Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, A. R.

PRESENTACIÓN.

“■TE AMARÉ SIEM PRE”

Hermanos en Cristo, reciban un saludo fraterno en Jesucristo el Señor, fuente de

todo amor y alegría familiar.

La alegría del amor se observa cotidianamente en el rostro de él y de ella, jóvenes

con sueños, ilusiones y sentimientos llenos de esperanza. Enamorados, que se quieren e
inician a decirse que se aman, poco a poco, llegarán a ese amor verdadero, que no solo es
búsqueda de placer o sentimientos bonitos, sino una entrega total que implica compromiso
para siempre, responsabilidad en la fidelidad, cuidado y defensa de la vida con el
testimonio alegre de nuestro amor de esposos.

Estimados agentes de pláticas prc-matrimoníales. se han de acordar de los

primeros bellos momentos en su juventud en que se sintieron felices con ia persona amada.
Renueven ese amor de principio cada que estén al frente de un grupo de novios. Ustedes
tienen que testimoniar que el amor es posible y que es para siempre. Testigos y nunca
maestros.

1ristementc la realidad nos dice que muchos matrimonios recién casados finalizan
esa promesa de amor eterno, esto nos cuestiona a todos ¿Qué está pasando? ¿Qué podemos
hacer para prevenir esas rupturas matrimoniales? Por esto, ayudemos a fortalecer el buen
nov ia/go como cimiento de una felicidad matrimonial y familiar.
8'

Que ninguna familia pierda la alegría del amor. Echémosle ganas a nuestro servicio
a favor de la familia; el Papa Francisco nos pide dar nuestro aporte, ojalá que en sus
equipos de pláticas pro-matrimoniales, si está a su alcance, o de manera ocasional tengan en
cuenta a psicólogos, médicos, licenciados y otros profesionistas de la vida familiar.
Seamos un ejemplo de excelencia en el servicio.

Que el presente temario “Te amaré siempre'", de la Dimensión ramilla de nuestra

Arquidiócesis, sea un instrumento que anime tan noble tarea de acompañar a los novios
hacia un matrimonio feliz.

Gracias por su servicio generoso y alegre. Dios bendiga todo el bien que hacen en
bien del matrimonio, la familia > la vida.

Unidos en Oración y Misión por la familia

Tuxtla Gutiérrez. Chispas, a 14 de Febrero de 2019,

Uruguay 00 A, CoL El Retiro. CP 29040. fusila Gutiérrez Chiapas, México Apdo. Postal 365
Te!. (9M ) 60-1 0644; 604 0645; Fax 614 3297 Email; diotuxtIa<¿ prodlgy.net.mx
 INTRODUCCIÓN

{ { T e amaré para siempre”, es una guía de preparación pre-matrimonial que

con el aporte de tu experiencia matrimonial y familiar entusiasmará a los
novios a un compromiso en la alianza matrimonial. La alegría del joven y la
joven que viven el don del amor nos invita a cuidar y alentar su crecimiento gra­
dual, que la atracción física de sus cuerpos pase a ser una atracción hermosa
de nobles sentimientos y se exprese en el grado sublime de la donación mutua
como lo hizo Jesús el Señor en la Cruz (amor eras, amor filial y amor ágape)1.
Después de una consulta a los equipos de pláticas pre-matrimoniales (de la
Tarea Profética y de la Dimensión Familia) el 26 de Mayo de 2018; se soli­
citó el aporte para el presente temario a Pbro. José Luis Aguilera Cruz, Pbro.
Jorge Iván Mayorga, Pbro. Víctor Giovanni Velasco, Pbro. Luis Eduardo Bel-
trán Palomo, Pbro. Pbro. Francisco Javier Albores, Pbro. Antonio Mendoza
Gómez; a los esposos Juan José Solórzano y Yanira Esparza, Hilario Laguna
y Lulú Cruz Niño; a ellos y a los que han participado en su revisión les agra­
decemos su buena disposición.
De corazón deseamos mucho bien en la tarea que realizas en bien de los
enamorados que quieren aprender amarse y para toda la vida. El presente
temario es perfectible, lo puedes enriquecer con nuevos elementos y sobre
todo con tu sano y equilibrado testimonio.
El acompañamiento a los novios pueden ser semanalmente y en algunas oca­
siones un fin de semana intensivo.
El Papa Francisco nos pide acompañar no solo a los novios, sino también a
los recién casados en sus primeros años de vida matrimonial, ojalá que con
entrega, iniciativa y creatividad hagan realidad esta petición del Santo Padre.
Dios regale a la sociedad y a la Iglesia matrimonios bien consolidados que se
conviertan en familias felices que aman al Dueño de la Vida.

MA. DE LOURDES CRUZ NIÑO PBRO. AARÓN MUÑOZ LOMELÍ

HILARIO LAGUNA CABALLERO

1 FRANCISCO. Amoris Laetitia. La Alegría del A m o r. (En adelante AL) México: Buena prensa,
2016. “La caridad conyugal: Es el amor que une a los esposos, santificado, enriquecido e ilu­
minado por la gracia del sacramento del matrimonio. Es una unión afectiva, espiritual y oblati­
va, pero que recoge en si la ternura de la amistad y de la pasión erótica, aunque es capaz de
subsistir aun cuando los sentimientos y la pasión se debiliten” AL 120.

DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ 4 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL ¡L /.r. ‘ "PRF

 Tema
La vocación al matrimonio
como camino de santificación
en nuestro mundo moderno
“La plenitud del amor es Dios, no porque nos
amemos, sino porque Él nos amó primero...”
1Juan 4,19.
OBJETIVO:
Que los novios que aspiran al Sacramento
del Matrimonio lo vean como verdadera
vocación, como lo más sagrado, a fin de que
sean una sola carne ante el Señor, con una
unión para toda la vida.
CONTENIDO:
> Qué es la vocación del matrimonio.
> Llamamiento al amor en el matrimonio.
> Misión de los esposos.
VER:
¿CÓMO NOS ENCONTRAMOS?
En este primer tema es conveniente favore­
cer la integración de los asistentes, romper
el hielo con dinámicas de integración, esto
favorecerá un clima de confianza y que los
asistentes se expresen y tengan una partici­
pación muy activa en el curso.
Dinámica: Conociéndonos.
En una papeleta cada uno escribe 5 o más
palabras que crean definen a su pareja, pero
no se las deben mostrar, después cada uno
trata de adivinar cuáles son esas palabras,
cada vez que alguno acierte gana un beso.
Compartir a los demás sus aciertos.
El animador invita a los asistentes a compar­
tir cuáles son sus motivaciones para asistir
al curso prematrimonial, ejemplo: interés por
tener un matrimonio mejor, complacerá! novio
o a la novia, porque lo exigió el Párroco, etc.
y desmotivaciones: yo ya se todo lo que me
van a decir, ya no tengo que aprender nada,
he leído mucho, tengo mucho títulos universi­
tarios, esas personas que van a dar las pláti­
cas saben menos que yo, para casarse no se
necesita prepararse, etc.
Ejercicio: cada uno escribe que es lo que lo
motivo a acercarse al curso prematrimonial.
Se le da cinco minutos y luego lo dialogan
con su novio (a).
La pareja que anima el curso comparte su tes­
timonio de su preparación al Sacramento del
Matrimonio y los invita a hacerse conscientes
de que un matrimonio no se improvisa.
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
JUZGAR:
¿CUÁL ES LA PROPUESTA DE DIOS PARA
NOSOTROS?
V ocación
“Dios nos llamó primero a la existencia
[vocación a la existencia], por el ministerio
de nuestros padres. Luego nos llamó por el
Bautismo a ser sus hijos y miembros de la
Iglesia [vocación a ser cristianos]. Nos llama
en lo concreto de la vida diaria, en las cir­
cunstancias, a vivir nuestra vocación de
bautizados, a servir, a ser justos, a cumplir
nuestros deberes de miembros de la familia,
de la sociedad y de la Iglesia”.2
La voz de Dios nos muestra un camino por
el cual, todo bautizado, está llamado a vivir
comprometido con su vocación, y le propor­
ciona los medios y gracias especiales para
su vida cristiana y su santificación:
El m a trim o n io es una in s titu c ió n creada
p o r Dios desde el p rin c ip io
El Génesis nos dice en forma alegórica y
simbólica que el hombre estaba solo en el
paraíso, hasta que Dios creó y le presentó
a la mujer; el hombre entonces emocionado
dice “esta sí es hueso de mis huesos y carne
de mi carne” (Gn 2,23). El mismo Génesis
nos dice “y por eso el hombre deja a su
padre y a su madre y se une a su mujer y los
dos llegan a ser una sola carne” (Gn 2,24);
todos por naturaleza tenemos vocación al
Amor de Dios, por lo que cuando se ama,
es cuándo más se es verdaderamente uno
mismo. El amar a Dios y sentirnos amados
por Dios transforma nuestra vida. “Dios ha
creado al hombre a su imagen y semejanza:
llamándolo a la existencia por amor, lo ha lla­
mado al mismo tiempo al amor”3.
El encuentro con otra persona (novio o
novia) también transforma a la persona; en
el enamoramiento se observa un cambio
2 Casarse en el Señor. CEM. Comisión Episcopal
para la Familia. México D.F. 1995, p. 178
3 JUAN PABLO II. Exhortación Apostólica Familiaris
Consortio. Clavería, , México D.F. 1994 no. 11
6 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESiS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
en la vida. Pero ese enamoramiento, debe
madurar, debe convertirse en amor verda­
dero y para ello si va madurando el amor,
se concretará en una unión, en la cual se
entrega la vida y se recibe el amor y la vida
del amado o amada, que nos forma como
personas completas.
Llam am iento al am or y al m atrim on io
“Dios es amor y vive en sí mismo un misterio
de comunión personal de amor. Creándola a
su imagen y conservándola continuamente
en el ser, Dios inscribe en la humanidad del
hombre y de la mujer la vocación y consi­
guientemente la capacidad y la responsabi­
lidad del amor y de la comunión. El amor es
por tanto la vocación fundamental e innata
de todo ser humano”4.
“Todos estamos llamados al amor mutuo
como seres humanos y como cristianos. El
llamado (vocación) que Dios nos hace como
varón y mujer para realizar juntos un matri­
monio incluye:
El llamado a establecer entre los dos una
relación sana (hay relaciones absurdas,
enfermizas, que no pueden ser base de un
matrimonio verdadero); Dios no nos llama a
vivir en relaciones dañinas para nuestra dig­
nidad como personas humanas (dar ejem
píos de relaciones que no deberían culminar
en matrimonio)5.
El llamado a vivir el matrimonio como tal es
el Plan de Dios, una relación mutua de amor
(plenamente humano, fiel, total, exclusivo, y
fecundo), entre un solo hombre y una sola
mujer, unidos por el vínculo indisoluble. Si no
se vive así, no será verdadero matrimonio.” 6
El m a trim on io y la fam ilia
Ai respecto menciona el Catecismo de la
Iglesia Católica: “El matrimonio es la coma
4 Cf. Famiiaris Consortio no. 11
5 El Papa Francisco dice: “Tener paciencia no es
dejar que nos maltraten continuamente, o tolerar
agresiones físicas, o permitir que nos traten como
objetos”. Cfr. Amoris Laetitia no. 92
6 Casarse en el Señor” CEM. p 178.
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
nidad entre un hombre y una mujer (con­
sorcio), único (uno con una) e indisoluble si
el consentimiento está bien realizado, para
toda la vida (indisoluble), ordenado al bien
de los cónyuges y a la generación y educa­
ción de los hijos. El matrimonio con sus hijos
forman una familia” 7. Sus responsabilida­
des son diversas, pero son iguales en digni­
dad todos sus miembros. La familia es una
comunidad de personas a imagen de la San­
tísima Trinidad, que también es comunión.
Es reflejo de la obra creadora de Dios en
cuanto a la procreación y a la educación. Es
escuela de fe y de oración cristiana donde
se comienza a leer la Palabra de Dios y se
aprende a relacionarse con Dios.
El M atrim onio es un com prom iso de am or
Es una “aiianza” de personas con las que
se llega por una vocación amorosa al Padre
que invita a los esposos a una íntima comu­
nión de vida y amor, cuyo modelo es el amor
de Cristo a su Iglesia. Por ello la persona
es esencialmente relación y es preciso que
exista otro ser con el cual pueda comuni­
carse, y establecer una relación de conoci­
miento, de amistad, de amor y entrega para
poder alcanzar la plenitud humana. De ahí
que en el matrimonio, el hombre ya no es
dueño de sí mismo, ni la mujer es dueña de
sí misma, sino que ambos, juntos, son due­
ños de una relación de reciprocidad.
E¡ m a trim on io: qué y para qué
Unicidad: es uno con una. Lo contradice la
poligamia, la poliandria, y lo contrario a la
heterosexuaiidad: homosexualidad, les-
bianismo, travestismo, transexualismo. “La
comunión conyugal se caracteriza no sólo
por su unidad, sino también por su indisolubi­
lidad: “Esta unión íntima, en cuanto donación
mutua de dos personas, lo mismo que el bien
de ios hijos, exigen la plena fidelidad de los
cónyuges y reclaman su indisoluble unidad’8
7 Catecismo déla Iglesia Católica no. 2201.
8 Famiiiaris Consortio no. 20.
7 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
La fecundidad es un don del matrimonio. Brota
del amor de los esposos. Implica también la
paternidad responsable. Pero teniendo en
cuenta que no mira solamente a la vida de
este mundo, sino a su destino eterno.
ACTUAR:
¿Qué podemos hacer?
Buscar la santidad en el noviazgo y en el
matrimonio es una aventura fascinante que
implica Cruz y sufrimiento como lo pidió
Jesucristo: “Quien quiera seguirme, que
tome su cruz de cada día y me siga” Mt 16,
24 es por ello que, asumiendo entonces
nuestra vocación con un compromiso cris­
tiano, es aceptar el Sacramento del Matri­
monio con todas sus crisis y retos, puesto
que estamos llamados a la santidad por
muchos medios y precisamente éste es uno
de ellos, entonces, podremos ver ya no una
carga, ya no una tradición, sino más bien un
medio de salvación y santificación; si bien es
seguro que todo Matrimonio es una oportu­
nidad para recibir las bendiciones, también
es seguro que el mismo Señor que los ha lla­
mado a esta vocación, otorgará los medios
necesarios para poder ser una bendición
para el otro.
¿Cuál entonces sería la misión de los
esposos, respondiendo a su vocación? A
continuación reflexionemos sobre la tarea
que asumimos:
S Participar en la transformación del
mundo y de la sociedad.
S Unidad de mente, corazón y espíritu
entre ambos.
Hay obstáculos para la vivencia total de la
vocación al matrimonio, como novios:
El machismo entendido como la superioridad
del varón que no quiere compartir ni la autori­
dad, ni sus privilegios de varón con su esposa.
La pereza de la mujer que, infantilmente, se
niega a exigirse más y prepararse mejor para
ser algo más que una simple ama de casa.
Los celos que consideran al otro como pro­
piedad absoluta y ven como un peligro todo
afán de promoverse y participar en la vida de
la comunidad.
El miedo a ser diferentes a las parejas tradicio­
nales que marcan fuertemente la separación
entre el mundo del hombre y el de la mujer.
El miedo a la incomprensión mutua.

M isión de los esposos:

S Buscar la realización de él y de ella
mediante la realización plena de una
vida de pareja, como expresión del amor
mutuo.
S Colaborar con Dios en la transmisión
de la vida y educación de los hijos,
v' Servir a la causa del Reino. Los espo­
sos son para sí mismos y sus hijos, tes­
timonio de Fe y de amor a Cristo, tes­
timonio de la fecundidad de la Iglesia,
en cuanto colaboran en la formación de
hombres y de cristianos auténticos.

PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE” 8 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE T JX - -- . 3_ ~ E = = .= Z

 Tema
Psicología femenina y
psicología masculina
OBJETIVO:
Descubrir en nosotros mismos y en los demás
el valor de la persona, permitiendo aceptar al
otro como es y no como quisiera que fuera.
VER:
Cuando hablamos del hombre y la mujer nos
encontramos que son diferentes (identidad
personal, aspectos físicos- psicológicos), pero
a la vez complementarios; esto se da porque
debe de existir una relación que los lleve a una
realización como personas, llevándolos a ser
un verdadero hombre y una autentica mujer.
Dinám ica.
1. - Contestar individualmente las siguientes
preguntas. (8 min)
2. - Reunirlos con su pareja e intercambiar
respuestas.
3. - el dirigente dará las respuestas de
acuerdo al Plan de Dios.
P reguntas:
1 ¿Cómo es la capacidad intelectual de tu
pareja?
2. - Con tu pareja, ¿Te guías por la razón o
por el corazón? ¿Ambos se complementan?
3. - ¿Cómo se desenvuelve tu pareja con tu
familia, amigos, compañeros de trabajos,
amistades?
4. - ¿Qué opinas de los celos? ¿mides tiem­
pos de tu pareja, pides que te comente a
dónde va y detalles cada vez que sale?
5. - La educación moderna y la vida actual
¿han borrado toda diferencia entre el hom
bre y la mujer?
6. - Una vez que se casó, ¿Deben seguir prepa­
rándose para ser mejores esposos y padres?
7. - Cuando tengan hijos, ¿Qué tipo de edu­
cación humana-cristiana se les dará?
JUZGAR
1) DIGNIDAD DE LA PERSONA9 DIGNI­
DAD HUMANA
Al hablar de dignidad, primero se debe de
enfocar en la dignidad humana, ésta es la
9 RAMON LUCAS LUCAS. Explícame la persona.
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
que se concibe desde el nacimiento y es
la que se debe de defender, ya que es un
“valor evangélico”10
“Profesamos, pues, que todo hombre y toda
mujer (G ál 5,13-24), por más insignificantes
que parezcan, tienen en sí una nobleza
inviolable, que ellos mismos y los demás
deben respetar y hacer respetar sin
condiciones; que toda vida humana merece
por sí misma, en cualquier circunstancia, su
dignificación; que toda convivencia humana
tiene que fundarse en el bien común,
consistente en la realización cada vez más
fraterna de la común dignidad”.11
Ahora hablaremos sobre el hombre, el cual
posee dignidad como persona “dignidad
única”; ésta la va adquiriendo en el caminar
de la vida, por medio de las experiencias y
conocimientos que vive en la vida cotidiana.
En un momento de la vida, el hombre se pre­
gunta el por qué de las cosas, ya que quiere
conocer su entorno, conocerse a sí mismo,
el primer paso de ese descubrimiento de
ser persona y la finalidad que tiene o pueda
llegar a tener. El hombre es un sujeto per­
sonal que está en constante conocimiento;
quiere conocer. Llega el momento de esa
pregunta importante: ¿Quién soy yo? ¿De
dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Qué es el
hombre? Preguntas que nos hacen reflexio­
nar y adentrarse a uno mismo.
Una vez que el hombre descubre ese
aspecto de sí mismo, busca trascender; es
decir, salir al encuentro del otro (de las per­
sonas). Esto es porque debe de relacionarse
con los demás sujetos, aprender de ellos,
estar en sociedad; llegar a un bien común
ANAHUAC México. 2016, p. 295. La persona es un
“ser material y espiritual, un espíritu encarnado, un
horizonte vertical. En lo profundo de su ser, no es ni
solo materia ni solo espíritu. Sino ambas realidades
íntimamente unidas: alma y cuerpo.
10 JUAN PABLO 1!, Documento de Puebla: Discurso
Inaugural pronunciado en el Seminario Palafoxiano
de Puebla de ios Ángeles, México. 28 de Enero de
1979.
11 Documento de Puebla no. 317
10 DIMENSIÓN FAMILIA IARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
que lo haga desenvolverse y darse a cone
cer como persona y ser individual.
Como dice el Documento de Puebla, citando
el Concilio, Gaudium et Spes “La dignidad del
hombre verdaderamente libre, exige que no
se deje encerrar ( C L M t 4,4; Le 4,4; D t 8,3)
en los valores del mundo, particularmente
en los bienes materiales, sino que, como ser
espiritual, se libere de cualquier esclavitud y
vaya más allá, hacia el plano superior de las
relaciones personales, en donde se encuentra
consigo mismo y con los demás. La dignidad
de los hombres se realiza aquí en el amor
fraterno, entendido con toda la amplitud
que la ha dado el Evangelio y que incluye
el servicio mutuo, la aceptación y promoción
práctica de los otros, especialmente de los
más necesitados” .12
Por ello es importante el saber respetar la
dignidad del hombre; porque cada uno, sea
hombre y mujer nos ayudan a crecer y a
mejorar la comunidad. Todos somos comple­
mentos, no hay que menospreciar a alguien.
Como dijera Kant “trabajar en favor de toda
la humanidad”13
Al principio se menciona sobre la dignifica­
ción; es la parte espiritual que posee el hom­
bre, la apertura a Dios la respuesta sobre
el origen y el porqué de nuestra existencia.
Antes de abordar este aspecto, quisiera
mencionar que el hombre es un ser material
y espiritual:
1. - Es un ser material porque es un orga
nismo vivo, formado por átomos y molécu -
las, pertenece al mundo visible, ocupa un
espacio y vive un tiempo determinado.14
2. - Algunos otros comportamientos del
hombre como el pensar, el querer, la
elección libre (valor moral), la angustia, la
compasión; las ideas abstractas, univer­
sales e inmateriales; todos estos actos
son espirituales, es decir, no reductibles
a las nociones espacio-tiempo, dicha
12 Documento de Puebla no. 324(Cf. GS 24)
13 CARLOS DIAZ. ¿Quién es la persona? IHS. S¡-
naloa. 2011 primera edición, pág. 47
14 RAMON LUCAS LUCAS. Explícame la persona.
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
capacidad es llamada espíritu o alma
espiritual.15
Al poseer cuerpo y espíritu, podemos decir
“Hagamos al hombre a nuestra imagen y
semejanza (.....) Y creo Dios al hombre a su
imagen. A imagen de Dios los creó. Macho y
hembra los creó (Cf. Gen 1, 26-28); a partir
del hombre se crea la mujer “Entonces Yavé
hizo caer en un sueño profundo al hombre
(...), le saco una costilla y relleno el hueco
con carne (...) formo a una mujer y la llevo
al hombre.
“Creando al hombre, varón y mujer, Dios da
la dignidad personal de igual modo al hom­
bre y a la mujer”16 El hombre es una per­
sona, y esto se aplica en la misma medida al
hombre y a la mujer, porque los dos fueron
creados a semejanza de un Dios personal.
2) DIFERENCIAS ENTRE HOMBRE Y
MUJER
El hombre es un ser sexuado (hombre y
mujer), y requiere de relaciones para irse
conociendo y a madurar como persona;
como bien se dijo anteriormente el hombre
y la mujer se complementan, ya que como
personas únicas, la dignidad de la persona
crece con la apertura hacia los demás, res
petando sus raíces (enseñanzas, hábitos y
costumbres) y lugares de origen.
Es en ese relacionarse y conocerse, el hom­
bre y la mujer dan un paso importante, el
noviazgo, que después culmina en el matri­
monio: la unión de dos personas. En el cami­
nar matrimonial se conocen aun mas, ya que
es una necesidad básica para el buen desa­
rrollo de la felicidad matrimonial.
3) FAMILIA, CULTURA Y SOCIEDAD
El núcleo de la sociedad es la familia, lugar
donde se enseñan los valores, hábitos y cos­
tumbres que te distinguirán de los demás; y
que, con el caminar iras compartiendo con
ANAHUAC México. 2016 segunda edición, pág. 296
15 0b. Cit. Pags.297-230
16 Familiaris Consortio no. 22, Gaudium et Spes, no. 49.
11 PREPARACIÓN PRE-MATRÍMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
 D irerencias entre hom bre y m ujer

Elementos Generales
CARACTERISTICAS
CARACTERISTICAS FEMENINAS
MASCULINAS
Deseo de continuidad, conservación de la
Deseo cambiar las cosas, de tradición y de recuerdos. Deseo de
tomar la ofensiva, espíritu seguridad y evitar riesgos. Su máximo es
competitivo, ser reconocido e amar y sentirse amada.
importante

Elementos Psicológicos
Capacidad de fecundación y Capacidad de concepción y timbre de voz
timbre de voz grave aguda
Elementos sensitivos
Afectividad, deseo ser amada y
Apasionamiento, deseo de amar cortejada.
y cortejar

Elementos cognoscitivos
Predominio del conocimiento,
intelectual, lógico, objetivo y
real. Reflexiona los obstáculos
Elementos volitivos
La voluntad de él tiene su
objetivo. Logra su fin mediante
voluntad constructiva y
metódica. Teme al sufrimiento
Capacidad de intuición. Actúa con el
corazón, el sentimiento. Subjetiva y se
abandona al subconsciente.
Voluntad más influenciable. Logran su fin
mediante su natura! sentido, delicado, su
sagacidad, su habilidad. Se mueve por la
compasión y misericordia. Se enfrenta
con resistencia al sufrimiento

Elemento religioso
Trata de conocer a Dios, ora
Trata de sentir a Dios, es más espiritual y
con la cabeza. Menos espiritual
piadosa, le gusta las practicas religiosa.
y piadoso
Elementos morales
arrogante y orgulloso, Es tenaz, La mujer es dócil y atenta. Es suave,
duro, manipulador tierna, pero susceptible y sentida.

PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE" 12 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
¡os demás. La familia es el lugar donde se
formará tu personalidad y temperamento.
Para poder entender más sobre estos dos
aspectos:
1. - Personalidad: organización de emo­
ciones, conocimientos y conductas que
determinan el comportamiento de la
persona; esto lleva al carácter que es el
componente aprendido de la personali­
dad a través de las vivencias y experien­
cias que influyen en nuestra vida.
2. - Temperamento: es la herencia gené­
tica, que influye en nuestro organismo.
Dos personas que vienen de familias dife­
rentes deben de saber tratarse, entenderse
y comprenderse para así formar un matri­
monio. No solo es casarse; sino también:
es unidad de pareja, agarrarse de la mano,
complementarse; remar juntos tratando que
el bote tenga equilibrio.
Otro reto importante es la cultura; esto es
por el tipo de tradiciones y costumbres que
puede tener cada lugar; que consiste en
cómo organizarse socialmente, como solu­
cionar los problemas y la manera de vivir
ios valores y enseñanzas. Como se viene
mencionando constantemente, para que se
pueda mantener ese equilibrio es saber y
conocer a la pareja; buscar siempre los ele­
mentos para salir y afrontar juntos el cami­
nar. Ciertamente el mundo moderno cambia
constantemente, pero eso no significa que
pierdas tu herencia cultural, sino que sepas
adaptarte a los estilos de vida que diaria­
mente surgen.
Lo importante es respetar la cultura y las
formas que existen para poder unirse y for­
mar un matrimonio; existen lugares donde
aún tiene que ir los papas y el novio a pedir
el consentimiento de los papas de la novia;
puesto que, la mujer se une al hombre como
el hombre se une a la mujer. Y esta herencia
cultural es importante hoy día.
Como último punto es el aspecto social,
donde la perspectiva del hombre y la mujer
ha ido cambiando radicalmente. La mujer ha
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
entrado de lleno al aspecto no solo laboral
sino también profesional. Y ha hecho que el
hombre y la mujer tengan una dignidad per­
sonal complementaria y solidaria; donde una
vez, ya como matrimonio el amor prevalezca
y sea el fundamento humano-cristiano.
Aunque también está el lado opuesto de la
sociedad sobre la diferenciación del hombre
y la mujer haciendo menos a la mujer, a esto
se le llama machismo, que quiere dominar
y someter a la pareja, la actitud de superio­
ridad del varón que no quiere compartir su
importancia y sus privilegios con su pareja.
Por otro lado está la pereza de la mujer, que
prefiere tener una actitud infantil y se niega
a exigirse más, prepararse a ver más allá de
las paredes de su casa. Los celos que llevan
al miedo e incluso a realizar acciones que
puedan llevar consecuencias por no medir
ya sea la reacción o no ser responsable de
lo que se hace.
Es por ello importante saber de dónde viene
tú pareja, los principios familiares, los hábitos
y costumbres; y lo más importante para poder
tener esa complementación como pareja y
futuros esposos tener a Dios en sus vidas.
4) INTEGRACIÓN
La integración entre el hombre y la mujer es
importantísima; puesto que, las diferencias
entre varón y mujer son fuente de riqueza
para su relación, pues lo que uno tiene com ­
plementa al otro. “Y creo Dios al hombre a
su imagen; a imagen de Dios lo creo; varón
y mujer los creo” (Gen, 1,27).
Ahí se ve esa complementación del hombre
y la mujer; la doctrina de la Iglesia nos invita
a formar rectamente nuestra conciencia del
compromiso que se adquirirá con nuestra
pareja “el matrimonio”; y nos ayuda a tener a
Cristo como centro de nuestras vidas, animán -
dolas y guiándola constantemente en el amor
mutuo, el respeto, comprensión y solidaridad
hada con nuestro esposo o esposa. Un matri -
monio sin Cristo es un matrimonio débil.17
17 Cf. Mateo 7, 24-27
13 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL "TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
Como pareja cada uno debe de mostrarse
con sinceridad, darse a conocer como es,,
ya que el buen ser del matrimonio supone
ante todo un buen pensar del mismo, esto es,
tener de él un verdadero conocimiento18. Es
la única forma de comprender una serie de
reacciones y sentimientos de nuestra pareja.
El amor es importante y es la base funda­
mental del matrimonio, es sobre el que se
construye todo matrimonio. Y un amor legí­
timo y verdadero une y es participación de
Dios. Por eso: “Lo que Dios ha unido, que no
lo separe el hombre”.19

ACTUAR
La aceptación del hombre y la mujer primero
está en saber y conocerse lo más transpa­
rente posible y con sinceridad, para poder
cimentar una buena relación que los lleve al
noviazgo y posteriormente al matrimonio.
¿Pongo a Dios en nuestras vidas para que
siempre sea nuestra fortaleza? ¿Siento el
amor de Él y por consiguiente el amor mutuo
como pareja? ¿Acepto el temperamento
y personalidad de la persona con que me
casaré?
¿Nos complementaremos y saldremos ade­
lante en cualquier situación que se nos pre­
sente?. Al aceptar al otro ¿acepto a su fam i­
lia y su cultura de la cual procede?

18 ALEJO P. Catecismo para esposos y novios. Edi­

ciones Paulinas; XXI edición. 1990. pág. 6
19 P re p a ra c ió n p a ra e l m a trim o n io . Palabra Edicio­
nes. México 2016. Pág. 7
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE" 14 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
 Tema
Diálogo, comunicación
en la pareja
OBJETIVO: Despertar en las novios el
deseo de aprender a dialogar como parte
fundamental del Matrimonio; conocer los
requisitos, los obstáculos y las grandes posi -
bilidades del diálogo.
VER:
ACTIVIDAD PEDAGÓGICA:
Pedir a los novios que se coloquen de espal­
das y que uno de ellos le dé instrucciones oral­
mente al otro sobre cómo hacer algún dibujo,
pero sin Verle a la cara (de espaldas ambos). Él
o ella ira dibujando sin hacer ninguna pregunta.
Posteriormente se darán las mismas instruc­
ciones pero viéndose el rostro y haciendo pre­
guntas. Al terminar, analizar cómo se dio el
proceso comunicación en los dos casos, y cuál
dibujo resultó más exacto y por qué.
JUZGAR:
En la B iblia Dios se com unica con el ser
hum ano.
“D ispuso D ios en su sabiduría revelarse a sí
m ism o y d a r a con o ce r e l m isterio de su volun­
tad, m ediante el cual lo s hom bres, p o r m edio
de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al
P adre en e l E spíritu Santo y se hacen co n ­
sortes de la naturaleza d ivin a m . Así dice el
Catecismo de la Iglesia Católica citando el
documento Vaticano D e i Verbum, esto quiere
decir que toda la Biblia es un acto divino de
comunicación, es Dios el que inicia el diálogo
con su creatura, Dios se da a conocer y da a
conocer su voluntad. La Biblia misma es la
prueba de la comunicación de Dios con su
pueblo. Algunas personas ven en la natura­
leza misma una prueba de la comunicación
de Dios con los suyos, como una declaración
de amor de Dios a sus hijos. Por lo tanto la
comunicación es un acto divino.
El enem igo no se com unica o su c o m u n i­
cación es falsa
Podemos decir que la comunicación es una
acción divina, esto significa que la no comu-
20 DOCUMENTO DE! VERBUM (en adelante DV),
Concilio Vaticano II.
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
nicación es un acto propio del enemigo,
esto lo vemos más claramente en las tele
novelas, por ejemplo, la mala de la novela,
oculta información, o hace prometer que
no lo comunicarán, así se arma la trama,
ocultando la verdad, o diciendo medias ver
dades. Y en la Biblia aparece el enemigo
dialogando con Adán y Eva pero es un diá­
logo ventajoso, con un plan de perdición,
tratando de sacar provecho, por eso en la
Biblia al demonio se le llama el padre de la
mentira (Jn 8, 44). Por lo tanto la no comu­
nicación o una comunicación falsa es propia
del enemigo, de Satanás, por eso el Papa
Francisco a finales de 2017 pide: “no d ia lo ­
g a r con S a ta n á s ”, el papa dice que porque el
demonio es más inteligente que nosotros, y
nos hace perder, ya que creemos sus menti­
ras, nos engaña, nos embauca. Por lo tanto,
el demonio como padre de la mentira hace
un diálogo tramposo, y de esto tenemos que
cuidarnos. El no diálogo o no comunicación,
la comunicación falsa, tramposa, es propia
del demonio.
D iálogo en la pareja
Para los seguidores de Jesús, el diálogo
honesto, sencillo, sin malas intenciones es
parte de nosotros mismos, es en la fami­
lia donde se nos invita a que aprendamos
a comunicarnos con veracidad, los padres
deben enseñar a los hijos a dialogar, con su
ejemplo. Y la etapa de noviazgo debe ser una
etapa de mucho diálogo, más que de diver­
sión, o si se dan un espacio para la sana
diversión, por ejemplo asistir a un concierto,
conviene dialogarlo, saber que piensan uno y
otro de la música, de la letra de las canciones,
de la orquesta, etc. O si se diera un problema
en la casa de él o de ella, conviene dialo­
garlo, analizarlo, sacar lo puntos positivos de
esa situación, aprender la lección juntos, etc.,
este ejercicio les ayudaría mucho, aprenderlo
desde ahora para continuar ejercitándolo una
vez casados. Es decir no quedarse solamente
con lo sensible, con los sentimientos, llevar las
16 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
situaciones de ia vida diaria a una reflexión y a
un diáiogo en pareja. Los temas son muchos,
de una película, de una situación económica,
de unos niños pidiendo limosna, de un atar­
decer, de todo se puede hacer un diálogo
profundo, el noviazgo es para aprender ese
diálogo honesto, sin mentiras ni medias verda­
des, ya que seríamos seguidores del maligno.
El diálogo para el matrimonio, debe ser
aprendido desde el noviazgo para vivirlo
plenamente en el matrimonio. Los hijos, los
problemas económicos, la salud, no deben
ser obstáculo para ejercitar la comunicación,
el diálogo en pareja, al contrario, son temas
para el diálogo en el matrimonio y cuando los
hijos ya sean capaces, también el diálogo en
familia. El diálogo puede ser caminando, en
el vehículo, cuando se lleva a los hijos a la
escuela, puede ser en la cama, que la pareja
o la familia, se sienten, se tomen de las
manos, se vean a los ojos y así dialoguen de
los temas que les afecten, esta “postura” la
pueden ejercer desde el noviazgo. A veces el
diálogo los lleva a perdonarse, a ponerse de
acuerdo sobre alguna actividad, a reconocer
las fallas y sobre todo a tomar decisiones de
no volver a incurrir en tales fallas, para ello
el diálogo debe ser en paz, no enojados, no
con soberbia, para que el diálogo cumpla
su cometido, en medio de un torbellino de
emociones lo primero que conviene es crear
primero un ambiente de paz, para que sen­
tados, viéndose a los ojos, y tomados de la
mano, se pueda dialogar y para bien.
Para un buen diá lo g o conviene:
■Buscar el momento oportuno.
■ Hablar en tono adecuado, controla tus
emociones.
. Respetar al que habla.
. No hablar los dos a la vez.
■Saber escuchar antes de responder.
■Pensar en lo que dice él o ella.
■Admitir las opiniones del éi o de ella.
. Ser paciente.
. Aceptar los propios errores y pedir perdón.
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
Bajo la luz del esp íritu santo
Ya que el Espíritu Santo es quien crea la
comunidad y la unidad, sería bueno que el
diálogo tanto en la etapa dei noviazgo como
de matrimonio y de familia, se inicie con una
invocación al Espíritu Santo. De esta manera
Dios estará presente en cada palabra que
se diga durante el diálogo, y que sea para
bien de la familia, de esta forma no estará
el dialogante solamente con la capacidad
humana, estará además iluminado por el
Espíritu del Señor.
Actitudes a evitar:21
Recordar al cónyuge sus errores y debilida­
des del pasado.
Utilizar a los hijos contra el cónyuge.
Criticar a manera de desahogo. La crítica
debe hacerse con amor y debe ayudar al
otro a ser mejor. Además, debe ser oportuna,
pues una crítica fuera de tiempo es inútil.
Decir (o repetir) las correcciones al cónyuge
haciéndole ver que uno está harto y a punto
de estallar.
Pedir al cónyuge cosas imposibles.
Hablar con vaguedades, es decir, no ser
específico sobre lo que bebería cambiar.
Exigir, es mejor pedir o sugerir. Recuerda
que en el pedir está el dar.
Divulgar los sentimientos de tu cónyuge con
terceros. La confianza que te tiene tu pareja
se puede perder.
O bstáculos para el d iá lo g o 22
Actitud pesimista. No te amargues la vida, se
persona positiva, aprovecha a sacar cosas
positivas de los fracasos, crisis.
Temor y miedo. Vence el miedo a no ser
aceptado, no dependas de la aprobación de
los demás.
Falso orgullo. No ocultar tus defectos, los
que nos rodean nos conocen.
21 MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO. ALIAN­
ZA DE AMOR, Curso de preparación inmediata a!
Matrimonio. RFC, México, Ciudad de México 2017.
pág.44.
22 Ibid. pág. 44-46
17 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE’
Escuchar con paciencia, no intentes solo hogar, la novia ora por el novio y luego el
escuchar lo que te conviene. novio ora por la novia.
Disgusto. Convertir el dialogo en discusión
para ver quién gana.
Falta de tiempo.
Egoísmo. Nos preocupamos solo por nues­
tros propios problemas ¿y la del cónyuge?
Falta de confianza. Hay temas que a veces
no se desean tratar, por ejemplo: sexo, eco­
nomía y religión.
Ser sincero, saber decir las cosas
Dejar problemas sin resolver o resentimien­
tos ocultos. Todo se va acumulando y puede
ser muy dañino para la pareja: llegará el día
en que todo lo que se tenía guardado salga
acompañado de muchas emociones negati­
vas e incluso, agresión.

ACTUAR:
El psicólogo John Gottman asegura que los
esposos que acaban separándose suelen
quedar atrapados en emociones negativas,
y se hacen mucho daño el uno al otro; esas
emociones consisten en el empleo de meca­
nismos de comunicación dañinos e inefica­
ces para solucionar o aceptar la situación
que se vive.
Estos mecanismos, Gottman los denominó
los “cuatro jinetes predictores de la separa­
ción” se mencionan a continuación:
1. Actitud de defensa
2. Indiferencia.
3. Crítica destructiva.
4. Desprecio.
En parejas o de manera común dialogar que
significan estos cuatro comportamientos,
como lo perciben ellos, como les ha afec­
tado y como han solucionado esos cuatro
comportamientos mencionados.
(El animador, antes, puede profundizar en
internet sobre los “Cuatro jinetes de Gott­
man” del psicólogo John Gottman).

ORACIÓN FINAL
Oración espontanea, que nazca del cera
zón, pidiendo a Dios que bendiga su próximo

PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE" 18 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
 Tema 4
Sexualidad e intimidad
en el matrimonio
OBJETIVO:
Entender la sexualidad como un regalo de
Dios, la cual se basa en experimentar la un i­
dad de espíritu, mente y cuerpo para que
la pareja se sientan comprometidos con su
matrimonio que durará toda la vida.
VER:
El hombre es un ser sexuado; es decir “que
la pertenencia al sexo masculino y femenino
queda determinada desde la concepción,
por factores genéticos, gonádicos, hormo­
nales y morfológicos.23
Dentro de la biología se hace esta distin­
ción por los cromosomas “XX es mujer y
XY es niño, esto está com probado cie n tí­
ficam ente”24. A partir de ahí ya se sabe el
sexo que trae el niño.
En el ámbito de nuestra Iglesia; Dios nos
conoce desde el vientre materno, desde
antes que naciéramos (CF. Jr 1, 5). Dios nos
da ese regalo ya que siempre se hace la
voluntad de Él.
Es a partir de aquí, que cuando nacimos
nuestra formación fue acorde al sexo que
poseemos; y como bien se ha dicho hay
una complementariedad entre ambos sexos.
La sexualidad invade a toda la persona, la
sexualidad es el elemento fundamental de la
propia identidad como individuo de la espe­
cie humana.25
Como hombre y mujer, es necesario tener
claro que la sexualidad será importante
dentro del matrimonio; ya que muchas pare­
jas suelen casarse sin conocer lo relativo
a la unión carnal; puesto que nadie los ha
instruido; creen que el instinto es suficiente.
Pero el hombre y la mujer poseen la razón
y la voluntad para asumir, controlar y elevar
los instintos, darles todo el valor que Dios
puso en ellos y, así, educarlos, y hacerlos
más humanos.26
23 RAMON LUCAS LUCAS. E x p líc a m e la p e rs o n a .
Anáhuac México. 2016 segunda edición. P 194
24 Ibid. P. 194
25 Ibid. P. 197
26 MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO. ALIANZA
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
JUZGAR
Citaremos el Himno de San Pablo:
«El amor es paciente,
es servicial;
el amor no tiene envidia,
no hace alarde,
no es arrogante,
no obra con dureza,
no busca su propio interés,
no se irrita,
no lleva cuentas del mal,
no se alegra de la injusticia,
sino que goza con la verdad.
Todo lo disculpa,
todo lo cree,
todo lo espera,
todo lo soporta» (1 Co 13,4-7).
El Himno es una invitación a un amor ver
dadero; eso es lo que tiene que tener un
matrimonio, esa confianza en la verdad. El
amor surge poco a poco mientras se cono­
cen, se comunican; ya que, al casarse el
cónyuge recibe en sus manos el corazón
del otro, ese corazón ya no va a ser de
nadie más en adelante.27
Este es el primer paso que deben hacer los
esposos; deben de entender el amor conyu­
gal; el Himno de San Pablo “nos permite dar
paso a la caridad conyugal. Es el amor que
une a los esposos, santificado, enriquecido
e iluminado por la gracia del sacramento del
matrimonio. Es una «unión afectiva», espiri­
tual y oblativa, pero que recoge en sí la ter­
nura de la amistad y la pasión erótica, aun­
que es capaz de subsistir, aun cuando los
sentimientos y la pasión se debiliten” .28
Dentro del matrimonio es propio y exclusivo
el ejercicio de la sexualidad, mediante el cual
los esposos ofrecen mutuamente el propio
cuerpo (Cf. 1 Cor 7, 3-4); el amor conyugal
se expresa v se perfecciona con esta acción
DE AMOR. Preparación para el matrimonio. Palabra
Ediciones. México 2016. Pág. 49
27 ALEJO PADRE. Catecismo para esposos y no­
vios. Ediciones Paulinas; S.A. XXI edición. 1990.
pág. 56
28 FRANCISCO, Amoris Laetitia “la alegría del
Amor. Sobre el amor en la familia”, no. 120
20 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
propia del matrimonio, una entrega íntima y
castamente entre sí.29
Es propio que todo ser humano tenga tenden­
cia hacia otras cosas: el placer o el dolor, la
alegría o la pena, la ternura o el temor. Pero a
la vez, debe de existir esa pasión, ese deseo
y sentimientos complementarios que hacen
que los cónyuges se sientan pertenecidos.
Ciertamente el aspecto sexual dentro del
matrimonio es importante, pero también
será importante la práctica de éste; lo que
es bueno o malo es el acto que uno realice
movido o acompañado por una pasión.
Esto se da, cuando hay apertura, comple-
mentariedad y comunión dentro del matrimo­
nio, la esencia de la sexualidad humana está
precisamente en esta relación de un “yo”
hacia un “tu”30. En otras palabras; cuando
los cónyuges tienen esa apertura total den­
tro del ámbito carnal habrá una entrega
pasional que reafirmara el amor verdadero
que poseen mutuamente.
“En consecuencia, los actos con que los
esposos se unan íntima y constantemente
entre sí, son honestos y dignos, y.... signi­
fican y favorecen el don recíproco (del uno
y del otro), con el que se enriquecen mutua­
mente en clima de gozosa gratitud (se sien­
tan felices y agradecidos)”31
Es por ello importante que los cónyuges
sepan que una vez unidos en matrimonio
serán una sola carne; que existe una unión
de almas y de corazones; el hombre y la
mujer son uno solo, una misma carne (cf.
Gen 2,23). Y seguir el mandato “sean fecun­
dos y multipliqúense, llenen la tierra y somé­
tanla” (Gn 1, 28).
San Juan Pablo II en su catequesis sobre la
teología del cuerpo humano, enseñó que “la
corporeidad sexuada “es no sólo fuente de
fecundidad v procreación”, sino que posee.
29 ALEJO PADRE. Catecismo para esposos y no­
vios. Ediciones Paulinas; S.A. XXI edición. 1990.
pág.57
30 RAMON LUCAS LUCAS. Explícame la persona.
ANAHUAC México. 2016 segunda edición. Pág. 199
31 CONCICLIO VATICANO II. Constitución Gaudium
et Spes. Sobre la Iglesia en el mundo actual, No. 49
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
“la capacidad de expresar el amor: ese amor
precisamente en el que el hombre- persona
se convierte en don” . El más sano erotismo,
si bien está unido a una búsqueda de pla­
cer, supone la admiración, y por eso puede
humanizar los impulsos”.32
Por otro lado, Dios mismo creó la sexuali­
dad, que es un regalo maravilloso para sus
creaturas. Cuando se la cultiva y se evita su
descontrol, es para impedir que se produzca
el «empobrecimiento de un valor auténti­
co»33. Es así pues, la sexualidad dentro del
matrimonio debe ser de respeto y sereni­
dad; usar la sexualidad de forma idónea y
ordenada. Puesto que los órganos sexuales
pueden usarse para bien, como para mal. El
hecho de que Dios haya querido asociarlos
a su obra creadora nos habla con bastante
claridad del valor que tiene y del noble con­
cepto que debemos tener de ellos.34
Dentro de este aspecto, el erotismo es tomar
en cuenta y darle el valor que se merece a
la pareja; así, «el corazón humano se hace
partícipe, por decirlo así, de otra esponta­
neidad». En este contexto, el erotismo apa­
rece como manifestación específicamente
humana de la sexualidad. En él se puede
encontrar «el significado esponsalicio del
cuerpo y la auténtica dignidad del don»35
“De ninguna manera podemos entender la
dimensión erótica del amor como un mal
permitido o como un peso a tolerar por el
bien de la familia, sino como don de Dios
que embellece el encuentro de los esposos.
Siendo una pasión sublimada por un amor
que admira la dignidad del otro, llega a ser
una «plena y limpísima afirmación amorosa»,
que nos muestra de qué maravillas es capaz
el corazón humano y así, por un momento,
«se siente que la existencia humana ha sido
un éxito»36
32 Amoris Laetitia 151.
33 Amoris Laetitia 150.
34 Preparación para el matrimonio. Palabra Edicio­
nes. México 2016. P. 52
35 Amoris Laetitia 151.
36 Amoris Laetitia 152.
21 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
ACTUAR Por eso es tan importante la primera unión
Hay que saber entender que una vez que sexual de la pareja casada y por eso es
se casan, forman un vínculo no solamente conveniente reservarle su propio espacio,
matrimonial y espiritual; sino también, un incluso si la pareja ya ha sido constituida...
vínculo carnal. Esta pertenencia que los e incluso aunque probablemente no vaya a
hace ser uno solo, una misma persona, por ser la vez más extraordinaria que tengan.
eso dejaron padres y madre (Gn 2, 23-24) Por ello “de ninguna manera podemos enten­
para vivir e unificarse como matrimonio. der la dimensión erótica del amor como un
El matrimonio tiene carácter sagrado no es mal permitido o como un peso a tolerar por el
sólo una convicción de los cristianos, sino bien de la familia, sino como don de Dios que
una entrega íntima y solemne a la vez que embellece el encuentro de los esposos (...).
alcanza al cuerpo y al espíritu, es decir a la Siendo una pasión sublimada por un amor
persona entera y a su núcleo más secreto, que admira la dignidad del otro, llega a ser una
sagrado e inviolable37. «plena y limpísima afirmación amorosa”39.
Si te casas es por amor; el amor es un inter­
cambio recíproco, es un don. Por eso los
hombres se han casado ante Dios; en el
Nuevo Testamento tenemos como prueba
las bodas de Caná (Jn 2, 1-11); donde Jesu­
cristo le da un sentido diferente, no por el
hecho de convertir el agua en vino; sino por­
que con su presencia viene a santificar tanto
la fiesta como la unión conyugal38.
Inmediatamente después de la ceremonia,
los recién casados van a un cuarto sepa­
rado donde poder tener un momento exclu­
sivo para los dos. Cierto que es durante un
periodo breve, pero permite que estén juntos
para tomar conciencia de la promesa que se
han hecho el uno al otro.
La noche de bodas sigue siendo impor­
tante, no porque contenga una promesa de
placer sexual, sino porque marca un punto
de inflexión en la vida. No es un fin, sino un
principio.
Las parejas felices son las que han apren­
dido a ser felices juntas, donde sea, cuando
sea, y las que han comprendido que los lazos
del matrimonio son únicos, tanto por lo que
exigen de nosotros como por lo que cada
uno de nosotros aporta, algo que no existe
en ninguna otra parte.

37 ENRIQUE MONASTERIO. Nupcias, bodas y casorios.

Catholico.Net. 7/0272019 9:40 am.
38 Interpretación “Jn, 2: Las Bodas de Canaa; las
señales deJesús”. Biblia Latinoamericana 39 Amoris Laetitia no. 152.
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE" 22 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
 Tema
Paternidad responsable
OBJETIVO:
Ofrecer a los novios elementos de reflexión
sobre su misión como verdaderos padres,
es decir, como servidores de la vida.
VER:
Actividad previa: Antes de iniciar el tema, el
grupo se divide en parejas para que cada
una se vaya a reflexionar sobre sus planes
matrimoniales y si dentro de ellos se encuen­
tra el de tener hijos.
Las relaciones entre personas en la socie­
dad actual tienen una característica espe­
cial que al día de hoy bien podríamos lla­
marle “Sociedad líquida” (como le llama el
gran Sigmunt Bauman), entendiendo esta
comparación como una sociedad donde las
relaciones ya no se basan sobre bases sóli­
das, sino sobre aquellas donde no hay nada
seguro, algo así como como el líquido que
no puede quedarse en nuestras manos, sino
que se esfuma y busca amoldarse en cual­
quier recipiente donde sea colocado, y no
tiene problemas en amoldarse en otros, nos
acostumbramos a vivir según lo que nos pre­
sentan los medios de comunicación (ejem­
plo las novelas).
Esta situación por supuesto que afecta
directamente a la relación del noviazgo y
matrimonio, hoy como nunca, hay muchas
separaciones matrimoniales a pocos años,
meses, o incluso días de casados, no se
diga del poco compromiso en el noviazgo,
como el hecho de que el hedonismo (bús­
queda de placer) esté presente en la mayo­
ría de las relaciones (se busca más satisfac­
ción sexual que amor).
El hedonismo ha invadido tanto que incluso
dentro del matrimonio se le huye a la res­
ponsabilidad o no se sabe cómo ejercerla;
como ejemplo claro están los hijos y la res­
ponsabilidad que existe ante esta realidad.
Aunque es claro que hoy día muchas pare­
jas le huyen al hecho de tener hijos, también
existen personas que, como no han enten­
dido bien la doctrina de la Iglesia, también se
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
meten en conflicto por el hecho de no saber
tener una paternidad responsable y evitar
así llenarse de hijos.
JUZGAR:
Debemos comenzar aclarando que la “p a te r­
n id a d re sp o n sa b le es e l p riv ile g io y o b lig a ­
ción de una p a re ja casad a de d e c id ir con
a m o r e l n ú m e ro y e sp a cia m ie n to de sus
h ijo s u tilizan do un m edio é tic o ”.
Debemos empezar enfatizando que es un
privilegio y NO un derecho; un hijo es un don
y el matrimonio confiere el derecho a entre­
garse en el acto conyugal del cual se puede
derivar la vida, mas no confiere el derecho a
tener hijos, pues son personas y no objetos.
Es una obligación puesto que un hijo tiene
el derecho a tener padres y por tanto los
padres se obligan ante los hijos, aquí está la
gran responsabilidad que tienen los padres
ante la transmisión de la vida.
Ahora bien, corresponde a la pareja decidir
con amor el número y espaciamiento de los
hijos, es una decisión muy personal, ya que
ellos son los principales educadores y for-
madores de los hijos. En la palabra amor va
implícito que deberán hacerlo mediante su
inteligencia y voluntad, con gran generosi­
dad pero a la vez responsabilidad ética, es
decir respetando a la persona, a la natura­
leza humana, al acto conyugal.
La p a te rn id a d re sp o n sa b le no es lo m ism o
que e l “c o n tro l nata?', puesto que a veces
este concepto es utilizado de manera equi­
vocada como sinónimo de planificación fami­
liar y paternidad responsable. Control signi­
fica inspección, fiscalización, intervención,
dominio, mando. Visto de esta manera en el
control natal no es la pareja quien decide el
número de hijos que tener o el método utili­
zado para planificar su familia sino es otra
persona quien toma decisiones y propone
generalmente en los programas de control
natal se pretende tener un dominio sobre los
índices de fertilidad de una población, sin
24 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
importar el respeto hacia la persona, al bien
integral del matrimonio y a la familia.
Es precisamente en el análisis ético del
medio utilizado para el control natal donde
encaja la revisión de los dos temas, la pla­
nificación familiar natural y los métodos anti­
conceptivos.
Con la encíclica Humanae Vitae, la Iglesia
expresó una postura clara en el año 1968
ante realidades complejas de la primera
mitad del siglo XX: se estaban elaborando y
aplicando nuevos sistemas de regulación de
la natalidad ante la explosión demográfica y
el estrés del sistema de vida y de trabajo,
surgieron la biogenética y la píldora anovu-
latoria, se promocionaba el aborto y la libe­
ración femenina que proclamaba la llamada
“salud reproductiva”. Juan Pablo II aclara
que “el verdadero concepto de “paternidad
y maternidad responsables” está unido a la
planificación familiar honesta desde el punto
de vista moral”, en una actitud basada en la
madurez de la persona que toma en cuenta
ACTUAR:
El d isce rn im ie n to sobre te n e r un hijo o no
debe lle va rse a cabo den tro de unos lím ite s
m o ra le s: no vale cu a lq u ie r m é to d o p a ra lim i­
tar lo s n a cim ie n to s:
Utilizar la inteligencia en la transmisión de
la vida enriquece la paternidad, siempre que
haya una recta voluntad y se respeten las
leyes de la naturaleza, establecidas por el
Creador. Esto es radicalmente diferente a
los anticonceptivos artificiales, con los que
se busca imponer la voluntad humana de
hacer imposible la procreación.
Servirse legítimamente de una disposición
natural es totalmente diferente a impedir el
desarrollo de los procesos naturales; es la
diferencia entre actuar como receptores y
promotores de las fuentes de la vida humana
a creerse árbitros de ellas.
Sólo en el primer caso, los esposos renuncian
conscientemente a las relaciones sexuales
en los periodos fecundos y las mantienen en
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
el resto para manifestarse afecto y salvaguar­
dar la fidelidad mutua. Además, el dominio
de sí mismo que exige la continencia perió­
dica respeta el cuerpo de ios esposos y favo­
rece la educación de una libertad auténtica.
En este contexto, usar medios artificiales
como el preservativo, el DIU o la píldora es
materialmente contrario al bien de ¡a transmi­
sión de la vida y a la entrega recíproca de los
cónyuges, lesiona el verdadero amor y niega
el papel soberano de Dios en la transmisión
de la vida; hacer voluntariamente infecundo un
acto conyugal es quitarle su valor vital sagrado
(la unión amorosa y la fecundidad potencial),
es deshonesto y sigue siéndolo aun en el con­
junto de una vida conyugal fecunda.
Sin embargo, el recurso a los métodos natu­
rales, que en principio son éticamente acep­
tables, pero realizado de forma egoísta y sin
respetar los principios éticos de la paterni­
dad responsable, es también contrario a la
voluntad de Dios. La dimensión ética de la
decisión de tener un hijo o no es tan fun­
damental, que sin ella ya no se percibe la
diferencia entre los métodos naturales y los
artificiales. En ese caso, la interpretación
utilitarista de la regulación natural de la fer­
tilidad falsearía su esencia y se llegaría a
hablar de ella como si se tratara sólo de una
forma más de anticoncepción.
25 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
Tema
Administración
de bienes
OBJETIVO:
Enseñar a los novios que el equilibrio y pro­
yección en la administración de los bienes
materiales para que puedan crecer como
familia y lograr una vida estable
VER:
La fe permite asumir los bienes del m atrim o­
nio como compromisos que se pueden sos­
tener mejor mediante la ayuda de la gracia
del sacramento.40
Dentro de la celebración del Sacramento
del Matrimonio hay un signo que se llama
“las arras”, la cual significa el apoyo incon­
dicional y mutuo de los bienes; y se hace el
compromiso para tener una buena adminis­
tración y que rinda dentro del hogar:
B endición y entrega de las arras
S. Bendice f . Señor, estas arras,
que NN y NN se entregan,
y derrama sobre ellos la abundancia de
tus bienes.
Esposo: “N., recibe también estas arras
como prenda del cuidado que tendré
de que no falte lo necesario en nuestro
hogar.
Esposa: “Yo las recibo en señal del cui -
dado que tendré de que todo se aprove­
che en nuestro hogar”41.
A partir de ese momento los novios empie­
zan a tener una prioridad más en la vida
de casados el mirarse mutuamente en ese
apoyo económico; puesto que va ser, si se
puede llamar así, base del equilibrio de la
familia.
Han iniciado el caminar de toda una vida, ya
que es un compromiso vivencial constante,
donde se fortalece no solo el amor, sino la
fidelidad, compromiso, la solidaridad y es
ahí donde los esposos se van a enfrentar a
las necesidades y situaciones que constitu­
yen el aspecto material.
40 Amoris Laetitia no. 73.
41 Aciprensa. https://www.aciprensa.com/Familia/liturgia.htm.
6/02/2019. 11:02 am.
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
“Por eso el esposo procurara con su trabajo
solicitud y perspicacia, que el propio hogar
sea, en la medida de sus posibilidades,
digno y con todo lo necesario y que nada
falte a su esposa.... Por su parte, la mujer,
con su laboriosidad, cuidara de que todo
este en orden y que nada falte a su marido.42
JUZGAR
Como hombre y mujer hemos recibió de
Dios unos bienes fundamentales: la vida, la
salud, las capacidades intelectuales, espiri­
tuales y artísticas. Los cuales nos hace ser
únicos y nos lleva a ser esa complementa-
ción de nuestra pareja.
Mediante esos bienes, somos capacitados
para conseguir otros bienes; cuando ya se
vive en matrimonio, el esfuerzo se debe
redoblar para conseguir bienes que nos
satisfaga y darán un equilibrio armónico
dentro de la familia.
Cabe recordar que “ningún matrimonio
puede alcanzar sus metas sin un buen cui­
dado del aspecto económico”43; una econo­
mía equilibrada da seguridad familiar.
Somos responsables ante Dios del buen
uso y de la buena administración de los bie­
nes que hemos recibido y de lo que hemos
adquirido (Lucas 16, 10-12). Estamos llama­
dos a saber administrar nuestros bienes con
espíritu de solidaridad.
Este espíritu de solidaridad tiene su origen
cuando Dios entrega los bienes a la espe
cié humana como colectividad (Adán y Eva)
“D o m in a d la tie rra ”(G én esis 1:28). La justicia
nos exige no solo respetar los bienes aje
nos, sino también a procurar que los bienes
sean bien empleados y equitativamente dis­
tribuidos en la sociedad.
Muchas veces el dinero representa “fricción
o discusiones entre los casados”44; se debe
42 ALEJO P. Catecismo para esposos y novios. Edi­
ciones Paulinas; S.A. XXI edición. 1990. Pág. 55
43 MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO. Alianza
de Amor. Curso de preparación inmediata al matri­
monio. México 2017. Pág. 191
44 Ibídem p. 191
27 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
a la manera de cómo se gasta o quien se lo
gasta; esto surge por una mala administra­
ción, desaparece la solidaridad y va creando
no solo el problema sino el distanciamiento
uno del otro.
Es primordial que ambos expresen su sentir y
pensar sobre el aspecto económico, y a partir
de aquí puedan tener claro ambos en cómo y
en qué se usara. Tener un proyecto en común
consolida la confianza y solidaridad.
El amor verdadero nos impulsa a compartir
con generosidad los bienes, pensando en
las necesidades de los demás. Aprender a
compartir lo que tenemos, no sólo de lo que
nos sobra. “El patrimonio de los casados,
pequeño o grande, debe ser administrados
por los dos, en beneficio mutuo y de los hijos
por venir” .45
La planeación económica y de los bienes,
debe suscitarse desde el noviazgo; es en
esta etapa deben de tener claro cuáles son
las necesidades individuales que tiene cada
uno; y ser conscientes que una vez casados
el gasto ya no será igual.
Hemos escuchado “lo mío es mío y lo tuyo
es tuyo”; dentro del matrimonio cambia
ese pensar; ya que “lo mío, lo tuyo” pasa
a ser “lo nuestro”. Es importante poner en
práctica los valores de la honradez, sinceri­
dad, honestidad, responsabilidad, respeto y
generosidad al compartir con nuestra pareja
la información sobre los bienes e ingresos
que se tienen, tanto los gastos y compromi­
sos que se deben cumplir de forma perso
nal. “La riqueza es buena, si en ella no hay
pecado” (Cf. Eclesiástico 13: 20-24).
“Debemos tener conciencia de que es más
importante el “ser” que el “tener”; es decir, es
más importante “ser” personas de bien que
“tener” mucho dinero y una vida cómoda; es
más importante poner en practica nuestra
responsabilidad social, y usar los bienes que
poseemos en beneficio de la propia familia”46.
45 ¡bídem p. 191
46 MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO. Alianza
de Amor. Curso de preparación inmediata al matri­
monio. México 2017. Pág. 191
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDÍÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
ACTUAR
En el hogar se aprenden las primeras leccio­
nes de vida. La virtud de la justicia comienza
en el hogar. El testimonio de los padres
como pareja deja huellas para el bien o para
el mal. Los niños deben aprender que para
el bien común del hogar es una responsabi­
lidad de todos y que desde pequeños pode­
mos contribuir.
El valor de la austeridad debe vivirse en
casa. No es lo mismo austeridad y tacañe­
ría. La austeridad consiste en liberarse de
la esclavitud del lujo y de lo innecesario. La
austeridad nos facilita asumir un modo de
vida que permite disfrutar de las alegrías
sencillas y de las pequeñas cosas. El lujo y
la superficialidad no permiten desarrollar una
sana relación de pareja y de familia. Debe­
mos evitar la competitividad social. (A.L.101)
Es necesario como pareja saber y poner en
práctica un presupuesto elaborado, para
poder dar prioridad a las necesidades del
hogar; esto se logra mediante el dialogo y
confianza mutua que se tengan; tomaran
decisiones en favor propio.
Todo esto se podrá lograr si son realmente
realistas ante su situación económica; equi­
librar ingresos y egresos; y lo que vaya
sobrando ahorrar para tener un fondo que
pueda cubrir alguna necesidad urgente o
imprevista.
Ciertamente tendrán crisis de adaptación
financiera y llegarán a conclusiones de que
el problema del dinero es “delicado”. En
todas las clases sociales, el modo de gastar
origina muchos conflictos. Pero sabiéndose
organizar se podrá ir puliendo la forma de
gastos.
A continuación dejamos la división de gastos
(pág. sig.):
Cuidado con los créditos o los préstamos.
Estos deben estar dentro del plan o pro­
yecto que se piensa llevar a cabo. Es mejor
vivir con lo que se tiene en el momento y
no endeudarse, aunque hay ciertos proyec­
tos que si requieren endeudamiento como
28 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE A ----- . ---
 Gastos Gastos útiles Gastos Dios les ama y velará por ellos, pero es
necesarios superfluos importante que la oración sea constante y
Vivienda, Cosas que Diversiones, diaria. (S. Lucas 11:2)
luz, satisfacen una artículos de Entre las ventajas que puede traerles esa
alimentación, necesidad lujo, viajes,
educación, básica en artículos de oración está que su actitud antes los avata-
servicios nuestras vidas, marca, etc. res de la vida matrimonial será más positiva,
básicos, pero que con más fe de que permanecerán unidos a
transporte, ayudan a tener Dios y entre ellos, además cuando estén los
ofrenda, una mejor hijos será un buen ejemplo para ellos ver
gastos calidad de vida
médicos y y comodidad, que sus padres oran juntos.
medicinas, como artículos La bendición de los alimentos es una buena
impuestos, para el hogar, oportunidad de expresar su agradecimiento
ahorro, etc. muebles, a Dios por todas las cosas buenas que Él les
electro­ provee día a día.
domésticos,
vehículos, etc. También es bueno aprender a estar unidos
con Dios, en oración constante, en ias acti­
la compra de una casa o vehículo, pero las vidades que se realizan diariamente, como
cuotas a cancelar deben cumplirse a caba- son ir de compras, bendecir las compras, ir
lidad para no pagar intereses de más. Las al trabajo orar por un buen retorno a casa,
deudas con tarjetas de crédito, crédito en las bendecir a los hijos cuando éstos salen de
tiendas y demás, deben evitarse. casa. El rezo del rosario a la Santísima Vir­
La ofrenda a la Iglesia es un agradecimiento gen diariamente.
a Dios por la oportunidad de poder usar los La vivencia de los sacramentos es impor­
talentos recibidos en las tareas diarias, cuya tante, buscar la reconciliación para que la
remuneración permite satisfacer las necesi­ Eucaristía del domingo sea un excelente ini­
dades básicas. Se debe ejercitar el valor de cio de semana consagrada a Dios.
la generosidad al dar; la ofrenda a Dios debe
ser testimonio de que todo lo que tenemos
le pertenece a Él. (Malaquías 3, 10; Marcos
12, 42-44).
Hay que ser siempre agradecidos con Dios
por los bienes materiales, corporales y espi­
rituales que nos ofrece día a día y que nos
van haciendo mejores personas y católicos
comprometidos. Así como das, recibirás.

ORACIÓN PARA SANTIFICAR LOS BIENES

La oración debe ser parte medular de la
vida de los nuevos esposos. Se les debe
hacer conciencia de que si están optando
por sacramental su unión, deben contraer el
compromiso de compartir la oración diaria
entre ellos, para que este sacramento de los
frutos que ellos esperan.

PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL "TE AMARÉ PARA SIEMPRE’' 29 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
Tema 7
El sacramento
del matrimonio
EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO47
OBJETIVO
Llevar a los futuros contrayentes a com­
prender y valorar el sacramento del Matri­
monio y aceptar las exigencias del Sacra­
mento ante el cónyuge, ante la comunidad
y ante Dios.
“ En virtud de la sacramentalidad de su
matrimonio, los esposos quedan vincula­
dos uno a otro de la manera más profun­
damente indisoluble. Su recíproca perte­
nencia es representación real, mediante
el signo sacramental, de la misma relación
de Cristo con la Iglesia” . (FC 13)
VER
¿El sacramento del matrimonio es un
evento social? Bien podemos afirmar que
hoy se valora menos el sacramento del
matrimonio. Cada día los jóvenes que se
acercan al Sacramento del matrimonio,
lo entienden como un evento social, y lo
buscan más o menos presionados por
la fuerte tradición que recibieron de sus
padres o por el sueño que tiene toda mujer
de verse vestida de blanco, ataviada como
una reina, caminando hacia el altar.
Por tem or al fracaso algunos no se casan
por la Iglesia Hay algunos que por el tem or
de no perseverar toda la vida juntos, si
fracasa su matrimonio, prefieren hacerlo
solam ente por lo civil. Y hay quienes se
acercan al sacramento, sin aceptar inter­
namente que sea el matrimonio para toda
la vida, y mucho menos, aceptando los
hijos que Dios les dé.
¿Por qué te quieres casar por la Iglesia?
¿Tú, para qué crees que Dios estableció
el matrimonio? ¿Qué provecho sacan los
que reciben el sacramento de matrimonio?
¿Qué te exige el sacramento del matrimo­
nio? ¿Para ti qué significa ser ministro del
sacramento de matrimonio?
47 El presente tema está tomado del temario de la
Diócesis de San Juan de los lagos (con la respectiva
autorización).
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
JUZGAR
CASARSE POR LA IGLESIA
EFESIOS 7,21-33 “Sed sumisos los unos a
los otros en el tem or de Cristo. Las muje­
res a sus maridos, como al Señor, porque
el marido es cabeza de la mujer, como
Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador
del Cuerpo. Así como la Iglesia está sumisa
a Cristo, así también las mujeres deben
estarlo a sus maridos en todo. Maridos,
amad a vuestras mujeres como Cristo amó
a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella,
para santificarla, purificándola mediante el
baño del agua, en virtud de la palabra, y
presentársela resplandeciente a sí mismo;
sin que tenga mancha ni arruga ni cosa
parecida, sino que sea santa e inmaculada.
Así deben amar los maridos a sus mujeres
como a sus propios cuerpos. El que ama a
su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie
aborreció jamás su propia carne; antes
bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo
mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos
miembros de su Cuerpo. Por eso dejará
el hombre a su padre y a su madre y se
unirá a su mujer, y los dos se harán una
sola carne. Gran misterio es éste, lo digo
respecto a Cristo y la Iglesia. En todo caso,
en cuanto a vosotros, que cada uno ame a
su mujer como a sí mismo; y la mujer, que
respete al marido”. Palabra de Dios
EL MATRIMONIO EN EL PLAN DE DIOS
El matrimonio es una realidad sagrada que
surge del mismo Dios. En efecto, Dios desde
la creación tiene un plan para el hombre y
la mujer como pareja. Y este plan se realiza
en el matrimonio. El plan divino es crecer
en el matrimonio El Génesis nos revela las
ideas básicas de este plan divino por el cual
Dios quiere que los esposos sean, uno para
el otro, el mejor camino hacia Dios. Este
plan divino se realiza en el matrimonio y se
expresa en el sacramento del matrimonio,
sacramento del crecimiento, donde cada
uno de los esposos crece como persona;
31 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
crece en su capacidad de amar; crece en
cada hijo que engendran.
Por ser el matrimonio una alianza exige
fidelidad hasta la muerte, este plan, Dios
ha querido ilustrarlo a través de la alianza
matrimonial que hizo con su Pueblo de
Israel: “Yo seré tu Dios y tú serás mi Pue­
blo” Esta alianza la hace Dios exigiendo una
fidelidad total y para siempre a cambio de
un amor que salva en todo momento y ama
con entrega total. Los profetas fueron quie­
nes más plantearon la alianza de Dios con
su pueblo, como una alianza matrimonial,
sobre todo el profeta Oseas, quien denun­
cia con fuerza la frecuente infidelidad de
Israel y el amor inquebrantable de Dios que
siempre lo perdona y lo invita a la comuni­
dad de vida y de amor. Cristo eleva a sacra­
mento el matrimonio y no acepta el divorcio.
En los evangelios, Cristo vuelve a recono­
cer el Plan de Dios sobre el matrimonio,
apelando al Plan original de Dios, escrito en
el Génesis, frente a los permanentes inten­
tos de adulterarlo, desde Moisés hasta el
momento de su predicación. Jesús defiende
la pureza inicial de la institución matrimo­
nial y rechaza que el matrimonio esté sujeto
a la voluntad del hombre (Cf. Mt 19,3-9; Me
10,2-12). Pero, donde mejor se expresa
Jesús sobre el matrimonio, es en las Bodas
de Caná (Cf, Juan 2,1-12), donde realiza su
primer milagro a petición de su Madre y a
favor de los nuevos esposos. Quiere garan­
tizar con su presencia y con su poder bon­
dadoso que siempre está ahí para llenar
las tinajas de amor porque puede llegar a
faltarles a todos los que se casan. Quiere,
con su presencia en esas bodas, inaugu­
rar el nuevo Plan de salvación, santificando
el concreto plan que tiene para todos los
que se casan. El matrimonio, para Jesús,
no solo es bueno, sino está bendecido por
Él. El matrimonio, según San Juan, es un
signo eficaz de la presencia de Cristo S al­
vador y ha de estar orientado a! Reino de
los cielos que vino a establecer Cristo y que
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
ahora comienza en las Bodas de Caná. San
Pablo compara el amor de Cristo y la Iglesia
con el amor matrimonial e invita a vivirlo de
esta manera San Pablo, hace una reflexión
más profunda sobre el matrimonio al com­
pararlo con la unión matrimonial que él ve,
entre Cristo y su Iglesia.
Podíamos resumir su pensamiento sobre el
matrimonio en estas 3 afirmaciones:
a) Los esposos tienen un modelo de
vida en la mutua relación de Cristo con
la Iglesia. El amor esponsal de Cristo
inspira a los esposos para vivir su amor.
b) La pareja participa de esa misma rela­
ción de Cristo con la Iglesia. Los espo­
sos participan del amor de Cristo por su
Iglesia, por el amor con que se aman.
c) La pareja actualiza ese mismo amor
de Cristo por la Iglesia, lo hace presente
y lo testimonia.
EL MATRIMONIO, SIGNO SENSIBLE DE
GRACIA
Definición del Código de Derecho Canónico
(CIC) 1055,1 Sacramento del Matrimonio es
“la alianza matrimonial, por la que el varón
y la mujer constituyen entre sí un consor­
cio de toda la vida, ordenado por su misma
índole natural al bien de los cónyuges y a
la generación y educación de la prole. El
matrimonio fue elevado a la dignidad de
sacramento por Cristo el Señor” .
“LAS PROPIEDADES ESENCIALES DEL
MATRIMONIO son la unidad y la indisolubi­
lidad. Y alcanzan una particular firmeza por
razón del sacramento” .48 UNIDAD. La ayuda
mutua y el bien de los esposos están en la
voluntad de Dios desde el principio cuando
crea a la mujer como compañera del hombre
de igual condición (Cfr. Gn 2,18) “De modo
que ya no son dos sino una sola carne” (Gn
2,24). De tal manera que la mutua perte­
nencia, lejos de ser atadura que frena, es
compañía y fortaleza para el camino y más
a allá de la unión de una sola carne, coduce
48 CODIGO DE DERECHO CANONICO 1055,2.
32 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
a ser un solo corazón y una sola alma”49
INSDISOLUBILIDAD: consiste en que este
vínculo no puede disolverse ni extinguirse
por la propia voluntad de los contrayentes.
“Jesús «refiriéndose al designio primigenio
sobre el hombre y la mujer, reafirma la unión
indisoluble entre ellos, si bien diciendo que
“por la dureza de vuestro corazón os per­
mitió Moisés repudiar a vuestras mujeres;
pero, al principio, no era así” (Mt 19,8). La
indisolubilidad del matrimonio — “lo que Dios
ha unido, que no lo separe el hombre” (Mt
19,6)— no hay que entenderla ante todo
como un “yugo” impuesto a los hombres sino
como un “don” hecho a las personas unidas
en matrimonio”50
CONDICIONES PARA SU VALIDEZ
Para que el matrimonio sea válido es nece
sario que no exista ningún impedimento y
que se haya realizado conforme a las dispo­
siciones del derecho canónico de la Iglesia
sobre dicho sacramento.
LA FE, NECESARIA PARA RECIBIR UN
SACRAMENTO
El matrimonio es un sacramento, y como
sacramento, es a la vez, un encuentro con
Cristo vivo y un signo sensible y eficaz de
gracia. Para recibir un sacramento se nece­
sita la fe porque sin la fe se pierde total­
mente su contenido y su valor. Recibir el
sacramento del matrimonio es creer que
Dios une a un hombre y a una mujer para
siempre; es creer que el amor de los espo­
sos manifiesta el amor de Dios al hombre
y el amor de Cristo a su Iglesia; es creer
que cuando los esposos se aman, están
amando al mismo Señor, que es origen
y principio de su amor; es creer que el
esposo o la esposa o los hijos son el pró­
jimo, y que amarlos es amar a Dios y amar
a Dios es amarlos a ellos. Los sacramentos
son necesarios para cumplir nuestra misión
Todos los sacramentos son una ayuda que
49 Familiaris Consortio no. 13
50 Amoris Laetitia no. 62.
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
Dios da para que seamos capaces de cum ­
plir una misión concreta dentro del pueblo
de Dios. Así, pues, debemos entenderlos
como medios, canales, conducto que Cristo
pone en nuestras manos para ayudarnos a
realizar nuestra vocación. En nuestro pro­
ceso de crecimiento como cristianos, que
iniciamos con el Bautismo y lo maduramos
con la Confirmación, en el Matrimonio (a los
que Dios llama por ese camino), también da
su gracia para que puedan responder a la
vocación del amor conyugal, fam iliar y sus
exigencias. Pero, no basta recibir la gracia
de Dios en el sacramento para que éste sea
eficaz, es necesaria la respuesta del hom ­
bre. Los sacramentos, pues, no obran auto­
máticamente, suponen siempre el esfuerzo
de parte de quienes lo reciben.
EL SACRAM ENTO DEL MATRIMONIO
SE EXPRESA A TRAVÉS DE DIVERSOS
SIGNOS
Un signo es cualquier cosa sensible que nos
lleva al conocimiento de otra cosa no sensi­
ble. Por ejemplo la bandera es el signo sen­
sible de la patria. Hay signos que no hacen
lo que significan y hay otros que sí hacen
lo que significan, por ejemplo las nubes son
signo de lluvia y se convierten en lluvia, el
humo es signo del fuego, etc. Los sacramen­
tos también son signos sensibles que hacen
lo que significan. Indudablemente que el
signo principal del matrimonio son los espo­
sos mismos, no sólo ministros del matrimo­
nio, sino signos del mismo. Pero, también se
expresa a través de varios objetos como: el
lazo, signo de la unidad; los anillos, signo del
amor y de la fidelidad; las arras, signo de la
ayuda mutua; el tomarse de la mano, signo
de la entrega y donación total del uno para
el otro. Estos objetos materiales y sensibles
son signo de las realidades espirituales que
se operan en el sacramento del matrimo­
nio. Dios da su gracia a quien llama por el
camino del matrimonio El sacramento del
matrimonio, pues, significa y realiza la unión
33 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
de Dios con su pueblo y la unión de Cristo
con su Iglesia. Significa y realiza la dona­
ción permanente del amor de los esposos.
Significa y realiza la comunidad de vida y
de amor que Dios establece entre el hom­
bre y la mujer que reciben el sacramento del
matrimonio.
Para recibir el sacramento del matrimo­
nio es necesario tener esa vocación, por­
que, aunque todos hemos sido llamados a
la vida del amor, no todos hemos sido lla­
mados a vivir el amor conyugal. Y cuando
Dios llama, al que llama, también le da su
gracia. Por eso, ofrece a los que se casan
en el Señor, ¡a ayuda necesaria para que
puedan amarse en las diferentes etapas de
la vida matrimonial. Esta ayuda divina, tam­
bién le llamamos Gracia Sacramental del
Matrimonio” . La Biblia nos da un continuo
testimonio de que Dios lo que promete lo
cumple. AAbraham , a Moisés, a los Profe­
tas, los llama y les da su gracia para que
cumplan una misión. Su oferta siempre es:
“Yo estaré con ustedes” . Igual acontece a
María que desde el anuncio del ángel, escu­
cha: “El Señor está contigo” . Los apóstoles,
enviados a realizar la misión en nombre de
Cristo, también escucharon del Señor: “Yo
estaré con ustedes hasta el fin del mundo”.
Por eso afirmamos que cuando Dios da el
sacramento del matrimonio a los esposos,
garantiza su amor y se hace presente en
medio de ellos hasta el final.
Los que se casan en el Señor están llama­
dos a construir una comunidad de vida y de
amor. Construir una comunidad es mucho
más que construir una sociedad porque
una comunidad implica a toda la persona
(alma, cuerpo y corazón), exige toda una
vida, y supone intimidad y donación total.
El llamado al matrimonio, por eso es, un
llamado a construir una comunidad de vida
que va más allá de una justa posesión o
un simple acompañarse. Los que se casan
en el Señor, están llamados a tener un solo
corazón y una sola alma, como las prime
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
ras comunidades cristianas que celebra­
ban esta realidad en cada Eucaristía y que
precisamente la celebraban en el seno de
la familia, porque eso era la Iglesia en pri­
mer lugar, una “ Iglesia Doméstica” . Es una
comunidad de vida porque el don sublime
del amor mutuo, es el don de los hijos; es
el don de la vida en plenitud. Es una comu­
nidad de vida porque el vivir la existencia
unidos, es la única forma de encontrar la
felicidad de los dos.
El llamado al matrimonio, también es un lla­
mado a construir una comunidad de amor,
“la gracia del sacramento del matrimonio
está destinada ante todo «a perfeccionar
el amor de los cónyuges. También aquí
se aplica que, «podría tener fe como para
mover montañas; si no tengo amor, no soy
nada. Podría repartir en limosnas todo lo
que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no
tengo amor, de nada me sirve» (1 Co 13,2-
3)”51, el amor es el fundamento del matri­
monio. En el interés, en la conveniencia, en
el dinero, o en la comodidad no puede fun­
damentarse el matrimonio. Solo el amor es
fundamental; si falta el amor, el matrimonio
y la familia perderían su dinamismo, su uni­
dad; la felicidad terminaría. Si falta el amor,
los esposos no podrán amar a Dios, porque
el amor de los esposos siempre termina en
Dios. Amarse los esposos es amar a Dios,
quien es glorificado cuando los esposos
viven la donación y la alegría de su amor
conyugal y familiar.
EL MATRIMONIO, ENCUENTRO CON
CRISTO
Encuentro con Cristo, por Él y con Él El
Sacramento del Matrimonio también es
encuentro de Dios con los esposos. No se
recibe algo, sino a ALGUIEN. La donación
es de personas y quien las santifica ta m ­
bién es una Persona, Cristo. En efecto,
Cristo realiza en cada matrimonio el m iste­
rio de su amor de esposo hacia su esposa
la Iglesia. Cristo, al celebrarse el matrimo-
51 Amoris Laetitia no. 89.
34 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
nio dentro de la Eucaristía, ilumina siempre
a los esposos con su Palabra, los fortalece
con su presencia eucarística y hace de ellos
“una sola carne” , poniendo por testigo de
su gracia al sacerdote y como ministros de
su am or a los mismos esposos. Cristo, a
partir del Sacramento del Matrimonio entra
en la vida de los nuevos esposos, en la
medida que ellos lo quieren recibir, como
dice Juan en el Apocalipsis: “ Mira que
estoy a la puerta y llamo, si alguien escu
cha mi voz y me abre, entraré a su casa
a comer. Yo con él y él conm igo” (3,20).
El Sacramento del Matrimonio también es
un encuentro permanente con Cristo Este
sacramento y este encuentro, por tener
como ministros a los mismos esposos, les
exige ser mejores y santificarse todos los
días de su vida porque toda la vida segui­
rán entregándose uno al otro, con la firme
voluntad de amarse para siempre. Por lo
tanto, la gracia sacramental del m atrim o­
nio no se recibe de una vez para siempre,
sino que implica un crecim iento y un flujo
y reflujo continuos en todos los actos de la
vida de los esposos. La gracia del sacra­
mento del matrimonio se actualiza en cada
acto de amor, de entrega, de donación. El
sí, ha de ser cada día. La celebración del
sacramento del matrimonio es sólo el inicio
de una nueva vida. Y el reto de los esposos
es que no acabe en separación, por falta
de madurez humana, o falta de respuesta
de uno o de otro, o de los dos. Los espo­
sos han de pedir continuamente la ayuda
de Dios para que perseveren amándose
y no se apague el fuego de su amor, sino
que crezca, nutriéndose siempre de Cristo.
Considerando lo anterior, el Sacramento
del Matrimonio exige libertad, unidad, indi­
solubilidad y fecundidad.
a) La libertad es la primera exigencia
del sacramento del matrimonio. Porque
libremente se escogieron, libremente se
casan, y también libremente tienen que
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
aceptar todas las exigencias y responsa­
bilidades del sacramento del matrimonio.
b) La unidad, porque el amor cuando
es exclusivo no admite divisiones; por­
que sólo en la unidad puede darse una
entrega y donación total.
c) La indisolubilidad, porque compro­
mete a la persona para toda su vida pre­
sente y futura. El amor verdadero es para
siempre. Además, se trata de una com u­
nidad de vida y de amor que no puede
realizarse en plenitud si hay ruptura, o si
es por un tiempo determinado. El verda­
dero amor no se agota; va más allá de la
muerte; es como el amor divino, por toda
la eternidad.
d) La fecundidad es la otra exigencia, por­
que es inseparable del amor. El amor es
difusivo y expansivo; quiere prolongarse
en los demás. Los hijos son el testimonio
vivo del amor de los esposos. Los hijos
pueblan la tierra de nuevos ciudadanos
y enriquecen la Iglesia con nuevos hijos
de Dios. Los hijos aseguran que el amor
de los padres se prolongue en la eterni­
dad. Por todo lo dicho, el amor siempre
ha de ser fecundo y la fecundidad siem­
pre será dar vida, no sólo biológica.
ACTUAR:
Después de reflexionar este tema sobre el
Sacramento del Matrimonio, en el que los
novios son los ministros; cuyo fin es formar
una comunidad de vida y de amor y que nos
da las gracias necesarias para cumplir con
todas sus exigencias, ¿qué propósito per­
sonal tienes? Y como pareja, ¿qué podrían
hacer para celebrarlo dignamente y después
vivirlo, como Cristo ama a la Iglesia?
Sugerencias52:
Rezar en pareja o en familia.
Ir a misa juntos.
52 Cfr. MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO.
Curso de preparación inmedia­
A L IA N Z A D E A M O R .
ta al matrimonio. México, pág. 107-108
35 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
 Dedicar un tiempo la final del día para
platicar como les fue a cada uno en sus
actividades diarias.
Leer juntos algunos libros sobre el tema
del Matrimonio.
Procurar renovar sus votos matrimoniales.
Acudir a un retiro o curso matrimonial
una vez al año.
Procurar estar cerca del Sacerdote que
los casó, o bien, encontrar un Sacerdote
con el que los dos sientan confianza. En
los momentos de crisis o de conflicto
conyugal, pedirle su consejo.
Dedicarle tiempo al diálogo, no guardar
resentimientos contra el otro, poner al cón -
yuge en primer lugar antes que los demás.

DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ 36 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
Tema
Celebración del
sacramento del
matrimonio
OBJETIVO:
Q ue lo s n o vio s disfruten, co m prenda n y
vivan la rique za d e l R ito de la celebració n
d e l M atrim onio.
1. INTRODUCCIÓN
2. La así llamada “ cerem onia p o r la Igle­
sia ” tiene como meta, todo el proceso de
preparación y la gran preocupación de los
novios por todos los detalles que encierra.
De aquí que es muy importante orientarlos
para que no termine por ser precisamente
eso: una “ceremonia” muy lúcida, román­
tica y social. Por ello incluimos en el curso
de preparación el presente tema tanto en
la línea de las orientaciones concretas y el
desarrollo de la celebración, como de los
“significados” y contenidos del mismo rito.
PREGUNTA
-A l pensaren los preparativos de la celebra­
ción del sacramento del matrimonio, ¿qué
es lo que más se toma en cuenta?
-Hagan una lista de lo más importante que
tienen para preparar la boda en la Iglesia.
2.- DESARROLLO
A - CONTENIDOS TEOLÓGICOS
A) La Palabra
La palabra es un conjunto o secuencia de
sonidos articulados, que se pueden repre­
sentar gráficamente con letras, y por lo
general, asocian un significado. El término
de palabra también puede referirse a la pro­
mesa o compromiso de hacer algo por parte
de una persona; y en reuniones formales es
el derecho o turno para hablar.
El tema de la Palabra constituye el prin
cipio y centro de la Biblia. Que comienza
hablando de Dios que lo ha creado todo por
su Palabra ( G é n e sis 1) y sigue hablando
del Dios que revela su Palabra a los profe­
tas, para culminar en Jesús que es Palabra
encarnada (Ju a n 1,14), desembocado en la
victoria de Cristo Palabra en el Apocalipsis
(A p o c a lip s is 19,13).
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
Es por eso que nuestra palabra tiene no
solo un significado de compromiso, sino
también la fuerza de lo divino a lo que nos
invita a reflexionar sobre la palabra: es crea­
dora y nos invita a acercarnos a la Palabra
de Dios con humildad (Éxodo 3,1-6; Isaías
6.1- 7) ya que proviene del Padre (Juan 1,18;
3,11; 7,17; 3, 38; 3,34; 8,28; 12,49; 14,24;
17,8; IT e s a lo n ic e n s e s 2,13). La Palabra la
enseña y la sugiere el Espíritu Santo (Juan
14,26) para nuestra Salvación (1 C orintios
15,2; E fe sio s 6,17; S a ntiago 1,21) ya que
nos ayuda a no pecar (S a lm o 119 ‘118’, 11).
B) El consentimiento
Con el consentimiento matrimonial que
expresa ante la comunidad (representación de
la Iglesia) y por el que se entrega el uno al otro,
es Cristo mismo quien los entrega, pues a Él
se pertenece. Por eso se dice que los novios
cristianos “se casan en el seño r”. Este es el
momento más importante de toda la celebra
ción y que deben aprender de memoria.
El consentimiento mutuo es el inicio de la
Alianza Nupcial, la cual está basada en la
imagen de la Alianza de Dios con su Pueblo,
es por eso que se realiza un pacto de amor
entre esposo y esposa ( O seas 2,21; O seas
4 .1 - 2), los cuales se han de preocupar de
renovarla constantemente (Éxodo 19,5-6;
Éxodo 34 todo; Deuteronomio 5,2-3) ya que
esta alianza no solo es un compromiso de
convivencia, sino que su meta es la santi­
dad de ambos (Lu ca s 1,73-75). Con nues­
tros pecados rompemos la alianza (E z e q u ie l
44,6-7), dañamos seriamente esa relación,
es por eso que Dios nos pide cooperación
(M ateo 18,23ss), participación consciente y
efectiva en esta relación.
C) El acom pañam iento del Espíritu Santo
Es el efecto del cristiano al dejarse guiar y
conducir por el Espíritu Santo, ya que es un
don recibido de manera inmerecida (H e c h o s
2,38-39; G álatas 5,22). Al abrazar la fe se
nos da gratuitamente (H e ch o s 2,38; 19,2-
6; G álatas 3,2.14; Tito 3,5) y por tal motivo
nos convertimos en templos vivos donde lo
38 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
alojamos (R o m a n o s 8,9; 1 C o rintios 3,16-
17; 1C o rintios 6,19; 2 C o rin tio s 6,16; E fe-
sio s 2 ,20-22; 2 T im o teo 1,13-14), donde
nos esforzamos por mantenerlo para no
extinguir su presencia en nosotros ( 1Tesa-
lo n ice n se s 5,19) ni entristecerlo ( E fesios
4,30). La Iglesia nos exhorta a llenarnos de
él constantemente (E fe sio s 5,18), ya que
El mismo nos impulsa fuertemente a actuar
(Job 32,8), a trabajar por la construcción del
Reino siguiendo sus impulsos ( G álatas 2,20;
5,25; R o m a n o s 8,14), llevándonos a una
rectitud de nuestros actos, pues sus impul­
sos son incompatibles con los de nuestras
pasiones desordenadas ( G álatas 5,16), no
llevaran a actuar en contra de los precep­
tos divinos, pues nos ayuda a librarnos de la
concupiscencia (R o m a n o s 7,5-6; R o m a n o s
8,2; 8,9ss; 2C o rin tio s 3,17).
Es por eso que en el rito del matrimonio al
darse la bendición nupcial se dispone a los
esposos a dejarse guiar por este mismo
Espíritu Santo con la Eucaristía domini­
cal donde se les ofrece el alimento ordina­
rio para crecer en su vida cristiana. Con la
reconciliación sana las heridas del egoísmo
y del pecado. Con su participación en algún
grupo o movimiento matrimonial los ayuda a
crecer en su amor y en su integración con­
yugal. Con los sacramentos de iniciación y el
catecismo para sus hijos dispone su familia
como comunidad de amor y de vida. En fin,
la Iglesia dispone de toda una Pastoral Fami­
liar para que aquellos que se han casado en
el Señor, realicen su proyecto cristiano.
LITURGIA DEL MATRIMONIO
i) Monición
El sacerdote hace una monición introducto­
ria sobre el sentido de lo que van a celebrar
los novios. Es importante anticipar el sen­
tido del rito para que los novios participen
conscientemente y también la comunidad
los acompañe no como espectadores, sino
como pueblo de Dios que vive este misterio
de la unión del hombre y de la mujer.
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDÍÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
2) Interrogatorio
El Sacerdote los interroga acerca de la liber­
tad, la fidelidad y la aceptación y educación
de los hijos y lo hacen públicamente ante la
representación de la Iglesia en los presen­
tes. Este momento es para manifestar públi­
camente sobre la intención sincera para
contraer el matrimonio.
3) Consentimiento
El Sacerdote le invita a tomarse de las manos
ya que este signo manifiesta la igualad y la
disposición de la cooperación en la pareja.
También les invita a hacer este consenti­
miento mutuo ante Dios y ante la Iglesia.
Es importante que en esta parte los novios
no estén de espaldas a la asamblea, sino
mirándose de frente, pues son ellos mismos
los ministros del sacramento. Estar de frente
es reconocerse, es dirigirse personalmente
a la otra persona en igualdad.
De acuerdo al rito del matrimonio, el consen­
timiento mutuo es propio el signo de tomarse
de las manos. En el sistema jeroglífico egip­
cio, la mano significa el principio manifestado,
la acción, la donación, la labor. Schneider
concede a la mano un papel extraordinario
“por ser la parte corporal del estado interior
del ser humano (pues) ella indica la actitud
del espíritu cuando éste no se manifiesta por
la vía acústica, es decir, por medio del gesto.
Las dos manos unidas, significaban un matri­
monio místico. Para el pensamiento beréber
(cultura ai norte de Africa), la mano significa
la protección, autoridad, poder y fuerza. Lo
mismo entre los romanos. La m a n u s simbo­
lizaba la autoridad del p a te r fa m ilia s y la del
emperador.
En opinión de Jung, la mano derecha y la
izquierda es infrecuente, pero, de parecer,
sólo enriquece el símbolo con el sentido
adicional derivado del simbolismo especial:
el lado derecho corresponde a lo racional,
consciente, lógico y viril. El izquierdo corres­
ponde a lo contrario, por lo que en el rito del
consentimiento mutuo se toman ambos de la
39 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL "TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
mano derecha para significar que es un acto
libre y consciente.
Este es el concepto actual del consenso
matrimonial, pero en la antigüedad no era
así. En las tradiciones orientales se articu­
laba el consentimiento en dos momentos
celebrativos, cronológicamente distintos,
que por convención vienen comúnmente
denominados “compromiso y matrimonio” ,
donde en griego emplea hoy, los términos
de m n é stra o a rrh a b ó n (compromiso) y
s te p h a n ó m a (coronación). Según algunos
autores el origen de esta distinción será
un doble ritual de matrimonio en donde el
actual “compromiso” podría corresponder al
primitivo matrimonio celebrado al interior de
la familia o del clan, y la ceremonia nupcial
al rito tribal de competencia del estado, el
mismo que les concede el derecho a vivir
juntos como esposos.
Los romanos y los griegos consideraban
dos momentos distintos y separados en
el tiempo: los esponsales y el matrimo­
nio. Hay informaciones sobre el matrimo­
nio en la época clásica, como en Atenas.
Los esponsales consistían en el encuentro
entre el pretendiente y el padre de la joven
muchacha y el acuerdo sobre el matrimo­
nio y en modo especial sobre la dote: pro­
piedad que quedaba de la mujer, como una
especie de anticipación de su herencia. El
marido podía por lo tanto hacer uso de esta
propiedad.
Del uso romano se encuentran una buena
cantidad de testimonios. Podemos ver, al
igual que entre los judíos y los griegos, los
sponsali, negociaciones para el matrimonio
entre los romanos, tiene una estricta forma
jurídica. Los dos jefes de familia concluyen
entre ellos unastip u la tio que en el tiempo
del Imperio se convertirá en un verdadero
contrato. En las familias nobles los esponsa­
les se celebraban con un banquete en la que
participaban parientes y amigos. Se trata por
lo tanto de un compromiso con el depósito o
la dote como era conocido en Oriente.
DREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
El derecho romano, en la época imperial
habla del consentimiento mutuo, el con­
sensos, ya que el matrimonio lo produce el
consentimiento de las partes legítimamente
manifestado entre las personas jurídica­
mente hábiles, esto es lo que hace válido el
matrimonio. Intercambiarse legítimamente
el consentimiento sólo exige ciertas con
diciones de edad, de conformidad de los
padres, de ausencia de impedimento por
razón de parentesco, de alianza o de esta­
tus civil. Pasaba lo mismo con la promesa
de matrimonio, s p o n s a lia : la ceremonial tra­
dicional del casamiento no tenía más que
un carácter facultativo.
Es posible comprobar la influencia del dere­
cho romano ya en el pensamiento cristiano,
que va dando un valor al consentimiento
como valor constitutivo de! matrimonio.
Según el derecho romano dicho consen­
timiento es necesario para la realización
del matrimonio de cualquier forma que se
expresara de tradiciones y costumbres con
que se celebraba el matrimonio para exp re­
sar el consentimiento eran secundarias, así
que lo importante era el hecho mismo del
consentimiento de los contrayentes.
Hasta la paz constantiniana, los cristianos
no conocieron otra celebración del m atri­
monio que los ritos realizados en familia.
Como eran una minoría dentro de ¡a socie­
dad, no creían que tenían que rom per con
esta tradición en los usos de la sociedad,
y se contentaban con evitar los elementos
de idolatría y los aspectos licenciosos del
banquete y del cortejo. La Iglesia estaba
de acuerdo con la concepción jurídica
romana que definiría el matrimonio por el
consentimiento.
En el año de 1066, un sínodo presidido por el
patriarca Juan VIII Xiphilinos declara la equi­
valencia en el plano jurídico entre compro­
miso y matrimonio, decisión confirmada en
el 1084 por el emperador Alejo I Comneno.
Tanto en el mundo bizantino como en el
romano, la Iglesia no se interesaba en la dis-
40 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
ciplina matrimonial que esta era competen­
cia del estado, aunque la Iglesia ha tenido
desde entonces la preocupación de que el
consentimiento de las personas sea expre
sado libre y conscientemente.
4) Signos complementarios, (ver anexo).
5) Bendición nupcial
Este es uno de los momento más solemnes
de la celebración. En el caso de que el sacra­
mento del matrimonio se celebre en la Misa
se realiza después del rezo del Padre Nues­
tro, en el otro caso después de la oración de
los fieles. El ritual propone varias fórmulas
para la bendición que será proclamada por
el sacerdote o el diácono.
Bendecir proviene del latín b e n e d ice re (Ala­
bar, agradecer, ensalzar): Invocar la protec­
ción divina en favor de una persona o sobre
una cosa: b e n d e c ir a los hijos, los cam pos.
En la Liturgia del Matrimonio es hacer des­
cender la bendición de Dios sobre los espo­
sos y el ritual propone varias fórmulas.
La primera fórmula propuesta es antecedida
por una monición del ministro celebrante,
que invita a la comunidad a la oración y al
buen deseo de que el Señor continúe su pre­
sencia y su bendición a lo largo de su vida.
La oración consta de dos bloques importan­
tes que son la a n a m n e sis y la e p ícle sis . En
la a n a m n e sis nos hace un recuento y el sen­
tido del matrimonio a lo largo de la Historia
de la Salvación y la intención de Dios sobre
la unidad matrimonial. En la e p ícle sis se
hace la invocación del Espíritu Santo como
actor principal que ha de mantener vivo el
amor conyugal en el corazón de los esposos
haciendo que permanezcan en la fidelidad,
ayudando a demás a recordar a cada uno
los deberes y obligaciones de uno para con
el otro aún después de procrear y transcu­
rrida la vida juntos.
Esta es la parte epiclética del sacramento,
es decir, la efusión del Espíritu Santo en el
Sacramento.
DIMENSIÓN FAMILIA] ARQUIDIÓCESIS DETUXTLAGUTIÉRREZ
ANEXO: Los signos complementarios
Los signos complementarios son los anillos
y las arras. La entrega es antecedida por
una oración y una fórmula para la entrega
del signo. Desde la oración se manifiestan
ya ambos como símbolos de fidelidad y de
ayuda mutua, siendo además un recordatorio
del amor que se tienen y debe prolongarse.
Los anillos
Anillos o Argollas de Matrimonio
La tradición dice que la argolla será la que
protegerá a la novia de los malos espíritus.
Los egipcios lo usaban antes del nacimiento
de Cristo, y su forma circular simbolizaba
la eternidad ya que no tiene principio ni fin.
En el siglo III a. c., los griegos comenzaron
a colocarse estos anillos en el tercer dedo
sin contar el pulgar, ya que se creía que la
vena del dedo anular llega directo al cora­
zón lo que significaba estar en contacto con
los sentimientos, porque se pensaba que
nacían en ese lugar.
Anillo de compromiso
En la época medieval, el hombre que
deseaba casarse con alguna mujer debía
ofrecer una dote a la familia de la novia. Las
joyas y las piedras preciosas se incluían a
menudo en este tipo de pago, porque ade­
más simbolizaban el compromiso. Entonces,
se creía que si el novio le obsequiaba un ani­
llo de diamante en señal de su amor y deseo
de contraer matrimonio y el hecho de que la
novia lo usara, eran actos que indicaban la
intención de la pareja de casarse en un año
máximo. En la actualidad, los enamorados
se inclinan por unas argollas de compromiso
de oro que es un par de milímetros más del­
gado que el anillo de matrimonio.
Aros de matrimonio
Antiguamente en Europa, el esposo ataba
los tobillos y las muñecas de la novia con
cuerdas hechas de yerbas, porque la tra­
dición decía que con este ritual el alma de
41 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
la mujer no lo abandonaría rápidamente.
Al paso de los años y con los cambios en
las creencias, el sentido y el material de las
cuerdas evolucionaron. Hoy, los esposos
intercambian los anillos y se los colocan en
el dedo anular en señal de alianza. Los ani­
llos de hierba pasaron a ser de cuero, pero
como se deterioraban por el uso se optó por
la piedra pulida. Ésta, aunque era resistente,
era poco o nada estética, así que se optó
por los metales hasta llegar a los preciosos
como la plata y el oro.
Las arras
Las 13 arras representan en el rito mozá­
rabe, los bienes repartidos en los doce
meses del año y una más para compartir
con los pobres. El novio le hace entrega a la
novia como símbolo de que los bienes mate­
riales de ambos serán compartidos y de que
éstos no faltarán en casa.
En la antigüedad, las arras constituían una
garantía de cualquier obligación aceptada o
convenida. No eran una dote del marido, ni
siquiera un residuo del antiguo precio de la
mujer. Calificadas como garantía del acuerdo
o promesa de matrimonio (el arra responsa-
licia), son una institución de origen oriental
recogida por el Derecho Romano para refor­
zar el cumplimiento del acuerdo convenido
entre los esposos: si se incumple la promesa
de matrimonio, se pierden las arras.
En el Derecho Romano fueron consideradas
como una donación, sponsalitia lergitati, y el
Derecho Germánico-Visigodo establecido
en España sigue esta línea con el apoyo de
la Iglesia. No obstante, los textos legales
españoles formulan generalmente limitacio­
nes al valor de las arras, que en no pocos
casos resulta excesivo. Un documento tole­
dano de 1530 señala que está establecido
que nadie puede dar arras a su mujer por un
valor superior a quinientos sueldos.
Algunos fueros municipales adecúan las
arras a la condición de la esposa, según sea
ésta villana o aldeana, y están constituidas
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
generalmente por tierras y ganado. En ese
mismo sentido, la recopilación de fueros
aragoneses distingue a la infanzona de la
villana. La primera puede recibir como arras
tres de las mejores heredades del esposo,
mientras que a la villana se le dará un campo
de sembradura y un cahíz de semillas. En la
fórmula medieval se ofrecen ya en moneda:
“doy en arras a vos estos florines de oro” .
Algunos especialistas aseguran que sustitu­
yen a la donación por causa de matrimonio
(donatio propter nuptias) y las Ñaman “arras
hispánicas”, lo cual revela una matización
que las diferencia, e incluso adquieren el
significado del viejo precio de la virginidad,
pues se las considera remuneración del
pudor o la nobleza.
También se denominaron (y se siguen deno­
minando) arras a las monedas que se entre­
gan en la ceremonia religiosa: doce mone­
das de oro o plata y una de metal, que han
de bendecirse antes de la velación. Con esa
entrega de arras el matrimonio queda per­
feccionado en cuanto a su base contractual.
Los textos históricos muestran una cierta
ambigüedad al designar las distintas aporta­
ciones patrimoniales a la sociedad conyugal.
Las arras están ligadas de forma específica
al acto esponsalicio, mientras que el ajuar se
relaciona con la preparación de las nupcias.
El lazo
El lazo representa visualmente el vínculo
inquebrantable entre los novios, una fuerza
que los une y los aparta del resto del mundo,
protegiéndolos y vigorizando su alianza. Es
la forma sólida de una conexión que sólo
ellos dos comparten.
Tradicionalmente, los padrinos colocan
este lazo sobre los hombros del novio y de
la novia, reforzando sus promesas. Estos
padrinos suelen ser una pareja muy que­
rida por los novios y que lleva mucho tiempo
junta, o cuya relación es estable. De esta
forma, los encargados de enlazar a! nuevo
matrimonio son una pareja con experiencia y
42 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
fortaleza en su propia relación. Hay distintas Los sacerdotes españoles trajeron esta cos­
maneras de colocar el lazo y dependen de la tumbre al México recién conquistado, y, al
forma que este tenga: el lazo, por ejemplo, parecer, coincidió con una práctica indígena,
puede estar dividido en dos círculos, de en la cual la pareja unía las puntas de sus
manera que uno envuelva a la novia y otro ropas o de sus mantas al casarse. Hoy, la
al novio, uniéndolos en el centro. Se crea tradición del lazo sigue abriéndose paso en
así, un símbolo de infinito, representando el mundo, ya que en 2013 fue reconocida
al amor eterno que los une. También puede oficialmente en EU como parte de la cere­
tratarse de un único círculo y puede llevar monia de matrimonio católico. Su profundi­
una placa con los nombres de los novios y dad nunca se extinguirá, ya que radica en su
la fecha de la boda o, más tradicionalmente, propio nombre: al igual que en el español, en
una cruz, como la llevaría un rosario. Si es sánscrito el vocablo “y u9 ” significa al mismo
así, la cruz debe ir al frente y estar en medio tiempo lazo y unión.
de los novios, ya que representa a la fe cató -
lica, que mediará entre ellos y estará siem
pre presente. También se puede enlazar a
los novios colocando el lazo alrededor de
sus manos y muñecas.
Se enlaza a la pareja luego de que han
intercambiado los anillos y se han dado
las arras, estando arrodillados frente al altar.
El lazo puede permanecer alrededor de
ellos hasta que la ceremonia termina. Enton -
ces es retirado por los mismos padrinos o
por el sacerdote y es entregado a la novia.
Hay lazos que han pasado de generación en
generación, de manera que se han conver
tido en un símbolo de unión no sólo entre la
pareja, sino en la familia entera.
Esta tradición tiene orígenes muy antiguos:
San Isidoro de Sevilla la describe como parte
del rito toledano, en el cual se colocaba sobre
los novios un dosel. En las bodas católicas
se situaba una guirnalda de azares sobre los
hombros de los novios; sus colores eran el
blanco y el guinda, simbolizando la pureza
de la unión y la sangre de la futura descen­
dencia de la pareja. Es por ello, quizás, que
algunos lazos tienen flores en el centro, de
las que se desprenden cadenas finas o hile­
ras de cuentas, representando esta misma
descendencia y, con ello, volviéndose un
amuleto para la fertilidad. La unión mediante
guirnaldas también estaba presente en
las tradiciones irlandesas medievales.

DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ 43 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
Tema
Espiritualidad
conyugal
OBJETIVO: Que los novios hagan concien­
cia de que la vida de amor del matrimonio
y de la familia es respuesta a la vocación y
camino de santidad.
VER
“Como muestran las estadísticas, de 500
parejas felizmente casadas, más de la mitad
consideró que la espiritualidad y la fe es el
elemento que más contribuye a su felici
dad (véase CARA, Marriage in The Catholic
Church: A S urvey of U.S. Catholics, October
2007). Particularmente en las familias hispa­
nas, el orar juntos demostró ser la fuente de
la cual sus miembros se nutren para sobre­
llevar los retos que afectan particularmente
a esta comunidad, tales como las adversida­
des económicas y la migración.
La razón de este beneficio puede verse
desde muchos aspectos. Podemos comen­
zar diciendo que, aunque lo sepamos o no,
desde el instante mismo en que nos sentí
mos atraídos por nuestra pareja, Dios estaba
ya ahí, en medio de nosotros. Pues, sólo un
Dios de Amor pudo haber hecho posible que
sintiéramos el impulso de salir de nuestra
soledad egoísta, al encuentro de otro ser
y de desear incluso entregarle, aunque no
sea de nuestra familia ni de nuestro grupo
de allegados, todo lo que somos: nuestro
cuerpo, lo que ganamos, lo que sentimos y
hasta lo que podemos llegar a ser. Y si esta
aventura de “despojo y solidaridad” en vez
de asustarnos y sentirla como una pérdida,
la experimentamos como una de las fuentes
más grande de realización, es porque este
Dios nos hizo parecidos a Él53.
Pedir a los asistentes escribir su experien­
cia religiosa y de fe que le enseñaron sus
papás. Los novios comparten lo escrito con
su respectiva pareja.
JUZGAR
Cuando Dios crea al hombre, le da la liber-
tad de poder decidir, no solo en los nom
53 https://portumatrimonio.org/para-toda-pareja/espi-
ritualidad-y-fe/
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
bres de los animales, sino también en su=
acciones; pero “Dios, infinitamente perfecto
y bienaventurado en sí mismo, en un desig­
nio de pura bondad ha creado libremente
al hombre para hacerle partícipe de su vida
bienaventurada. Por eso, en todo tiempo y
en todo lugar, se hace cercano del hombre:
le llama y le ayuda a buscarle, a conocerle y
a amarle con todas sus fuerzas”54.
“Siempre hemos hablado de la inhabitación
divina en el corazón de la persona que vive
en gracia. Hoy podemos decir también que
la Trinidad está presente en el templo de la
comunión matrimonial. Así como habita en
las alabanzas de su pueblo (cf. Sal 22,4),
vive íntimamente en el amor conyugal que
le da gloria.55
Es decir que en el corazón del hombre está
inscrito el deseo de Dios “El deseo de Dios
está inscrito en el corazón del hombre, por­
que el hombre ha sido creado por Dios y para
Dios; y Dios no cesa de atraer al hombre
hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre
la verdad y la dicha que no cesa de buscar56
El hombre y la mujer, una vez casados, están
llamados a formar comunidad; ya que ambos
son imagen y semejanza de Dios; “ambos tie­
nen que brillar y hacerse presente los dos en
el amor generoso de Dios”57. Ya que donde
hay amor hay vida. El amor debe ser oblativo
donde entregamos a Dios que guie el matri
monio y que nos una espiritualmente.
El matrimonio debe de vivirse con plenitud
desde la fe; ya que “el amor de los esposos
exige, por su misma naturaleza, la unidad y
la indisolubilidad (...) están llamados a cre­
cer continuamente a través de la fidelidad
cotidiana a la promesa matrimonial reciproca
de donación total”.58
Sabemos que vivimos en un mundo satu­
rado de materialismo. Aspiramos a poseer
54 Catecismo de la Iglesia Católica. Núm. 1
55 Amoris Laetitia. no. 314
56 Catecismo de la Iglesia Católica. Núm. 27
57 ¿Qué es el Matrimonio? Ediciones Dabar. México
DF. Pág. 14
58 Cf. Familaris Consortio 19.
45 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
bienes materiales: dinero, comodidad, placer.
Al casamos pensamos en las necesidades
materiales y queremos salir a flote, pero olvi­
damos lo más importante el ir sembrando el
aspecto espiritual conyugal; pensamos más
en tener que en alimentarnos espiritualmente.
Ese alimento es la Eucaristía, que nos lleva a
una comunión de pareja y con Dios.
Como cristianos debemos de saber que lo
espiritual es lo que da sentido a nuestra vida
y que todo lo material es lo que llevamos en la
alforja de peregrinos y que se quedara atrás
cuando llegue el final. Y como matrimonio la
espiritualidad es la semilla que nos hará cre­
cer en todos los valores humanos-cristianos.
Se ha dicho que el hombre y mujer son
creados por Dios; y ambos una vez que se
casan están llamados a vivir el misterio de
la comunidad que Dios vive, es decir que la
espiritualidad conyugal está basada en el
amor conyugal, que se va dando de forma
vivencial.
“Dios pone en nuestras manos, nuestra propia
felicidad para saber amarnos”59. Es decir que
el amor como personas lo poseemos desde
siempre; pero nace en la convivencia, y se
experimenta cuando uno ama y es amado.
“Es así que el amor, puede darse hacia los
amigos, los padres, los hermanos, padres e
hijos y el amor conyugal’60. Porque menciona­
mos el amor como base de la espiritualidad;
porque el amor es la fuente de esa entrega
libre, por la cual se elige querer el bien del ser
amado; es la actitud de la voluntad dirigida
hacia la felicidad y cuando es amor conyu­
gal la felicidad en pareja llega a una felicidad
plena y es en ella en la que se encuentra a
Dios como motor del matrimonio.
Espiritualidad conyugal “es caminar juntos
hacia Dios”61. Es ayudarse a encontrar y
cumplir la voluntad de Dios; con ojos de fe
59 ¿Qué es el Matrimonio? Ediciones Dabar. México
DF. Pág. 17
60 LUIS EDUARDO GUTIÉRREZ.. Preparación in­
mediata al Matrimonio. Guadalajara 2007. Pág. 15
61 Preparación para el matrimonio. Palabra Edicio­
nes. México 2016. Pág. 79
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
siempre estar sostenido de Dios para salir
adelante. Es un camino que, como matrimo­
nio los debe llevar a la santidad.
“Existe una única santidad, un único medio
para acercarse a la vida de Dios: es Cristo
(Jn 14.6). Cristo muerto y resucitado; como
esposos vivir el Misterio Pascual que los
lleve hacia la perfección, hacia la santidad”62.
Es buscar los medios para llevar acabo la
Obra Salvífica dentro del Matrimonio. “Por
otra parte, los momentos de gozo, el des­
canso o la fiesta, y aun la sexualidad, se
experimentan como una participación en
la vida plena de su Resurrección. Los cón­
yuges conforman con diversos gestos coti­
dianos ese «espacio teologal en el que se
puede experimentar la presencia mística del
Señor resucitado”63
Hay que hacer comunión en la familia; nos
debe lleva a esa santificación “Una comu­
nión familiar bien vivida es un verdadero
camino de santificación en la vida ordinaria
y de crecimiento místico, un medio para la
unión íntima con Dios. Porque las exigencias
fraternas y comunitarias de la vida en fami­
lia son una ocasión para abrir más y más el
corazón, y eso hace posible un encuentro
con el Señor cada vez más pleno”64.
Es por ello importante que los esposos ten­
gan claro que la espiritualidad conyugal les
ayudara a descubrir los admirable planes
que Dios les tiene, desde su mismo amor
como esposos, como más adelante el amor
hacia con sus hijos.
La misma espiritualidad debe de “sostener­
los mutuamente en la realización de la vida
cristiana”65. Es decir, tener una mutua ayuda
traducida en palabras y acciones, consejos,
en el ejemplo constante de una vida digna
y virtuosa; la espiritualidad debe estar llena
de valores cristianos que los lleve a ser más
humanos uno con el otro.
62 Ob. Cit. Pag.80
63 Amoris Laetitia no. 317
64 Ob. Cit. No. 316
65 ALEJO P.. Catecismo para esposos y novios. Edi­
ciones Paulinas; S.A. XXI edición. 1990. Pág. 59
46 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
ACTUAR
Una vez ya casados, “se han comprometido
a ser compañeros uno del otro y no por un
momento, sino para siempre”66; es decir apo­
yarse mutuamente en el amor oblativo que
van fortaleciendo a diario. Cuando hay una
espiritualidad conyugal, hay confianza en
Dios, y en la tranquilidad y sufrimientos, en la
salud y en la enfermedad habrá esa fortaleza
y plena confianza en Él, para salir adelante.
Si la familia logra concentrarse en Cristo,
él unifica e ilumina toda la vida familiar.
Los dolores y las angustias se experimen­
tan en comunión con la cruz del Señor, y el
abrazo con él permite sobrellevar los peo­
res momentos aún en los días amargos de
la familia, unidos a Cristo pueden evitar una
ruptura. Las familias alcanzan poco a poco,
«con la gracia del Espíritu Santo, su santidad
a través de la vida matrimonial, participando
también en el misterio de la cruz de Cristo,
que transforma las dificultades y sufrimien­
tos en una ofrenda de amor»67
La espiritualidad conyugal es “una vida” no
solo unas prácticas; una vida debe de ali­
mentarse constantemente, fortalecerse y
cuidarse; les presentamos estos medios que
puede ser útiles para alimentar la espirituali­
dad conyugal:
/ Que los esposos hablen solo entre ellos
/ Las atenciones mutuas
/ L o s actos conyugales conforme Dios
quiere
/ Que los esposos participen juntos en
los Sacramento especialmente Peniten­
cia y Eucaristía.
/ La oración en común de los esposos
/ Conversación de los dos común sacer -
dote que los guie y aconseje
/ Estar juntos en la tristeza y alegrías68
'/V iv ific a r los votos matrimoniales
66 ¿Qué es el Matrimonio? Ediciones Dabar. México
DF. Pág. 17
67 Amoris Laetitia no. 317
68 Preparación para el Matrimonio. Palabra Edicio­
nes. México 2016. Pág. 80
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONiAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
/ju n to s busquen soluciones a los pro­
blemas ligeros o graves que se les vaya
presentando.
/ Cuando se pidan perdón por alguna
falta de amor de su vida y sientan que
no han sido fieles a las promesas de
“amarse y respetarse todos los días en
la vida”
Todos estos puntos que se han señalada,
deben de vivirse, alimentarlos constante­
mente, llevarlos a la perfección plena y la
santificación. Dios debe ser el motor del
amor oblativo de la pareja. Como esposos
deben de vivir la espiritualidad aunada siem ­
pre en la oración y en los detalles que ayu­
den a fortalecerse mutuamente en el mismo
amor como pareja que es inspirada en el
amor de Dios hacia cada uno.
Por ultimo podemos decir, que la oración es el
elemento más importante de la espiritualidad
conyugal “La oración en familia es un medio
privilegiado para expresar y fortalecer esta fe
pascual (....) El camino comunitario de ora­
ción alcanza su culminación participando ju n ­
tos de la Eucaristía, especialmente en medio
del reposo dominical. Jesús llama a la puerta
de la familia para compartir con ella la cena
eucarística (cf. Ap 3,20). Allí, los esposos
pueden volver siempre a sellar la alianza pas­
cual que los ha unido y que refleja la Alianza
que Dios selló con la humanidad en la CRUZ.
La Eucaristía es el sacramento de la nueva
Alianza donde se actualiza la acción reden­
tora de Cristo (cf. Le 22,20). Así se advierten
los lazos íntimos que existen entre la vida
matrimonial y la Eucaristía[378]. El alimento
de la Eucaristía es fuerza y estímulo para vivir
cada día la alianza matrimonial como «iglesia
doméstica”69
69 Amoris Laetitia no. 318
47 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
 Tema 10
Reconciliación y
Eucaristía, momentos
fuertes para renovar la
vida matrimonial
OBJETIVO:
inculcar a los novios que la gracia del Señor
durante la vida matrimonial se recibe y acre­
cienta sobre todo en la reconciliación que
nos perdona en momentos de culpa, y en la
Eucaristía que nos fortalece para la lucha.
VER
Platicar sobre situaciones que agraven la
vida por nuestra propia culpa: Ejemplos y
Comentarios:
¿Cuándo pecamos en nuestro matrimonio,
en nuestra familia y hacia los demás? ¿Cómo
tomamos conciencia de estos errores, fallas
y pecados?
E xplicación
Cuando vemos a un papá que ofende a sus
hijos con palabras groseras, cuando vemos
hermanos que se insultan, duele el corazón
y da tristeza. Es el pecado vivo y practicado
lo que ensombrece nuestra vida, lo que
desalienta.
¿Cuantas veces en la noche antes de des
cansar, nuestro corazón se arrepiente de las
fallas serias que hicimos durante el día? Las
palabras que no debíamos haber dicho, las
mentiras que empobrecieron la verdad, el
enojo sin causa ni motivo, el golpe duro que
dimos y que nunca deberíamos haber dado
y tantas cosas más que ocurren. Si hubieron
pecados mayores durante el día, que lo hacen
oscuro. El hablar mal del prójimo quitándole
su fama, el adulterio que ocurrió en nuestro
corazón, el aprovecharnos de la pobreza o
ignorancia de otros para ganar más.
Son sombras que opacan la luz que hemos
recibido en nuestro bautismo. Todo eso es el
pecado.
El pecado nos hace mal, nos degrada, nos
daña, nos aleja de Dios y de nuestros hef
manos.
Palabra de Dios:
Vamos a ver lo que hace Jesús frente a
situaciones de pecado:
PREPARACIÓN PRE-IVIATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
Leer: Lucas 5,27-32. Ante Leví, Jesús dice.
« H e venido a llamar a los pecado res» .
Juan 8,1-11 Ante la mujer adúltera, Jesús
dice: « Y o tampoco te condeno. No vuelvas
a pecar en a d e la n te » .
Platicar sobre los dos textos:
¿Qué hace Jesús frente a los pecadores?
¿Qué reacción tienen las personas que lo
siguen?
. ¿Qué enseñanza podemos sacar?
E xplicación
Dios nos perdona, pero él quiere darnos la
señal, el signo de su perdón en la comuni­
dad por medio del sacerdote.
Pedir perdón es rehacer los lazos del ver­
dadero amor, reconocer que necesitamos de
Dios y de los demás. Entrar en la comuni­
dad con la cabeza en alto y luchar para que
Jesús viva en todos los que nos rodean.
JUZGAR
1. El perdón entre n o sotro s
Somos conscientes de fallas, errores y peca­
dos en los matrimonios y familias.
También hemos visto que Jesús perdona
porque es la misericordia en abundancia.
Esto significa que siguiendo a Jesús, tam­
bién nosotros debemos perdonarnos por
grande que sea lo que haya pasado.
Concretizamos esto platicando sobre algu­
nos casos:
C A S 0 1. El esposo regresa borracho a casa,
hace mucho ruido, la esposa le llama la aten­
ción; él se enoja, la ofende y la molesta. Los
dos se acuestan con coraje.
En la mañana se levantan con malos senti
mientas y arrepentimiento. ¿Qué deben hacer
los dos? ¿Cómo hablar sobre lo sucedido?
Comentar entre todos dando soluciones.
CASO 2. A la esposa le llega un chisme: «Tu
esposo ya tiene otra mujer». Ella se entris­
tece y le llama la atención.
Platicar sobre esta situación:
49 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
¿Cómo puede la esposa empezar a hablar?
Si es verdad y el esposo se disculpa: ¿qué
hace la esposa? Que la pareja ponga otro
ejemplo de pecado, algo de lo que se
mencionó en el VER.
Platicar:
¿Cómo se podría reconciliar la pareja?
Hablar pacíficamente, mostrar arrepenti­
miento, pedir y dar perdón, buscar mejorar
mutuamente.
Explicación
No es fácil superar un problema y reconci­
liarse. Pero es necesario hacerlo miles de
veces en nuestra vida. Y después viene la
paz, se sienten mejor, ven oportunidad de
comenzar una nueva vida, reciben ánimo
para continuar y perseverar. Recordemos el
Evangelio.
Jesús dice a la mujer adúltera: «Yo tampoco
te condeno», pero dice también: «Vete y no
vuelvas a pecar en adelante».
¿Y qué hacer cuando el pecado se repite?
Los participantes comentan sobre esto.
Escuchamos nuevamente lo que Jesús nos
dice:
E n to n ce s P e dro se acercó y le dijo:
S e ñ o r ¿ cuá nta s veces deb o p e rd o n a r
la s o fe n sa s de m i h e rm a n o ? ¿H asta
sie te veces? Je sú s le co ntestó: ((No
d igas sie te veces, sin o hasta se tenta y
sie te veces» (M ateo 18, 21-22).
2. El sacramento de la reconciliación
Jesús nos llama a perdonamos, y El mismo
perdona en nombre del Padre misericor­
dioso. Esto hace también el sacerdote en
nombre de Cristo en el sacramento de la
reconciliación.
Platicar sobre experiencias que se tienen en
este sacramento.
¿Que sabemos de esto?
Explicación
... Con frecuencia decimos: «que el Padre
venga a confesar a don... Es mejor decir el
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
enfermo quiere confesarse. El padre per­
dona en nombre de Cristo. El celebra la
reconciliación.
Pero enfermos estamos todos los que nos
hemos desviado de la Voluntad del Padre, si
pasa algo malo por nuestra culpa.
No es correcto confesarse sólo antes de
morir; sino que durante la vida necesitamos
la Reconciliación con Dios.
Platicar: ¿Cómo prepararse para la Reconci­
liación y cómo recibir el sacramento. Leer y
comentar la hoja: ¿Cómo preparar mi confe­
sión? (Entregar la hoja para la reconciliación
de un solo penitente)
Resumen
Recomienda a la pareja que antes de
casarse reciban la reconciliación. Hablar
Con el sacerdote para fijar la fecha.
Es preciso que los matrimonios sientan la
necesidad de confesarse al menos una vez
al año. La reconciliación sacramental nos
da la gracia para nuestra vida, asegura la
fuerza de Dios en el matrimonio.
3. La Eucaristía: luz y pan de vida. Orienta
y alimenta la vida cristiana del matrimonio
Hay una gracia más que Cristo nos da para
orientamos y nutrir nuestra vida cristiana: en
el matrimonio, en la familia y en el servicio a
los demás.
Explicación
En la Celebración de la Eucaristía o Santa
Misa recibimos:
> La Palabra de Dios; su luz para orien­
tar nuestra fe.
> El cuerpo de Cristo; el Pan de Vida
para alimentar nuestra fe.
Esto también se llama Eucaristía que quiere
decir Acción de Gracias. Es una celebra­
ción para dar gracias al Padre en nombre de
Jesucristo por éste u otros matrimonios que
vamos a celebrar.
50 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
También lo llamamos Misa: Es e! nombre juntos compartiendo el pan nuestro, la vida,
más popular, que viene de una palabra latina la Cena del Señor.
que quiere decir: misión, envío. Platiquemos:
Venimos a celebrar una fiesta, a convivir ¿Cómo participan hasta ahora en la Misa?
en una comida donde todos participamos, ¿Cómo se sienten? ¿Qué entendieron mejor
tomamos parte y tenemos motivos para reu­ ahora?
nimos, alegramos y animamos. ¿Cómo pueden participar más activamente
El signo de la Eucaristía es una comida. Por en la misa?
eso tenemos manteles, plato, vaso, pan,
vino, agua, invitados y Jesús que nos invita E xplicación
y recibe. Los que se casan por la Iglesia pueden reci­
Profundizamos lo que es Eucaristía o Misa. bir la Comunión cada vez que participan en
Dijimos que es una comida: la Misa si están en Gracia. Pero si cometie­
¿Qué se necesita para participar en esa ron pecado grave deben confesarse antes.
comida? Es recomendable comulgar frecuentemente
Ser invitados. para contar Con la presencia y la fuerza de
¿Quién nos invita? Cristo en la vida diaria.
Jesús, el Señor Dar testimonio de cómo se anima ¡a vida con
¿Antes de ir a misa, a esta comida, qué la comunión frecuente.
hacemos?
Bañarnos, arreglamos, ponernos en camino. ACTUAR
¿Y al llegar qué hacemos? La celebración de las bodas se festeja nor­
Saludamos, si hemos tenido algún problema malmente en una misa.
pedimos perdón, nos disculpamos. Puede hacerse referencia al formato de
¿Y luego, comemos y nos vamos? celebración del matrimonio.
No, venimos a escuchar la Palabra de Dios.
Para que haya comida en la mesa, ¿qué se CELEBREMOS
necesita? Cantar: Una Espiga ó Pescador de Hombres
Servirla, pero antes hay que sacrificar el ani­ Despedida cariñosa, felicitar a la pareja y
malito que nos vamos comer, darle muerte desearle lo mejor para el matrimonio.
también al grano...
En la misa Cristo ha tenido que sacrificar su
Vida, darla. Todo eso para que nos alimente­
mos y tengamos vida.
¿Qué pensamos de una persona que no
quiere comer?
¿De una persona que se separa y no
participa?
Pues que está enferma, que desprecia, que
no entiende. Así pasa en la Misa con aque­
llas personas que van sólo a ver y no partici­
pan de nada.
Al final de la comida se dan las gracias al
que invitó, a las personas que fueron invi­
tadas y luego nos despedimos en ambiente
de hermandad y de alegría por haber estado

PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL "TE AMARÉ PARA SIEMPRE” 51 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
 Anexo
Impedimentos matrimoniales,
causas de nulidad y otras
cuestiones a considerar
Señor vicario judicial Pbro. Antonio López Mejía
EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
El matrimonio es la base de la sociedad que
nace del amor mutuo del hombre y de la
mujer y que se comprometen a vivir juntos
para ayudarse y para procrear a sus hijos
(Cf. Can. 1055 §1)70. Para que tenga esta­
bilidad esta unión matrimonial, la autoridad
civil y la Iglesia han dado leyes para que el
matrimonio y la familia tengan bases huma­
nas firmes como comunidad de vida y amor.
Estas leyes establecen algunas condiciones
y situaciones propias del matrimonio como
institución social, y que si no las tienen el
hombre y la mujer quedan impedidos para
casarse, por un impedimento u obstáculo
para celebrar el matrimonio.
■ Impedimento de edad (can. 1083)
El canon establece que para que pueda
casarse el hombre necesita haber cumplido
16 años de edad y la mujer 14.
El Directorio Diocesano establece en su
número 304 -tomando en cuenta lo que
indican las Normas Complementarias de la
Conferencia del Episcopado Mexicano- que
para la validez y licitud del matrimonio es
necesario que el varón haya cumplido los 18
años y la mujer los 16 años y en situaciones
especiales el ordinario del lugar puede otor­
gar la dispensa de edad.
■ Impedimento de impotencia antece
dente y perpetua (can. 1084)
El hombre y la mujer necesitan para casarse
ser capaces de realizar de modo humano,
voluntaria y libremente, la cópula conyugal
o unión íntima sexual, a la cual se ordena
el matrimonio por su misma naturaleza. Los
hombres y mujeres con impotencia ante­
cedente y perpetua para la unión sexual,
porque carecen de los órganos genitales
necesarios para realizarla, o porque no les
70 CIC: EL CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO en
latín Codex luris Canonici, representado como “CIC”
en las citas bibliográficas, es el conjunto ordenado
de las normas jurídicas que regulan la organización
de la Iglesia latina, la jerarquía de gobierno, los de­
rechos y obligaciones de los fieles, ¡os sacramentos
y las sanciones que se establecen por la contraven­
ción de esas normas.
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
funcionan por causas físicas o psíquicas tie­
nen impedimento natural para el matrimonio
(ver Mt. 19, 12).
■ Impedimento de vinculo de matrimonio
anterior (can. 1085)
Los casados válidamente por la Iglesia,
mientras viva su cónyuge o pareja no son
libres para casarse con otro, por impedi­
mento del matrimonio anterior, aunque ya
vivan separados o divorciados civilmente.
En estos casos, se puede estudiar la posi
bilidad de que el matrimonio religioso sea
declarado nulo, si se demuestra que nunca
existió sacramento en la unión matrimonial
podrían ellos volver a contraer matrimonio
eclesiástico.
■>impedimento de disparidad de culto
(can. 1086)
Los católicos están impedidos para casarse
con personas no bautizadas o bautizadas en
otra religión cristiana, porque tienen cultos
religiosos dispares y hay peligro de que a!
casarse resulten fuertes tensiones en la vida
matrimonial, por las divergencias en la fe y la
distinta mentalidad religiosa; principalmente
en la educación de los hijos. Este impedi­
mento necesita ser dispensado expresa­
mente por la autoridad eclesiástica para que
el matrimonio sea válido.
Con su amor sincero y sus oraciones fer­
vientes puede el cónyuge católico preparar
a su cónyuge no creyente a recibir la gracia
de la conversión a la fe católica.
La dispensa de este impedimento se hace
en base a los cann. 1125 y 1126. La otorga el
Ordinario del lugar bajo los siguientes requi­
sitos:
1o. Que la parte católica declare que está
dispuesta a evitar cualquier peligro de apar­
tarse de la fe, y prometa sinceramente que
hará cuanto le sea posible para que toda la
prole se bautice y se eduque en la Iglesia
católica;
2o. Que se informe en su momento al otro
contrayente sobre las promesas que debe
hacer la parte católica, de modo que conste
53 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUiDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
:_ r es . erdaderamente consciente de la pro­
cesa y de ia obligación de la parte católica;
3: . Que ambas partes sean instruidas sobre
ios fines y propiedades esenciales del matri­
monio, que no pueden ser excluidas por nin -
guno de los dos.
■ Impedimento de orden sagrado y voto
público de castidad (cann. 1087- 1088).
Por su consagración a Dios, que libremente
hicieron los sacerdotes, los religiosos y las
religiosas, están impedidos para casarse y
deben guardar la ley del celibato por el Reino
de los cielos, para ocuparse en las cosas del
Señor y tratar de agradarle.
Para poder acceder al sacramento del matri -
monio deben obtener de la autoridad compe -
tente la dispensa de las obligaciones sacer­
dotales o de los votos perpetuos.
■ Impedimento de rapto o retención for­
zosa (can. 1089)
El hombre que rapta, secuestra o retiene
a la fuerza a una mujer, tiene impedimento
de matrimonio con ella, mientras la mujer
no quiera casarse con él voluntaria y libre­
mente, porque al matrimonio lo hace el con­
sentimiento voluntario y libre de los dos con­
trayentes.
■ Impedimento de crimen de muerte (can.
1090)
El casado que comete el crimen de matar a
su cónyuge para quedar libre y casarse con
otra persona, o quien provoca la muerte del
c ó n yu g e o de otra persona para casarse
con ella, está impedido para contraer matri­
monio.
■ Impedimento de parentesco de consan­
guinidad, de afinidad y legal (cann. 1091,
1092 y 1094).
Los familiares están impedidos para contraer
matrimonio entre sí. Por ser de la misma
sangre: los padres, los hijos, los abuelos, los
nietos, los hermanos, nunca pueden casarse
entre sí; también hay impedimento de matri­
monio entre tíos y sobrinos de primer grado
y entre primos, hijos de hermanos. Por
parentesco político o de afinidad hay impe­
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
dimento de matrimonio entre suegros . - _e-
ras, suegras y yernos. El parentesco ega
por adopción impide el matrimonio entre os
padres y sus hijos y también entre los her
manos legales, hijos adoptivos o naturales
de los mismos padres.
■ Impedimento de publica honestidad
(can. 1093)
Para apoyar el respeto a la familia, aunque
no estén casados legalmente, el hombre y
la mujer que viven en público concubinato
están impedidos para contraer matrimonio
con los padres y con los hijos de su pareja,
porque son considerados como sus suegros
o sus hijastros.
LA DISPENSA DE LOS IMPEDIMENTOS
La Iglesia prevé que varios de los impedi­
mentos puedan ser dispensados, cuando
exista una razón justa y no haya peligro de
ir en contra del matrimonio. Por lo mismo,
cuando exista cualquier impedimento de los
anteriores, será necesario consultar con el
sacerdote o con el responsable de la comu­
nidad, para que se determine si el mismo
puede ser dispensado y para que se den las
correspondientes dispensas.
EL CONSENTIMIENTO MATRIMONIAL
El matrimonio solamente se podrá autorizar
si se tiene certeza moral de que los dos
están capacitados para la vida matrimonial,
es decir, si ambos están conscientes de los
derechos y deberes que el sacramento del
matrimonio implica.
Una vez hecho esto, se procede a la reali­
zación de la ceremonia por la que la pareja
se constituye en sacramento: Ante la Iglesia
representada por el Sacerdote, los testigos y
la comunidad. Los contrayentes manifiestan
públicamente su voluntad consciente y deli­
berada de entregarse y aceptarse mutua­
mente como esposos en alianza irrevocable.
Este consentimiento es el que hace válido
el matrimonio. Hay algunas circunstancias
que no dejan dar verdadero consentimiento
54 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL "TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
al hombre o a la mujer, que están afectados
por alguno de los siguientes defectos o limi­
taciones:
a) Falta del suficiente uso de razón por debi­
lidad mental, por estar ebrios, drogados, hip­
notizados (can. 1095, 1).
b) Ignorancia de los derechos y deberes
esenciales del matrimonio por grave defecto
de discreción de juicio, como es la unión
íntima de los cuerpos para engendrar los
hijos (cf. cann. 1101 § 2, 1095).
c) No aceptar o rechazar algunos de los
fines (BIEN DE LOS CÓNYUGES, GENE­
RACIÓN Y EDUCACIÓN DE LA PROLE)
y propiedades esenciales del matrimonio
(UNIDAD E INDISOLUBILIDAD) en razón
al can. 1101 §2.
d) La incapacidad para asumir y cumplir
las obligaciones esenciales del matrimonio
por graves defectos de naturaleza psíquica,
como son los trastornos mentales o de per­
sonalidad (can. 1095, 3).
e) La falta de libertad para tomar su decisión
personal por estar amenazados, presiona­
dos, o con miedo grave producido por cau­
sas externas (can. 1103).
f) El engaño doloso que oculta un grave
defecto de la persona y al conocerse perturba
gravemente la vida matrimonial (can. 1098).
g) El error acerca de la misma persona con
quien se casa o de una cualidad directamente
buscada en ella para el matrimonio y que en
realidad no la tiene (cann. 126 y 1097).
Si los novios están decididos a casarse por­
que se sienten ya preparados para estable­
cer un hogar con el sacramento del Matri­
monio, deben acudir a los encargados de
la preparación de matrimonios, para que
se establezca una cita para la presentación
matrimonial, que la debe realizar el párroco
o el vicario.
OTRAS CUESTIONES A TENER PRE­
SENTE
El Directorio Diocesano establece en el
número 302 “Los católicos aun no confirma­
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
dos deben recibir el sacramento de la confir­
mación antes de ser admitidos al matrimo
nio, si ello es posible sin dificultad grave” (cf.
Can. 1065 §1).
El pie de página de este número nos mani
fiesta que “La Confirmación no es una condi­
ción de rigor absoluto para el sacramento del
matrimonio, sin embargo por tratarse de un
sacramento de iniciación es muy recomen­
dable que se aproveche esa ocasión para
administrarlo. En tal caso el párroco solicite
la delegación del Obispo o bien a través del
vicario episcopal de su jurisdicción, garanti­
zando una previa preparación”.
Para el bautizo de adultos (catecúmenos) se
debe pedir permiso al Obispo antes de pro­
ceder a la administración del sacramento.
Cuando tenemos la certeza de que alguien
fue bautizado, es decir, que lo ha jurado o
muestra testigos se debe realizar un acta
juramentada en la parroquia donde fue bau­
tizado, si se tienen dudas se bautiza bajo
condición. En ambos casos se anotan en el
libro especial (Cf. Cann. 876, 845 §2).
Se debe dar más importancia a la formación
de los que van a recibir los sacramentos que
a los tramites.
El número 312 del Directorio Diocesano
establece que la investigación matrimonial
por oficio deberá realizarla el párroco o bien
los ministros ordenados pertenecientes a la
jurisdicción parroquial. No deberá delegarse
esta responsabilidad al o a la secretar¡@ y/o
persona distinta.
55 DIMENSIÓN FAMILIA ¡ ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
 Anexo
Examen de conciencia sobre
los diez mandamientos
P rim er M andam iento: Am ará a Dios sobre
todas las cosas
¿Amamos verdaderamente a Dios por
encima de todo, o a veces damos más
importancia a las cosas de este mundo:
dinero, imagen, ropa, popularidad, o deseos
egoístas?
¿Afirmamos tener buenos valores, pero a
menudo no los ponemos en práctica para
“no desentonar”?
¿Nos dirigimos a Dios con oración de
gracias, o rezamos solamente cuando
tenemos necesidad de algo?
¿Queremos realmente ser transformados
por la voluntad de Dios, o utilizamos nuestra
religión con el fin de “parecer” buenos
cristianos?
Segundo M andam iento: No tom arás e!
nom bre del S eñor en vano
¿Faltamos al respeto al nombre de Dios,
dándole un mal uso por frustración, rabia o
para parecer “duros” ante los demás?
¿Dudamos en mencionar el nombre de Dios
en situaciones que se prestan a ello, o en
conversaciones con amigos y familiares por
guardar respeto humano?
¿Continuamente aprendiendo acerca de
Dios, prestando atención en la Iglesia, en las
clases de la educación en la fe o en la lectura
de artículos sobre formación cristiana, ya
sea en periódicos y revistas católicos, ya en
la prensa laica y en los programas de radio
y televisión?
Tercer Mandamiento: Santificarás las fiestas
¿Vamos a la Iglesia para celebrarla Eucaristía
los domingos y fiesta de guardad? ¿O vamos
a Misa sólo cuando nos “conviene” o nos
hace “sentirnos bien” o nos “nace”?
¿Participamos en la Eucaristía orando y
uniéndonos a los cantos e himnos, o nos
sentamos simplemente como espectadores,
y esperamos que nos entretengan?
¿Reconocemos ¡a Presencia Verdadera de
Cristo en la Eucaristía y recibimos la Santa
comunión con respeto y reverencia?
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
C uarto m andam iento: H onrarás a tu padre
y a íu madre
¿Contribuimos a traer paz y felicidad a
nuestras familias, o somos irrespetuosos con
los demás y una fuente de dolor y división
para aquéllos que están más cercanos a
nosotros?
Como padres, ¿Somos generosos y pacien
tes con nuestros hijos? ¿Les dedicamos
tiempo y les prestamos ia atención que nece­
sitan? ¿Les marcamos responsablemente los
límites correctos y nos aseguramos de que
siguen normas que les ayudarán a crecer
como adultos responsables?
¿Estamos dispuestos a decirles “no” a
nuestros hijos cuando hace falta, o tendemos
más bien a ignorar pasivamente sus
problemas de comportamiento y esperar a
que “desaparezcan por sí solos”?
¿Escuchamos con atención a nuestros hijos
y los tratamos con respeto?
Como hijos, ¿amamos, respetamos y obe­
decemos a nuestros padres? ¿Apreciamos
todos los sacrificios que hacen por nosotros?
¿decimos lo bastante a menudo “gracias” y
“te quiero? ¿Les prestamos todos los servi­
cios posibles?
¿Hacemos nuestras tareas sin que se nos
tenga que urgir que las hagamos? Cuando
nuestros padres nos ordenan hacer algo,
¿esperamos a que se disgusten para hacerlo?
¿Escuchamos el razonamiento de nuestros
padres cuando nos dicen que no?
Q uin to m andam iento: No m atarás
¿Hemos dañado a otra persona por descuido
o pleitos?
¿Nos hemos puesto, a nosotros mismos o
a otros, en peligro por el uso imprudente del
alcohol u otras drogas? ¿Hemos causado
dificultades, a nosotros o a los demás, por
este uso?
¿Hemos arriesgado nuestras vidas por
conducir o viajar con alguien que está bajo la
influencia del alcohol u otras drogas?
57 DIMENSIÓN FAMILIA j ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
 -em os aconsejado a alguien el aborto?
_-iemos tenido que ver en algún aborto de
a.guna manera? ¿Lo he llevado a cabo en
mi persona? ¿Sé que la persona que aborta
o práctica el aborto incurre en la pena de
excomunión?
¿Nos esforzamos por perdonar a quienes nos
han herido, o nos asimos al resentimiento y al
deseo de venganza?
¿Usamos bien nuestra influencia, especialmente
nuestro derecho al voto, con el fin de luchar
contra la guerra, la opresión, el aborto y la
injusticia, o permitimos que continúen esos
males con nuestra apatía y silencio?
¿ Hemos sido violentos o abusivos en acciones
o palabra? ¿Hemos lastimado verbalmente
a nuestros hijos, a otros familaires o a otras
personas?
¿Compartimos lo que tenemos con los que
están en apuros? ¿Apoyamos la vida y
misión de la Iglesia en nuestra colaboración
responsable, compartiendo nuestro tiempo,
talento y nuestros bienes?
¿Llevamos nuestro cristianismo a las
situaciones cotidianas, o lo mantenemos al
margen? ¿Nos quejamos de todas las faltas
que detectamos en los demás?
Sexto mandamiento: No cometerás actos
impuros
¿Respetamos la dignidad del cuerpo humano
y la santidad del matrimonio cristiano?
¿Mostramos ese respeto en nuestro hablar,
o son las bromas y lenguaje soez parte fre
cuente de nuestras conversaciones?
¿Entendemos y apreciamos el regalo de
nuestra sexualidad como un medio para
expresar nuestro amor - y el amor de Dios­
en el Sacramento del Matrimonio?
¿Hemos sido fieles a nuestro matrimonio, o a
nuestros compromisos hechos? ¿Guardamos
nuestros compromisos solamente porque
dijimos que lo haríamos, o buscamos con
ello ayudarnos a crecer, a nosotros y a los
demás, por medio del cumplimiento de esos
compromisos?
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
¿Hemos deshonrado nuestros cuerpos
por la fornicación o la impureza, o por
conversaciones y pensamientos indignos
que conducen a acciones impuras?
¿Hemos inducido a otros a pecar con
nuestra incapacidad de mantener buenos
criterios morales?
Séptimo mandamiento: No robarás
¿Respetamos la propiedad de los demás?
¿Hemos robado, dañado o cometido
vandalismo con la propiedad de otros?
¿Hemos engañado en el trabajo o en la
escuela? ¿Hemos inducido a pecar a otros,
presionándolos para ayudarnos a engañar?
¿Somos honrados y trabajadores en la
escuela y en el trabajo?
¿Somos fieles a nuestras promesas?
¿Somos de fiar?
¿Respetamos la naturaleza? ¿Hacemos
buen uso de todos sus elementos?
¿Pensamos en los demás al hacer uso de
los bienes de la naturaleza?
Octavo mandamiento: No darás falso tes­
timonio ni mentirás
¿Hemos mentido para librarnos de problemas
o evitar una situación difícil?
¿Murmuramos de los demás? ¿Hemos
dañado la reputación de otras personas
exagerando o inventando historias acerca
de ellas?
¿Se nos puede confiar un secreto?
¿Damos la cara por los que son injustamente
acusados, o no somos más que un canal por
el que pasan los rumores, sean o no ciertos?
Noveno Mandamiento: No consentirás
pensamientos ni deseos impuros
¿Hemos debilitado o dañado nuestro
compromiso matrimonial por nuestra
obsesión por otra persona?
¿Respetamos los compromisos de los
demás y los ayudamos a mantenerse fieles
a sus promesas?
58 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
¿Tratamos con ligereza nuestro matrimonio
en nuestras conversaciones y actitudes?
¿Hemos dicho o hecho algo que haga burla
de nuestras sagradas promesas?

Décimo Mandamiento: No codiciarás los

bienes ajenos
¿Estamos satisfechos con lo que Dios nos
da, o estamos celosos de los que parecen
tener más?
¿Tratamos de demostrar que somos mejores
que los demás fanfarroneando o comprando
cosas con ese fin?
¿Apreciamos nuestras buenas cualidades, o
constantemente nos comparamos con otros
y nos resentimos y amargamos?
¿Nos enfrentamos bien a los problemas que
se nos presentan, y mantenemos nuestra
esperanza cristiana a pesar de los malos
ratos y dificultades?
¿Buscamos -verdaderamente- “primero el
Reino de Dios” en nuestras vidas y ponemos
en él nuestra confianza?
¿Reflejamos la paz, esperanza y alegría
de un pueblo redimido y santificado por la
Sangre de Cristo?

PREPARACIÓN PRE-MATR1MONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE’ 59 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
 Anexo
Sobre el Sacramento
del Matrimonio en el
Directorio Diocesano
FUNDAMENTO DOCTRINAL
“La alianza matrimonial, por la que el varón y
la mujer constituyen entre sí un consorcio de
toda la vida, ordenado por su misma índole
natural al bien de los cónyuges y a la gene­
ración de la prole, fue elevada por Cristo
Señor a la dignidad de sacramento entre
bautizados, por tanto, entre bautizados, no
puede haber contrato matrimonial valido que
no sea por eso mismo sacramento71.
1. “Las propiedades esenciales del matrimo­
nio son la unidad y la indisolubilidad, que en
el matrimonio cristiano alcanzan una particu­
lar firmeza por razón del sacramento”72.
2. “ El matrimonio lo produce el consenti
miento de las partes legítimamente m ani­
festado entre personas jurídicamente
hábiles, consentimiento que ningún poder
humano puede suplir” . “El consentimiento
matrimonial es el acto de la voluntad, por
el cual el varón y la mujer se entregan y
aceptan mutuamente en alianza irrevocable
para constituir el matrimonio”73.
3. Hombre y mujer se dan y se aceptan a
si mismos y, sin perder la propia persona­
lidad y dignidad, crean un proyecto común
de vida, posible y explicable desde la rea­
lidad diferenciada de ambos como hombre
y mujer74: su condición humana. Ya no son
dos, sino una sola carne75. En esa unidad
encuentra cada uno una plenitud personal
y así el matrimonio esta ordenado en su
conjunto al bien y plenitud de los esposos.
En esta donación y aceptación mutua haya
una realización y expresión espiritual y cor­
poral en la unión sexual de los esposos que
tiene su lugar legítimo en el matrimonio76.
4. Los hombres y las mujeres comparten
con Dios la actividad creadora y el dominio
sobre la vida, aunque sea de Dios, están lla ­
mados también a compartir su providencia,
71 CIC 1055,
72 CIC 1056; Mt, 19,6
73CICI 1057,2
74 Cfr. Gén 1,27; 2,22
75 Cfr. Gén 2,24
76 Cfr. GS 49-50
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL "TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
ser cocreadores. Dios quiere que el hombre
y la mujer actúen de forma consciente, res
ponsable y libre. Lo sagrado de la sexuali­
dad humana y la dignidad de sus fines exige
un mínimo de conocimientos, de conciencia,
de responsabilidad y de libertad.
5. “La íntima comunidad de vida y amor con­
yugal, fundada por el creador y provistas de
leyes propias, se establece sobre la alianza
del Matrimonio..., un vínculo sagrado...,
no depende del arbitrio humano. El mismo
Dios es el autor del Matrimonio” (GS 48).
Dios que ha creado al hombre por amor,
por amor lo ha llamado también al amor,
vocación fundamental e innata de todo ser
humano77.
6. Una relación muy especial es la del varón
y la mujer. Dios creó al ser humano en dos
sexos, varón y mujer para que fueran com­
pañeros el uno para el otro y se ayudaran
mutuamente. En el amor mutuo llegan a
ser enteramente humanos. Los dos juntos
transmiten la vida, sus conocimientos, su
experiencia, su amor, como imagen de Dios
a pesar de sus diferencias, tienen ia misma
condición e igual dignidad78.
7. Fuente y medio original de santificación
propia para los cónyuges y para la familia
cristiana es el sacramento del matrimonio,
que presupone y especifica la gracia san-
tificadora del bautismo. En virtud del m is­
terio de la muerte y resurrección de Cristo,
en el que el matrimonio cristiano se sitúa
de nuevo, el amor conyugal es purificado y
santificado: «El Señor se ha dignado sanar
este amor, perfeccionarlo y elevarlo con el
don especial de la gracia y la caridad»79.
8. El matrimonio cristiano, como todos los
sacramentos que «están ordenados a la
santificación de los hombres, a la edifica­
ción del Cuerpo de Cristo y, en definitiva, a
dar culto a Dios», es en sí mismo un acto
litúrgico de glorificación de Dios en Jesu-
77 Catecismo de la Iglesia Católica, 1604
78 Cfr. Proyecto Nacional de Catequesis de Adultos,
Maestro donde vives 1, pag. 98; Cfr. Gn 1,2628.
79 Juan Pablo II, Familiaris Consortio, 56
61 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
cristo y en la Iglesia. Celebrándolo, los cón­
yuges cristianos profesan su gratitud a Dios
por el bien sublime que se les da de poder
revivir en su existencia conyugal y fam iliar
el amor mismo de Dios por los hombres y
del Señor Jesús por la Iglesia, su esposa80.
9. La Eucaristía es la fuente misma del
matrimonio cristiano. En efecto, el S acri­
ficio Eucarístico representa la alianza de
amor de Cristo con la Iglesia, en cuanto
sellada con la sangre de la cruz. Y en este
sacrificio de la Nueva y Eterna Alianza los
cónyuges cristianos encuentran la raíz de
la que brota, que configura interiormente y
vivifica desde dentro, su alianza conyugal.
En cuanto representación del sacrificio de
amor de Cristo por su Iglesia, la Eucaristía
es manantial de caridad. Y en el don euca­
rístico de la caridad la familia cristiana halla
el fundamento y el alma de su «comunión»
y de su «misión», ya que el Pan Eucarístico
hace de los diversos miembros de la com u­
nidad fam iliar un único cuerpo, revelación
y participación de la más amplia unidad de
la Iglesia; además, la participación en el
Cuerpo «entregado» y en la Sangre «derra­
mada» de Cristo se hace fuente inagotable
del dinamismo misionero y apostólico de la
familia cristiana81.
CRITERIOS PASTORALES
10. Pueden contraer matrimonio todos aque­
llos a quienes el derecho no se lo prohíbe82,
y que lo realizan en libertad y en consenti­
miento83.
11. El matrimonio de los católicos, aunque
sea católico uno solo de los contrayentes,
se rige no solo por el derecho divino, sino
también por el canónico, sin perjuicio de la
competencia de la potestad civil”84.
12. “Los católicos aun no confirmados deben
recibir el sacramento de la Confirmación
80 Juan Pablo II, Familiaris Consortio, 56
81 Idem, 57
82 Cfr. CIC 1073-1094
83Cfr. Idem 1058
84 Idem 1059
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
antes de ser admitidos al matrimor o s e :
es posible sin dificultad grave”85.
13. Para “que se reciba fructuosamente e
sacramento del matrimonio, se re c o r 9 " : =
encarecidamente que los contrayentes ace­
dan a los sacramentos de la Penitencia y ae
la Santísima Eucaristía”192.
14. Para la validez y licitud del matrimonio
es necesario que el varón haya cumplido los
18 años y la mujer los 16 años y en espe­
ciales el ordinario del lugar puede otorgar la
dispensa de edad86.
15. Deberá ponerse un especial esmero en
la preparación al matrimonio como un verda­
dero itinerario de la fe que no termina con
la celebración del matrimonio sino que conti -
núa en toda la vida familiar87.
16. La celebración del matrimonio ha de rea­
lizarse conforme a ios libros litúrgicos actua­
lizados y en los lugares aprobados por el
ordinario del lugar. No deberán realizarse en
capillas privadas, jardines, salones de fies­
tas, colegios, conventos, casas particulares,
seminario, albergues, hoteles, etc.
17. Solamente en peligro de muerte se podrá
realizar el matrimonio en la casa del enfermo
o donde se encuentre.
18. Solamente son válidos aquellos matri­
monios que se contraen ante el ordinario del
lugar o el párroco, o un sacerdote o diácono
delegado por uno de ellos, para que asistan,
y ante dos testigos.88
APLICACIÓN PASTORAL
19. Una vez celebrado el matrimonio eclesial
se debe anotar en el registro de bautismos
en los que está inscrito el bautismo de los
conyugues y, a su vez deberá enviarse noti-
85 CIC 1065. La Confirmación no es una con­
dición de rigor absoluto para el sacramento del
matrimonio, sin embargo por tratarse de un sacra­
mento de iniciación es muy recomendable que se
aproveche esa ocasión para administrarlo. En tal
caso el párroco solicite la delegación del Obispo
o bien a través del vicario episcopal de su juris­
dicción, garantizando una previa preparación. 192
Idem 1065,2
86 Cfr. Idem 1083
87 Cfr. Idem 1063,1
88 Cfr. CIC 1108
62 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL "TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
ficación del matrimonio celebrado al párroco
donde el contrayente fue bautizado89
20. En el caso de que alguno de los contra­
yentes le falte algunos de los sacramentos
de la iniciación cristiana durante los tres
meses estipulados para la celebración del
mismo debe asegurarse de darles la ade
cuada preparación.90
21. Para la tramitación del matrimonio se
necesita lo siguiente: acta actualizada de
bautismo, confirmación, acta de nacimiento
de ambos.91
22. La investigación matrimonial por oficio
deberá realizarla el párroco o bien los minis­
tros ordenados pertenecientes a la jurisdic­
ción parroquial92. Para ello deberá seguirse
el formato oficial.
23. Deberá asegurarse al menos diez pláti­
cas o aprovechar la experiencia de encuen­
tro de novios para la preparación a este
sacramento.
24. En caso de que alguno de los contra­
yentes sea viudo o haya tenido un matrimo­
nio civil anterior o haber obtenido la nulidad
matrimonial deberá presentar los documen­
tos que correspondan.
25. Respetar los aranceles establecidos por
la arquidiócesis, tanto para la presentación
como para el sacramento.
26. Deberán realizarse los exhortos y procla­
mas correspondientes, y solicitar en tiempo
y forma las dispensas necesarias.

89 Cfr. CIC 1022.

90 Para ello aprovechar los materiales preparados
por las comisiones diocesanas correspondientes.
Téngase en cuenta que el fin de semana de novios
puede tomarse como preparación específica para el
matrimonio de los novios.
91 Debe asegurarse de que hayan recibido la pri
mera comunión aunque no se les puede exigir la
boleta de dicho sacramento. A sí mismo es muy
recomendable pedirles presente el certificado mé­
dico pre nupcial. En caso de que no se encuentre
el acta de bautismo en los archivos parroquiales, el
párroco del lugar donde fue bautizado deberá ex­
tender un acta juramentada o en su defecto un acta
supletoria. En nuestra arquidiócesis el Señor Arzo­
bispo ha dispuesto que no es un documento indis­
pensable el de la confirmación para la tramitación.
92 No deberá delegarse esta responsabilidad al o a
la secretari@ y/o persona distinta.
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE” DIMENSIÓN FAMILIA j ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
Anexo
Amoris Laetitia
G uiar a los p rom e tidos en el cam ino de
preparación al m atrim on io
205. Los Padres sinodales han dicho de
diversas maneras que necesitamos ayudar
a los jóvenes a descubrir el valor y la riqueza
del matr¡monio{23Z]- Deben poder percibir el
atractivo de una unión plena que eleva y per­
fecciona la dimensión social de la existencia,
otorga a la sexualidad su mayor sentido, a la
vez que promueve el bien de los hijos y les
ofrece el mejor contexto para su maduración
y educación.
206. «La compleja realidad social y los desa­
fíos que la familia está llamada a afrontar
hoy requieren un compromiso mayor de toda
la comunidad cristiana en la preparación de
los prometidos al matrimonio. Es preciso
recordar la importancia de las virtudes. Entre
estas, la castidad resulta condición preciosa
para el crecimiento genuino del amor inter­
personal. Respecto a esta necesidad, los
Padres sinodales eran concordes en subra­
yar la exigencia de una mayor implicación de
toda la comunidad, privilegiando el testimo­
nio de las familias, además de un arraigo de
la preparación al matrimonio en el camino de
iniciación cristiana, haciendo hincapié en el
nexo del matrimonio con el bautismo y los
otros sacramentos. Del mismo modo, se
puso de relieve la necesidad de programas
específicos para la preparación próxima al
matrimonio que sean una auténtica expe­
riencia de participación en la vida eclesial y
profundicen en los diversos aspectos de la
vida familiar»{238}.
207. Invito a las comunidades cristianas
a reconocer que acompañar el camino de
amor de los novios es un bien para ellas
mismas. Como bien dijeron los Obispos de
Italia, los que se casan son para su comuni­
dad cristiana «un precioso recurso, porque,
empeñándose con sinceridad para crecer en
el amor y en el don recíproco, pueden con
tribuir a renovar el tejido mismo de todo el
cuerpo eclesial: la particular forma de amis­
tad que ellos viven puede volverse conta­
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
giosa, y hacer crecer en la amistad y en la
fraternidad a la comunidad cristiana de la
cual forman parte» [2391. Hay diversas mane -
ras legítimas de organizar la preparación
próxima al matrimonio, y cada Iglesia local
discernirá lo que sea mejor, procurando una
formación adecuada que al mismo tiempo
no aleje a los jóvenes del sacramento. No se
trata de darles todo el Catecismo ni de satu­
rarlos con demasiados temas. Porque aquí
también vale que «no el mucho saber harta
y satisface al alma, sino el sentir y gustar de
las cosas interiormente»[240]. Interesa más
la calidad que la cantidad, y hay que dar
prioridad —junto con un renovado anuncio
del ke ryg m a — a aquellos contenidos que,
comunicados de manera atractiva y cordial,
les ayuden a comprometerse en un camino
de toda la vida «con gran ánimo y liberali-
dad»[241j. Se trata de una suerte de «inicia­
ción» al sacramento del matrimonio que les
aporte los elementos necesarios para poder
recibirlo con las mejores disposiciones y
comenzar con cierta solidez la vida familiar.
208. Conviene encontrar además las mane­
ras, a través de las familias misioneras, de las
propias familias de los novios y de diversos
recursos pastorales, de ofrecer una prepara­
ción remota que haga madurar el amor que
se tienen, con un acompañamiento cercano
y testimonial. Suelen ser muy útiles los gru­
pos de novios y las ofertas de charlas opcio­
nales sobre una variedad de temas que inte­
resan realmente a los jóvenes. No obstante,
son indispensables algunos momentos per­
sonalizados, porque el principal objetivo es
ayudar a cada uno para que aprenda a amar
a esta persona concreta con la que pretende
compartir toda la vida. Aprender a amar a
alguien no es algo que se improvisa ni puede
ser el objetivo de un breve curso previo a
la celebración del matrimonio. En realidad,
cada persona se prepara para el matrimonio
desde su nacimiento. Todo lo que su familia
le aportó debería permitirle aprender de la
propia historia y capacitarle para un compro-
65 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
miso pleno y definitivo. Probablemente quie­
nes llegan mejor preparados al casamiento
son quienes han aprendido de sus propios
padres lo que es un matrimonio cristiano,
donde ambos se han elegido sin condicio­
nes, y siguen renovando esa decisión. En
ese sentido, todas las acciones pastorales
tendientes a ayudar a los matrimonios a
crecer en el amor y a vivir el Evangelio en
la familia, son una ayuda inestimable para
que sus hijos se preparen para su futura
vida matrimonial. Tampoco hay que olvidar
los valiosos recursos de la pastoral popular.
Para dar un sencillo ejemplo, recuerdo el
día de san Valentín, que en algunos países
es mejor aprovechado por los comerciantes
que por la creatividad de los pastores.
209. La preparación de los que ya formali­
zaron un noviazgo, cuando la comunidad
parroquial logra acompañarlos con un buen
tiempo de anticipación, también debe darles
la posibilidad de reconocer incompatibilida­
des o riesgos. De este modo se puede llegar
a advertir que no es razonable apostar por
esa relación, para no exponerse a un fracaso
previsible que tendrá consecuencias muy
dolorosas. El problema es que el deslumbra­
miento inicial lleva a tratar de ocultar o de
relativizar muchas cosas, se evita discrepar,
y así sólo se patean las dificultades para ade­
lante. Los novios deberían ser estimulados y
ayudados para que puedan hablar de lo que
cada uno espera de un eventual matrimonio,
de su modo de entender lo que es el amor y
el compromiso, de lo que se desea del otro,
del tipo de vida en común que se quisiera
proyectar. Estas conversaciones pueden
ayudar a ver que en realidad los puntos de
contacto son escasos, y que la mera atrac­
ción mutua no será suficiente para sostener
la unión. Nada es más volátil, precario e
imprevisible que el deseo, y nunca hay que
alentar una decisión de contraer matrimonio
si no se han ahondado otras motivaciones
que otorguen a ese compromiso posibilida­
des reales de estabilidad.
DIMENSIÓN FAMILIA l ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
210. En todo caso, si se reconocen con cla­
ridad los puntos débiles del otro, es nece­
sario que haya una confianza realista en la
posibilidad de ayudarle a desarrollar lo mejor
de su persona para contrarrestar el peso
de sus fragilidades, con un firme interés en
promoverlo como ser humano. Esto implica
aceptar con sólida voluntad la posibilidad
de afrontar algunas renuncias, momentos
difíciles y situaciones conflictivas, y la deci­
sión firme de prepararse para ello. Se deben
detectar las señales de peligro que podría
tener la relación, para encontrar antes del
casamiento recursos que permitan afron­
tarlas con éxito. Lamentablemente, muchos
llegan a las nupcias sin conocerse. Sólo se
han distraído juntos, han hecho experiencias
juntos, pero no han enfrentado el desafío de
mostrarse a sí mismos y de aprender quién
es en realidad el otro.
211. Tanto la preparación próxima como el
acompañamiento más prolongado, deben
asegurar que los novios no vean el casa­
miento como el final del camino, sino que
asuman el matrimonio como una vocación
que los lanza hacia adelante, con la firme y
realista decisión de atravesar juntos todas
las pruebas y momentos difíciles. La pasto­
ral prematrimonial y la pastoral matrimonial
deben ser ante todo una pastoral del vín­
culo, donde se aporten elementos que ayu­
den tanto a madurar el amor como a supe­
rar los momentos duros. Estos aportes no
son únicamente convicciones doctrinales,
ni siquiera pueden reducirse a los preciosos
recursos espirituales que siempre ofrece la
Iglesia, sino que también deben ser caminos
prácticos, consejos bien encarnados, tácti­
cas tomadas de la experiencia, orientacio­
nes psicológicas. Todo esto configura una
pedagogía del amor que no puede ignorar la
sensibilidad actual de los jóvenes, en orden
a movilizarlos interiormente. A su vez, en la
preparación de los novios, debe ser posible
indicarles lugares y personas, consultorías
o familias disponibles, donde puedan acudir
66 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE"
en busca de ayuda cuando surjan dificulta­
des. Pero nunca hay que olvidar la propuesta
de ¡a Reconciliación sacramental, que per
mite colocar los pecados y los errores de la
vida pasada, y de la misma relación, bajo el
influjo del perdón misericordioso de Dios y
de su fuerza sanadora.
Preparación de la celebración
212. La preparación próxima ai matrimonio
tiende a concentrarse en las invitaciones,
la vestimenta, la fiesta y los innumerables
detalles que consumen tanto el presupuesto
como las energías y la alegría. Los novios lle­
gan agobiados y agotados al casamiento, en
lugar de dedicar las mejores fuerzas a pre­
pararse como pareja para el gran paso que
van a dar juntos. Esta mentalidad se refleja
también en algunas uniones de hecho que
nunca llegan al casamiento porque piensan
en festejos demasiado costosos, en lugar de
dar prioridad al amor mutuo y a su forma-
lización ante los demás. Queridos novios:
«Tened la valentía de ser diferentes, no os
dejéis devorar por la sociedad del consumo
y de la apariencia. Lo que importa es el amor
que os une, fortalecido y santificado por la
gracia. Vosotros sois capaces de optar por
un festejo austero y sencillo, para colocar el
amor por encima de todo». Los agentes de
pastoral y la comunidad entera pueden ayu­
dar a que esta prioridad se convierta en lo
normal y no en la excepción.
213. En la preparación más inmediata es
importante iluminar a los novios para vivir con
mucha hondura la celebración litúrgica, ayu­
dándoles a percibir y vivir el sentido de cada
gesto. Recordemos que un compromiso tan
grande como el que expresa el consenti­
miento matrimonial, y la unión de los cuer­
pos que consuma el matrimonio, cuando se
trata de dos bautizados, sólo pueden inter­
pretarse como signos del amor del Hijo de
Dios hecho carne y unido con su Iglesia en
alianza de amor. En los bautizados, las pala­
bras y los gestos se convierten en un len­
guaje elocuente de la fe. El cuerpo, con los
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
significados que Dios ha querido infundirle
al crearlo «se convierte en el lenguaje de los
ministros del sacramento, conscientes de
que en el pacto conyugal se manifiesta y se
realiza el misterio»[242].
214. A veces, los novios no perciben el peso
teológico y espiritual del consentimiento,
que ilumina el significado de todos los ges­
tos posteriores. Hace falta destacar que
esas palabras no pueden ser reducidas al
presente; implican una totalidad que incluye
el futuro: «hasta que la muerte los separe».
El sentido del consentimiento muestra que
«libertad y fidelidad no se oponen, más bien
se sostienen mutuamente, tanto en las rela­
ciones interpersonales, como en las soda
les. Efectivamente, pensemos en los daños
que producen, en la civilización de la comu­
nicación global, la inflación de promesas
incumplidas [...] El honor de la palabra dada,
la fidelidad a la promesa, no se pueden com­
prar ni vender. No se pueden imponer con
la fuerza, pero tampoco custodiar sin sacri-
ficio»{243],
215. Los obispos de Kenia advirtieron que,
«demasiado centrados en el día de la boda,
los futuros esposos se olvidan de que están
preparándose para un compromiso que dura
toda la vidaȒ244j. Hay que ayudar a advertir
que el sacramento no es sólo un momento
que luego pasa a formar parte del pasado y
de los recuerdos, porque ejerce su influencia
sobre toda la vida matrimonial, de manera
permanente[245j. El significado procreativo
de la sexualidad, el lenguaje del cuerpo,
y los gestos de amor vividos en la historia
de un matrimonio, se convierten en una
«ininterrumpida continuidad del lenguaje
litúrgico» y «la vida conyugal viene a ser, en
algún sentido, liturqia»[246j.
216. También se puede meditar con las
lecturas bíblicas y enriquecer la compren­
sión de los anillos que se intercambian, o
de otros signos que formen parte del rito.
Pero no sería bueno que se llegue al casa
miento sin haber orado juntos, el uno por el
67 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
otro, pidiendo ayuda a Dios para ser fieles
y generosos, preguntándole juntos a Dios
qué es lo que él espera de ellos, e incluso
consagrando su amor ante una imagen de
María. Quienes los acompañen en la prepa­
ración del matrimonio deberían orientarlos
para que sepan vivir esos momentos de ora -
ción que pueden hacerles mucho bien. «La
liturgia nupcial es un evento único, que se
vive en el contexto familiar y social de una
fiesta. Jesús inició sus milagros en el ban­
quete de bodas de Caná: el vino bueno del
milagro del Señor, que anima el nacimiento
de una nueva familia, es el vino nuevo de la
Alianza de Cristo con los hombres y mujeres
de todos los tiempos [...] Generalmente, el
celebrante tiene la oportunidad de dirigirse a
una asamblea compuesta de personas que
participan poco en la vida eclesial o que per­
tenecen a otra confesión cristiana o comu­
nidad religiosa. Por lo tanto, se trata de una
ocasión imperdible para anunciar el Evange­
lio de Cristo»[247].
Acompañar en los primeros años de la
vida matrimonial
217. Tenemos que reconocer como un gran
valor que se comprenda que el matrimonio
es una cuestión de amor, que sólo-pue
den casarse los que se eligen libremente
y se aman. No obstante, cuando el amor
se convierte en una mera atracción o en
una afectividad difusa, esto hace que los
cónyuges sufran una extraordinaria fragili­
dad cuando la afectividad entra en crisis o
cuando la atracción física decae. Dado que
estas confusiones son frecuentes, se vuelve
imprescindible acompañar en los primeros
años de la vida matrimonial para enrique­
cer y profundizar la decisión consciente y
libre de pertenecerse y de amarse hasta el
fin. Muchas veces, el tiempo de noviazgo
no es suficiente, la decisión de casarse se
precipita por diversas razones y, como si no
bastara, la maduración de los jóvenes se ha
retrasado. Entonces, los recién casados tie­
DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
nen que completar ese proceso que debería
haberse realizado durante el noviazgo.
218. Por otra parte, quiero insistir en que un
desafío de la pastoral matrimonial es ayu­
dar a descubrir que el matrimonio no puede
entenderse como algo acabado. La unión es
real, es irrevocable, y ha sido confirmada y
consagrada por el sacramento del matrimo­
nio. Pero al unirse, los esposos se convier­
ten en protagonistas, dueños de su historia y
creadores de un proyecto que hay que llevar
adelante juntos. La mirada se dirige al futuro
que hay que construir día a día con la gracia
de Dios y, por eso mismo, al cónyuge no se
le exige que sea perfecto. Hay que dejar a
un lado las ilusiones y aceptarlo como es:
inacabado, llamado a crecer, en proceso.
Cuando la mirada hacia el cónyuge es cons­
tantemente crítica, eso indica que no se ha
asumido el matrimonio también como un
proyecto de construir juntos, con paciencia,
comprensión, tolerancia y generosidad. Esto
lleva a que el amor sea sustituido poco a
poco por una mirada inquisidora e implaca­
ble, por el control de los méritos y derechos
de cada uno, por los reclamos, la competen­
cia y la autodefensa. Así se vuelven incapa­
ces de hacerse cargo el uno del otro para la
maduración de los dos y para el crecimiento
de la unión. A los nuevos matrimonios hay
que mostrarles esto con claridad realista
desde el inicio, de manera que tomen con­
ciencia de que «están comenzando». El sí
que se dieron es el inicio de un itinerario, con
un objetivo capaz de superar lo que planteen
las circunstancias y los obstáculos que se
interpongan. La bendición recibida es una
gracia y un impulso para ese camino siem
pre abierto. Suele ayudar el que se sienten
a dialogar para elaborar su proyecto c-on
creto en sus objetivos, sus instrumentos, sus
detalles.
219. Recuerdo un refrán que decía que el
agua estancada se corrompe, se echa a
perder. Es lo que pasa cuando esa vida del
amor en los primeros años del matrimonio
68 PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL “TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
se estanca, deja de estar en movimiento,
deja de tener esa inquietud que la empuja
hacia delante. La danza hacia adelante con
ese amor joven, la danza con esos ojos
asombrados hacia la esperanza, no debe
detenerse. En el noviazgo y en los primeros
años del matrimonio la esperanza es la que
lleva la fuerza de la levadura, la que hace
mirar más allá de las contradicciones, de los
conflictos, de las coyunturas, la que siem­
pre hace ver más allá. Es la que pone en
marcha toda inquietud para mantenerse en
un camino de crecimiento. La misma espe
ranza nos invita a vivir a pleno el presente,
poniendo el corazón en la vida familiar, por­
que la mejor forma de preparar y consolidar
el futuro es vivir bien el presente.
220. El camino implica pasar por distintas
etapas que convocan a donarse con gene­
rosidad: del impacto inicial, caracterizado
por una atracción marcadamente sensible,
se pasa a la necesidad del otro percibido
como parte de la propia vida. De allí se pasa
al gusto de la pertenencia mutua, luego a la
comprensión de la vida entera como un pro­
yecto de los dos, a la capacidad de poner
¡a felicidad del otro por encima de las pro­
pias necesidades, y al gozo de ver el propio
matrimonio como un bien para la sociedad.
La maduración del amor implica también
aprender a «negociar». No es una actitud
interesada o un juego de tipo comercial, sino
en definitiva un ejercicio del amor mutuo,
porque esta negociación es un entrelazado
de recíprocas ofrendas y renuncias para el
bien de la familia. En cada nueva etapa de la
vida matrimonial hay que sentarse a volver
a negociar los acuerdos, de manera que no
haya ganadores y perdedores sino que los
dos ganen. En el hogar las decisiones no se
toman unilateralmente, y los dos comparten
la responsabilidad por la familia, pero cada
hogar es único y cada síntesis matrimonial
es diferente.
221. Una de las causas que llevan a rupturas
matrimoniales es tener expectativas dema­
PREPARACIÓN PRE-MATRIMONIAL "TE AMARÉ PARA SIEMPRE”
siado altas sobre la vida conyugal. Cuando
se descubre la realidad, más limitada y
desafiante que lo que se había soñado, la
solución no es pensar rápida e irresponsa­
blemente en la separación, sino asumir el
matrimonio como un camino de maduración,
donde cada uno de los cónyuges es un ins­
trumento de Dios para hacer crecer al otro.
Es posible el cambio, el crecimiento, el desa­
rrollo de las potencialidades buenas que
cada uno lleva en sí. Cada matrimonio es
una «historia de salvación», y esto supone
que se parte de una fragilidad que, gracias
al don de Dios y a una respuesta creativa
y generosa, va dando paso a una realidad
cada vez más sólida y preciosa. Quizás la
misión más grande de un hombre y una
mujer en el amor sea esa, la de hacerse el
uno al otro más hombre o más mujer. Hacer
crecer es ayudar al otro a moldearse en su
propia identidad. Por eso el amor es artesa-
nal. Cuando uno lee el pasaje de la Biblia
sobre la creación del hombre y de la mujer,
ve que Dios primero plasma al hombre (cf.
Gn 2,7), después se da cuenta de que falta
algo esencial y plasma a la mujer, y entonces
escucha la sorpresa del varón: «¡Ah, ahora
sí, esta sí!». Y luego, uno parece escuchar
ese hermoso diálogo donde el varón y la
mujer se van descubriendo. Porque aun en
los momentos difíciles el otro vuelve a ser
prender y se abren nuevas puertas para el
reencuentro, como si fuera la primera vez;
y en cada nueva etapa se vuelven a “pías
marse” el uno al otro. El amor hace que uno
espere al otro y ejercite esa paciencia propia
del artesano que se heredó de Dios.
222. El acompañamiento debe alentar a los
esposos a ser generosos en la comunica­
ción de la vida. «De acuerdo con el carác­
ter personal y humanamente completo del
amor conyugal, el camino adecuado para la
planificación familiar presupone un diálogo
consensual entre los esposos, el respeto de
los tiempos y la consideración de la dignidad
de cada uno de los miembros de la pareja.
89 DIMENSIÓN FAMILIA | ARQUIDIÓCESIS DE TUXTLA GUTIÉRREZ
En este sentido, es preciso redescubrir el
mensaje de la Encíclica H u m an ae vitae (cf.
10-14) y la Exhortación apostólica F a m ilia ñs
co n so rtio (cf. 14; 28-35) para contrarrestar
una mentalidad a menudo hostil a la vida [...]
La elección responsable de la paternidad
presupone la formación de la conciencia que
es “el núcleo más secreto y el sagrario del
hombre, en el que este se siente a solas con
Dios, cuya voz resuena en el recinto más
íntimo de aquella” (G audium et spes .16).
En la medida en que los esposos traten de
escuchar más en su conciencia a Dios y sus
mandamientos (cf. R rr2 , 15), y se hagan
acompañar espiritualmente, tanto más su
decisión será íntimamente libre de un arbitrio
subjetivo y del acomodamiento a los modos
de comportarse en su ambiente»[248j.
Sigue en pie lo dicho con claridad en el Con -
cilio Vaticano II: «Cumplirán su tarea [...] de
común acuerdo y con un esfuerzo común, se
formarán un recto juicio, atendiendo no sólo
a su propio bien, sino también al bien de los
hijos, ya nacidos o futuros, discerniendo las
condiciones de los tiempos y del estado de
vida, tanto materiales como espirituales, y,
finalmente, teniendo en cuenta el bien de la
comunidad familiar, de la sociedad temporal
y de la propia Iglesia. En último término, son
los mismos esposos los que deben formarse
este juicio ante Dios»[249]. Por otra parte,
«se ha de promover el uso de los métodos
basados en los “ritmos naturales de fecun­
didad” (H u m a n a e vita e . 11). También se
debe hacer ver que “estos métodos respe­
tan el cuerpo de los esposos, fomentan el
afecto entre ellos y favorecen la educación
de una libertad auténtica” ( C a tecism o de la
Iglesia Católica, 2370), insistiendo siempre
en que los hijos son un maravilloso don de
Dios, una alegría para los padres y para la
Iglesia. A través de ellos el Señor renueva el
mundo»[2501.

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