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Las 10 leyes de la biodescodificación

Las 10 leyes de la biodescodificación


Secretos espirituales para definir tu vida
y alcanzar el éxito

Pablo Vazquez Kunz


Índice de contenido

Portadilla
Legales
Antes de que empieces
Introducción a las 10 leyes de la biodescodificación
¿Cuál es el pensamiento central de la biodescodificación?
Las 10 leyes de la biodescodificación
Capítulo 1 Ley nº 1: Principio de mente-génesis
Sesión de biodescodificación: Carlos
Sesión de biodescodificación: Juana
¿Qué es la ley de mente-génesis?
¿Por qué vibramos en una frecuencia o en otra?
¿Cómo cambiamos nuestra forma de pensar y de sentir?
¿Cómo aprendimos a resolver este dilema?
¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de mente-génesis?
La fórmula de la creación
Ejercicio
Capítulo 2 Ley nº 2: Principio de correspondencia
Mi madre y la venta de su casa
¿Qué es la ley de correspondencia?
¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de correspondencia?
Ejercicio de autoindagación emocional
Capítulo 3 Ley nº 3: Principio de vibración
Sesión de biodescodificación: Romina
¿Qué es el principio de vibración?
¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de vibración?
Ejercicios: ¿cómo cambiar la frecuencia vibratoria?
Capítulo 4 Ley nº 4: Principio de polaridad
Sesión de biodescodificación: Milagros
¿Qué es la ley de la polaridad?
El verdadero conflicto mental
¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de polaridad?
Ejercicio: neutralizá tus emociones negativas
Capítulo 5 Ley nº 5: Principio del ritmo
Sesión de biodescodificación: el mandato de la maternidad
¿Qué es la ley del ritmo?
¿Cómo aplica la biodescodificación el principio del ritmo?
El desapego
¿Cómo vivir en la ley del menor esfuerzo?
Estrategias para controlar la impaciencia
Resumen
Ejercicio mental para expandir la consciencia y dominar la ley del
ritmo
Capítulo 6 Ley nº 6: Principio de causa-efecto
Sesión de biodescodificación: Pedro
¿Qué es la sexta ley de la biodescodificación?
¿Cómo logramos la transformación?
Referencias científicas y esotéricas sobre el principio de causa-efecto
¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de causa-efecto?
Ejercicio: Parte 1
Ejercicio: Parte 2
¿Cómo pasar de una historia de terror a un bestseller de felicidad?
Metodología para el cambio de consciencia: anagrama IDEA
Meditar desde el corazón
Capítulo 7 Ley nº 7: Principio de manifestación
Sesión de biodescodificación: Anahí
¿Qué es la ley de manifestación?
Los tres pilares fundamentales
El gran secreto para la manifestación
¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de manifestación?
Ejercicio de visualización para manifestar la realidad: modelo MP-ME
Capítulo 8 Ley nº 8: Principio de inocencia
La experiencia que cambió mi vida para siempre
¿Qué es el principio de inocencia?
Las dos opciones
¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de inocencia?
Capítulo 9 Ley nº 9: Principio del propósito
Sesión de biodescodificación: Julián
¿Qué es la ley número nueve?
Tres factores para vivir en coherencia
Cuestionario para autoindagar sobre quién sos y cuál es tu propósito de
vida
¿Cómo aplica la biodescodificación la ley del propósito?
Modelo IPA: el método más eficaz para alcanzar tus mayores sueños
Capítulo 10 Ley nº 10: Principio de gratitud
El día que hablé con Sai Baba
¿Qué es el principio de gratitud?
Las cinco experiencias mentales y emocionales que nos permiten saber
que estamos en el estado de gratitud
¿Cómo practicar la ley de la gratitud?
¿Cómo aplica la biodescodificación la ley de la gratitud?
Experiencia: 30 días de gratitud
Glosario de la consciencia
Agradecimientos
Vazquez Castro, Pablo Nicolás
Las 10 leyes de la biodescodificación : secretos espirituales para definir tu vida y alcanzar el
éxito / Pablo Nicolás Vazquez Castro. - 1a ed. - La Plata : Arte editorial Servicop, 2021.
Archivo Digital: descarga
ISBN 978-987-803-183-5
1. Autoayuda. I. Título.
CDD 158.125

© 2021, Pablo Nicolás Vazquez


@pablovazquezkunz

Todos los derechos reservados.

Publicado bajo el sello Pablo Nicolás Vazquez.

Diseño de tapa: Gabriela Chacín


Diseño de interior y cubierta: Gabriela Chacín
Edición de textos: Sofía Levi

Digitalización: Proyecto451

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”, bajo las
sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o
procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático.

ISBN edición digital (ePub): 978-987-803-183-5


A Satya, a mis maestros
y al amor que me impulsa primero
y ante todo.

Para mi equipo de Samadhi88


y a todas las maravillosas personas
que cada día transforman
sus creencias para crear
un mundo más pacífico.
ANTES DE QUE EMPIECES
El señor Barnes se presentó en el laboratorio de Tomas Edison y anunció
que había ido a hacer negocios con el inventor. Hablando de su primer
encuentro con Barnes, Edison comentaría años más tarde:
“Estaba de pie ante mí, con la apariencia de un vagabundo, pero había
algo en su expresión que transmitía el efecto de que estaba decidido a
conseguir lo que se había propuesto. Yo había aprendido, tras años de
experiencia, que cuando un hombre desea algo tan imperiosamente que está
dispuesto a apostar todo su futuro en una sola carta para conseguirlo, tiene
asegurado el triunfo. Le di la oportunidad que me pedía, porque vi que él
estaba decidido a no ceder hasta obtener el éxito. Los hechos posteriores
demostraron que no hubo error”.
No podía haber sido el aspecto del joven lo que le proporcionara su
comienzo en la oficina de Edison, ya que eso estaba definitivamente en su
contra. Lo importante era lo que Barnes pensaba. Barnes no consiguió su
asociación con Edison en su primera entrevista: obtuvo la oportunidad de
trabajar en el despacho de Edison, por un salario insignificante.
Transcurrieron los meses. En apariencia, nada había sucedido que se
aproximase al codiciado objetivo que Barnes tenía en mente como su
propósito inicial y decidido. Barnes conocía el secreto y se mantuvo
aferrado a él.

Cuando uno está realmente preparado


mentalmente para el éxito, sucede.
Barnes se hallaba listo para asociarse con Edison; además, estaba
decidido a seguir así hasta conseguir lo que buscaba. Nunca se dijo a sí
mismo:

“Oh, bueno, ¿para qué insistir? Supongo que acabaré por cambiar de
idea y probaré un trabajo de vendedor”.
En vez de eso, se decía:

“He venido aquí para asociarme con Edison, y eso es lo que haré, aunque
me lleve el resto de la vida”.

Barnes se mantuvo firme porque sabía que las leyes no fallan, sino que
las personas fallan al aplicarlas. ¡Que historia tan diferente contarían los
hombres si adoptaran un propósito definido, y mantuvieran ese propósito
hasta que el tiempo lo convirtiese en un hecho!
Meses después, Edison acababa de perfeccionar un nuevo invento,
conocido en aquella época como “la máquina de dictar de Edison”. Sus
vendedores no mostraron entusiasmo por ese aparato. No confiaban en que
se pudiera vender sin grandes esfuerzos. Pero Barnes vio su oportunidad,
oculta en una máquina estrambótica que no les interesaba más que a Barnes
y al inventor. Barnes supo que podría vender la máquina de dictar de
Edison. Se lo sugirió a este y, de inmediato, obtuvo su oportunidad. Vendió
la máquina. En realidad, lo hizo con tanto éxito que Edison le dio un
contrato para distribuirla y venderla por todo el país. A partir de aquella
asociación, Barnes se hizo rico, pero también consiguió algo mucho más
importante: demostró que uno, realmente, puede “convertirse en el creador
de su vida”.
Barnes se pensó a sí mismo en sociedad con el gran Edison y se
visualizó dueño de una fortuna. No tenía nada con qué empezar, excepto la
capacidad de pensar, conocer las leyes de la mente, tener claridad sobre lo
que deseaba y la disciplina de aplicar las leyes fielmente hasta transformar
su realidad.

¿Quién le enseñó a Barnes las leyes de la mente? Nunca lo descubrí.


Pero la historia de Barnes me inspiró a cambiar mi propia historia.

A los dieciocho años emprendí la búsqueda de las leyes de la mente


porque yo, al igual que el señor Barnes, deseaba manifestar mis deseos.
Luego de años de invertir tiempo, energía y mucho dinero aprendí las leyes
y las apliqué al pie de la letra para cambiar mi vida.
Llevo más de 10 años practicando las leyes de la mente con resultados
extraordinarios. Mi vida cambió radicalmente: pasé de la enfermedad a la
salud, de la escasez de dinero a la abundancia y, sobre todo, del miedo al
amor. Siento que llegó el momento de compartir las leyes y mi experiencia
de transformación con el mundo. Con ese objetivo en el alma, recopilé y
simplifiqué el estudio de las leyes de la mente para que aprendas a usarlas
inmediatamente.
Las 10 leyes de la biodescodificación es una guía práctica para que
conozcas las leyes que desatan el poder de la mente y su método de
aplicación. Este libro une los conocimientos del mundo científico y del
mundo metafísico con la intención de que domines los secretos de la mente
y te conviertas en el creador de tu vida.

¿Qué vas a descubrir en este libro?

En la introducción vas a conocer qué es la biodescodificación y cuáles


son sus leyes. El objetivo principal de Las 10 leyes de la biodescodificación
es que aprendas que tenés un gran poder en tus manos. Ese poder son tus
pensamientos. Una vez que asumís tu poder creador, necesitás una guía que
te enseñe a desatar el poder de tus pensamientos y emociones. Esta
introducción te llevará a tomar conciencia de que para convertirte en el
creador de tu vida primero debés desprogramar la vieja personalidad. Las
creencias subconscientes crean la realidad que vivimos: nos guste o no nos
guste estamos creando. De forma subconsciente estamos creando nuestro
cuerpo, nuestras relaciones y nuestra economía. Toda persona que desea
alcanzar sus sueños primero debe transformar sus creencias, porque cuando
cambiamos nuestras creencias, estas luego crean la vida de nuestros sueños.
La biodescodificación es un entrenamiento mental para cambiar la
realidad. Si cambiás tu mente podés modificar tu estado de salud, tus
relaciones y tu situación económica. Nuestra personalidad está
condicionada por nuestras historias pasadas, reacciones emocionales
automatizadas por repetición y programas mentales que aprendimos de
nuestros seres queridos. Nuestra personalidad programada dirige nuestro
destino. Si cambiamos nuestra personalidad y ensayamos una nueva
personalidad mediante la práctica de las 10 leyes de la biodescodificación
veremos los resultados reflejados en nuestra vida. La biodescodificación te
enseña a quitar la atención a tu entorno conocido, que te estimula a seguir
conservando la vieja personalidad, y te guía para que dirijas tu atención a tu
mundo interior. Al observar tus creencias podés desaprender los viejos
patrones mentales que construyen tu personalidad limitada. Al
desprogramarte creás la posibilidad de volver a programarte para crear una
nueva personalidad desde cero. La práctica de la biodescodificación hace
que mires en tu interior para encontrar las respuestas que buscás en el
exterior. Reconocer tu viejo yo limitado te da acceso a cambiarlo para
construir un nuevo yo ilimitado.
En esta introducción sabrás reconocer la diferencia entre ser una víctima
y victimizarte. Te enseñaré a Identificar si estás usando tu poder personal a
tu favor o si lo estás desperdiciando en actitudes mentales como las quejas,
las justificaciones y la culpa. También voy a enseñarte cómo acceder a tu
poder personal y entrar en el paradigma de la RESPONSABILIDAD.

En el capítulo 1 te presento la primera ley de la biodescodificación: el


principio de MENTE-GÉNESIS. Conocerás qué es y cómo se aplica esta
ley a tu vida cotidiana. Aprenderás que lo que pensás se manifiesta en tu
vida. Descubrirás que todo lo que hoy existe en tu vida fue tu creación.
Tu personalidad se expresa en tu mundo, como son tus creencias es tu
realidad. El primer principio de la biodescodificación te explica que los
pensamientos y las emociones crean la vida que vivimos.
Desarrollaré durante este capítulo como la ciencia y la metafísica
coinciden en que los pensamientos subconscientes unidos a las acciones
automatizadas crean el éxito o el fracaso. Aprenderás a conectar con el
poder de tu mente para atraer a tu vida lo que deseás.
En este capítulo te compartiré dos sesiones de biodescodificación en
donde conocerás la historia de Carlos y de Juana. Carlos sufría de miedo
por perder su trabajo y Juana por enfermarse de COVID-19. Los dos
pudieron Identificar la génesis de sus miedos y transformaron sus vidas. Así
como ellos cambiaron su mente con la práctica de la biodescodificación y la
aplicación de la primera ley, te voy a enseñar a hacerlo con tus propios
problemas y dificultades.
También conocerás cuales son los mayores obstáculos que deberás
atravesar para crear la vida que querés. Te enseñaré a reconocer esos
obstáculos en tu mente y como liberarte de ellos. Al final del capítulo te
presentaré la FÓRMULA DE LA CREACIÓN para que tengas un mapa
preciso de cómo manifestar tus deseos.

En el capítulo 2 te enseñaré la segunda ley de la biodescodificación: el


principio de CORRESPONDENCIA. Te contaré una historia que viví con
mi madre hace algunos años en donde ella comprendió cómo funciona el
principio de correspondencia. En este capítulo aprenderás qué significa la
famosa frase “como es adentro es afuera y como es afuera es adentro”. Te
enseñaré qué es la percepción y cómo funciona. Aprenderás el verdadero
poder de tu mente y cómo aplicarlo para crear milagros pequeños, medianos
y extraordinarios. Abordaré el gran problema que todos los humanos
sufrimos: la culpa. Quiero ser directo y claro con vos: si lográs
desprogramar la culpabilidad inconsciente y reconectar con la inocencia te
convertirás en un obrador de milagros.
Este capítulo te resultará revelador porque te enseñaré el mayor de los
secretos de la biodescodificación. La biodescodificación es efectiva porque
aplica el principio de correspondencia para Identificar los obstáculos que
les impiden a las personas vivir la vida de sus sueños. ¿Cómo hace la
biodescodificación para solucionar los problemas de forma rápida y eficaz?
Te lo explicaré en este capítulo.
Descubrirás las tres herramientas que llevan al practicante de
biodescodificación de aprendiz a maestro en muy poco tiempo. Esas tres
herramientas son la comprensión, el perdón y el aprendizaje.

En el capítulo 3 te presentaré la tercera ley de la biodescodificación: el


principio de VIBRACIÓN. Voy a enseñarte la tercera ley de la
biodescodificación contándote una de las sesiones más impactantes que
realicé en mi vida. Te voy a contar la historia de Romina y su miedo a ser
libre.
Desarrollaré este principio basándome en referencias científicas y
esotéricas que llegan a la misma conclusión sobre la mente, su poder y
nuestra realidad intrínseca. La ciencia y la metafísica están de acuerdo en
que somos seres energéticos, que vibramos y que emitimos frecuencias.
Conocerás los dos tipos de frecuencias que existen y en cuál de esas
frecuencias tenés que vibrar para manifestar tus objetivos y sueños.
Al final del capítulo te mostraré cómo la biodescodificación aplica el
principio de vibración para acelerar el proceso de transformación personal.
Aprenderás ejercicios para elevar tu vibración, entrar en coherencia con tus
deseos y a cambiar tus emociones. ¿Te interesa aprender a crear tu destino?
Seguro que sí. Entonces, leé este capítulo.
En el capítulo 4 descubrirás la cuarta ley de la biodescodificación: el
principio de POLARIDAD. Para explicarte cómo funciona la polaridad te
voy a relatar una sesión milagrosa.
¿Por qué milagrosa? Porque mi consultante llegó con un diagnóstico de
cáncer terminal que fue remitido en tan solo una sesión.
Este capítulo te enseña que todo en el mundo es dual, y que todo lo que
es dual produce sufrimiento. Aprenderás a salir de la dualidad para entrar en
el mundo de la unidad. Conocerás el famoso camino del medio que
enseñaba Gautama “el Buda”. Nos centraremos en cómo convertir la
polaridad en complementariedad y la complementariedad en poder.
Comprenderás que para vivir en paz es necesario dejar de polarizarte y
desarrollar una mentalidad neutra. Al neutralizar nuestras opiniones
descubrimos la raíz del enojo que siempre es polaridad. Tus verdades se
convertirán en opiniones y tus opiniones dejarán de crearte estrés
innecesario. Al comprender que las verdades no son más que opiniones
empezarás a vislumbrar la posibilidad de estar en paz con todo el mundo y
esto aumentará tu poder interior a un estado sin límites.
Al final del capítulo encontrarás un ejercicio para neutralizar tus
emociones negativas y convertirlas en combustible para tu crecimiento
personal. Aprenderás que las emociones negativas tienen su origen en tus
pensamientos y que estas se pueden transformar al cambiar tu manera de
pensar. Empezá a despedirte de la tristeza, el enojo y el miedo.

En el capítulo 5 te explicaré la quinta ley de la biodescodificación: el


principio del RITMO. Todos sabemos que en el universo existe el tiempo.
Pero ¿es real el tiempo? ¿Es una creación ajena a nosotros o es una
necesidad personal? Prometo que encontrarás las respuestas en este
capítulo.
Te voy a enseñar cuál es la verdadera utilidad del tiempo y por qué
algunas personas manifiestan sus deseos en un corto periodo de tiempo y
otras personas nunca alcanzan el éxito.
¿Te gustaría conocer una fórmula para evitar el fracaso? ¿Es posible
alcanzar el éxito en el futuro sin disfrutar el presente?
En este capítulo conocerás la importancia de las fuerzas equiponderantes
y cómo usarlas a tu favor. Finalmente te explicaré qué es el desapego y por
qué tiene que ser uno de los objetivos principales de toda persona que
quiera convertirse en el creador de su realidad. Desarrollaré la ley del
menor esfuerzo y cómo la aplica la biodescodificación.
Al finalizar el capítulo te brindaré tres estrategias para dominar la
ansiedad: saber qué querés, la ley de la cosecha y aprender a observar las
señales.

En el capítulo 6 te enseñaré la sexta ley que es el principio de CAUSA


Y EFECTO. Te voy a contar la historia de un importante empresario que sin
darse cuenta estaba creando la vida que no deseaba hasta que tomó
conciencia de que su estado del ser estaba determinando su situación. Él
descubrió que todos sus pensamientos son causa: desde los más sutiles hasta
los más conscientes.
Me centraré en explicarte paso a paso cómo lograr la transformación que
estás deseando. No existe ningún efecto sin un pensamiento y ningún
pensamiento es fútil. Todos nuestros pensamientos crean forma. Te contaré
de un estudio científico impactante llevado a cabo por el psicólogo Robert
Rosenthal que explica la ley de causa y efecto. Conocerás qué es el efecto
Pigmalión y cómo este puede perjudicar o potenciar nuestra capacidad de
manifestación de deseos. La sexta ley de la biodescodificación te propone
tener en cuenta tres puntos claves para aprender a dominar el poder de los
pensamientos. En este capítulo te aproximarás a tu meta y te volverás un
maestro de las leyes de la mente. Al finalizar el capítulo te enseñaré la
metodología IDEA para el cambio de la consciencia y una meditación para
tomar decisiones con sabiduría.

En el capítulo 7 te invitaré a descubrir la séptima ley de la


biodescodificación: el principio de MANIFESTACIÓN. Aprenderás a
ensayar mentalmente una nueva personalidad para darle al cerebro las
referencias precisas y crear la nueva personalidad que luego construirá la
vida que quieras manifestar. Las personas que esperan ser abundantes para
sentir abundancia viven esperando: “Tengo que lograr A para sentir A”.
Pero el modelo de la biodescodificación te enseña a primero sentir la
abundancia en tu interior para después manifestar la abundancia en tu
exterior. La biodescodificación es una herramienta muy útil para ensayar la
vida que deseás antes de que esta ocurra. Te contaré cómo Anahí rompió el
círculo vicioso en el que estaba viviendo y aprendió a ensayar su nueva
personalidad para lograr los resultados que deseaba.
Encontrarás en este capítulo los tres pilares fundamentales para dominar
la ley de la manifestación, y cómo aplicarlos en tu vida cotidiana.
Finalmente te enseñaré el ejercicio más poderoso que encontrarás sobre la
aplicación de las leyes de la mente: el modelo MP-ME para la correcta
visualización.

En el capítulo 8 te presentaré la octava ley de la biodescodificación: el


principio de INOCENCIA. Te voy a contar la experiencia que cambió mi
vida para siempre gracias a la intervención de mi maestro Swami
Kriyananda. ¿Qué es ser inocente?
¿Cuál es el poder detrás de esta actitud mental? ¿Ser inocente es igual a
ser ingenuo? La inocencia nos lleva al amor incondicional, el amor
incondicional a la abundancia y la abundancia a la paz. Voy a enseñarte
cómo alcanzar estos cuatro estadios de la consciencia humana. Al final del
capítulo comprenderás cómo recuperar tu inocencia y salir de la experiencia
de culpabilidad. Tendrás que responder la pregunta más importante que
alguna vez te hiciste.

El capítulo 9 te llevará a descubrir el principio del PROPÓSITO. Te


contaré una sesión de biodescodificación extraordinaria que le hice a un
famoso abogado que terminó descubriendo que su propósito de vida era ser
músico. Aprenderás a reconocer si estás viviendo con propósito o si estás
viviendo sin sentido. Si este fuese el caso te brindaré todas las herramientas
para que descubras cuál es tu propósito de vida y cómo hacer para empezar
a ganar dinero haciendo lo que amás.
También te voy describir cuáles son las necesidades humanas y cómo
satisfacer cada una de ellas. Cuando satisfacemos nuestras necesidades
humanas básicas nos preparamos para ascender en la consciencia hacia las
necesidades superiores del espíritu. En este capítulo encontrarás un
poderoso ejercicio: el modelo IPA para descubrir qué querés, para qué lo
querés y cómo lo llevarás a cabo. ¿Para qué queremos lo que queremos? El
80 % del éxito se encuentra en el qué y en el para qué, el 20 % restante en
el cómo.

En el capítulo 10 te enseñaré el principio de GRATITUD. Te voy a


compartir el modelo “Gracias” para que aprendas a usar el poder
transformador de la gratitud en tu vida. Si querés cambiar tu mente para
convertirte en el creador de tu vida debés aplicar el modelo “Gracias”.
Además, en este capítulo conocerás las cinco experiencias mentales y
emocionales que te llevan a reconocer que lo lograste, que ya sos un
maestro en el dominio de los pensamientos y la creación de la realidad.
Y finalmente encontrarás el desafío de los treinta días de gratitud en el
cual entrenarás durante un mes a tu mente para sintonizarla con el principio
más poderoso de la manifestación: el de la gratitud.

Para terminar encontrarás un glosario sobre todos los conceptos claves


que aprenderás en este libro. Este glosario es una guía práctica para repasar
el libro cada vez que necesites afirmar un concepto. Recordá que solo se
aprende mediante la repetición constante.
La biodescodificación es un método para lograr el bienestar emocional.
Los pensamientos, las emociones y las creencias influyen en la calidad de
nuestras vidas. Por lo tanto, la biodescodificación nos enseña a entender
nuestras vidas desde una relación inseparable entre cuerpo, mente y
emociones.
La biodescodificación es un entrenamiento mental más para restablecer
la paz en la mente. El problema de nuestra ausencia de paz, tal como enseña
el libro metafísico Un curso de milagros , es que hemos estado buscando
paz donde no se encuentra: en nuestro exterior.
El primer objetivo de la biodescodificación es acompañarte a ser
consciente de que sos el responsable de tu vida. Son nuestras decisiones
conscientes e inconscientes las que crean nuestros resultados. Hoy estás
viviendo en el presente lo que con el cuerpo y la mente experimentaste en el
pasado: es decir, que el futuro depende del hoy.
La biodescodificación te invita a asumir que, en primer lugar, los seres
humanos, si queremos cambiar nuestra realidad, tenemos la obligación de
desaprender las creencias limitantes y, en segundo lugar, programar nuestra
mente con pensamientos que nos impulsen a vivir con responsabilidad
plena por nuestros resultados.
El proceso de biodescodificación te invita a cuestionar e Identificar tu
sistema de creencias para cambiarlo. Al soltar las creencias que te limitan y
crear nuevos modelos mentales empezarás a vivir en la salud física, la
autoestima elevada, la abundancia y el amor.

El propósito de la biodescodificac ión es que te


programes para vivir en paz. Para alcanzar la paz
mental primero debés aprender a
desprogramarte.
¿Cómo enseña la biode scodificación a
“autodesprogramarse”?
Lo enseña a través de la autoindagación, es decir, al preguntarnos si lo
que estamos pensando es funcional para alcanzar nuestras metas.
Básicamente, tenés que ser consciente de si tus patrones mentales actuales
son funcionales o no a tus deseos.
Muchas veces sucede que estamos desactualizados porque hemos
etiquetado los deseos y las creencias de los demás como propios, sin
cuestionarlos jamás. La biodescodificación nos enseña a “desaprender” lo
viejo y disfuncional.
Si queremos desprogramar nuestra mente debemos aprender a hacerlo.
Este libro te enseña las 10 leyes de la biodescodificación que te llevarán a
soltar los viejos hábitos mentales y construir nuevos hábitos de
pensamiento.
Uno de los primeros cambios que se producen cuando practicamos
biodescodificación es que dejamos de sentirnos víctimas y pasamos a
responsabilizarnos. La responsabilidad nos lleva a preguntarnos
constantemente: “¿Para qué estoy viviendo lo que estoy viviendo?” o “¿Qué
pensé para vivir lo que estoy viviendo?”. Estas preguntas lo cambian todo
porque nos sumergen en el paradigma mental de que nosotros somos la
causa de los efectos que vivimos.
Te habrás dado cuenta de que las personas viven creyendo que no tienen
nada que ver con lo que les sucede en la vida. Viven desconectados del
principio de causa y efecto. Creen que lo que les sucede, les sucede porque
sí. Hay que evitar caer en la idea del azar o de que otros tienen la culpa de
lo que nos sucede ya que esa forma de pensar nos lleva a la victimización y
a justificaciones que nos alejan del primer fundamento de la
biodescodificación que es la “absoluta responsabilidad”.

El “par a qué” nos invita a la reflexión, al apre


ndizaje y al reacondicionamiento de nuestro
sistema de pensamiento.
• ¿Qué implica tomar conciencia?

Implica preguntarnos qué podemos aprender de la situación de conflicto


que estamos viviendo y qué podemos comprender, perdonar o aprender. El
“perdón” es la palabra clave para alcanzar el estado de consciencia de
manifestación de aquello que se desea experimentar. A su vez, el perdón es
la herramienta principal para liberarnos de las emociones que nos tienen
secuestrados en el pasado. El perdón, desde la mirada de la
biodescodificación, significa recordar que somos la causa de lo que sucede
y no el efecto. El perdón, también, significa ser conscientes de que no hay
nada que perdonar, porque nunca existió el pecado ni la culpa. El perdón no
perdona pecados, corrige la falsa percepción sobre nosotros mismos y sobre
los demás. Todo se puede perdonar si uno lo desea.
El entrenamiento mental de la biodescodificación te recuerda que
siempre estamos perdonando nuestras percepciones sobre el otro y nunca
estamos perdonando al otro. La biodescodificación te propone que seas un
maestro en la práctica del verdadero perdón.

Nuestra forma de ver el mundo afecta nuestras creencias y emociones y,


por lo tanto, nuestra vida.

¿Cuál es el pensamiento central de la biodescodificación?

La biodescodificación propone un sistema de pensamiento no dual, que


implica comprender la existencia desde una mirada integradora. El
pensamiento no dual significa que la causa y el efecto están unidos. La
mirada de la unidad explica a grandes rasgos que la mente y el cuerpo están
unidos (profundizaremos este concepto a lo largo del libro). Desarrollar esta
forma de pensar implica comprender que el mundo mental crea al mundo
material.
La biodescodificación se apoya en los descubrimientos de la física
moderna y en las enseñanzas ancestrales de la metafísica, que dicen que
todas las mentes están unidas y forman un gran océano de información.
Si todas las mentes están unidas, solo existe un ser. En el mundo
material, ese ser se expresa en millones de seres humanos, pero por más que
aparentemente estemos divididos por cuerpos, seguimos compartiendo una
única fuente que es la mente. Esta concepción de la existencia da lugar a la
comprensión de que el otro no es el otro, sino un aspecto más de mí mismo
y todos estamos conectados a nivel del pensamiento.
Gracias a esta consciencia holística que desarrollamos en la práctica de
la biodescodificación, cuando el practicante se siente atacado por alguien se
pregunta: “¿Qué estoy pensando de mí mismo para que otra persona me
agreda?”. Esta pregunta nos lleva a un estado de consciencia donde
“usamos” al mundo y a los demás para cambiar la percepción de nosotros
mismos. Por lo tanto, el sistema de pensamiento de la biodescodificación
disuelve el concepto de que los demás están separados y son peligrosos. Te
estarás dando cuenta de que este sistema de pensamiento se contrapone al
sistema de pensamiento del mundo.
• ¿Cuál es el sistema de pensamiento del mundo?

En mi experiencia como terapeuta, he comprobado una y otra vez que,


en lo más profundo de la mente humana, existe la idea de que estamos
separados del amor, que somos incorrectos, que los demás son culpables de
nuestro sufrimiento y de que nosotros no somos la causa de lo que nos
sucede. Estas ideas engendran emociones de tristeza, ira y miedo en nuestra
mente. Y en lo más profundo de nuestra mente subconsciente conservamos
el sentimiento de culpabilidad por habernos, sin saber cuándo ni cómo,
separado de nuestra esencia que es el amor. Al creernos separados de la
causa de la creación, el amor, nos pensamos como efecto, y así olvidamos
que somos la causa de todo lo que nos sucede. De esta forma, nace la
fantasiosa idea del azar. Pensamos que, a veces, tenemos buena suerte y a
veces mala suerte. Esta experiencia de dualidad crea la sensación de
incertidumbre continua y de desvalorización. A la vez, ocultamos
inconscientemente esta forma de pensar porque no toleramos el sufrimiento
que nos produce “creer” que nos hemos separado del amor y que no somos
la causa de lo que nos sucede.

¡Esperá! No abandones el libro.


Quiero decirte que esta idea de separación es falsa: nunca te
desconectaste del amor porque las ideas nunca abandonan su fuente. Solo te
olvidaste de quien sos.

Cuando nos liberamos de la creencia de que somos


incorrectos, el amor recupera su lugar en nuestra
mente.
Ahora te estarás preguntando, ¿por qué ocultamos inconscientemente la
idea de que estamos separados del amor? Bueno, esto es porque esa idea
nos genera pánico. Además, no solo la ocultamos, sino que la proyectamos.

• ¿Qué significa proyectar la idea de separación?


significa esconder la culpabilidad que sentimos de forma inconsciente y
ponerla en el otro. Acusamos al otro por nuestros sufrimientos. ¿El
resultado de esta actitud mental? Que consolidamos la idea de separación y
nos olvidamos de que en verdad nunca nos separamos del amor. Como plus,
a este mecanismo inconsciente le agregamos la idea de que los demás
también se separaron del amor. Como las otras personas no están unidas al
amor pensamos que no son amorosas y creemos que nos quieren dañar. Esta
forma de pensar nos lleva a vivir preocupados por la opinión de los demás.

Todo empieza con un olvido de quiénes somos y


terminamos generando el sistema de pensamiento
donde está sumida la humanidad: la
victimización.
Ideas que tienen en su mente las personas que se victimizan:
- ¿Cómo puede ser que me suceda esto a mí?
- ¿Por qué nunca soy suficiente para que me quieran?
- ¿Por qué los demás tienen una mejor vida que yo?
- ¿Qué estarán pensando los demás de mí?
- ¿Por qué me pasa siempre lo mismo?
- ¡Cuánta mala suerte tengo!
- Si hubiese nacido en otro contexto, hoy mi vida sería diferente.
- Tengo que cuidarme porque el futuro va a ser terrible.

Cuando nos paramos en el paradigma de la


responsabilidad, los demás dejan de ser peligrosos
para pasar a ser maestros.
Voy a contarte la experiencia de una joven que vino hace un tiempo a
una consulta de biodescodificación. Ella quería irse a vivir al extranjero,
pero no se animaba a hacerlo ya que lo haría sin un trabajo confirmado. El
hecho de no saber si encontraría trabajo durante su primer mes le generaba
mucho miedo e incertidumbre con respecto al viaje.
Un día dijo: “¿Y si sale mal?”.

Esta pregunta le produjo miedo. El miedo se apoderó de ella hasta que se


quedó paralizada. En la sesión indagamos de dónde provenía su miedo y
encontramos la información subconsciente del origen de ese temor.
Ella recordó que, cuando era pequeña, su abuela le contaba lo duro que
había sido para ella y su familia trasladarse de Italia a la Argentina. Le
hablaba de las penurias que habían vivido durante meses hasta que su padre,
el bisabuelo de mi consultante, había encontrado trabajo.
Entonces, le dije: “Ahora sos consciente de esa memoria
transgeneracional. ¿Preferís seguir emitiendo la misma información o
preferís cambiarla?”.
Ella me respondió que esta vez sería distinto.

Tomar conciencia de la información subconsciente que hay en nuestra


mente cambia radicalmente nuestros puntos de vista ya que abre nuevas
posibilidades, genera entusiasmo y, con ello, mayor energía necesaria para
manifestar los cambios.

“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi


mente”.
Ludwig Wittgenstein

• ¿Y si me sucede lo que quiero?

Otro de los grandes miedos que encontré durante mis años de terapeuta
en biodescodificación es que la gente teme a que sus deseos se concreten.
El miedo surge de pensamientos subconscientes de culpabilidad y de
creencias como: “Si a mí me va bien, los demás me van a envidiar y ya no
me querrán”.
Debemos estar atentos a los programas mentales que llevamos para
desprogramar todo aquello que nos impida crear nuevas posibilidades.
Siempre la persona que vive en el paradigma de la victimización se siente
culpable por su pasado y tiene miedo porque piensa que será castigada en el
futuro.
La biodescodificación te lleva a reconectar con tu poder:
La responsabilidad nos lleva a la libertad, y la
libertad al amor.
En este libro deseo compartirte las 10 leyes de la biodescodificación para
que entrenes tu mente y crees la vida que siempre soñaste. Desde mi
experiencia, sé que todo se puede crear cuando aplicamos las 10 leyes de la
biodescodificación.

• ¿Qué significa aplicar las 10 leyes de la biodescodificación?

Aplicar las 10 leyes de la biodescodificación significa, primero,


aprenderlas para luego practicarlas.

Para transformar nuestras vidas, debemos unir pensamiento, emoción y


acción. El conocimiento surge cuando somos coherentes entre lo que
pensamos, lo que deseamos y lo que hacemos.

• ¿Es posible que todos vivamos la vida de nuestros sueños?

Sí, porque el universo es abundancia. Si hoy no estás viviendo en la


abundancia es porque no estás sintonizado con las 10 leyes de la
biodescodificación.

• ¿Las 10 leyes de la biodescodificación son leyes nuevas?

Sí, porque la biodescodificación toma información del pasado, la


clarifica con términos modernos, y hace que se vuelva accesible para todo
el mundo. Enseña, sobre todo, con ejemplos y ejercicios prácticos de la vida
cotidiana.
Cuando nos sintonizamos con las leyes de la biodescodificación
empezamos a descubrir que tenemos el poder interno de transformar la
realidad. Todos queremos cambiar nuestras vidas, pero pocos aprendemos
las leyes y muchos menos somos los que las practicamos.
Sé consciente de que las leyes nunca fallan, las que
fallan son las personas al aplicar las leyes.
Cuando empezamos a aplicar las leyes de la biodescodificación nos
volvemos los arquitectos de nuestras vidas. Puedo dar testimonio de que mi
vida era un completo caos a nivel emocional, mental, de relaciones y
económico hasta que conocí las leyes y las empecé a aplicar. Hoy puedo
decir que estaba viviendo la vida sin vivirla.

• ¿Qué significa vivir la vida sin vivirla?

Significa ser rehén subconsciente de los programas mentales construidos


en el pasado; estos programas mentales o creencias dirigen nuestros
pensamientos, nuestras emociones y nuestras conductas.
Cuando creemos que elegimos es en verdad el programa mental
subconsciente quien elige.

La mente está programada a través de las


experiencias infantiles, mediante los sistemas de
pensamientos que tienen los adultos que nos
criaron, y nuestro acto inconsciente de seguir
eligiendo esos viejos programas en el presente.
En la biodescodificación no caemos nunca en la trampa de creer que
nuestros padres son los responsables de nuestras vidas actuales. Nuestros
padres solo nos brindaron una información que nosotros aceptamos
consciente o inconscientemente.
Quiero que quede claro que todo el mundo puede cambiar la información
que hay en su mente subconsciente. Además, nuestros padres tampoco
conocían las 10 leyes de la biodescodificación e hicieron lo mejor que
pudieron con la crianza que ellos recibieron.
No hay víctima en el universo, hay personas que
permanecen dormidas y otras que deciden
despertar.
Hoy, desde nuestro enfoque consciente, podemos reconocer que cientos
de generaciones han vivido en el planeta Tierra sin aplicar las leyes ni han
desarrollado su consciencia. Las personas, por lo general, viven en modo
automático. Durante miles de años, el único objetivo de nuestra raza fue la
supervivencia. Y, para lograrla, no hace falta la consciencia. Se necesitan
repetir ciertos patrones de comportamiento de la misma forma que lo hacían
los antecesores.
En biodescodificación descubrimos que tenemos la obligación, como
humanos, de tomar el volante y dirigir el auto de nuestras vidas.
Aprenderás que todo lo que existe en el universo se crea primero en la
mente y luego se manifiesta en el mundo material. Siempre lo sutil, el
pensamiento, hace que se cree lo denso, la materia; esta no existiría sin la
mente. Antes de que apareciera el universo físico como lo conocemos
existía la consciencia.

En resumen, nosotros creamos nuestro universo a


través de la mente.
Este libro tiene la intención de enseñarte cuáles son las 10 leyes de la
biodescodificación y, sobre todo, cómo aplicarlas.
El poder de crear tu vida es tu naturaleza intrínseca, pero lo olvidaste. Mi
pasión es que recuerdes quien sos. Te daré todas las herramientas que yo
puse en marcha para vivir la vida de mis sueños. Solo podremos crear
nuestras vidas, si reconocemos que somos creadores.

• ¿Por qué las personas no usan su poder interior?

Porque creen que no lo tienen. Fueron condicionadas mentalmente desde


pequeñas para pensar y sentir que no tienen poder sobre sus vidas.
Las preguntas más importantes para hacerte hoy son:

- ¿Alguna vez creí que yo era el creador de mi vida?


- ¿Practiqué honestamente las leyes de la creación?
- ¿Dediqué tiempo a conocer las leyes?
- ¿Confío en mi poder interior?

Las respuestas probablemente sean que no.

Quiero darte el siguiente ejemplo para que entiendas de forma más clara
lo que te estoy queriendo decir.

Imaginá que una persona decide empezar a tocar la guitarra. Con gran
entusiasmo, la compra online , la espera con ansias y, a los pocos días, toma
su primera clase. Empieza con mucha alegría y expectativas. Se va de la
clase con la tarea que el profesor le dio y, al volver a su casa, practica
durante veinte minutos.
Sin embargo, una voz interna le empieza a decir que no suena bien lo
que está tocando, que los dedos no están donde deberían ir y que esto de
tocar la guitarra es muy complicado. ¿Te suena familiar? La persona
escucha a su voz interior y piensa: “Es verdad, no soy buena para tocar la
guitarra. ¿Qué hago a mi edad intentando aprender algo nuevo? Mejor me
rindo ahora para no quedar en ridículo”.
Todo ese diálogo interno hizo que la persona no confiara ni en sí misma,
ni en el proceso de aprender. Deja de practicar con la guitarra y se dice a sí
misma que algún día lo volverá a intentar. Pasan unos meses y termina
regalando o vendiendo la guitarra.
Fin del sueño de ser guitarrista.

La mente registra lo vivido como una experiencia de frustración y crea la


idea de que la persona no es buena para aprender. Los recuerdos
condicionan las experiencias presentes.
Te darás cuenta de que esto nos sucede muy a menudo. Estamos
programados para conservar energía para la supervivencia, y el aprendizaje
implica un gasto de energía extra. Tenemos que aprender a romper ese
patrón para crecer, desarrollarnos y transformar la realidad.
¿Qué preferís? ¿Acopiar energía o aprender y cambiar tu vida y la de tus
seres queridos? Esa es tu elección.

Quizá la persona sí era buena para tocar la guitarra, pero solo necesitaba
práctica. Todos tenemos potencial para ser guitarristas, pero tenemos que
saber que, para serlo, necesitamos compromiso con el instrumento, con la
música y mucha práctica.
Con las 10 leyes de la biodescodificación sucede lo mismo: primero
tenemos que conocerlas, y luego aplicarlas.

Las 10 leyes de la biodescodificación

Las leyes nunca cambian, lo único que cambian son las interpretaciones
que las personas hacemos de ellas. Las leyes de la biodescodificación te
llevan, poco a poco, al autoconocimiento porque son leyes de la mente;
estas nos enseñan a rascar hacia adentro, a descubrir quiénes somos, a
entender sobre el poder que tenemos, a saber cómo funciona el universo.
Cuando conocemos y comprendemos cómo aplicar las leyes,
evolucionamos de espectadores pasivos de la vida a maestros creadores.

Las leyes son las siguientes:

- Ley nº 1: Principio de mente-génesis.


- Ley nº 2: Principio de correspondencia.
- Ley nº 3: Principio de vibración.
- Ley nº 4: Principio de polaridad.
- Ley nº 5: Principio del ritmo.
- Ley nº 6: Principio de causa-efecto.
- Ley nº 7: Principio de manifestación.
- Ley nº 8: Principio de inocencia.
- Ley nº 9: Principio del propósito.
- Ley nº 10: Principio de gratitud.

Al conocer y practicarlas, podemos conocer la génesis del sufrimiento


humano. Los humanos sufrimos porque olvidamos que somos la causa de
las vidas que vivimos, y porque nos identificamos con nuestros problemas
más que con las soluciones. Al olvidar que somos inocentes y completos,
pensamos de manera errónea de nosotros mismos y vivimos pendientes de
lo que los demás piensan de nosotros.
Cuando una persona se victimiza por su condición, por su cuerpo, por su
contexto o por lo que sea, pierde su poder. La persona queda atrapada en un
sistema de pensamiento limitante y no ve alternativas, no encuentra cómo
salir del conflicto que está padeciendo. Es probable que todos nosotros, en
algún momento, hayamos sido víctimas de alguien, de algo o de un
contexto. Pero muy distinto es ser víctima a victimizarse.

Todos vivimos situaciones en donde somos


víctimas.
En mi caso, cuando era niño fui víctima de la violencia de mis padres
pero no por esas experiencias de mi pasado me victimizaré durante toda la
vida. También fui víctima del maltrato de mis compañeros de escuela, de las
creencias de escasez de mi abuela materna, incluso de abusos psicológicos,
pero lo importante es lo que hago hoy con esa información de mi pasado.
Mi experiencia emocional actual está determinada por el significado que yo
le doy a mis experiencias y nunca por mis experiencias. Para salir del
victimismo y pasar a ser maestros debemos transformar los significados que
hemos construido
de nuestro pasado.

• ¿Qué es ser un maestro?

Es volverse responsable de la propia vida.

Una de las palabras más importantes que hay en el universo es la palabra


“significado”. El significado que le damos a nuestras experiencias
determina nuestras creencias, emociones y acciones. En conjunto, el
significado que le asignamos a la vida programa nuestros resultados. Cada
una de las situaciones que vivimos es neutra. Somos nosotros quienes las
cargamos de significado.
El verdadero poder está en decidir cómo interpretar las situaciones que
vivimos.

Si cambio mis significado s, cambia mi emoción; si


cambio mi estado emocional, modifico mis
comportamientos. Si mis comportamientos
cambian, obtengo nuevos resultados.
Pensar todos los días de tu vida que fuiste víctima de una o varias
situaciones es vivir eternamente en el sufrimiento y la culpabilidad. Las 10
leyes de la biodescodificación te proponen desprogramar los significados de
tus experiencias traumáticas y transformarlas en nuevos recursos mediante
la comprensión, el perdón y el aprendizaje.
Si siempre estás repitiendo mentalmente los dolores del pasado, estás
creando un estado del ser denso, lleno de miedo y, quizá, con rabia o
tristeza.
Entonces, ¿cuáles creés que van a ser tus acciones? Serán las mismas
acciones que te producen sufrimiento desde siempre. Serán las mismas,
porque estarás condicionado mental y emocionalmente a actuar o reaccionar
desde ese estado interno.
Por lo tanto, si tus acciones siempre son las mismas, ¿cuáles van a ser
los resultados que obtengas? Los mismos una y otra vez. Luego te quejarás
por no obtener resultados diferentes.
¿Notás quién está creando el calvario?

Todos nosotros podem os cambiar el signific ado


de las experiencias de nuestro pasado cambiando
en el presente nuestro estado mental.
Cuando el alumno empieza a practicar las 10 leyes de la
biodescodificación, empieza a sentirse liviano, liberado y entusiasmado por
pensar y actuar distinto.

Nuestra fe es lo que determinará nuestro entusiasmo. Si yo no creo que


tengo el poder mental para cambiar mi situación de vida, no la podré
cambiar.

Solo nos volcamos de lleno a algo nuevo cuando confiamos en que


obtendremos resultados. En una relación, por ejemplo, creeremos solo si
confiamos en la otra persona. Si no hay confianza, probablemente la
relación tarde o temprano se extinga. Las leyes te enseñan a crear un estado
mental de autoconfianza y empoderamiento. Te devuelven al lugar en el
cual siempre estuviste, estás y estarás.
Quiero invitarte a que tengas fe en que si una persona en el planeta
Tierra a lo largo de la historia de la humanidad pudo cambiar sus estrellas,
vos también podés. Con la práctica, la fe se convertirá en certeza. Y, si hasta
hoy no cambiaste tus estrellas, no es porque no puedas hacerlo, sino porque
no conocías las leyes o no las aplicaste de la manera adecuada.
“Tal como es tu deseo es tu voluntad. Tal como es
tu voluntad son tus actos. Tal como son tus actos
es tu destino”.
Brihadaranyaka Upanishad IV 4.5

Las 10 leyes de la biodescodificación te guiarán para comprender que la


fuente de toda creación es la mente. La mente humana tiene la potencialidad
de crear lo intangible (pensamiento) en tangible (materia).
Al tomar conciencia de nuestro verdadero poder, nos sintonizamos con el
poder de la creación.

“Donde quiera estén las huellas del Maestro, allí


los oídos del que está pronto para recibir sus
enseñanzas se abren de par en par”.
El Kybalión

• ¿Qué resultados voy a obtener con la práctica de las 10 leyes?

El objetivo de este libro es que logres una transmutación mental. La


palabra “transmutar” significa “cambiar”. Cambiar de naturaleza, de
sustancia y de forma; convertir una “cosa” en otra nueva. La propuesta es
que transformes tu mentalidad para que empieces a alterar la materia.
Para la biodescodificación la transmutación mental es el arte de
transformar o cambiar los significados, las emociones y los
comportamientos subconscientes para crear un nuevo estado del ser.
En cada capítulo desarrollaremos el concepto de que el universo, en
esencia, es mental. Observaremos cómo, desde la perspectiva de la ciencia
moderna y desde la visión de las filosofías espirituales, existimos en un mar
de información que es energía y a la vez es vibración.
Este manual de entrenamiento te propone que realices transformaciones
mentales. En algunos casos serán de forma consciente y, en otros, obtendrás
los resultados de forma automática. Cuando desarrollamos la consciencia de
que somos creadores, la mente consciente y la mente subconsciente
empiezan a cambiar y este cambio transforma la realidad.
Los estudiantes de las 10 leyes de la biodescodificación saben que la
realidad física se puede modificar al cambiar las propias creencias sobre la
realidad.
La primera de las 10 leyes es la ley de mente-génesis; esta ley explica y
desarrolla que todo tiene una causa mental. La mente es el principio
creador. El universo es una creación mental y nosotros somos creadores de
todas las experiencias que vivimos día a día.
Sesión de biodesco dificación: Carlos
Para enseñarte el principio de mente-génesis te voy a contar dos sesiones
de biodescodificación.
Carlos llegó a mi sesión con estrés porque lo iban a despedir de su
trabajo. Él me contó que un día, mientras estaba haciendo sus tareas de
rutina, escuchó rumores de que en la empresa estaban despidiendo personal.
Yo le pregunté qué pensó en ese momento. Me dijo que, inmediatamente
después de escuchar a su compañera, empezó a pensar que lo podrían
despedir a él. A continuación, Carlos me relató en detalle cómo esos
pensamientos hicieron que sintiera miedo por la posibilidad de que a él
también lo despidieran.
Yo indagué un poco y le pregunté cuándo había sido la última vez que
había sentido ese miedo. Él me contestó que había sucedido hacía dos años,
cuando lo habían despedido de su antiguo trabajo. Él asoció la experiencia
actual con la experiencia del pasado. En el presente no había pistas de que
lo fueran a despedir, pero como se sentía inconscientemente culpable por el
anterior despido, empezó a creer que volvería a perder el trabajo.

Para evitar las asociaciones inconscientes que hace nuestra mente es por
lo que debemos desprogramar nuestra mente de la información del pasado.
Carlos continuó con su relato y me contó que, además, había escuchado en
la televisión que las empresas estaban reduciendo su personal. Esto le
provocó más pensamientos fatalistas.
Yo le dije que había que biodescodificar la culpa inconsciente, porque
cuantas más veces experimentaba ese pensamiento y esa emoción de
quedarse sin trabajo, estaba fijando en su mente, de forma automática, la
posibilidad real de perder su trabajo. La vida nos da aquello en lo que
creemos.
Hicimos la biodescodificación y Carlos comprendió que su pasado no
determinaba su futuro. Lo único que determina nuestras experiencias son
los pensamientos que elegimos pensar en el momento presente sobre
nosotros mismos.
Carlos cambió el significado en su mente y transformó su realidad.
Durante la sesión siguiente, Carlos me contó que despidieron a su
supervisor y que a él, paradójicamente, le asignaron ese puesto.
¿Qué fue lo que pasó?
Carlos desprogramó su historia pasada liberando a su mente de la
necesidad de volver a repetir un acontecimiento semejante y creó en su
mente el molde de lo que deseaba vivir. La realidad simplemente se adaptó.
Historias como la de Carlos me motivan, cada día, a seguir expandiendo
el mensaje de que somos creadores de nuestra realidad.

“Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge


con nuestros pensamientos. Con ello nace nuestro
mundo”.
Buda

Sesi ón de biodescodificac ión: Juana


La segunda sesión que relataré sucedió en Buenos Aires, durante junio
del 2020, en plena pandemia del COVID-19.
Era una tarde de invierno cuando Juana y yo hicimos la consulta vía
Skype. Juana estaba muy angustiada por la pandemia y, además, creía que
ya estaba contagiada de COVID.
Yo le pedí que me contara qué había pasado, y ella me relató que pasaba
los días encerrada en su casa viendo la televisión. Pasaba horas y horas
bombardeando a su cerebro con información de que el COVID-19 era letal,
de que todos íbamos a enfermar, y de que era el fin del mundo. Sin
embargo, no escuchaba solo la televisión, sino a todos sus seres queridos
que le repetían lo que los “desinformativos” publicaban.
Juana tenía en su mente, las veinticuatro horas del día, que la gente del
mundo estaba enfermando de COVID-19. Entonces, empezó a pensar que
ella sería la próxima en contraer el virus. El día anterior a la sesión, recibió
los productos del supermercado en la puerta de su casa, y el chico del
reparto estornudó frente a ella. Inmediatamente después de eso, empezó a
pensar que se había contagiado. Su mente se declaró contagiada de COVID-
19 y, a las horas, Juana manifestó los primeros signos clínicos de la
enfermedad, que son los mismos que los de una gripe común. La sensación
de un resfriado se apoderó de su cuerpo y de su mente. Durante la sesión,
Juana comprendió que los signos físicos son respuestas biológicas que se
producen como consecuencia del estrés. Sus síntomas de gripe fueron
producto de conflictos ocasionados por el miedo. Juana reunía todos los
elementos para generar una gripe. Ella tomó conciencia de que estaba
creando un estado de miedo constante, a causa de la información con la cual
alimentaba a su cerebro todos los días.
Al día siguiente, Juana se hizo el hisopado para determinar si había
contraído la enfermedad y el resultado fue negativo.

Tenemos el poder de condicionar a nuestro cuerpo y a nuestro entorno


con los pensamientos y las emociones que habitan en nosotros. Las 10 leyes
de la biodescodificación te proponen recuperar el control de tu experiencia
de vida.

“Allá donde dirigimos nuestra atención, allá


estamos creando”.
John Wheeler, físico de la Universidad de Princeton

¿Qué es la ley de mente-génesis?


La primera de las 10 leyes de la biodescodificación nos enseña que el
mundo material es un reflejo del mundo inmaterial. La consciencia crea a la
materia. Vemos en el mundo, el efecto de una causa mental.
El Dr. Joe Dispenza nos dice: “El campo cuántico no te da lo que
quieres, sino quien eres”.
Por lo tanto, si queremos vivir en abundancia, tendremos que crear un
estado interno de abundancia. Si queremos vivir una relación de amor,
primero tendremos que amarnos. Cualquier cosa que deseemos crear en
nuestra vida, primero tendremos que sembrarla en nuestra mente.

Génes is deriva del griego y significa “origen” ,


“comienzo”. Mente-gé nesis significa que tod o
comienza en la mente.
Actualmente, científicos y metafísicos coinciden en que los seres
humanos somos energía, que toda la energía es información, y que con
nuestros pensamientos y nuestras emociones creamos frecuencias
vibratorias. Dichas frecuencias energéticas son las que moldean la realidad
física.
Imaginate como un resonador cuántico que está, constantemente,
emitiendo información al campo energético que constituye la realidad y que
recibimos de vuelta esa información en forma de experiencias materiales.
La información que emitimos no queda en el aire, se transmite y crea forma.
Desde que salimos de la cama, estamos enviando información al medio que
nos rodea: las personas que viven con nosotros, la gente con la que nos
cruzamos en el ascensor, nuestros compañeros de trabajo, todos, reciben
nuestros pensamientos y emiten una respuesta subconsciente a esas
vibraciones.
En sí, el mundo es un mar de información. Según en qué información
vibremos, atraeremos diferentes sucesos a nuestras vidas. Dependiendo de
la frecuencia que emitamos (pensamientos + emociones), crearemos
abundancia o escasez en nuestra realidad. Si hoy te encontrás viviendo en la
escasez, no creas que es por mala suerte: la realidad es que estás vibrando
en la frecuencia de la escasez.

¿Por qué vibramos en una frecuencia o en otra?


La información que crea la frecuencia en la que vibramos está
condicionada por tres variables:

1. significados presentes.
2. Experiencias pasadas.
3. Deseos futuros.

Si queremos cambiar nuestra frecuencia, debemos cambiar nuestra


información. Para cambiar nuestra información, tenemos que cambiar el
concepto sobre nosotros mismos, que incluye: los significados presentes,
los significados de las experiencias pasadas y los deseos que tenemos sobre
el futuro.
Mientras caigamos en la tentación de creer que estamos separados del
amor, que somos incorrectos y que no tenemos el poder de transformar
nuestras vidas expresaremos una información que atraerá conflictos,
pérdidas, sufrimientos y miedo. Si recuperamos la consciencia de unidad,
de que somos amor, de que somos inocentes y de que estamos completos
atraeremos a nuestra vida abundancia, éxito, felicidad y paz.

¿Cómo cambiamos nuestra forma de pensar y de sentir?

Para cambiar nuestra forma de pensar tenemos que incorporar nuevas


actitudes mentales. Las nuevas actitudes mentales que debemos practicar
cada día son el acto de comprender, perdonar y aprender. A esta tríada de
actitudes mentales las llamo “la santísima trinidad mental” para el cambio
de personalidad. Practicar la santísima trinidad mental nos lleva a liberarnos
emocionalmente del pasado y crear un espacio en el presente sobre el que
construir un nuevo sistema de pensamiento.
El proceso para cambiar nuestra vibración mental es sencillo. Lo único
que lo puede hacer complejo es que debemos aplicar lo que aprendemos.
Hay que comprender las 10 leyes y ponerlas en práctica.
En mi caso, se produjo un cambio en mi interior cuando decidí ser
consciente de toda la información que existía en mi cabeza: a esa
información, en biodescodificación, la llamamos “creencias”.
Cuando me propuse ser consciente de mis creencias, empezó a
transformarse mi vibración. Muchas personas me dicen que quieren
cambiar, pero que no quieren saber sobre ellos mismos, porque no les
interesa saber cuáles son sus creencias ni sus emociones. En realidad, estas
personas no saben que para cambiar es ley la necesidad de ser conscientes
de aquello que queremos transformar. Para armar un rompecabezas hay que
saber cuántas piezas lo componen y, si se conoce el dibujo, mucho mejor.
Primeros pasos para poner la ley de mente-génesis
en práctica.
“Todas las gotas del océano están unidas a las otras gotas y juntas
forman el mar”, decía mi maestro. Y agregaba: “Nosotros los humanos
estamos unidos al universo y eso es ley de vida”. Uno de los grandes
secretos que aprenderás en este libro es que, para manifestar lo que deseás,
tendrás que pedir en armonía con el universo.
A mí me gusta practicar la primera ley cuando voy a estacionar:
“Querido universo, quiero un lugar para estacionar. Así como yo quiero
aparcar, seguro un buen señor o una buena señora quieren dejar su parking
ahora”. Empiezo a emitir esa información al campo cuántico y, de pronto,
aparece el lugar que deseo. Yo sé que todos estamos conectados y que las
otras mentes me escuchan a nivel subconsciente. Si nosotros tomamos
conciencia de que somos parte de un gran organismo y que queremos vivir
en armonía con ese universo, empezaremos a sentir lo que se conoce como
entrar en el fujo, en el flow.
Empezaremos a fluir con la vida. En ese nuevo estado de consciencia,
dejamos de luchar con la vida.
¿Qué creés que sucedería si yo, en vez de pensar que alguien está por
dejar un lugar para estacionar, empiezo a pensar: “No puede ser, esta ciudad
es un caos, ya nadie puede encontrar un lugar; tengo que estacionar y ¡no
hay sitio en ningún lado!”.
La respuesta es que empezaré a generar crisis en mi mente. Y si hay
crisis en mi mente, habrá crisis en el mundo. ¿Cuál es la crisis que me
ofrecerá el universo? Que no encontraré ningún lugar para estacionar, ya
sea en la calle o en una cochera. Esto sucede porque estamos anulando la
posibilidad de que haya un lugar cómodo para que estacionemos.

Sin embargo, si aplicamos las leyes de la biodescodificación y, de todos


modos, no encontramos lugar, estaremos tranquilos porque sabremos que es
nuestra responsabilidad que aparezca o no un sitio para dejar el coche.
Quizás encontremos cuáles son las creencias subconscientes que hacen que
no lleguemos a tiempo a nuestra cita o reunión de trabajo. ¡Todo se puede
volver siempre una oportunidad para conocernos!
Una de las claves para comprender la ley de mente-génesis es saber que:

Lo que vemos hoy manifestado en nuestra vida es


el resultado de nuestros pensamientos y nuestras
emociones del pasado.
Los pensamientos y el campo cuántico tienen tiempos diferentes.
Nuestra situación de vida actual es la proyección de información emitida
ayer. Y nuestro futuro será el resultado de lo que emitamos hoy.

“El mayor obstáculo para lograr lo que queremos


son las programaciones de nuestro cerebro
subconsciente”.
Bruce Lipton

En mis cursos, y a través de este libro, recomiendo que no te quejes más


de lo que estás viviendo ahora. Si te seguís quejando de lo que vivís hoy, te
estarás quejando de lo que pensaste en el pasado y, si te quejás de tus
pensamientos del pasado, hoy crearás un futuro de quejas. A la vez,
mientras te quejás, empezás a considerar que tu yo del pasado y del
presente son incorrectos. Esta experiencia interna de insatisfacción te
generará la sensación de ser culpable.
Las experiencias emocionales de culpabilidad en el presente generan
experiencias de sufrimiento y sacrificio en el futuro. Cuando nos sentimos
culpables en el presente, nuestra mente considera que sería oportuno
castigarnos para expiar la culpabilidad. Así, se pone en marcha un
mecanismo subconsciente para crear problemas en el futuro.

• ¿Y cómo nos autocastigamos?

De la forma que hemos aprendido a hacerlo. La mente subconsciente


copia las mismas formas de castigo que aprendimos de nuestros padres. Por
ejemplo, si quedaste con una persona a una hora determinada y la persona
llega una hora después probablemente cuando te portabas mal tus padres te
hacían esperar. Tu mente reproduce ese comportamiento y envía la
información al mundo para que la otra persona no cumpla con la hora
señalada. Otro ejemplo puede ser cuando estás por firmar un contrato por
cien mil dólares y, a último momento, no se concreta. En este caso quizás
en tu infancia te prometían algo y si no te portabas como tus padres
esperaban te lo quitaban a último momento. La mente inconsciente es muy
creativa y le gusta reproducir el pasado.

Siempre nos castigamos cuando nos concebimos previamente como


culpables. De igual forma, siempre nos bendecimos cuando nos sentimos
inocentes. La salud, la abundancia y las buenas relaciones son producto de
sentirse inocente y darse esos regalos.
Uno de los autocastigos más comunes que se imponen los seres humanos
en todas partes del mundo es el de vivir en la pobreza. Cuando una persona
se considera culpable de una situación, forja la creencia limitante de que es
“pecadora” y, como todo buen pecador, no quiere experimentar la culpa.

¿Cómo aprendimos a resolver este dilema?

Expiando la culpabilidad mediante un sacrificio. Obviamente, esta es


una forma limitada de entender la vida, pero muchos fuimos programados
con esta idea. La persona que se siente pecadora empieza a creer que se
merece un castigo, y la mente manifiesta por ejemplo el castigo de vivir en
la escasez o en la lucha constante por la supervivencia.
Una vez, un consultante me dijo con énfasis en medio de una sesión:
“¡Cómo me encantaría viajar a Europa! Pero nunca tengo dinero”.
¿El problema era el dinero o el problema era que, inconscientemente, no
deseaba viajar a Europa y solo lo pensaba para autocastigarse?
La respuesta es que el dinero nunca es un problema.
El problema son nuestras creencias subconscientes
que limitan nuestra imaginación, creatividad y
optimismo.
La biodescodificación es un entrenamiento mental para que te liberes de
las creencias limitantes y recuperes tu poder creador. Un claro ejemplo de
culpabilidad inconsciente (creencia limitante por excelencia) es cuando se
tienen deseos que nunca se concretan o se terminan realizando con mucho
esfuerzo.

• ¿Qué es la culpa?

Es la oposición de un deseo con una creencia. Deseamos ser libres


financieramente, pero creemos que ganar dinero sin trabajar es imposible o
que debemos ser corruptos.

La normalidad para un ser humano que se considera inocente es la


abundancia. La anomalía es la escasez.
• ¿Qué es abundancia?

La abundancia es la experiencia donde vemos al dinero como un recurso


para crear lo que deseamos y nunca más como una necesidad.

¿Cómo saber si estamos viviendo en la abundancia?

Cuando ganás dinero haciendo lo que amás y ya no calificás a tu trabajo


como trabajo: estás en la ABUNDANCIA. Otra forma de reconocer que
estamos viviendo en la abundancia es cuando te sobra dinero más allá de los
gastos para satisfacer tu supervivencia. Si ganás 10 mil y te sobran dos mil
es abundancia. Si ganás cien mil y te sobran ochenta mil es abundancia.

¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de mente-génesis?

Todos tenemos la posibilidad de decidir qué vida queremos vivir. La


pregunta es: ¿usaremos el principio de mente-génesis de forma consciente o
lo vamos a seguir usando de forma subconsciente? La mente no discute si
es correcto o incorrecto lo que estamos creando, simplemente nos obedece.
Cada persona tiene un gran poder interior de significar su vida, es decir,
que el significado que cada uno atribuya a las distintas vivencias
determinará las experiencias. El significado, a su vez, está determinado por
nuestras creencias subconscientes; estas forman nuestros pensamientos
posteriores que crearán las emociones que experimentaremos. Por lo tanto,
ellas no aparecen al azar, sino que primero tenemos determinados
pensamientos y, luego, sentimos.
Las emociones, por consiguiente, determinarán las acciones. Estas
acciones condicionan los resultados que, a su vez, refuerzan las creencias.
La biodescodificación te propone que dejes de mirar los resultados
actuales y utilices tus pensamientos para crear tu mundo. Tenemos la
facultad mental de reinterpretar el mundo como una oportunidad para
crecer.
La ley número uno de la biodescodificación te revela uno de los secretos
mejor guardados de la humanidad por las doctrinas esotéricas y los grupos
de élite; el Santo Grial que tanto buscan los héroes en las películas no es
más que una fórmula mental para transformar la realidad física conocida
como la fórmula de la creación.
La fórmula de la creación

La fórmula de la creación es la siguiente:

Las creencias que forjamos determinan los pensamientos que pensamos,


y estos a las emociones. Los pensamientos sumados a las emociones
condicionan nuestros comportamientos. Los hábitos definen nuestro estado
del ser, y la información emitida por nuestro estado del ser moldea la
realidad física.
La fórmula de la creación dice que son nuestras creencias las que
modifican y condicionan nuestros pensamientos. Podemos tener creencias
de abundancia y salud, o podemos tener creencias de enfermedad y escasez.
La decisión es nuestra.
Las creencias condicionan a los pensamientos; los pensamientos
disparan las emociones; las emociones repercutirán en las acciones que
hagamos y, dependiendo de estas últimas, serán nuestros resultados.
Por último, los resultados que obtenemos producen nuevas experiencias
y las interpretaciones que hacemos de las nuevas experiencias
condicionarán nuestras creencias.
Si todo el tiempo alcanzamos resultados mediocres, empezaremos a
creer que no somos suficientes para el éxito y crearemos al mismo tiempo
más pensamientos de fracaso. En cambio, al conocer la fórmula de la
creación, sabremos que no hay que involucrarse mentalmente con los
resultados que se obtienen porque son la consecuencia de los pensamientos
pasados. Al hacer esto con la consciencia, la mente empieza a romper el
patrón y a crear nuevos resultados.
Las emociones perfectas para crear éxito son el amor, la paz y la alegría.
En cambio, las emociones de miedo, tristeza e ira fabrican sufrimiento,
escasez y conflicto.
La emoción del miedo genera parálisis en la mente y en las acciones:

“No lo puedo hacer”.

“Se me ocurrió hacer un negocio, pero siento que no soy suficiente para
hacerlo”.

¿Cuál será el resultado de estas ideas? No crear el negocio y pensar que


no soy suficiente para alcanzar el éxito.

La emoción de la ira, a diferencia del miedo, genera acción. Cuando


estamos enojados dejamos de pensar y nos identificamos con aquello que
nos enfada. Obtenemos como resultado más de aquello que nos produce
rechazo.

La fórmula de la creación puede ser utilizada para crear felicidad en tu


vida o para crear caos. Tu destino está determinado por tus creencias.
Mediante tus creencias, tus pensamientos y tus emociones construirás un
estado del ser que atraerá a tu vida lo que sos y no lo que querés.

Siempre atraemos a nuestra vida lo que somos y


no lo que queremos.
John Wheeler, físico de la Universidad de Princeton, sostiene que allí
donde pongamos nuestra atención estará nuestra vida. Por lo tanto, el
simple hecho de observar algo y poner la atención allí produce un cambio
en la materia. Tus pensamientos dominantes, ya sean considerados buenos o
malos, se manifiestan.

El que comprende que el universo es mental hace


la diferencia en el camino hacia el éxito.
El universo es inocente, no distingue entre lo positivo y lo negativo. Las
leyes del universo simplemente responden y no juzgan.
El reconocido científico Albert Einstein relacionó la energía con la
materia y produjo una revolucionaria concepción del mundo. Dos décadas
más tarde, dos pioneros de la física cuántica, Niels Bohr y Werner
Heisenberg, estudiaron el comportamiento de las partículas subatómicas. Su
descubrimiento rompió con la concepción de la época materialista: esta
postulaba que alrededor de los átomos existen partículas que giran en torno
a él, como un sistema solar. Bohr y Heisenberg descubrieron que alrededor
de las partículas subatómicas gira un infinito de posibilidades que no tienen
la consistencia de un átomo sólido, tal como se sabía en aquella época.
Observaron que, al querer determinar la posición de un electrón en el lugar
que ellos esperaban que apareciera, este lo hacía. Llegaron a la conclusión
de que una partícula adquiere su manifestación material al ser observada y
medida. Es decir, que el ser humano crea la realidad que lo rodea.
Entonces, ¿nuestras creencias afectan nuestra realidad? Sí. La ciencia ha
tardado miles de años en descubrir lo que Buda decía: “Somos el resultado
de lo que pensamos”.

El realismo afectivo, el fenómeno donde


experimentamos lo que creemos, es inevitable a
causa de nuestro cableado (…). A todos nos
gustan las cosas que respaldan nuestras creencias
y normalmente nos desagradan las que las
contradicen. El realismo afectivo hace que
sigamos creyendo algo, aunque las pruebas lo
pongan en tela de juicio.
Lisa Feldmann, La vida secreta del cerebro

El médico y escritor Deepak Chopra ha escrito sobre espiritualidad y el


poder de la mente en la curación del cuerpo físico. Él establece que la
primera ley espiritual del éxito es la ley de la potencialidad pura. Ella se
basa en la premisa de que somos consciencia pura, y al ser la consciencia un
campo de infinitas e ilimitadas posibilidades, nuestra naturaleza esencial es
la potencialidad pura. La ley de la potencialidad de Deepak Chopra es
similar a la ley número uno de la biodescodificación.
Chopra promueve que al descubrir quiénes somos realmente, tenemos la
capacidad de convertir en realidad aquello que deseamos.

La biodescodificación se fundamenta sobre el principio de que la mente


crea la realidad. Sin este principio no existiría la biodescodificación, ya que
los seres humanos estaríamos atrapados en un mundo sin la posibilidad de
transformación. La biodescodificación es un entrenamiento mental que te
enseña a cambiar tu realidad cambiándote a vos mismo.
Si podés transformar la realidad al modificar el contenido de tu mente,
esto implicará que la mente crea la realidad.
Siempre partimos de la premisa de que somos la causa de nuestro
sufrimiento o de nuestra felicidad. Cuando llega una persona a mi consulta,
sea cual sea su conflicto, sé que este fue creado de forma consciente o
subconsciente por sus pensamientos, sus emociones o sus actos. Por lo
tanto, si identificamos qué originó el drama que está padeciendo lo
podremos cambiar.

Ejercicio

Te propongo el siguiente ejercicio:

1. El primer paso es que todos los días recuerdes que tus pensamientos
crean la realidad. Cada uno de tus pensamientos es importante. Si querés
cambiar tu vida tendrás que aprender a observar qué es lo que estás
pensando. Para ello, te propongo que hagas una lista en tu cuaderno y
escribas todos los pensamientos que tuviste en el último día.

2. El segundo paso es que no juzgues esos pensamientos. Los


pensamientos nunca son el problema sino el juicio que hacemos sobre ellos.
El principio número ocho de la biodescodificación, el principio de
inocencia, te enseñará a soltar los autojuicios. La filosofía de Un curso de
milagros reza: “Hoy no juzgaré nada de lo que suceda”.
A lo largo del día podrías practicar no juzgar nada de lo que pienses,
sientas o hagas. Esto te brindará una enorme sensación de bienestar y
autoaceptación.

3. El tercer paso te invita a que crees tu realidad al elegir cuáles son los
pensamientos que querés pensar. Para eso, te propongo que al despertarte
medites cinco minutos sobre cuáles son tus objetivos y escribas una lista
con pensamientos afines para alcanzar tus objetivos.

Ejemplo:

Objetivo 1: Ser libre financieramente.

Pensamiento: Me siento suficiente para alcanzar el éxito en mi


emprendimiento.

Objetivo 2: Vivir una relación de pareja amorosa.

Pensamiento: Soy una persona amorosa que se merece vivir una


relación de confianza, libertad y amor.
Mi madre y la venta de su casa
Hace unos años, un día me llamó mi madre para decirme que estaba
“pidiendo al universo” vender su casa.
Yo le respondí que si seguía “pidiendo al universo” vender su casa no la
vendería jamás.
Mi madre se quedó en silencio al otro lado del teléfono. Entonces,
continué: “Mamá, si vos en el presente estás rezando para que se venda la
casa es porque aún la casa no se vendió, ¿verdad?”.
Ella me respondió que sí, con tono de “Pablo, es lo que te estoy
diciendo”.
Yo le dije que no la vendería porque si ella le contaba al universo a
través de su “intención” que la casa seguía sin venderse, la casa seguiría sin
venderse. De forma inconsciente, mi madre estaba creando que la casa
siguiera sin venderse. El principio de correspondencia explica que como es
adentro es afuera.

• Explicame, Pablo, por favor: ¿cómo funciona el principio de


correspondencia?

En el ejemplo, pedir que la casa “se venda”, es pedir que la casa sea
comprada por alguien en el futuro, pero en el presente sigue siendo
propiedad de mi madre, ¿cierto? Sin darse cuenta, ella estaba alejando la
posibilidad de la venta. La forma correcta de aplicar el principio de
correspondencia es pensar y sentir que la casa ya es de otra persona y
experimentar internamente los resultados de la venta.

El principio de correspondencia dice que experimentes en el presente lo


que sentís en el presente. Entonces, si querés vender una casa debés
experimentar los pensamientos y las emociones como si ya hubieses
vendido la casa.
Sentí en el presente lo que querés vivir en el
futuro.
Mi madre aprendió que debía dejar de prestarle atención al presente y
experimentar en su interior el futuro que deseaba donde su casa ya había
sido vendida. La emoción de satisfacción y de realización activa al universo
para que la venta de la casa se concrete.
Todo lo que vivimos corresponde a una causa mental. Nosotros creamos
un “molde mental” que luego es llenado por la sustancia universal. Nuestro
verdadero trabajo es crear ese molde.

¿Qué es la ley de correspondencia?

La segunda ley de la biodescodificación es la ley de correspondencia,


este principio complementa a la primera ley de mente-génesis. La ley de
correspondencia dice que:

Como es adentro, es afuera; como es afuera, es


adentro.
El universo es mental y lo que pensás se manifiesta. Es decir, que como
es arriba, es abajo. No hay ninguna posibilidad de que en el universo exista
el azar. Cuando vivimos una situación de conflicto es porque, internamente,
estamos en conflicto. Cuando resolvemos los conflictos de forma externa es
porque, primero, los resolvimos de manera interna.

Este conocimiento tiene el poder de liberarte de miles de sufrimientos


porque te devuelve la responsabilidad de ser el creador de tu vida. Si no te
gusta lo que vivís, cambiá tus pensamientos.

Cuando tenía diecisiete años, leí en un libro de metafísica de Conny


Méndez: “Los seres humanos podemos cambiar nuestras vidas cambiando
nuestros pensamientos”, y puedo asegurarte que es cierto. Todo a mi
alrededor era un caos, pero reconocí en aquel momento que yo tenía la
posibilidad de hacerme responsable de mi interior. Ese día experimenté un
milagro.

• ¿Qué es un milagro?

Es un cambio de percepción.

• ¿Qué es un cambio de percepción?

Transformar nuestra concepción de nosotros mismos y de ver la vida, a


los demás y al universo. Si yo comprendo que todo lo que veo afuera es el
resultado de lo que hay dentro de mí, antes de pensar mal del afuera voy a
elegir pensar bien, porque si yo quiero vivir en la abundancia tengo que
pensar de forma abundante. Si yo quiero vivir en el amor, tendré que
considerarme inocente y merecedor del amor. Tendré que crear
pensamientos amorosos y bondadosos para vivir en plenitud.
Ahora…

• ¿Qué pasa cuando no sucede lo que deseás?

Cuando no sucede lo que deseás es porque tus pensamientos pasados no


están en coherencia con tus deseos actuales. Por lo tanto, es necesario
actualizar las creencias en congruencia con lo que decimos que queremos.
Una vez que sintonizamos nuestra mente con el deseo actual, primero, al
liberarnos de los viejos pensamientos y, segundo, al crear nuevos
pensamientos, solo nos queda apreciar el momento y disfrutar del presente.

¿Pero qué sucede si me cuesta disfrutar del presente cuando aún no


tengo lo que deseo?

En mi caso lo que hago es preguntarme:

- ¿Qué hay de malo en mí en este instante?


- NADA. Soy inocente.

Inmediatamente reconozco que no hay nada malo en mí y recupero mi


estado mental de inocencia.
La inocencia creará desapego con los objetos deseados y disolverá la
ansiedad en la mente. Al detener voluntariamente los pensamientos
limitantes estaremos entrenando a nuestra mente para elegir los mejores
pensamientos a la hora de manifestar la realidad que deseamos.
Por ejemplo, si estás constantemente prestando atención a tus
pensamientos de culpabilidad: ¿qué creés que seguirás proyectando en tu
vida? Más culpabilidad. Correcto. Esto es así porque el principio de mente-
génesis y el de correspondencia se ponen en acción. Si nuestra atención está
en lo culpable que creemos que somos, la vida nos ofrece más experiencias
para seguir sintiéndonos culpables.
Aquí otro ejemplo: si estás en crisis con tu pareja y te querés separar,
pero experimentás culpa por los años vividos juntos, o por creerte
responsable de esa ruptura, o por lo que pensará la familia y mil cosas más,
es probable que nunca te termines por separar. Sin embargo, ahora
experimentarás culpa por dos. Primero, por haber tenido la idea de separarte
y, segundo, por haberte quedado donde no deseás estar.
Esta doble culpa es una trampa mortal que destruye tu autoestima. En
poco tiempo, empezarás a sentir que nos sos suficiente para que te quieran y
experimentarás miedo a quedarte solo. Sin darte cuenta, terminarás aferrado
a aquello de lo que deseabas liberarte.
¿Qué pensás que empezarás a sentir por tu pareja? ¿Amor o
resentimiento? Resentimiento. Volviste a acertar. Entonces, de forma
inconsciente, construirás un sistema de pensamiento alejado del amor y
pensarás que no sos merecedor o merecedora del amor y de lo que deseás.
La ley de correspondencia, de nuevo, se pone en marcha y cada día
vivirás una experiencia tras otra de sufrimiento y apatía. La ley de
correspondencia nos enseña que el mundo es un espejo de nuestra mente. El
mundo metafísico crea al cuerpo y al mundo físico tal cual lo pensamos,
consciente o subconscientemente.
El ejemplo que más me gusta para comprender la ley de correspondencia
es el de que nuestra vida es como la de un árbol. Nuestra mente son las
raíces, el tronco y las ramas; las hojas y los frutos son el mundo material.
Así como están las raíces, están los frutos. Si las raíces están saludables, los
frutos serán deliciosos. Si las raíces están podridas, los frutos estarán
podridos.

Tus pensamientos, tus emociones y tus convicciones están creando tu


cuerpo, tus relaciones, tus finanzas y toda tu vida. Todo lo que sucede es un
síntoma de lo que está ocurriendo en tus raíces psíquicas.
Todo lo que vivimos corresponde a una causa mental. Nosotros creamos
un molde mental y luego la sustancia universal lo llenará. Como ya dije,
nuestro verdadero trabajo es crear el molde.
• ¿Cómo creo el molde de mi vida?

Creás el molde constantemente con tus creencias actuales. Para crear el


molde que deseás tenés que soltar el molde actual y definir el nuevo. El
entrenamiento mental en biodescodificación te enseña a autoindagar tus
creencias para determinar cuáles son las creencias que deseás cambiar y
cuáles vas a crear.
La física cuántica distingue entre dos tipos de fuerzas en el universo: las
visibles e invisibles.

“Las fuerzas invisibles son las responsables de las


fuerzas visibles”.
Principio de física cuántica

La ley de correspondencia te invita a que seas en tu interior la persona en


la que te querés convertir en el futuro.
La razón por la que demora en verse manifestado el mundo metafísico
en el mundo material es porque la energía es más sutil que la materia. El
tiempo no es más que el proceso que densifica el pensamiento en materia. A
causa de la discrepancia de tiempos, muchas personas abandonan sus
sueños: no le dan tiempo al molde mental para que se manifieste.
Aquellos pensamientos dominantes o imágenes mentales a las que
decidas prestarle atención crearán una posibilidad en el mundo metafísico
que luego verás reflejada en el mundo físico. Por eso, esta ley nos dice:
como es arriba, es abajo.
Arriba también puede ser comprendido como el mundo de las ideas, tal
como fue distinguido por Platón, el mítico pensador griego, en donde se
encuentra la esencia de las cosas. Y el mundo sensible, abajo, aquel donde
se representa el mundo de las ideas. Por lo tanto, en el mundo de las ideas,
el mundo metafísico o “invisible” según la física cuántica, corresponde a un
campo infinito de posibilidades y solo refleja en el mundo físico aquellas
ideas que sean seleccionadas con el pensamiento.
“Lo que ocurre en la t ierra es un reflejo de la
realidad del espíritu”.
Pergaminos del mar Muerto

Recordá la anécdota mi madre y la venta de su casa. Por el principio de


correspondencia, ella estaba creando de forma inconsciente que la casa
siguiera sin venderse. Pedía que la casa se vendiera, pero el universo lo
tomaba como algo futuro. Ella alejaba la posibilidad de la venta.
La forma correcta de aplicar el principio de correspondencia (como es
adentro, es afuera) es pensar y sentir que la casa ya se ha vendido. Mi
madre debía salirse del presente e ir mentalmente a un futuro en donde la
casa ya hubiera sido vendida. Esa emoción de satisfacción y de realización
activa al universo para que suceda lo que se quiere en el presente.

¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de correspondencia?

La biodescodificación utiliza el mundo exterior como un elemento más


para la propia autoindagación. En biodescodificación usamos los
“problemas” para comprender cuáles son las creencias inconscientes que
habitan en nuestra mente para Identificarlas y cambiarlas. Usamos la
información que se esconde detrás de los conflictos para conocer a nuestra
mente. La segunda ley de la biodescodificación permite el proceso de
biodescodificación a diferencia de otras terapias que creen que los
conflictos son producto del azar y anulan la posibilidad de
responsabilizarnos y crecer.
La biodescodificación aplica el principio de correspondencia cuando nos
lleva a tomar conciencia de que podemos dejar de quejarnos de las
situaciones que vivimos y aprender de ellas sobre nuestra personalidad y
creencias ocultas.

Por ejemplo, muchas personas conservan en su mente la creencia


limitante que dice que vivir en la escasez garantiza ser una persona
humilde, y que por ser humilde los demás te van a querer. Esta creencia no
es buena ni mala. Pero la persona que considera a los vínculos afectivos por
delante de los demás aspectos de su vida priorizará ser humilde y pobre
para ser amado. No tenés que elegir entre un aspecto o el otro. Podés ser
amado y ser millonario al mismo tiempo.

¿Qué es lo que hay que cambiar para ser millonario y humilde?


La creencia. Podríamos reemplazar la creencia limitante por una
creencia potenciadora que diga:

“Soy millonario y comparto la abundancia con mis seres queridos”.

Una vez que identifiques de dónde provienen tus creencias limitantes


comprenderás por qué pensás como pensás y cuál es la intención positiva de
las creencias subconscientes. Una de las preguntas más reveladoras de la
biodescodificación es:

¿Para qué estoy viviendo o pensando de esta


manera?
El para qué nos lleva al aprendizaje.
La biodescodificación nos lleva a la comprensión de que nuestra vida no
está determinada, sino que está programada por nuestras creencias. Y que la
solución para soltar las viejas creencias es el perdón.

• ¿Qué es el perdón?

El perdón es una fecha psicológica que se dispara en dos direcciones:

1. Brinda libertad a uno mismo.


2. Libera a los demás de nuestro apego.

La práctica del verdadero perdón se basa en comprender qué es lo que se


está perdonando.
Cuando buscamos perdonar efectos, siempre estaremos en el bucle
mental de buscar culpables. Pero si comprendemos que no hay culpables,
sino mentes confundidas que cometen errores y anhelan amor,
perdonaremos la causa.

Sin comprensión, no hay perdón.


Hay manipulación.
Yo perdono a mi padre por criarme con violencia. Entiendo que a él lo
criaron igual y que detrás de su ira había miedo. Su agresividad no vive en
mí cuando lo perdono. Cuando lo perdono me libero de la experiencia
emocional. Me hago libre y lo libero a él de mi mente. La violencia fue su
experiencia, pero no significa que tenga que ser la mía. Al liberar
mentalmente a mi padre, me libero a mí mismo de pensar como yo quiera.

• ¿Cuál es el aprendizaje?

Que nuestras creencias no son verdades absolutas, sino referencias


mentales para vivir en el mundo; pero no por eso vamos a permanecer
atados a ellas toda la vida. Las creencias se pueden cambiar y reemplazar
por nuevas ideas.
La biodescodificación te lleva de la inconsciencia a la consciencia. Este
proceso nos permite liberarnos de las ataduras psíquicas del pasado. La
única forma de vivir en el amor es perdonando.
Las 10 leyes te enseñan a comprender tus creencias para soltarlas y
cortar las herencias emocionales que no te dejan ser como deseás ser y así
manifestar aquello que querés en el mundo material.
Tus creencias limitantes solo existen en tu mente subconsciente porque
aún no estás haciendo el trabajo de observarlas, perdonarlas y aprender de
ellas.

• ¿Por qué repetimos las mismas historias de sufrimiento?

Repetimos las mismas historias porque estamos dormidos y no nos


damos cuenta de que estamos creando de manera automática la vida que
vivimos. La mente guarda en el subconsciente aquellos modelos de
pensamiento que nos garantizaron la supervivencia en nuestros primeros
años de vida y los repite automáticamente hasta que decidamos cambiarlos.

¿Qué estás pensando y qué creencias tenés en este


momento de tu vida?
Sé consciente de que verás manifestadas esas
creencias en tu mundo físico.
Quiero que definitivamente elijas qué querés conservar y qué no querés
seguir conservando “en el mundo de las ideas”, como diría Platón. Pensá si
esas ideas que querés conservar están en coherencia con lo que querés
manifestar.

Recordá que el mundo material se crea siempre en


el mundo espiritual.
Ejercicio de autoindagación emocional

Te propongo el siguiente proceso de autoindagación emocional para


saber qué pensamientos y qué creencias están produciendo tus emociones
actuales, que a su vez producen una frecuencia vibratoria que te acerca o te
aleja de la vida que deseás alcanzar.

1. Identificá los pensamientos y las emociones que estás sintiendo en


este momento.

2. Asumí los pensamientos y las emociones identificados sin hacer


juicios. Indagá. Fijate si hay otra emoción que se esconda detrás de lo que
estás experimentando. Notarás que siempre hay una emoción oculta y, por
lo general, esa emoción es miedo.

3. Preguntate: ¿a qué le tengo miedo? ¿Qué pensamiento estoy teniendo


para crear este estado emocional?

4. Observá en qué áreas de tu vida se están expresando tus creencias y


tus emociones ocultas. Recordá que el mundo interno se manifiesta en el
mundo externo.
Sesión de biodescodificación: Romina
Cuando Romina entró a mi consulta, sentí que estaba en presencia de
una persona sin alma. La mujer que tenía enfrente se veía abatida como si
en vez de tener treinta y un años tuviese trescientos, y de los cuales en los
últimos doscientos años nunca hubiese visto la luz del día. Su rostro estaba
oscurecido, era delgada como un papel y sus movimientos parecían pesarle
una tonelada. Romina se sentó en el sillón y me confesó que creía que su
vida ya no tenía sentido, que desde que había sido diagnosticada de
depresión y medicada un año atrás, toda su vida se había vuelto lúgubre.
Le pregunté cuál era su conflicto actual.
“Ya no quiero vivir más”, me respondió sin dudarlo.
La experiencia me enseñó que cuando una persona dice que ya no quiere
vivir siempre es falso. Sé que la vida jamás pierde la fuerza. La creación no
crea seres incompletos o fallados que, a medio camino, pierden la energía
vital. Somos los seres humanos los que interponemos nuestras creencias en
medio del fujo de existencia que somos.
También aprendí a lo largo de mi camino como psicólogo que el estado
psicoemocional de la depresión es una solución biológica que tiene la
intención positiva de volver a la persona más reflexiva para que encuentre
solución a los problemas que, desde un estado mental normal, no está
encontrando.
Por ejemplo, si muere un ser querido y sentimos mucho apego por él, y
además creemos que su muerte es injusta, es posible que entremos en
depresión. La depresión busca disminuir la actividad de la persona que
sufre para que esta encuentre un nuevo punto de vista sobre el conflicto y
así poder resolverlo. Para salir del estado de depresión la persona tiene que
aceptar que a la muerte nadie aún le pudo ganar y asumir sus emociones.
Esta toma de conciencia la llevará a entender que el amor va más allá del
cuerpo y el estado psicobiológico de la depresión deja de ser necesario.
Con esa idea fija en mi mente, empecé la sesión de biodescodificación
de Romina. Ella me contó que tenía mucho miedo del futuro. Sentía que su
pasado era un inferno y tenía miedo de vivir porque imaginaba que el futuro
sería igual de duro que su pasado.
Con el conflicto identificado, fui directo al hueso:

“Romina, ¿de qué te sentís culpable”, pregunté. Ella abrió grande sus
ojos, como quizá no lo había hecho nunca en los últimos años.

“¿Culpable, yo? No, no Pablo. Yo soy una víctima de la vida”, explicó.

Yo le respondí que no había víctimas en el universo, y reiteré con


firmeza que ella sentía culpa.
Romina agachó la cabeza. La puedo recordar como si la estuviese viendo
en este instante. Ella dejó caer una lágrima y, pronto, fue un diluvio. Al
ofrecerle un pañuelo, levantó su mirada y me dijo que se sentía culpable de
que le fuera mal en la universidad, ya que no podía avanzar con los
exámenes desde hacía más de dos años.
La observé con mi mirada de detective desconfiado y volví a hablar.

“¿De verdad te sentís culpable y te querés morir porque no aprobás un


par de materias? Perdón, Romina, pero yo no lo creo. Sé que hay algo más
que no me estás contando. ¿Qué pasa si no te recibís?”, indagué.

Y, finalmente, Romina explotó de emoción. Entre balbuceos, con todo el


rostro lleno de lágrimas, exclamó:

“¡Si no me recibo, no me podré ir de mi casa! ¡Y si no me voy de mi


casa, me moriré!”.

A continuación, me contó que vivía con su madre de setenta años.


Romina me dijo que sentía que no tenía vida, ya que estaba todo el día
pendiente de su madre:

“No tengo libertad de hacer mi vida porque tengo que cuidarla”, admitió.

Yo le pregunté si se sentía atrapada. Con desconcierto, me preguntó a


qué me refería. Le expliqué lo que pensaba. Para mí, inconscientemente,
Romina no quería terminar la universidad porque terminarla significaba la
puerta de acceso para ser independiente. Y si ella era independiente, se iría
de la casa de su madre. Romina asintió casi en un estado de trance con un
leve movimiento de cabeza. Continué con mi explicación. Le dije que si
ella se iba de la casa se sentiría culpable por abandonar a su madre enferma.
Romina se paralizó por lo que escuchaban sus oídos. Yo seguí hablando.
Mencioné que si ella se iba de la casa dejaría a su madre sola y sin
cuidados: “Pensás que ella se enojará y nunca te dará su aprobación.
Romina, estás esperando que tu madre te diga que sos buena hija y que sos
valiosa para ella”.
Romina me miraba hipnotizada. Sus patrones mentales habían quedado
expuestos.
Yo continué. Le dije que creía que ella pensaba de forma inconsciente
que, si se iba, su madre podría morir y ella quedarse sola para siempre. Por
lo tanto, prefería fracasar en la universidad para quedarse en su casa y
sufrir, pero con la posibilidad de que algún día su madre cambie y le dijera
que era una hija valiosa.
Romina gritó que sí, tras salir de su trance. Ella se despertó y tomó
conciencia de lo que le estaba pasando.

“Ahora, la pregunta es de qué te sentís tan culpable que querés que tu


madre te apruebe”.
Todo en Romina se detuvo por un instante tras escucharme.

“Soy la culpable de que mi padre nos haya abandonado”, declaró.

Ya no había lágrimas. A continuación, ella me explicó que sentía que su


padre se había ido por su culpa. Romina se incorporó en el sillón y me
contó que cuando ella nació, Carlos, su padre, las había abandonado.
Romina creció escuchando a Marta, su madre, decirle que por culpa de ella
su marido la había dejado.
Romina vio un par de veces a su padre, pero este falleció cuando ella
tenía 10 años, por lo que no tuvo la posibilidad de preguntarle por qué las
había abandonado. Sin opciones, Romina eligió creer la versión de Marta.
Después de escuchar a Romina con suma atención en su relato le dije
que veríamos si lo que me contaba era verdad o si solo se trataba de una
creencia de su madre y que ella había incorporado como propia.
El trabajo que hice a continuación fue acompañar a Romina para que ella
reinterpretara la escena de su infancia en donde su madre le decía, por
primera vez, que era la culpable de la separación.
Le pedí a Romina que indagara y se fijara cuál era la emoción que movía
a su madre cuando le decía que ella era la culpable. Romina vio con
claridad que era miedo. Romina tomó conciencia de que Marta la acusaba
para hacerla sentir culpable y así retenerla por miedo a volver ser
abandonada y quedarse sola.
Cuando somos niños tenemos la necesidad de creerles a nuestros padres
porque buscamos ganar su empatía, así ellos nos ofrecen protección y nos
garantizan la supervivencia. Romina, cuando era niña, le creyó a su madre
por supervivencia. Ella sabía que su padre no era opción, por lo tanto, no le
quedó otra alternativa que alinearse con su madre para que Marta sintiera
empatía y cuidara de ella.
La mayoría de las veces construimos relaciones
desde la necesidad y no desde el amor.
Durante la sesión, Romina se liberó de la creencia de que era culpable de
la separación de sus padres. Se dio cuenta de que esa idea había sido una
mentira que había aceptado durante mucho tiempo pero que ya no le era
funcional para su vida. Romina decidió cambiar su vibración y no volver a
hacerse cargo de algo que no le correspondía. Comprendió que el miedo a la
soledad no era suyo sino de su madre. Perdonó a Marta por el pasado y
liberó a su madre mentalmente. Luego de eso, se propuso terminar sus
estudios sin culpa.
Primero decidimos en qué vibración viviremos y luego debemos pasar a
la acción para que la vibración siga aumentando. En la sesión de
biodescodificación, Romina hizo un cambio en su información mental y
transformó su vibración. Además, acompañó el cambio de consciencia con
acciones concretas que la llevaron a vivir una nueva vida donde empezó a
atraer nuevas experiencias.
Hace unos pocos años, Romina vino a uno de mis cursos. Se acercó a
darme un abrazo y me contó que se había recibido de contadora. Una vez
recibida, se había ido de la casa de su madre. Sin embargo, me contó más
emocionada que a los seis meses de aquella sesión su médico le canceló el
tratamiento psiquiátrico. No volvió a precisar de fármacos para mantener su
mente en equilibrio y su visión inocente sobre la vida.

¿Qué es el principio de vibración?

La tercera ley de la biodescodificación dice que todo en el universo está


vibrando. El mundo material está compuesto por energía. La energía es
información y esa información produce una frecuencia. Tanto el libro o el
dispositivo que tenés enfrente en este momento como la persona que sos
está vibrando.

La ciencia, durante mucho tiempo, postuló que éramos materia sólida,


pero desde la revolución de la física cuántica esa vieja premisa quedó
anulada. En realidad, somos seres energéticos. El problema que tenemos
para comprender esta verdad es que usamos los sentidos físicos para captar
la información del mundo. Nuestros sentidos solo capturan la experiencia
sensorial y, por eso, nos cuesta entender que somos energía. Los cinco
sentidos nos dicen que podemos tocar, oler, escuchar, sentir y ver. Pero
tocar, oler, escuchar, ver y sentir son la parte superficial de la realidad.

Referencias científicas y esotéricas sobre el principio de vibración

Existe una energía intrínseca que podemos percibir con nuestros sentidos
internos, pero no con los externos. La física de las partículas subatómicas
descubrió que la esencia de la materia es la energía. Gracias a la invención
de los microscopios electrónicos el ser humano pudo descifrar el enigma de
la composición de la materia; así se pudo observar que la parte más pequeña
de la materia es energía.
La ciencia y la metafísica están de acuerdo en que somos seres
energéticos, que vibramos y que emitimos frecuencias. Si todo está
vibrando y emitiendo una frecuencia que hace que los átomos reaccionen de
determinada manera significa que, si cambiamos nuestra información,
modificamos la realidad.

“Toda la materia física, todo lo que nos rodea, es


el resultado de una frecuencia, y eso quiere decir
también que, si esta se altera, la estructura de la
materia cambiará”.
David Wilcock

La ciencia moderna ha encontrado, luego de millones de años, una


manera de medir las ondas que emite nuestro cerebro cuando pensamos. A
estas ondas, la ciencia las denominó ondas cerebrales. Entre ellas
encontramos a las ondas alfa, beta, delta, etc.
También han podido medir las ondas magnéticas y eléctricas que emite
nuestro corazón a causa de las emociones.
Los físicos cuánticos explican que la vibración más poderosa que se ha
descubierto hasta el día de la fecha es la vibración que producen las ondas
de nuestro cerebro y nuestro corazón. Cuando emitimos una información
con intención, una frecuencia coherente entre lo que pensamos y lo que
sentimos, creamos nuestro futuro. La frecuencia que emiten el cerebro y el
corazón, al pensar y sentir, atrae hacia nosotros aquello que concuerda con
esta misma frecuencia. La frecuencia vibratoria de una persona está
determinada por sus emociones y procesos mentales. Y, a su vez, cada
pensamiento es un pronóstico de lo que viviremos en el futuro.

Todo está vibrando en este universo.


Todo produce una frecuencia, y esa frecuencia es
información. Vibraciones similares vibran juntas.
Existen dos tipos de frecuencia:

1. La frecuencia del miedo.


2. La frecuencia del amor.

Los pensamientos de miedo vibran en una onda de frecuencia densa, y


los pensamientos de amor, en una onda de alta frecuencia. Si hoy estás
viviendo una vida de escasez, de enfermedad o de conflicto es porque estás
en la frecuencia del miedo. Para vivir en la abundancia, en la salud y en la
paz tenés que sintonizar tus pensamientos con la frecuencia del amor.

• ¿Qué es una frecuencia?

Una frecuencia es la cantidad de ciclos que produce una onda en una


determinada unidad de tiempo (un segundo). En palabras simples, una
frecuencia de onda es la cantidad de veces que “sube y baja” la onda en un
segundo. Si la frecuencia o vibración es “elevada” más rápido vibra la onda;
en cambio, si la vibración es “baja” la frecuencia es más lenta. En un
mismo espacio, la segunda onda “sube y baja” más veces, y esto significa
que su frecuencia vibratoria es mayor.

MIEDO: frecuencia lenta y desordenada.


AMOR: frecuencia rápida y ordenada.
“La vida comienza cuando el miedo termina”.
Osho

Cuando empezamos a crear coherencia entre la mente y el corazón


empezamos a generar una frecuencia de amor ideal para manifestar nuestros
deseos. La frecuencia del amor se relaciona con la autoestima, la confianza,
el conocimiento y la relajación.
Las leyes de la biodescodificación nos enseñan que cuando no se te están
cumpliendo los deseos es porque no estás en la frecuencia del amor.
Los físicos dicen que los átomos que componen al universo son como un
perro fiel: cuando les das una orden mental obedecen. Si todo el universo
está basado en átomos, todo el universo está a nuestra disposición. Los
maestros espirituales hacen referencia a que el universo es un ser inteligente
que responde a las órdenes de su creador, y que el creador somos nosotros.
Todo pensamiento es un pronóstico de lo que
viviremos en el futuro.
Las doctrinas esotéricas dicen, al igual que la ciencia moderna, que para
que exista el universo físico primero debe existir una consciencia que lo
piense. A este fenómeno se lo conoce como efecto observador.

• ¿Qué es el efecto observador?

El efecto observador es el acto de moldear la realidad con la intención de


nuestros pensamientos. La consciencia crea la energía y luego la energía
colapsa en materia.
Jesús dijo: “Como sea tu fe, recibirás”.
Cada uno tiene un testimonio vibratorio que determina lo que atraemos
hacia nosotros, ya sea algo que deseábamos experimentar o algo que no
deseábamos experimentar.

Recordá que el universo es mental y no distingue entre lo que considerás


bueno o malo para vos. Lo que atraés hacia tu persona tendrá que ver con tu
frecuencia vibratoria.
Siempre pienso para mis adentros:

“Pablo, al igual que sea tu confianza sobre tu poder interno recibirás


aquello que deseás”.

Muchas personas al leer o escuchar sobre el poder de la mente se


entusiasman y dicen: “A partir de ahora voy a empezar a aplicar los
principios del universo”, pero una semana después se olvidaron de
aplicarlos. Obviamente, no obtuvieron resultados. Cuando vuelven a
escuchar sobre el poder de la mente piensan: “Eso es todo mentira. ¡A mí
no me funcionó!”. Esas personas se olvidan de que no solo se trata de tener
ganas, sino de tener disciplina y de entrenar a la mente. Sucede lo mismo
cuando queremos aprender a tocar un instrumento musical. De nada sirve
practicar por unos pocos días porque al mes no recordaremos nada si no
continuamos con la repetición. Para aprender se necesita práctica y más
práctica.
“No hay nada que esté enteramente en nuestro
poder más que nuestros pensamientos”.
René Descartes

Hasta ahora, sabemos que los pensamientos son el inicio, y que estos
generan emociones. Estos pensamientos emiten una frecuencia vibratoria
que atrae hacia nosotros aquello que vibre con la misma frecuencia.
Por el principio de correspondencia sabemos que así como es arriba en el
mundo invisible es el mundo material. Asumimos, por el principio de
vibración, que la frecuencia (calidad e intensidad) de nuestra mente atrae
hacia nosotros el mismo contenido que hay en la mente.

La biodescodificación te muestra que tu vida exterior es igual a tu vida


interior.

Sabrás cómo está vibrando una persona por sus frutos.

“Por sus frutos los conoceréis.


¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de
los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos
frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No
puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol
malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da
buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así
que, por sus frutos los conoceréis”.
Mateo 7:16

• ¿Cómo elevar nuestra vibración para pasar del miedo al amor?

Voy a compartir con vos dos ideas para dejar el miedo atrás y vivir en el
amor.
Idea número 1: Crear coherencia.

Cuando creamos coherencia entre nuestros pensamientos y nuestras


acciones empezamos a sentir amor por nosotros mismos y elevamos nuestra
autoestima, ya que nos sentimos alineados y en paz. Para entrar en la
coherencia entre nuestros deseos y creencias debemos desprogramar las
creencias desactualizadas que van en contra de nuestros deseos presentes.

Por ejemplo, si mi hija, Satya, a los 10 años, me pide que le dé la mano


para cruzar la calle veremos que esa creencia está desactualizada. Era una
creencia que a los cuatro años le funcionaba de forma óptima porque le
garantizaba protección, pero a los 10 años es una creencia limitante.

Si queremos vivir una vida abundante y aún le damos valor a las


creencias que nuestro padre tenía sobre el dinero no seremos libres para
ganar dinero como deseamos. Si nuestro padre decía que el dinero es malo
y que hay que sacrificarse para tenerlo es probable que no logremos vivir en
la abundancia.
Necesitamos programar nuestra mente con creencias que estén en
armonía con nuestros deseos actuales.

Idea número 2: Cambiar las emociones.

Al cambiar nuestras emociones sobre las experiencias dolorosas del


pasado estaremos dejando el miedo a volver a repetir en el futuro esas
viejas historias de sufrimiento. Para vibrar en la frecuencia del amor tenés
que pensar amorosamente sobre vos mismo. Las emociones son producto de
los pensamientos. Los pensamientos de inocencia, merecimiento y valía
crean un estado interno de amor. Los pensamientos de autojuicio, rechazo,
quejas y justificaciones crean emociones como la tristeza, el enojo y el
miedo.

• ¿Qué es para la biodescodificación estar en coherencia?

Pensar violeta, sentir violeta y hacer violeta. Cuando nos alineamos,


experimentamos la vibración del amor. Una vez que sentimos amor por
nosotros, tenemos la posibilidad de expandir nuestra frecuencia de amor
para brindárselo a los demás.
El secreto para el amor propio es respetarte y aceptarte tal cual sos en
este momento. Cuando te aceptás y te respetás, podés amar a los demás; los
aceptás y los respetás por más que no coincidan con tu forma de ver la vida.
Podés conectar con el amor y con la paz interior a través de la técnica
que quieras: meditación, yoga, salir a correr, relajarte en tu living mientras
escuchás música. Vos tenés que encontrar tu método. Una vez que
conectamos con el amor, comenzamos a vibrar en la frecuencia del
autorrespeto y la valorización. Cuando conocés esta ley, no te permitís tener
pensamientos desagradables porque reconocés que la normalidad es el bien.

Para que las personas respeten tus tiempos y tus


deseos, tenés que aprender a decir que NO.
Aprender a decir que no es uno de los avances espirituales más
profundos al que un ser humano puede llegar. Si siempre decimos que sí,
vivimos la vida de los demás y no la nuestra. Decir siempre que sí por
miedo a decir que no y que las otras personas se enojen demuestra que
tenemos dependencia emocional. La dependencia emocional siempre es la
superficie de una experiencia de desvalorización profunda y la
desvalorización es la esencia de la vibración del miedo.
Si queremos vibrar en la frecuencia del amor hay que aprender a decir
“no quiero” o “no lo prefiero”. Es fundamental dejar de decir “no puedo”,
porque el “no puedo” nos pone en un lugar de víctima. Si decimos “no
puedo” es porque no nos animamos a decir que no queremos o no lo
preferimos.

¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de vibración?

El principio de vibración es una de las bases psicológicas en las que se


apoya la biodescodificación. Si todo en el universo está vibrando, significa
que todo en el universo emite información. Por lo tanto, todo es
información. Si todo es información cambiando la información de nuestras
mentes podemos cambiar nuestra realidad.
Si todo es información todo se puede transformar porque la información
se puede cambiar. Si cambiamos nuestra forma de pensar, transformamos la
información que emitimos, y al cambiar la información que emitimos
cambia nuestra frecuencia.

La nueva frecuencia atrae a nuestras vidas nuevas


experiencias.
Como ya mencioné, hay dos vibraciones muy marcadas en la vida de
todos los seres humanos: la vibración del miedo y la vibración del amor. La
biodescodificación es un entrenamiento mental para pasar del miedo al
amor.
Sabemos que las creencias de culpabilidad, de pecado y de castigo crean
la experiencia del miedo. Al Identificar estas creencias podemos cambiarlas
por nuevas creencias que expresen inocencia y perdón, y busquen el
aprendizaje antes que la victimización.

No seas una víctima, sé alumno de la vida.


La biodescodificación tiene por objetivo que el consultante pueda
reconocer su vibración presente (su sistema de creencias), para elegir
conscientemente en qué nueva vibración desea crear en su interior

• ¿Cómo se crea un destino?

El destino no existe como tal. No estamos destinados, sino que estamos


programados. Lo que llamamos destino es la programación que construimos
en nuestro pasado. La buena noticia es que la programación actual puede
ser reprogramada como una computadora. Si queremos un destino de
abundancia tenemos que programar pensamientos inocentes en relación con
el dinero. Si queremos vivir en la salud debemos programarnos en la
comprensión y el perdón que alejan el estrés, y si queremos experimentar
una relación de amor empezaremos por amarnos. Cuando nos damos cuenta
de que nunca fuimos culpables, sino que estábamos “programados” para
actuar de una determinada forma, nos damos la oportunidad de soltar el
pasado y crear un nuevo futuro.
Gracias a Identificar las creencias limitantes, la vibración empieza a
cambiar y experimentamos libertad psicológica para ser quienes deseamos
ser.
Soltar las viejas creencias del pasado hace que el presente y el futuro
queden libres para construir nuevos modelos mentales. La culpa es
reemplazada por la inocencia; el sufrimiento por la paz y el miedo por el
amor.

Ejercicios: ¿cómo cambiar la frecuencia vibratoria?

1. Te propongo que identifiques alguna situación del pasado donde te


hayas sentido culpable. Te invito a reconocer honestamente si podrías haber
hecho algo diferente en esa escena. Si tenías la consciencia para actuar o
pensar de otra manera.

Te darás cuenta de que, si pasó, es porque no pudo ser de otra manera.


Reconocé que desde el estado mental de ese momento no pudiste hacer otra
cosa, que sos inocente y que tenés el poder para soltar el pasado.

2. Identificá una escena en la que alguien cercano te dijo que eras


culpable de tal u otra cosa. Entrá en la escena y mirá a esa persona.
Preguntate desde qué emoción te está hablando esa persona que te acusa.
¿Quizá desde la ira, desde la tristeza o desde el miedo? Mirala a los ojos y
date cuenta de que está actuando desde el dolor.

Una vez que identifiques qué emoción mueve a esa persona de conflicto,
usá tu mirada inocente para preguntarte: ¿para qué me lo dice? ¿Qué busca
ganar esa persona? ¿Que te quedes junto a ella, que la reconozcas o que la
quieras?
Observa cuál es su intención positiva. Una vez que reconozcas qué
quiere, ofrecéselo mentalmente desde el corazón. Es tu oportunidad para
cambiar la información y elevar tu vibración. Transformá tu percepción
sobre esa persona y experimentá el amor.
Sesión de b iodescodificación: Mi lagros
Milagros llegó a mi consulta con un diagnóstico de cáncer terminal de
hígado.
El miedo a la muerte se podía sentir en el aire. El estado mental de
desesperación que experimentaba Milagros era abrumador.
Siempre que tengo frente a mí a un consultante con una enfermedad
terminal, siento que tengo que actuar rápido y acompañar a que mi cliente
tome conciencia de cuáles son las creencias que están fulminando a su
cuerpo. En esas situaciones, todos mis sentidos se agudizan para poder leer
detrás de lo que la persona dice verbalmente. Me enfoco completamente en
su lenguaje no verbal.
Un cáncer es un exceso. La biodescodificación trabaja a los síntomas
físicos como una consecuencia mental. Para crear un cáncer, debemos
permanecer mucho tiempo en un polo emocional de estrés. El estrés crónico
obliga a la biología a dar una respuesta, y esa respuesta biológica se expresa
como una proliferación o una ulceración celular.
La pregunta que yo debía responder para ayudar a Milagros a sanar era:
¿qué tiene en estrés crónico a esta mente?
Cuando el cáncer se produce en el hígado, los conflictos emocionales
asociados están relacionados con una carencia real de alimentos o una
carencia de amor. Somos mamíferos y durante miles de años hemos
desarrollado la necesidad de afecto. El término “mamífero” proviene del
latín mamma (seno). Cuando la mente interpreta que no alcanza el alimento,
y el estrés se mantiene en el tiempo, sin solución, el cerebro da la orden
para aumentar el tamaño del hígado para potenciar su función. La función
del hígado es procesar los alimentos y extraer energía de ellos.
Mi primera pregunta para Milagros fue si ella estaba atravesando algún
conflicto económico. Hice la pregunta, aunque por su apariencia física no
me daba la impresión de que el conflicto fuese de índole económica, ya que
ella estaba vestida elegantemente y bien arreglada. Pero si algo he
aprendido como terapeuta es a no juzgar y preguntar. Ser terapeuta es
similar a ser un detective; este nunca da nada por sentado. Pero, en efecto,
Milagros me respondió que no tenía ningún problema económico. Mi
segunda opción fue que Milagros estaba buscando amor fuera de sí misma.
Por lo tanto, me aventuré a preguntarle:
“¿Quién no te da el amor que vos esperás?”.
Milagros se detuvo y me miró.
Casi desesperada me contestó: “No sé, Pablo. Nadie. Yo no espero nada
de nadie”.
Le pedí perdón por contradecirla, pero le dije que me estaba mintiendo.
Sabía que lo que decía era mentira: si ella no esperaba nada de nadie no
estaría enferma.
El principio de polaridad nos dice que enfermamos cuando
desbalanceamos a la mente hacia un polo y nos quedamos fijos en él.
Con dulzura, pregunté: “¿Por quién te sacrificás y buscás obtener una
recompensa afectiva que no llega? ¿Qué es lo que hacés, aunque no querés,
con tal de que alguien te dé amor?”.
Ella se tomó un momento para reflexionar y, con todo el miedo del
mundo, como si la estuvieran juzgando ante un tribunal, me contó que era la
menor de tres hermanas, y que su madre estaba postrada desde hacía cinco
años.
A medida que me relataba la escena, yo notaba que Milagros se iba
liberando emocionalmente.
Ella continuó. Me contó que una de sus hermanas nunca se ocupaba de
su madre y que la otra solo lo hacía a veces.
Milagros se detuvo súbitamente y gritó: “¡La única que se ocupa de
mamá soy yo!”. Había ira en su grito.
Cuando se desahogó, empezó a llorar y, mientras su rostro se desarmaba
de dolor, me dijo que odiaba ocuparse de su madre, pero que lo hacía igual
porque se sentía culpable de que nadie lo hiciera y de la limitada condición
de la mujer.
Le respondí, tranquilamente, que sabía que había más en su relato.
Estaba seguro de que había algo más intenso que había activado el cáncer.
Su cara se transformó una vez más y la ira se apoderó completamente de
ella:
“¡Sí, hay algo que ya no tolero más! ¡Cada vez que llego a cuidarla, ella
me está esperando, sucia, en la cama! Se saca el pañal y defeca sobre las
sábanas para que yo la limpie. ¡Eso es lo que me está comiendo el hígado!”.
Lo que había hecho que el hígado de Milagros empezara a proliferar
había sido la carencia de amor. Milagros buscaba, desde que nació, la
aprobación de su madre, y su búsqueda llegó al extremo de la dependencia
emocional. Su hambre por ser reconocida por su madre y la poca autoestima
que sentía por sí misma le habían disparado el cáncer.
En aquella sesión trabajamos las emociones ocultas y las creencias por
las cuales ella aún se sometía a ese sacrificio. Milagros soltó sus culpas y se
dio cuenta de que hacía mucho tiempo que no se ocupaba de sí misma.
Decidió ese día no hacerse nunca más cargo de su madre y prometió
buscarle la mejor enfermera para que la cuide.
Ese día, Milagros salió devastada de mi consulta, pero en paz.

• ¿Milagros se curó?

Un mes y medio después, una persona tocó el timbre de mi consultorio.


Cuando bajé, me encontré con una mujer, de pie, que lloraba detrás de la
reja.
Era Milagros. Y había venido a contarme que el cáncer había remitido
por completo.
“¡Estoy curada! Los médicos dicen que se equivocaron con el examen
anterior. ¡Me hicieron un nuevo examen después de la sesión y no
encontraron células cancerígenas! Mi hígado está perfecto. Estoy
completamente curada y estoy feliz porque no volví a cuidar a mi madre.
Pablo, el mismo día de la sesión contraté a una enfermera y solo voy
cuando tengo ganas”.
Milagros logró equilibrar su mente. Y su mente dejó de estar en la
polaridad del estrés. Al salir del estrés mental que le ocasionaba buscar el
amor de su madre, Milagros sanó su mente y su cuerpo respondió al cambio
de percepción.

¿Qué es la ley de la polaridad?

La cuarta ley de la biodescodificación es la ley de la polaridad. Esta ley


hace referencia a que todo, en el mundo de la materia, es dual y siempre
tiene dos polos: norte-sur, frío-calor, noche-día, vida-muerte, etc. Los polos
vibran en la misma frecuencia, lo único que cambia es el grado de
vibración.
Recordá que cuando estamos vibrando en el amor elevamos la
frecuencia, en cambio las vibraciones negativas, como el miedo, vibran más
bajo. La ley de polaridad nos invita a dejar de ver polarización y empezar a
ver complementariedad. Nosotros decidimos ver el opuesto o el
complemento.
Me gusta mucho la etimología de la palabra “decidir” porque significa
“cortar” en latín. Decidir es cortar con lo viejo y empezar a crear lo nuevo.
Si todo lo que experimentamos parte de una interpretación, siempre
tenemos la posibilidad de cambiar o de modificar nuestros significados.
Reconocer que somos la causa de lo que estamos viviendo nos devuelve el
poder, y con la vuelta del poder podemos empezar a crear una nueva
historia.

Voy a contarte un relato para que comprendas los opuestos.

Un profesor de filosofía les planteó a los alumnos:


“Si Dios es el creador de todo y Dios existe, por lo tanto, Dios creó el
mal”.

Un chico se levantó y respondió:

“Pero profesor, ¿existe el frío?”.

El profesor respondió que sí y le preguntó si acaso nunca lo había


sentido.

El alumno movió la cabeza y continuó:

“Para la física, el frío no existe. Es la ausencia de calor”. El niño siguió:

“Profesor, ¿conoce la oscuridad?”.

El profesor volvió a responder que sí. A lo que el alumno respondió:

“Bueno, la oscuridad tampoco existe. De hecho, es la ausencia de luz.


Por lo tanto, Dios no creó el mal. Es una falsa percepción que los humanos
hacemos de la vida, porque lo normal es el amor, lo normal es ser inocente.
Pero cuando te empezás a sentir culpable, empezás a ver a los demás como
culpables”.

Si te sentís desvalorizado creerás que nadie es suficiente. Al proyectar


fuera de tu mente esa falta de valor, te conectás con la frecuencia del miedo
y el miedo produce más miedo en tu vida. De ese modo estás creando la
polaridad. La mente y la materia son grados de vibración diferente de una
misma consciencia. La vibración de la mente es mucho más alta y rápida,
coherente y armónica. En cambio, la frecuencia de la materia es lenta y sus
ondas son bajas.
• ¿De qué depende vibrar en la polaridad del miedo o en la
polaridad del amor?

De nuestras creencias y de nuestras emociones. Nuestro estado del ser


determinará la polaridad en la que nos expresamos. Si vemos la vida desde
el rechazo de los opuestos, vibraremos en el miedo. Si vemos la vida desde
la visión de la neutralidad y la complementariedad, vibraremos en el amor.
Porque la consciencia del amor no hace divisiones y lo integra todo. Al
sentir que nuestra consciencia tiene la capacidad de integrar los opuestos
perdemos el miedo de estar de un lado o de estar del otro. Además, al
reconocer que somos causa y no efecto, sabemos que somos nosotros los
que creamos un polo o el otro.
En el mundo de la materia vemos opuestos por
todos lados. Pero en esencia los semejantes y los
antagónicos están constituidos de energía. Por
definición los opuestos son parte de la misma
consciencia. Po r lo tanto, todos lo s conflictos
pueden reconciliarse.
El verdadero conflicto mental

El gran conflicto que experimentamos los humanos es a nivel mental. El


conflicto se origina cuando rechazamos lo que ocurre, cómo somos o cómo
son los demás. La biodescodificación usa los conflictos para conocerte y te
ofrece volver a decidir si vas a vivir en un mundo de opuestos o si vas a
integrar los opuestos para retornar a la consciencia de unidad. En la unidad
existe la paz, en la dualidad el conflicto. El origen del conflicto es crear una
personalidad que prefiere tener razón antes que estar en paz.

¿Qué significa?

Que en vez de aceptar lo que somos y lo que sucede ponemos por


delante lo que nosotros creemos que somos y lo que pensamos que debería
estar sucediendo. Durante años, hemos creído que no teníamos poder para
crear, que éramos el efecto de una causa desconocida y que la vida era un
azar. El viejo sistema de creencias siempre quiere tener razón porque piensa
que cuando tenés razón te garantizás estar seguro. Pero si hacés un acto de
sinceridad, preguntate qué es mejor: ¿estar en paz o seguir luchando con la
vida?
¿Es más positivo reconocer que sos la causa o seguir pensando que sos
un efecto?

Cuando elegimos estar en paz en vez de tener


razón nuestra vida empieza a transformarse.
Dejamos de luchar con los opuestos y empezamos a percibir desde la
complementariedad. Poco a poco aprendemos a ver las situaciones de la
vida como son y ya no como creíamos que debían ser. La vida no es ni tan
buena ni tan mala, es como sos vos. Como vos elijas verla en cada instante.

“Nada es tan malo, nada es tan bueno. Solo es una


cuestión de enfoque”.
Te voy a contar la historia de Nacho.

Nacho era un hombre que siempre estaba de buen humor. Cuando


alguien le preguntaba cómo estaba, él respondía: “Si pudiera estar mejor,
tendría un gemelo”. Trabajaba como supervisor en una agencia de autos y
era un motivador nato: si un empleado tenía un mal día, Nacho se acercaba
para decirle cómo ver el lado positivo de la situación.

Siempre decía: “Cada mañana me despierto y me digo a mí mismo,


tengo dos opciones: puedo elegir estar de buen humor o puedo elegir estar
de mal humor. Siempre escojo estar de buen humor”.
Siempre que sucede algo, se puede elegir ser una víctima o aprender de
la situación.
Una noche, Nacho dejó la puerta de la concesionaria abierta y fue
asaltado por tres ladrones armados. Mientras trataba de abrir la caja fuerte
para darles el dinero, la llave se le cayó por el nerviosismo, ya que sus
manos temblaban.
Los asaltantes se asustaron y le dispararon. Ellos huyeron después de
que la alarma se encendiera. En pocos minutos, la ambulancia y los
paramédicos llevaron a Nacho a la clínica.
Después de dieciocho horas de cirugía y semanas de terapia intensiva,
fue dado de alta.
Unos meses después del accidente, Nacho habló con su mejor amigo
sobre el hecho traumático que había vivido. El hombre le preguntó cómo se
encontraba, y Nacho le respondió:

“Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”.


Su amigo ahondó en el tema y le preguntó exclusivamente por el
accidente.
Nacho le contó que los médicos habían sido geniales y que no paraban
de decirle que todo iba a estar bien. Sin embargo, cuando lo llevaron el
quirófano y vio las expresiones de los médicos y las enfermeras, se asustó.
Nacho pudo leer en sus ojos que pensaban que ya era un hombre muerto.
En ese instante, supo que debía actuar.
Cuando uno de los médicos le preguntó si era alérgico a algo, él respiró
profundo y gritó: “¡Sí, soy alérgico a las balas!”. Los médicos se rieron,
pero Nacho continuó: “Estoy eligiendo vivir. Opérenme como si aún
estuviera vivo, y no muerto”.
La historia de Nacho nos refleja el poder que tenemos para determinar
nuestra vida. Nuestra actitud mental define el siguiente momento. No
estamos destinados, solo nos programamos en cada decisión y, muchas
veces, decidimos desde programas desactualizados.
Esta ley encierra la verdad de que toda creación es dual: todo tiene dos
polos, pero podemos unir los polos y complementarlos.
Ahora, quiero que hagas una reflexión. Estoy seguro de que en tu vida
experimentaste diferentes grados de una misma esencia: la mayoría de las
veces te posicionaste en los extremos porque creés en el mundo dual.

Cuando sobrepasás un polo, terminás apareciendo


en el polo opuesto.
A menudo, escucho a consultantes que testimonian su gran amor hacia
una persona y terminan pasándose de intensidad hasta colocarse en el otro
extremo del polo: el odio hacia el otro (el odio es una expresión del miedo).
Por esto mismo, se dice que los extremos no son buenos.

¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de polaridad?

A través de la observación de los excesos. Cuando el biodescodificador


descubre en su propia vida o en el relato de su consultante un exceso lleva
su atención ahí. Los excesos siempre nos muestran cómo están nuestras
creencias. Un exceso muy común es estar enojado con alguien.
¿Qué es el enojo? La proyección del miedo sobre la otra persona. Un
ejemplo: “Me molesta que no me digas que me querés, estoy muy enojado”.
En verdad la persona siente miedo a que no la quieran por eso se enfada. Se
enfada porque crea expectativas que la otra persona no está saciando.
La tristeza, en cambio, es un exceso de querer solucionar un conflicto al
cual no le encontramos solución, pero nos autoexigimos o le exigimos a
alguien más que lo resuelva.
Un exceso también puede ser cuando solo hablamos de un tema o nos
enfocamos a una sola actividad. Cuando eso sucede indagamos en cuáles
son las creencias que producen ese comportamiento. El objetivo siempre es
conocernos y nunca juzgarnos.
Los excesos reflejan que la mente se encuentra en una polaridad.
De hecho, la ciencia y la espiritualidad son dos opuestos de una misma
esencia que se exceden en defender sus verdades en vez de buscar las
similitudes y ver cómo se pueden complementar. Ambas explican la génesis
de las cosas a través de diferentes metodologías, pero arriban a los mismos
resultados. Muchos científicos, con gran peso en la historia por sus grandes
descubrimientos que cambiaron la percepción de la humanidad,
comenzaron sus carreras en el polo de la ciencia y la terminaron en el polo
de la espiritualidad y la metafísica.

“Yo quiero conocer los pensamientos de Dios, el


resto son detalles”.
Albert Einstein

“Hay dos formas de ver la vida: una es creer que


no existen los milagros, la otra es creer que todo es
un milagro”.
Albert Einstein

“Tu visión devendrá más clara solo cuando mires


dentro de tu corazón. Aquel que mira fuera,
sueña.
Quien mira en su interior, despierta”.
Karl Gustav Jung

“El conocimiento descansa, no solo sobre la


verdad, sino también sobre el error”.
Karl Gustav Jung
Como venimos aprendiendo en este libro, todas nuestras experiencias
dependen de nuestra interpretación y el significado que le atribuimos a
aquello que nos sucede.
El significado que le damos a las experiencias determinará si vivimos en
conflicto con ellas o en paz. Una de las claves para vivir en paz es utilizar
cada circunstancia que se presenta en la vida tanto si la consideramos
positiva como negativa para seguir creciendo. Si la consideramos negativa,
la podemos llevar a la neutralidad aprendiendo de ella, y si es positiva
simplemente agradecer.
Es importante agradecer las situaciones positivas porque la mente
subconsciente tiende a sentirse culpable cuando le suceden cosas buenas. Si
tildamos las experiencias favorables con la etiqueta de la culpabilidad
puede que dejemos de vivirlas.
Siempre le digo a mis alumnos: “Nada es tan malo, nada es tan bueno.
Solo es una cuestión de enfoque”. Cualquier acontecimiento no tiene un
significado por sí mismo, es nuestra subjetividad la que etiqueta la realidad
y le otorga un significado. Nuestras creencias determinan la felicidad o la
desdicha.

La polaridad y la complementariedad van a estar determinadas por


el significado que le demos a las escenas de nuestras vidas y este
significado es el reflejo del cristal con el que ves el mundo: tus
creencias.

Por lo tanto, tarde o temprano tendrás que abandonar los polos y entrar
en el camino del medio o en la neutralidad. La neutralidad nos invita a la
paz, ya que dejamos de posicionarnos y de significar a las experiencias
como buenas o malas. El camino del medio es el sendero filosófico que
enseñaba Gautama el Buda.
Existen dos emociones básicas: el amor y el miedo. Cada una de tus
decisiones estará guiada por una de estas dos. Preguntate en todo momento:
¿estoy actuando desde el amor o desde el miedo?
Lo único real es el amor. Cuando no actuamos desde el amor, lo estamos
haciendo desde el miedo.
El espejo refleja en el mundo exterior lo que se ha
creado previamente en el mundo interior y eso es
lo que verás manifestado.
No hay ningún deseo que sea imposible de manifestar. Nunca digas
nunca, porque los límites como los miedos, a menudo, son solo una ilusión.
La mayor resistencia que experimentamos a diario es la falta de amor.
Esa ausencia de amor es lo que nos lleva a percibir el miedo. Este último se
expresa de distintas maneras: lo puede hacer a través de la negatividad, o
paralizarnos, o llevarnos a proyectar ira contra los demás.

• ¿Cómo unir el polo positivo y el negativo?

Se unen al dejar de creer que hay polos positivos y negativos. La


biodescodificación te enseña a desarrollar la mirada de la inocencia. En una
primera instancia, aquello que se interpreta como positivo, se agradece; lo
que interpretás como negativo, se usa para comprenderte, perdonar y
aprender. Hasta que llegues al punto mental de la inocencia en donde
simplemente experimentás la vida sin juicio.

En los años que llevo trabajando mi consciencia y acompañando a


personas a hacer lo mismo, he aprendido que lo que un día vemos como
negativo, al otro, se puede vivir de forma positiva.

El dolor es un recordatorio de que tenemos que


volver a amarnos.
Cuando algo no salga como lo desees, relajate e intentá aprender de la
experiencia. Esa actitud mental acorta el tiempo material para que alcances
tu objetivo final.
Ejercicio: neutralizá tus emociones negativas

El primer paso del ejercicio consiste en escribir las situaciones que te


disgustan y que ya no querés ver manifestadas en tu mundo físico. Además,
anotá los miedos que tenés. Ahora, te pediré que los leas una y otra vez y te
preguntes: ¿es cierto que esto es así?

“Si sufres, es por ti. Si eres feliz, es por ti. Si te


sientes dichoso, es por ti. Nadie más es
responsable de cómo te sientes. Solo tú y nadie
más que tú.
Tú eres el cielo y el inferno también”.
Osho
En segundo lugar, observarás tus emociones. Sentí todas y cada una de
ellas, incluso aquellas que etiquetaste como negativas. Por ejemplo, la
tristeza y la ansiedad.
Una vez que las atravesás como un aspecto más de la experiencia
humana lograrás liberarte de la culpa por estar triste o ansioso y podrás
vivir desde la inocencia.

Cuando asumimos sin juicios nuestras emociones,


las emociones se transforman: pasamos de la
resistencia a la aceptación.
Las emociones se transforman porque la única manera de que una
emoción quede colapsada en nuestra mente es rechazándola y creyendo que
es incorrecta.

Observá que a menudo cometemos el error de fijar nuestra atención en


los “problemas”, y no en buscar las soluciones. Al prestar atención al
problema, lo mantenemos. Esto es así porque la mente que crea el problema
no lo puede resolver. Tenemos que entrar en un nuevo estado de consciencia
para generar una nueva mente que lo resuelva.

“Los líderes pasan el 5 % de su tiempo en el


problema y el 95 % del tiempo en la solución”.
Anthony Robbins

En tercer lugar, te invitaré a que tomes conciencia de cómo se


transforman tus emociones cuando dejás de luchar con el problema y lo
asumís como un efecto generado por tus pensamientos en el pasado. Al
realizar este acto empezarás a cambiar tu vibración.

Un ser humano que puede asumir sus emociones y


aprender de ellas se vuelve un maestro de la
gestión emocional.
Sesión de biodescodificación: e l mandato de la
maternidad
Durante los cursos presenciales, suele pasar que alguna mujer tome la
palabra y plantee el miedo a que el tiempo para ser madre se le acabe. Ya
sea porque no puede quedar embarazada por causas biológicas, porque no
tiene pareja o porque tiene otras prioridades.
En ella hay un mandato subconsciente que le dice que debe ser madre. El
miedo a envejecer y no haber tenido hijos es producto de la creencia
incumplida. La mente impone: “Tengo que ser madre ya. Aún no lo soy,
debo hacer algo con urgencia”.
En ese momento se desbalancea la psicología y el sufrimiento emerge a
la consciencia. La mujer se autoimpone ser madre por una creencia. El
futuro embarazo quizás no sea consecuencia del amor, sino del miedo. El
miedo a que, si no se vuelve madre, su familia no la querrá, la sociedad no
la aceptará y, al final, se quedará sola por siempre.
He conocido mujeres solteras que han hecho miles de tratamientos de
fertilización y mujeres con pareja que probaron todos los métodos naturales
y científicos para quedar embarazadas. Pero no sucede el embarazo, ¿por
qué? Porque hay un programa inconsciente que dice que ser madre es
peligroso más allá del deseo consciente.
Cuando hago la sesión de biodescodificación con mujeres que sufren por
no ser madres el 50 % de ellas queda embarazada y el otro 50 % no. ¿Cuál
es la diferencia entre unas y otras? Que la mitad quería ser madre y el resto
reconoce que solo era causa de un mandato social.
Las mujeres que quedan embarazadas disuelven la necesidad mental de
que solo podrán ser felices o podrán ser valiosas si son madres. Esa toma de
conciencia vuelve a equilibrar a la mente. Se elimina el apego y solo queda
el deseo.
Muchos profesionales de la mente dicen que no hay que tener deseos si
se quiere ser feliz. Sin embargo, yo digo que hay que tener todos los deseos
que se quiera mientras no haya apego por ninguno.
El deseo nace como un acto creativo, no obstante, la mente
subconsciente que no fue desprogramada puede crear culpabilidad y
necesidad en torno al deseo, interrumpiendo de esta manera el proceso de
creación. Eso se conoce como mente dual: yo deseo X y siento culpa por
desear X.
Por lo tanto, si deseás y no te apegás, es probable que esos deseos se
concreten en el mundo para que los puedas experimentar de forma inocente.
En cambio, si deseás y creás apego, crearás necesidad. La mente
subconsciente empezará a dudar: “Si mentalmente sufre por el solo hecho
de desearlo, si se manifiesta en la materia se producirá el doble de
sufrimiento”.
La persona sufre con el deseo en la mente por lo que, cuando lo tenga
manifestado, sufrirá más. De este modo, el subconsciente nos protege y no
crea lo que deseamos.

Nuestra mente subconsciente siempre busca


protegernos.
¿Qué es la ley del ritmo?

La sexta ley de la biodescodificación nos enseña que todo en el universo


material está regido por el tiempo. En el mundo de la materia, el tiempo y el
espacio son una realidad mental. De forma inconsciente creamos el tiempo
y espacio por una necesidad propia de aprendizaje.

• ¿Qué determina el tiempo y el espacio?

Nuestros pensamientos; estos alteran el espacio-tiempo constantemente.


Por ejemplo, si una persona desea viajar a Barcelona, pero piensa que será
muy difícil que lo pueda lograr por una cuestión de dinero creará
pensamientos limitantes en torno a su deseo. El universo material reacciona
a esos pensamientos limitantes y se “aleja” espacio-temporalmente de
Barcelona. En cambio, si el deseo de ir a Barcelona está rodeado de
pensamientos de inocencia la reacción del universo es la de “acercar” a
Barcelona. La ley del ritmo es nuestra propia ley. No es una ley externa, es
una consecuencia de lo que nosotros decidimos pensar.

Si en la mente existe amor o inocencia, el tiempo


se acorta. Si en la mente hay miedo y culpa, el
tiempo se alarga. El tiempo está condicionado por
nuestra percepción.
Lo que para una persona fue un instante para otro pudieron ser años.
Recuerdo que, en una sesión de pareja, una mujer me dijo que sentía que
estaba casada desde hacía un segundo, sin embargo, el esposo refunfuñaba
diciendo que sentía que se había casado hacía mil años.
Nuestra consciencia emite una intención y nuestro corazón proyecta
energía al universo que define el concepto del espacio-tiempo. Si nosotros
creemos que necesitamos tiempo, el universo generosamente crea las
circunstancias para que así sea. Si creemos que podemos hacerlo ya, será
ya. El punto clave es entender si el deseo se vive inocentemente o hay
miedo inconsciente de que suceda. Muchas veces, de manera consciente
decimos una cosa pero inconscientemente deseamos lo contrario.

El tiempo es una necesidad personal.


Esta necesidad surge porque muchas veces nuestros deseos no están en
armonía con nuestras creencias y experimentamos culpa. En definitiva, el
tiempo es un instrumento de aprendizaje. Un instrumento para que
aprendamos a reconocer que somos la causa y que el mundo es un reflejo de
nuestra forma de pensar. Determinamos la ley del ritmo con nuestra
experiencia de inocencia o de culpabilidad en relación con nuestros deseos.

Al olvidarnos de nuestro poder creador, inventamos el concepto de


tiempo, de ritmo y de gestación. En el mundo de la materia, un cachorro de
Homo sapiens se gesta en nueve meses; en el mundo de la mente, un
pensamiento nace en un instante. Tenemos que aprender a respetar nuestros
propios ritmos internos y aceptar que, mientras le demos valor al mundo de
la materia, tendremos que respetar los tiempos de manifestación. Hay que
saber que, si queremos alterarlos, tenemos que cambiarnos a nosotros
mismos. Tomar conciencia de esta ley disuelve el estado emocional de
ansiedad que es uno de los factores mentales que retrasa la manifestación
material. Debemos comprender que, en este mundo dual que hemos creado,
todo tiene su estación: el invierno, el otoño, la primavera y el verano. Tal
como dice Jim Rohn, uno de los hombres más influyentes en el
autoliderazgo y desarrollo personal:

“Debes tomar responsabilidad personal.


No puedes cambiar las circunstancias, las
estaciones o el viento, pero puedes cambiarte a ti
mismo.
Es algo de lo que te tienes que hacer cargo”.
¿Cómo aplica la biodescodificación el principio del ritmo?

La biodescodificación entrena tu mente para aceptar primero la ley del


ritmo y luego te da las herramientas para que la manipules a tu voluntad. La
principal herramienta para moldear la realidad es generar un sistema de
creencias flexible, inocente y consciente del poder mental de la creación
. La biodescodificación evita que caigas en la frustración de empezar a
visualizar tus sueños, desear con intensidad y no obtener los resultados
esperados.

• ¿Por qué la biodescodificación evita el fracaso?

Porque sostiene que tu foco debe estar en el presente y, si no sos feliz


ahora, no lo serás nunca. El disfrute es clave en el proceso de creación.
“Trabaja siempre a favor del momento, no contra
él. Haz del presente tu amigo y tu aliado, no tu
enemigo. Esto transformará milagrosamente tu
vida”.
Eckhart Tolle

La esencia de la vida es estar en el presente, tener tus metas, hacer tu


trabajo de visualización, pero tu presente debe ser lo que más valores de
toda tu existencia. La verdad es que tu vida solo existe en este instante.
Todo lo que querés sentir, lo podés sentir ahora mismo. Sin embargo, creés
que tenés que ser mejor persona o tener un título universitario, o que serás
más feliz con dinero, o cuando encuentres a tu media naranja.
Lo siento, pero eso es falso. No digo que con esas cosas no se pueda ser
feliz, sino que, primero, tendrás que ser feliz con lo que ya tenés para luego
extender tu felicidad. Yo tengo mis metas y disfruto de mi presente. Sé
hacia dónde quiero ir, con quiénes y cuánto tiempo. Tengo muy en claro mis
sueños, pero más en claro tengo que mi presente es mi prioridad. Mis metas
no me distraen del único momento que tengo para existir. Que es ahora.
Cuando vivimos en el presente jamás perdemos nuestro poder para
manifestar. Las personas que viven recordando el pasado no tienen potencia
para crear porque están en un tiempo que ya no existe, por lo que se
deprimen. Las personas que solo se obsesionan con el futuro tampoco
tienen poder porque su mente está agotada de la ansiedad.
Les quiero contar la historia de un hombre común que decidió llegar a
ser quien quería ser, pasara lo que pasara. Cuando se tiene un deseo o un
rumbo claro no hay adversidad que pueda frenarnos porque todos los
problemas los empezás a vivir como si fuesen oportunidades para crecer.
El señor de la historia, a los treinta y un años, quebró financieramente y
quedó en bancarrota. A los treinta y dos, se postuló ante unas elecciones
legislativas y perdió. Volvió a armar su empresa a los treinta y cuatro años,
no obstante, quebró otra vez. A los treinta y cinco, su esposa falleció. A sus
treinta y seis, sufrió un colapso nervioso. A los treinta y ocho años,
nuevamente, se postuló para unas legislativas y perdió. No consiguió ser
congresista a los cuarenta y tres ni a los cuarenta y seis. Tampoco lo logró a
los cuarenta y ocho años, ni tampoco fue elegido para ser senador a los
cincuenta y dos. A los cincuenta y seis años se presentó como candidato a
presidente y no fue electo. Fue senador a los cincuenta y ocho años y, recién
a los sesenta, fue nombrado presidente de los Estados Unidos de América.
¿Habría llegado, Abraham Lincoln, a ser presidente si se hubiera dado
por derrotado por todas las crisis que tuvo en su vida?
¿Y vos? ¿Cuántas crisis viviste? ¿Cuántas veces te sentiste derrotado?
¿Cuántas dificultades y crisis más vivirás? ¿Cómo las interpretarás? ¿Cómo
las vivirás? ¿Será una situación que te detenga o será una situación para
recapitular aquello vivido, reflexionar y crecer con mayor potencia? Porque
cuando uno encuentra una pasión, un talento en la vida, no puede hacer otra
cosa y ve todos los contratiempos como oportunidades para mejorarse. Eso
es vivir.

Un verdadero maestro de las leyes de la


biodescodificación sabe que la energía para
transformar la materia es el amor y el amor solo
se puede sentir en el presente.
Muchas personas caen en la trampa de empezar a visualizar sus sueños,
lo que desean, y se olvidan de disfrutar su presente.
¿Y cuál es el objetivo? ¿Alcanzar una meta o disfrutar la vida? Yo creo
que el objetivo es disfrutar la vida, no tiene sentido que corramos detrás de
una meta y nos perdamos al experimentar la intensidad del momento
presente.
Simplemente, amá y disfrutá.
Cuando estás presente, no tenés ninguna
necesidad.
• Las fuerzas equiponderantes

El universo material tiene un ritmo porque nosotros mentalmente se lo


hemos atribuido. Se mueve como si fuese un péndulo, al igual que se mueve
la mente del principiante en biodescodificación.
¿Quién puede escapar de la sensación de que nuestros deseos nos
mueven de un lado hacia el otro, como si no supiésemos nunca hacia dónde
ir?
A estas fuerzas se las conoce como las fuerzas equiponderantes, un
recuerdo mental que guardamos en nuestra mente subconsciente de que
todo es neutro y que la creación es equilibrio.
Las fuerzas equiponderantes son el reflejo de esta información mental
subconsciente y buscan equilibrar nuestra experiencia en el mundo. Cada
vez que creamos un potencial excesivo, un deseo hacia uno de los polos, las
fuerzas buscan equilibrarlo. Si nuestra mente subconsciente siente que
sobrepasamos el nivel de importancia que le damos a algo, empieza a
generar un potencial excesivo. Nuestra balanza interna se desequilibra y
buscamos sin ser conscientes equilibrarla.

Las herramientas que ofrec e la biodescodificació


n son claves para no romper nuestro equilibrio
interno.
La esencia de la vida es estar en el presente. Yo tengo mis metas, pero
siempre estoy atento a continuar disfrutando de mi presente.
Sé dónde quiero ir mientras disfruto del viaje.
Un claro ejemplo de esto es lo que me ocurrió con mi hija hace un
tiempo atrás.
Satya, en aquel momento, tenía tres años y deseaba tener una pista de
autos eléctrica.
Una tarde, le dije que tenía una linda noticia para darle: la pista llegaría
entre las seis de la tarde y las ocho de la noche. Me miró y me respondió
que estaba bien. Sin embargo, a las seis menos diez me preguntó cuándo
llegaría su juguete. Yo le respondí que todavía no había llegado, que
teníamos que esperar. Pasados unos veinte minutos, me volvió a hacer la
misma pregunta: “Papá, ¿ya llegó la pista?”. Y así estuvo,
desesperadamente ansiosa, durante el resto de la tarde.
¿Qué pasó con la pista eléctrica? No llegó hasta casi las nueve de la
noche.
Tras la insistencia continua de Satya, a las ocho le dije: “Mi amor, estás
desequilibrando la balanza con tu ansiedad, relajate y desapegate de la pista,
y va a llegar. Si seguís con esa ansiedad, es probable que hoy no llegue”.
Satya me miró sin entender. Entonces, agregué: “Imaginemos que ya
tenés la pista y estamos jugando con ella”. A mi hija le gustó la idea de
imaginar, por lo que empezamos a reír y a relajarnos. A los minutos de
empezar a jugar y cambiar el estado emocional, tocaron el timbre: había
llegado la pista eléctrica.
Satya me miró sorprendida: algo en su mirada me hizo saber que había
aprendido una lección para toda su vida.

Habitar el presente y desapegarnos de nuestros deseos produce equilibrio


interno y acelera el proceso de manifestación. La mente tiene el poder de ir
al pasado, al futuro o de quedarse en el presente.

El aprendizaje es recordarnos vivir en el presente.


El desapego

El desapego implica desear sin perder nuestra paz en el presente. Desear


con apego refleja una carencia interna en el momento presente que se
traduce en un estado mental de sufrimiento. Desear con desapego es usar el
poder de la mente sabiamente.
Te darás cuenta que es fundamental hacer primero las paces con uno
mismo para no sentir carencia. El desapego implica renunciar a la necesidad
de que lo que visualizamos se manifieste. Si al desear se genera necesidad
en la mente emitimos una frecuencia de carencia y atraemos más carencia.
Si creamos necesidad estaremos generando una brecha entre el deseo y su
manifestación. Es por este motivo que esta ley se encuentra dentro del
principio del ritmo ya que supone que todo en el universo tiene su tiempo y
su gestación.
La biodescodificación, mediante la práctica de la autoindagación y la
toma de conciencia, lleva a la mente a Identificar los apegos para que la
persona pueda elegir soltarlos. Para lograr la creación de una nueva vida
debemos conservar la intención, pero renunciar al interés por el resultado. Y
esto se logra fácilmente cuando experimentamos paz con quienes somos en
el presente.
“Todo llega a su tiempo. Sé firme y perseverante
en tu ideal, pero sé paciente. Haz tiempo para
todo y ’todo lo que es tuyo vendrá a tus manos en
el momento oportuno. Aprende a esperar el
momento exacto para recibir los beneficios q ue
reclamas”.
Mahatma Gandhi

El desapego es consecuencia del desarrollo personal y la práctica de la


responsabilidad. En cambio, el apego a aquello que deseamos se basa en la
ignorancia de conocer quién soy. Tenés que conocer quién sos y te darás
cuenta de que ya sos abundante, ya sos suficiente. Sos la consciencia que
sabe satisfacer todas sus necesidades.
La incertidumbre debe ser entendida como un espacio creativo y como
una posibilidad de crear. Sin la incertidumbre, la vida sería una constante
repetición y el presente sería la manifestación fiel de mi yo del ayer. La
verdadera consciencia de abundancia es aquella que sabe manifestar lo que
desea y obtenerlo cuando así lo quiera y con un mínimo de esfuerzo.
Te propongo que renuncies al apego de lo conocido para abrirte a un
sinfín de posibilidades que te permitirá escoger de nuevo aquello que sí
querés que se exprese en tu vida. Cuando entendemos que lo desconocido
es una experiencia neutra nos abrimos a ella con gran emoción y júbilo.

• Ejercicio para practicar el desapego


Proponete hacer lo siguiente:

1. Comprometete con el desapego y relacionate con tus deseos con


absoluto desprendimiento. Asumí que no hay nada en vos en este momento,
que sos inocente y completo. Permití a quienes te rodean ser inocentes y
completos con total libertad. No juzgues cómo deberían ser las cosas y dejá
que estas sean como son. Tampoco fuerces solucionar aquellas situaciones
que juzgás como problemas.
2. Hoy agradecé la incertidumbre e incorporala como un elemento
esencial de la vida. Mirala como una oportunidad para volver a elegir cada
día y en cada situación porque la incertidumbre es el camino hacia la
libertad.

3. Sé consciente de que te encontrás en el campo de todas las


posibilidades. Reconocé que ya sos abundante, suficiente y que estás listo
para recibir las bendiciones que deseás.

“La sabiduría reside en el desapego. El desapego


es la experiencia de vivir en el presente de forma
inocente. En el instante presente reside la
liberación de los dramas del pasado y el miedo al
futuro”.
Ley del menor esfuerzo

Mi padre me acusó durante toda mi adolescencia de que yo era “la ley


del menor esfuerzo”. A mí me molestaba que me lo dijera porque en sus
palabras había desprecio, pero una extraña sensación de satisfacción me
envolvía cuando él me lo recordaba. Yo me preguntaba: “¿Y si en la vida no
hay que hacer esfuerzo para alcanzar el éxito?”. Yo veía a mi padre que era
pura lucha y sacrificio y no vivía pleno y feliz. Quizás el camino era otro.

La ley del menor esfuerzo significa “hacer sin forzarse”. Hacer sin
esfuerzo es disfrutar o estar convencido de lo que se hace. Si
observamos la naturaleza, veremos que funciona de forma orgánica. Las
plantas no deben hacer ningún esfuerzo para germinar, o las flores para
abrir sus capullos: estos simplemente lo hacen. El sol no debe hacer un
esfuerzo para girar alrededor de la Tierra, es su naturaleza hacerlo. Por lo
tanto, los deseos de los hombres tienden por naturaleza convertirse en
realidad.
“La inteligencia de la naturaleza funciona con
toda facilidad, con despreocupación, con armonía
y con amor. Cuando aprovechamos las fuerzas de
la armonía, la alegría y el amor, creamos éxito y
buena fortuna con gran facilidad”.
Deepak Chopra

Cuando hacemos con esfuerzo es porque nos sentimos obligados a hacer


aquello que no queremos. Recordá el caso de Milagros que se sentía
obligada de cuidar a su madre cuando en verdad no lo deseaba. Lo hacía
porque estaba condicionada por sus creencias a hacerlo.
¿Cuántos mandatos sostenés en tu cabeza? ¿Cuántas veces al día hacés
actividades que no deseás porque creés que es lo correcto? ¿Cuántas veces
callás lo que querés decir por pensar que no lo deberías decir?

¿Cómo vivir en la ley del menor esfuerzo?

Cuestionando todas tus creencias y los mandatos de la sociedad.


Desde pequeño fui un gran cuestionador de las normas y las creencias de
mis padres. Gracias a cuestionar todo aprendí a pensar y a tomar decisiones
basándome en mis deseos y no en la opinión de los demás. En mis cursos
las personas lloran y piden a gritos ser libres, pero cuando les pido que
cuestionen sus creencias se sienten ofendidas. Si en verdad querés ser libre
tendrás que cuestionar todo tu sistema de creencias. Tendrás que pasarlo por
la lupa de la consciencia y observar si esas creencias del pasado te impulsan
o te limitan.
Un componente dentro de la ley del menor esfuerzo es la aceptación.
Aceptar significa saber que el presente es como es porque así lo creaste de
forma consciente o inconsciente. Luchar contra el presente te hace sentir
cansado y estresado porque en realidad estás luchando contra tus creencias
del pasado. significa que estás luchando contra vos mismo.
Para romper el círculo de la confrontación con uno mismo la aceptación
tiene que ser total y completa. La aceptación no implica que debemos
renunciar al deseo de que las cosas sean diferentes en un futuro,
simplemente se trata de aceptarlas como son hoy.
Deepak Chopra sostiene que hay un significado oculto detrás de los
acontecimientos y que estos siempre operan a nuestro favor. La ley del
menor esfuerzo implica reconocer que ya sos inocente y completo, e ignora
por completo el concepto de sacrificio impuesto por el mundo donde uno
debe sacrificarse en pos de un objetivo o una meta puesto que sin sacrificio
no hay merecimiento. La ley del menor esfuerzo propone liberarse de los
condicionamientos, amar lo que se hace y tener una disciplina
inquebrantable para alcanzar las metas. Esta ley nos recuerda quiénes
somos y el poder creador que tenemos. Cuando aceptamos el presente
somos capaces de reconocer que lo hemos creado en el pasado y asumimos
la responsabilidad sobre aquello que experimentamos como también la
responsabilidad de transformarlo.

• ¿Qué implica la responsabilidad?

Reconocer en primera instancia que no existe un culpable sobre aquella


situación, suceso o conflicto que vemos en el mundo. Y podemos aceptar la
situación y ser capaces de encontrar una respuesta creativa al ver dicha
situación como una oportunidad para mejorarnos a nosotros mismos.
Otro componente importante de la ley del menor esfuerzo es no ofrecer
resistencia ante lo que sucede. Esto implica renunciar a la necesidad de
defender nuestro punto de vista, o tal como se dice en Un curso de milagros
, decidir entre tener razón o estar en paz.
¿Qué preferís, tener razón o estar en paz?
• ¿Cómo aplicar la ley del menor esfuerzo?

Comprometete a hacer lo siguiente:

1. Proponete aceptar a las personas, a las situaciones, las circunstancias y


los sucesos tal como se presenten. Tendrás en mente la certeza de que este
momento es como es, porque todo el universo es como es. No ofrecerás
resistencia. Tu aceptación sobre las cosas, en este momento, es total y
completa.
2. Desde tu aceptación sobre tu momento presente: aceptarás tu
responsabilidad. Observarás la situación que juzgás como incorrecta desde
un lugar de completa inocencia y la percibirás como una oportunidad para
volver a elegir y expandir quién sos.
3. Desde tu consciencia de aceptación, responsabilidad e inocencia
proponete mantener una actitud no defensiva y renunciá a tu necesidad de
tener razón, ya que tu propósito siempre será la paz.

Estrategias para controlar la impaciencia

• Primera estrategia : Saber qué querés y tener un plan de acción.

Creé en vos. Tené certezas de tu poder y dedicate a pensar en qué querés


y cuál es tu plan de acción. Fijá el rumbo y actuá según el plan. Recordá la
historia de Abraham Lincoln que te conté al principio de este capítulo.
Una vez que decidimos qué queremos y tenemos en claro cómo será
nuestro accionar, tenemos que aferrarnos a él con cierta flexibilidad para
poder ajustarnos en el camino.

• Segunda estrategia : Conocer la ley de la cosecha.

Por ejemplo, si a mí se me ocurre cambiar el auto y pasar de un Renault


a un BMW tengo que darle tiempo a mi mente para que reestructure mis
creencias. Cada uno de nosotros tiene su ritmo de acondicionamiento. La
ley de la cosecha nos dice que viviremos aquello que nuestra mente acepte.
Si cosechamos creencias en torno al BMW, manejaremos un BMW.

Respetemos nuestros ritmos de cambio y aceptación mientras hacemos


en el mundo todo lo que queremos hacer. El tiempo de manifestación
depende siempre del nivel de inocencia, del nivel de aceptación y del
disfrute que experimentemos en el presente. Cuanto más disfrutamos en el
presente, más disfrutaremos el futuro. El universo nos da lo que somos.

• Tercera estrategia : Observar las señales.

Te recomiendo que estés atento a las señales de la vida porque son las
señales que tu mente subconsciente te está enviando. Para ejemplificar esto,
me gusta contar la historia de Miguel, quien le pedía un “cambio” a la vida.

“¡Tengo que cambiar ya, no puedo más con mi pareja ni con mi trabajo!
¡No puedo más con mis hijos, no puedo más con mi vida, no puedo más!”,
decía Miguel en su interior.
Un día, Miguel caminaba por su pueblo, muy tranquilo, cuando de
pronto, empezó a soplar el viento frío del mar. Él cuenta que el viento le
golpeó la cara varias veces y que se tuvo que girar para resguardarse,
quedando justo frente a la vidriera de una librería.
Allí, vio un libro que le había recomendado su esposa minutos antes de
salir de su casa. Sin embargo, él volvió a pensar para sus adentros, como lo
había hecho en su casa, que ese libro no era para él.

Miguel continuó su camino rumbo a la peluquería. Allí, cuando se sentó,


vio que el peluquero tenía sobre el escritorio el mismo libro que acababa de
ver. Pensó que el libro lo estaba persiguiendo, por lo que le preguntó a
Martín, su peluquero de toda la vida, si lo estaba leyendo.
Martín comenzó a hablar con gran entusiasmo sobre el libro. Sin
embargo, luego de escucharlo con atención, Miguel continuó pensando que
no era para él. Lo que su esposa y Martín le decían sobre cambiar su vida al
cambiar su manera de pensar le parecía poco científico.
Cuando se fue de la peluquería, Miguel puso un pie en la calle y un
autobús, que pasaba a toda velocidad, lo atropelló. Luego de dos meses de
terapia intensiva, él despertó y vio sobre la mesa de la habitación de la
clínica el libro que su mujer le había recomendado.
Pensó que ahora sí era el momento indicado de leerlo.

¿Qué les quiero transmitir con esta historia?

Que no esperen a que algo les suceda, sigan las señales. Si tenés ganas
de comprar un libro, hacelo. Si querés hacer un curso, hacelo. Si tenés
ganas de separarte, hacelo. Si querés empezar un emprendimiento, da el
primer paso.
En la vida, para crecer, hay que salir de la zona de confort y aventurarse
a lo desconocido. Muchas veces, el miedo, el apego o la necesidad de
conservar lo poco que tenemos nos detiene a cambiar.
Practicá estas tres estrategias durante 21 días y notarás resultados
extraordinarios en todas las áreas de tu vida.
La ley del ritmo controla el equilibrio en el mundo y también trae de
vuelta a nuestras vidas aquello que hemos emitido. Lo interior crea lo
exterior.

Resumen

Dijimos que el tiempo que transcurre entre la aparición del deseo y la


manifestación de este en la realidad depende de la culpabilidad inconsciente
que habita en la mente de la persona que está deseando o en su inocencia. A
menor culpa por el deseo, más rápido se manifiesta. En cambio, a mayor
experiencia de culpa por el deseo, más lento es el proceso de manifestación.
Si la culpa es más fuerte que el deseo, el deseo nunca llegará a manifestarse
en la realidad.

Los maestros de la transformación de la realidad tienen una mentalidad


inocente. Por lo tanto, el trabajo de la biodescodificación es lograr que
pases de la culpa a la inocencia. Usamos las experiencias, llamadas
conflictos, para indagar en las creencias subconscientes y en las emociones
ocultas, con el fin de desprogramar la culpabilidad y el miedo.

Te propongo el siguiente ejercicio para que empieces a tomar conciencia


de tus procesos mentales. Al desarrollar mayor consciencia, reducirás el
tiempo entre la aparición de tus deseos y la manifestación de ellos en el
mundo físico.

Ejercicio mental para expandir la consciencia y dominar la ley del


ritmo

Realizaremos ahora un autocamino al inconsciente. Te propongo que


anotes las preguntas en una hoja y las respondas debajo de cada pregunta:

a. Identificá una escena de estrés donde alguno de tus deseos no se


esté manifestando en la realidad.
b. Relatá la escena en primera persona y en tiempo presente.
c. Identificá el momento puntual del estrés. ¿Qué viste o qué
escuchaste que te puso en ese estado?
d. ¿Qué es lo que pensaste en ese momento de impacto?
e. ¿Cuál es la emoción que expresaste? ¿Tristeza, ira, miedo, etc.?
f. ¿Cuál es la emoción que no te permitiste expresar?
g. ¿Tristeza, ira, miedo, etc.?
h. ¿Cuál es la creencia limitante detrás de esa emoción oculta?

Una vez identificada la creencia limitante serás consciente de por qué


aún no se ha manifestado tu deseo. Para disolver la culpa y acortar el
tiempo entre el deseo y la manifestación, preguntate:

¿Es verdad que soy culpable de desear lo que


deseo?
¿Es verdadera mi creencia limitante o
simplemente es una información que puedo
transformar a voluntad?
Cuando respondas estas preguntas, volvé a visualizar tu deseo y examiná
tu estado emocional. Si liberaste la culpa, deberías sentir paz en torno a lo
que querés.
Sesi ón de biodescodificac ión: Pedro
Pedro llegó a mi consulta una tarde de verano. Lo noté desesperado.
Recuerdo que vestía una remera roja de los Chicago Bulls. Empaticé con él
al instante por mi pasión por la NBA.
Sin preámbulos, se sentó en el sillón y me dijo: “Mi vida está acabada,
no tiene sentido”.
Pedro era un empresario exitoso del rubro inmobiliario, administraba
inversiones en varias ciudades del mundo como Madrid, Miami y Buenos
Aires. Era un referente en su área y su situación económica era inmejorable.
Vivía junto a su esposa y sus dos hijas en una zona residencial de Buenos
Aires. Cuando Pedro concluyó su presentación, yo le pregunté qué
significaba para él que su vida no tuviera sentido. Él reflexionó durante
unos momentos y me dijo que no lo tenía claro. Le pregunté si estaba
enamorado de lo que hacía. Pedro empezó con una lista de excusas que
justificaban su respuesta, pero la conclusión era que no le apasionaba su
profesión.
Muchas veces, a pesar de reconocer que no sentimos pasión por lo que
hacemos, intentamos justificar nuestra actividad para no mostrarnos
vulnerables.
Frené sus innumerables justificaciones y le propuse que no se justificara
más. Lo animé a ser totalmente honesto consigo mismo y conmigo. Desde
la biodescodificación pensamos que no hay nada que esté mal o que esté
bien: todo es perfecto. Por lo tanto, si tu actividad no te produce pasión, no
está mal, solo no te produce pasión.
Pedro se relajó y se liberó cuando escuchó mis palabras. Pronto se abrió
y comenzó a hablar sobre algo que nunca había dicho: “Me quiero separar
de mi mujer, Luisa, pero no puedo. No puedo traicionarla. Ella, sin mí, se
moriría. Pero no soy feliz y no quiero volver a dormir con ella”.
Lo miré con todo mi respeto por el acto de valentía que estaba realizando
y le pregunté desde cuándo sentía eso. Él me respondió que le pasaba desde
hacía siete años. Fui directo y expresé lo que pensaba. No era cierto que no
pudiera separarse, la verdad era que no quería hacerlo. A Pedro le
incomodó mi aseveración y me miró desafiante. Insistió y me juró que no
podía divorciarse ya que, según él, si lo hacía, su esposa se moriría. Le
expliqué que no sería así, ya que nadie se muere por separarse de una
pareja. Él me contó que no tenían relaciones sexuales desde hacía siete
años, que la última vez que habían tenido sexo había sido antes del
nacimiento de su segunda hija.
Quise indagar y le pregunté acerca de su miedo al divorcio.
Él volvió a insistir en que, Luisa moriría, si él se lo pedía.
Cambié mi perspectiva y le pregunté sobre qué le producía miedo de la
muerte de Luisa. Pedro dudó y respondió que él se quedaría solo. Insistí
para que hablara sobre su miedo a la soledad. Pedro comenzó a llorar y
entre lágrimas susurró: “Nadie me querrá como ella”.
Indagué para saber más y él, desgarrado, afirmó que todos lo
abandonaban. Pronto me dijo que su madre lo había hecho cuando él tenía
cuatro años. Finalmente, encontramos la causa del efecto. El efecto era el
miedo de Pedro a separarse y sentirse solo. La causa, la experiencia que
había vivido a los cuatro años de vida.
El núcleo de lo que pensamos en el presente se encuentra en el pasado.
Pedro tomó conciencia de que el sufrimiento de quedarse sin su madre lo
estaba condicionando a tomar la decisión de seguir o terminar con Luisa. En
verdad, Pedro no sufría por Luisa, sino por él. Prefería vivir una relación
apática con su mujer con tal de no volver a padecer una pérdida.
El programa mental de Pedro era que, abandonar, producía sufrimiento y,
por eso, él sentía que no podía dejar a su esposa y se justificaba pensando
que no se separaba por el sufrimiento de ella.
A continuación, me contó que su madre, Roxana, se había ido de la casa
familiar porque no resistió los maltratos que recibía por parte de Teresa,
madre de Óscar y abuela paterna de Pedro. El joven matrimonio había ido a
vivir con los padres de Óscar porque no tenían recursos para alquilar o
comprar su propio hogar. Paradoja del destino, o programa inconsciente de
mi consultante, que tenía cientos de departamentos y había forjado un
imperio inmobiliario.
Teresa había tomado a Roxana, casi, de empleada doméstica y la hacía
vivir como a Cenicienta. Hasta que una noche Roxana, cansada de los
maltratos de Óscar y de Teresa, decidió escapar. Besó a su hijo en la frente
y se despidió de él para siempre. Pedro creció junto a sus abuelos paternos y
su padre en condiciones muy humildes y con una gran carencia afectiva.
Siempre añoró el amor de su madre.
Luego de un gran silencio, le dije que, si quería sentirse libre para tomar
decisiones, era fundamental que hiciera un cambio de percepción sobre lo
que sentía por su madre. Continué explicándole que, hasta que no cambiara
sus significados, se sentiría emocionalmente atado a Luisa. El programa
inconsciente de miedo a la pérdida no lo dejaría elegir desde el amor.
Pedro aceptó hacer el trabajo y empezamos un proceso para resignificar
su pasado. Le sugerí que se sentara cómodo en la silla y que cerrara los
ojos. Luego, le pedí que recordara la escena del beso en la frente, antes de
que su madre se fuera para siempre. Él asintió y yo le pregunté qué fue lo
que pensó en ese momento. Pedro me contó que sabía que nunca más la
volvería a ver. Me dijo que sentía tristeza porque su madre se estaba yendo
y miedo de no volver a sentir amor y de quedarse solo.
Le pedí a Pedro que Identificara qué emoción movió a su madre a
abandonarlo.
“Pedro, ¿ella se va desde el miedo o desde el amor?”. Me contestó que
Roxana lo había hecho desde el miedo, porque temía que Óscar y Teresa le
hicieran daño. Lo fui guiando con mis preguntas y Pedro pudo notar que su
madre no se había ido porque quería hacerlo, sino porque el miedo la había
llevado a huir. Él se dio cuenta de que ahora podía comprenderla y que
ahora sabía cómo se sentía su madre.
Sin embargo… Él quería saber por qué su madre no lo había llevado con
ella. Le dije que mirara la escena y me diera la respuesta. A Pedro se le
aclaró su vida: Roxana no podía llevarlo, no sabía cómo escapar con un
niño y sin dinero. Tenía miedo. A continuación, le pregunté a Pedro a qué le
tenía miedo su madre. Pedro me dijo que ella tenía miedo a quedarse sola.
El mismo miedo que lo había atormentado a él durante tantos años.
Una vez que Pedro se calmó, le consulté si podía ver la intención
positiva detrás de la conducta de su madre. Roxana no lo había llevado para
protegerlo: ella no sabía qué hacer con su vida y, mucho menos, qué hacer
con un niño de cuatro años. Pedro entendió que ella había buscado cuidarlo.
Entonces, le pedí a Pedro que le dijera:

“Mamá, ahora te veo. Ahora comprendo tu


comportamiento y noto tu inocencia”.
Pedro esbozó una gran sonrisa de libertad tras expresarle esas dulces
palabras a su madre. Pedro resignificó la causa de su sufrimiento actual y
transformó su visión sobre él mismo, sobre su madre y sobre su autoestima.
Se sintió libre de tomar las riendas de su vida afectiva y de separarse de
Luisa en paz. Él comprendió que si se divorciaba de Luisa ella no moriría;
pudo ver que esa era una mentira que se hacía a sí mismo.
Meses después, Pedro regresó a mi consulta con la buena noticia de que
había encontrado a su madre en un pueblo de Córdoba, Argentina. Se
juntaron y pudieron pasar un fin de semana a pleno disfrute.
Pedro estaba renovado, era un hombre nuevo que ya no tenía miedo a la
soledad, sino que ahora se dedicaba a amarse y a amar. Logró cambiar la
causa de su sufrimiento y obtuvo nuevos efectos: ser un hombre libre,
tranquilo, que se permitió la búsqueda y el reencuentro con su madre.

¿Qué es la sexta ley de la biodescodificación?


La sexta ley incorpora al principio de causa y efecto. Todo efecto tiene
una causa. La ley de causa y efecto dice que no existe ni la mala suerte, ni
la buena suerte. No existe el azar en el universo. Para que algo acontezca,
tiene que existir un pensamiento. La situación económica o el estado de
salud que vivimos en el presente es consecuencia de los pensamientos del
pasado. Nuestro estado del ser es la causa del efecto que vivimos en el
presente.

El presente es consecuencia del pasado y el futuro


es el efecto del presente.
En biodescodificación acompañamos al consultante a que transforme las
causas mentales creadas en el pasado (creencias) que están generando sus
sufrimientos presentes como una crisis económica, el miedo a tomar
decisiones, los conflictos de pareja o cualquier situación que esté
produciendo estrés actualmente.

¿Cómo logramos la transformación?

Cambiando el sistema de creencias mediante la comprensión de dónde se


crearon los viejos patrones mentales, perdonando y gracias a la toma de
conciencia de que si creamos una vida que no nos gusta tenemos el poder
para crear una que sí nos agrade. Para cambiar las creencias limitantes
debemos Identificar cuál es la intención positiva de las creencias y de las
conductas desadaptativas para transformar su significado y liberarnos de la
carga emocional que nos producen. Al cambiar las creencias y
desapegarnos de las emociones liberamos a la mente subconsciente en el
presente para crear nuevos efectos en el futuro.

Somos granjeros: cosechamos lo que pensamos y


sentimos.
No existe ningún efecto sin su causa y ninguna causa resulta estéril. Esto
significa que todos nuestros pensamientos crean forma. Reconocer este
principio nos lleva a una mayor atención sobre nuestros pensamientos.
Muchas personas creen que los pensamientos que tienen durante el viaje en
auto al trabajo o cuando cocinan la cena no tienen importancia. Pero no es
así. Todos los pensamientos están causando la vida que estamos viviendo.
Así como cada centavo vale, todos los pensamientos, los sentimientos y las
acciones cuentan. Incluso por pequeñas que parezcan, muchas veces estas
acciones, emociones o pensamientos al cabo de un tiempo crean
consecuencias.
Darren Hardy denominó a este fenómeno como “el efecto compuesto”.
Lo que se encuentra en el medio entre la causa y el efecto son las acciones.
Las acciones son el puente entre los pensamientos y los resultados. Ellas
son las que conectan el mundo invisible con el mundo material. Por
ejemplo, para que ahora estés leyendo este libro, fue necesario que en el
pasado surja en tu consciencia la idea de leer un libro de
biodescodificación. Tuviste que hacer determinadas acciones para llegar a
la lectura.

La acción es el puente entre las creencias y los resultados que vemos en


el mundo. Por lo tanto, las acciones son el puente entre tu mundo interno y
tu mundo externo. No obstante, existe una fuerza que se opone a la creación
que muchas veces impedirá que tomes acción: el miedo. Como dice Un
curso de milagros , cuando no estamos en el amor, estamos en el miedo. Por
lo que debemos elegir y preguntarnos en cada situación desde dónde
estamos actuando.

Debemos aceptar al miedo como una emoción más, que tiene una
intención positiva que es anticiparnos a una situación que hemos etiquetado
de peligrosa. No es incorrecto sentir miedo, es humano. El miedo puede
paralizarnos o puede ser un motor que nos impulsa a actuar.
“Nuestro más profundo temor no es el de ser
inadecuados. Nuestro más profundo temor es el de
ser poderosos más allá de toda medida. Es nuestra
luz, no nuestra oscuridad la que nos asusta”.
Marianne Williamson

Te propongo que, a partir de ahora, uses la experiencia de miedo para


conocer tus creencias. Una buena pregunta para autoindagarte es observar
qué pensamientos están creando la experiencia de miedo. No lo juzgues,
observalo, escuchalo y, tal como fue desarrollado en el principio de
polaridad, asumilo.

“No nos atrevemos a muchas cosas porque son


difíciles, pero son difíciles porque no nos
atrevemos a hacerlas”.
Séneca

Referencias científicas y esotéricas sobre el principio de causa-efecto

En 1960, el psicólogo Robert Rosenthal de la Universidad de Harvard


llevó a cabo un estudio científico. La muestra estaba constituida por un
grupo de estudiantes a quienes se les mediría el coeficiente intelectual
según tres variables: superior, medio e inferior.
Una vez concluida la evaluación, Rosenthal escogió a veinte alumnos al
azar, sin tener en cuenta los resultados arrojados en las pruebas. Una vez
seleccionados, les comentó a los profesores que este grupo estaba
constituido por los alumnos de coeficiente intelectual superior y que, por
eso, era de esperarse el rendimiento escolar más alto.

Transcurridos unos meses, el grupo había presentado una mejora en su


desempeño superior en relación con el resto del alumnado. Rosenthal
concluyó que el interés de los profesores en mejorar el rendimiento del
grupo de alumnos había sido suficiente para lograr el interés necesario para
que estos de verdad mejoraran, quedando al relieve que las expectativas
propias y las ajenas tienen el poder de modificar e influenciar el
comportamiento.
Esto denota que toda causa, que siempre es mental, produce sus efectos.
Seamos conscientes de ello o no. A esta profecía autocumplida se la conoce
como:

El efecto Pigmalión
En las ideologías esotéricas, a esta ley se la conoce como “karma”. El
karma dice que toda acción produce una consecuencia. Cada una de
nuestras conductas produce una onda de energía que vuelve a nuestras vidas
en forma de personas, acontecimientos, sorpresas y accidentes. La ley del
karma enseña que si deseamos felicidad experimentaremos felicidad, o si
deseamos sufrimiento para otras personas viviremos penurias: sembramos
lo que cosechamos.
La ley del espejo sostiene que la realidad externa es un reflejo de nuestro
interior. Esta ley supone que, al conocer su funcionamiento, cualquiera
puede cambiar las adversidades.
Como ya sabemos, el mundo material primero se crea en el mundo
inmaterial. Por lo tanto, si no me gusta el efecto, debo buscar la causa, que
siempre es mental. Toda creación en primera instancia es un pensamiento.
El libro esotérico Un curso de milagros propone:

“No perdones el efecto, perdona la causa”.


Te propongo que observes tus pensamientos a través del siguiente
ejercicio para que puedas comprender y modificar la causa, y así crear los
efectos que deseás.
La sexta ley de la biodescodificación nos propone tener en cuenta los
siguientes tres puntos:

1. Quien siembra escasamente, recoge escasamente. Quien siembra en


abundancia, recoge en abundancia. Tu presente es consecuencia de tu
pasado, así como tu futuro será consecuencia de lo que siembres hoy.
Si hoy hay poco en tu vida es porque diste poco. Como hoy estés
sembrando pensamientos y emociones en tu mente, será tu futuro.

2. Sembrá un pensamiento y cosecharás un acto, sembrá un acto y


cosecharás un hábito, sembrá un hábito y cosecharás un carácter, sembrá un
carácter y cosecharás un destino.
Permitite pensar a corto, a mediano y a largo plazo. Lo que podés crear
tiene un valor infinito. Imaginate ser un 1 % más consciente de lo que eras
ayer y mañana ser un 1 % más consciente de lo que sos hoy, y pasado ser un
1 % más consciente de lo que eras el día anterior. Es un cambio radical, en
un mes serás un 30 % más consciente. No desprestigies el poder que tiene
cada día en tu vida. Para construir un imperio tenemos que empezar por la
idea del imperio.

3. No existe la suerte, todo es causa y efecto. La mente crea vibración y


esa vibración crea la forma. Si juzgás, serás juzgado; si perdonás, serás
perdonado. El karma es vivir aquello que no perdonaste, porque la
consciencia quiere incluir todo. Entonces cuando se te repite una situación
es para que cambies la forma de ver esa situación.
Karma o regla de oro es lo mismo. Recibís lo que das. “No hagas a los
demás lo que no te gustaría que te hagan”. Pensá de los demás como te
gustaría que la vida piense de vos.

¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de causa-efecto?

La biodescodificación te lleva a reconocer tres aspectos fundamentales


de la existencia:

1. Sos la causa de la realidad.


2. Los pensamientos son poder.
3. Todo pensamiento crea un efecto.

Somos la causa de la realidad que vivimos, nos agrade o no. Es una


bendición que por más que neguemos nuestro poder personal este no
desaparezca.
Un curso de milagros dice: “Los pensamientos nunca abandonan su
fuente”. Gracias a esta ley cada uno de nosotros puede en el momento que
desee recuperar su poder.
Los pensamientos tienen el poder de transformar la realidad y restablecer
nuestra consciencia de unidad y completitud. Primero usamos el poder de
nuestra mente para satisfacer los deseos de nuestro ego, pero a medida que
los satisfacemos, nos damos cuenta de que existe un deseo mayor, que es el
de volver al amor. Cuando nos enfocamos en regresar al amor, usamos
nuestros pensamientos para el fin más sublime al cual podemos aspirar.

“Si quieres conocer tu pasado, entonces, mira tu


presente que es el resultado. Si quieres conocer tu
futuro, mira tu presente, que es la causa”.
Buda

• ¿Qué hacemos con las causas pasadas que están influyendo en


nuestro presente?

La biodescodificación propone tres actitudes mentales:

1. La primera actitud mental es asumir lo que estamos viviendo. Tomar


conciencia de que somos los responsables del presente nos lleva a eliminar
las quejas, las proyecciones y las justificaciones de nuestra personalidad.
Dejamos de culpar a los demás. Este cambio de consciencia produce alivio
en la mente y la enfoca para producir un verdadero cambio tanto en el
interior como en el exterior.

2. La segunda actitud mental es la de buscar aprender en todo momento.


La biodescodificación te dice que podés usar tu pasado para aprender de lo
positivo y de lo negativo. Lo positivo lo repetimos y lo negativo lo
corregimos.
Todo puede ser usado a favor del aprendizaje y del bienestar.

Las preguntas que me hago constantemente son:

- ¿Qué puedo aprender de esta experiencia?


- ¿Qué pensé en el pasado para que me esté sucediendo esto?
- ¿Cómo puedo hacer para que esta experiencia me sea útil en el
futuro?
La persona que aprende de su pasado expande su mente y nunca más
vuelve a sufrir los mismos dramas.

3. La tercera actitud mental es la de perdonar. El perdón es una


herramienta que nos lleva a tomar conciencia de que no hay nada que no se
pueda perdonar. La práctica del perdón nos hace descubrir la inocencia
detrás de todo lo que ocurre. Al practicar el perdón día a día vemos las
faltas propias y las ajenas como errores y los errores se pueden corregir.
Perdonar es como lavar un trapo sucio en una corriente de agua: cada vez
que se lava, desaparecen algunas manchas. Y si se lava una, y otra vez, al
final, quedará limpio. Limpiar las causas pasadas nos lleva a la
comprensión de que no estamos destinados, sino programados y que
podemos transformar esa programación.

Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su


causa; todo sucede de acuerdo con la ley; la suerte
no es más que el nombre que se le da a la ley no
reconocida.
• Ejercicio: Parte 1

Te propongo que observes tus pensamientos a través del siguiente


ejercicio para que puedas comprender y modificar la causa de los diferentes
estreses que estás viviendo.
En primer lugar, te pediré que elijas cinco situaciones de tu vida a las
que percibís como problemáticas. Identificá las cinco causas mentales y
emocionales que pudieron haber creado el conflicto. En este paso quiero
que tomes conciencia de los pensamientos que tuviste en el pasado que
pueden estar asociados a este efecto:

“¿Qué pensamientos y qué sentimientos pudieron haber creado el efecto


que estás viviendo hoy?”.
En segundo lugar, te pediré que identifiques cinco pensamientos diarios que
tengas actualmente:

“¿Qué estás pensando?”.

El objetivo de este paso es buscar las causas de los posibles efectos.

En último lugar, elegirás aquellos pensamientos que quieras conservar. Y


crearás nuevos pensamientos que estén en coherencia con los efectos que
quieras manifestar, ya que solo a través de los pensamientos podremos
cambiar los efectos.

• Ejercicio: Parte 2

Ahora te propongo que busques cinco situaciones de tu pasado en donde


hoy te sientas culpable. Intentaremos liberarnos de esta culpa y de observar
que, de acuerdo con el nivel de consciencia que tenías en aquel momento,
no podías hacer otra cosa. Estoy convencido de que, en esas situaciones,
tenés algo que aprender. Entonces, ahora en vez de sentirte culpable,
observarás y te preguntarás:

“¿Qué tengo yo para aprender de esta experiencia?”.

Una vez que comprendas qué tenés que aprender, te preguntarás:

“¿Estoy dispuesto a perdonarme?”.

El objetivo de este ejercicio es trabajar en el paradigma de la


responsabilidad que propone la biodescodificación al cambiar la
culpabilidad por aprendizaje y por perdón.

¿Cómo pasar de una historia de terror a un bestseller de felicidad?

La clave para generar efectos positivos y terminar de tener pesadillas


terribles es ser conscientes de lo que pensamos y decidimos en cada
pequeña, mediana y gran situación de nuestro día a día. Debemos aprender
a detenernos un momento y observar las opciones de pensamiento que
fluyen por la mente en el instante mismo en el que estamos decidiendo.
El simple acto de tomar conciencia nos lleva de ser autores mediocres de
historias de terror a convertirnos en autores de un bestseller de felicidad. Al
observar conscientemente nuestros viejos programas mentales de
culpabilidad, miedo y baja autoestima podemos identificarlos, usarlos para
aprender y soltarlos. En ese momento estamos dejando atrás la personalidad
que se victimiza y recuperamos la consciencia del amor. Mirarse a uno
mismo es el acto de amor que da paso al amor incondicional. Este
procedimiento de elección y de observación consciente nos devuelve
nuestro poder.

Metodología para el cambio de consciencia: anagrama IDEA

El siguiente anagrama es una guía para que tengas presente cada día y
eleves tu consciencia.
Identificar: tomar conciencia de si estamos pensando desde el miedo o
desde el amor.
Detenerse: tenemos que aprender a detenernos y observar qué estamos
pensando
Evaluar: hay que analizar si lo que estamos por decir nos llevará adonde
queremos ir; si realmente esa decisión está sincronizada con nuestros
deseos o si estamos actuando desde el programa de culpa y de miedo.
Actuar en consecuencia: una vez que decidimos conscientemente,
tenemos que pasar a la acción. Las decisiones correctas producen acciones
correctas. Cada decisión que sea tomada desde el amor es una decisión
correcta. El amor es la respuesta correcta a cada situación en todo
momento.
Todos queremos vivir en paz y felices, pero pocos tomamos decisiones al
contemplar cuál será el resultado de nuestros pensamientos y decisiones,
por eso es importante preguntar antes de actuar:

“¿Esta decisión que estoy tomando me producirá paz y felicidad?”.

Si la respuesta es afirmativa, avanzaremos. Pero si la respuesta es


negativa, será mejor detenerse y revaluar nuestros pensamientos, nuestros
objetivos y la decisión que estamos por tomar.
Tus acciones son el puente entre tus pensamientos
y tus resultados.
El amor es el puente entre vos y todo lo demás.
El corazón físico es el mejor maestro para tomar decisiones de alto
impacto.

La herramienta más poderosa que uso para verificar mis decisiones es la


observación del estado de mi corazón físico. Cuando medito una decisión,
en mi mente llevo mi atención a mi corazón y siento si está relajado o en
tensión. El corazón físico es el sensor más perfecto que se ha inventado
hasta la actualidad para evaluar decisiones.
Siempre verifico si la decisión que estoy pensando es correcta o
incorrecta por su estado. Si está relajado mientras pienso la decisión, es
correcta; si está en tensión, vuelvo a evaluar la decisión.

• ¿Cómo es el sistema de evaluación?


Pensar la decisión y llevar una mano al corazón para sentir si el corazón
se acelera o se relaja. Si se acelera, es porque el pensamiento crea miedo o
ansiedad. Las dos opciones nos alejan de la paz. Cuando mi corazón se
relaja, sé que esa es la decisión que debo tomar.
Creo que el corazón físico está conectado a nuestra información
supraconsciente, que es la parte de nuestra mente que tiene toda la
información pasada, presente y futura de nuestras vidas.
Para mí, solo el corazón sabe la respuesta correcta. El corazón es
intuitivo, es holístico y está obsesionado con el amor. No está interesado en
perder o ganar, está interesado en amar. En algunas ocasiones, quizá no
parezca razonable, pero es porque nosotros no estamos siendo razonables.

La razón del corazón es equidad, nunca juicio ni


condena.
Meditar desde el corazón

a. Buscá un lugar cómodo donde puedas estar en tu compañía unos


minutos.
b. Sentate sobre un almohadón, de forma que tus rodillas caigan hacia el
piso.
c. Te invito a que cierres tus ojos y lleves tu atención a la respiración.
Harás cinco respiraciones profundas, inhalando por la nariz y exhalando
con suavidad por la nariz.
d. Mientras respirás cómodamente, te pediré que hagas el siguiente
mudra: uní tus dedos pulgares e índices y formá el símbolo de un triángulo
con tus manos. Ahora, llevá ese triángulo hacia tu pecho, al centro de tu
corazón.
e. Dejá las manos en esa posición y seguí respirando por la nariz,
contando internamente hasta seis. Cualquier pensamiento que venga a tu
mente, observalo y dejalo ir en la respiración.
f. Al darte cuenta de que tu cuerpo está completamente relajado y que no
hay nada malo en vos en este momento, te observarás y sentirás lo que
experimenta tu cuerpo al estar en el presente.
g. Te preguntarás: “Si pudiera sembrar en mi corazón,
¿qué pensamiento sembraría en él? ¿Alegría, paz, entusiasmo, amor?”.
h. Te invito a que te quedes meditando sobre cuáles son los
pensamientos que deseás sembrar en tu corazón y experimentes los efectos
emocionales que producen esos pensamientos en vos. Respirá así todo el
tiempo que lo desees.
i. Al finalizar esta meditación del corazón, te pediré que escribas en un
papel cuáles fueron los pensamientos, las semillas que sembraste en el
terreno fértil de tu corazón.
Sesión de biodescodificación: Anahí
Anahí regresó a mi consulta luego de dos años en los cuales no había
sabido nada de ella. Era una joven de veinticinco años, delgada, que vestía
totalmente de negro. Tenía una mirada tan misteriosa que despertaba mi
curiosidad por completo. Se sentó en el sillón y me dijo que esta vez sabía
cuál era su conflicto: “No tengo trabajo y hace seis meses que estoy
buscando sin parar, pero no logro que nadie me contrate. Estoy
desesperada”.
Anahí era licenciada en marketing y siempre había tenido buenos
empleos. Después de relatarme el centenar de entrevistas que había tenido
durante los últimos meses, empezó a llorar por la frustración que le
producía la situación de desempleo.
Fui sincero y le dije que me sorprendía que aún no hubiera tomado
conciencia de que era ella la que no quería trabajar.
Anahí me miró a los ojos y me gritó. Me reprochó que si yo estaba
jugando con ella. “¡Pablo, vine a verte exclusivamente porque quiero
conseguir trabajo!”.
La tranquilicé y le dije que no estaba hablando de “ella”, sino de su
mente subconsciente. A continuación, le propuse descubrir por qué y para
qué no quería trabajar.
Anahí se levantó del sillón, dispuesta a irse. Me volvió a gritar y afirmó
que no estaba dispuesta a tolerar mis palabras.
Insistí en que me diera una oportunidad ya que nos conocíamos desde
hacía mucho tiempo. Anahí reflexionó y se volvió a sentar. Me miró, asintió
con la cabeza y me dio la razón. Ella recordó que siempre habíamos
encontrado la causa de lo que le sucedía, y accedió a que encontráramos lo
que la estaba limitando a encontrar trabajo.
Le pedí que cerrara los ojos y respirara profundo mientras recordaba la
última vez que había trabajado. Las lágrimas empezaron a brotar de los ojos
misteriosos de Anahí.
Anahí respiró profundo y me contó, quizás, el drama más grande de su
vida. La última vez que había trabajado, estaba llevando a cabo una gran
campaña de publicidad para Coca-Cola. Ella sentía que esa campaña iba a
ser su gran entrada en el mundo de la publicidad. Pero, a los pocos días de
la presentación, sus jefes la despidieron sin explicación alguna.
Ella sintió que una daga se clavó en su corazón. Pensó que su vida se
terminaba en ese momento y, como un zombi en búsqueda de cerebros
humanos, se dirigió hacia la estación de subterráneo donde cada día tomaba
el tren que la llevaba a su casa.
Sin embargo, ese día, en vez de esperar en el andén, se dejó caer a las
vías del tren esperando el final de su vida. Antes de que la desgracia
sucediera, dos hombres saltaron a rescatarla.
La familia de Anahí, desesperada por lo acontecido, la internó en un
hospital de salud mental durante seis meses. Cuando salió del hospital se
sentía renovada y llena de entusiasmo por volver al ruedo. Sin embargo,
buscó insertarse en el mundo laboral sin éxito.
Yo le pregunté si podía darse cuenta de que su miedo inconsciente a que
la volvieran a despedir y revivir aquel trauma estaba impidiendo que la
contratasen. Anahí asintió, diciendo que ahora lo veía.
El miedo inconsciente estaba creando su realidad. Su temor era volver a
vivir lo mismo, por lo tanto, creaba una realidad en donde no la contrataban
en ninguna empresa. Anahí era consciente de que quería trabajar, pero su
mente subconsciente estaba atada al miedo de ser despedida y a tener una
recaída. Su mente biológica prosupervivencia asociaba trabajar con peligro
de muerte. Su cerebro tomaba de referencia a la última vez que había
trabajado y el intento de suicidio.
La mente inconsciente siempre busca protegernos de los peligros, ya
sean reales o simbólicos. La forma que encontró la mente de Anahí de
protegerla fue creando una realidad en donde ella no tenía trabajo.
La pregunta que te podrías estar haciendo es:

• ¿Cómo hacía la mente de Anahí para sabotear todas sus posibles


contrataciones?

La respuesta es mediante sus pensamientos, manifestando una realidad


en donde nadie quería contratarla y a través de su lenguaje corporal. La
mente gobierna al cuerpo y a sus microgestos. Probablemente, la postura
física de Anahí durante las entrevistas emitía una información inconsciente
a sus entrevistadores y le daban señales de que ella no era la indicada para
el puesto.
En la biodescodificación que hicimos, Anahí asumió el miedo que
guardaba en su mente a volver a vivir un evento de despido intempestivo y
una vez que Anahí comprendió que ese miedo era subconsciente lo
transformó en aprendizaje. Entendió que su pasado no tenía por qué volver
a ser su presente. Comprendió que ella había intentado suicidarse porque le
daba más valor a la opinión de los demás que a su propia vida y que a partir
de ahora su trabajo no sería su mundo entero. Aprendió a gestionar su gran
miedo a perder la supervivencia y lo transformó en un motor para ser mejor
profesional.
Le enseñé a hacer un ejercicio de visualización para manifestar la
realidad que te compartiré al final de este capítulo. Anahí practicó el
ejercicio durante semanas hasta que recibió el llamado de una de las
compañías de publicidad más grande de México, donde le ofrecieron un
contrato por tres años para desarrollar diferentes campañas publicitarias.
Hoy en día tengo contacto permanente con Anahí. En cada uno de sus
correos electrónicos me recuerda que el ejercicio de visualización le cambió
la vida y que sigue practicándolo cada día.

¿Qué es la ley de manifestación?

La ley número siete de la biodescodificación es el principio de


manifestación. Esta ley nos enseña cómo tenemos que vivir para ser
creadores de nuestra realidad. La premisa es simple: para manifestar
nuestros deseos tenemos que conocer las leyes de la creación y aplicarlas.
Al empezar a hacerlo, construimos un estado mental propicio para
manifestar nuestros deseos espontáneamente.

Los poderes de la mente han sido cuestionados y descalificados durante


décadas por quienes señalan su poca injerencia en la realidad física. Solo las
corrientes espirituales han reconocido estos poderes de la mente y lo han
explicado desde una perspectiva filosófica y practicado a través de la
meditación. Afortunadamente, la física moderna confirma lo que las
corrientes espirituales vienen sosteniendo:

Los humanos somos capaces de crear nuestra


realidad.
Cuando vemos un objeto se manifiesta actividad eléctrica en las distintas
partes de nuestro cerebro. Lo interesante es que la misma actividad aparece
cuando se le pide al sujeto que cierre los ojos e imagine el objeto. Por lo
tanto, el cerebro no hace diferencias entre lo que “ve” y lo que “imagina”
porque las mismas redes neuronales son las implicadas.

Para el cerebro es tan real lo que se ve como lo


que se siente e imagina.
Si logramos tomar el control de nuestras creencias nada malo puede
resultar ya que estaríamos rompiendo los viejos paradigmas de nuestra
mente, formando nuevos y mejorando la versión de nosotros mismos.
La mente es como un rebaño de ovejas que siempre repite sin cuestionar
aquello que se le enseñó. Si queremos vivir en un estado de plenitud es
necesario guiarla. De lo contrario, reaccionamos ante las situaciones de
estrés de la misma forma en la cual estamos acostumbrados a hacerlo y
tendemos a confundir que nosotros somos de esa “forma”. Por este motivo,
es necesario entrenar a la mente diariamente hasta formar un nuevo sistema
de creencias que funcione en modo automático en favor de la vida que
deseamos vivir.

Anthony de Mello decía:

“La iluminación es la cooperación absoluta con lo


inevitable”.
Lo inevitable está en nuestras manos mediante nuestra decisión de cómo
vamos a significar lo que sucede. El mundo externo propone, pero nosotros
disponemos con nuestros pensamientos. Cuando la mente subconsciente se
acostumbra a lo nuevo y suelta el miedo a perder lo viejo, empezamos a
vivir en un nuevo estado del ser.

Al cambiar nuestros pensamientos y valores comprendemos que el punto


clave para realizar cosas extraordinarias en nuestra vida es crear un estado
del ser optimista, amoroso y pacífico. Al hacer el proceso de cambio, la
personalidad deja atrás las viejas creencias limitantes y experimentamos la
felicidad que surge desde nuestro interior.

Cuando decidí llevar el foco de mi atención a mi interior los grandes


cambios empezaron a emerger en mi vida:

Dejé de buscar aprobación para aprobarme, mis relaciones se volvieron


amorosas.

Dejé de buscar que me quieran para valorarme, mi cuerpo sanó por


completo.
Dejé de buscar reconocimiento en mis seres queridos, encontré mi pasión.

Dejé de justificarme por mis actos, me volví inocente.

Dejé de buscar convencer a otros para que me acompañen en mis sueños,


me volví millonario.

Los tres pilares fundamentales

• Elevar la energía vital


La energía vital se consigue viviendo en coherencia. Es muy difícil ser
una persona energética si pensamos de una forma y vivimos de otra. La
incoherencia disipa la energía. Por ejemplo, si me despierto por la mañana y
digo que voy a dedicar dos horas a mi proyecto, pero luego, durante todo el
día no hago más que ver televisión, sentiré que mi energía desaparece. Si
hago lo mismo, día tras día, la energía poco a poco se esfuma y el hábito de
ver televisión se vuelve más fuerte que el deseo de triunfar con mi proyecto.
La energía se disipa también en las discusiones. Nunca discutas: es
mejor estar en paz que tener razón.
“Hay una vitalidad, una fuerza vital y una energía
que se traducen por medio de ti en acción, y como
hay un solo tú en todos los tiempos, esta expansión
es única”.
Martha Graham

• Aumentar la autoestima
La clave para sentir autoestima se encuentra en dominar nuestro diálogo
interno. Ya sabemos que todo estado emocional comienza con nuestros
pensamientos. Si pensamos que podemos lograr un objetivo, tendremos el
potencial para hacerlo y eso nos llevará a la acción. La acción nos lleva a
los resultados y estos aumentan nuestra autoestima. Sin embargo, lo que
realmente debería hacernos sentir con valor es la clase de pensamientos que
elegimos pensar sobre nosotros mismos y sobre los demás. La autoestima es
una experiencia interna motivada por el respeto y la aceptación de quienes
somos.

• Ejercicio para elevar la autoestima


1. En el primer paso, te pido que escribas cómo te gustaría pensar sobre
vos mismo. Definí cuáles son tus virtudes, tus habilidades y tus
competencias. Ensayá la personalidad nueva que quieras crear.
2. En el segundo paso, preguntate qué querés para tu vida y para qué lo
querés. Definí cuál es el propósito de tu vida. El propósito es el combustible
que te lleva a vivir con autoestima elevada.
3. En el tercer paso, hacé una lista de qué aspectos positivos de tus seres
queridos resaltarás cada vez que te conectes con ellos. Al tener presentes las
virtudes de los demás, empezarás a reconocer más fácil tus propias virtudes.

• Ser íntegros
La integridad empieza en nuestro interior y se extiende a nuestro
exterior. Ser íntegros empieza por casa. Ser íntegros significa tener un
diálogo interno en donde primeramente nos recordamos que somos la causa
y no el efecto de lo que vivimos. Tendrás que recordarte que ya sos inocente
y completo, y que estás unido al amor. Esta consciencia interna crea
sentimientos de respeto, aceptación y de paz.
Integridad es reconectar con nuestro poder.
Cuando recuperamos la consciencia de quiénes somos, empezamos a
vivir en la verdad. Al conectar con nuestra verdad, empezamos a ver en los
demás la misma esencia y verdad. Esta nueva visión desarrolla respeto y
aceptación por los otros. Cuando respetamos a alguien, dejamos de
mentirle. La verdad crea un nuevo vínculo entre nosotros y el mundo.
Conectarnos con los deseos de nuestra alma nos dará poder, autoestima y
energía vital.

Inmanente en todo pensamiento y en todo deseo


está la potencialidad para su realización. Cuando
introducimos una intención en el suelo fértil de la
mente, la materia desea dar el fruto.
Los tres pilares que sostienen el templo para manifestar el poder interior
y moldear la realidad trabajan en equipo. Podemos empezar, primero, a
elevar cualquiera de los tres pilares o hacerlo al unísono; la buena noticia es
que un pilar hace crecer al otro. Cuando desarrollamos el pilar de la
integridad aumentamos nuestra autoestima y a la vez sentimos que tenemos
más energía vital. Si aumento la autoestima, siento menos apego por la
opinión de los demás; esto reduce la necesidad de que otra persona me
acepte y me libera para poder expresarme con verdad.

El gran secreto para la manifestación

El gran secreto para la manifestación es comprender que el universo


tiene un idioma que es el de nuestras creencias y nuestras emociones; estas
tienen una vibración que es la que se está comunicando con el universo.
Para que el campo cuántico reciba nuestra señal con claridad, debemos
desarrollar claridad sobre lo que queremos. Tenemos que saber en detalle lo
que deseamos y sostenerlo en el tiempo. Si cambiamos constantemente lo
que deseamos, perdemos intensidad y el mensaje no llega a destino. Sí, se
puede cambiar lo que uno desea, pero esto retrasa la manifestación. Por este
motivo, antes de empezar a manifestar es importante saber quién es uno,
qué se quiere hacer y qué se desea obtener. Cuanta más claridad logremos
adquirir en nuestra mente sobre aquello que deseamos, más rápido lo
crearemos en nuestra vida.

Repaso del funcionamiento de las primeras siete leyes de la


biodescodificación

El principio de mente-génesis elige un objetivo y crea un potencial


mediante el principio de correspondencia. Ese potencial se polariza a través
de las emociones: amor o miedo. Cuando las emociones y el pensamiento se
unen emitimos una vibración. La frecuencia vibratoria crea y atrae un
efecto.
Los pensamientos dan origen a las emociones, las emociones
condicionan las acciones, las acciones determinan resultados y estos
resultados crean nuevas creencias o fortalecen las viejas.

“No atraes lo que quieres sino lo que eres”.


Wayne Ayer

¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de manifestación?

Aprendiendo a utilizar el poder de visualización y autoindagación que


posee la mente. La biodescodificación te acompaña en el proceso de cambio
que va desde tu decisión de crear una nueva vida hasta la creación de tu
nueva personalidad. Para crear una nueva personalidad la
biodescodificación te enseña a desaprender los hábitos mentales, los
comportamientos automáticos y las reacciones emocionales condicionadas
para liberarte de tu viejo yo. Una vez que logres observar a tu viejo yo
como un objeto que se puede modificar, sabrás que ya no sos tu vieja
personalidad. Poco a poco nacerá tu nueva personalidad y obtendrás nuevos
resultados en el presente. La coherencia entre pensamientos, deseos,
creencias, emociones y acciones es fundamental en el proceso de
manifestación.

Cinco pasos para vivir en coherencia


1. Entrar en la consciencia de que la mente es la creadora de la realidad
significa ubicarnos mentalmente en el lugar que nos corresponde. Somos el
soñador del sueño y no el sueño.

2. Liberarnos de las creencias limitantes que crean realidades de


sufrimiento. Cuando reconocemos que somos los creadores del sueño,
decidimos conscientemente qué queremos soñar. Si tenemos una serie de
metas, nos enfocamos en ellas y concentramos nuestra atención en su
realización.

3. Permanecer siempre en la consciencia de unidad. Esto significa


recordarnos cada día que somos creadores y no víctimas. Reconectar con
nuestra inocencia y la de todas las mentes. Una vez establecidos en la
consciencia de nuestro verdadero yo, mantenemos la conexión con el
campo energético donde se crea la materia.

4. Renunciar a nuestra personalidad condicionada y abrirnos a la


experiencia de la mente inocente. Renunciar a la vieja personalidad
condicionada por las experiencias del pasado.

5. Ensayar con nuestra mente la nueva personalidad que deseamos


expresar. Ensayar significa sembrar nuevos pensamientos y deseos. A estas
semillas mentales debemos regarlas con las emociones de amor y trabajar la
tierra con nuestras acciones. Una vez hecho el trabajo nos relajamos a ver
cómo los resultados suceden en el mundo material sin esfuerzo.
Ejercicio de visualización para manifestar la realidad: modelo MP-ME

Luego de años y años de estudiar, practicar y buscar el mejor método de


visualización posible para manifestar mis deseos, desarrollé el modelo MP-
ME: la Mente de la Personalidad y la Mente del Espíritu.
El modelo MP-ME te enseña a intencionar correctamente para crear la
realidad de tus sueños.
Nuestra mente tiene el poder de crear nuestra realidad y nosotros somos
los encargados de entrenarla mediante los pensamientos, los sentimientos y
las acciones. Este modelo es una guía para desarrollar tu máximo potencial
y para manifestar la vida que deseás de forma inmediata.
El enfoque del modelo MP-ME está centrado en calmar a la mente
consciente y estresada para, luego, trabajar con la mente del espíritu que
será la encargada de impulsar tus deseos.
A tu mente consciente la llamaremos MP: la mente de la personalidad. A
la mente del espíritu, ME.
Empecemos con la mente de la personalidad.

• Mente de la personalidad

Para entrenar y relajar a la MP, te pediré realizar los siguientes pasos:

1. Identificar:

a. Preocupaciones.
b. Enojos.
c. Tristezas.
d. Miedos.
e. Resentimientos.
f. Culpas.

2. Observar las creencias limitantes que producen estrés. Para


Identificarlas, nos preguntaremos: “¿Dónde estamos buscando
imponer nuestras verdades?”.
Tomaremos conciencia de que el núcleo de todo
conflicto es buscar imponer nuestro mapa m ental
por sobre lo que sucede o por sobre los demás.
3. Entrar en coherencia:

Empezaremos a asumir nuestra realidad actual. Para asimilar nuestro


estado presente de consciencia, nos preguntaremos:

a. ¿prefiero tener razón o estar en paz? La respuesta a esta pregunta


define nuestro estado mental.

b. ¿Qué cosas necesito aceptar hoy de mi realidad para sentirme en paz


en relación con mis emociones y mis creencias actuales?

Permitite descansar en la tranquilidad que se siente cuando dejamos de


luchar contra la vida. En este instante, empezamos a asumir la vida tal cual
es. Desde ese estado de consciencia, manifestaremos nuestros sueños. Al
realizar los ejercicios de consciencia, relajamos a la MP y creamos un
espacio mental para que la ME manifieste nuestros deseos en el mundo
material.

• Mente del espíritu

Ahora vamos a trabajar sobre la situación que deseamos manifestar. El


primer ejercicio será relajarnos.

1. Relajación:

a. Inmovilizaremos el cuerpo para olvidarnos de él por unos momentos.


Te propongo que te sientes o te acuestes con los ojos cerrados. Vas a
inducir a la mente a un estado de somnolencia.

b. Prestá atención a cómo se siente el cuerpo. Observá la cabeza, los


hombros, el torso, las caderas, las piernas, la base de los pies. Una vez
que llegues a los pies, subirás hasta la cabeza.

2. Visualizar el objetivo deseado:

a. ¿Qué situación concreta y específica deseás alcanzar?


¿Cuál es ese sueño que arde en tu corazón?
Te invito a que visualices tu deseo, sin culpa, sin vergüenza por desear lo
que deseás. Imaginate que sos un niño que pide con pasión.

b. Una vez que tengas el sueño fijo en los ojos espirituales, crearemos
una escena específica en donde el deseo ya está manifestado.

3. Visualizar la escena específica del deseo:

a. ¿Cuál es la escena en la que se materializa tu objetivo deseado? La


escena por visualizar implica el cumplimiento de tu deseo en el mundo
material.

b. Describir el lugar en donde el objetivo deseado está materializado con


sus características específicas.

c. Incluir en la escena visualizada lo que estamos viviendo en ese


momento específico.

d. Describir las acciones que estamos realizando y a quienes nos rodean


en la escena.

e. Detallar a quienes interactúan con nosotros dentro de la escena


deseada. ¿Qué dicen o hacen? ¿Qué palabras puntuales usan y qué
acciones concretas realizan?

f. ¿Qué estamos pensando de nosotros cuando estamos en la escena del


objetivo deseado?

4. Sentir la emoción de satisfacción:


a. Experimentá las emociones que produce la visualización con
intensidad, registrala en el cuerpo y sentí que ya lo estás viviendo.

b. Experimentá en la imaginación lo que experimentarías en el cuerpo si


estuvieras en posesión del objetivo deseado.

c. Impregná a la mente con la sensación del deseo cumplido.

5. Acción diaria:

Para mí, la clave de los ejercicios de visualización está en estos tres


puntos:

a. Ser lo más específico posible en la visualización.

b. Vivir las emociones positivas que produce la visualización.

c. Repetir y repetir el ejercicio mil veces.

Si queremos lograr que nuestros deseos se


manifiesten en la realidad debemo s expiar la
culpa y repetir el acto mental una y otra vez hasta
que el deseo inmaterial se vuelva una sensación
real en la mente.
6. Agradecer:

Imaginá qué palabras de agradecimiento usarás cuando obtengas el


objetivo deseado. Un buen ejercicio es imaginarnos mientras damos un
discurso de agradecimiento al universo, Dios, nuestra mente espiritual o
como le quieras llamar frente a un espejo.
Recordá que tu estado del ser crea la realidad. Si
lográs que tu mente lo crea así será para todo el
universo.
La experiencia que cambió mi vida para siempre
Voy a abrirte la bóveda de mis recuerdos para contarte una historia
personal que cambió mi vida para siempre. Sucedió hace muchos años
cuando fui por primera vez a la India y conocí a Swami Kriyananda.
Mis expectativas por conocer a los grandes maestros espirituales de la
India habían nacido como consecuencia de leer Autobiografía de un yogui
de Paramahansa Yogananda. La obra de Yogananda relata la vida del gran
maestro donde describe sus experiencias en el mundo de la consciencia
unificada y su devoción por Dios. Cada una de sus historias resonó en mis
entrañas. Con la lectura de la autobiografía aprendí que todos tenemos la
posibilidad de cambiar nuestras vidas al modificar nuestra manera de
pensar.
Era una noche calurosa del año 2007 en la ciudad de Bangalore cuando
Swami Kriyananda se acercó a mí luego de una intensa jornada de
meditación. Yo había llegado a su áshram (escuela de meditación) unos
pocos días antes para aprender la sagrada ciencia de Kriya yoga.
Cuando Swami, “maestro” en sánscrito, estuvo frente a mí me preguntó
si yo amaba a mi familia. Mi respuesta fue un sí contundente. No obstante,
Kriyananda rio pícaramente y me volvió a preguntar: “¿Y usted siente que
los necesita mucho?”.
Otra vez esbocé un firme sí.
Pero Swami exclamó: “¡Entonces usted no los ama!”.
Mi semblante se tambaleó y me defendí en un escueto inglés. Repetí que
los amaba, y que los necesitaba porque ellos me daban amor.
Swami, con una mirada dulce, deslizó las siguientes palabras entre sus
labios:

“Hijo mío, mientras sienta que necesita a alguien


no puede amarlo, porque el amor es ausencia de
miedo”.
Esas palabras fueron una daga para mi ego, pero un bálsamo para mi
corazón.
Kriyananda continuó:

“Si existe miedo hay apego, y si hay apego existen


las expectativas. El día que ellos no llenen sus
expectativas creerá que lo dejaron de amar y
sentirá miedo”.
Cada palabra de Swami me molestaba y me desmembraba por dentro.
Hasta que escuché en mi interior una voz que me susurró: “Pablo, ¿preferís
tener razón o estar en paz?”.
En ese instante, las lágrimas corrieron por mi rostro. Me di cuenta de que
estaba defendiendo a mi vieja personalidad y que Swami amorosamente la
estaba desarmando.

La intervención de mi maestro era precisa y tenía la intención de que yo


reconociera que no amaba para que a partir de ese día eligiese amar.
Mientras esperamos que los demás sean como nosotros creemos que deben
ser no los estamos amando, sino que los estamos usando para satisfacer
nuestras necesidades personales. Aquella noche entendí que esperar amor es
igual a sufrir. Cuando nuestros seres queridos no nos dan lo que esperamos,
sentimos tensión, enojo o miedo. Sin embargo, y paradójicamente cuando
nos dan lo que esperamos, seguimos sufriendo por miedo a que nos lo
quiten. En resumidas cuentas, nunca nos alcanza. La única posibilidad de
sentir amor es amándonos y expandiendo ese amor con los demás.
El principio de inocencia nos invita a cambiar la percepción. Nos
propone amar incondicionalmente para dejar de esperar y dar. El acto de dar
amor nos hace sentir plenos. Practicar el amor inocente es por nosotros y
por los demás. Ambos nos beneficiamos.
La experiencia con Swami Kriyananda me hizo reconocer que yo no
sabía amar.
Identificar aquello fue mi primer paso para empezar a amar de verdad.
En el proceso de empezar a amar incondicionalmente, mi vieja
personalidad empezó a decirme que yo era un egoísta por pensar que me
debía amar a mí primero y luego a los demás. Mi voz interior programada
en la victimización me hacía sentir culpable por elegir pensar de una forma
diferente la “experiencia el amor”. Mis creencias se resistían a soltar la idea
de necesidad y sacrificio asociada al amor. Mis programas mentales me
decían que, si yo no pensaba primero en mis seres queridos, ellos se
enojarían y me dejarían de querer. Mi ego no cesó de hablarme durante toda
esa noche de Bangalore.
Mi vieja forma de ser necesitaba del conflicto para sentir se viva y
buscaba los caminos necesarios para que continuara en el conflicto. La
culpa surgió en mi mente para decirme que amar incondicionalmente era ser
“un soberbio” y que a los soberbios “nadie los quiere”. Esa noche
experimenté el inferno de la duda: ¿era yo culpable por pensar que amar
incondicionalmente era el camino hacia la paz? ¿La propuesta de Swami
Kriyananda era la verdad o me estaba volviendo un soberbio y pronto me
quedaría solo?
Durante tres días me debatí entre el pasado, las emociones
condicionadas, las creencias de mis padres, el presente y las ideas de
Swami. En el medio de esa debacle interna, Swami Kriyananda golpeó la
puerta de mi habitación. Lo invité a pasar. Él se acercó lentamente y me
dijo:

“Hijo, sé por lo que está pasando. Yo pasé por ese inferno. La mente
vieja se resiste a cambiar. No luche con ella, porque le ganará. Son muchos
años de pensar en una dirección. Su pasado lo tiene atado porque gracias a
cómo aprendió a pensar se garantizó la supervivencia. Pero hoy es el
momento de dejar atrás el pasado y de volver a elegir”.

“Todo lo que tenemos que hacer es decidir qué


hacer con el tiempo que se nos da”.
J. R. R. Tolkien
Swami continuó su lección de aquel día con las siguientes palabras:

“Dios es amor, Dios es inocencia. Lo sé porque yo soy inocencia y amor


como lo es él. Y sé, hijo mío, que usted también es inocencia y amor como
lo soy yo”.
Kriyananda esbozó una gran sonrisa, pude ver en él la verdad del amor.
En aquel instante, sentí con cada una de mis células que yo era inocente y
que estaba lleno de amor. Mi maestro me pidió que cerrara los ojos y que
me preguntara qué había de malo en mí en ese instante. Me aclaró que no
usara mi pasado para definirme, que solo usara ese momento.
Yo medité durante un momento y Swami agregó, sin dejarme responder:
“Se dará cuenta de que solo hay una única respuesta posible. La
respuesta es que no hay nada malo en usted, ahora, hijo mío.
¡No hay nada malo en usted en el presente!”.
Pude sentirlo en ese instante con todo mi ser: me sentí absolutamente
libre.
Swami continuó. Me pidió que sintiera lo que era darme cuenta de que
yo era inocente.
“¡Se siente paz, maestro!”, exclamé.
Swami me dijo que mi esencia más allá de los conceptos que yo armaba
de mí mismo era paz y me pidió que descansara en ella. Dios, el amor, la
inocencia siempre se encuentra cuando la mente se despoja de los conceptos
y el cuerpo. Mi maestro me mostró, con su propia experiencia, lo que es la
inocencia. Me enseñó que no somos culpables de nada y que nunca lo
fuimos. Que aquello que consideramos hechos de culpabilidad fueron
errores y que esos errores se pueden corregir. Y, sobre todo, me enseñó que
no existe una ley en el universo que diga que tenemos que sufrir,
sacrificarnos o sentirnos culpables.

La humanidad inventó la idea de culpabilidad-castigo y la propagó por el


mundo con el fin de crear la ley y el orden atemorizándose a ella misma.
Pero no se puede apagar el fuego con más fuego. El invento sumió al
inventor en la desdicha por más que su intención había sido positiva.
¿Sucederá lo mismo con la inteligencia artificial?
La biodescodificación te propone recuperar tu consciencia inocente y te
invita a dejar de luchar contra el mundo.

“No vinimos a cambiar el mundo, vinimos a


amarlo”.
Sergi Torres

Aprendí que la inocencia es la clave de la paz. Pero que el estado de paz


mental no llegará a nuestra vida por azar: cada día, tenemos que elegir, con
suma disciplina, percibir la vida desde la inocencia para mantenernos en la
experiencia mental de paz. Los beneficios de crear una personalidad que se
base en la inocencia son que entramos en un estado de consciencia en donde
ya no es necesario defendernos de los juicios o de las opiniones de los
demás, porque comprendemos que todas las opiniones son bienvenidas.
Ninguna de ellas puede atacar nuestro ser porque ya descubrimos quiénes
somos. Nuestro júbilo procede de saber quiénes somos y de las decisiones
que tomamos desde la mentalidad inocente. La paz hace que nuestra mente
experimente confianza y seguridad porque reconoce que lo que está
enfrente de nosotros no es más que el resultado de nuestra forma de ser en
el mundo.

¿Qué es el principio de inocencia?

El principio de inocencia nos recuerda que detrás de todos los conceptos


sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre la vida existe un estado
mental de inocencia que nos permite liberarnos de las ataduras del pasado,
de los juicios y de las creencias limitantes. La esencia de la mente es un
estado de unidad. Por definición la mente es neutra.
Es probable que, al leer estas líneas, pienses cómo puede ser verdad, si
vivimos en un mundo de juicios, de culpabilidad y de miedo. Sin embargo,
eso es así porque este mundo está construido sobre una capa superficial de
la mente que olvidó su inocencia natural. Estamos acostumbrados,
inconscientemente, a vivir de acuerdo con la personalidad que construimos
a causa de los modelos de referencia de nuestro pasado, pero por más que el
sueño parezca cierto no debemos confundir al soñador con el sueño. La
mente que está soñando es inocente, aunque haya inventado sueños de
culpabilidad. La ley de la inocencia te invita a que vuelvas a elegir. Todos
tenemos la oportunidad de seguir viviendo con una personalidad fundada en
la culpabilidad o crear una nueva personalidad fundada en la inocencia.
La mentalidad inocente está esperando en cada instante que recuperes la
consciencia de que sos la causa del mundo y no un efecto separado de la
fuente. Cuando decidimos retornar a la inocencia empezamos a despertar a
la verdad de quienes somos.

• ¿Qué es despertar?

Despertar es asumirte como la causa del sueño, es asumir que estás


creando la realidad mediante tus pensamientos, emociones y acciones. Es
reconocer que estuviste confundido con relación a quien eras para volver a
crear tu identidad amorosa.
• ¿Cuándo podemos despertar?

Ahora mismo. Ahora mismo podés decidir observar la inocencia de tu


mente y soltar la vieja forma de pensar.

• ¿Querés saber si hoy ya estás despierto?

Te invito a que hagas la siguiente prueba:

Si viniese el genio de la lámpara en este momento y te ofreciese un


menú que contiene mil posibilidades de vivir otras vidas, ¿qué escogerías?
¿Más dinero, otro cuerpo, otras relaciones, experiencias de lujo, viajes por
el mundo, vivir en otra ciudad, una casa o un auto más grande, la
posibilidad de comprarte la ropa que desees, vivir en el lugar que quieras?
Si la respuesta que elegiste es “la vida que estoy viviendo ahora”
significa que estás despierto.
Elegir lo que sos en este instante, con todas tus luces y todas tus sombras
es prueba de que estás despierto.

• ¿Por qué?

Porque cuando estamos despiertos, reconocemos la inocencia y la


belleza que existe en nuestra vida a cada momento. Al ver nuestras vidas
con inocencia, somos conscientes de que podemos disfrutar de aquello que
nos gusta o de usar el poder de nuestra mente para cambiar aquello que nos
disgusta para aumentar nuestra comprensión y capacidad de perdón, y
ensayar nuestra nueva personalidad.

• ¿Qué es la inocencia y qué es la culpa?

La inocencia es no Identificarse con las creencias limitantes. La


culpabilidad es la identificación con las creencias limitantes; es una
construcción mental edificada sobre la idea de que los seres humanos somos
pecadores. La inocencia es la negación de dicha identificación.
Desde el principio de la historia de los sapiens se inventó la idea de un
poder o de un ser superior que dicta condiciones morales para regalar sus
bendiciones a los humanos. El invento de una fuerza mayor tuvo la
intención de generar cohesión entre los grupos de cazadores y recolectores
hace quince mil años. La idea funcionó, y se erigieron sobre ella pueblos,
ciudades, naciones, religiones y todo tipo de dogmas que crearon un orden
imaginario en la mente de los sapiens.
No obstante, hubo un costo. La creación de la idea de culpabilidad
programó a la mente subconsciente de culpa y castigo. Las 10 leyes de la
biodescodificación tienen la intención de que desprogrames esa vieja forma
de pensar; que disuelvas el autocastigo y comprendas que el modelo de
culpabilidad tuvo su propósito, pero no por eso debemos sostenerlo. Se
puede crear cohesión entre los humanos a través de la inocencia, el perdón
y el amor.

Mi maestro decía:

“Ningún niño crece creyéndose culpable”.


La idea de culpabilidad aparece en nuestra experiencia de vida cuando
nos concebimos incorrectos. Las primeras sensaciones de ser incorrectos
suceden a muy temprana edad cuando el bebé desea estar en los brazos de
su madre y ella no está disponible. Poco a poco, la repetición de los deseos
insatisfechos moldea la mente.
Al mismo tiempo hay deseos que sí son satisfechos en tiempo y forma.
El cerebro activa el escáner de empatía en “modo supervivencia” y compara
qué deseos son satisfechos y cuáles no. La mente del bebé empieza a
archivar qué es “correcto” y qué es “incorrecto”. Día tras día el bebé
experimenta y archiva experiencias que condicionan acondicionar sus
creencias. Al tiempo la mente subconsciente tiene instalado el programa de
que no todos los deseos son correctos, o no a todo momento, al menos. No
estoy diciendo que el niño no pueda recibir un “no” como respuesta.
Inevitablemente todos recibimos “nos” como respuestas.
Considero que hay dos caminos para reducir o salir de la culpabilidad. El
primero de los caminos es preventivo e involucra a los padres. En el
momento que los padres le dicen que “no” al bebé es necesario que le
expliquen con palabras por qué le dicen que “no”. Aunque sea un bebé
recién nacido entiende lo que le decís; recordá que estuvo nueve meses
escuchándote y sintiéndote. Aunque la ciencia no ha determinado si el
recién nacido entiende o no el lenguaje verbal de sus padres, está
confirmado que puede comprender su lenguaje no verbal, al igual que
entendía el lenguaje no verbal el caballo Hans.
Cuenta Yuval Noah Hari en su libro Homo Deus que, a principios del
siglo XX, un caballo llamado Hans der Kluge (la traducción es “Hans, el
Listo”) se convirtió en una celebridad alemana. Hans tenía una notable
comprensión del idioma alemán y un dominio fantástico de las
matemáticas. Cuando le preguntaban: “Hans, ¿cuánto es cuatro por tres?”,
golpeaba el suelo doce veces. En 1904, la junta de educación alemana
designó una comisión científica encabezada por un psicólogo para estudiar
el asombroso caso.
La comisión estaba convencida que se trataba de un fraude, pero a pesar
de sus denodados esfuerzos no consiguieron descubrir fraude alguno.
Aunque separaron a Hans de su amo, el caballo seguía respondiendo las
cuentas matemáticas. Recién en 1907, el psicólogo Oskar Pfungst desveló
la verdad. Hans daba las respuestas adecuadas al observar detenidamente el
lenguaje corporal y las expresiones faciales de sus interlocutores. Cuando a
Hans le preguntaban cuánto es cuatro por tres, sabía por la experiencia
acumulada que el humano esperaba que golpeara con su pezuña un
determinado número de veces. Empezaba a golpetear, al tiempo que
observaba atentamente al humano. Cuando Hans se acercaba al número
correcto de golpes, el humano se ponía cada vez más tenso. Cuando Hans
golpeaba el número correcto, la tensión alcanzaba su punto álgido. Hans
sabía reconocerlo por la postura del cuerpo humano y por la expresión de su
cara. Entonces dejaba de golpetear, y observaba la manera en que la tensión
era sustituida por asombro o risa. Hans sabía en ese momento que había
acertado.
El 95 % de nuestra comunicación es no verbal; seguramente alguna vez
escuchaste la frase “un gesto vale más que mil palabras”.
Los bebés registran los gestos y microgestos de sus padres y definen por
la reacción de estos si hay empatía o no en sus demandas. Las experiencias
definen las creencias: a más experiencias de rechazo, más sensación interna
de culpabilidad. Pero si los padres le dicen que no y le explican el bebé, este
registra la explicación como una reacción empática y mantiene su
inocencia.
El segundo camino es el de expiar la culpabilidad una vez que estamos
listos cognitivamente para tomar el mando. Los nervios corticales son los
encargados de “gerenciar” nuestra cognición y terminan de desarrollarse
aproximadamente a los doce años. En la antigüedad los niños permanecían
viviendo con el maestro hasta esa edad y luego salían al mundo para hacer
su propia experiencia. El trabajo de expiar la culpabilidad es indagar,
cuestionar y transformar las creencias de culpabilidad y no merecimiento.
Al expiar la culpa la personalidad se libera y emerge la inocencia.
El estado mental de la inocencia nos lleva a relajarnos y a asumir una
personalidad centrada en el respeto, la libertad y el amor. La inocencia deja
de catalogar a las experiencias como positivas o negativas y ve la
neutralidad detrás de cada situación.
En este punto, quiero hacer la siguiente aclaración: ser inocente no te
lleva a cometer delitos o perjudicar la vida de los demás. La inocencia te
lleva a amarte; cuando un ser humano se ama, respeta y colabora con otros
seres humanos. Los delitos y las locuras que existen en el mundo son
consecuencia de mentes distraídas que se creen desconectadas de la
inocencia y del amor.
Las dos opciones

Para ilustrar cómo funciona nuestra mente, quiero que te imagines que
en tu mente hay instaladas dos aplicaciones: una aplicación se llama “ego”
y contiene toda la información del pasado, lo que es correcto y lo que es
incorrecto. Esta aplicación evalúa si sos correcto o incorrecto para aplicarte
un castigo. Siempre actúa desde el miedo.
La otra aplicación instalada en tu mente se llama “inocencia”. Esta
aplicación te enfoca en el momento presente. Tiene predisposición para
asumir desde una profunda humildad lo que estás pensando, sintiendo y
haciendo. La app de la inocencia no juzga: observa serenamente lo que
sucede y actúa desde el amor.

• ¿Cuál de las dos aplicaciones elegís?

Las dos aplicaciones están funcionando constantemente en nuestro


cerebro. Por lo general es la app del ego la que más se activa, pero en
verdad están activas las dos. La falsa percepción de que solo está
funcionando la del ego es porque, desde nuestra infancia, fuimos
estimulados para escuchar al ego y no a la inocencia. La buena noticia es
que podemos volver a elegir y empezar a estimular con nuestras decisiones
a la aplicación de la inocencia.

Todos los días decidimos vivir en el miedo o en el


amor.
• ¿Por qué nunca nos dimos cuenta de que estábamos usando la
aplicación del ego?

Porque todos buscamos paz. La aplicación del ego nos hace creer que
encontraremos la paz al usar sus conocimientos. Pero esto no es posible, es
una falsa sensación de paz que se derrumba ante cualquier oportunidad. No
podemos obtener paz si nos concebimos culpables. La culpa y la paz son
incompatibles. La aplicación del ego encubre nuestro potencial, nos pide
que no miremos dentro para que no despertemos y proyecta todas nuestras
frustraciones en los demás. Este mecanismo nos hace sentir más culpables y
aumenta la experiencia de separación y miedo. En cambio, la aplicación de
la inocencia ofrece una mirada neutra, comprensión, perdón, aprendizaje,
crecimiento, paz, atención al mundo interno, libertad y amor. Si estás
buscando paz, el principio número ocho de la biodescodificación te dice
que nunca encontrarás paz fuera de vos mismo; la paz existe en tu mundo
interior, en tu forma de percibirte y de entender la vida.

El mundo está vacío de significado.

Vivimos pensando que el mundo significa valor, alegría, altruismo y


grandes cosas, pero el mundo está vacío de significado. El mundo solo
significa lo que tu propio sistema de creencias le asigna.

Nos convencemos subconscientemente de que nuestros significados


basados en nuestras experiencias pasadas son verdades absolutas, pero en
verdad solo son puntos de vista. Son percepciones que para cada uno son
sagradas y son dignas de respeto, pero esto no significa que sean ciertas
para todo el mundo. Cuantas más verdades acumulamos, más sufrimos.
Aprendí que, para vivir en paz, debía abandonar mis verdades y
convertirlas en simples opiniones. Las verdades que atesoramos pocas
veces coinciden con lo que vivimos, y esto aumenta el nivel de sufrimiento.
Por el contrario, las opiniones son flexibles y nos permiten mayor
adaptabilidad creando un estado de confianza y alegría. El problema de
conservar verdades es que mientras nuestras creencias coinciden con la
realidad nos sentimos aliviados psicológicamente pero cuando no coinciden
empezamos a sufrir.
Intentar imponer nuestras verdades en el mundo y en los demás jamás
nos brindará paz porque la paz no se basa en verdades. La paz es una
experiencia por fuera de nuestros conceptos de “bueno” y “malo”. La paz
no está atada a nuestro modelo del mundo, la paz es más allá del mundo que
hay en tu cabeza. Inventamos muchas veces la falsa sensación de paz
cuando nuestras creencias coinciden con lo que estamos viviendo, pero al
menor cambio, ella se derrumba. La experiencia de paz no es efímera, es
inmutable.

La inocencia te lleva a la experiencia de paz.


Empezar a vivir desde la mentalidad inocente te conduce a la experiencia
de paz.
La paz es un estado interno de satisfacción en donde nos sentimos
satisfechos con quienes somos y en armonía con los demás. La mentalidad
inocente disuelve el miedo y la culpabilidad al practicar el perdón. El estado
mental de inocencia se une al de la responsabilidad desprogramando los
comportamientos de criticar, de justificaciones y buscar culpables. La
desprogramación de la vieja personalidad brinda estabilidad emocional a las
personas que dejan de compararse con los demás y con su pasado. Al
eliminar las actitudes mentales y emocionales que nos separaban del amor
nos empezamos a acercar poco a poco a la sensación de paz. La mente se
vuelve inofensiva y suelta el miedo a la condena, el castigo y los ataques
externos. La mente de la nueva personalidad asume que es la creadora de la
realidad y deja de Identificarse con el pasado para disfrutar el presente.
La mentalidad inocente te brinda paz como
consecuencia de tu elección de paz.
¿Cómo aplica la biodescodificación el principio de inocencia?

Como ya sabés, la biodescodificación busca Identificar los conflictos


subconscientes que afectan el bienestar de las personas. Cuando un
consultante llega a sesión, lo primero que hacemos es preguntarle por el
conflicto que lo tiene en estrés. Una vez que identificamos el conflicto,
buscamos la última escena donde lo experimentó para que pueda asociarse a
la situación traumática e indagar en las creencias de ese momento puntual.
Sabemos que para que una persona viva una escena traumática tiene que
tener ciertos pensamientos y emociones afines al conflicto. La ley número
uno de la biodescodificación nos enseña que todo lo que vivimos en el
mundo externo es porque primero lo creamos en la mente. Si la persona
vive en estrés, tenemos que Identificar cuál o cuáles son las creencias que lo
llevan a estar en ese estado. Una vez que descubrimos la creencia limitante,
tenemos que desprogramarla.

Desprogramamos las creencias limitantes haciendo una reimpronta.

La reimpronta es un ejercicio mental para darle un nuevo significado a


una situación del pasado que produce estrés consciente o subconsciente en
el presente. Al cambiar el significado mediante la toma de conciencia de la
creencia limitante la persona se libera de las emociones congeladas
asociadas a la escena y desprograma los comportamientos condicionados
asociados a la experiencia traumática. El principio de inocencia le brinda al
consultante y practicante de biodescodificación la posibilidad de volver a
elegir.
Reimpronta basada en el principio de inocencia para biodescodificar
las creencias limitantes:

• Elegir tener razón o elegir estar en paz.

Una vez identificada la creencia limitante empezamos el proceso de


cambio de significado.

Por ejemplo, usaremos esta creencia:

“Yo no soy suficiente para que me amen”.

Luego, preguntate:

¿Preferís tener razón?, ¿es verdad que no sos suficiente para que te amen?

¿O preferís estar en paz?

Si preferís estar en paz, pasamos al punto 2.


Si preferís tener razón y sostener la vieja creencia, preguntate para qué
preferís pensar de esa manera. De este modo, surgirá una nueva creencia:

“Prefiero pensar así porque creo que al hacer de víctima, me querrán”.

Una vez identificada la nueva creencia, hacé una nueva pregunta.

“¿Alguna vez sentiste amor al hacer de víctima?”.

La respuesta será negativa.

Ahora, te preguntarás si con esta toma de conciencia preferís tener razón


o preferís estar en paz.
Probablemente elijas la paz.

• Descansar en la paz.

Con los ojos cerrados, descansá en tu elección de estar en paz. A tu


mente acudirán ideas del pasado, pero no las usarás. Solo estate en el
presente. Sentí tu respiración, tu cuerpo, los ruidos de la habitación.

Preguntate: “¿Qué hay de malo en vos ahora?”.

Si asumís este momento sin tus interpretaciones pasadas, encontrarás


que no hay nada malo en vos. Fijate qué se siente darte cuenta de eso y que
tus creencias se pueden soltar.

Experimentarás paz.
Sesión de biodescodificación: J ulián
Julián era un abogado exitoso, vivía un presente financiero próspero y
había conformado una familia feliz junto a su esposa, Érica, y sus dos hijas,
Mery y Carla. Era socio en un famoso estudio jurídico de la ciudad de
Monterrey, México, junto a dos prestigiosos abogados de la ciudad. Su
carrera profesional iba en constante ascenso.
Una tarde calurosa, mientras yo me encontraba dando un seminario en
Monterrey, hicimos nuestra primera y única sesión. Recuerdo que Julián
estaba lleno de ira contra sus dos socios porque le molestaba que ellos
hicieran negocios, como los definió él, “poco decentes”.
Yo le pregunté qué le molestaba de esos negocios, ya que tanto él como
la firma no se veían involucrados. Julián me dijo que le molestaban porque
él consideraba que había estudiado mucho y se sentía más capaz que ellos.
Hasta ese punto, yo no entendía cuál era el conflicto. “No entiendo”, le dije.
“¿Qué te enfada en verdad?”, le pregunté. Julián dijo que lo enojaba que
ellos ganaran más dinero y tuvieran mejor posición socioeconómica que él.
Julián continuó:
“Me desquicia que ellos no tengan ni la mitad de mi capacidad y tengan
un auto más grande que el mío”.
Automáticamente, le pregunté si era feliz con su profesión.
Sin pensarlo, me respondió que sí.
Yo continué:
“¿Por qué te preocupan tanto las acciones de los demás? Si estás en paz
con todo lo que estudiaste y con tu trabajo, ¿cuál es el problema? Para mí
estás ocultando algo”.
Julián dijo que él no ocultaba nada, que ellos lo molestaban. Le ofrecí
otro punto de vista. Le dije que quizá, solo quizá, él no era honesto consigo
mismo. Si le molestaba que ellos no fueran honestos quizás él en algún
punto no era sincero. “¿Por qué te enojaría si estás en paz con vos mismo?”.
Si él estaba en paz con su profesión, ¿por qué le importaría el dinero de
sus socios? Si él estaba alineado con su vida, ¿qué importaba si el coche era
más chico o grande?
Julián reflexionó. Luego de un momento, admitió que había algo que lo
molestaba.
Le dije que yo estaba de acuerdo y que pensaba que él no quería ser
abogado. Le pregunté qué quería ser en realidad. Julián, sorprendido, me
contó que quería ser músico. Pero su padre lo había obligado a estudiar
Derecho porque decía que con la música se iba a morir de hambre. Le
expliqué que él estaba molesto con sus socios porque él estaba haciendo
algo que no amaba y le molestaba que ellos fueran congruentes consigo
mismos.
El único objetivo de Julián de estudiar y de trabajar de algo que no
amaba había sido ganar dinero. Por lo tanto, ahora se indignaba cuando veía
a sus socios hacían negocios ilícitos porque él estaba “ilícito”.
Él se mentía cada día al decirse que era abogado cuando quería ser
músico. Usaba la mentira para sostener la creencia de que tenía que ser
abogado para no morirse de hambre. Estaba siéndole fiel a una creencia de
su padre; había comprado la idea de que no era valioso para ser músico y la
había reforzado en todos esos años al buscar ser el mejor y más exitoso
abogado.
Julián se desplomó y tomó conciencia. Llevó su cabeza hacia sus manos
y se quedó inmóvil durante unos largos minutos.

• ¿Cómo sabía yo que él se mentía?

Fácil. Yo amo lo que hago y jamás me molesta lo que hagan otras


personas. Si aplico ese pensamiento en los demás, ya tengo la deducción.
En el trabajo de reimpronta que hice con Julián al darle un nuevo
significado a sus experiencias del pasado descubrimos una escena en donde
un pequeño Julián de nueve años estaba en el supermercado con su padre.
Allí, Julián tropezó con una estantería de botellas de vidrio, unas cuantas
cayeron y estallaron contra el piso.
Julián recuerda que su padre lo miró a los ojos y le dijo: “Eres un niño
estúpido y siempre lo serás”.
En ese momento, se construyó una creencia que lo había marcado hasta
el día de la sesión. Durante cuarenta años, Julián había creído que no era
valioso y que nunca lo sería. Por eso, cuando tuvo que tomar la decisión
más importante de su vida, siempre lo hizo desde la creencia de que él era
poco valioso, por lo que buscó apoyarse en la opinión de su padre hacia
sobre cuál debía ser su vocación.
En su adolescencia, Julián decidió que quería ser cantante e, incluso,
tenía una banda de rock; pero en el momento de entrar a la universidad,
optó por la carrera de Derecho, hipnotizado por los consejos de su padre.

La toma de conciencia que Julián realizó aquel día en la sesión fue ver
que su padre le había dicho una frase que había marcado su vida pero que él
tenía las herramientas para desprogramar su mente y construir un nuevo
Julián.

El padre de Julián, Rodolfo, era carpintero y no había logrado darle a la


familia una vida con comodidades. Por tal motivo, se proyectó en su hijo en
busca de que no repitiera las historias de carencias que había vivido. Su
metodología no favoreció a Julián para que fuera libre y viviera desde su
propósito de vida. Aunque, Rodolfo logró que Julián ganara mucho dinero y
jamás sufriera necesidades materiales. A pesar del éxito económico Julián
sufría en silencio el dolor de su alma de no haber seguido su vocación de
músico…
Julián, aquel día, se liberó de la culpa y de las creencias limitantes para
darse cuenta de que él era valioso para hacer lo que quisiera. Esa misma
tarde, llamó a sus ex compañeros de banda y los invitó a beber unas
cervezas para hablar de lo que era su pasión: la música.

Todo el mundo tiene un propósito de vida, un


talento especial que hace vibrar al corazón.
Cuando desarrollamos ese talento y lo ponemos al
servicio de los demás experimentamos la
trascendencia.
¿Qué es la ley número nueve?

La novena ley de la biodescodificación es la ley del propósito. Si vamos


a construir una nueva personalidad que sea sobre bases sólidas y esas bases
son el propósito de vida. Quien tiene un propósito de vida tiene significado.
Encontrar tu misión de vida te lleva a saber quién sos, qué te gusta hacer y
cómo vas a compartir tu propósito de vida con los demás.

Encontrar el propósito de vida es el punto de


partida de todo logro.
• La ley del propósito tiene tres componentes:

1. El primero es que cada uno de nosotros está aquí y ahora para


descubrir su verdadero ser y que somos la causa mental del universo
material. No somos seres humanos que tienen experiencias espirituales
ocasionales: somos seres espirituales que experimentan una vida humana.

2. El segundo componente es el reconocimiento y la expresión de


nuestros talentos. La ley del propósito dice que todo ser humano tiene
talentos que encienden el alma. El propósito de cada ser humano es
desarrollar esos talentos hasta alcanzar la maestría y descubrir en el camino
su realidad espiritual. Cuando desarrollamos nuestros talentos, nos sentimos
plenos en el presente. La expresión de nuestros talentos nos sumerge en un
estado de consciencia plena.

3. El tercer factor de la ley del propósito es el de compartir nuestros


talentos a la humanidad. Una vez que desarrollamos nuestro talento la
pregunta que debemos hacernos es: ¿cómo puedo impactar positivamente
en los demás con lo que amo hacer? ¿Cómo puedo colaborar con mi talento
en el mundo? Al combinarse la expresión de nuestros talentos con el
compartir a la humanidad empezamos a vivir en la abundancia.

Una vez que se desprograma la mentalidad del pasado el verdadero


trabajo comienza con descubrir quiénes somos más allá de lo que nos
enseñaron, qué actividad nos gustaría hacer y cómo ofrecer lo que somos
para mejorar el bienestar de toda la humanidad.

En mi caso, descubrí que mi pasión en esta vida es comunicar de forma


sencilla y práctica las verdades metafísicas y científicas que a mí me
cambiaron la vida. Lo primero que hice fue cambiar mi vida para poder
transmitir con coherencia. Una vez que esas verdades fueron parte de mi día
a día, empecé a compartirlas con los demás. En una primera instancia fui
maestro de yoga, luego, psicólogo y hoy formador en biodescodificación y
escritor. La esencia, como verás, siempre fue la misma; lo que cambió fue
la forma. En este proceso de tantos años, descubrí que para vivir en paz es
fundamental desarrollar tres factores claves que enseña la ley del propósito.
Estos factores hacen que la mente viva en profunda coherencia.

Tres factores para vivir en coherencia

1. Garantizar la supervivencia.
2. Desarrollar un propósito de vida.
3. Compartir con la humanidad.

Las creencias de las personas pueden ser diferentes, los deseos pueden
ser múltiples y las estrategias de las más prolíferas, sin embargo, todos los
humanos estamos en busca de garantizarnos la supervivencia del cuerpo de
alguna forma. El entrenamiento en biodescodificación nos permite
garantizar tu supervivencia desde el crecimiento, la contribución y el amor.

Tenemos dos tipos de necesidades: las del cuerpo y


las del espíritu.
Todas las personas están programadas subconscientemente para
satisfacer las cuatro necesidades básicas humanas. La mayoría lo hace de la
misma forma que lo hicieron sus padres, sus abuelos y su cultura. La
biodescodificación y el principio de propósito te proponen que encuentres
tu propia forma de garantizarte la supervivencia, descubriendo cuál es tu
misión de vida. Al encontrar y desarrollar nuestro propósito de vida
pasamos al modo trascendencia. La persona que vive desde su pasión e
impacta positivamente a otras personas nunca más vive en estrés por la
supervivencia sino que entra en el fujo de la abundancia.

• Necesidades del cuerpo:


Seguridad.
Variedad.
Importancia.
Pertenencia.

• Necesidades del espíritu:


Crecimiento.
Contribución.

Cada uno de nosotros tiene una manera personal de satisfacer sus


necesidades de supervivencia. Estas diferentes formas pueden ser
constructivas, destructivas o neutras. Si la persona sufre o vive en estrés es
porque busca saciar sus necesidades con creencias y conductas basadas en
el sacrificio, la culpa y el miedo. En cambio, aquellos que satisfacen sus
necesidades básicas con facilidad es porque han desarrollado las
necesidades del espíritu: crecimiento y contribución.
El secreto de una vida plena es satisfacer nuestras necesidades a través
de medios productivos en lugar de medios destructivos. Hay que recordar
que tenemos, siempre, el poder de elegir el medio que queremos usar.

• Garantizar la supervivencia

- Seguridad:
La necesidad de seguridad está ligada al instinto de supervivencia y no
se refiere solo a seguridad física, sino también a la psicológica. Es la
capacidad de evitar el dolor y de buscar el placer. Necesitamos sentir que
estamos en nuestra zona de confort, que podemos evitar el dolor, que
podemos ser felices, que tenemos el control de la situación, que podemos
evitar el estrés. Los medios que utilizamos para sentir seguridad van desde
el control a la coherencia, pasando por la identidad, las rutinas, la comida,
la fe, la autoestima, las costumbres, etc.

- Variedad:
Tenemos necesidad de seguridad, pero si pudiéramos saber por
adelantado todo lo que nos ocurrirá en el futuro nos aburriríamos. Por eso,
junto a la necesidad de seguridad, tenemos la necesidad de variedad.
La variedad es la sal de la vida, todos queremos algo de sorpresa, de
excitación, de reto, de novedad en nuestra vida. Cuando algo es demasiado
previsible, deja de resultarnos atractivo. Algunos de los medios para
satisfacer esta necesidad son nuevas relaciones, nuevas amistades, el
alcohol y las drogas, la comida, nuevos trabajos, aceptar nuevos retos, el
aprendizaje, etc. Eso sí, nos gustan las sorpresas que nuestras parejas nos
dan siempre que las queramos; a las sorpresas que no nos gustan las
llamamos problemas.

- Importancia:
Cada ser humano necesita sentirse importante, que su vida tenga sentido,
ser único y especial en algo o para alguien, sentirse necesario, tener una
meta.
Estos son algunos de los medios posibles para sentirnos importantes:
posesiones materiales, títulos académicos, violencia, ir a la moda, tener
hijos, la enfermedad, el éxito, desarrollar nuevas capacidades y
conocimientos, ser voluntario, etc.

- Pertenencia:
Es una de las necesidades que cualquier ser humano tiene que satisfacer:
el amor. La unión a alguien o algo, el sentimiento de pertenencia, de
compartir afinidades, de intimidad, en definitiva, de sentirse parte de algo.
La necesidad de amor es natural, instintiva y, además, fisiológica. Algunos
medios posibles para satisfacer la necesidad del amor son las relaciones
(pareja, familia, amigos), la necesidad de aprobación, el cometer actos
delictivos, atraer hacia uno diversos problemas (enfermedades, problemas
emocionales, etc.), tener animales domésticos, el espíritu de sacrifico, el
sexo, la espiritualidad, etc.

• Alcanzar la trascendencia

- Desarrollar un propósito de vida:


La necesidad de crecimiento también está en la naturaleza del ser
humano. Necesitamos satisfacerla para sentirnos plenamente satisfechos y
realizados. En nuestro planeta, todo lo que no crece, lo que no se desarrolla,
es eliminado. De la misma manera, tenemos la necesidad de crecer para
sentirnos en movimiento, para sentirnos vivos. Un ejemplo es la
satisfacción interior que sentimos cada vez que aprendemos algo nuevo,
aunque sea pequeño o poco importante. Solo crecemos dentro de la relación
si tenemos algo para dar y si la relación, en sí, tiene para dar.

“Ganar no es todo, pero el deseo de ganar sí lo


es”.
Vince Lombardi

- Compartir con la humanidad:


Si queremos sentir que nuestra vida es realmente plena necesitamos
contribuir, dar a los demás. Ayudar, servir, sentir cómo ayuda nuestra
colaboración o mejora a alguien.
La contribución nos permite satisfacer todas las demás necesidades: nos
da seguridad porque nos confirma que podemos dar algo a los demás, lo
que hace que nos sintamos importantes para alguien. Dar es amar e incluye
una relación con el prójimo, lo que siempre lleva una dosis de variedad
asegurada. Y, sin duda alguna, ayudar a los demás a crecer es la mejor
manera para crecer personalmente. El secreto de la vida es dar.
La vida no es buscar recibir amor, sino dar amor. Nuestras relaciones son
la mejor oportunidad para dar inocencia, respeto y aceptación.

“La mejor manera de crear vínculos, de sentir lo


importante que es nuestra vida, de experimentar
una sensación de seguridad y, al mismo tiempo, de
variedad, de estar en condiciones de dar al
prójimo, es agradecer más y esperar menos”.
Anthony Robbins

Cuestionario para autoindagar sobre quién sos y cuál es tu propósito de


vida

Una de las grandes estrategias que aprendí en el desarrollo personal es la


autoindagación, que es la capacidad de observarnos, cuestionarnos y
reflexionar sobre lo que somos, lo que nos gusta y sobre nuestras conductas.

• ¿Para qué autoindagarnos?

Para crecer. La experiencia de crecimiento interno produce satisfacción y


paz. Es una necesidad de nuestra mente expandirse y compartir lo que
somos. La autoindagación abre las puertas del conocimiento. Creo que la
calidad de nuestras vidas está determinada por la calidad de las preguntas
que nos hacemos cada día para seguir conociéndonos y creciendo.

• Preguntas para el autoconocimiento:

1. ¿Quién soy?
2. ¿Cuál es mi misión en este planeta?
3. ¿Cuál quiero que sea mi legado cuando me vaya de este planeta?
4. ¿Qué es el amor?
5. ¿Qué es la libertad?
6. ¿Cuáles son mis principios de vida actuales?
7. ¿Qué principios de vida quiero incorporar?
8. ¿Qué es el éxito?
9. ¿Qué es la abundancia?
10. ¿Qué actividades me apasionan?
11. ¿Qué creencias siento que me limitan hoy?
12. ¿Qué creencias siento que me impulsan hoy?
13. ¿Qué personas me inspiran a seguir avanzando?

La prueba anterior te dará un panorama sobre quién sos y quién querés


ser. Es fundamental conocer cuál es nuestro propósito de vida para saber
hacia dónde queremos ir y es de igual importancia conocer nuestros
principios para saber cómo vamos a ir hacia nuestro destino. No se trata de
llegar como sea: se trata de llegar mientras disfrutás y de experimentar paz.
Ahora, te compartiré unas preguntas específicas para que empieces a
distinguir cuáles son tus talentos.

• Cuestionario para descubrir tus talentos

1. ¿Qué es aquello que cuando lo hacés te hace sentir pleno?


2. ¿Qué es aquello que podés hacer durante horas y parece que el
tiempo no existe?
3. Si te quedara un año de vida... ¿Qué harías? ¿A qué te dedicarías?
4. ¿Qué actividad realizarías, aunque no te paguen?
5.¿Qué es lo mejor y lo peor de vos?
6. ¿Qué sentís que te hace único y aporta valor a los demás?
7. Si te aseguro que “ese proyecto de tus sueños” será un éxito a todo
nivel... ¿Qué proyecto emprenderías?
8. ¿Qué hacés bien de manera natural?

Este cuestionario tiene el potencial para orientarte en el descubrimiento


de tus talentos. Te recomiendo que lo hagas una vez por mes para ir
corroborando las respuestas y lograr mayor claridad. Muchos de mis
alumnos la primera vez que lo hacen no descubren nada, pero,
curiosamente, la segunda vez tienen revelaciones increíbles. Esto es así
porque, la primera vez, lo hicieron porque yo se los sugerí; en cambio, la
segunda, porque ellos decidieron hacerlo.
¿Cómo aplica la biodescodificación la ley del propósito?

La biodescodificación aplica la ley del propósito mediante la toma de


conciencia de que el verdadero conflicto que está detrás de todos los
conflictos es que no nos estamos amando. La ausencia de amor propio
produce baja autoestima, falta de motivación y la idea de exigirle a los
demás aquello que no nos damos. Por lo tanto, todo conflicto humano se
podría evitar si todos encuentran, practican y comparten su pasión. El
desarrollo del propósito de vida crea amor en la personalidad.

• Pero ¿cómo hacemos para amarnos?

Encontrando una actividad que produzca pasión y llene tu vida de


propósito. Cuando un ser humano está haciendo algo que ama hacer se
siente pleno y entusiasmado. La plenitud lleva a la mente a un estado de paz
y empatía con todos los seres humanos. Del acto “egoico” de hacer por uno
mismo, nace el amor altruista de hacer para uno mismo y para los demás.
Para tal fin, la biodescodificación te propone que descubras cuáles son tus
para qué.

¿Qué querés lograr para cada área de tu vida? Las áreas más
significativas de la vida son la salud, las finanzas, las relaciones, la
productividad, la familia, el propósito y la espiritualidad. Definir qué
queremos, nos aporta consciencia y visión.
Una vez que definimos nuestros “qué”, tenemos que comprender cuál es
la motivación que nos invita a alcanzar nuestros objetivos: el “para qué” es
el motor emocional que nos impulsa a actuar. Cuando conocemos nuestro
“para qué” entendemos cuál es el propósito de desear y actuar para alcanzar
objetivos.

Modelo IPA: el método más eficaz para alcanzar tus mayores sueños

Diseñé el modelo IPA para que tengas una metodología que te acompañe
a alcanzar tus objetivos deseados:
I (Intención)
P (Propósito)
A (Acciones concretas)

• ¿Para qué queremos lo que queremos?

Una vez que desprogramamos las creencias limitantes de nuestra mente


subconsciente, necesitamos tener una visión clara de hacia dónde queremos
dirigir nuestra vida. Saber qué es lo que queremos nos dará voluntad para
construir una nueva mente y una nueva vida. Te invito a Identificar qué es
lo que deseás y cuál es tu intención de vida en las diferentes categorías de tu
vida.

Empezamos el proceso de autoindagación:

- ¿Qué es lo que quiero para mi salud?


- ¿Cuál es el resultado que busco en la categoría relaciones?
- ¿Qué visión tengo para cada una de las áreas de mi vida?
• Definí cada una de tus intenciones para todas las áreas de tu vida:

1. Salud.
2. Finanzas.
3. Relaciones.
4. Productividad y proyecto.
5. Familia.
6. Espiritualidad.

Tener claridad sobre lo que queremos es poder.


Cuanto más claros y específicos seamos en relación con nuestros
objetivos es mejor para que nuestro cerebro tenga una guía clara hacia
dónde dirigir nuestra atención. Cuando somos genéricos es difícil dar en el
blanco y tardamos mucho más tiempo en alcanzar los objetivos que
deseamos. Cuando no somos específicos es porque no sabemos qué
queremos o quizás sí lo sabemos, pero nos crea el sentimiento de culpa
interna y lo evitamos inconscientemente.

El cerebro es como un misil: si sabe el resultado esperado se


reacomodará para ir por él.

Al comienzo, hacer la lista de objetivos claros toma más tiempo porque


es un nuevo hábito, pero una vez que lo ponemos en nuestro sistema
nervioso nos llevará menos tiempo. Poco a poco el cerebro empezará a
pensar en resultados y no en actividades.

Cuando se piensa en los resultados, más que en las


actividades, pronto no tendrás que hacer ciertas
actividades para lograr el resultado.
Para lograr nuestros sueños, dependemos de tres factores:

1. Soltar las viejas creencias limitantes.


2. Desarrollar claridad sobre lo que queremos.
3. Construir un sistema de pensamiento inocente y amoroso.

La segunda parte del protocolo IPA es descubrir lo que nos motiva a


entrar en el río para navegar hacia nuestro destino. Las preguntas que
debemos hacernos son: ¿para qué deseamos lo que queremos?, ¿cuál es el
propósito de nuestros objetivos?
El propósito es más poderoso que el deseo en sí mismo porque el
propósito es el combustible interno que nos lleva al objetivo deseado.

¿Para qué queremos lo que queremos?


El 80 % del éxito se encuentra en el “qué” y en el
“para qué”, el 20 % restante en el “cómo”.
El tercer paso del protocolo IPA es definir cuáles serán las acciones
concretas que realizaremos para alcanzar nuestros resultados deseados:
¿qué estamos dispuestos a hacer por nuestros objetivos? ¿Qué estamos
dispuestos a cambiar y mejorar en nuestras vidas para convertirnos en la
persona que deseamos ser?
Cuando asumimos nuestros objetivos, debemos asumir los medios por
los cuales obtendremos los objetivos. Esto significa asumir el tiempo que
nos costará alcanzar nuestros objetivos, el dinero y la energía que
invirtamos en ello. Sobre todo, calcular cuántas horas de vida nos implicará
convertirnos en las personas que decimos querer ser. Al tomar conciencia,
sabremos cuál es el camino que nos espera y si realmente ese camino tiene
corazón.

Enamorate tanto de la meta como del camino.


Creo que solo nos entregamos a las acciones concretas que definimos
cuando estas nos producen tanta pasión como el objetivo en sí mismo.
El día que hablé con Sai Baba
Era una mañana típica de verano en la ciudad de Puttaparthi y yo me
dirigía, como hacía más de un mes, al áshram del famoso gurú Sai Baba.
Mis mañanas eran ceremoniales. Me despertaba a las seis en punto y
saltaba de la cama para hacer mi meditación y realizar mis ejercicios de
Kriya yoga (una técnica de meditación ancestral que combina ejercicios de
respiración con los centros energéticos conocidos como chakras). Después
de realizar mis ejercicios prendía una pava eléctrica para prepararme mi
vaso de agua tibia como desayuno.
En la India, existen veintidós lenguas oficiales: cada región del país
conserva su lengua nativa, aunque usan el inglés como amalgama social. En
aquellos días estaba convencido de que tendría la oportunidad de hablar con
Sai Baba y quería ser capaz de decirle lo que sentía en su lengua materna;
por esta razón, mientras esperaba que el agua se enfriara, leía un libro de
télugu, la lengua nativa de esa región de la India.

Solo recuerdo “Nēnu ninnu prēmistunnānu” que se escribe:

y significa “yo te amo”.

Cuando mi agua se enfriaba, me tomaba el gran vaso de acero inoxidable


en cuestión de segundos y me alistaba para salir a mi destino diario:
Prayanthi Nilayam, el áshram de Sai Baba. Vestido de punta en blanco y
con mi carterita hindú con la imagen de Shiva colgando por mi torso
caminaba rápido por las pequeñas calles de la ciudad de Puttaparthi.
La vida de la ciudad se amoldaba a los horarios del áshram. El templo
abría a las seis de la mañana y el darshan era generalmente a las nueve y
media de la mañana (el momento en que el gurú se presenta en el templo
para saludar a sus seguidores).

¿Por qué iba tan temprano si Sai Baba recién salía horas más tarde?
Porque quería lograr una buena ubicación dentro del mandir (un templo que
hay dentro del áshram) para estar cerca de él.
Sai Baba fue un gurú indio que contribuyó con la humanidad al ofrecer
un mensaje de amor y de unidad. Se volvió famoso alrededor del mundo
por sus poderes para materializar y realizar lo que al ojo humano son
milagros. Desde mi punto de vista, Sai alcanzó un grado de consciencia en
el cual comprendió lo que enseña este libro de las 10 leyes de la
biodescodificación:

“La realidad se puede alterar mediante los


pensamientos”.
Personalmente, creo que Sai usaba su poder de manifestación con el
único fin de llamarle la atención a la mente condicionada e invitarla a un
nuevo estado de consciencia. Es decir, un espectáculo material para brindar
una enseñanza espiritual.
Sai Baba recibió a miles y miles de personas en su áshram hasta que, en
el año 2011, dejó su cuerpo físico.
La historia que te estoy contando ocurrió durante el año 2008 aunque
comenzó en el año 2007. Yo estaba obsesionado con viajar a la India y
conocer a Sai Baba. Pero no solo quería conocerlo: deseaba hablar con él,
cara a cara. Las circunstancias parecían adversas pero los milagros ocurren.
Luego de vivir una serie de milagros que te contaré en otra oportunidad,
llegué a la India.
Sai Baba se encontraba en aquel tiempo en silla de ruedas por sus
problemas para caminar y hacía muy pocas apariciones en el mandir.
Además, el áshram estaba colapsado de personas.
¡En el templo éramos más de dos mil almas cada mañana! Las
probabilidades eran pocas, pero me mantuve firme en mi objetivo deseado
con total inocencia.

Me repetía cada mañana mientras caminaba hacia el áshram:


“Sai Baba dice que todos somos uno. Yo confío en Sai Baba. Si todos
somos uno, todo es posible”.
El 11 de marzo entré al áshram como todos los días, saludando de
derecha y a izquierda. Llegué al lugar donde se hacía la fila en una pésima
posición. Tenía más de 10 personas delante de mí. Ese día me había
retrasado un poco por contemplar la salida del sol sobre las montañas. Por
lo general, siempre estaba en las primeras posiciones. Me senté en el piso a
esperar y empecé mi rutina de mantras con mi japa mala (rosario hindú). Mi
mantra favorito en aquellos días, y hoy mismo, es el mantra Gāyatrī:

Om bhūr bhuvah svah


om tat savitur varenyam
bhargo devasya dhīmahi
dhiyo yo nah pracodayāt.

Para mí, no es importante el significado del mantra, lo que sí me importa


es la vibración que produce en mi mente. El mantra Gāyatrī siempre creó en
mí una vibración de paz, de inspiración y de amor, por eso lo uso cada vez
que quiero reconectar con el presente.
Finalmente, aquel 11 de marzo el reloj marcó las nueve de la mañana y
la fila comenzó a avanzar hacia adentro del mandir. Pero, sorpresivamente,
cuando me tocaba entrar nos ofrecieron a mi amigo Matías y a mí pasar a
un pequeño templo donde se encontraba la orquesta de músicos dentro del
mandir. Con Matías nos miramos y accedimos de inmediato.
Una vez que la multitud estaba acomodada dentro del mandir, Sai Baba
hacía su aparición rodeado de sus colaboradores y saludaba a sus devotos
desde una distancia de tres metros. De pronto, Sai Baba dejó de saludar a
toda la multitud y se dirigió al templo donde estaba yo a saludar a los
músicos de cerca. Yo no lo podía creer: Sai Baba venía en mi dirección,
íbamos a estar a menos de un metro de distancia. Mi corazón se aceleró.
Sai Baba se acercó en su silla de ruedas. Matías, que estaba primero
entre Sai Baba y yo, lo miró a los ojos y movió las manos en señal de:
“Gurú, ¿puedo tocarte los pies?”. Sai Baba lo miró a los ojos y le susurró:
“Yes, my son”. (Sí, mi hijo).
Yo estaba a treinta centímetros de ellos, congelado, mientras observaba
el desarrollo de la escena. No sabía si tirarme a los pies de Sai Baba o
esperar a que él me invitara a tocárselos. Me quedé paralizado, a medio
camino. Mientras yo permanecía congelado vi cómo sus dos ojos negros se
posaron sobre los míos. En ese instante, todo el universo se detuvo. El
silencio en mí fue total. Hasta que reaccioné y vi que Sai Baba me hacía un
gesto con la mano y me invitaba a acercarme, pero no a sus pies, sino para
hablar con él.
Dos colaboradores me tomaron de los brazos y me levantaron del suelo
para que me acercara a Sai Baba. Mi sueño se estaba cumpliendo, pero yo
no estaba ahí. El silencio se convirtió en amor, y lo que antes era Sai Baba y
lo que era yo, desapareció como todo el universo.

Busqué palabras humanas para expresar lo que sentía y le dije:


Luego de esos cinco minutos en contacto con Sai Baba, mi mente nunca
más volvió a ser la misma. Aquel 11 de marzo de 2008 experimenté la
sensación más profunda que había sentido en mi vida. Me sentía en estado
de gracia.

No caminaba, flotaba;
no reía, sentía dicha;
no amaba, era el amor.

Mi personalidad había desaparecido en el contacto con Sai Baba y


continuó fuera de mí por las siguientes 10 horas. Fueron las 10 horas más
espectaculares de mi vida. Me sentía agradecido por la respiración, por los
seres humanos, por el café con leche y el croissant de la Germany Baker,
por el sol ardiente y todo lo que sucedía. Mi mente estaba en estado de
gratitud.
Me daba las gracias por haberme mantenido en el principio de inocencia
a pesar de que las condiciones parecían adversas. Esta experiencia me
inspiró a compartir que los seres humanos podemos transformar la realidad
de nuestras vidas al entrenar nuestra mente. Me sentía agradecido por haber
desprogramado mi antigua mente, que decía que la vida era difícil, que yo
no podría viajar a la India y tantas otras creencias limitantes. Estaba
agradecido, en resumen, porque el amor es la fuerza más poderosa del
universo.
Poco a poco, aquella tarde mi yo empezó a aparecer nuevamente. Lo
acepté de buen grado. Aquella misma noche desarrollé una regla
mnemotécnica para recordarme, por siempre, quién era yo. Esa noche de
Puttaparthi nació el modelo GRACIAS.

• El modelo “Gracias”
La gratitud es la llave para abrir las puertas de las
infinitas dimensiones de la consciencia.
¿Qué es el principio de gratitud?

La décima ley de la biodescodificación enseña el principio de gratitud.


El principio de gratitud es diferente al resto de los principios.
Las primeras nueve leyes de la biodescodificación te brindan una acción
guiada para entrenar tu mente. En cambio, la gratitud es algo que se
adquiere como consecuencia de aplicar las primeras nueve leyes. Aunque
en este capítulo te enseño cómo mediante la práctica de la gratitud podés
alcanzar el estado mental de gracia. La gratitud es un estado de consciencia
que emerge en la mente como consecuencia del conocimiento.

• ¿Qué es el conocimiento?

El conocimiento es una experiencia mental y emocional que sentimos


con todo nuestro ser. El conocimiento es información externa que se
convirtió en experiencia propia. Es la cima. La gratitud es la experiencia
máxima en donde se es consciente de que somos los creadores de la
realidad.

Las cinco experiencias mentales y emocionales que nos permiten saber


que estamos en el estado de gratitud

1. Nos sentimos libres de culpa y de miedo.


2. Somos conscientes de que somos la causa de la realidad física.
3. Sentimos aceptación y respeto por todos los seres.
4. Nuestra mente se contempla a sí misma, inocente y pacífica.
5. Sentimos que somos el amor mismo.

Quizás hayas experimentado uno o varios de estos aspectos de la


experiencia de gratitud. Estas experiencias mentales y emocionales son una
guía para que reconozcas con facilidad cuando estás en la experiencia de la
gracia.
• ¿Se puede practicar la gratitud hasta que se vuelva una
experiencia?

La respuesta es sí. Más allá de que la consciencia de gratitud sea algo


adquirido, producto de la práctica de las nueve leyes de la
biodescodificación, también se puede practicar la ley de la gratitud cada día
hasta que la experiencia nos envuelva.

¿Cómo practicar la ley de la gratitud?

Simplemente al agradecer. Cuando se agradece desde lo más pequeño y


cercano que hay en tu vida, hasta lo más grande y lejano.
Durante años practiqué lo que en la India se conoce como la técnica de
la gracia. Es un sencillo ejercicio mental en donde se agradece desde lo más
pequeño y cercano, como respirar, pensar, la cama donde dormimos, la
comida que comemos, hasta lo más grande y lejano como viajar en avión, el
auto que manejamos o la existencia del planeta Tierra.
La técnica de la gracia te invita a que agradezcas tu presente, pero
también tu pasado, así como las experiencias del futuro.

¿Cómo aplica la biodescodificación la ley de la gratitud?


La biodescodificación prepara a la mente para vivir en el estado de
gratitud. Nos muestra cómo usar la actitud mental de agradecer para sanar
el pasado, crear el futuro y vivir el presente. La experiencia de gratitud en el
presente es lo que los sabios denominaron estado de “iluminación” o estado
de dicha. A su vez, la biodescodificación nos enseña que el campo de
energía en el cual existimos responde a nuestros estados mentales: ya vimos
las nueve leyes de la biodescodificación que explican en detalle cómo
funciona la mente y la realidad. Podemos aplicar el principio de gratitud
para sanar nuestro pasado, futuro y presente.

• Enviar la energía de la gratitud a los tres tiempos

Pasado : al enviar información de gratitud a nuestro pasado, nos


liberamos de él y cortamos todo vínculo emocional limitante con nuestra
historia pasada. Esto nos permite vernos como inocentes en el presente.
La gratitud limpia la culpabilidad, la tristeza, la ira y el miedo de la
mente.

Futuro : cuando sentimos gratitud por algo que todavía no sucedió en la


realidad física, pero podemos agradecerlo cuando lo visualizamos en
nuestra mente estamos creando la posibilidad de que se manifieste en el
mundo material. La gratitud y la expiación de la culpa son las dos
energías más potentes para acortar la brecha de tiempo entre causa y
efecto.

Presente : al sentir gratitud por el momento presente, experimentamos


dicha, amor y paz. La gratitud en el ahora nos libera del pasado y del
futuro. La cima de la experiencia humana es estar en paz con quienes
somos ahora mismo.
Experiencia: 30 días de gratitud

Te propongo el desafío de entrenar a tu mente durante 30 días en el


estado de gratitud. Sin duda, una de las cosas que más ha cambiado mi vida
es practicar la gratitud. Te estarás preguntando: “Pablo, ¿cómo se practica la
ley de la gratitud?
¿No dijiste que era un estado adquirido?”. El estado de gratitud se
adquiere por eso vamos a entrenar a nuestra mente para que lo adquiera.

¿Cómo?

Simplemente agradeciendo. Agradeciendo desde lo más pequeño y


cercano que hay en tu vida hasta lo más grande y lejano. Te desafío a que
tengas la experiencia de los 30 días de gratitud. Para eso, te daré una lista
con 30 ítems en los que deberás poner tu atención en un ítem por día.
Quiero que seas consciente de lo que experimentás mental y
emocionalmente al sentir gratitud por ello.

Día 1: Gracias, porque hoy puedo elegir cambiar mis pensamientos.


Día 2: Lo único que veo es felicidad presente. Gracias.
Día 3: Bendigo el mundo porque me bendigo a mí mismo. Gracias.
Día 4: Gracias, porque tengo la capacidad de elegir.
Día 5: Gracias por las veces que sentí temor, porque me permitieron
conocerme más y encontrar el camino hacia la paz.
Día 6: Gracias, porque soy consciente de que la ira y el miedo son producto
de mis pensamientos.
Día 7: Gracias por el valor que me ha sido entregado para mirar dentro de
mí.
Día 8: Gracias, porque el miedo que ya se acabó y lo único que hay aquí es
amor.
Día 9: Gracias, porque mi mente está en paz y todos mis pensamientos se
aquietan.
Día 10: Gracias, porque donde antes veía tinieblas ahora solo contemplo
luz.
Día 11: El perdón es el único regalo que doy. Gracias.
Día 12: Gracias por mi nueva percepción.
Día 13: Veo las cosas como quiero que sean y recuerdo que soy amor,
gracias.
Día 14: El amor que siento es el único camino hacia la gratitud. Gracias.
Día 15: Gracias por las oportunidades de aprendizaje que me llevaron a ser
quien soy hoy.
Día 16: Gracias por este instante.
Día 17: Gracias por haberme dado la percepción correcta de que nada es
real. Todo es una proyección de mi mente.
Día 18: Gracias porque hoy puedo liberarme de todo sufrimiento.
Día 19: Me doy cuenta de que soy inocente, gracias.
Día 20: Todo tendrá un desenlace feliz, gracias.
Día 21: Gracias por haberme liberado de todo juicio acerca de mí, de otros
y de las circunstancias o situaciones a mi alrededor.
Día 22: Gracias por todo lo bueno que me está ocurriendo en la vida.
Día 23: Me doy cuenta de que no hay nada malo en mí en este momento,
gracias.
Día 24: Gracias por concederme este momento para mí.
Día 25: Se me concederá todo lo que pida, gracias.
Día 26: Gracias, porque en este momento reconozco que soy la luz del
mundo.
Día 27: Gracias, porque no se me pide ningún sacrificio para alcanzar la
paz.
Día 28: Gracias por la visión de mi ser evolucionado.
Día 29: Gracias, porque hoy tengo la capacidad de soltar y de confiar al
darme cuenta de que todo está saliendo bien para mi beneficio y el de todos.
Día 30: Agradezco todas las situaciones adversas que hoy percibo en mi
vida, ya que son el camino hacia mi paz y realización.

Una vez que termines estos 30 días, preguntate qué aprendiste durante
este desafío y agradecé por la posibilidad de sentir lo que sentiste y tener la
experiencia de recordar quién sos.
Este anexo es una recopilación de todos los términos expuestos en este
libro. Es una guía práctica para Identificar los nuevos conceptos que estás
incorporando a tu vida. El glosario constituye una herramienta muy valiosa
que puede ser utilizada para la consulta permanente y comprensión respecto
a determinados términos empleados en el libro.

Abundancia: sensación interna y confianza inquebrantable de que todos


nuestros deseos se materializarán. Es sinónimo de prosperidad, riqueza o
bienestar tanto físico como espiritual.

Alegría: sentimiento de placer producido por una interpretación inocente y


positiva de un evento. Suele manifestarse con un buen estado de ánimo,
satisfacción y tendencia a la risa o la sonrisa.

Amor: es un estado de consciencia en donde nos experimentamos por fuera


de la personalidad y nos sentimos unidos a la existencia. La naturaleza del
amor es expandirse. El amor disuelve la culpabilidad y el miedo. El amor es
la esencia de la creación.

Amor propio: consideración y estima que una persona siente por sí misma.

Azar: combinación de circunstancias o de causas imprevisibles, complejas,


no lineales, sin plan previo y sin propósito que provocan un acontecimiento
que no está condicionado por la relación de causa y efecto. Esta palabra
proviene del árabe hispánico az-zahr, que significa “dado”. Es decir, cuando
algo ocurre por azar significa que ha ocurrido de manera fortuita,
involuntaria o sin una intención preestablecida o determinada.

Campo cuántico: es una matriz de información que se encuentra en una


dimensión más allá del tiempo y el espacio.

Castigo: pena que se impone a la persona que ha cometido un delito, una


falta o ha tenido un mal comportamiento.

Cerebro: órgano principal y complejo que forma parte del sistema


nervioso. Encargado de controlar y de regular las funciones corporales, así
como de dotarnos de la capacidad para tener consciencia y razonamiento.
Es el mediador entre la mente y el mundo.

Cielo: estado mental de paz.

Ciencia: rama del saber humano constituida por un conjunto de


conocimientos objetivos y verificables sobre una materia determinada. El
conocimiento es obtenido mediante la observación y la experimentación, la
explicación de sus principios y causas, y la formulación y verificación de
hipótesis. Se caracteriza, además, por la utilización de una metodología
adecuada para el objeto de estudio y la sistematización de los
conocimientos.

Coherencia: relación lógica entre dos cosas o entre las partes o elementos
de algo, de modo que no se produce contradicción ni oposición entre ellas.
Es la cualidad de la persona que actúa en consecuencia entre lo que piensa,
siente y hace.

Consciencia: conocimiento de la propia existencia.

confianza: la certeza de que algo suceda conforme imaginamos, o que


alguien se comporte o actúe de acuerdo con lo que esperamos. Implica la
convicción de que al valernos de nuestras fortalezas y virtudes seremos
capaces de lograr lo que nos propongamos.

Creencia: es un pensamiento o idea que tiene la calidad de verdad absoluta.


Las creencias son los mapas mentales que dirigen nuestras decisiones. Creer
significa dar por cierto algo, sin poseer evidencias de ello.

Culpabilidad: es pensar que se está haciendo o siendo de una forma, pero


se debería estar haciendo y siendo distinto a como se es ahora. Es el choque
entre un deseo y una creencia.

Cuerpo: vehículo biológico que usamos para experimentar en el plano de la


materia. No es bueno ni malo, es neutro.

Deseo: interés o apetencia que una persona tiene por conseguir un objetivo.
Destino: la idea de destino supone la existencia de una causalidad
predestinada de las cosas.

Ego: es la parte de la mente que se creyó la idea de la separación y aún cree


en ella.

Emoción: conjunto de energías que experimenta un individuo cuando


responde a ciertos estímulos externos que le permiten adaptarse a una
situación.

Energía: capacidad para obrar, surgir, transformar o poner en movimiento.

Enfermedad: respuesta orgánica producto de una información mental.

Escasez: existencia limitada e insuficiente de algo, en especial, si se


considera necesario.

Espiritualidad: es el conocimiento, aceptación o cultivo de la esencia


inmaterial de uno mismo.

Estado del ser: situación o modo de estar de una persona o cosa, en


especial, de la situación temporal cuya condición está sujeta a cambios. El
estado del ser es el producto de pensamientos, emociones y acciones.

Expiación: actitud mental donde decidimos perdonarnos y vivir en la


realidad del amor. Hábito mental de observar nuestros juicios sin juzgarlos.

Felicidad: estado de ánimo de la persona que se siente plenamente


satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno.

Filosofía: conjunto de reflexiones sobre la esencia, las propiedades, las


causas y los efectos de las cosas naturales, sobre todo, sobre el hombre y el
universo.

Flow: experiencia de fluidez que ocurre cuando la persona deja el miedo y


los condicionamientos del pasado. Se puede percibir como pérdida de la
noción del tiempo, e inmanencia en el presente. Las acciones y los
pensamientos fluyen sin pausa.

Frecuencias vibratorias: indica la cantidad de ciclos que produce una onda


en una determinada unidad de tiempo. La frecuencia de una onda es la
cantidad de veces que “sube y baja” en un segundo. Cuanto mayor es la
frecuencia, más rápido vibra la onda y, cuanto menor es la frecuencia, más
lenta es la vibración. El universo donde vivimos está formado por partículas
diminutas llamadas cuarks y electrones, y estas partículas se comportan
como ondas.

Futuro: es la porción de la línea temporal que todavía no ha sucedido.


Expresa la expectativa de que algo está por venir y ha de suceder con el
tiempo.

Génesis: origen o principio de una cosa.

Hábitos: conducta que se repite en el tiempo de modo sistemático.

Inocencia: es el estado puro de la consciencia sin división.

Ira: emoción compuesta por un conjunto de sentimientos negativos. La ira


es la capa superficial del miedo. La ira se crea por pensamientos que dicen
que la culpa de lo que experimentamos proviene de algo externo.

Juzgar: formar una opinión o juicio sobre una persona o situación


estableciendo una relación entre dos o más conceptos de manera mental. Es
el proceso en el que se basa la percepción, pero no el conocimiento. La
decisión de juzgar es la causa de nuestra pérdida de paz.

Libertad: es la facultad de decidir y actuar sin condicionamientos.

Mente: comprende el conjunto de capacidades intelectuales de una persona,


actividades y procesos, tanto conscientes como inconscientes, de carácter
cognitivo, tales como la percepción, el razonamiento, el aprendizaje, la
creatividad, la imaginación o la memoria. La mente es lo que permite tener
consciencia subjetiva.
Metafísica: es una rama de la filosofía que estudia los problemas centrales
del pensamiento filosófico: el ser, el absoluto, Dios, el mundo, el alma.
Describe las propiedades, los fundamentos, las condiciones y las causas
primeras de la realidad, así como su sentido y su finalidad. Su objeto de
estudio es lo inmaterial.

Miedo: es la tensión que se crea en la mente cuando olvidamos que somos


amor.

Milagro: es un cambio de percepción. El milagro deshace las creencias


falsas de separación y de miedo dando lugar a la percepción inocente.

Naturaleza: principio creador y organizador de todo lo que existe.


Conjunto de cosas que existen en el mundo o que se producen o modifican
sin intervención del ser humano.

Ondas: consiste en la propagación de alguna propiedad del espacio,


implicando un transporte de energía sin transporte de materia.

Pasado: conjunto de sucesos ocurridos en un periodo anterior a un punto


temporal determinado.

Paz: estado mental en donde se experimenta el conocimiento, la dicha y la


unidad con la vida.

Pecado: interpretación subjetiva que condena a aquello que se aparta de lo


correcto y lo justo, o que falta a lo que es debido.

Percepción: conjunto de procesos mentales mediante el cual una persona


selecciona, organiza e interpreta la información proveniente de estímulos,
pensamientos y sentimientos de manera lógica o significativa.

Perdón: reconocimiento de la inocencia.

Poder: tener la capacidad o facultad de hacer.


Presente: conjunto de sucesos que tiene lugar en el momento del habla o a
la acción presentada en ese instante.

Propósito: es la intención o el ánimo por el que se realiza o se deja de


realizar una acción. Se trata del objetivo que se pretende alcanzar. Este
término indica la finalidad, la meta de una acción o de un objeto.

Resistencia: actitud mental donde se rechazan nuevos puntos de vista.

Responsabilidad: cualidad de ser consciente de que la causa de todo efecto


es mi propia mente.

Sacrificio: esfuerzo, pena, acción o trabajo que una persona se impone a sí


misma por conseguir o merecer algo o para beneficiar a alguien.

Salud: es un estado de completo bienestar físico, mental y social.

Significado: es el valor intrínseco que se le atribuye a una experiencia,


persona o evento.

Subconsciente: conjunto de procesos mentales no percibidos de forma


consciente por el individuo pero que pueden aforar a la consciencia en
determinadas situaciones e influir en el comportamiento. En el
subconsciente se “archivan” las creencias que determinan la realidad que
experimentamos.

Sufrimiento: hecho de sufrir o padecer dolor físico o psicológico.

Supervivencia: conservación de la vida, especialmente cuando es a pesar


de una situación difícil o tras un hecho o un momento de peligro.

Trascendencia: pasar de un ámbito a otro, atravesando el límite que se


espera. Incluye, además, la idea de superación o de superioridad. Es aquello
que se encuentra por encima de lo puramente inmanente.
Tristeza: es un estado anímico que ocurre cuando la persona no encuentra
soluciones a un estrés que está padeciendo. El sistema se deprime para
beneficiar a la persona en la meditación de un nuevo punto de vista.

Universo: es la totalidad del espacio y del tiempo de todas las formas de la


materia, la energía, el impulso, las leyes y las constantes físicas que las
gobiernan.

Victimización: estado mental en el cual la persona se posiciona a sí misma


como víctima. Supone algún grado de exageración de la condición de
víctima que una persona determina sobre sí, aun en situaciones que no
suponen dicha condición.

Voluntad: capacidad humana para decidir con libertad lo que se desea y lo


que no.
AGRADECIMIENTOS
Mis agradecimientos son para todo el equipo que hizo posible este libro
de Las diez leyes de la biodescodificación .

Agradezco a Sofía Levi por su espectacular trabajo de edición sobre este


manuscrito y por el tiempo de investigación sobre las siete leyes
espirituales. Ella ha sido la gran colaboradora de este libro.

A Gabriela Chacín por la paciencia a la hora de definir el diseño de la


portada, los gráficos y la maquetación.

Un gran agradecimiento a todos los lectores de Sé tu propio


biodescodificador que me impulsaron a escribir este libro de Las diez leyes
de la biodescodificación . Quiero decirles que hay más. Se viene
Biodescodificación, manual para el Maestro .

Sigo adelante con mi visión de impactar en un millón de personas con el


conocimiento del amor, la responsabilidad, la comprensión, el perdón y el
deseo de que todos recordemos que somos inocentes y completos.

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