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Recién nacida, siento curiosidad por todo lo que me

rodea, exploro cada espacio que habito y que también


me habita.

Me reconozco aventurera, me sé montaña, río,


amanecer, sol y luna. Me siento acompañada por el
agua, el viento y los animales. Inhalo el perfume y el
color de cada ser existente. Mi pecho está abierto.

No pertenezco a ningún lugar, porque quiero


experimentar todo el espectro de emociones y
vivencias posibles. Aún así, camino firme con los pies
en la tierra; no tengo miedo, acepto los riesgos,
respeto los mensajes de mis sueños.

Mi ropa es ligera, no necesito de mucho para vivir, me


descubro, descubro el mundo, el mundo me descubre.
Estoy enamorada de mi, de la vida.

Soy una maga, o una alquimista, o una bruja, o una


sanadora.

En mi mesa se encuentran todas las herramientas


que poseo para transformar mi vida. Esos
instrumentos no son solo míos, sino que también son
de la Madre Naturaleza, de mi abuela, de mi madre,
de mi hermana, de mis tías y de mis amigas…fruto
de sus experiencias y enseñanzas, que ahora me las
heredan a mi.

Tengo todo dispuesto para ser libre, y mi intuición


infinita me ayuda a encontrar el camino.

Daniela Álvarez

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