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Denis Nielsen

Dennis Nilsen era una pesona solitaria, muy callada. En apariencia, era una
persona amable y solidaria, que ayudaba a las personas sin hogar, a los débiles.
Nilson no tuvo ningún reparo en confesar abiertamente los crímenes en el coche
patrulla aparcado en la puerta de su casa. Tuvo que ser interrogado en el coche
porque en su piso era imposible permanecer. Cuando los agentes llamaron a la
puerta, Nilsen abrió la puerta y una bofetada nauseabunda les golpeó de
inmediato: el hedor de la carne podrida de sus víctimas hacía imposible entrar en
el apartamento de forma inmediata.
Cuando los agentes lograron entrar, protegiéndose la nariz y la boca, encontraron
una escena que nunca podrán olvidar. En la cocina, metida en una olla, había
una cabeza humana cortada y hervida.
En ese momento comenzó a cometer los crímenes. De 1978 a 1983, asesinó a
niños y jóvenes desamparados que conocía en las calles del Soho. Se acercaba a
ellos y se aprovechaba de su situación de exclusión para ganarse su
confianza. Les ofrecía comida para que bajaran la guardia y después les invitaba
a alojarse en su piso del norte de Londres.

Nilsen no tuvo ningún reparo en confesar abiertamente los crímenes en el coche


patrulla aparcado en la puerta de su casa. Tuvo que ser interrogado en el coche
porque en su piso era imposible permanecer. Cuando los agentes llamaron a la
puerta, Nilsen abrió la puerta y una bofetada nauseabunda les golpeó de
inmediato: el hedor de la carne podrida de sus víctimas hacía imposible
entrar en el apartamento de forma inmediata.

Cuando los agentes lograron entrar, protegiéndose la nariz y la boca, encontraron


una escena que nunca podrán olvidar. En la cocina, metida en una olla, había
una cabeza humana cortada y hervida.

Nilsen estrangulaba y ahogaba a sus víctimas antes de mantener relaciones


sexuales con sus cadáveres. Después ocultaba sus restos debajo de las tablas del
suelo y en ocasiones los recuperaba para hablar con ellos e incluso fotografiarlos
en posturas supuestamente eróticas.

Su primera víctima fue un Stephen Holmes, de apenas 14 años, el 29 de


diciembre de 1978. Nielsen había pasado todo el día bebiendo cuando conoció al
adolescente, que regresaba de un concierto en el Crickleworth Arms Pub de
Londres. Holmes trató sin éxito comprar alcohol y Nilsen le invitó a su casa a
beber. Tras tomar unas copas, el chaval se quedó dormido y Nilsen, de 33
años, lo estranguló con una corbata. El asesino guardó el cuerpo durante ocho
meses bajo el suelo del piso y después quemó lo que quedaba.
Fue el 3 de diciembre de 1979. Ese día conoció a Kenneth Ockenden, un turista
canadiense, en un pub y estuvieron bebiendo juntos toda la noche. Después se
ofreció para ejercer de guía turístico para hacer un tour por la ciudad. Nilsen invitó
a Kenneth a su apartamento a comer y le mostró su colección de discos, antes de
estrangularlo con el cable de sus auriculares.
El tercer crimen ya no tardó tanto en llegar. Corría el 17 de mayo de 1980 cundo
Martyn Duffy, un estudiante de catering de 16 años, dormía a la intemperie en la
estación de Euston. Nilsen pasaba por allí y fingió ser un buen samaritano para
que el adolescente aceptara ir a su casa a pasar la noche. En esta ocasión, la
víctima no fue estrangulada sino que cambió su modus operandi. Lo ahogó en el
fregadero antes de abusar sexualmente de sus restos mortales. Después, guardó
el cuerpo en un armario durante dos semanas y acabó junto a Kenneth bajo los
tablones del suelo.
El cuarto de los crímenes no lo pudo confesar porque estaba tan borracho que no
recordaba nada de ese día Billy Sutherland, de 26 años, tenía novia y un hijo de
tres años. Conoció a su asesino en el Jobcentre donde trabajaba Nilsen y
decidieron ir a tomar algo juntos en agosto de 1980. Bebieron mucho y la noche
acabó con la muerte de Billy.
En noviembre de 1980, el barman escocés Douglas se convirtió en el primer
superviviente de Nilsen. Se despertó en casa del asesino en serie y tenía los pies
y las manos atadas. Además Nilsen estaba sobre él con una corbata intentando
estrangularlo. Por suerte, logró revolverse y escapó.
Malcolm Barlow, de 23 años, fue el siguiente y la última víctima asesinada en el
piso de Melrose Avenue. Nilsen lo encontró desplomado frente a su casa el 18 de
septiembre de 1981 y llamó a una ambulancia. Cuando Malcolm regresó al día
siguiente para agradecerle lo que hizo por él, lo estranguló y metió su cuerpo en
un armario de la cocina.
La historia de Nilsen conmocionó a la sociedad londinense en los años 80 y ahora
ha sido recuperada por el canal ITV, que acaba de estrenar una serie sobre su
vida protagonizada por David Tenant y cuya primera emisión tuvo un seguimiento
de más de cinco millones de personas.
Murió en mayo de 2018 en la prisión de máxima seguridad de Full Sutton, solo y
agonizando en su celda a los 72 años. Se había estado quejando de dolores de
espalda y fue trasladado al Hospital de York, donde le diagnosticaron una
aneurisma de la aorta abdominal, que los cirujanos habían logrado reparar.

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