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Neuropsicofarmacología europea 56 (2022) 60–73

www.elsevier.com/locate/euroneuro

Los conceptos polisémicos de

psicomotricidad y catatonia: un estudio europeo
perspectiva de consenso múltiple
Jack R. Fouchera,b, , Ludovic C. Jeanjeanab, Clément C. de
Billyab, Bruno Pfuhlmannc, Julie ME Claussd,e,
Alexandre Obrechtab, Olivier Mainbergerab, Remi Vernetad,
Hippolyte Arcaya , Benoit Schorrdf, Sébastien Weibeldf,
Sebastián Waltherg ,
Peter N. van Hartenh,
John L. Waddingtoni , Manuel J. Cuestaj , Víctor Peraltak,
Lucile Dupinl , Fabio Sambatarom, Manuel Morrensn,o,
Katharina M. Kuberap, Lydia E. Pietersh,
Katharina Stegmayerg , Werner Strikg , R. Christian Wolfp,
Burkhard E. Jabsc, Miriam Amsq, Claudio García ,
marcus hankes, Julien Elowet, andreas bartschu,
Fabrice Bernad, Dusan Hirjakq

a ICube ­ CNRS UMR 7357, neurofisiología, FMTS, Universidad de Estrasburgo, Francia bCEMNIS
­ Centro de neuromodulación no invasiva, Hospital Universitario de Estrasburgo, Francia cKlinik für
Psychiatrie & Psychotherapie, Städtisches Klinikum, Dresden, Alemania d Pôle de Psychiatrie,
Santé Mentale et Addictologie, Universidad Hospital Strasbourg, Francia e SAGE – CNRS UMR 7363, FMTS,
Universidad de Estrasburgo, Francia fPhysiopathologie et Psychopathologie
Cognitive de la Schizophrénie – INSERM 1114, FMTS, Universidad de
Estrasburgo, Francia
gCentro de Investigación Traslacional, Hospital Universitario de Psiquiatría, Universidad de Berna, Suiza
h
Centro Psiquiátrico GGz Centraal, Amersfoort, Países Bajos; Departamento de Psiquiatría, Escuela de
Salud Mental y Neurociencia, Centro Médico de la Universidad de Maastricht, Maastricht, Países Bajos
i Facultad de Farmacia y Ciencias Biomoleculares, Real Colegio de Cirujanos de Irlanda, Dublín, Irlanda

jServicio de Psiquiatría, Complejo Hospitalario de Navarra, España. Instituto de Investigación Sanitaria

de Navarra (IdisNa), España
kDepartamento de Salud Mental, Servicio Navarro de Salud, Pamplona, España, Instituto Navarro de Salud
Investigación, IdiSNA, Pamplona, España

Autor para correspondencia en: CEMNIS (UF 4768) ­ centre de neuroModulation Non Invasive de Strasbourg, 1 place de l'Hôpital, BP 426, 67 091
Cedex de Estrasburgo.
Dirección de correo electrónico: jack.foucher@unistra.fr (JR Foucher).

https://doi.org/10.1016/j.euroneuro.2021.11.008
0924­977X/© 2021 Publicado por Elsevier BV
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Neuropsicofarmacología europea 56 (2022) 60–73

l Institut de Psychiatrie et Neurosciences de Paris, INSERM U1266, Université de Paris, París, Francia m
Department of Neuroscience (DNS), University of Padova, Padova, Italy
nDepartment of Psychiatry, University Psychiatric Center Duffel, Duffel, Bélgica oDepartment
of Psychiatry, Instituto Colaborativo de Investigación Psiquiátrica de Amberes (CAPRI), Facultad de
Medicina y Ciencias de la Salud, Universidad de Amberes, Amberes, Bélgica
pCentro de Medicina Psicosocial, Departamento de Psiquiatría General, Universidad de Heidelberg,
Heidelberg, Alemania
qDepartamento de Psiquiatría y Psicoterapia, Instituto Central de Salud Mental, Facultad de Medicina
Mannheim, Universidad de Heidelberg, Mannheim, Alemania
rKlinik für Psychiatrie und Psychotherapie am Klinikum Bad Hersfeld, Alemania sUniversity
Hospital of Child and Adolescent Psychiatry and Psychotherapy, University of Bern, Bern,
Suiza
tDepartamento de Psiquiatría, Hospital Psiquiátrico de Prangins (CHUV), Route de Benex, Prangins, Suiza
uDepartamento de Neurorradiología, Universidad de Heidelberg, Heidelberg, Alemania

Recibido el 15 de julio de 2021; recibido en forma revisada el 10 de noviembre de 2021; aceptado el 15 de noviembre de 2021

PALABRAS CLAVE Abstracto

Psicomotor; Los sistemas de clasificación actuales utilizan los términos “catatonía” y “fenómenos psicomotores” como
sensoriomotor; meros descriptores a­teóricos, olvidándose de su arraigo teórico. Este fue el
catatonía; fuente de malentendidos entre clínicos e investigadores de la colaboración europea sobre
psicosis; movimiento y funcionamiento sensoriomotor/psicomotor en la esquizofrenia y otras psicosis o
historia; ECSP. Aquí, revisamos las diferentes perspectivas, sus raíces históricas y destacamos las discrepancias.
neurosiquiatría;
inconmensurabilidad En 1844, Wilhelm Griesinger acuñó el término “psíquico­motor” para denominar el proceso fisiológico
contabilidad de la voluntad. Si bien se deriva de esta idea, el término "psicomotor" en realidad se refiere
a los sistemas que reciben entradas intrapsíquicas misceláneas, las convierten en salidas conductuales coherentes
enviadas a los sistemas motores. Más recientemente, el enfoque sensoriomotor ha atraído
en neurociencia para redefinir los signos y síntomas motores observados en las psicosis.
En 1874, Karl Kahlbaum concibió la catatonia como una enfermedad cerebral que enfatizaba sus características
somáticas, particularmente motoras. Al conceptualizar la demencia precoz Emil Kraepelin reformuló catatónico
fenómenos en términos puramente mentales, dejando de lado los signos motores que no podrían ser explicados en
Por aquí. Por el contrario, la escuela de Wernicke­Kleist­Leonhard siguió el enfoque neuropsiquiátrico de Kahlbaum y
describió muchos signos psicomotores nuevos, por ejemplo, paracinesias, Gegenhalten.
Distinguieron 8 fenotipos psicomotores de los cuales solo 7 son catatonias. estos apenas
se superponen con las clasificaciones de consenso, lo que aumenta el riesgo de malentendidos.
Aunque provienen de diferentes tradiciones, los autores coincidieron en que sus diferencias podrían ser un
fuente de enriquecimiento mutuo, pero que quedaba un importante esfuerzo de clarificación conceptual
hacerse. Esta revisión narrativa es un primer paso en esta dirección.
© 2021 Publicado por Elsevier BV

Pices of the European Scientific Association on Schizophre nia

1. Introducción
Vuelven los signos y síntomas psicomotores y catatónicos
en el centro de atención (Foucher et al., 2018; Hirjak et al., 2019;
Walter et al., 2017). Ambos fenómenos incluso se consideran
independientes de los trastornos psicóticos y del estado de ánimo
en la CIE­11 (Reed et al., 2019), que se considera
como un retorno al concepto original de Kahlbaum (Fink et al.,
2010; Peralta et al., 2001). Recientes desarrollos conceptuales y
el creciente número de publicaciones sobre fenómenos
sensitivomotores y psicomotores en trastornos psiquiátricos
motivaron la reunión de la colaboración europea sobre
movimiento y funcionamiento sensoriomotor y psicomotor en
esquizofrenia y otras psicosis (ECSP), bajo el aus
and other Psychoses. En la redacción de nuestro primer
documento de consenso (Walther et al., 2020), terminológica y
surgieron diferencias conceptuales en la comprensión de
“catatonia/catatónica” y “psicomotricidad/psicomotricidad”
vs “motor/sensoriomotor”. Estos términos son polisémicos como
se relacionan con diferentes conceptos y fenómenos dependiendo
en su marco de referencia. Esta diversidad de puntos de vista
es una riqueza, pero sólo si seguimos siendo capaces de comprender la
unas de otras, de lo contrario nos confrontará con el problema de
la inconmensurabilidad (Kuhn, 1996). Como ya veremos,
la oposición entre Kahlbaum y Kraepelin bien podría
han sido causadas por el uso del término “catatonía” para
referirse realmente a diferentes pacientes.
Con suerte, la inconmensurabilidad no es una fatalidad.
(Sousa, 2010). Pero la cura no debe ser peor que

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JR Foucher, LC Jeanjean, CC de Billy et al.

Fig. 1 Línea de tiempo. Las enfermedades mentales se definen de dos maneras. Azul. El camino neuropsiquiátrico que comenzó con
la parálisis general de los locos (Antoine­Laurent Bayle era sobrino de Gaspard Laurent Bayle). Amarillo. La vía psicológica según la
cual las enfermedades mentales se definen por el deterioro de los constructos psicológicos. Verde. Descripción fisiológica de la mente.
Las construcciones sensoriomotoras RDoC están más en línea con el enfoque psicológico que con el fisiológico y, por lo tanto, se
colocaron junto a la vía psicológica. Rosa. Descripción psicológica del proceso mental y el contenido.

la enfermedad: debemos evitar la solución de un único consenso
ateórico como la CIE o el DSM. Aunque podría ser de interés en la
práctica clínica, la “solución única de consenso” corre el riesgo de
agotar la investigación básica. La ciencia fáctica no encaja con la
monotonía y aprovecha la diversidad para acelerar los descubrimientos
y la selección del modelo más adecuado ((Foucher et al., 2020a)
(Foucher et al., 2021b)). Esta revisión narrativa es solo una forma,
entre otras, de mitigar la inconmensurabilidad preservando nuestras
diversidades. Su objetivo es sensibilizar a los médicos e investigadores
conciencia de estos cambios conceptuales recordando sus raíces
históricas y adoptando relatos consensuados… pero para cada uno
de ellos.
2. Método
Se realizó una búsqueda bibliográfica selectiva. Se examinaron
artículos originales, libros, PubMed, varios diccionarios, Wikipedia
y Google Scholar, hasta el 31 de mayo de 2021, utilizando los
términos en inglés “psy chomotricity”, “psychomotility”, “psychomotor”
junto con el alemán (“Psychomotorik”, “ Psychomotilität ” ,
“psychomo torisch”), traducciones al español (“psicomotricidad”) y
al francés (“psychomotricité”, “psychomoteur”). Las citas originales
han sido traducidas y proporcionadas en el material complementario
junto con las notas (indicadas por un “§” e indexadas por un
número). No se supone que las fuentes incluidas en esta revisión
narrativa sean exhaustivas. Una vez definidos los diferentes
conceptos (consenso múltiple), cada autor clasificó sus preferencias.
3. Resultados
3.1. “Zeitgeist”: el espíritu de la época
Es imposible captar el significado original de psicomotricidad y
catatonía sin tener una idea del trasfondo conceptual que enmarcaba
el pensamiento del siglo XIX. En ese momento, la paresia general
de los locos (GPI) fundó la corriente neuropsiquiátrica cuya
fisiopatología
Se elaboraron modelos lógicos en la filosofía del sensualismo (ver
línea de tiempo en la Figura 1).
3.2. Conectando lo mental con el soma: el modelo
paradigmático GPI de Bayle
El marco naturalista dio sus primeros pasos a principios del siglo
XIX. Las enfermedades pasaron a ser consideradas como “entidades
mórbidas naturales” subtendidas por causas biológicas que podían
demostrarse a partir de correlaciones clínico­patológicas. El principio
causal, es decir, “misma causa → mismos efectos”, explicaba por
qué los pacientes se resumían en tipos fenomenológicos o fenotipos
(Foucher et al., 2020a).
El poder del paradigma clinicopatológico se estableció por primera
vez mediante el hallazgo de causas patológicas tanto para condiciones
agudas como fatales, en otras palabras, cuadros clínicos transversales.
Sin embargo, inicialmente se pensó que los trastornos mentales eran
una excepción debido a las concepciones dualistas imperantes en
la época: se pensaba que los trastornos mentales tenían una
naturaleza diferente a las enfermedades somáticas.
En su publicación seminal de 1822 sobre el fenotipo de la parálisis
general del demente (GPI), Antoine Laurent Bayle introdujo dos
novedades: (i) una descripción diacrónica y (ii) una causa somática
de un trastorno mental. Por un lado, el término “diacrónico” significa
que el curso, es decir, cómo van cambiando los cuadros clínicos en
el tiempo, es parte de la descripción fenotípica. Por otro lado, la
asignación de signos mentales a causas cerebrales fue una visión
monista revolucionaria.
El dualismo estaba tan profundamente anclado que, aunque las
manifestaciones neurológicas y mentales de la GPI se conocían
desde hacía décadas, no podían relacionarse con el mismo origen
orgánico (Pérez­Trullén et al., 2015). En el mejor de los casos, la
"locura paralítica" era una enfermedad mental primaria con psicosis,
manía y depresión, y la parálisis era la consecuencia de anomalías
mentales.
Bayle pretendía probar que la misma causa somática explicaba
las manifestaciones neurológicas y mentales y su descripción
diacrónica era un caso contra el dualismo.

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Neuropsicofarmacología europea 56 (2022) 60–73
La esencia de su argumento era la progresión paralela
de fenómenos somáticos (neurológicos) y mentales a lo largo de 3
etapas de gravedad creciente (§1): 1) ataxia y deterioro cognitivo leve, 2)
convulsiones y delirios maníacos, 3) paresia y demencia. La observación
de la misma patología
hallazgo, es decir, una meningoencefalitis crónica, apoyó la
adecuación de su modelo de puesta en escena.
La hipótesis monista de Bayle ha sido muy criticada y
tomó una generación para que GPI fuera aceptado por el médico
comunidad (Pérez­Trullén et al., 2015). Pero una vez reconocido, el éxito
de GPI lo convirtió en el modelo paradigmático
del programa emergente de investigación neuropsiquiátrica. En el
campo de la neurología, inició un siglo de descubrimientos y refinamientos
fenotípicos, gracias a la evolución patológica y posterior.
correlaciones histopatológicas. En psiquiatría, la naturaleza crónica de las
enfermedades permite que el curso sea considerado como un
descriptor A mediados del siglo XIX, la primera generación de
neuropsiquiatras apoyó la diacrónica de Bayle.
modelo hasta el punto de considerar la puesta en escena más que una
rasgo simple sino como una promesa de adecuación como Joseph
Guislain en Bélgica (Guislain, 1835), Jean­Pierre Falret en
Francia (§2)(Falret, 1864) y Ludwig Kahlbaum en Alemania
(§4a)(Kahlbaum, 1863).
3.3. Filosofía del asociacionismo­sensualismo:
La psicomotricidad como modelo fisiológico
La aceptación de supuestos monistas permitió la
surgimiento de un modelo neurofisiológico de la mente en
que se incrusta el concepto de psicomotricidad. Es
caldo de cultivo se remonta a mediados del siglo XVIII,
sensualismo filosofía de Bonnot de Condillac que en sí misma
hunde sus raíces en el asociacionismo inglés (de Condillac, 1754).
Según el sensualismo, la vida mental tiene tres componentes:
pensamiento, emoción y voluntad; los tres siendo alimentados por el
Sentidos. Las percepciones, ya sean de origen externo o interno,
suscitar una primera representación que conduce a otra y
así sucesivamente y así sucesivamente. Las asociaciones que se forman entre
Las representaciones están impulsadas por la repetición de lo mismo.
experiencia, sino también por “principios” lógicos como la semejanza o la
causalidad (Kant, 1781). Aunque las representaciones
emergen originalmente de las percepciones, pueden partir de
concreto a contenidos más abstractos como palabras, ideas,
emociones o intenciones. El flujo de pensamiento describe el
experiencia interna de saltar de una representación a
el siguiente a lo largo de estos enlaces asociativos. Uno podría reconocer
este marco conceptual detrás de la teoría psicológica de Bleuler
modelo de “esquizofrenia”, es decir, proceso de asociación defectuoso o
“Spaltung” (Bleuler, 1911; Bleuler y Zinkin, 1950;
Moskowitz y Heim, 2011), mientras que al introducir el
posibilidad de flujos "inconscientes", el sensualismo sentó las bases
fundamentos del modelo psicoanalítico de Freud.
En última instancia, las representaciones se traducen en una voluntad
actuar de donde se derivan las conductas motrices. Inspirado de
el descubrimiento de los reflejos motores por François Magendie
(Tubbs et al., 2008), Wilhelm Griesinger desarrolló un
teoría neurofisiológica de estos visión sensualista de la
mente. Las “acciones reflejas psíquicas” eran simplemente bucles
asociativos/reflexivos más elaborados que terminaban en un acto volitivo.
o sistema "psíquico­motor" que en última instancia estaba impulsando
sistemas motores (Griesinger, 1861). Anticipándonos a Kraepelin
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“debilidad de la voluntad”, Griesinger ya sugirió que
la debilidad de los procesos “psíquico­motores” podría explicar
para la catalepsia (§3a).
El término “psicomotor” aparece en la década de 1870 en los escritos
de Richard von Krafft­Ebing y Heinrich Schüle. Aunque
deriva del concepto “psíquico­motor” de Griesinger, se refería a un nuevo
nivel neurofisiológico, intermedio
y dominios psíquicos. Aquí, los fenómenos psicomotores son
un nuevo tipo de salidas motrices: demasiado complejas para ser de origen
neurológico ya que tienen la apariencia de actos intencionales, pero sin
resultar de ningún impulso psíquico
(§3b,§6 g)(Schüle, 1878). Desafortunadamente, el término “psicomotor” ha
sido malversado por los defensores de la psicología sensualista para
referirse a la misma función como “motor psíquico” o voluntad.
3.4. La catatonía de Karl Ludwig Kahlbaum
3.4.1. Catatonia diseñada según el modelo GPI:
estadificación y combinación somático­mental
Aunque Kahlbaum rechazó el modelado fisiopatológico,
claramente desarrolló un programa de investigación neuropsiquiátrica.
A lo largo de su monografía de 1874 sobre "locura de tensión"
Kahlbaum se refiere a GPI como el modelo paradigmático para
ser reproducido. Más allá de sus hallazgos patológicos (de Billy
et al., 2021), insiste reiteradamente en el cumplimiento de
catatonia con argumentos monistas de Bayle: etapas de severidad creciente
y co­ocurrencia de fenómenos mentales y somáticos (§4a) (Kahlbaum,
1874). En cuanto a GPI, todos
los cuadros clínicos ya se conocían, pero se describían de forma
independiente. Kahlbaum esencialmente introdujo un típico
curso episódico en 2 a 4 etapas: 1) melancolía, 2)
rabia maníaca (inconstante), 3) melancolía estuporosa, 4) progresando
ocasionalmente hasta una “demencia terminal” (en constante). La
melancolía estuporosa es la más importante.
y constante En ese momento, su cuadro clínico ya era
bien establecida en la psiquiatría alemana, francesa e inglesa ("mélancholie
stuporeuse" o "Melancholia attonita";
“attonita” que significa “atónito”) (Berrios, 1996; Ken neth S. Kendler, 2020;
Edward. Edward. Shorter, 2005).
Es importante destacar que el término "estupor" significa más que la
ausencia de actividad espontánea y de relación activa con
el medio ambiente (Asociación Americana de Psiquiatría, 2013).
Más allá de la ausencia de movimientos autoiniciados y reactivos, el
paciente es mudo, no responde, presenta
mirada fija, facies rígida como una máscara y, a veces, catalepsia.
Vale la pena recalcar que la “melancolía” no se supone
estar relacionado con un trastorno del estado de ánimo, pero se utiliza como
un mero descriptor para referirse a una reducción de comportamiento
salidas (§4b). La comprensión actual de la melancolía
solo se desarrolló en la segunda mitad del siglo XX.
(Paykel, 2008).
3.4.2. Manifestaciones somáticas: signos musculares
Los signos musculares son tan centrales en la catatonia que Kahlbaum
incluso ideó su segundo nombre según ellos, es decir, “locura
tensional” (Kendler y Engstrom, 2017). Él describió
como resistencia tónica a la movilización pasiva durante
estados catalépticos y fenómenos discinéticos más fásicos
como espasmos musculares, espasmos faciales, coreoatetosis o
incluso movimientos tipo calambres que pueden aparecer en cualquier parte
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JR Foucher, LC Jeanjean, CC de Billy et al.
del cuerpo (§4c). Hasta la segunda mitad del siglo XX,
Los fenómenos discinéticos y distónicos se consideraron
de origen muscular (Newby et al., 2017). La razón por
La insistencia de Kahlbaum en reportar signos musculares, podría
no ser impulsado puramente por la observación. Está claro desde el
lectura de su monografía que estaba buscando activamente
ellos (§4c). Podría decirse que los signos musculares apoyan su visión de
catatonia como otra instancia de un trastorno mental debido
a una enfermedad cerebral: son para la catatonia lo que es la paresia
para GPI. Sorprendentemente, el papel central de los signos musculares
en la fenomenología de la catatonia permanece casi nunca
mencionado a pesar del énfasis de Kahlbaum (Lund et al., 1991;
McKenna et al., 1991; Rogers, 1991). La razón podría ser
que la mayoría de los marcos psicopatológicos actuales no ofrecen una
tabla de lectura para descubrir qué fenómenos Kahlbaum
se refería, especialmente para el componente fásico
(Foucher et al., presentado).
3.5. Programa de investigación Emil Kraepelin: demencia
como estado deficitario
3.5.1. El concepto de “estado deficitario”
Aunque Kraepelin llamó a su principio de clasificación “unidad
por supuesto y resultado”, enfatizó claramente el “resultado” (Kraepelin,
1899). En su época, los estudios prospectivos
había demostrado que GPI se describe mejor como el progresivo
acumulación de déficits permanentes que una progresión gradual.
Por lo tanto, en lugar de intentar encontrar una disposición secuencial en
los cuadros clínicos durante los estados agudos, se centró en los síntomas
residuales entre los episodios, denominados "déficit" o estado "final" (el
resultado). A él,
la mayoría de los fenómenos agudos son inespecíficos y simplemente reflejan
reacciones cerebrales genéricas a un proceso degenerativo en curso.
Es sólo cuando este proceso disminuye que las manifestaciones
específicamente relacionados con las áreas cerebrales degeneradas pueden ser
determinado (§5a). Se puede hacer una analogía con la encefalitis por
herpes en la que la fase patógena activa es generalmente
acompañado de un estado de confusión inespecífico mientras que el déficit
permanente en la memoria episódica y los cambios de personalidad
son específicos de las regiones cerebrales afectadas (ínsula, medial y
lóbulo temporal polar) (Whitley y Gnann, 2002).
Para Kraepelin, el déficit predominante resultante de la aguda
episodios es similar al de GPI, es decir, demencia, que él
define ampliamente como el deterioro de las funciones mentales superiores.
Según él, la constelación­síntoma precisa
en que aparece la demencia no es importante y algo
inestable. Por lo tanto, la catatonia debe agruparse junto con
demencia paranoide y hebefrenia en una sola entidad: Dementia Praecox
(Jablensky, 2010). La idea ya está
germen en la 4ª edición de su “Lehrbuch” (1893), pero Krae pelin sólo logró
la fusión en la 6ª edición, publicada
el año de la muerte de Kahlbaum (1899). El interés de Kraepelin
en la demencia precoz como un estado residual es inseparable de
su programa de investigación: al igual que en GPI, la demencia precoz debería
vienen con cambios cerebrales. Sin embargo, dados los numerosos
exámenes patológicos de pacientes con trastornos mentales durante
las últimas décadas del siglo XIX, otras macroscópicas
cambios como la "aracnoiditis crónica" de GPI deberían haber sido
ya informado. Kraepelin sorteó el problema hablando de correlaciones
histopatológicas más que patológicas (Géraud, 2007). Aprovechó la aparición
64
de métodos de tinción de neuronas para reunir un grupo único de cerebro
patólogos e iniciar uno de los programas de investigación más impresionantes
en psiquiatría.
3.5.2. Giro psicológico: disolver la catatonía en
demencia precoz
El proceso de desmontaje y montaje que se produjo
entre la 4/5ª y la 6ª edición de Kraepelin's
“Lehrbuch” ha tenido profundas consecuencias. solo lo haremos
plantee algunos puntos y remita al lector a publicaciones recientes para
obtener relatos históricos más detallados (Heckers y
Kendler, 2020a; (Kendler, 2020)(Kendler, 2020a), 2020b;
Shorter y Fink, 2018). Kraepelin afirma que se pueden observar
características catatónicas en todas las subformas de dementia prae cox
(Kenneth S. Kendler, 2020). Si bien esto se considera a menudo como el
argumento definitivo para fusionar la catatonia
con hebefrenia y demencia paranoides, debe ser
tomado con precaución. De hecho, Kraepelin no se refiere a
La catatonia de Kahlbaum como entidad diagnóstica, pero sólo hasta cierto punto.
conjunto limitado de síntomas catatónicos que se ajustan a sus propios
constructos psicopatológicos.
De hecho, la concepción de la mente de Kraepelin no se enmarca
en sistemas neurofisiológicos, sino en funciones o construcciones
psicológicas (Heckers y Kendler, 2020b). En consecuencia, Kraepelin usa
mal el término cargado de fisiología de
"psicomotor", por ejemplo, sólo una vez en todo el capítulo sobre
demencia precoz, sin relacionarla con la catatonia (§5b).
Para él, los estados mentales no se pueden reducir a estados neurales.
Si bien Kraepelin promovió las correlaciones histopatológicas de
trastornos mentales, los consideraba de menor importancia que las
características psicológicas y nunca publicó en
el campo (Heckers y Kendler, 2020b). Influenciado por Wilhelm Wundt, el
fundador de la psicología experimental, Kraepelin favoreció los enfoques
introspectivos (Steinberg, 2002).
Por lo tanto, la demencia precoz se define como una enfermedad mental casi pura.
trastorno (Bräunig y Krüger, 2004): signos musculares tónicos
se combinan con el negativismo, mientras que los signos musculares fásicos
se incluyen en las manifestaciones somáticas periféricas (§5c).
La primacía de Kraepelin de lo mental sobre el soma se ilustra en las 31
páginas dedicadas al “trastorno de
voluntad” frente a una sola página para “mueca” y “epileptiforme
calambre". Otro ejemplo de la orientación psicológica de Kraepelin es la
importancia que da a la introspección de los pacientes.
cuentas, tomando alrededor de un tercio del texto y presentado
como prueba fidedigna del origen psíquico de los síntomas
(Danziger, 1980).
Según Kraepelin, cada paciente que sufre de mentia praecox debe
presentar al menos uno de los numerosos síntomas indicativos de un
deterioro de la volición que
las descripciones se extienden por casi la mitad del capítulo (31/70
páginas: 44%). Con la única excepción de los signos musculares, todos
Los síntomas catatónicos de Kahlbaum se reinterpretan como un trastorno
de la voluntad de modo que Kraepelin simplemente los mueve de
un capítulo a otro; negativismo, estereotipias, modales, acciones impulsivas,
etc., se convierten en “signos psicológicos
de demencia precoz” (§5d). La catalepsia se agrupa
con eco­fenómeno en su “automatismo de mando” o
constructo de “voluntad influenciable”, concebido como el espejo
imagen del negativismo, lo que llevó a algunos autores a rebautizarla
“positivismo” (Fink et al., 2010). El subtipo de catatonia de Kraepelin se
caracterizó únicamente por la excitación catatónica.
(rabia maníaca) y estupor catatónico (melancolía estuporosa).
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3.5.3. La catatonia de Kraepelin como caso de
inconmensurabilidad
Kraepelin no se dio cuenta de que al excluir los signos musculares fásicos y
al “mentalizar” los otros fenómenos catatónicos (Kendler y Engstrom, 2017)
no se refería al
mismo tipo de pacientes que los de Kahlbaum. Desafortunadamente,
al usar el mismo nombre, la brecha de significado permaneció inadvertida,
iniciando décadas de malentendidos entre
Kahlbaum, Kraepelin y sus seguidores. Los estudios de replicación arrojan
resultados sorprendentemente consistentes cuando se refieren a
el mismo marco, mientras que sus resultados difieren con
igual consistencia cuando un estudio se refirió a Kahlbaum y
el otro a Kraepelin (Kenneth S. Kendler, 2020). Que podría
interpretarse como un sesgo de lealtad o de pensamiento grupal (Kenneth S.
Kendler, 2020), pero la razón puede ser más trivial: los investigadores no
están hablando del mismo grupo de pacientes.
El cambio de Kraepelin resultó en un caso de inconmensurabilidad
(Kuhn, 1996): la catatonía de Kraepelin no se superpuso lo suficiente con la
catatonía de Kahlbaum para confrontar su adecuación en
evidencia recolectada por separado y en diferentes muestras.
3.6. La investigación Wernicke­Kleist­Leonhard
programa (WKL­RP)
La escuela WKL persiguió lo que podría decirse que es el programa de
investigación neuropsiquiátrica más avanzado integrado en
lo que hoy llamamos neurociencia de sistemas. Aunque en su mayoría
olvidado, su aporte a los conceptos de catatonia
y la psicomotricidad es sustancial (Foucher et al., 2020;
(Más corto, 2005b); Ungvari, 1993)(Foucher et al., 2020c)(§3).
El WKL­RP reconoce entidades clínicas que difieren de
los actuales Las descripciones psicopatológicas se basan poco en
síntomas unitarios que se consideran inespecíficos en
se pueden realizar de múltiples maneras. Más a menudo clínico
el razonamiento se basa en complejos de síntomas en los que los signos
y los síntomas están ordenados según una lógica intrínseca:
algunos son “elementales” (primarios), mientras que otros son “secundarios”.
Las manifestaciones primarias resultan directamente de la
disfunción de sistemas específicos, por ejemplo, alucinaciones hipnopómpicas
durante la parálisis del sueño. Aparecen síntomas secundarios
de procesos que funcionan normalmente suministrados por anormales
entradas de los disfuncionales, por ejemplo, interpretación delirante de una
parálisis del sueño como si hubiera sido secuestrada por
extranjeros (§6b) (Foucher et al., 2021b). Síntoma­complejos
debe distinguirse de los grupos de síntomas, las listas de verificación de
síntomas y los enfoques politéticos del DSM (regla 3 de 5)
(Foucher et al., 2020c).
3.6.1. Los fenómenos psicomotores son primarios.
manifestaciones de sistemas psicomotores disfuncionales
El “arco reflejo psíquico” de Wernicke es una versión más elaborada
del modelo fisiológico de las “acciones reflejas psíquicas” de Griesinger
de la mente en la que los procesos se desenredan de las representaciones
(§6a). Wernicke reconoce la separación de Schüle de la psicomotricidad de
los procesos de voluntad y define
sistemas psicomotores como los que traducen diversas representaciones
mentales internas en órdenes motrices orientadas hacia el exterior. Los
sistemas psicomotores dan cuenta de la conversión de varios impulsos en
comportamientos coherentes, acciones
y secuencias de movimientos que se pueden enviar a un nivel inferior
sistemas motores/sensoriomotores. Según el modelo de WKL,
sesenta y cinco
estos impulsos son las salidas de varios procesos ascendentes conscientes
y no conscientes, por ejemplo, instintivo, intencional,
apetitivo, orientador, reactivo, emotivo. De nota, praxis
como la disponibilidad de objetos o el uso de herramientas basado en el
conocimiento están en funciones trapsíquicas y no psicomotoras (Kleist, 1934).
Esto introduce un cambio importante de las cuentas sensualistas:
Los fenómenos psicomotores WKL se refieren a los signos y síntomas que
se explican principalmente por el deterioro de
sistemas psicomotores y ya no por un trastorno de la voluntad
(intrapsíquico). Los fenómenos psicomotores WKL tienen
características (§6 g) como lo ilustra el negativismo WKL. Todo lo que
Kraepelin se habría referido como negativismo es
consideradas por WKL como reacciones secundarias: la oposición intencional
debida a un pensamiento delirante, las alucinaciones de mando o el bloqueo
de la voluntad (§6c). El negativismo WKL resulta de la disfunción de los
sistemas psicomotores de alto nivel responsables de la selección de un
comportamiento unívoco y coherente que no tiene nada que ver con Gegenhal
ten. Esto se prueba clínicamente induciendo una ambitendencia.
Por ejemplo, si el paciente se aparta del examinador
cuando se le acerca (aversión), el examinador podría ser capaz
para inducir la tendencia antagónica voluntaria por amistoso
y pidiendo repetidamente al paciente que se vuelva hacia él, para
míralo a los ojos y toma su mano extendida. En
caso de un negativismo psicomotor, el paciente no logra seleccionar un solo
comportamiento e implementar ambas acciones aunque
son mutuamente excluyentes. Una ambitendencia psicomotora
se muestra como una lucha interna entre las dos pulsiones: la
El paciente intenta obedecer girando lentamente hacia el
examinador, pero parece ser obstaculizado por una fuerza interna
que lo impulsa a alejarse nuevamente a menos que se lo aliente continuamente
(Leonhard, 2003, 1999a). En contraposición
al negativismo kraepeliniano, el paciente está dispuesto a cumplir
pero impedido por su incapacidad para inhibir su impulso aversivo.
3.6.2. Signos musculares de Kahlbaum: paracinesias y
¿Gegenhalten?
En la década de 1920, es decir, décadas antes de la introducción de un
medicamento tipsychotic, Karl Kleist describió muchos signos psicomotores
con gran detalle gracias a lo que probablemente
el primer uso sistemático de grabaciones de películas en la historia
de la investigación de los trastornos del movimiento ((Foucher et al., 2021a);
Strauss, 1928). Algunos de ellos son conocidos fuera de la comunidad WKL
como, por ejemplo, Gegenhalten , que probablemente corresponda al
componente tónico del "muscularismo" de Kahlbaum.
señales". Aunque Kleist precisamente acuñó el término para separar este
Gegenhalten del negativismo, los dos a menudo permanecen erróneamente
combinados aunque se reconoce que Gegenhalten es una de las formas más
frecuentes de hipertonía, es decir, un signo neurológico más que psicomotor.
(§6d)(Adams, 1973). Otros signos son poco conocidos fuera de
la comunidad WKL como paraquinesias que plausiblemente corresponden al
componente discinético de los fenómenos musculares de Kahlbaum. Las
paraquinesias consisten en diversas deformaciones del flujo motor que pierde
su gracia natural.
(Pescado, 1962). Esto es a veces capturado por el concepto de
“manierismos” (Northoff et al., 1999). Las deformaciones pueden
crecen hasta movimientos adicionales de tipo discinético o distónico de
apariencia seudoexpresiva ((Foucher et al.,
2021a); Kleist, 1934; Leonardo, 2003). Cuando no está enmascarado
por los antipsicóticos de primera generación, las paracinesias son típicamente
confundido con peculiaridades psicomotoras innatas o tardive
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JR Foucher, LC Jeanjean, CC de Billy et al.
discinesia mientras que el concepto de "muecas" solo captura
los mas severos. Según WKL, las paracinesias tienen
características distintivas como ser prominente en la parte superior
parte de la cara o ser experimentado como "autosintónico",
es decir, los pacientes con frecuencia no se dan cuenta o al menos no los
molestan (§6 g) (Foucher et al., presentado). Las paraquinesias son
predictivas de un déficit psicomotor progresivo
(§6e,f)(Foucher et al., presentado; Kleist, 1934).
3.6.3. Psicomotor = catatónico: otro riesgo de
inconmensurabilidad
Además de la psiquiatría convencional, el WKL­RP tenía como objetivo
en describir fenotipos "naturales" estables de por vida en lugar de
que los trastornos “consensuados” (Foucher et al., 2021a). Ocho
décadas de ensayo y error han llevado a la descripción
de 35 fenotipos principales cuyos contornos han permanecido
estable desde la 4ª edición revisada de la clasificación
en 1968 (Leonhard, 2003, 1999a). Estos fenotipos representan casi el
90% de los pacientes que padecen una psicosis endógena (Foucher et
al., 2020c) y su estabilidad
a lo largo de la vida está confirmado por el estudio de diagnóstico
prospectivo test retest más largo jamás realizado con un intervalo de 30 años
(Tolna et al., 2001). Como era de esperar, estudios multidiagnósticos
mostró que el WKL­RP talla el espectro de la psicosis endógena de una
manera completamente diferente a las clasificaciones internacionales
(Jablensky, 2011): la tasa de concordancia global entre los fenotipos WKL
y los trastornos ICD­DSM
se trata de λ ≈ 0.5 (Peralta et al., 2016).
El desajuste podría ser aún peor entre los
ocho fenotipos psicomotores WKL y catatonia ICD­DSM
(Figura 2). Solo alrededor de ⅔ de los pacientes diagnosticados como
catatonia ICD DSM, serán diagnosticados para un WKL­psicomotora
fenotipo, es decir, los explicados por el deterioro primario de los sistemas
psicomotores. En el tercio restante
Catatonia ICD­DSM, las manifestaciones son secundarias al deterioro de
los sistemas intrapsíquicos, por ejemplo, inhibición del pensamiento,
estado de ánimo ansioso o extático abrumador (§6b). La situación
es aún peor si sólo consideramos los siete WKL­catatonía
fenotipos: representan menos de la mitad de las catatonias ICD DSM. La
razón es una cuestión de convención: la
La escuela WKL solo usa la etiqueta de "catatonía" para los fenotipos que
vienen con la acumulación de un residuo psicomotor.
(§6e,f,h)(Pfuhlmann y Stöber, 2001). Pero menos de la mitad de
los pacientes diagnosticados con cualquiera de las formas de WKL­catatonía
tiene un diagnóstico ICD­DSM de catatonia: solo el 20% de los pacientes
con catatonia periódica WKL (Krause, 2012; Stompe et al.,
2002)(Foucher et al., 2020b), mientras que muchos de los otros seis
(catatonías del sistema), se diagnostican como autismo ICD/DSM
trastorno del espectro (Leonhard, 1999b). Por el contrario, los pacientes
con psicosis de motilidad, un fenotipo psicomotor WKL remitente
puramente recidivante (no catatónico según WKL)
se diagnostican constantemente como catatonia ICD­DSM.
3.7. Hoy en día
La orientación neuropsiquiátrica de Griesinger y WKL
las escuelas ha sido dejada de lado por la psiquiatría convencional, que
abrazó la interpretación psicológica de Kraepelin y Bleuler de los
fenómenos catatónicos e incluso motores (§7a).
Solo Karl Jaspers tuvo una perspectiva más equilibrada al reconocer la
idea de procesos puente entre hombres
66
Fig. 2 Desajustes de catatonias CIE­DSM – WKL. el punteado
la superficie representa a los pacientes diagnosticados de catatonias CIE­10
o DSM IV. los círculos grises representan fenotipos psicomotores WKL (§6
h). Estos solo representan alrededor de dos tercios de
Pacientes CIE­DSM. El otro tercio son secundarios a un desbordamiento
afectivo (p. ej., psicosis de ansiedad­felicidad) o graves
inhibición del pensamiento (por ejemplo, psicosis de confusión, catafasia). El
dos superficies inferiores representan fenotipos catatónicos WKL (periódicos
y sistemas) que probablemente representan menos de la mitad de
Pacientes catatónicos CIE­DSM. De nota, después de un promedio de 16­
años desde el comienzo de la enfermedad, sólo el 20% WKL­periódica
catatonia se diagnostican como ICD­catatonia (gris oscuro) y solo
más de la mitad son diagnosticados como esquizofrenia ICD­DSM. Hasta ¼ de
ni siquiera son diagnosticados en el espectro psicótico (luz
gris)(Krause, 2012; Stompe et al., 2002).
funciones motoras y del oído (§7b) (Bleuler, 1911; Bleuler y
Zinkin, 1950; Jasper, 1946).
3.7.1. Comprensión actual de la psicomotricidad:
salidas motoras impulsadas mentalmente
Sorprendentemente, prácticamente no hay ninguna entrada para
“psicomotricidad” o “psicomotilidad” en la mayoría de los diccionarios,
páginas wiki o pubmed del Reino Unido o EE. UU. (§8a). La situación es
diferente en Alemania, España y Francia como “Psychomotorik”,
“psicomotricidad” y “psychomotricité” es el nombre dado
a una profesión que resurgió de la misma filosofía sensualista a mediados
del siglo XX. se preocupa por
desarrollo humano abordado desde una perspectiva holística en la que el
comportamiento motor es visto en el inter
entre la vida psíquica del sujeto, su cuerpo, y el
mundo físico­social (§8b­d); un concepto que se puede relacionar
a "encarnación" en inglés. De acuerdo con este punto de vista, la
"psicomotricidad" se refiere a todas las salidas motoras no verbales que
puede interpretarse como un reflejo de estados mentales, intencionales,
afectivos o emocionales. Los casos de tales lecturas podrían
sean las posturas, la forma de andar, las expresiones faciales, los gestos, los modales,
tempo, destreza o gracia de los movimientos. Aunque
la definición excluye el contenido informativo del discurso,
abarca su componente vocal, por ejemplo, prosodia, tono,
volumen.
3.7.2. CIE­DSM: el uso a­teórico de “psicomotor”
Tanto el DSM­5 como la CIE­11 utilizan el término psicomotor como
componente de nombres de dos palabras que sólo tienen significado como
entero; no hay un significado específico asociado a "psy
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Neuropsicofarmacología europea 56 (2022) 60–73
chomotor” per se (§9). Las segundas palabras evitan cualquier referencia
a una comprensión fisiológica y siguen siendo puramente descriptivas:
“excitación psicomotora” se convierte en “excitación psicomotora”.
agitación”, y la “inhibición psicomotora” se convierte en “retraso psicomotor”.
Estas son las únicas definiciones que aparecen en los glosarios. Las
“características psicomotoras” o “alteraciones” sólo se mencionan en los
capítulos sobre catatonia. Una vez más, las dos palabras parecen formar
un todo en el que
“psicomotor” se usa como sinónimo de “catatónico” como
ilustrado por la categoría ICD­11 de “síntomas psicomotores en trastornos
psicóticos primarios” (§9b, 6A25.4). En línea
con la postura a­teórica de ICD­DSM, recientemente se ha
propuso definir los fenómenos psicomotores como cualquier
manifestaciones que ocurren dentro del contexto de un psiquiátrico
trastorno, incluyendo signos neurológicos leves y inducido por fármacos
síntomas extrapiramidales, con la única excepción de los fenómenos de
conversión (§10a)(Walther and Morrens, 2015).
3.7.3. La psicomotricidad en la era de la sensoriomotora
neurociencia
En las últimas décadas, un número creciente de neurocientíficos
reexaminaron las anomalías motoras en las psicosis crónicas. El principal
el foco estaba originalmente en los signos blandos neurológicos enmarcados en el
“teoría del neurodesarrollo” de la esquizofrenia (King et al.,
1991). Luego, la respuesta terapéutica específica de la catatonía, los
estudios de intervención temprana/trastorno del espectro de la esquizofrenia
y la introducción de antipsicóticos de segunda generación contribuyeron al
renovado interés
en discinesias espontáneas y parkinsonismo (Peralta y
Cuesta, 2011; Walther et al., 2020; Walther y Strik, 2012).
Haciéndose eco de las paracinesias WKL, se ha encontrado que ambas son
hereditario (Koning et al., 2010), tener valores pronósticos
(Cuesta et al., 2014; Dean et al., 2018; Mittal et al., 2008;
Peralta y Cuesta, 2011; Sambataro et al., 2020) y para
tienen sustratos neurobiológicos específicos (Hirjak et al., 2019;
Strik et al., 2010; Walter et al., 2017). El parkinsonismo espontáneo y las
discinesias a menudo se denominan “neuromotores” (Peralta y Cuesta,
2011), en lugar de psicomotores.
fenómenos, y en su mayoría se supone que son el resultado del deterioro
de los sistemas sensoriomotores clásicos, por ejemplo, los sistemas
piramidal, estriado y cerebeloso (Bernard et al., 2014;
Hirjak et al., 2020; Mittal et al., 2017; Northoff et al., 2021;
Strik et al., 2010). El uso del calificativo en “psicomotricidad
retardo”, se refiere a la adición de un componente sensoriomotor y
psicológico, es decir, cognitivo, a la respuesta lenta
(§10c)(Osborne et al., 2020).
Por otro lado, comportamientos catatónicos complejos como
el negativismo suele quedar calificado como “psicomotor” para
significa “de origen mental”, que se modeliza en dos
maneras. La mayoría de los modelos respaldan el mismo tipo de
segregación funcional que el sensualismo. Suponen la existencia de una
función psicomotora/volitiva específica (§10c,
§13b)(Walther et al., 2019) que se mapea en una red que comúnmente
incluye el área motora suplementaria
(Walther et al., 2019). Dependiendo del modelo, este último es
asociada diversamente con bucles estriatales (Strik et al., 2017),
premotor lateral (Foucher et al., 2018; JR Foucher et al.,
2020b; Jacobson et al., 2018) y otros prefrontales mediales
cortezas (Mittal et al., 2017).
Un modelo de integración funcional reciente permite prescindir de
regiones cerebrales especializadas en psicomotricidad. Define mecanismos
psicomotores por los cuales sen
67
las funciones sorimotoras están moduladas por la cognición y la emoción
y estipula que son intrínsecas a todos los procesos psicológicos (§10b)
(Northoff et al., 2021). En esto
En el modelo, los fenómenos catatónicos motores y conductuales involucran
las mismas regiones que en los modelos segregados, pero suponen
diferentes mecanismos, por ejemplo, desconectividad funcional (§13e)
(Hirjak et al., 2020). Otra diferencia es que
manifestaciones psicomotoras afectivas se correlacionan con otras
regiones del cerebro, es decir, un lado derecho orbito­frontal, frontal y
red parietal (Hirjak et al., 2020). Curiosamente, esto es
solo se encuentra utilizando la escala única asumiendo que los fenómenos
emocionales son intrínsecos a la catatonia (Northoff et al., 1999); a
buena ilustración de cómo las ideas preconcebidas influyen en las
observaciones (Foucher et al., 2020a).
Los criterios de dominio de investigación o RDoC merecen ser
considerados por separado debido a su arraigo en la psicología.
constructivismo (Foucher et al., 2020a). Los constructos sensoriomotores
(Simmons, 2018) no son una excepción a la regla: cuatro
Las funciones sensoriomotoras se determinaron primero y sus sustratos
biológicos putativos se definieron posteriormente por
consenso. Las manifestaciones catatónicas están dispersas entre
subconstrucciones junto con fenómenos neurológicos, p.
estupor catatónico con tartamudeo vs inmovilidad catatónica
con tics (§11a, §13d). Esto sugiere implícitamente que la catatonía es un
trastorno neurológico y que el estupor catatónico
debe distinguirse de la inmovilidad catatónica.
3.7.4. Preferencias de los autores
Los autores ordenaron sus preferencias por los cuatro principales
cuentas: sistemas sensualistas­psicomotores (Griesinger),
Sistemas psicomotores WKL, sistemas sensoriomotores (como
Kahlbaum) o construcciones sensoriomotoras (RDoC). como se muestra en
Figura 3, la cuenta WKL ocupa el primer lugar seguida por la
dos propuestas sensoriomotoras que tienen aproximadamente la misma calificación
(§12).
4. Discusión
Esta descripción general nos advierte sobre el riesgo de malentendidos.
utilizando los términos "catatonía" y "psicomotora" sin
teniendo en cuenta las lagunas conceptuales existentes entre los diferentes
marcos de referencia: las mismas palabras tienen múltiples significados
(Foucher et al., 2020; Sousa, 2010). En el siguiente,
Argumentaremos que el llamado retorno a la catatonía de Kahlbaum tiene
un propósito práctico. Sin embargo, desde la perspectiva de la ciencia
básica, su cosificación hasta considerarla como una entidad natural no
sería menos falaz que para otras, más largas.
trastornos ICD­DSM existentes (Kupfer et al., 2002). Por lo tanto, nosotros
volverá al uso para el que fue primero “psicomotor”
acuñado, y tratar de mapear el campo de las teorías con el fin de
para mitigar el riesgo de inconmensurabilidad (Kuhn, 1996).
4.1. Un retorno a la catatonia de Kahlbaum o una nueva
quimera diagnóstica?
Tras la lectura atenta de la descripción original, el
el supuesto retorno a la catatonia de Kahlbaum suena, en el mejor de los casos, como
una figura retórica, recurriendo a un argumento de autoridad para promover
la creación de una entidad independiente de “catatonía CIE/DSM” (al
mismo nivel que el trastorno afectivo).
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JR Foucher, LC Jeanjean, CC de Billy et al.
Fig. 3 Preferencias de los autores. Cuentas preferidas del autor de
Conceptos psicomotores y sensoriomotores. Primeras opciones en la oscuridad
gris, hasta terceras opciones en gris claro. Un elemento ninguno/otro podría
también se puede elegir (no se muestra). Ver §12 para más detalles.
ders y esquizofrenia) (Fink et al., 2010; Reed et al.,
2019). De hecho, este nuevo trastorno no menciona la
características destacadas por Kahlbaum como las más importantes:
sin signos musculares (Gegenhalten, paracinesias) y sin estadificación.
CIE/DSM­catatonía sigue siendo un (episodio) transversal
diagnóstico y no una entidad definida longitudinalmente (fenotipo). La
descripción fenomenológica permanece incrustada en la construcción de
la voluntad de Kraepelin, como lo ilustra la fusión de Gegenhalten con el
negativismo. Aunque las definiciones de ICD­DSM están utilizando
"estupor" como criterio, su comprensión
de él carece de importantes características concurrentes explícitamente reportadas
por Kahlbaum, como la expresión facial rígida (tensa)
y mirando
Sin embargo, esta quimera diagnóstica ICD/DSM de catatónica
trastorno tiene propósitos prácticos importantes: reducir la
corriente bajo diagnóstico de una condición tratable (Anand
et al., 2019). Desde una perspectiva diagnóstica, “mirar fijamente”
merece ser destacado. Falta en los criterios, aunque se ha demostrado
que se reconoce fácilmente.
y predictivo de la respuesta terapéutica (Foucher et al.,
2020c; Wilson et al., 2015). Las benzodiazepinas y la terapia
electroconvulsiva son ampliamente reconocidas como efectivas en
Catatonía CIE/DSM (Pelzer et al., 2018). Sin embargo, esto es
en su mayoría determinados para las formas agudas, mientras que se ha
propuesto que los fenómenos catatónicos crónicos son mucho menos
sensibles (Ungvari et al., 2010). Sin embargo, la mejor evidencia de
que usó benzodiazepinas en fenotipos de catatonía del sistema WKL
(Ungvari et al., 1999). Aunque son altamente
formas crónicas, se superponen pobremente con la catatonía ICD/DSM
(Leonhard, 1999b). De ahí la predictibilidad de la cronicidad y
la duración del corte en la falta de respuesta a las benzodiazepinas merece
68
ser evaluado más a fondo. Por último, se debate el beneficio de la clozapina.
Los médicos de WKL creen desde hace tiempo que la clozapina esencialmente
ventajoso en catatonia periódica (Foucher et al., 2020c;
Stöber, 2000), mientras que otros han sugerido recientemente que
la clozapina sería de interés para todos los pacientes diagnosticados
con catatonía ICD/DSM (Hirjak et al., 2021).
4.2. Teorías de los fenómenos catatónicos:
sensoriomotor, psicomotor y/o psicológico
Por importante que pueda ser para fines clínicos, la cosificación de la CIE/
DSM­catatonía hasta el punto de considerarla como una entidad natural
conlleva el mismo riesgo de ralentizar el ritmo de progreso que para otros
trastornos CIE/DSM.
(Foucher et al., 2020a). Por lo tanto, la ciencia básica es necesaria
para mejorar la adecuación de nuestras representaciones a la realidad.
En las siguientes líneas, distinguiremos el explanandum,
es decir, los fenómenos a explicar, a partir de sus explanans,
es decir, las teorías etiológicas para explicarlas. si volvemos
al uso cargado de teoría por el cual "psicomotor" fue
acuñado por primera vez: "catatónico" califica el explanandum, es decir, el
fenómenos a ser explicados, mientras que sensoriomotor, psicomotor y
psicológico, califican tres posibles niveles etiológicos, es decir, el explanans
(ver Figura 4 para un mapa de campo y §13
para los mapas conceptuales de teorías específicas). En otras palabras,
“manifestaciones catatónicas” simplemente se refieren a los fenómenos
(a­ explanandum teórico) mientras que “fenómenos psicomotores” deben
entenderse como “manifestaciones catatónicas que
se supone que deben ser explicados por una teoría psicomotora
específica”. Para mantener la coherencia con las propuestas originales,
mantuvimos su uso del término "psicomotor", pero advertimos a nuestros
lector sobre su polisemia: como equivalente a “psicológico”,
como combinación de etiología “psicológica” y “sensoriomotora” o como
un nuevo nivel, entre las “sensoriomotoras” y las “psicológicas”.
4.2.1. teorías de un solo nivel
Aquí todos los fenómenos catatónicos se explican por un solo nivel
funcional, ya sea sensoriomotor o psicológico.
Aunque no se establece claramente como tal, el RDoC parece proponer
una teoría sensoriomotora casi exclusiva de todas las catatónicas.
fenómenos hasta complejos como el negativismo o el automatismo.
obediencia. Por el contrario, Bleuler es probablemente el autor que
ha ido más lejos en esta dirección opuesta al considerar
todos los fenómenos catatónicos son de origen psicológico. Para
Para él, incluso las manifestaciones catatónicas más simples eran impulsadas
mentalmente, por ejemplo, espasmo del hocico, Gegenhalten (§7a).
4.2.2. teorías de 2 niveles
La mayoría de las teorías de los fenómenos catatónicos se equilibran
entre estos dos extremos al reconocer las explicaciones sensoriomotoras
y psicomotoras de los fenómenos catatónicos. Por ejemplo, se suponen
paracinesias o hipertonía.
ser fenómenos sensoriomotores, por ejemplo, relacionados con la
disfunción de las asas estriatales y/o cerebelosas (Mittal et al., 2017;
Strik et al., 2010). Por el contrario, los comportamientos catatónicos más
complejos se califican como psicomotores porque se supone que tienen
una etiología puramente psicológica (Mittal et al.,
2017; Northoff et al., 2021; Walter et al., 2019). Mayoría
Las teorías psicomotrices son segregacionistas y asumen la
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Neuropsicofarmacología europea 56 (2022) 60–73
Fig. 4 Mapa de campo de teorías para fenómenos catatónicos. Ver texto principal y §13.
existencia de función(es) psicomotora(s) y/o sistema(s) específico(s)
cuya disfunción resulta en algún fenómeno catatónico. Si bien es
psicológica, la psicomotricidad forma parte de una jerarquía funcional
en la que se sitúa entre otras
funciones psicológicas y el sistema sensoriomotor. En
En otras palabras, se cree que la psicomotricidad es la única
salida a los sistemas sensoriomotores obligando a todas las funciones
psicológicas a pasar por ellos. La versión más simple fue
La teoría psíquico­motora de Griesinger según la cual la psicomotricidad
correspondía a la voluntad consciente (Walther et al.,
2019). Versiones recientes reformulan el concepto en términos de
control ejecutivo y emocional (§13b)(Mittal et al., 2017;
Northoff et al., 2020). Aunque se limita principalmente al concepto de
"retraso psicomotor", aquí "psicomotor"
se refiere a la adición de psicomotrices y sensoriomotoras
etiologías, es decir, la suma de las ralentizaciones cognitivas y motoras
(§10c)(Osborne et al., 2020).
La reciente teoría integrativa ha propuesto que la psicomotricidad no
es ni una función ni un sistema, sino
una propiedad intrínseca de todas las funciones psíquicas (§10b,
§13e)(Hirjak et al., 2020; Northoff et al., 2021). Estos mecanismos
psicomotores están tan arraigados en la psicología
procesando que los dos parecen ser inseparables, lo que explica por
qué el modelo no disocia las manifestaciones afectivas de los fenómenos
catatónicos motores y conductuales
(Hirjak et al., 2020; Northoff et al., 1999).
4.2.3. La psicomotricidad como nivel independiente: una
teoría de los 3 niveles
La teoría WKL lleva la segregación funcional aún más al distinguir
muchos sistemas integrados en 3 niveles jerárquicamente integrados:
psicológico, psicomotor y sensoriomotor.
Sin embargo, el nivel que da cuenta de las manifestaciones debe
no debe confundirse con el afectado. Por ejemplo, posi
69
síntomas tivos como paracinesias y Gegenhalten, son probables
producido a nivel sensoriomotor. Pero estos no se consideran
intrínsecamente deteriorados. Su funcionamiento anormal resulta de la
liberación del control de niveles superiores.
sistemas, es decir, la consecuencia descendente de una falla primaria a
nivel psicomotor o psicológico. Los fenómenos catatónicos son
constantes en las disfunciones psicomotoras
mientras que se asocian con menor frecuencia a problemas psicológicos.
p. ej., inhibición masiva del pensamiento, reacción de congelación debida
a un abrumador afecto ansioso o extático (§6c).
4.3. Prevención del riesgo de inconmensurabilidad por
teorías que confrontan directamente
La mayoría de las teorías mencionadas utilizan la misma etiqueta para
nombrar diferentes fenómenos y reunirlos de manera diferente
(Foucher et al., 2020a). Esto corre el riesgo de ser inconmensurable si
nos ceñimos a los términos y no prestamos atención a sus
significado como para Kahlbaum y Kraepelin. La única manera de
evitarlo es el “método de múltiples hipótesis de trabajo” (Chamberlin,
1965), es decir, evaluar el mismo grupo de
pacientes según las diferentes escalas fenomenológicas
y marcos de diagnóstico. Dichos estudios de polidiagnóstico permitieron
descubrir el desajuste entre ICD­DSM y WKL
(Figura 3), y sus muy diferentes correlatos (Cuesta et al.,
2007; Foucher et al., 2018; Peralta y Cuesta, 2005). A
Una revisión sistemática reciente sugiere que esto también podría ser
el caso simplemente usando diferentes escalas fenomenológicas
(§13e)(Hirjak et al., 2020). Sin embargo, debido a que los estudios
evaluaron a los pacientes con una sola escala, esta interpretación aún
debe abordarse directamente mediante la confrontación de múltiples escalas.
estudios, es decir, evaluando a los mismos pacientes.
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JR Foucher, LC Jeanjean, CC de Billy et al.
5. Conclusión
Si el retorno a menudo alegado a la catatonia de Kahlbaum es cuestionable
desde una perspectiva histórica, la creación de un trastorno catatónico es
importante para la práctica clínica actual. La condición sigue siendo
insuficientemente reconocida, aunque a menudo responde a los tratamientos,
lo que hace que estos pacientes pierdan oportunidades. Pero es poco probable
que el trastorno catatónico ICD/DSM sea una entidad natural. Si queremos
que la ciencia básica guíe las terapias futuras, tales entidades naturales reales
aún están por encontrar; esta es la esencia de la medicina de precisión
(Foucher et al., 2020b). El presente examen y discusión de las teorías
históricas y actuales de los fenómenos catatónicos se proporciona para
establecer el campo, llamar la atención sobre algunas discrepancias y cómo
podemos sortear el riesgo de inconmensurabilidad.
Esperamos que esta descripción general ayude a sentar las bases para futuros
estudios polidiagnósticos de múltiples escalas para confrontar las teorías
sensitivomotoras, psicomotoras y psicológicas de los fenómenos catatónicos.
Papel de la fuente de financiación
La DGOS (“Direction générale de l'Offre de soins”) no tuvo ningún papel en la
redacción de esta revisión narrativa.
Colaboradores
JF escribió el primer borrador del manuscrito. Todos los autores contribuyeron
y aprobaron el manuscrito final.
Declaración de interés en competencia
Los autores no tienen ningún conflicto de interés que declarar.
Reconocimiento
Los autores expresan su agradecimiento a Edward Shorter por remitirlos a la
contribución seminal de Richard von Krafft­Ebing y Heinrich Schüle al concepto
de “psicomotricidad”.
Este trabajo y el costo de publicación fue financiado por la DGOS PHRC
n°2020–0740, SP­RENESA. DGOS: “Direction générale de l'Offre de soins”;
PHRC: “Programme Hospi talier de Recherche Clinique”; SP­RENESA:
Estratificación de opciones de Psy para TMS repetitivo personalizado en el
alivio de síntomas negativos.
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