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BIENVENIDOS
En este recurso de profundización revisaremos Legislación y normativa ambiental, sumado
a la descripción y elementos constitutivos de la Ley 19.300 y 20.417
ANTECEDENTES RELEVANTES
La Constitución política de Chile de 1980, además de sumar disposiciones de las libertades
y derechos asociados a cada ciudadano, se refiere al medio ambiente reconociendo el
derecho de todo ciudadano de “vivir en un medio ambiente libre de contaminación”
(Artículo 19 N°8, inciso 1°). Asimismo, este texto constitucional establece instrumentos para
resguardar no solo este ejercicio legítimo, sino además de establecer restricciones
específicas a ciertas actividades con objetivo de proteger el medio ambiente y establecer
delimitaciones u obligaciones a ciertas acciones con objetivo de conservar el patrimonio
ambiental de nuestro país. Ante ello, el Estado de Chile cumplirá el doble deber tanto de
velar que el derecho de “vivir en un medio ambiente libre de contaminación” se cumpla y
tutelar, así, la preservación de la naturaleza.
En este contexto, se vuelve necesaria la creación de una institucionalidad y una normativa
acordes a las necesidades del país. La Ley de Bases Generales del Medio Ambiente (LBGMA)
o Ley 19.300, resultará ser referencial, pues este cuerpo legal es de rango inferior a la
Constitución política y ninguna norma puede considerarse por sobre ella.
• Principio de la prevención:
Este principio persigue en lo esencial adoptar medidas anticipatorias, que permitan evitar
o aminorar las consecuencias adversas para el medio ambiente como producto de la
actividad humana. La traducción de ello se ve plasmada en los instrumentos de gestión
ambiental que la LBMA regula, como son, básicamente, la educación e investigación
(generando masa crítica de conocimiento), el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental
(SEIA) que exige vislumbrar efectos y adoptar modalidades de supresión, compensación o
disminución de los mismos, las normas de calidad y emisión, los planes de manejo,
incluyendo la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) y la responsabilidad civil
extracontractual por daño ambiental.
• Principio de responsabilidad
• Principio de gradualismo
Dado que, al enviarse el proyecto de ley, el territorio era ya testigo de relevantes impactos
adversos sobre el medio ambiente, y de larga y progresiva data, en el mensaje del año 1992
se señaló que
revertir el curso del deterioro ambiental y buscar una forma en que el desarrollo y
el progreso puedan propiciarse, conciliándolos con la conservación de nuestro
patrimonio ambiental, requiere de una modificación estructural que trasciende a
medidas efectistas o parciales que puedan tomarse en el corto plazo. (Naciones
Unidas, 1992)
Y añadía:
“el proyecto no pretende exigir de un día para otro los estándares ambientales más
exigentes, ni someter a todas las actividades del país, sin importar su tamaño, a los
procedimientos de evaluación de impacto ambiental. Tampoco pretende contener
todas las disposiciones ambientales que es necesario crear”. Cerraba expresando
que por ello “el camino que se ha adoptado es dar un marco legal general (…).
(Naciones Unidas, 1992)
• Principio de realismo
Para que las normas jurídicas en general, y las ambientales en especial, puedan tener un
efecto concreto en un contexto social, jurídica y económicamente organizado, han de
encontrarse dotadas de una aptitud tendiente a que su aplicación, fiscalización y
entendimiento sean reales y posibles. Bajo tal marco, el mensaje del año 1992 expresaba
que
los objetivos superiores que persigue la política deben ser alcanzables, habida
consideración de la magnitud de los problemas ambientales existentes, de la forma
y oportunidad en que se pretenda abordarlos y de los recursos y medios con que se
cuente para ello. Asimismo, debe contarse con la información necesaria que permita
obtener un diagnóstico acabado de los problemas ambientales y definir las
soluciones y mecanismos adecuados para implementarlas. (Naciones Unidas, 1992)
• Principio de eficiencia
Con relación a este principio, el mensaje de 1992 señaló como una de sus manifestaciones
fundamentales que: “las medidas que adopte la autoridad para enfrentar los problemas
ambientales sean del menor costo social posible, y que se privilegie, además, instrumentos
que permitan la mejor asignación de los recursos que, tanto al sector público como el
privado, destinen a la solución del problema”. De ahí que tanto las normas de calidad y de
emisión, como los planes de prevención y de descontaminación, contemplen, en su
elaboración, la necesidad de ponderar los costos y beneficios emanados de sus respectivas
regulaciones. El mensaje añadió dos manifestaciones de la eficiencia: primero, en la lógica
de que fueran las leyes especiales posteriores las encargadas de abordar las cuestiones más
de fondo y con mayor especificidad; y segundo, desde el punto de vista de la organización
administrativa, creando un órgano relativamente reducido como lo fue la Comisión
Nacional del Medio Ambiente (CONAMA).
• Principio de igualdad frente a las obligaciones ambientales
El artículo 5 de la LBMA dispone que las medidas de protección ambientales que, conforme
a sus facultades, dispongan ejecutar las autoridades, no podrán imponer diferencias
arbitrarias en materia de plazos o exigencias, lo cual se eleva como una especificación del
principio constitucional de igualdad establecido en el artículo 10 N°3 y N°21 de la
Constitución política.
Respecto a la Ley N°20.417, que modifica la Ley 19.300 y crea el Ministerio, el Servicio de
Evaluación y la Superintendencia del Medio Ambiente:
El año 2010 se publicó la Ley 20.417, que creó la Superintendencia del Medio Ambiente
(SMA), organismo que entró en funciones el 28 de diciembre de 2012. Esta institución se
diseñó a partir de las Evaluaciones del Desempeño Ambiental elaboradas por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 2005.
En 1994, el Estado expide la Ley 19.300, sobre Bases Generales del Medio Ambiente, a partir
de la propuesta de Ley básica de protección ambiental y promoción del desarrollo
sostenible de 1993, elaborada para América Latina por el Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente (PNUMA), en la que se establecen los criterios y normas básicas
destinadas para regular la gestión ambiental del Estado y las acciones de los habitantes al
buscar un desarrollo sostenible (Olivares, 2010).
ACTIVIDAD FORMATIVA
Lee atentamente
a) Verdadero
b) Falso
REFERENCIAS
• DFL N°1-19.653. Fija Texto Refundido, Coordinado y Sistematizado de la Ley
N°18.575, Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del
Estado. (17 de noviembre de 2001). En Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=191865
• D.S. Nº 95. Modifica Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.
(07 de diciembre de 2002). En Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=205385
• D.S. Nº 40. Aprueba Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.
(12 de agosto de 2013). En Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1053563
• Ley N° 19.300. Aprueba Ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente. (09 de
marzo 1994). En Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=30667
• Ley N° 20.417 Crea el Ministerio, el Servicio de Evaluación y la Superintendencia del
Medio Ambiente. (26 de enero de 2010). En Biblioteca del Congreso Nacional de
Chile. https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1010459
• Ley N°19.880, Establece Bases de los Procedimientos Administrativos que rigen los
Actos de los Órganos de la Administración del Estado. (29 de mayo de 2003)
• IACC (2020). Legislación e institucionalidad ambiental. Introducción a la calidad y
medio ambiente. Semana 6.