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Josselyn Estefania Egas Vasquez
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Introducción

El presente estudio aborda la situación legislativa de los pecios Bou Ferrer y Ullastre I,
como paso previo para continuar con el análisis es importante definir conceptos como el
patrimonio subacuático, contextualizar los pecios para posteriormente identificar la
gestión de conservación y la protección de forma que permita determinar el estado de
protección que disponen, el objetivo del presente estudio es plantear un análisis de
carácter comparativo entre los pecios, dando como resultado un comentario crítico del
estado de protección que reciben los pecios anterior mente mencionados, plantear
recomendaciones para lograr una posible mejora.

Protección de los yacimientos arqueológicos.

La protección de los yacimientos arqueológicos en el caso de los subacuáticos, forman


parte del Patrimonio Histórico Español a partir de la Ley 16/1985 de 25 de junio, son
patrimonio aquellos muebles e inmuebles de interés artístico, histórico, paleontológico,
arqueológico, etnográfico, científico o técnico, además, así como los sitios naturales,
jardines y parques que poseen un valor artístico, antropólogo o histórico (p.5).

Con el objetivo de cumplir de forma eficaz la protección España adopto la convención


sobre la protección del patrimonio cultural subacuático, del año 2001, que define al
patrimonio cultural subacuático como “Todos los rastros de existencia humana que
contengan un carácter cultural arqueológico, histórico, que hayan estado bajo el agua,
parcial o totalmente, de forma periódica o continua, por lo menos durante cien años”.

Es decir, de manera general, delimita a toda huella humana de tipo cultural, arqueológico
o histórico, sumergido total o parcialmente tanto si es por un corto tiempo o desde lo cien
años e incluye a todo lo que ha podido ser parte del conjunto arqueológico y natural.
En el intento de proteger el patrimonio subacuático se realizó el Plan Nacional de
Patrimonio Subacuático, que contiene un conjunto de medidas, elaborado por el
Ministerio de Cultura en el año 2007 y aprobado por el consejo de patrimonio histórico y
las comunidades autónomas (Ministerio de Cultura de España, 2007).
El plan Nacional sintetiza una serie de acciones, articuladas desde la documentación hasta
la protección jurídica, resultado de dicho procedimiento, dio lugar a la firma de convenios
con las Comunidades Autónomas enfocados en la elaboración de cartas arqueológicas.
La existencia de un Plan Nacional de Patrimonio Subacuático en España, lo convierte en
un marco estratégico que abarca la gestión, protección, investigación, conservación y
difusión del patrimonio cultural subacuático en todo el territorio español. Este plan tiene
como objetivo principal salvaguardar y poner en valor los bienes culturales sumergidos.
Promueve investigaciones arqueológicas y científicas que contribuyan al conocimiento
de los sitios subacuáticos, utilizando tecnologías avanzadas para la documentación y
estudio de estos yacimientos.
Establece directrices y protocolos para la conservación y protección de los pecios,
incluyendo medidas para prevenir daños, saqueos o degradación del sitio. Esto implica la
regulación de acceso, la delimitación de zonas protegidas y el establecimiento de medidas
de conservación in situ.
Fomenta la cooperación entre instituciones, entidades y comunidades locales para
promover la sensibilización y difusión del valor cultural del pecio Bou Ferrer, mediante
programas educativos, exposiciones, publicaciones y actividades que acerquen este
patrimonio a la sociedad.
Favorece la colaboración y el intercambio de conocimientos con organismos
internacionales dedicados a la protección del patrimonio cultural subacuático, en aras de
establecer estándares y buenas prácticas en la gestión de estos yacimientos.
En resumen, el Plan Nacional de Patrimonio Subacuático en España proporciona un
marco estratégico articulado por acciones para la preservación y valorización del
patrimonio cultural sumergido, asegurando su protección y estudio para las generaciones
futuras.
Por lo tanto, la ley del Patrimonio Histórico Español promulgada en el año 1985, reparte
a las comunidades autónomas la autoridad de tomar las medidas pertinentes para la
salvaguarda del patrimonio arqueológico subacuático, una de las medidas competentes
son las declaraciones de los Bienes de Interés Cultural (BIC). Las declaraciones de BIC
sobre sitios arqueológicos subacuáticos fortalecen los planes de acción de protección, al
igual que la ley establece un régimen jurídico especial de protección para los yacimientos
arqueológicos, estén o no declarados BIC.
El presente trabajo precisamente aborda el Bou Ferrer declarado BIC, siendo uno de los
pecios con mayor distinción de protección, por su envergadura y estado de conservación,
al ser presentado ante el gobierno español y aprobado por la comisión científica para la
protección del patrimonio cultural subacuático y del consejo de patrimonio histórico,
surgido como consecuencia de la ratificación por España de la Convención de Unesco
para la protección del patrimonio cultural subacuático. El hallazgo fue una oportuna
casualidad, que impulsó a una serie de trabajos arqueológicos, que potenciaron la creación
de conocimiento de un área por explotar como es el caso de la arqueología subacuática.

Contextualización

Situación Geográfica

El pecio Bou Ferrer se sitúa a 25 m de profundidad a 1000 m de la costa frente a la Vila


Joiosa (Alicante), la antigua Allon, en la zona marítima situada al sur del cabo de Nao,
accidente geográfico divisor de las rutas marítimas en la Antigüedad y casi de la propia
Tarraconensis en época del Alto Imperio, con las zonas de influencia del puerto principal
de Tarraco al Norte y de Carthago Nova al sur (De Juan, Cibecchini, Espinosa, & Moya,
2021).

Fuente: Carlos de Juan Fuertes, Universitat de València (2021).

El Bou Ferrer fue hallado por una oportuna casualidad en el año de 1999, al caer el ancla
de una zodiac sobre un túmulo de ánforas de 2m de altura, mientras buscaban una pequeña
barca hundida cerca del puerto de Villajoyosa, el sitio arqueológico se descubrió en buen
estado de conservación porque cerca de la costa se hacía poca pesca de arrastre. Resultado
de este puntual hallazgo, conllevó un sin número de oportunidades para su estudio, al
investigar una embarcación de tal magnitud.
El Bou Ferrer es un barco mercante romano que se hundió en el siglo I d.C. probablemente
el barco transportaba cerámica u otros bienes a lo largo de sus rutas comerciales por el
Mediterráneo. Las investigaciones en el sitio revelan una gran cantidad de restos
arqueológicos incluyendo ánforas, cerámica, vidrio, elementos de construcción naval y
otros artefactos que proporcionan una visión detallada de la vida y el comercio durante la
época romana (De Juan, Cibecchini, Espinosa, & Moya, 2021, p.21).

Los profesionales especializados han trabajado arduamente en la documentación,


recuperación y conservación de los restos encontrados en el Bou Ferrer. Esto ha
involucrado técnicas interdisciplinarias especializadas en la excavación submarina, así
como la preservación de los objetos recuperados para su estudio y exhibición. Las
investigaciones realizadas en el pecio arqueológico Bou Ferrer han sido significativas en
el campo de la arqueología marítima, ofreciendo valiosa información sobre el comercio
marítimo romano y la vida en esa época. Además, ha sido un ejemplo destacado de la
cooperación y coordinación entre instituciones arqueológicas, científicas y de
conservación para estudiar y preservar el patrimonio cultural sumergido.
Un aspecto para destacar de los restos subacuáticos son sus continuas intervenciones
arqueologías, cada año o a más tardar dos, se realizaron intervenciones a nombre del
Museo Vila Joiosa, y en el 2006 lo asume la Dirección General de Patrimonio Cultural
Valenciano y Museos de la Generalitat Valenciana iniciando.

La conservación y la protección del pecio y sus materiales.

La intervención arqueológica del barco mercante Bou Ferrer implica un importante


desplazamiento de piezas, desde el yacimiento hacia al museo depositario Vilamuseu, por
determinación de la Administración Autonómica, el Museo Municipal de la Vila Joyosa,
para llevar a cabo la conservación y protección del pecio es vital contar con la cooperación
de las autoridades competentes y el apoyo de recursos humanos, destacando el reto de
llevar a cabo un estudio de dicha envergadura. El Museo Vilamuseu cuenta con un
equipado laboratorio de restauración para analizar todo tipo de material arqueológico
subacuático, posibilitando así estudios específicos de los objetos (Velázquez, Marcos,
Aguer, & Espinosa, 2021).
La actuación de protección de los restos arqueológicos se observa de manera eficaz y
delicada, cumpliendo con su funcionalidad, de tal forma, es importante destacar que cada
tipo de material ha sido tratado con la rigurosidad posible, dado que para cada tipo de
material se ha tomado la decisión de aplicar la técnica que responda a los interrogantes
planteados.

La protección legislativa del pecio Bou Ferrer

Los pecios arqueológicos, generalmente están protegidos por legislaciones nacionales e


internacionales, además de contar con planes de protección subacuática, que buscan
preservar el patrimonio cultural y arqueológico, la ley general que regula la protección y
conservación del Bou Ferrer corresponde a la Ley de Patrimonio Cultural Subacuático
de 1985, que determina las disposiciones nacionales para la protección, conservación y
gestión de los bienes culturales, que incluye también a los sitios arqueológicos
sumergidos. Además, la existencia de regulaciones especificas dependiendo de la
comunidad autónoma permite complementar estas leyes nacionales, que abordaremos
más adelante.
Dichas normas se orientan en mantener la conservación in situ como acción prioritaria,
plantean la negativa de considerar el patrimonio cultural subacuático como objeto de
comercio, además recomiendan llevar a cabo actividades que no perjudiquen al
patrimonio, orientar la ejecución de actividades que no utilicen técnicas destructivas,
como paso previo a la realización de actividades es recomendable hacer un plan de
proyecto, la elaboración de un registro de la información cultural histórica y arqueológica,
impulsa la cooperación internacional en actividades dirigidas al patrimonio cultural
subacuático, propiciando intercambios de profesionales competentes y de desarrollar sus
capacidades.
Es pertinente mencionar las leyes autonómicas que protegen a este sitio arqueológico,
establecidas por la Comunidad Valenciana, para el desarrollo del estudio, se ha
seleccionado a las leyes que podrían ser relevantes para la conservación y protección de
este tipo de patrimonio cultural, entre las mencionadas son las siguientes:

- La Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano: establece las


acciones de protección, conservación y difusión del patrimonio cultural de la
Comunidad Valenciana incluyendo bienes arqueológicos.
Dicha ley dicta ciertas medidas entre las más destacadas son, la declaración de
Bienes de Interés, Cultural (BIC), la cual tiene un nivel especial de protección
legal. La planificación y conservación, reconoce la necesidad de planificar y llevar
a cabo acciones para la conservación y restauración de los bienes. Finalmente, el
área de público impulsa la difusión de la cultura y la sensibilización del patrimonio
y por ultimo las medidas de investigación arqueológica y protección, regulan la
investigación y la protección, medidas que son relevantes para sitios de mayor
importancia como el Bou Ferrer.
- El decreto 61/2005 de 29 de abril, del Consell, por el que se aprueba el
Reglamento de Patrimonio Cultural Valenciano, este reglamento realiza la
normativa de la Ley del Patrimonio Cultural Valenciano, estableciendo los
procedimientos y medidas específicas para la salvaguarda y gestión del
patrimonio cultural en la región.

En general la normativa plantea medidas de conservación preventiva para asegurar los


bienes culturales ante posibles deterioros, definiendo pautas para su cuidado a largo plazo,
por último, uno de los aspectos a destacar es el enforque a la investigación y divulgación,
facilitando el acceso a la información sobre el patrimonio cultural de la región, cuyo
procedimiento es vital para completar los estudios.
Observando la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano, tras una lectura a la tercera sección
del Régimen de los bienes muebles de interés cultural, en la comunidad Valenciana de
acuerdo a su artículo 4, señala que los bienes muebles declarados de interés cultural no
podrán ser sometidos a tratamiento a no ser que se solicite una autorización a la
Conselleria competente en materia de cultura, pues podrá inspeccionar en todo momento
las intervenciones, finalmente el promotor del proyecto deberá presentar una memoria
descriptiva con la documentación gráfica de los trabajaos realizados y de los métodos
aplicados.
Uno de los interrogantes planteados en el presente trabajo, son el procedimiento que
aplica la administración para catalogar a un bien de interés cultural en su inventario
general del patrimonio cultural, en este caso el Valenciano.
De acuerdo con el título III del patrimonio arqueológico y paleontológico, conforme al
artículo 58, (2007) El cual dicta que se debe elaborar un oficio o instancia por parte de
los propietarios con el conocimiento de este, donde se sitúe el bien y de ser aprobado el
procedimiento, se aplica el régimen de protección previsto en la ley para los Bienes
Muebles de Relevancia Patrimonial.
La Conselleria en materia de cultura, determinará los procedimientos de control para
comprobar que las intervenciones se desarrollen adecuadamente según el programa
autorizado, que de igual manera tienen la autoridad de intervenir (n los trabajos
arqueológicos). En cuanto al artículo 63 de Actuaciones arqueológicas o paleontológicas
previas a la ejecución de obras, en su segundo párrafo señala que el ayuntamiento es la
autoridad competente para entregar las licencias, si se ha aportado con el estudio previo
arqueológico y paleontológico y la autorización de la Conselleria mencionada
anteriormente (Consell de la Generalitat Valenciana, 1999).

Entre los artículos destacables, en la ley 4/1998 de 11 de junio, del Patrimonio Cultural
Valenciano en su Boletín Oficial del Estado destaca el artículo 66. “Áreas de reserva
arqueológica, menciona que la Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia podrá
establecer en los yacimientos declarados Zonas Arqueológicas áreas de reserva
arqueológica, entendiendo por tales aquellas partes de los yacimientos en que se considere
conveniente, de acuerdo con criterios científicos, así como prohibir las intervenciones
actuales a fin de reservar su estudio para épocas futuras. El establecimiento de áreas de
reserva arqueológica se hará constar en el Inventario General del Patrimonio Cultural.

Observando así que en general la mayoría de las medidas adoptadas, tienen como objeto,
salvaguardar el patrimonio arqueológico, desde la administración, hasta la difusión,
pasando por todos los procedimientos adecuados para proteger el patrimonio y sin dejar
de lado la difusión, se analiza que es parte de todos los departamentos llevar a cabo las
medidas propuestas, tanto en normativas como en convenciones, destacando su papel
fundamentales en la aplicación efectiva de la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano.

Tras una exhaustiva lectura, observamos paralelamente que tanto el pecio Bou Ferrer
como Ullastres I, comparten varias características, ambos comparten la cronología
romana, son reconocidos por su excepcionalidad y se encuentran ubicados en ciudades
marítimas, de forma que el presente trabajo se enfoca en la comparación de las leyes
autonómicas que aplican en la Comunidad de Valencia y Cataluña.
El pecio Ullastres I

Ubicación Geográficas

El pecio Ullastres I se encuentra a 1,5km de la costa, a 200m al sur de los Ullastres. Se


trata de tres escollos sumergidos a 50 cm de profundidad, con picos entre 15 y 8 m de la
superficie, los cuales atribuyen el nombre al propio yacimiento.

Fuente: Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC)

En el año 1969, dos submarinistas, envían una carta al delegado de la Dirección de Bellas
Artes de Girona, notificando el hallazgo de un yacimiento arqueológico con una gran
cantidad de ánforas a 52 metros de profundidad, situado entre el Cabo de San Sebastià y
las Islas Formigues. En la década de los setenta tras ciertas inspecciones en la zona, la
Dirección General autorizó la ejecución de intervenciones arqueológicas, posteriormente
iniciaron las campañas anuales de excavación y extracción de ánforas que se prolongarían
por una década (Mauri Galí, 2017, p.08).
Protección jurídica del pecio Ullastres I

Tanto el pecio Ullastres I y Bou y Ferrer, están sujetos a regulaciones y legislaciones


similares que protegen el patrimonio subacuático, estas varían en cuanto a las leyes
específicas que dictaminan las comunidades autónomas, las cuales dependen de la
ubicación geográfica.
En cuanto a las leyes autonómicas de Cataluña, la ley 9/1993, de 30 de septiembre, del
Patrimonio Cultural Catalán, se establecen categorías de protección del patrimonio
cultural, en el Art 7, menciona que las zonas arqueológicas son aquellas que presentan
restos de la intervención humana que solo pueden ser estudiadas en profundidad
aplicando la metodología arqueológica, tanto si se encuentran en el subsuelo o bajo las
aguas, y en caso de ser definidos con restos susceptibles de ser estudiados
arqueológicamente se acogen a la condición de zona arqueológica.

La ley de Patrimonio Cultural Catalán promulgada en 1993, en el artículo 8, establece los


procedimientos a seguir para iniciar con el procedimiento de declaración, es necesario la
incoación de un expediente, iniciado por la Administración de la Generalitat o a otra
administración pública o persona jurídica, el expediente debe contener informes
históricos, históricos, arqueológicos y artísticos, junto a documentación gráfica.

La incoación se notifica a los interesados y Ayuntamientos de los municipios donde se


sitúa el bien y se publicara en el diario oficial de la Generalitat de Catalunya y el Boletín
oficial del estado. Siguiendo al artículo 10, establece que la declaración de bienes
culturales de interés nacional será acordada por el Gobierno de la Generalitat a propuesta
del Consejo de Cultura, esta decisión se tomara en el plazo de dieciocho meses a contar
desde la fecha que se ingresó el expediente.

La conservación y protección del pecio Ullastre I.

Continuando con la Ley 9/1993, de 30 de septiembre del Patrimonio Cultural Catalán, en


el artículo 21 señala el deber de la conservación, destacando que todos los integrantes del
patrimonio serán conservados por sus propietarios y poseedores, en caso de que lo pida
la administración los titulares compartirán esta información sobre el estado de los bienes.
Conviene señalar que en el artículo 22, menciona el derecho de tanteo y de retracto por
parte de la administración en este caso la Generalitat, los titulares deben notificar al
Departamento de Cultura con la intención de indicar los bienes e indicar su precio y
condiciones de la transmisión, si la transmisión afecta a un bien inmueble el departamento
de Cultura debe notificar al consejo comarcal y al ayuntamiento correspondientes.

Por otro lado, la ley de Patrimonio Cultural Catalán promulgada en 1993, en el sexto
apartado menciona que los derechos de tanteo y retracto pueden ser ejercidos por los
consejos comarcales y los ayuntamientos, respecto a los inmuebles catalogados, en los
mismos términos que establecen los apartados anteriores.
El articulo 25 señala que en el deber de preservación y mantenimiento que los bienes de
interés nacional y los catalogados no pueden ser destruidos
Asi mismo, en el Artículo 35. Criterios de intervención.
Menciona que cualquier intervención en un monumento histórico, un jardín histórico, una
zona arqueológica o una zona paleontológica de interés nacional respetará los criterios
siguientes:
a) La conservación, recuperación, restauración, mejora y utilización del bien
respetarán los valores que motivaron la declaración, sin perjuicio que pueda
autorizarse el uso de elementos, técnicas y materiales contemporáneos para
la mejor adaptación del bien a su uso y para valorar determinados elementos
o épocas.
b) Se permitirá́ el estudio científico de las características arquitectónicas,
históricas y arqueológicas del bien.
c) Se conservarán las características tipológicas de ordenación espacial,
volumétricas y morfológicas más remarcables del bien.
d) Queda prohibido reconstruir total o parcialmente el bien, excepto en los
casos en que se utilicen partes originales, así́ como hacer adiciones miméticas
que falseen su autenticidad histórica.
e) Queda prohibido eliminar partes del bien, excepto en caso de que conlleven
la degradación del bien o de que la eliminación permita una mejor
interpretación histórica. En estos casos, es necesario documentar las partes
que deban ser eliminadas.
f) Queda prohibido colocar publicidad, cables, antenas y conducciones
aparentes en las fachadas y cubiertas del bien y colocar instalaciones de
servicios públicos o privados que alteren gravemente su contemplación.

Por otro lado, las medidas de conservación y promoción del enriquecimiento de este
patrImonio, que corresponde a los poderes públicos, siendo de carácter compartido
y no en un modelo de distribución de competencias entre el estado y las
comunidades autónomas.

Comparación de la jurisdicción aplicada a los pecios Bou Ferre y Ullastre I.

El enfoque comparativo de ambos pecios puede desglosarse en la comparación de leyes


generales y específicas, en cuanto a las generales tenemos a la Ley 16/1985 Ley de
Patrimonio Histórico, que se apoya con la ratificación de la Convención del la UNESCO
del patrimonio Subacuático del 2001, ambas normativas son de carácter general, porque
la primera es de carácter general, que se debe adoptar a nivel nacional y la segunda está
apoyada en convenios internacionales.
Es indiscutible que las legislaciones que protegen los sitios arqueológicos como el Bou
Ferrer y el Ullastre I tienen similitudes en tanto a su enfoque de protección del patrimonio
arqueológico sumergido, sin embargo, también presenta diferencias ante las normativas
autonómicas de cada región.
Tanto la comunidad de Valencia como la de Cataluña poseen leyes y regulaciones que
buscan salvaguardar los restos arqueológicos singulares debido a su valor histórico y
cultural. Se ha observado que estas leyes delimitan zonas de protección y regulaciones
para las investigaciones arqueológicas, medidas para prevenir futuros expolios y
normativas para la adecuada conservación de los restos encontrados.

Sin embargo, uno de los aspectos a comparar entre las legislaciones autonómicas es que
ambas cuentan una amplia burocracia, en el caso de Cataluña se debe enviar un oficio
ante cualquier autoridad, y esta presenta una inocuación a la Generalitat y esta al Consejo
de Cultura. Mientras que en el caso de la Comunidad Valenciana se debe enviar un oficio
al consejo en materia de cultura y en caso de ser aprobada el ayuntamiento se encarga de
entregar las licencias, ambas leyes autonómicas demandan de un registro de las
intervenciones llevadas a cabo junto con su metodología aplicada y representaciones
gráficas, para registrar y controlar que los trabajos de están llevando a cabo tomando en
cuenta la normativa recomendada.
Conviene señalar que es importante tener en cuenta que dichas normativas pueden
modificarse en términos de procedimientos, asignación de responsabilidades entre
entidades gubernamentales y la definición de sanciones para aquellos que incumplen las
medidas.

Conclusiones
Comentario critico de los pecios Bou Ferrer y Ullastre I
Para finalizar el comentario crítico sobre la legislación de ambos pecios es conveniente
mencionar diversos aspectos, tales como la contemporánea adopción de la convención
para la Protección Cultural Subacuático en el año 2005, la cual conviene destacar su
moderna adopción, de forma que las leyes establecidas están enfocadas en la corta
dicotomía que ha enfrentado el patrimonio subacuático.
Por otro lado, al evaluar las leyes existentes observamos una fuerte intención por
salvaguardar el patrimonio subacuático, considerado por su extensa aunque en algunos
aspectos conveniente burocracia que debe seguirse para la declaración de un pecio como
BIC, no obstante podríamos definir que existe una adecuada comunicación y
coordinación de las autoridades, sin embargo no podemos olvidar que los sitios
arqueológicos ya sean terrestres o sumergidos, están propensos a expoliaciones y
desafortunadamente la definición de destrucción de patrimonio cultural subacuático es
muy general, la cual podría ser más específica y así evitar vacíos legales que pueden
beneficiar a este tipo de prácticas.
Otro aspecto a destacar la necesidad de crear representaciones de protección del
Patrimonio Cultural Subacuático, evidentemente autorizada por las autoridades
competentes y de cumplimiento a la presente convención, es comprensible la complejidad
de la protección de los restos subacuáticos, sin embargo, por la misma razón es necesaria
la creación de programas de vigilancia en colaboración con las fuerzas armadas y los
cuerpos de seguridad del Estado.

Siendo las entidades públicas las encargadas de cuidar de la vulnerabilidad del patrimonio
sumergido, aunque se cuente con el apoyo de la guardia naval, esta labor no corresponde
netamente con sus actividades, sino más bien está enfocada al control de actividades
fortuitas, de manera que el patrimonio puede verse desprotegido en algún momento, de
forma que se recomendaría crear una figura similar a (SEPRONA) de tipo terrestre,
también para la protección y vigilancia del patrimonio subacuático.
Por otro lado, la normativa que protege el patrimonio cultural subacuático no debería
repartirse por regulaciones específicas, que puedan afectar de forma negativa a su propia
protección
En tanto que un a aspecto a considerar positivo de las legislaciones tanto generales como
específicas es la promoción de la educación y sensibilización sobre la importancia de la
preservación del patrimonio arqueológico, ya que para que haya una adecuada protección
del patrimonio deben participar todos los actores de la sociedad, de hecho, el público que
más se debería sensibilizar son los niños y jóvenes, debido que ellos son los futuros
actores que protegerán como suyo el patrimonio.

Observamos el interés del estado por preservar los sitios arqueológicos, legislaciones que
en teoría son ideales, y hasta cierto punto utópicas, si las comparamos con otros países
que aún no consideran de tal importancia el patrimonio subacuático, también observamos
deficiencias en la aplicación, la falta de recursos, el desfase de ciertas leyes para abordar
futuros desafíos, sin contar el sinnúmero de leyes establecidas para la protección de
patrimonio arqueológico y el sinnúmero de juicios que quedan el aire que por la demora
excesiva en la emisión de una sentencia judicial, ya sea por la complejidad del caso, la
falta de recursos entre otros, cuyo proceso puede ser paradójico, siendo la misma
administración quien interrumpe el cumplimiento de determinadas leyes.

Finalmente consideramos la importancia de crear leyes que adapten desafíos


contemporáneos, como el reconocimiento de los avances tecnológicos que permiten
aplicar nuevas metodologías arqueológicas, que faciliten la creación de conocimiento, el
cual impulse la valorización del patrimonio, cuya interpretación y difusión genere el
impacto significativo en la sociedad que le permita comprender su importancia como
principal protector del patrimonio cultural.
Bibliografía

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