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EL VIRUS QUE DESNUDA

Junto con muerte y dolor, el COVID-19 se ha encargado de desnudar a las sociedades y a


sus propuestas económicas, a las que me niego a calificar como “paradigmas de

la riqueza la privatización de las empresas públicas

Se ha construido sobre la base de Durante el gobierno de Fujimori, aprovechada


acaparamiento de recursos y sobre la principalmente por capitales extranjeros, inició
explotación de los trabajadores que esta desaforada acumulación de la riqueza en
genera pobreza. pocas manos a costa del patrimonio nacional y de
las condiciones de trabajo de obreros y
empleados.
Nada de esto, sería posible sin un bien
No hemos podido construir una identidad propia
afinado sistema de mentiras, comenzando por
porque nos negamos a nosotros mismos o
la que constituye el pilar del neoliberalismo:
creamos imágenes falsas. Diversos gobernantes
que el mercado se regula por sí mismo.
repiten la fórmula de nuestro glorioso pasado
incaico, Y con esa receta vacía de contenido
satisfacen su conciencia peruanista.
hechos del pasado
Vivimos un patriotismo de fantasía
Estas tienen como núcleo central,
como motor que las impulsa, la
Patriotismo de himnos, rostros adustos y discursos retóricos
corrupción. En torno a este hilo
que deja margen para seguir despreciando la realidad de las
conductor se han acomodado todas
personas, burlándose de ellas y aprovechándose de
las demás lacras de nuestra
recursos públicos que debieran destinarse a mejoras en los
campos de la salud, la educación y la economía.

Pero la pandemia no solo ha desnudado al


Estado y su discurso neoliberal. También ha
hecho lo mismo con las sociedades indígenas. Si
hoy reclaman víveres al Estado es porque no los Asháninkas y machiguengas dedicados a cultivos comerciales
están produciendo a pesar de tener tierras, como café y cacao, o al trabajo asalariado como peones en
bosques, ríos y una antigua historia de fundos o empresas locales, han dejado de producir en sus
independencia para generar sus propios chacras y hoy no tienen productos de estos. El Estado también
alimentos. ha contribuido a generar esta situación mediante políticas
asistencialistas que, en vez de potenciar capacidades y
conocimientos propios para producir alimentos, ha fomentado
la dependencia.

Cegados por la fiebre del oro, muchos indígenas de Pero no es hora de buscar culpables de la situación, por más
Madre de Dios -y desde hace algunas décadas- son que los existan, sino de encontrar soluciones. En efecto, esas
extractores metal. Otros se han convertido en sociedades tienen potencial para impulsarlas y lo han hecho
rentistas, alquilando sus tierras a mineros. Las en el actual contexto de la pandemia. Son ellas, como
ganancias, que en este último caso son muy colectivo organizado, las que hasta el momento han
grandes, los han llevado a abandonar el trabajo de presentado las propuestas más coherentes y adoptado las
sus chacras y de sus bosques. Su lógica fue muy medidas más apropiadas para la situación, como el control
sencilla y humana: si el otro se enriquece de esta del tránsito. El Estado no ha atendido esas demandas ni
manera, ¿por qué no puedo hacer yo lo mismo? menos respetado las medidas adoptadas.

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