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Economía de La Conservación-Abraham S.
Economía de La Conservación-Abraham S.
29 de Diciembre de 2016
INTRODUCCIÓN
Los humedales se encuentran entre los ecosistemas más productivos del planeta
y juegan un papel primordial en el desarrollo y sostén de las sociedades en todas partes
del mundo desde tiempos inmemoriales. La Convención de Ramsar (1971) los define como
extensiones de marismas, pantanos o turberas cubiertas de agua, sean éstas de régimen
natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o
saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no
exceda de seis metros. (Barbier et al., 1997). La interacción entre los componentes físicos,
biológicos y químicos de un humedal permite al mismo desempeñar funciones vitales
como la retención de agua, el almacenamiento de carbono, mitigación contra
inundaciones, estabilización de la costa, control de la erosión, recarga de aguas
subterráneas, purificación de aguas por la retención de nutrientes, sedimentos y
sustancias tóxicas y estabilización de las condiciones climáticas locales. Además brindan
enormes beneficios económicos tales como el suministro de agua, pesquería, acuicultura,
agricultura, transporte, producción de madera y recursos energéticos; ofreciendo también
oportunidades para el turismo y la recreación. Las interacciones de los seres humanos con
estos ecosistemas son muy diversas por lo que hay valores específicos que pueden ser
apreciados de distinta manera por diferentes grupos de individuos. Sumado a esto, los
valores de un humedal en particular dependen de la naturaleza y características de sus
funciones y procesos. Cada uno de estos humedales posee características y hábitats
diferentes, y por ende los servicios que proveen y valores que poseen son también
diferentes. Además el valor de un humedal depende de la estrategia con la cual es
gestionado; si debido a una gestión inadecuada se deterioran las funciones y servicios que
presta un humedal entonces éste se degrada y pierde su valor económico (Stolk et al.,
2006). Dado que una de las principales causas de la disminución y conversión excesivas de
los recursos de los humedales es con frecuencia que sus valores no comerciales no se
tienen en cuenta adecuadamente en las decisiones concernientes al desarrollo; la
valoración económica permitirá medir y comparar los distintos beneficios de los
humedales y por ende podrá servir de instrumento eficaz de facilitación y mejoramiento
del uso racional y el manejo/gestión de los recursos de los humedales del mundo (Barbier
et al., 1997).
Sin embargo, Malargüe cuenta con otro tipo de reservas que sustentan
principalmente su desarrollo económico. Dada su potencialidad hidrocarburífera y minera,
la estrategia económica responde principalmente a la extracción de esos recursos. En el
contexto provincial, y para 2011, la explotación petrolera representó el 14% del Producto
Bruto Geográfico, aportando Malargüe casi el 60% de ese porcentaje, en su mayoría
operado a través de Repsol-YPF. De esta manera, aquellas áreas destinadas a la protección
y conservación de la naturaleza y la biodiversidad, se solapan con esas actividades
económicas. El registro histórico de la explotación petrolera en Llancanelo data de
principios del siglo XX, exactamente desde 1937, cuando YPF descubre el yacimiento.
Dado que el tipo de crudo que posee esta zona es de alta viscosidad (petróleo pesado),
implicaba altos costos para su extracción y producción. Este hecho hizo que durante los
primeros años las empresas presentaran marcados vaivenes en sus intenciones por
explotar la zona, sin embargo, se destaca YPF por su permanencia, complementada con la
entrada, en las décadas del ´80 y principios de los ´90, de Union Oil y Alianza Petrolera (D
´Amico, 2012).
Viendo allanado su camino y debido al éxito del pozo experimental, una año más
tarde, en mayo de 2000, Repsol presentó el Plan de Acción II Proyecto 2000, para la
explotación de 8 pozos adicionales. Se inició el procedimiento de EIA, en el cual se designó
al Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA) y al Instituto
Nacional del Agua (INA) para realizar los dictámenes técnicos; que finalmente concluyeron
de manera favorable al emprendimiento (Scoones & Sosa, 2004). Sin embargo, la cuestión
más relevante fue que todo se realizaba sobre la falta de delimitaciones precisas de los
límites del área protegida y, en consecuencia, la falta de certezas respecto de la viabilidad
del proyecto. En este sentido, la delimitación del área era indispensable para analizar la
ubicación de los pozos. Por un lado, si estos estaban localizados dentro de la reserva,
debía aplicarse la Ley N° 6045 de Áreas Protegidas, que prohíbe cualquier tipo de actividad
extractiva. Por el otro, si estaban emplazados fuera, la legislación provenía de la Ley N°
5961 de Preservación del Ambiente, que permite este tipo de actividades aunque bajo
ciertas condiciones. A ello se sumó, la celebración de una audiencia pública plagada de
deficiencias, la cual no fue comunicada con la anticipación correspondiente, no se dispuso
de la información detallada y precisa del proyecto, y se entregó el dictamen técnico dos
días antes. Esta serie de irregularidades y arbitrariedades fueron denunciadas por diversas
organizaciones, entre las que se destacó Oikos Red Ambiental, y algunos particulares,
quienes denunciaron que los pozos estaban localizados dentro de la reserva (D´Amico,
2012).
Teniendo en cuenta que las alteraciones originadas por el impacto del derrame
de petróleo sobre la laguna de Llancanelo afectarían los bienes y servicios aportados por
ésta, podemos decir que las pérdidas de valores de este humedal derivadas de los daños
ocasionados al ecosistema y sus recursos representarían los costos de la actividad
extractiva. Por tanto, si evaluamos y valoramos estas pérdidas, podemos estimar las
pérdidas de beneficios ambientales y de bienes netos provocadas por los derrames de
petróleo. El costo total de este impacto perjudicial para el humedal (C I) equivale a los
beneficios netos sacrificados (BH):
* C I = BH
De esta manera, solo será conveniente explotar petróleo en la laguna cuando los
beneficios netos directos de la producción de petróleo (B P) sean mayores que los costos
totales del impacto sobre los humedales:
* B P ˃ CI
Análisis de mercado: Se aplica a los valores de uso directo, obteniendo los precios que las
distintas especies o bienes tienen en el mercado (pesca, leña, ganadería, agricultura,
productos maderables, etc.).
Valor contingente: Aplicable a valores de uso directo (turismo) e indirecto, opción y no
uso. En este método se pregunta directamente a la gente cuánto está dispuesta a pagar
por bienes y servicios ambientales concretos.
Método del costo evitado: Aplicable a valores de uso indirecto: protección costera, control
de inundaciones, retención del agua y nutrientes, etc. Por ejemplo: valor del control de las
inundaciones se puede estimar a partir del daño que podría causar la inundación aguas
debajo de la laguna.
CONCLUSIÓN
Barbier E.B., Acreman M. & Knowler D. (1997). Valoración económica de los humedales.
Guía para decisores y planificadores. Oficina de la Convención de Ramsar.
Canevari P., Blanco D. E., Bucher E. H., Castro G. Y Davidson I. (1998). Los humedales de
la Argentina: clasificación, situación actual, conservación y legislación. Wetlands
International, Buenos Aires.
de Alba E. & Reyes M. E. (1998). La diversidad biológica de México: Estudio de País 1998.
Parte III: Manejo de los Recursos Naturales, sección 7: Valoración económica de los
recursos biológicos del país. pp. 211 – 234. Comisión nacional para el conocimiento y
uso de la biodiversidad. México.
Lomas P, Martín B, Louit C, Montoya D & Montes C. (2005). Guía práctica para la
valoración económica de los Bienes y servicios ambientales de los ecosistemas.
Fundación Interuniversitaria Fernanda González Bernáldez. España.
UNC (2013 a). Servicio de Estudios Hidrogeológicos para Proyecto Llancanelo – Unidad de
Negocios Mendoza. Informe final.