Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Dolorita, Sus Crónicas y Personajes
La Dolorita, Sus Crónicas y Personajes
2
Luis Martín Galviz
José Gregorio Rojas Ramírez
Caracas-Venezuela
2020
3
“LA DOLORITA, SUS CRÓNICAS Y PERSONAJES”
PROHIBIDA SU VENTA
Digitalizado en:
Caracas, Venezuela, 2020
4
“Primero el suelo nativo que nada; él ha formado con sus
elementos nuestro ser; nuestra vida no es otra cosa que la
herencia de nuestro país; allí se encuentran los testigos de
nuestro nacimiento, los creadores de nuestra existencia y los
que nos han dado alma por educación; los sepulcros de
nuestros padres yacen allí y nos reclaman seguridad y
reposo; nos recuerda un deber, todo excita sentimientos
tiernos y memorias deliciosas; allí fue el teatro de nuestra
inocencia, de nuestros primeros amores, de nuestras
primeras sensaciones y de cuanto nos ha formado”.
SIMÓN BOLÍVAR
(1783-1830)
5
INDICE
PAG
DEDICATORIA ----------------------------------------------------------------------------- 10
INTRODUCCIÓN -------------------------------------------------------------------------- 13
1.9.- LA GALLERA
“Lugar de encuentro de los doloriteños” -------------------------------------------- 44
6
1.12.- LAS BOLAS CRIOLLAS EN LA DOLORITA
“Un juego popular en extinción” ------------------------------------------------------- 56
2.2.- BASILIO
“El Bedel de la Escuela Jermán Ubaldo Lira” -------------------------------------- 105
7
2.4.- CHELA ACOSTA
“Luchadora Social Incansable” -------------------------------------------------------- 108
2.7.- DANIEL
“El loco de La Dolorita” ------------------------------------------------------------------ 114
2.8.- TRINCADO
“El Policía de La Dolorita” -------------------------------------------------------------- 116
2.9.- ISIDRO
“El amigo sonriente de La Dolorita” ------------------------------------------------- 119
2.10.- COROMOTO
“El amigo de todos” --------------------------------------------------------------------- 121
8
2.17.- ADOLFO GUEVARA
“Una vida dedicada a la cultura, a la niñez y a la juventud de La Dolorita” 138
9
DEDICATORIA
10
PRESENTACIÓN DE LA PRIMERA EDICIÓN DIGITAL
La presente edición se realiza con el ánimo de dar a conocer entre los doloriteños y
doloriteñas y público en general, aspectos de La Dolorita (sin la rigurosidad del método
histórico) opacadas por las circunstancias que han rodeado y rodean a la comunidad. No
pretende este libro ser un compendio de todos los acontecimientos de La Dolorita desde su
fundación como comunidad organizada, ni abarcar a todos los personajes populares o líderes
sociales.
La idea de esta edición digital surgió, en primer lugar, por el conocimiento que los
autores tienen de primera fuente sobre algunos de los temas y personajes tratados, y en
segundo término, por el ánimo que ese conocimiento popular y cronológico sea puesto a
disposición de los residentes de la comunidad.
Finalmente, los autores creen que todos los temas abordados en esta edición en un
futuro pueden ser mejorados, corregidos y ampliados, incorporando nuevos aspectos,
personajes populares y líderes sociales y comunitarios sobre los que nadie ha escrito y por lo
tanto silenciados en la historia local por el tiempo y el olvido.
11
Reiteramos que el ánimo de los autores está dirigido hacia magnificar la importancia,
los logros, lo bueno y lo positivo de cada situación, personaje popular o líder social.
Los autores quedan atentos y abiertos a las sugerencias y opiniones que puedan
surgir en el futuro, por lo que están seguros que más adelante es posible una segunda
edición, rectificando y ampliando el contenido, siempre con el objetivo del rescate de valores
positivos y destacando los valiosos, importantes y positivos aportes hechos por los líderes
sociales doloriteños y sus personajes populares y con ello colocar en vigencia una historia
que no es otra que la historia local de la comunidad de La Dolorita.
Los Autores
12
INTRODUCCIÓN
El siguiente libro fue escrito por dos doloriteños, con la colaboración de otros,
interesados en el rescate de los valores humanos, culturales, religiosos, deportivos y
tradiciones de la comunidad de La Dolorita, ubicada en la Fila de Mariches del Municipio
Autónomo Sucre del estado Bolivariano de Mirada, República Bolivariana de Venezuela.
Sí bien los autores son profesionales de las ciencias sociales abordan el compromiso
de narrar parte de sus experiencias vividas y las experiencias vividas y compartidas por otros
sin la rigurosidad del método histórico ni del lenguaje formal, con el ánimo de resaltar
aspectos atinentes a la comunidad en la que crecieron, desde un punto de vista positivo, en
el sentido de dejar constancia de algunos hechos importantes ocurridos en la localidad, así
como traer a la memoria algunos personajes populares y líderes sociales, comunitarios,
deportivos, religiosos, culturales y políticos que han dejado huellas en la idiosincrasia de la
comunidad de La Dolorita. De igual forma, se quiere con esta lectura incentivar a otros al
rescate de la historia de la comunidad.
El libro está dividido en dos grandes capítulos, el primero relativo a las Crónicas y el
segundo que se refiere a los Personajes Populares y Líderes de la Comunidad de La
Dolorita. Los autores consultaron algunas fuentes bibliográficas y electrónicas disponibles,
para argumentar y dar fundamento a lo narrado.
13
Este libro será ampliado y revisado o corregido en un futuro próximo ya que no se
pudo abarcar la multiplicidad de hechos importantes ocurridos en la comunidad, como
tampoco se pudo incluir la totalidad de personajes populares y líderes que ejercieron o
ejercen sus liderazgos y presencias en el decurso del tiempo en La Dolorita.
Los autores hacen mención especial del libro: “Ejercicio de reconstrucción histórica: La
Dolorita, Municipio Sucre del estado Miranda”, escrito en año 2009 por la Profesora Suzuki
Margarita Gómez Castillo, por los valiosos datos e información que contiene. La escritora
aborda la historia de La Dolorita desde un punto de vista histórico y científico, donde rescata
hechos y personajes de la comunidad de La Dolorita que sirvieron en parte como inspiración
a los autores para escribir este texto en su versión digital.
Los autores quedan abiertos para recibir las críticas, opiniones, observaciones y
contribuciones que pudieran surgir una vez se publique el libro, con el compromiso que las
mismas serán recogidas y plasmadas en una futura edición corregida y ampliada del
presente libro.
Finalmente los autores agradecen a quienes han comentado sobre algunas de las
crónicas y personajes de los que se ha escrito y publicado en el Grupo de FACEBOOK de Ex
Estudiantes del “MARISCAL SUCRE” de La Dolorita (cuyo enlace electrónico es el siguiente:
https://www.facebook.com/groups/exestudiantes.mariscalsucre/?multi_permalinks=40798205
58725365¬if_id=1588822007575487¬if_t=feedback_reaction_generic), y que
sugirieron recopilar esos relatos en un único texto para el conocimientos de la generación
presente y futura de doloriteños y doloriteñas.
14
I
CRÓNICAS
15
1.1.- EL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR EN LA DOLORITA
Señalan los historiadores que los emigrantes partieron ese 6 de julio por el Camino
Real al Este u Oriente que va a Chacao, este camino comienza donde actualmente se
encuentra la Esquina de La Torre de la ciudad de Caracas, lado noreste de la Plaza Bolívar;
descendieron en línea recta hacia las esquinas de Las Madrices, El Cují, Ña Romualda,
Manduca, Ferrenquín, Cruz de La Candelaria y Alcabala, cruzaron el Puente Anauco y
tomaron el camino hacia el Pueblo de Sabana Grande y el Pueblo de Chacao, llegando a Los
Dos Caminos, prosiguiendo luego por el camino que lleva a la ciudad de Guarenas.
Una vez que llegaron a la Hacienda de La Urbina siguieron la ruta donde comienza la
Carretera Vieja Petare-Guarenas, transitaron por lo que hoy se conoce como Urbanización
Miranda, San Isidro, subieron por la Avenida Principal de Turumo hasta salir por donde
actualmente está el Módulo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), contiguo al
Polideportivo de Mariches y donde está ubicada actualmente la Panadería Carimao Country.
La marcha pasó por lo que hoy es la entrada de las Tres Jotas hasta llegar a la
entrada actual de la Calle Juan XXIII, de allí se desviaron hacia la actual Urbanización
Turumito y bajaron por la Calle El Pozo, aunque destacados historiadores señalan que el
16
nombre inicial de ésta Calle era El Paso Real, puesto que era la única ruta que conducía
para esa época al oriente de Venezuela; luego siguieron el Paso Real llegando hasta la
ciudad de Guarenas.
Aunque El Padre de la Patria iba a marcha forzada, por el peligro que dejaba atrás, de
seguro respiró el aire puro de montaña, admirando desde Mariches el Pico Naiguatá del
Cerro El Ávila, en definitiva conociendo por vez primera, la hermosa Fila de los Indios
Mariches y el sitio donde en un futuro estaría la comunidad de La Dolorita.
Sería interesante recrear como ruta turística ese paso trascendental de El Libertador
Simón Bolívar por La Dolorita y Turumo, investigando más sobre este importante hecho y
demarcando la ruta, para el conocimiento de propios y extraños que desconocen esta parte
de la historia de Venezuela y en lo particular de la Hacienda La Dolorita.
17
1.2.- SAN LUIS DE LA LIBERTAD DE LOS MARICHES
Según las actas del Concejo Municipal del Cantón de Petare de la Provincia de
Caracas del año 1852, refiere en su memoria y cuenta presentada ante el gobernador de la
Provincia de Caracas “… que existiendo conglomerados sociales que rebasan el número de
habitantes para crear nuevas parroquias pide a esa honorable diputación que proceda a
crear las parroquias de Mariches, Turgua y los Dos Caminos, al mismo tiempo dotarlas de
fondos suficientes para crear una escuela en estas nuevas parroquias…”
Para el año 1853 las actas del Cabildo de Petare ya reflejan la existencia de la
Parroquia de la Libertad de los Mariches, siendo designado como su primer Comisario el
señor Tomás Guevara.
18
Libertad de los Mariches, el señor José Antonio Guevara, donó siete fanegadas de tierra,
aproximadamente unas 40 hectáreas, con el “único fin de formar un templo y un caserío de
habitantes y vecinos que quieran residir en dicho lugar”, de acuerdo con un documento
debidamente registrado.
19
El investigador y vecino de Mariches, Alfredo Canale Simoza, nos refiere en un
comentario escrito en el Grupo de FACEBOOK: “Mariches de Ayer”, que “… El nombre San
Luis de la Libertad [de los Mariches] fue puesto después de la catequización de los indios y
hecho ya una reservación. En la firma de los documentos, la comunidad indígena donó varias
leguas de terreno con la condición de que las poblaren "hombres de buena fe" dejando a la
Iglesia [Católica] como intermediario, es decir la Iglesia [Católica] debía seleccionar esos
colonos. Documento que aún hoy en día coloca la Iglesia [Católica] para decir que los
terrenos son suyos. Y pidieron que se hiciese una Iglesia [Católica] a San Luis de la Libertad
[de los Mariches]. Terreno que fue escogido en donde está la Cancha de Bolas de [la
Urbanización de] Altos de Tomás, por lo que se conoce como "Plan de la Iglesia" aun en
nuestros días”.
… Su nombre proviene de una tribu indígena que hizo una gran resistencia a los
colonizadores españoles, entre sus héroes indígenas se cuenta a Tamanaco brioso
cacique que fue capturado y dado muerte con 44 perros asesinos, su viuda la Princesa
Karimao hizo durante 30 años guerrilla urbana, tomaba los más aguerridos de sus
guerreros e incendiaba las casas de los conquistadores españoles”... La resistencia se
nota en la tardanza en que después de tomado el Valle de Caracas y fundada la
ciudad (1567) no fue sino hasta décadas después (1621) que se fundó Buen Jesús de
Petare y aún después de fundada el temor de los españoles era grandilocuente por los
ataques de la población indígena que incendiaban sus casas.
Con el dominio de la población indígena, por medio de una traición de uno de los
indios, fue sometida la población y esta zona pasó a ser zona de haciendas y cultivo
de café y cacao, aún quedan vestigios de los sembradíos en zonas como Altos de
Tomás, El Roble y Chaguaramas Pueblo.
20
Su toponimia está llena de anécdotas por ejemplo Caballo Mocho quedó como nombre
de la hacienda en la que unos compadres en una pelea a machetes le cortaron la cola
a una bestia que estaba cerca. Existen por lo menos tres zonas con la identificación
Hoyo de los muertos, una en la ahora llamada Hacienda La Virginia en El Roble, una
en ellas de Tomás [Guevara] y otra una quebrada que divide las zonas de La
Haciendita y La Oscurana, este nombre es derivado de la caza de esclavos quienes
tenían como objetivo al escapar de los hacendados de los Valles del Tuy, el sueño de
libertad en llegar a Barlovento, región sin amos blancos. Se establecieron, entonces,
los caza recompensas en las filas y como era paso obligado le daban captura a los
negros evadidos, estos sometidos eran llevados a casas de tortura donde eran
decapitados y con la cabeza en el elforje se dirigían a los Valles del Tuy a cobrar la
recompensa. La cabeza del decapitado era colocado en un mástil frente a la (…)
casona de los esclavos para que al mirarla escarmentaran.
Mariches ha dado cobijo a grandes pensadores, Andrés Bello tuvo una hacienda en
estas tierras, Zamora perseguido por la oligarquía se refugió en una hacienda de las
Filas de Mariches y hasta Uslar Pietri solía tener su sitio de descanso en estos lares.
De esta manera se han ido incrementando los sectores populares con sus carencias
sus necesidades y sus luchas diarias. Cabe destacar que Mariches en pleno siglo XX
se destacó como un sector porcino de importancia nacional, los sectores Altamira, El
Roble, San Rafael, La Lagunita y varios sitios más estaban literalmente llenos de
granjas de cerdos, con el paso del tiempo las ordenanzas municipales y nacionales
han ido trasladando a estas granjas a sectores más aptos en el interior del país.
21
La vergüenza por el nombre radica en el fallecido relleno sanitario, al ser de renombre
nacional era fácil asociar al “marichero” con basura, esta vergüenza por el lugar se ha
ido trasladando como un sentir popular al ser asociado a miseria, pero Mariches
cuenta con una industria próspera, talleres de carpintería, herrería, industrias
metalmecánicas, telares, papeles, en fin un sector industrial pujante con una población
cercana que satisface sus necesidades laborales.
En definitiva puedo cerrar mi intervención con las décimas de un tío que dice:
22
1.3.- CUEVAS LA LIRA O CUEVAS DE GUANASMA
23
Trabajos realizados: En 1948 J. M. Cruxent y el Coronel B. R. Lewis excavaron un
pozo de prueba en esta cueva y obtuvieron material cerámico. No tenemos otras noticias
sobre esta localidad. Todo el material colectado junto a otro de diferentes lugares del área de
Caracas fue clasificado como del estilo El Pinar de la Serie Valencioide (Período IV). En
marzo de 1956, Peris localizó en la vía a Los Teques un yacimiento de superficie donde
obtuvo material similar al de la Cueva de Lira.
24
UTM: 1.155.460 N, 744.680 E, 868 m. s. n. m, zona 19, según la hoja H-48, escala 1: 5.000,
DCN, 1984. Las coordenadas de las cavidades que se exponen a continuación sólo se
presentan en el sistema UTM, por ser el único disponible en el mapa detallado utilizado.
Localización relativa de las cavidades individuales: Apareció en el mapa incluido en el trabajo
de B. URBANI (2000, encarte entre p. 88 y 89). En la presente publicación se establece la
ubicación en relación a la Cueva de La Brújula (Mi.1) publicada en 1967.
En cuanto a la Serie Valencioide: Esta toma su nombre del estilo Valencia del Período
IV, en el área del mismo nombre. Su alfarería posee desgrasante mineral aunque es
considerablemente más áspera que la de la serie Tierroide, no poseyendo las patas
características de esta últimas, sino solamente bases planas o anulares. La forma dominante
de las vasijas es la de la botija globular, en vez de los boles abiertos. No existen dibujos
pintados, estando formada la ornamentación por trabajos relativamente toscos de punteado,
incisión y aplicación, además de apéndices con aplicaciones. Los dibujos son relativamente
sencillos con la excepción del estilo cabecero de Valencia, que posee varios motivos únicos,
derivados al parecer de la serie Arauquinoide, como por ejemplo un rostro aplicado sobre un
25
cuello convexo. A partir del estilo Valencia, se extiende la serie a través de Las Minas hasta
El Pinar, situado este último yacimiento en la cuenca de Caracas, alcanzando la costa en tres
áreas muy separadas, Cementerio Tucacas al oeste; El Topo, en el centro; y Río Chico a
oriente.
Por último también hay informes extraoficiales de la existencia de una cueva que se
localiza hacia el este de las comunidades Betagama e Invasión Emmanuel, en los terrenos
entre la Hacienda Hoyos de Las Tapias y la Hacienda Carimao, al parecer esta cueva, que
se encuentra en un peñón, de aproximadamente unos 20 metros de alto, al que algunos
llaman Peñón de San Antonio o de Carimao, no ha sido explorado o visitado de manera
científica, en su alrededores hay evidencia que el lugar pudo haber sido habitado por un
asentamiento de indígenas de la Nación Mariches, puesto que en algunas de sus rocas
existen morteros para moler alimentos, como el maíz u otros. Asimismo, como a unos cien
metros de ese peñón hay otra formación rocosa de menores dimensiones, con una cueva
que llaman la Cueva del Muerto, cuya entrada se encuentra totalmente bloqueada con tierra.
26
1.4.- LA FIESTA DE SANTA LUCÍA EN LA HACIENDA LA DOLORITA
Según el censo de población del año 1877, ordenado por el ilustre americano general
Antonio Guzmán Blanco, Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, La Dolorita tenía
215 habitantes, en esa época La Dolorita era una posesión dentro de la antigua Hacienda
Turumo de los hermanos Gómez: Simón, Santiago y Matías; la mayoría de esas personas
eran pisatarios que trabajaban en la hacienda como agricultores, recolectores o peones.
En ese entonces La Dolorita tenía las características típicas de una hacienda de café,
una casona con un patio central para el secado del café o el cacao, ubicada a una altura
media de los terrenos, cercana a una fuente de agua natural, río o arroyo; los peones
dormían en barracas y los pisatarios en humildes casas construidas con barro y bahareque
(el remanente de uno de esas casas estuvo, hasta bien entrada la década de 1990, en la
Calle 19 de Abril, seguro muchos la recuerdan pero ignoraban que era una de las antiguas
casas de la hacienda).
27
encontrar algunos vestigios de esa capilla que estaba al comienzo en sentido sur de la
llamada Calle La Iglesia.
Santa Lucía de Siracusa, en los tiempos del emperador romano Diocleciano, sufrió
persecuciones y martirio, convirtiéndose en una mártir cristiana, por lo que es venerada en la
Iglesia Católica, Apostólica y Romana; las fiestas en honor a Santa Lucía suelen celebrarse
entre el 4 y 13 de diciembre de cada año.
La Quebrada Lira, la cual aún desciende desde lo alto de La Dolorita, en sentido norte-
sur, bañaba con sus aguas cristalinas, frescura y canto natural, toda la parte central de la
hacienda y sus alrededores donde abundaba lo verde y el aire limpio. En la naciente de la
quebrada los hacendados mandaron a construir un tanque para surtir de agua pura y limpia a
la casona, los restos de este tanque aún se encuentran en el sector que actualmente se
denomina “El Tanque”. Los peones y pisatarios en su ratos libres gustaban disfrutar
bañándose en la quebrada o en la laguna, aprovechando sus límpidas aguas, para el
consumo y para regar sus mínimas siembras de rubros alimenticios y así alimentar a sus
familiares.
28
En la Hacienda La Dolorita había abundante fauna silvestre, lapas, cachicamos,
picures, venados matacán, rabipelados, ardillas, puercoespines, perezas, matos de agua,
lagartijas, galápagos pequeños, en ocasiones llegaban manadas de báquiros, también aves y
pájaros que con sus trinos alegraban el ambiente.
Los frutos del café llegan a la madurez generalmente entre los 6 a 8 meses después
de la floración para el tipo arábica, y de 9 a 11 meses para el tipo robusta, una vez que los
frutos se encontraban totalmente maduros en la hacienda se daba inicio a la recolección por
parte de los peones, pisatarios y las escogedoras de café, las cerezas se recogían
manualmente cuando estaban en su punto de madurez adecuado. Este paso se realizaba en
el transcurso de varios días, sin que el proceso se paralizara, para obtener la mejor calidad
del grano.
En ese ambiente de hacienda, durante las dos primeras semana del mes de
diciembre, los habitantes de La Dolorita, de otras Haciendas aledañas, de los vecindarios de
la Fila de Mariches, de Santa Lucía, de Santa Teresa y de Ocumare del Tuy, celebraban las
fiestas y le rendían culto a Santa Lucía, una fiesta donde el sincretismo religioso no estuvo
ausente, porque aunque la celebración era en el contexto de una fecha decretada por la
Iglesia Católica el ambiente era de fiesta y jolgorio, donde los juegos, el aguardiente, las
peleas, los enamoramientos, la lujuria y los bailes estaban presentes, y sí se quiere eran los
atractivos principales de la “festividad religiosa”.
Desde el año 1984 Santa Lucía dejó de ser la Santa Patrona de La Dolorita, ahora lo
es Nuestra Señora de los Dolores o simplemente La Dolorosa, tomando en cuenta la
bendición y consagración del Templo de la Iglesia Parroquial San Francisco de Sales de La
Dolorita. La celebración a Nuestra Señora de los Dolores data desde el final del siglo XI,
específicamente en el año 1239, cuando la Orden de los Servitas u Orden de Frailes Siervos
de María (Diócesis de Florencia, Italia) decretó la Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, el
15 de septiembre de cada año, fecha ésta última en la que la Iglesia Católica, en la
actualidad, continúa con la tradición de celebrar la fiesta a Nuestra Señora de los Dolores o a
La Dolorosa.
29
1.5.- LA QUEBRADA LA LIRA
Los historiadores nos enseñan que la Fila de Mariches debe su nombre a los indios de
la Nación Mariche, pues desde la época prehispánica ese territorio le pertenecía, territorio
éste que en la etapa de la conquista, acometida por el imperio español, fue defendido con
ferocidad por los valientes guerreros Mariches, bajo el mando del Cacique Tamanaco.
Algunos investigadores señalan que el significado del término “Mariches” es el de “hombres
de maíz”, pues se sabe que este grano fue ampliamente cultivado junto a la yuca, en el
territorio de los Mariches.
Desde la década de los años 60 la Quebrada La Lira fue embaulada, no solo por su
contaminación, sino también para evitar que en la época de lluvias se desbordara e inundara
las viviendas que fueron construidas a lo largo de la casi totalidad de su cauce en el medio
urbano, y sobre la cual se han fabricado casas que la hacen completamente invisible.
31
Aguas abajo, hacia el sur, en el denominado sector El Guamo, en donde se siguieron
construyendo en el cauce de la quebrada viviendas de uso familiar sin planificación
urbanística, la quebrada aún no ha sido embaulada, por lo que se ha generado problemas de
salud en adultos y niños debido a los altos niveles de contaminación presente en las aguas
de la Quebrada La Lira.
Finalmente, hacemos votos para que las autoridades competentes en los distintos
niveles de gobierno, nacional, estadal y municipal, realicen estudios ambientales y sanitarios,
bridando alternativas de solución a la contaminación de las aguas de la Quebrada La Lira,
así como de sus afluentes, con el objetivo de su saneamiento ambiental y aprovechamiento
de las aguas a futuro. Mientras tanto, también deberían efectuarse estudios al subsuelo de la
comunidad para ubicar manantiales subterráneos que puedan ser aprovechados, a través de
la perforación de pozos de aguas profundas, administrados por el Estado y así surtir
permanentemente de agua potable a la sedienta comunidad de La Dolorita.
32
1.6.- LA PARADA DEL FERROCARRIL EN LA DOLORITA
Cerca de la antigua hacienda cafetalera Lira, actual Urbanización La Lira, Las Casitas,
Barrio 12 de Octubre y el Sector El Guamo, se encuentra una vieja estación y una vía
ferroviaria abandonada, se trata de los rieles que en su momento correspondieron al Gran
Ferrocarril de Venezuela, en su tramo Caracas-Ocumare del Tuy.
Nos indican las fuentes consultadas que la vía ferroviaria Caracas - Ocumare del Tuy
comenzó a construirse hacia el año 1892, partía desde su estación principal Santa Rosa
(actual estación Colegio de Ingenieros de El Metro de Caracas) y cubría la ruta Estación
Chacao, Estación Dos Caminos, Estación Petare, Estación El Encantado, Estación La Lira,
Estación Tusmare, Estación La Envidia, Estación Los Mangos, Estación Arenaza, Estación
Pichao, Estación Boca de Siquire, Estación La Concepción, Estación Santa Lucía, Estación
La Virginia, Estación Santa Teresa, Estación Puente Carrera, Estación San Antonio, Estación
San Francisco de Yare, Estación Tazón, Estación Colón y Estación Ocumare del Tuy, siendo
ésta su estación terminal. El ferrocarril recorría una extensión de 83,30 kilómetros, cruzaba
75 viaductos y puentes y atravesaba 14 túneles.
El General Antonio Guzmán Blanco, en el año 1883, firmó el decreto para el estudio y
construcción del ferrocarril entre Caracas – Valles del Tuy – Cúa. En sintonía con este
decreto presidencial el Congreso de la República de Venezuela, el 24 de mayo de 1884, dio
el visto bueno y aprobación al contrato entre el Ministerio de Obras Públicas (el célebre
MOP) con el señor Reginald Pringle, de nacionalidad inglesa, para que se encargara de la
administración y la construcción de Ferrocarril Caracas – Valle del Tuy – Valle de Aragua –
Valencia.
La vía férrea seguía el curso de agua del caudaloso Río Guaire, lo que supuso un gran
esfuerzo para los ingenieros de la época su construcción, no obstante lo lograron con éxito y
Caracas y los Valles del Tuy estuvieron comunicados por medio del ferrocarril.
Con el ferrocarril las haciendas de café (como la Hacienda Lira y la Hacienda Turumo -
la posesión La Dolorita dentro de ésta- Hacienda Hoyos de Las Tapias, Hacienda Carimao,
33
entre otras), disponían de un medio de transporte moderno y con una gran capacidad para
transportar su producción de café, cacao, caña de azúcar, frutos, verduras y hortalizas,
desde las haciendas hasta los centros de comercio nacionales e internacionales.
Como la Estación Lira se encontraba a orillas del Río Guaire se hacía necesario bajar
las cosechas de la altura en la que se encuentra la Fila de Mariches para así cargarlas en el
ferrocarril, los ingenieros instalaron un teleférico desde la Estación Lira hasta la Hacienda
Guanasma para facilitar llevar la carga de lo alto de la Fila a la estación, así como subir
insumos o materiales requeridos por las haciendas en su labor de producción. Es decir, que
hace más de un siglo en Mariches ya había un teleférico.
Las ruinas del teleférico al que hemos hecho referencia todavía pueden ser vistas a lo
largo de la Quebrada Guanasma, la cual desemboca en la Quebrada La Lira (ésta última
cruza a la comunidad de la Dolorita de norte a sur) hasta desembocar en el Río Guaire, en
cuyas orillas pasaba el ferrocarril y estaba la Estación Lira (las ruinas de la Estación y del
viaducto La Lira todavía se encuentran en ese lugar).
Sin lugar a dudas que el paso del ferrocarril era una señal de progreso y de
comunicación fluida con otras haciendas y centros poblados, lo que seguramente permitió
que las haciendas de la Fila de Mariches prosperaran y aumentaran su producción del
principal producto de exportación de la época, como lo era el café y de otros importantes
rubros, como por ejemplo, mangos, naranjas, aguacates, piñas, cambures, maíz, plátanos,
yuca, frijoles, lechosa, mandarinas, cacao, caña de azúcar, caraotas, ñame, legumbres,
hortalizas, carbón vegetal, leña, cueros, arena, piedras, madera, ganado vacuno, caballar,
mular, asnal, ovino, caprino, porcino y aves de corral.
34
La locomotora nombrada "Santa Lucía", que cubría la ruta del ferrocarril de Caracas a
Los Valles del Tuy, está actualmente en el Museo del Transporte, localizado cerca del
Parque Generalísimo Francisco de Miranda, antes Parque del Este, en la Avenida Francisco
de Miranda, a la altura de Los Dos Caminos.
Don Guillermo José Schael, fundador del Museo del Transporte, aseveró en su
momento que fue “la desidia la que acabó con el ferrocarril” y Don Arcila Farías enfatizó que
fue “el factor económico el determinante” para que se clausurara el ferrocarril. Siendo tales
posiciones complementarias.
Ojalá los vecinos que han fabricado sus casas en los terrenos de la antigua Hacienda
Guanasma y los vecinos del sector El Guamo de La Dolorita, cuyas viviendas se encuentran
construidas en los terrenos de la antigua Hacienda Lira, y próximos a las ruinas de la
Estación la Lira, el Teleférico, Viaducto (Puente), La Lira y rieles, del clausurado Ferrocarril
Caracas-Valles del Tuy, puedan conservar esa parte de la historia local y nacional, de esa
etapa venezolana tan romántica para unos y anecdótica para otros como lo fue el Gran
Ferrocarril de Venezuela, que tal vez por el exceso de petróleo para construir miles de
kilómetros de carreteras puso fin y término a la era de aquellos primeros ferrocarriles que
hicieron sonar sus silbatos, recorriendo, a paso lento pero seguro, los caminos de nuestra
amada Venezuela.
35
1.7.- EL CEMENTERIO DE LA HACIENDA LA DOLORITA
La parcela estaba protegida por una malla metálica y sembrada de grama. Hacia el
lado este y centrada había una cruz católica de mármol gris, sin ningún tipo inscripción o
identificación, más o menos de 1 metro de alto por 1/2 metro de ancho.
Algunos vecinos especulaban que se trataba del lugar donde sepultaban a las
personas que laboraron en la antigua Hacienda Turumo (la Hacienda La Dolorita, se
encontraba dentro de ésta) otros decían que allí estaba sepultado un obrero de la Alfarería
Neverí, la cual se encontraba en el lugar donde luego se construyó el Liceo Mariscal Sucre.
En muchas oportunidades algunos comentaban que habían pasado por ese sitio y que
habían sentido un intenso escalofrío, otros decían que al transitar por allí habían escuchado
voces que los llamaban o que un viento o brisa helada se sentía en ese lugar o que habían
visto sombras o espantos cerca de la cruz.
Con respecto a este cementerio los adultos atemorizaban a los niños y jóvenes
diciéndoles que no debían estar en las calles de noche ni pasar por el frente de ese lugar
porque les podía salir el muerto. Esas primeras generaciones de doloriteños crecieron
36
observando con recelo y temor esa enigmática parcela al lado del antiguo dispensario
médico rural, ya hoy demolido.
En la primera década del siglo XXI el gobierno decide construir en los terrenos del
antiguo dispensario y en el que funcionaba el módulo de FUNDA-COMUN, la Clínica Popular
La Dolorita, siendo el 13 de septiembre del 2005 formalmente inaugurada, la misma se
encuentra “en funcionamiento” hasta la presente fecha.
Hasta el día de hoy no existen investigaciones que traten el tema sobre sí en la Fila de
Mariches, lugar geográfico donde se ubica La Dolorita, existieron cementerios. Se sabe y
esto gracias a las investigaciones de la profesora Suzuky Margarita Gómez Castillo, que el
17 de febrero de 1621, fecha oficial de la fundación del Pueblo de Petare, se demarcó el
lugar donde sería construido el cementerio para dar cristiana sepultura a sus habitantes.
Por otra parte, existen leyendas que narran que los habitantes de las haciendas que
existieron en Venezuela enterraban a sus difuntos en sus propios terrenos o en terrenos
próximos.
37
Asimismo, algunos historiadores señalan que los indígenas (los indios Mariches, entre
ellos) que poblaron el Valle de Caracas, acostumbraban sepultar a sus fallecidos en grutas,
cuevas, cavernas o en barrancos cerca de los ríos y quebradas.
Quién sabe sí una excavación del terreno en el futuro, donde según estuvo ese
particular “camposanto”, compruebe o descarte la leyenda del cementerio de La Dolorita.
38
1.8.- LAS BARRACAS.
Nos acota esta autora mencionada, lo siguiente: “… Con la caída de Pérez Jiménez
llega una nueva “desgracia a La Dolorita”, pues se paralizan en Caracas la política del
concreto y por supuesto la demanda de bloques, la alfarería permanecerá cerrada y es
cuando en 1959 el Concejo Municipal del Distrito Sucre adquiere del Sr. Alfaro la hacienda
con su alfarería mecánica y sus repuestos, los edificios de acero armado (que se van a
convertir en barracas), viviendas para obreros…” (Subrayado nuestro)
Asimismo, la cronista oficial del Municipio Sucre del estado Miranda, licenciada
Deyanira Méndez, en su escrito “Parroquia La Dolorita, Petare, 2003”, destaca, en lo que se
refiere a las “barracas”, lo que sigue: “… En la década de los cincuenta la fábrica allí
instalada va generando un flujo de personas, las cuales han ido abandonando el campo y los
conucos, hasta 1958 la industria de bloques se mantiene, con la caída de Pérez Jiménez
esta fábrica cierra sus puertas, quedando muchas personas sin empleo. Posteriormente el
consejo del Distrito Sucre la adquiere y con el plan de emergencia de Wolfgang Larrazaval
(sic) se inicia nuevamente; ubicando además barracas para los damnificados en las
adyacencias, las barracas fueron insuficientes por lo que comenzaran a proliferar los ranchos
que crecieron prácticamente de manera descontrolada y anárquica…” (Subrayado nuestro).
39
Por su parte, Manuel J. Pinzón D., quien residió en La Dolorita por más de 50 años, en
su libro digital editado y publicado en forma póstuma “Historia de La Dolorita como la vivió
Manuel Jesús Pinzón Duarte”, Caracas, marzo, 2020; nos reseña lo siguiente: “… Los cuales
fueron desalojados y traídos en camiones y patrullas a los galpones de la Alfarería, no sin
antes haber hecho habitaciones con divisiones de cartón piedra de unos 3 x 6 metros, los
cuales eran divididos por los habitantes con cortinas de tela o sábanas, y otros la dividían
con cartones de cajas, esas eran las llamadas barracas, a esas familias le daban cada
quince días una bolsa de comida cruda. - Los hombres, mujeres y niños, no trabajaban ni
estudiaban, porque no tenían donde hacerlo, el transporte no existía, el agua se había
contaminado, las haciendas de café a los alrededores tuvieron que eliminarlas, porque la
gente las saqueaba constantemente; a algunos habitantes de las barracas, los dejaron e
invadieron los terrenos adyacentes con nuevos ranchos, sobre todo a los terrenos que daban
a la carretera principal de Santa Lucía donde pasaba el transporte, otros se quedaron
viviendo en las barracas con más gente que seguía trayendo el Concejo Municipal de Petare,
algunos habitantes se dedicaron al robo entre habitantes, muchos emigraron a su tierra de
origen o invadieron terrenos en el Distrito Federal o Petare…” (Subrayado nuestro)
Ahora bien, el término “barraca” en España tiene la acepción de ser una “vivienda
humilde hecha con materiales de mala calidad que carece de las condiciones mínimas de
habitabilidad”. En Venezuela ese término adquirió un carácter de rechazo y estigma social,
utilizado para referirse despectivamente a quienes por carecer de una vivienda adecuada e
idónea fueron obligados por los gobiernos del pasado a vivir en esas viviendas que no
contaron con las mínimas condiciones de habitabilidad. Es así como en La Dolorita el término
mencionado generó otro término: el de “barraquero”, el cual se utilizaba para referirse en
forma discriminatoria a quienes debieron convivir en “barracas” fabricadas por los gobiernos
de turno debido a su pobreza y bajos recursos económicos. En palabras más sencillas ser un
“barraquero” era como ser menos que un pobre. Esta discriminación social hubo de ser vivida
y sufrida por todas las familias y habitantes de las antiguas “barracas” de La Dolorita.
Los límites espaciales que tuvieron esas “barracas” fueron los siguientes: NORTE: El
Terminal de Pasajeros y Calle El Carmen, SUR: Bajada de la Calle La Ensenada con Calle El
Chorrito I, ESTE: Calle La Ensenada y OESTE: Calle El Chorrito I.
40
Las “barracas” eran cruzadas por una quebrada sin nombre, cuya naciente podría
estar ubicada en la Calle El Carmen, parte alta, siendo un ramal afluente de la Quebrada La
Lira (quebrada principal de La Dolorita), ésta quebrada sin nombre aun debería existir.
Las “barracas” fueron identificadas y ordenadas por veredas y sectores, las veredas
tenían números 1, 2, 3, etc., los sectores se identificaban con las letras A, B, C, etc.,
asimismo, las veredas fueron ordenadas de este a oeste.
Para disponer de las aguas negras y servidas de las “barracas” fueron construidos
sendos pozos sépticos hacia el sur de las mismas, en donde hoy están construidas las casas
ubicadas en la bajada de la Calle La Ensenada con Calle El Chorrito I. Con el tiempo estos
pozos fueron insuficientes para el fin que debieron cumplir. Muchos habitantes de las
“barracas” utilizaban envases que luego eran vertidos en la quebrada que baja de la Calle El
Carmen y desemboca en la Quebrada La Lira por la entrada del Boulevard San Gregorio.
Otros arrojaban sus orines y heces en canales que estaban en las veredas para recoger las
aguas de lluvias y conducirlas hasta la Quebrada La Lira, por lo que las “barracas” estuvieron
impregnadas por olores fétidos que contaminaban todo el ambiente.
Las ventas de cervezas estaban a la orden del día en las “barracas”, así como los
juegos de cartas, abundaba la gente adulta desocupada y los niños y muchachos sin asistir a
la escuela. Todo esto generó muchachos sin estudio ni oficio, dedicados a consumir
diferentes tipos de drogas, así como pega de zapatos, thinner, e incluso las flores de
41
campanas que en ese tiempo abundaban en los alrededores, para fumarlas como cigarrillos,
por lo que la comisión de delitos estuvo a la orden del día en las “barracas” y sus
alrededores. En esa época era famoso un delincuente al que llamaban “El Diablillo”, por
tener las orejas puntiagudas y la cara como un chivo, siempre portaba de manera visible un
cuchillo en su cintura, para atemorizar.
Muchos de los habitantes de las “barracas”, para poder sobrevivir en ese ambiente de
miseria y dejación, tuvieron que recurrir al hurto menor de algunos frutos que todavía se
cosechaban en las haciendas como La Lira, Las Tapias, La Guanasmita y El Sitio, donde
había siembras de café, naranjas, mangos, caña de azúcar, parchitas, chayotes, guamas,
yucas, ñames, cambures, zarzamoras, etc.; otros habitantes, buscaban y reciclaban
alimentos y objetos en el bote de basura, antiguo relleno sanitario de Mariches, donde hoy
está construido el Polideportivo de Filas de Mariches, para posteriormente venderlos.
Algunos como “El Diablillo” se dedicaban al robo de los propios vecinos y en las haciendas y
poblados cercanos.
Como un hecho curioso está la visita que realizó el entonces candidato presidencial
Carlos Andrés Pérez, del partido político Acción Democrática (AD), durante la campaña
electoral para las elecciones presidenciales de 1973 a las “barracas” de La Dolorita. El
candidato Carlos Andrés Pérez efectuó un recorrido de las “barracas”, dando la mano a sus
habitantes, besando viejitas, masajeando las cabecitas de los niños desnutridos, desnudos y
semidesnudos y dando grandes saltos cada vez que a su paso se encontraba un gran charco
de aguas negras. El clamor de los habitantes de las “barracas” era la reubicación inmediata
de todos para mejores viviendas y más cerca de la ciudad. El ex candidato presidencial para
esa fecha lucía melena, patillas largas, pantalón blanco acampanado y camisa manga largas
con dibujos de bacterias y colores psicodélicos, muy de moda en los años 70.
Después de esa visita hecha por Carlos Andrés Pérez, sin aviso y sin protesto, todos
los habitantes de las “barracas” fueron desalojados de las mismas; muchos fueron
reubicados en una urbanización que habían construido en la ciudad de Maracay, estado
Aragua, otros no estuvieron de acuerdo con ir a vivir tan lejos e invadieron terrenos en la
propia Hacienda La Dolorita, algunos se fueron para otras zonas como el Barrio Brisas de
42
Turumo, que recién se estaba fundando. Cuando no quedó un solo habitante en las
“barracas” estas fueron demolidas y se le pasó máquina al terreno. El galpón de la Alfarería
Neverí fue desmontado y demolido en su totalidad, e igual se aplanó el terreno con tractores.
Asimismo, fue cercado todo el perímetro del terreno donde estuvieron las “barracas”,
perímetro que hoy corresponde exactamente al terreno de la U.E.N. “MARISCAL SUCRE” de
La Dolorita.
43
1.9.- LA GALLERA
El laureado escritor patrio Don Rómulo Gallegos, de quien se dice fue propietario de la
Hacienda La Flor de Altamira, que quedaba pasando la Hacienda La Guanasmita, en Fila de
Mariches, en su cuento “Pataruco”, escrito en abril de 1919, nos refiere que en las haciendas
de la Fila de Mariches “… cuando en la época de la cosecha del café llegaban las
bullangueras romerías de las escogedoras y las noches de la Fila comenzaban a alegrarse
con el son de las guitarras y con el rumor de las –parrandas-…” podemos imaginar nosotros
que en esas romerías las “peleas de gallos” también estuvieron presentes.
44
En el apogeo del funcionamiento de La Gallera, cuentan, que dos veces a la semana
había “peleas de gallos” o “desafíos”, los días miércoles, en el que los “adinerados” de la
zona participaban con fuertes apuestas al vencedor, y los días domingos, en el cual era
abierta La Gallera a la población en general.
Bien sea que La Gallera ya existiera cuando La Dolorita era una hacienda de café o
que ésta fuese construida en la transición de hacienda a comunidad, que comenzó a finales
de los años 50 y se prolongó durante las décadas subsiguientes, lo cierto es que La Gallera
constituye un sitio emblemático e histórico de la Parroquia La Dolorita.
Para los doloriteños de las décadas de los años 60, 70, 80 y 90 La Gallera fue un lugar
para el encuentro y el reencuentro, sobre todo entre los hombres, quienes acostumbraban a
criar gallos en los patios o solares de sus casas que luego se convertían en gallos de peleas
que “echaban” a pelear en La Gallera, con una que otra “apuestica en metálico”.
45
1.10.- EL BOTE DE BASURA DE FILAS DE MARICHES
“El Bote”, como se le solía llamar al vertedero de basura, fue un problema heredado
del gobierno del General Marcos Pérez Jiménez, quien a mediados de los años 50 instaló en
las proximidades de la Hacienda La Dolorita unas máquinas automatizadas para reciclar la
basura que se producía en el área metropolitana de Caracas, tal como lo reseña la profesora
e investigadora Suzuki Margarita Gómez Castillo, en su obra “La Dolorita. Ejercicio de
reconstrucción histórica”, Centro Nacional de Historia, 2009.
Los primeros en padecer los problemas ocasionados por el bote de basura fueron los
pisatarios, parceleros y conuqueros de la antigua Hacienda La Dolorita, le siguieron los
damnificados que vivieron en “las barracas” y posteriormente también sufrieron esa
calamidad ambiental los mal llamados invasores de la hacienda.
46
En ocasiones esos gases tóxicos bajaban al nivel de las casas y calles, como una
especie de neblina, que no permitía que las personas y animales pudieran respirar. En el
cielo se observaban bandadas de zamuros a toda hora del día buscando donde hacer sus
nidos, se posaban en los techos de las casas o se les veía caminando tranquilamente por las
calles de La Dolorita.
La naciente comunidad tuvo que aprender a vivir con ese problema que se agravaba
cuando la cantidad de basura era mucha y le prendían fuego, lo cual podía durar días o
semanas, ocasionando que los gases tóxicos aumentaran con la consiguiente proliferación
de enfermedades respiratorias como el asma, las alergias, la bronquitis, la neumonía, entre
otras.
El bote de basura generaba una gran congestión vehicular desde Petare hasta la
entrada del basurero por la cantidad de camiones cargados de basura o escombros que
entraban y salían a toda hora del relleno sanitario, ir o venir de Petare implicaba para los
habitantes una cola de hasta 4 horas debido a la larga fila de camiones que no permitía que
el tránsito por la carretera avanzara de manera normal. No obstante, la comunidad realizaba
denuncias públicas a través de los medios de comunicación social, como la radio y la prensa
escrita, pero las autoridades hacían “oídos sordos” ante los reclamos de la comunidad.
47
Algunos, debido al hambre que padecían en sus hogares, recogían de los camiones
de basura que prestaban servicio de recolección en supermercados, abastos, fábricas de
alimentos, bebidas o golosinas, parte de esos “alimentos” para consumir en sus casas;
aunque parezca increíble, había personas que recogían pollos en mal estado y los lavaban
con legía, para hacerlos “comestibles”, huevos que eran sancochados y lo que estaba en mal
estado era retirado y se comían lo que supuestamente estaba en “buen estado”, y así hacían
con las frutas, vegetales, verduras, hortalizas y todos los productos alimenticios que eran
tirados a la basura, por estar vencidos, abiertos, o con defectos en los empaques. Con las
bebidas como los jugos, chicha, chocolate o refrescos se hacía lo mismo. Hubo casos de
productos alimenticios, golosinas y dulces recolectados en el bote de basura que luego eran
vendidos de manera inescrupulosa por algunos bodegueros de la comunidad, haciéndolos
pasar como productos en perfecto estado, cuando lo cierto era que provenían de la basura.
Esos mismos recicladores también recogían ropas, zapatos, juguetes y todo aquello que les
pudiera servir en sus hogares y a sus familiares. En definitiva con el bote, se estableció una
subcultura y modus vivendi que giraba alrededor de la basura.
La llegada de los Hijos de Don Bosco o mejor conocidos como Salesianos, que se
hicieron cargo de la Pastoral de La Dolorita, constituyendo la Parroquia San Francisco de
Sales, hacía el final de la década de los años 70, trajo consigo un liderazgo emergente de la
Iglesia Católica en la comunidad de La Dolorita, encabezado por el Padre y Sacerdote de
Don Bosco Luciano Costalunga.
48
Lamentablemente años después el problema del bote de basura regresó a la Fila de
Mariches con la puesta en funcionamiento, en el sector Vista Hermosa, de la carretera
Petare-Santa Lucía, de una “planta de transferencia de basura” que generó problemas
parecidos a los que padeció la comunidad de La Dolorita por casi 30 años. Ahora, las
comunidades afectadas eran el Barrio Vista Hermosa, Barrio Julián Blanco, Zona 5 del Barrio
José Félix Ribas, Barrio Bolívar y hasta la Urbanización Palo Verde, pues la basura que llega
a esa planta de transferencia en la práctica se convirtió en un nuevo “Bote de Basura” de la
Fila de Mariches, causando graves problemas ambientales en las comunidades
circunvecinas y en general al ambiente.
49
1.11.- EL LICEO DE LA DOLORITA
La creación del Liceo Mariscal Sucre de La Dolorita satisfizo una necesidad sentida de
la comunidad de La Dolorita y de las comunidades vecinas, como Mariches y Turumo, puesto
que en toda la zona no existía, para entonces, una institución educativa pública donde los
alumnos egresados de la educación primaria pudieran continuar y culminar sus estudios del
bachillerato o secundaria, aunque desde mediados de los años 70 ya se había proyectado la
construcción de un liceo en los terrenos donde estuvieron ubicadas “Las Barracas” que
albergaron por años a damnificados de los torrenciales aguaceros caídos en las zonas
marginales y pobres de la ciudad de Caracas en esa época y donde estuvo instalada la
alfarería de bloques de arcilla, en lo que antes fue una hacienda de café y de sembradíos de
diferentes frutos.
50
Sí bien era cierto que la sede en construcción del liceo estaba en mejores condiciones
que la sede de la Escuela Básica Jermán Ubaldo Lira, la del liceo no se encontraba en
óptimas condiciones, aunado al hecho, como se dijo antes, que todavía existían partes que
no habían sido construidas totalmente.
Durante aproximadamente 3 años el tercer piso de la sede del liceo era utilizada por
los escolares de la primaría para realizar sus necesidades fisiológicas, con el agravante que
aún en construcción personas extrañas también se introducían en la sede y realizaban
vandalismo, robando partes eléctricas y sanitarios.
Los estudiantes y los profesores fundadores del “Liceo Creación La Dolorita” tuvieron
que enfrentar múltiples obstáculos y dificultades, los estudiantes en su aprendizaje y los
profesores en la enseñanza de sus conocimientos, por la falta de agua potable, por falta de
baños bien equipados, por fallas de las instalaciones eléctricas, cloacas obstruidas, falta de
vigilancia, de personal de limpieza, de materiales didácticos, de materiales de oficina, de
laboratorios de biología, por los actos de vandalismo y saqueo de personas inescrupulosas,
por la falta de seguridad para alumnos y profesores, entre otras carencias no menos
importantes que adolecía el liceo en sus inicios.
Aun así, con todas las dificultades y carencias existentes, las autoridades de la
institución, profesores, padres, representantes y alumnos insistieron que aquel logro, por
años esperado, de la puesta en funcionamiento de un liceo en la comunidad, en el que los
muchachos egresados de la escuela primaria de la zona pudieran dar continuidad a sus
51
estudios, no se perdiera y permaneciera en el tiempo hasta nuestros días. Aunque hoy en
día, tal vez, no se reconozca aquella generación de profesores y estudiantes son
indudablemente héroes anónimos.
La primera protesta realizada por las autoridades del liceo, profesores, padres,
representantes y estudiantes, en esos primeros años de fundación, fue ante el propio
ministro de educación y frente a su sede, en la Esquina de Salas. Todo el liceo se movilizó
en autobuses a tomar la sede del Ministerio de Educación para exigir que se dotara al liceo
de manera adecuada y se hicieran las reparaciones necesarias en el mismo. En esa
oportunidad fue recibida por el Ministro de Educación una delegación compuesta por las
autoridades del plantel, la directiva de la sociedad de padres y representantes y una
representación de los estudiantes, y esto gracias a que frente al ministerio los asistentes
protestaban trancando la calle, desplegando pancartas y vociferando las exigencias para
mejorar el “Liceo Creación La Dolorita”. Esta protesta generó frutos y resultados a mediano y
a largo plazo.
Gracias a los buenos oficios de las autoridades y padres y representantes del liceo,
poco a poco algunas cosas medianamente se fueron solventando y el liceo avanzaba en su
noble y loable misión de formar bachilleres de la República; por supuesto con muchas
carencias que todavía no tenían solución.
52
Sucre; funcionaba el ciclo básico y el ciclo combinado con las menciones de ciencias y
humanidades.
Una de las principales falencias del liceo de ese entonces era la falta de laboratorios
bien dotados de biología, física y química y la falta de materiales para la asignatura de
comercio. Luego de exigirse por años que se construyeran y dotaran esos laboratorios se
logró que la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE) los construyera a
mediados del año 1986, pero sin dotación alguna. Los futuros bachilleres en ciencias, que se
graduaban en ese año, sólo conocían los instrumentos que los propios profesores de
química, física y biología llevaban al liceo en las horas de laboratorio para dictar sus
respectivas cátedras.
Ante esa situación el movimiento estudiantil del liceo, organizado en una asamblea de
delegados de cursos, con el conocimiento anticipado que el Presidente de FEDE acudiría al
liceo a inaugurar esos laboratorios pero sin dotación, planificó una enérgica protesta
estudiantil. Al principio hubo toda una discusión entre los líderes de los estudiantes acerca de
sí era pertinente su realización dentro de La Dolorita, alejado del centro de Caracas y de los
medios de comunicación social; sobre la conveniencia o no de quemar cauchos o unidades
de transporte, como sucedía en otras protestas en esa época, sabiendo que varios
estudiantes tenían padres que eran propietarios o dueños de unidades de transporte que le
prestaban servicios a la comunidad y por ende a los propios estudiantes.
53
permanecerían en el mismo con el presidente de FEDE y el equipo que lo acompañaba,
hasta tanto se firmara un acta donde se comprometiera a dotar los laboratorios y resolver
otros problemas del liceo, esta acta sería firmada en conjunto con las autoridades del liceo,
una comisión de profesores y de estudiantes.
54
policial y los policías en motos que habían logrado entrar a La Dolorita, visto el nivel de
agresividad y desproporción con que actuaban y con la advertencia que sí algún policía
lastimaba, lesionaba o detenía a algún estudiante o profesor él sería directamente
responsable.
Este relato siempre será parcial y no completo dado que los protagonistas de aquella
protesta estudiantil tienen su propia visión y conocimientos acerca de las incidencias y
ocurrencias durante la misma.
55
1.12.- LAS BOLAS CRIOLLAS EN LA DOLORITA
El juego de bolas criollas es un deporte nacional desde 1946. Se dice que fue un fraile
de origen español quien lo trajo a esta tierra de gracia, en la época de la conquista, por lo
que es un deporte que se práctica en todo el territorio patrio y en el continente americano.
El señor Pablo Baptista, en su casa que construyó en la Calle La Ensenada, fundó una
bodega donde vendía alimentos, frutas, vegetales, velas de sebo, tabacos de Cumaná y
guaicaipuros, cigarrillos, fósforos, chimó llanero, dulces, refrescos, cervezas, licores,
kerosene, entre otros productos; en la parte posterior de dicha casa construyó una cancha de
bolas criollas muy popular en La Dolorita entre los jugadores y aficionados a este deporte. En
esa cancha se jugaron importantes torneos y campeonatos de bolas criollas en los años 60,
70 y parte de los 80, enfrentándose equipos locales y de otras comunidades, todos
reconocidos por la Federación Nacional de Bolas Criollas y Bochas. Durante la realización de
los juegos oficiales de bolas criollas en esta cancha los deportistas no podían consumir
alcohol, aunque en ocasiones era inevitable que se metieran su “guamazo” de aguardiente.
Esta última costumbre muy común en los juegos de bolas criollas, en el clímax del partido o
56
juego, generaba peleas en donde volaban por sobre las cabezas las botellas de cerveza por
el desacuerdo con alguna violación a las reglas del juego o simplemente porque el alcohol
hacía su efecto. No obstante, ello no era culpa del deporte ni de sus organizadores, sino de
la responsabilidad individual de algunos jugadores o aficionados generadores de conflicto o
peleas. Esta cancha fue cerrada con el pasar del tiempo.
Otro destacado promotor de este deporte lo fue el señor Hugo Márquez, quien en su
casa ubicada en la Calle El Chorrito I construyó en un patio una cancha de bolas criollas y en
adjunto una especie de bar donde se expendía cervezas, bajo licencia, a quienes concurrían
a ese establecimiento, principalmente los días viernes y sábados, a jugar una partida de
bolas criollas y a disfrutar de una refrescante polar o zulia. En esta cancha también se
celebraron importantes campeonatos, avalados igualmente por la Federación Nacional de
Bolas Criollas y Bochas, con los inconvenientes eventuales que produce la ingesta de licor
en algunas personas con mala bebida. Esta cancha, al igual a la del señor Pablo de la Calle
la Ensenada, fue cerrada.
57
Puede ser que existan otras canchas de bolas criollas, digamos construidas de
manera improvisada en alguna casa o terreno de La Dolorita, para uso familiar o grupal, pero
sin el brillo y la historia de las canchas de bolas criollas pioneras de este deporte en La
Dolorita, sin embargo, aupamos para que se formalicen como canchas de bolas criollas de
acuerdo al reglamento de este deporte dictado por la Federación Nacional de Bolas Criollas y
Bochas y se rescate esta tradición de los doloriteños y de los venezolanos en sentido
general, con la formación de clubes de hombres y mujeres que practiquen este deporte en
forma regular, para el sano disfrute y esparcimiento de las viejas y nuevas generaciones de
doloriteños y doloriteñas.
Algunos jugadores de bolas criollas famosos en esas décadas, conocidos por sus
nombres o apodos, fueron: Gabriel Vera, Pastor Vera, Pimentel, Argenis (Caraota), Francisco
Esteves, José María (El Burro), “Tarzán”, Battá, “El Correcaminos”, Enrique “El Ronco”, “El
Negro Machado”, ”Cara e` Guante”, Catalino Torrealba, José Zamaro, Nao, “Chaquetón”,
“Campesino”, el Señor Félix, “El Gordo Arnoldo”, Evelio Campos, Julio “El Huevero”, El Negro
Argelio, entre muchos otros que escapan a la memoria.
58
1.13.- ¡VAMOS A BUSCAR MANGOS!
Hay autores que indican que la fruta del mango es originaria de la India. Se piensa que
los navegantes y conquistadores portugueses fueron los primeros en traer el mango al
continente americano, específicamente a Brasil, de allí se esparció a los países tropicales de
América; algunos creen que fueron los conquistadores y colonizadores españoles que lo
llevaron de Filipinas hasta México.
59
Puerto Cabello hacia el año de 1849 y el Botánico Adolfo Ernst indicó que pudo ver mangos
en 1869 en la ciudad de Caracas.
Existen variedades de mangos, el botánico Henri Pittier señaló las siguientes: mango
verde de hilacha, grande de hilacha, de bocado, mango jobo, mango piña, manga de hilacha,
y de agua, entre otras.
La mayoría de los árboles o matas de mangos, que existieron y las que puedan
quedar en las antiguas haciendas cercanas y en la propia comunidad de La Dolorita
corresponden a la variedad de mango de hilacha.
Los muchachos que se dirigían hacia las haciendas Paso Fino, Maturín, Turumo,
Carimao o Caiza, al pasar cerca de la quinta del famoso capitán Barreto debían guardar
silencio y pasar casi agachados para no ser visto por el capitán, personaje éste que tenía a
su cargo el vender las parcelas de la antigua Hacienda Turumo. El capitán cuando avistaba
grupos de muchachos de inmediato telefoneaba a la Guardia Nacional para que los capturara
y desalojara de esos terrenos. Por cierto, muy llamativa era la colección de autos Cadillac
60
que tenía el capitán Barreto y que tanto fascinaba a los muchachos, quienes a todo riesgo se
atrevían a contemplarlos de cerca, so pena de ser sorprendidos por el famoso personaje.
Sí el objetivo eran las matas de mangos de las haciendas La Lira y El Sitio el riesgo
era ser visto por los guardias nacionales adscritos al comando de esa fuerza militar que
estaba ubicado en las Canteras Las Marías de Lira, quienes al detectar grupos de
muchachos los detenían y les daban tremendo susto. Y, en el caso de la Hacienda de Hoyos
de Las Tapias era aún más riesgoso, porque había una señora que cuando sentía
muchachos recogiendo o tumbando mangos o naranjas en su hacienda tomaba una
escopeta y disparaba al aire.
Sin embargo, con todos los riesgos que los jóvenes tomaban, el lograr llevar a casa
una bolsa o saco de mangos entre verdes y maduros y vivir la aventura de ir a buscar
mangos en grupo y disfrutar de la naturaleza y de una buena comilona de mangos de
hilacha, generaba emoción. A pesar de las reprimendas que se recibieran de parte de los
padres valía la pena la aventura cada vez que se presentaba la oportunidad.
En las casas para esa época era típico la jalea de mangos o jugo de mangos, cuyo
olor impregnaba las calles y sectores de La Dolorita. El mango siempre estaba disponible en
los hogares para degustarlo y saborearlo, en cualquier ocasión. El ir a buscar mangos, se
prolongaba durante toda la temporada de este valioso y delicioso fruto tropical.
El célebre naturalista Henri Pittier solía decir que “… los venezolanos no necesitan
trabajar para comer, con los mangos ya tienen suficiente…” (Cualquier parecido con la
realidad actual es solo mera coincidencia), destacando éste científico la bondad de los
deliciosos mangos, cuyas matas se pueden encontrar sembradas en la casi totalidad del
territorio de Venezuela.
61
1.14.- AQUELLOS PAPAGAYOS EN EL CIELO DOLORITEÑO
El juego de volar papayos se originó en China, 1200 años antes de Cristo, y eran
llamados como "pájaro del viento" o "arpa del viento", no obstante, inicialmente no era un
juego sino un artefacto utilizado por los militares chinos para señalar objetivos o ubicación.
De China llegó a España y de ese reino fue traído a Venezuela por los conquistadores y
colonizadores.
Los meses de agosto a diciembre eran los mejores para el vuelo de papagayos porque
eran los meses con más viento, lo que facilitaba el remonte en el cielo de los papagayos.
También, los cerros y colinas permitían elevarlos en forma rápida, aunque desde lo plano
igual se podían volar.
62
Los pagayos puestos en vuelo desde los sectores mencionados, ya en el aire, se
enfrentaban entre sí, para ello en sus colas algunos colocaban hojillas de rasurar en forma
de cruz (“cruceros”, como les decían popularmente), para cortar el pabilo o nylon conductor
del papagayo adversario y que éste se “fuera a la isla o a la ila”, como decían popularmente,
es decir, se alejara sin control de su dueño y cayera en algún lugar, y el que se lo encontrara
era suyo. El que "se fuera a la isla o a la ila", significaba que tenías que correr bastante hasta
el sitio donde se calculaba que iba a caer el papagayo para evitar que otro se adueñase de
él.
También el duelo entre papayos se daba midiendo la resistencia del pabilo o nylon, la
fuerza que se le imprimiera en su manejo, la estrategia en el vuelo y un poco de suerte. El
vencedor enredaba al papagayo objetivo y lo llevaba en pleno vuelo hasta el lugar de donde
se volaba el papagayo, lo que generaba en ocasiones reclamos del perdedor, quien se dirigía
hasta el lugar donde se encontraba su contrincante pidiendo la devolución de su papagayo y
ante una negativa se producían discusiones y peleas que conllevaba hasta la destrucción
total de los papagayos. Igualmente, otra situación que debía sortear el que volaba un
papagayo era el riesgo de las llamadas "atarrayas" que consistían en una piedra que iba
atada a un pabilo o nylon, le lanzaban la piedra al pabilo del papagayo objetivo y con el
pabilo atado a la piedra arrastraban el papagayo “atarrayado” a tierra y se apropiaban de él.
Estás "atarrayas" también se hacían con dos piedras atadas a un pabilo o nylon, les decían
"morochas" el peso de las dos piedras atadas a un pabilo arrastraba al papagayo
"atarrayado" a tierra.
Los muchachos con menos recursos para fabricar un papagayo debían ir a hasta un
helechal que quedaba en la antigua Hacienda La Lira o en otro que estaba en la Hacienda
Carimao, a buscar veradas falsas, que eran los tallos de los helechos secos, de color marrón
oscuro o castaño, no tan largos como los de la caña amarga pero con lo que hacían la
estructura de los papagayos, no tan grandes y coloridos; asimismo, debían buscar una bolsa
de hule, sí era en las que venían las ropas de las tintorerías mejor y a falta de éstos se podía
utilizar cualquier bolsa de plástico disponible, más o menos del tamaño del armazón del
papayo; por lo general este tipo modesto de papagayo se volaba con solo pabilo y su cola
era hecha con telas viejas, cortadas en tiras. Lamentablemente en los enfrentamientos entre
63
papagayos en el cielo doloriteño éstos últimos siempre perdían la batalla en el aire, dada su
fragilidad y lo modesto de los materiales con los que estaban fabricados.
El juego o el vuelo de los papagayos era disfrutados por igual entre grandes y chicos,
por supuesto quienes los fabricaban y luego los volaban tenían un disfrute pleno; se invertían
horas en el vuelo de papagayos. Los espectadores, que eran la mayoría, disfrutaban ver el
cielo lleno de papagayos multicolores y disfrutaban viendo las batallas aéreas que
usualmente se daban entre papagayos.
Los jóvenes doloriteños fabricaban un mini papagayo, muy original, al que llamaban
“picúa”, más por la forma de pico que por la acepción o significado de la palabra. Esta
“picúa”, se hacía con una hoja de papel de cuaderno, al que se le daba una forma de cometa,
parecida a una pequeña ala delta, se le colocaba frenillos y una cola con pabilo, no muy larga
y se utilizaba para su vuelo un carrete de hilo de coser ropa. Algunas de estas “picúas” se
remontaban a una altura considerable utilizándose varios carretes de hilo, pero debido a su
poca resistencia al viento, solían desbaratarse en pleno vuelo.
64
1.15.- LOS CARNAVALES EN LA DOLORITA
El origen del carnaval podría estar en las fiestas paganas dedicadas al dios Baco (dios
romano del caos). No obstante, de acuerdo con algunos estudiosos, los inicios de esta
celebración podría estar en la Sumeria o en el antiguo Egipto desde hace más de 5 mil años
antes de Cristo. Desde el Imperio Romano estas fiestas se extendieron a Europa y desde allí,
por intermedio de los conquistadores españoles, al continente americano.
Las primeras generaciones de doloriteños, en las décadas de los años 60, 70 y 80,
realizaron fiestas o celebraciones carnestolendas distintas a las que hoy en día se pueden
observar en la comunidad de La Dolorita. Esta comunidad desde su fundación siempre ha
contado con excelentes músicos, cantantes, declamadores, parranderos, gaiteros, salseros,
boleristas, cultores, bailarinas y hermosas jóvenes reinas del carnaval doloriteño. La cultura
general doloriteña también ha evolucionado en el tiempo y el carnaval, en cuanto a su
celebración, no es la excepción.
65
Los organizadores de los carnavales de La Dolorita por lo general eran los doloriteños
vinculados a la cultura y a la política dentro de la comunidad, los comerciantes locales
también contribuían con las celebraciones del carnaval. En el sitio escogido por los
organizadores se desplegaba una enorme tarima o templete de carnaval, se colocaban
kioscos para la venta de cervezas, se decoraba todo El Terminal con guirnaldas, banderines,
globos de colores y una gran pancarta, se contrataba un equipo de sonido con todos sus
accesorios y operadores, se le solicitaba a la Policía Metropolitana y al Movimiento Scouts de
La Dolorita la colaboración para mantener el orden durante la celebración, a eso de las 5 o 6
de la tarde del lunes de carnaval se escuchaba en toda la comunidad las usuales y
acostumbradas pruebas del sonido y los ensayos de los grupos musicales que tocarían una
vez se le diera inicio formal a la celebración.
Al principio se colocaba música, la favorita en aquella época era la salsa brava y los
tradicionales tambores de Barlovento, luego se realizaba el concurso para elegir a la Reina
del Carnaval, donde había derroche de belleza pues las jóvenes doloriteñas siempre han
sido y son hermosas. Muy recordada es Laura Primera, Reina del Carnaval de La Dolorita,
por varios años, se dice que vivía en la Calle Los Mangos, una hermosura de mujer, digna
representante de la comunidad de La Dolorita. En ocasiones, también en un breve y rápido
acto de elección, se escogía al Rey Momo del carnaval, un personaje no menos importante
que no podía faltar en la celebración. Cumplida esta ceremonia, ya la Reina del Carnaval
juramentada con cetro y corona, declaraba solemnemente abierta la celebración del
carnaval, arrojando caramelos, papelillos y mascarillas al público presente.
66
Durante toda la semana de carnaval La Dolorita estaba de fiesta y pachanga, todo en
sana paz y armonía, a veces habían incidentes con alguno que otro que se pasaba de tragos
y formaba peleas, pero que los organizadores sabían controlar. A la par de estas fiestas
nocturnas, durante el día, había desfiles por las calles de la comunidad, con grupos de
danzas folklóricas, las tradicionales “Burriquitas”, los payasos y saltimbanquis, hombres que
se disfrazaban de “negritas”, como el famoso señor Rivero de Las Casitas de La Lira. La
Reina del Carnaval era paseada en una carroza por las calles principales de La Dolorita,
repartiendo golosinas y caramelos y arrojando papelillos a su paso. En fin, una celebración
de sano esparcimiento y disfrute colectivo.
Llegado el día domingo, la celebración era más corta y al término de la misma la Reina
del Carnaval declaraba culminada la fiesta hasta el próximo año.
En las comunidades populares también existe una forma de “celebración” del carnaval,
sí es que se le puede llamar así, diametralmente distinta a la descrita anteriormente. O sea,
más que una celebración realmente es un bochinche. Eso no es otra cosa que la antigua
costumbre que proviene desde la Venezuela Colonial, de acuerdo con los historiadores, y
que consiste en juegos rudos, salvajes y hasta irrespetuosos, donde algunos arrojan agua
(limpia o sucia), pinturas, huevos, polvos (cal o talco) y otras sustancias y hasta inmundicias
a los desprevenidos transeúntes en las calles. Esta lamentable práctica, estuvo de moda en
aquellos años y aún en el presente se registran situaciones como esas.
67
Actualmente en La Dolorita se sigue celebrado el carnaval, pero ahora en los
templetes o tarima se escuchan ritmos modernos, en vez de salsa brava o salsa vieja o con
los tambores de Barlovento, lo cual no significa que sea malo o bueno, simplemente es una
manera de celebración a la que ha evolucionado el carnaval doloriteño. Se mantienen los
grupos de danzas folklóricas y de otros géneros, las muy importantes y tradicionales
“Burriquitas de la Dolorita”, en los colegios e instituciones educativas se eligen cada año a
una reina del carnaval. En otras palabras, la celebración del carnaval en La Dolorita continúa,
con algunas variantes.
“¡Bochinche, bochinche!
Esta gente no es capaz sino de bochinche”.
68
1.16- LA QUEMA DE JUDAS
Con respecto al suicidio del traidor Judas existen dos versiones bíblicas: 1) El
Evangelio según San Mateo, capítulo 27, versículo 5, señala que éste, angustiado por la
traición, se ahorcó en un árbol y, 2) En el Libro de Los Hechos de los Apóstoles, capítulo 1,
versículo 18, indican que Judas con las 30 monedas de plata compró un campo tirándose
luego de cabeza, se reventó y quedaron desparramadas sus entrañas en aquel campo,
posteriormente, los habitantes de la ciudad Santa de Jerusalén, llamaron a ese lugar como
“Campo de Sangre”.
Existe una versión criolla sobre los inicios de esta costumbre en Venezuela, y es la
que refiere que una de las primeras quemas de un “Judas”, se llevó a cabo en la ciudad de
Cumaná, hacia el año 1499, caracterizado este Judas por el conquistador Américo Vespucio,
debido a que este personaje histórico intercambió espejitos y baratijas por perlas a los
indígenas e hizo que le fabricaran un barco, el cual, una vez construido, se marchó y nunca
volvió, razón por la cual los indígenas hicieron un muñeco emulando a Américo Vespucio,
69
prendiéndole fuego al mismo en el lugar donde moró el conquistador, danzando al ritmo de
los tambores.
Algunos consideran que “la quema de Judas” hoy en día tiene una interpretación
simbólica que es el de dar culminación a la Cuaresma garantizando la resurrección de Cristo
en el venidero año. El otro significado simbólico que se le atribuye a esta costumbre es
atinente a la justicia popular en la que el pueblo humilde y pobre manifiesta su inconformidad
hacia personajes públicos como políticos y altos funcionarios del Estado, por hechos de
corrupción, falsas promesas o haber adoptados medidas atentatorias al bienestar y calidad
de vida del pueblo.
70
primeros años había mucha unidad entre los habitantes en La Dolorita por lo que solo se
realizaba un acto central en El Terminal para la quema de un Judas en la que participaba
casi toda la población de entonces.
Con el pasar de los años la unidad comunitaria que había se fue desintegrando, y
empezaron los partidos políticos tradicionales a intervenir en la vida socio-comunitaria, y con
ello sobrevinieron los desacuerdos con respecto al Judas que se iba a quemar. Los
habitantes copeyanos gustaban quemar Judas adecos y éstos a Judas copeyanos, por lo
que empezaron a quemarse no un Judas sino varios y en distintos lugares de la comunidad,
tendencia ésta última que se mantiene hasta el presente, por supuesto con nuevos actores,
nuevos partidos políticos y nuevas ideologías.
71
argumento que es “Pa´ la quema de Judas”, siendo que ese dinero es utilizado en cosas
ajenas a un acto tradicional como es “la quema de Judas”, el día Domingo de Resurrección.
72
1.17.- EL CARACAZO
Entre las informaciones que llegaban a La Dolorita estaba la noticia que la población
de Guarenas había comenzado a saquear algunos comercios y a incendiar unidades del
transporte público, hasta ese momento todo indicaba que las protestas se circunscribían
solamente a Guarenas.
Pasado el mediodía los medios de comunicación daban cuenta que en algunos puntos
de la ciudad de Caracas había focos de protestas con quema de cauchos, basura, autobuses
y camionetas que prestaban el servicio de transporte público a la ciudadanía.
Estos doloriteños a viva voz comunicaban todo lo que habían tenido que caminar y
sortear en Caracas y Petare para poder llegar a salvo a la comunidad. La mayoría de las
personas caminaron desde el sitio donde se encontraban hasta La Dolorita, por la vía de
Palo Verde, los que vivieron esos días siempre recordarán las multitudes subiendo por la
Avenida Principal de Palo Verde para llegar a la Carretera de Mariches y así poder llegar a
La Dolorita y a Mariches. Ya a esa hora, 6 de la tarde aproximadamente, las personas que
subían por Palo Verde hacia La Dolorita presenciaban los acontecimientos en donde
actualmente está la Estación de El Metro de Palo Verde y El Metro Cable, allí fallecieron
muchas personas de manos de los militares y cuerpos policiales de la época.
74
que saquearan los comercios, con el argumento que no iban que tener que comer porque los
comerciantes no abrirían sus negocios o venderían los alimentos a precios caros para que la
gente pagará más, debido a la escasez que se avecinaba.
Los saqueos en La Dolorita, una vez que comenzaron en la tarde- noche del día lunes,
27 de febrero, continuaron los días martes 28 de febrero y miércoles 1ero de marzo, en
forma ininterrumpida.
75
de queda. El gobierno nacional movilizó tropas militares desde el interior del país hasta
Caracas para que controlaran la alteración del orden público interno de la ciudad, utilizando
la fuerza letal incluso.
76
llevadas a cabo por los militares en La Dolorita pagaron justos por pecadores porque hubo
casos de jóvenes estudiantes asesinados por disparos de F.A.L. supuestamente por violar el
toque de queda o no atender la voz de alto de los militares. Esta situación de represión en
contra de la comunidad de La Dolorita se mantuvo por al menos una semana y hasta que fue
levantado el toque de queda y fueron restablecidas las garantías constitucionales.
77
Mitos y Leyendas
Relatan estas personas que cuando eran niños, de aproximadamente 10-12 años de
edad, vivían junto a sus padres y hermanos en La Dolorita, recuerdan que un día uno de
ellos estaba durmiendo en la sala de la casa porque tenía dificultad para dormir, cuando a
eso de la medianoche comenzó a sentir un ruido muy sonoro, con un gran eco, un estruendo
que parecían pasos muy fuertes de algo muy grande, tal vez un animal o criatura
desconocida, que provenían del sector Matapalo.
Señala que escuchó atento ese ruido porque era fuerte y producía una especie de
eco, de repente empezó a oírlo con más atención y captó el sonido en forma rítmica de
pasos pero muy fuertes, como los que produce un animal inmenso, parecidos a los pasos de
dinosaurios de las películas, o algo así. Sintió los pasos que pasaban por la calle frente a su
casa y sintió luego que los pasos se alejaban; por el ruido podía captar exactamente por
donde iban esos pasos tan sonoros, según relata se dirigieron rumbo a la Calle El Chorrito,
disminuyendo el sonido a medida que se alejaban, después no se escucharon más en la
lejanía.
Cuenta que esos pasos misteriosos al principio no le dieron miedo, pero cuando se
escuchaban exactamente frente a su casa un escalofrío fantasmal le recorrió todo el cuerpo
78
sintiendo mucho miedo, lo cual le hizo correr buscando refugio en uno de los cuartos donde
se encontraban sus hermanos durmiendo.
Lo curioso del caso es que el resto de sus familiares no escucharon nada ese día,
aunque hablando con su mamá ésta le dijo que esos pasos siempre se han escuchado en La
Dolorita pero que no los oye todo el mundo al mismo tiempo.
Nos continúa diciendo este doloriteño que unos años después, tenía
aproximadamente 15-16 años de edad se encontraba viendo televisión en la sala de su casa
junto a uno de sus hermanos a la medianoche, repitiéndose la experiencia escalofriante del
sonido de los pasos que había escuchado de niño; de nuevo comenzó a escuchar los pasos
misteriosos, pero está vez su hermano también los estaba escuchando, ambos escucharon
atentos y notaron que el ruido de los pasos venía del sector Matapalo, se escucharon frente
a la casa, yéndose por la Calle El Chorrito, posterior a esto les invadió un escalofrío
espantoso en el cuerpo, lo que produjo que ambos en el acto saltaran a la cama a
esconderse.
Ellos cuentan que otros de sus hermanos también en alguna ocasión escuchó esos
pasos monstruosos pero que no relató el hecho por temor a que no le creyeran.
79
1.19.- EL ESPANTO DE LA CARRETERA PETARE- SANTA LUCÍA
80
esto para no ser atacado por delincuentes que merodeaban esa carretera en la caza de
conductores desprevenidos.
Cuando el “Jeep” cruzó por el frente de la entrada del Monseñor Arias, el conductor
mira por el retrovisor del vehículo para ver sí distinguía aún al hombre que hace unos
minutos había visto caminando en la carretera, teniendo en ese momento una experiencia
escalofriante, debido a que de manera inexplicable ese hombre tenebroso estaba viajando
con él, colgado en la parte trasera del “Jeep”, ya que divisó el brazo, la mano sujetándose al
“Jeep” y la chaqueta del individuo, por lo que se le heló la sangre y se le puso la piel de
gallina. Estando en ese trance atina a volver la vista a la carretera y se da cuenta que el
“Jeep” va directo a un precipicio que estaba antes de lo que se conoce hoy en día como
Caballo Mocho, logrando retomar el camino; al ver de nuevo por el retrovisor el misterioso
personaje ya no se encontraba colgado en el vehículo, salvándose de no caer por el
barranco.
81
1.20.- LA MUJER Y EL NIÑO EN LA CARRETERA PETARE-SANTA LUCÍA
Era una noche oscura y sin luna, pasada ya la medianoche un grupo de músicos
regresaban a La Dolorita luego de cumplir con unos ensayos musicales en un sector de
Mariches, más allá de La Lagunita; iban conversado en el vehículo propiedad de uno de los
músicos sobre lo bien que habían quedado los ensayos; a unos metros de dejar atrás la
Chicharronera La Lagunita avistaron a una mujer con aspecto indígena, vestida toda de
negro, con un bebe completamente arropado en sus abrazos y de pie en la orilla de la
carretera con dirección a Petare; los dos amigos al ver a esa mujer en ese paraje solitario y a
esas horas de la noche estuvieron de acuerdo en detenerse para ofrecerle llevarla a ella y al
bebe; en efecto se detuvieron y le dijeron a la mujer que sí quería le podían dar la cola hasta
más adelante para que no estuviera en ese lugar tan despoblado, abriéndole en el acto la
puerta de la pick-up; la mujer, una vez en el vehículo, solo decía “lléveme…lléveme”, al subir
a la camioneta sujetó fuertemente al bebe y se sentó en medio del conductor y el copiloto del
vehículo; en varias oportunidades el conductor le preguntó a la mujer hasta dónde la llevaría
y ésta solo repetía “lléveme…lléveme”.
Los dos amigos empezaron sentirse extraños y una atmosfera pesada y tenebrosa se
formó dentro del vehículo y lo sorprendente era que ninguno de los dos podían verle el rostro
de frente a la mujer y tampoco pudieron ver al niño que llevaba envuelto en sus brazos por lo
que un escalofrío se apoderó de ellos.
82
Cuando pasaron cerca de Alto de Tomás, que era un lugar aún boscoso de la
carretera y solitario para la época en la que ocurrió este fenómeno inexplicable, la mujer
comenzó a decir en una voz extraña “déjenme aquí… déjenme aquí”, los amigos en principio
no estuvieron de acuerdo y le dijeron a la mujer que ese sitio estaba muy solo y solitario, que
ellos la podían llevar hasta el Polideportivo de Mariches ya que allí funcionaba un Grupo de
Defensa y Protección Civil que la podían ayudar, pero la mujer seguía repitiendo con ese
extraño tono de voz “déjenme aquí… déjenme aquí”, por lo que detuvieron la camioneta y
dejaron que la mujer descendiera de la misma junto al bebé, quedando a orilla de la carretera
en ese lugar oscuro y solo.
Fenómenos inexplicables como éste han sido el narrado por muchas personas en
otros lugares sin que se hayan resuelto estas misteriosas apariciones.
83
1.21.- LOS OBREROS DE LA CARRETERA PETARE-SANTA LUCÍA
Desde la época colonial (incluso desde la etapa prehispánica, como antiguo paso de
los indios Mariches) ya existía el camino que partiendo desde Santa Lucía y encumbrando la
Fila de Mariches llegaba hasta el pueblo de Petare, siguiendo el curso del viejo camino de
recuas.
Entre los años de 1866 a 1875 se sustituye el viejo camino de recuas, desde Santa
Lucía hacia el Pueblo de Petare, con la construcción de una carretera de tierra por la vía de
las Filas de Mariches.
84
Nos narró un doloriteño, que sus padres a su vez le relataron, que la gente fundadora
de La Dolorita decía que cuando todavía habían pocas casas construidas a los lados de la
carretera Petare-Santa Lucía, a la medianoche o a altas horas de la madrugada, se
escuchaban ruidos extraños, como personas trabajando, se oían picos, palas, cadenas,
gritos, alaridos, golpes y quejidos y parecía que habían personas como hablando entre ellas
y otros dando órdenes y gritando.
El lugar exacto donde ocurría este fenómeno inexplicable era lo que hoy se conoce
como entrada de la Calle Juan XXIII, que en ese tiempo no existía ya que allí solo había un
cerro que no se había abierto, éste se prologaba hasta la Calle La Frontera.
Los ruidos y la algarabía eran tan fuertes que las personas se despertaban asustados
y con curiosidad, se preguntaban quiénes estarían trabajando a esa hora en la carretera,
algunos curiosos se asomaban y veían hacia abajo, hacia la carretera, investigando el origen
de los estruendos y para asombro de ellos no veían nada, la carretera estaba completamente
desolada, lo que les producía mucho miedo y escalofríos, regresando corriendo a refugiarse
en sus casas.
Todo indicaba, según cuentan, que se trataría de las almas en pena de los presos que
murieron mientras eran forzados a trabajar en la construcción de la carretera Petare-Santa
Lucía, durante esos años en que gobernó Venezuela Juan Vicente Gómez, en ocasiones
sepultados en secreto en fosas comunes por los capataces y custodios para no reportar la
muerte de los reclusos a las autoridades competentes.
85
1.22.- LOS OVNI SOBRE EL CERRO ÁVILA VISTOS DESDE LA DOLORITA
En Venezuela han sido muchos los casos en los que se ha reportado avistamientos de
objetos voladores no identificados (OVNI) aunque existen hombres y mujeres que siendo
testigos de tales acontecimientos guardan silencio por el temor de ser calificados como
mentirosos o peor como locos u orates.
86
Era el mes de diciembre de 1979 cuando este doloriteño, de 13 años de edad, se
encontraba jugando en la calle con un “pelotica” de goma, aproximadamente a las 6:30 de la
tarde cuando empezaba a oscurecer, en el momento en que iba a lanzar la pelota contra de
la pared, miró hacía el Cerro El Ávila y lo que observó lo dejó sorprendido y extrañado ya que
sobre la media falda de El Ávila volaba una flotilla de entre seis y siete OVNI con dirección
este-oeste, en una tarde despejada; los OVNI desprendían luces de colores violetas,
plateados, dorados y blancos, que combinados parecían diamantes refractados por la luz del
sol, que aunque escasa era suficiente para distinguir los OVNI de manera clara y perfecta. El
evento duró pocos minutos hasta que la flotilla de OVNI se alejó del ángulo de visión del
adolescente doloriteño.
El joven quedó parado estático y absorto mirando hacia el Cerro El Ávila ante lo que
había acabado de presenciar, preguntándose si en verdad había visto aquello o no; de pronto
mira hacia atrás y allí estaba un vecino de nombre Santiago, que también había observado el
mismo fenómeno inexplicable, quien al ver la cara de susto que tenía el muchacho le dijo:
“…Viste eso, es un anuncio del fin del mundo…” comprobando el jovencito que no había
tenido una alucinación sino que en verdad había visto los OVNI volando sobre El Ávila.
87
1.23.- EL DOLORITEÑO QUE TUVO CONTACTO CON UN OVNI
El psiquiatra y psicoanalista suizo Dr. Carl Gustav Jung, estudioso del fenómeno
inexplicable referido a los Objetos Voladores No Identificados (OVNI). En su última carta
escrita en el mes de agosto de 1.957, enviada a su colega el Dr. Wolfgang Pauli, dejó
asentada su posición profesional, con respecto a este tema, en los siguientes términos:
“… Los ovnis, sin embargo, parecen ser acontecimientos que aparecen y desaparecen
sin razón aparente, siendo la única legitimación para su existencia su relación en el
significado del proceso psíquico. Así que sería feliz, y me quitaría un peso de encima,
si pudiera negar convincentemente su existencia objetiva. Pero por varias razones, me
parece imposible…” [Subrayado de los autores]
88
Indicó el doloriteño que encontrándose en su lugar de trabajo, en la Avenida Rómulo
Gallegos, sector Los Dos Caminos, frente al Parque del Este (ahora, llamado Parque
Generalísimo Francisco de Miranda) siendo un poco menos de las 10 de la noche y sentado
en la puerta de la oficina, pudo ver como un OVNI de más o menos el mismo tamaño de la
azotea del edificio donde se sitúa la empresa en la que laboraba, parecido a una “ponchera”
gigante, se posó sobre la edificación, realizando movimientos circulares y emanando luces
de colores incandescentes y luminosas amarillas, marrones, naranjas verdes, blancas y
rojas, que le impedían distinguir bien la forma y las características exactas del OVNI,
produciendo un sonido muy agudo, opacado por los vehículos que transitaban por la avenida
Rómulo Gallegos a esa hora.
89
1.24.- EL CAZADOR EN VIERNES SANTO
En Venezuela existe una tradición de antaño que recomienda que en Viernes Santo
“no se caza ni se pesca”, solo se debe descansar y concurrir a los actos religiosos que se
celebran en la Semana Santa.
En Viernes Santo nuestro Señor Jesucristo permanece colgado en la Cruz del Calvario
y expira, razón por la cual los aficionados a la cacería o quienes recurren a ella como medio
de sobrevivencia no realizan esa actividad que implica la muerte de otros seres vivos, mucho
menos en horas nocturnas.
90
Los dos cazadores salieron de la Dolorita rumbo a Carimao, armados de escopetas de
cacería, machetes, linternas y lámparas o linternas de cacería que se colocan en la frente. A
eso de las 6 de la tarde de ese Viernes Santo, ya casi oscureciendo, procedieron a preparar
los veladeros montados en los pasos o caminos o veredas por donde suelen transitar los
animales de caza, cerca de los pozos naturales de agua o de algún árbol de bucare o
matapalo o mango, cuyos frutos, flores y semillas sirven de alimento a los animales
silvestres. En esa noche de Viernes Santo no hubo luna, por lo que el bosque estaba
completamente oscuro, al extremo que no se podía ver la palma de la mano colocada frente
a los ojos.
Los cazadores se ubicaron en posiciones distintas, con una separación suficiente para
evitar ser heridos a consecuencia de un perdigón o guáimaro perdido o disparado
accidentalmente, comenzando así a velar la llegada o el paso de algún venado matacán o
cuerno peludo, en silencio, con las linternas apagadas y con las escopetas armadas para ser
disparadas una vez sintieran los pasos de algún animal, una vez alumbrado y encandilado,
como suelen decir los cazadores.
91
cartucho de los llamados siete en boca, apuntó al matacán enceguecido por la linterna y una
vez que estuvo seguro que no fallaría el disparo accionó el arma saliendo una lluvia de
perdigones o guáimaros de plomo en dirección del indefenso animal que se mantenía
paralizado en el mismo lugar donde había sido encandilado. Repentinamente el cazador
sintió en su cara, parte del pecho y el costado, una ráfaga de perdigones de plomo, cayendo
de la tarima del veladero donde estaba apostado y de donde había efectuado el disparo al
venado matacán, revolcándose del dolor, gritando y pidiendo auxilio a su compañero que se
encontraba en otro veladero ubicado a unos 100 metros de distancia.
El otro cazador al escuchar el llamado de auxilio corrió de prisa hasta el lugar donde
había caído el herido, consiguiendo a su compañero en el suelo, cerca del veladero,
ensangrentado y pidiendo que lo ayudara. En eso el amigo alumbró con su linterna e
inspeccionó cuidadosamente los alrededores para verificar la presencia de otros cazadores,
constatando que no había nadie más, no vio ni escuchó a ninguna otra persona, solamente
se visualizaba el venado matacán al que su compañero le había efectuado el disparo de
escopeta, el cual parecía mirar fijamente a los cazadores para luego irse al trote pausado por
el sendero en el que había sido encandilado.
Sin perder tiempo el compañero del cazador, con gran esfuerzo, logró sacarlo de la
zona boscosa trasladándolo al Hospital Pérez de León de Petare, allí lo atendieron de
emergencia, verificándose que los perdigones de plomo no le habían afectado o lesionado
algún órgano vital, como los ojos, la cabeza, el corazón o los pulmones, no obstante estuvo
hospitalizado bajo observación médica debido a las lesiones sufridas.
Las personas del campo y del interior del país, que viven en zonas agrícolas donde
aún se practica la cacería, han sido testigos de hechos como el anteriormente narrado,
cazadores que, ignorando la tradición que en Semana Santa y menos en Viernes Santo no
92
se caza ni pesca, han sido víctimas de su desobediencia de muchas maneras y formas;
incluso se han registrado “desapariciones” de cazadores de los que no se ha vuelto a saber
de ellos.
93
1.25.- LA LEYENDA DE LA LLORONA
La leyenda de La Llorona, que trata sobre un fantasma o espectro de una mujer que
llora en las noches, tiene muchas versiones en los sitios geográficos donde se le conoce.
Los estudiosos del tema señalan que esta leyenda es muy antigua, que podría tener
orígenes prehispánicos, es decir que se conocería antes de la llegada de los conquistadores
españoles a América. La leyenda sigue siendo conocida desde el sur de los Estados Unidos
hasta Argentina. Aunque algunos historiadores aseguran que la leyenda de La Llorona se
originó en México.
Los investigadores acotan que “…El mito de la Llorona ha tenido múltiples funciones:
ha servido para espantar a los niños, a exhortar a los hombres para que sean fieles a sus
esposas o para que abandonen la ingesta de bebidas alcohólicas, para advertir a las mujeres
que no busquen una mayor libertad sexual, como parábola de la justicia divina, o como
símbolo colectivo nacional a partir de su identificación con grupos históricamente
discriminados, como los indígenas, las mujeres, los pobres o los inmigrantes…”
Los pueblos indígenas de Venezuela también poseen muchos mitos sobre divinidades
femeninas relacionadas a los ríos, quebradas y la naturaleza, tal es el caso de María Lionza.
Ésta es una deidad cuidadora de la vegetación, la fauna y las fuentes de agua, como ríos y
quebradas, con poderes sobrenaturales. En la leyenda de María Lionza, sus mitos de origen
están vinculados con ríos y quebradas.
94
En Venezuela, La Llorona o Sayona se manifiesta a hombres fiesteros e infieles,
exhibiendo grandes colmillos y asustándolos, se le considera como un espanto con forma de
mujer horrible y terrorífica que llora con quejidos de dolor, que castiga a los hombres
parranderos y callejeros que deambulan por las calles en las noches en busca de aventuras.
En Venezuela, indican los investigadores del folclor nacional, que la leyenda está
asociada con los llanos, señalando la siguiente versión: “… Una mujer muy joven se enamora
de un soldado, que la abandona al embarazarla, y ella, como no tiene idea de cómo criar un
infante, desesperada por el llanto del niño, lo mata con sus propias manos. Arrepentida, su
llanto llama la atención de los vecinos y familiares, que la maldicen. Ella huye hacia el llano y
se convierte en un espanto que roba niños que están solos, ya sea en sus casas o en las
orillas de ríos o quebradas…”.
Durante los años 60 (se ha citado que La Dolorita como comunidad fue fundada entre
1959-1960) casi la totalidad de la Hacienda La Dolorita se mantenía como una zona rural,
con siembras de café, abundante vegetación y grandes árboles de mangos, ceibas, guamos,
bucares, matapalo, pomarrosas y otros, sembrados para dar sombra a los cafetos o matas
de café. Asimismo, la Quebrada La Lira, que aún recorre La Dolorita de norte a sur desde los
tiempos de la antigua Hacienda, apenas estaba comenzado a ser utilizada para verter en ella
las aguas negras y servidas de las viviendas, o sea que tenía partes limpias y no
contaminadas. El clima seguía siendo de montaña, una densa neblina descendía del Cerro El
Ávila, actual Waraira Repano, hasta posarse en toda la zona.
95
Lo anterior describe una realidad comunitaria que se mantuvo por lo menos durante 20
años (décadas de los años 60 y 70).
Las noches de La Dolorita eran oscuras, frías, plagadas de luciérnagas y grillos y con
poca visibilidad debido a la niebla que cubría todo el valle central de la antigua hacienda
cafetalera, escenario propicio para que el imaginario popular hiciera su aparición; en este
marco comenzó a manifestarse “La Llorona o La Sayona de La Dolorita”.
Otros doloriteños relatan que oían a la medianoche y en las madrugadas a una mujer
gimiendo de dolor por su hijo fallecido, que viniendo del sector Las Tapias, pasaba por El
Matapalo, la Calle La Ensenada y se perdía al terminar la Calle El Chorrito. Aseguraban
haberla visto vestida de negro, con el cabello largo que le cubría todo el rostro y con un niño
en sus brazos.
96
anunciado, y en efecto, a los pocos días moría un niño o niña de sarampión, fiebre, diarrea o
accidentalmente porque había ingerido kerosene, que no faltaba en las casas para cocinar y
para encender las lámparas con que se alumbraban por las noches.
Cuentan que La Sayona también hizo de las suyas en las calles de La Dolorita a más
de un borracho empedernido y parrandero; se le aparecía La Llorona, primero como una
hermosa mujer que lo llamaba y atraía insinuándosele, y al caer éste en la trampa se le
transformaba en una mujer monstruosa con alargados colmillos, con intenciones de atrapar
al parrandero. Al siguiente día ese mismo hombre, ya sobrio contaba lo sucedido,
prometiendo que más nunca saldría de noche, porque esa manifestación había sido un aviso
del más allá y que la próxima vez no la iba contar.
97
1.26.- UNA BRUJA EN EL TECHO
Ahora bien, La Dolorita, se encuentra a 940 metros sobre el nivel del mar,
aproximadamente, en un clima de montaña, donde la neblina, en días muy fríos, desciende
posándose sobre los tejados y techos de las casas. En la época de la fundación de La
Dolorita como comunidad abundaba la vegetación y los árboles altos, casi la totalidad de las
casas estaban fabricadas con maderas recicladas (tablas de cajones o paletas) y troncos de
árboles de montaña o de latón o láminas de zinc y sus techos eran de láminas de asbesto o
zinc. Los pisos eran de tierra aplanada y la mayoría de las viviendas no contaban con
electricidad, por lo que los primeros habitantes de la comunidad se alumbraban con lámparas
caseras de kerosene, elaboradas con los envases vacíos de metal de aceites comestibles,
que tenían la forma ideal para hacer mecheros, como los de Aceite BRANCA.
Los días de La Dolorita, en las mañanas y en las tardes, eran de mucha algarabía; las
personas se levantaban a continuar con la construcción de sus casas, banqueando un
98
pedazo más de terreno, yendo a buscar troncos a los bosques de las haciendas cercanas,
asegurando con clavos las láminas de zinc, saliendo a trabajar, los que tenían donde, o
trasladándose hasta el Relleno Sanitario de Mariches a ver sí tenían buena suerte y
encontraban un cajón grande de madera con el cual construir una nueva pared o una división
interna dentro de la vivienda.
En las barracas la vida era distinta, era una comunidad muy cerrada, que solo
interactuaban entre ellos y en apariencia no tenían la preocupación de construir o reparar
una vivienda porque ya vivían en una que les había adjudicado el gobierno. En estas
barracas eran frecuentes las peleas entre vecinos y las enfermedades contagiosas como el
sarampión, la lechina, la parotiditis “paperas”, la tosferina, la escabiosis, las lombrices, las
enfermedades venéreas, entre otras, que infectaban a sus habitantes, así como a los
invasores de la Hacienda de La Dolorita.
Las noches de La Dolorita en esa época eran muy oscuras, no existía el alumbrado
público, sus calles de tierra eran los antiguos pasos de recuas o de burros de la antigua
hacienda, difíciles de transitar sin la luz solar y mojadas por la lluvia pertinaz que caía en
todo el valle de La Dolorita y en sus cerros durante el día.
Al caer la penumbra sobre el valle doloriteño, que era la parte de terreno más poblada,
se sentía un silencio sepulcral, solo interrumpido por los grillos, sapos, ranas y lechuzas, con
un cántico de un ritmo lento, monótono y lánguido. Todos los habitantes, aseguraban sus
puertas y ventanas con palos, tablas y talanqueras, acostándose a dormir después de cenar
lo que tuvieran, rogando que la noche no fuese muy fría y esperando el amanecer.
99
credibilidad, que las vieron sobre los techos de las casas. Otros escucharon sus
espeluznantes risas a carcajadas, y hubo quienes tuvieron la mala fortuna que una Bruja se
encaramara sobre el techo de láminas de zinc de sus viviendas.
En cierta oportunidad cuentan que un valiente doloriteño que regentaba una bodega
de víveres dio captura a una Bruja que osó posarse sobre su casa. Dicen los testigos que era
la mujer más fea y horrible que habían visto en sus vidas, pero al ser atrapada aquella
tenebrosa mujer se convirtió en un zamuro y empezó a picotear a su captor, a quien no le
quedó más remedio que soltarla, la cual de inmediato remontó vuelo en la noche oscura,
oyéndose a lo lejos una carcajada que heló la sangre de los allí presentes.
Los habitantes de La Dolorita tenían la costumbre de regar sal en todos los techos de
las viviendas así como en puertas y ventanas, y de colgar detrás de la puerta principal de la
casa una o varias pencas de sábila, junto a una cruz de palma bendita, para alejar a las
Brujas y a los demonios de la noche. También, se decía que diciéndoles groserías o palabras
obscenas a las Brujas se iban espantadas ya que se daban cuenta que en esa casa no le
tenían miedo.
En otras oportunidades las Brujas, al no poder entrar a las casas donde se posaban,
comenzaban a hacer ruidos de animales y saltaban sobre los techos, produciendo un
alboroto que se escuchaba a los lejos; ya se sabía que alguna Bruja andaba por allí haciendo
de las suyas.
Los primeros doloriteños huían de los gatos negros, perros negros, gallinas negras,
zamuros y de las mariposas negras, porque creían que eran Brujas transformadas, y con un
palo de escoba rociado con sal y sábila espantaban a esos animales del demonio.
100
La llegada a La Dolorita del alumbrado público, de las casas de ladrillos y techo de
cemento y una vez pavimentadas todas las calles y callejones, dio un aire más tranquilo a los
habitantes de la comunidad de La Dolorita. Con todo esto las Brujas dejaron de ser noticia en
la comunidad y dejaron de manifestarse como lo hacían antes. Sin embargo, relatan algunos,
que en las noches de neblina gélida pareciera verse volando a una inmensa ave negra, muy
grande para ser un ave normal y que quizás pueda ser una Bruja, con dirección al sur,
perdiéndose al final del sector El Guamo, no sin antes oírse un ruido o un cántico de lechuza,
que hace que un escalofrío recorra la espalda del oyente desprevenido.
101
II
PERSONAJES
102
2.1.- EL PROFESOR ORLANDO SARDI.
Durante esas protestas un infiltrado roció con gasolina unos depósitos de basura que
estaban ubicados cerca del portón principal del liceo sin tomar en cuenta que parte de la
gasolina había caído sobre algunos estudiantes que se encontraban allí, ese infiltrado
prendió fuego a los depósitos de basura y a una estudiante de manera superficial.
El profesor Sardi valientemente se quitó una chaqueta de blue jean que tenía puesta y
con ella apagó el fuego, con una agilidad de experto, cubriendo la espalda de la estudiante,
evitando así que sufriera graves quemaduras, salvando la vida de la estudiante. ¡Honor y
gloria al profesor Orlando Sardi! amigo siempre de los estudiantes de la U.E.N Mariscal
Sucre de La Dolorita.
103
2.2.- BASILIO
La primera sede de la Escuela Jermán Ubaldo Lira, que lleva el nombre de un insigne
músico y compositor petareño, estuvo construida con bloques de concreto, armazón de vigas
de hierro, puertas y ventanas de hierro, con piso de cemento y techo de láminas
galvanizadas, sí se quiere era una escuela de tipo rural, donde los primeros doloriteños
recibían educación pública y gratuita del primer grado hasta el sexto grado de educación
primaria. Esta escuela poseía amplios salones de clases, varios patios, tanque de agua
aéreo, baños y las oficinas administrativas; estuvo circundada por una cerca metálica
coronada con alambre de púas para resguardarla de los amigos de lo ajeno.
La Escuela Jermán Ubaldo Lira en sus inicios contó para su mantenimiento y limpieza
de varios bedeles, como las señoras Elvira y Cira y el señor Basilio. Un bedel es la persona
encargada de cumplir la función de la limpieza y mantenimiento de los espacios físicos de
una escuela.
El señor Basilio era un hombre delgado, de estatura promedio, de tez negra, de rostro
apacible y risueño, quien laboraba como bedel en el turno de la tarde por residir fuera de la
comunidad de La Dolorita, específicamente en el Barrio San Isidro, en la carretera vieja
Petare-Guarenas.
104
disposición de las autoridades del plantel para otros trabajos dentro de sus funciones. En el
horario de recreo Basilio siempre estaba pendiente de los niños, de sus juegos, que no se
lastimaran o sufrieran accidentes y que regresaran sanos y salvos a sus salones después del
recreo.
Basilio, al barrer los salones, siempre encontraba algún objeto olvidado por algún
estudiante, como un cuaderno, un libro, sacapuntas, lápices y creyones, o alguna vestimenta,
lo recogía y lo llevaba a la dirección de la escuela a los fines que fuera devuelto a su dueño
el día siguiente.
Basilio fue jubilado de su cargo de bedel, por el Ministerio de Educación, por el tiempo
de servicio cumplido, y su cargo de bedel fue ocupado por otra persona. Nunca, más se tuvo
noticias de él.
Los estudiantes que cursaron la educación primaria en la Escuela Jermán Ubaldo Lira,
durante los años 70, 80 y comienzos de los años 90, de seguro recordarán al señor Basilio,
quien con una sonrisa los recibía al entrar al recinto educativo y los acompañaba durante los
6 años en su formación básica.
105
2.3.- MARTÍN ESCALONA
“El Jardinero”
A principios de la década de los años 70 fue inaugurada una “placita” (como todos le
decían) en la entrada principal de la Escuela Jermán Ubaldo Lira, con jardineras sembradas
con flores, matas de jardín y unos pequeños árboles. También, en un espacio que existía
entre la Escuela y el Centro Juvenil, hubo un “parquecito” (así llamado por todos) con
columpios, tobogán, sube y baja, una rueda y un área de grama; el “parquecito” era abierto
los días domingos para el disfrute de todos los niños de la comunidad.
El señor Martín Escalona se encargaba de barrer la placita todos los días de lunes a
domingo, cuidar las plantas y los jardines, abrir y cerrar el parquecito, del mantenimiento de
la grama y de la conservación de los aparatos de juegos infantiles; asimismo, era el
responsable del orden y la disciplina dentro del parquecito.
Los muchachos, niños y niñas esperaban con ansiedad el día domingo para entrar y
jugar en el parquecito. Su grama bien cuidada y siempre verde, los aparatos de juego en
perfecto estado era una invitación que se convertía en irresistible para cualquier niño de La
Dolorita. Además, el señor Martín transmitía seguridad y confianza a todos los usuarios.
106
circundaban, acostándose en la grama, mirando o contando las nubes en un cielo azul de día
domingo y por supuesto jugando en los aparatos, al escondido, a la eres, al avioncito o pisé,
al ladrón librado, y otros juegos grupales o cooperativos.
Las alegrías, diversión y sano esparcimiento que gracias al trabajo del señor Martín
pudieron disfrutar los doloriteños, inmersos en una comunidad con muchas carencias y
necesidades, siempre estarán presentes en los recuerdos y memorias de los habitantes de
La Dolorita que tuvieron la oportunidad de conocer y valorar al señor Martín Escalona.
Un día se supo en la comunidad que el señor Martín se encontraba enfermo y por eso
ya no acudía a la placita a cumplir con sus labores. Al tiempo fue informado su lamentable
fallecimiento.
Ojalá que el presente escrito sirva para preservar en la memoria de los doloriteños a
tan respetado personaje de la historia local de la comunidad, quien con su vocación de
servicio y el ejercicio de su digno trabajo brindó tantos momentos de felicidad a miles de
niños y jóvenes de la época.
107
2.4.- CHELA ACOSTA
Cuando la antigua Hacienda de Café La Dolorita pasó a ser una comunidad sus
primeros pobladores pasaron innumerables penurias por los continuos desalojos y
destrucción de las humildes casas por parte de La Guardia Nacional y el Ejército, por la falta
de vías públicas pavimentadas, servicio de agua potable, alumbrado público, cloacas y aguas
servidas, contaminación producida por el bote o Relleno Sanitario de Filas de Mariches y por
la falta de escuelas y liceos públicos, entre otras calamidades.
La señora Chela Acosta tuvo un rol de suma importancia para que se hiciera realidad
en la comunidad de La Dolorita la inauguración y puesta en funcionamiento del “Liceo La
Dolorita”; como representante de la comunidad acompañó, respaldó y apoyó a sus primeras
autoridades para que el liceo comenzara a prestar servicio y atender estudiantes y para que
en el tiempo se mantuviera en pleno funcionamiento. Esos años fueron de muchas
dificultades para el liceo, sin embargo, la entereza y dedicación de líderes sociales y
comunitarios, como la señora Chela, permitió que el “Liceo Creación La Dolorita”
108
evolucionara a “Ciclo Combinado Mariscal Sucre” y a “Unidad Educativa Nacional Mariscal
Sucre”, como hasta el presente se mantiene. Uno de sus hijos ejerció la docencia por
muchos años en el liceo y otro fue integrante de la primera promoción de bachilleres en
contabilidad.
109
2.5.- EL SEÑOR LANDAETA:
“El Fotógrafo”
En la segunda mitad del siglo XX las cámaras fotográficas eran escasas en las
comunidades de bajos recursos económicos, por lo que el servicio, que de muy buena
voluntad ofrecía y prestaba el señor Landaeta, era recibido por los doloriteños con aprecio y
cariño, pues el precio de cada foto era módico y costeable por las familias; en recuerdos de
bautizos, primera comunión, bodas, velorios o fiestas, solicitaban al señor Landaeta que les
fotografiaren sus eventos.
110
con el tiempo vino a convertirse en la Capital de la Parroquia La Dolorita, del Municipio Sucre
del Estado Miranda.
Que esta corta crónica sirva para preservar en la memoria colectiva de la comunidad
La Dolorita, el legado histórico que a través de las fotografías nos dejó el señor Landaeta;
insigne fotógrafo que con su trabajo tesonero fotografió a todos los habitantes de una
comunidad humilde.
111
2.6.- MERCEDES MORA
Mercedes Mora sentía la problemática de salud de La Dolorita como suya, así que de
manera apasionada, con un verbo encendido y exigente, cada vez que los alcaldes o
gobernadores de turno se acercaban a la comunidad en los períodos de las campañas
electorales, en busca del voto de los habitantes, exigía con fuerza la construcción de un
hospital para La Dolorita, y colocaba contra la pared a los políticos oportunistas.
Definitivamente Mercedes Mora era una mujer, como se dice “de armas tomar”, cuando de la
defensa del derecho a la salud y de mejores condiciones sanitarias y comunitarias para los
habitantes de La Dolorita se trataba.
En el tiempo que vivió Mercedes Mora en La Dolorita siempre fue un ejemplo y una
lideresa comunitaria, comprometida con su comunidad y con su profesión. Su trabajo y
exigencia no fue en vano, pues con el tiempo se hizo realidad el sueño por el que Mercedes
Mora luchó, ya que en la primera década del Siglo XXI fue construida en La Dolorita, no un
112
hospital, como ella quería, pero sí una Clínica Popular, con personal médico y de enfermería
permanente, una vieja exigencia de los doloriteños encabezados y liderados por la enfermera
Mercedes Mora.
Mercedes murió hace pocos años, tal vez, sin recibir en vida todos los homenajes y
reconocimientos ganados por ella en el fragor de la lucha comunitaria y en el ejercicio digno,
honesto y desinteresado de la profesión de enfermera.
113
2. 7.- DANIEL
Daniel fue un vecino del sector El Tanque de La Dolorita, de baja estatura, cráneo
pequeño, de tez blanca, de bigote asiático, vestía todo el tiempo con un saco o paltó y se le
veía caminando con una Biblia protestante bajo el brazo.
A Daniel le gustaba recorrer las calles de La Dolorita, se le veía caminando por las
calles Juan XXIII, El Chorrito, La Lira o Las 3 Jotas; caminaba y en sus paseos conversaba
con un personaje imaginario con el que sostenía intensos debates que llamaban la atención
de los vecinos que lo observaban por la sonoridad de las palabras que vociferaba para
rebatir a su imaginario contrincante.
Lo cierto era que Daniel no se metía con nadie y en ocasiones saludaba a algunos
vecinos con la señal de la cruz y hasta con un “Dios te Bendiga”. La tranquilidad y docilidad
de Daniel a menudo era perturbada por muchachos que al verlo en su soliloquio comenzaban
a burlarse de él y a llamarlo “loco é bola”, a lo cual Daniel respondía con una estruendosa
mentada de madre, y sí los pilluelos continuaban con las mofas Daniel entraba aún más en
cólera y buscando botellas vacías o piedras las lanzaba, sin mucho tino por cierto, en contra
de sus detractores, quienes aumentaban las burlas hasta que algún adulto intervenía
diciéndoles que no se metieran con Daniel, ya que él no se metía con nadie.
Otras de las actividades que a Daniel le gustaba realizar era ir caminando a Petare por
la Carretera Vieja Petare - Guarenas y regresar a La Dolorita por la misma ruta. Con
frecuencia, con paso marcial y en compañía de su interlocutor imaginario, caminaba sin
descansar por el asfalto, siempre bien vestido con su paltó y con rostro serio y adusto,
respondiendo los gritos de saludos de algunos conductores o pasajeros de las camionetas
114
que al verlo lo reconocían y saludaban. Por muchos años sus caminatas a Petare, ida y
vuelta, se hicieron costumbre en Daniel, siendo común verlo a menudo en su andar solitario.
Un día llegó a las calles de La Dolorita la infausta noticia de su arrollamiento por parte
de un conductor desconocido. Fue arrollado en el sector El Limoncito, en la salida de
Guaicoco, frente a una chivera, en la Carretera Petare-Santa Lucía; allí cayó el cuerpo sin
vida de Daniel. Muchos vecinos de La Dolorita al conocer la fatídica noticia se movilizaron
hasta el lugar donde fue embestido y en efecto, allí estaba su cuerpo sin vida cubierto con
una sábana blanca a orillas de la carretera.
Su velorio se llevó a cabo en la casa donde vivía en el sector El Tanque, allí una gran
cantidad de vecinos le dieron su último adiós
Es posible que todavía pueda observarse una capilla con una cruz dentro, fabricada al
lado norte de la carretera donde fue arrollado, en la salida de Guaicoco, colocada allí en
memoria de quien en vida respondiera como Daniel, “El Loco de la Dolorita”.
115
2. 8.- TRINCADO
En la Dolorita todavía estaba el sector de damnificados que fue conocido como Las
Barracas y los ranchos producto de las invasiones a la hacienda cafetalera; reinaba la
inseguridad y la comisión de delitos estaba a la orden del día por lo que la Unidad de
“Cascos Blancos” o “Medias Blancas” o “Pollos” de la Policía Metropolitana de Caracas,
regularmente realizaba operativos de profilaxis social o redadas, para capturar a delincuentes
solicitados por las autoridades. Como siempre en esos operativos apresaban a justos y a
pecadores y los trasladaban a la comisaría de la junta comunal para reseñarlos e investigar
vía telefónica o por radio sus antecedentes penales. Cuando la policía daba captura a un
trabajador o a un muchacho sano sus familiares se movilizaban hasta la comisaría,
implorando a los policías la liberación inmediata de los injustamente aprehendidos, alegando
por supuesto la inocencia de tales; era en ese momento en que los demás agentes
promotores de las redadas preguntaban al funcionario Trincado sí lo que decían los
familiares del capturado era cierto o no. Trincado, al ser habitante de La Dolorita conocía a
todo el mundo, por lo que atendía el ruego de los familiares que le gritaban; “Trincado, por
favor, diles a tus compañeros que fulano no es delincuente, que es un hombre o un
muchacho trabajador”. Trincado no dejaba de abogar por la liberación del inculpado
116
injustamente por haber sido detenido sin causa legal para ello. Con esta actitud de buen
vecino Trincado se fue ganando el respeto y cariño de la comunidad, que veían en él a ese
policía que vivía en la comunidad, a un fiel de la balanza que de alguna forma amainaba la
fuerza represiva de la policía en contra de los habitantes de La Dolorita en sus primeros años
de fundación. Con el tiempo Trincado fue trasladado a cumplir sus labores en la ciudad de
Caracas.
117
la estima de la comunidad que lo comprendió y sí se quiere lo protegió colectivamente en
agradecimiento a sus diligencias de policía de los pobres y por el solo hecho de ser un
vecino más de la populosa comunidad de La Dolorita.
118
2.9.- ISIDRO
Isidro vivió al final de la Calle Chorrito I, era alto, delgado, afrodescendiente, vestía
decentemente, aunque a veces usaba de cinturón una cabuya o un cordón y zapatos o
“cholas” un poco grandes o un poco pequeñas para su medida de pie; en sus labios y rostro
de manera natural exhibía una amplia y contagiosa sonrisa, por lo que era difícil detectar
cuando se encontraba enojado. Anduvo en las calles con un plato y un pocillo, para que las
personas le dieran comida y café.
Este amigo, a pesar de su discapacidad, solía salir solo de su casa y recorría las
calles de La Dolorita hasta llegar al Terminal de Pasajeros donde pernoctaba junto a otros
asiduos doloriteños de ese lugar. En su tránsito por esas calles saludaba con una gran
sonrisa y un fuerte apretón de manos a cuanto vecino se encontraba en el camino y estuviera
dispuesto a intercambiar un saludo con él; a la vez que les pedía alimentos y café.
Isidro era de personalidad agradable, pacífico y muy dado al trato social, motivo por el
cual era apreciado por los doloriteños porque veían en él a un ser amistoso y sociable que a
pesar de ser un adulto su nivel intelectual era el de un niño pequeño debido a su
discapacidad.
119
acosadores y no obstante sus limitaciones en el habla, intelectual y psicomotoras, se
defendía hasta donde sus fuerzas se lo permitían y luego marchaba hasta la casa donde
vivía junto a su familia.
Isidro gustaba compartir y participar en los juegos de calle que algunos niños de la
comunidad acostumbraban realizar, lo sorprendente era lo natural y hasta infantil que se veía
cuando jugaba sanamente con los niños doloriteños.
Durante los últimos días de su vida isidro muchas veces pernoctaba en el Terminal de
Pasajeros de La Dolorita, cerca de las principales licorerías, los borrachitos le daban de
beber cerveza o aguardiente para luego burlarse de él.
120
2.10.- COROMOTO
Coro desde pequeño siempre fue muy popular y ejerció un notable liderazgo entre el
grupo de amigos de la calle, siempre por su espíritu de amistad y solidaridad por los demás.
Ya de adulto, y a manera anecdótica, usaba el cabello largo y su gorra de béisbol, y cuando
algún curioso le preguntaba por el largo de su cabello, solía responder que estaba pagando
una promesa.
También desde niño le gustó hacer deporte. Durante toda la década de los 70, en La
Dolorita, el deporte que más practicaban los muchachos, entre los que estaba Coro, era el
juego de pelotica de goma. Este juego es una versión popular y callejera del juego de
121
béisbol, adaptado para ser jugado con una pequeña pelota de goma, vendidas en todos los
abastos y bodegas de La Dolorita, no existía un solo abasto o bodega en la comunidad que
no vendiera peloticas de goma. La pelota de goma se jugaba principalmente en las calles o
en algún espacio vacío o terreno baldío; el problema de jugar en la calle era que había que
parar el juego en cada oportunidad que circulaban personas o vehículos para evitar
accidentes y para evitar golpear con la pelota a algún transeúnte. El dueño de la pelota de
goma indicaba quienes iban formar parte de su equipo de juego y asimismo, eligiendo los
jugadores más veloces y los que supieran atajar y batear bien la pelota de goma con el puño
cerrado. Coro en este juego era muy bueno y era uno de los mejores bateadores con la
mano.
Coro también aprendió a jugar muy bien el juego de bolas criollas, pues el señor Pablo
era un promotor de ese deporte nacional en la comunidad de La Dolorita, pues fue dueño de
una de las principales canchas de bolas criollas donde se disputaron torneos y partidos
reconocidos por la Federación Nacional de Bolas Criollas y Bochas.
En el liceo Mariscal Sucre, del cual fue miembro fundador, se destacó en el deporte
del básquetbol.
122
En los años 80, como buen ciudadano, prestó el servicio militar obligatorio, prestando
el mismo en el Regimiento de Policía Militar y luego en la Academia Militar de Venezuela,
contingente 1984, estando destacado en esta última en el despacho del director de la
Academia Militar, para ese entonces el General de División Carlos Julio Peñaloza. Durante el
servicio militar fue muy popular entre sus cursos y entre sus superiores, que lo estimaban
mucho, y le pedían que reenganchara y prosiguiera estudios en el Ejército de Venezuela,
cosa ésta que no hizo.
Durante su vida adulta la gran afición de Coro fue el softball, participó activa y
proactivamente en su promoción y organización, participando en la constitución de equipos
de este deporte en la comunidad de La Dolorita, en un principio en los terrenos que en otrora
correspondieron al clausurado relleno sanitario de Mariches, y con más impulso una vez que
los deportistas doloriteños lograron que la Gobernación del Estado Miranda construyera en el
mismo lugar el Polideportivo de Filas de Mariches.
Coro constituyó una hermosa familia en La Dolorita, a la cual amó hasta su último día,
fue un buen padre de familia, responsable, amigo de sus hijos, echador de broma y atento a
la crianza de su descendencia. Sus hijos lo recuerdan como un padre amoroso y de buen
humor, como el mejor.
123
2.11.- LAS HERMANAS LAURITAS EN LA DOLORITA
Es importante aclarar que las Hermanas Lauritas son oficialmente, para la Iglesia
Católica, la Congregación de las Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa
Catalina de Siena, esta es una congregación fundada por la Madre Laura de Jesús Montoya
Upegui en el año 1914, en Dabeiba, Antioquia, República de Colombia.
124
Las Hermanas Lauritas escogieron como sede de su Congregación en La Dolorita un
terreno ubicado en uno de los cerros, con dirección sureste al clausurado Relleno Sanitario
de Mariches o Bote de Basura de Mariches, donde en la actualidad se encuentra el
Polideportivo de Fila de Mariches, desde allí proyectaron su labor pastoral de promoción y
evangelizadora a toda la comunidad de La Dolorita y sus alrededores. A la vez que
evangelizaban hicieron jornadas de corte de cabello gratuito para niños y adultos, bazares de
ropa usada, cursos cortos y actividades culturales y musicales, para niños, jóvenes y adultos.
Las Hermanas Lauritas fueron una luz donde había tanta oscuridad, analfabetismo,
inseguridad, hambre, enfermedades. Con sus palabras de aliento y esperanza ayudaron, sin
ningún tipo de discriminación, a católicos y no católicos.
La Dolorita tuvo un crecimiento de población alto en las décadas de los años 70 y 80,
por lo que las Hermanas Lauritas entraron en un intercambio eclesiástico con los sacerdotes
salesianos de Don Bosco, en el contexto de la Conferencia de Medellín en Colombia,
promovido por el Concilio Vaticano II. De acuerdo a fuentes consultadas en “… 1974 se
unieron los jóvenes salesianos, quienes dieron un gran impulso en la catequesis y en la
atención a los jóvenes…” Para el año de 1979 las Hermanas Lauritas establecieron un
acuerdo común con la Arquidiócesis en ese año, los sacerdotes salesianos se
responsabilizaron de lleno por la educación y evangelización en la jurisdicción eclesiástica de
la nueva Parroquia San Francisco de Sales de La Dolorita, hasta el día de hoy.
No obstante lo anterior las Hermanas Lauritas, en este Siglo XXI, siguen a cargo de la
Vicaria Santa Catalina de Siena, ubicada en la Parroquia de Mariches del Municipio Sucre,
125
estado Bolivariano de Miranda, Carretera Petare-Santa Lucía, en el Sector de La Lagunita,
donde continúan su labor pastoral de la Congregación de las Hermanas Misioneras de María
Inmaculada y Santa Catalina de Siena, en pro de todos los habitantes de la Fila de Mariches.
126
2.12.- HÉCTOR CABRERA Y NÉSTOR ZAVARCE
“Cantaron en La Dolorita”
En efecto, estos dos íconos de la canción venezolana, Héctor José Cabrera Medina,
conocido artísticamente como Héctor Cabrera, “El Poeta de la Canción” y Néstor Jesús
Zavarce Sierralta, conocido como Néstor Zavarce, actuaron en La Dolorita a mediados de la
década de los años 70.
El primero en visitar la comunidad doloriteña fue Héctor Cabrera; este cantante nació
en la comunidad popular de Monte Piedad, en la Urbanización 23 de Enero de Caracas, no
nació en cuna de oro pero se remontó como las águilas a través de su voz majestuosa e
impecable en los grandes escenarios internacionales.
Héctor Cabrera fue invitado por las autoridades del Centro Juvenil de La Dolorita de la
época, entre los años 1975 - 1976, aproximadamente. Su presentación artística fue en la
cancha deportiva del Centro Juvenil. Entre las 6 y las 7 de la noche llegó el cantante vestido
con un suéter blanco cuello de tortuga con un gran collar, pantalones y zapatos color negro,
usaba su melena de galán y dispensaba sonrisas a su alrededor.
Fue colocada una tarima en la parte oeste de la cancha y un equipo de sonido con
grandes cornetas, desde esa tarima el ídolo interpretó sus canciones más famosas como
“Rosario”, “Las Cosas que me Alejan de Ti” y un repertorio de canciones y música criolla. La
canción que más gustó y que puso a delirar y a suspirar a todas las damas allí presentes fue
la canción “Rosario”, composición y música del maestro Juan Vicente Torrealba. La antigua
placita de La Dolorita y la cancha deportiva estaban a reventar por la cantidad de doloriteños,
que asistieron a ese único e irrepetible concierto de lujo.
Ese día La Dolorita fue embelesada y paralizada por la voz de “El Poeta de la
Canción”, que se escuchó en todo el valle central y los cerros y colinas de La Dolorita. El
concierto de Héctor Cabrera en La Dolorita fue memorable por la sencillez, candidez y
amabilidad del cantante, que dejando sus importantes compromisos en los más importantes
127
escenarios y teatros de Venezuela y el mundo tuvo la gentileza de acercarse ese día hasta la
comunidad de La Dolorita trayendo su talento artístico para el disfrute de una comunidad
sencilla y trabajadora que le supo agradecer con sus aplausos, vítores y gritos de
agradecimiento, su don de gente y sus melodías.
Héctor Cabrera falleció en su casa de habitación el día 8 de junio del 2003, a los 71
años de edad.
El otro personaje que visitó al pueblo doloriteño, un día domingo del año 1978, fue
Néstor Zavarce. Este actor y cantante comenzó su carrera actoral a los 13 años de edad al
lado del actor mexicano Arturo de Córdova, en la película venezolana “La balandra Isabel
llegó esta tarde”, en 1950, con el director argentino Carlos Hugo Christensen, producida por
Bolívar Film.
El cantante Néstor Zavarce vestía un atuendo llanero, camisa a cuadros con colores
pasteles, pantalón blue jean, botas loblan y un sombrero gris de ala ancha; con su prodigiosa
voz cantó la canción que lo hizo famoso en toda Venezuela y a nivel internacional, que no es
otra que el “El Pájaro Chogüí”, una canción indígena de origen paraguayo, y su inolvidable
canción que todos los hogares venezolanos escuchan cada 31 de diciembre: “Faltan Cinco
pa' las Doce”, aunque por supuesto no se estaba en el mes de diciembre.
128
Muchos jóvenes doloriteños es posible que se pregunten quiénes eran Héctor Cabrera
y Néstor Zavarce, remitimos respetuosamente que le consulten a sus padres o abuelos, que
de seguro recordarán a estos dos incomparables cantantes que en vida derrocharon talento y
simpatía por doquier.
129
2.13.- EL DÍA QUE GABY, FOFÓ Y MILIKI VISITARON LA DOLORITA
Los famosos payasos españoles Gaby, Miliki y Fofó permanecieron una temporada en
Venezuela presentando su espectáculo cómico y saliendo en televisión, antes de retornar a
España.
Gaby, Fofó y Miliki pertenecieron a una familia española con una enorme tradición
circense desde hace por lo menos dos siglos. Los hermanos fueron hijos de Emilio Aragón
Foureaux, que fue conocido como Emig y formó parte del grupo cómico Pompoff, Thedy y
Emig.
Gaby, Fofó y Miliki en 1939 formaron un trío conocido como Gaby, Fofó y Emilín;
después Emilio adoptó el seudónimo de Miliki. Iniciaron su espectáculo en España,
trabajando para el Circo Price. Para el año 1946 los hermanos viajaron al continente
americano radicándose por más de 25 años. A través de sus actuaciones en la televisión,
que se iniciaron en 1949, se hicieron famosos en países como Venezuela.
130
En esas incipientes calles llenas de barro o polvorientas, dependiendo de la
temporada climática, jugaban inocentes los para entonces niños y niñas doloriteños,
descalzos o con cholas de las llamadas petroleras, semidesnudos y sin escolarización. Entre
esa muchachada abundaban los piojos, las lombrices, los parásitos, la escabiosis, la
disentería, erupciones en la piel, las caries y el peor mal de todos los males, el hambre y la
desnutrición.
Algunos de los juegos de los chiquillos era, sí había barro o pantano, una “guerra” de
bolas de pantano o jugar a marcar los pies descalzos en el barro o construir casitas o
figuritas con pantano. Sí se estaba en sequía uno de los juegos principales era el de
perseguir a los remolinos de tierra para tratar de meterse en ellos, otro era el hacer un pisé o
avioncito en el suelo para saltarlo de acuerdo a su forma y en el turno correspondiente;
también se construían carritos con latas vacías de leche u otros productos o con latas vacías
de cervezas, a las que se le hacían unas pequeñas perforaciones en el medio de cada
extremo para introducir un cordón o un alambre y se llenaban de tierra, y así manejarlo luego
por fuerza de tracción con una cuerda o cordón más largo. Otro de los juegos favoritos era el
manejar un caucho de moto o bicicleta, o un rin ya inservible con un pequeño palo o varilla,
calle arriba y calle abajo, se jugaban trompos, metras y gurrufíos; sí el viento era favorable
siempre se podía improvisar a volar un papagayo.
En La Dolorita de ese tiempo lo que más se oía en las casas era la radio, los
televisores todavía no habían llegado a todas las casas de los doloriteños. En algunos
programas infantiles las canciones de los payasitos Gaby, Miliki y Fofó ya se escuchaban,
una de las preferidas de los niños y niñas era “Hola Don Pepito, Hola Don José”.
Un día, que pudo ser del año 1971 - 1972, llegaron a La Dolorita, sin previo aviso y en
forma sorpresiva, los payasos españoles Gaby, Miliki y Fofó, abordo de una camioneta
Volkswagen, modelo 1970, color beige, la conducía Gaby (Gabriel Aragón, 1920-1995) y sus
pasajeros eran Fofó (Alfonso Aragón, 1923-1976) y Miliki (Emilio Aragón, 1929-2012).
Gaby, no tenía su traje de payaso, vestía un traje color kaki de los llamados conjuntos
“safari”, de los fabricados en Venezuela; por su parte Miliki y Fofó, vestían sus atuendos de
131
payasos característicos, con sombrero y franelas a rayas horizontales. A Gaby, se le veía
nervioso o asombrado. Por su parte Miliki y Fofó actuaban con su estilo inigualable de hacer
reír a grandes y a chicos. Estacionaron su vehículo en la entrada de la Calle el Chorrito I, que
para ese año todavía era una calle ciega, bajaron unas cajas de cartón y comenzaron a
obsequiar en las casas y a los transeúntes de la calle, un disco de acetato de 45 rpm, donde
estaba grabada entre otras canciones la famosa y en promoción canción “Hola Don Pepito,
Hola Don José”. Todo sucedió muy rápido, llegaron, se bajaron del vehículo, compartieron
palabras y sonrisas con los allí presentes, repartieron su disco, abordaron la camioneta y se
marcharon en esa mañana de sol.
Gaby, Miliki y Fofó regresaron a su patria, el Reino de España, donde por muchos
años tuvieron su propio programa en la Televisión Española, donde cosecharon grandes
éxitos y triunfos, llamado “Los Payasos de la Tele”.
Esta es una historia poco conocida por los doloriteños, tal vez por lo inesperado del
acontecimiento y la poca duración del mismo, no obstante ocurrió y sucedió en La Dolorita.
Fue una pena que los memorables y muy conocidos payasos Gaby, Miliki y Fofó no hicieran
un espectáculo en La Dolorita pero por lo menos visitaron la comunidad y dejaron discos de
acetato de obsequio que lamentablemente la mayoría de los niños y niñas no pudieron
disfrutar por carecer en sus hogares de un tocadiscos que reprodujera sus canciones.
132
2.14.- RAFAEL RODRÍGUEZ
Rafael Rodríguez es un hombre sencillo, de buen trato y buen vecino, en la época que
habitó en La Dolorita era habitual verlo caminar en las calles de La Dolorita exhibiendo su
característico cuerpo atlético cuando se dirigía a entrenar al Centro Juvenil o realizando
compras en los comercios y bodegas o abordando las camionetas y busetas de la Línea
Miranda para dirigirse a su sitio de labores habituales y hasta cargando agua en baldes
desde el pozo de agua de manantial del señor al que llamaban “El “Zurdo”, que con su
esposa la señora Oliva atendían la compraventa del agua del pozo que queda al final de la
Calle El Chorrito. Rafael transportaba a pie el agua desde la Calle El Chorrito hasta su casa
en la Calle El Lindero, quien conoce La Dolorita sabe que la distancia entre un punto y otro
es considerable, además que la cargada del agua era en subida, por lo que el esfuerzo era
mayor.
Rafael era muy conocido en la comunidad de La Dolorita, por varias razones, una de
ellas era que su cuerpo de fisicoculturista no pasaba desapercibido y otra razón era que se
convirtió en un promotor y deportista del fisicoculturismo en La Dolorita, contando con el
apoyo de la directiva del Centro Juvenil.
133
En los años 70 y 80 hubo competencias importantes de esta disciplina y de
levantamiento de pesas en la cancha del Centro Juvenil, de igual forma organizaban
exhibiciones con participación de Rafael como anfitrión y de otros de sus colegas deportistas
fisicoculturistas. Los jóvenes salían entusiasmados de esos eventos y con deseos de cultivar
un cuerpo fornido como lo tenían los fisicoculturistas, y las damas deleitadas en esas
exhibiciones, que por lo general se efectuaban los días sábados o domingos en las tardes,
cuando el sol ya no era tan inclemente con los deportistas y el público asistente.
El ejemplo de Rafael Rodríguez es digno de imitar por los jóvenes de La Dolorita, pues
con paciencia, dedicación, constancia, trabajo y sobre todas cosas con una gran humildad
ha transcendido a los podios nacionales e internacionales, en su disciplina deportiva que ha
practicado con esmero y cosechando triunfos deportivos, profesionales y personales; no es
poca cosa, como dirían los argentinos, ser patrimonio del culturismo nacional y tricampeón
sudamericano de fisicoculturismo.
134
2.15.- JUAN BOTELLA
Juan Botella es de origen Español, de Barcelona, vivió en las décadas de los años 70
y hasta mediados de los años 80 en la Calle La Ensenada, en una casa en donde estaba
ubicada una tienda que se llamaba "Quincalla Guaicaipuro", posteriormente vivió entre la
Calle El Chorrito y la Calle La Ensenada, en una subida que cuando La Dolorita era una
hacienda de café era un paso de mulas y recuas, utilizada para transportar las cosechas,
exactamente en lo que hoy es la esquina sureste de la cancha deportiva de la U.E.N
“Mariscal Sucre”. Allí construyó una casita de madera que a más de un vecino asombró por
cuanto la misma tenía un estilo rústico o de cabaña, en fin, un estilo único que contrastaba
con el resto de las casas vecinas fabricadas de manera improvisada a su alrededor.
Sin duda Juan Botella es un artista que transcendió desde La Dolorita a nivel nacional
e internacional, donde su talento es reconocido y valorado. Actualmente es profesor de arte
en el Museo Jacobo Borges que se ubica en el Parque Alí Primera, antiguo Parque del
Oeste, "Jóvito Villalba".
En una entrevista de reciente data ofrecida por el maestro y artista Juan Botella a las
periodistas Mariana Pinto y Karoline Sánchez, se define primero que nada como un artista
plástico que la vida lo ha hecho realizar lo que está haciendo ahora, refiriendo que trabajó en
Radio Caracas Televisión, en el Departamento de Artes y Oficio, el cual se encargaba de lo
relacionado a pintura, escenificación y utilería del canal televisivo. Asimismo expresó Botella,
135
que entre sus trabajos están la escenografía del Programa “Dossier” en VTV y diversas
novelas para RCTV, entre ellas la recordada novela "Por Estás Calles".
Señaló en la mencionada entrevista que se inició con los títeres cuando estudió en la
Escuela de Marionetas de Barcelona, Reino de España, manifestando que el trabajo con los
títeres es algo extraordinario al igual que el teatro de marionetas, comentando además que
hay muchas opciones con las que se puede trabajar: niños, jóvenes, adultos y personas
mayores.
Juan Botella sigue enseñando a niños, jóvenes y adultos en las aulas y talleres que se
dictan en las instalaciones del Museo “JACOBO BORGES” (MUJABO), localizado en el
Parque del Oeste Alí Primera, donde se destaca de manera meritoria y con alta calidad.
Desde ese museo proyecta y ejecuta varios programas orientados a la formación cultural y
artística de niños, niñas, jóvenes y adultos, que tengan deseo y ganas de aprender y
formarse.
136
2.16.- DOMINGO NODA
Domingo Noda era oriundo de Araguita, estado Bolivariano de Miranda, allí nació el
día 26 de septiembre de 1948 y llegó a La Dolorita en la década de 1970. Se desempeñó
como docente, músico, cantautor, poeta, teatrero y compositor de himnos escolares.
Grabó varios discos, siendo una de sus piezas musicales más conocida la “Gaita de
Dios y Lago”. Fue fundador de la Escuela de Música de La Dolorita y de diversos grupos
musicales; promotor permanente de las parrandas navideñas y Director de Fuerza Joven,
grupo artístico musical que realizó promoción cultural con niños y jóvenes de La Dolorita.
En su interés por rescatar las tradiciones locales realizó una compilación informativa
de la historia de la comunidad que permanece inédita.
137
2.17.- ADOLFO GUEVARA
El grupo “Los Juveniles”, dirigido por Adolfo Guevara, en el mes de diciembre de 1967
interpretó sus primeras piezas musicales, entre las que estuvieron: “Niño lindo”, “Pascua
138
florida” (siendo ésta la primera composición de Adolfo Guevara), “Casta paloma” y “Fuego al
cañón”.
Al año siguiente el grupo musical “Los Juveniles” tuvo nuevos integrantes como lo
fueron: Godofredo García, Alirio Yapere, Cheo Navas, José Linares, Jesús Ramos, Yolanda
Casanova, Daría Cedeño, Eulogia Gómez, Cecilia Ruiz, Rosa Reverón, Domingo Noda,
Yoleida Fuenmayor, entre otros. Este grupo perduró por dos años y dos meses emergiendo
del grupo destacados cantantes, furreros, cuatristas, tamboreros y promotores culturales. Los
instrumentos musicales del grupo musical “Los Juveniles” fueron traspasados a un nuevo
grupo musical “Los Hijos del Pueblo”.
139
por ejemplo los uniformes. Lamentablemente este denominado "Movimiento Scouts de
Venezuela" no se mantuvo en el tiempo, subsistiendo por supuesto la Asociación de Scouts
de Venezuela.
140
2.18.- LORENZO VILLANUEVA
Lorenzo Villanueva fue uno de los primeros pobladores de La Dolorita, en el año 1967
se le ubica viviendo en su casa de la Calle Los Mangos.
Desde que comenzó a vivir en la comunidad de La Dolorita, en aquella época tan difícil
para los primeros habitantes, su preocupación y sujetos de atención fueron siempre los
niños, niñas y jóvenes de La Dolorita, para alejarlos de los vicios, malos hábitos y malas
costumbres y sobre todo de la ociosidad que es la madre de todos los males. Con esa
motivación inició la cruzada para que se construyera en un terreno desocupado y adyacente
a la entonces Escuela Jermán Ubaldo Lira, una cancha para deportes múltiples y un centro
juvenil, donde los jóvenes y niños pudieran practicar basquetbol, voleibol, futbolito, ajedrez,
artes marciales, gimnasia, entre otros deportes y un lugar para la enseñanza deportiva,
cultural y artística.
Los primeros años de esa noble causa fueron de mucho trabajo y diligencias por ante
el Concejo Municipal del entonces Distrito Sucre, de la Gobernación del Estado Miranda,
Gobierno Nacional y el Instituto Nacional de Deportes (IND). A menudo se veía a Lorenzo,
caminando por las calles de La Dolorita con una carpeta en sus manos y recogiendo firmas
de los vecinos, reuniéndose con los líderes sociales, comunitarios y políticos, buscando
apoyo para su proyecto deportivo, y fue gracias a sus constantes esfuerzos, sacrificios y
dedicación, que poco a poco, su sueño se fue haciendo una realidad.
141
desmalezamiento, cuido (para que no lo invadieran) y preparación del solar (terreno)
escogido para la construcción de la cancha y del centro juvenil.
Fue así como el Centro Juvenil se convirtió en una institución deportiva, que permitió a
los jóvenes, niños y niñas doloriteños ejercitarse en algún deporte, disfrutar de las
presentaciones de títeres y marionetas, recibir clases de pintura y elaboración de marionetas
y títeres y proyección de películas realizadas por Juan Botella, asistir a las exhibiciones de
levantamiento de pesas y fisicoculturismos del profesor Rafael Rodríguez y sus colegas
fisicoculturistas, disfrutar de las exhibiciones de gimnasia del profesor Rafael acosta, las
competencias de taekwondo de Zurita, René, Montilla, “Gori” y otros, las presentaciones del
grupo de danzas de la maestra Carlota Reverón, participar en las simultáneas de ajedrez,
asistir a los torneos inolvidables de basquetbol, voleibol y futbolito, arbitradas por el propio
Lorenzo Villanueva, con equipos organizados por los jóvenes doloriteños; es bueno recordar
que La Dolorita tuvo excelentes equipos de basquetbol y voleibol, reconocidos así en todo el
estado Miranda, quien no recuerda esos fabulosos torneos en donde La Dolorita siempre
quedaba en los primeros lugares.
142
Por más de veinte años Lorenzo Villanueva estuvo al frente del Centro Juvenil de La
Dolorita, destacándose por su excelente gestión y compromiso con la juventud y niñez de la
comunidad doloriteña. Fueron cientos los jóvenes rescatados de las drogas y del ocio,
convertidos a través de la realización de algún deporte o actividad cultural o artística, en
ciudadanos y vecinos de bien, al servicio de la comunidad toda en su conjunto.
143
2.19.- FELIPE GUEVARA
El profesor Emerio Felipe Guevara Ramírez, mejor conocido por todos como Felipe
Guevara, nació en Petare, Estado Miranda, el 06 de mayo de 1950. Su escolarización de
educación primaria la cumplió en la Escuela Fe y Alegría del Barrio Unión; sus estudios de
educación secundaria los realizó en la Escuela Normal “María Inmaculada” de Fe y Alegría y
en el Liceo Gustavo Herrera, obteniendo el título de Bachiller en Ciencias. Se graduó como
profesor en el Instituto Pedagógico de Caracas (IPC), cursó estudios de especialización y
maestría en el Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de
Venezuela Instituto de Investigación y Postgrado (CIPPSV/IIP) y Doctorado por la
Universidad de Panamá.
144
TWITTER), en varios grupos vinculados a la historia de Venezuela y universal y a la
educación.
Una de las principales características que destacan de la personalidad y trato con los
demás del profesor Felipe es su humildad, paciencia, afabilidad y respeto hacia sus alumnos,
colegas, padres, representantes, responsables y trabajadores administrativos y obreros y
otras personas en general. El maestro Felipe es un pedagogo que se aproxima a sus
estudiantes a través del buen trato, comprensión y justicia equitativa en las evaluaciones
aplicadas, transmitiendo el conocimiento a sus estudiantes sin imponerlo y motivando la
curiosidad por saber más acerca del tema o la materia de la que se trate. El profesor Felipe
enseña utilizando ejemplos prácticos de la vida y la sociedad real en la que se desenvolverán
sus alumnos a futuro.
Sus estudiantes lo recuerdan como “el maestro amigo”, “el profesor amigo” o
sencillamente como “Felipe”. Felipe posee un don de gente que le otorga una versatilidad en
ese proceso dialéctico denominado enseñanza-aprendizaje, que facilita que el estudiante
adquiera los conocimientos contenidos en el programa o proyecto educativo, a la vez que
observa en el docente a alguien que es capaz de ver en él, a otro ser humano en formación y
desarrollo natural desde el punto de vista cognitivo-individual, escolar, social, humano y
familiar.
La actuación del maestro Felipe en el Grupo Escolar “Jermán Ubaldo Lira”, ahora
Unidad Educativa Nacional “Jermán Ubaldo Lira”, fue excelente, como así lo recuerdan
145
quienes fueron sus estudiantes y sus colegas. El maestro Felipe, además del programa
oficial de educación primaria del ministerio de educación, realizaba actividades de las
denominadas extracurriculares, que consistían en actividades que los estudiantes de primaria
y el maestro debían ejecutar paso a paso, hasta llegar al N° 20. Entre esos pasos se
encontraba, por ejemplo, la preparación de un biberón, el cambio de pañales de un bebe, el
baño de un bebe, la germinación de semillas, la entonación de canciones venezolanas, entre
otras actividades.
Durante el año lectivo y de creación del liceo (1981-1982), el profesor Felipe fue
designado como el sub-director académico, a la vez que dictaba la asignatura de formación
social, moral y cívica. Desde ese cargo a tiempo completo coadyuvó de manera significativa
con la profesora Raíza Luna en el acondicionamiento, limpieza, dotación y organización y
programación interna del futuro “Ciclo Básico Común Creación La Dolorita”. Una de las
acciones que facilitó el profesor Felipe fue la consecución del apoyo y colaboración para la
consolidación del liceo de la Iglesia Parroquial San Francisco de Sales, por intermedio del
Párroco de la época, el Padre José Peña y la colaboración de los líderes sociales y
comunitarios que brindaron la señora Chela Acosta, el señor Antonio Giménez, la señora
Celina Gil, el señor Pedro Rojas, el señor Pedro Solórzano, entre otros líderes no menos
importantes.
146
comunidad de padres y representantes en todas las actividades tendentes hacia el éxito de la
consolidación del liceo en la comunidad doloriteña.
Ese primer año lectivo 1981-1982 fue crucial para la existencia futura del liceo. El
cuerpo directivo de la institución, los padres y representantes, los estudiantes, los vecinos
organizados y la Iglesia Católica sumaron esfuerzos para la consolidación de tan importante
y trascendental institución educativa.
Al comienzo del siguiente año lectivo 1982-1983, la directora fundadora del “Ciclo
Básico Común Creación La Dolorita”, profesora Raíza Luna, fue trasladada a otra institución
en el Municipio Sucre, esta situación produjo una reestructuración en la directiva del liceo,
siendo nombrado el profesor Felipe de sub-director académico a director del liceo. Desde ese
cargo el profesor Felipe profundizó el trabajo que había adelantado en el año anterior. Ese
año hubo varios profesores que pidieron su traslado a otros planteles y llegaron otros
nuevos, no obstante, la plantilla de profesores fundadores pusieron lo mejor de sí y de sus
conocimientos en pro de la formación de los estudiantes.
147
efectivas; entre otras tantas actividades, afrontaba diariamente cualquier eventualidad que
surgiera en el liceo durante el horario escolar.
Por su parte los delegados de cursos y estudiantes, apoyaban la gestión del profesor
Felipe, barriendo y limpiando los pasillos, salones, patios y baños del liceo ante la carencia
de personal de mantenimiento y aseo, arreglando puertas y ventanas, cargando agua para
echarle a los baños, bajando y subiendo los pupitres cuando se realizaban las asambleas de
padres y representantes, pintando salones y pasillos e incluso cuidando al liceo para que no
ingresaran delincuentes a cometer fechorías dentro de sus instalaciones.
El maestro Felipe también fue docente para personas adultas, que por algún motivo
desertaron o no se incorporaron a la escolarización formal para niños y adolescentes, las
clases las dictó en el “Centro de Educación de Adultos Rómulo Gallegos”, que funcionó en
horario nocturno en las instalaciones de la U. E. N. “Jermán Ubaldo Lira”, enseñando a
muchos doloriteños analfabetas a leer, escribir, entre otros contenidos educativos.
148
El maestro Felipe, el profesor Felipe o simplemente Felipe, es un ser humano con una
alta sensibilidad social, solidario, cristiano y por todo lo expuesto un “DOCENTE POR
EXCELENCIA”.
¡Maestro Felipe, gracias por todo y sobre todo gracias por darnos conocimientos para ser
mejores ciudadanos, vecinos y mejores seres humanos!
149
2.20.- LOS HIJOS DE DON BOSCO EN LA DOLORITA
150
A partir del año 1979 se erige eclesiásticamente la Parroquia San Francisco de Sales,
la cual fue confiada a los sacerdotes salesianos, asumiendo la responsabilidad de la
evangelización y educación en La Dolorita. La comunidad salesiana fundadora estuvo
integrada por dos sacerdotes y un coadjutor. Los Hijos de Don Bosco dieron continuidad a la
atención pastoral a través de los presbíteros Julián Rodríguez y Ramón Álvarez. Con el
incremento de la acción pastoral fue creada una Vicaría Parroquial y luego una Parroquia.
Los salesianos, para dar respuesta a los problemas de la deserción escolar, las
bandas delictivas, las drogas, la violencia y la inseguridad pública y ciudadana, presentes en
La Dolorita, fundaron el Centro de Capacitación Industrial Don Bosco en Mariches, el Centro
de Capacitación Laboral La Dolorita y el Centro de Capacitación Laboral de La Lagunita,
como una acción preventiva y con una pedagogía salesiana preventiva contra esos males
que han aquejado por años a la comunidad de La Dolorita.
151
Entre los salesianos que han laborado en la comunidad de La Dolorita, se encuentran:
El Padre Luciano Costalunga, el Hermano Calma, el Padre Lorenzo Piacenza, el Padre
Manuel Álvarez, el Padre Pablo Modesto González Pérez, el Padre Luis Azzalini y el Ex
Sacerdote José Peña. En la actualidad el Padre Ignacio Antonio Espinoza es el Párroco de la
Parroquia San Francisco de Sales de La Dolorita.
La presencia de los Hijos de Don Bosco en La Dolorita, por al menos 48 años, reviste
gran importancia en materia de educación para el trabajo de adolescentes y jóvenes en
situación de peligro, en una comunidad con alta incidencia de deserción escolar, de
delincuencia, de drogas, de violencia y de inseguridad. Miles de jóvenes han sido formados
para el trabajo útil, decente y productivo que impacta positivamente en la comunidad
doloriteña y en la sociedad venezolana toda en su conjunto.
Los anteriores son ejemplos de la historia local de los Hijos de Don Bosco en La
Dolorita. Estamos seguros que los salesianos que han trabajado en la Parroquia San
Francisco de Sales y que actualmente trabajan, han puesto en ejecución los 125 años de
experiencia en pedagogía salesiana preventiva, la cual ha dado frutos positivos en favor de
los jóvenes y del pueblo de la Dolorita; creemos que seguirán realizando una labor
evangelizadora, educativa, social y comunitaria trascendente e importante.
152
2.21.- PEDRO ROJAS
Durante el cumplimiento del servicio militar conoció a la mujer que sería su compañera
por el resto de su vida, la señora Ofelia Ramírez, con quien se unió en sagrado matrimonio y
compartió más de 50 años de vida conyugal. De esta unión matrimonial fueron procreados
tres hijos y dos hijas.
153
Campins, al Palacio de Miraflores, para tratar asuntos relacionados con las necesidades de
La Dolorita y Mariches.
Es importante resaltar que el señor Pedro Rojas se caracterizó por ser un dirigente
local, respetado y apreciado por los habitantes de La Dolorita, puesto que asumía su rol
protagónico de líder social con mucha seriedad, honestidad, responsabilidad, capacidad,
dedicación y en forma voluntaria. En especial, en las décadas de los años 60, 70 y 80, en la
que la comunidad de La Dolorita se encontraba en un proceso de consolidación, por lo que
las carencias de interés local, colectivo y comunitario eran muchas, como por ejemplo, la
falta del servicio de electricidad en los hogares, de alumbrado público, de agua potable por
tubería, de pavimentación de calles, aceras y callejones, falta de embaulamiento de las
quebradas utilizadas para verter las aguas negras o servidas, escaso servicio de salud y
asistencial, instituciones de educación insuficientes, inestabilidad en la posesión de los
terrenos donde se había construido viviendas, inseguridad ciudadana y pública, entre otras
necesidades sentidas de la población.
Don Pedro, a falta de Sacerdote, acostumbraba realizar rezos en los velorios, donde era
solicitado desde todos los rincones de La Dolorita, por el eterno descanso de los difuntos.
Asimismo, colocaba o “echaba” el agua bendita a los niños, costumbre venezolana antes de
llevarlos a bautizar en la Iglesia Católica, por lo que llegó a tener más de 200 ahijados y
ahijadas en La Dolorita.
El señor Pedro era un Maestro Pueblo, que conocía muchos secretos sobre
imposición de manos a niños afectados por el llamado “Mal de ojo” u otras dolencias, no sin
antes recomendarles a los padres que posterior a la imposición de manos visitaran a un
médico pediatra de forma inmediata. Sobre esta actividad el señor Pedro decía que él tenía
154
esa facultad de sanación a través de la imposición de las manos gracias a nuestro Señor
Jesucristo y que esa facultad la realizaba en nombre de Él quien fue que le otorgó esa
facultad en la tierra.
El señor Pedro Rojas partió al seno del Padre Celestial el día 6 de septiembre de
2017, a los 80 años de edad, dejando una numerosa descendencia en hijos, nietos y
bisnietos, así como ahijados, que lo recuerdan con mucho cariño, respeto y admiración
porque fue un buen padre de familia y abuelo ejemplar, y por su obra de vida legada a la
comunidad por la que trabajó, luchó y dedicó muchos años de su vida y a sus hijos y familia
que supo sacar adelante con el trabajo honesto y productivo.
155
2.22.- VICTOR ACEVEDO
Acevedo es un artista autodidacta y con un talento o don innato para la pintura, el cual
ha realizado su obra artística en murales pintados en localidades o comunidades del
Municipio Sucre del estado Bolivariano de Miranda y pintando cuadros al óleo con
expresiones figurativas. El Pintor ha referido en entrevistas que “anda pendiente de expresar
lo que siente de la sociedad como un todo, tanto nacional como internacional, como mundial,
como persona de un país, como persona de carne y hueso”.
156
El pintor Víctor Acevedo tiene como slogan que su obra artística es, “Cultura y arte
popular hecho en Venezuela, para el mundo”.
*Este artículo se redactó con información del Catálogo del Patrimonio Cultural
Venezolano- Municipio Sucre 2004-2008, vídeo de entrevistas y artículos publicados en la
prensa digitalmente.
157
2.23.- EL SÚPER POLICÍA DE LA DOLORITA
Este Distinguido era de estatura aproximada de 1,70 mtrs, de contextura delgada, tez
negra, ojos marrones, cabello negro crespo, cara ovalada, usaba un pequeño bigote y cara
de pocos amigos. Vestía el uniforme clásico de la brigada de orden público de ese cuerpo
policial, camisa gris manga corta, pantalón azul con una franja vertical amarilla a cada lado,
botas tipo militar, casco color blanco con logos de la policía, en uno de sus hombros el grado
de Distinguido, portaba chaleco antibalas, el revólver reglamentario modelo Smith & Wesson
calibre 38 y una subametralladora Uzi. Se le asignó como comandante del módulo policial,
bajo su mando estaban dos agentes policiales, a uno de éstos agentes le decían “Cabeza é
bala”, muy conocido en la comunidad.
158
operandi” de actuar de este trío de agentes, al mando del famoso Distinguido, que por su
manera de uniformarse comenzaron a decirle “Robocop” o el “Superpolicía”.
Con el pasar del tiempo el Distinguido fue imponiendo su particular estilo policial a los
habitantes de la comunidad, convirtiéndose, como en las películas del lejano oeste, en una
especie de Comisario, Marshal o Sheriff de La Dolorita. Casi todos los días en la comunidad
había “redadas” sorpresas y en cada oportunidad aplicaban el mismo procedimiento descrito
arriba. Rara vez esos policías capturaban en realidad a algún delincuente, frecuentemente se
trataba de jóvenes trabajadores, estudiantes o desempleados, con la mala fortuna de estar
por donde pasaba ese “Comando Especial de Policías”.
Es posible que la aplicación de ese “procedimiento policial” por parte del Distinguido
fuera con el objetivo de prefabricar una situación de hecho que encuadrase en la derogada
Ley de Vagos y Maleantes de 1956, vigente en los años en los que el Distinguido cumplió su
servicio policial en la comunidad de La Dolorita.
159
La comunidad de La Dolorita hubo de aprender a convivir con este trío de policías y en
especial con el Distinguido; con el tiempo los jóvenes ya sabían en donde no estar para no
ser objeto de una detención policial arbitraria que lo que buscaba en el fondo era prefabricar
un prontuario policial en el marco de la inconstitucional Ley de Vagos y Maleantes, que
podría conllevar a ser procesados judicialmente y enviados a las colonias móviles de El
Dorado, al sur de Venezuela.
160
relato de algunos, a la suspensión del Distinguido como funcionario policial, por lo que nunca
más regresó a la comunidad de La Dolorita.
161
2.24.- ANTONIO ABRAHAM BLANDÍN
“Mapo”
Mapo era de poco hablar por lo que familiar y cariñosamente le decían “El Mudo”. El
señor Blandín decidió, junto a sus padres y hermanos, vivir en el sector Matapalo, distante
del centro de la comunidad. Su hermano Raúl Blandín formó parte de la juventud del partido
Acción Democrática en la clandestinidad durante el gobierno del General Marcos Pérez
Jiménez, por esta razón la familia Blandín fue perseguida por la policía política de la época,
denominada Seguridad Nacional, por lo que la familia aprendió a convivir de manera discreta
y sin llamar la atención.
Al caer el gobierno perezjimenista cada uno de los hermanos Blandín siguen su propio
camino y militancia política partidista. Su hermano Raúl Blandín, al no estar de acuerdo con
algunas políticas del partido Acción Democrática, es perseguido y puesto preso, por este
motivo “Mapo” abandona el partido AD y comienza su militancia en el Partido Social Cristiano
(COPEI) comenzando su actividad política como dirigente de base y líder comunitario.
Durante el primer gobierno del Doctor Rafael Caldera y siendo José Luis Rodríguez
Presidente del Concejo Municipal del Distrito Sucre del Estado Miranda, el señor Blandín,
trabajando por la comunidad de la Dolorita, junto a otros líderes comunitarios, logran
conseguir los recursos para pavimentar las calles del sector Matapalo y meter las tuberías
de aguas blancas y servidas.
Mapo organizaba en el sector Matapalo la celebración por el Día del Niño. Colocaba
los bombillos en las calles, buscaba las cisternas de agua potable, y tuvo participación activa
162
en el liceo Mariscal Sucre. Todas estas actividades las hacía en forma discreta, por lo que se
ganó el respeto de los vecinos.
El señor Antonio Abraham Blandín se caracterizó toda su vida por ser un hombre
humilde y sencillo, en comunión con su esposa y compañera de vida, por más de 50 años,
procrearon 6 hijos: Abraham, Juan y Jesús, María del Carmen, Raúl y Yasmín, asimismo,
criaron y compartieron con 4 sobrinos: Franklin, Darwin Nayibis y Keli. A sus hijos y
sobrinos, les orientó para que estudiaran y fueran hombres y mujeres de bien.
El señor Blandín laboró por 40 años en el Concejo Municipal del Municipio Sucre del
estado Miranda, obteniendo su merecida jubilación de derecho por tiempo de servicio público
cumplido.
Mapo partió al seno de Dios a la edad de 75 años. En vida fue líder político,
comunitario, cultural, deportista en la lucha olímpica y fanático de los gloriosos Leones del
Caracas. Fue un hombre elegante y como tenía ojos verdes solía decir que él era un negro
de salón; fue un gran hijo, gran esposo, gran vecino, gran líder, gran amigo, gran cristiano y
un excelente padre.
163
2.25.- Líderes y Personajes de La Dolorita
No hemos querido terminar esta primera edición de este libro digital sin dejar de hacer
mención de algunos de esos líderes y lideresas, que con su trabajo desinteresado y esfuerzo
voluntario crearon las condiciones materiales y humanas para que los habitantes de La
Dolorita tuvieran un mejor vivir y convivir.
164
En los ámbitos de cultos y religión resaltan: Monseñor Pablo Modesto González,
Padre Luciano Costalunga, Padre Manuel Álvarez, las Hermanas Lauritas, el ex sacerdote
José Peña, Pastor Norberto Miranda, Apóstol Alberto Parra, Chela de Vera.
En el ámbito político resaltan los nombres de: Julián Blanco, Florencio Boulanger,
Jesús Rodríguez, Próspero Díaz, Carla Seco, Candelario Rodríguez, Orlando Hernández,
Juanita Isaac, la Señora Lola, Pedro Rojas, Pedro Peche, Alicia Romero.
Finalmente pedimos disculpas, porque sabemos que en las menciones que hemos
efectuado de algunos líderes y personajes de La Dolorita, es posible que no se haya
nombrado alguno, por escapar a nuestra memoria o no tener los datos suficientes sobre los
personajes.
165
EPÍLOGO
Los autores reconocen que en esta primera edición digital no están todas las crónicas
ni todos los personajes de la comunidad de La Dolorita, pero se sienten satisfechos en
contribuir con un granito de arena en la formación de la memoria histórica escrita de la
comunidad en la que crecieron y se desarrollaron.
Asimismo, quedamos abiertos a recibir de la mejor manera las críticas que pudieran
surgir luego de la lectura del contenido de este libro, que servirán de seguro, para un
perfeccionamiento de una segunda futura edición.
Por ultimo damos las gracias, a las personas que gentilmente nos suministraron
información y datos sobre algunas crónicas y personajes.
Todavía quedan muchas crónicas por contar y muchos personajes y líderes por
descubrir en la pujante y siempre dinámica Comunidad de La Dolorita.
Hasta pronto.
Los Autores
166
FUENTE BIBLIOGRÁFICAS Y ELECTRÓNICAS CONSULTADAS
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS:
4.- LANDAETA ROSALES, Manuel. “Los Cementerios de Caracas. Desde 1567 hasta 1906”.
Libro digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango, Banco de la República de Colombia.
Caracas, 1906.
6.- MERINO GÓMEZ, Amador. ”Los Salesianos en Venezuela. Volumen I. Sinopsis histórica”.
Talleres Escuela Técnica Popular Don Bosco, Caracas, 2011.
167
4.- PINZÓN DUARTE, Manuel Jesús. “La Historia de La Dolorita como la vivió Manuel Jesús
Pinzón Duarte”. Edición Luis M. Galviz, Caracas, 2020.
FUENTES ELECTRÓNICAS:
1.- https://es.wikipedia.org/wiki/Parroquia_La_Dolorita
2.- https://cronica.uno/dolorita-hacienda-cafetalera-barrio-popular/
3.- https://core.ac.uk/download/pdf/25794527.pdf
4.- http://www.cnh.gob.ve/images/PDFColeccionMonografias/La_dolorita_Suzuky.pdf
5.- http://congresodehistoriaregionalenmiranda.blogspot.com/2008/03/origen-de-la-hacienda-
la-dolorita-de.html
6.- https://historiapetare.wordpress.com/historia-de-los-barrios/publicaciones/series-dipticos/
7.- https://es.wikipedia.org/wiki/Motor_de_b%C3%BAsqueda
8.- https://culturasucre.files.wordpress.com/2013/01/guc3ada-de-talentos_br11.pdf
9.- http://files.srojas.webnode.com.ve/200000016-9cc0a9dbac/PEIC%20Jerm.%202011.pdf
11.- http://vozcomunal.blogspot.com/2008/08/voz-comunal-n-7-agosto-2008-pg-3.html
12.- https://www.facebook.com/svespeleoweb/posts/996770813668383/
168