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“¿Es posible amar? Una cuestión crucial para la doctrina estoica.

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Stefano Maso: Cordoba, Marzo de 2024


maso@unive.it

T. 1 Phaedr. 132-135
“…quisquis in primo obstitit “…quien se haya opuesto desde el principio
pepulitque amorem, tutus ac uictor fuit; y rechazado el amor permanece seguro y victorioso:
qui blandiendo dulce nutriuit malum, quien haya dado sustento a un dulce mal blandiéndolo,
sero recusat ferre quod subiit iugum” tarde se niega a soportar el yugo al que se ha sometido.”

T. 2 Gal., PHP IV 2 (= SVF 3.463)


«Al formular la definición del deseo (ἐπιθυμίας) -que él reduce a un impulso irracional (ὄρεξιν ἄλογον)-,
Crisipo se refiere a la facultad irracional del alma (τῆς ἀλόγου κατὰ τὴν ψυχὴν δυνάμεως), pero en la
explicación del contenido se aparta de él, ya que el impulso (ἡ ὄρεξις) del que habla en la definición sigue
siendo una facultad racional (τῆς λογικῆς ἐστι δυνάμεως). He aquí, pues, la definición de <placer>: <un
impulso racional hacia algo agradable, puesto en práctica de manera conveniente> (ὁρμὴν λογικὴν ἐπί τι
ὄσον χρὴ ἧδον). En resumen, en estas definiciones Crisipo reduce las pasiones (τὰ πάθη) una vez a impulsos
(ὁρμὰς), otra a opiniones (δόξας) y otra a juicios (κρίσεις)».

T. 3 Sen., ep. 116


a) « A menudo se ha debatido si es mejor tener pasiones moderadas o no tener ninguna. Los estoicos las
eliminan, los peripatéticos las moderan »,
Utrum satius sit modicos habere adfectus an nullos saepe quaesitum est. Nostri illos expellunt, Peripatetici
temperant.
b) « No veo cómo una enfermedad, aunque sea leve, puede ser saludable o útil»,
Ego non video quomodo salubris esse aut utilis possit ulla mediocritas morbi.
c) « No temas: no te quitaré nada que no quieras que te sea negado. Me mostraré benevolente e indulgente
con aquellas cosas a las que aspiráis y que consideráis necesarias para la vida, o útiles o agradables: sólo yo
te quitaré el vicio »,
Noli timere: nihil eorum quae tibi non vis negari eripio. Facilem me indulgentemque praebebo rebus ad quas
tendis et quas aut necessarias vitae aut utiles aut iucundas putas: detraham vitium.
d) « Porque te prohibiré tener deseos desenfrenados, pero no desear: así harás las mismas cosas sin miedo y
con mayor resolución y también disfrutarás más intensamente de los placeres; ¿por qué no habrías de
sentirlos más si eres tú quien los domina, en lugar de ser esclavo de ellos?»,
Nam cum tibi cupere interdixero, velle permittam, ut eadem illa intrepidus facias, ut certiore consilio, ut
voluptates ipsas magis sentias: quidni ad te magis perventurae sint si illis imperabis quam si servies?

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T. 4 Sen. Ep. 116.2-3
a) «Cada vicio tiene su justificación; al principio todos son moderados y mansos, pero luego se extienden. Si
permites que surjan, no lograrás aplastarlos. Al principio toda pasión es débil, luego se enciende y, al
hacerlo, gana fuerza: excluirlas es más fácil que extirparlas. Todas las pasiones tienen un origen, por así
decirlo, natural, ¿quién puede negarlo? La naturaleza nos ha confiado el cuidado de nosotros mismos, pero
cuando nos entregamos demasiado a él, nace el vicio».

Nullum est vitium sine patrocinio; nulli non initium verecundum est et exorabile, sed ab hoc latius funditur.
Non obtinebis ut desinat si incipere permiseris. Inbecillus est primo omnis adfectus; deinde ipse se concitat
et vires dum procedit parat: excluditur facilius quam expellitur. Quis negat omnis adfectus a quodam quasi
naturali fluere principio? Curam nobis nostri natura mandavit, sed huic ubi nimium indulseris, vitium est.

b) «La naturaleza ha mezclado el placer con las necesidades de la vida, no para que lo busquemos, sino para
que este complemento nos haga más gratas las cosas indispensables para nuestra existencia: si, por el
contrario, el placer dicta la ley, nace la indecencia. Evitemos, pues, que las pasiones penetren en nosotros,
porque, como he dicho, no acogerlas es más fácil que expulsarlas»

Voluptatem natura necessariis rebus admiscuit, non ut illam peteremus, sed ut ea sine quibus non possumus
vivere gratiora nobis illius faceret accessio: suo veniat iure, luxuria est. Ergo intrantibus resistamus, quia
facilius, ut dixi, non recipiuntur quam exeunt (ep. 116.3).

T.5 Sen., ep. 116.5

«Panezio, en mi opinión, dio una hermosa respuesta a aquel adolescente que le preguntó si el sabio puede
amar. 'De los sabios', dijo, 'hablaremos más tarde; tú y yo, que aún estamos muy lejos de la sabiduría, no
debemos arriesgarnos a caer en un sentimiento impetuoso e incontrolable, que nos hace esclavos de los
demás y despreciables para nosotros mismos. Si aquel a quien amamos nos corresponde, su dulzura nos
inflama; si nos desprecia, su orgullo nos excita. El éxito y el fracaso en el amor son igualmente perjudiciales:
del uno somos presa, contra el otro luchamos. Por eso, conscientes de nuestra debilidad, estemos tranquilos;
nuestra alma es débil: no la confiemos al vino o a la belleza, a los halagos o a las seducciones'» (ep. 116.5).

Eleganter mihi videtur Panaetius respondisse adulescentulo cuidam quaerenti an sapiens amaturus esset.
'De sapiente' inquit 'videbimus: mihi et tibi, qui adhuc a sapiente longe absumus, non est committendum ut
incidamus in rem commotam, inpotentem, alteri emancupatam, vilem sibi. Sive enim nos respicit, humanitate
eius inritamur, sive contempsit, superbia accendimur. Aeque facilitas amoris quam difficultas nocet:
facilitate capimur, cum difficultate certamus. Itaque conscii nobis inbecillitatis nostrae quiescamus; nec
vino infirmum animum committamus nec formae nec adulationi nec ullis rebus blande trahentibus.'

T. 6 Sen., Ep. 85.2

«El hombre sabio es también moderado; el hombre moderado es también tenaz; el hombre tenaz es
imperturbable; el hombre imperturbable nunca está triste; quien nunca está triste es feliz; por tanto, el
hombre sabio es feliz y la sabiduría es suficiente para tener una vida feliz».

Qui prudens est et temperans est; qui temperans est, et constans; qui constans est inperturbatus est; qui
inperturbatus est sine tristitia est; qui sine tristitia est beatus est; ergo prudens beatus est, et prudentia ad
beatam vitam satis est.

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T. 7 Sen., Matrim.

a) Frg. 26 Vottero (= 13.84 (Haase)


Origo quidem amoris honesta erat, sed magnitudo deformis: nihil autem interest, quam ex honesta causa
quis insaniat. Vnde et Sextius in sententiis : „adulter est, inquit, in suam uxorem amator ardentior."
« Al principio, el amor es ciertamente algo honesto, pero luego, a medida que crece, se deforma, y no parece
sorprendente que alguien pueda volverse loco por algo que es honesto. De ahí que Sestio diga en una de sus
sentencias: "Adúltero es, con respecto a la propia esposa, el amante demasiado ardiente".»

b) Frg. 27 Vottero (= 13.85 (Haase)


Sapiens vir iudicio debet amare coniugem, non affectu. Reget impetus voluptatis nec praeceps feretur in
coitum: nihil est foedius quam uxorem amare quasi adulteram.
«El hombre sabio debe amar a su mujer siguiendo la razón, no la pasión. Así podrá controlar el ímpetu del
deseo y no se lanzará inmediatamente al coito: nada es más perverso que amar a la propia esposa como si
fuera una adúltera».

T. 8 Sen., ep. 104


§ 2: «Puesto que no obtengo de ella que me ame con más fuerza, ella obtiene de mí que me ame con más
cuidado»,
itaque quoniam ego ab illa non inpetro ut me fortius amet, <a me> inpetrat illa ut me diligentius amem.

§ 5: «¿Qué hay más placentero que ser tan querido por tu esposa que te vuelves más querido para ti mismo
por esa razón?»,
quid enim iucundius quam uxori tam carum esse ut propter hoc tibi carior fias?

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