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Dulce Venganza Cap 34 - 240505 - 203704
Dulce Venganza Cap 34 - 240505 - 203704
El dragón y la mariposa.
Las redes sociales se desataron una foto de Ricardo y Rosalie saliendo del
restaurante del hotel Survalley, tomados de la mano y sonriendo. La imagen iba
acompañada de la leyenda: “Quién dice que un dragón y una mariposa no pueden
enamorarse”.
Ella miró su reloj y se dio cuenta de que no tenía compromisos. Antes de que se
conociera su papel como la nueva diseñadora de joyas de Stefanny, ya había
trabajado con su equipo en los diseños para la próxima temporada.
-Claro, me encantaría tener esa cita -respondió ella con una sonrisa.
Ella no podía creer que estuviera en una cita con el hombre más deseado del
país, el dueño de una de las empresas más exitosas del mundo del espectáculo y
su futuro esposo.
-Me encanta -respondió Rosalie con algo de nostalgia-. La última vez que vine a
un parque de diversiones fue con mi padre cuando era niña.
-Pues hoy es tu día de suerte -dijo Ricardo-. Vamos a divertirnos como niños.
Pero no era solo su ingenio lo que atraía a Rosalie, había algo en las expresiones
de Ricardo que la recordaba a sus pequeños. Sin embargo, esa idea era
imposible, se dijo a sí misma, concentrándose en disfrutar del momento, aunque
un paparazzi los seguía de cerca.
Ricardo, por otro lado, no entendía qué lo había llevado a pedirle una cita, pero
estaba claro que ver a Rosalie sonreír era lo más hermoso que podía
experimentar esa mañana.
Ricardo llevó su pulgar hacia los labios de Rosalie para evitar que continuara
mordiéndolos. Una vez más, ambos experimentaron esa extraña corriente de
electricidad al más leve contacto de sus cuerpos.
-Mi padre siempre decía que era un juego para niñas y que yo debía ser una mujer
fuerte v valiente - -explicó Rosalie.
Aunque ella creía que su padre tenía miedo a que ella se cayera de los caballos y
muriera como había muerto su abuela, la madre de su padre. Rosalie soltó un
gran suspiro.
-Pues yo creo que eres una mujer fuerte y valiente, y también una niña que
merece divertirse -dijo Ricardo con ternura.
Ambos se miraron a los ojos y se dieron un beso apasionado, sin importarles las
miradas de los demás.
El carrusel frente a ellos seguía girando, pero ellos solo sentían que el mundo se
detenía a su alrededor.
En ese momento no existía para Ricardo nadie que no fuera la mujer que se
encontraba entre sus brazos.
-Me alegro mucho -dijo Ricardo-. Porque yo también la disfruté mucho. Y quiero
decirte algo muy importante.
-Quiero decirte que tal vez esto te parezca algo tonto y apresurado, pero me
gustas y me gustaría conocerte más-dijo él con sinceridad.
Rosalie se quedó sin palabras. No esperaba esa declaración, pero tampoco podía
negar lo que empezaba a sentir por él.
-Yo también, siento que deseo conocerte más.. -dijo ella con emoción.
Se dieron otro beso, más profundo y más intenso que los anteriores. El auto llegó
al centro de Survalley y se detuvo. Ricardo y Rosalie se bajaron y él mismo la
ayudó a salir del auto. Allí los esperaban los paparazzi, que habían seguido sus
pasos durante toda la mañana.
Los flashes y las preguntas los asaltaron, no obstante Ricardo protegió a Rosalie
e hizo que todos esos paparazis fueran sacados del centro comercial.