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ACTIVIDAD: DE TURISMO

(EStefani,damián,nuria y cristina)
HMH-GUÍA DE ESTERILIZACIÓN

ÍNDICE

1-Estructura de las zonas de la central

2-Protocolos de la CE

3-Instrumentos, materiales y productos

4-agentes esterilizantes

5-medidas de seguridad

6-Conclusiones y características interesantes


1-Estructura de las zonas de la central

En este apartado, y en general a lo largo de esta guía del CHAMPNS, se nos presenta la
información de forma bifurcada o con dos niveles de profundidad: la guía general (las
primeras 16 páginas incluyendo los anexos), más sucinta y superficial; y el “manual de
procedimientos de la CE” (de la página 17 hasta la 63), más profundo y sistemático.

En lo tocante a la estructura de las zonas de la central aparece un apartado muy claro en


la primera parte de la guía titulado “estructura de la central”. Aquí, parece dividir la CE en
dos partes perfectamente diferenciadas: la zona sucia, en donde (especifica) se realizaría la
recepción y el lavado del material procedente del bloque quirúrgico, comentando
resumidamente que la zona serviría para la limpieza y desinfección; y la zona limpia,
correspondiendo esta con un área de procesado, esterilización, acondicionamiento,
almacenaje o distribución de material. Dentro de esta zona especifica más subáreas para
diferentes tipos de funciones y materiales (área de preparación, de esterilizadores de vapor,
de esterilizador de óxido de etileno, etc).

En la parte del “manual de procedimientos” divide la zona limpia en dos partes. Por un lado,
el área de preparación, empaquetado y esterilizadores (material aún no esterilizado o en
proceso): en donde se recepcionan diferentes tipos de materiales clasificados (como el
textil); se acondicionan, envasan y/o empaquetan en diferentes tipos de bolsas o
contenedores (entre otros); y la zona de los esterilizadores donde se esterilizaría todo el
material (autoclaves de vapor, de óxido de etileno, miniclave). Y por otro lado, también
dentro de la zona limpia, el área de almacenamiento y distribución de material ya
esterilizado. Aquí se destaca el almacenaje de textil citando por encima la forma de
distribución del material en general.
2-PROTOCOLOS DE LA CE

Con respecto a los protocolos que se presentan en la CE, resulta especialmente interesante
el apartado “fases” de la guía general. Aquí, y a diferencia de otros apartados, se profundiza
en los diferentes procesos desde que el material entra en la central hasta que sale, una
cuestión que ya hemos tratado pero en la que ahora ahondaremos algo más.

Primeramente, el material utilizado en el hospital (en unidades de pacientes, en cirugía, etc)


se recepciona en la zona sucia a excepción del textil que iría directamente de la lavandería
a “limpio”. También el material limpio y seco se recepcionaría en esta zona limpia. Después
se clasificaría y limpiaría el material (principalmente quirúrgico) en la zona sucia mediante
dos procesos: lavado automático (de forma general; con lavadoras y ultrasonidos) y
lavado manual (de forma específica aquel material que no pudiera lavarse, por sus
características o por una emergencia, con lavadoras y/o ultrasonidos).

Posteriormente, y ya en el área limpia, los materiales se acondicionarían y embalarían en


bolsas mixtas y demás material de embalaje (que ampliaremos en el siguiente punto):
debiendo seguir las pautas detalladas tanto en lo referido a la protección del material
(especial cuidado con el material delicado y las puntas del instrumental) como con el tipo de
empaquetado (considerando su peso, estructura y susceptibilidad de daños). Todo este
material iría identificado con la fecha de esterilización, de caducidad y la unidad de
destino. Los contenedores quirúrgicos se identifican además con el número de
esterilizador, el de ciclo y el tipo de programa utilizado.

Una vez empaquetados y etiquetados, los materiales pasarán un proceso de selección para
determinar la esterilización adecuada a cada producto: por agentes físicos (autoclaves)
y/o químicos (óxido de etileno) como trataremos en el apartado correspondiente. En este
punto, es muy importante comprobar varias acciones: que el esterilizador registrase el
programa correcto, que los envoltorios estén íntegros y secos, que hubiese un cambio de
color en los indicadores químicos y que los paquetes estén correctamente identificados.
Después, ya solo quedaría almacenar todo el material para distrubuirlo posteriormente a las
diferentes unidades de hospitalización, atención primaria y centros ajenos. Fundamental
que se almacene en su casillero correspondiente junto al vale de recepción comprobando
que el material almacenado se corresponda con el material especificado en el vale.

Como observamos, todo el protocolo viene perfectamente sintetizado en esta primera parte
de la guía si bien, con todo, faltarían detalles fundamentales del proceso que se analizan
más exhaustivamente en el “manual”. Como por ejemplo, en lo tocante a las medidas a
cumplir para la recepción de los materiales de quirófano; el protocolo en el lavado
automático (prohibidos instrumentos de rotación, abrir el material articulado, desmontar el
material…), el lavado manual (pasar el material por chorro de agua para eliminar la materia
orgánica - sumergir en solución detergente - frotar con cepillo abrasivo – aclarado –
lubricación – secado) o los manuales de instrucciones de marca, entre otras
recomendaciones, que vienen acerca de las lavadoras automáticas o los ultrasonidos
(Matachana RF-1075 y Cleaner). En cuanto a la zona limpia, las especificaciones y
ampliaciones que vienen en el “manual” están sobre todo referidas al proceso de
esterilización (apartado de “agentes esterilizantes”) o de empaquetado del material (ver en
“instrumentos, materiales y productos”).
3-INSTRUMENTOS, MATERIALES Y PRODUCTOS
En cuanto a los recursos materiales, en la guía general (hasta la página 16) se nos presenta
tan solo el material principal que hará la función de herramienta de trabajo para el
lavado/esterilización. Generalmente máquinas que aparecen en un listado sin clasificación
de ningún tipo: el esterilizador de OE, esterilizadores de vapor de red central, el miniclave,
un catalizador de residuos, selladoras, lavadoras de doble puerta, baño de ultrasonidos,
limpiadora de alta presión, pistola de aire comprimido, de agua a presión y dos armarios.

Será en el “Manual de procedimientos” en donde se realiza una descripción más


pormenorizada de aquellos materiales que serán objeto de limpieza y, sobre todo, de
desinfección. Es en el apartado dedicado a los procedimientos de la zona sucia donde se
realiza una clasificación más exhaustiva diferenciando entre el material termo-resistente
(estructuralmente de acero y que se puede lavar en la lavadora), el termo-sensible
(material fino y delicado como ópticas, sistemas eléctricos, taladros y material de
microcirugía; teniéndose que lavar a mano y NO en la lavadora) y equipos de terapia
respiratoria y anestesia (lavado a mano). Después, también discrimina cierto tipo de
material con el que es difícil generalizar su protocolo de limpieza debiendo concretar una
serie de instrucciones más precisas. Aquí aparece el material oftalmológico por una parte
y aparoscopios, artroscopios, resectores, cistoscopios, rectoscopios y
laringoscopios por otro lado.

En lo referido al material textil no se hace referencia hasta llegar al apartado de los


procedimientos de la zona limpia ya que, en general, es un tipo de material que no pasará
por la zona sucia ya que viene directamente de lavandería para ser esterilizado y/o
empaquetado en la zona limpia. Entre el esterilizado se enumera fundamentalmente aquel
textil relacionado con el área quirúrgica (paños, batas, fundas, sábanas cerradas y
fenestradas, alforjas) y también se especifica y describe el material de empaquetado para
su posterior esterilización: bolsas mixtas (para envasado individual), papel crepado (para los
que por su peso o estructura no puedan ir en bolsas), textil de algodón (como envoltorio
final en los paquetes susceptibles de rotura en el crepado) y contenedores (todo el
instrumental quirúrgico).
4-agentes esterilizantes
Para la esterilización se describe de forma muy breve al principio de la guía que esta será la
adecuada a cada producto “siguiendo, en cada caso, las instrucciones dadas por el
fabricante” y, acto seguido divide los métodos de esterilización en dos: por agentes físicos
(autoclaves de vapor húmedo); y por agentes químicos (óxido de etileno) en los que
profundiza mucho más en el “manual”. La esterilización por vapor de agua se utilizaría
para todo el material que se deba esterilizar siempre que fuesen estos termo-resistentes,
mientras que la esterilización por óxido de etileno quedaría reservada para los
termo-sensibles. Después también clarifica los materiales de empaquetado que serían
compatibles con cada uno de los dos métodos:

También concreta como ha de ser la carga de los autoclaves de vapor (lo más homogéneas
posible, no llenar las cestas para permitir la circulación del vapor entre un largo etc) o del
esterilizador de OE (distribución holgada para la correcta penetración del óxido de etileno,
dejar la puerta entreabierta para que alcance los 130ºF para después cerrarla, etc).
Además, se concretan los indicadores biológicos para cada método: Bacillus
stearothermophilus para el esterilizador de vapor; bacillus subtilis para el de OE. O los
registros gráficos e impresos que se han de llevar a cabo para la monitorización del proceso
de esterilización. Por último, también indicar que cuentan con un miniclave para el
material urgente de uso inmediato.
5-Medidas de seguridad

De entre todos los puntos tratados en este trabajo, es probablemente el aspecto de la


seguridad sobre el que la guía pasa más de puntillas tratándolo y aún así aparecen varios
anexos tratando el tema. En el primero, “normas de seguridad”, se centra en normas
generales como: llevar el cabello recogido o lavarse las manos entre tareas/procedimientos
al final de la jornada y antes de abandonar la central. También quedaría prohibido beber,
comer y fumar en la zona de trabajo.

Y más concretamente para la zona de lavado aconseja: separar objetos punzantes/cortantes


antes de la limpieza; utilizar preferentemente la limpieza mecánica; usar bata desechable;
utilizar guantes duros para la limpieza; lavarse las manos entre los cambios de guantes; no
llevar anillos, relojes o joyas; vendaje adecuado para las heridas/cortes; uso de mascarillas
faciales y gafas protectoras si hay riesgo de salpicaduras o aerosoles; etc.

En un segundo anexo aparece un protocolo a seguir en caso de accidente en la zona de


lavado: en primer lugar, cesar la actividad; después, tratar de forma local las lesiones. En el
caso de las heridas en la piel: quitar guantes – lavar con agua y jabón – aplicar antiséptico.
Para las salpicaduras en cara y ojos: lavarse con abundante agua (en general ante cualquier
salpicadura en la piel) y acudir a oftalmología. A continuación, valorar si se requiere cambio
de ropa o ducha en caso de salpicaduras. Por último, acudir a la Unidad de Prevención de
Riesgos Laborales.

Adicionalmente, se añade otro anexo para las medidas de protección del personal utilizando
el óxido de etileno por su riesgo potencial para la salud. Para ello, destaca la necesidad de
usar E.P.I. para las vías respiratorias y de seguir un protocolo para la retirada de la carga sin
aireación: 1. Tras la apertura de la cámara se espera 15 minutos antes de extraer el material.
2. El traslado del material a la aireadora se realizaría con guantes impermeables al OE y un
adaptador facial con filtro realizando todo ello en el menor tiempo posible. Y ante una
posible fuga de gases: 1. Se evacuará la zona peligrosa. 2. Se avisa al Servicio de
Mantenimiento para localizar la fuga. 3. La persona responsable irá debidamente equipada
(aparato de autónomo de respiración a presión positiva y E.P.I.s.
6- Conclusiones y características interesantes

Probablemente, la característica más interesante de esta guía es el mismo objetivo por el


que fue creada: establecer un conjunto de actividades protocolizadas de forma precisa y
sistemática para que los trabajadores de la CE, especialmente los recién llegados, sepan
realizar el procedimiento de forma correcta y sin dudas. Así, creemos fundamental que sea
una guía clara y práctica compendiando hasta el último recoveco de todos los materiales y
protocolos. Y sí, consideramos que reúne todas esas condiciones por lo que podríamos
concluir que su “característica más interesante” sería lo completa y práctica que resulta
para una CE tan prototípica en muchos aspectos. Tanto en lo referido a su estructura
general (zona sucia – limpia) como en cuanto a los protocolos para la esterilización de los
materiales: cronológicamente ordenados (según si entran por la zona sucia o después en la
limpia), clasificados por tipos (textiles, metálicos... aunque no se hace referencia al plástico o
al caucho) y especificando las diferencias en los procedimientos con cada uno. Y lo mismo
sucede con la esterilización apareciendo descrito el protocolo con cada máquina (autoclave
de vapor; óxido de etileno).

Si bien, también es cierto que la guía no ofrece criterios generales (como pudiera ser el de
Spaulding) para saber si los materiales han de ser tan solo lavados o también esterilizados.
Ni tampoco grandes y exhaustivos listados con nombres, definiciones y descripciones de
materiales de todo tipo que pudieran ser de utilidad de cara a este tipo de dudas que
podrían tener los trabajadores. En este aspecto, hay que subrayar que en la guía aparece
citado un “catálogo de productos” en donde suponemos sí vendrían todos estos aspectos
enumerados y detallados de forma más prolija.

También llama la atención la casi completa desaparición de los desinfectantes


(detergentes), apenas nombrados en el documento, pasando directamente del lavado
manual o automático (zona sucia) a la esterilización física o química (zona limpia). Aunque
probablemente en el caso de algunos materiales, ese proceso intermedio de desinfección se
llevase a cabo en el área sucia

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