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Rapidez de las

ondas sonoras

Física

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Acústica
A todos nos gusta la música, aunque no a todos nos guste el mismo estilo
musical. Lo que sí es más difícil de encontrar es a alguien a quien le guste oír
ruidos. Nuestra vida se rige por la capacidad de escuchar tanto al entorno
que nos rodea como a la persona que tenemos en frente. Trataremos de
realizar un resumen de los puntos importantes de esta unidad. Vale aclarar
que ahora abordaremos las ondas mecánicas desde el punto de vista de
fluctuaciones de presión, mostrando específicamente las crestas (los puntos
de mayor presión).

Ondas sonoras
Partiendo de lo general, la onda sonora es una onda longitudinal que se
desplaza en un medio. ¿Habrás notado que, aun debajo del agua, puedes
escuchar (aunque, obviamente, no entenderás) una conversación que está
ocurriendo fuera de ella?, ¿habrás sufrido alguna vez a un vecino con su
música a todo volumen mientras veías cómo vibraban los cuadros de su
habitación?, ¿habrás notado cómo cambia el tono de una sirena de
ambulancia conforme se acerca? Estos son solo algunos ejemplos de
propagación del sonido en tres medios distintos.

Figura 10: Frentes de onda (esféricos) del sonido

Fuente: Young y Freedman, 2009b, p. 1123.

Las ondas sonoras, como las luminosas, pueden sufrir difracción. Un ejemplo
simple y práctico de la difracción del sonido es que una conversación puede
escucharse desde una habitación a otra si el vano de la puerta (el espacio
entre la puerta y el piso) tiene unos centímetros de espacio. Esto es posible
porque la longitud de onda de la onda sonora común es relativamente larga.
Esto no ocurre con la luz, porque su longitud de onda visible es muy corta.

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En la siguiente figura, se muestran distintas formas de describir una onda
sonora. Denominamos amplitud de presión (pmáx) al producto entre del
módulo de volumen (B), el número de onda (k) y la amplitud del
desplazamiento.
pmáx= B k A.

Figura 11: Tres formas de dibujar una onda sonora

Fuente: Young y Freedman, 2009a, p. 529.

Rapidez de las ondas sonoras. Energía transportada por las


ondas sonoras
La rapidez de las ondas sonoras, como dijimos al principio, dependerá del medio donde se
estén dispersando.

 En un fluido líquido, la velocidad de una onda longitudinal será:


 v = √(𝐵/ρ),
 donde B es el módulo de volumen y 𝜌 es la densidad del medio.
 En un fluido gaseoso como el aire, la ecuación anterior tiene una pequeña
salvedad, porque B dependerá de la presión a la que se encuentre el gas.
Hacemos que B sea el producto entre la razón de capacidades caloríficas
(γ) del gas, la constante de los gases ideales (R) y la temperatura (T)
expresada en Kelvin; entonces la velocidad del sonido en el gas ideal será:
 v = √(𝛾𝑅𝑇/ρ)T .

 En un sólido, la velocidad de onda longitudinal en una varilla sólida será
(donde Y es el módulo de Young) igual a:
v = √(𝑌/ρ).

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Energía transportada por las ondas sonoras
Las ondas sonoras transportan, al igual que todas las ondas viajeras, energía
desde un lugar a otro del espacio. Vimos anteriormente que una manera de
explicar la energía transportada por una onda sonora senoidal puede ser a
través de la intensidad de onda (I), ahora veremos cómo relacionarla con la
amplitud de desplazamiento (A) o de presión máxima (pmáx).

Expresada en función a la amplitud de onda (A), y teniendo en cuenta que el


sen2(kx - 𝜔t), durante el período T=2𝜋𝜔 es 0,5, que 𝜔=vk y que v2=B𝜌,
entonces la intensidad de una onda sonora senoidal en función de A es:
I =0,5√(𝜌B𝜔2A2).

Ahora, escribimos la fórmula anterior en términos de pmáx, que ya vimos que


es igual a BkA. Además, sabemos que 𝜔= vk y que v2 = B𝜌, entonces la
intensidad de una onda sonora senoidal se podrá expresar de dos maneras,
que son:
I = (pmáx)2/2𝜌v o también I = (pmáx)2/2𝜌√(𝜌B).

Cuando el sonido se distribuye en todas las direcciones radialmente, la


intensidad del sonido va disminuyendo conforme se aleja una distancia r del
punto emisor; según la ecuación: I = 1/r2. Vale aclarar que esto se cumple en
espacios abiertos donde no ocurran interferencias de onda. Pero sucede
algo muy interesante cuando el sonido viaja principalmente en una
dirección, y es que no disminuye con esa ecuación, sino más lentamente.

Intensidad de los sonidos. El decibel. Campo de audición.


Espectro sonoro
Vimos que la intensidad de un sonido puede definirse como una medida de
la cantidad de energía que es transportada por la onda por unidad de área.
Vimos también que la intensidad de ese sonido disminuye conforme nos
alejamos del punto emisor. Ahora bien, escuchamos en un amplio rango de
ondas, pero, y como siempre, ¿cómo medimos esas ondas? Si tenemos que
medir, necesitaremos una unidad.

El decibel
Deberemos primero definir la unidad con la que mediremos. En función del
amplio espectro que nuestro oído percibe, se creó una escala logarítmica

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para la intensidad de sonido, 𝛽. Esa unidad es el decibel (dB), y la ecuación
que obtenemos es:
𝛽= (10 dB) log (I/I0),

Donde I0 es una intensidad de referencia que se toma como 1 x10-12 W/m2.

Campo de audición. Espectro sonoro


El campo de audición del ser humano es un rango comprendido entre los 20
Hz y los 20000 Hz. Luego, ese rango puede dividirse en tonos graves, medios
y agudos. Otra forma de dividir ese campo es en octavas; nuestro oído
percibe diez. Vale aclarar que valores menores a los 20 Hz son los
infrasonidos, mientras que a los valores superiores a los 20000 Hz se los
conoce como ultrasonidos. Si bien no escucharemos fuera de nuestro rango,
podremos sentir el calor de un ultrasonido o la vibración en el piso de un
infrasonido.

Resonancia y sonido. Interferencia de ondas


La resonancia es muy importante en acústica. Habrá experimentado, alguna
vez, escuchar música desde pequeños parlantes que retumban el sonido de
la música; eso es porque el cono del amplificador entra en resonancia con
las notas musicales. Para cada tipo de neumático existe una velocidad a la
que es imposible evitar que el zumbido de los neumáticos contra el piso
llegue a los oídos de los pasajeros (más notorio en camionetas). Sin entrar
en la profundidad de las ecuaciones diferenciales, iremos a los conceptos de
resonancia y de sonido asociado de manera intuitiva. Todo instrumento o
sistema tiene su sonido característico, porque vibra a una determinada
frecuencia. Si esa frecuencia entra en nuestro campo auditivo, la oiremos
(en forma de una linda nota o de un feo ruido). Una copa de cristal de buena
calidad tiene frecuencias de modo normal, que podemos escuchar si le
aplicamos un pequeño toque con nuestra uña. Si, por algún medio, podemos
generar la misma frecuencia de modo normal de esa copa, entrará en
resonancia. Un ejemplo característico es el de la cantante lírica que, con su
tono de voz, rompe una copa de cristal. No hizo más (¡ni menos!) que
encontrar la frecuencia de resonancia de la copa y mantenerlo hasta que
estalle.

Interferencia de ondas

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Luego de leer este punto, te convertirás en esa persona a la que todos
acudirán cuando el micrófono de una fiesta acople y el ruido sea
ensordecedor.

Figura 12: Interferencias destructivas y constructivas

Fuente: Young y Freedman, 2009,a p. 548.

Si el micrófono se ubica en P, a una distancia d1 de cada amplificador, las


ondas sonoras viajan a la misma velocidad y llegan a P en fase (al mismo
tiempo); de esa manera, generan el doble de amplitud en ese punto. Eso
produce interferencia positiva y posiblemente un acople. Si, en cambio,
ubicas el micrófono en Q, donde las distancias difieren en media longitud de
onda, las ondas viajan a la misma velocidad, pero llegan a Q desfasadas (no
llegan al mismo tiempo). Eso genera que la amplitud sea menor y evita el
acople. Para obtener las distancias correspondientes utilizamos: v = f 𝜆.

Pulsos. Efecto Doppler. Ondas de choque


Los pulsos son fluctuaciones de la amplitud de onda y son producidos por
dos ondas sonoras que tienen una pequeña diferencia de frecuencias entre
sí. En la Figura 13, vemos dos ondas (una con 16 Hz y otra con 18Hz). En el
punto a, se grafican simultáneamente; en el punto b, realizamos la
superposición. La frecuencia del pulso es igual a la resta de las frecuencias,
es decir: 2 Hz.

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Figura 13: Pulsos

Fuente: Young y Freedman, 2009a, p. 551.

Efecto Doppler
En la Figura 14 (de la izquierda), la fuente está inmóvil y emitiendo sonido
(el joven y su equipo) con una frecuencia fS y una longitud de onda 𝜆=v/fS. El
policía que está acercándose al joven oye una frecuencia más alta que la
frecuencia fuente, por la siguiente ecuación: fL = [1 + (vL/v)] fS (fL es la
frecuencia que el policía oye).

Figura 14: Efecto Doppler en acción.

Fuente: Young y Freedman, 2009a, p. 553.

En la Figura 14 (a la derecha), la fuente y el receptor (el joven y el policía


respectivamente) se están moviendo. Las longitudes de onda hacia adelante
y hacia atrás de una fuente móvil son:
 𝜆al frente = (v - vS)/fS ;
 𝜆detrás = (v + vS)/fS.
El policía ahora escuchará: fL = [(v + vL)/( v + vS)]fS .
Este es el efecto Doppler para fuente y receptor móvil. El sonido diferente
de la sirena de la ambulancia, cuando se acerca, tiene un tono más alto,
porque fL > fS y porque vS<0, y un tono más bajo cuando se aleja, porque fL
< fS y vS>0.

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Ondas de choque
Quizás, el ejemplo del avión que rompe la barrera del sonido sea la forma
más gráfica de explicar este fenómeno. La ecuación expresa que: 𝜆al frente = (v
- vS)/fS, conforme la velocidad del avión (vS) se acerca a la velocidad del
sonido (v), el avión ejerce mucha fuerza para vencer esa resistencia del aire;
eso genera sonido. La ecuación que describe la onda de choque es:
sen𝛼 = (vt)/vSt = v / vS.

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Bibliografía de referencias
Young, H., y Freedman, R. (2009a). Física Universitaria volumen 1 (12.a ed.).
México: Pearson.

Young, H., y Freedman, R. (2009b). Física Universitaria volumen 2 (12.a ed.).


México: Pearson.

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