La macroeconomía estudia problemas que trascienden al ámbito de las decisiones
individuales y que afectan a la mayoría de las personas que viven en un país o, incluso, en todo el mundo. Los datos microeconómicos -las cantidades y los precios de equilibrio de cada mercado, por ejemplo, o la renta y la riqueza de cada hogar- describen un mundo demasiado complejo y contienen mucha más información de la que se necesita para analizar los problemas económicos desde un punto de vista agregado. Por eso los macroeconomistas construyen resúmenes de todos esos datos. Esos resúmenes son los agregados macroeconómicos.
El estudio de la economía desde este punto de vista agregado presenta ventajas e
inconvenientes. Al permitirnos prescindir de muchos detalles, la macroeconomía reduce considerablemente la dimensión de los problemas y simplifica su análisis. Pero a cambio, el enfoque macroeconómico prescinde de una gran cantidad de información potencialmente importantes. Por ejemplo, el análisis macroeconómico estudia la evolución de la tasa de paro de toda la economía, pero no se suele ocupar de la evolución del empleo en, pongamos por caso, la industria del metal.
La esencia de la macroeconomía es la agregación. En el mundo real cada día se
toman miles de decisiones económicas: se producen y se intercambian mercancías de todo tipo, se firman contratos, se modifican o se mantienen los precios, y todas esas decisiones económicas generan una gran cantidad de información. La macroeconomía estudia los problemas económicos desde una perspectiva global, y se plantean preguntas que afectan a toda la economía en su conjunto. Como una gran parte de toda esa información es innecesaria para contestar a esas preguntas, los macroeconomistas empiezan su análisis construyendo resúmenes de toda esa madeja apabullante de datos individuales. Esos resúmenes son los agregados económicos.
1 Bibliografía
Díaz Jiménez, J. MACROECONOMÍA, Antoni Bosch editor.