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Monición Inicial

"Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, la luna a sus

pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas".

Queridos hermanos, hoy celebramos la victoria de la Santa Iglesia sobre el


pecado, sobre la corrupción.

La asunción de la Virgen María, simboliza la


victoria final de la Santa Iglesia sobre la muerte. Muerte,
¿Dónde está tu victoria?

Mientras tanto, entonamos: Bienaventurada María, porque hoy fuiste


elevada sobre los coros de los ángeles y junto a Cristo, has alcanzado el
triunfo eterno.

Si Jesucristo nos dice “sígueme al Cielo”, nuestra Madre nos dice, "sube
conmigo al Cielo", quédate en mi regazo para que tu también puedas ser
elevado al Cielo,para alcanzar la Vida Eterna.

Tal como sabéis, la Asunción es un dogma de fe desde 1950, establecido por


Pío XII. El dogma no lo concreta, pero se acepta la creencia ortodoxa, de la
dormición de Nuestra Madre que la prepara para el tránsito al Cielo.

La siempre Virgen María es representada rodeada de flores, sin amortajar del


todo, con el rostro visible, resplandeciente, sonriente, podríamos decir
"soñando con el Cielo", soñando con volver a ver a su Hijo.

La dormición simboliza el descanso en Dios Padre, junto a su hijo Jesucristo


quien lo ha propiciado todo, hasta el día del juicio final.

La tradición nos indica que los apóstoles dejaron todo para cuidarla en sus
últimos días, excepto Santiago el mayor que había sido martirizado, y Santo
María Siempre Virgen
Diversas fuentes, mencionan a María, como “La Virgen”, es decir, María en
cierto sentido, era sinónimo de Virginidad, era pública y característica su
Virginidad, desde el origen. María, José y Jesús, durante toda su vida,
predicaron la Castidad.

Jesús dice: “Quien sea capaz de ser casto, que lo sea”.


Esta sentencia de Jesús está encriptada.

La castidad no reside en la capacidad de la persona.


La castidad reside en la abnegación de la persona.

No es una potencia de nuestra esencia.


Sino una transfiguración de la misma.

La castidad para nuestra parte animal, resulta “contra natura”.


La castidad para nuestra parte racional, resulta su puerta de acceso.

La castidad se nutre de la humildad.


La castidad se nutre de la Penitencia y de la Eucaristía.

Ser casto es renunciar a ser un falso dios en el Mundo.


Ser casto es renunciar a la estirpe de la Serpiente: “Ser como dios”.

San Agustín decía: sin la Gracia de Dios es imposible.


San Pablo decía: es la virtud que altera toda nuestra naturaleza.

La castidad llena la alcuza de nuestra menorá.


La castidad unge nuestra vida.

Hoy cuesta imaginar que una persona sea reconocida, por su Virginidad o
Castidad, fuera del ámbito religioso.

Incluso puede que si es pública y notoria su castidad, alguna autoridad


mundana se sienta molesta, y la persiga.

San Juan Pablo II: “María, virgen antes del parto, durante el parto y
después del parto, no dejó nunca de ser virgen. De las tres, la afirmación de
la virginidad antes del parto es, sin duda, la más importante, ya que se
refiere a la concepción de Jesús y toca directamente el misterio mismo de la
Encarnación”.

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Si encarnamos el mundo, prostituimos nuestra esencia. Quedamos
inacabados.
Si encarnamos a Dios, la glorificamos. Acabamos su obra.
En la Unidad del Espíritu Santo, todo Honor y toda Gloria, por Siempre
Virgen.

¡Invocamos al Espíritu Santo!


Ven Espíritu Santo
llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu amor

RUAH, RUAAAH, RUAH, RUAAAH


RUAH, RUAH, ALIENTO DE DIOS EN NOSOTROS
RUAH, RUAH, ESPÍRITU DE NUESTRO DIOS (bis)

Espíritu de Dios en nosotros,


derriba los muros antiguos,
construye una nueva creación,
levanta la ciudad de Dios.

RUAH, RUAH, ALIENTO DE DIOS EN NOSOTROS


RUAH, RUAH, ESPÍRITU DE NUESTRO DIOS (bis)

Tu fuerza sobreabundará
en la humilde pequeñez,
de la raíz de una flor
al sabio corazón anciano.

RUAH, RUAH, ALIENTO DE DIOS EN NOSOTROS


RUAH, RUAH, ESPÍRITU DE NUESTRO DIOS (bis)

La creación entera danza


y entona un alegre canto,
belleza de días eternos,
alabanza de nuestro amante Dios.

RUAH, RUAH, ALIENTO DE DIOS EN NOSOTROS


RUAH, RUAH, ESPÍRITU DE NUESTRO DIOS (bis)

3
No tiemblen tus huesos,
Yo seré́ tu fuerza,
haré fecundo lo estéril,
los lisiados danzarán.

RUAH, RUAH, ALIENTO DE DIOS EN NOSOTROS


RUAH, RUAH, ESPÍRITU DE NUESTRO DIOS (bis)

Nuestros mayores verán visiones


y los jóvenes tendrán sus sueños,
las mujeres profetizarán
y al frente irán los pequeños.

RUAH, RUAH, ALIENTO DE DIOS EN NOSOTROS


RUAH, RUAH, ESPÍRITU DE NUESTRO DIOS (bis)

Sabiduría encarnada en Jesús,


gracia que recrea de nuevo,
fuego que prende en la historia,
en el centro y en los márgenes.

RUAH, RUAH, ALIENTO DE DIOS EN NOSOTROS


RUAH, RUAH, ESPÍRITU DE NUESTRO DIOS (bis)

Raíz del Tronco de Jesé,


árbol con brazos tan fuertes,
vida que crece muriendo
y revelando la ternura de Dios.

RUAH, RUAH, ALIENTO DE DIOS EN NOSOTROS


RUAH, RUAH, ESPÍRITU DE NUESTRO DIOS (bis)

Benditas mujeres fuertes


como Rut, Sara y Esther,
vincularon generaciones
en Espíritu y en verdad.

RUAH, RUAH, ALIENTO DE DIOS EN NOSOTROS


RUAH, RUAH, ESPÍRITU DE NUESTRO DIOS (bis)
¡Recibimos a Jesús Eucaristía!
Ante ti postrado estoy aquí

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Te rindo mi ser
Te rindo mi ser

Con tu amor atrá eme señ or


Vengo a tus pies
Vengo a tus pies
A ti me rindo

Lléname, de gracia inú ndame


Sacia mi sed
Sacia mi sed

Mi corazó n levanta un clamor


Há blame Dios
Há blame Dios

A ti me rindo, a ti me rindo
Te quiero conocer
Má s de ti conocer

A ti me rindo, a ti me rindo
Te quiero conocer
Má s de ti conocer
Con tu aliento Dios sopla en mi interior
Cumple señ or tu voluntad en mí
Con tu gran poder muévete en mi ser
Cumple señ or tu voluntad en mí A ti me rindo, a ti me rindo
Te quiero conocer
Con tu aliento Dios sopla en mi interior Má s de ti conocer
Cumple señ or tu voluntad en mí
Con tu gran poder muévete en mi ser A ti me rindo, a ti me rindo
Cumple señ or tu voluntad en mí Te quiero conocer
Con tu aliento Dios sopla en mi interior Má s de ti conocer
Cumple señ or tu voluntad en mí
Con tu gran poder muévete en mi ser
Cumple señ or tu voluntad en mí

Oh mi Señor te pedimos que nos renueves, que nos restaures y


que nos liberes con tu preciosísima sangre.
¡Cantamos!

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¡Restáurame Oh mi Señor!
¡Renuévame Oh mi Señor! ¡Restáurame Oh mi Señor!
¡Renuévame Oh mi Señor! Con tu sangre
Con tu sangre Restáurame
Renuévame Restáurame
Renuévame ¡Oh mi Señor!
¡Oh mi Señor!
Aleluya
Libérame Oh mi Señor Aleluya
Libérame Oh mi Señor Aleluya
Con tu sangre Aleluya
Libérame Aleluya
Libérame Aleluya
¡Oh mi Señor! Aleluya
Aleluya

Cantamos Te Adoro Jesús Aleluya


Aleluya
Te voy adorar Jesús.
Aquí estoy Señ or, Betania es el lugar Te voy a cantar un te
cansado del camino. oasis en mi desierto. quiero.
Me voy a sentar, Es un rincó n del alma Te voy adorar Jesús.
a hacer un respiro. descanso y consuelo. Te voy a cantar un te
Te voy a contar, Betania es la puerta, quiero.
a compartir contigo, que abrir anhelo. Aroma a incienso
que ya no puedo má s ¡Abre Jesú s, que voy a aroma a paz.
y soy tu mendigo. tu encuentro! Estás en mi vida
Por Ti yo muero.
Estás en mi vida

Escuchamos la Palabra Por Ti yo muero (bis)

de Dios

Lectura del libro de Miqueas 5:1-3


Pero tú, Belén Efrata, aunque eres la más pequeña entre todos los pueblos de
Judá, tú me darás a aquel que debe gobernar a Israel: su origen se pierde en
el pasado, en épocas antiguas.

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Por eso, si Yahvé los abandona es sólo por un tiempo, hasta que aquella que
debe dar a luz tenga su hijo. Entonces el resto de sus hermanos volverá a
Israel.

El se mantendrá a pie firme y guiará su rebaño con la autoridad de Yahvé,


para gloria del Nombre de su Dios; vivirán seguros, pues su poder llegará
hasta los confines de la tierra.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

Lectura Salmo 45

De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir.

Rebosa en mi corazón un tema bueno;


al Rey dirijo mis versos;
mi lengua es como pluma de escribiente muy ligero.
Eres el más hermoso de los hijos de los hombres;
la gracia se derrama en Tus labios;
por tanto, Dios te ha bendecido para siempre.

De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir

Prepara Tu espada sobre el muslo, oh valiente,


en Tu esplendor y Tu majestad.
En Tu majestad cabalga en triunfo,
por la causa de la verdad, de la humildad y de la justicia;
que Tu diestra te enseñe cosas tremendas.

De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir

Tus flechas son agudas;


los pueblos caen debajo de Ti;

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en el corazón de los enemigos del rey están Tus flechas.
Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre;
Cetro de equidad es el cetro de Tu reino.

De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir

Has amado la justicia y aborrecido la iniquidad;


por tanto, Dios, Tu Dios, te ha ungido
con óleo de alegría más que a Tus compañeros.
Todas Tus vestiduras están perfumadas con mirra, áloe y casia;
Desde palacios de marfil te han alegrado con instrumentos de
cuerda.

De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir

Hijas de reyes hay entre Tus damas nobles;


a Tu diestra, en oro de Ofir, está la reina.
Escucha, hija, presta atención e inclina tu oído;
Olvídate de tu pueblo y de la casa de tu padre.

De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir

Entonces el Rey deseará tu hermosura;


inclínate ante Él, porque Él es tu señor.
Y la hija de Tiro vendrá con presentes;
Los ricos del pueblo suplicarán tu favor.

De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir

Toda radiante está la hija del Rey dentro de su palacio;


recamado de oro está su vestido.
En vestido bordado será conducida al Rey;
las vírgenes, sus compañeras que la siguen,
serán llevadas a Ti.

Serán conducidas con alegría y regocijo;


Entrarán al palacio del Rey.

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De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir

En lugar de tus padres estarán tus hijos;


los harás príncipes en toda la tierra.
Haré que Tu nombre sea recordado por todas las generaciones;
por tanto, los pueblos te darán gracias eternamente y para siempre.

De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir

Lectura del evangelio según San Lucas 1,46-56

En aquel tiempo, María dijo:


«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:


dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,


acordándose de la misericordia
– como lo había prometido a nuestros padres –
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»

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María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su
casa.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

Reflexión de la Palabra

Quiero cantar contigo, hija de Sión, el cántico que Tú cantaste en


nombre nuestro. Quiero cantar contigo María, nueva Jerusalén, las
grandes obras, los grandes cambios que hace Dios en el corazón del
hombre, en el corazón de la sociedad.

Proclama mi alma, la grandeza del Señor.


Se alegra mi Espíritu en Dios mi salvador
porque ha mirado la humillación de su sierva.
Porque ha mirado mi pequeñez.

Las generaciones me felicitarán


porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Su nombre es Santo y su misericordia
llega a sus fieles de generación en generación.

Proclama mi aaalma, proclama mi aaalma.


Proclama mi aaalma, proclama mi aaalma.

El hace proezas con su brazo,


Dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes.

A los hambrientos los colma de bienes


y a los ricos los despide vacíos, los despide vacíos.

Proclama mi aaalma, proclama mi aaalma.


Proclama mi aaalma, proclama mi aaalma.

Auxilia a Israel,

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su siervo
acordándose de la misericordia.
Como lo había prometido
a nuestros padres
en favor de Abraham y su descendencia,
por siempre.

Proclama mi aaalma, proclama mi aaalma.


Proclama mi aaalma, proclama mi aaalm

Plegaria a maría Reina y Madre de la Paz


Cantamos

Reina de la Paz,
Reina de la Paz,
tengo el corazón herido:
te lo traigo a ti,
te lo entrego a ti
que has sufrido por tu Hijo.
Madre Virginal te imploro,
haz que vuelva a ti mis ojos,
Reina de la Paz te pido
da esperanza a mi dolor.

para proveer de vino, las tinajas


María, Madre de la Paz, vacías, de mis hermanos los
concédeme tus mismos ojos de hombres.
Paz; para mirar a cada hermano,
María, Madre de la Paz,
con los ojos de Dios, con ojos de
concédeme tus pies de paz,
Misericordia y compasió n.
veloces y con prisa
María, Reina de la Paz; para llegar a cualquier montañ a
concédeme tus manos de paz, como a Ain Karem,
diligentes y trabajadoras, donde alguien me necesite,
para ayudar, y contagiar mi fe,
para cantar con gozo

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las maravillas del Señ or. ¿Dónde podemos encontrar a
Jesús, tu Amado Hijo?
Cantamos ¿Cuá l es el camino
que nos conduce hasta É l?
Reina de la Paz, Hoy nuestra ú nica sú plica, es:
Reina de la Paz, “Muéstranos a Jesús,
tengo el corazó n herido: fruto bendito de tu vientre”.
te lo traigo a ti, (Lc 1, 42)
te lo entrego a ti
que has sufrido por tu Hijo. María, Reina y Madre de la
Madre Virginal te imploro, Paz;
haz que vuelva a ti mis ojos, Madre Inmaculada,
Reina de la Paz te pido venimos delante de Ti,
da esperanza a mi dolor. con el alma abierta
y con el corazó n disponible
María, Reina de la Paz, para escuchar todo lo que Tú nos
concédeme un corazó n como el digas.
tuyo, Abre nuestros ojos Madre,
humilde, bueno, sencillo, limpio, a la Luz del Espíritu Santo,
puro, sin doblez, dependiente de para que Dios sea
Dios, lleno de paz, latiendo de el ú nico sol de nuestra vida.
amor, henchido de Despó janos de la soberbia y del
reconciliació n, orgullo, de la pereza, del rencor y
amante de mi Dios. de la envidia.
Cantamos
María, Reina y Madre de la
Paz; Reina de la Paz,
concédeme seguir siempre a tu Reina de la Paz,
Hijo Jesú s, Rey Manso y Humilde tengo el corazó n herido:
de Paz. te lo traigo a ti,
Rey que trae la Salvació n y la te lo entrego a ti
vida. que has sufrido por tu Hijo.
Rey que anuncia la Paz a todos. Madre Virginal te imploro,
Rey que trae el Evangelio a los haz que vuelva a ti mis ojos,
pobres. Reina de la Paz te pido
Haz que yo sea, Madre Nuestra, da esperanza a mi dolor.
discípulo del Rey de la Paz.
María, Reina y Madre de la María, Reina y Madre de la
Paz; Paz;
Nos ponemos delante de Ti, Concédenos por tu fiel
y te preguntamos: intercesió n un corazó n limpio y

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puro, trasparente, sin doblez, sin también transmisores del
maldad, un corazó n nuevo y de Evangelio de la verdad y de la
carne como el tuyo. vida, a través de la acogida y el
servicio.
María, Reina y Madre de la
Paz; María, Reina y Madre de la
Descú brenos el camino de la vida Paz;
que hemos de recorrer para Compasiva en Caná , con los
llegar hasta tu Hijo, só lo a É l, novios que no tenían vino,
só lo con É l, só lo en É l. queremos, como tú , ser
Yendo detrá s de tus pasos de solidarios con los pobres, los que
Madre, no nos perderemos. sufren, con los humildes.
Ayú danos a todos en esta
Porque supiste de dolor y
oració n, a “guardar todas las
soledad, queremos como tú ,
cosas en el corazón”, y orar
mantenernos vigilantes
nuestra propia vida.
para que a ningú n crucificado
Ayú danos a ofrecer esta noche
le falte nunca una compañ ía
en BETANIA nuestra vida al
maternal.
Señ or.
Queremos poner María, Reina y Madre de la
en sus manos de Padre, lo que Paz;
somos, tenemos y vivimos.
Tú que fuiste la primera
María, Reina y Madre de la
discípula
Paz;
y primera testigo de Jesú s, y
Madre de Jesú s y Madre de la
vives ya glorificada en el cielo, tú
Iglesia, concédenos seguir cada
que eres la esperanza y guía de
día má s de cerca a tu Hijo, como
los que somos peregrinos, tú que
verdaderos discípulos.
eres la estrella y guía de la nueva
Tu vida escondida, sencilla y Evangelizació n, ilumina nuestro
disponible, rebosante de ternura camino tras de tu Hijo Jesú s
y compasió n nos estimula a la ayú danos a configurarnos con
oració n y al servicio, a la acogida Cristo para irradiar al mundo
y al desprendimiento y a estar la alegría de la Salvació n.
siempre junto a la cruz.
María, Reina y Madre de la
María, Reina y Madre de la
Paz;
Paz;
Somos consciente de có mo llegó Tú que eres la imagen má s
a ti, la plenitud de la vida y de perfecta de la Iglesia y la figura
có mo la comunicaste al mundo mejor acabada del hombre y la
sin tardar; queremos ser

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mujer, aviva en nosotros tus
sentimientos y tu generosidad
para ser celosos servidores del
Reino. Amén.

Cantamos

Reina de la Paz,
Reina de la Paz,
tengo el corazó n herido:
te lo traigo a ti,
te lo entrego a ti
que has sufrido por tu Hijo.
Madre Virginal te imploro,
haz que vuelva a ti mis ojos,
Reina de la Paz te pido
da esperanza a mi dolor.

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MARÍA REINA DE LA PAZ ME INVITA A …
Querer a los que no me gustan.
A poner ilusión en el trabajo, y el estudio de cada día.
A reaccionar con todo lo injusto que hay a mi alrededor, para no
callarme, y hacer mía la Palabra de Jesús: “La verdad os hará libres”.
A sembrar la paz en mi entorno, sabiendo que esa paz, debe nacer
primero en mi corazón.
A darme cuenta que quizás no puedo cambiar el mundo, pero debo
intentar que el mundo no me cambie a mí.
A descubrir a Dios en el sufrimiento de la gente, en los enfermos, en la
marginación, en la pobreza, y poner mi corazón y mi vida al lado de
los más desfavorecidos.
A experimentar el amor de Dios, que vive conmigo, que está por mí,
que camina a mi lado, a pesar de que muchas veces no sea
correspondido.
A practicar la Ley del amor, en cada cosa que haga, con cada persona
que me encuentre, ...
A decirle a la gente que me rodea, que vive conmigo: ¡Te quiero!
A expresar la alegría y la felicidad que vivo, siendo todo para todos,
sonriendo, escuchando, perdonando, olvidando.
Cuantas veces, siendo niño te recé,
con mis besos te decía que te amaba;
poco a poco, con el tiempo, alejándome de ti.
por caminos que se alejan me perdí.

HOY HE VUELTO, MADRE, A RECORDAR


CUANTAS COSAS DIJE ANTE TU ALTAR,
Y AL REZARTE PUEDO COMPRENDER
QUE UNA MADRE NO SE CANSA DE ESPERAR.

Al regreso me encendías una luz,


sonriendo desde lejos me esperabas,
en la mesa la comida aún caliente y el mantel,
y tu abrazo es mi alegría de volver.

Aunque el hijo se alejara del hogar


una madre siempre espera su regreso,
el regalo más hermoso que a los hijos da el Señor
es su madre y el milagro de su amor.
Ahí tienes a tu Madre
Cuando el Señor, Jesús estaba en su último momento en este mundo ni aun así dejó
de reservarse nada para sí y nos dio a su Madre

Si se acaba el vino en tu vida hoy


Ahí tienes a tu Madre
Si solo hay tinajas, pero no hay amor
Ahí tienes a tu Madre
Si estás buscando acercarte a Dios

Ahí tienes a tu Madre


Ahí tienes a tu Madre
Ahí tienes a tu Madre (¡dilo!)
Ahí tienes a tu Madre (Él nos la dio)
Ahí tienes a tu Madre

Si no sabes cómo hacer una oración


Ahí tienes a tu Madre
Si la cruz te pesa para caminar (¡dilo!)
Ahí tienes a tu Madre
Si no hay Pentecostés en tu corazón

Ahí tienes a tu Madre


Ahí tienes a tu Madre
Ahí tienes a tu Madre (¡dilo!)
Ahí tienes a tu Madre (Él nos la dio)
Ahí tienes a tu Madre

Si estás viviendo fuerte la hora del dolor


Ahí tienes a tu Madre
Si estás padeciendo alguna enfermedad
Ahí tienes a tu Madre

Si te encuentras sumido en desesperación


Ahí tienes a tu Madre, ahí tienes a tu Madre.

Ahí tienes a tu Madre


Ahí tienes a tu Madre

Ahí tienes a tu Madre (¡dilo!)


Ahí tienes a tu Madre (Él nos la dio)
Ahí tienes a tu Madre

Cantos de alabanza
Ven y descánsate Sé de quién me fiado, confío, Señor,
en Ti,
Ven y descánsate 16 y aunque a veces parezca de piedra,
ven y descánsate en Dios, confío, Señor, en Ti,
en Dios.
Me sedujiste Señor

Me sedujiste Señ or
Y yo me deje seducir
Canción a tus pies Mi alma vive del agua
que bebí.
Me perdonaste
A tus pies, arde mi corazó n Me acercaste a tu presencia
A tus pies, entrego lo que soy Me levantaste
Ese lugar de mi seguridad Hoy me postro a adorarte
Donde nadie me puede
señ alar Y aquí permaneceré
Me perdonaste Postrado a tus pies
Me acercaste a tu presencia Y aquí permaneceré
Me levantaste A los pies de Cristo
Hoy me postro a adorarte
Y aquí permaneceré
No hay lugar más alto, más Postrado a tus pies
grande Y aquí permaneceré
Que estar a tus pies, que A los pies de Cristo
estar a tus pies. .
No hay lugar más alto, más
grande
Que estar a tus pies, que Salmo
estar a tus pies (bis)
Dad gracias al Señor porque es bueno
A tus pies, arde mi corazó n Porque es eterna su misericordia
A tus pies, entrego lo que soy
Es el lugar de mi seguridad
Donde nadie me puede
señ alar.

Vine adorarte
Tú eres el rey
Tú eres la luz grandemente exaltado
que brilló en las tinieblas glorioso por siempre Señ or.
abrió mis ojos pude ver. El mundo que creaste humilde viviste
Mi corazó n adora tu hermosura y pobre te hiciste por Amor
esperanza de mi vida eres tú .
Vine adorarte Vine adorarte
Vine a postrarme 17 Vine a postrarme
Vine a decir que eres mi Dios Vine a decir que eres mi Dios
Solo tú eres grande Solo tú eres grande
Contigo María

Quiero caminar contigo María


Pues tú eres mi madre, eres mi guía
Tú eres para mí el más grande ejemplo
De santidad, de humildad.

Quiero caminar contigo María


No solo un momento, todos los días
necesito tu amor de madre
Tu intercesión, ante el Señor.

Guía mis pasos, llévame al cielo


Bajo tu manto no tengo miedo
Llena de gracia, Ave María
Hoy yo te ofrezco toda mi vida.

Quiero caminar contigo María


Madre en el dolor y en la alegría
Tú que fuiste fiel hasta el extremo
Fiel en la cruz, fiel a Jesús.
Guía mis pasos, llévame al cielo
Bajo tu manto no tengo miedo
Llena de gracia, Ave María
Hoy yo te ofrezco toda mi vida.

Celestial Princesa mírame con compasión


Hoy te doy mi alma, vida y corazón

Guía mis pasos, llévame al cielo


Bajo tu manto no tengo miedo
Llena de gracia, Ave María
Hoy yo te ofrezco toda mi
Hoy yo te ofrezco toda mi vida.

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