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Adoración Santa Marta Mayo
Adoración Santa Marta Mayo
"Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, la luna a sus
Si Jesucristo nos dice “sígueme al Cielo”, nuestra Madre nos dice, "sube
conmigo al Cielo", quédate en mi regazo para que tu también puedas ser
elevado al Cielo,para alcanzar la Vida Eterna.
La tradición nos indica que los apóstoles dejaron todo para cuidarla en sus
últimos días, excepto Santiago el mayor que había sido martirizado, y Santo
María Siempre Virgen
Diversas fuentes, mencionan a María, como “La Virgen”, es decir, María en
cierto sentido, era sinónimo de Virginidad, era pública y característica su
Virginidad, desde el origen. María, José y Jesús, durante toda su vida,
predicaron la Castidad.
Hoy cuesta imaginar que una persona sea reconocida, por su Virginidad o
Castidad, fuera del ámbito religioso.
San Juan Pablo II: “María, virgen antes del parto, durante el parto y
después del parto, no dejó nunca de ser virgen. De las tres, la afirmación de
la virginidad antes del parto es, sin duda, la más importante, ya que se
refiere a la concepción de Jesús y toca directamente el misterio mismo de la
Encarnación”.
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Si encarnamos el mundo, prostituimos nuestra esencia. Quedamos
inacabados.
Si encarnamos a Dios, la glorificamos. Acabamos su obra.
En la Unidad del Espíritu Santo, todo Honor y toda Gloria, por Siempre
Virgen.
Tu fuerza sobreabundará
en la humilde pequeñez,
de la raíz de una flor
al sabio corazón anciano.
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No tiemblen tus huesos,
Yo seré́ tu fuerza,
haré fecundo lo estéril,
los lisiados danzarán.
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Te rindo mi ser
Te rindo mi ser
A ti me rindo, a ti me rindo
Te quiero conocer
Má s de ti conocer
A ti me rindo, a ti me rindo
Te quiero conocer
Má s de ti conocer
Con tu aliento Dios sopla en mi interior
Cumple señ or tu voluntad en mí
Con tu gran poder muévete en mi ser
Cumple señ or tu voluntad en mí A ti me rindo, a ti me rindo
Te quiero conocer
Con tu aliento Dios sopla en mi interior Má s de ti conocer
Cumple señ or tu voluntad en mí
Con tu gran poder muévete en mi ser A ti me rindo, a ti me rindo
Cumple señ or tu voluntad en mí Te quiero conocer
Con tu aliento Dios sopla en mi interior Má s de ti conocer
Cumple señ or tu voluntad en mí
Con tu gran poder muévete en mi ser
Cumple señ or tu voluntad en mí
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¡Restáurame Oh mi Señor!
¡Renuévame Oh mi Señor! ¡Restáurame Oh mi Señor!
¡Renuévame Oh mi Señor! Con tu sangre
Con tu sangre Restáurame
Renuévame Restáurame
Renuévame ¡Oh mi Señor!
¡Oh mi Señor!
Aleluya
Libérame Oh mi Señor Aleluya
Libérame Oh mi Señor Aleluya
Con tu sangre Aleluya
Libérame Aleluya
Libérame Aleluya
¡Oh mi Señor! Aleluya
Aleluya
de Dios
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Por eso, si Yahvé los abandona es sólo por un tiempo, hasta que aquella que
debe dar a luz tenga su hijo. Entonces el resto de sus hermanos volverá a
Israel.
Lectura Salmo 45
7
en el corazón de los enemigos del rey están Tus flechas.
Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre;
Cetro de equidad es el cetro de Tu reino.
8
De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir
9
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su
casa.
Reflexión de la Palabra
Auxilia a Israel,
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su siervo
acordándose de la misericordia.
Como lo había prometido
a nuestros padres
en favor de Abraham y su descendencia,
por siempre.
Reina de la Paz,
Reina de la Paz,
tengo el corazón herido:
te lo traigo a ti,
te lo entrego a ti
que has sufrido por tu Hijo.
Madre Virginal te imploro,
haz que vuelva a ti mis ojos,
Reina de la Paz te pido
da esperanza a mi dolor.
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las maravillas del Señ or. ¿Dónde podemos encontrar a
Jesús, tu Amado Hijo?
Cantamos ¿Cuá l es el camino
que nos conduce hasta É l?
Reina de la Paz, Hoy nuestra ú nica sú plica, es:
Reina de la Paz, “Muéstranos a Jesús,
tengo el corazó n herido: fruto bendito de tu vientre”.
te lo traigo a ti, (Lc 1, 42)
te lo entrego a ti
que has sufrido por tu Hijo. María, Reina y Madre de la
Madre Virginal te imploro, Paz;
haz que vuelva a ti mis ojos, Madre Inmaculada,
Reina de la Paz te pido venimos delante de Ti,
da esperanza a mi dolor. con el alma abierta
y con el corazó n disponible
María, Reina de la Paz, para escuchar todo lo que Tú nos
concédeme un corazó n como el digas.
tuyo, Abre nuestros ojos Madre,
humilde, bueno, sencillo, limpio, a la Luz del Espíritu Santo,
puro, sin doblez, dependiente de para que Dios sea
Dios, lleno de paz, latiendo de el ú nico sol de nuestra vida.
amor, henchido de Despó janos de la soberbia y del
reconciliació n, orgullo, de la pereza, del rencor y
amante de mi Dios. de la envidia.
Cantamos
María, Reina y Madre de la
Paz; Reina de la Paz,
concédeme seguir siempre a tu Reina de la Paz,
Hijo Jesú s, Rey Manso y Humilde tengo el corazó n herido:
de Paz. te lo traigo a ti,
Rey que trae la Salvació n y la te lo entrego a ti
vida. que has sufrido por tu Hijo.
Rey que anuncia la Paz a todos. Madre Virginal te imploro,
Rey que trae el Evangelio a los haz que vuelva a ti mis ojos,
pobres. Reina de la Paz te pido
Haz que yo sea, Madre Nuestra, da esperanza a mi dolor.
discípulo del Rey de la Paz.
María, Reina y Madre de la María, Reina y Madre de la
Paz; Paz;
Nos ponemos delante de Ti, Concédenos por tu fiel
y te preguntamos: intercesió n un corazó n limpio y
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puro, trasparente, sin doblez, sin también transmisores del
maldad, un corazó n nuevo y de Evangelio de la verdad y de la
carne como el tuyo. vida, a través de la acogida y el
servicio.
María, Reina y Madre de la
Paz; María, Reina y Madre de la
Descú brenos el camino de la vida Paz;
que hemos de recorrer para Compasiva en Caná , con los
llegar hasta tu Hijo, só lo a É l, novios que no tenían vino,
só lo con É l, só lo en É l. queremos, como tú , ser
Yendo detrá s de tus pasos de solidarios con los pobres, los que
Madre, no nos perderemos. sufren, con los humildes.
Ayú danos a todos en esta
Porque supiste de dolor y
oració n, a “guardar todas las
soledad, queremos como tú ,
cosas en el corazón”, y orar
mantenernos vigilantes
nuestra propia vida.
para que a ningú n crucificado
Ayú danos a ofrecer esta noche
le falte nunca una compañ ía
en BETANIA nuestra vida al
maternal.
Señ or.
Queremos poner María, Reina y Madre de la
en sus manos de Padre, lo que Paz;
somos, tenemos y vivimos.
Tú que fuiste la primera
María, Reina y Madre de la
discípula
Paz;
y primera testigo de Jesú s, y
Madre de Jesú s y Madre de la
vives ya glorificada en el cielo, tú
Iglesia, concédenos seguir cada
que eres la esperanza y guía de
día má s de cerca a tu Hijo, como
los que somos peregrinos, tú que
verdaderos discípulos.
eres la estrella y guía de la nueva
Tu vida escondida, sencilla y Evangelizació n, ilumina nuestro
disponible, rebosante de ternura camino tras de tu Hijo Jesú s
y compasió n nos estimula a la ayú danos a configurarnos con
oració n y al servicio, a la acogida Cristo para irradiar al mundo
y al desprendimiento y a estar la alegría de la Salvació n.
siempre junto a la cruz.
María, Reina y Madre de la
María, Reina y Madre de la
Paz;
Paz;
Somos consciente de có mo llegó Tú que eres la imagen má s
a ti, la plenitud de la vida y de perfecta de la Iglesia y la figura
có mo la comunicaste al mundo mejor acabada del hombre y la
sin tardar; queremos ser
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mujer, aviva en nosotros tus
sentimientos y tu generosidad
para ser celosos servidores del
Reino. Amén.
Cantamos
Reina de la Paz,
Reina de la Paz,
tengo el corazó n herido:
te lo traigo a ti,
te lo entrego a ti
que has sufrido por tu Hijo.
Madre Virginal te imploro,
haz que vuelva a ti mis ojos,
Reina de la Paz te pido
da esperanza a mi dolor.
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MARÍA REINA DE LA PAZ ME INVITA A …
Querer a los que no me gustan.
A poner ilusión en el trabajo, y el estudio de cada día.
A reaccionar con todo lo injusto que hay a mi alrededor, para no
callarme, y hacer mía la Palabra de Jesús: “La verdad os hará libres”.
A sembrar la paz en mi entorno, sabiendo que esa paz, debe nacer
primero en mi corazón.
A darme cuenta que quizás no puedo cambiar el mundo, pero debo
intentar que el mundo no me cambie a mí.
A descubrir a Dios en el sufrimiento de la gente, en los enfermos, en la
marginación, en la pobreza, y poner mi corazón y mi vida al lado de
los más desfavorecidos.
A experimentar el amor de Dios, que vive conmigo, que está por mí,
que camina a mi lado, a pesar de que muchas veces no sea
correspondido.
A practicar la Ley del amor, en cada cosa que haga, con cada persona
que me encuentre, ...
A decirle a la gente que me rodea, que vive conmigo: ¡Te quiero!
A expresar la alegría y la felicidad que vivo, siendo todo para todos,
sonriendo, escuchando, perdonando, olvidando.
Cuantas veces, siendo niño te recé,
con mis besos te decía que te amaba;
poco a poco, con el tiempo, alejándome de ti.
por caminos que se alejan me perdí.
Cantos de alabanza
Ven y descánsate Sé de quién me fiado, confío, Señor,
en Ti,
Ven y descánsate 16 y aunque a veces parezca de piedra,
ven y descánsate en Dios, confío, Señor, en Ti,
en Dios.
Me sedujiste Señor
Me sedujiste Señ or
Y yo me deje seducir
Canción a tus pies Mi alma vive del agua
que bebí.
Me perdonaste
A tus pies, arde mi corazó n Me acercaste a tu presencia
A tus pies, entrego lo que soy Me levantaste
Ese lugar de mi seguridad Hoy me postro a adorarte
Donde nadie me puede
señ alar Y aquí permaneceré
Me perdonaste Postrado a tus pies
Me acercaste a tu presencia Y aquí permaneceré
Me levantaste A los pies de Cristo
Hoy me postro a adorarte
Y aquí permaneceré
No hay lugar más alto, más Postrado a tus pies
grande Y aquí permaneceré
Que estar a tus pies, que A los pies de Cristo
estar a tus pies. .
No hay lugar más alto, más
grande
Que estar a tus pies, que Salmo
estar a tus pies (bis)
Dad gracias al Señor porque es bueno
A tus pies, arde mi corazó n Porque es eterna su misericordia
A tus pies, entrego lo que soy
Es el lugar de mi seguridad
Donde nadie me puede
señ alar.
Vine adorarte
Tú eres el rey
Tú eres la luz grandemente exaltado
que brilló en las tinieblas glorioso por siempre Señ or.
abrió mis ojos pude ver. El mundo que creaste humilde viviste
Mi corazó n adora tu hermosura y pobre te hiciste por Amor
esperanza de mi vida eres tú .
Vine adorarte Vine adorarte
Vine a postrarme 17 Vine a postrarme
Vine a decir que eres mi Dios Vine a decir que eres mi Dios
Solo tú eres grande Solo tú eres grande
Contigo María
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