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ENSAYO:
MEMORIA DE LA RECONSTRUCCIÓN DE
DIPLOMA SUPERIOR
POLÍTICAS CULTURALES
27 DE MARZO DE 2008
1. Introducción
La Ronda es una de las calles más tradicionales que se encuentran en Quito, no solo por ser
una de las más antiguas, o por haber sido cuna de pintores, escritores y poetas de los años 30s; fue
en las casas de esta estrecha calle en donde se escribieron canciones y pasillos y mismas que
albergado a políticos, románticos y bohemios. Entre los personajes que habitaron en La Ronda en el
transcurso del siglo XX se encontraron Faustino Rayo o Carlos Guerra o al Taita Pendejadas.
No, La Ronda también es una calle que nos lleva a nuestro pasado indígena, y en esas
ancestrales épocas no se llamaba La Ronda, como le nombraron los españoles o como la conocemos
en la actualidad, si no que se supone que su nombre original fue la de “El Chaquiñán”, término que
ahora se lo traduce como camino o sendero. Se presume que esta pequeña calle ya se encontró
establecida y trazada hacia 1480, cuando los Incas llegaron por primera vez a Quito.
“Nuestra simpática, estrecha y tortuosa calle de la Ronda, aparentemente españolísima por su nombre y por
estilo característico de sus viejas casas es de puro origen indio. Es nada menos que un claro vestigio, como lo
es la callejuela Luís Felipe Borja, del primitivo y natural diseño aborigen de la ciudad original del Quitu”. 1
1F. Jurado en Informe Final de la calle La Ronda, emitido por el FONSAL, pág 2.
2 Jelin, Elizabeth, Los Trabajos de la Memoria, Siglo XXI de España Editores S.A., 2002, pág 9.
3 Soledad Donoso, visitante quiteña de La Ronda.
durante la Colonia”.4
Estos centros históricos son la manifestación de los estilos y formas de fines del sigo XVII y
las últimas décadas del XIX y aún subsisten varias muestras de los edificaciones civiles y religiosas
de estos siglos.
Respecto al centro histórico de Quito, fue una de las primeras ciudades en ser declarada por
la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, el 8 de septiembre de 1978. En la
actualidad la zona centro de la capital tiene un total aproximado de 308 manzanas de edificación y
su patrimonio constituyen 123 edificaciones monumentales, religiosas, civiles y 5000 inmuebles
registrados en el inventario de áreas históricas.
“La ciudad de Quito fue fundada por los conquistadores españoles en 1534. La investigación histórica permite
establecer que la ciudad, durante las primeras décadas de colonización, tuvo un ordenamiento que respetaba el
patrón aborigen de asentamiento, pero a comienzos del siglo XVII se inicia en la ciudad hispana un proceso de
centralización que consolida el dominio de los poderes eclesiástico y civil, articulando la vida alrededor de
ciertos hitos religiosos y civiles”.5
En esta cita se puede entender como la ciudad de Quito nació bajo las lógicas y estructuras
urbanísticas españolas y sus poderes se fueron desarrollando alrededor del centro o como se lo
conocía en quechua “Yavirac”, lugar de observación, motivo por el cual las edificaciones más
antiguas se encuentran ubicadas en el casco colonial.
Pero los procesos de transformación de la ciudad se los relaciona a las décadas de 1860 y
1870 cuando aparecen nuevas infraestructuras arquitectónicas que se adecuan a las nuevas
necesidades de los habitantes del Quito del siglo XIX.
Y los procesos de modernización de las ciudades y de deterioro de los inmuebles y
monumentos continúan hasta el siglo XX, que es realmente el punto central de esta investigación, y
así poder observar cuales han sido los procesos de cambio y como en la actualidad los procesos de
rehabilitación urbanística han logrado mejorar las condiciones de vida de ciertos habitantes de la
zona centro así como también de los bienes que en este lugar existen.
Para tener una idea de cual ha sido hasta el momento de proceso por el que han pasado los
bienes culturales del centro histórico las fechas de mayor trascendencia son:
○ 1981 después de la declaratoria de Quito Patrimonio de la Humanidad, las
autoridades locales iniciaron un proceso, que continúa hasta la actualidad, para
preservar el casco colonial. Se determinó que el centro es un área de preservación
histórica y se realizó un preinventario de los bienes que lo constituyen.
4 Jorge E. Hardoy y Mario R. Dos Santos, Centro Histórico de Quito Preservación y Desarrollo, Banco Central del
Ecuador, 1984, pág 21.
5 Peña, Teodoro, Empresa del Centro Histórico de Quito, La Ciudad en el Siglo XXI, Banco Interamericano de
Desarrollo, 1998, pág 87.
○ 1984 el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural delega al municipio la custodia de
esta área.
○ 1987 por causa del terremoto se pone en evidencia la vulnerabilidad de las
estructuras y los cimientos de las edificaciones del centro.
Momento en el que las autoridades ven la necesidad de crear una Ley para el cuidado del
patrimonio cultural, y así empezar el proceso de rehabilitación de varios sectores y de los inmuebles
que se encontraban en deterioro.
El legado cultural y arquitectónico que deja el centro a sus visitantes y habitantes es
inmenso, las memorias que guarda el casco colonial han recibido atención no sólo por los motivos
expuestos en párrafos anteriores sino también por un sentido mnemónico.
“El centro histórico de Quito concentra actualmente una serie de funciones urbanas por las cuales conserva la
centralidad simbólica, administrativa, educacional y del comercio popular, y resume la diversidad de la
sociedad ecuatoriana”.6
6 Moreira, Ortega, Mónica, El Centro Histórico de Quito: un modelo mixto de gestión, Centros Históricos de América
Latina y el Caribe, FLACSO, sede Ecuador, 2001, pág 255.
7 Jorge E. Hardoy y Mario R. Dos Santos, Centro Histórico de Quito..., 1984, pág 31.
8 Carrión, Fernando, Desarrollo cultural y gestión en centros históricos, FLACSO, Ecuador, 2000, pág 11.
la memoria...”.9
“La conservación del patrimonio histórico y cultural del Centro Histórico requiere de una política de
sostenibilidad social, tendiente a lograr un alto nivel de participación de la población, una mejor calidad de
vida y la conformación de un nuevo imaginario colectivo, a través de la apropiación cultural y el desarrollo del
sentido de pertenencia.”10
Como se mencionó anteriormente esta estrecha calle del centro de la ciudad se remonta a
tiempos de los indígenas que la poblaron y decidieron establecerse allí ya que pasaba un arroyo
llamado por los indios Ullaguangayacu, que quiere decir, río de gallinazos, mismo que desciende
desde la Chorrera del Pichincha.
“Pero si tal quebrada era cosa inundable en tiempos de los españoles, en la época del Quito indio debió ser la
mejor arteria de aguas purísimas y alegres para los usos domésticos de la ciudad aborigen... El nombre mismo
quichua de Ullanguanga-yacu, parece que le dieron los indios después de aparecidos aquí los españoles, porque
el anterior era Jatuna, corrupción de Cantuña, palabra aymará que significa hilaza retorcida, chorrera”.11
Esta chorrera, como la conocían los indios servía para que las familias que habitaban en el
sector tengan agua para lavar sus ropas, desaguar sus chochos y como baños públicos y según
Fernando Jurado fueron las mujeres las constructoras de esta calle. Los límites de la calle en aquel
Quito indio fueron hasta el oeste por lo menos tres cuadras más, actual el convento de Santa Clara.
El segundo momento de la Ronda fue la época española, se supone que estos le dan ese
nombre a la calle en homenaje a las rondas nocturnas tradicionales del sistema español. “Hacia
1580 el nombre La Ronda aparece en la fundación de Mayorazgo que hace el cura gallego Jácome
Freile de Andrade en 1592 y ante el escribano Alonso Dorado de Vergara, dice que lo funda en sus
casas...”12
Hasta principios del siglo XVIII La Ronda se encontraba formada por tres cuadras que iban
desde la Maldonado actual hasta la García Moreno, en un plano realizado por Guilberto Pérez en
1880 se muestra con exactitud el número de metros del frente de cada casa, al lado norte de la
primera cuadra se señala la presencia de las casas más grandes del barrio, en ese momento existían
13 casas en la zona. Para 1894 gracias a la guía de Quito de Adolfo Jiménez se tiene el dato exacto
de cuantas casas habían por cuadra en la Ronda, 14 casas en la primera cuadra, 11 en la segunda y
siete en la tercera.
“La Ronda y su entorno urbano constituyen tanto por su contenido arquitectónico y monumental así como
también por la multiplicidad de inter relaciones socio-económicas que han generado en los últimos años un
acelerado cambio de uso de suelos y estructuras así como también el deterioro de las mismas, un sector muy
importante del Centro Histórico de Quito sujeto a múltiples presiones, razón por lo cual es necesario su
intervención de manera inmediata”.15
4. Conclusión
Pero la pregunta de ¿por qué recordar? ¿por qué mantener la memoria de esta calle viva?
sigue latente y tal vez la respuesta más sencilla sería por el hecho de que una calle como esta, con
toda la historia que tiene, es difícil de ser olvidada. Pero recordemos que ya estuvo en el olvido de
las autoridades y de la ciudadanía que no habita en el sector y las consecuencias fueron que La
Ronda fue tomada por grupos marginales, dando inseguridad no solo a sus visitantes si no
principalmente a sus moradores. Entonces la pregunta sigue allí, según Ricoeur “...lo que honramos
del pasado no es el hecho de que alguna vez existió. Entonces, el mensaje de la historia a la
memoria, del historiador al hombre de memoria, es el de agregar al trabajo de memoria no
solamente el duelo por lo que no es, sino la deuda respecto a aquello que fue”.19
“Hacia 1880 la calle La Ronda fue colocada el nombre de Juan de Dios Morales como homenaje a uno de los
proceres de la revolución quiteña de 1809.
El Taita Pendejadas fue el vecino más popular del barrio La Ronda; Elisio Sandoval; alto, carilargo, de terno
negro, sombrero hongo, pantalones estrechos, anteojos de cimbra lo apodaban también el cisne de Ambato por su
magnifica voz a los 74 años enviado y le afectó tanto la muerte de su esposa que según sus allegados se hizo loco y
empezó a vender cosas viejas en las vitrinas de su tienda de la calle Rocafuerte había tornillos y tuercas, fierros, aros,
boquillas, instrumentos musicales, piezas viejas de automóviles, zapatos usados y en las puertas colgaban tijeras, llaves
y candados, libros viejos se podía pensar que todo era inservible pero se vendía...”
Por estas memorias y muchas más que tal vez no se las conocen o sí, es que vale la pena
seguir conservando el recuerdo que significa La Ronda para los quiteños y ecuatorianos que alguna
vez transitaron por esta estrecha calle.