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Introducción
El presente estudio aborda la situación legislativa de los pecios Bou Ferrer y Ullastre I,
como paso previo para continuar con el análisis es importante definir conceptos como el
patrimonio subacuático, contextualizar los pecios para posteriormente identificar la
gestión de conservación y la protección de forma que permita determinar el estado de
protección que disponen, el objetivo del presente estudio es plantear un análisis de
carácter comparativo entre los pecios, dando como resultado un comentario crítico del
estado de protección que reciben los pecios anterior mente mencionados, plantear
recomendaciones para lograr una posible mejora.
Es decir, de manera general, delimita a toda huella humana de tipo cultural, arqueológico
o histórico, sumergido total o parcialmente tanto si es por un corto tiempo o desde lo cien
años e incluye a todo lo que ha podido ser parte del conjunto arqueológico y natural.
En el intento de proteger el patrimonio subacuático se realizó el Plan Nacional de
Patrimonio Subacuático, que contiene un conjunto de medidas, elaborado por el
Ministerio de Cultura en el año 2007 y aprobado por el consejo de patrimonio histórico y
las comunidades autónomas (Ministerio de Cultura de España, 2007).
El plan Nacional sintetiza una serie de acciones, articuladas desde la documentación hasta
la protección jurídica, resultado de dicho procedimiento, dio lugar a la firma de convenios
con las Comunidades Autónomas enfocados en la elaboración de cartas arqueológicas.
La existencia de un Plan Nacional de Patrimonio Subacuático en España, lo convierte en
un marco estratégico que abarca la gestión, protección, investigación, conservación y
difusión del patrimonio cultural subacuático en todo el territorio español. Este plan tiene
como objetivo principal salvaguardar y poner en valor los bienes culturales sumergidos.
Promueve investigaciones arqueológicas y científicas que contribuyan al conocimiento
de los sitios subacuáticos, utilizando tecnologías avanzadas para la documentación y
estudio de estos yacimientos.
Establece directrices y protocolos para la conservación y protección de los pecios,
incluyendo medidas para prevenir daños, saqueos o degradación del sitio. Esto implica la
regulación de acceso, la delimitación de zonas protegidas y el establecimiento de medidas
de conservación in situ.
Fomenta la cooperación entre instituciones, entidades y comunidades locales para
promover la sensibilización y difusión del valor cultural del pecio Bou Ferrer, mediante
programas educativos, exposiciones, publicaciones y actividades que acerquen este
patrimonio a la sociedad.
Favorece la colaboración y el intercambio de conocimientos con organismos
internacionales dedicados a la protección del patrimonio cultural subacuático, en aras de
establecer estándares y buenas prácticas en la gestión de estos yacimientos.
En resumen, el Plan Nacional de Patrimonio Subacuático en España proporciona un
marco estratégico articulado por acciones para la preservación y valorización del
patrimonio cultural sumergido, asegurando su protección y estudio para las generaciones
futuras.
Por lo tanto, la ley del Patrimonio Histórico Español promulgada en el año 1985, reparte
a las comunidades autónomas la autoridad de tomar las medidas pertinentes para la
salvaguarda del patrimonio arqueológico subacuático, una de las medidas competentes
son las declaraciones de los Bienes de Interés Cultural (BIC). Las declaraciones de BIC
sobre sitios arqueológicos subacuáticos fortalecen los planes de acción de protección, al
igual que la ley establece un régimen jurídico especial de protección para los yacimientos
arqueológicos, estén o no declarados BIC.
El presente trabajo precisamente aborda el Bou Ferrer declarado BIC, siendo uno de los
pecios con mayor distinción de protección, por su envergadura y estado de conservación,
al ser presentado ante el gobierno español y aprobado por la comisión científica para la
protección del patrimonio cultural subacuático y del consejo de patrimonio histórico,
surgido como consecuencia de la ratificación por España de la Convención de Unesco
para la protección del patrimonio cultural subacuático. El hallazgo fue una oportuna
casualidad, que impulsó a una serie de trabajos arqueológicos, que potenciaron la creación
de conocimiento de un área por explotar como es el caso de la arqueología subacuática.
Contextualización
Situación Geográfica
El Bou Ferrer fue hallado por una oportuna casualidad en el año de 1999, al caer el ancla
de una zodiac sobre un túmulo de ánforas de 2m de altura, mientras buscaban una pequeña
barca hundida cerca del puerto de Villajoyosa, el sitio arqueológico se descubrió en buen
estado de conservación porque cerca de la costa se hacía poca pesca de arrastre. Resultado
de este puntual hallazgo, conllevó un sin número de oportunidades para su estudio, al
investigar una embarcación de tal magnitud.
El Bou Ferrer es un barco mercante romano que se hundió en el siglo I d.C. probablemente
el barco transportaba cerámica u otros bienes a lo largo de sus rutas comerciales por el
Mediterráneo. Las investigaciones en el sitio revelan una gran cantidad de restos
arqueológicos incluyendo ánforas, cerámica, vidrio, elementos de construcción naval y
otros artefactos que proporcionan una visión detallada de la vida y el comercio durante la
época romana (De Juan, Cibecchini, Espinosa, & Moya, 2021, p.21).
Entre los artículos destacables, en la ley 4/1998 de 11 de junio, del Patrimonio Cultural
Valenciano en su Boletín Oficial del Estado destaca el artículo 66. “Áreas de reserva
arqueológica, menciona que la Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia podrá
establecer en los yacimientos declarados Zonas Arqueológicas áreas de reserva
arqueológica, entendiendo por tales aquellas partes de los yacimientos en que se considere
conveniente, de acuerdo con criterios científicos, así como prohibir las intervenciones
actuales a fin de reservar su estudio para épocas futuras. El establecimiento de áreas de
reserva arqueológica se hará constar en el Inventario General del Patrimonio Cultural.
Observando así que en general la mayoría de las medidas adoptadas, tienen como objeto,
salvaguardar el patrimonio arqueológico, desde la administración, hasta la difusión,
pasando por todos los procedimientos adecuados para proteger el patrimonio y sin dejar
de lado la difusión, se analiza que es parte de todos los departamentos llevar a cabo las
medidas propuestas, tanto en normativas como en convenciones, destacando su papel
fundamentales en la aplicación efectiva de la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano.
Tras una exhaustiva lectura, observamos paralelamente que tanto el pecio Bou Ferrer
como Ullastres I, comparten varias características, ambos comparten la cronología
romana, son reconocidos por su excepcionalidad y se encuentran ubicados en ciudades
marítimas, de forma que el presente trabajo se enfoca en la comparación de las leyes
autonómicas que aplican en la Comunidad de Valencia y Cataluña.
El pecio Ullastres I
Ubicación Geográficas
En el año 1969, dos submarinistas, envían una carta al delegado de la Dirección de Bellas
Artes de Girona, notificando el hallazgo de un yacimiento arqueológico con una gran
cantidad de ánforas a 52 metros de profundidad, situado entre el Cabo de San Sebastià y
las Islas Formigues. En la década de los setenta tras ciertas inspecciones en la zona, la
Dirección General autorizó la ejecución de intervenciones arqueológicas, posteriormente
iniciaron las campañas anuales de excavación y extracción de ánforas que se prolongarían
por una década (Mauri Galí, 2017, p.08).
Protección jurídica del pecio Ullastres I
Por otro lado, la ley de Patrimonio Cultural Catalán promulgada en 1993, en el sexto
apartado menciona que los derechos de tanteo y retracto pueden ser ejercidos por los
consejos comarcales y los ayuntamientos, respecto a los inmuebles catalogados, en los
mismos términos que establecen los apartados anteriores.
El articulo 25 señala que en el deber de preservación y mantenimiento que los bienes de
interés nacional y los catalogados no pueden ser destruidos
Asi mismo, en el Artículo 35. Criterios de intervención.
Menciona que cualquier intervención en un monumento histórico, un jardín histórico, una
zona arqueológica o una zona paleontológica de interés nacional respetará los criterios
siguientes:
a) La conservación, recuperación, restauración, mejora y utilización del bien
respetarán los valores que motivaron la declaración, sin perjuicio que pueda
autorizarse el uso de elementos, técnicas y materiales contemporáneos para
la mejor adaptación del bien a su uso y para valorar determinados elementos
o épocas.
b) Se permitirá́ el estudio científico de las características arquitectónicas,
históricas y arqueológicas del bien.
c) Se conservarán las características tipológicas de ordenación espacial,
volumétricas y morfológicas más remarcables del bien.
d) Queda prohibido reconstruir total o parcialmente el bien, excepto en los
casos en que se utilicen partes originales, así́ como hacer adiciones miméticas
que falseen su autenticidad histórica.
e) Queda prohibido eliminar partes del bien, excepto en caso de que conlleven
la degradación del bien o de que la eliminación permita una mejor
interpretación histórica. En estos casos, es necesario documentar las partes
que deban ser eliminadas.
f) Queda prohibido colocar publicidad, cables, antenas y conducciones
aparentes en las fachadas y cubiertas del bien y colocar instalaciones de
servicios públicos o privados que alteren gravemente su contemplación.
Por otro lado, las medidas de conservación y promoción del enriquecimiento de este
patrImonio, que corresponde a los poderes públicos, siendo de carácter compartido
y no en un modelo de distribución de competencias entre el estado y las
comunidades autónomas.
Sin embargo, uno de los aspectos a comparar entre las legislaciones autonómicas es que
ambas cuentan una amplia burocracia, en el caso de Cataluña se debe enviar un oficio
ante cualquier autoridad, y esta presenta una inocuación a la Generalitat y esta al Consejo
de Cultura. Mientras que en el caso de la Comunidad Valenciana se debe enviar un oficio
al consejo en materia de cultura y en caso de ser aprobada el ayuntamiento se encarga de
entregar las licencias, ambas leyes autonómicas demandan de un registro de las
intervenciones llevadas a cabo junto con su metodología aplicada y representaciones
gráficas, para registrar y controlar que los trabajos de están llevando a cabo tomando en
cuenta la normativa recomendada.
Conviene señalar que es importante tener en cuenta que dichas normativas pueden
modificarse en términos de procedimientos, asignación de responsabilidades entre
entidades gubernamentales y la definición de sanciones para aquellos que incumplen las
medidas.
Conclusiones
Comentario critico de los pecios Bou Ferrer y Ullastre I
Para finalizar el comentario crítico sobre la legislación de ambos pecios es conveniente
mencionar diversos aspectos, tales como la contemporánea adopción de la convención
para la Protección Cultural Subacuático en el año 2005, la cual conviene destacar su
moderna adopción, de forma que las leyes establecidas están enfocadas en la corta
dicotomía que ha enfrentado el patrimonio subacuático.
Por otro lado, al evaluar las leyes existentes observamos una fuerte intención por
salvaguardar el patrimonio subacuático, considerado por su extensa aunque en algunos
aspectos conveniente burocracia que debe seguirse para la declaración de un pecio como
BIC, no obstante podríamos definir que existe una adecuada comunicación y
coordinación de las autoridades, sin embargo no podemos olvidar que los sitios
arqueológicos ya sean terrestres o sumergidos, están propensos a expoliaciones y
desafortunadamente la definición de destrucción de patrimonio cultural subacuático es
muy general, la cual podría ser más específica y así evitar vacíos legales que pueden
beneficiar a este tipo de prácticas.
Otro aspecto a destacar la necesidad de crear representaciones de protección del
Patrimonio Cultural Subacuático, evidentemente autorizada por las autoridades
competentes y de cumplimiento a la presente convención, es comprensible la complejidad
de la protección de los restos subacuáticos, sin embargo, por la misma razón es necesaria
la creación de programas de vigilancia en colaboración con las fuerzas armadas y los
cuerpos de seguridad del Estado.
Siendo las entidades públicas las encargadas de cuidar de la vulnerabilidad del patrimonio
sumergido, aunque se cuente con el apoyo de la guardia naval, esta labor no corresponde
netamente con sus actividades, sino más bien está enfocada al control de actividades
fortuitas, de manera que el patrimonio puede verse desprotegido en algún momento, de
forma que se recomendaría crear una figura similar a (SEPRONA) de tipo terrestre,
también para la protección y vigilancia del patrimonio subacuático.
Por otro lado, la normativa que protege el patrimonio cultural subacuático no debería
repartirse por regulaciones específicas, que puedan afectar de forma negativa a su propia
protección
En tanto que un a aspecto a considerar positivo de las legislaciones tanto generales como
específicas es la promoción de la educación y sensibilización sobre la importancia de la
preservación del patrimonio arqueológico, ya que para que haya una adecuada protección
del patrimonio deben participar todos los actores de la sociedad, de hecho, el público que
más se debería sensibilizar son los niños y jóvenes, debido que ellos son los futuros
actores que protegerán como suyo el patrimonio.
Observamos el interés del estado por preservar los sitios arqueológicos, legislaciones que
en teoría son ideales, y hasta cierto punto utópicas, si las comparamos con otros países
que aún no consideran de tal importancia el patrimonio subacuático, también observamos
deficiencias en la aplicación, la falta de recursos, el desfase de ciertas leyes para abordar
futuros desafíos, sin contar el sinnúmero de leyes establecidas para la protección de
patrimonio arqueológico y el sinnúmero de juicios que quedan el aire que por la demora
excesiva en la emisión de una sentencia judicial, ya sea por la complejidad del caso, la
falta de recursos entre otros, cuyo proceso puede ser paradójico, siendo la misma
administración quien interrumpe el cumplimiento de determinadas leyes.