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CAPITULO IV

ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS


CAPÍTULO IV

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

1. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS

Analizar significa descomponer un todo en sus partes constitutivas

para su más concienzudo examen. El procesamiento implica el agrupamiento

de los elementos en unidades coherentes; pero estas unidades necesitarán

de un estudio minucioso de sus significados y de sus relaciones para que

luego puedan ser sintetizadas en una globalidad mayor. Estas tareas

constituyen por lo tanto, las últimas y necesarias etapas del trabajo. (Sabino,

1992)

A continuación se procederá al análisis de los datos obtenidos a partir

de los instrumentos utilizados en esta investigación: El primer instrumento

consistió en realizar una serie de fichas de recolección de datos para cada

una de las cinco especies seleccionadas para el documental. Con estas

fichas se respondió el primer objetivo de la investigación el cual buscaba

describir las especies animales y así obtener información importante para ser

tomada en cuenta a la hora de planificar el guión del documental.

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El segundo instrumento es una entrevista no estructurada realizada al

Director del Museo de Biología de la Universidad del Zulia, Dr. Tito Barros y a

sus dos especialistas el biólogo Nicanor Cifuentes y su colega Fernando Rojas.

1.1 Análisis de las Planillas de recolección de datos.

Objetivo 1: Describir las especies de la fauna autóctona de Venezuela

seleccionadas para el documental televisivo.

Después de haber realizado la debida investigación bibliográfica, se logró

llenar toda la información requerida por las planillas de recolección de datos,

para darle respuesta al primer objetivo de la investigación, en el cual se busca

describir a todas las especies animales seleccionadas para el documental

televisivo y así de esta manera tener toda la información sistematizada y en

completo orden.

Caimán del Orinoco, (Crocodylus intermedius)

A través de la investigación previa, se pudo conocer que en el pasado el

Caimán del Orinoco se encontraba en casi todos los ríos de gran cauce y aguas

turbias de la cuenca del Orinoco en Venezuela y Colombia, tanto en tierras

bajas, a lo largo de llanos y sabanas inundables, áreas boscosas del sur del país

y hábitats adecuados hacia el pie de monte andino. Actualmente, permanecen

en unas 15 poblaciones pequeñas y aisladas entre sí, en los ríos Tucupido en el


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estado Portuguesa, Capanaparo en Apure, Cojedes y Sanare en el estado

Cojedes y en la represa de Camatagua en Aragua, así como en el río Caura en

el estado Bolívar. Gremone (1995 p. 266).

El caimán del Orinoco, es un animal de crecimiento lento. Cuando llega a

la madurez, aproximadamente a los 13 años, alcanza un tamaño de 3 metros,

aunque existen algunos ejemplares que pueden llegar hasta los seis metros. A

esa edad el animal puede reproducirse, lo cual hace entre los meses de enero y

febrero. La hembra construye su nido con ramas de árboles y arena, a la orilla

de los ríos, donde deposita entre 40 y 70 huevos. Entre marzo y abril, cuando

van a nacer las crías, la hembra regresa al nido y ayuda a sus hijos a llegar al

agua, donde los protegerá de otros depredadores.

Su cuerpo es alargado, macizo y plano y su piel esta cubierta por

escamas fuertes de color verde grisáceo. Posee una gran mandíbula y sus

dientes se le dejan entrever incluso cuando ésta esta cerrada.

“El Caimán se alimenta mayormente de presas que se acercan a las

orillas de los ríos a beber agua, tales como venados, aves, chigüires, entre

muchos otros animales.” Gremone (1995 p. 267).

Según el Libro Rojo de la Fauna Venezolana, los caimanes son

necesarios para los ecosistemas donde ellos habitan, ya que logran eliminar

individuos viejos o enfermos de otras especies de las cuales se alimentan,

controlándose así la sobrepoblación de aquellas. Además, se trata de la única

especie de cocodrilos cuya distribución está restringida a una sola cuenca


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hidrográfica, la cuenca del río Orinoco, lo cual lo hace casi exclusivo de

Venezuela.

Sobre el problema de la desaparición de esta especie, la Organización

Provita explica que en 1920 se inició en Venezuela la explotación comercial del

Caimán, el objetivo fundamental era aprovechar su piel y venderla en otros

países. Ya a mediados de los años treinta la cacería era tal que sólo en San

Fernando de Apure se vendían entre 3.000 y 4.000 pieles por día. Fue tanta la

explotación indiscriminada que para 1950 las poblaciones de caimanes

existentes ya no tenían valor comercial.

Debido a esta situación de sobreexplotación de la especie, el caimán del

Orinoco, fue extinto en muchas zonas y hoy sólo quedan pocos sobrevivientes.

Se estima que la población actual en Venezuela sea de unos 1.000 caimanes

adultos, repartidos en pequeños grupos; en Colombia se considera que esta

especie está prácticamente extinta.

El caimán del Orinoco está incluido en el Apéndice I del CITES. En

Venezuela se encuentra bajo protección especial y su cacería es ilegal, ya que

forma parte de la Lista de Animales en Veda por tiempo indefinido según

Resolución No. 95 MARNR del 28/11/79. El Parque Nacional Santos Luzardo,

fundado el 24/02/88, y el Refugio de Fauna Silvestre Caño Guaritico, creado el

30/03/89, fueron ampliados para proteger hábitats importantes en la distribución

del caimán.

El Libro Rojo de la Fauna venezolana coloca a esta especie en una

situación de riesgo o peligro de extinción. Además se observó que por su lenta


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capacidad reproductiva, el aumento de sus poblaciones es demasiado lento y

difícil de lograr.

Danta o Tapír , Tapirus Terrestris (Mammalia, Perissodactyla, Tapiridae)

Esta especie se distribuye al este de la Cordillera Andina en Suramérica,

desde el norte de Colombia hasta el sur de Brasil, norte de Argentina y

Paraguay. Es capaz de utilizar una gran variedad de hábitats como bosques de

galería, bosques húmedos y áreas de sabana, siempre que cuente con

suficiente cobertura vegetal para su refugio. Generalmente está asociada a

cuerpos de agua y rara vez se le encuentra por encima de los 1.600 m de altitud.

En Venezuela su distribución histórica fue amplia, abarca las selvas húmedas

alrededor del río Orinoco, selvas de piedemonte y galería en Sierra de Perijá y

Cordillera de Los Andes y selvas de montañas húmedas y nubladas en la

Cordillera de la Costa.

“A pesar de que las dantas eran muy abundantes en el pasado, hoy en

día son escasas en prácticamente toda Venezuela. Sus poblaciones se hallan

fragmentadas y decrecen rápidamente y sus hábitats se hallan disminuidos en

un 50% de su extensión original.” Linares (1998 p.234).

En el sur del país las poblaciones son más abundantes, pero, debido a la

corpulencia del animal están siendo rápidamente diezmadas debido a la caza de

subsistencia. La danta tiene una tasa reproductiva muy baja, por lo que la

población no puede recuperarse fácilmente.


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Según www.proyectodanta.com el Tapir, danta, anteburro, macho de

monte, como se le conoce en diversas regiones, existe desde hace millones de

años y es el único representante en América del Norte de los Perissodactyla,

ungulados de dedos nones. El tapir es un animal corpulento, con piernas cortas

y nariz alargada, parecida a una pequeña trompa, pero que no sirve como tal,

sino que le ayuda a tener buen olfato, característica distintiva de su especie,

como lo es también el oído, virtudes que de alguna manera lo compensan por su

deficiente vista.

Existen cuatro especies conocidas de este animal: tapirus bairdii, tapirus

pinchaque, tapirus terrestris y tapirus indicus; todas, excepto la última, están en

peligro de extinción.

“El tapir que habita suelo venezolano es el Tapirus Terrestris y el mismo

tiene la altura de un "pony", pero su contextura es más ancha, sus orejas son

cortas y redondas con las orillas blancas, su cola es corta y tiesa, tiene cuatro

dedos en las patas delanteras y tres en las posteriores. Su color es café opaco

de tonalidad más clara en la cara, garganta y pecho, y mide unos dos metros de

largo y uno de alzada.” Linares (1998 p. 235).

A diferencia del caballo, el tapir no ha perdido sus dedos laterales a pesar

de que su peso se aplica directamente sobre el dedo medio de cada pata, de la

misma manera que en el caballo. Sólo el pulgar ha desaparecido de las patas

delanteras y los dedos exteriores de las traseras.

La danta es considerado un animal tímido, por lo tanto, habita en lugares

con abundante vegetación y evita los sitios descubiertos. Son animales solitarios
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que prefieren las zonas próximas a los cuerpos de agua para huir fácilmente de

sus perseguidores.

Según los estudios que diversos biólogos han realizado sobre esta

especie, estos animales son muy activos a pesar de sus casi 200 o 300

kilogramos de peso. Se alimentan de vegetación acuática, brotes tiernos, frutos,

corteza y semillas de diversas plantas.

Las hembras llegan a su madurez sexual a los 2 ó 3 años y los machos a

los 3. El período de gestación dura de 390 a 400 días, después del cual nace

una sola cría que por ocho meses permanece junto a su madre. Debido a eso,

su potencial reproductivo es muy bajo. Son animales mansos y pacíficos, que no

hacen uso de sus escasas defensas, sino hasta el último momento y

especialmente en casos de amenaza a su cría.

Según Gremone (1995 p. 259). Debido a la cacería indiscriminada, la

destrucción de su hábitat, su bajo potencial reproductivo y su docilidad, su

población se ha reducido considerablemente.

Los tapires no pueden vivir en cualquier medio, a pesar de la extensión de

su territorio original, ya que necesitan un medio ambiente bien conservado, con

escasa perturbación por parte de la actividad humana, y que cuente con ríos,

lagunas o aguadas, por la protección que les ofrecen.

Sus principales enemigos naturales son los grandes carnívoros, como el

jaguar, el puma y los cocodrilos. Estas especies juegan un papel importante en

la dispersión de semillas de plantas y árboles.


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Mono Araña, Ateles Geoffroyi

El mono araña pertenece a la familia de los Cébidos, dentro del orden de

los Primates. En el mundo existen numerosas variedades de primates. Los

monos americanos provienen del tronco común de los platirrinos, que a su vez

se dividen en dos familias: los calitricidos y los cébidos.

En la primera se encuentran los que se mueven como ardillas, es decir,

corretean y trepan por el ramaje de los árboles, auxiliándose de sus uñas o

garras; los cébidos, por su parte, tienden a saltar o balancearse de un árbol a

otro y constituyen una familia de monos mayores que pueden subdividirse en

dos categorías: los que tiene cola prensil y los que no la tienen.

De todos los cébidos que tienen rabo prensil, el más ágil es el mono

araña, que usa su cola como un brazo más y que casi todo el tiempo la tiene en

movimiento, enroscando y desenroscando su sensible punta, siempre lista para

tocar o coger algún objeto o trepar a una rama; en el anverso de su punta, tiene

la piel dura y desprovista de pelos, como la palma de la mano. En cambio, estas

partes de su cuerpo, que carecen de pulgares, son torpes y los cuatro dedos no

se expanden completamente sino que están curvados como ganchos, obligados

por tendones muy cortos.

El mono araña vive en la punta de los árboles y cuando baja al suelo,

generalmente para comer o beber agua, camina desgarbado. Si algo lo asusta,

rápidamente se aleja columpiándose entre los árboles donde se esconde entre

las hojas. Su hábitat más común esta representado por los bosques tropicales

húmedos.
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Este animal conocido también como chango, es de constitución delgada,

tiene extremidades largas y colgantes, su cabeza es relativamente pequeña y

los machos no tienen barba. Miden de 35 a 45 centímetros y su cola alcanza

hasta los 85 metros. Linares (1995 p. 87).

Una manada normal se compone de 10 a 50 individuos y éstas se

agrupan en unidades familiares. Cada bandada tiene un territorio o área de

habitación definida, pero hasta ahora los investigadores no han logrado

comprobar si realmente los monos defienden su territorio. Lo que se sabe es que

los "parientes" viven en armonía.

Algunos estudios científicos, indican que los grupos de monos araña, no

tienen una jerarquía social bien definida, sin embargo, los machos adultos

tienden a ser los directores en la mayoría de las actividades. Cuando un grupo

de monos se hace demasiado grande, varios se separan y forman nueva

bandada que busca su propia área para establecerse.

Las hembras sólo tienen una cría por cada período de gestación que dura

139 días. Por lo general, durante su infancia los pequeños monos se cuelgan de

su madre. Estos monos comen frutas, raíces, granos, hojas tiernas, insectos,

huevos, y hasta pequeños vertebrados. Una bandada puede tener el hábito de

visitar con cierta regularidad las huertas, lo que ocasiona daños a las cosechas,

razón por la cual a muchos de esos animales se les persigue para dar muerte.

Gremone (1995 p. 98).

Asimismo, la carne del mono araña es muy apetecible para los

cazadores, quienes lo cazan durante todo el año, reduciendo así abismalmente


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el número de especies. Sin embargo, no es tanto la cacería como la

desaparición del bosque lo que propicia una reducción permanente en el área de

distribución y número de monos.

Mono Capuchino, Cebus capucinus

El mono capuchino al igual que el mono araña, pertenece a la familia de

los Cébidos, dentro del orden de los Primates. Su distribución abarca gran parte

de Sudamérica y Centroamérica, desde Belice hasta el extremo norte de

Colombia.

Esta especie habita los bosques de bajura de Centroamérica, y llega a

una altitud de 1500 m., pero la destrucción de su hábitat ha bajado su población

y se ha declarado en peligro de extinción.

En Venezuela este mono se encuentra en los estados Bolívar y

Amazonas. Los especialistas coinciden en señalar que en el país su situación no

es demasiado alarmante, si se considera que habita áreas casi vírgenes o con

un bajo nivel de perturbación por parte del hombre. Aunque desde 1970 esta

prohibida su caza.

El mono capuchino, posee un sobresaliente potencial reproductivo, por

tener flexibilidad al escoger su hábitat y más capacidad de recuperarse que las

poblaciones de monos más grandes. Estos animales son cazados por su carne.

Esta especie es llamada “mono capuchino” o “mono carablanca” a causa de su

coloración, pues tiene la coronilla negra al igual que el tronco, la cola y las
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extremidades, en la cara, el cuello, la garganta, y pechos y hombros, presentan

un color blanco, el vientre es pardo oscuro.

Una hembra se puede distinguir de un macho, porque la hembra tiene la

parte negra del pelo de su cabeza en forma de pico y el macho presenta en su

cabeza una gorrita circular de pelo simulando la gorra de un capuchino.

El mono capuchino es de hábitos diurnos, se le observa en grupos de 12 a 15

individuos, generalmente con uno o dos machos en cada tropa. Cuando hace

frío, duermen apiñados para calentarse unos a otros. Si descubren un visitante

no grato para ellos, hacen ruidos y buscan posiciones donde puedan tirar palos y

si pueden, lanzan orine y hasta material fecal.

La hembra tiene un período de gestación de 180 días que culmina con

una sola cría, cada uno o dos años; cuando son adultos alcanzan un peso

promedio de 3 Kg y una longitud de 80 a 90 cm, incluida la cola. Esto animales

poseen un alarga longevidad que va desde los 10 años de vida hasta los 20

años.

Este mono es vegetariano e insectívoro, pero en mayor cantidad se

alimenta de frutas, hojas tiernas y un menor número de insectos. Cuando

encuentran frutas maduras, comprueban su grado de madurez mordiéndolas,

apretándolas, oliéndolas y golpeándolas contra las ramas, hasta llegar a

golpearlas con las piedras para suavizarlas y poderle sacar las semillas. Estos

monos rara veces se tragan las pulpas carnosas enteras, sino que la mastican

para obtener el jugo y desechan el resto. Los insectos más comúnmente

comidos incluyen larvas de mariposas (Lepidopteros), hormigas, saltamontes y


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algunas especies más de abejones. Entre los vertebrados que comen se

encuentran algunos pájaros juveniles, ardillas jóvenes y pequeñas lagartijas.

Una tropa de monos carablanca puede viajar diariamente de dos a tres Km

diarios; el territorio hogareño está entre los 0,5 y 1,0 Km cuadrados. Sus

depredadores son algunos mamíferos carnívoros grandes como felinos, boa, la

águila arpía y el hombre.

Jaguar, Panthera onca

El jaguar, tigre mariposo o tigre americano, tuvo una distribución histórica

extremadamente amplia, que se extendía desde el suroeste de los Estados

Unidos hasta el norte de Argentina, abarcando una gran variedad de ambientes

por debajo de los 2.000 metros de altitud. Actualmente se considera Extinto en

los Estados Unidos, El Salvador, Uruguay y Chile, y su situación en Honduras y

Panamá es Crítica.

En Venezuela su distribución abarcaba prácticamente todo el territorio

nacional, a excepción del Estado Nueva Esparta y las áreas de mayor altitud en

la Cordillera de Los Andes. Hoy día es relativamente común sólo al sur del país

y algunas poblaciones aisladas persisten en Sierra de Perijá, Cordillera de La

Costa, llanos occidentales, piedemonte andino y delta del Orinoco.

Esta especie generalmente está asociada a cursos de agua y habita

preferiblemente en lugares con una cobertura vegetal significativa, tales como

bosques de galería, bosques deciduos y bosques húmedos. Se alimenta de


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mamíferos como chigüires, venados, báquiros, y cachicamos; y de reptiles

grandes como babas y tortugas de agua dulce.

El jaguar ha sufrido una reducción significativa en su distribución original.

Su límite al norte ha retrocedido unos 1.000 kms y sólo permanece en 33 y 62%

de su área de distribución en Centro y Suramérica, respectivamente. En

Venezuela hasta los años cincuenta, el jaguar presentaba una amplia

distribución.

Hoy en día sólo las poblaciones localizadas en los estados Amazonas y

Bolívar permanecen relativamente estables; las localizadas en Sierra de Perijá,

llanos occidentales, piedemonte andino, Delta del Orinoco se encuentran en

constante disminución y en la Cordillera de La Costa prácticamente están

extintas. La mayor presión sobre el yaguar está localizada en la población

ubicada en la cuenca del Lago de Maracaibo.

La especie ha sido declarada Vulnerable de extinción por la Unión

Mundial para la Naturaleza (IUCN 1990). En Argentina y Ecuador es

considerada En Peligro de extinción, mientras que en Perú su situación es

Vulnerable.

Este felino tiene el cuerpo robusto musculoso y compacto; su piel es

amarilla rojiza en el dorso y los costados, y blanca en el vientre y parte interna

de las patas, y esta cubierto casi todo de manchas negras de tamaño variable y

en forma de rosetas, con pequeñas pigmentaciones en el centro. Los jaguares

también pueden ser totalmente negros o blancos. Incluso en un camada puede

haber cachorros negros, blancos y manchados.


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El jaguar posee la cabeza muy ancha y grande, con orejas pequeñas y

redondas. Su cráneo es corto y redondeado con anchos arcos cigomáticos. Los

ojos tienen pupilas que se contraen verticalmente y pose una dentadura con 30

piezas dentarias adaptadas para cortar, desgarrar y triturar. Su cola es larga y

fina y sus patas son cortas y fuertes, con cinco dedos las delanteras y cuatro las

traseras, que terminan en uñas curvadas y retráctiles.

Su peso varia según la región. En general, los machos pesan de 50 a 110

kilos y las hembras de 35 a 90 kg, aunque en Sudamérica se han encontrado

jaguares de 150 kg.

Los jaguares se pueden aparear en cualquier época del año, aunque

parece ser más frecuente que lo hagan en diciembre, enero y febrero; el período

de gestación dura de 93 a 105 días y la camada consta usualmente de 1 a 4

cachorros, aunque frecuentemente son sólo dos.

Las crías acompañan a su madre hasta que tienen año y medio o dos,

cuando ya empiezan a cazar y pueden sobrevivir por sí mismos; durante los

primeros dos o tres meses de vida, los cachorros únicamente ven el mundo

desde su madriguera ya que pueden ser fácil presa de otros animales.

En cuanto a su función ecologica se puede decir que en los jaguares son

los únicos depredadores capaces de controlar las poblaciones de animales

silvestres de pezuña, como el venado, jabalí y tapir. Estos animales se hacen

cargo de las funciones ecológicas que desempeñan lobos y coyotes en otras

partes del mundo.


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El jaguar es un depredador solitario, activo tanto en el día como en la

noche, y se alimenta de varias especies de mamíferos, peces y reptiles. Los

machos ocupan extensos territorios dentro de los cuales sólo pueden vivir

jaguares hembras. Esta especie al igual que el resto de los felinos utilizan la

orina para delimitar sus terrenos.

El comercio peletero internacional, la cacería deportiva, el control de

depredadores y la sobreexplotación de sus presas, han sido las razones

principales de que las poblaciones de yaguar se encuentren tan disminuidas en

Venezuela. Sin embargo, actualmente el factor más importante, en cuanto a la

disminución que aún experimentan sus poblaciones, es la pérdida de hábitat por

deforestación de zonas boscosas con fines forestales y mineros o para su

transformación en áreas agrícolas y ganaderas.

La tasa de deforestación en Venezuela se ha estimado en

aproximadamente 1.000 km2/año. A mediados de los años cincuenta existían en

Venezuela las llamadas "zonas tigreras" caracterizadas por la abundancia de la

especie y por la atracción que ofrecían a los cazadores deportivos.

El Estado Barinas, la parte oeste de Apure y el sur de Cojedes y Guárico

pasaron a ser el segundo centro más importante de cacería de jaguares en el

mundo, después del Matto Grosso brasileño.

A esto se unió la explosión del mercado peletero internacional a finales de

los años sesenta, cuando se exportaron desde Suramérica un total de 31.104

pieles de jaguar a los Estados Unidos; estimándose que la cantidad exportada a

Europa giró alrededor de 7.000 a 9.000 pieles adicionales.


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Por otra parte, a raíz de la expansión agrícola y ganadera del país,

experimentada mayormente al norte del río Orinoco, grandes extensiones de

tierra fueron transformadas en pastizales y cultivos, fragmentando y aislando

aún más sus deprimidas poblaciones. Los contactos entre jaguares y ganado u

otros animales domésticos se han hecho frecuentes y en algunos casos resultan

en eventos de depredación; por tanto, algunos ganaderos optan por cazar

cualquier ejemplar localizado en sus tierras. Gremone (1995 p. 124).

Con frecuencia los cazadores no logran dar muerte al "tigre conflictivo" y

solamente lo hieren, acentuando más el problema: hasta un 75% de los jaguares

examinados presentan viejas heridas en la cabeza o cuerpo causadas por

disparos de escopeta. Adicionalmente, en los alrededores de los asentamientos

humanos y fincas las presas potenciales se encuentran diezmadas, por lo que el

jaguar tiene que desplazarse a otros sitios o comer ganado para sobrevivir.

El jaguar se encuentra incluido en el Apéndice I del CITES, por lo que el

comercio internacional de su piel es ilegal. De hecho, por su inclusión en el

CITES los precios de la piel del jaguar en el mercado internacional colapsaron,

frenándose la actividad al no ser rentable para los cazadores.

En Venezuela, la situación legal de este felino es muy particular. Se

encuentra protegido al estar incluido en la Lista Oficial de Animales de Caza bajo

Protección Total, según resolución 5-229 MAC del 10/12/70. Por otra parte,

aparece en la Lista Oficial de Animales de Caza, por lo que su cacería deportiva

podría ser habilitada estableciéndose las cuotas y temporadas respectivas. Esta

última situación es preocupante, dado que sus poblaciones están muy


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deprimidas y no es coherente con la posición actual de Venezuela ante el

CITES.

La cría en cautiverio se ha desarrollado con bastante éxito en Venezuela.

Hasta 1991 se mantenía un total de 43 jaguares en zoológicos, acuarios y

colecciones de fauna a nivel nacional. Dada la dificultad de observar a uno de

estos felinos en vida silvestre, los ejemplares en cautiverio son de gran valor

para la educación del público en general, a través de campañas divulgativas

sobre su problemática y de actividades de conservación en el país. Asimismo,

ellos podrían utilizarse para establecer un plantel de cría de la subespecie local,

lo cual todavía no se ha logrado por permitirse el apareamiento de jaguares

independientemente de su procedencia.

Aunque el mantenimiento en cautiverio y la reproducción del jaguar se ha

realizado con éxito en Venezuela, su reintroducción a la vida silvestre no es

viable, es costosa y de alto riesgo, ya que estos individuos al crecer en

presencia de humanos no les temen y fácilmente pueden causar problemas en

poblados y fincas.

1.2 Análisis de la entrevista semiestructurada al Dr. Tito Barros, el

Lic. Nicanor Fuentes y al Lic. Fernando Rojas. Todos especialistas en

fauna autóctona de Venezuela y conocedores de la situación de riesgo de

dichas especies.
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El propósito de esta entrevista fue conocer el estado actual, de las

especies de fauna autóctona seleccionadas para el documental televisivo.

Así mismo, los especialistas explicarán las causas y consecuencias del

problema de la desaparición de estas especies.

El primer punto a tratar en esta entrevista fue el estado en el que se

encuentra la fauna autóctona venezolana. Los tres especialistas coinciden en

que el estado de ésta es crítico, lamentable y en completa amenaza. El Lic.

Fernando Rojas afirma que “Actualmente se puede decir, que se encuentran en

situación de amenaza, en general todas las especies, hay un Libro Rojo de la

fauna, en el que se enlista a las especies autóctonas y el grado en que se

encuentra su amenaza, según el tamaño poblacional”.

Así mismo, Fuentes comenta, que el nivel actual de la fauna local, no

solamente de la región zuliana o del occidente venezolano, sino de todo el país,

se encuentra en un estado lamentable, lleno de descuido y abandono.

Por otro lado, el Dr. Barros, también coincide en cuanto a la situación de

descuido y a la gravedad de la situación y considera que en parte, es por el

desconocimiento general de todas las especies de fauna, incluyendo las

especies de vertebrados e invertebrados.

En cuanto a la interrogante relacionada con el destino de estas especies

o a las proyecciones para el futuro, los especialistas respondieron básicamente

que todo depende del hombre, de la colectividad, de los venezolanos

preocupados o no preocupados por mantener y prevenir la desaparición de las

especies.
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El Dr. Barros afirma que “El destino de las especies depende del destino

de nosotros, lo que nosotros tengamos como proyección para hacer como

venezolanos, como gente que vive en este país y de lo que pensamos hacer en

un futuro, hacia donde van las líneas de trabajo con la fauna, la conservación y

la protección”.

El Lic. Fernando Rojas tiene una visión crítica pero optimista en cuanto al

destino de estas especies y comenta que, “Al paso que vamos, yo pienso que en

algún momento se va a entrar en conciencia, aquí no va a suceder una extinción

masiva, posiblemente si se van extinguir muchas especies, pero va a llegar un

momento en el que se va a tener que tomar conciencia, quizás un cambio de

política o una presión interna, por grupos no gubernamentales”.

Contrariamente, el Lic. Fuentes tiene una visión un poca más caótica de

lo que podrá suceder en relación a la extinción de las especies, él piensa que,

“De seguir este panorama apocalíptico que planteamos, es previsible hacia

donde vamos a ir y yo creo que va a ser muy penoso.”

“El futuro cercano incluso, lo veo como lleno de escenarios, ya no

hipotéticos, sino comprobados y avalados por una data. Estos hablan de un

proceso de desertificación, de un proceso de extinción de especies, un proceso

de aridez inmenso y eso va a empeorar muchísimo más, aunado al

calentamiento global y a toda una serie de variables globales como la

fragmentación de habitats”.
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Sin duda, el problema de la desaparición de las especies es una situación

crítica que amenaza a todos los venezolanos y a todo el mundo en general y así

lo demuestran los especialistas entrevistados.

La tercera pregunta de la entrevista fue cuales especies de fauna

autóctona consideraban que se encuentra en peligro de desaparición, todos

coinciden en que las especies más amenazadas son las que poseen pieles

buscadas por coleccionistas o por el comercio peletero.

Por otro lado, los tres especialistas hablan de la disminución considerable

de manatíes en esta región del país, también incluyen a algunas aves como el

cardenalito y el caují, al jaguar amenazado por el acecho de las presas a los

ganaderos, el oso frontino, la danta y la tortuga Arrau, la cual cuenta con un

programa de conservación que ha dado excelentes resultados.

Así mismo, los tres especialistas coinciden en que el Libro Rojo de la

Fauna venezolana, es el registro más importante y actualizado, en relación al

estado de las especies, sus vulnerabilidades y características, aunque no posea

la totalidad de las especies amenazadas dentro del contenido.

Con relación a la caza y comercio ilegal de monos, los especialistas Rojas

y Barros, coinciden en dos puntos importantes, uno la necesidad de que los

capturados en esta actividad sean realmente penalizados, con pena de cárcel,

multa y decomiso, para crear un ambiente de temor por esta práctica ilegal.

Rojas por su parte propone aprovechar de manera conciente y legal y con

márgenes de aprovechamiento este bien, para además desaparecer el negocio

ilegal por su rentabilidad. Mientras tanto, Nicanor Fuentes hace hincapié en la


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necesidad de educar a toda costa y de manera conjunta, por parte de

comunicadores, sociólogos, educadores, la sociedad en general, para lograr una

toma de conciencia con respecto a éste y todos los animales.

En cuanto a las políticas que desarrolla el estado venezolano con

respecto a la fauna y el ambiente en general, los tres especialistas coinciden en

la necesidad de actuar más y de manera drástica, cambiar leyes y detener la

burocratización de este panorama. El profesor Tito afirma ” Venezuela cuenta

con refugios y parques, pero necesita una mayor cantidad de personal

involucrado y financiamiento desde el punto de vista gubernamental para poder

trabajar en eso”. Además, denuncia la falta de personal involucrado y por lo

tanto su mínima capacidad de respuesta ante los problemas.

Fuentes, además culpa al gobierno por haber sido genuflexo, cómodo e

irresponsable en materia de políticas ambientales.

Por otro lado, en cuanto al problema del caimán del Orinoco, los

especialistas explicaron cómo ha cambiado el propósito de la cacería de estos

ejemplares, y de cómo en estos momentos, la cacería para comercializar su piel

no es realmente un problema como lo fue hace sesenta años. “Mira, la caza con

el fin de la comercialización de piel del caimán del Orinoco, realmente no es un

problema actual, eso fue un problema hasta los años treinta, aproximadamente.

Hasta que fue rentable su cacería comercial, pero ahora hay tan pocos en el

ambiente que no es rentable” Explico Rojas.

Con respecto a esta situación, el especialista en reptiles, Tito Barros

comentó “Quizás el problema con el caimán del Orinoco, es que nosotros ahorita
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necesitamos fijar ciertos lugares que son óptimos para conservarlo, porque

empiezas a tener ciertas problemáticas, como la problemática de las

poblaciones de los asentamientos de campesinos rurales, conviviendo con

poblaciones de caimanes” y afirmó a su vez, que esta especie por ser una de las

llamadas banderas, sí ha logrado mejoras a nivel de políticas de vigilancia.

En cuanto al tema del Jaguar o Tigre americano, el Dr. Barros y el

especialista Fernando Rojas, coinciden en que la solución más eficaz sería la

reubicación. Aunque ésta, no es una solución tan sencilla, ya existen algunos

programas o planes, los cuales han dado buenos resultados.

El problema del Jaguar y el acecho de las presas se centra, en que éstos

necesitan de áreas demasiado grandes para poder vivir y además se la pasan

en constante movimiento, así lo explica Barros al afirmar que, “Generalmente

por ley, un ganadero tiene que dejar cierta parte de su territorio en estado

natural, a veces no lo hacen, a veces si, pero no hay planificación con respecto a

la gente que esta en sus alrededores, entonces los que tienen linderos y los que

tienen haciendas a su lado, no dejan la misma área y ésto crea parches, porque

no hay continuidad.”

Así mismo, Barros comentó, sobre la existencia de un programa de

traslados de jaguares, el cual en algún momento dio excelentes resultados, éste

consistía en que, los ganaderos que se veían amenazados por la presencia de

un jaguar, cerca de su ganado en su territorio, se comunicaban con el Ministerio

de Ambiente y este organismo se encargaba de reubicarlos, sin dejar ninguna

presa o problema a los vecinos.


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Por su parte, las dantas son otra especie autóctona, con graves

problemas de sobrevivencia, y la misma se encuentra en peligro de extinción.

Así se evidenció, en la entrevista a los expertos, los cuales explicaron, que las

principales causas de la desaparición de esta especie son la destrucción de su

hábitat y la cacería indiscriminada, estas especies han sido víctimas de la caza,

a través de la historia.

Por ello, resulta importante crear medidas o planes, para su protección y

control de cazadores. Con respecto a esto, Fuentes explica que “el conflicto no

es con la danta, es con el hombre, la danta siempre va a estar ahí, pero en la

medida que hayan políticas eficaces para el colectivo, que ataquen las

necesidades vitales, salud, educación y empleo, señores con eso, se solventaría

en gran parte toda la dependencia que hay con el ambiente y con esa especie

que les provee.”

El experto Barros, simplifica su respuesta afirmando que, los planes son

básicamente, la educación, la concientización y una mayor vigilancia por parte

de los guardafaunas, en las áreas críticas que generalmente habita esta

especie.

En líneas generales, los tres especialistas opinan que las principales

causas de la desaparición de las especies de la fauna autóctona son:

La degradación de hábitats, la falta de educación ambiental y conciencia

ecológica, por parte de las autoridades y de la población en general. Además de

la ignorancia en todos los renglones sociales, sin dejar por fuera a la cacería,
104

que siempre ha estado rodeando la vida de estas especies y de muchas más en

Venezuela y en otros lugares del mundo.

2. INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS.

• Objetivo 2: Identificar la situación de riesgo de las especies de la

fauna autóctona de Venezuela seleccionadas para el documental

televisivo.

Una vez que se realizaron las entrevistas a los expertos de fauna

autóctona y se conoció la situación de riesgo de las especies animales

escogidas para el documental televisivo, se compararon dichos resultados con la

literatura revisada en las bases teóricas de dicha investigación.

Venezuela es considerada un país rico en fauna, la cual manipulada bajo

criterios de protección y conservación, podría llegar a ser fuente de trabajo,

alimento e incluso riquezas, siempre y cuando se sostenga y se trabaje con la

debida precaución.

Actualmente muchas especies de la fauna autóctona se encuentran en

peligro de desaparecer debido a muchas causas, las cuales casi todas se

conjugan en una sola, abuso del hombre hacia sus recursos naturales, en este

caso los animales.

Según el Libro Rojo de la Fauna Venezolana, (1999, p.75) las especies

en extinción se encuentran bajo esta condición debido a la destrucción de los


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ecosistemas forestales, a la disminución de ríos, la expansión de la agricultura y

ganadería, el impacto urbano, la contaminación, la práctica descontrolada de

caza y pesca, además de las capturas, encierros y el tráfico de especies

exóticas a otros lugares del mundo.

Los expertos que fueron entrevistados para confirmar la teoría

consultada, perfilan las mismas causas de desaparición que el Libro Rojo de la

Fauna, también consultado para esta investigación.

Rojas, al hablar de las causas de este proceso de extinción de numerosas

especies, plantea que la destrucción de habitats es la principal, ya que los

animales de vida silvestre dependen para poder vivir un cien porciento de su

hábitat en el estado original, es decir sin contaminación, impacto ambiental u

otros modificantes.

Por otro lado, coloca como segundo causante a la caza indiscrimada, la

cual si se quiere se ha visto controlada paulatinamente a través de planes y

programas de conservación.

Así lo afirma, el Profesor Tito Rojas, al referirse al caso del caimán del

Orinoco en especifico, donde aclara que el problema de la caza de este animal,

esta bajo control actualmente, en parte por lo difícil que es y por otro lado,

gracias a una serie de limitaciones legales y planes de penalización y vigilancia

en áreas habitadas por estas grandes especies.

El Profesor Rojas, al hablar sobre si a habido cierta preocupación por este

caso responde, “yo creo que si, pienso que se han tomado las medidas

necesarias en cuanto al aspecto legal y normativas, inclusive existe la vigilancia,


106

el programa de concientización y todo lo que se ha hecho ha sido bastante

bueno”.

Colmenares, (2001, p.5) plantea igualmente que la principal causa de

extinción de especies en el país, es la perdida del hábitat, “Venezuela en el año

1991 ya había perdido un 32% de los espacios naturales.”

Por otro lado, sobre la contaminación el mismo autor comenta que “El uso

inadecuado de pesticidas y fertilizantes químicos en la agroindustria elimina a

las plagas y parásitos, pero también a insectos necesarios para el equilibrio de la

vida en los ecosistemas del campo”, todas estas condiciones extremas dan

como resultado el desequilibrio ecológico y por lo consiguiente la eliminación de

espacios óptimos para la vida de los animales.

Otro caso de maltrato por parte del hombre hacia este preciado recurso,

no es más que su misma sobreexplotación, Colmenares (2001, p.8) afirma, que

algunas especies son de vida y crianza prolongadas, por lo tanto, poseen un

potencial reproductivo bajo. Al abusar de estas condiciones, se corre el peligro

de maltratar tanto a la especie que esta termina en las categorías de riesgo o de

peligro de extinción.

Con respecto al proceso de extinción como tal, Rojaz dice (1993, p.78),

“hasta el momento se conocen cinco grandes extinciones masivas, las cuales

acabaron con familias enteras de especies en todo el planeta en periodos de

tiempo relativamente cortos. La extinción más grave, la del periodo Pérmico, se

produjo hace 250 millones de años, y acabó con más del 90% de los animales

marinos.”
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El especialista en fauna vertebrada, Fuentes, considera que la fauna de

Venezuela tendrá que enfrentar un escenario similar al sucedido hace 65

millones de años, el cual fue de grandes extinciones, esta vez aunado a esto, la

presencia humana.

Según Ferrer, (1999, p.95) “Actualmente nos encontramos en la sexta

gran extinción masiva, siendo la primera provocada por nuestra especie, la cual

será sin duda una de las afectadas por sus consecuencias. Se vaticina que en el

año 2050 habremos extinguido más de un tercio de las especies existentes en el

planeta, y tal vez la mitad de ellas para el 2100.”

Por otro lado, Ferrer (1999, p.35), plantea que en el mundo se pierden

cientos de miles de especies, muchas de ellas aún antes de ser descubiertas por

la ciencia.

Otro agravante dentro del proceso de extinción es sin duda, el

desconocimiento general, en el campo de la genética y de la biología. Todavía

faltan muchos estudios por hacer, para poder crear soluciones inmediatas al

problema de la extinción de la fauna.

El especialista Barros, explicó “Con relación a la fauna vertebrada, quizá

nosotros tengamos conocimiento, de un 75% de las especies que habitan en

Venezuela, sobre todo mayor información en grupos grandes, como en el caso

de aves, mamíferos, reptiles, quizá tengamos un poco más de desconocimiento

en vertebrados menores, en anfibios y peces.


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Fuentes confirma que “Hay un desconocimiento abismal de lo que

representa la fauna de la región y eso también salpica a los que tratamos de

estudiar el fenómeno vital y el fenómeno biológico, aquí en las universidades.”

Por otro lado, parte de la compleja problemática de la extinción de las

especies, lo representan como se dijo anteriormente, las áreas circundantes

donde habitan personas que se benefician de la explotación de las especies,

que habitan esas zonas.

Por ejemplo, unas de las especies animales que se encuentran más

amenazas dentro del país, son las diferentes clases de tortugas, algunas de

ellas como la tortuga Arrau, la cual tiene su programa de conservación, el cual

funciona bastante bien, pero otras nisiquiera cuentan con proyectos a futuro para

su protección.

En Venezuela se encuentran cinco de las ocho especies de tortugas

marinas del mundo, las cuales están incluidas en la lista de especies

amenazadas de la UICN: la cabezona, (Caretta caretta), la Carey (Eretmochelys

imbricata), la cardon (Dermochelys coriacea), la Verde (Chelonia mydas), y la

Guaraguá (Lepidochelys olivacea), las cuales habitan, nidifican y se alimentan

cerca de la costa.

Pascual, afirma que, lamentablemente estas especies representan una

fuente de alimento para las poblaciones locales, ocasionando una

sobreexplotación, que ha redundado en la disminución de sus poblaciones.

(1992, p.32).
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Los especialistas coinciden con estas afirmaciones, Fernando Rojas,

explica que “la tortuga Arrau, ha tenido una explotación desmedida para el

aprovechamiento de las carnes de sus huevos, de las tortuguillas y para el

aprovechamiento del aceite extraído de los huevos, pero la particularidad de ella

es que anida masivamente, lo cual quiere decir que toda la población se

concentra en una pequeña área y facilita la explotación, por eso según mi

entender es la especie más amenazada.”

La situación de riesgo de las especies animales del documental, fue

planteada por diversos autores y comprobada por el grupo de especialistas que

se entrevistó para completar la investigación, así se pudo realizar una debida

interpretación de los datos obtenidos.


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