Está en la página 1de 10

LOS DELITOS DE OMISIÓN Y LA POSICIÓN DE GARANTE

LOS DELITOS DE OMISIÓN Y LA POSICIÓN DE GARANTE

Autor (es):

Debbie Sofia Elguedo Juliao

Luis Rey González Figueroa

Brenda Seca

Tutor(a):

Esquid Mena

Derecho Penal General 5B

Institución Universitaria Americana

Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales

Programa de Derecho

Barranquilla, Colombia

2024
LOS DELITOS DE OMISIÓN Y LA POSICIÓN DE GARANTE

LOS DELITOS DE OMISIÓN Y LA POSICIÓN DE GARANTE

Introducción

Los delitos de omisión se refieren a la falta de acción para evitar un resultado dañino, a

pesar de tener la capacidad y la obligación de hacerlo. La omisión propia ocurre cuando una

persona tiene el deber legal de actuar, pero no lo hace, mientras que la omisión impropia se

refiere a situaciones en las que no existe un deber legal de actuar, pero la persona asume esa

responsabilidad de forma voluntaria o a través de su comportamiento.

La posición de garante se refiere a aquellas situaciones en las que una persona tiene el

deber jurídico de proteger a otros de daños o peligros. Esta posición puede surgir por ley,

contrato, relación familiar u otras circunstancias especiales. En el contexto de los delitos de

omisión, la posición de garante puede imponer la obligación de actuar para evitar un daño

previsible.

Desarrollo

En el derecho penal una conducta típica, se origina a partir de un comportamiento

realizado por un sujeto activo, la cual trae consigo consecuencias, las mismas que se presentan

como omisión y que pueden ocasionar un resultado que afecte el bien jurídico. (Ortega &

Agustin, 2022)
LOS DELITOS DE OMISIÓN Y LA POSICIÓN DE GARANTE

Principalmente, desde el artículo 1° de la Constitución Política al contemplar que

Colombia es un Estado social y democrático de derecho fundado en el respeto a la dignidad

humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que lo integran y en la prevalencia del

interés general, así como por la consagración en el artículo 95 de los deberes y obligaciones

ciudadanos, específicamente el de «obrar conforme al principio de solidaridad social,

respondiendo con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud

de las personas», se dijo que se predicaban deberes de competencia institucional y también por

organización, es decir, obligaciones normativamente específicas para los servidores públicos que

como agentes estatales deben siempre atender los fines esenciales del Estado, o deberes

generales de los ciudadanos de velar por la conservación de determinados bienes jurídicos.

En la posición de garante que surge de la competencia institucional, como obligaciones

normativas específicas, el deber jurídico emerge del propio artículo 2º del texto superior, según

el cual, las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas

residentes en Colombia en su vida, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades, sin

alguna discriminación, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado.

Así mismo, del artículo 6° del mismo texto al contemplar que los servidores públicos son

responsables no sólo por infringir la Constitución y las leyes, sino por omisión o extralimitación

en el ejercicio de sus funciones, de lo cual se dibujan unos deberes positivos frente a la amenaza

de los bienes jurídicos”.

En síntesis, para la Corte la posición de garante es la situación en que se halla una

persona, en virtud de la cual tiene el deber jurídico concreto de obrar para impedir que se

produzca un resultado típico que es evitable. Por ello, cuando quien tiene esa obligación la
LOS DELITOS DE OMISIÓN Y LA POSICIÓN DE GARANTE

incumple, y con ello hace surgir un evento lesivo que podía ser impedido, abandona dicha

posición de garante.

En sentido restringido, viola la posición de garante quien estando obligado

específicamente por la Constitución y/o la ley a actuar se abstiene de hacerlo y con ello da lugar

a un resultado ofensivo que podía ser impedido. Es el concepto que vincula el fenómeno

estudiado con los denominados delitos de comisión por omisión, impropios de omisión o

impuros de omisión.

La Corte ha proferido varias decisiones en las que ha realizado múltiples estudios sobre

los delitos dolosos en la modalidad de comisión por omisión y la posición de garante. Por

ejemplo, en la sentencia del 14 de noviembre de 2007 (Radicado 28.017), aludiendo

específicamente a la temática, consideró:

“El comportamiento delictivo puede consistir en una acción positiva que determina una

variación en el mundo exterior, pero también puede derivarse de una acción negativa, es decir, de

índole omisiva, así definida por el legislador al incluir taxativamente el deber, cuyo

incumplimiento se sanciona independientemente del resultado (omisión propia), como ocurre

con los delitos de inasistencia alimentaria (art. 233), omisión de medidas de socorro (art. 131),

omisión del agente retenedor o recaudador (art. 402) prevaricato por omisión (art. 414), entre

otros. No obstante, hay ocasiones en que el resultado producido con una conducta activa por

antonomasia, es conseguido a través de una omisión, esto es, de un no hacer que produce el

resultado típico previsto en la ley (omisión impropia o comisión por omisión), para lo cual se

utiliza por regla general la fórmula de las cláusulas de equivalencia o equiparación punitiva entre

la acción y la omisión. Hoy, la acción no se identifica con un movimiento muscular como

trasformador del mundo físico, sino desde un punto de vista normativo, así también se entiende
LOS DELITOS DE OMISIÓN Y LA POSICIÓN DE GARANTE

el comportamiento omisivo del cual se entra a verificar el nexo de evitación, esto es, la conducta

esperada que, de haber sido realizada, el sujeto habría interrumpido o evitado el resultado”.

(Unión Ltda, 2024, págs. 75-125-223-230)

Para la Corporación, del inciso segundo del citado artículo 25, se extracta que quien

tuviere el deber jurídico de impedir un resultado perteneciente a una descripción típica y no lo

llevare a cabo, estando en posibilidad de hacerlo, queda sujeto a la pena prevista en la norma

correspondiente. Para esto, además, se requiere que la persona tenga a su cargo la protección en

concreto del bien jurídico, o que se le haya encomendado como garante la custodia o vigilancia

de una determinada fuente de riesgo, conforme con la Constitución o la ley. (Unión Ltda, 2024,

pág. 21)

También en la sentencia SP7135, 5 jun. 2014, Rad. 35113 (El cual se reitera en el auto

AP6462, 22 oct. 2014, Rad. 44505.), la Sala hace un exhaustivo análisis sobre las figuras, del

siguiente tenor:

“1. Tratándose de acciones negativas o de índole omisivas, suelen distinguirse las de

omisión propia, cuando se sanciona el incumplimiento del deber definido por el legislador

independientemente del resultado, como en los delitos de inasistencia alimentaria (art. 233 C.P.),

omisión de medidas de socorro (art. 131), omisión del agente retenedor o recaudador (art. 402)

prevaricato por omisión (art. 414), entre otros, y las de omisión impropia o comisión por

omisión, que tienen lugar cuando el resultado, que por antonomasia es producido con una

conducta activa, es conseguido a través de una omisión, esto es, un no hacer que produce el

resultado típico previsto en la ley, eventos estos para los cuales se utilizan por regla general las

cláusulas de equivalencia o equiparación punitiva entre la acción y la omisión. (V, 2014, pág.

205)
LOS DELITOS DE OMISIÓN Y LA POSICIÓN DE GARANTE

En este sentido, existen acciones que se realizan y se consideran prohibidas u ordenadas

por normas jurídicas que tienen carácter penal. bienes jurídicos (Román, 2020).

Esto significa que en derecho penal un acto ilícito y un error específico surge o se origina

a partir de una acción realizada por un sujeto activo, que va acompañada de cambios en las

condiciones naturales del mundo exterior, que pueden tomar la forma de un acto u omisión.

A partir de estas acciones se considera la negligencia, la cual se define como la

implementación de acciones distintas a las estipuladas en las normas penales. Según la teoría del

delito, la negligencia se considera en función de su especificidad (Acosta et al., 2019).

En este orden de pensamiento en el campo del derecho penal es importante la

identificación de actos de negligencia, la cual es una categorización determinada por negligencia

propia y negligencia improcedente, la diferencia entre cada una de las cuales radica en su

conceptualización en la normativa.

Por lo tanto, la negligencia apropiada está definida con precisión en las leyes punitivas,

mientras que la negligencia inapropiada es la negligencia que no está claramente definida en el

ordenamiento jurídico. En este caso, la importancia de esta investigación radica en que, en las

normas sancionatorias vigentes, no se establece cuándo un acto de negligencia corresponde a

negligencia propia o improcedente.

Con base en lo expuesto se plantea una pregunta de investigación: ¿Cuáles son los

principales elementos respecto de la negligencia y la posición adecuada e inadecuada del Garante

en Colombia?, y para responder a esta pregunta se propone conocer cuál es la opinión doctrinal.

respecto de esta garantía. confirmación de la negligencia, si procede o no la negligencia y la

posición del garante, de conformidad con la posición teórica del Código Orgánico Penal vigente.
LOS DELITOS DE OMISIÓN Y LA POSICIÓN DE GARANTE

Dentro de la norma punitiva, no existe una clara diferenciación sobre cuando nos

encontramos ante una omisión propia o impropia, siendo este un tema de relevancia y debate

dentro del ámbito jurídico, ya que existen posturas que afirman que con ello se atenta a la

seguridad jurídica. En tal sentido se plantea una descripción meticulosa para comprender el tema

propuesto.

La teoría del delito, forma parte fundamental del derecho penal y se plantea la

investigación de las características que deben converger en una conducta para que esta sea

establecida o no como un delito. La teoría del delito es un mecanismo de análisis y exploración

científica de la conducta del ser humano, empleada por jueces, defensores, fiscales o estudiantes

de derecho para puntualizar si existe o no un delito, está contemplado como un sistema

organizado y secuencial que a partir de la definición de acción se va procesando los distintos

elementos primordiales de las formas de manifestación del delito (Chan, 2020).

En relación con este tema es importante mencionar también que la tipicidad de una

conducta constituye uno de los filtros esenciales para evaluar la configuración de un delito, es así

que de acuerdo a lo establecido por Velasco et al. (2021) sobre la tipicidad en la teoría del delito,

deduce que es un elemento primordial para la conformación del delito, acentúa el estudio de la

conducta tanto de acción u omisión que es ejercida por el individuo como un procedimiento para

precisar si la conducta desarrollada se ajusta o no a las normas penales.


LOS DELITOS DE OMISIÓN Y LA POSICIÓN DE GARANTE

Con lo expuesto es pertinente dilucidar que la conducta del ser humano se basa en el

desarrollo del comportamiento en su entorno o las acciones que realiza en la sociedad, esta

conducta puede variar obteniendo resultados de bienestar o malestar en dicho entorno. En otras

palabras, la conducta se presenta tanto de acción como de omisión, la primera se establece al

ejecutar una actividad, la cual puede ser una infracción ante la ley, o, por el contrario, la omisión

se manifiesta como la privación de ejecutar una acción establecida como un deber legal de

comportamiento (Singaña, 2019).

En este sentido, después que una conducta es constatada, es necesario analizar si dicha

conducta posee significancia penal, es decir si cuenta o se reconoce un probable delito (Valarezo

et al., 2019). Si bien es cierto, la conducta que efectúa el ser humano se incluye en la alusión a

acciones y omisiones que se presentan como dos maneras de comportamiento capaces de

ocasionar obligaciones penales y sirven de base a distintos elementos (Zárate y González, 2019).

Adicionalmente, en el derecho penal las acciones son comportamientos no valorativos ya

que contiene conductas buenas, malas e indiferentes; por el contrario, un comportamiento pasivo

se refiere.

En la Omisiones propias: Están contempladas en el Código Penal colombiano y se

refieren a la falta de acción cuando existe un deber legal o contractual de actuar. Por ejemplo, el

artículo 132 del Código Penal establece que "El que tenga a su cargo la dirección, la vigilancia o

el cuidado de una persona menor de edad o de una incapaz, y por negligencia, descuido o

impericia, o por otro motivo, descuide la atención necesaria para su debida conservación,

incurrirá en prisión de cuatro (4) a ocho (8) años".


LOS DELITOS DE OMISIÓN Y LA POSICIÓN DE GARANTE

Omisiones impropias: En Colombia, estas omisiones se reconocen cuando una persona,

sin estar legalmente obligada, asume una responsabilidad para evitar un daño a otro y luego no

cumple con esa responsabilidad. Por ejemplo, si alguien comienza a prestar ayuda a una persona

herida pero luego la abandona sin motivo justificado, podría ser considerado responsable por

omisión impropia.

Posición de garante: En la legislación colombiana, la posición de garante establece que

ciertas personas tienen la obligación especial de actuar para evitar un daño a otro. Esta posición

puede surgir de diversas circunstancias, como una relación de parentesco, la asunción voluntaria

de una responsabilidad, o una posición profesional. Por ejemplo, un médico que deja de prestar

asistencia a un paciente en una situación de emergencia podría ser considerado responsable por

omitir su deber de cuidado debido a su posición de garante como profesional de la salud. Misma

línea, se especifica las normas jurídicas de Colombia, las mismas que como en los países

mencionados anteriormente también se encuentran en el Código Penal (Ley 599 de 2000) y reguladas

en el artículo 25, como aquellas conductas punibles que se efectúan por acción u omisión.

Conclusión
LOS DELITOS DE OMISIÓN Y LA POSICIÓN DE GARANTE

En este ensayo podemos concluir que en primera instancia se precisó la diferencia entre

los tipos de omisión de los cuales se expone que omisión propia está considerada como una

infracción de un mandato instaurado, esto significa que está considerada en el derecho penal

cuando una persona no actúa frente a un deber requerido por la norma, este deber le corresponde

a toda la sociedad, sin distinción.

A su vez se puntualizó que la omisión impropia se manifiesta cuando un individuo no

realiza un hecho que le compete, esta omisión se considera de forma individualizada y no

responde a imposiciones de solidaridad o auxilio colectivas. En esta clase de omisión personas

específicas son responsables del cuidado del bien jurídico y como consecuencia obtienen la

potestad de los hechos de fragilidad de dicho bien y el cual está amparado por la ley, en este caso

se denomina posición de garante.

Referencias

Cuesta M., O. J., Castillo M., N. C., Cárdenas P., G. H., & Gutiérrez V., A. A. (s.f.). www.redalyc.org.
Obtenido de www.redalyc.org: https://www.redalyc.org/pdf/4138/413838649012.pdf

Henao, M. I. (junio de 2008). scielo.org.co. Obtenido de scielo.org.co:


http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S1794-31082008000100013&script=sci_arttext

Ortega, J., & Agustin, R. (28 de 01 de 2022). dominiodelasciencias.com. Obtenido de


dominiodelasciencias.com:
https://dominiodelasciencias.com/ojs/index.php/es/article/view/2543

Unión Ltda. (2024). Código penal. Bogóta: Unión Ltda.

V, F. V. (5 de Junio de 2014). revistas.usergioarboleda.edu.co. Obtenido de


revistas.usergioarboleda.edu.co:
https://revistas.usergioarboleda.edu.co/index.php/cuadernos_de_derecho_penal/article/view/
313/262

También podría gustarte