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Ciclos Económicos.

El término "ciclo" se utiliza porque el proceso tiende a repetirse, como un círculo el


cual da vueltas y vueltas. Sin embargo, conviene recordar que su comportamiento
es impredecible y no sigue reglas establecidas.
Es la existencia de un tipo de fluctuación en las actividades comerciales e
industriales de las economías que ocurren en periodos de ascensos y descensos
simultáneos o de forma generalizada, con manifestación en distintas etapas y un
carácter recurrente, aunque no periódico. Como parte de este tipo de fluctuación
de la actividad económica, las crisis se alejan de la idea comúnmente aceptada en
la corriente ortodoxa que establece que los mecanismos de mercado son capaces
y eficientes para conseguir los equilibrios de la economía, en donde el sistema
económico puede autorregularse y evitar la existencia de crisis y, por ende, de
ciclos económicos.
Son las variaciones regulares de la actividad económica que se suceden
históricamente y que responden a distintas fases y que son fundamentalmente:
depresión, recuperación, expansión y recesión. Los ciclos económicos son las
fases recurrentes de auge y caída que suelen presentar los mercados y las
economías.
Es cuando la economía mejora y se crean empleos teniendo así mejores
condiciones de vida, mientras que, durante los períodos de recesión o
disminución, genera que la economía decae y las oportunidades se vuelven muy
difíciles de encontrar. Fue durante la recesión cuando estalló la crisis económica.
Cuando se producen fluctuaciones de alta intensidad o más bien cuando nos
referimos a cambios sucesivos en el precio de un bien, aparecen burbujas
económicas.
Incluso si sabemos en qué situación nos encontramos y el pasado que vivimos, no
podemos anticipar el comportamiento futuro de la economía ya que el patrón o
alineamiento que este sigue no es fijo y no tiene un tiempo específico ya que varía
constantemente.
Esto no impide que los actores económicos intenten mitigar la crisis y aprovechar
la recuperación, intentando debilitar las fluctuaciones entre crecimiento y crisis y
permitiendo que el modelo económico se consolide con el tiempo.
La cuestión es que la naturaleza de estos ciclos y los medios necesarios para
gestionarlos han sido objeto de debate entre los economistas casi desde los
albores del capitalismo.
El comportamiento del ciclo económico más usual consiste en las tres etapas
básicas: recesión, recuperación y expansión. Sin embargo, el comportamiento en
cada economía logra variar, de acuerdo a las perspectivas en las que compite.
Desde un punto de vista más preciso, el ciclo económico y las circunstancias
pueden ser definidos desde cuatro puntos de vista compatibles entre sí:
1. Como primer punto, y como describimos en el texto anterior, por hechos o
sucesos que hayan pasado en las historias podemos entender la
aceleración y desaceleración periódica que suceden dentro de las tasas de
crecimiento del Producto Interno Bruto.
2. Como segundo punto. Tenemos a la interpretación la cual implica la
sucesión de variaciones más o menos regulares con respecto a una recta
de crecimiento equilibrado, definida como la tendencia estadística de las
tasas de crecimiento.
3. Como tercer punto, Tenemos a la coyuntura se refiere a las diferencias
estimadas entre la tasa de crecimiento del producto potencial o de
producción con respecto a la tasa de crecimiento de la demanda agregada
de la economía (se produce un año de recuperación si la tasa de
crecimiento potencial es inferior a la tasa de crecimiento de la demanda;
resumidamente que haya más producción que sobre pase las demanda de
los consumidores de lo contrario, si el crecimiento potencial supera el
crecimiento de la demanda la economía, se halla en un año de recesión);
4. Por último, se puede entender el ciclo económico como las variaciones del
grado de ocupación del producto económico potencial estimado.
Como decíamos, un ciclo económico es, sencillamente, el cambio de la situación
económica, las oscilaciones que presenta: expansión y contracción. Y una sucede
a la otra.
Esto supone que después de una época de crecimiento económico viene otra de
recesión. Y así sucesivamente. El problema es que la fase de contracción
puede derivar en crisis económicas, con graves consecuencias para los estados y,
sobre todo, para las personas.
Las diferentes teorías económicas justifican cada ciclo bajo determinadas causas
y consecuencias, pero, para simplificar sus ideas, todos coinciden en que se trata
de una etapa de tiempo determinado que cumple unas características concretas
Aunque cada fase tiene sus características, el nivel de empleo suele reflejar en
qué punto del ciclo económico nos encontramos. Cuando la economía se está
recuperando se crea más trabajo, en auge el crecimiento se estanca, en recesión
empieza a aumentar el número de desempleados y en depresión, igualmente, la
destrucción de empleo se frena.
¿Y cuánto dura cada ciclo? Es impredecible, solo se pueden identificar como
cortos, medios o largos, una vez que han pasado y se ha entrado en el siguiente
ciclo.
En concreto, los cortos apenas durarían unos 40 meses, ni dos años. Los medios,
ocho años, y los largos, unos 50 años. En las últimas décadas los más habituales
han sido los medios. En cualquier caso, no todos los economistas comparten
estas categorías, pero sí son las más aceptadas en general.
Hay que precisar, también, que en cada ciclo hay fluctuaciones. Por ejemplo, en
España, donde el empleo va muy ligado al sector servicios y al turismo, es típico
que en verano se creen más puestos de trabajo que en invierno, cuando no hay
tanta actividad turística ni tampoco de consumo.
La economía se mueve de una forma cíclica que, en cierta manera, se puede
predecir. Recordemos eso de ‘época de vacas flacas’ y ‘época de vacas gordas’.
Cada cierto tiempo la sociedad se empobrece y vuelve a enriquecerse. Con esto
presente, deberíamos estar preparados con una estrategia de ahorro adecuada
para que cuando vengan ‘las flacas’ podamos sortearlas de la mejor manera
posible.
Localizar el ciclo económico requiere disponer de datos para un periodo de tiempo
mayor a aquél en el ocurre el fenómeno, es decir, mayor a los doce años antes
indicados. Por otra parte, necesitamos contar con los instrumentos adecuados.
Las economías experimentan los fenómenos del crecimiento y el ciclo económico
y, para reconocerlos en toda su fidelidad, se requiere su aislamiento, así como
ocurre en otras áreas de conocimiento pues, por ejemplo, si queremos reconocer
la forma y magnitud de las células de una cebolla, deberemos aislarlas y aplicar un
procedimiento específico, es decir, realizar un corte longitudinal al tubérculo y
aplicarle un tinte que, con el microscopio, le permitirá la identificación de su unidad
biológica básica.
De hecho, la macroeconomía moderna ve las recesiones y los auges como
fluctuaciones al azar en torno a una tendencia. Estas fluctuaciones tienden a morir,
alcanzando rápidamente una expansión, desapareciendo los problemas. Pero es
conveniente plantearse: “¿Y si esto es incorrecto?” Y si “las recesiones dañan
permanentemente a una economía”. Y si lo ocurrido en el corto plazo afecta a
permanentemente a lo que ocurre en el largo plazo.
Difícilmente ambos niveles se pueden separar. El largo plazo de hoy, será el corto
plazo de mañana; el corto plazo de hoy, fue el largo de ayer; la conexión es muy
estrecha.
Pero a raíz de la última gran crisis económica ha emergido un interés en las
teorías del ciclo económico, provocado por la necesidad de comprender este
problema, buscando cuales sus orígenes, su naturaleza, y las políticas
económicas necesarias para su superación.
Este fenómeno dista de ser nuevo, pues ya el nacimiento de la propia
Macroeconomía se ha vinculado con la Gran Depresión iniciado en 1929, y la
incapacidad de la teoría económica existente hasta ese momento de explicar y
solventar este suceso. Así, la teoría económica keynesiana nace y se consolida a
raíz de la Gran Depresión de los años 30, por su capacidad de dar sentido a los
eventos de su tiempo, desplazando en cierta medida a la teoría económica previa,
y convirtiéndose en el marco teórico prominente tras la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, la correlación de fuerzas entre teorías económicas vuelve a cambiar,
precisamente como consecuencia de otra gran crisis. La teoría neoclásica New
classical economy vuelve al liderazgo en la teoría económica tras la estanflación
de los años 70 y 80, relegando a la teoría keynesiana por no ser capaz de explicar
este fenómeno a través de los modelos habitualmente utilizados incluso, según
algunos, por ser las políticas keynesianas causa directa de la estanflación.
El ciclo económico tiene enormes implicaciones en diversos aspectos. Enorme
influencia tendrá también en la política económica, por ejemplo. La globalización
económica, entendida como el proceso de internacionalización e interrelación de
las distintas economías del mundo, ha influido sobre la macroeconomía. El sector
exterior es cada vez más importante a la hora de entender el ciclo económico, y
tiene influencia en su comportamiento. Las fluctuaciones en la actividad
económica se comparten por distintas economías y se propagan a través de los
mecanismos económicos internacionales. Muestra de ello es el carácter global de
la crisis vivida a partir de 2008.
Si utilizásemos como indicador la tasa de crecimiento del producto nacional, por
ejemplo, podríamos observar períodos de algunos años en los que esa tasa es
positiva y superior, digamos, al 3% seguidos por otros períodos en los que la tasa
de crecimiento es más baja e incluso llega a ser negativa.
El ciclo económico actual es el resultado de diversos factores, como los cambios
de consumo, las políticas gubernamentales, los avances tecnológicos y los
acontecimientos globales no anticipados, como una crisis geopolítica o cualquier
tipo de cisne negro.
El ciclo suele seguir un patrón en el que la economía crece durante la fase de
expansión, alcanza un pico y se ralentiza durante la fase de contracción, y toca
fondo durante la fase de depresión y es catalizador de la dinámica o del
mecanismo de expectativas.
Tanto en el ciclo económico actual como en la superposición cuántica existe un
nivel de imprevisibilidad e indeterminación. Pero más allá de eso, parece estos
días en que ambas disciplinas aceptan que se puede estar y no estar en recesión
y expansión. O vivo y muerto al mismo tiempo.
¿A qué se debe que estemos en esa etapa de crecimiento del ciclo? La respuesta
es tan evidente que suena cínica. Estamos en la etapa que sigue a una fase de
caída económica —franca recesión— como la vivida en la pandemia. Después de
la caída, la expansión.
Para concluir, en algún momento el ciclo comercial empezó a llamarse ciclo
económico. Tal vez las aportaciones más conocidas en este sentido sean las de
Mitchell (1923) y Burns y Mitchell (1946). Sus trabajos estaban asociados al
National Bureau of Economic Research (NBER), y llevaron a que el fechado del
ciclo económico en EE.UU. de esta institución se convirtiese en el conjunto de
estadísticas más influyente en dicho ámbito. Con frecuencia, este trabajo se
sintetiza sugiriendo que la duración del ciclo económico se sitúa «entre dos y ocho
años»

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