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MACARIO

AUTOR: BRUNO TRAVEN.

PERSONAJES:

MACARIO

ROSA (ESPOSA DE MACARIO) (MAMA)

HIJA

HIJO

CHARRO (DIABLO)

ANCIANO (DIOS)

VIAJERO (MUERTE)

ACTO I

ESCENA 1

(En el humilde hogar de Macario)

HIJO: ¿Esa vela para quién es mamá?

MAMA: Para tu madrina Rosa, que en paz descanse, que siempre


fue muy buena con nosotros

.HIJA: Y para mí papa, ¿no le va a poner una luz?

MAMA: No mi hija no, tú papa gracias a Dios está vivo, las ofrendas
solo son para los fieles difuntos (pone una ofrenda muy pobre)

HIJO: En la casa de Narciso están poniendo una ofrenda ¡bien


grande, grande!

MAMA: Cuando no, esos hasta los muertos han de presumir lo que
no tienen. Nosotros no, lo que nosotros comemos, eso comen
nuestros difuntos.

HIJA: (se asoma y grita muy contenta) ¡Ay viene mi papá!

MACARIO: Ya llegué familia. (Llega Macario con un ramo de flores


que le da a su esposa y lo pone en el altar)

HIJA: ¿Qué nos trajo papá?


MACARIO: ahorita les digo. Traigo cosas re bonitas. (A sus hijos les
da un dulce, después del alboroto se sientan a comer)

MAMÁ: ahorita sirvo la cena. Nada más terminamos de poner el


altar. (Pone las flores en el altar y empieza a servir la comida)

(EN LA MESA)

MACARIO: (reza) Padre nuestro que estás en los cielos, muchas


gracias por que nos vas a dar de comer, ojalá mañana también nos
des.

(Los niños comen desesperados y rápido terminan. Macario los


observa muy triste)

HIJO: Ya acabe mamá, quiero más.

(Macario deja su plato, se levanta de la mesa y los niños se lanzan


sobre el para ganar la comida)

ACTO II
ESCENA 2

ROSA: Macario ¿No vas a comer nada?, los niños ya se comieron


lo tuyo, pero aparte un poquito al ver que no comiste, si no va se lo
van a comer también.

MACARIO: Que se lo traguen.

ROSA: ¿No tienes hambre?

MACARIO: Hambre, si no he tenido otra cosa en toda mi vida. Ya


no me voy a seguir muriendo de hambre poco a poco, no iré a
probar un bocado hasta que pueda tragarme un guajolote entero yo
solo ¡SIN DARLE A NADIE! Sin aguantarme el hambre pa’ que los
otros coman, aunque los otros sean mis hijos.
ESCENA 3
(Rosa va tras Macario agitada y con algo oculto)
ROSA: Macario, toma dijiste que lo querías para ti solo (le da una
bolsa con un guajolote adentro) Y yo entiendo Macario, yo también
he querido algo para mi sola para no darle a nadie ni siquiera a ti,
pero vete pronto porque si los niños te ven te van a pedir.

(MACARIO SE VA)

ACTO III
ESCENA 4
(En el bosque)
CHARRO: Oiga compadre, que bien huele ese pollo que se va a
comer. ¿No va a invitar un pedacito?

MACARIO: Yo no soy su compadre. Y no le voy a invitar nada.

CHARRO: Caray amigo, ese animal se ve muy sabroso, vamos


hacer un trato. Si me das un muslo nada más, yo te regalo unas
espuelas de plata.

MACARIO: yo pa qué quiero espuelas, ni caballo tengo.

CHARRO: Puedo darte otra cosa. Mira estas monedas de oro, solo
por un pedazo de pechuga.

MACARIO: y yo que iba hacer con ellas, nada más que las quisiera
cambiar, me iban a mochar la mano por ladrón. Uno como yo, no da
monedas de oro. Vete déjame en paz.

CHARRO: bueno Macario, te voy hacer un trato mucho mejor. Si me


das una ala, solo una alita, te regalo todo el bosque. Todos los
árboles serán tuyos. ¿Qué me dices?

MACARIO: Y de qué me serviría ser el dueño, igualmente tendría


que cortar la leña y cargarla y venderla. Y además tú, no puedes
darme el bosque porque no es tuyo. Es de Dios nuestro siñor. (El
diablo se va furioso)
DIOS: Hombre, yo te pido. Hazme una pequeña caridad.

MACARIO: ¿Tú siñor? ¿Tú quieres un pedazo?

DIOS: apenas un bocado. Si es que tú quieres dármelo.

MACARIO: ¿por qué siñor?... A ti no te interesa este bocado. Te


interesa un gesto que yo haga, una acción, tu sabes que yo no he
querido nada pa mí solo en toda mi vida... Pa ti es solo un animalito
muerto, un pretexto para hacer que yo me porte bien.
Pa mi lo es todo,
toda el hambre de mi vida. Perdóname. Yo sé que puedes
perdonarme si tú quieres. Yo no quiero convidarte, no quiero
(se agacha y se va el anciano). Pero si de veras te interesa este
bocado...

(Levanta la cabeza) (Va a empezar a comer y llega la muerte)

MUERTE: amigo, ¿todo ese pollo es para ti solo? Tengo mucha


hambre un hambre muy atrasada, hace miles de años que no como,
¿no podrías convidarme un pedazo?
MACARIO: Ya sabía que no podía ser verdad, era mucho pedir... te
voy a convidar.
MUERTE: Muchas gracias. (Se ponen a comer desesperados)

MACARIO: ¿quieres agua?

MUERTE: no gracias (con la boca llena)

MUERTE: muy sabroso, tu mujer cocina muy bien. ¿No te molesta


que platiquemos? Trato tan poco a los hombres, nos vemos un
instante y en realidad no hay nada que decir, ni tiempo para decir
nada. ¿Te puedo preguntar algo?

MACARIO: (dice si con la cabeza)

MUERTE: ¿por qué me convidaste?

MACARIO: tenías mucha hambre se te notaba re bien. Más de la


que yo he tenido.

MUERTE: ¿por eso me convidaste?


MACARIO: si, principalmente por eso.

MUERTE: y al primero que te pidió ¿por qué a él no?

MACARIO: ¿a ese?... ese quería engañarme, sobre todo si no le di


ni a mis hijos, ni a mi mujer ¿Crees que lo que me ofrecía hubieran
podido más que el gusto de mi familia?

MUERTE: Pero a... tú sabes. Al segundo. ¿Por qué no lo invitaste?

MACARIO: Aaah porque él es el dueño de todo lo que existe, de mí,


de ti. A él nada más le interesaba el gesto de bondad, después de
invitarle hubiera corrido lleno de arrepentimiento a invitarle a mi
familia, y ya no hubiera comido casi nada.

MUERTE: ¿Y por qué a mí, sí? Dijiste que principalmente por mi


hambre. ¿Hubo entonces alguna otra razón?

MACARIO: la mera verda cuando te vi, pensé que ya no me


quedaba tiempo ni pa un bocado, cuando tú te apareces ya no das
tiempo de nada. Entonces calculé que si te invitaba, yo iba a tener
tiempo también de comer.

MUERTE: Estoy en deuda contigo Macario, voy a pagarte tu


invitación a un precio tan alto como nunca lo soñaste.
Esta agua Macario es capaz de curar cualquier enfermedad,
siempre que yo no tenga
una razón paraoponerme a la salud del enfermo. Te la doy, y piensa
que ningún hombre ha sido dueño del poder que depósito en tus
manos. Cuidado como lo usas. Si tú visitas a un enfermo me verás
siempre junto a él. Si estoy parado a sus pies nada más dale una
gota y será suficiente para sanarlo.
Pero si estoy a la cabecera del enfermo, no intentes nada, morirá,
porque es su hora.

ACTO IV
ESCENA 5

(En el pueblo)

X PERSONA: Macario cura a todos y cobra lo que quieran pagarle.


Un día el hijo del rey estaba muy enfermo. Ya lo habían evaluado
los mejores doctores del país y del extranjero y nadie encontraba la
cura.

REINA: Esposo mío, ya no aguanto más. El ver a nuestro hijo así


me parte el corazón. Escuche que en el pueblo existe un hombre
que tiene gran poder sobre la vida y la muerte, capaz de curar
cualquier enfermedad

.REY: ¿un leñador? ¡Pero estás loca! Ningún pordiosero podrá


hacer lo que los mejores doctores no han podido. Ademar yo no
podemos tener trato con hechiceros del demonio. Va nuestro
prestigio de por medio.

REINA: y que me importa el prestigio, me importa la vida de mi hijo.


Hay que traerlo.

REY: No vendrá.

REINA: pues yo iré a buscarlo con mi hijo en brazos. Y ya veremos


cómo peligra más el prestigio.

NARRADOR: así, el hijo del rey fue llevado ante Macario.

REY: He escuchado que tienes el poder de curar cualquier


enfermedad.

MACARIO: bueno, casi todas. No depende de mí.

REY: Ja, ¡la verdad yo creo que eres un charlatán! Si he venido


hasta aquí, es por mi esposa. Pero si logras curar a mi hijo, tendrás
mi eterna gratitud, podrás ir a mi palacio y llevarte cualquier cosa.
Pero si no arderas en la hoguera por charlatán.

MACARIO: amigo, este no puedes llevártelo, ¿no sabes que van a


torturarme y quemarse si te lo llevas? ¿Qué haces hay? Pásate pa
acá.
(Muerte dice que no) (Macario lo hala para los pies y la muerte se
regresa)
MACARIO: te lo pido en recuerdo de aquel pollo que te compartí.
Déjalo que viva. Además tú me metiste en todo esto yo no te lo
pedí.

MUERTE: nada puedo hacer es un mandato supremo.

MACARIO: déjame que lo salve. Demuéstrame que eres mi amigo


(vuelve a mover a la muerte y ésta regresa a la cabecera) no ves
que me van a matar.

REINA: dígame ¿mi hijo se ha salvado?

MACARIO: ayúdame. (Sale corriendo al bosque)

CHARRO: llegas a tiempo Macario, y como siempre estoy dispuesto


a ayudarte. ¿Ves cómo te equivocaste al convidar? Si hubiera sido
yo nada de esto te estaría pasando. Ven conmigo,apúrate.

MACARIO: yo no quiero tu ayuda ya te lo dije, bastantes cosas me


pasan. Déjame.
(Se va el charro) (Llega Dios)
Otra vez tú siñor. No dejes que me atrapen.

DIOS: quien te sigue son tus acciones Macario, no corras más y


enfréntalas. Piensa en salvar la parte tuya que no muere, piensa en
ti mismo, en tus actos, pésalos y júzgalos.

MACARIO: Tengo que huir siñor, tengo que huir. ( Llega a la


cueva)
MUERTE: Bienvenido a mi hogar Macario.

MACARIO: Escóndeme, ¿por qué me traicionaste?

MUERTE: nunca te he traicionado y ahora masque nunca estoy


contigo. Este es un sitio que ningún hombre ha visto todavía y hay
aquí cosas que debes aprender. Mira, esta es la humanidad, aquí
ves arder las vidas tranquilamente, a veces soplan los vientos de
las guerras, de las pestes y las vidas se apagan por millares al azar,
las altas, las pequeñas, las derechas, las torcidas, ahora reina la
calma, míralas arder, cada una es única, duran más o menos según
la materia que alimenta la flama. Ves esta, es la vida del hijo del
rey, mira que frágil es, que preciosa y que breve. Con esto jugaste y
comerciaste, jamás entendiste los alcances del don que te di. Mira
la flama,
(Apaga la vela) ahora a muerto el hijo del rey.

MACARIO: ¿Por qué, hiciste eso?

MUERTE: era el momento, hay un orden mayor, hay leyes, hay todo
lo que no entiendes.

MACARIO: y mi vela ¿Dónde está? Déjame verla.

MUERTE: (Le lleva una vela) Es esta.

MACARIO: se está apagando.

MUERTE: si, así es.

MACARIO: ¿y no vas hacer nada? ¿Vas a dejar que se apagué?

MUERTE: hay un orden, todo tiene su fin. Y ya no podemos hacer


nada.

MACARIO: dámela, no la toques,


(toma la vela)

MUERTE: es inútil Macario, ¿de quién quieres huir? ¿De ti? ¿De
mí? Ven, es el momento del reposo y del juicio, una historia termina
y otra empieza, cuando acabe el correr de las acciones del hombre,
es porque empieza el juicio de lo que va a pesar más. No corras
¿para qué? Ven descansa.

(Macario se recuesta, cierra los ojos, en eso la muerte apaga la vela y


se va)

ESCENA 6

ROSA: ¡Macariooo! ( Lo ve acostado) Está dormido…


¿Macario?...Estabas como un niño con tu capricho, me alegro tanto
de haber podido darte ese gusto, la vida no fue fácil Macario pero
fue buena vivirla juntos... Ni siquiera se pudo terminar su
guajolote…

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