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ASERTIVIDAD

La asertividad es un estilo de comunicación mediante el cual una persona es


capaz de expresar sus opiniones y hacerse respetar, sin ser agresiva. Es una
habilidad social donde se respeta, al mismo tiempo, los derechos de los
demás.

La asertividad es una habilidad que se puede aprender y entrenar, no una


característica innata que solo poseen ciertas personas. Por ello, estas
disciplinas han desarrollado técnicas y programas que ayudan a las personas
no asertivas a mejorar en este ámbito de su vida.

La asertividad es una habilidad social y comunicativa que se encuentra en un término


medio entre la pasividad y la agresividad. Sabemos que este punto medio es
complicado encontrarlo, pero es clave para mejorar la comunicación en nuestra
empresa.

Asertividad es comunicación equilibrada


Cuando interactuamos con los demás muy habitualmente tendemos a adoptar
posturas agresivas o pasivas. Expresarse de forma inapropiada suele ser el
resultado de falta de confianza en uno mismo.
La asertividad, en cambio, no se considera pasiva ni agresiva, sino que se trata
de una conducta equilibrada. Ser asertivos significa expresar pensamientos y
sentimientos de forma honesta, directa y correcta. Implica respetar los
pensamientos y creencias de otras personas, a la vez que se defienden los de
nosotros.
Expresar adecuadamente los sentimientos y deseos requiere de una
importante habilidad personal e interpersonal. En nuestras interacciones con
otras personas, ya sea en casa, en el trabajo, con clientes o colegas,
El asertividad puede ayudarnos a expresarnos de forma clara, abierta y
razonable, sin menoscabar por ello a los demás.

Conducta pasiva no es asertiva


Identificar una conducta pasiva o no asertiva es sencillo: las personas que se
comportan de esta forma buscan continuamente agradar a los demás y cumplir
los deseos de otros. Tienen una fuerte necesidad de ser valorados, por lo que
sus acciones están enfocadas únicamente a complacer al otro, con el riesgo
de socavar los derechos individuales y la confianza en uno mismo. Este tipo
de conducta se caracteriza por dejar la responsabilidad en manos de otros y
aceptar que los demás dirijan y tomen decisiones por ellos.

Conducta agresiva no es asertiva


Cuando una persona actúa de forma agresiva no tiene en cuenta los
sentimientos de los demás y prácticamente nunca demuestra aprecio hacia
los otros. Este tipo de actitudes pueden tener consecuencias indeseables para
los que se están comunicando, ya que a menudo la agresividad obstaculiza
los pasos positivos hacia delante.
La comunicación agresiva es una forma muy habitual de comunicarse en las
empresas. No hace falta gritar para ser agresivo. Una posición agresiva
muchas veces es la de no escuchar a los demás, no atender a sus peticiones,
no escuchar sus argumentos. Una posición agresiva es la de no escuchar y no
atender a los argumentos de otros, solo imponer nuestras ideas y argumentos.

Características de la asertividad
– Expresión directa. Las personas asertivas son capaces de expresar sus
pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara y directa, sin
ambigüedades.

– Respeto. Implica respetarse a sí mismo y a los demás, lo que significa


reconocer y defender el derecho propio, al tiempo que se reconoce y respeta
los derechos ajenos.

– Autoafirmación. También implica afirmar las propias necesidades y


derechos de forma positiva y constructiva, sin ser agresivo ni sumiso.

– Honestidad. Este tipo de personas son sinceras y honestas al comunicarse.


No disimulan ni ocultan información de manera deliberada.

– Escucha activa. Suelen ser buenos oyentes, prestan atención a las


necesidades y opiniones de los demás y responden con empatía.

– No se rehúyen los conflictos. Los conflictos no se evitan, pero tampoco se


buscan innecesariamente. El asertividad aborda los desacuerdos de forma
respetuosa y busca soluciones beneficiosas para todos.

– Autocontrol emocional. Ser asertivo significa gestionar las emociones de


manera equilibrada, no permitir que la ira o la frustración nos dominen la
comunicación, sino expresar las emociones de un modo controlado y
constructivo.

– Confianza en uno mismo. También requiere confianza en uno mismo para


expresar pensamientos y necesidades, sin temor excesivo a la crítica o al
rechazo.

Tipos de asertividad
• Asertividad básico. Es la versión más sencilla de este tipo de
comunicación. Se trata simplemente de afirmar y expresar los
propios derechos, opiniones, sentimientos o necesidades.
También saber decir sí o no cuando es necesario podría
considerarse una forma de asertividad básica. La forma más
común en la que se presenta es mediante el uso de frases que
comienzan con la fórmula “Me gustaría…” u otras similares. De
esta manera se pueden expresar deseos y opiniones, sin
necesidad de convertirlas en necesidades, y dando espacio a la
negociación. Algunos ejemplos serían los siguientes:
o “Me gustaría que cuando discutimos me cuentes lo que te
pasa en lugar de gritarme”.
o “Preferiría ir a cenar a algún sitio en el que no haga falta ir
vestido muy elegante”.
o “Me gustaría que nos viésemos más a menudo, por ejemplo,
un par de veces a la semana”.

• Asertividad contextual. Es la habilidad de hacerles saber a los


demás el efecto que sus acciones están teniendo sobre uno, sin
necesidad de echarles la culpa o de atacarles. Es una capacidad
fundamental para resolver conflictos y minimizar las peleas, a la
vez que se mejoran las relaciones con otras personas. Debido a
que es una de las partes más complicadas de dominar, se
enseña una fórmula que puede aplicarse siempre que se
necesite. Consta de cuatro pasos:
o “Cuando tú…”. Aquí se describe el comportamiento de la
otra persona sin juzgarla, tan solo mencionando los
hechos concretos y objetivos.
o “Los efectos son…”. El interlocutor menciona lo que provoca
el comportamiento de la otra persona en su propia vida, pero
sin decir en ningún momento frases como “me haces sentir”
o echarle la culpa de ninguna manera.
o “Entonces me siento…”. El tercer paso consiste en describir
las emociones que provoca el comportamiento de la otra
persona, pero sin culparle de lo que ocurre. Es necesario
mantenerse tan objetivo como sea posible.
o “Preferiría…”. Por último, se le ofrece a la otra persona un
comportamiento alternativo que mejoraría la relación.

• Asertividad empática. El tercer tipo de asertividad se utiliza


para reconocer y afirmar los sentimientos, puntos de vista o
necesidades de la otra persona. Después, se suelen expresar
peticiones, o los propios sentimientos o puntos de vista. La
asertividad empática es especialmente importante en las
relaciones sentimentales, ya que el interlocutor normalmente
aceptará mejor lo que se le dice si siente que se le entiende y
respeta. Es particularmente útil cuando una de las dos personas
tiende a reaccionar de manera agresiva. Las expresiones de
asertividad empática tienen dos partes. La primera consiste en
mencionar los sentimientos o necesidades de la otra persona,
sin valorarlos o juzgarlos. La segunda es una frase de
asertividad básica, en la que se expresan los propios deseos.
Un ejemplo podría ser el siguiente:
o “Entiendo que te sientas presionada y no quieras hablar de
cómo te sientes. Sin embargo, me sentiría mucho más
cómodo si lo hicieras”.

• Asertividad escalada. Cuando una persona se enfrenta a


otra que insiste en violar los derechos o límites, o en ignorar las
preferencias ajenas, es necesario utilizar la asertividad
escalada. Esta consiste en volver a expresar los propios deseos
o necesidades cada vez con mayor firmeza, pero sin llegar en
ningún momento a ser agresivos. Por ejemplo, en el caso de
que alguien pregunte cuánto gana el interlocutor, y este no
queramos decirlo, una buena forma de utilizar la asertividad
escalada sería la siguiente:
o Frase 1: “Preferiría no decir cuánto dinero gano”.
o Frase 2: “Sé que hay personas a las que no les importa decir
cuánto ganan, pero yo no me siento cómodo haciéndolo”.
o Frase 3: “Insisto en que cambiemos de tema”.
Técnicas asertivas:
• Cambiar pensamientos negativos por positivos

La negatividad tiene un efecto limitante para las metas que una persona se
traza. Por eso es necesario cambiar algunos esquemas mentales a la hora de
pensar sobre uno mismo y sobre lo que se quiere conseguir. Los pensamientos
negativos instauran creencias falsas sobre el propio desempeño.

La idea es que al notar que se piensa de forma negativa, se cambie el


pensamiento a una afirmación positiva. Por ejemplo: en lugar de pensar: “soy
una mala persona si no le dejo dinero a mi amigo”, pensar: “tengo derecho a
decidir qué quiero hacer con mi dinero, y a ser libre de prestarlo cuando quiera
y a quien quiera”.

• Valorarse a sí mismo y a sus derechos

Para ser más asertivo, lo primero que hay que hacer es entenderse uno mismo
y desarrollar confianza en la propia valía. Si no se es capaz de desarrollar la
creencia del propio valor, no se podrán defender los derechos ni opiniones, y
costará mucho decirles que no a los demás o luchar por lo que se cree.

• Expresar las necesidades


Hay que ser capaz de expresar en voz alta pensamientos, creencias,
necesidades y derechos. Muchas personas esperan que los demás se den
cuenta de lo que necesitan o sienten, y que actúen considerando estos
factores, pero este enfoque no suele ser efectivo.

En lugar de sacrificarse para que los demás estén contentos, o de guardar lo


que se siente para no molestar al resto, conviene comunicar aquello que
verdaderamente se piensa o se necesita. Esto evitará muchos conflictos,
frustraciones y problemas en las relaciones personales.

• Hablar desde “yo” y no desde “tú”

Cuando se habla y se menciona la palabra tú, el interlocutor puede sentirse


acusado y la situación tornarse todo más difícil. Para comunicarle a alguien
algo, sin hacer referencia a la segunda persona (tú), uno puede comunicarse
desde sí mismo (yo).

• Tomar responsabilidad de sí mismo

Uno de los conceptos más importantes para el desarrollo de la asertividad es el


de la responsabilidad radical. La idea es que cada uno es 100% dueño de sus
acciones, sentimientos y pensamientos; nadie puede influirlos si uno no lo
permite.

El problema con este concepto es doble. Por un lado, al adoptarlo hay que
dejar de culpar a los demás si su comportamiento produce en uno enfado,
malestar o incomodidad. Por otro, también hay que aceptar que el resto no
siempre actuará como uno quisiera.

Adoptar la idea de la responsabilidad radical ayudará a entender que se tiene


todo el derecho del mundo a expresar opiniones, necesidades y deseos, pero
que no hay que enfadarse cuando alguien no los acepta o no acomoda su
comportamiento a lo que a uno le gustaría que ocurriese.

• Expresarse de forma positiva

Es importante decir lo que se tiene en mente, incluso si se trata de un tema


negativo o complicado de resolver. Por ello, es incluso crucial hacerlo de
manera constructiva y empática.

No hay que tener miedo de luchar por uno mismo y lo que se cree que es
correcto cuando otras personas atacan, ya sea las opiniones o los derechos.
Incluso, en ocasiones puede ser útil o positivo enfadarse. Sin embargo, es
preciso siempre controlar las emociones y mantenerse dentro de un contexto
de respeto hacia los demás.

• Aprender a decir no
Una de las habilidades asertivas más complicadas de conseguir, pero a la vez
una de las más necesarias, es la capacidad de decir no cuando no se quiere
hacer algo.

Decir que no puede ser extremadamente difícil para algunas personas, ya que
la sociedad tiende a educar para conformarse y obedecer. Sin embargo, si no
se aprende a decir que no, se acabará una y otra vez en situaciones
incómodas, que generen resentimiento.

Es fundamental practicar la capacidad para negarse a hacer tareas que uno


considere que no tiene por qué hacer, ya sea en el trabajo, con amigos o
familiares, o con la pareja.

• Dejar de pensar que los demás pueden leer los


pensamientos

Muchas personas asumen que los demás pueden saber en qué están
pensando. Pero nadie tiene el poder de leer la mente. Igual que ellos no
pueden saber en qué piensa uno, uno tampoco puede saber cómo
reaccionarán o qué están realmente esperando.

La forma de averiguarlo es sencillamente una comunicación asertiva.

• Recordar cuál es el objetivo

Ser asertivo no solo significa decirle a los demás lo que se piensa, sino dejar
claro qué se quiere conseguir. Para lograr los objetivos, primero hay que
averiguar cuáles son. Pensar y visualizar las metas proporcionará más
confianza en uno mismo, y más motivación a la hora de intentarlo.

CONSEJOS ¿Cómo ser asertivos?


• No dejes que otras personas te impongan órdenes si éstas van en
contra de tus principios o deseos. Evita que te manipulen.
• La asertividad implica comunicar tu punto de vista sin que nadie te pase
por encima, y respetar al mismo tiempo a los demás.
• No dejes que te ofendan o te amenacen. Evita de esta forma situaciones
que te causen estrés o ansiedad. La asertividad actúa como
una coraza contra las negativas y la humillación, es una actitud hacia
el éxito.
• Ser asertivo significa ser abierto para expresar pensamientos, deseos y
sentimientos. Anima también a los demás a hacer lo mismo.
• Para ser una persona asertiva debes escuchar las opiniones y
los consejos de los demás. Si los consejos son buenos para tu vida,
acéptalos. Si no es así, recházalos con delicadeza y no ofenderás a
nadie.
• Acepta responsabilidades y delega
• Felicita regularmente a los demás por lo que hacen. Admite tus errores y
pide disculpas cuando te equivoques.
• No seas conformista, busca nuevas experiencias y alternativas para
mejorar tu vida profesional y personal. Es lo que necesitas para alcanzar
la felicidad.

Los beneficios de ser asertivo


Ser asertivo se considera generalmente un estilo de comunicación más
saludable. La asertividad ofrece muchos beneficios. Ayuda a evitar que la gente
se aproveche de ti. También puede ayudarte a que no seas intimidante frente a
los demás.
Comportarte de forma asertiva puede ayudarte con lo siguiente:

• Ganar confianza en uno mismo y autoestima


• Adquirir un sentido de empoderamiento
• Comprender y reconocer tus sentimientos
• Obtener el respeto de los demás
• Mejorar la comunicación
• Crear situaciones en las que todos salgan ganando
• Mejorar tus habilidades para tomar decisiones
• Desarrollar relaciones sinceras
• Obtener más satisfacción laboral

Aprender a ser más asertivo también puede ayudarte a expresar eficazmente tus
sentimientos cuando te comunicas con los demás sobre problemas.

Ejemplos de asertividad
• Pedir ayuda: “Tengo dificultades con esto y me gustaría tu ayuda.
¿Podrías dedicar un momento para colaborar conmigo?”.
• Establecer límites: “Me encantaría verte. Estoy disponible el sábado y
el lunes por la tarde. ¿Cuál de esas opciones funciona mejor para ti?”.
• Disentir: “Respeto tu opinión, pero veo la situación de forma diferente.
¿Podemos discutirlo para entender mejor nuestros puntos de vista?”.
• Decir no: “Aprecio que pienses en mí, pero ahora no puedo
comprometerme. Gracias por entender”.
• Expresar sentimientos: “Me siento decepcionada porque habíamos
planeado viajar juntos y ya no podremos. ¿Podemos hablar sobre esto y
encontrar una solución?”.
Consecuencias de la falta de asertividad

La consecuencia fundamental de la falta de asertividad queda patente en el


plano social, en el cual las personas no asertivas sienten que no es una
fuente de satisfacción sino de conflicto personal y frustración.

La falta de asertividad genera estados de ánimo negativos puesto que las


personas sienten que no son dueñas de sí mismas, o bien porque no se
respetan en lo que quieren o sienten o bien porque todo desacuerdo con los
demás los lleva a estados de ira.

Esto al final puede ser traducido como una falta de control emocional que los
puede llevar en última instancia al aislamiento para no tener que exponerse a
estas situaciones que son generadoras de estrés y ansiedad.

Sin embargo, estas no son las únicas consecuencias de la falta de asertividad,


a las anteriormente expuestas podemos añadir las siguientes:
• Baja autoestima y autoconfianza

Cuando no somos capaces de expresar nuestras opiniones y deseos de


manera clara y directa, podemos sentirnos menos valiosos e inseguros en
nuestras capacidades. Esto puede afectar nuestra autoestima y limitar nuestras
oportunidades de crecimiento personal y profesional.

• Problemas en las relaciones interpersonales


La falta de asertividad puede generar conflictos, malentendidos y
resentimientos en nuestras relaciones personales y laborales. Al no expresar
nuestras necesidades y deseos de manera adecuada, podemos acumular
frustraciones y generar tensiones con los demás.

• Estrés y ansiedad
La incapacidad de comunicarnos de manera asertiva puede provocar
situaciones de estrés y ansiedad. Esto se debe a que reprimimos nuestras
emociones y necesidades, lo que nos impide encontrar soluciones adecuadas a
los problemas que enfrentamos.

• Victimización y manipulación
Al no ser asertivos, nos volvemos más vulnerables a la manipulación y
el abuso por parte de otras personas. Esto puede llevar a situaciones en
las que nos sentimos atrapados y sin capacidad para defender nuestros
derechos y límites.

• Insatisfacción y frustración
La falta de asertividad puede generar un sentimiento de insatisfacción en
nuestra vida diaria. Cuando no nos comunicamos de manera efectiva, nos
resulta difícil alcanzar nuestros objetivos y satisfacer nuestras necesidades, lo
que puede llevar a una sensación de frustración constante.

• Aislamiento social
Si evitamos expresar nuestras opiniones y sentimientos por temor a generar
conflictos o ser rechazados, podemos terminar aislándonos de los demás. Esto
puede afectar nuestra vida social y disminuir nuestra calidad de vida.
• Menor éxito laboral
El asertividad es una habilidad clave en el entorno laboral, ya que nos permite
establecer límites, negociar y resolver conflictos de manera efectiva. La falta de
asertividad puede limitar nuestras oportunidades de crecimiento y éxito en el
trabajo.
En resumen, la falta de asertividad puede tener consecuencias negativas en
diversas áreas de nuestra vida, desde nuestra autoestima hasta nuestras
relaciones personales y laborales.
¿Qué debemos tener en cuenta en la comunicación
asertiva?
• Ser claros y concretos. Decir específicamente lo que queremos. Si nos
limitamos a insinuar, corremos el riesgo de ser mal interpretados por los
demás.

• Ser breves. Ya lo dice el adagio popular “lo bueno, si breve, dos veces
bueno”. Si argumentamos extensa y constantemente, nuestros argumentos
perderán peso.

• Disculparse, cuando es necesario, está bien: si hacemos reclamos


legítimos, las excusas sobran; de otra manera, parecerá que nos sentimos
culpables y nos veremos inseguros. No obstante, siempre debemos hablar con
respeto.

Para lograrlo, la comunicación asertiva debe tener


presentes estos tres aspectos:

1.Confianza: creo en mi habilidad para manejar una situación.

2.Claridad: mi mensaje es claro y fácil de entender.

3.Control: doy la información de manera calmada y controlada.

En resumen:
• Mejora la autoconfianza y la autoestima.
• Podemos identificar nuestros sentimientos.
• Cuando respetamos al otro, nos ganamos el respeto de los demás.
• Mejoramos nuestras habilidades comunicativas.
• Podemos tomar mejores decisiones.
• Construimos relaciones sociales y laborales basadas en la sinceridad.
▷ ¿Qué es la asertividad? Definición, Tipos y Ejemplos? (game-learn.com)

Asertividad: qué es, características, tipos, consejos y ejemplos (lifeder.com)

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