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CAPÍTULO 26

Primera pelea. ♡

La mañana llegó más rápido de lo que Ricardo hubiera querido, sobre todo al
encontrarse con Rosalie entre sus brazos.

Un poco antes del amanecer, ambos lograron dormirse y Rosalie a pesar de haber
puesto una barrera de almohadas entre ellos, la quitó al dormir, terminando
abrazada a él.

Ricardo podría acostumbrarse al calor del cuerpo de ella contra el suyo. Su


mente se llenó de pensamientos nada puros sobre lo que ambos podrían hacer
en esa cama.

“;Basta, Ricardo!”, se censuró a sí mismo al sentir partes de su cuerpo


despertarse. Le había dicho a Rosalie que no iba a forzarla a nada; sin embargo,
ella se lo estaba poniendo difícil en cada nuevo movimiento que la hacía frotarse
contra él.

El calvario placentero de Ricardo terminó justo en el momento en que el celular


de Rosalie sonó, igual que la noche anterior.

Ricardo no sabía si enfadarse por el sonido del móvil o sentirse aliviado porque
ella se despertara.

Era la primera vez que Rosalie dormía plácidamente toda una noche sin
despertarse a causa de una pesadilla.

La pesadilla que la hacía despertarse por las noches era el recuerdo de su padre
aborreciéndola y muriendo despreciándola, sin poder encontrar el descanso
eterno por tener una hija tan malagradecida como ella.

-Padre… murmuró ella, derramando un par de lágrimas antes de percatarse del


sonido de su celular, levantándose rápidamente al notar que se encontraba en
los brazos de Ricardo.

Ricardo gruñó por la forma en que ella se alejó, haciéndole sentir la ausencia
tanto de su cuerpo como de su calor junto al suyo, más aún al escucharla
murmurar que había prometido no tocarla y él no había cumplido, lo que lo llevó
a levantarse de la cama.
-Será mejor que contestes tu móvil ahora que estás despierta y que nos
apuremos a bajar para desayunar. No olvides que tienes un almuerzo con mi
madre.

Rosalie se molestó porque Ricardo ni siquiera se había dignado a verla mientras


hablaba. No obstante, tenía sus propios motivos para no verla, sobre todo en
esos momentos donde la camisa que ella usaba como bata se encontraba
levantada, dejando al descubierto la mayor parte de sus bien torneadas piernas.

-Por supuesto que no lo he olvidado, respondió ella levantándose y tomando su


vestido, caminando rápidamente hacia el cuarto de baño a donde se dirigía él,
cerrándole la puerta en la cara.

“Pero quién diablos se ha creído que es?”, masculló Ricardo entre dientes
alzando su mano, para cerrarla y abrirla un par de veces. Antes de salir de la
habitación y meterse a otra cercana a la suya para ocupar el baño, se encontraba
tan enfadado que ni siquiera se dio cuenta de que Susan y una de las doncellas
se encontraban caminando por el pasillo rumbo al comedor.

La amiga de Rosalie supo de inmediato que su amiga había enfadado a su futuro


prometido. Media hora después, ambos bajaban al comedor donde ya se
encontraban Mario y Susan conversando en espera de ellos dos.

-Me dirás de nuevo que fui yo quien se abrazó a ti por la noche- le reprochó
Rosalie a Ricardo.

-No solo lo volveré a decir, sino que lo reafirmo. Soy yo quien debería estar
molesto, ya que no pude dormir bien.

Mario tuvo que aclararse la garganta para hacerle ver a su amigo que la plática
entre su prometida y él ya no era tan privada.

Susan no pudo evitar reírse, tapando su boca con la mano en un intento vano por
evitar que la describieran, pero ¿cómo no reírse cuando jamás había visto a su
amiga tan feliz después de su regreso, como esa mañana?

Aunque aparentaba estar enojada, Susan, que la conocía bien, sabía que no lo
estaba del todo.

-Señor, el desayuno ya está listo. No sabía que el señor Mario se encontraba aquí,
por lo que solo se sirvieron tres platos – informó la ama de llaves de Ricardo,
quien se encontraba esa mañana más seria de lo normal.
-No se preocupe, no pasa nada, yo los esperaré en la sala – respondió de
inmediato Mario.

-Por supuesto que no, sírvale también.

La ama de llaves hizo un mohín de enfado; sin embargo, le pidió a una de las
doncellas que le sirviera el desayuno a Mario.

-¿Es mi idea o la señora Morris se encuentra molesta?

-Sabes que odia no ser avisada con antelación sobre la llegada de visitas o
cuántos platos debe colocar en la mesa.

-Así que la señora Morris es muy estricta en ese sentido – dijo Susan sin darse
cuenta en voz alta.

-Sí, dicen que todas las cosas se parecen a su dueño, pero aquí sería hasta el
servicio se parece a su empleador – respondió Mario, ganándose una mirada
furtiva por parte de Ricardo.

Rosalie no pudo evitar reírse al ver a su amiga y al amigo de Ricardo meterse con
él. No obstante, después de eso, Susan añadió.

-Creí que solo yo sufría por eso. Rosalie odia que nada vaya como ella lo ha
planeado.

Susan le hizo a su amiga un gesto de inconformidad, lo que hizo que todos en la


mesa terminaran riendo y continuaran durante el desayuno.

-La razón por la que te pedí que vinieras hoy por la mañana es porque llevarás a la
señorita Susan y a mi amada prometida a su casa, de ahí la llevarás con Gaultier
y finalmente con mi madre.

Rosalie volvió su cabeza hacia Ricardo al ver que había programado toda su
mañana.

-¿No crees que ya soy demasiado grande como para hacer mi agenda?

Ricardo volvió su mirada azul hacia Rosalie, haciendo una pequeña pausa antes
de hablar.

-Lo eres, pero no verás a una simple suegra – le respondió Ricardo. – Es a mi


madre a la que irás a ver. Mario llevará a la señorita Susan a su casa y tú irás con
él a la boutique del amigo de mi madre. El señor Gaultier ya está avisado de que
irás esta mañana a verlo.
-Supongo que no aceptarás un no por respuesta.

-Veo que aprendes rápido.

Rosalie no respondió a lo dicho por Ricardo; sin embargo, Susan estaba segura
de que esa pequeña victoria luego la iba a lamentar Ricardo.

El desayuno continuó en medio de un silencio incómodo que pronto Mario y


Susan lograron romper volviendo a hacer que Rosalie y Ricardo bromearan entre
ellos una vez más más antes de terminar.

-Siento mucho imponerte este tipo de cosas, sobre todo porque en el contrato de
convivencia hemos establecido reglas- le dijo Ricardo a Rosalie justo antes de
permitir que se subiera al auto donde ya se encontraba su amiga Susan y Mario
aguardando por ella.

-Lo dejaré pasar por está vez solo porque noto lo tenso que estás por el
encuentro que tendré con tu madre.

-Mi madre puede ser alguien muy difícil.

-Bueno, tu apodo es el dragón de los negocios. Es normal que tú madre sea igual
de imponente que el hijo.

CAPÍTULO 27

Conociendo a Svetlana Mondragón. ♡

El señor Gaultier se encontraba ya esperando por Rosalie; la boutique había


cerrado esa mañana, ya que había sido reservada por Ricardo solo para su
prometida.

Joseph sonrió ante la petición del joven, ya que con solo escuchar el nombre de
Rosalie Walker él hubiera dicho que sí de inmediato.

-Cuéntame, mi niña, ¿cómo es que te convertiste en la prometida del hijo de


Svetlana?

-Parece que conoce muy bien a mi futura suegra, señor Gaultier.

-¿Cuántas veces te he dicho que me llames Joseph?

-No es correcto llamarlo con tanta familiaridad.


-Siempre has sido así desde que te conocí, pero está bien, lo dejaré pasar en esta
ocasión.

Ambos rieron mientras dos de las empleadas traían para Rosalie toda una gama
de atuendos para la ocasión.

-La verdad es que siento que Ricardo está siendo demasiado paranoico con el
encuentro que tendré con su madre.

-Creo que está siendo precavido, mejor dicho, conoce a su madre muy bien.
Svetlana no solo fue una reina de belleza en su juventud, sigue siendo la reina de
la industria de la moda.

-¿Espera, eso quiere decir que ella es la única a quien el gran Joseph Gaultier no
ha podido derrotar y también…?

-Así es, ella es la persona que enfadaste al preferir trabajar conmigo.

Rosalie negó riendo. Si Ricardo era el dragón en el mundo de los negocios, su


madre era conocida como la diosa Tiamat, la diosa dragón de la moda.

-Ahora entiendo por qué Ricardo está tan preocupado por la forma en que me
presentaré ante su madre.

-Es por eso que me ha pedido que te ayude a elegir el mejor atuendo para ti. Eso
quiere decir que Ricardo Mondragón no conoce quien eres en realidad en
Bretaña.

Rosalie bajó su mirada avergonzada, por lo que dijo Gaultier.

-No, él solo sabe que estuve en Bretaña pero no ha preguntado nada más.

-Solo por qué no ha tenido ningún motivo para desconfiar de lo que le has dicho,
¿Pero qué pasará si se entera de tu mayor secreto?

-Él no puede enterarse.

-No es algo que puedas esconder por siempre.

-Lo sé, tampoco es algo que deseo hacer.

-¿Estás segura de seguir con tu plan y convertirte en la señora Mondragón? Si lo


haces…

-No puedo dar marcha atrás- dijo Rosalie levantándose de su asiento y


caminando hasta donde se encontraban los outfit elegidos para ella.
Todos eran prendas exquisitas hechas por Joseph pero no usaría ninguna. El lo
sabía por lo que hizo sonar la campanilla que tenía en la mesa haciendo que
trajeran otra percha llena de diseños hechos por la mismísima Miss Butterfly.

-Te ves hermosa, Rosalie –menciono Joseph cuando por fin salió Rosalie del
probador.

El outfit elegido por ella era ideal para la ocasión, elegante, pero al mismo tiempo
casual y muy cómodo, tal y como era Rosalie.

Hasta Mario tuvo que aclararse la garganta cuando vio a Rosalie salir.

Era la misma que había llevado hasta esa boutique; sin embargo, en ese
momento la seguridad que proyectaba al caminar era la de una Reina, a pesar
que la ropa que llevaba era casual.

-Mario, estoy lista.

Mario le hizo una pequeña reverencia a Rosalie antes de abrir para ella la puerta
del auto que él conducía.

-Se que no nos conocemos, pero es la primera vez que veo a una mujer tan
tranquila pese a que sabe que tendrá una comida con la señora Svetlana
Mondragón, pero sobre todo eres la primera mujer por la que veo que Ricardo se
preocupa.

-Has llevado a varias chicas a conocer a la señora Svetlana.

Rosalie noto la incomodidad que le provocó su pregunta a Mario.

-Déjame responder por ti, Ricardo las envía con su madre cuando desea
deshacerse de ellas.

Mario no dijo nada, sin embargo se quedó impresionado por lo dicho por Rosalie y
por su acertada percepción.

-Descuida no diré nada. Esto quedará entre nosotros.

En ese momento Mario supo que tal vez Rosalie era la mujer perfecta para
Ricardo y no solo eso, podría ser la mujer que haría que su amigo por fin se
abriera al amor.

Svetlana Mondragón se encontraba esperando por Rosalie, había algo en esa


joven que le hacía sentir curiosidad.
Algo más allá de ser la prometida de su hijo, era como si ya la hubiera conocido
de algún modo.

-Avísenme cuando la señorita Walker haya llegado- le dijo a su asistente quien en


ese momento entraba a su oficina.

-Ella ya se encuentra aquí.

Svetlana consultó la hora en su móvil sonriendo, llegaba justamente a la hora


que ella le había dicho.

-Que la lleve al jardín, yo iré en un momento.

La asistente salió dejando a su señora a solas, con la mirada enfocada en algún


lugar de la habitación. No obstante su empleada sabía que en ese momento
estaba estudiando a la joven, por la expresión de la señora Mondragón

Que ella hubiera llegado a la hora que le había dicho decía que no era una
persona frívola.

Aunque también podría ser su hijo quien la hubiera hecho llegar a esa hora. Eso
hacía que Rosalie Walker fuera mucho más interesante para Svetlana sobre
quién era esa joven.

Solo una mujer había influenciado tanto en su hijo en el pasado de tal manera
que al partir de este mundo parecía haberse llevado con ella el corazón de su hijo
convirtiéndolo en el hombre frío, calculador y arrogante que era. Incapaz de
querer nuevamente a otra mujer.

-Veamos que clase de mujer eres Señorita Walker.

Rosalie fue llevada de inmediato al jardín tras llegar escoltada por una de las
doncellas de la mansión.

Pese a que solo podía ver a esa doncella, sentía más de una mirada sobre ella.

Miradas curiosas sobre quién era ella, lo que le había dicho el señor Gaultier era
cierto. No era la primera mujer que veía a Svetlana y salía corriendo tras hablar
con ella.

-Por favor señorita, espere aquí en unos momentos, la señora Mondragón..

-Ya estoy aquí – respondió Svetlana, haciendo callar a la doncella.

-Retírate y pide que nos traigan dos tés helados o prefiere otra cosa Señorita
Walker.
-No, el té helado está bien, sobre todo si al mío incluye una bola de helado-
respondió Rosalie fijando sus miradas en ambas mujeres.

La doncella volvió su mirada hacia su Señora la cual asintió indicando que estaba
bien.

Ambas volvieron a quedarse a solas, se encontraban estudiándose la una a la


otra.

-Dime cuánto dinero me costará que te alejes de mi hijo.

Rosalie sonrió ante lo directa que era la madre de Ricardo.

-Dígame cuánto es lo que ama a su hijo, multiplique eso por todos los habitantes
de la tierra y aún así la cantidad que le dé no será suficiente para hacer que yo me
aleje de su hijo.

La respuesta de Rosalie enfureció a Svetlana.

-No te pases de lista conmigo muchachita, se que lo que deseas de mi hijo es que
te ayude a destruir a tu madrastra y medio hermana, si te alejas de mi hijo yo
misma me encargaré de ayudarte.

-Por qué cree que solo yo soy la única que se beneficia de aquello que cree que
nos une a su hijo y a mi. No se le ha pasado por la cabeza que tal vez su hijo se
enamoró de mi.

-Mi hijo solo ha amado a una sola mujer y no eres tú.

Esa declaración dicha por Svetlana Mondragón hizo que Rosalie apretara el bolso
que se encontraba en ese momento sobre su regazo.

Saber que Ricardo podría seguir enamorado de alguien más le causó molestia;
sin embargo, no era el momento para prestar atención a su molestia. No podía
permitir que Svetlana Mondragón la intimidara.

-Tal vez por qué jamás había conocido a una mujer capaz de arrancar ese primer
amor.

-No me digas. Tú eres esa mujer?

-Y si lo fuera, ¿qué es lo que hará Señora Mondragón?

Debía admitirlo, la joven tenía carácter. Le estaba haciendo frente, en cada una
de las palabras de Rosalie no encontró Svetlana más que resolución.
-Si fueras esa mujer no solo obtendrás el apoyo de mi hijo, también el mío, pero si
él es herido de alguna manera por algunos de tus enemigos ni él podrá salvarte
de mí.

La intensidad en la mirada de Svetlana le hizo saber a Rosalie que la mujer no


mentía.

♡Telegram: t.me/dulcevenganzarosalieyricardo

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