditivas están trabajando dentro de los parámetros
establecidos."
-”Ilógico como parece, estás captando mi conversación inalámbrica con mis hermanos."

-”Vosotros sois parientes?"

-”En un sentido. Consideramos que todos los cyborgs que pertenecen a una familia, un grupo. Si se
hace referencia a la biología y al ADN, pues no, no estamos emparentados en absoluto. "

-”¿Cuántos de vosotros hay?"

-” En el último recuento, cuatrocientos treinta y siete machos."

-”¿Y cuántas mujeres?"

-”Contando contigo? Dos, pero Chloe nos ha advertido de que hay por lo menos otras diez que
siguen vivas , es lo último que sabía."- Sus ojos se redondearon en estado de shock.

-”Así que solo unos pocos de tu especie, y sin embargo, ¿esperas salir de maniobra contra el
ejército humano?"

-”Valemos por decenas de sus soldados. Somos más fuertes, más rápidos y mucho más
inteligentes. Por no hablar de que podemos sanar de la mayoría de las heridas. Ellos no pueden.
Pero no estamos buscando participar en una confrontación directa. Simplemente queremos existir
como es nuestro derecho. Puedes hacer más preguntas después. La sala ya logró autorregularse al
interior de la nave y tengo que llegar al puente. Sígueme."

En silencio, y apareciendo contemplativa, F-814 no discutió ni se quedó rezagada mientras


caminaba por los pasillos del centro de control de la nave. Se preguntó lo que pensaba de la
condición prístina de la embarcación. El polvo, la suciedad de hecho de ningún tipo, no estaba
permitido en la nave de Solus. Una vez que se liberaron de la amenaza, tendría garantizar toda la
suciedad de su incursión en el asteroide fuera erradicada, incluyendo la suciedad que ella llevaba
en su cuerpo.
Entrando en la sala, tomó un vistazo inmediato de las consolas, de sus lecturas y de su situación. Se
deslizó en la silla de piloto, con las manos inmediatamente volando sobre las diversas palancas y
diales, mientras los preparaba para su despegue.

-”¡Llegando en tres minutos, cinco segundos!" - señaló Aramus. -”Propulsores comprometidos,


escudos activados y retracción del tren de aterrizaje"

Seth lo anunció usando el sistema de altavoces en lugar de su mente, probablemente en


deferencia a su invitada.

-”¿Einstein?"

-”Programando coordenadas de la Vía Láctea. Si se las arreglan para seguirnos, debemos ser
capaces de perderlos en la interferencia de la nube de polvo. Asumiendo el control de navegación.
"- anunció Einstein.

-”Nave enemiga a la vista. Hemos sido vistos. Han enviado una comunicación a la patrulla y están
armando sus armas."

A medida que la situación se calentó, Solus sabía que tenía que prestar atención a la batalla a
punto de estallar, pero no podía dejar de mirar a F-814. Se sentó en el asiento de al lado, un lugar
ofrecido por Einstein cuando entraron en el puente.

Einstein ya estaba sentado a la consola de navegación secundaria mientras Aramus tripulaba las
armas y Seth observaba la sala de máquinas y escudos.

A pesar de sus muchas afirmaciones de que ella no sentía nada, tomó nota de la manera en que se
aferró al apoyabrazos de su asiento. De cómo miraba, absorta, medio aterrorizada, a través de la
pantalla de visualización grande.

-”No hay nada que temer. Voy a sacarnos de aquí."- dijo en voz baja, sus manos se movieron
automáticamente por los interruptores correctos mientras su mente, conectada al ordenador de a
bordo, supervisó la situación.
-”Yo no tengo miedo."

Él dirigió una mirada irónica a sus manos.

-”Es bueno saberlo. Supongo que estás probando la resistencia a la tensión de la tela entonces."

Inmediatamente, sus manos soltaron y se cerraron sobre su regazo.

Por alguna razón, en lugar de querer reírse de ella por su evidente negación falsa, deseaba poner
su mano sobre la de ella para ofrecerle consuelo.

Pero, aún poseía sus pelotas y los momentos de involucrarse con el enemigo no eran adecuados
para contactar con su lado humano más débil. Tendría tiempo más tarde.

En primer lugar, como Seth diría ... tenía que patear algunos culos militares.

Entonces, el pondría su cuerpo polvoriento en una ducha para poder ver lo que aparecía bajo
todas esas capas de suciedad porque en la cruda luz de la zona de control, ella parecía una
caricatura en blanco y negro.

-”Disparando Scouts."

-”Desplazando la nave quince grados a babor, y después inclinación en un ángulo de cuarenta


grados."

-”La nave enemiga está igualando nuestro patrón de vuelo." - anunció Einstein.

Por supuesto que era así, pero Solus sólo estaba entrando en calor. Aunque su nave era más
voluminosa que la nave exploradora más pequeña para maniobrar, Solus poseía habilidades y más
tácticas de pilotaje que cualquier simple humano podía esperar igualar. Y, Aramus tripulaba las
armas. El macho se destacaba en derribar objetivos difíciles.
-”¿Listo?"

-”En cualquier momento." - respondió Aramus.

Solus hizo girar la nave en una intrincada serie de bucles que involucró a los asteroides que les
rodean. No perdería al explorador, pero les impediría conseguir un tiro claro y, finalmente, ellos se
alinearon a la perfección.

Aramus no falló. La nave más pequeña explotó en una nube de escombros. Momentos más tarde,
fueron contactados por la nave más grande, aunque todavía tenía que acercarse para poder
atraparles.

-”¿Respondemos?" - Le preguntó Einstein.

-”¿Por qué no?" - respondió Solus.

-”¿Qué hay de la mujer?" - recordó Aramus.

¿Qué en verdad? ¿Debería dejar que los militares sepan que la había traído con ellos? ¿O mentir?
Su BCI calculaba una alta probabilidad de que el ejército podría reforzar la seguridad en torno a los
modelos de mujer restantes si se pensaba que podrían verse comprometidos.

-”F-814, Einstein te mostrará tu camarote."

-”No deseas que me vean."-Dijo ella como un hecho, no una pregunta.

-”Voy a explicarte el por qué más adelante."

Una hembra humana probablemente habría argumentado o llorado, eran realmente buenas en
llanto, pero con el rostro impasible, F-814 se levantó y siguió a Einstein, sin mirar atrás.
Solus lo sabía porque él la miró mientras se iba.

-”Te estás comportando de un modo irregular." - espetó Aramus. -”¿No me digas que estás
cayendo presa de la misma enfermedad que ha cogido nuestro líder, Joe?"

-”Por supuesto que no. La encuentro interesante por su programación. Nada más. Vamos a ver lo
que el ejército humano tiene que decir."

Solus abrió el canal de comunicación y se reclinó en su asiento, la imagen de la despreocupación.


Un hombre delgado, con rasgos afilados y mostrando signos de la edad, llenó la pantalla.

Solus contó las barras sobre sus hombros, cuatro barras delgadas. Un miserable capitán. Qué
decepcionante.

-”Por orden del ejército galáctico de la Federación de Estados, se le ordena detener su trayectoria
actual y prepararse para el embarque."

¡Qué presuntuosa orden!. - rió Solus para sus adentros.

-”Improbable."- Los labios que aparecían en la pantalla se apretaron, toda una hazaña teniendo en
cuenta lo finos que eran para empezar. -”Has destruido una nave de la Flota Galáctica y mataste a
cuatro de nuestros soldados. Tú y tu tripulación estáis bajo arresto."

-”Hey, Aramus. El capitán aquí nos quiere arrestar por derribar su explorador. ¿Qué dices?"

-”Matarlos a todos."

Solus volvió su atención a la pantalla y se encogió de hombros.

-”Creo que mi compañero está en lo cierto."


-”Creo que no sabes con quién estás tratando."- Se inclinó hacia delante, Solus gruñó.

-”No, usted no sabe con quién está tratando. Soy cyborg."- Solus notó con interés la falta de
sorpresa en el rostro del otro hombre. -”Pero, ¿tú ya sospechabas eso no? Entonces también debes
saber que no hay manera de que os entregue esta nave, aunque hay una buena probabilidad de
que de la vuelta por el mero placer de dispararte y abatirte. "

-”No tendrías ninguna oportunidad contra nuestra nave y escudos superiores."

Un alarde valiente que incluso el capitán no creía del todo, o eso indicó la gota de sudor rodando
por su sien. Una risa baja oxidada estalló detrás de él mientras Aramus finalmente encontró algo
de lo que podía reírse.

-”Menos mal que contamos con nuevo armamento a bordo entonces. Me muero por una
oportunidad de utilizar las nuevas armas."

Sí, definitivamente vio el pánico reflejado en los ojos del capitán, una mirada que Solus disfrutó
bastante.

-”Entonces, humano."- Dijo la palabra con desdén, sin molestarse en disimular su desprecio por el
patético hombre. -”Dime, ¿qué será? Me encantaría poder mataros yo mismo, pero voy a dejar
que elijas tu. Eres libre de hacer tu elección.”

Realmente, Solus podría disfrutar tomando esa nave más grande sólo por deporte, pero sabía que
Joe le ordenaría escapar mientras pudiera con su preciosa carga... y no se referiría al mineral. La
cabeza del capitán se volvió cuando alguien le entregó una hoja de papel desde un lateral. El otro
hombre miró el contenido de la nota antes de volverse.

-”¿Encontraste androides activos mientras estabais en el planeta?"

Y aquí vino la verdadera razón de la presencia militar.


-”No, ¿por qué?"

-”¿No tienes un androide femenino en tu nave?"

-”¿Qué? ¿Te refieres a decirme que estabas escondiendo los robots femeninos en esa roca de mala
muerte? Parece cruel, incluso para los estándares humanos. ¿O era un robot sexual? Eso parece
más bien benevolente por la empresa. La mayoría sólo animan a sus empleados varones a jugar
entre ellos."

-”¿Así que tu respuesta es no?"

-”No, no vimos a ninguna hembra. Pero ahora estoy deseando haber mirado más a fondo, viendo
que el modelo debe ser muy bueno para que puedas estar buscándola con tanto interés. Ahora
bien, si has terminado con sus tontas preguntas, todavía estoy esperando una respuesta. ¿Quieres
morir hoy? ¿Y quiere que sea una muerte lenta, donde yo incapacite tus motores e
irrevocablemente dañe tus sistemas de soporte vital, o preferirías morir en una explosión rápida? "

Parecía que no porque la pantalla se apagó y la unidad de radar mostraba el curso de marcha atrás
de la nave militar.

-"¿Supongo que esto significa que tenemos que dejarlos ir?"- gruñó Aramus, su voz sonaba muy
decepcionada.

-”Lo siento, pero Joe nos tendría en tareas de agricultura en un nanosegundo si intencionalmente
los perseguimos sabiendo cuánto se necesita nuestra carga."

-”¡Mujeres! Siempre arruinando mi diversión." - refunfuñó.

Y sintiendo una curiosidad conmovedora (entre otras cosas) pensó Solus, tal y como había
comprobado en F-814. La encontró prestando mucha atención mientras Einstein le mostraba la
nave y usando de algunas de sus diversas funciones, tales como los ordenadores y el procesador de
alimentos.
El deber y la lógica le dijeron que tenía que permanecer en el puente hasta que pudiera estar
seguro de que habían conseguido librarse de la nave militar, pero una necesidad irracional le instó
a unirse a ella.

Quería ser el único que la llevará en su ronda y la enseñara lo que necesitaba saber.

¿Más sentimientos ilógicos o un problema más profundo? Debía efectuar un diagnóstico completo
sobre sí mismo más tarde. Apartando el canal de vídeo interno que mostraba a F-814 en la parte
posterior de sus tareas, se concentró en el vuelo de la nave… pero ella nunca estaba lejos de sus
pensamientos.

Y él se unió a ella tan pronto como pudo, a pesar de la sonrisa burlona de Aramus.

Simplemente no podía evitarlo.


CAPÍTULO SEIS
La nave de Solus realizó su maniobra y escapó de la nave militar que estaba acercándose ... y ella
dejó atrás el único mundo, la única vida que conocía. El conocimiento la llenó de una gran variedad
de emociones.

Soy un robot. Yo no siento.

Una mentira que ni siquiera ella creía más. No, teniendo en cuenta la forma en que sus acciones y
palabras revoloteaban erráticamente, ignorando descaradamente la lógica en lugar de reaccionar
ante brotes extraños de sus Synaptics. Lo más sorprendente es que reconocía algunos de los
sentimientos que experimentaba. Entusiasmo de que por fin podría explorar algo más que el
asteroide. Temor de que acabara en algún lugar peor que antes. Y confusión, ya que cuanto más
tiempo pasaba en torno Solus y los demás, menos entendía nada, sobre todo a sí misma.

Oh, y ella no podía olvidar la emoción más poderosa de todas, la ira por la forma en que el alto y
ridículamente fuerte macho se limitó a cargarla a su nave sin ningún cuidado por lo que ella
pensaba o quería. Esta irritación se encendió aun mas cuando Solus apareció, interrumpiendo su
sesión con el cyborg llamado Einstein, un hombre con ojos robóticos, construido sobre líneas
mucho más finas que Solus, que había asumido la responsabilidad él mismo de mostrarle cómo
utilizar las más cotidianas cosas. Viendo a Solus, su frustración se liberó y ella habló antes de que
su procesador interno pudiera detenerla.

-”¡Tú!" - Ella apuñaló su dedo en su dirección. -”¿Cómo te atreves a secuestrarme?"

-”No me dejaste otra opción. Yo no podía dejarte atrás. Además, yo tenía razón. Estaban aquí
buscándote."- Más rápido de lo que ella pudiera parpadear, su ira se evaporó dejando en su lugar
una sensación de opresión en el pecho.

-”¿Por qué? ¿Es por lo que he hecho? "

-”Es porque lo que eres. Los seres humanos odian a los cyborgs."
-”Cyborg."- Ella rodó la palabra alrededor de su lengua.

Tal término desconocido, y sin embargo al mismo tiempo familiar, resonó dentro de ella.

-”¿Por qué odian a los cyborgs?"

Solus sonrió, con una expresión facial helada que no tenía ninguna alegría.

-”Nos odian porque luchamos contra sus cadenas de esclavitud. Debido a nos negamos a hacer lo
que se nos dijo."

-”Así que vinieron a desactivarme."

-”Es posible, pero sospecho que probablemente tenían órdenes de intentar llevarte con vida."

-”¿Pero por qué? ¿Por qué me quieren? Ellos, después de todo me etiquetaron como defectuosa y
me colocaron en ese asteroide minero. Si yo fuera tan valiosa, ¿por qué no mantenerme en primer
lugar? "

Einstein levantó una mano atrayendo de ambos su atención.

-”Creo que sé la respuesta a eso. En realidad, tengo algunas teorías de lo que aprendí después de
hablar con Chloe, y de lo que encontré, o más bien no lo encontré, el disco duro de la empresa
minera. Creo que te estaban buscando para cubrir sus huellas, dispersaron sus proyectos porque
alguien amenazaba su secreto."

-”¿Quién? ¿Qué secreto?"- preguntó lanzando una mirada entre ellos.

Solus se frotó la cara, un manierismo humano que había visto antes en el campamento y que
parecía muy fuera de lugar en él.
-”Se me olvida que no sabes nada de nuestra historia. Te diré lo que sabemos de nuestro origen si
dejas que Einstein ejecute algunas pruebas en ti."

La sospecha llenó ojos sus de desconfianza.

-”¿Qué pruebas?"

-”Pruebas para ver qué tipo de hardware tienes alojado en tu cuerpo. Escanearte para ver si oculta
cualquier transmisor escondido."

-”O bombas." - añadió Einstein. Su boca se abrió.

-”¿Crees que tengo materiales explosivos dentro de mí?" - Solus miró a Einstein. -”¿Qué te hace
pensar eso?"

Apareciendo nervioso, el cyborg menor agitó las manos con sus dedos largos y afilados.

-”Es sólo una posibilidad. Es lo que yo haría a cualquier dispositivo revolucionario que crease para
garantizar que no acabe en manos equivocadas. "

La posibilidad de explotar en partículas diminutas requería hacerle frente si algún día deseaba
relajarse de nuevo. F-814 tiró de sus labios en una línea sombría.

-”¿Dónde puedo hacerme la prueba?"

La llevaron a una habitación estéril con una mesa acolchada como su punto focal. A punto de
sentarse en el borde, Einstein se aclaró la garganta.

-”Ejem, Yo… necesito que te quites la ropa primero."


-”¿Por qué?" - Preguntó ella empezando a quitarse sus botas.

-”El polvo sobre ella y también sobre tu cuerpo, podría tener restos de mineral que sesgará mis
diagnósticos. Lo ideal, si no te importa, sería que tomes una ducha primero. Tengo una cámara
para ese fin por aquí que puedes utilizar."

-”¿Una ducha?"

Siguió al hombre que parecía actuar como su técnico residente y médico a la pequeña habitación
en la que habló. Apretó un botón dentro de un cubículo aún más pequeño y el líquido salió
disparado.

-”Yo no voy a entrar ahí." - Ella dio un paso atrás, con un temor inexplicable apoderándose de sus
miembros.

-”Es sólo agua con algunos productos de limpieza." - explicó.

-”Es seguro." - respondió Solus a su espalda.

Ella se dio la vuelta sólo para encontrarlo bloqueando el camino.

-”Sólo dame un paño húmedo."

-”Eso no va a conseguir su limpiar tu pelo." - dijo Einstein. -”¿Nunca has visto o tomado una ducha
antes?"

-”El agua es escasa en el asteroide. Utilizamos toallitas húmedas proporcionadas en paquetes. Y


pocas veces ya que no había muchas. "

-”A bordo, tenemos un sistema de purificación que nos permite utilizar y reutilizar el agua para
bañarse y beber. Es el método de limpieza preferido de la mayoría."
-”No me importa. No quiero entrar ahí."

-”Pero debes hacerlo si queremos a conseguir una lectura correcta."

-”Entonces, tal vez debes olvidarte de la prueba y llevarme de vuelta."

No entendía su miedo irracional a la ducha.

Había oído hablar de ellas. Leído de ellas incluso, casi igualándolas con las fábulas, como el
inexistente dragón. Frente a una, y a pesar de sus garantías, por alguna razón ella no quería entrar
en el pequeño espacio con su lluvia de líquido.

-”Entra en el agua." - gruñó Solus.

-”No."

Trató de empujar más allá de él, pero sus brazos atraparon su cuerpo, impidiendo su escape. Él la
abrazó contra su pecho y gritó.

-”Fuera."

-”No puedo." - gruñó ella de nuevo. -”Me estás sujetando."

-”No tu. Él."

Einstein pasó junto a ellos para dejarlos solos.

-”Entra en la ducha."
-”No."

-”Estás abusando de mi paciencia."

-”¿Y estás molesto conmigo?" - le espetó ella.

-”Tienes hasta la cuenta de tres antes de que te lance dentro."

Su furia se evaporó en el rostro de su pánico.

-”No me pongas ahí." - rogó ella, luchando en vano en el círculo de sus brazos, que resultaba ser
más como una trampa de acero.

-”No te hará daño."

-”Por favor, no lo hagas."

Ella ni siquiera reconoció su voz tan pequeña y débil como llegó a ser. Su voz se suavizó.

-”No te pasará nada . No lo voy a permitir. "

Y luego hizo lo más ilógico, y lo más apreciado. Dio un paso en la ducha con ella, completamente
vestido.

-*-*-*-

Solus no entendía la base de su terror, pero no había duda de que ella lo experimentó. Algo acerca
de la ducha la ponía completamente irracional. Esto le irritaba porque él podía adivinar la causa.
¿Qué habían hecho con ella los humanos en el pasado que, a pesar de su falta de recuerdos,
todavía temía algo tan benigno como conseguir estar limpia?
Aún así, no podía permitir que el pánico prevalezca. Necesitaba la limpieza, y tenía que darse
cuenta de que sin importar lo que ella había experimentado en el pasado, ahora se encontraba a
salvo.

-Nadie va a hacerte daño de nuevo. - No bajo su vigilancia.

Con palabras no lograría convencerla, hizo lo único plausible... algo inconsciente... actuar. Se
levantó con ella. Por sus angustias, ella dejó escapar un grito y se retorció poniéndoselo aún más
difícil. Se aferró a ella, sus brazos apretados alrededor de su torso y sus brazos como bandas de
acero. Dejó sólo sus pies libres, los cuales utilizó para pisar fuerte en sus botas, pero sin éxito, y la
cabeza, que le embistió. Pero como dijo Seth en más de una ocasión en la que se enfrentaron…

"'Tienes un puto cráneo duro."

Pasaron varios minutos antes de que la lucha de ella decayera. Su agarre se relajó, y aunque su
respiración salió algo irregular, ya no gritaba o lloraba improperios.

-”No me duele." - susurró ella finalmente.

Por alguna razón, su declaración le puso un nudo en el corazón. Otra maldita cosa defectuosa.
Tendría que haber conseguido esa actualización electrónica.

-”Las duchas están destinadas para la limpieza, no para el dolor."

-”Es muy cálido. Es agradable."- Parecía muy sorprendida.

-”Sí, lo es. Algunos prefieren los baños a las duchas, pero creo que son menos eficientes."

-”¿Baños? Eso es cuando un recipiente se llena de agua y una persona se sumerge a sí misma,
¿correcto? "
-”Es correcto."

Un escalofrío la recorrió.

-”Eso es un montón de agua."- Ella se quedó en silencio por un momento y Solus no insistió, en
realidad bastante satisfecho por tenerla en sus brazos.

-”¿Estoy limpia ya?"- Su consulta inocente le hizo reír.

-”No del todo. Te tendrás que quitar la ropa con el fin de extraer completamente la suciedad. Y, tu
pelo va a necesitar algo más que los suaves productos de limpieza mezclados en el agua."

-”Oh."

Esperaba más preguntas o protestas, en lugar de eso, dijo…

-”No puedo desnudarme mientras me sostienes con tanta fuerza." - Que negligente por su parte.
Pero, pese a su observación, no quería dejarla ir.

-”¿Me prometes que no trataras de escapar antes de que estés aseada?"

Ella asintió con la cabeza. Extrañamente decepcionado, sus brazos cayeron y se desplazaron para
moverse y facilitarle un poco de espacio, pero ella se aferró a él, con las manos empuñando la tela
de su túnica.

-”No me dejes aquí sola."

-”Pero tú dijiste que necesitabas espacio para desvestirte." - Sus ojos marrones brillantes
escrutaron los suyos, el reflejo del terror brillaba todavía en sus profundidades.
-”Por favor. No sé si puedo hacer esto por mi cuenta. "

Un cyborg inteligente, que tuviese el control completo habría salido de allí animándola a que se
controlara sola. Al parecer, la locura no era exclusiva de los humanos. Se quedó con ella. Se alejó
mientras ella se movía para salir de sus pantalones, o lo intentó. En los estrechos confines de la
ducha, ella no podía agacharse para quitárselos cuando se agruparon alrededor de sus caderas, el
agua hacia que se pegaran a su cuerpo.

-”Están atascados."

Sus ojos se movieron hacia abajo, hasta que vio un montículo íntimamente afeitado en el vértice
de sus muslos, y se desviaron hacia arriba. A pesar del agua a su alrededor, se le secó la boca, y
toda la sangre en su cerebro huyó dejándolo incoherente. Ella se movió, sus vaivenes trayendola
hacia sí en el espacio reducido. Le tomó toda su fuerza de voluntad no empujarla contra la pared,
besar sus labios y meter una mano entre sus muslos para tocar el paraíso interior.

-Contrólate, soldado.

Manteniendo sus ojos fijos en un punto por encima de su cabeza, se hizo a un lado con las manos
en la cintura de sus pantalones y le arrancó las costuras, arrojando los restos en la parte superior
de la pared del cubículo.

¿Por qué detenerse ahí? Arrancó su camisa exterior, revelando la camisa térmica gris debajo.
Rápidamente se pegaba a su piel, moldeando unos pechos más llenos de lo esperado, las puntas
de ellos sobresaliendo a través de la tela mojada. No eran las únicas cosas que sobresalían, pero
por suerte los pantalones escondieron su problema, ya bastante grande.

Tomando ejemplo de él, F-814 agarró su camiseta y la rasgó en dos, con su brazo biónico haciendo
la mayor parte del trabajo, dejando al descubierto la cremosa piel pálida, suave, redondeada...

Solus desvió la mirada antes de que se quedara mirando durante mucho tiempo los fruncidos
pezones rojos. No pudo evitar una imagen de él chupándolos, y eso hizo tensar su erección aún
más.
Tenía que irse, irse antes de que hiciera algo estúpido como tocarla... y follarla. Pero ella lo agarró,
su piel desnuda presionando contra él, el miedo todavía demasiado brillante en sus ojos. Ella debía
haber leído en su expresión su intención de huir.

-”No te vayas."

Así que se quedó, completamente vestido y sufriendo la forma más extraña de tortura mientras la
ayudaba a bañarse. Ella era tan condenadamente inocente, sintió la necesidad de demostrarle con
las manos colocadas sobre las suyas más pequeñas cómo frotar el agua en su piel, activando sus
partículas limpiadoras. Con una voz ronca él dijo…

-”También necesitas lavarte entre las piernas."

Le tembló la mano, con ganas de hacerlo por ella, y su polla palpitó dolorosamente. Cerró los ojos
y se obligó a no mirar como ella se lavaba allí, pero se vio incapaz de bloquear la imagen, y lo que
era peor, imaginando su propia mano uniéndose a ella para deslizarse a través de su húmedo...

Él sacudió su cabeza.

En el mismo borde de la moderación, golpeó la pared, recogiendo el champú expulsado y


extendiéndolo. Trabajó a través de sus mechones mugrientos, masajeando su cuero cabelludo, más
de lo necesario, incapaz de resistir la expresión en su rostro que reflejaba algo cercano a la
felicidad. Necesitó varios lavados y enjuagues antes de que el agua corriera limpia.

Ahora, si tan sólo pudiera hacer algo acerca de los pensamientos sucios corriendo a través de su
mente.

Él cerró el agua y sin molestarse en pensar en ello, la envolvió con sus brazos alrededor de su piel
resbaladiza... su piel suave, húmeda y flexible... mientras la sacaba del compartimento.
Cogió una toalla y la colocó sobre sus hombros antes de alejarse por fin. Metió la tela blanca
alrededor de ella cómodamente, mirando con interés.

-”Es tan blanco", - observó.


-”Sí." - Al igual que su piel, que limpia de la suciedad aparecía como el más pálido de los mármoles
con una tonalidad gris, probablemente debido a la falta de luz solar en el asteroide.

-”¿No temes que se ensuciará?" - Se encogió de hombros.

-”Es para lo que son las máquinas de limpieza. Y si se pone demasiado manchada, entonces la
reemplazaremos.”

Consciente de cómo el uniforme empapado goteaba en el suelo, se despojó de la parte superior y


agarró una toalla, frotando su pecho con fuerza antes de notar los ojos redondeados que lo
miraban.

-”¿Qué?"

-”Tu pecho."

Miró hacia abajo y vio nada fuera de lugar.

-”¿Qué pasa con él"

-”Tiene líneas por todas partes." - extendió la mano y trazó sus abdominales. Contuvo el aliento y
su polla se retorció en sus pantalones como pidiéndole que tocara mas abajo.

-”Son mis músculos. Tu tienes algunos también. "

Ella desabrochó su toalla y miró hacia abajo a su estómago. Solus contuvo un gemido por la plena
visión de sus pechos. Nunca había visto un par más perfecto, ni siquiera en un robot sexual. La
imagen de ellos probablemente se quemaría para siempre en sus retinas. ¿Sospechaba ella cómo
le afectaba? A juzgar por su lectura cuidadosa de su cuerpo y el suyo, ella no lo hacía para
seducirlo. Ella realmente parecía no conocer bien la anatomía humana.
-”El mío no es tan marcado como el tuyo, y no tengo tantos." - concluyó.

-”Es porque soy un hombre y más fuerte."

-”El capataz no los tenía y él era un hombre." - Sólo pudo apretar el puño cuando de inmediato se
dio cuenta de cómo sabía ella lo que el capataz parecía sin camisa.

-”¿Fuisteis amantes?" - Le preguntó con los dientes apretados.

Ella frunció el ceño.

-”Eso indicaría un poco de afecto entre dos partes. Me desagradaba intensamente, y desde mi
comprensión de sus acciones y palabras, yo le desagradaba demasiado. Incluso cuando él utilizó mi
cuerpo para saciar sus necesidades sexuales, muchas veces me dijo lo mucho que me
despreciaba."

Oh, la necesidad de golpear algo se hizo más fuerte. ¿Dónde estaba Seth cuando un cyborg
necesitaba expresarse?

-Ӄl es un idiota."

Sus labios temblaban y casi se vio una sonrisa.

-”Lo era. Fue el primero que terminé."

-”Una lastima."

-”¿Por qué?" - Ella levantó la mirada hacia él, y él le enseñó los dientes, la sonrisa fría de un
asesino, una que había usado a menudo desde su liberación.
-”Porque me hubiera gustado oírlo gritar mientras lo mataba yo mismo."

-”Esta es probablemente la cosa más agradable que alguien me ha dicho alguna vez." - dijo en un
tono de asombro que una vez más hizo tartamudear su corazón.

Habiendo admitido demasiado, e inundado con tantas sensaciones que le hicieron pensar que
necesitaba más de una puesta a punto, se dio la vuelta y se quitó las botas. Él sabía que ella lo
miraba porque oyó jadear cuando él se bajó los pantalones mojados revelando su culo. No se
atrevió a dar la vuelta para que no viera su furiosa erección.

-¿Podría ella notar a eso y exclamar lo grande que es? - Solus hizo una mueca, disgustado con la
forma en que su mente seguía vagando en áreas lujuriosos, y tomaba su cuerpo con él.

No importaba cuántas veces su BCI enviase la orden de retirarse, su maldita polla apuntaba
directamente fuera. No podía recordar alguna vez conseguir esta solidez y sin un solo toque.
Parecía que todo lo que necesitaba era una húmeda y atractiva mujer cyborg. Él se ató una toalla a
la cintura, pero su erección aún se mostraba, abombando la tela. Se preguntaba cómo iba a
ocultarlo cuando oyó la puerta abrirse y el suave golpeteo de sus pasos mientras ella salía del
cuarto.

Saber que estaba en la otra habitación, con Einstein, solo con una toalla, resolvió el problema. Se
desinfló suficiente para ocultar su estado y él salió para unirse a ellos. Einstein sólo le perdonó la
más breve de las miradas, los ojos robóticos brillantes sin perderse nada.

-”¿No podías esperar a usar tu propia ducha?" - Comentó secamente, pero con un toque de humor
entrelazando su tono.

-”Vete a la mierda.” - gruñó.

F-814 frunció el ceño a los dos antes de soltar su toalla y poner fin a toda la conversación.

- ¿Acaso no tiene ningún pudor?


Aparentemente no, pensó con ironía, igual que no había rastro de vergüenza o vacilación. Ella se
colocó sobre la mesa en posición boca abajo, con los brazos a su lado, los pechos empujando hacia
arriba y las piernas ligeramente extendidas. Su maldita erección volvió con fuerza y él se movió
rápidamente para situarse en la cabecera, fuera de su línea de visión, mientras que Einstein, con
una mirada vidriosa en sus ojos, dejó que sus temblorosas manos activaran el escáner.

Solus mantuvo la vista fija en F-814, que le devolvió la mirada, su cara era una máscara inexpresiva.
La única vez que dejó que su mirada se alejara, él apretó los puños con tanta fuerza, que casi se
aplastó a sí mismo. Presentada como un buffet delicioso, la hembra le tentaba y se burlaba de él,
sus pechos, sus pezones como puntas duras maduras y completas. Su montículo estaba oculto
desde este ángulo, pero sus ojos exploraron la forma cónica de su cintura, sus caderas se
ensanchaban pero eran redondeadas, y sus piernas extendidas eran largas y bien proporcionadas.
Su cabello, ahora secando rápido debido a su corta longitud desigual, dio muestras de tornarse en
oro, con toques de cobre bruñido. F-814 era atractiva, condenadamente atractiva, y Solus no podía
dejar de desearla. Eso le molestó.

- Ella es una víctima de abuso. Es inocente, de muchas maneras.

Se merecía su respeto, y su protección, en lugar de eso la codiciaba como un sucio ser humano.
Dada la forma en que inadvertidamente ella desgarraba su control, casi podía perdonar a Einstein
por el rubor en sus mejillas y la protuberancia en su ingle. Casi, pero no del todo, porque la ira
anulaba cualquier simpatía que pudiera tener para el otro cyborg.

-”Mantén tu mente en la tarea." - gruñó cuando pensó que las manos de Einstein se demoraron
demasiado rato en su estómago mientras le palpaba.

Sorprendido, su amigo lo miró.

-”Pásame la toalla. Ella no necesita estar expuesta para el resto de la prueba.”

Solus inmediatamente la cubrió de la vista, pero como él temía, la imagen de su cuerpo desnudo
permaneció ardiendo en su mente. Minutos de tortura (que le parecieron horas) más tarde,
Einstein dio un paso atrás de la mesa.

-”Puedes levantarte ahora, F-814. No he encontrado signos de ningún implante o explosivos."


-”¿Qué pasa con un bicho como Joe tenía en su cuerpo?" - Solus preguntó, recordando demasiado
bien el extraño fragmento de tecnología que él había sacado del cuerpo de su amigo.

De no haber sido por la señal que el transmisor emitió, nunca habrían sabido que existía. Einstein
había efectuado todas las pruebas que pudo sobre piezas de tecnología, pero no se registraba en
cualquiera de sus escáneres a menos que fuera activado. Lo que significaba...

-”Ella podría llevar un de esos chips militares nuevos, pero no lo sabremos hasta que lo activen." -
dijo Einstein respondiendo a su pregunta. Él se encogió de hombros. -”No hay mucho que
podamos hacer al respecto, a falta de su disección para mirar más de cerca."

-”No lo creo." - dijo indignada, levantándose de la mesa y aferrando la toalla contra su pecho.

-”Nadie te va a cortar o diseccionar. Tendremos que hacer escaneos de funcionamiento


periódicamente por si estás ocultando un bicho inactivo. Si lo tienes y los militares lo activan,
entonces vamos a cortarlo en lonchas y sacártelo. ¿Qué pasa con su constitución cibernética?"

Einstein puso la mano en la pared y una pantalla se iluminó.

-”En cuanto a eso… enhorabuena, F-814, eres definitivamente un cyborg."

Ella hizo una mueca.

-”No me siento diferente sabiéndolo."

-”Ahora no, pero cuando te deshagas de la programación que pusieron en tu mente para borrar tu
humanidad, redescubrirás cosas sobre ti que estaban ocultas." - le avisó Solus.

-”Preferiría no hacerlo" - murmuró en voz baja.


Haciendo caso omiso de su muda protesta, Einstein se quedó mirando la imagen en la pared, y
gesticuló sobre ello.

-”Este es el cuerpo de F-814. Como se puede ver, tiene una estructura esquelética metálica similar
a los modelos soldado como tú, Solus."

-”Sin embargo, ella no es un soldado. No tiene habilidades de lucha."

-”Una mera cuestión de programación." - dijo Einstein, anulando su observación.

-”¿Qué es eso?" - F-814 preguntó acercándose a la pantalla y tocando una mancha oscura redonda
sobre su rodilla izquierda.

-”Ambas rodillas son biónicas, lo que significa que fuiste creada para saltar grandes alturas y estar
en cuclillas por largos períodos de tiempo."

-”¿Mis codos son iguales?" - Preguntó ella señalando a otra área.

-”Sí. Y si bien las conexiones están desactivados, el brazo biónico también fue diseñado para ser
utilizado como un arma."

Ella levantó el brazo y miró en él.

-”¿Cómo? Veo que no hay agujeros para la expulsión de proyectiles."

-”Esto…" - Einstein señaló un punto arriba en el hombro que parecía vacío -"es donde la fuente de
energía va convirtiendo la mano en una pistola láser."

-”Ella fue diseñado como un modelo de soldado de combate." –habló Solus sin pensar.
-”Y uno avanzado también."- añadió Einstein. -”Yo apostaría una vez que las pruebas con sus nanos
regresen, vamos a descubrir que rivalizan con los nuestros en su capacidad de regeneración".

-”Así que, dada la cantidad de metal en mi cuerpo y partes robóticas… soy una máquina." - afirmó.

-”¡Oh, no!" - se apresuró a corregir Einstein. -”Tú eres un cyborg. El cerebro humano está bastante
intacto incluso si luce una BCI. Tu cuerpo aún tiene músculos y carne, aunque mejorada. Tu
corazón está intacto, al igual que los pulmones y órganos femeninos. Los militares sólo modificaron
ciertas partes de los humanos en su proyecto cyborg porque los nanobots sólo pueden curar
carne."

-”Piensa en ti mismo como la versión avanzada y mejorada de un ser humano." - dijo Solus,
volviéndola hacia el diagrama de capas de sí misma. Sostuvo su barbilla cuando ella no quiso
mirarlo a los ojos. -”Tú eres cyborg, eso significa que eres uno de la élite. Puedes hacer más y ser
más. "

-”Y, sin embargo, ni siquiera podía parar de picar cuando conseguí mi libertad." - respondió ella con
amargura.

-”Hiciste lo que tenías que hacer. Y ahora que te hemos rescatado, puedes hacer lo que quieras."

-”Pero, ¿cómo voy a saber lo que quiero hacer? Solo sé que no he hecho otra cosa que cavar para
extraer mineral. ¿Cómo descubriste la tarea adecuada para ti, Solus? ¿Qué voy a hacer yo ahora? "

-”Soy un soldado de la nación cyborg. Yo exploro y obtengo información, enfrentándome al


enemigo y hago lo que se necesite hacer para cuidar de mi pueblo. Es lo que estaba entrenado
para hacer."

-”Así que todavía sigues las mismas rutinas de antes, sólo que sin los humanos siendo los que te lo
ordenan, ¿no?"

Solus frunció el ceño.


-”En un sentido es así Pero es diferente. Yo soy diferente. Antes, yo hacia mi trabajo, porque me
hicieron así Ahora, puedo proteger a mi pueblo porque quiero hacerlo."

-”¿Y si todavía quiero extraer mineral?" - Ella ladeó la barbilla obstinadamente y se veía tan
tentadora que él desvió la mirada para que no viera la lujuria en su mirada. -”Ya veo. Así que está
bien que tu puedas seguir haciendo lo que te es familiar, pero no lo es para mí."

- Yo quiero que vivas una vida de ocio, no de trabajo. - era lo que él quería decir.

El concepto de alguien que no trabajara era tan extraño que él no sabía de dónde venía.
Confundido, Solus se enfrentó a ella y a su desafiante mirada. Él gruñó, tratando de pensar en una
respuesta, pero antes de que pudiera hablar, Einstein se interpuso entre ellos, interrumpiendo su
encuentro de miradas.

-”En realidad, podríamos usar alguien con tu experiencia, F-814. Nuestro planeta tiene muchos
recursos, simplemente no tenemos los conocimientos adecuados o herramientas para utilizarlos.
Nosotros mismos les hemos aprendido lo que podemos, pero alguien con la programación real
sería beneficioso para nuestra causa."

-”¿De verdad?"

El ansia, la expresión anhelante en su rostro lo golpeó como un puñetazo. ¿Por qué no podía él
haber sugerido eso?

-”Si quieres extraer minerales, entonces puedes, joder. Como he dicho, puedes hacer lo que
quieras, una vez que regresemos a nuestro planeta. Ahora bien, ¿hemos terminado aquí?"

Habló lacónicamente, enojado sin entender la causa. En realidad, la entendía Ella se encontraba de
pie frente a él… vestida sólo con una toalla.

-”No, no hemos terminado. Dijiste que ibas a contarme la historia de nuestra creación si te dejaba
ejecutar las pruebas."
-”Lo haré, pero primero necesitas un poco de ropa."

Y necesitaba llevarla a un lugar donde él no encontraría la tentación de tocarla, darle consuelo o


besarla. Ah, y follarla, porque cuanto más hablaba, cuanto más ladeaba la cadera y sus ojos
brillaban, más quería arrancarle ese débil tejido, doblarla sobre la mesa y dejar que su deseo se
hiciera cargo. No era una buena idea, y el hecho de que incluso lo pensara, indicaba que su control
era menor de lo esperado.

Era hora de cambiar el paisaje. Una sala llena de sus hermanos podía hacer el truco. Einstein se
agenció un par de pantalones y una camisa para F-814 y otra para Solus. Se dio la vuelta cuando
ella dejó caer la toalla para vestirse. Aún podía imaginarla sin embargo. Vestida y todavía
demasiado atractiva, él la llevó a la sala de estar, dejando detrás a Einstein para estudiar los
resultados de la prueba. Encontró a Seth y Aramus jugando a las cartas, el juego de póquer por
alguna razón les fascinaba a ambos.

Los ojos de Seth se iluminaron al ver a F-814 y Solus cerró la boca para no decir algo posesivo.

- F-814 no es mía. Y los celos son para debiluchos.

-”Hola, cariño. ¿No te ves sensacional con toda esa suciedad desaparecida? Como el patito feo
convirtiéndose en un cisne. "- Ante su mirada en blanco, Seth dio marcha atrás. -”La fábula, ya
sabes, no es que fuera fea antes. Sólo sucia. Lo cuál no fue por su culpa."

-”Cállate, antes de cavar para ti mismo un agujero aún más profundo." – le dijo Aramus.

-”Siéntate."

Solus la condujo a un asiento donde se sentó pareciendo incómoda. Su pelo ya estaba seco,
aureolando su rostro en un alboroto de rizos. Se veía ... linda.

- Y yo obviamente estoy sufriendo de falta de sueño por pensar eso.


Necesitando hacer algo para ocuparse, Solus preparó algo de comida y una bebida para ella, luego
para sí mismo. Aunque él podría estar técnicamente días sin necesidad de sustento, algunos
hábitos olvidados, como comer con regularidad, era algo de lo que realmente disfrutaba. Aunque,
él prefería las comidas que cocinaba en su casa a las raciones de espacio a bordo. F-814 tomó un
sorbo del zumo que le ofreció. Sus ojos redondos se ampliaron y tomó otro trago, y luego otro
hasta drenar el vaso.

-”Eso sabía muy agradable. ¿Qué era? "

-”Zumo de manzana. Es más eficaz tomar vitamina C, un suplemento que nuestro cuerpo requiere
de forma directa, sin embargo, el dulzor de la bebida, como has notado, activa nuestras papilas
gustativas y es agradable de beber. "

-”Fascinante." - dijo ella, no dudando en agarrar su taza cuando se la ofreció a ella, y la vació
también.

-”Aburrido."- interrumpió Seth. -"Lo que realmente queremos, es saber más sobre ti, querida."

-”No tengo nada que decir." - dijo, su rostro se cerró, su anterior disfrute con en el zumo se
desvaneció.

Solus quería golpear a Seth por quitarle esa expresión.

-”Le prometí contarle acerca de los orígenes del cyborg, o lo que conocemos hasta ahora."

-”Los seres humanos nos hicieron. Nos esclavizaron. Así que los matamos. Violentamente."

Le resumió Aramus con una sonrisa cruel. F-814 se inclinó hacia delante con interés.

-”¿Cómo nos hicieron?"

Solus respondió a aquéllo.


-”Aún tenemos que descubrir el secreto. Y, confía en mí, lo hemos intentado. Si bien entendemos
cómo funcionan todas nuestras partes, no sabemos cómo se las arreglaron para conectar nuestra
interfaz neuronal en nuestro cerebro humano, al igual que nosotros no entendemos cómo crearon
los nanobots en nuestra sangre, a pesar de que tuvimos un poco de éxito en la adaptación de
ellos."

-”Pero, ¿por qué nos hicieron?"

-”Porque querían soldados más fuertes es la teoría predominante."- contestó Solus. -"Se llevaron
humanos dañados, en la mayoría de los casos, y los fusionaron con máquinas en la esperanza de
crear súper humanos. Seres capaces de pensamiento independiente y sobreviviendo en entornos
difíciles."

-”¿Así que somos experimentos?" - Ella hizo una mueca.

-”Oh, fuimos más allá de ser experimentos en prácticas. La tecnología se diferenciaba de cyborg a
cyborg, dependiendo de para que los militares los necesitaran, hicieron uso de nuestras
capacidades para todo tipo de misiones. Muchos de los escenarios en los que nos colocaron eran
peligrosos, pero no imposibles para aquellos con mejoras adecuadas."

-”Has insinuado dos veces que no todos sois iguales. Dijiste algo antes en el cuarto médico acerca
de las versiones de soldados."

-”Por lo que podemos decir hay tres tipos de cyborg, pero dos de ellos tienen subclases."- Seth le
suministró la información, saltando en el debate. -”Uno es del tipo soldado que comprende el
combate y las operaciones. Algunos son una combinación como Solus allí, él es una parte de
combate, operaciones y otra parte mientras Einstein es totalmente para operaciones con un
coeficiente intelectual astronómico. Aramus es un soldado de combate especializado en armas y
combates en el espacio ultraterrestre."

-”¿Y tu?"

Seth sonrió.
-”Fui diseñado para ser un espía. Aunque tengo algunas habilidades de soldado, estoy sobre todo
orientado a la recopilación de inteligencia, confundiéndome con la población humana, y los
asesinatos."

-”Tú haces un humano convincente."

-”Tan convincente que queremos matarlo la mayoría del tiempo." - murmuró Aramus.

La risa se derramó de ella por su humor negro.

-”Así que hay modelos de soldados y los espías. ¿Cuál es el tercer tipo? "

-”Servicio. Las unidades consideradas inadecuadas o defectuosas para el trabajo de campo se


reprogramaron en unidades de trabajo. Limpiadores, trabajadores... "

-”Mineros."- agregó. -"Ya veo. En otras palabras, las tareas que los humanos consideran por debajo
de ellos."

-”Sí. Nosotros no conocíamos nada diferente. Parte de nuestra programación implicaba quitarnos
nuestro libre albedrío y borrar nuestros recuerdos. Programados para obedecer, no sabíamos que
éramos esclavos."- Solus frunció el ceño ante el recordatorio.

-”Así que sin recuerdos, ¿qué te hizo decidir derrocar a los humanos?"

-”Algunos de nosotros se dieron cuenta. Aprendieron a pensar por su cuenta de nuevo a pesar de
nuestra programación."

-”Nuestras emociones triunfaron sobre sus malvados juegos psicológicos." - Seth añadió con una
sonrisa espectacular.
-”En mi caso."- explicó Solus. -"Fue una serie de pulsos eléctricos que me reiniciaron demasiadas
veces hasta que finalmente rompieron las barreras que pusieron en mi mente. Sin embargo, fue la
orden de poner fin a mí y a mis hermanos lo que me hizo actuar. Joe y yo lideramos la primera
revuelta, matando a los militares que tenían órdenes para ejecutarnos, y liberando a nuestros
hermanos ".

-”Me rescataron de una base lunar fuera de Venus."- añadió Seth. -"Soy uno de los pocos que ha
contactado con su lado humano, no habiendo perdido tanto de él como los modelos soldado.
Incluso me acordé de mi nombre una vez se eliminaron fuera los bloqueos en mi BCI. Obligado a
vivir con el apodo SO-10... Seth funciona mucho mejor para mojar las bragas."

Una vez más, la insinuación sexual de Seth fue directamente ignorada por ella. Solus se rió entre
dientes. Ante su mirada inquisitiva, Solus respondió:

-”No me acuerdo de mi nombre o mi pasado, a diferencia de algunos de los otros. Así que me
cambié de ser la unidad Y-999-SK a Solus."

-”¿Por qué Solus?"

-”Es latín, significa solo."- Apretó los labios con fuerza después de su revelación, pero no pudo
apartarse de su mirada.

-”No estás solo, amigo Solus. Tienes amigos ahora."- dijo Seth saltando para lanzar su brazo
alrededor de él.

Solus gruñó.

-”Siéntate idiota, antes de que te arranque el brazo del cuerpo y te golpee con él."- Su amenaza no
pudo borrar la sonrisa de la cara de Seth, pero se abstuvo de tocarle.

-”Aramus, ¿tu turno para compartir?"


-”Una vez fui B-351-GI. Elegí Aramus, porque es la ciudad que nací y es todo lo que recuerdo."

-”¿Y Einstein?"- Preguntó ella, ya que él no estaba presente.

-”Porque es tan inteligente que es extraño, como un genio." - contestó Seth.

-”¿Recuerdas algo de tu pasado?"- Preguntó Solus. -"¿Nombre? ¿Ocupación? "

Por un momento, sus ojos adquirieron un elenco lejano. Ella negó con la cabeza.

-”Nada."

¿Por qué estaba mintiendo? Podía decir que ella recordaba algo. ¿Acaso su programación tal vez
interfiera con su capacidad para responder?

-”Ella necesita un nombre." - Seth dijo golpeando la mesa.

-”Ella tiene un nombre." - contestó ella secamente. -”F-814".

-”No, ese es el nombre que los seres humanos te dieron. Tienes que elegir algo diferente. Algo
exclusivamente tuyo."

-”¿Por qué?"

-”Porque es lo que todos hicimos cuando llegamos a ser liberados. Arrojamos lejos las cadenas de
nuestros opresores y retomamos nuestras identidades."

-”Yo no fui liberada, me secuestraron." - contestó con una significativa mirada en la dirección de
Solus.
-”Por tu propio bien." – le recordó Solus.

-”Eso dices tu."- Su observación atrevida le hizo sonreír, una expresión que Aramus captó.

-”Me voy. Toda esta mierda de sentimentales felices está haciendo que mi metálico estómago se
revuelva."

El grande, cyborg gruñón se fue, dejando a Seth gesticular con sus manos y exponiendo los
beneficios de muchos nombres, todos los cuales la hacían sacudir la cabeza.

-”¡Basta!" - Solus tuvo que gritar. -”¡Déjala en paz. Si ella quiere un nuevo nombre, ella puede
tomar uno, mientras puede mantener el que ella tiene. Es libre ahora. Es su elección. Tengo que
volver al puente. F-814, ¿te gustaría que te enseñe tu camarote? "

Ella asintió con la cabeza.

-”Sí. Algo de tiempo para reflexionar sobre lo que he aprendido sería bienvenido."

-”Ha sido un día de sorpresas para ti. Descansa, y cuando te sientas rejuvenecida, si tienes alguna
pregunta, yo o los demás, te responderemos."

-”Que duermas bien, cariño." - soltó Seth. -”Y si necesitas compañía házmelo saber."

Solus no pudo detener el saludo con un dedo alzado que envió a su hermano cyborg por encima de
su hombro mientras la acompañaba fuera.

-”¿Es siempre tan...?"- Hizo una pausa por un momento. -"¿Humano?"

-”Por desgracia, sí. Su modelo es el prototipo espía más avanzado lo que significa que mantiene
más gestos que la mayoría de nosotros."
-”¿Es normal sentir el impulso de matarlo porque él parece tan igual a ellos?"

-”No te preocupes, eres sólo uno de tantos que lo siente.” – se rió Solus. -“Es por eso que está
implicado en más que su justa parte de peleas. Le decimos que es porque su modelo está mejor
equipado para manejar el daño."

-”¿Pero?" - Preguntó mirando por encima de él.

-”A mí me gusta golpearlo con el puño porque al menos así se deja de hablar."

Una risa oxidada se deslizó de ella, un sonido que ella trató de detener con una mano tapando
sobre su boca. Él hizo que se suelte.

-”No te detengas. Ríete. Permítete encontrar placer en las cosas simples."

Ella permitió que su mano a cayera libre, pero el momento de la alegría había pasado.

-”¿Qué haces tu por placer?" - Preguntó ella.

El sabía lo que le gustaría hacer, desnudarla y lamer cada centímetro de su cuerpo antes de
empujar en ella y bombear hasta su clímax. Lo que dijo, sin embargo, era un secreto que nunca
había revelado a nadie más.

-”Jardinería y cocinar."

-*-*-*-

Se veía tan horrorizado por su revelación, que la risa brotó de nuevo, derramando luz sobre ella y
aumentando aun más lo indignado que parecía.
Y tenía razón, reír la hizo disfrutar.

-”Me alegra que encuentres mis pasatiempos tan entretenidos." - dijo con el ceño fruncido.

-”No lo hago."- Se echó a reír de nuevo. -"Lo siento. No estoy segura de por qué me parece tan
divertido, sobre todo porque sólo entiendo una de tus dos aficiones. Sé que la cocina es para
preparar la comida, pero no estoy segura de lo que implica la jardinería. Mi definición es cuidar de
la vegetación en crecimiento, sin embargo, nunca he visto ninguna, así que no estoy segura de lo
que eso significa."

-”Entonces, ¿qué es tan gracioso?"

-”La expresión de tu cara cuando lo dijiste. Yo no creo que hayas querido decírmelo."

-”Y no quería."

-”¿Un mal funcionamiento del procesador?"

-”No. Pero has tenido bastantes mentiras ya estropeando tu existencia. Pensé que te merecías la
verdad. Pero no se lo digas a nadie."

-”¿O?" - Bromeó ella, un sentimiento ligero y boyante la recorría.

-”O voy a tener que hacerte callar."- le advirtió.

-”¿Y cómo vas a hacer eso?" - Preguntó ella atrapada por la mirada intrigante en sus ojos.

Había visto esa ardiente mirada antes... en la ducha una vez que ella se había calmado. Después en
la mesa durante el examen escaneandola y ahora... sólo que ahora él se inclinó y con el dedo le
mantuvo la barbilla alta.
-”Así"

Sus labios cubrieron los de ella, un contacto ligero y breve que la tomó por sorpresa. ¿No eran los
labios para hablar y tomar alimentos? No le llevó mucho tiempo darse cuenta de que él la besaba y
lo que parecía ser un medio sumamente ilógicos de afecto en realidad era bastante agradable. La
forma en que le tocó los labios trajo un cosquilleo extraño a la vida y el mal funcionamiento de
antes volvió con toda su fuerza, como demostraba la forma en que sus pezones le dolían y la
humedad entre sus muslos. Esta vez, sin embargo, después de haber meditado durante su
ausencia, ella lo reconoció por lo que era.

Excitación. Ella no se había creído capaz de sentir deseo. Nunca experimentó algo así Era muy
agradable. Más que agradable, excitante.

Él se apartó y ella casi tiró de él, con curiosidad por explorar más de la sensación de placer. Se tocó
los labios con asombro.

-”Lo siento. Me olvidé de mí mismo. No va a suceder de nuevo."- Él se alejó de ella y golpeó un


cuadrado en la pared, abriendo una puerta corredera.

Quería decirle que ella no lo sentía, que había disfrutado, pero él parecía bastante enfadado. ¿Era
porque ella no respondió correctamente?

-”Estas son tus habitaciones."

Ella se unió a él y entró en la habitación. No era mucho. La nave en que viajaban era inferior en
comodidad y más en lo práctico, con cada espacio libre dedicado para el almacenamiento de carga.
Pero aún así, estaba limpia y si sus sentidos olfativos eran correctos, era la suya. La había llevado a
su habitación.

Ella vagó por el reducido espacio, notando la mesa ordenada que surgía de la pared con su
taburete escondido debajo, y la cama hecha con precisión. Con poco espacio para moverse, ella se
sentó en el borde de su cama cuando entró en la habitación. Ella pasó sus dedos sobre la suave
manta, demasiado consciente del espacio estrecho y cuánto de ese espacio lo ocupaba el propio
Solus. De repente nerviosa, miró hacia arriba para ver a Solus mirándola fijamente.
-”¿Necesitas algo?"

- Necesito que toques mis labios de nuevo en lo que mi banco de datos dice que es un beso.

Ella sacudió la cabeza.

-”¿Vas a estar bien quedándote sola? Alguien puede ser asignado a quedarse contigo, si tu lo
prefieres."

-”¿Eres voluntario?"

Dada su estatura y donde su cara resultaba estar, no pudo evitar notar la inflación repentina en su
región de la ingle ante sus palabras.

- Yo le excito.

Y fue donde finalmente cayó en un territorio familiar. Quería sexo de ella. Igual que el capataz.
Pero al menos, Solus la trataba con delicadeza. Había notado el cuidado que tuvo con ella, incluso
cuando ella lo atacó.

Tal vez no sería tan horrible como antes. Las mujeres humanas lo soportaban todo el tiempo. Ella
sobrevivió a la lujuria del capataz. ¿Sería diferente la lujuria de un cyborg? El abrazo que Solus le
dio en el vestíbulo la intrigaba, incluso le excitó haciendo que se preguntara si tal vez el acto de la
cópula sería más agradable con él. Sólo había una manera de averiguarlo. Ella levantó la túnica por
la cabeza, dejando al descubierto la parte superior de su cuerpo.

-”¿Qué estás haciendo?" - Su consulta surgió en un tono bajo y áspero.

Ella terminó de quitarse la camisa y lo miró. Parecía enfadado, con sus cejas fruncidas, sus labios
tensos en una línea recta, mientras sus ojos la fulminaban con la mirada.
-”El capataz me quería desnuda cuando fornicábamos. ¿Los cyborgs son diferentes?"

Sus cejas se alzaron.

-”¿Quieres tener sexo conmigo?"

- ¿Que si quiero? Si, quiero. Sería bueno tener una base de comparación.

Ella se encogió de hombros.

-”No puedo detenerte muy bien, así que ¿cuál es el punto en luchar?"- Se acomodó sobre su
espalda y dejó que sus manos desabrocharan la parte superior de sus pantalones.

-”Cúbrete."- gruñó. -"Y no se te ocurra, jamás me digas que no tienes opción. Tu eres la dueña de
tu cuerpo. Tu. No yo. No ese maldito capataz. Nadie, excepto tu. ¿Me entiendes?"

Ella se echó hacia atrás, dejando el torso desnudo.

-”No. No lo hago. Puedo decir que estabas pensando en la cópula o al menos tu cuerpo lo hace."-
dijo mirando a su entrepierna con intención. -"Me ofrecí para permitirte usar mi cuerpo sin luchar.
Y ahora estás enfadado."

Se dejó caer de rodillas delante de ella y se inclinó cerca, tan cerca que sus narices casi se frotaron
y su aliento revoloteó calurosamente por los labios.

-”No voy a negar que te encuentro atractiva. Una gran cantidad de hombres lo harán. Pero eso no
significa que yo o cualquier otra persona tiene derecho a obligarte a hacer algo que no quieres.
Nunca. Mi beso de antes estaba mal y no volverá a suceder. Tu no tienes que dejar que nadie te
toque. Y si alguien te dice lo contrario, me lo haces saber y voy a reajustar su pensamiento con el
puño."
-”¿Por que harías eso? Yo no soy tan importante. "

-”Sí. Lo. Eres."

Escupió las palabras con una vehemencia que hizo a su corazón tartamudear como si fuera un fallo.
Ella alzó una mano a su cara, tocando su mejilla suave y preguntándose por que estaba casi sin
respirar. Se inclinó hacia adelante, de repente con curiosidad por si un segundo beso la afectaría
tanto como el primero. Ella casi ni se enteró.

-”No podemos hacer esto. Estás permitiendo que tu alivio por ser rescatada nuble tu juicio. Tú no
me deseas. Y te mereces algo mejor."

Con ese sorprendente anuncio, él se puso de pie y salió por la puerta, dejándola atrás, aturdida, y
por alguna razón decepcionada. Se le ocurrió tardíamente lo que debería haber respondido.

- Pero yo te deseo.

Y eso era lo más asombroso de todo.


CAPÍTULO SIETE
Yo sé que no puedo mantenerlos alejados para siempre, pero tengo que intentarlo. Necesito
proteger a las mujeres que he llegado a considerar como hermanas. Ellas están detrás de mí, C-
791, que prefiere el nombre de Chloe y B-785, pequeña y delicada, que responde por Bonnie. Mis
amigas, mis hermanas de honor, no fueron hechas para soportar el mismo tipo de abusos que yo
puedo manejar. Ellas se hicieron con un propósito completamente diferente en mente.

De pie frente a los soldados, una parte de mí se da cuenta de que mi programación está
defectuosa, una vez más. No por falta de intentos del científico. Siguen tratando de hacer que
sus reglas se me adhieran, pero sigo liberándome. Sigo desechando sus órdenes de obedecer.
Como el infierno, es mi respuesta.

A pesar de mi bravuconería, sé que no soy ya la persona que solía ser. Han hecho cosas en mí.
Cosas para hacer que me olvide. Cosas que me han cambiado por dentro y por fuera. Pero ellos
no pueden cambiar lo que soy, no en el núcleo de mi ser. Conozco bien y el mal. Yo sé cómo
defenderme, y a las otras. No voy a esperar y ver a mis amigas ser violadas. No mientras todavía
pueda luchar.

El trío de soldados delante de mi reía mientras yo asumo una postura de batalla, o al menos mi
ingenua versión de ello. Se suponía que sería un modelo de soldado, pero aún no he recibido
instrucciones sobre el combate real. Una vez más, todo el asunto 'se niega a aprender’. Sin
embargo, yo no necesito la delicadeza de saber que soy fuerte, más fuerte que los seres
humanos frente a mí.

Aunque, llamarles humano es un insulto a su raza. Son matones, idiotas crueles que han pasado
mucho tiempo lejos de las sutilezas de la sociedad y creen que pueden tomar lo que quieran sin
repercusión. Quiero enseñarles lo contrario.

Ellos tontamente se lanzan uno a la vez, y les despacho con facilidad, un puño aquí, una patada
allí. Retrocediendo, se reagrupan. No soy tan estúpida como para pensar que hayan terminado.
Volverán, y voy a luchar contra ellos de nuevo. Un ligero toque en mi brazo me tiene mirando
hacia abajo.
-”Agradezco tu intento."- dice Chloe. -"Pero, no importará al final. Ellos ganarán. Ellos siempre
ganan. Ahora lo sé. y he aceptado mi destino."

-”Nunca es demasiado tarde."- le respondo con vehemencia. ¿Cómo van a dejar de luchar?

Los ojos de Bonnie brillan, joyas inhumanas en una cara perfecta.

-”Desearía que nos pudieras salvar, pero está bien. Es mejor si ambas tomamos el castigo sin
luchar. Sálvate a ti misma de la desgracia. Nosotras sobreviviremos. Siempre lo hacemos."

Y eso es lo más triste de todo.

-”No puedo esperar y mirar. Simplemente no puedo."

Todavía soy bastante nueva en el programa, aún no endurecida ante la miseria. Las unidades C-
791 y B-785, sin embargo, son las veteranas. Sus sonrisas tristes coinciden con las expresiones en
sus ojos. El abuso es todo lo que conocen, lo único que recuerdan. Temo, temo por ellas y por mí
misma, porque sé que es sólo una cuestión de tiempo. ¿Cuánto tiempo puedo seguir luchando
contra el destino al que están tratando de forzarme? ¿Cuánto tiempo antes de que también se
me ponga la misma cara triste? ¿Antes de que me deje llevar como un cordero a la masacre, o en
este caso, como la prostituta a las tropas?

Desearía decir que nunca, pero tendré que conformarse con decir NO mientras todavía recuerdo
siquiera un poquito de quien soy. Grito mientras cargo contra los cabrones, arrojándome contra
tres soldados, pero después hay seis, luego diez. Incluso mi fuerza no es suficiente para
prevalecer contra todos ellos. Me encadenan como a un perro rabioso... incluso chasqueo mis
dientes como uno... y me hacen ver como dañan a mis amigas. Les grito, prometiendo castigo,
una venganza sangrienta que realmente los hace palidecer Me amordazan. Y luego, en la
audacia de uno, se turnan conmigo, su risa procaz dominando sus gruñidos. Yo marco sus rostros
en mi mente, sobre todo los de quien dirigió a ellas su violencia. Marcándolas para la muerte. No
voy a dejar que me rompan. Pueden abusar de mi cuerpo, pero no van a quitarme mi espíritu.

Se ríen cuando terminan, satisfechos de sí mismos. Sorprendente que tengan el descaro de


llamarse humanos y sin embargo, actuar como el más bajo de los animales. Sintiendo los ojos en
mí, miro hacia arriba para ver la observación del general. Él siempre está mirando, incluso
cuando no es él el único que pide más torturas y pruebas.

-”¿Qué voy a hacer contigo, F-814?"- Reflexiona. -"¿Por qué no funciona el programa?"

Quita mi mordaza y le respondo.

-”Porque yo no te tengo miedo."

-”Pero lo tendrás Tengo tu destino en mi mano."- Él extiende su mano, plana y abierta, con una
sonrisa, lo aplasta en un puño. -"Vas a obedecer. Todas vosotras lo haréis al final. No eres la
primera en desafiarme. Pero esta será la última vez que lo hagas. Llevarla a la fosa."

Me llevan, resistiéndome y gritando injurias. ¡Oh las cosas que yo les haría si estuviera suelta!.
Me bañaría en su sangre si lo estuviera. Son muchos, sin embargo, y no puedo liberarme. Me
meten en un agujero, un cuarto de cemento con aberturas circulares en la pared, y manchas de
sangre en el suelo. Yo no creo en fantasmas, pero hay algo acerca de este espacio que me hace
temblar, y ahora tengo algo más que la rabia para sentir... miedo.

He oído hablar de este lugar, nada más que rumores susurrados. Es donde envían a los malos
para la rehabilitación. Los que como yo, que se niegan a arrodillarse y aceptar mansamente su
suerte. He visto los resultados.

La mayoría salen en bolsas para cadáveres, pero unos pocos sobreviven o sus cuerpos lo hacen
de todos modos. Ejemplo de ello es A-771 es el pequeño robot perfecto. Si yo no hubiera
alcanzado a verla antes, un brillante ejemplo de alguien decidido a luchar, habría pensado que
era un androide… tan perfectamente imitaba a un robot con sus características de siempre y la
obediencia perfecta. El pozo la rompió cuando nada más lo haría.

¿Me romperé yo?

Miro hacia arriba y veo al General sobre el borde. Muestra una sonrisa oscura.
-”Fuiste advertida."

Un sonido chirriante ahoga su risa cuando una tapa se desliza sobre el foso, me han encerrando
en la oscuridad. Una voz sin cuerpo emerge de la oscuridad a mi alrededor.

-”¿Quién eres?"

Pregunta estúpida.

-”Fiona".

-”Respuesta equivocada."

La primera explosión de agua fría me pilla por sorpresa. Para la cuarta oleada golpeándome, un
frio ártico en su temperatura, estoy temblando y oigo castañetear mis dientes. ¿Es esta su idea
del castigo? Me río con desprecio, decidida a aguantarlo. Pero estoy atrapada así durante horas
y mi procesador neuronal no responde. Yo no estoy siendo autorizada a regular mi temperatura
central. Me hacen sufrir. Es horrible, pero yo sé que puedo sobrevivir. La voz me asusta cuando
habla de nuevo.

-”¿Quién eres?"

Empiezo a entender su juego.

-”Fiona."- lo digo con firmeza y orgullo.

No voy a perder lo que soy.

El agua sigue abofeteándome, pero ahora también comienza a subir hasta que estoy boqueando
como un pez en la tierra. Excepto que, en mi situación, me estoy esforzando para que entre el
aire ya que el espacio se hace más pequeño y más pequeño. El pánico se desborda en mi primera
bocanada de agua. Una y otra vez, la tortura continúa, congelamiento, ahogamiento, drenaje ...
Un ciclo sin fin.

Pero yo prevalezco. En vuestra cara cabrones.

Mi desafío es anotado y ellos cambian de táctica. El agua sale caliente, entonces se eleva la
temperatura rápidamente. Voy de frío a caliente. Demasiado caliente. Ardiendo. Oh el dolor.
Pongo mi brazo sobre mis ojos, protegiéndolos de la ebullición del agua y el vapor.

El flujo constante de líquido no se detiene y la agonía es más de lo que puedo soportar. Más de lo
que nadie puede soportar. Trato de aferrarme a lo que soy. El único rastro de mí que ha colgado
en medio de todas las diferentes pruebas y torturas.

Yo grito una y otra y otra vez hasta que estoy ronca.

-”Yo soy Fiona. ¡Fiona! ¡Soy Fiona, maldita sea! "

Pero aún no soy rival para la maldad del hombre.

-*-*-*-

Solus no podía descansar. O trabajar. O relajarse. Él no podía hacer absolutamente nada aparte de
pensar en F-814. Y sentir. Joder, se sentía... tan completamente cabreado. ¿Dónde estaba el
maldito interruptor que le permitiría regresar a su feliz estado carente de emociones?

Sólo habían viajado a una distancia de dos días del asteroide. Dos días llenos de acciones
irracionales. Él no lo planeó de esa manera. Intentó cumplir con su deber en el manejo la nave.
Sin embargo, antes de que él se diera cuenta, estaba escabulléndose con el pretexto de mostrarle a
F-814 algo que había olvidado que tenía que saber. Le hizo comida para comer aunque ella le
aseguró que no necesitaba sustento diario. Él lo hizo de todos modos, encontrando y sirviendo
para ella los elementos más dulces a bordo, sólo para poder ver sus sonrisas sorprendidas mientras
disfrutaba de algo que le gustaba.

Encontró libros escondidos en los armarios de almacenaje y se los presentó a ella para que ella
pudiera acceder fácilmente a las versiones digitales y mucho más a través de la computadora. Él la
llevó a dar caminatas diarias alrededor de la nave para asegurarse de que ella mantuvo sus piezas
ejercitadas.

- Si no lo supiera mejor, pensaría que la estaba cortejando.

Pero Solus no la cortejaba. Tampoco se suponía que iba a cuidarla. Saber estas cosas no le impidió
sin embargo actuar como un completo idiota, y su confusión emocional creció.
Intentó eliminar su frustración en la segunda noche, golpeando el pequeño gimnasio a bordo y
golpeando la bolsa de sparring. No sirvió de nada. No podía dejar de revivir el beso accidental, un
abrazo que lo perseguía. La exuberancia suave de su boca. La calidez de su aliento. El deseo
vacilante en sus ojos.

Se obligó a recordar su miedo en la ducha.

Su admisión de que el humano a cargo abusó de ella. La furia cuando ella se ofreció a él, no porque
ella quería sexo, o él, sino porque pensó que era más fácil ceder antes que luchar.

Yo no la quiero dócil y sumisa.

Pero si aprendió algo en los últimos días era que la quería, y al mismo tiempo, no lo hacía. F-814
despertaba cosas en él, las emociones que había afirmado que no poseía, y no cedería ante ellas.
Ella le inspiró impulsos, humanos impulsos de los que había pensado estar por encima. Lo hacía
sentir inseguro y cachondo, curioso y protector. En otras palabras, vivo. Y no le gustó lo más
mínimo.

¿Qué ha cambiado? ¿Por qué ahora, de repente, su humanidad, o por lo menos el aspecto
emocional, trataba de reafirmarse? Y,¿porque con ella?
Las palabras de Joe volvieron a perseguirlo...

-”Espera hasta que te enamores."

¿Seguramente no? Él acababa de conocer a la hembra. De acuerdo con sus bancos de datos, el
amor era algo que crecía a lo largo del tiempo. Que surgía a partir de un agrado y amistad común,
y sí, una atracción. No sucedía tras cincuenta y nueve horas y siete minutos después de su primer
encuentro. ¿O si lo hacía? Nunca pensó en preguntarle a su amigo cuánto tiempo le llevó que él se
enamorara de Chloe. Eso no le había importado realmente. Y todavía no le importaba.

- No estoy listo para estar enamorado .

No estaba seguro de desear que esa emoción le debilitara haciéndole cojear y atando sus bolas
convirtiéndole en... un compañero. O como Seth lo llamaría, un marido bate-coños. No, la vida de
pareja no era para él.

- Sin embargo, si no la reclamo a ella, entonces, eso significa que alguien más puede.

Alguien más podría abrazarla y follarla. Él, después de todo, le había dicho que era a ella a quien le
tocaría decidir a quien quería ella, cuando lo quería, y si ella lo quería. Demonios, ella podía decidir
ir a la cama Seth o Aramus o ambos, y no había ni una maldita cosa que pudiera hacer al respecto.

- ¿No es eso lo que quiero?

La respuesta lo sorprendió. Solus gritó, un grito inarticulado de frustración cuando azotó el saco de
arena en frente de él. Una y otra vez volvió, tratando de despejar su mente y todo lo que se negaba
a seguir los patrones establecidos que él prefería. Un codazo en los bordes de su mente le hizo
abrir los caminos de los nervios con un gruñido,

-”¿Qué?"

-”He estado monitoreando tu habitación en caso de que los militares activen el transmisor de F-
814 y si bien no lo han hecho, estoy captando sonidos de angustia de nuestra invitada. Las cámaras
de vídeo parecen mostrar a ella en las garras de una pesadilla. ¿ quieres que vaya a ver cómo
está?"

- ¿Ella sufría?

Solus se estaba moviendo antes de responder.

-”Voy a cuidar de ella. Desactiva la cámara."- Porque no quería a nadie a viendo su, lado
disfuncional más suave. Nadie, excepto F-814.

Llegó a su habitación en un tiempo récord y antes de que abriera la puerta, escuchó sus quejidos.
Su corazón se aceleró y entró en la habitación. Caminó hacia la cama, sólo para detenerse cuando
notó un bulto en el suelo. Un análisis rápido de la cama la mostró privada de su manta,
probablemente porque se acostó con ella acurrucada en el suelo. Arrodillándose a su lado, él la
tomó en sus brazos. Su piel quemaba al tacto como una fiebre y sin embargo su clase no
enfermaba nunca. Ella jadeó mientras su cabeza se retorcía de lado a lado.

-”Despierta", - le ordenó.

Ella no obedeció. Murmuró algo, sonidos suaves, incoherentes que crecieron en intensidad hasta
que ella gritó con toda claridad,

-”Yo soy Fiona!"

Parecía que ella soñaba con su pasado. Él se sentó en el colchón, su peso acunado en su regazo, un
brazo enlazado alrededor de su torso. Él le apartó el pelo de la frente empapada de sudor. Una vez
más, una rareza para su especie. Ella gimió y el sonido patético del mismo le hizo daño de alguna
manera y sin lesiones.

-”F-814, despierta."
Ella gimió en respuesta. Entonces gritó, arqueando la espalda mientras todo su cuerpo se puso
rígido. Sus ojos se abrieron y miraron sin ver, todavía atrapados en su pesadilla. Su respiración la
abandonó con un silbido y se quedó inerte entre sus brazos.

-”F-814."- Ella no se movió. No respiraba. Sus ojos se mantuvieron fijos abiertos. -”¡F-814! Fiona!
Maldita sea, Fiona despierta. ¿Me escuchas? No permitas que una pesadilla estúpida sea la cosa
que te hace caer."

Pero ella no respondió a sus órdenes, no respondió en absoluto. Eso le asustó como nada antes. Él
inclinó su rostro abajo hasta que su frente descansó contra la de ella. Cerró los ojos incapaz de
mirarla mientras estaba tan indefensa. Una súplica suave que nunca habría pensado fuera capaz de
salir de sus labios.

-”Despierta, Fiona. Por favor."

Una exhalación suave tocó su boca y abrió los ojos para ver su mirada fija en él, con curiosidad en
su mirada.

-”¿Quién es Fiona?" - Dijo con voz ronca.

-”Tú. Creo."- Él no se apartó y ella no lo empujó. La intimidad debe haberle tenido corriendo.-”Tú
lo gritaste en tu sueño antes de entrar en algún tipo de convulsión."

-”¿Es mi nombre?"

-”Dímelo tu."

Ella parpadeó y casi podía ver las sinapsis de su mente mientras pensaba.

-”Sí. Lo es. Yo soy Fiona."


-”Encantado de conocerte." - La respuesta estúpida se deslizó de sus labios. Ella se echó a reír, un
sonido dulce a sus oídos por lo que decidió no golpearse a sí mismo después de sonar como un
idiota.

-”¿Sueñas con tu pasado?"

Una sombra cruzó sus ojos.

-”Sí".

-”Supongo que no era agradable."

Ella negó con la cabeza ligeramente, el roce de sus frentes fue raro.

-”No. Creo que sé por qué la ducha me asustó ".

-”Te importaría decírmelo?"

-”Yo..." - Ella vaciló y sus ojos se apartaron, incapaz de mirarlo a los ojos.

Se echó hacia atrás y vio que sus labios temblaban. Comprendió su miedo. Entendía su vergüenza.
Le hacía sentirse cerca de ella y quiso que ella confiara en él.

-”No siempre fui tan tranquilo y sereno sabes."- dijo en voz baja. -"En realidad, yo era
aparentemente un alborotador de mierda, o eso dice mi archivo. Yo en realidad no recuerdo mi
vida anterior. Pero, sí recuerdo algunas cosas de mi entrenamiento cuando fueron moldeando que
yo fuera un soldado perfecto."

Ella no dijo nada, pero observó que poseía su completa atención. Él la acunó en su regazo, el gesto
vino a él de forma natural y pareció calmarla porque parte de la tensión en su cuerpo se alivió. Él
continuó.
-”Siempre he tenido la tendencia de burlarme de mis superiores. Yo era bastante bueno en eso
también."- añadió con una sonrisa.

-”Así que un día, después de que yo dije algo particularmente apto e inteligente que menospreció a
mi comandante, me habían encadenado a un poste en el patio de entrenamiento y hizo que me
golpearan. Pero él no se detuvo allí. Yo tampoco lo hice. Mira, incluso entonces comprendí que
menos matarme iba a sobrevivir a casi cualquier cosa que me hicieran. Así que seguí
fanfarroneando, insultando a cualquiera que quisiera escucharlo. Creo que podría haber tenido un
poco de ganas de morir."

-”Molesto y decidido a darme una lección, mantuvieron mis mandíbulas abiertas y vertieron
basura en mi boca. Utilizaron uno de mis códigos de control y funcionó lo suficiente para que me
ordenaran tragar. Y luego vomité. Así que empezaron de nuevo. Y otra vez hasta que me
rompieron."

La vergüenza de ello todavía picaba. No mencionó las otras cosas que le habían hecho. Las
cicatrices físicas se habían curado, pero los recuerdos quemarían para siempre.

-”Por supuesto, una vez que se rompió mi mente, fui reprogramado fácilmente. Me convertí en un
soldado perfecto que no recordaba. No pensé. Sólo hice lo que me dijeron mientras ellos me
sonreían."

-”¿Y?" - Preguntó ella en voz baja.

-”¿Qué te hace pensar que hay algo más?"

Ella se encogió de hombros. Él le sonrió, sin sorprenderse de que hubiera adivinado que no era el
final de la historia. A pesar de lo que él quería creer, una conexión parecía existir entre ellos.

-”Una vez que me liberé, les di caza y muerte a esos bastardos. Todos y cada uno, ahogándose en la
misma porquería que me dieron de comer."

-”Se lo merecían".
-”Sí, lo hicieron. Ahora ¿vas a decirme qué te ha pasado? "

Ella tomó una respiración profunda, un gesto tan humano que ni siquiera parecía que ella se diera
cuenta.

-”Traté de proteger a mis amigas, mujeres cyborg como yo. Cuando no les permití ser violadas,
ellos me hicieron verlo y luego me violaron."

Apretó la mandíbula mientras le transmitió su historia con frases recortadas. Al final, un deseo de
caer en un ataque violento le tensó.

-”Cualquier persona se habría roto bajo ese tipo de abusos."- le aseguró.

Una sonrisa torció su boca, poco más que un rictus de alegría.

-”Oh, su ataque sólo me hizo más fuerte. Fue el hoyo el que finalmente lo hizo. Primero me
congelaron y me ahogaron, y cuando eso no funcionó, me hicieron hervir. Traté de acurrucarme en
una bola para minimizar el daño, pero el calor era demasiado. "- Ella levantó su brazo biónico.
-"Utilicé este para cubrir mi cara, para la protección de mis ojos. Es la forma en que perdí mi brazo
original, o al menos eso creo. Hay una especie de niebla después de eso."

-Cómo pudieron hacerle eso a ella? Él la abrazó con fuerza contra él.

-”Nunca más, Fiona. Te lo prometo."- Una promesa que iba a defender a muerte.

-”¿Por qué te importa?" - Preguntó ella, sin luchar contra su agarre, su mirada suave e inquisitiva.

-”Porque..."

Creo que Te amo. Las palabras se pegaron a su lengua y le dieron miedo. ¡Imposible!
Sus inesperados sentimientos por ella le aterrorizaban. Incapaz de pensar en algo que decir, algo
que explicar sin admitir por qué lo sentía con tanta fuerza, él puso sus labios sobre los de ella, un
suave abrazo queriendo ofrecerle solo mayor comodidad.

Pero ella lo convirtió en algo más.


CAPÍTULO OCHO
La pesadilla todavía se aferraba a ella, con su horripilante y sin embargo al mismo tiempo
fortalecedora viveza. Por fin, un vistazo a su desconocido pasado. No fue agradable. Fue doloroso y
humillante, pero le enseñó una cosa.

- Yo soy fuerte.

Había sobrevivido después de todo. Claro, sus enemigos la hicieron por dentro una esclava sin
mente robótica durante un tiempo, pero a pesar de todo, las ganas de vivir se abrieron paso. Luchó
para sobrevivir. Una parte distante de ella reconoció que debería estar lamentando su suerte, llorar
por la injusticia. Y lo haría, tal vez un día, pero sobre todo sentía alivio. Alivio al saber que no era
defectuosa, que no estaba sola. Y finalmente entendió por qué sus pensamientos estaban plagados
de inconsistencias. Alegría al darse cuenta de que podría recuperar su vida, aunque ella no la
recordara. O hacer una nueva. También se sentía viva, viva de una forma que no había entendido
antes.

- Porque no sólo soy una máquina. también soy un ser humano en el corazón. Qué terriblemente
fascinante.

Ella había escuchado la historia sobre cómo fueron creados los cyborgs, pero una parte de ella no
había creído realmente sus palabras hasta esa pesadilla. Aunque aún odiaba a los humanos por lo
que le habían hecho, celebró el despertar de su conocimiento, ya que significaba que no tenía que
ser una esclava, ocupándose por si misma de sus palabras y acciones.

Ella podría ser... Fiona.

El nombre resonó en su interior, haciendo eco y burlándose de ella como si los secretos de su
pasado residieran fuera de su alcance. El sonido de su nombre, esa mezcla de consonantes, se
sentía bien. Le pertenecía a ella. Tener un pequeño pedazo de sí misma regresando, incluso algo
tan simple como un nombre, la hacía feliz. Más que feliz... boyante, ligera… como si le hubieran
quitado un peso de encima.
La tortura que había sufrido a manos de aquellos que le hicieron olvidar palideció, y no sólo
porque parecía un recuerdo lejano, sino por cierto hombre al que había elegido para consolarla y
revelar los secretos que ella pudiera contarle aun si eso le causaba dolor.

Mejor aún, se preocupaba, le importaba lo suficiente como para querer protegerla. Así que cuando
él la besó, ella no quiso empujarlo ni sintió el flashback por las violaciones que había sufrido. No,
porque esos momentos violentos no tenían nada en común con el suave abrazo de Solus. Lo que
recordaba no era nada parecido a lo que experimentaba en sus brazos. Además, ella era fuerte y
no iba a dejar a su pasado dictar cómo vivía su presente.

- Voy a disfrutar el momento.

Se dejó disfrutar de la sensación de su boca deslizándose a través de ella en una caricia suave
diferente de cualquier cosa que ella recordaba.

Pero ella quería más. Quería nuevos recuerdos, recuerdos reales para reemplazar los otros
horribles. Momentos intensos que ella ayudaría a crear, esos hermosos y sensuales momentos que
ella sabía que Solus podía darle. Cuando tuvo esa certeza no lo sabía, ni se lo preguntaba.

Ella sentía, era glorioso.

Deslizar sus brazos alrededor de su cuello parecía natural, igual que abrir la boca ante la insistencia
del sondeo de su lengua. Un escalofrío la recorrió, una conciencia electrizante que despertó todas
sus terminaciones nerviosas. La excitación estalló con fuerza en su interior, con ganas de más. Se
dio la vuelta en su regazo, con el instinto conduciéndola, y se sentó a horcajadas sobre él. Un bulto
duro presionó contra su centro, e incluso con la tela separándolos, se estremeció, mojada y
deseosa.

Él apartó la boca de la de ella y jadeó.

-”Debemos parar. No debería de aprovecharme de ti en este momento de confusión."


-”No estoy confundida."- murmuró dando mordiscos de su labio inferior. -”Soy plenamente
consciente de lo que estoy haciendo y con quién lo estoy haciendo. Quiero sentirme viva, Solus.
Dame algunos recuerdos de placer. Muéstrame cómo se siente ser libre."

-”Yo no soy el hombre adecuado para ti."- gimió, y sin embargo él no se apartó. Sus manos
recorrían su espalda, ahuecando sus nalgas por un momento, palpando su carne.

-”En este momento del tiempo, eres el único hombre en que confío."- admitió.

El único que ella quería. Ella no sentía la misma sensación de comodidad y protección con los
demás. No deseaba que otro la tocara o cargara con ella.

- Quiero a Solus.

-”Necesito esto Solus. Te necesito a ti."

Y le pareció que él la quería también porque dejó de discutir.

Sus brazos se congregaron alrededor de ella y la besó con una pasión que la hizo gemir. Ella enredó
los dedos en su pelo corto, apretándose contra él, ansiando el contacto íntimo de su cuerpo. Sus
manos fueron hasta el dobladillo de su camisa, y ella se echó hacia atrás, rompiendo el beso lo
suficiente para que él pudiera retirarla. Suerte para ella, él ya estaba sin camisa, su fascinante torso
desnudo y listo para ella cuando se adelantó para estrecharse contra él de nuevo.

Las puntas de sus pezones, botones duros y apretados, le dolían al rozar su pecho. Una de sus
manos dejó su espalda para deslizarse hacia arriba por sus costillas, ahuecando un pecho antes de
dejar un trazo del pulgar sobre su pezón.

-”¡Oh!"
Ella jadeó ante el cosquilleo eléctrico que la atravesó, y luego gritó cuando él la inclinó hacia atrás y
bajó la cabeza para que su boca pudiera captar su pezón. No entendía cómo una boca húmeda
alrededor de su aureola podía sentirse tan bien, pero… ¡oh, cómo le gustaba!

En una ráfaga de movimiento que la asustó, él la colocó de espaldas sobre la cama. Él se inclinó
sobre ella, con la parte inferior del cuerpo descansando entre sus piernas. Sus manos la sujetaron
mientras él la miraba con ojos que brillaban débilmente. Su posición de dominio le daba una pausa
y algo de sus dudas debió mostrarse en su expresión, porque él se contuvo.

-”Podemos parar."

Lo dijo y lo haría también. La dejaría y se alejaría dejándola con ganas. Excitada. Ella negó con la
cabeza.

-”Tócame, Solus. Enséñame más."

Sus fosas nasales se abrieron y la intensidad que ardía en sus ojos se profundizó.

-”Eres tan jodidamente hermosa"- gruñó. -"Me has impulsado a ser salvaje desde el momento en
que nos conocimos."

Una sonrisa se dibujó en sus labios, un movimiento cada vez más y más familiar.

-”Conozco esa sensación. Es muy extraña, pero agradable. "

-”No, esa sensación es jodida. Esto, sin embargo, es agradable. "

Bajó la cabeza y otra vez capturó su pezón, pero esta vez él usó sus dientes junto con sus labios,
rozando la tierna carne, mordiéndolo antes de chupar en la boca. Ella se arqueó debajo de él, el
placer inundaba cada centímetro de su piel.
Y aún así no fue suficiente. Su núcleo le dolía, hinchado y húmedo, queriendo por primera vez algo
para llenarlo. Pero él no estaba en la posición correcta.

Clavándole los dedos en los hombros, se obligó a permanecer consciente de su verdadera carne.
Ordenó a su mano biónica que no le agarrase demasiado apretado mientras tiraba de él, pero él no
se movía. No retrocedía de besar sus labios para darle lo que ella anhelaba... su polla. En cambio,
él se movió más abajo, sus labios abriendo caminos de fuego sobre su vientre. Su aliento suave
provocando escalofríos al llegar a la cintura de sus pantalones. Desabrochó sus pantalones y apretó
la cara contra su montículo, para F-814...

- No, soy Fiona.- se dijo... gimió.

Sus manos cogieron la tela y tiró de ella hacia abajo hasta el final, dejándola al descubierto para su
vista, ella no sintió vergüenza. Era dueña de un cuerpo perfectamente funcional.

- Que Solus piensa que es hermoso.

Su observación anterior aún la calentó, de un modo que no acababa de comprender pero lo


disfrutaba. Sin embargo, su aliento caliente contra su hendidura le calentó aún más.
Se preguntó lo que se proponía, sus recuerdos y su base de datos no tenían ninguna entrada para
lo que un hombre podía hacer con su cara entre sus piernas, aunque sabía lo que una mujer puede
hacer en la misma posición. Al parecer, ese acto sexual puede ir en dos direcciones.

La tocó, deslizó un nudillo sobre su sexo en una caricia sensual que la sorprendió. Ella casi saltó
fuera de su piel con la sensación. Lo hizo de nuevo, esta vez empujando, algo que la hizo gritar y
contraer sus caderas. Como si eso no fuera suficiente tortura, luego le pasó la lengua por esa zona
y ella gritó.

Se sentía muy bien. Cuanto más la lamió, con toques cada vez más rápidos de su lengua húmeda,
más sintió una extraña sensación en espiral en su interior. Cada vez que él lamía su punto sensible,
aun más se apretaba su ya crispado canal, con los músculos temblando y en el borde, pero ¿en el
borde de que?Metió un dedo dentro de ella y la lamió de nuevo, luego otro dedo mas, ambos
entrando y saliendo de su húmedo sexo, mientras que ella gemía, el sonido deslizándose de sus
labios espontáneamente.
-”Ven a mí, Fiona."- susurró contra ella. -"Déjate llevar."

¿Tenía la habilidad de hacer lo que pedía? ¿Podía permitirse...? ¡Oh, sí que podría!

La oleada de placer se apoderó de su cuerpo, y ella se inclinó en la cama, ya que esto sacudía su
piel. Solus no cedía, sin embargo, hundiendo sus dedos dentro y fuera mientras la lamía, luego
chupó su carne sensible. Una segunda ola de felicidad la atravesó, se estremeció y ella gritó su
nombre, con los puños cerrados en las sábanas, mientras ella sentía su orgasmo. Quizá incluso
moriría de placer.

¿A quién le importaba? Se sentía tan bien.

Cuando por fin logró calmarse, y notar lo que la rodeaba, se encontró en los brazos de Solus.

-”¡Eso fue increíble!"- dijo ella con asombro.

-”Lo fue."- estuvo de acuerdo él.

Pero ella frunció el ceño cuando sintió un bulto empujando con fuerza contra sus nalgas.

-”Tu no te aliviaste a ti mismo."- observó girando a su lado para mirarlo.

Sus ojos oscuros se encontraron con su mirada mientras él alzó una mano y apartó los mechones
de pelo de su cara.

-”Necesitabas esto. Necesitaba saber que puedes tener placer."

-”¿Y no habría sentido placer si me penetrases?" - Preguntó ella.

Él se rió entre dientes.


-”Sí, lo tendrías, pero quería que veas que no todos los hombres son egoístas y se ocupan solo por
sus necesidades carnales personales."

-”Todavía pensaste que estabas tomando ventaja de mí, ¿no es así?" - Lo acusó.

Él se encogió de hombros.

-”Un poco."

-”Te dije que es lo que quería. Te daré satisfacción ti."- Ella fue a agacharse y sostenerlo, pero él le
agarró la mano y la detuvo.

-”No."

¿Por qué se negaba a ella? Está claro que tenía necesidad. ¿Qué lo detenía?

-”¿Ya no te gusto?" - Preguntó ella temiendo su respuesta, de alguna manera.

Un suspiro se le escapó.

-”No, el problema es que me gustas demasiado. No estoy destinado a tener una relación. No
quiero una."

-”¿Y crees que si te doy alivio, estaremos en una relación?"- Ella arrugó la nariz. -"No lo entiendo."

-”Las mujeres esperan cosas de los hombres con que comparten cama. El sexo es importante para
ellas. No estoy listo, y probablemente no lo estaré nunca para darte lo que necesitas. "

-”¿Y qué crees que necesito?"


-”Un hogar. Un compañero. Amor."

Los conceptos que enumeraba la provocaron un shock. ¿Estaba bromeando? Ella ladeó la cabeza,
dándose cuenta de que hablaba en serio.

-”No."

-”¿No qué?"

-”No tengo ningún interés en ninguna de esas cosas. Simplemente quería sentirme viva. Hiciste eso
y yo quería darte las gracias proporcionándole tu propio orgasmo. Si no quieres mi agradecimiento,
entonces esa es tu prerrogativa."

Incluso si su decisión le dolió porque, sinceramente, quería darle placer y no sólo como muestra de
agradecimiento. Solus la fascinaba. Ella quería explorar los duros planos de su cuerpo. Ver qué se
sentiría con la penetración de un hombre que se preocupaba de ella. Darle la misma alegría
explosiva. Ella quería hacerlo feliz incluso si ella no entendía muy bien por qué lo quería.

-”Tengo que irme."- Él se levantó de la cama, de espaldas a ella.

-”¿Por qué?"

-”Einstein contactó conmigo. Me necesitan en otra parte."

- Estás mintiendo.

Ella no había oído el murmullo habitual que sonaba cuando hablaban entre sí. Lo que significaba
que creó una falsa excusa para escapar de su presencia. Esto no la detuvo de preguntarle…

-”¿Volverás?"
-”Tengo que trabajar. Si necesitas ayuda, usa el comunicador y alguien vendrá."

Ella frunció los labios, irritada por su despido de ella. El rechazo no se ajustaba a ella.

-”¿Y si los necesito para sentirme viva? ¿Qué pasa si tengo curiosidad por ver si puedo conseguir el
mismo estado de felicidad con la técnica de otro? "

-*-*-*-

Sus palabras lo congelaron, y una rabia repentina se apoderó de él, una cólera impulsada por los
celos que le hizo girar y con un movimiento rápido, sujetarla contra la cama. Su gran peso la sujetó
mientras ponía sus manos esposadas alrededor de sus muñecas.

-”No. Harás. Eso."- gruñó pronunciando cada palabra como un grito. -”No vas preguntar a
cualquiera para que te sirva de esta manera. No mientras yo esté a bordo."

-”Así que, si yo tengo necesidad, ¿tu vas a servirme?"

Parecía furiosa cuando lo dijo. No entendía por qué. Le había dado placer y no espera nada a
cambio. Él daría su éxtasis de nuevo si ella lo solicitaba, aunque eso pudiera matarlo. Qué fácil
sería dejar que ella lo tocara, deslizarse a sí mismo en su cuerpo y perderse en él. Y eso era lo que
más temía.

Sin embargo, a pesar de eso, él no podía soportar la idea de que ella estuviera con otro.

-”Sí, voy a darte placer, maldita sea, mientras estemos en la nave." - Ahora sería un buen momento
para empezar.

-”¿Y cuando no estemos? Asumo que seré libre para buscar a otros. "
Tan sólo pensar en que lo hiciera le tensó. Rugió, incapaz de responder y saltó de la cama. Salió de
la habitación y dejó a Fiona atrás, pero no pudo escapar de la confusión y las preguntas en su
mente. No podía escapar de su deseo, y no sólo por la liberación sexual, sino por volver a tocarla.
Para poder ver su cara como se iluminaba en éxtasis. Para poder ver el rubor en su piel
completamente blanca. Para poder oler su excitación, e incluso mejor, saborearla.

Lo que comenzó como una respuesta a su súplica para sentirse vivo se convirtió en el momento
más erótico de su vida. Le tomó hasta la última gota de fuerza de voluntad que poseía, y algo más,
para evitar hundirse en su húmedo núcleo. Para volver a besarla y acariciar cada centímetro de su
cuerpo mientras la follaba hasta acabar en ella.

- Yo no soy mejor que un asqueroso humano.

Fiona merecía algo mejor que su lujuria. Ella había sufrido en su pasado y necesitaba a alguien para
cuidar de ella, amarla y protegerla.

- Yo podría hacer eso.

Y lo peor, él sabía que iba a disfrutarlo, pero ceder a sus emociones, dejándose cuidar de ella
significaría renunciar a muchas cosas. Como a su vida tranquila y ordenada. Compartiendo su
espacio. Teniendo que divulgar sus pensamientos y emociones. Despertar cada día con alguien, en
vez de solo. Viendo su sonrisa. Enseñándole alegrías simples que traía la libertad. Hacer el amor
con ella y ver el éxtasis en sus ojos siempre que quisiera. ¿Por qué parecía como que hubiera más
motivos para involucrarse con ella que razones para no hacerlo? Se topó con Aramus mientras
reflexionaba durante su rápida carrera por la sala. El hombre más grande lo sujetó con un gruñido.

-”Mira por donde coño vas."

-”Que te jodan."- gruñó Solus, no estaba de humor para la actitud grosera del cyborg.

-”Alguien está un poco bien jodido. ¿Qué pasa? ¿No fue F-814 la puta que te esperabas? ¿O es que
ella te rechazó? "
-”Cierra la boca sobre ella." - espetó Solus. -”Ha pasado por más mierda que cualquiera de
nosotros y merece nuestro respeto."

Aramus olfateó el aire.

-”Veo que tienes una manera interesante de mostrar tu respeto. ¿También se lo mostraste con tu
polla? "

Solus se enfureció y arremetió contra él, necesitando el efecto calmante de sus puños golpeando
algo. Excepto que no funcionó. No importa lo mucho que lo golpeó Aramus, no importa cuántos
golpes soportó, nada hizo que su frustración desapareciera.

Otros brazos lo agarraron, no lo suficientemente fuerte como para detenerle realmente si quería,
pero lo suficiente como para entrar en razón. Sintiendo que había conseguido su atención, Einstein
le dejó ir pero se quedó cerca.

-”Santa mierda." - exclamó Seth, bailando delante de un Aramus embravecido que seguía
intentando lanzarse encima, con su mirada mortal en Solus. -”¿Qué diablos se metió entre
vosotros?"

-”Solus aquí, está cabreado porque lo pillaron jodiendo con cierta mujer cyborg."

-”Te dije que callaras la puta boca sobre ella." - gritó Solus, incapaz de calmarse frente a las burlas
de Aramus.

-”Eso no tiene precio, viniendo de ti. Aquí estás soltando chorros de mierda acerca de respetar a
esa puta cyborg, a pesar de que acabas de follarla con tu lengua como un animal. Esto en cuanto a
tu control."- se burló Aramus.

Solus gruñó.
-”Te dije que no hablaras así de ella puto robot defectuoso. Su nombre es Fiona y ella es una
maldita víctima. Ella me lo pidió para su confort después de recordar algo de su pasado. No tenía
nada que ver conmigo. Y no es que sea asunto tuyo, pero no tomé nada para mí mismo."

Seth dejó de moverse y se quedó boquiabierto.

-”¿Estás jodidamente loco? ¿Por qué hiciste eso? "

Él nunca tuvo una respuesta porque Aramus lo derribó. y Seth, que al parecer no estaba de humor
para jugar, dejó escapar las habilidades mortales que generalmente mantenía en secreto. En
momentos, y en una falta de definición de movimiento casi demasiado rápido para seguirle, tuvo a
roncando Aramus en el suelo. Con los ojos abiertos Solus y Einstein le miraron boquiabiertos.

-”¿Qué?" - preguntó Seth cuando vio que le miraban fijamente. -”Son sólo los puntos de presión."

Pero los cyborgs no se suponía que tuvieran ninguno. Solus sacudió su cabeza. Justo cuando
pensaba que sabía todo sobre él, Seth sacaba algo intenso e hizo preguntarse a Solus si alguno de
ellos realmente conocía al joven macho en absoluto.

- ¿Y qué otros secretos contiene su programación?

-”Vaya, ya que mi genialidad os ha dejado estupefactos, sólo voy a agarrar mi viejo compinche
Aramus aquí y meterlo en la cama. Avisadme si me necesitáis. O mejor aún, si Fiona necesita más
comodidad. "

Seth movió las cejas al decir esto y se detuvo con Aramus sobre su hombro. Solus se habría
abalanzado y limpiado la sonrisa satisfecha de su cara a golpes, pero Einstein puso un brazo
delante suyo y le dijo en voz baja…

-”¡Basta, soldado!. Contrólate. Y tu Seth, no seas un idiota. "


Viniendo del más macho pequeño, generalmente tímido y tranquilo, era suficiente para detener a
ambos en sus provocaciones. Apareciendo disgustado, Seth bajó la cabeza.

-”Lo siento, hombre. Eso estuvo fuera de lugar. No voy a tocar a tu mujer."- Solus asintió al otro
cyborg antes de que Seth se alejara con su carga.

-”¿Todo bien, Solus?" - Le preguntó Einstein.

Tenía en la punta de la lengua las ganas de decir que sí, pero con los hombros caídos, respondió:

-”No."

-”Vamos a pasear por el puente y mantener un ojo en las cosas mientras hablamos."

-”Estoy en contacto con la nave ya." - respondió Solus, pero aún así le siguió.

-”Sé que lo estás, como lo estoy yo, pero me gusta tener a alguien a los controles manuales como
medida de precaución. Nunca se sabe qué tipo de nueva tecnología tendrán en sus manos los
militares."- Una vez en el centro de control, Solus se dejó caer en su asiento y se inclinó hacia
adelante hasta que él tomó su cara entre entre sus propias manos.

-”Hay algo mal en mí."- admitió antes de que Einstein pudiera preguntar.

-”¿Mal? Te ha dado tu diagnóstico interno la causa exacta? "

Se rió con ironía.

-”No. No es nada que mi BCI pueda detectar. Se trata de un problema con mi lado humano. Más
específicamente, mis emociones. "
-”Ya veo. ¿Y qué está exactamente mal en ellas? "

-”Tengo algunas."

-”Eso es normal."

Enfadado, Solus levantó la cabeza para atravesarlo con la mirada.

-”No, no lo es. No para mí. He pasado los últimos años desde la liberación en perfecto control.
Ahora, en los últimos días, es como si tuviera a alguien más dentro de mí, controlándome,
obligándome a hacer y decir cosas que nunca se me ocurriría."

-”En primer lugar, odio decirte esto, pero siempre has tenido emociones. Si no lo hicieras, entonces
¿de dónde viene tu ira? ¿Tu odio hacia los seres humanos? "

-”Mi odio era un resultado lógico de su tratamiento hacia mí."

La boca de Einstein se quedó boquiabierta. Luego soltó un bufido.

-”¿Eres de verdad tan inconsciente? La ira es un sentimiento. Como lo es el desprecio. Atracción.


Afecto. Junto con toda una serie de otras expresiones que he visto que adoptas."

Solus frunció el ceño.

-”Mi procesador imita sutilezas sociales también."

-”No, no es así. No eres alguna forma de inteligencia artificial que descifra su programación y
subrutinas cómo actuar y responder. Eres un cyborg, lo cual significa que eres parte humano y las
cosas que sientes son resultados naturales de la forma de percibir el mundo y los acontecimientos
que te rodean. Odio tener que decírtelo, Solus, pero tu siempre has sentido."
Su ceño fruncido no borró la sonrisa apaciguadora en el rostro de su amigo.

-”Está bien. Supongamos por un momento que estás en lo cierto. ¿Qué ha pasado para que mis
emociones se conviertan en un desorden caótico? Ahora mismo, todavía quiero ir a aplastar la cara
de Aramus. También quiero ir a declarar la guerra a los humanos y acabar con ellos."- añadió para
así mismo: y volver con Fiona y darle placer hasta que ella nunca desee pedirle a alguien más que
la toque de nuevo.

-”¿El motivo de esta rabia tiene algo que ver con nuestra invitada?"

-”No."

-”Y puedes agregar la mentira a la lista."- dijo Einstein con un movimiento de cabeza. -"Como diría
Seth, lo tienes mal, hombre. Acéptalo. Te preocupas por la hembra."

-”Su nombre es Fiona."

-”Probado mi punto ¿Por qué no? Te preocupas por ella. "

-”No lo hagas."

-”¿En serio? Entonces no te importaría si tal vez la llevo a cenar y quedo para hablar con ella. "

-”Por supuesto que no." - mintió.

-”Ella es muy atractiva."- Einstein reflexionó. -"Encontré su forma muy atractiva cuando la vi en su
estado de desnudez. No me importaría tocarla íntimamente o... "

Solus no lo pensó, simplemente saltó a por el otro cyborg y lo llevó al suelo, su puño dispuesto a
atacar cuando vio la sonrisa en la cara de Einstein.
-”Te dije que tenía razón. No vuelvas a discutir con alguien más inteligente que tú. "

Aturdido, y todavía un poco celoso, Solus, sin embargo dejó que Einstein se levantara. Como no
podía refutar su afirmación, cambió de tema.

-”No eres más inteligente que yo."

-”Sí, lo soy." - dijo con aire de suficiencia. -”Y no intentes desviar el tema. Ahora que sabes que te
preocupas por Fiona, ¿qué vas a hacer? "

-”Lo único que puedo hacer."

La única cosa que podría conseguir que su cordura y la paz de su mente regresara.

-"Ignorarla."
CAPÍTULO NUEVE
-”¿Por qué me evita?" - le preguntó a Seth.

Habían pasado dos días desde que había despertado de su pesadilla. Dos días de flashback que se
disiparon para dejar sólo las imágenes y los recuerdos fragmentados.

- Aunque sé que odio el pescado, me encanta el color rosa y una vez yo tuve el cabello largo
hasta mis nalgas.

Esto último pensó que era muy poco práctico, incluso si ella disfrutaba con el cepillado de su corta
cabellera. Sin embargo, peor incluso que los recuerdos extraños fue la confusión de su mente y su
cuerpo.

Dos días había sufrido impulsos corporales incómodos.

Trató de ignorar los deseos que nunca había experimentado antes de que Solus la llevara a su
clímax gritando. Dos largos días de malestar por un hombre, un hombre que no quería dejar sus
pensamientos, un hombre que se comportaba impecablemente educado; indagando sobre su
situación, sus necesidades. Pero nunca la tocó. En realidad, se trasladaba de inmediato si ella se
acercaba demasiado.

No le gustaba ni un poco y no podía entender por qué. Su corazón se aceleraba cuando él se


acercaba, y luego casi se detenía cuando él se iba sin una sonrisa. Constantemente pensaba en él,
no importa cuántas veces apuntase su BCI en otras direcciones.

- Soy un desastre disfuncional, y es todo culpa suya.

Le había hecho algo cuando la había llevado al clímax. Había frito sus circuitos o algo así

-”¿Quién te está evitando? ¿Quieres decir Solus?"


-”¿Sobre quién más podría estar preguntando?" – dijo ella asintiendo con la cabeza

-”Bueno, he notado que Aramus se dispersa como si tuvieras la peste."

Arrugó la nariz, un gesto que había adoptado recientemente y no parecía capaz de detener.

-”No siempre, lo cual es una lástima. Realmente es muy desagradable."

-”No me importa, Aramus. Es sólo una parte de su alegre personalidad. Creo que voy a llevarlo a
echar un polvo la próxima vez que pase el punto donde está estacionado el burdel galáctico. Me
vendría bien algo de compañía femenina a mí también."- Él movió ambas cejas en un gesto que
resultaba desconcertante para ella.

-”Pareces muy sexual en comparación con los otros."- lástima que Solus no tuviera la misma
pulsión erótica, entonces tal vez no iba a evitarla.

-”Si estás insinuando que Solus es un bastardo frío, entonces no estoy de acuerdo. Él está caliente
bajo esa fachada fría."

-”Me resulta tan difícil de creer."

-”Confía en mí en este caso. Solus es como un volcán a punto de estallar. Es por eso que te está
evitando. Está pasando por un momento difícil para adaptarse al hecho de que tiene emociones
humanas. "- Ella frunció el ceño.

-”No lo entiendo."

Seth se recostó en su asiento y ignoró la baraja de cartas extendidas encima de la mesa. Él había
decidido encargarse de enseñarle juegos de cartas para pasar el tiempo. Ella no vio el punto, pero
le siguió la corriente, igual que ella le siguió la corriente cuando vio las películas humanas en la
pantalla de la pared. Aún no consiguió ver el valor de comedia que le hacía carcajearse a él, pero
encontró la mezcla de colores y paisajes fascinantes.
-”Verás esto es así. Solus se ha enorgullecido desde que lo he conocido en ser tranquilo y sereno.
Siempre en control de sí mismo sin importar la situación. Capaz de pensar con claridad en lugar de
dejarse llevar por las emociones. Él se burló de sus amigos, como nuestro líder Joe, cuando se
enamoró y descubrió que no todas las cosas humanas son malas. Solus estaba muy feliz en su
estéril y aburrido mundo. Entonces te conoció. "

-”¿Cómo pudo cambiarle el conocerme?"

-”Solus ha descubierto que le importas. En realidad, siempre ha sentido, aunque lo negara. Es un


poco idiota por eso. Pero contigo creo que está dándose cuenta de lo que le falta en su vida.
Quiere el amor y el afecto del que ha estado burlándose."

-”¿Conmigo?" - Ella sabía que sonaba incrédula. -”Yo nunca pedí eso. Acabo de darme cuenta hace
sólo unos días de que no soy un robot. Ni siquiera sé si soy capaz de sentir amor y mucho menos
devolverlo."

-”Oh, por favor. Cualquiera puede ver que estás loca por él. Tu ojos se iluminan siempre que está
en la habitación y tu mirada le sigue a todas partes. Y… déjame preguntarte esto, ¿alguien más
hace que quieras deshacerte de tu ropa y ponerte salvaje? "

-”¿Qué?"

Aunque ella había visto un montón de películas y leído libros en los últimos días, algunas de las
expresiones de Seth todavía no tenían sentido. Él se echó a reír.

-”¿Deseas tener relaciones sexuales con alguien más?"

-”No."

-”¿Estás segura? Yo soy un bien tipo parecido, como lo es Einstein. Aramus podría serlo si alguna
vez dejara de fruncir el ceño. Yo te trataría muy bien. Y tengo una gran técnica."
Ella lo miró con su sonrisa brillante y atractivas características. Ella miró a su torso hacia arriba y
hacia abajo, observando la fuerza de su cuerpo. No se agitó nada dentro de ella. Ni siquiera
curiosidad de verlo despojado de su camisa.

-”No."

Su sonrisa se amplió, en absoluto ofendido por lo que parecía un rechazo de sus avances.

-”¿Ves? Quieres a Solus."

-”Pero eso no quiere decir que lo amo."- le dijo a la defensiva. "Él sólo despierta a mis mas bajos
instintos."

-”Lo que sea. No estoy seguro de lo que piensas es el amor... pero la lujuria juega un papel en eso.
Te lo aseguro. Déjame hacerte otra pregunta. Si estuvieras en peligro, ¿a quién acudirías?"

-”Solus."- Ella ni siquiera lo pensó antes de responder.

-”¿A quien le confiarías un secreto?"

Ella apretó los labios con fuerza a pesar de que la respuesta era la misma.

-”No me gustan tus preguntas."

-”¿Por qué? ¿Porque te estoy obligando a ver la verdad? "

-”¿Cómo puedes pretender que tiene afecto por mí cuando no se permite ni estar a solas
conmigo? Parece que mientras yo creo que podría… "- ella frunció la nariz -"…cuidar de él, él no
siente lo mismo. Creo que me está evitando, porque él no quiere animarme en mis avances
indecorosos."
Él, obviamente, no disfrutó de su tiempo sexual juntos a pesar de su orden de que acudiera a él si
tenía necesidad.

-”¿Crees que permanece lejos porque no le gustas?" – le preguntó Seth.

Ella asintió con la cabeza.

-”Estás tan equivocada en ese punto, querida."

-”Los hechos todos parecen señalar, en esa dirección."

-”¿Quieres apostar por eso?"

Ella frunció el ceño con suspicacia.

-”Apostar significa una expectativa de ganar algo de valor si estás en lo correcto. No tengo nada por
el estilo para comerciar."

-”Quiero que me debas un favor."

-”¿Un favor?" - Ella sabía lo suficiente de Seth para no dejarse engañar. -”No te dejaré tener
relaciones sexuales conmigo."

Seth se rió.

-”No. No ese tipo de favor. Algo razonable, como una mano amiga, si me estoy mudando. O puedas
extraer una roca grande, preciosa para darle algún día a una chica."- Sonaba razonable.

-”Estoy de acuerdo. ¿Y si gano? "


-”No lo harás, pero si ganas te voy a dar todo lo que quieras."

-”Muy bien. También exijo un favor de mi elección. Ahora, ¿cómo vas a poder demostrar que le
importo a Solus? "

-”Fácil. Déjame darte un beso, y yo te mostraré que tengo razón."

Ella le lanzó una mirada oscura.

-”Estás tratando de engañarme. Esto es sólo otro de tus intentos de seducirme. Ya te he dicho que
no me interesa."

-”Pues no. Te prometo que no es por eso que te lo estoy pidiendo. Esta es la forma más rápida para
mí de demostrar mi punto. ¿No me digas que tienes miedo de un pequeño beso?"

-”No temo a nada, pero él no está aún aquí, así que ¿cómo podría ver el beso para probar tu
teoría?"

-”Confía en mí, cariño. Solus tiene su ojo en ti, pero no tiene ningún altavoz porque los inhabilité
para que no pudiera oírnos hablar. Él se molesta cuando coqueteo contigo. "

Seth se frotó la mandíbula cuando lo dijo. Ella se rió de su sonrisa traviesa.

-”Está bien. Prepárate para perder."- dijo aceptando el trato.

Seth se puso de pie y le tendió la mano. Fiona colocó la suya en ella y permitió que la pusiera de
pie. Cercanos en altura, de pie ambos quedaban casi cara a cara.

-”¿Lista?"
Ella asintió con la cabeza. Sintiendo un aleteo en el estómago, que no tenía nada que ver con besar
a Seth, pero todo que ver con la ansiedad por el resultado, la hizo tensarse.

-”Una última cosa, cariño... por favor, no dejes que me mate."

Luego se inclinó y la besó. Labios suaves, olor agradable; ella estaba rígida mientras él exploraba su
boca.

- Aburrido. Lo único que ha demostrado hasta ahora es Solus es mucho mejor en esto.

-*-*-*-

Después de su conversación con Einstein... y pese a volver a vivir ese momento glorioso cuando
Fiona llegó al clímax por él... Solus hizo todo lo posible para volver a sus costumbres estériles.
Mantuvo su contacto con Fiona al mínimo a pesar del dolor que captó en sus ojos... y del dolor en
su cuerpo.

Hizo caso omiso de su corazón, que tartamudeaba en su presencia y de sus brazos que se crispaban
con la necesidad de abrazarla. Trató y trató de fingir que era sólo otro cyborg. Nadie importante.
No alguien que necesitaba en su vida. Nunca había sido más miserable.

- O patético.

Evitarla no era tan difícil, porque él siempre sabía dónde estaba, lo sabía porque no podía detener
su BCI de sintonizar y verla en los monitores a bordo. Él echó la culpa a muchas razones que no
tenían nada que ver con la verdad. Él vigiló su sueño por si acaso tenía otra pesadilla. La observó
en la sala común por si los otros cyborgs pensaban maltratarla o someterla a sus indeseados
avances. Espió sobre su alimentación, ejercicio, paseos, aprendizajes... En otras palabras, él vivía y
respiraba por Fiona, mientras se torturaba a sí mismo manteniendo la distancia.

Era una mierda, una expresión que él entendía totalmente ahora.


En especial observó con atención cuando ella pasó tiempo con Seth, ese puto cyborg andante que
coqueteaba cada vez que abría la boca alrededor de una hembra. Así fue como con la respiración
contenida, observó a Seth hablando animadamente con ella. Vio su sonrisa y la vio asintiendo con
la cabeza en acuerdo. Cuando se encontraron, frente a frente, a sólo unos centímetros de
distancia, el pavor se enroscó en su interior. Y cuando Seth le dio un beso, explotó fundido en furia.

- ¡Ella es mía!

No caminó, corrió a la sala común, con un solo propósito gobernando su mente. Matar a Seth.
Arrampló en la sala justo cuando la pareja besándose dio un paso atrás. Fiona lo miró con los ojos
muy abiertos, la boca abierta en shock. Seth suspiró y sacudió la cabeza.

-”Te lo dije." - le dijo a Fiona, sus últimas palabras antes de que Solus se zambullera sobre él.

O lo intentara. Él se desvió en el último momento porque Fiona se arrojó delante del cyborg
"cercano-a-morir", impidiéndoselo.

-”¡Alto!" – Gritó Fiona.

-”Muévete fuera de mi camino."- gruñó Solus.

Ella cruzó los brazos sobre el pecho.

-”No. No vas a hacerle daño."

-”¡Voy a hacer lo que me de la maldita real gana a ese idiota mujeriego!"

-”¿Por qué?"

-”Porque... ya es hora de que él aprenda su lugar."- gruñó.


-”¿Tienes celos porque el me besó?"

Su pregunta le dio una bofetada, y rápidamente lanzó un falso,

-”¡No!"

-”Entonces, no tienes razón para hacerle daño." – sentenció ella. -"No hay ninguna razón en
absoluto."

Seth estuvo de acuerdo, avanzando lentamente a su alrededor, manteniendo un ojo cauteloso


sobre Solus. Estuvo a punto de dar un puñetazo al bastardo, pero Fiona esquivó en el camino.
Cerró el puño a su lado, prometiendo usarlo más tarde, cuando ella no estuviera allí para proteger
a ese gilipollas.

Seth se marchó utilizando a Fiona como escudo. Sin nada para golpear, Solus decidió en un curso
de lógica, cualquier cosa para evitar que Fiona cayera en la cama de Seth.

-”Él se está aprovechando de a ti."

-”No, no lo hacía. Estuvimos probando una teoría y yo estaba totalmente de acuerdo."

-”¿Le pediste que te besara?"

Su corazón se detuvo mientras esperaba su respuesta. Ella se encogió de hombros.

-”Supongo que se podría decir que sí."

Un poco de su ira se desinfló sólo para ser reemplazado por... dolor. No le gustaba la sensación en
absoluto. Hizo sus siguientes palabras amargo y áspero.
-”Pensé que te dije que vinieras a mí si sentías necesidad."

-”Bueno." - respondió ella con una sonrisa burlona -"Tu no estabas alrededor. Seth estaba aquí. Ha
sido un amigo para mí, a diferencia de otras personas que conozco."

-”Él simplemente dormirá contigo y luego pasará a la próxima conquista. Él no es capaz de estar
con una mujer."

-”Suena como alguien que conozco." - dijo bruscamente ella, sus ojos marrones parpadeando con
ira.

Su observación le aturdió.

-”Estás hablando de mí?"

-”¿Ves a alguien más que me tocó íntimamente y luego me ignoró como si nunca hubiera
sucedido?"

-”Eso fue diferente. Te di lo que necesitabas."- Y quería dárselo una y otra vez, tantas veces como
se necesitara para curar el hambre en su interior.

-”Y después me dejaste."

-”Porque te mereces algo mejor."

Ella se echó a reír, un sonido discordante que no tenía ningún regocijo.

-"Sí, merezco algo mejor que ser abofeteada con el rechazo después de dejarme confiar en ti.
¿Puedes culparme por buscar en otra parte? "
La vergüenza le hizo caer la cabeza. Él no había pensado que lo vería como un rechazo. Y sin
embargo, aun a sabiendas de que la había herido, no podía tolerar verla con cualquier otra
persona. El pensar en eso le daba ganas de romper cosas.

-”No es lo suficientemente bueno para ti."

-”Entonces, ¿quién es lo suficientemente bueno, Solus? No es Seth, al parecer. ¿Qué hay de


Einstein o Aramus."- Sus labios se apretaron en una delgada línea. -”¿Ninguno de ellos? ¿Y cuando
lleguemos al mundo cyborg? ¿Ningún hombre allí será adecuado? "

Él no respondió, pero él levantó la cabeza y encontró su mirada. Ella sonrió triunfante.

-”Es lo que pensaba."

-”¿Por qué haces esto?"

-”¿Haciendo qué? Eres tú quien está haciendo algo. ¿O debería decir nada?. Tu me rescataste de la
única vida que he conocido. Actuaste como mi amigo y yo compartí mis secretos contigo. Permití
que me dieras placer y luego me ignoraste."

-”Yo no te he ignorado.”

Su mirada afilada le hizo desplazarse incómodamente.

-”Yo no deseo que te ates a mi. No tengo lugar en mi vida para una pareja. "

-”¿Y quién dijo que yo hubiera quedado atada? Disfruto de tu presencia, entre otras cosas, pero no
te he pedido nada, ni tengo intención de hacerlo. "

-”Todavía."
Sus ojos brillaban con enfado.

-”A pesar de lo que pareces pensar erróneamente, no tengo necesidad de un compañero. O del
amor. Pero para mi sorpresa, no me importaría algo de compañía de un hombre que encuentro
atractivo y me da confianza. Por desgracia, y a pesar de tus actos, ese macho eres tu. Así que, o me
das lo que necesito de repente contra toda lógica, o me esforzaré por buscar en otro lugar."

-”Oh no, no lo harás."

-”¿Siempre eres tan completamente obstinado?"

-”¿Me estás acusando de ser terco?" - El mismo concepto lo aturdió. -”Voy a tener hacerte saber
que yo soy uno de los seres más lógicos que conozco."

Excepto cuando estaba cerca o pensaba en Fiona. Pero eso no era algo que admitiría en voz alta.
Un ruido burlón salió de su boca.

-”De alguna manera lo dudo. Sin embargo, a pesar de tu evidente mentira, creo que tengo una
solución. Requiero el compañerismo de naturaleza sexual y puesto que insistes en ser el único que
me lo proporcione entonces tenemos que hacerlo de una manera no emocional, racional. Seth dice
este tipo de encuentros se llaman sexo sin compromisos. Significa... "

-”Ya sé lo que significa." - gruñó.

El sexo sin compromiso, que era lo que él quería... pero temía a la vez. Si decía que sí, él podría
dejar de luchar contra el impulso de estar con ella. Podría saborear su pasión de nuevo. Tocar la
piel que lo perseguía. Besar los labios que le llamaban. La idea debería haber hecho feliz, en
cambio, estaba enfadado.

- Porque la amo, maldición.


Increíble, pero inconfundible. No podía soportar la idea de ella con cualquier otra persona. Nunca.
La deseaba con él siempre. Y no sólo en su cama.

-”Entonces, ¿qué va a ser?"- Preguntó ella. -"¿Quieres ser mi pareja sin cadenas, o vas a seguir
rabiando cada vez que muestre interés en otro hombre? Ya que estás tan preocupado de que voy a
hacerte exigencias, te prometo que no será nada más allá del sexo y un poco de conversación.
Tampoco necesitamos compartir una habitación ahora o cuando regresemos a tu planeta. Ni hace
falta hacer ninguna falsa declaración de afecto."

-”¿Qué pasa si te enganchas a mi?"- lo hizo sonar como algo malo pero en su corazón, él esperaba
la respuesta correcta.

-”Dudo que sea capaz de amar. Así que no tienes que preocuparte por eso."

Las ganas de demostrarle que estaba equivocada eran más fuertes que cualquier fuerza conocida.

- Ella se interesa por mí, tiene que hacerlo.

Antes de que hubiera terminado el pensamiento, él la sostuvo en sus brazos.

-”¿Qué estás haciendo?" - Preguntó ella con voz entrecortada.

-”Se acostumbra a sellar algunos tratos con un beso." - dijo.

Inclinó la cabeza y tomó sus labios. La excitación ardiente fue instantánea, y correspondida.
Arrojando sus brazos alrededor de su cuello, ella se pegó a su boca con un hambre que emparejaba
con la suya.

Impaciente, después de todo habían pasado dos largos días desde la última vez que la había
tocado, él la agarró por la cintura y la levantó sobre la mesa. Olvidándose de su situación pública.
Olvidándose de la posibilidad de ser descubiertos o interrumpidos.
¡La necesitaba, ahora!

Sentada, ella captó su plan y separó los muslos para que pudiera situarse entre ellos, sus piernas
bloqueadas alrededor de la cintura, sosteniéndolo cerca de ella. Se inclinó hacia su espalda, sin
perder nunca la posesión de sus labios, hasta que ella estuvo en la mesa, las olvidadas cartas
dispersadas por su prisa.

Su mano buscó a tientas el cierre de sus pantalones y con impaciencia al ver que no cedía, lo
rompió. Él metió la mano en esa abertura, deslizándola sobre su montículo, en busca de su
hendidura. La humedad se encontró con sus dedos y él gimió cuando deslizó un dedo en su
húmedo canal. Los músculos de su coño apretados a su dedo, pulsando con vehemencia a su
alrededor. Incluso más dulce que eso fue su dulce grito tragado por sus labios mientras continuaba
besándola.

Ella inclinó sus caderas, presionando contra su mano, pidiendo más en silencio. Metió un segundo
dedo en ella mientras su lengua se batía en duelo con la suya, y… ¡oh, por todos sus circuitos!... ¡se
sentía tan condenadamente bien! Quería hundirse en ella. Sentir su piel aterciopelada agarrándole
y dando la bienvenida a su dureza.

El altavoz crepitó.

-”Um, siento interrumpir."- dijo Einstein por el intercomunicador con evidente malestar. -"Pero
estoy recibiendo una señal. El ejército finalmente ha activado su baliza."

Con los dedos profundamente dentro de ella y el calor de su cuerpo haciéndole febril, Solus gimió
por la interrupción. La voz y la situación deberían haber apagado su ardor, el deber llamaba
después de todo, pero por una sola vez, Solus quería ignorar lo correcto, olvidarse de ser el cyborg
responsable de siempre y terminar lo que había empezado. A juzgar por el brillo en los ojos de
Fiona, ella también quería lo mismo. Se movió contra él.

-”¿Podemos ignorarle?" - Suspiró.

-”Ojalá pudiéramos, pero si no hacemos caso de Einstein, en breve Aramus es susceptible de venir
a buscarnos lo que sería bastante desagradable, porque la sangre es muy difícil de limpiar cuando
se pone en estos suelos."
Se mordió el labio, pero no pudo impedir que sus ojos brillaran en un gesto de alegría. Un
resoplido se le escapó.

-”Yo te ayudaría a limpiar." – le susurró.

Por todo lo que él era, él la amaba.

- Soy una unidad defectuosa.

Y ya no parecía importarle, no si eso significaba que podía abrazar el placer que había descubierto
con ella. Se inclinó y besó los labios de Fiona.

-”Vamos a reanudar esto más tarde, en un momento más apropiado."

En el primer segundo que se las arreglara para estar a solas.

-”¿Me lo prometes?”

-”Sí, te lo prometo."

Nada excepto la muerte le impediría reanudar su acto de amor... y hacerla suya.

Ahora bien, si tan sólo pudiera encontrar una manera de decirle lo que sentía y hacer que le
creyera cuando él todavía tenía dificultades para creerlo por si mismo.
CAPÍTULO DIEZ
Fiona se obligó a no sonreír ya que Solus por fin se le había declarado. A pesar de su negación, sus
acciones sólo podían ser interpretadas como celos, y de acuerdo a su diccionario interno ese
sentimiento codicioso solamente ocurría con cosas que las personas consideraban valiosas para
ellas.

- Lo que significa que, a pesar de sus afirmaciones, él me quiere.

O al menos su cuerpo a juzgar por su pasión voraz. Eso estaba muy bien ya que ella había dicho la
verdad. No quería un compañero o el amor. No sabía lo que quería en realidad a no ser la
oportunidad de sentirse viva, una gloriosa sensación que sólo se producía en presencia de Solus.
Tampoco podía esperar para descubrir lo que se siente al tenerlo dentro de ella, algo que se había
imaginado en innumerables ocasiones desde la primera vez que él la llevó al clímax.

- ¿Voy a disfrutar de él penetrándome con su polla?

Parecía más bien de tamaño considerable. Pero ese conocimiento tendría que esperar a un
momento más propicio cuando el fuego que habían encendido juntos pudiera cobrar vida.

Solus sostuvo su mano mientras la acompañaba al área médica de Einstein. Ella no entendía el
propósito. No podía perderla, los pasillos eran lo suficientemente anchos para dos personas y ella
sabían dónde iban, pero disfrutó del gesto casual y no lo cuestionó ni se separó. Se preguntó si de
algún modo para él era como un gesto de afecto.

- Eso espero.

Einstein volvió de su consola y le sonrió cuando entraron.

-”Hola, Fiona. Siento interrumpir tu tiempo con Solus, pero parece que el ejército logró ocultar un
transmisor en tu cuerpo. Estoy detectando una señal de baja frecuencia."
-”Elimina la señal." - mandó Solus. -”Y luego destruyelo para que no nos puedan rastrear."

Fiona no respondió pero su atención se encontró atrapada por una imagen en la pared, un vídeo
congelado aún en la pantalla.

-”¿Quién es éste?" - Preguntó ella señalando al hombre fuerte que llevaba un uniforme militar.
Conocía esa cara. De hecho, ella nunca lo olvidaría.

-”Él es el capitán militar que encontramos de vuelta en el asteroide. ¿Por qué?"- le preguntó
Einstein.

-”Me acuerdo de él." - afirmó sin rodeos. -"Es uno de los humanos en mi lista."

-”¿Qué lista?" - Le preguntó a Einstein.

-”La lista de las personas que quiero destruir."

-"¿Es uno de ellos? ¿Estás segura?" - gruñó Solus.

-”Oh, estoy segura. Dirigió el grupo de soldados cuando llegaron a violar a mis amigas. Él es quien
que se reía cuando trataron de hacerme daño."

-”Él tiene que morir."- dijo Solus con tal vehemencia, que ella se apartó de la pantalla.

Oh, parecía enfadado. Le brillaron los ojos sombríamente, sus labios se retiraron tensos y su
cuerpo era una pared rígida de carne erizada. Ella encontró su evidente ira extrañamente
atractiva... y excitante.

-”¿Sabes dónde está?" - Preguntó ella.


-”Sólo sé de dónde estaba. Ojalá lo hubiera sabido entonces, maldito lo que habría hecho
entonces. Es culpa mía por enviarle lejos cuando hablé con él. Parecía estar a cargo de la nave
militar enviada a buscarte."

-”¿Es él quien activó mi señal?"

-”Es posible."- Einstein afirmó. -"Necesitan una nave lo bastante cerca como para captar la emisión,
dada su baja frecuencia. Las probabilidades dicen que es muy posible que la nave del capitán sea la
culpable."

-”Tenemos que encontrar a esa nave y ese humano."

-”Joe no..." – le cortó Einstein, lamentando anunciar problemas.

-”Joe perseguiría ese bastardo abajo y le desgarraría él mismo miembro a miembro, si supiera lo
que había hecho."- le interrumpió Solus.

-”¿Quién hizo qué?" - Preguntó Seth uniéndose a ellos.

-”¿Qué estás haciendo aquí?" - espetó Solus.

-”Incluso con tu mente cerrada, tu excitación está transmitiendo alto y claro, mi amigo."

-”No lo hace."

Fiona se mordió el labio para no reírse involuntariamente al ver la expresión de contrariedad de


Solus. Realmente se extrañaba por qué creía que estaba tan frío y controlado. Cada vez que ella se
volvía, estaba en las garras de una poderosa emoción.
-”Por supuesto, amigo. Voy a fingir que no estabas proyectando pensamientos violentos. Digamos
que vagaba por accidente. Así que ahora dime, ¿por qué Joe querría matar a esta más bien horrible
imitación de humano? "

-”Ese hombre."- dijo Solus golpeando con el dedo la pantalla. -"Violó a Chloe, a Fiona y otras
mujeres cyborg. Él tiene que morir."

-”Estoy con el."- anunció Seth, oscureciéndose su habitual semblante alegre. -”Ah, y para que lo
sepas, estoy programado con formas de hacerle daño que no le matarán muy rápido si tu quieres."

-”¿Daño? ¿A quién vamos a hacer daño?"- gruñó Aramus mientras su gran cuerpo llenó la puerta
de entrada a la zona médica. -”¿Y por qué está todo el mundo metido en el laboratorio de
Einstein?"

Informaron rápidamente al siempre malhumorado cyborg que, por una vez, no tenía nada
despectivo que decir.

-”El humano tiene que morir. Entonces, ¿cuál es el plan? "

Fiona parpadeó. ¿Todos querían cazar el capitán y matarlo? ¿Por ella? Su sed de sangre la calentó
agradablemente.

-”Tenemos que encontrar esa nave militar."

-”Sin embargo, podría estar en cualquier parte." - comentó Fiona.

-”Bien, pues tráela para nosotros." - Solus dijo con una sonrisa amenazadora que hizo cosquillear
su abdomen de manera extraña. -”Están buscando el transmisor en el cuerpo de Fiona. Yo digo que
se lo demos."

Ella se había percatado de su plan y tuvo que maravillarse ante ello.


-”¿Vas a usarme como cebo?"

-”Oh, el dispositivo no estará en ti para esa parte del plan. El transmisor va a salir de ti antes de
dejar esta habitación. Pero, en lugar de destruirlo, vamos a utilizarlo para traer a esos cabrones a
nosotros. "

Ella miró a su alrededor viendo sus expresiones decididas e indicó un agujero en su plan.

-”Cuando quería quedarme en el asteroide tú me lo impediste porque no podría vencer contra su


número y armamento. De hecho, ni siquiera contemplaste la opción de quedarte y luchar contra
ellos."

-”Ah, pero la situación es diferente ahora."

-”¿En serio? ¿En qué sentido? Hasta donde yo puedo ver, la situación no ha cambiado realmente.
Su nave es más grande, más protegida y mejor armada."

-”Oh, pero no vamos a luchar contra ellos en el espacio, aunque si lo hiciéramos, también
prevaleceríamos. Más grande no siempre es mejor sabes, a menos que estamos hablando de cosas
desnudas."- Seth le guiñó un ojo.

Solus le pinchó en las costillas con un gruñido,

-”No empieces."

-”Si nos limitamos a hacerlos explotar, no van a sufrir, y yo realmente disfrutaría haciéndoles
sufrir." - añadió Aramus, con el rostro iluminado por la perspectiva.

-"¿Pretendéis enfrentaros a ellos cara a cara?" - Ella miró a su alrededor y vio que había adivinado
correctamente. -"¿Habéis perdido vuestras mentes lógicas? Todavía somos sólo cinco de nosotros
en contra de toda una nave, tal vez más, llena de militares. No tenemos los números suficientes."
No entendía su risa repentina. Solus la abrazó con un brazo, metiéndola en su costado.

-”Somos cyborgs, Fiona. Mas bien es probable que esos hijos de puta no enviaran suficientes
hombres para lidiar con nosotros."

-"Yo, por mi parte, no puedo esperar para hacer algo de ejercicio adecuado." - Aramus flexionó los
dedos, sus nudillos craquearon.

-”Cariño, vas a lamentar elegir a Solus cuando veas de lo que soy capaz."- sonrió Seth.

-”Yo no le he elegido."

Lo dijo y, sin embargo no se alejó de su abrazo. En realidad, se inclinó hacia él cuando él le dio un
apretón.

-”No te preocupes por nosotros, Fiona. Anteriormente corrimos en lugar de atacar al enemigo para
mantenerte a salvo. Pero ahora todo ha cambiado. Esa nave debe ser destruida y los humanos
junto con ella."

-”¿Por qué?" - Preguntó ella mirando hacia él.

-”Porque él te hizo daño."

¿Por qué sus palabras hacían que sus ojos cosquillearan?

-”Nadie hace daño a uno de nosotros y vive." - refunfuñó Aramus. -”Ni siquiera las hembras
molestas."

Las rudas palabras de Aramus rompieron el intenso momento y comenzó la planificación.


-”Einstein, vamos a necesitar un planeta señuelo. Algo habitable en este cuadrante con el que
podamos engañarlos haciéndoles pensar es nuestro mundo de origen. Los necesitamos bajando la
guardia y pensando que nos tienen."

Solus haciéndose cargo era un macho que finalmente mostraba las cualidades de jefatura y de
tener la mente fría de que tanto había oído hablar ella.

-”Estoy en eso."

-”Seth, tu cubre las ondas. Quiero saber si oyes algún mensaje. A ver si puedes averiguar cuantas
naves y personal podemos esperar. También, mira si puedes crear un par de rastros electrónicos
falsos que les haga pensar que estamos aquí, pero tratando de ocultar nuestra presencia."

-”Eso está hecho."

-”Tendré las armas preparadas." - anunció Aramus antes Solus pudiera darle una tarea.

La impaciencia de su rostro fue un shock. Fiona se había acostumbrado a los desprecios de Aramus
a sus burlas y ceños fruncidos.

- Si no le conociera mejor, pensaría que la oportunidad de matar algo le hace feliz.

Por otra parte, conociendo a Aramus como hizo hasta ahora, eso no debería haberla sorprendido.

-”¿Y yo qué?" - Preguntó ella.

-”Has de permanecer fuera del camino donde estés segura." - dijo tirando de ella para que se
sentara en la cama médica en el centro de la habitación. Ella frunció el ceño.

-”No. Quiero ser parte de esto. Me merezco mi oportunidad de venganza."


-”Pero va a ser peligroso. Podrías salir herida o muerta. "

Cruzando los brazos sobre su pecho, ella levantó la barbilla obstinadamente.

-”Como podrías serlo tu. Ese hombre me hizo daño. Se rió mientras lo hacía. Él incitó a los otros.
Quiero oírlo gritar cuando yo rompa sus dos brazos. Quiero ver como la vida en sus ojos se
desvanece cuando yo termine con él. Su muerte me pertenece."- Los labios apretados delataban su
ira.

-”Hablaremos de esto más tarde."

-”No hay nada que discutir. Puedes matar a los otros humanos que estén con él. A tantos como
quieras, pero el capitán es solo mío."- Con esas últimas palabras, se desnudó y se acostó en la
mesa, ignorando su mirada furiosa.

-”Necesito que te muevas, Solus, para poder escanearla."

-”Será mejor si mantienes tu mente en la tarea si sabes lo que es bueno para ti." - gruñó Solus
crípticamente a Einstein.

Mientras Solus estaba al pie de la cama médica, el otro cyborg escaneó su cuerpo con su
dispositivo de mano. Con todo lo que acababa de suceder en la última hora, no podía dejar de
mirar a Solus, en lugar de centrarse en el problema en cuestión. No podía apartar la vista de la
mirada ardiente de sus ojos, y se preguntó por la manera en que su cuerpo se encrespó cuando
Einstein rozó su brazo al pasar.

La promesa de Solus de darle placer ya parecía un sueño, una fantasía que nunca esperó que
pudiera convertirse en realidad. ¿Él realmente iba a convertirse en su amante? ¿O se apartaría de
ella otra vez, con el descubrimiento del transmisor en su cuerpo y el plan de venganza? ¿Había
perdido su oportunidad de descubrir el éxtasis en sus brazos?
Una vez hecho el escaneo, Einstein se apartó hasta topar con la pared y Solus movió su mirada al
punto entre sus piernas, demostrando que no había perdido el interés. Se ruborizó por el calor y la
humedad.

Cómo consiguió afectarla sin siquiera una caricia, ella no lo entendía. La tenía impaciente por el
"más tarde" prometido.

-”Necesito que te des la vuelta otra vez." - le pidió Einstein rompiendo su bloqueo visual.

Ella rodó sobre su estómago y Solus cambió de posición a su cabeza, agachándose para ponerse al
nivel de sus ojos. Se inclinó hacia delante y en un silencio demasiado bajo para la mayoría de los
oídos, le dijo…

-”Pronto."

Pronto podía no llegar lo suficientemente rápido.

Tardó unos momentos en localizar el transmisor en la parte baja de la espalda. Einstein adormeció
la zona, a pesar de sus garantías de que podía manejar el dolor, y se lo quitó mientras Solus
acariciaba su mejilla, su mirada una vez más bloqueada con la de ella.

-”Hecho." - anunció Einstein.

-”Vístete." - gruñó Solus.

Rápidamente se puso su ropa mientras Solus permanecía frente a ella. Ella llegó a su lado y vio
como Einstein roció líquido sobre un objeto pequeño. Enjuagado limpio de su sangre, él se lo
ofreció y lo dejó caer en su mano. Fiona inclinó la cabeza confundida. Podía ver el pequeño objeto,
una mancha oscura contra su palma, pero aunque lo veía, ninguno de sus otros sentidos lo
registraba.

-”Puedo verlo, y, sin embargo, es como que no está ahí."


-”No entendemos cómo puede ser esto. Este es el segundo dispositivo de este tipo que hemos
encontrado. Sólo podemos detectarlos por la vista o si están emitiendo una señal. Un poco
inquietante por no decir más. He estado trabajando en el dilema en mi tiempo libre."

-”Estoy seguro de que esto es interesante, pero hay trabajo que hacer."

Le interrumpió Solus, arrancando el dispositivo de su mano y depositándolo en una bandeja de


muestras. Fiona apenas tuvo la oportunidad de decir adiós al científico antes de que Solus, con sus
dedos una vez más entrelazados con los de ella, estuviera caminando por el pasillo, tirando de ella
tras él.

-”¿A dónde vamos con tanta prisa?" - Preguntó ella.

-”Tenemos algo que terminar." - fue su escueta respuesta.

Clavó sus pies, aunque no de manera muy eficaz llevando solo los calcetines.

-” Si esto es acerca de tus intentos de evitar que yo tenga mi venganza entonces olvídate de ello."-
Él se dio la vuelta y la puso contra una pared más rápido de lo que ella pudiera parpadear.

-”No, no tiene nada que ver con eso. Discutiremos sobre tu participación, probablemente justo
hasta que la operación se haya acercado. Estoy hablando de terminar esto. "

Bajó la cabeza besándola, y justo así su excitación de antes volvió con fuerza.

-*-*-*-

Tenía la intención de llevarla a su habitación antes de rendirse al ardiente deseo surgiendo a través
de él. Destinado para darles un poco de privacidad para que no se repitieran sus acciones de la sala
de ocio, donde casi la había tomado en la mesa a la vista de cualquiera que hubiera entrado.
¿Podría realmente recriminarle su falta de control, cuando había tenido que sufrir viéndola
desnuda sobre la mesa de Einstein, su exuberante cuerpo presentado como un banquete tentador
ante un hombre muriendo de hambre? Llevó más de un control férreo para mantener sus manos (y
su boca) para sí mismo durante la exploración del transmisor. Pero cuando ella lo detuvo con sus
palabras, casi llegando a su cuarto, ese control se rompió... y honestamente no le importaba.
Salvaje por la pasión que despertaba el deseo contra el que había luchado dos días, él reclamó su
boca. La besó con un hambre que tenía todo que ver con el modo que ella lo hacía sentir. De cómo
ella le hacía estar vivo.

La apretó contra la pared, y ella no lo detuvo. En realidad, ella dio la bienvenida a su ardiente
deseo, abriendo su boca antes de su ataque, deslizando su lengua enroscándose contra él,
chupando de él de una manera que le hizo gemir. Él le devolvió el favor y ella hizo un ruido que le
impulsó a ser aun mas salvaje.

No se cansaba de ella, pero lo intentaba, besándola con un hambre que nunca había esperado o
conocido. Un cyborg responsable se habría retirado para no asustarla. Y por un momento los
pensamientos de tomar las cosas con calma le hicieron querer amainarse, pero ella no quería nada
de eso. Se apretó contra su cuerpo y lloriqueó por más.

-”Realmente deberíamos llegar a mi habitación." - dijo jadeando.

-”Más tarde. Te necesito. Por favor, Solus. Estoy ardiendo."

Ninguna programación en el mundo podría haberle hecho ignorar su súplica.

Él rasgó el cierre, no necesitó mucho para empujar sus pantalones abajo, dejando al descubierto su
mitad inferior. Ni siquiera se molestó en tratar de abrir los suyos, simplemente arrancó el pantalón
abriéndolo para liberar su palpitante polla. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo mientras su polla
infaliblemente fue buscando su centro húmedo.

Eso le devolvió un poco de su cordura, no mucho, pero lo suficiente para saber que ella necesitaba
estar completamente preparada para él. Se dejó caer de rodillas, con las manos agarrando sus
muslos y apartándolos.
Sus dedos se aferraron a su cuero cabelludo con su primera lamida. Por todas partes, la forma en
que ella sabía era exquisita, su aroma y olor almizclado envolviéndolo y haciendo su polla
palpitante doler con la necesidad de hundirse en ella ya mismo. Sus caderas se ondulaban contra
su boca cuando la lamió, mientras que los dedos clavándose en su cabeza se aferraron a él con más
fuerza. Él clavó su lengua dentro de ella, sintiendo sus músculos en el borde, la tirantez que
señalaba que estaba cerca de llegar al orgasmo. Se puso de pie y la agarró de las nalgas,
levantándola con facilidad hasta que su polla apoyó justo bajo su coño mojado.

Pero se contuvo, a pesar de que estaba al borde de la muerte por la excitación, para preguntarle…
-”¿Estás segura?"

Ella le dio un beso como respuesta mientras ponía sus piernas envueltas alrededor de su cintura,
sus caderas inclinándose acercando su vaina contra la punta de su eje. La invitación era clara, con
un gemido, avanzó su camino en su estrechez, yendo lentamente para permitirle tiempo para
adaptarse a su tamaño. Ella gimió, un sonido bajo de placer que hizo sus nalgas apretarse mientras
luchaba para no hundirse duro y profundo.

Cálido, húmedo y palpitante, Solus casi se corrió con la exquisita sensación de tenerla
perfectamente ajustada alrededor de su polla. ¿Quién hubiera pensado que alguna vez podría
experimentar la definición del paraíso? Completamente inmerso, su respiración tartamudeó
mientras se retiraba un poco y luego empujó de nuevo dentro. Ella chilló y su canal apretó a su
alrededor. Lo hizo de nuevo, y otra vez, su ritmo cada vez mayor con cada uno de sus gritos
excitados, cada estremecimiento de su sexo. Se olvidó de moderar el ritmo, cuando ella gritó y se
corrió, con su coño ordeñando su polla con ondas temblorosas que le hicieron inclinar la cabeza
hacia atrás y abajo, mientras él disparaba su crema en ella.

Temblando, jadeando, y hasta sudando un poco, Solus no sabía cuánto tiempo estuvo allí
sosteniendo a Fiona, su cuerpo se entrelazó con el suyo, con la cabeza situada en la curva de su
cuello. En lo que a él concernía, podían quedarse así para siempre.

- Nunca voy a dejarte ir.

Y como para probar este punto a sí mismo, aún enterrado en su interior, les dirigió el resto del
camino a su habitación. Su encuentro rápido en el pasillo sólo había calmado el borde de su
hambre. Había llegado el momento de que él viviera las fantasías que lo torturaron en los últimos
días. Serían aún más gloriosas en la realidad.
CAPÍTULO ONCE
Cuchareada en los brazos de Solus, después de una tarde y una noche de sexo que la hizo gritar de
placer, ella se encontró contenida, feliz, segura. Eso sorprendió a Fiona, se daba cuenta en ese
momento que ella sentía algo por Solus. No sólo quería que fuera el único hombre en tocarla y
llevarla al orgasmo, ella le quería a él, en su totalidad, en su nueva vida.

Pero él había dejado muy claro que era lo último que deseaba. Solus no quería una compañera. Ni
amor. Sin embargo Fiona llegó a una conclusión inquietante mientras procesaba lo que significaban
todos sus sentimientos.

- Yo lo amo.

Ella se había creído incapaz. Qué equivocada estaba. Sin embargo, sabiendo que ella podía amar, y
de hecho lo hacía, ya amaba, eso la horrorizaba de una forma en que sus recuerdos rotos no lo
hacían.

- Porque él no siempre va a amarme.

Él podría brindarle un gran placer. Hacerla gritar su nombre mientras acariciaba su cuerpo y luego
reclamarla con su polla. Hablar con ella cuando se despertara de una pesadilla. Protegerla su
incluso de sus amigos y matar a sus enemigos, pero esa era la medida de sus intenciones. El pedirle
más significaba arriesgar la pérdida de incluso eso para siempre. Se movió detrás de ella, una parte
en particular, el duro empujón de ello contra su espalda haciéndola sonreír. Su deseo era
contagioso. Ella se contoneó contra él y él gimió.

-”Moza traviesa. Llena de sorpresas."

Se mordió la lengua para no dejar escapar su mayor descubrimiento de todos. Mantuvo el secreto
de su amor apretado dentro, determinada a no arruinar la única cosa que hizo que su nueva vida
fuera digna de ser vivida. Ella tomaría lo que él ofreciera y estaría agradecida por ello, ya que era
mucho más de lo que había tenido antes. Y era mejor que nada.
-” ¿Me estás llamando lasciva?"

Le preguntó juguetonamente girando en sus brazos a fin de ver mejor su rostro. La hacía
tartamudear el corazón. Una sonrisa, una que ladeó sus labios e hizo brillar los ojos, se reunió con
ella.

-”Estaba tratando de dormir cuando decidiste frotar tu delicioso cuerpo contra mí."

Ella sonrió.

-”Puedo parar si lo deseas."

-”No. Está bien. Yo sufro si lo necesitas. Alguien tiene que saciar tu lujuria por mi cuerpo."

-” ¿Mi lujuria?"

Él se rió entre dientes.

-”Está bien, tal vez no sea solo tu lujuria."

-”Voy a traer la toalla de baño húmeda primero."- ofreció ella.

Se lavaron entre sí a menudo la noche anterior, en medio de combates de sexo, arrastrando el


suave paño húmedo sobre la piel aunque eso a menudo excitase su pasión.

-”Creo que hemos pasado de la toalla húmeda directos a la necesidad de una ducha."- afirmó.

Su sonrisa se cayó.
-” ¿Hay que hacerlo?"

-”Sí, tu moza sucia."- Extendió una mano para acariciarle la mejilla, su mirada suave. -"Yo estaré
contigo todo el tiempo. Si eres buena chica quizás te mostraré cómo incluso las duchas pueden ser
divertidas."

-”Lo dudo."- se quejó ella.

-”Confía en mí."- pidió él.

- Probablemente soy una tonta, pero ya lo hago.

-”Está bien."

Ella se aferró a su mano mientras salían del nido cálido de la cama (en la que había dormido por
primera vez, envuelta en sus brazos) para entrar en su cuarto de baño. Su cabina de ducha era sólo
ligeramente más grande que la de la sala médica y ella dudó desde el exterior. Solus intervino y la
encendió. El agua que se disparó desde la perilla le hizo un nudo en la barriga por el miedo. Algo
en su expresión debió de mostrar su pesar.

-”No voy a dejar que te pase nada, Fiona. No siempre tienes que temer de nuevo."- su promesa
suave la hizo picar los ojos y la garganta se sentía extrañamente apretada.

Ella asintió con la cabeza, incapaz de responder. Le tendió la mano y ella puso la suya en ella,
dejando que la atrajera a mientras él se colocó en ángulo, permitiendo que su gran cuerpo
absorbiera la mayor parte de la cascada de agua. Ella se arrimó, buscando la seguridad sólida de su
cuerpo. Él la abrazó mientras ella hundió la cara en la curva de su hombro, temblando
incontrolablemente. Él les dio vuelta lentamente hasta que ambos quedaron bajo el agua.
Reprimió un gemido de miedo, negándose a permitir que esa irracionalidad gobernara sobre ella.
La gente se ducha todos los días, y sobrevive.

- Y Solus no dejará que nada me dañe.


La tensión en el humor disminuyó en el suave calor del agua golpeando su piel.

-” ¿Estas mejor?" - Le preguntó en voz baja.

Ella asintió con la cabeza, el movimiento tuvo sus labios frotando contra la piel de su hombro.
Tomó nota de la presión insistente de su polla contra su bajo vientre, la forma en que sus pezones
se frotaban sobre el pecho y lo mucho que lo necesitaba de nuevo. Un hambre que ella no era
capaz de saciar plenamente, no es que le importara alimentarla.

No cuando el hombre era Solus.

Como si estuviera poseída de una mente propia, sus manos subieron a enroscarse alrededor de su
cuello, sosteniéndolo mientras ella mordisqueaba su piel. Él gimió, sus manos frotando círculos en
su espalda.

-”Fiona. Deja de distraerme."

-”Haz lo que tengas que hacer." - murmuró. -”Voy a mantenerme ocupada."

Él se echó a reír.

-”Moza incorregible."

Haciendo una pausa en sus besos, ella le preguntó:

-” ¿Por qué sigues llamándome moza? Mi nombre es Fiona."

Él levantó la barbilla para poder mirarla a los ojos.


-”Piensa en ello como un apodo. Por alguna razón, cada vez que pienso en cómo te llevé fuera del
asteroide, encima de mi hombro, pateando y gritando, pienso en una película que Seth me hizo ver
donde un pirata secuestró a una mujer de la misma manera. Él también la llamaba moza. "

-” ¿Así que ahora te comparas con un pirata?"- Sonrió ella. -"¿Es porque te gusta saquear mi
tesoro?"- Ella se rió de su expresión de asombro. -"No eres el único que ha visto películas de
piratas con Seth. Así que, mi bucanero, ¿cuando podemos llegar a la parte arrebatadora?

-”Ahora."

Él la besó con fuerza, con sus brazos abrazando con fuerza su cuerpo, piel con piel. ¡Oh, cómo le
encantó! Ella amaba especialmente lo natural que podía actuar a su alrededor. Cómo podía
bromear sin pensar en la falta de lógica de sus declaraciones. Cómo parecía diferente a su
alrededor, más libre, con sus sonrisas y sus palabras. Mientras la besaba con una pasión
hambrienta, él también parecía decidido a lavar cada centímetro de ella por sí mismo, moviendo
sus manos de lado aun cuando ella habría ayudado.

-”No toques", - gruñó suavemente. -”He estado queriendo limpiar tu piel con mis propias manos
desde la primera vez que nos duchamos juntos."

¿Deseaba eso? Antes de que pudiera reflexionar sobre su sorprendente declaración, se encontró
perdida en el placer que su toque despertó. Sus manos se ahuecaron y se burlaban de sus
doloridos pechos, se deslizaban entre sus muslos jabonosos, frotaban contra ella. Fue menos un
lavado que un placentero juego previo. Un anuncio de lo que vendría después.

Cuando la hubo lavado y enjuagado, él se arrodilló entre sus piernas, su boca caliente y salvaje en
su sexo, dando a luz a su orgasmo y gritos de éxtasis con demasiada rapidez. A medida que los
estremecimientos de su clímax disminuyeron, ella miró hacia abajo para verlo todavía de rodillas
ante ella. Él parecía demasiado atractivo, tan perfecto que cuando él se alzó, decidió a hacer algo
que ella había jurado no hacer nunca de nuevo. Por supuesto, ella se hizo esa promesa a sí misma
antes de conocer a Solus y había cambiado de opinión acerca de un montón de cosas.

Ella agarró su polla y la acarició. La sensación larga y dura de él en la mano era emocionante en su
propio camino.
-”Se siente tan bien." - gimió, sus caderas se inclinaron hacia ella.

-”Yo sé lo que vas a sentir mejor."- dijo. Ella se arrodilló en el suelo de la ducha, con lo que quedó
casi la misma altura que su polla.

Sus manos agarraron sus hombros, pero no para alentarla. La levantó parcialmente diciendo:

-”No, no tienes que hacerlo."

Ella empujó sus manos y volvió a su posición de rodillas.

-”Quiero. Por favor, déjame."

Como no quería oírle protestar más, abrió la boca y metió la cabeza de su pene en su boca. Lo que
él había estado a punto de decir surgió como un sonido estrangulado. El control sobre los hombros
se moderó, sin embargo, la tensión en su cuerpo aumentó. Se puso de pie bloqueando el agua
pero el vapor de la ducha la mantenía caliente mientras ella lo exploraba con la boca y la lengua.

Largo, grueso y fascinante, ella arrastró su boca por toda la longitud de él, saboreando su piel
tensa, sintiendo el pulso en su polla. Ella arremolinó su lengua alrededor de la punta de él, y luego
lo chupó en su boca. Sus caderas se sacudieron y se quedó sin aliento. Lo llevó más adentro,
abriendo sus labios anchos para acomodar su tamaño. Sus dedos se entrelazaron en su pelo,
guiándola suavemente mientras ella encontraba un ritmo y lo chupaba. Ella levantó la vista cuando
inclinó la cabeza y lo vio mirándola fijamente, con los ojos brillando con pasión.

Ella succionó su longitud y amó cómo sus labios se abrieron para emitir un grito ronco. Trabajó aun
mas rápido, utilizando una mano para acunar y amasar sus bolas mientras sumergió hacia atrás y
adelante sobre él.

-”Retírate, me voy a correr."- dijo jadeando.

Ella apretó y tiró con más fuerza. Sus caderas se sacudieron y gritó su nombre cuando se corrió. La
forma en que lo dijo, sonando tan posesivo, envió un escalofrío a través de su piel.
Tomó todo lo que tenía para dar y se lo tragó, saboreándolo, disfrutando del momento. Ella incluso
se permitió fingir que él la amaba.

Se permitió soñar.

-*-*-*-

Solus tenía razón en una cosa, pensó Fiona días más tarde, cuando su nave comenzó su descenso
hacia la atmósfera del planeta elegido. Ellos pelearon por su participación en la operación de
capturar al humano que la había herido. Lucharon, y luego tuvieron sexo salvaje. Lucharon un poco
más, y rasgó sus ropas. Ellos lucharon con palabras, pero ninguno cedería. Ella todavía quería
matar al hijo de puta. Él la quería a salvo.

La parte de ella que lo amaba, disfrutaba el hecho de que le importaba. La parte de ella que
necesitaba venganza no se tambaleó, no importa lo que hizo a su cuerpo. Y él hizo algunas cosas
realmente placenteras en un intento de cambiar su opinión.

Los últimos días habían sido gloriosos. Mientras Solus todavía atendía sus funciones, cuando
estaba hecho su turno, él siempre sabía dónde encontrarla. A veces ni siquiera llegaban a la
habitación, su cópula rápida y furiosa donde se encontraban. La sonrisa tonta en su rostro parecía
decidida a no desaparecer, sobre todo porque Solus, a pesar de sus palabras en sentido contrario,
dormía con ella cada período de rejuvenecimiento, cada noche. Durmió con ella acunado en sus
brazos, piel con piel.

Incluso Aramus, con su ceño fruncido perpetuo y gruñéndoles frases como…"Conseguiros una
habitación"… no podría poner un freno a su felicidad.

Posiblemente habría renunciado a su venganza si eso significaba que podía vivir así para siempre.
Sin embargo, el plan continuó, y Einstein encontró un planeta, uno muy exuberante que serviría
bien para la estrategia planeada.

- Y voy a tener mi primera vista de un verdadero cielo y de la vegetación.


Por extraño que parezca, eso la hacía apretar la barriga y le aceleraba el pulso.

- ¿Qué es lo que temo?

Analizando sus pensamientos, llegó a una conclusión que le hizo apretar los labios.

- Una vez que salga de esta nave, todo puede cambiar.

Porque una vez que hubiera logrado su misión y mataran a los seres humanos, no tendrían ninguna
razón para detenerse por más tiempo. Solus la llevaría al planeta cyborg, y el vínculo íntimo que
habían formado, el amor que ella fingió que existía entre ellos se desvanecería cuando regresara a
su vida.

Su hogar. Su mundo que no tenía lugar para una pareja. Ningún lugar para ella.

-*-*-*-

Aterrizado y listo para desembarcar, Fiona se detuvo en el camino de la puerta de la nave, como si
temiera salir. Su mano agarró la de ella, Solus detuvo su descenso en la pasarela y se volvió hacia
ella mirándola con un aire de perplejidad.

-” ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo? "

Ella asintió con la cabeza.

-”Pero no hay nada que temer. Yo nunca dejaría que nada te perjudicase”.

-"Sé que no lo harías."- Ella suspiró y enderezó sus hombros antes de tomar un paso vacilante
hacia adelante. Ella tomó un segundo y se detuvo. Sus ojos se abrieron. -"El aire."- susurró.
Tomó una gran aspiración sin encontrar nada malo.

-” ¿Que pasa con eso?"

-”Noto esos olores extraños. Y sin embargo, mi procesador no está filtrándolos como toxinas. ¿Qué
pasa si me dañan? "

Tardó un momento en darse cuenta de que la fragancia del planeta, con su exuberante follaje y
flores, la inquietaba. Reunió todos sus instintos de protección en primer plano, y él la tomó en sus
brazos para un abrazo tranquilizador.

-”Lo que estás oliendo es la vegetación. Piensa en ello como un perfume, un olor que es notable,
pero no es perjudicial y en función del elemento que emite el olor, agradable. "

Ella dio un resoplido tentativo.

-”Es bastante agradable."

Dio un paso, más vacilante ahora que cuando se enfrentaba a cualquier otra cosa que la hubiera
visto afrontar. Debió haberle hecho a él gritarle órdenes como si fuera un recluta. En lugar de ello,
le resultó entrañable. Soltó su cuerpo para estrechar su mano de nuevo, dejándose ir a su
velocidad. Con pasos lentos, ella bajó con él por la rampa de atraque, estirando la cabeza todo el
tiempo, con los ojos brillantes de admiración.

-”El cielo es de un color púrpura claro."

-”El nivel de ozono no es el mismo que en la Tierra aquí, pero la relación de aire está cerca. Como
este planeta no se encuentra en ninguna de las principales rutas de transporte, los humanos aún
no se han decidido a colonizarlo. Nosotros lo vetamos por estar demasiado cerca. Además, hemos
encontrado un lugar mejor."

-” ¿El planeta cyborg es más bonito?"


Ella parecía encontrar ese concepto difícil de captar. Se lo mostraría pronto, sin embargo. En
realidad esperaba con interés presumir del mundo prístino que habían reclamado como suyo. Y
también introducirla en su cama grande y cómoda. Pero primero, tenía que poner fin a los
humanos que perseguían a Fiona, los hijos de puta que se habían atrevido a dañarla.

- ¿Cómo puedo hacer que me quiera? Tal vez sólo tenga que secuestrarla de nuevo si ella se
niega a entrar en razón. Llevarla lejos de los hermanos a un lugar donde podamos estar solos y
pueda convencerla de que, aunque somos parte máquina, nuestra humanidad sobrante significa
que somos capaces de mucho más. Capaces de sentir. De estar juntos, para siempre.

-"Mira a ese par, como idiotas lunáticos. Me hace querer una lobotomía, como os digo."- resopló
Aramus, rompiendo el bucle de pensamientos en que Solus había caído.

Fue el pie extendido de Fiona haciendo la zancadilla al cyborg gruñón lo que le hizo reír. Un Aramus
encolerizado se levantó del suelo y levantó un puño amenazador. Solus no tuvo que actuar sin
embargo, porque Seth llegó corriendo por la rampa con una burla.

-” ¿Ahora golpeas a las chicas? ¿Esto es porque no puedes vencer a un hombre? "

-”Ella es cyborg."- espetó Aramus.

Seth se detuvo frente al macho más grande y, ya que estaba de espaldas a Fiona, Solus vio
claramente su expresión. Era muy mortal.

-”Escucha, imbécil. Podría aguantar tu mierda porque soy tu amigo, pero hasta yo dibujé una línea
en alguna parte. Tú no golpearás mujeres. Nunca. Me importa una mierda lo que ellas te hagan a
ti. No me importa si son tan duras como tú y no puedes manejarlo. Si alguna vez levantas la mano
de nuevo contra una persona del sexo más débil yo voy a arrancártela y hacer que te la comas."-
Seth sonrió, pero no fue una expresión de alegría. -"¿Está claro?"

-”Mucho. Y ya que estamos despejando el aire, yo no soy tu amigo”.

-”Lo eres también." - cantó Seth caminando hacia la selva, Aramus le seguía de cerca.
-”No lo eres. Así que no vayas diciéndole a la gente que lo eres, idiota. "

-”Oblígame."

Su disputa duró varios minutos mientras entraban en la zona boscosa que iban a explorar. Solus
sacudió su cabeza.

-”Seth es mucho más peligroso de lo que parece, ¿verdad?" - Preguntó Fiona.

No le gustaba que ella se fijara en el joven macho.

-”Bésalo de nuevo y verás quién es más peligroso." - gruñó Solus.

Una sonrisa inclinó sus labios.

-”No me tientes. Es un reto que me gustaría ver."

Einstein se reunió con ellos en ese momento y él comenzó a trabajar, estaban construyendo un
campamento falso con la madera que Aramus y Seth sacaron de la selva. Ellos no necesitaban
ningún acabado fino, solo la suficiente estructura para que se vea como un pueblo desde arriba.
Bueno, a excepción de una cabaña que él llenó con ramas aromáticas suaves para servir como
cama. Él y Fiona dormirían fuera esa noche, libres de los estrechos confines de la nave.

Hicieron el amor bajo las estrellas, su brillo echando un resplandor sobre su piel, haciéndola brillar
mientras la adoraba. Su débil iluminación era suficiente para que él pudiera ver su expresión
cuando ella llegó al clímax, gritando su nombre, aferrándose a su espalda. El momento era tan
perfecto, tan hermoso, que casi habló sin pensar. Casi dijo el temido, “Te amo”, llegando a
cambiarlo en el último minuto por...

-”Me encanta... Quiero decir, me encantaría si me dieras la paz mental y te sentaras durante la
batalla."
-”Pero..."

-”Por favor, Fiona. Me comprometo a hacer mucho daño a ese bastardo. Prométeme que tendrás
tu venganza a través de mí. Pero necesito saber que estás a salvo."

-” ¿Por qué?"

- ¿Por qué?

Porque él no se creía capaz de soportarlo si estuviera muerta. Ni siquiera estaba seguro poder
soportarlo si ella se lesionaba.

-”Como una de las pocas mujeres cyborgs existentes, es mi deber asegurarme de que volverás con
tus hermanas ilesa. Sería negligente en mis deberes si dejara que participes en una batalla que
podría verte prematuramente terminada. "

-”Ya veo. Y por supuesto, siempre cumples con tu deber, ¿no?"- le preguntó con la decepción
inundando sus facciones.

-”Es la manera de los cyborg."

Un profundo suspiro dejó sus labios.

-”Haré lo que me pides."- y se volvió de lado, de espaldas a él.

Por alguna razón, él sentía como si hubiera hecho algo mal, simplemente no podía entender por
qué. Solus se acostó silenciosamente detrás de ella. Ella no lo empujó lejos cuando formó una
cuchara con su cuerpo alrededor del de ella, curvando su brazo alrededor de su cintura. Aún así, la
tensión en su cuerpo le hizo saber que no estaba contenta con él o con su acuerdo dado a
regañadientes. Egoísta o no, no le importaba.
- Al menos estará a salvo.

-*-*-*-

El cuerpo de ella meciendo relajado y la respiración de Solus llegando mínima y distantes entre sí,
la hicieron saber que se había quedado dormido.

Fiona todavía se mordió los labios y cerró su mandíbula, pensando, porque no podía aliviar la
extraña sensación que se apoderó de ella en su frío razonamiento de por qué tenía que esconderse
durante la batalla.

Por un momento, ella tontamente esperaba que dijera él se preocupaba por ella. Que él no podía
soportar verla sufrir. Pero no, en cambio, él soltó de una explicación completamente racional de
por qué debía abstenerse de participar en la próxima batalla. Y, demasiado cansada para luchar con
él nunca más, ella estuvo de acuerdo. En realidad ella mintió. Porque no importa lo que él deseaba,
Fiona no podría cruzarse de brazos mientras que otros cyborgs luchaban su batalla.

A pesar de su decisión, ella no pudo evitar sentir un dolor extraño por sus palabras. En ninguna
parte de su discurso, alegó que lo hiciera porque se preocupaba por ella. Sabía que no debería
haber esperado eso de él. Y sin embargo....

Una humedad caliente se agrupó en sus ojos. Estaba en shock, reconoció que ella lloraba lágrimas
de verdad. ¡Qué horrible externa expresión de sus sentimientos! La hacía presión en el pecho, su
garganta estaba cerrada y puso un puño en su boca para que el sonido rasgando su interior no
escapase.

No iba a mostrar debilidad. No cedería ante su lado humano. Pero la actitud fría de su máquina, sin
importar que ella tratara de acceder a eso, no podía hacer que el dolor desapareciera.

- Él no me ama.

No importa lo hermoso que había sido su tiempo juntos. No importa cuántas veces se unían en la
felicidad, Solus no la amaba. Y le dolía. Dolía peor que cualquier cosa que hubiera conocido.
CAPÍTULO DOCE
Fiona se despertó al día siguiente sintiéndose renovada y en un mejor estado de ánimo. A la luz del
día era más fácil recordarse a sí misma que Solus sólo le dio exactamente lo que había prometido.
Su cuerpo, y nada más. Que ella esperase tontamente que se convertiría en algo más era una
debilidad inculcada por su psique humana que tenía que superar.

El trabajo, como había descubierto en el pasado, le proporcionó un alivio de sus pensamientos y


emociones, y se lanzó a las tareas necesarias con entusiasmo. Ella lanzó con los demás,
aprendiendo a construir con medios primitivos, como enredaderas para hacer cuerdas con que
atar las piezas, y trenzar hojas para formar un techo. Ellos le enseñaron a hacer fuego, buscar
comida para mantenerlos fuertes y cómo cazar a las criaturas que pudieran herirles a ellos.

Solus incluso le enseñó lo que significaba la jardinería, explicando cómo las plantas crecen y en qué
etapas estaban. Había algo relajante sobre tener los dedos cavando en la tierra, o recogiendo la
fruta de las ramas. Mantuvo las manos ocupadas y la mente en blanco. Esto duraba hasta la noche,
cuando dejaba que Solus la invadiera con el placer, y encontraba la alegría, aunque fuera algo
tenebrosa.

Y así fue, día tras día. Ellos construyeron, se alimentaron y esperaron a que los seres humanos
llegaran mientras los ánimos se iban crispando por esa falta de acción, en especial a uno de ellos.
Aramus pateó alrededor del campamento, quejándose de todo, desde los insectos que
inofensivamente mordisquearon su piel a la larga espera. Él pensaba que deberían volver a su nave
y de forma proactiva cazar a los militares que la buscaban. En minoría con los demás, en su lugar
permanecieron donde estaban.

Después de su sexto periodo diurno del planeta, quedándose sin cosas que hacer, Fiona se fue a
dar un paseo en busca de algunas de las bayas dulces que habían descubierto que eran sabrosas.
Habían agotado el suministro cerca del campamento, así que armada con una pistola, y con un
gesto a Seth, ella fue a buscar más.

La tranquilidad de la selva alivió la tensión que ella no se había dado cuenta que la impregnaba
mientras caminaba. El estrés de mantener en secreto su amor por Solus, mientras esperaba que los
humanos llegaran, estaba pasándole factura. Casi extrañaba los días en que lo más que sentía era
la fatiga después de un duro día de trabajo en la mina. Pero sabiendo lo que sabía ahora, todavía
acogió con satisfacción la tensión debido a lo que sentía por Solus.

Ella había deambulado durante unos quince minutos, cuando oyó gruñidos y unas bofetadas
carnosas. Sonaba como una pelea, un sonido con el que ya estaba familiarizada ya que los machos
tendían a resolver su estrés de una manera física.

- Apuesto a que son Solus y Aramus.

Se habían alejado antes en busca de más enredaderas. Parecía que habían encontrado otra razón
para entrenar en su lugar... en otras palabras, ellos trabajaron en su frustración golpeándose uno al
otro. Curiosa, se arrastró hasta donde ella oyó los sonidos de la lucha, hasta que, agazapada detrás
de un arbusto grande con suficiente espacio entre el follaje, podía espiar la pelea.

El espectáculo dejó sin aliento.

Ambos machos estaban sin camisa, sus pantalones colgando bajos en sus caderas. Mientras
Aramus estaba hecho de grandes bloques voluminosos de músculo, Solus era perfecto con su físico
musculoso más delgado que brillaba ligeramente por el sudor. Su piel ondulaba mientras se movía,
su cuerpo enroscándose y arremetiendo con una gracia que no se cansaba de ver.

Parecía que hubieran luchado durante un tiempo ya, a juzgar por los moretones ligeros sobre sus
pieles y sus pesadas respiraciones, ya que su cuerpo tomaba más oxígeno para compensar la
tensión de sus músculos. Tener un suministro de aire fresco era un claro beneficio que había
descubierto, una bendición que la hizo aún más fuerte que antes, su cuerpo floreciente con el flujo
constante de gas respirable.

Mirando en los arbustos, sonrió mientras pensaba qué otra cosa había florecido. Una humedad
familiar humedeció su hendidura mientras observaba moverse a Solus con una agilidad suave que
nunca dejaba de fascinarla. Se despertó un hambre que no tenía nada que ver con las bayas que
inicialmente había empezado a recolectar.

Quizá pudiera acechar a Solus después que él y Aramus terminaran el combate. No sería la primera
vez que copulaban en el bosque. Como si hubieran oído su deseo sin sentido, los hombres se
separaron uno de otro, todavía con sus miradas enfrentadas, sus puños agarrados con fuerza a sus
lados.

-” ¿Ya terminaste el funcionamiento de tu maldita boca?"- preguntó Solus con voz enfadada y
apretada. -” ¿O necesito ablandártela un poco más?"

Frotándose la mandíbula, Aramus frunció el ceño.

-”No tengo que decirte nada si tú estabas siendo un cretino. Últimamente no has estado actuando
exactamente racional."

-”Mis funciones están operando dentro de los parámetros normales."

-”Una mierda lo están. Desde que te conectaste con esa mujer, has estado inconsistente, dejando
que te domine tu polla en lugar de la lógica."

-” ¿Celoso porque yo estoy recibiendo un poco?"

-”No. Solo estoy esperando que vuelvas a ser un puto cyborg que puedo admirar. No eres mejor
que un humano ahora."- dijo Aramus con una sonrisa burlona. -"Constantemente a su entera
disposición. Pasando por encima de ella para que no se arañe ni un dedo del pie. Nunca pensé que
vería el día en que dejaras a una mujer ser dueña de tus pelotas. De cómo el alto y poderoso Solus
ha caído."

-”No por mucho tiempo. Cuando terminemos nuestra operación y regresemos a nuestro planeta
hogar, Fiona y yo iremos por caminos separados y voy a volver a ser el cyborg que una vez
conociste. "

-”No puedo esperar."- respondió Aramus. -"Ha sido un infierno verte jugar a ser la niñera de esa
hembra."
Fiona no esperó escuchar a Solus estar de acuerdo. Con las lágrimas brotando sin control, ella ya
estaba esprintando a través de la selva, un vuelo frenético que enredó sus ropas y su pelo, pero
ella no se detuvo, no podía parar, no con sus palabras resonando en sus oídos.

-”... Ir por caminos separados. “

Sabía que aquel momento se acercaba.

Temía por ello. Y, sin embargo, seguía mintiendo en sus brazos noche tras noche, viendo sus
sonrisas y lo que parecía fingida alegría en su presencia, ella tontamente esperaba que incluso si él
no podía amarla al menos continuarían como estaban. Amantes sin condiciones, al menos por
parte de él.

Su conversación con Aramus sin embargo puso ese sueño nostálgico a descansar. Y le rompió
corazón. Aplastada por el dolor, no podía respirar. No podía pensar.

Ella sólo pudo huir del hombre que le había recordado su humanidad, y le hizo desear ser más que
una máquina. Ella chocó contra algo durante su vuelo, o más bien fue atrapada por algo. Miró
fijamente a los familiares ojos y gimió.

-”No eres tú. No ahora. "

-*-*-*-

¿Aramus se atrevió a compararle con una niñera?

-"No soy la niñera de nadie."

-"Dice el hombre que se pasa todo el tiempo con ella."

-"Porque me ocurre que disfruto de su compañía, maldita sea. ¿Eso te ocurre alguna vez a ti? Y
deja de hablar de ella como si fuera débil."- espetó Solus. -”Fiona es fuerte. Valiente. Y sí, también
es preciosa."
-"Tan hermosa que estás ya planeando tu escape cuando lleguemos a casa."

-"No por elección. Me preocupo por ella, Aramus, y muy profundamente, pero tengo que respetar
sus deseos. Ella no quiere a un compañero en su vida. No cree que sea capaz de amar."

-"Entonces, ¿por qué estaba tan enfadada?"- resopló Aramus.

-"¿De qué estás hablando?"- preguntó frunciendo el ceño.

-"¿No me digas que no has visto a tu novia por ahí espiándonos? Se fue después de que te oyó que
decía que ibas a separarte cuando lleguemos a casa."

-“¿Ella estaba aquí?"- Solus se congeló

Aramus inclinó la cabeza y miró detrás de Solus. No vio nada, y casi se volvió cuando vio un
destello. Avanzó unos pasos a la zarza y le quitó una hebra de oro de las ramas.

- Ella estaba aquí. Pero ¿por qué se fue?

-” ¿Qué te hace pensar que ella huyó a causa de nuestra conversación?"

-”Oh, ella se fue a causa de ella, llorando a lágrima viva."- contestó Seth entrando en el claro, con la
mandíbula apretada. -” ¿Qué demonios pasa contigo?"

-” ¿Conmigo?"- exigió Solus. -” ¿Qué coño estás hablando?"

-”Eres un maldito idiota.”- Seth negó con la cabeza. -“Ella te oyó diciéndole a Aramus que ibas a
separarte de ella al llegar a casa."

-”Porque eso es lo que ella quiere."


-” ¿Lo es? ¿Le has preguntado? "

-”No. Pero es lo que ella dijo cuando sugirió que nos embarcamos en una relación sin compromiso.
Ella no ha dicho nada desde entonces que me haga pensar que ha cambiado de opinión."

-”Todavía no le has dicho que la amas, ¿verdad?"

-”Yo no tengo la capacidad de amar" - mintió.

-”Tonterías. Tú y Fiona estáis bien juntos, maldito terco. La amas. Ella te quiere. Y, sin embargo, en
lugar de admitir esos sentimientos, vosotros os mantenéis persistiendo en esta farsa de que se
trata sólo de sexo, y un poco de compañía. Mientras tanto, los dos estáis en ascuas, con tanto
miedo de perderos el uno al otro que estás haciendo esta ridícula situación aún peor”.

-” ¿Ella me ama?" - El mismo concepto fue como un puñetazo en el estómago, aspirando todo el
aire de sus pulmones.

-” ¡Bueno, duh! ¿No has oído una palabra de lo que dije? "

-”Ella nunca me lo dijo."

-” ¿Y tú?"

-”No”- Solus lo fulminó con la mirada.

-” ¿Por qué no?"

-”Porque tiene miedo de parecer débil. Miedo al rechazo."- dijo en un tono Aramus tranquilo.

Seth podría haber cogido moscas con su boca tan abierta en gesto de sorpresa.
-”Mi amigo, ¿acabas de decir algo con sentido? Rápido, que alguien llame a Einstein. Tenemos que
mandarlo para un diagnóstico completo."

Una familiar mirada furiosa cruzó el rostro del cyborg.

-”El hecho de que no apruebo que nosotros tengamos relaciones perjudiciales no quiere decir que
no vea lo que está pasando."

-”Ella me dijo que ella no era capaz de amar. Que ella no me quería a mí ni a nadie como
compañero."

-” ¿Y fue esto antes o después de que le diste el gran discurso sobre cómo nunca vas a sentar la
cabeza y ella estaría mejor con otra persona?"

Los labios apretados se cerraron, fue su respuesta.

-”Exactamente. Entonces le dijiste que no tenías espacio en tu vida para una mujer. Ella todavía
quería tu frío culo, por lo que te dijo lo que necesitabas escuchar y ahora ambos sois demasiado
estúpidos como para admitir la verdad."

-”No me gustas tú."- declaró Solus.

-”No me gusta él tampoco."- respondió Aramus -"Yo lo sostengo abajo si quieres pegarle"

-”Ahora que hemos acordado formar un club que me tiene aversión, ¿podemos continuar con lo
que es más importante?, como es el hecho de que Fiona escuchó parte de la conversación y piensa
que Solus está deseando romper con ella, mierda. ¿O es que no se te ocurrió que hay una mujer
cyborg infeliz sola en la selva, corriendo, mientras que una maldita nave humana se esconde detrás
de la tercera luna? "

-” ¿Los humanos están aquí?"


Seth tuvo la decencia de parecer avergonzado.

-”Sí, fue un poco por eso que comencé a seguir Fiona, en primer lugar, mantener un ojo en ella, y
decíroslo chicos si os veía, porque Einstein dijo que no debemos usar nuestra conexión wireless
por si se detecta. "

-” ¿Han aterrizado alguna lanzaderas?"

-”Incierto. Si lo hicieran, entonces Einstein se la perdió en sus exploraciones, pero todo es posible
con la nueva tecnología. "

-” ¿Dónde fue ella?"

Seth se encogió de hombros.

-”Deberías considerarte afortunado incluso de que te lo estoy contando ya que ella me rogó que
no te dijera nada. Pero no puede haber ido demasiado lejos."

-”Eres idiota. ¿Por qué la dejas sola? Hay humanos alrededor. "

-”Tal vez. ¿O se te olvida la parte donde dije que Einstein no detectó ningún aterrizaje de
lanzaderas?".

-”Tengo que ir tras ella."- dijo Solus.

Se agachó, agarrando su camisa de una pila en el suelo y poniéndosela. Él agarró su cinturón de


armas pesadas, con una espada colgando en un lado y una pistola en el otro, y se lo abrochó a la
cintura.

-” ¿Quieres que vayamos contigo?"


-”Ya que no estamos seguros de dónde está, debemos abrirnos en abanico."- declaró Solus
mientras comenzaba a alejarse de sus amigos. -”Seth, barre alrededor hacia el este, Aramus el
oeste, yo iré hacia el norte. Si la encontráis, llevarla al lugar seguro que designamos."

Ellos le habían construido un refugio en un árbol, fuera de la vista y con un follaje suficientemente
denso como para engañar incluso a los escáneres más precisos.

Corriendo, se dirigió al norte, con un destino específico en mente. Con un sentido nacido no de la
lógica sino de un sentimiento irracional en sus entrañas, él creía que sabía dónde se escondía. O al
menos eso esperaba.

-No importa donde estés, te encontraré y te diré lo que siento. Porque, por una vez, Aramus está
en lo cierto. Estoy actuando como un cobarde, y eso simplemente no es aceptable. Te diré que Te
amo, y si no sientes lo mismo, entonces voy a luchar para ganar tu corazón. Lucharé por tu amor
con todo lo que tengo, ya que es la forma cyborg ¡maldita sea! Y tú eres digna de la batalla.
CAPÍTULO TRECE
Inicialmente, Fiona corrió ciegamente, poniendo tanta distancia entre ella y los otros cyborgs como
fuera posible, con el corazón llevando la batuta, incapaz de soportar el dolor. Las ramas azotaban
su cara y sus brazos, desgarrando el pelo y la ropa, aunque ella ignoró el daño menor sin la menor
atención, no cuando su herida más grave la consumía por completo. Ella no planeó un curso o
destino pero no con demasiada sorpresa terminó en la cueva.

- Mi cueva.

La que Solus encontró para ella. La había descubierto él durante una de sus expediciones de caza y
la trajo a ella, con una sonrisa secreta en sus labios. Ella había caminado con asombrado silencio a
través del espacio cavernoso, maravillada por las estrías brillantes en la roca que refractaban con la
menor luz. Encantada con la piedra caliza, le gustaban las estalagmitas y estalactitas que colgaban
del techo y se proyectaban desde el piso, sus texturas con anillos que mostraban su avanzada edad
y causaban tanta belleza.

La cueva era preciosa y lo más importante, especial, porque Solus la encontró y la llevó a ella
sabiendo que ella disfrutaría de este toque de familiaridad. En el suelo de ese maravilloso lugar, él
la hizo gritar en éxtasis, torturándola eróticamente hasta que ella se retorció y le rogó que la
tomara sobre una manta que previsoramente había traído. Un tejido simple de lana, que en
realidad les dio mucho uso al regresar en varias ocasiones para estar a solas en su lugar especial.
Un refugio ahora contaminado a juzgar por la familiar manta que yacía arrugada en medio del
suelo de la caverna en lugar de cuidadosamente doblada como la habían dejado la última vez.

Girando, ella llegó justo a tiempo para ver a un trío de humanos que bloqueaban la entrada de la
cueva. Los tres esgrimieron un arma en su dirección, y estaban tan cerca, que parecía poco
probable que perdieran el tiro. Maldijo, no por primera vez, la agitación emocional que le
amortiguó los sentidos generalmente afilados.

-”Bien, bien."- se burló el capitán del vídeo. Su cara se escondió en la sombra, pero su voz... ella
nunca la olvidaría. -”Pero si es F-814, la androide asesina fugitiva. Hemos estado buscándote."

- Y yo he estado esperándote. – Ella enderezó los hombros. La cobardía no era una opción.
-”No soy un robot. Soy un cyborg y mi nombre es Fiona, humano."

Él se rió entre dientes y, de repente, no pudo evitar recordar de nuevo el momento en que había
dirigido el ataque. Sus miradas lascivas sobre ella. Riendo mientras la sujetaba. Recordarlo podría
hacerle tener miedo o debilitar a una hembra normal, pero ella no era una persona ordinaria. Los
desagradables recuerdos la hicieron enfadar. Más determinada. Más fuerte. Haciéndola casi estar
alegre, porque a pesar de los deseos de Solus, parecía que iba a tener la oportunidad de tomar su
venganza. Ella sólo tenía que acercarse lo suficiente. Como si sintiera su tren de pensamiento, el
capitán hizo un gesto con la pistola.

-”Ni siquiera pienses en disparar esa arma de los tuyos. Te irá mal si lo haces. Por lo tanto
desabrocha el cinturón con la pistola enfundada y suéltalo en el suelo."

-” ¿Y si me niego?"

Todas las armas se estabilizaron, dirigidas a su cabeza.

-”Volaremos tu cerebro cyborg fuera a pesar de lo que quiere el general." - Con una tensa sonrisa,
que hizo a los compañeros del capitán desplazarse nerviosamente, ella dio un paso adelante
mientras sus manos deshicieron la hebilla de su cinturón multiusos.

-”Por lo tanto, ¿el general sigue vivo?"

-”Ese viejo bastardo es demasiado terco para morir, y está realmente ansioso por que vuelvas.
Incluso nos envió con cierta arma nueva y extraña que al parecer podría derrotarte a ti y cualquier
otro cyborg que nos encontremos abatiéndolos sin causar daño permanente. Pero, a mí no me
gusta depender de un quizás. Así que me quedo con la antigua forma de detener un cyborg, una
explosión suficiente para eliminar esa cabeza tuya y no habrá otra razón para controlar el cuerpo."

Hizo caso omiso de la última parte de su amenaza para centrarse en la parte más preocupante.
¿Los humanos poseían un arma especialmente hecho para detener su especie? Necesitaba saber
más detalles para poder advertir a Solus y los otros. Después de que ella matara al capitán, por
supuesto.
-” ¿Y dónde está el resto de tus tropas?" - Preguntó mientras daba otro paso hacia adelante.

El capitán mantuvo su posición, pero sus dos compañeros se retiraron, lanzando miradas nerviosas
entre sí y a su líder.

-”Están seguros en la nave. Mira, el general sólo te quiere a ti. Y aunque tus amigos cyborg
pudieron encontrar la radiobaliza señuelo y tontamente la mantuvieron inmóvil en su
campamento, se perdieron la otra baliza en tu pie. Esa fue mi idea antes de que te enviáramos a la
clandestinidad en ese asteroide sucio. Mira, nosotros sabíamos que si alguna vez te perdías,
alguien buscaría un transmisor. ¿Pero dos?”- Sonrió. -”Parece que no me equivoqué, ya que eso
me llevó bien a ti. Pero preguntabas sobre mis tropas. Sólo una docena de nosotros vino a la
superficie. Me imaginé que era suficiente para sacar tu culo metálico de aquí. Tal vez incluso tomar
un pedazo de él, igual que en los viejos tiempos de vuelta en el complejo."

-” ¿Sólo una docena? Parece necio dado el número de nosotros alrededor, esperando una
oportunidad para matarte."- contestó ella, dejando al descubierto los dientes en su sonrisa.

Su sonrisa burlona no hizo la renuncia.

-”Ah, sí, tus nuevos amigos los cyborgs. Sí, vamos a hablar de ellos. Mira, en este mismo momento,
mi nave está armando sus láseres y de un momento a va a incendiar tu pueblo cyborg hasta que
todo lo que quede sea un cráter de ceniza. Incluso las máquinas no pueden sobrevivir ese tipo de
infierno. Pero tienes suerte, tú vas a venir conmigo. Y… ¿he mencionado que va a ser un largo viaje
a casa? "

-”Vas a tener que matarme, porque me niego a ir a cualquier parte contigo." - dijo con una voz
agradable, divertida ya que él había caído por su astucia. Ella tenía sus dudas cuando se construyó
la aldea falsa.

-” ¿Y cómo imaginas escapar?" - Él se echó a reír.

Agachándose, más rápido de lo que el ojo humano podría seguir, ella cogió una piedra y la lanzó
mientras se escabullía hacia adelante. Golpeó a uno de sus hombres del frente antes de que
pudiera disparar, derribándolo al suelo. A pesar de que se hizo cargo de un soldado, no impidió al
capitán, o su otro lacayo, abrir fuego. La suciedad se pulverizó cuando los proyectiles golpearon el
suelo a sus pies. Ella dobló las rodillas biónicas y saltó hacia arriba.

-”No la mates, maldito idiota. El general la quiere viva."

Aterrizando varios metros más cerca de los seres humanos, ella envolvió su mano alrededor de
otra roca cuando un rayo la golpeó. La sensación familiar de la electricidad fluyendo a través de su
sistema la hizo caer al suelo y sus dedos se aflojaron en torno al trozo de piedra.

-No otra vez.

Parpadeando en el suelo, su visión se oscureció, y un ruido blanco rugiente amortiguaba todo el


sonido. A pesar de todos los latigazos que había soportado por el látigo eléctrico del ex supervisor,
el aumento de energía fue demasiado para manejarlo. Paralizada, quería gritar por la injusticia de
todo.

Haber llegado tan cerca de la libertad sólo para perderla. Haber visto algo de la galaxia y sin
embargo tan poco. Tantas cosas que lamentar, y sin embargo, lo único que lamentaba aun más, era
haber encontrado el amor y no haber tenido el coraje de admitirlo. Y ahora nunca tendría la
oportunidad, pensó mientras sus ojos se cerraban.
CAPÍTULO CATORCE
Solus se desplazó rápidamente a través de la selva a la cueva, y aún así llegó demasiado tarde. O
quizás a tiempo en función de cómo se estaba procesando la situación. Los estúpidos humanos...
que se atreven a pensar que pueden llevarse a mi Fiona... estaban de espaldas a la selva, a
excepción de uno que estaba en el suelo, con la frente rota en un caos sangriento. Parecía que su
mujer no estaba dispuesta a ceder a sus amenazas.

Solus se arrastró con pasos silenciosos hacia la amenaza restante y contuvo su grito de rabia
cuando el capitán... el ser humano que va a morir gritando... apuntó con una pistola eléctrica en el
interior de la caverna. Así Solus supo lo que el arma podía hacer.

- ¡Fiona!

El tiempo para el sigilo pasó. Un clarín metálico sonó cuando su espada salió de la vaina. Un
instante después se hundió en la blanda carne. Con un grito de sorpresa, el soldado, que
flanqueaba al verdadero objetivo de Solus, miró hacia abajo. Solus podría muy bien imaginarse su
vista, nada agradable teniendo en cuenta que la punta de su espada salía de su pecho. Tirando
hacia atrás, la hoja se retiró con un sonido de succión húmeda y el cuerpo cayó al suelo. En el
mismo momento, el capitán se dio la vuelta y le miró con un odio que Solus conocía muy bien.

-”Prepárate para morir, humano."- gruñó Solus.

-”Muévete y la perra cyborg muere."

Para sorpresa de Solus, el humano no apuntó su arma contra él, sino a la cabeza inerte de Fiona.
Un tiro mortal si disparaba. Su corazón se detuvo.

-” ¿Qué te hace pensar que me importa si le disparas?"

-”Nuestros escáneres recogieron dos tipos de fluidos de la manta que dejaron atrás en la cueva. La
suya y la de un macho. Apostaría eres ese macho."
-” ¿Y?"

-” ¿De verdad eres tan frío como tú quieres que piense?" - Se burló el capitán. -”Vamos a
averiguarlo".- Inclinó su muñeca y le disparó a Fiona en el muslo.

La pierna se crispó. La sangre se acumuló y Solus rugió con furia mientras se abalanzaba sobre él,
parándose como muerto cuando el capitán colocó el cañón de su arma esta vez contra la cabeza de
Fiona.

-”No vas a dejar este planeta vivo."- gruñó Solus. -”Te has marcado para la muerte."

Una explosión en la distancia hizo el retumbar el suelo y una sonrisa malévola cruzó el rostro del
humano.

-”Ahí va tu campamento y tus refuerzos. Me parece que tus opciones son cada vez más y más
pequeñas, máquina. No puedo creer que el general y sus secuaces tengan tanto miedo de ti.
¿Cuántos de vosotros estabais allí? ¿Una docena? ¿Dos? Sea cual sea el número, es mucho más y
más pequeño ahora."

-”Pareces olvidar los que estaban fuera cazándote. Y el que tienes ante ti. "

-”Y tú pareces olvidar quién está al mando, máquina."

El capitán pulsó más presión en el gatillo y el pánico se apoderó de él.

- No puedo verla morir. No mientras yo sigo viviendo.

-”Llévame a cambio." - Solus se ofreció. Dejó su espada deslizarse hasta el suelo y se puso de
rodillas, colocando sus manos sobre la cabeza. -”Voy a entregarme sin luchar, si dejas que la
hembra se vaya."
-” ¿Qué te hace pensar que te quiero? Mis órdenes eran buscar a F-814. Viva o muerta. "

-” ¿Pero imaginas si, por el contrario, regresas con un hombre vivo? No me digas tu general no
saltaría de alegría en esta ocasión."

La incredulidad marcó la cara del capitán.

-” ¿Te das a ti mismo para salvarla?"

-”Haría cualquier cosa por Fiona. Así que, ¿tenemos un trato, humano? "

-”Yo no negocio con máquinas."- se burló el capitán levantando su arma para apuntar a la cara de
Solus.

-”Nosotros somos más que máquinas"- gritó Fiona.

Fiona se alzó rodando sobre su espalda mientras hizo tijera con las piernas. Ella se hizo con el
humano en un torbellino de sus extremidades. En el lapso de un latido del corazón, se sentó a
horcajadas sobre el capitán, su arma girando inútilmente en el suelo mientras sus manos
ahuecaban su cuello.

-”Perra defectuosa. No vas a salirte con la suya. Ahora que tu campamento se ha destruido, hay
incluso menos de vosotros que antes. Te cazaremos y te mataremos..."

Fiona le apretó mientras Solus se paró detrás de ella, luego se arrodilló para poner una mano sobre
su hombro para apoyarla... y porque necesitaba tranquilizarse a sí mismo de que ella estaba bien.

-” ¡Sorpresa!"- ella casi cantaba. -”Ese campo es un señuelo. Lo único que has destruido era un
espejismo. Y el único que va a morir eres tú."
Ella aumentó la presión de sus dedos y observó en silencio sepulcral como el humano arañaba sus
manos con los ojos desorbitados mientras jadeaba en busca de aire. Cuando su lucha se debilitaba,
volvió a hablar, un suave susurro.

-”Nunca me dañarás a mí o a alguien más, nunca más."

Con un giro brusco, ella le rompió el cuello. Solus la tomó en sus brazos y la arrastró lejos del
cadáver, abrazándola con fuerza a él.

-”Pensé que iba a perderte."- susurró él contra su pelo, con su voz tensa y con una picazón extraña
en sus ojos.

Fiona se echó hacia atrás para mirarlo a los ojos.

-” ¿Por qué te ofreciste a él? ¿Por qué intercambiar tu vida por la mía? "

-”Porque..."

Las palabras se aferraron a la punta de su lengua. Una vez dichas, nunca podrían ser devueltas.
Nunca podría volver a su vida anterior. A su personalidad analítica y fría. A su tranquila y solitaria
existencia.

-”Te amo. Sé que es ilógico y poco práctico, y toda una serie de otras cosas poco razonables, pero
no puedo evitarlo. Te quiero, Fiona, y yo no quiero que estemos separados cuando vayamos a casa.
Te quiero conmigo para siempre."

Tenía la boca abierta mientras le miraba, con un shock en sus ojos y su cara. El temor que había
llegado a odiar, hizo su tartamudear corazón. Una sonrisa brillante iluminó su rostro.

-” ¡Oh, Solus! Yo también te amo. Creo que te amo desde el momento que me desarmaste en los
túneles."
Se sintió como un idiota, sólo tenía que preguntárselo… lo necesitaba oír.

-”Pero yo pensaba... ¿tu dijiste que no podías amar?"

-”Lo dije. Sin embargo, estar contigo me enseñó que puedo amar. Puedo vivir. Puedo ser feliz."- Se
inclinó hacia delante hasta que sus frentes se tocaron y sus labios apenas fuera de su alcance.
-“Pero sólo si estás a mi lado"- Ella lo besó suavemente.

-”Creo que voy a vomitar algunas partes metálicas." - gruñó Aramus, con su distintiva y
desagradable voz.

Conteniéndose con un suspiro de fastidio, Solus levantó la cabeza para ver al gran cyborg mientras
salía del bosque, Seth iba a su lado.

-”Ya era hora de que llegarais." – les gruñó Solus. -”Fiona casi fue asesinada."

-”Nos encontramos con un par de humanos en el camino. Iban a ver el agujero que hicieron. Les
dimos algunos nuevos agujeros de que preocuparse."- dijo Seth con una sonrisa.

-” ¿Dónde está Einstein?" - Preguntó Fiona. -” ¿Está bien?"

Una repentina explosión en el cielo les hizo mirar hacia arriba. Una lluvia de partes ardientes llovió
por todo el horizonte. Era casi bonita.

- No me jodas, me estoy convirtiendo en un blando como Joe.

Conseguiría dar un poco de sentido común a Seth más tarde… a base de tortazos. En primer lugar,
tenía que chequear a su amigo. Solus abrió la vía neuronal.

-” ¿Einstein?"
-” ¿Sí? ¿Te han gustado los fuegos artificiales? He estado trabajando en una nueva arma
estacionaria, una trampa si se quiere, y estoy encantado de decir que pasó la prueba y disparó a
la perfección."

-”Me alegra saber que estás a salvo, hermano. Estoy sorprendido, pensaba que los humanos
fueron a por ti en primer lugar. "

Solus casi podía oír el gruñido de Einstein.

-”Los humanos usaron algún tipo de dispositivo de camuflaje que nunca he encontrado. Ni
siquiera noté que estaban allí hasta que cayó el escudo por un momento, probablemente para
lanzar una nave, que, podría añadir que no pude detectarla tampoco."

-”Eso no es bueno."

-”No es broma. El ejército parece haber puesto sus manos en una nueva tecnología, y será mejor
encontrar una manera de contrarrestarla rápido o nosotros podríamos estar en graves
problemas."

-”Le hablaremos a Joe sobre eso cuando regresemos. Él probablemente querrá armar un equipo
e ir en busca de ella. "

-”Voy a escanear la selva por las lanzaderas de camino a buscaros."

-”Me parece bien. Nos encontraremos en el punto de reunión. "

Cerró su portal de comunicación.

-”Está bien." - dijo en voz alta Solus. -”Él abatió la nave militar, y nos encontrará en la cabecera del
río."
-”Él mataría a todos con su tecnología de lujo." - refunfuñó Aramus mientras se alejaba, con Seth a
su lado.

-”Sí, es un idiota, matando a todos los seres humanos de una sola vez y no guardando ninguno
para nosotros." - dijo Seth volviendo la cabeza lo suficiente como para que lo vieran rodando sus
ojos. -”No te preocupes, viejo amigo. Estoy seguro de que encontraremos algunos rezagados en el
camino."

-” ¿De verdad lo crees?" - preguntó Aramus con acento esperanzado.

Fiona golpeó una mano a la boca, pero no pudo detener la risita que surgió. Ninguna fuerza en el
universo podría haberle impedido abrazarla y besar sus tentadores labios.

-Ella me ama.

Y eso era motivo de celebración.

-*-*-*-

Fiona quería ejecutar un diagnóstico completo porque seguro que había oído mal a Solus.

- ¡Dijo que me amaba!

Que él la quería para siempre. Tal vez, el capitán la había matado. O ella soñó otra vez mientras se
embarcó su cuerpo inerte. El tipo de alegría que sentía en la actualidad no podía ser real. No podía
ser posible. Solus se apartó del abrazo, sus ojos oscuros buscando su atención.

-” ¿Qué pasa?"

-”Me temo que esto es sólo un sueño. Luego me despertaré y estar de vuelta en mi pesadilla.”

Un mundo sin Solus.


-”Nunca más, Fiona. Nunca voy a dejar que los humanos te lleven lejos de mí. Haré todo lo que
esté en mi mano para hacerte feliz. Para hacerte sonreír y reír como tú mereces. Te amo tanto que
me asusta, y sin embargo, yo no lo haría de ninguna otra manera."

La humedad se agrupaba en sus ojos y sus palabras surgieron como un susurro apretado.

-”Te quiero, Solus. Yo nunca pensé que iba a entender lo que significaba, pero lo hago. Te necesito.
Yo haría cualquier cosa por ti, siempre y cuando podamos estar juntos."

-”Entonces déjame amarte. Eso es todo lo que quiero o necesito. "

Sus labios casi la magullaron cuando tomó su boca con una pasión salvaje a la que ella le dio la
bienvenida. De pie, pegados cuerpo a cuerpo, sus brazos rodeándola, se reunió con él… beso por
beso, gemido por gemido. Y exigió más. Una urgencia feroz impregnada en ella. Un deseo de
tenerle en su interior, construido como una necesidad ardiente, se apoderó de ella y por suerte,
pareció agarrarle a él también.

-”Te deseo."- gimió contra su boca. Metió la ingle contra ella, la dureza de su polla evidente, y
bienvenida. -”Sin embargo, es demasiado peligroso. Podría haber más humanos alrededor."

-”Entonces protégeme. ¿No se supone que eres un maestro en la multitarea?"- le preguntó con
una sonrisa. -”Seguro que puedes darme placer, manteniendo un ojo en el peligro. Te necesito
dentro de mí. "- Contestó ella, su sonoridad ronca girando.

-”Pero la herida." – aun protestó él, mientras deslizaba sus manos por su cuerpo hasta la cintura.

Ella rápidamente desabrochó sus pantalones y deslizó una mano en el interior, agarrando su polla y
acariciándola. Él gimió mientras ella lo acariciaba, deleitándose en la solidez de su erección,
amando la piel suave caliente encerrada.

-”Mi herida ya está sanando. Soy cyborg, después de todo. Supongo que tendré que convencerte a
ti. "
Se dejó caer de rodillas, evadiendo sus manos y le lamió la cabeza hinchada, chupándolo dentro de
su boca, sintiendo humedad en su sexo al oír su grito ronco. Cuando ella lo puso a un cierto punto,
lo soltó él el tiempo suficiente para decir…

-”Tienes razón. Tal vez deberíamos esperar hasta que volvamos a la nave. No querríamos caer en
una emboscada con los pantalones alrededor de los tobillos."

Parecía casi cómico, mirando sobre ella, con la boca entreabierta y su polla sobresaliendo. Él la
agarró del pelo, entrelazando sus dedos a través de él, y la trajo de nuevo hasta que sus labios
frotaron la punta de él.

-”Que lo intenten e interrumpan. Va a ser la última puta cosa que hagan."

Ella se echó a reír, un sonido que retumbó a lo largo de su longitud ya que ella abrió la boca y se lo
llevó de vuelta dentro. Ella lo chupó con fervor, meneando su cabeza, mirando hacia él para ver su
mandíbula apretada, pero con sus ojos abiertos mientras observaba el bosque.

Multitarea, tan cyborg por su parte. Ella apretó los dientes en su piel y los arrastró hasta su
longitud y todo su cuerpo se sacudió con la intensidad. También le hizo perder su concentración y
sonrió para sí mientras sus ojos se cerraron por un momento, disfrutando del momento. Como si
se diera cuenta de su repentina falta de atención, gruñó.

-”Moza traviesa. Trato de mantener a salvo y estás decidida a distraerme."

-” ¿Funciona?"

-”Muy bien. Así que ahora es mi momento para un poco de venganza. Ven aquí."

Él le hizo una seña y ella se puso de pie, con una mano apretada alrededor de su longitud sin dejar
de acariciarle.

-” ¿Te he dicho hoy lo hermosa que eres?"


Ella sacudió la cabeza, enviando hebras rubias a volar.

-”Agregaré eso a mis tareas diarias entonces, así no me olvidaré de decírtelo."- Dijo con una
sonrisa, acariciando su labio inferior con el pulgar.

Él la besó, con una incitadora sensualidad tan suave que la hizo jadear. Mientras jugaba con su
boca, sus manos hicieron un trabajo rápido bajando su pantalón junto a sus bragas. Una suave
brisa besaba la piel desnuda de sus nalgas cuando él los empujó más abajo. Deslizó una mano
entre los muslos, tocando su sexo húmedo. Cerró los ojos mientras disfrutaba de su toque y gemía
mientras él frotaba su clítoris.

-”Tan hermosa."- murmuró.

Ella abrió los ojos para ver como la miraba fijamente.

-”Quiero que te agaches para mí. Sujeta tus tobillos y vigila el bosque mientras te hago lo que me
hiciste."

Fiona hizo lo que le pidió, sus ojos escaneando el bosque buscando movimiento, una tarea
olvidada con la primera lamida lenta de su sexo.

Él la torturó con su lengua, corriendo a lo largo de la unión de sus labios. Sacudiendo contra su
protuberancia sensible. Haciéndola jadear ansiosa mientras clavó los dedos en sus muslos y se
dedicó a su placer con una perseverancia que ella adoraba. No dejaría que alcanzase su clímax,
retirándose cada vez que se acercaba.

Finalmente tuvo que mendigar.

-”Solus, por favor."

-”Cualquier cosa por ti, Fiona."- dijo con voz ronca.


Se puso de pie detrás de ella y la punta de él la sondeó. Ella empujó hacia atrás contra él, ya no se
conformaba con esperar, empalándose a sí misma en su longitud. ¡Oh, la exquisita sensación de él!
Estirándola. Llenándola. Reclamándola como suya. Dentro y fuera él bombeó. Su cuerpo golpeó
contra el de ella. Conduciéndola.

Profundo. Le dolía. Inclinada como estaba, sólo podía gemir, y disfrutar mientras él controlaba el
ritmo, que fue acelerando hasta que verdaderamente pistoneó su sexo. Y le encantó.
Ella gritó su nombre mientras se corría, estremeciéndose en olas sin fin que ordeñaron su polla, y
rodó a un segundo clímax que le hizo cavar sus dedos profundamente, mientras encontraba su
propia liberación.

-” ¡Te amo!" - gritó mientras se derramó dentro de ella.

-”Para siempre."- jadeó él.

-”Para siempre." - estuvo de acuerdo.

Algo que, por su condición de ser parcialmente máquinas podría ser un tiempo muy largo, y eso le
sentaba muy bien. Más tarde, acunada en sus brazos en su habitación en la nave ella reflexionó
sobre su nueva vida.

Yo soñaba que era un ser humano.

Yo viví una pesadilla como un robot.

Pero por el amor y la paciencia de Solus, ahora sé que soy más que una máquina. Soy Fiona, y
desde este momento, decido el curso de mi vida, y yo elijo amar.
EPÍLOGO
Fiona bajó por la pasarela, con la mano firmemente metida en la de Solus. Después de semanas en
el espacio, fue agradable finalmente llegar a su destino, el planeta cyborg, aunque también la
aterrorizaba. Este iba a ser su nuevo hogar. Un planeta real, con vegetación viva, y agua y una casa.
Una casa que compartiría con Solus.

-¿Cómo iba a adaptarse? ¿Y si ella odiaba el planeta?

Prefería lo disfrutado del planeta con el cielo púrpura que visitaron por un corto tiempo. ¿Podría
ser este otro realmente comparable? ¿Cómo sería la reacción de Solus al compartir su espacio?
¿Iba a cambiar de opinión? Sabía que iba a perder la intimidad que ella y Solus compartieron en la
nave. ¿Qué pasaría si...?

Su proceso de pensamiento se desvaneció mientras ella contemplaba el mundo cyborg.

-”Es hermoso." - susurró.

Exótico, brillante y exuberante, mientras que el espacio alrededor de sus naves estaba despejado y
cubierto de grava, el resto del paisaje era un lienzo de color, desde la pelusa de color turquesa en
el suelo, a los altísimos árboles con troncos estriados en negro y gris, teniendo el follaje de un rojo
profundo. Y el cielo...

-” ¡Es azul!"

Solus rió.

-”Sí, un poco más oscuro que el terrestre, pero esa es la única semejanza con los colores que has
visto en los vídeos, o que te acuerdes. Te llevaré a explorar una vez que te hayas instalado en
nuestra casa."
-”Nuestra casa."- Murmuró las palabras.

Parecía tan extraño todavía. A esto se añade que todavía estaba preocupada por presionar a Solus
y tuvo que preguntar,

-” ¿Estás seguro?"

-” ¿Sobre qué?"

-”Compartir tu casa. Quiero decir, yo podría... "- Él la hizo callar con un beso.

-”Tú me perteneces a mí, voy a cazarte si intentas quedarte en otro lugar. Te quiero, Fiona. Y quise
decir lo que dije sobre siempre. Acostúmbrate a ello. "

-”Máquina Mandón. Yo también te amo. Pero aún así, se lo mucho que significa tu espacio para ti."

-”Y no hay nadie más con quien prefiera compartirlo. O mi cama, que podría añadir es bastante
grande."- dijo con una sonrisa pícara.

-”Me gustaba la nuestra tan pequeña."- bromeó ella.

Él la besó de nuevo, y pudo haber pasado un tiempo, porque notaron el sonido de alguien
despejando su garganta para separarlos.

-”Solus, viejo amigo, tengo tres palabras para ti. Te lo dije."

Fiona se rió ante la mirada de dolor en el rostro de su amante. Se volvió hacia el recién llegado,
observando su altura y brillantes ojos azules.

-”Debes ser, Joe. He oído muchas cosas acerca de ti."- dijo.


-”Es un placer conocerte, también. He oído mucho sobre ti de mi viejo amigo. Tengo que admitir,
sin embargo, que nunca pensé que alguna vez conocería a alguien lo suficientemente valiente para
aceptar a Solus como compañero."

-” ¿Compañera?" - Preguntó ella.

-”Cónyuge."- declaró Solus con firmeza, pasando un brazo alrededor de su cintura -"Ahora y para
siempre."

Antes de que pudiera digerir lo que había dicho, su atención quedó atrapada por una figura más
pequeña detrás de Joe que apareció a la vista con una sonrisa tímida. Ella era muy bonita con su
pelo largo y oscuro, baja estatura y figura curvilínea.

-”Hola, F-814. ¿O debería decir, Fiona? Ha pasado mucho tiempo. "

-”Chloe.”

Fiona sopló el nombre. Su corazón se apretó en su pecho y la humedad apareció en sus ojos
cuando la otra mujer asintió, también con los ojos húmedos. Fiona no estaba segura de cómo
sucedió, pero ambas terminaron en brazos de la otra, abrazándose y llorando. Ella, la mujer que
alguna vez pensó que era un androide, derramando lágrimas de alegría.

-”Hembras defectuosas."- resopló Aramus al pasar.

Olfateando y riéndose, Fiona se apartó de Chloe. Joe metió la hembra más pequeña a su lado, la
suave sonrisa apuntaba hacia ella llena de afecto. Ella reconocía esa mirada porque la vio a
menudo en la cara de Solus.

Fiona miró a su alrededor, como buscando a alguien más, mientras se secaba las mejillas húmedas
y soltó lo primero que le vino a la mente.

-” ¿Dónde está Bonnie?"


Chloe se quedó inmóvil.

-” ¿Qué has dicho?"

-”Debes recordarla. Bonnie, la unidad B785. Nunca ibas a ninguna parte sin ella. Yo imaginé que os
habrían encontrado juntas. Supongo que debería haber interrogado más a Solus."

Ante la continuada mirada en blanco de Chloe, Fiona frunció el ceño.

-”Sin duda, si te acuerdas de mí, entonces a ella la recordarás. Ella es, después de todo tu hermana
biológica."

Joe cogió a su compañera cuando se desmayó antes de que pudiera responder, pero Fiona no tenía
ese indulto y se encontró atrapada en medio de un aluvión de preguntas. Ella les detuvo
levantando sus manos, un acto reforzado por Solus.

-”Deteneos y darle una oportunidad de hablar."- les gruñó.

Fiona se encogió de hombros.

-”Lo siento. Yo no sé mucho más de lo que dije. Diablos, yo ni siquiera recuerde la mayor parte de
ello hasta que vi C791. Lo siento, me refiero a Chloe. B785 es la hermana de Chloe. Los militares,
por alguna razón, nos dejaron mantener ese conocimiento, o al menos lo hicieron por un tiempo.
No recuerdo haber visto nunca una sin la otra."

Fiona hizo una pausa invadida por los recuerdos.

La última vez que recuerdo haberlas visto, ellas se sostenían apretadas, saludándonos a mí y mis
otras hermanas, las lágrimas derramándose de sus mejillas. Reasignadas, si recuerdo
correctamente, e incluso en la prisión estrecha de mi mente, obligado por la programación y la
tortura, yo esperaba que fueran a un lugar mejor, algún lugar donde el abuso pudiera parar. En
cuanto a mí y a las otras mujeres, no había hecho más que empezar.
-” ¿Sabes dónde puede estar?" - Preguntó Joe, mientras Chloe llorosa pero ahora de nuevo
consciente escuchaba con avidez.

Fiona negó con la cabeza, en parte para dispersar el flashback y también en respuesta.

-”Lo siento. Ni siquiera me di cuenta de que sabía mucho, pero el ver a Chloe activó de nuevo un
par de recuerdos."

-”Una hermana." - murmuró Chloe. -” ¡Oh Dios! ¿Cómo pude haberla olvidado? "

-”Creo que no hace falta imaginarlo." - contestó Joe, de pie con su compañera acunada en sus
brazos. -”Sabes que vamos a hacer todo lo posible para encontrarla."

-”Y traerla de nuevo contigo" - dijo Seth solemnemente.

-”Después de matar a los gilipollas que la tienen." - afirmó Aramus. -”Tendré la nave alimentada y
alguien para sustituir a “loverboy”, este Solus de aquí.”- con tono brusco añadió -“Necesito una
misión para largarme de aquí antes de que todas estas lágrimas femeninas hagan que mis piezas
de máquina se oxiden mas."

-”Un día, Aramus…" – le dijo Joe. -”vas a conocer a tu mujer ideal, y cuando lo hagas..."

-”Nunca serás el mismo. Y te apuesto a que incluso vas a sonreír."- añadió Solus.

-” ¡Jamás!" - exclamó Aramus.

Sin embargo, un cyborg sabía que no debía declarar un absoluto. Todo puede cambiar.

Y Fiona no podía esperar a ver al gran hombre cayendo. Antes, sin embargo, ella y su compañero
tenían una cama enorme para bautizar, y todo un mundo por descubrir.
Resultaba mejor que cualquier sueño.

-*-*-*-

Las llamas en el barril de metal subieron más alto, los documentos secos alimentaban a mano el
fuego avivado en una pira.

La ceniza se arremolinaba alrededor como una ráfaga de viento escabulléndose al pasar, enganchó
una porción desgarrada de papel, con los bordes chamuscados, la escritura manchada en muchos
lugares, pero no lo suficiente como para oscurecer el gran sello rojo que decía DESTRUIR.
CLASIFICADOS5

[Toda una sección del documento se ennegrece hacia fuera, oscureciéndola]

Proyecto: Cybernetic X Factor


Unidad: B785

[la escritura está manchada por el hollín]

Atributos:
[Otra sección tachada, varios párrafos de valores numéricos]

Notas:
09/05/2043 Desde la separación de la unidad C791, B785 ya no responde a la
formación ni a los comandos después de repetidos intentos. Terminación
recomendada.

30/05/2043 Unidad reasignada a buque SS Gunfrey con destino a las colonias


exteriores.

Update:

07/05/2043 Unidad perdida en escaramuzas con los piratas galácticos. Archivo


programado para su destrucción.

FIN… (DE ESTA HISTORIA)

5Documento oficial, parcialmente quemado.


Esta es una traducción de fans para la fans. Te pedimos que no
cambies o modifiques nada en él. Esta traducción no oficial esta hecha
sin ningún fin de lucro. Incentivamos a todas nuestras lectoras a
comprar los libros de nuestras autoras favoritas cuando tengan medios
económicos y la oportunidad de tener estos libros, ya que sin ellas no
podríamos disfrutar de estas maravillosas historias.

Staff
Traducción y Corrección

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