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MONOGRAFÏA FINAL (De Becker)
MONOGRAFÏA FINAL (De Becker)
MONOGRAFÏA FINAL (De Becker)
MOGROVEJO
FACULTAD DE INGENIERÍA
PLANIFICACIÓN TEXTUAL
INTEGRANTES:
Como ya sabemos, por lógica, para poder sobrevivir necesitamos uno de los elementos
más importantes que nos ha regalado la madre naturaleza y sí, estamos hablando
del agua. Como lo señala Das (1985), historiadores nos han mencionado sobre
civilizaciones forjadas sobre las orillas de los ríos, pues el uso por estos ríos era
necesario para poder obtener agua, por ejemplo, podemos apreciar las
civilizaciones crecientes sobre los ríos Nilo, el Tigris, el Éufrates, el Huang Ho o
el Indo. Para poder defenderse, estas civilizaciones han realizado construcciones
como los diques, hay investigaciones sobre construcciones que datan del año 2000
a.C., siendo construido un dique en el valle del Indo, la cual se elaboró para dar
protección ribereña a la ciudad Mohenjo Dara en esos tiempos, pero si nos
remontamos a la china por los años 1120 a.C. hasta 249 a.C. veremos
construcción de diques con elaboración para riego, más no en defensa. A pesar de
que estas obras hayan sido importantes, no se refleja evidencia que hayan
realizado estudios previniendo algún tipo de problemas que puedan surgir en el
futuro.
En estas épocas aparecieron los experimentos y estudios sobre la arena que nos ayuda
hoy en día en prevenir muchos fenómenos naturales como por ejemplo las
inundaciones. Según Das (1985), siendo uno de los pioneros en la investigación
de arena, el ingeniero francés Henri Philibert Gaspard Darcy, quien publicó sobre
la permeabilidad en la arena, las definió como coeficiente de permeabilidad,
pruebas muy útiles hoy en día. En 1885 publicó un ensayo, en la cual compartía la
determinación del vuelco de pared de arena sujetas a bisagras de retención,
estando en estados sueltos y densos de compactación. Por ese mismo año Joseph
Valentín Boussinesq ejecuto la teoría de distribución de tensiones en rodamiento
que llevaron cargas homogéneas, inmensurables, flexibles e isótropas. Uno de los
estudios notables fue realizado por John Clibborn y John Stuart Beresford sus
estudios fueron relacionados con flujo del lecho de arena y la presión de
elevación, sus publicaciones fueron tan significativa que fueron utilizados en
diferentes libros como en el gobierno de la India.
En este periodo los estudios se basaron más en las arcillas, en donde establecieron
parámetros y propiedades fundamentales para el desarrollo de los proyectos en
construcción. Según Das (1985), una de las publicaciones importante de ese
tiempo se trata de un químico y científico sueco realizado en 1908, quien vio
partículas menos a 2 micras, definiéndolas como fracciones de arcillas, al pasar el
tiempo se percató de lo útil que pueden llegar a ser las partículas de arcillas con el
suelo y la plasticidad describiéndoles como líquidos, plásticos y límites de
contracción. Por otro lado, en 1909 fallo una presa de 17 m de altura en Francia,
siendo recién construida hicieron cortes en arcillas que no fueron drenadas y
sacaron sus parámetros. También, Arthur Langley Bell, un ingeniero civil, trabajo
en el diseño y construcción del dique que estaría a defensa del astillero naval
Rosyth Dockyard de escocia, siendo esta la construcción que lo ayudo a patentar
la relación entre presión lateral y resistencia de la arcilla a su vez para determinar
sus parámetros de resistencia. Wolmar Fellenius ingeniero sueco, realizo el
análisis sobre la superficie de deslizamiento, ejecutando un análisis de estabilidad
en las carreteras de arcilla. Se debe agregar que Karl Terzaghi con su teoría de
consolidación de arcillas demostró el límite que marca el líquido los suelos fue de
36 y 67.
La delgada capa del suelo que cubre la superficie terrestre se revela como un tema de
gran complejidad y diversidad, cuando lo observamos desde las perspectivas de la
agronomía y la ingeniería civil. Desde un punto de vista agronómico, el suelo se
convierte en un recurso fundamental para la agricultura, ya que sus propiedades
desempeñan un papel esencial en la alimentación de las plantas y el crecimiento de
los cultivos. Por otro lado, desde la perspectiva de la ingeniería civil, el suelo se
convierte en un componente crítico en la planificación y construcción de
infraestructuras, y aquí es donde la mecánica de suelos se vuelve indispensable, ya
que esta disciplina nos permite evaluar y abordar conceptos claves relacionados con
el suelo en proyectos de construcción. En conclusión “la ingeniería civil define al
suelo como el conjunto de partículas minerales, producto de la desintegración
mecánica o de la descomposición química de las rocas” (Crespo, 2004, p.18).
Mediante el proceso de lavado es que sé así de forma consecutiva se van formando los
siguientes horizontes, en este caso el horizonte E (eluvial) y horizonte B
(subsuelo). (Piraneque, Aguirre y Cruz 2023) afirman que el horizonte “E” va
perdiendo materiales finos como la arcilla y minerales como el óxido de hierro,
debido a esta razón el horizonte siguiente es receptor de todos los minerales que este
le proporciona. De esta manera se irá formando un nuevo suelo, en consecuencia,
cada vez que se logre formar una nueva capa hacia la parte inferior se considera un
suelo menos productivo. Finalmente, en cuanto se siga bajando hacia la zona más
rocosa, será mucho menos productiva, ya que el suelo va perdiendo sus minerales
debido a que ya no recibe factores climáticos directamente, lo que lo hace más sólido
y resistente a sus partículas, especialmente a las rocas.
Es muy importante conocer los tipos de suelos dentro de la ingeniería civil ya que nos
permite estudiar sus propiedades y características lo cual nos dará una mayor
claridad para consolidar una determinada cimentación. Los suelos se dividen en dos
grandes grupos: suelos cuyo origen se debe a la descomposición física y/o química
de las rocas, o sea los suelos inorgánicos y suelos cuyo origen es principalmente
orgánico (Crespo, 2004). Todo ingeniero civil requiere de mucha responsabilidad al
momento de realizar una construcción civil, por ello es indispensable analizar el tipo
de suelo adecuado para una determinada cimentación ya que el tipo de suelo
determina la cantidad de carga que se empleara en cada estructura.
Dentro del campo de la construcción será primordial el análisis de los tipos de suelos
para una adecuada cimentación. (Isidro 2018) sostiene que los tipos de suelos se
clasifican según su tamaño de grano y según la cohesión y permeabilidad que estos
presenten, su composición y clasificación dará inicio para saber cuál suelo será
necesario como base para la construcción. Un ejemplo de ellos son los residuales, en
este caso los suelos permanecen en el mismo lugar que se forman, conservando sus
mismas características, mientras que, por otro lado, los suelos transportados
presentan características distintas, ya que son transportados de su lugar de origen por
agentes ambientales como el viento, agua, explosiones volcánicas, etc.
Uno de los suelos con mayor capacidad para formación de estructuras son los suelos
arenosos y arcillosos. Para ello (Isidro 2018) señala que dichos suelos son los más
recomendables para la formación de cimentaciones porque es su estructura presentan
un grano muy grueso, lo que dará una mayor consistencia a su estructura, por otro
lado, también señala que debido a la buena calidad de partículas tendrá un buen
drenaje y resistencia al momento de realizar una compactación. Por este motivo es
recomendable el uso de estos suelos en estructuras de mayor tamaño, como por
ejemplo edificios y puentes, ya que garantizara una excelente estabilidad al momento
de la construcción.
El comportamiento mediante el medio ambiente también define los tipos de suelos,
entre uno de ellos son los suelos cohesivos. Para ello (Isidro 2018) sostiene que
debido al índice de humedad estos serán más fáciles de expandir y cuando estén una
temperatura mayor elevada serán más fáciles de contraerse, por otro lado, también
presentan características en su grano, una de ellas es que presentan una alta cohesión
debido a sus partículas de grano muy fino. Naturalmente, los suelos cohesivos lo
encontramos en las arcillas y limos, lo cual debido a su buena cohesión serán
considerados suelos apropiados para la construcción de cimentaciones,
proporcionado una mayor consistencia durante su proceso de construcción y durante
toda la vida útil de la estructura.
Algunos factores climáticos también definen los suelos no cohesivos, ya que presentan
baja cohesión con relación a sus partículas gruesas. (Crespo 2004) señala que el
comportamiento de dichos suelos dependerá de muchos factores climáticos, en la
mayoría de los estudios realizados estos no retienen agua, por esta razón es que
presentan una buena permeabilidad y una mayor resistencia a la hora de ser
compactados. Por ejemplo, dentro de este tipo encontramos las arenas y gravas,
comúnmente conocido en la ingeniería como suelos de mayores capacidades de carga
por obtener partículas gruesas y de muy buena textura para el momento de compactar
y como también para un buen soporte en la base de una cimentación.
Uno de los suelos que contienen más acumulaciones de materia orgánica son las gravas,
por la cual sus dimensiones de diámetro serán mayores. Para ello (Crespo 2004)
afirma que mediante un proceso de lavado los residuos de materia orgánica se van
acumulando en las zonas más bajas de un terreno, de esta manera se van uniendo
partículas lo cual forman un nuevo suelo llamado gravas, la acumulación de restos
puede ser visto en los lechos como también en los ríos. Por esta razón las gravas
ocupan un mayor espacio dentro de la superficie terrestre, debido a que presentan
bastante facilidad de ser transformados por medio de agentes ambientales, durante
este proceso sus partículas estarán en bastante cambio.
Para un mejor estudio sobre los suelos es necesario conocer las características especiales
de los suelos, las cuales nos ayudaran a un mejor análisis dentro del campo de la
ingeniería civil, de tal modo que cada característica será muy importante para
conocer su comportamiento y estructura de los suelos, entre las más especiales
tenemos la sensibilidad y expansión: La sensibilidad, parece ser un fenómeno cierto
en cuanto a sufrir alteración por efecto de amasado, en cambio la expansión como
propiedad en algunas arcillas sufren cambios de volumen por efecto de cambios de
humedad (Marín, 1991). Por lo tanto, dichas características se irán estudiando más a
profundidad de acuerdo con el clima donde se desea trabajar ya que el cambio de
temperatura influye mucho con respecto a la variación de volúmenes de los suelos
debido al incremento o disminución de temperatura.
Dentro del campo de la ingeniería civil como estudio principal en toda construcción será
el análisis de terreno lo que incluye analizar las propiedades y características
especiales de los suelos, cada análisis distinto nos llevara a realizar una mejor
estructura en un determinado terreno, la sensibilidad y expansión son características
que nos permiten analizar los cambios de los suelos respecto a la variación de
volumen (Marín 1991). Este cambio de volumen varía según la temperatura, debido a
que a una mayor temperatura dichos suelos se contraen y a una menor temperatura
los suelos llegan a expandirse, de este modo cada tipo de estructuras que se desea
construir será ejecutada bajo la condición del suelo, de tal modo que a mayor estudio
de sus características mayor consistencia en su estructura, esto nos llevará a analizar
la cantidad de carga correcta en una determinada situación de trabajo.
Como objetivo principal en cada estudio del suelo será conocer sus características y
propiedades que lo componen, ya que de esto dependerá el análisis correcto para una
adecuada cimentación. (Marín 1991) clasifica a los suelos según sus características y
su resistencia, en primer lugar, la clasifica a la sensibilidad, esta característica es más
común en las arcillas, puesto que presentan una gran pérdida de resistencia y
plasticidad. En segundo punto, la clasifica a la expansión como primacía en las
arcillas, en este cambio también se precisa la alteración de volumen por variación de
la humedad, esta propiedad está presente porque mayormente las arcillas suelen
retener agua, lo cual al aumentar de espesor será más fácil expandirse.
La dispersión también es otra característica que está presente en algunos tipos de suelos,
esto dependerá de acuerdo con el ambiente donde sea estudiado. (Marín 1991) señala
que en la mayoría de los casos las arcillas son las que presentan una alta dispersión,
esto debido a que generalmente presenta sales de sodio en su estructura molecular.
Por otro lado, también se puede sostener que existen muchos procedimientos o
normas para establecer la dispersión en este tipo de suelo, tales como el ensayo
granulométrico y el ensayo de dispersión. En conclusión, en este método las arcillas
se dispersan en agua debido a su baja permeabilidad, ya que presentan un grano muy
fino donde se podrá observar el color del suelo mientras más baja cohesión mayor
claridad de color al momento de humedecerse.
Algunos de los fenómenos que están presentes en las características de los suelos son la
licuación y la erosividad características propias de las arcillas, esto debido a la baja
granulometría que presentan. Por esta razón (Marín 1991) sostiene que mediante
impulsos dinámicos las arenas y las arcillas son más propensas a pasar por un
fenómeno de licuación, por otro lado, también la erosividad está presente
principalmente en suelos arcillosos debido a que presenta un grano fino y una baja
plasticidad. Especialmente cuando se encuentran bajo humedad o también donde
haya habido devastación de los vegetales dentro de un determinado ecosistema, este
fenómeno mayormente afecta a los suelos que carecen de una mala composición
química de minerales.
El sol tiene que ver mucho en la formación y descomposición de rocas, ya que sus rayos
ultravioletas calientan, e ingresan directamente al mineral. Para ello (Crespo 2004)
sostiene que la destrucción de partículas genera expansión y desprendimiento de la
capa superficial que cubre las rocas, de esta manera este proceso es conocido como
exfoliación, este proceso dependerá de acuerdo con la altura en que se encuentre
respecto al mar. Por consiguiente, el viento también es otro factor que contribuye a la
degradación del suelo, esto se debe por la fuerte presión que ejerce sobre ellos, por
esta razón se forman los suelos médanos y los loess conocidos como suelos eólicos,
ya que se han visto afectados por la acción del viento. En muchos otros casos estos
suelos mayormente suelen desplazarse con mayor facilidad por su baja
permeabilidad.
Producto de las variaciones de la temperatura y del cambio de humedad, las rocas pasan
a un diferente cambio químico, lo cual originan los suelos residuales y trasportados.
(Juárez y Rico 2005) sostiene que dicho cambio se produce mediante factores
ambientales de transporte, lo cual origina la degradación de las rocas, entre estos
agentes se consideran el viento, la descolmatación de ríos, la filtración de aguas de
cordilleras, ya que por esta razón se forma depósitos de talud esto se debe a la
dispersión de suelos con grano grueso. En conclusión, también se puede afirmar que
los suelos presentan trasformaciones a nivel de estructura molecular donde a menor
grado de permeabilidad mayor capacidad a ser un suelo residual y fácil de contraerse,
esto dependerá a la variación climática que se encuentre donde a una mayor carga de
humedad más probable será su desplazamiento.
Respecto a sobre otros casos sobre la compactación existen efectos en las propiedades
cohesivas del suelo, esto se debe a la alteración de las propiedades físicas de los
suelos. Para este caso (Braja 1985) sostiene que la variación del peso seco irá
cambiando respecto a la humedad en que se encuentre, los suelos más comunes a
sufrir estos cambios son las arcillas, por lo que presentan un grano muy fino, lo cual
al momento de mezclarse con el agua rápidamente varía su volumen en este caso las
arcillas seguirán unidas por atracción de electrostática ley de la física que estudia las
cargas en estado de equilibrio. De esta manera se puede concluir que a mayor
contacto de compactación las partículas de las arcillas serán más paralelas respecto a
su orientación, dando como resultado una estructura más dispersa.
Dentro del campo de la ingeniería civil, el estudio de suelos es muy complejo, dado que
sus propiedades van variando según el espacio donde se encuentre, puesto que cada
suelo tiene una morfología distinta. (Piraneque, Aguirre y Cruz 2023) señala que la
morfología del suelo viene a ser la ciencia encargada de la descripción de las
propiedades físicas y químicas, por esta razón existen propiedades de descripción
como la textura, la estructura, la porosidad, la densidad, la consistencia y el color con
estas propiedades se podrá distinguir y analizar el tipo de suelo adecuado para una
estructura de construcción mediante clasificación y recolección de muestras para
realizar el respectivo análisis. Por consiguiente, para edificar cada tipo de estructura
de construcción dependerá del tipo de propiedades que obtenga el suelo mediante un
proceso como mapeos, e interpretación de datos.
Una de las propiedades más importantes de los suelos es la textura, ya que hace
referencia a fracciones relativas como él arena, limo y arcillas. Para ello (Pinareque,
Aguirre y Cruz 2023) afirma que dicha característica influye principalmente en las
propiedades biofísicas, por otro lado, también existe un sistema de clasificación de
suelos de acuerdo con su composición y estructura, dicho método conocido como el
triángulo textual basado en el departamento de agricultura de los Estados Unidos
posteriormente cada análisis realizado se efectuara mediante la suma de partículas
menores o iguales a 2 mm (en peso). Finalmente, si los suelos como las arcillas,
limos y arenas presentan diferente proporción en su composición recibirán nombres
compuestos, para ello será muy importante un buen análisis de composición química
mediante el método del triángulo de agricultura de los Estados Unidos.
La definición de los siguientes temas nos ayudará a tener idea a lo que se refiere los
fenómenos ocurridos en los suelos. Terzaghi y Peck (1973) según su postura, la
capa freática son los niveles a los que puede llegar el agua en los pozos de libre
comunicación de fluidos in situ, también puede ser definido como lugar de
puntos en tensión en el suelo que será cero. Al hablar de humedad el autor se
refiere al agua que contiene alguna materia, en el caso del suelo se sitúa encima
de la napa, pues el suelo se encontraría saturado. La tensión superficial se da en
el lugar que queda a límite entre el agua y el aire, lo más cercano a lo que
podemos llegar a comprar a la tensión superficial es a una membrana de goma
que esté extendida, la única diferencia es que, en la tensión superficial no habrá
contracción o extensión.
Contrariamente a lo que sucede en los tubos capilares, los vacíos del suelo y materiales
porosos tienen una variedad de vacíos construidos como rejas que por la parte baja
se encuentran llena de agua y en la superior vacía. En lo que respecta Terzaghi y
Peck (1973) nos dicen que en la arena seca la ascensión de agua se puede realizar
en un laboratorio, llenando arena en un tubo tapado con una malla en la parte
inferior, que se pondrá sobre el agua, por efecto capilar se elevará hasta saturarse
completamente. Al paso que baje el tamaño efectivo y los vacíos, sumara la
ascensión capilar. Para medir la altura se utilizará la siguiente ecuación
he=C/eD10, donde es igual a la relación de vacíos, D10 igual al tamaño efectivo y
C será la constante empírica y su valor variará entre 0.1 y 0,5 centímetros
cuadrados. No obstante, la permeabilidad baja si el tamaño efectivo baja y a su
vez afectará negativamente a la velocidad de ascensión capilar.
Conforme los procesos por el cual el movimiento del agua no es tan evidente como
fluente que origina la gravedad, se han realizado diferentes difusiones erróneas de
acción del agua en el tubo capilar, llevando un proceso de succión,
confundiéndose también como ascensión capilar. Esto resultaría falso, ya que para
una succión de agua se necesita presión atmosférica y llega a ser independiente
del grosor del tubo. En cambio, la ascensión no depende de la presión atmosférica,
con ello decimos que hay desigualdad de los procesos, a esto Terzaghi y Peck
(1973), constan que ¨ en el vacío es imposible levantar el agua por succión,
mientras que la altura de ascensión capilar es la misma que la presión atmosférica
(p.136) ¨.
1.10. Formas y tipos de drenajes
Cuando hablamos de drenaje por gravedad, nos referimos a la capacidad que tiene el
suelo de retener el agua, generando así la humedad que observamos en momentos
de lluvia o al regar algún sitio en especial, cuando se quiera medir como absorben
la humedad los diferentes tipos de suelos, se tiene que llevar a laboratorio, en donde
se realiza experimentos variados. Al respecto Terzaghi y Peck (1973) nos dicen que
cuando se hace drenar el agua con la propia gravedad, estaremos viendo el método
gravitacional. Por otra parte, al utilizar máquinas, en especial las que hacen el
trabajo de succionar o hacer presión, estaremos conociendo al experimento
denominando método por succión. Por último, el método conocido como
centrífugo, es realizado de la misma manera que el experimento anterior, lo que lo
diferencia es que en esta oportunidad la fuerza gravitatoria ejercida en este
experimento es remplazada por una fuerza mayor.
Las revisiones teóricas revisadas con antelación nos hablaban de diferentes procesos de
drenajes que se pueden emplear al momento que se quiere drenar, pero el tiempo es
primordial para estos procesos. Terzaghi y Peck 1973, indican que, para obtener
buenos resultados al drenar, es necesario que el ingeniero cuente especialmente con
la experiencia, puesto que los métodos teóricos son poco satisfactorios. Por
ejemplo; cuando se quiere medir la velocidad de drenaje en la arena gruesa en
pozos filtros espaciados que no estén a más de 12 metros entre sí, seria rápido el
drenaje. En cambio, con la arena fina, gracias a que no deja fluir muy rápido el
agua, esta se demoraría varios meses.
Los experimentos sobre desecado son muy variados, ya que la arcilla como los otros
materiales del suelo, llegan a ser muy utilizados. Por ejemplo, Terzaghi y Peck
1973 describen el proceso experimental de la probeta de arcilla, donde nos dicen
que cuando el objeto presentado es secado en un horno y luego se lo saca para para
que se enfríe a temperatura ambiente, el agua que contenga el aire será absorbido
aumentando la humedad de la probeta y se lo conoce como humedad higroscópica.
La cantidad de agua que pueda absorber la probeta dependerá a la temperatura y
humedad relativa del ambiente, comúnmente el hinchamiento que le ocurra será
superior al 5% del peso seco.
Las heladas son un problema ejercido por el congelamiento de agua en el interior del
suelo, muy común en los lugares con altura y países que están cerca a los polos.
Como dice Terzaghi y Peck 1973, el congelamiento de la zona solo aumenta
cuando un 9 por ciento de expansión de agua y esto es reafirmado por Whitlow
1996 quien destaca además que este aumento varía entre 2 a 6 por ciento
dependiendo al vacío que contenga el suelo. En suelos con granos finos se genera
congelación con capas de hielo limpias paralelamente en la superficie. Por otro
lado, al momento de descongelamiento según Whitlow 1996 se creará humedad que
será difícil su drenaje ya que, aunque este descongelado por encima, aún hay hielo
al pie o interior de la tierra.
La ingeniería civil se gestó desde tiempos remotos. Crespo (1980) nos dice que en los
escritos de las construcciones erigidas por diversas civilizaciones como egipcios,
chinos, mayas y romanos, se evidencia de manera clara la atención que nuestros
ancestros otorgaban a las construcciones, tanto en la superficie de la tierra como
dentro de ella. También afirma que hay registros que revelan cómo durante la
dinastía Chou en China, se proporcionaban instrucciones detalladas que avanzó el
desarrollo de caminos y puentes. Crespo (1980) señala que algunos monumentos
destacados como las Pirámides de Egipto, de Chichen Itzá, la Gran Muralla China
y otras obras notables que hoy admiramos; sirven de testigos silenciosos de los
conocimientos preexistentes en la antigüedad acerca de la mecánica de suelos y
cimentaciones.
El tipo de análisis del suelo depende de la clase de construcción a trabajar. Ante ello,
según Tomlinson y Boorman (1996), las obras en las que su estructura sea ligera o
de un peso moderado, únicamente se realizará investigaciones superficiales sobre
zanjas de alcantarillado abiertas, excavaciones y pozos de comprobación
superficiales (siempre que no existan cimientos que obstaculicen). Por otro lado,
según los autores la realización de perforaciones y excavaciones profundas y
ensayos de laboratorio se llevarán a cabo en investigaciones detalladas para
edificaciones de un peso muy elevado a lo normal como el de un puente o una
planta industrial. Así mismo, los autores comentan que solamente aquellas
estructuras ligeras en donde su información sea un misterio y su terreno
desconocido se hará uso de análisis más complejos.
La toma aérea es una buena opción en distintos campos. Ante ello, para Tomlinson y
Boorman (1996) ven su presencia “en terrenos muy extensos, la fotografía aérea
es un aliado valioso en la investigación del terreno. Las interpretaciones técnicas
de las fotografías aéreas pueden revelar mucho acerca de las condiciones
geológicas y topográficas del terreno. Obtener mapas geológicos a partir de fotos
aéreas, como lo hacen las compañías especializadas, es una ciencia ya
establecida” (p. 15).
Como sabemos, las investigaciones que realiza el ingeniero responsable de una obra, las
ejecuta de acorde al grado, por así decirlo de dificultad de la construcción. Ante
ello, mencionamos la clasificación de aquellas intensidades como intensas,
especiales, reducidas y esporádicas. Así mismo, el Ministerio de Fomento de
España (2009) aclara que estas magnitudes de elaboración ante una
investigación de cimentación dependen de dos factores, los cuales son la calidad
de la superficie y de la construcción a estudiar. De hecho, el autor tiene una
observación acerca de cómo realizar la clasificación de la cualidad del campo,
inclinándose por su variabilidad en la cual la clasificamos como homogéneos,
comunes y heterogéneos; y su capacidad de apoyo concerniente, la cual
podemos dividirlas en situaciones favorables, normales o adversas
En las investigaciones intensas, como su mismo nombre lo menciona, se recurrirá a su
uso cuando se presente la necesidad de un reconocimiento geotécnico de una
intensidad mayor a algunas circunstancias. Así mismo, para el Ministerio de
Fomento (2009), estas mismas particularidades se ven causadas por un terreno
especialmente homogéneo o también por condiciones de cimentación
desfavorables. Ante ello, para el autor, un área singularmente uniforme puede
haberse causado por áreas que presentan una magnitud similar a la latitud de la
cimentación, también en zonas de alteración de irregularidades, áreas
meteorizadas químicamente o depósitos o almacenamientos de suelos extraños
que proporcionen variación lateral considerable.
Estos reconocimientos a los que recurrimos son realizados en ocasiones que los que se
presenten en las cimentaciones una naturaleza relativamente normal y
homogénea. Para el ministerio de fomento (2009), los sondeos mecánicos y su
número a realizar en obras como puentes serían de 3 de estribos y en las pilas
que se encuentren en una mayor altura que las demás; en pasos inferiores con
uno solo es suficiente; en muros vendrían bien un sondeo cada 50 metros de
longitud como mínimo 2 sondeos; en el caso de los terraplenes se realizará 2
sondeos en las alturas mayores a los 10 metros. En el caso de este último, las
investigaciones llegan a ser normales o incluso a una mayor intensidad,
dependiendo si el apoyo de estos en suelos blandos requiera de cierto
tratamiento para un mejor soporte en obras de carreteras (Ministerio de fomento,
2009).
Las investigaciones esporádicas o de muy poca frecuencia se realiza en casos
particulares en los cuales no se verá más que necesario el uso de este tipo de
investigación. Por ejemplo, para el Ministerio de Fomento (2009), en el caso de
que las cimentaciones no presenten sensibilidad a la naturaleza y
características del terreno; y cuando se presente un terreno homogéneo, los puntos a
reconocer se disminuyen de una manera notable. De la misma forma, según el
autor, no será necesario el uso de sondeos mecánicos en cimentaciones ubicadas
sobre roca sana aflorante más que para comprobar la continuidad de las rocas en
zonas donde su cartografía geológica presente una serie de dudas sobre la
capacidad de su resistencia. En conclusión, el autor menciona que, en terrenos
rocosos, aproximadamente llanos y con un nivel freático profundo, se ve como
una buena opción el uso de sondeos ocasionales para la confirmación de cuál es
la situación de los puntos de duda.
Cuando se realizan estos reconocimientos tomamos en cuenta que debemos ejecutar una
serie de obligaciones. Para los Toomlinson y Boorman (1996); en primer lugar,
se debe de efectuar un estudio detallado a infraestructuras vecinas para descartar
la proyección al aumento de fallas a futuro. En segundo lugar, indican seguir con
una revisión exhaustiva de la historia pasada del terreno. En tercer lugar,
proponen tomar a consideración a los árboles en desarrollo en el campo y la
presentación del informe de la regularidad de los agrietamientos. Como último
lugar, realizar la observación de plantas industriales cercanas, ya que por el uso
de cierta maquinaria ocasionarían ciertas vibraciones en el terreno.
Para empezar a elaborar una cimentación u obra siempre es necesario la preparación del
sitio para una mejor velocidad de trabajo e incluso comodidad a la hora de su
ejecución. La elaboración de un trabajo se aumenta en sentido de eficiencia
cuando se mantiene una cierta comodidad a la hora de trasladarse; es decir, al
implementar una buena movilidad en el campo de trabajo y en los caminos de
tránsito vehicular (Toomlinson y Boorman, 1996). Ante ello, para los autores
Toomlinson y Boorman (1996), se llega a alcanzar un nivel óptimo referente al
tiempo de elaboración de una obra cuando se manifiesta un método efectivo y una
buena manutención de aquello a lo que llamamos caminos temporales. Así
mismo, se debe de realizar constantemente actualizaciones de informes del estado
actual de los drenajes y así poder mantener un estado de trabajo estéril
(Toomlinson y Boorman, 1996).
Los caminos temporales se realizan con el objetivo de poner a correr todo tipo de
maquinaria pesada o de construcción; y se realizan bajo ciertas características
del terreno a trabajar. Por ejemplo, Toomlinson y Boorman (1996) señalan que
en los casos en los cuales se hagan presencia de suelos arenosos solo se optará
por el uso de la nivelación y compactación para lograr un área lisa; ya que, en
estos tipos de suelos se pueden transitar de una manera cómoda tanto en climas
secos como en lluvias. Por otro lado, en los arcillosos y limosos se puede poner
en marcha la maquinaria pesada, siempre y cuando el clima este seco; cuando el
clima es de invierno y lluviosos, se requerirá de estos caminos temporales para
la ejecución de la obra (Toomlinson y Boorman, 1996). A propósito, en los
terrenos de arcilla seca, cuando se intenta evadir el gasto de caminos temporales
y se implementan con tardanza, generan gastos aún mayores y cierta dificultad a
la hora del trabajo de las maquinarias de construcción.
1.16. Excavaciones
En las excavaciones realizadas en roca son más fuertes de lo normal, ya que lo que se
busca es abrir paso atravesando las rocas mediante explosivos. Con respecto a los
explosivos, Toomlinson y Boorman (1996), confirman la necesidad de explosivos
para la detonación de rocas obstaculizadoras, a excepción de las frágiles. A causa
de ello, afirman que las explosiones de la dinamita pueden ocasionar cierta
molestia en los habitantes cercanos o incluso daños a edificios cercanos. Por otra
parte, podemos efectuar unas técnicas de “prerrompimiento” para las fisuras
probables en las excavaciones, donde se buscará hacer unos pequeños agujeros en
la parte más profunda de la perforación; a no ser, que las rocas presenten
condiciones positivas para la obra de construcción.
La estabilidad de las pendientes se torna diferente cuando se trata de rocas, puesto que
no se debe tomar a la ligera por tratarse de este material resistente. Con respecto al
primer punto, Toomlinson y Boorman (1996) toman en cuenta a dos factores
importantes para la estabilidad de pendientes en las rocas; las cuales vendrían a
ser el grado de inclinación de los planos de estratificación (área de capas de rocas
estratificadas) y la clase de quebrantamiento de rocas no resistentes. Los autores
reflexionan lo peligroso que puede ser una inclinación de los planos de
estratificación hacia un trabajo de excavación; por otro lado, cuando se vean
inclinados hacia fuera o en forma horizontal se pronunciará como una pendiente
estable. Ahora veamos las rocas no resistentes o quebrantadas, estos materiales
cuando caen de una cara cortada existe la posibilidad de una socavación y colapso
de una roca de magnitud aún mayor ubicada en la parte superior.
(Crespo, 1980, pag. 14 )“El Domo de Königsberg, en Prusia, Cimentado sobre una capa
de suelo orgánico". Es un ejemplo de asentamiento debido a una mala
cimentación, ya que se construyó sobre un suelo arcilloso ya que estos tienen la
capacidad de expandirse lo que provoca este problema; otro problema importante
es la mala cimentación ya que antes de construir una estructura se debe evaluar la
magnitud de las cargas y de esta manera prever la cimentación adecuada. Según
(Tomlinson, 2008) estas arcillas se localizan en drenajes y una de sus muchas
propiedades es la variación de volumen debido al cambio de su humedad lo que la
convierte en un suelo poco apto para la construcción.
Los pilotes son elementos estructurales que cumplen múltiples funciones. Según Braja
(2012) La primera es transmitir la carga de la subestructura y del resto de la
infraestructura a estratos de suelos con mayor profundidad y resistencia, de esta
manera proporciona la estabilidad requerida para garantizar la seguridad y
durabilidad de las edificaciones. Los pilotes también brindan anclaje a estructuras
que están propensas a presiones, hundimientos o levantamientos, los cuales son
los principales responsables de agrietamientos y fallas. Debido a su gran
versatilidad y beneficios, la cimentación por pilotes es una excelente opción ya
que permiten afrontar los problemas que puede presentar el terreno como
dilatación, contracción, estratos con poca resistencia, entre otros.
Los pilotes de madera son de fácil manejo y bajo costo, sin embargo, presentan algunos
problemas que se deben tomar en cuenta. Consisten en troncos de árboles que
oscilan entre los 10 a 20 metros los cuales deben cumplir con ciertas cualidades
como ser rectos, no presentar ningún tipo de podredumbres o grietas que puedan
influir en su resistencia y duración, a pesar de cumplir los requerimientos de
calidad para la madera, con frecuencia se suelen presentar muchos problemas que
giran en torno a la resistencia de la madera, el tiempo útil y en general si resulta
factible o no utilizar este tipo de pilotes. Peck, Hanson y Thornburn (2008) afirma
que:
Los pilotes de concreto son una opción muy resistente y que tienen diferentes
características según el tipo de colado al que pertenece. Al respecto Braja (2012)
sugiere que pueden ser de concreto precolado los cuales presentan una sección
transversal y cuentan con un refuerzo para soportar los momentos flexionantes,
estos pilotes son previamente fabricados antes de ser trasladados al área de trabajo
donde van a ser instalados. Entre sus características favorables está la resistencia a
la corrosión, soportan muy bien los procesos de hincado y se acoplan con
facilidad al resto de la estructura, pero se generan algunos problemas para
transportarlos. Los pilotes colados in situ son otra variante de los pilotes de
concreto, a diferencia de los precolados, estos se construyen directamente en la
zona de trabajo a través de un barreno el cual es rellenado con concreto, cuando
tienen un tubo de acero reciben el nombre de Ademados, este tipo de pilotes son
más económicos y permiten tener una mejor inspección al momento de su
fabricación, sin embargo, pueden ser difíciles de empalmar con el resto de la
edificación. Los pilotes de concreto pueden soportar cargas muy grandes, como es
el caso de edificaciones de gran tamaño, además permite hacer frente a estratos de
suelos muy débiles. La selección entre precolados y colados in situ dependerá de
las condiciones del terreno, la maquinaria con la que se cuenta, incluso el aspecto
económico.
Los pilotes de acero son muy similares a los de concreto, sin embargo, presentan
algunas variaciones. Braja (2012) sostiene que tienen forma alargada que
corresponde a un tubo de acero los cuales muestran ciertas particularidades como
es el caso de perfiles de acero H, este es muy resistente y penetra en los estratos
del suelo con facilidad. No obstante, en ocasiones cuando los suelos son muy
compactos como arenas densas o roca suave, y por ende el proceso de hincado se
dificulta y los remaches o soldadura no son suficientes para reforzar los pilotes, en
estos casos se hace uso de zapatas de hincado o puntas, estos proporcionan el
soporte necesario para evitar cualquier tipo de daño o falla en los pilotes. Un
factor de riesgo que casi siempre está presente en los pilotes de acero es la
corrosión, esto debido a algunas condiciones climáticas, propiedades de los
suelos, entre otros. Existen varias formas de prevenir este problema como los
recubrimientos con material epóxido, una capa de acero adicional o incluso un
encapsulado con concreto.
Los pilotes compuestos se encuentran constituidos por dos componentes diferentes, uno
de ellos se ubica en la parte superior y el otro en la parte inferior. Braja (2012)
sostiene que pueden derivar de la mezcla de materiales de concreto con madero o
acero. Como ejemplo están algunos tipos de pilotes colados in situ, los cuales
están formados, por una parte, superior de hormigón y la parte inferior de acero.
Estos se emplean cuando se necesita una mayor capacidad de soporte. También
existen pilotes que resultan de la unión de concreto y madera. Es factible
identificar ciertos problemas con relación a este tipo de pilotes, ya que la
combinación de dos elementos que poseen diferentes características resulta
compleja. Incluso puede significar una desventaja a nivel estructural. Por
consiguiente, este tipo de pilotes no son muy utilizados y solo se emplean en
situaciones muy particulares.
Los pilotes preexcavados son utilizados con mayor frecuencia para formar parte de la
cimentación de una estructura, tienen procesos de elaboración e instalación en
específico que deben seguir una secuencia muy marcada. Mojica (2011) señala
que el primer paso es hacer una excavación que puede ser de manera manual o
haciendo uso una máquina piloteadora que cumpla con las características de
diámetro y profundidad señaladas en el análisis estructural realizado previamente,
en algunas ocasiones se lleva a cabo la estabilización del terreno debido a factores
como el uso de maquinaria, los suelos granulares o por presentar un bajo nivel
freático. Terminada la excavación, se da inicio a la construcción del pilote, se
introduce una canasta de acero la cual será fundida junto con concreto a través de
una tubería. Por lo general este tipo de pilotes tienen un diámetro de entre 0,3 m a
2 m y son ideales para trabajar en capas duras de terreno.
La principal función de los pilotes es soportar las cargas a la que está sometida la
estructura, entre las más influyentes están las cargas verticales. El
comportamiento de los pilotes ante las cargas dependerá de su diseño en
particular, algunos tipos de pilotes presentan toda su capacidad de carga en la
punta, por otro lado, en el caso de los pilotes de fricción su capacidad de carga
depende del suelo que lo rodea por la resistencia al rozamiento entre el fuste y el
material. Cuando la distancia entre pilotes es muy corta se suele mostrar algunas
variaciones ya que el hecho de tener una gran cantidad de pilotes en una misma
zona puede generar que el suelo se comprime ocasionando que la resistencia de
carga aumente debido a un mayor coeficiente de fricción (Peck, Hanson y
Thornburn, 2008).
Los suelos arcillosos se caracterizan por ser difíciles de trabajar y no cualquier tipo de
cimentación cumple con los requerimientos que se necesitan. Peck, Hanson y
Thornburn (2008) señalan que este tipo de suelos son muy compresibles y débiles,
por ello se hace uso de pilotes para transmitir el peso de la estructura a estratos de
suelos con mayor resistencia. En estos casos es recomendable emplear grupos de
pilotes que distribuyan las cargas al subsuelo y que ocupen una mayor área.
También otro factor muy importante es la longitud del pilote, dado que beneficia a
la fuerza de fricción como también a alcanzar suelos con mayor profundidad, todo
esto proporciona la capacidad de carga que se necesita para garantizar la
estabilidad y resistencia de la estructura.
Las pilas son otro tipo de cimentación profunda cuya función y características son
similares a los pilotes. Tomlinson y Boorman (1996) manifiestan que las
cimentaciones con pilas permiten transmitir las cargas de una estructura pasando
por suelos débiles hasta llegar a estratos más compactos que proporcionan el
apoyo necesario para soportar las cargas laterales y las generadas por el peso de la
edificación. Usualmente las pilas se utilizan bajo el agua ya sea en construcciones
marítimas o ríos, en su mayoría puentes o soportes para estructuras como presas o
vertederos. Las pilas cumplen una labor parecida a la cimentación por pilotes. Sin
embargo, presentan una diferencia en el proceso de elaboración, ya que funcionan
como un apuntalador intenso. En algunas ocasiones se relaciona el término pilas
con zapatas aisladas, esto se debe a que ambas llevan un proceso de excavación
profunda.
La longitud de las pilas puede variar, esto dependerá de los análisis realizados
previamente para determinar la profundidad a la que se encuentra un suelo más
compacto y donde se va a apoyar la pila. Según Garza (2000) afirma que se
emplean pilas cortas para transmitir las cargas a estratos no muy profundos y que
tienen mejor firmeza. La capacidad de soporte de una pila depende directamente a
su base, ya que la fuerza de fricción es mínima. En caso que se requiera una
mayor resistencia a fuerzas laterales se puede reforzar el fuste añadiendo
comúnmente acero. Una pila corta usualmente tiene un diámetro de 1.20 m,
cuando la excavación se ha realizado de manera manual.
Las placas de flotación tienen una función similar a una losa de cimentación, pero tiene
algunas funciones complementarias e importantes respecto a su relación con el
suelo y la estructura. Según Tomlinson y Boorman (1996) y Garza (2000) dichos
autores concuerdan que se utilizan las placas de flotación cuando no es posible
utilizar losas de contacto debido a la compresibilidad del terreno, en estos casos se
emplea una caja constituida por el sótano de la edificación. Su principal función
se debe al principio de flotación la cual se logra excavando el terreno y
removiendo un peso de material igual o mayor que el peso neto de la construcción
proporcionando una subestructura hueca, de este modo se intenta reducir las
cargas en el suelo.
Los cajones de flotación son un tipo de cimentación que presenta muchas ventajas tanto
en la estructura como en el proceso constructivo. Garza (2000) señala que este
tipo de cimentación es ideal para hacer frente a suelos compresibles, ya que su
diseño permite minimizar el rebote elástico generado por la interacción de la
edificación con el suelo. También funciona como un sistema de contención, dado
que aprovecha los muros de la cimentación para proporcionar mayor rigidez.
Cuando se emplea en estructuras ubicadas en ríos, lagos o muelles, al tener la
forma un cajón, este es sumergido en el agua y se aprovecha el principio de
Arquímedes para generar un empuje ascendente en sentido contrario al peso de la
edificación, de este modo se logra compensar las cargas y estabilizar la
estructura.
Existen tres tipos de cajones de flotación que se diferencian por su diseño y función que
cumplen. Garza (2000) manifiesta que hay tres modelos; los cajones neumáticos,
abiertos y cajones especiales. Los cajones abiertos se caracterizan por no tener
fondo y se emplean para proteger las excavaciones de estructuras como edificios y
puentes. Los cajones neumáticos funcionan con aire comprimido para
contrarrestar las cargas que genera el peso de la edificación y las cargas elásticas
del terreno. Por último, los cajones especiales consisten en diques o muros de
contención que se utilizan en zonas lacustres o marinas.
Las losas de cimentación usualmente son una muy buena opción, debido a sus
condiciones de uso e interacción con el suelo. Tomlinson y Boorman (1996)
declaran que generalmente se emplean las losas de cimentación cuando los
estratos son inestables, es decir, su capacidad de carga es baja, ocasionando que el
suelo sea muy compresible. Por ello, su principal función es disipar las presiones
de la estructura, ocupando la mayor área posible, de este modo se minimiza la
probabilidad de que ocurra algún tipo de asentamiento. En lo que involucra a la
construcción y diseño de las losas de cimentación, en su mayoría tienen la forma
de una parrilla, la cual está conformada por una malla de acero y es rellenada con
una capa de concreto. Para integrar la cimentación a la estructura la losa se une a
las columnas y muros.
Las losas de cimentación pueden dividirse en dos tipos, cada una tiene pequeñas
variaciones que lo ajustan al tipo del terreno o al tamaño de la edificación.
Tomlinson y Boorman (1996) señalan que las losas de borde rígido son utilizadas
para pequeñas estructuras como casas de uno o dos pisos que están ubicados sobre
terrenos débiles o algunos tipos de suelos granulares sueltos como arena y grava.
Esta losa se distingue por presentar una viga en los bordes para tener mayor
rigidez, además cumple otra función como un corte contra la afluencia de agua.
La losa y contratrabe es otro modelo de losa de cimentación que se acompaña con otros
elementos para proporcionar mayor resistencia. Según Tomlinson y Boorman
(1996) se usa como cimentación para edificaciones de gran tamaño y por ende
mayor peso. En este tipo de estructuras se necesita priorizar la rigidez para
prevenir la distorsión de la edificación generada por la variación de las cargas
sobre la losa o por la compresibilidad del suelo. Este tipo de losa está conformada
por una viga inferior que es adecuada para terrenos arcillosos y también tiene la
ventaja de formar parte del piso de la estructura de esta manera cumple una doble
función. Las dificultades que presenta este tipo de losa es que debido al terreno
suelto se dificulta el proceso de excavación.
La capacidad de carga y asentamiento son dos factores cruciales que se deben tomar en
cuenta en una cimentación. Peck, Hanson y Thornburn (2008) expresan que la
baja capacidad de carga de los suelos puede generar falla e inestabilidad en la
subestructura y se debe a la poca resistencia del terreno de apoyo. Otro problema
que se presenta con mucha frecuencia son los asentamientos de la edificación que
al superar los parámetros establecidos puede ser tan grande el margen de
asentamiento que ocasiona daños y agrietamientos en la estructura, este problema
se origina debido a la relación entre esfuerzo y deformación del suelo. Para evitar
estos problemas es necesario realizar muchos estudios tanto del suelo como de la
estructura, de este modo se podrá elegir el tipo de cimentación que más se ajusta a
estas características.
2.9.6. La recimentación
Cuando los cimientos han sufrido algunos daños, se puede realizar un proceso de
recimentación. Según Peck, Hanson y Thornburn (2008) este proceso consiste
en reforzar o incluso reemplazar la cimentación de una estructura. Una forma
muy común de recimentación es reemplazar las zapatas de un muro, por una
nueva que puede estar ubicada a mayor profundidad, para llevar a cabo este
proceso es necesario que los muros de concreto resistan temporalmente las
cargas de la estructura mientras se refuerza o realiza la nueva cimentación. Este
método es muy costoso y solo se puede llevar a cabo en estructuras pequeñas.
CONCLUSIONES:
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Alamá, Pérez. Materiales y procedimientos de construcción. Trillas, 1998.
Mojica Amann, Juan Manuel. «Análisis comparativo entre los sistemas de cimentación
profunda de pilotes preexcavados y pilas de agregado compacto.» Tesis, Bogotá,
2011.
Nij Patzán, Jéser Esaú. Guía práctica para el cálculo de capacidad de carga en
cimentaciones superficiales, losas de cimentación, pilotes y pilas perforadas.
2009.