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El estruendo causo que varias aves y peces saltaran por el aire.

Una nube blanca y una ola gigante


atravesó a los yacares que permanecieron hundidos en esa mezcla de espuma , agua marrón y dudas.
Alguien había sobrevivido
La naturaleza acaso se había revelado contra si mismo con esa acción. Miles de musgos cubrían la
costa que rebasaba de peces que querían vivir,sobre ese borde que parecía tan lejos del agua.
Gritos y humo. Nadie acaso sabia como podían salvarse. Los yacares miraban absortos. Nunca se
hubieran imaginado tal desorden natural.

Todos creen que mi historia fue sencilla. Pero yo puedo recordar cuando escribo esto que los
yacares se comieron a mi sobrino y destrozaron donde vivíamos .Ese lugarcito era chico, pero
estábamos cómodos. Nos criamos los dos solos .Nuestros padres, de lo poco que recuerdo, fueron
atacados por buques pesqueros gigantes por ir a buscar comida.

Yo entendí esto años mas tarde cuando caí de tres metros luego de zafar de una gran red. También
aprendí que los yacares no tienen trato amable con otros en este rio marrón , les huyen todos.

En verano era cuando mejor vivíamos con mi primo. Los yacares salen un poco a la costa.
Podíamos nadar y jugar con los bagres, nuestros primos lejanos. Ya se nos parecemos pero ellos
comen del fondo del rio , pequeñas criaturas, nosotros en cambio elegimos los lugares con mayor
observación.

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