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ÍNDICE:
INTRODUCCIÓN
1. LOS CARACTERES DE LA OFERTA TURÍSTICA Y LOS TIPOS DE TURISMO.
4. CONCLUSIÓN
INTRODUCCIÓN
España es una de las principales potencias turísticas del mundo, tanto por el
número de visitantes que recibe (83,7 millones en 2019) como por los ingresos que reporta esta
actividad (92.278 millones de euros en 2019). Ocupa el segundo lugar mundial por número de
visitantes, tras Francia, y el segundo lugar por ingresos turísticos, tras Estados Unidos.
Los países emisores de turistas a España son, principalmente, los integrantes de la Unión
Europea, procediendo la mayoría del Reino Unido, seguido de Alemania y Francia. También es
importante la corriente turística procedente de Estados Unidos y de Japón, y comienzan a
emerger algunos países del Este (Rusia, Polonia...). En general se trata de un turismo estival por su
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calendario de vacaciones, de ahí la acusadísima estacionalidad del turismo, que provoca
saturación de los sectores de transporte y hostelería en julio y agosto.
Poco a poco, el turismo nacional se ha ido incorporando a este modelo, de manera que
muchas playas registran una concurrencia equilibrada entre extranjeros y españoles.
Hoy en día se intenta reconvertir el sector hacia un nuevo modelo turístico orientado a
una oferta de calidad basada en la mejora de servicios e infraestructuras; dirigida a una demanda
menos numerosa y más diversa; con mayor poder adquisitivo, y mejor repartida en el tiempo y en
el espacio gracias a la oferta de modalidades alternativas a las de sol y playa. El nuevo modelo se
propone también conseguir la sostenibilidad medioambiental; reducir la dependencia de los
touroperadores internacionales creando agencias españolas; y promocionar el turismo por las
administraciones públicas con el fin de crear una imagen de España como destino turístico de
calidad. Esta reconversión turística aun no ha terminado por lo que sigue predominando el
modelo masivo de sol y playa.
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Turismo de borde de agua. El más importante es el turismo de sol y playa, aunque
existe otro ligado a ríos, lagos y embalses. En estas zonas se practican actividades
variadas como la natación, la vela, el remo, el surf, la pesca, etc. También está
creciendo el turismo termal o de balneario.
Turismo rural. Alojamiento y estancia en el mundo rural para disfrutar del descanso, la
calidad medioambiental, contacto con las labores agrarias tradicionales, la compra de
productos alimenticios y artesanales tradicionales…
Las áreas turísticas son espacios que cuentan con una elevada densidad de turistas o
son focos turísticos aislados, ligados a atractivos concretos (estaciones de esquí, de turismo
rural, ciudades históricas).
Las áreas turísticas de sol y playa son las islas Baleares y Canarias y la costa
mediterránea. Todas ellas reciben una importante afluencia turística y tienen una gran
estacionalidad. No obstante, presentan diferencias notables en dos aspectos:
Los puntos turísticos más destacados son las estaciones de esquí en diversos sistemas
montañosos (Sierra Nevada, Pirineos); centros de turismo rural que aseguran un contacto con
la naturaleza y con las tradiciones agrarias (Picos de Europa); y las ciudades históricas y
artísticas que permiten un turismo cultural de visita a museos y monumentos (Toledo,
Granada).
El desarrollo urbano y la actividad económica procedente del turismo han dotado a los
espacios turísticos de un extraordinario dinamismo, que los ha convertido en un lugar de
atracción demográfica y económica, razón por la cual se ha acentuado la contraposición
interior-litoral.
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El turismo fue elemento de intercambio cultural, de acercamiento a otros pueblos y
mentalidades, de conocimiento de otras sociedades y una ventana abierta al mundo que
favoreció nuestra incorporación a las sociedades occidentales. Pero también ha tenido grandes
costes ambientales, que se manifiestan en la agresión a los litorales y a los ecosistemas.
En las áreas litorales, el turismo incrementa los efectivos de población (con adultos
jóvenes que acuden en busca de trabajo y con jubilados que se establecen de forma permanente)
y extiende la urbanización, provocando alta densidad de construcción y especulación del suelo.
Además, en el litoral, el turismo favorece la formación de conurbaciones.
REPERCUSIONES ECONÓMICAS.
El turismo genera empleo, dado que no puede mecanizarse y requiere mano de obra
abundante y poco cualificada, que es la más afectada por el paro. No obstante, gran parte de
este empleo es estacional. Aporta riqueza al país (14% del PIB), por lo que constituye uno de los
pilares de la prosperidad económica española.
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entre los Estados. El turismo incide sobre la sociedad local, positivamente cuando estimula la
modernización social, y negativamente cuando conlleva la pérdida de costumbres propias.
El turismo tiene una gran repercusión en el entorno donde se implanta. Así, en las
áreas más turísticas, el turismo ordena los espacios en función de sus necesidades,
produciendo alteraciones en el medio y en el paisaje, transformaciones económicas y
conflictos por el uso del suelo y de los recursos. En las áreas litorales más turísticas, el turismo
ordena los espacios próximos y los convierte en superficies recreativas (parque de atracciones,
campos de golf, etc.) o en periferias de servicios, lo que plantea conflictos por el uso del suelo.
REPERCUSIONES MEDIOAMBIENTALES.
4. CONCLUSIÓN
Las características de España, han convertido a nuestro país en una potencia turística a
nivel mundial. Esta actividad, se ha convertido en uno de los principales motores de nuestra
economía.
Sin embargo, es necesario avanzar hacía un turismo sostenible, que respete al
medioambiente y que conserve nuestra riqueza cultural y patrimonial.