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Jeshua

Trabajadores
de la Luz

Pamela Kribbe

Traducción
Sandra Gusella
Trabaj adores de la Luz - índice

Índice
Í ndice ____________________________________________ 2

Prólogo ___________________________________________ 3

La Nueva Tierra I ___________________________________ 6

La Nueva Tierra I I __________________________________ 14

Trabaj adores de la Luz I _____________________________ 17

Trabaj adores de la Luz I I ____________________________ 21

Trabaj adores de la Luz I I I __________________________ 32

Del ego al corazón I _______________________________ 38

Del ego al corazón I I _______________________________ 44

Del ego al corazón I I I ______________________________ 50

Del ego al corazón I V _______________________________ 56

Tiem po, m ult idim ensionalidad y t u ser de luz ____________ 60

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Prólogo
Con el m ism o alivio y sosiego de un náufrago que encuent ra t ierra firm e m e he deleit ado y he
descansado en la int egridad, la calidez y la belleza de est os m ensaj es em bebidos en Am or y
Verdad. La energía de Jeshua ( Jesús) ha sido la cost a segura, el sol cálido y reconfort ant e y una
voz sabia y am orosa que ha resonado en m i corazón con un eco absolut am ent e fam iliar.
Sint onizar con la energía de Jeshua, con la energía críst ica, con nuest ra propia energía es com o
arribar finalm ent e a una t ierra paradisíaca plena de abundancia, belleza y arm onía.
Sólo con los oj os curiosos y llenos de asom bro de un niño podrem os ver est a t ierra llena de
encant os, sólo con aut ent icidad y sin m áscaras podr em os respirar est e aire puro, y sólo con un
corazón dispuest o, valient e y sin at aduras podrem os correr libres por sus cost as.

Muy alej ada de est a t ierra, en el m ar ignot o y vacilant e de la dualidad t errenal, crecí con una
cert eza int erior de que había algo asom broso y m agnífico por descubrir. Y esa cert idum bre parecía
presionarm e por dent ro, hast a llegar al punt o de desbordarse de m í com o un im pulso infrenable a
querer ver aquello que est aba ocult o a nuest ros oj os. A veces est e ent usiasm o arrebat ado se
m anifest aba en m í en la acción lit eral de buscar ‘algo’ sin saber exact am ent e qué; ent onces parecía
liberar esa ansiedad indagando en t odos los arm arios, caj ones y baúles de m i casa hast a hallar
algo que m e result ara int eresant e. Desde niña siem pre sent í una t rem enda curiosidad por conocer
aquello que escapa del rango de percepción hum ana; no sólo en el ám bit o de la realidad física,
m undos m acro y m icroscópicos, sino t am bién en lo que respect a a los t em as m et afísicos. Est aba
aún en la escuela prim aria cuando descubrí la dicot om ía y la discordancia ent re ciencia y religión y
com encé a cuest ionarm e la verdad que había en ellas.

Mis experiencias en el ám bit o de la religión no fueron agradables en absolut o. Sent ía una t ot al


resist encia a la aut oridad con que se m e present aba est e dogm a y una absolut a incredulidad por su
cont enido. Ent onces ent r é en una especie de guerr a personal cont ra el dogm a, desafiándolo a
darm e respuest as verosím iles sobre la esencia hum ana y su origen, así com o t am bién sobre un
concept o acept able de Dios. Pero después de años de cont ienda con t odas las clases de creencias
religiosas, y hechizada por las m aravillas que m e revelaba la ciencia puj ant e y expansiva, decidí
que m e alist aría a las filas del conocim ient o cient ífico porque sent ía por dent ro que ahí est aba lo
m aravilloso a descubrir. En est a disciplina volqué m i pasión durant e años. Y en cuant o a lo
m et afísico, llegué finalm ent e a la conclusión de que evident em ent e había un Dios o ser Superior en
el universo, pero que el ent endim ient o sobre est o est aba t ot alm ent e fuera del alcance de la
com prensión hum ana. Me convencí a m í m ism a de que nunca podríam os llegar a capt ar el
significado de Dios con nuest ras lim it adas m ent es hum anas; y de que t odo lo m anifest ado con
respect o a est o surgía sim plem ent e de la im aginación de seres de carne y hueso, y en m uchos
casos con int enciones ocult as de m anipulación, cont rol y ej ercicio del poder sobre los fieles. Por lo
t ant o, di com o concluida m i búsqueda en lo que a cuest iones espirit uales se refiere, sum ándom e al
agnost icism o y sum ergiéndom e ent onces de lleno en la ciencia.

Por ot ro lado, la hist oria sobre la vida de Jesús siem pre dej ó en m í un t ierno sent im ient o, y m e he
sent ido m uchas veces em belesada por el carism a, por la det erm inación y por la fe inquebrant able
que m ost ró durant e su vida, apt it udes que lo convirt ieron en el líder m ás t rascendent e de t oda la
hist oria de la hum anidad. Durant e m i infancia, con frecuencia m e sent ía caut ivada por su im agen y
m ensaj es colm ados de am or. Recuerdo haberm e det enido en inst ant es de int rospección pr ofunda y
sent ir con m ucha alegría una especial afinidad por Jesús, percibiendo ent onces una ext raña y dulce
cercanía hacia su ser.

Con los años la ciencia fue perdiendo su poder de encant o sobre m í, y fui sint iendo que m i fuerza
int erior se debilit aba paulat inam ent e en est e ám bit o. Ent onces el m ar vacilant e pareció
em bravecer se com o nunca y m e hallé a m í m ism a en el inm enso océano de lo inciert o,
t rast abillando en m i pequeña barca y sin t ierra a la vist a sobre el horizont e.
Durant e la prolongada oscuridad int erior en la que osciló m i alm a, m is esperanzas de hallar algo
diferent e a lo conocido se desvanecieron t ot alm ent e y m i llam a int erior se debilit ó. Me sent ía com o
un pint or a quien se le acabaron los óleos para siem pre. Pero, ent re la desolación y el desánim o,
un día descubrí que cont aba en m i int erior con un ancla; un ancla que m e conect aba a una t ierra
m uy profunda y lej ana pero firm e. Y ent onces com encé un día a escribir. Y descubrí así, con t ot al
asom bro, la felicidad y el est ado de arr obam ient o que m e provocaba est ablecer esa conexión con
m i ser int erior; y volcar hacia fuera, a t ravés de la expresión escrit a, lo que m anifest aba una fuerza
int ensa y poderosa que em ergía desde m is cim ient os m ás profundos. Había hallado algo
asom broso dent ro de m í, y sent ía que m i esencia brot aba com o rosas sobre el asfalt o gris de la
razón, quebrant ando la est ruct ura del pensam ient o y em bebiéndola en efluvios de luz.
Trabaj adores de la Luz - Prólogo

Cont ando ahora con m i ancla, la cual de t ant o en t ant o m e daba un respiro para det ener un poco
m i derrot ero inciert o, seguí navegando est oica por el m ar ext enso de m i vida.
Y Así fui conducida por las diferent es circunst ancias que se fueron cruzando en m i cam ino;
luchando casi siem pre, ya que esas circunst ancias, la m ayoría de las veces, parecían ser bloqueos
m ás que puert as de salida.
Hast a que un día, una inm ensa luz com o de fuego, est am pada en el cielo aún oscuro de la
m adrugada, descendió delant e de m is oj os m ient ras viaj aba por una rut a desolada. La profundidad
y la int ensidad de aquellos colores dorado y roj izo, t iñendo el cam po al cost ado del cam ino, m e
revelaban la veracidad de la exist encia de algo aún desconocido por la hum anidad. Aquél suceso
fue com o el grit o ‘Tierra’ para un barco perdido que lleva m ucho t iem po buscando una cost a donde
vararse.

En los años siguient es a ese hecho asom broso, m i alm a com enzó a ser sacudida por fuert es
t em pest ades que cubrieron el cielo y agit aron las aguas de m i vida por m ucho t iem po. Crisis
económ icas, t rabaj os insat isfact orios, problem as de parej a y dem ás infort unios form aban part e del
panoram a que se m e present aba en aquella época. Y así fue t ranscurriendo el t iem po, con m i vist a
lej ana y prolongada hacia un horizont e por dem ás de am plio y ext enso, con la esperanza de que t al
vez un día se m anifest ase nuevam ent e aquella poderosa luz en el cielo. De vez en cuando m i
int uición m e decía que debía indagar en aquel ext raño fenóm eno, que había algo ahí que debía
averiguar.

Jam ás podría haber im aginado lo que m e aguardaba det rás de esa búsqueda. Aquella luz era el
faro que indicaba la cost a. Y así fue com o arribé, ya sin barca siquiera, com o un náufrago, a las
cálidas playas de m i t ierra int erior. Ent onces la energía del Hogar m e abordó de repent e una noche
im pregnando t odo m i ser, sacudiendo cada fibra de m i cuerpo y cada rincón de m i alm a. Pero a
pesar de t ener el cuerpo afiebrado y agot ado, sabía que est aba siendo sanada, clarificada y
renovada por esa alt a vibración, y m e sent ía sum ergida en una nube de paz y bienest ar int erior
j am ás experim ent ado.
Con la com prensión, con el ent endim ient o que había buscado durant e t oda m i vida, llegaron
t am bién el sosiego y la alegría. La m aravilla que se present aba ant e m is oj os superaba t odo lo
posiblem ent e im aginado. El Hogar era una t ierra cálida y bella, y m e deleit aba en respirar
profundam ent e su aire puro y reconfort ant e. Descubrí que la realidad se veía diferent e desde est a
vibración, com o si m e hubiese librado de pront o de unas gafas oscuras que lim it aban m i visión. La
energía del Am or se descubría en cada ángulo de la exist encia, com o si hubiese flores escondidas
en t odos los rincones oscuros de la vida, o com o si se viese t it ilar una luz incluso dent ro de las
piedras. El fluj o lum inoso que em anaba desde la Fuent e lo im pregnaba y lo const it uía t odo, y se
concent raba en m i corazón desbor dándose t am bién de él. Y a veces su int ensidad era t al que
sent ía claram ent e esa esencia viva encendida en m i pecho, dándom e una sensación dulce de
alegría y plenit ud.

La canalización de la energía críst ica m e ha hecho pasar por experiencias de los m ás int ensas y
asom brosas, pero conduciéndom e siem pre a la expansión de m i consciencia y a un punt o de paz y
quiet ud int erior.
Finalm ent e, lo m aravilloso que había buscado t oda m i vida no est aba en el ám bit o de la ciencia, ni
en los dogm as religiosos, t am poco en los arm arios de m i casa, est aba dent ro de m í. Ést a es la
‘Tierra Críst ica’ que recién com ienzo a explorar. Aquí se halla la fuent e de t odo el conocim ient o, la
com prensión de nuest ra esencia y de nuest ra relación con t odo el universo. Aquí se halla la energía
del Am or que a t odos nos pert enece. Aquí se descubre nuest ra chispa de Dios. En est a t ierra
encont ré a Jeshua.

Ha sido un gran desafío para una persona com o yo, que había deam bulado por los ám bit os del
agnost icism o, descubrir y sent ir a Jeshua llegando a nosot ros desde ot ro plano de realidad. He
t enido que pasar por int ensas experiencias con energías de ot ra dim ensión y seguir la guía int erior
de m i int uición para despert ar a est a verdad. Pero al m ism o t iem po, int egrar nuevos aspect os de
m i ser, descubrir y sent ir est a realidad y deleit arm e en las m aravillas que se nos revelan en est os
t iem pos asom brosos de t ransición y cam bio hacia una nueva era, m e ha colm ado de una gran
dicha.
Descubrir a Jeshua hablándonos t an sabia y t iernam ent e, com o nuest ro m aest ro, herm ano y am igo
es una experiencia sublim e y sagrada. Con su energía inm ensa, am orosa y colm ada de sabiduría
llegando a nosot ros nuest r o corazón se abre, nuestro ser t errenal se funde con nuest ro ser divino y
descubrim os ent onces nuest ra part e de Dios, de Todo lo Que Es en nosot ros m ism os.

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Trabaj adores de la Luz - Prólogo

Jeshua com ienza a hablarnos, a t ravés de Pam ela Kribbe, en est a prim er serie de m ensaj es, los
cuales se podrían definir con la palabra ‘expansión’. Nuest ra consciencia se expande
asom brosam ent e a m edida que vam os asim ilando est as palabras; las cuales, sobrepasando los
lím it es de lo t errest re, de lo biológico y de la realidad física, nos revelan una inform ación
sorprendent e sobre los orígenes y evolución de la hum anidad y de la vida en la Tierra. Con
inconm ensurable sabiduría y claridad, Jeshua nos lleva a la com prensión de esa génesis y del ciclo
individual y planet ario desde una perspect iva m ult idim ensional. Es desde un plano am plio y
elevado, sin espacio y sin t iem po, que vem os el cuadro com plet o y descubrim os nuest ra conexión,
present e y et erna, con t odo el universo, con Dios y con t odas las form as de vida.

Un nuevo port al hacia el universo y hacia las dim ensiones superiores est á siendo ofrecido a la
hum anidad, pero para ent rar en él se requiere que incorporem os claram ent e en nuest ra
consciencia la noción de alm a, espírit u y Dios. Jeshua nos ayuda a pasar a t ravés de est a puert a, y
a descubrir la m ism a chispa de luz pura o espírit u en las diferent es form as de vida del universo.
Tam bién es preciso expandir nuest ra consciencia para asim ilar la inform ación vert ida sobre la
nat uraleza, hist oria, caract eríst icas propias y m isión en la t ierra de aquellas alm as llam adas
Trabaj ador es de la Luz. Dicha inform ación, est e nuevo foco sobre la vida ext rat errest re, desafía
nuest ra capacidad de abrir nuest ras m ent es y de liberarnos de ideas y concept os que pueden
haberse arraigado firm em ent e dent ro de nuest ra consciencia individual y colect iva.

Jeshua nos describe adem ás el profundo proceso del ‘despert ar’. Nos habla del m ovim ient o int erno
personal por el que pasan m uchas personas; aquellos quienes, liberando t odas las form as de
pensam ient o y sent im ient o basados en el ego, est án em ergiendo a una nueva consciencia basada
en el corazón.
La descripción precisa y exact a de nuest ras propias experiencias en est e proceso, con t odas sus
im plicancias, es su rasgo dist int ivo. Jeshua indaga profundo en nuest ros cuer pos m ent ales,
em ocionales y espirit uales para m ost rarnos las raíces desconocidas y ocult as de t odos nuest ros
com port am ient os, sent im ient os y form as de pensam ient o, que son en definit iva los principales
j ugadores en est e cam po de experiencias de la dualidad; expandiendo de est a m anera nuest ra
consciencia t am bién en lo que respect a a la com prensión de la nat uraleza hum ana.

La luz volcada sobre est os aspect os de nuest ra exist encia es realm ent e un bálsam o para el alm a.
La nueva visión de la vida enfocada en la consciencia y no en la m at eria significa un salt o abism al
en nuest ra evolución, que nos t raslada a un espacio en el cual el nuevo concept o y significado de la
vida perm it e que em erj an ot ras conduct as a nivel individual y colect ivo. Est as nuevas form as de
ser est án basadas en el Am or incondicional, la Com pasión y la Libert ad y nacen desde un punt o de
equilibrio int erior que perm it e la conexión con la energía de Crist o.

Haber leído y asim ilado est os m ensaj es ha significado un cam bio rot undo para m í, det erm inado por
la expansión de m i consciencia y por la com prensión de est as cuest iones exist enciales, y
caract erizado por los m at ices de paz, arm onía, esperanza y alegría que se han agregado a m i vida.
Paz y arm onía, porque he llegado a com prender, con la energía críst ica em bebida en m i
consciencia, el ciclo, el orden y el plan en el que se halla ent ram ada m i vida y t am bién nuest ra
hum anidad, a pesar del posible caos o desorden aparent e desde un punt o de vist a t errenal. Las
sit uaciones que est am os viviendo y aquellas por las que hem os pasado encaj an en un esquem a
perfect o desde est a nuev a perspect iva, el cual t iene com o único obj et ivo nuest ro crecim ient o
int erior y aprendizaj e. Est a visión le ha dado un nuevo significado a m i vida; por lo t ant o ahora ya
no presiono sobre la realidad, sim plem ent e confío en ella dej ándom e llevar por el fluj o de la vida.
Esperanza, por ent ender que la t ransform ación int erior en cada uno de nosot ros, la sint onización
con la energía críst ica, finalm ent e se t rasladará a la consciencia colect iva de la hum anidad, dando
com o result ado un m undo nuevo, el m undo por t odos soñados.
Y alegría, por com prender la m agia y m aravilla de est e universo, y por saber que t enem os t oda
clase de m ilagros al alcance de nuest r as m anos si logram os abr azar est a Verdad que se nos ofrece.
Una verdad que sient o yace en est os m ensaj es, no en la superficie de las palabras m ism as sino en
la profundidad de la energía que hay det rás de ellas.

Ha sido con est a alegría y am or que he realizado la t raducción de est os m ensaj es de Jeshua,
canalizados por Pam ela, sint iendo siem pre conm igo una am able guía y una cálida energía, que
sient o viene de Jeshua y de m i ser int erior, de m i recient em ent e conquist ada ‘Tierra Críst ica’.
I nfinit am ent e y por siem pre agradecida a Pam ela y a su esposo Gerrit por hacernos llegar,
em bebida t am bién en su propia energía, la luz de nuest ro querido y siem pre am ado Jeshua.

Sandra Gusella

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La Nueva Tierra I
En est os días y época, est á t eniendo lugar una t ransición sobre la t ierra. Est a
esbozándose una nueva conciencia que t arde o t em prano t om ará form a.
Cóm o sucederá exact am ent e est a t ransición, qué form a t om ará, no est á det erm inado. El
fut uro siem pre es indet erm inado. Lo único que es realm ent e revelado es est e m om ent o:
El Ahora. Desde lo conocido del Ahora, se abren incont ables cam inos posibles, una red
infinit a de fut uros posibles.

Basándonos en el pasado, podem os predecir que un fut uro part icular es m ás probable
que ot ro, pero la elección es siem pre de ust edes. ¡Son ust edes quienes deciden si
perm it en que el pasado det erm ine su fut uro! Las predicciones siem pre est án basadas en
probabilidades. Las probabilidades est án relacionadas con el pasado. En el poder que
t ienen com o un hum ano est á la posibilidad de quebrar con el pasado, para est ablecer un
curso diferent e. Ust edes est án dot ados de libre albedrío. Ust edes t ienen el poder de
cam biar, de recrearse a ust edes m ism os. En est e poder yace su divinidad. Es el poder de
crear de la nada. Est e poder divino pert enece a la verdadera esencia de quienes son
ust edes.

Hablando de est os días y épocas com o una et apa de t ransición, nunca olviden que
ust edes son los m aest ros de su propia realidad. No exist e t al cosa de Plan predest inado o
un Poder Cósm ico, el cual rige su cam ino de alm a individual, o su poder individual para
crear su propia realidad. No funciona de esa m anera. Cada alm a sobre la t ierra
experim ent ará est a t ransición del m odo est ablecido por sus predisposiciones int ernas.
Hay m uchas realidades. La realidad que ust edes elij an va a responder a sus necesidades
int eriores y deseos.

Lo que hace a est e t iem po ( 1950- 2070 aproxim adam ent e) especial, es que hay dos t ipos
de ciclos diferent es de conciencia llegando a un fin: un ciclo personal ( o: una serie de
ciclos personales) y un ciclo planet ario.
La t erm inación de est os ciclos coincide, por lo t ant o uno refuerza al ot ro.

Por part e de la hum anidad, la t erm inación de su ciclo personal de vidas t errest re est a
cerca. La m ayoría de las alm as involucradas en est a consum ación son Trabaj adores de la
Luz. Hablarem os con m ás det alles acerca de est e grupo de alm as t rabaj adoras de la luz.
( Ver Trabaj adores de la Luz I , I I y I I I ) .

Aquí, nos gust aría explicar la nat uraleza de est e ciclo personal: qué significa ir a t ravés
de él y cuál es el obj et ivo de vivir t odas est as – bast ant e com plicadas - vidas sobre le
Tierra.

El ciclo kármico personal


Las vidas t errest res que ust edes experim ent an form an part e de un ciclo m ayor de sus
alm as. Est e ciclo fue diseñado para perm it irles a ust edes experim ent ar com plet am ent e
la dualidad. Ust edes - dent ro de est e ciclo – han experim ent ado cóm o es ser m asculino,
ser fem enino, est ar saludable y enferm o, ser rico o pobre, ser ‘bueno’ y ‘m alo’. En
algunas vidas, ust edes han est ado int ensam ent e involucrados con el m undo m at erial,
siendo un granj ero, un t rabaj ador o un art esano.
Ha habido m ás vidas orient adas espirit ualm ent e, en las cuales ust edes port aron una
Trabaj adores de la Luz - La Nueva Tierra I

fuert e conciencia de sus orígenes espirit uales. En aquellas vidas ust edes se vieron
at raídos por vocaciones religiosas. Tam bién ha habido vidas en las cuales ust edes
exploraron el m undano dom inio del poder, de polít icas, et c. Puede haber habido vidas
dedicadas a su expresión art íst ica.

Frecuent em ent e, las alm as t ienden a especializarse en algo en el curso de t odas est as
vidas. Est o puede ser claram ent e reconocido en personas que poseen un don nat ural en
un área det erm inada. Parecería que ellos t uvieran un pot encial ahí, incluso desde niños,
el cual solo necesit a ser t ocado en el m om ent o oport uno y ent onces ést e se desarrolla
fácilm ent e.

Las alm as de los Trabaj adores de la Luz m uy frecuent em ent e son at raídas hacia vidas
religiosas, y han vivido num erosas vidas com o m onj es, m onj as, sacerdot es, cham anes,
bruj as, psíquicos, et c. Ellos est uvieron inclinados a ser int erm ediarios ent re el m undo
m at erial, físico y los reinos espirit uales. Y por lo t ant o ellos desarrollaron una ‘habilidad’
en est os cam pos. Cuando ust edes sient en est e llam ado, est e fuert e im pulso a
involucrarse con la espirit ualidad, incluso si ést e no se adapt a a su vida diaria norm al,
ust edes bien podrían ser part e de est a fam ilia de Trabaj adores de la Luz.

Vivir en la Tierra les provee a ust edes una oport unidad de experim ent ar com plet am ent e
cóm o es ser un hum ano. Ahora, ust edes podrían pregunt ar: ¿qué t iene de t an especial
ser un hum ano? La experiencia hum ana es t ant o diversa com o int ensa. Cuando ust edes
viven una vida hum ana, est án t em poralm ent e inm ersos dent ro de un abrum ador cam po
de sensaciones físicas, pensam ient os y sent im ient os.
Debido a la dualidad inherent e en est e cam po, hay gran cont rast e e int ensidad en sus
experiencias. Mucho m ás grandes que cuando ust edes est án en los planos ast rales, com o
ust edes lo llam an. ( Est os son los planos a los cuales ust edes ent ran después de que
m ueren y donde est án ent re vidas) Debe ser difícil de im aginar para ust edes, pero a
m uchas ent idades en nuest ro lado les encant aría est ar en sus zapat os. A ellos les
encant aría ser hum ano, ganar experiencia hum ana. La experiencia hum ana t iene una
clase de realidad en ella, la cual t iene un incalculable valor para ellos. Aunque ellos
pueden crear incont ables realidades por el poder de su im aginación, est o les da m enos
sat isfacción que la creación de una realidad ‘real’ en la t ierra.

Sobre la t ierra, el proceso de creación es a m enudo una lucha. Ust edes t ípicam ent e
encuent ran una suert e de resist encia en hacer realidad sus sueños. El t ipo de creación
m ent al en el m undo ast ral es m ucho m ás fácil. No hay t iem po de ret raso ent re el
pensam ient o de algo y la verdadera creación del m ism o. Adem ás, ust edes pueden crear
cualquier realidad que quieran o en la que puedan pensar. No hay lím it es. En el m om ent o
que ust edes im aginan un j ardín encant ador, est á ahí para que ust edes ent ren.
Dar nacim ient o a una idea en la t ierra, hacerla realidad en el m undo m at erial, es un
gran esfuerzo. Dem anda una fuert e int ención, perseverancia, claridad m ent al y un
corazón confiado. En la t ierra, ust edes t ienen que t rat ar con la lent it ud y t enacidad del
m undo m at erial. Ust edes t ienen que lidiar con sus propios im pulsos cont radict orios, con
las dudas, con la desesperación, con la falt a de conocim ient o, con la falt a de confianza,
et c.
El proceso de creación puede ser obst ruido o incluso fallar a causa de cualquiera de est os
elem ent os. Pese a t odo, est os problem as pot enciales, incluso las fallas, son las
verdaderas razones que hacen t an valiosa la experiencia de vida t errest re. En est e
proceso, los desafíos que encuent ran son sus m ás grandes m aest ros. Le dan a la
experiencia t errest re una profundidad t al que la hace m ucho m ás honda y am plia que el
fácil proceso de creación en los planos ast rales. Est a facilidad engendra insignificancia.
( Volverem os sobre est e t em a m ás abaj o) . Las ent idades ast rales que t odavía no han
experim ent ado vidas sobre la Tierra saben y ent ienden est o.

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Trabaj adores de la Luz - La Nueva Tierra I

Ust edes con frecuencia se desalient an e incluso se desesperan por la no condescendient e


nat uraleza de su realidad. Muy a m enudo, la realidad no responde a sus deseos y
esperanzas. Muy frecuent em ent e, sus int enciones creat ivas parecen finalizar en dolor y
desilusión. Sin em bargo, ust edes hallarán la llave de la paz y la felicidad en algún punt o.
Ust edes hallarán aquella llave dent ro de su propio corazón. Y cuando lo hagan, la alegría
que les sobrevendrá no será igualada por nada creado en los planos ast rales. Será el
nacim ient o de su m aest ría, su divinidad. El éxt asis que experim ent arán cuando despiert e
su divinidad les proveerá el poder de sanarse a ust edes m ism os. Est e am or divino les
ayudará a recuperarse de las heridas profundas que han sufrido a t ravés de sus vidas en
la t ierra.
Después de est o, serán capaces de ayudar a curar a ot ros que hayan at ravesado las
m ism as pruebas y penas.
Ust edes reconocerán su dolor. Lo verán en sus oj os. Y serán capaces de guiarlos en su
cam ino hacia la divinidad.

El propósito de ir a través de la dualidad


Por favor no subest im en el significado de sus vidas en la t ierra. Ust edes pert enecen a la
m ás creat iva, avanzada y valient e part e de Dios ( Todo lo Que Es) . Ust edes son
exploradores de lo desconocido y creadores de lo nuevo. Sus exploraciones a t ravés del
reino de la dualidad han servido a un propósit o que est á m ás allá de su im aginación. Es
difícil explicarles el profundo significado de sus viaj es, pero querem os decirles que
ust edes han creado un nuevo t ipo de conciencia, una que no exist ía previam ent e.
Est a conciencia prim eram ent e fue desplegada por Crist o, cuando cam inó en la t ierra.
Est a conciencia, que llam arem os la conciencia Críst ica, result a de una alquim ia espirit ual.
Alquim ia física es el art e de t ransform ar plom o en oro. Alquim ia espirit ual es el art e de
t ransform ar energía oscura en “ la t ercer energía” , el oro espirit ual present e en la
energía Críst ica.
Por favor ent iendan que no est am os diciendo que el propósit o es t ransform ar oscuridad
en luz, o m alo en bueno. Oscuridad y Luz, m alo y bueno son opuest os nat urales; ellos
exist en gracias al ot ro.
La alquim ia espirit ual int roduce una ‘t ercer energía’, un t ipo de conciencia que abarca
am bas polaridades a t ravés de energías de am or y com prensión. El verdadero propósit o
de su viaj e no es hacer que la Luz conquist e a la Oscuridad, sino ir m ás allá de est os
opuest os y crear un nuevo t ipo de conciencia, la cual pueda m ant ener la unidad t ant o
ant e la presencia de luz com o ant e la presencia de oscuridad.

Explicarem os est e punt o bast ant e difícil por m edio de una m et áfora.
I m aginen que ust edes son buceadores de m ar profundo en busca de una perla. Una y
ot ra vez ust edes se zam bullen en el océano para hallar est a part icular perla, de la cual
t odo el m undo habla pero que nadie realm ent e ha vist o. Se rum orea que incluso Dios, el
Principal Buceador, nunca ha t ocado la perla.

Zam bullirse en el océano est á lleno de peligros, ya que pueden perderse o ir a las
profundidades y suspender su respiración. Aún así, ust edes persist en y se sum ergen en
est e océano una y ot ra vez, porque ust edes est án resuelt os e inspirados. ¿Est án ust edes
dem ent es?
No, ust edes son exploradores de lo nuevo.
El secret o es: en el proceso de hallar la perla, ust edes la est án creando.
La perla es el oro espirit ual de la conciencia Críst ica. La perla son ust edes, t ransform ados
por la experiencia de la dualidad.
Lo que t enem os aquí, es una verdadera paradoj a: al explorar lo Nuevo, ust edes lo est án
creando. Ust edes han pasado a ser la perla de la creación de Dios.

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Trabaj adores de la Luz - La Nueva Tierra I

Dios no t iene ot ro m odo de hacer est o, porque lo que ust edes van a hallar, aún no
exist e: t iene que ser creado por ust edes. ¿Por qué est aría Dios t an int eresado en crear
algo nuevo? Perm ít anos exponer est o de la m anera m ás sim ple posible.
Prim ero, Dios es ent eram ent e BUENO. Hubo bondad en cada lugar y t odo alrededor. En
realidad, porque no había nada m ás, las cosas eran est át icas. Su creación carecía de
vit alidad, carecía de la posibilidad de crecim ient o y expansión. Podrían decir que est aba
at ascada.
Para crear cam bio, para crear una oport unidad de m ovim ient o y expansión, Dios t uvo
que int roducir un Elem ent o en su creación que fuese diferent e de la Bondad que lo
im pregnaba t odo. Est o fue m uy difícil para Dios, ya que ¿cóm o pueden ust edes crear
algo que no son ust edes? ¿Cóm o puede la Bondad crear Maldad? No puede. Por lo t ant o,
Dios t uvo que salir con un t ruco, por así decirlo. Est e t ruco se llam a I GNORANCI A.
I gnorancia es el elem ent o que se opone a la Bondad. Crea la ilusión de est ar afuera de la
Bondad, o est ar separado de Dios. “ No saber quiénes son ust edes” es el incent ivo det rás
del cam bio, crecim ient o y expansión en su universo. I gnorancia alim ent a al m iedo, el
m iedo alim ent a la necesidad de cont rol; la necesidad de cont rol alim ent a la lucha por el
poder: y así ust edes t ienen t odas las condiciones para que el “ Mal” prospere.
Se ha est ablecido el escenario para la bat alla ent re el Bien y el Mal.

Dios necesit ó la dinám ica de los opuest os para ‘desat ascar’ su creación. Debe ser m uy
difícil para ust edes el poder com prender, en vist a de t odo el sufrim ient o causado por la
ignorancia y el m iedo, pero Dios puso gran valor en est as energías, ya que ellas le
proveyeron de un m odo de ir m ás allá de El / Ella m ism a.

Dios les pidió a ust edes, aquellos que pert enecen a su m ás creat iva, avanzada y valient e
part e de Ella m ism a, que t om aran el velo de la I gnorancia. Con m ot ivo de experim ent ar
la dinám ica de los opuest os t an com plet am ent e com o fuese posible, ust edes fueron
t em poralm ent e em papados en olvido acerca de su verdadera nat uraleza. Ust edes
consint ieron en dar est e salt o a la ignorancia, pero est e hecho t am bién fue cubiert o por
el velo del olvido. Por lo t ant o ahora ust edes frecuent em ent e m aldicen a Dios por est ar
en la sit uación en la que est án: las penas, la ignorancia – y nosot ros lo ent endem os. En
esencia, ust edes son Dios, Dios es ust edes.

A pesar de t odos los problem as y pesares, en lo profundo de ust edes aún exist e una
clase de m aravilla y excit ación a cerca de vivir en la dualidad, en cuant o a experim ent ar
y crear lo Nuevo. Est o es la excit ación original de Dios, la razón por la que él com enzó
est e viaj e a t ravés de Ust edes en prim er lugar.

Cuando ust edes com enzaron su viaj e, se enfrent aron al Mal ( m iedo, ignorancia) con solo
una vaga m em oria del Bien ( Hogar) en sus m ent es. Ust edes com enzaron a bat allar
cont ra el m iedo y la ignorancia, m ient ras añoraban el Hogar. Sin em bargo, ust edes no
ret ornarán al Hogar en el sent ido de regresar a un est ado en su pasado. Ya que la
creación ha cam biado a causa de sus viaj es.
Al final de su viaj e sucederá que ust edes han expandido la bondad y la m aldad, la luz y
la oscuridad.
Ust edes habrán creado una t ercer energía, la energía Críst ica, la cual abarca y t rasciende
a am bos. Ust edes habrán expandido la creación de Dios. Ust edes serán la Nueva
Creación de Dios. Dios habrá llegado m ás allá de Él/ Ella m ism a cuando la conciencia
Críst ica haya nacido com plet am ent e sobre la t ierra.
La conciencia Críst ica no exist ía ant es de la “ experiencia hum ana” . La conciencia Críst ica
es la conciencia de alguien que ha ido a t ravés de la m ult ifacét ica experiencia de la
dualidad, ha llegado a t érm ino con ella, y em erge ‘del ot ro lado’. Él llegará a ser el
habit ant e de la Nueva Tierra. Ést e dej ará ir a la dualidad. Él habrá reconocido y abrazado
su propia divinidad. Él llegará a ser uno con su Ser divino. Pero su Ser divino será
diferent e que ant es. Será m ás profundo y m ás rico que la conciencia de la que él nació. O
uno podría decir: Dios se habrá enriquecido a Él/ Ella m ism a yendo a t ravés de la
experiencia de la dualidad.

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Trabaj adores de la Luz - La Nueva Tierra I

Est a hist oria est á sim plificada y dist orsionada, com o algo que diríam os es dist orsionado
por la ilusión del t iem po y la separación. Est a ilusión ha servido a un valioso propósit o.
Pero ha llegado el t iem po de ir m ás allá de ellos. Por favor t rat en de sent ir la energía
det rás de nuest ras palabras, hist orias y m et áforas.
Est a energía es en esencia ust edes m ism os. Es la energía de sus fut uros seres críst icos la
cual est á hablando a t ravés m ío, Jeshua. Est am os esperándolos para que se unan a
nosot ros.

Cómo superar la dualidad (la culminación del ciclo kármico)


Sus ciclos t errest res de vida finalizan cuando el j uego de la dualidad ya no se sost iene en
ust edes. Es esencial para el Juego dualíst ico que ust edes se ident ifiquen con una posición
part icular en el cam po de j uego de las polaridades. Ust edes se ident ifican a ust edes
m ism os con ser pobre o rico, fam oso o hum ilde, hom bre o esposa, héroe o villano. En
realidad no im port a m ucho qué part e ust edes est án j ugando. Mient ras ust edes se sient an
uno con el act or de la escena, la dualidad aún t endrá fuert e asidero en ust edes.
Est o no est á m al por supuest o. En ciert o sent ido se pensó que fuese de esa m anera. Se
quiso que ust edes olviden su verdadero ser. Para experim ent ar t odos los aspect os de la
dualidad, se t uvo la int ención de que ust edes reduj eran su conciencia a un papel
part icular en el Dram a de la vida en la t ierra.
Y ust edes j ugaron bien. Ust edes quedaron t an at rapados en sus roles que olvidaron
com plet am ent e la aspiración y el propósit o de em pezar a ir a t ravés de est e ciclo de
vidas. Ust edes se olvidaron t ant o de ust edes m ism os que t om aron los j uegos y dram as
de la dualidad com o la única realidad exist ent e. Al final, est o los vuelve m uy solit arios y
llenos de m iedo. No es sorprendent e, ya que el verdadero j uego de la dualidad, com o se
apunt ó en la sección ant erior, est á basado en elem ent os de ignorancia y m iedo.

Para com prender los t rabaj os de la dualidad en su vida diaria, nos gust aría m encionar
algunos rasgos t ípicos del j uego de la dualidad.

Caract eríst icas del Juego de la Dualidad

1) Sus vidas em ocionales son esencialm ent e inest ables.


No est á present e un ancla em ocional, ya que ust edes siem pre est án en la posición
de “ arriba” o “ abaj o” de un m odo part icular. Ust edes son iracundos o indulgent es,
int olerant es o generosos, depresivos o ent usiast as, felices o t rist es. Sus em ociones
fluct úan perm anent em ent e ent re los ext rem os. Ust edes creen t ener solo un lim it ado
cont rol sobre ést as fluct uaciones.

2) Est án int ensam ent e involucrados con el m undo ext erno.


Es m uy im port ant e para ust edes el m odo en que los j uzgan las ot ras personas. Su
aut oest im a depende de lo que el m undo ext erno ( sociedad o sus seres queridos) les
reflej an a cerca de quiénes son ust edes. Est án t rat ando de cum plir sus est ándares
de correct o o incorrect o. Lo est án haciendo m uy bien.

3) Tienen m arcadas opiniones a cerca de qué es bueno y qué es m alo.

El hecho de j uzgar les da un sent im ient o de seguridad. La vida est á t an bien organizada
cuando se dividen las acciones, pensam ient os o personas dent ro de correct o o incorrect o.

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Trabaj adores de la Luz - La Nueva Tierra I

Es com ún a t odas est as caract eríst icas que en t odo lo que hacen o sient en ust edes
realm ent e no est án ahí. Su conciencia reside en las capas ext ernas de su ser, donde es
conducida por m odelos de pensam ient o y com port am ient o orient ados por el m iedo.
Perm ít anos nuevam ent e dar un ej em plo. Si ust edes acost um bran est ar lindos y
agradables t odo el t iem po, est án exhibiendo un m odelo de com port am ient o que no nace
de su ser int erior. En realidad ust edes est án suprim iendo señales desde su part e m ás
int erna. Est án t rat ando de cum plir con las expect at ivas de algún ot ro, con m ot ivo de no
perder su am or, adm iración o cuidado. Est án reaccionando por m iedo. Se est án lim it ando
a ust edes m ism os en sus expresiones. La parte de ust edes que no es expresada vivirá de
t odos m odos su propia vida escondida de sí m ism a, creando insat isfacción y agot am ient o
en su ser. Tiene que haber ira e irrit ación present e en ust edes, de lo cual nadie es
conscient e, ¡ni siquiera ust edes!

El m odo de salir de est e est ado de abnegación es est ablecer cont act o con las part es
suprim idas y escondidas dent ro de ust edes.

Hacer cont act o con las part es suprim idas y escondidas dent ro de ust edes no es difícil, en
el sent ido de requerir habilidades part iculares o conocim ient o para lograrlo. No hagan
que el ‘ir hacia dent ro’ sea un proceso difícil que ot ros t engan que enseñarles o hacer por
ust edes. Ust edes pueden hacerlo por sí m ism os y hallarán las propias m aneras de
hacerlo. Mot ivación e int ención son m ucho m ás im port ant es que “ habilidades” y
“ m ét odos” . Si ust edes realm ent e int ent an conocerse a ust edes m ism os, si est án
decididos a ir profundo adent ro y cam biar los pensam ient os t em erosos y em ociones que
bloquean sus cam inos a una vida com plet a y feliz, ust edes lo lograrán, a t ravés del
m ét odo que sea.

Habiendo dicho lo ant erior, nos gust aría ofrecer una sim ple visualización sim bólica la cual
los puede ayudar a lograr est ar en cont act o con sus em ociones.

Tom en un m om ent o para relaj ar los m úsculos en sus hom bros y cuello, siént ense
derechos y coloquen sus pies planos sobre el piso. Respiren profundo.
I m agínense a ust edes m ism os cam inando por un sendero baj o un cielo azul am pliam ent e
abiert o. Sient en los sonidos de la nat uraleza y sient en el vient o a t ravés de su cabello.
Est án libres y felices. Más adelant e en el cam ino, de pront o ven a varios niños corriendo
hacia ust ed. Se est án acercando a ust ed. ¿Cóm o responde su corazón a est a visión?
Luego los niños est án frent e a ust ed. ¿Cuánt os hay? ¿Cóm o se ven? ¿Son niños, niñas, o
am bos? Ust ed les dice hola a t odos. Dígales cuán feliz se sient e de verlos. Luego ust ed se
dirige a uno de esos niños en part icular. Ést e lo est á m irando a los oj os. El o Ella t iene un
m ensaj e para ust ed. Est á escrit o en los oj os del niño. ¿Puede leerlo? ¿Qué es lo que
quiere decirle? Le est á ent regando una energía que ust ed necesit a j ust o ahora. Nom bre
la energía que est e niño int erior ha venido a t raerle, y no la j uzgue. Sim plem ent e
agradezca a él o a ella, y luego libere la im agen.
Sient an la t ierra firm em ent e baj o sus pies ot ra vez y respiren profundam ent e por un
inst ant e. Ust edes en est e m om ent o se han conect ado con una part e escondida de
ust edes m ism os. Pueden regresar a est a escena t odas las veces que quieran, y t al vez
hablar con los ot ros niños t am bién.

Yendo hacia dent ro, y est ableciendo cont act o con las part es escondidas y suprim idas de
ust edes m ism os, se est án volviendo m ás present es. Su conciencia se est á elevando
sobre los m odelos de pensam ient o y com port am ient o m ot ivados por el m iedo, que
ust edes han dado por supuest o por t ant o t iem po. Est án t om ando responsabilidad por sí
m ism o. Se hacen cargo de la pena, enoj o y herida int erna, com o un padre se hace cargo
de sus hij os. Describirem os est e proceso con m ucho m ás det alle en ot ro m om ent o. ( Ver
Trabaj adores de la Luz I I I ) .

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Trabaj adores de la Luz - La Nueva Tierra I

Caract eríst icas de la dualidad liberada

1) Escuchan el lenguaj e de su alm a, la cual les habla a t ravés de sus em ociones.

2) Act úan basándose en est e lenguaj e y crean los cam bios que su alm a desea realizar.

3) Valoran el t iem po en que est án com plet am ent e solos, ya que sólo en silencio
ust edes pueden oír los susurros de su alm a.

4) Cuest ionan la aut oridad de los m odelos de pensam ient o o reglas de com port am ient o
las cuales bloquean la libre expresión de su verdadera inspiración y aspiración.

El punto decisivo en dejar ir la dualidad


Su ciclo de vidas t errest re llega a una conclusión cuando su conciencia es capaz de
sost ener t odas las experiencias de la dualidad en sus m anos, m ient ras perm anecen
cent rados y com plet am ent e present es. En cuant o ust edes se ident ifiquen con un aspect o
de la dualidad m ás que con ot ro ( con luz com o opuest o a la oscuridad, con rico com o
opuest o a pobre, et c., et c.) , su conciencia est á en un colum pio. El karm a no es nada m ás
que el nat ural arm onizador del colum pio en el que se encuent ra su conciencia. Ust edes
liberan sus at aduras al ciclo kárm ico cuando su conciencia encuent ra su punt o de anclaj e
en el cent ro inm óvil del colum pio.

Est e cent ro es el punt o de salida del ciclo kárm ico. Los t onos de sent im ient os
predom inant es en est e cent ro son t ranquilidad, com pasión y t ot al alegría. Los filósofos
griegos t uvieron prem oniciones de est e est ado al cual llam aron at araxia:
im pert urbabilidad.
Juicio y m iedo son las energías que m ás los sacan de est e cent ro.
A m edida que liberen ést as energías m ás y m ás, se volverán m ás serenos y abiert os por
dent ro. Ust edes realm ent e ent ran a ot ro m undo, a ot ro plano de conciencia.
Est o se m anifest ará en su m undo ext erno. Frecuent em ent e será un t iem po de cam bio y
de decirle adiós a aspect os de su vida que ya no los reflej an m ás a USTEDES. Grandes
cat aclism os pueden ocurrir en las áreas de relaciones y t rabaj o. Muy probablem ent e,
t oda su form a de vida se vuelva pat as para arriba. Est o sólo es nat ural, desde nuest ra
perspect iva, ya que los cam bios int ernos siem pre son precursores de cam bios en su
m undo ext erior. Su conciencia crea la realidad m at erial en la cual ust edes habit an.
Siem pre es de est e m odo.

La liberación del am arre a la dualidad lleva t iem po. El desenm arañar t odas las capas de
oscuridad ( inconsciencia) es un proceso gradual. Sin em bargo, una vez que ust edes
em prenden est e cam ino, el cam ino hacia el Sí Mism o int erior, se dist ancian lent am ent e
del j uego de la dualidad. Cuando prueben el verdadero significado de ‘at araxia’, habrán
llegado al punt o decisivo. Cuando hayan sent ido el silencio, plenos de alegría por
sim plem ent e est ar con ust edes m ism os, sabrán que est o es lo que han est ado buscando
por t ant o t iem po. Ust edes irán hacia dent ro, una y ot ra vez, para experim ent ar est a paz
int erior.
Ust edes no huirán de los placeres m undanos. Pero habrán hallado un ancla de divinidad
dent ro de ust edes m ism os, y experim ent arán el m undo y t odas sus bellezas desde est e
est ado de dicha.
La dicha nunca se haya en est ar con cosas m at eriales. Ést a reside en el m odo en que

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Trabaj adores de la Luz - La Nueva Tierra I

ust edes las experim ent an.


Cuando hay paz y alegría en su corazón, las cosas y personas que encuent ren les darán
paz y alegría.

En est os días y época, un ciert o núm ero de alm as est án preparándose para baj arse del
ciclo kárm ico. Hablarem os profundam ent e acerca de ést e grupo en las próxim as
sesiones. ( Trabaj adores de la Luz I , I I , I I I ) .
Sin em bargo, no es solam ent e un grupo de alm as hum anas las que ahora alcanzan el
final de un ciclo personal t ransform at ivo. La t ierra com plet a en la que ust edes viven est á
llevando a cabo una profunda y com plet a t ransform ación. Tam bién est á llegando a su fin
un ciclo planet ario.

Est a era es t an especial debido a la coincidencia de est os dos ciclos.

Ahora hablarem os acerca del ciclo planet ario.

Cont inuará en La Nueva Tierra ( I I )

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Trabaj adores de la Luz - La Nueva Tierra I I

La Nueva Tierra II

El ciclo planetario
Todo lo que es, evoluciona en Ciclos, ya sean planet as o hum anos.
El hecho de baj arse del ciclo kárm ico en un det erm inado t iem po no es una excepción
para ( grupos de) alm as individuales. Lo que hace especial a est a era, sin em bargo, es
que la t ierra m ism a est á com plet ando un m ayor ciclo kárm ico. La t ierra est á involucrada
en una t ransform ación int erna lo cual dará com o result ado un nuevo t ipo de conciencia
en su ser com o planet a. Sin im port ar en qué punt o est én las alm as individuales dent ro
de su propio ciclo, el proceso de t ransform ación de la t ierra, las afect ará.
La t ierra es su hogar. Com paren est o con la casa en la que ust edes viven. I m aginen que
est á siendo reconst ruida. Est o afect aría m ucho su vida diaria. Dependiendo del est ado de
su m ent e, experim ent arán est o com o un cam bio bienvenido o com o un event o
desordenado y m olest o. Si ust edes est aban planeando e int eresados en reconst ruir su
casa de t odos m odos, ust edes est arían ‘sincronizados’ con los cam bios y podrían seguir la
corrient e. El proceso de t ransform ación de la t ierra va a sost ener y aum ent ar sus
procesos de t ransform ación personales. Si ust edes t odavía no quieren reconst ruir su casa
para nada, se sent irán frust rados por el caos alrededor de ust edes. Los cam bios int ernos
de la t ierra los desequilibrarán. Para aquellos que dan la bienvenida a los cam bios
int ernos de su planet a t ierra, est os serán t iem pos ext rem adam ent e poderosos. Ust edes
serán elevados por la corrient e de Luz que act ualm ent e est á inundando su universo.

Act ualm ent e, la t ierra casi se quiebra debaj o de la carga kárm ica de la hum anidad. La
negat ividad y la violencia que se esparce desde ést a carga kárm ica, form a una clase de
desecho energét ico que la Tierra apenas es capaz de procesar ( neut ralizar e int egrar) .
Enfoquen su conciencia por un m om ent o en el corazón de la t ierra. Reláj ense y
enfóquense.....¿pueden sent ir algo ahí? ¿Pueden sent ir cóm o la t ierra se desgarra? ; hay
dem asiada violencia sobre ella. La t ierra est á sint iendo im pot encia y resist encia al m ism o
t iem po. Ella est á al borde de crear una nueva base para su ser. La t ierra va a liberar las
energías de lucha, com pet ición y dram a: en niveles int ernos y ext ernos. La nueva base
que se est á esbozando dent ro de ella es la energía del corazón, la energía de equilibrio y
conexión: la energía Críst ica vivient e.

La t ierra, exact am ent e igual que la hum anidad, est á im plicada en una experiencia de
aprendizaj e. Exact am ent e igual que la hum anidad, su conciencia est á evolucionando y
t ransform ándose a sí m ism a. Com o sucedió con la hum anidad, su viaj e com enzó desde
un ciert o t ipo de ignorancia o inconsciencia acerca de su propio ser.
La t ierra alguna vez fue un ‘planet a oscuro’, que absorbió o t ragó las energías que la
rodeaban. Ella t om aba las energías o seres que encont raba y los asim ilaba
com plet am ent e: ella les quit aba su singularidad y en ciert o sent ido los ‘m at aba’. Est o
surgía de su deseo de expansión. La t ierra de algún m odo sent ía una falt a o insuficiencia
dent ro de ella, que int erpret aba com o una necesidad de conquist ar o asim ilar ot ras
energías. Ya que la t ierra no daba nada a cam bio a est as energías, no había en realidad
una int eracción ent re ellos. Era un proceso m ort al y silencioso.

En un ciert o t iem po, la t ierra se dio cuent a de que ést e proceso no la sat isfacía m ás. Ella
sint ió que algo falt aba en est e m odo de alim ent arse a sí m ism a. Su sensación de
insuficiencia no era aliviado por ést e.
Su im pulso a expandirse no se sat isfacía m at ando energías.
En ese m om ent o, dent ro de la conciencia de la t ierra nació el deseo de vivencias, de
Vida. La t ierra no fue com plet am ent e conscient e de est o. Ella sólo supo que quería algo

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Trabaj adores de la Luz - La Nueva Tierra I I

m ás, algo nuevo, una clase de int eracción con ot ras energías que no t erm inaran con la
reducción de aquellas energías en energía t errest re. Dent ro de la conciencia t errest re se
creó un espacio para la experiencia de algo diferent e a ella m ism a.
Energét icam ent e est o significa el com ienzo de la vida en la t ierra.
Es una ley cósm ica que t odos los deseos profundam ent e sent idos finalm ent e crearán los
m edios para su realización. Los deseos, que esencialm ent e son una m ezcla de
pensam ient o y sent im ient o, son energías creat ivas. Est o se sost iene para planet as t ant o
com o para personas. Dent ro de la t ierra com o un planet a había asom ado un anhelo, un
anhelo de experim ent ar la vida. Un anhelo de preservar y apreciar la vida, en lugar de
dest ruirla.
Y así sucedió.
Cuando la vida llegó a la t ierra, la t ierra m ism a com enzó a florecer. Ella ent ró en un
nuevo dom inio de experiencias, que la colm ó con una sensación de sorpresa y
sat isfacción. Ella se sorprendió de que aquel sim ple anhelo, aquella necesidad apenas
percibida, pudiera t raer t an grandes y nuevos desarrollos.
Sobre la t ierra se desplegó un gran experim ent o de form as de vida. Muchas form as de
vida fueron inducidas a m anifest arse sobre la t ierra y a experim ent ar con las energías
present es. La t ierra se volvió un nuevo lugar de procreación. Hubo libert ad para explorar
nuevos cam inos, nuevas posibilidades. Fue y aún lo es libre albedrío para t odas las
criat uras.

Con la creación de la vida, la t ierra y las criat uras vivient es en ella, com enzaron a seguir
una ciert a línea de desarrollo int erior. Est e cam ino de experiencia t uvo su propio t em a
cent ral: el equilibrio ent re dar y recibir.
Al nivel int erior de conciencia, la t ierra había luchado por eones de t iem po para encont rar
el equilibrio indicado ent re dar y recibir. Com o planet a, la t ierra da y recibe vida. En el
‘período oscuro’ de la t ierra, la et apa en la cual ella absorbía y liquidaba energías, el
acent o fuert e est uvo en ‘recibir’.
Act ualm ent e, ella se ha inclinado hacia el ot ro ext rem o: dando hast a el lím it e de lo que
puede dar.
La t ierra ha t olerado violencia y explot ación por la hum anidad por m ucho t iem po, porque
est o fue en algún sent ido apt o karm icam ent e. La t ierra t uvo que explorar el ot ro lado de
poder y opresión. Sus acciones com o ofensor incit aron la experiencia opuest a de ser
víct im a, com o un boom erang. Así es com o funciona el karm a. No es una cuest ión de
cast igo. Para realm ent e ent ender y t erm inar con el t em a del poder, ust edes t ienen que
experim ent ar am bos lados del m ism o. Con cualquiera que ust edes peleen o quieran
infligir poder sobre él, ust edes t endrán que encont rarse nuevam ent e, com o víct im a u
ofensor, hast a que ust edes reconozcan que am bos son UNO, am bas part es de una
energía divina.
Ent onces, la despiadada explot ación de la t ierra en est os t iem pos es, en algún sent ido,
karm icam ent e adecuada, ya que ha provist o a la t ierra de una oport unidad para llegar a
un com plet o ent endim ient o del equilibrio ent re dar y recibir.

De t odos m odos, los lím it es dent ro de los cuales el desacat o y la explot ación son
karm icam ent e adecuados son t om ados en cuent a. La t ierra ha alcanzado su
ent endim ient o del equilibrio y est á com plet ando su ciclo kárm ico de conciencia. Ella ha
logrado ahora un nivel de am or y conciencia que no t olerará el abuso hum ano por m ucho
m ás. Est e nivel de conciencia hará que ella at raiga energías de la m ism a m ent alidad, las
cuales saboreen arm onía y respet o, y repelerá energías con int enciones dest ruct ivas.
Ha llegado el t iem po para un nuevo equilibrio ent re dar y recibir. En la “ nueva t ierra” ,
habrá paz y arm onía ent re el planet a t ierra y t odos los que vivan en ella: hom bre, plant a
y anim al. La arm onía y conexión sincera ent re t odos los seres será una fuent e de gran
alegría y creat ividad.
La t ransición desde la viej a t ierra hacia la nueva t ierra es un proceso que no est á fij o en
t iem po y caract eríst icas. Depende m ás de las elecciones hechas por la hum anidad, de las
elecciones hechas en est e m om ent o por t odos ust edes com o individuos.
Muchas predicciones se han hecho y se hacen acerca de est e t iem po de t ransición. El

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Trabaj adores de la Luz - La Nueva Tierra I I

hacer t ales predicciones siem pre es una cuest ión dudosa. Lo im port ant e es que: su
realidad m at erialm ent e visible es una m anifest ación de sus est ados int ernos, colect ivos
de conciencia. La conciencia es, com o lo expusim os al com ienzo ( ver La Nueva Tierra I ) ,
libre y creat iva. En t odo m om ent o, ust edes pueden decidir cam biar su fut uro pensando y
sint iendo diferent e. Ust edes t ienen poder sobre sus pensam ient os y sent im ient os. En
t odo m om ent o, ust edes pueden decir ‘no’ a los pensam ient os o sent im ient os rest rict ivos
y dest ruct ivos. Est o cuent a para ust edes, com o individuos, pero t am bién sirve para
grandes grupos de personas.
Cuando un considerable grupo de individuos elige libert ad y am or, sobre el odio a sí
m ism os y la dest rucción, ent onces est o se m anifest ará por sí m ism o en la realidad
m at erial. La t ierra reaccionará a eso. Ella es sensible a lo que t iene lugar dent ro de las
personas. Ella responde a sus m ovim ient os int ernos.
Con est o, quisiéram os recalcar, que nadie, ni siquiera ‘de nuest ro lado’, es capaz de
realizar predicciones precisas acerca del m odo en que la Nueva Tierra nacerá.
Queda claro, de t odos m odos, que el grupo de alm as que ahora est án com plet ando su
ciclo kárm ico ( ver La Nueva Tierra I ) est á est recham ent e conect ado energét icam ent e a la
Nueva Tierra. Est as personas, quienes frecuent em ent e se sient en profundam ent e
conect adas a los ideales incluidos en la Nueva Tierra, t endrán herm osas oport unidades
de crecim ient o y liberación, debido a la coincidencia de los ciclos planet arios y
personales.

En nuest ra próxim a serie de lect ura, la serie de los Trabaj adores de la Luz
( Ligt hworkers) , hablarem os acerca de est e grupo de alm as en part icular. Ellos
generalm ent e son llam ados Trabaj adores de la Luz, y nosot ros t am bién usarem os ese
nom bre. Sus razones para encarnar durant e est a época de t ransición no son casuales.
Ellos est án profundam ent e conect ados con la hist oria de la t ierra. En nuest ras próxim as
series, describirem os los rasgos psicológicos que poseen la m ayoría de los Trabaj adores
de la Luz. Hablarem os acerca de su hist oria, sus raíces galáct icas y su m isión en la t ierra.
Discut irem os en det alle las et apas de crecim ient o int erior que est án involucradas en la
liberación de uno m ism o del ciclo kárm ico.

- 16-
Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I

Trabajadores de la Luz I

La identidad de los Trabajadores de la Luz


Los Trabaj adores de la Luz son alm as que llevan el fuert e deseo int erior de esparcir Luz
( conocim ient o, libert ad, y am or) sobre la t ierra. Ellos sient en est o com o su m isión. A
m enudo se ven at raídos hacia la espirit ualidad y hacia alguna clase de t rabaj o
t erapéut ico.
Debido a su profundo sent im ient o de m isión, los t rabaj adores de la luz suelen sent irse
diferent es de ot ras personas. Al experim ent ar diferent es clases de obst áculos en sus
cam inos, la vida los provoca a encont rar su propio, único cam ino. Los t rabaj adores de la
luz casi siem pre son individuos solit arios, que no se adapt an a est ruct uras sociales
est ablecidas.

Una observación en el concepto de ‘trabajador de la luz’


El nom bre ‘t rabaj ador de la luz’ puede provocar m alent endidos, ya que ést e eleva a un
grupo part icular de alm as del rest o. Adem ás, puede llegar a sugerir que est e grupo
part icular es de algún m odo superior a los ot ros, por ej em plo a aquellos ‘no t rabaj adores
de la luz’. Est a línea com plet a de pensam ient o no est á de acuerdo con la verdadera
nat uraleza e int ención del t rabaj o de la luz. Perm ít anos est ablecer brevem ent e qué est á
m al con est o.
Prim ero, las pret ensiones de superioridad generalm ent e no son ilum inadas. Ellas
bloquean su crecim ient o hacia una libre y am orosa conciencia. Segundo, los Trabaj adores
de la Luz no son ‘m ej ores’ o ‘superiores’ que cualquier ot ro. Ellos sim plem ent e t ienen una
hist oria diferent e que la de los ot ros que no pert enecen a est e grupo. Debido a est a
part icular hist oria, que discut irem os m ás adelant e, ellos t ienen ciert as caract eríst icas
psicológicas que los dist inguen com o a un grupo.
Tercero, cada alm a llega a ser un t rabaj ador de la luz en det erm inada et apa de su
desarrollo, por lo t ant o la calificación ‘t rabaj ador de la luz ( light worker) ’ no est á
reservada para un núm ero lim it ado de alm as.

La razón por la cual ut ilizam os la frase “ t rabaj ador de la luz “ ( light worker) ( a pesar de los
posibles m alent endidos) es porque ést a t rae asociaciones y rem ueve m em orias dent ro de
ust edes que los ayuda a recordar. Tam bién hay una conveniencia práct ica en ella, ya
que est e t érm ino es frecuent em ent e ut ilizado en su lit erat ura espirit ual corrient e.

Raíces históricas de los Trabajadores de la Luz


Los t rabaj adores de la Luz llevan con ellos la habilidad de alcanzar el despert ar espirit ual
m ás rápidam ent e que ot ras personas. Ellos llevan sem illas int ernas para un rápido
despert ar espirit ual. Debido a est o, ellos parecen est ar en una vía m ás rápida que la
m ayoría de la gent e, si ellos así lo eligen. Est o, ot ra vez, no es porque los t rabaj adores
de la luz sean en ningún m odo alm as ‘m ej ores’ o ‘superiores’. Sin em bargo, ellos son
m ás viej os que la m ayoría de las alm as encarnadas en la t ierra act ualm ent e. Est a edad
m ás viej a debería preferent em ent e ent enderse en t érm inos de ’experiencia’, m ás que en
‘t iem po’.
Los t rabaj adores de la luz han alcanzado un est adio part icular de ilum inación, ant es de
que encarnaran en la t ierra y com enzaran su m isión. Ellos conscient em ent e eligieron
llegar a est ar arraigados en la ‘rueda kárm ica de la vida’ y experim ent ar t odas las form as

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I

de confusión e ilusión que exist en en ella.


Ellos hicieron est o con m ot ivos de com prender com plet am ent e ‘la experiencia de la
t ierra’. Est o les perm it irá a ellos cum plir su m isión. Sólo yendo ellos m ism os a t ravés de
t odos los est ados de ignorancia e ilusión, poseerán ellos finalm ent e las herram ient as
para ayudar a ot ros a alcanzar un est ado de verdadera felicidad e ilum inación.

¿Por qué los t rabaj adores de la luz siguen est a genuina m isión de ayudar a la
hum anidad, corriendo el riesgo, de est e m odo, de perderse a ellos m ism os por años en la
densidad y confusión de la vida t errest re? Ést a es una pregunt a que t rat arem os
ext ensam ent e m ás adelant e. Ahora direm os que est o t iene que ver con un t ipo de karm a
galáct ico.
Los t rabaj adores de la luz presenciaron la víspera del nacim ient o de la hum anidad en la
t ierra. Ellos form aron part e de la creación del hom bre. Ellos fueron co- creadores de la
hum anidad. En el proceso de creación, t om aron decisiones y act uaron de m aneras por
las cuales m ás t arde t uvieron profundos rem ordim ient os. Ellos est án aquí ahora para
resarcir sus decisiones de aquél ent onces.
Ant es de ent rar en ést a part icular hist oria, nom brarem os algunas caract eríst icas de las
alm as t rabaj adoras de la luz, que generalm ent e los dist inguen de ot ras personas. Est os
rasgos psicológicos no pert enecen exclusivam ent e a los t rabaj adores de la luz, y no t odos
los t rabaj adores de la luz reconocerán t odos ellos com o propios. Al det allar est a list a,
sim plem ent e querem os dar un perfil a la ident idad psicológica de los t rabaj adores de la
luz. Al considerar las caract eríst icas, el com port am ient o ext erior es de m enor im port ancia
que las m ot ivaciones int ernas o int enciones sent idas. Lo que ust edes sient en por dent ro
es m ás im port ant e que lo que ust edes m uest ran afuera.

Características psicológicas de los Trabajadores de la Luz


- Desde t em prano en sus vidas, ellos sient en que son diferent es. Muy frecuent em ent e
se sient en aislados de los ot ros, solit arios y no com prendidos. Ellos a m enudo se
vuelven individualist as, y t endrán que encont rar sus propios únicos cam inos en la
vida.

- Tienen problem as con sent irse cóm odos dent ro de los t rabaj os t radicionales y/ o
est ruct uras organizat ivas.
Los t rabaj adores de la luz son nat uralm ent e ant i- aut orit arios, lo cual significa que
ellos nat uralm ent e se resist en a las decisiones o valores basados solam ent e en poder
o j erarquía. Est e rasgo de ant i- aut orit arism o est á present e incluso si ellos parecen
t ím idos y vergonzosos. Est o est á conect ado a la verdadera esencia de su m isión aquí
en la t ierra.

- Los t rabaj adores de la luz se sient en at raídos a ayudar a las personas, ya sea com o
t erapeut a o com o profesor. Ellos pueden ser psicólogos, sanadores, m aest ros,
enferm eros, et c. I ncluso si su profesión no est á direct am ent e relacionada con ayudar
a personas, sus int enciones de cont ribuir al m ás alt o bienest ar de la hum anidad est á
claram ent e present e.

- Su visión de la vida est á m at izada por un sent ido espirit ual de cóm o t odas las cosas
est án relacionadas unas con ot ras. Ellos conscient e o inconscient em ent e llevan
m em orias dent ro de ellos de esferas de luz no t errest res. Ellos pueden –
ocasionalm ent e- sent ir añoranza por est as esferas y sent irse com o un ext raño en la
t ierra.

- Honran y respet an la vida profundam ent e, lo cual a m enudo se m anifiest a com o una
afición por los anim ales y una preocupación por el m edioam bient e. La dest rucción de
part es del reino anim al o veget al en la t ierra por los act os del hom bre evoca en ellos
profundos sent im ient os de pérdida y aflicción.

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I

- Son bondadosos, sensibles y em pát icos. Pueden sent irse incóm odos al enfrent arse
con un com port am ient o agresivo y generalm ent e experim ent an dificult ades en
defenderse ellos m ism os. Pueden ser dist raídos, ingenuos o profundam ent e idealist as,
así com o t am bién no est ar suficient em ent e arraigados, por ej ., no t ener los pies
sobre la t ierra. Debido a que fácilm ent e capt an sent im ient os y hum ores ( negat ivos)
de las personas que los rodean, es im portant e para ellos est ar solos un t iem po
regularm ent e. Est o les perm it e dist inguir ent re sus propios sent im ient os y los de las
ot ras personas. Necesit an m om ent os de soledad para t ocar base con ellos m ism os y
con la m adre t ierra.

- Han vivido m uchas vidas en la t ierra en las cuales est uvieron profundam ent e
involucrados con la espirit ualidad y/ o religión. Ellos est uvieron present es en núm eros
abrum adores en las viej as órdenes religiosas de su pasado, com o m onj es, m onj as,
erm it años, psíquicos, bruj as, cham anes, sacerdot es, sacerdot isas, et c. Ellos fueron
aquellos que proveyeron de un puent e ent re lo visible y lo invisible, ent re el cont ext o
diario de la vida t errest re y los reinos m ist eriosos del m ás allá, de Dios y los espírit us
del bien y el m al. Por cum plir est e papel, a m enudo fueron rechazados y perseguidos.
Muchos de ust edes fueron sent enciados y est acados por los dones que poseían. Los
t raum as de las persecuciones dej aron profundas m arcas dent ro de la m em oria de sus
alm as. Est o puede m anifest arse act ualm ent e com o un t em or a est ar com plet am ent e
arraigado, por ej . un t em or a est ar realm ent e present e, porque ust edes recuerdan ser
brut alm ent e at acados por ser quienes ust edes eran.

Perderse: el peligro de los trabajadores de la luz


Los t rabaj adores de la luz pueden est ar at rapados en los m ism os est ados de ignorancia e
ilusión com o cualquier ot ro.
Aunque ellos com ienzan desde un punt o diferent e de part ida, sus capacidades para
rom per con el m iedo y la ilusión con el obj et o de alcanzar la ilum inación pueden ser
bloqueadas por m uchos fact ores. ( Por ilum inación querem os decir el est ado del ser en el
cual ust edes com prenden que son esencialm ent e de Luz, capaces de elegir la luz en
cualquier m om ent o) .
Uno de los fact ores que se hallan int errum piendo el cam ino a la ilum inación para los
t rabaj adores de la luz es el hecho de que ellos llevan una pesada carga kárm ica, la cual a
veces puede llevarlos a ext raviarse por bast ant e t iem po. Com o aclaram os ant es, est a
carga kárm ica est á relacionada con decisiones que ellos alguna vez t om aron con relación
a la hum anidad en sus et apas infant iles. Est as decisiones fueron esencialm ent e
irrespet uosas de la vida ( hablarem os de est o después en est e capít ulo) . Todos los
t rabaj adores de la luz que viven ahora desean corregir algunos de sus errores pasados y
recuperar y apreciar lo que ha sido dest ruido a causa de ello.
Cuando los t rabaj adores de la luz hayan com plet ado su cam ino a t ravés de la carga
kárm ica, lo cual significa liberar cualquier t ipo de necesidad de poder, ellos
com prenderán que son esencialm ent e seres de luz. Est o les perm it irá a ellos ayudar a
ot ras personas a hallar su propio verdadero ser. Pero ant es ellos deben pasar por ese
proceso por ellos m ism os. Est o generalm ent e exige gran det erm inación y perseverancia
en el nivel int erno.
Debido a los valores y j uicios alim ent ados en ellos por la sociedad, que a m enudo van en
cont ra de sus propios im pulsos nat urales, m uchos t rabaj adores de la luz se han perdido,
t erm inando en est ados de desconfianza en sí m ism os, abnegación e incluso depresión y
desesperanza Est o es porque ellos no se adapt an al orden est ablecido de las cosas y
ellos concluyen que algo debe andar t erriblem ent e m al en ellos.
Lo que los t rabaj adores de la luz t ienen que hacer llegados a est e punt o es dej ar de
buscar ser valorados desde afuera, por los padres, am igos o por la sociedad. En algún

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I

m om ent o, ust edes ( quienes est án leyendo est o) t endrán que dar el salt o a la verdadera
habilit ación, lo cual significa realm ent e creer en ust edes m ism os y verdaderam ent e hacer
honor de sus inclinaciones nat urales y de su conocim ient o int erior y act uar basándose en
ellos.
Los invit am os a hacer eso m ism o, y les aseguram os que nosot ros est arem os con ust edes
en cada et apa del cam ino – exact am ent e com o ust edes, en un fut uro no lej ano, est arán
ahí para ayudar a ot ros en su cam ino.

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I

Trabajadores de la Luz II
El nacimiento del alma

Las alm as de los t rabaj adores de la luz nacieron m ucho ant es de que surgieran la t ierra y
la hum anidad.
Las alm as nacen por oleadas. En ciert o sent ido las alm as son et ernas, sin com ienzo y sin
fin. Pero en ot ro sent ido, ellas nacen en un ciert o punt o. Es en est e punt o cuando sus
conciencias alcanzan un sent ido de individualidad propia. Ant es de est e punt o, ellas ya
est án ahí, com o una posibilidad. Aún no hay conciencia de yo y ot ro.
La conciencia de ‘yo’ aparece cuando de algún m odo se t raza una línea de dem arcación
ent re grupos de energías. Tenem os que volver a las m et áforas para poder explicar est o.
Piensen por un m om ent o en el océano e im aginen que ést e es un enorm e cam po de
energías fluyendo: corrient es que se m ezclan y se separan const ant em ent e. I m aginen
que una conciencia difusa se ext iende por t odo el océano. Llám enlo el océano espirit ual si
lo prefieren. Luego de un t iem po, en ciert os lugares del océano em ergen concent raciones
de conciencia. La conciencia aquí est á m ás focalizada: m enos difusa que en su ent orno
direct o. En t odo el océano, hay una diferenciación progresiva, la cual lleva al desarrollo
de form as t ransparent es dent ro del océano. Ést as form as, las cuales son punt os
focalizados de conciencia, se m ueven independient em ent e del ent orno. Ellas se
experim ent an a sí m ism as com o form as diferent es al océano ( espírit u) . Lo que ocurre
luego aquí es el nacim ient o de un sent ido rudim ent ario de sí m ism o o de propia
conciencia.

¿Por qué los punt os folcalizados de conciencia em ergen en algunas part es del océano
m ás que en ot ras? Est o es m uy difícil de explicar. ¿Pueden sent ir, de t odos m odos, que
hay algo m uy nat ural en est e procedim ient o? Cuando ust edes arroj an sem illas sobre una
cam a de t ierra, ust edes not arán que las pequeñas plant as que brot an, crecerán cada una
a su propio rit m o. Una no crecerá t an grande o t an fácilm ent e com o ot ra. Algunas no
crecerán para nada. Hay diferenciación a t ravés del cam po. ¿Por qué? La energía del
océano ( el océano espirit ual) int uit ivam ent e busca la m ej or expresión posible para t odas
sus m últ iples corrient es o capas de conciencia.

Durant e la form ación de punt os individuales de conciencia dent ro del océano, hay un
poder que t rabaj a sobre el océano desde afuera, o eso es lo que parece. Est e es el poder
de la divina inspiración, el cual puede ser concebido com o el aspect o m asculino de Aquel
que los ha creado a ust edes. Mient ras que el océano represent a el lado fem enino,
recept ivo, el aspect o m asculino puede ser visualizado com o rayos de luz, volcándose
dent ro del océano, lo cual increm ent a el proceso de diferenciación y de separación en
m asas individuales de conciencia. Ellos son com o los rayos de sol que ent ibian la cam a
de t ierra.
El océano y los rayos de luz j unt os form an una ent idad o ser que puede ser nom brado
com o arcángel. Es una energía arquet ípica con am bos aspect os m asculino y fem enino y
es una energía angélica que se m anifiest a o expresa a sí m ism a en ust edes. Volverem os
con la noción de arcángel m ás adelant e.

Luego de que el alm a nace, com o una unidad individual de conciencia, ella lent am ent e
abandona el est ado de unidad oceánica que ha sido su hogar por m ucho t iem po. Ella es
cada vez m ás conscient e de est ar separada y en lo suyo.
Con est a conciencia, aparece por prim era vez en su ser una sensación de pérdida o falt a.
Cuando ella se lanza en su cam ino de exploración com o una ent idad individual, acarreará
consigo un ciert o anhelo por la t ot alidad, un deseo de pert enecer a algo m ás grande que
ella m ism a. Bien en lo profundo, ella m ant endrá la m em oria de un est ado de conciencia

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I

en el cual t odo es uno, en el cual no exist e ‘yo’ y ‘ot ro’. Est o es lo que ella considera que
es el ‘hogar’: un est ado de est át ica unidad, un lugar de com plet a seguridad y fluidez.
Con est a m em oria ‘at rás en la m ent e’, ella com ienza su viaj e a t ravés de la realidad, a
t ravés de incont ables cam pos de experiencia y exploración int erna. La nueva alm a es
im pulsada por la curiosidad y t iene una gran necesidad de experiencia. Est e fue el
elem ent o que est aba ausent e en el est ado oceánico de unidad. Ahora el alm a es capaz de
explorar librem ent e t odo lo que desee.
Ella es libre de buscar la t ot alidad de t odas las m aneras posibles.

Dent ro del universo hay incont ables planos de realidad para explorar. La t ierra es
sim plem ent e uno de ellos, y uno que surgió relat ivam ent e t arde, hablando en una escala
cósm ica. Los planos de la realidad, o dim ensiones, siem pre se originan por necesidades
int eriores o deseos. Com o t odas las creaciones, son las m anifest aciones de visiones
int ernas y consideraciones. La t ierra fue creada desde un deseo int erno de colocar j unt os
elem ent os de diferent es realidades que chocaron unos con ot ros. Se quiso que la t ierra
fuese un crisol de fusión para un gran conj unt o de influencias. Explicarem os est o m ás
abaj o. Ahora es suficient e con decir que la t ierra llegó relat ivam ent e t arde en la et apa
cósm ica y que m uchas alm as han vivido m uchas vidas de exploración y desarrollo en
ot ros planos de realidad ( planet as, dim ensiones, sist em as est elares, et c.) , incluso ant es
de que la t ierra naciera.

Los t rabaj adores de la luz son alm as que han vivido m uchas, m uchas vidas en est os
ot ros planet as, ant es de que encarnaran alguna vez en la t ierra. Est o es lo que los
dist ingue a ellos de las ‘alm as t errest res’, com o podríam os llam arlas por m ot ivo de
conveniencia. Las alm as t errest res son alm as que encarnaron en cuerpos físicos en la
t ierra relat ivam ent e t em prano en su desarrollo com o unidades individualizadas de
conciencia. Se podría llegar a decir que ellas com enzaron su ciclo de vidas t errest res
cuando sus alm as est aban en sus et apas infantiles. Por aquél t iem po, los t rabaj adores de
la luz eran alm as ‘crecidas’. Ellas ya habían pasado por m uchas experiencias, y el t ipo de
relación que com part en con las alm as t errest res puede ser relacionada con aquella de
padres y niños.

El desarrollo de vida y conciencia en la tierra

En la t ierra, la evolución de las form as de vida est uvo est recham ent e ent relazada con el
desarrollo int erior de las alm as t errest res. Aunque ningún alm a est á ligada a un planet a
en part icular, se podría decir que las alm as t errest res son los nat ivos de su planet a. Est o
es porque su crecim ient o y expansión coinciden am pliam ent e con la proliferación de
form as de vida en la t ierra.
Cuando nacen unidades individuales de conciencia, ellas son sim ilares de algún m odo a
sim ples células físicas, t ant o en est ruct ura com o en posibilidad. Just am ent e com o las
células t ienen una est ruct ura relat ivam ent e sim ple, los m ovim ient os int ernos de una
conciencia recién nacida son t ransparent es. No se ha est ablecido m ucha diferenciación
aún. Hay un m undo de posibilidades a sus pies ( t ant o física com o espirit ualm ent e) . El
desarrollo de una form a recién nacida de conciencia hacia un t ipo de conciencia que es
int rospect iva y capaz de observar y reaccionar a su m edioam bient e, puede ser
burdam ent e com parado al desarrollo de un organism o unicelular hacia un organism o vivo
com plej o que int eract úa con su m edioam bient e de m últ iples m aneras.
Est am os aquí com parando el desarrollo de alm as conscient es con el desarrollo biológico
de la vida, y no lo hacem os sólo por usar una m et áfora. En realidad, el desarrollo
biológico de la vida com o t iene lugar en la t ierra debe ser vist o sobre la base de una
necesidad espirit ual de exploración y experiencia por part e de las alm as t errest res. Est a
necesidad o deseo de exploración es lo que llam ó a exist ir a la rica variedad de form as de
vida en la t ierra. Com o hem os dicho, la creación es siem pre el result ado de un
m ovim ient o int erno de conciencia. Aunque la t eoría de la evolución, com o act ualm ent e es
acept ada por su ciencia, en ciert o sent ido describe correct am ent e el desarrollo de form as

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I

de vida en su planet a, no cont em pla en absolut o el im pulso int erno, el m ot or ‘ocult o’


det rás de est e profundo proceso creat ivo. La proliferación de form as de vida en la t ierra
se debió a m ovim ient os int ernos a nivel del alm a. Com o siem pre, el espírit u precede y
crea la m at eria.

Al com ienzo, las alm as t errest res encarnaron en las form as físicas que m ej or se
adapt aban a su aún rudim ent ario sent ido de sí m ism o: organism os unicelulares. Luego
de un período de adquisición de experiencia e int egrando est o con su conciencia, asom ó
una necesidad de m edios m ás com plej os de expresión física. Así es com o fueron
im pulsadas a exist ir form as de vida m ás com plej as. La conciencia crea la form a física en
respuest a a necesidades int eriores y deseos de las alm as t errest res, cuya conciencia
colect iva habit ó prim eram ent e la t ierra.

La form ación de nuevas especies, y la encarnación de alm as t errest res en m iem bros
individuales de aquellas especies, represent an un gran experim ent o de vida y conciencia.
Aunque la evolución es dirigida por la conciencia ( no dirigida por accident e e incident e)
ést a no sigue una línea predet erm inada de desarrollo. Est o es porque la conciencia
m ism a es libre e im predecible.

Las alm as t errest res experim ent aron con t oda clase de form as anim ales de vida. Ellas
habit aron varios t ipos de cuerpos físicos en el reino anim al, pero no t odas ellas
experim ent aron la m ism a línea de desarrollo. El cam ino de desarrollo del alm a es m ucho
m ás fant ást ico y avent urero de lo que ust edes suponen. No hay leyes sobre o fuera de
ust edes. Ust edes son la ley para ust edes. Así, por ej em plo, si ust edes deciden
experim ent ar las form as de vida part iendo desde un m ono, ust edes pueden en algún
m om ent o encont rarse viviendo en un cuerpo de m ono, desde el nacim ient o en adelant e o
com o un visit ant e t em poral. El alm a, especialm ent e el alm a j oven, im plora por
experiencia y por expresión. Est o incit a a explorar la diversidad de las form as de vida
que em ergen en la t ierra.

Dent ro de est e gran experim ent o de vida, la aparición de la form a de vida hum ana m arcó
el com ienzo de una im port ant e et apa dent ro del desarrollo de la conciencia de alm a en la
t ierra. Ant es de explicar est o con gran det alle, discut irem os en prim er lugar los est adios
del desarrollo int erior del alm a.

Desarrollo de la conciencia: etapa infantil, madurez, ancianidad

Si observam os el desarrollo de la conciencia del alm a luego de nacer com o una unidad
individual, ést a pasa rudam ent e a t ravés de t res et apas int ernas. Est as et apas son
independient es del plano part icular de realidad ( planet a, dim ensión, sist em a est elar) que
la conciencia elige para poblar o experim ent ar.

• La et apa de la inocencia ( paraíso)


• La et apa del ego ( pecado)
• La et apa de la ‘segunda inocencia’ ( ilum inación)

Uno podría com parar m et afóricam ent e a est as et apas con la infancia, la m adurez y la
ancianidad.
Luego de que las alm as nacen com o unidades individuales de conciencia, ellas dej an la
et apa oceánica de unidad, la cual recuerdan com o dichosa y com plet am ent e segura.
Luego ellas van a explorar la realidad de una m anera com plet am ent e nueva. Ellas
lent am ent e se vuelven m ás conscient es de ellas m ism as y del m odo en que son únicas
en com paración con sus com pañeros de viaj e. En est a et apa ellas son m uy recept ivas y

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I

sensibles, com o un niño pequeño que observa el m undo con grandes oj os abiert os,
expresando curiosidad e inocencia.
Est a et apa puede ser llam ada paradisíaca, ya que la experiencia de unidad y seguridad
t odavía est á fresca en la m em oria del alm a recién nacida. Ellas t odavía est án cerca del
hogar; t odavía no reclam an su derecho a ser quienes son.

A m edida que el viaj e cont inúa, la m em oria del hogar se desvanece, a m edida que ellas
se int roducen en dist int os t ipos de experiencia. Todo es nuevo al com ienzo, y t odo es
absorbido incondicionalm ent e en la et apa de la infancia. Una nueva et apa com ienza
cuando la j oven alm a com ienza a sent irse com o el punt o focal de su m undo. Ent onces
realm ent e com ienza a darse cuent a que exist e t al cosa com o ‘yo’ y ‘ot ro’. Com ienza a
experim ent ar con cóm o puede influenciar su m edioam bient e al act uar sobre él. La
verdadera noción de hacer algo que surge de su propia conciencia es nueva. Ant es, era
m ás o m enos una t om a pasiva de lo que fluía. Ahora, hay una noción crecient e dent ro
del alm a de su poder para ej ercer influencia en lo que experim ent a. Est e es el com ienzo
de la et apa del ego. El ego originalm ent e represent a la habilidad de usar su volunt ad
para afect ar al m edio ext erno. Por favor not en que la función original del ego es
sim plem ent e lo que perm it e al alm a sent irse com plet am ent e com o una ent idad separada.
Est o es un desarrollo nat ural y posit ivo dent ro de la evolución del alm a. El ego no es
‘m alo’ en sí m ism o. Sin em bargo ést e t iende a ser expansivo y agresivo. Cuando la
nueva alm a descubre su habilidad para influenciar su m edioam bient e, ést a se enam ora
del ego. Bien en lo profundo, aún exist e una dolorosa m em oria dent ro del alm a ahora
m adura; que le recuerda el hogar, que le recuerda el paraíso perdido. El ego parece
sost ener una respuest a a est e dolor, a est a añoranza. Ést e parece perm it irle al alm a
obt ener act ivam ent e un cont rol sobre la realidad. Ést e int oxica al alm a t odavía j oven con
la ilusión de poder.

Si alguna vez hubo una caída desde la arm onía o una caída desde el paraíso, est o fue lo
siguient e: la j oven conciencia del alm a volviéndose hechizada por la posibilidad del ego,
por la prom esa de poder. De t odos m odos, el verdadero propósit o de la conciencia nacida
com o alm a individual es explorar, experim ent ar t odo lo que hay, t ant o el paraíso com o el
infierno, t ant o la inocencia com o el ‘pecado’. Por lo t ant o, la caída desde el paraíso no fue
un ‘cam bio equivocado’. No exist e culpa ligada a est o, a m enos que ust edes así lo crean.
Nadie los culpa, apart e de ust edes m ism os.

Cuando el alm a j oven se vuelve m adura, hay un cam bio en el m odo ‘cent rado en m í’ de
observar y experim ent ar las cosas. La ilusión de poder realza la separación ent re las
alm as, en lugar de conect arlas. Debido a est o, se est ablecen dent ro del alm a la soledad y
un sent ido de alienación. Aunque no es realm ent e conscient e de est o, el alm a com ienza
una lucha, una bat alla por poder. El poder parece ser la única cosa que alivia la m ent e –
por un t iem po.

Nosot ros m ás arriba dist inguim os una t ercer et apa en el desarrollo de la consciencia del
alm a: la et apa de la ilum inación, ‘segunda inocencia’ o ancianidad. Tendrem os m ucho
para decir acerca de est a et apa y en part icular acerca de la t ransición desde la segunda a
la t ercer et apa, en el capít ulo 5 ( Desde la conciencia basada en el ego a la conciencia
basada en el corazón) .........
Ahora, ret ornarem os a nuest ra hist oria de las alm as t errest res y aclararem os cóm o el
despert ar de la et apa del ego encaj a con la aparición del hom bre en la t ierra.

Las almas terrestres entrando a la etapa del ego; la aparición del hombre
en la tierra

La et apa en la cual las alm as t errest res exploraron la vida veget al y anim al coincidió con
la et apa de la inocencia o paraíso en los niveles int ernos. La vida floreció en la t ierra,
baj o la guía y prot ección de seres espirit uales de los reinos angélicos y dévicos. ( Los

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I

Devas t rabaj an en el nivel et érico de un m odo m ás cercano al m undo físico de com o lo


hacen los ángeles) . Los cuerpos et éricos de plant as y anim ales fueron incondicionalm ent e
recept ivos al cuidado y a las nut rit ivas energías m at ernales de los reinos angélicos y
dévicos. Ellos no t uvieron inclinaciones a escaparse o irse y encont rar su propio m odo de
hacer las cosas. Aún exist ía un gran sent ido de unidad y arm onía ent re t odos los seres
vivient es.
El surgim ient o del hom bre m ono, sin em bargo, m arcó un punt o de t ransform ación en el
desarrollo de la conciencia. Esencialm ent e, al cam inar en form a erguida y a t ravés del
desarrollo del cerebro, la conciencia que residía en el hom bre m ono logró un m ayor
dom inio sobre el m edioam bient e. La conciencia, encarnada en el ant ropoide, com enzó a
experim ent ar cóm o era t ener m ás cont rol sobre su ent orno direct o. Com enzó a descubrir
su propio poder, su propia habilidad de influenciar su m edioam bient e. Com enzó a
explorar el libre albedrío.
Est e desarrollo no fue fort uit o. Fue una respuest a a una necesidad int erior sent ida por las
alm as t errest res, una necesidad de explorar la individualidad a niveles m ás profundos
que ant eriorm ent e. El crecient e conocim ient o de sí m ism as de las alm as t errest res
est ableció la et apa para la aparición del hom bre en t érm inos biológicos, el ser hum ano
que conocem os.

Cuando las alm as t errest res est uvieron list as para ent rar a la et apa del ego, la creación
del hom bre perm it ió a est as alm as experim ent ar una form a de vida con libre albedrío.
Est o t am bién dot ó a las conciencias encarnadas con una m ayor conciencia de ‘yo’ com o
opuest o a ‘ot ro’. Con est o, se est ableció la et apa para posibles conflict os ent re ‘m i
int erés’ y ‘t u int erés’, ‘m i deseo’ y ‘t u deseo’. Lo individual se escapó de la unidad
m anifiest a, del orden nat ural de ‘dar y t om ar’, para descubrir qué ot ros cam inos est aban
disponibles. Est o m arcó el ‘final del paraíso’ en la t ierra, pero les pedim os que consideren
est o no com o un event o t rágico, sino com o un proceso nat ural ( com o las est aciones en
sus años) . Fue un cam bio nat ural de event os que finalm ent e les perm it irían ( en est os
días y época) equilibrar balancear divinidad e individualidad dent ro de su ser.

Cuando la conciencia del alm a t errest re ent ró en la et apa del ego y com enzó a explorar
‘ser hum ano’, las influencias dévicas y angélicas lent am ent e se fueron ret irando. La
verdadera nat uraleza de est as fuerzas es respetar el libre albedrío de t odas las energías
que encuent ran. Ellas nunca ej ercerán su influencia sin invit ación. Por lo t ant o las
conciencias del ego t uvieron un libre reinado y las alm as t errest res se hicieron
conocedoras de t odos los punt apiés e inconvenient es del poder. Est o t am bién afect ó al
reino veget al y anim al. Se podría decir que la em ergent e energía guerrera fue
parcialm ent e absorbida por est os reinos no hum anos, lo cual creó un ciert o dist urbio
dent ro de ellos. Est o aún est á present e hoy en día.

Cuando las alm as t errest res anhelaron nuevas experiencias, est o t am bién las hizo
recept ivas a nuevas influencias ext ernas. Aquí, querem os desviar la at ención
especialm ent e a t ipos de influencia ext rat errest re, galáct ica, las cuales afect aron
considerablem ent e a las m aduras pero aún j óvenes alm as t errest res. Tam bién es en est e
punt o de nuest ra hist oria, cuando las alm as que hem os llam ado t rabaj adores de la luz
ent raron en escena.

Influencias galácticas sobre el hombre y la tierra

Por influencias galáct icas o ext rat errest res nos referim os a influencias desde energías
colect ivas asociadas con ciert os sist em as est elares, est rellas o planet as. En el universo,
hay m uchos niveles o dim ensiones de exist encia. Un planet a o est rella puede exist ir en
varias dim ensiones, ext endiéndose desde las dim ensiones m at eriales hast a las m ás
et éricas. En general, las com unidades galáct icas que influenciaron las alm as t errest res
exist ieron en una realidad m enos ‘densa’ o m at erial que aquella en la cual ust edes
exist en en la t ierra.

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I

Los reinos galáct icos est uvieron habit ados por alm as m aduras, las cuales nacieron m ucho
ant es que las alm as t errest res, las cuales est aban en los com ienzos de su et apa del ego.
Cuando la t ierra llegó a est ar habit ada por t oda clase de form as de vida, y finalm ent e por
el hom bre, los reinos ext rat errest res observaron est e desarrollo con gran int erés. La
diversidad y abundancia de form as de vida llam ó su at ención. Ellos sint ieron que algo
especial est aba ocurriendo aquí.

Ent re las diferent es com unidades galáct icas, han ocurrido m uchas luchas y bat allas por
m ucho t iem po. Est o fue un fenóm eno nat ural, en algún sent ido, ya que la conciencia de
las alm as acarrea necesidad de bat alla para descubrir t odo acerca de ‘lo cent rado en m í’
y el poder. Ellas est uvieron explorando el t rabaj o del ego, y a m edida que ‘progresaron’,
se volvieron m uy adept as a la m anipulación de conciencia. Se volvieron expert as en
subordinar ot ras alm as o com unidades de alm as a sus reglas, por m edio de sut iles y no
t an sut iles herram ient as psíquicas.
El int erés que las com unidades galáct icas t uvieron sobre la t ierra fue principalm ent e
egocént rico. Ellas vieron ahí una oport unidad para ej ercer su influencia de m aneras
nuevas y poderosas. Se podría decir que en aquél m om ent o las bat allas int ergaláct icas
habían alcanzado un punt o m uert o. Cuando ust edes pelean unos con ot ros una y ot ra
vez, alcanzan un t ipo de equilibrio luego de un t iem po, una división de zonas de poder
para decirlo así. Ust edes se conocen uno al ot ro t an bien que saben cuándo hay espacio
para act uar y cuándo no lo hay. De est e m odo la sit uación alcanza un callej ón sin salida,
y los enem igos galáct icos esperaron nuevas oport unidades en la t ierra.
Ellos pensaron que la t ierra podría proveerles de un escenario para renovar la bat alla y
superar el callej ón sin salida.

El m odo en que las com unidades galáct icas pensaron en ej ercer su influencia sobre la
t ierra fue por m edio de la m anipulación de la conciencia de las alm as t errest res. Las
alm as t errest res eran part icularm ent e recept ivas a su influencia cuando ent raron en la
et apa del ego. Ant es de est o, ellas eran inm unes a cualquier fuerza ext erna m ot ivada por
poder, porque ellas m ism as no est aban inclinadas a ej ercer poder. Ust edes son inm unes
a la agresión y al poder cuando dent ro de ust edes no hay nada a lo que est as energías
puedan pegarse. Por lo t ant o, las energías galáct icas no pudieron acceder a la conciencia
de las alm as t errest res ant es de que est as alm as decidieran ellas m ism as explorar la
energía del poder.

La t ransición a la et apa del ego volvió a las alm as t errest res vulnerables porque, apart e
de su int ención de explorar la conciencia del ego, ellas eran aún m uy inocent es e
ingenuas. Por lo t ant o, no fue difícil para los poderes galáct icos infringir sus energías
sobre la conciencia de las alm as t errest res. El m odo en que operaron fue por m edio de la
m anipulación de la conciencia o cont rol m ent al. Sus t ecnologías eran m uy sofist icadas.
Ellos t uvieron m ayorm ent e herram ient as psíquicas, no m uy diferent es al lavado de
cerebro a t ravés de la sugest ión hipnót ica subconscient e. Ellos t rabaj aron en niveles
psíquicos y ast rales pero influenciaron al hom bre sobre los niveles m at eriales/ físicos del
cuerpo. Ellos influenciaron el desarrollo del cerebro hum ano, est rechando el rango de
experiencias disponibles a los seres hum anos. Ellos esencialm ent e est im ularon m odelos
de pensam ient o y em ociones basados en el m iedo. El m iedo ya est aba present e en la
conciencia de las alm as t errest res com o result ado del dolor y añoranza que t oda alm a
j oven t rae dent ro de sí. Est e m iedo exist ent e fue t om ado por los poderes galáct icos com o
su punt o de part ida para am pliar enorm em ent e la energía de m iedo y subordinación en
las m ent es y em ociones de las alm as t errest res. Est o les perm it ió cont rolar la conciencia
hum ana.
Los guerreros galáct icos subsecuent em ent e t rat aron de bat allar a sus ant eriores
enem igos galáct icos a t ravés del ser hum ano. La lucha de poder sobre la hum anidad fue
una lucha ent re viej os enem igos galáct icos que ut ilizaron seres hum anos com o sus
t ít eres.

El delicado sent ido de individualidad y aut onom ía de las alm as de la t ierra fue cort ado en

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I

sus com ienzos por est a violent a int ervención, est a guerra por el corazón de la
hum anidad.
Sin em bargo, los int ervent ores galáct icos, no pudieron verdaderam ent e t om ar su
libert ad. A pesar de lo m asiva que fue la influencia ext rat errest re, la esencia divina
dent ro de cada conciencia de alm a individual perm aneció indest ruct ible. El alm a no
puede ser dest ruida, aunque su nat uraleza libre y divina sea velada por un largo t iem po.
Est o est á relacionado con el hecho de que el poder al fin de cuent as no es real. El poder
siem pre alcanza su final a t ravés de las ilusiones de m iedo e ignorancia. Ést e solo puede
esconder y velar las cosas; no puede verdaderam ent e crear o dest ruir nada.
Más aún, est e verdadero at aque sobre las alm as t errest res no solo t raj o oscuridad a la
t ierra. Ést e logró, sin int ención alguna, iniciar un profundo cam bio en la conciencia de los
guerreros galáct icos, un cam bio hacia una nueva et apa de la conciencia: ilum inación o
‘segunda inocencia’.

Raíces galácticas de las almas trabajadoras de la luz

¿Cóm o se vincula a est a hist oria la noción de alm as t rabaj adoras de la luz?
Las alm as t rabaj adoras de la luz, com o ust edes las llam an, son alm as que est án
profundam ent e conect adas al sist em a est elar de las Pléyades. Las Pléyades son un grupo
de est rellas, siet e de las cuales pueden ser vist as a oj o descubiert o en la t ierra. Ant es de
que vinieran a la t ierra a encarnar en cuerpos hum anos, las alm as t rabaj adoras de la luz
habit aron est e sist em a de est rellas por un largo t iem po. En t érm inos del desarrollo de la
conciencia en t res et apas, ellas pasaron una gran part e de su m adurez allí. Es en est a
et apa, que ellas exploraron la conciencia del ego y t odos los asunt os del poder
relacionados con ella. Fue la et apa en la que exploraron la oscuridad y en la cual ellas
abusaron m ucho de su poder.

Los Pleyadianos, en aquel t iem po, fueron co- creadores del ser hum ano a m edida que se
desarrollaba. Al igual que ot ras fuerzas galáct icas, los Pleyadianos t uvieron la int ención
de usar al hom bre com o una m arionet a para ganar dom inio en ot ras part es del universo.
Ellos im plant aron una clase de radar energét ico dent ro del ser hum ano, que los proveería
a ellos de inform ación ( acerca de sus enem igos) .

Es difícil explicar las t écnicas que los poderes galáct icos usaron en sus bat allas, porque
no se asem ej a a nada en su m undo, al m enos no al alcance en que ellos lo
perfeccionaron. Esencialm ent e, la t ecnología de guerra galáct ica est uvo basada en una
ciencia de energía no m at erialist a. Ellos conocieron el poder de la psiquis y ellos sabían
que la conciencia crea la realidad física. Su m et afísica fue m ás adecuada que los aspect os
m at erialist as abarcados por su ciencia act ual. Debido a que su ciencia est ablecida concibe
a la conciencia com o un result ado de los procesos m at eriales, en lugar del m odo
cont rario, no puede com prender el poder creat ivo y causal de la m ent e.

En la era de Cro- Magnon, los Pleyadianos int erfirieron con el desarrollo nat ural del
hom bre en un nivel genét ico. Est a int erferencia genét ica debería concebirse com o la
cum bre del proceso de m anipulación: ellos im prim ieron el cerebro/ conciencia hum ano
con form as de pensam ient os part iculares los cuales afect aron la capa física, celular del
organism o. El efect o de est as im presiones m ent ales fue com o un elem ent o robót ico,
m et álico inst alado en el cerebro hum ano, el cual quit ó part e de la fuerza y propia
conciencia del ser hum ano. Fue un im plant e art ificial que volvió al hom bre m ás adapt able
com o inst rum ent o para las m et as est rat égicas de los Pleyadianos.

I nt erfiriendo de est e m odo con el desarrollo de vida en la t ierra, los Pleyadianos violaron
el curso nat ural de las cosas. Ellos no respet aron la int egridad de las alm as t errest res,
quienes habit aban las especies hum anas en evolución. En ciert o m odo ellos les robaron
su ( recient em ent e ganado) libre albedrío.
En ciert o sent ido nadie puede robar el libre albedrío de las alm as, com o indicam os al final

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I

del últ im o párrafo. De t odos m odos, en t érm inos práct icos, debido a la superioridad de
los Pleyadianos en t odos los niveles, las alm as t errest res perdieron su sent ido de
aut odet erm inación en una gran am plit ud. Los Pleyadianos t om aron a los seres hum anos
com o herram ient as, com o cosas esencialm ent e, los cuales les ayudaron a alcanzar sus
m et as. En aquella et apa, ellos no est aban preparados para respet ar la vida com o valiosa
en sí m ism a. Ellos no reconocieron en ‘el ot ro’ ( sus enem igos o sus esclavos) un alm a
vivient e com o ellos m ism os.

Ahora, no hay ninguna int ención en colocar un j uicio en est o, ya que t odo es part e del
gran y profundo desarrollo de la conciencia. Yo, Jeshua, fui yo m ism o part e de est a
hist oria. Yo m ism o he pasado a t ravés de los ext rem os de la dualidad, llevando a cabo
act os de m aldad t ant o com o act os de luz.
Al nivel m ás profundo, no hay culpa, solo libre elección. No hay víct im as, ni ofensores; a
la larga solo hay experiencia.
Ust edes, las alm as t rabaj adoras de la luz que alguna vez em plearon est os m ét odos
oscuros de opresión, luego se han j uzgado a ust edes m ism os m uy severam ent e por sus
act os. I ncluso ahora, ust edes cargan un profundo sent im ient o de culpa dent ro, del cual
son parcialm ent e conscient es com o el sent im ient o de que ust edes no son
suficient em ent e buenos ( cualquier cosa que hagan) . Est e sent im ient o se origina de una
equivocación.

Es im port ant e com prender que ‘t rabaj ador de la luz’ no es algo que ust edes sim plem ent e
son o no son. Es algo que ust edes llegan a ser, cuando ust edes van a t ravés del viaj e de
experiencia; experim ent ando luz y oscuridad. Siendo luz y oscuridad. Si t uviéram os que
nom brarlos, podríam os llam arlos las alm as críst icas, en lugar de t rabaj adores de la luz.

¿Tuvieron alguna vez ust edes la experiencia de que un grave error com et ido por ust edes
finalm ent e cam bió las cosas de una m anera posit iva e inexplicable? Algo sim ilar sucedió
com o result ado de la int erferencia galáct ica con la t ierra y la hum anidad. En el proceso
de im prim ir las alm as de la t ierra con sus energías, las fuerzas galáct icas en realidad
crearon un gran crisol de fusión de influencias en la t ierra. Se podría decir que los
elem ent os com bat ivos dent ro de las diferent es ‘alm as galáct icas’ se im plant aron dent ro
de la hum anidad com o una corrient e de agua, forzando de est e m odo a los seres
hum anos a encont rar un m odo de unirse ent re ellos o de llevarlos a una coexist encia
pacífica. Aunque est o com plicó severam ent e el viaj e de las alm as t errest res, est o pudo
finalm ent e crear la m ej or oport unidad para una rupt ura posit iva, una salida de la
sit uación paralizant e a la que habían llegado los conflict os galáct icos.
Recuerden, t odas las cosas est án int erconect adas. Hay un nivel en el cual las alm as
t errest res y las alm as galáct icas son/ fueron conducidas por el m ism o propósit o. Est e es
el nivel angélico. Cada alm a es un ángel en el cent ro m ás profundo. ( Hablarem os de est o
en ot ro capít ulo....) Al nivel angélico, t ant o los guerreros galáct icos com o las alm as
t errest res consint ieron en form ar part e del dram a cósm ico bosquej ado arriba.

La int erferencia galáct ica no solo ‘ayudó’ a que la t ierra sea el crisol de fusión que se
t uvo la int ención de que fuese ( al nivel angélico) . Tam bién m arcó el com ienzo de un
nuevo t ipo de conciencia dent ro de los guerreros galáct icos.
De m aneras im previst as, est o m arco el final de la et apa del ego, el final de la m adurez
para ellos, y el com ienzo de algo nuevo.

El final de la etapa del ego para los trabajadores de la luz

Las guerras int ergaláct icas habían alcanzado un punt o m uert o ant es de que la t ierra
ent re en j uego. Cuando la bat alla se reanudó en la t ierra, ést a realm ent e se t ransport ó a
la t ierra. Con est a t ransposición, algo com enzó a cam biar dent ro de la conciencia
galáct ica. El t iem po de las guerras galáct icas se t erm inó.
Aunque ellos perm anecieron act ivam ent e involucrados con la hum anidad y la t ierra, las

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I

alm as galáct icas lent am ent e se ret iraron al papel de observadores. En est e papel,
com enzaron a hacerse conscient es de una part icular clase de cansancio dent ro de su ser.
Se sent ían vacíos por dent ro. Aunque la lucha y la bat alla cont inuaban, est o no los
fascinaba com o alguna vez lo había hecho. Ellos com enzaron a hacerse pregunt as
filosóficas t ales com o: ¿cuál es el significado de m i vida, por qué est oy luchando t odo el
t iem po, realm ent e el poder m e hace feliz? Haciéndose est as pregunt as, su aburrim ient o
por la guerra se int ensificó.
Los guerreros galáct icos fueron gradualm ent e alcanzando el final de su et apa del ego.
Ellos inconscient em ent e t ransport aron la energía del ego y la lucha por el poder a la
t ierra, un lugar que est aba energét icam ent e abiert o a est a energía. Las alm as hum anas
est aban en aquel t iem po j ust o com enzando a explorar la et apa de la conciencia del ego.

Dent ro de la conciencia de los guerreros galáct icos se creó un ciert o espacio: el espacio
para la duda, el espacio para la reflexión. Ellos ent raron a una fase de t ransform ación, la
cual vam os a describir dist inguiendo los siguient es pasos:

1. Est ar insat isfechos de lo que la conciencia basada en el ego t iene para ofrecerles,
anhelar ‘algo m ás’: el com ienzo del final.

2. Com enzar a ser conscient es de sus at aduras a la conciencia basada en el ego,


reconocer y liberar las em ociones y pensam ient os que van con ella: la m it ad del
final.

3. Perm it ir que m ueran dent ro de ust edes las viej as energías basadas en el ego,
elim inando el capullo, siendo su nuevo ser: el final del final.

4. El despert ar dent ro de ust edes de la conciencia basada en el corazón, m ot ivada por


am or y libert ad; ayudar a ot ros a hacer la t ransición.

Est os cuat ro pasos m arcan la t ransición desde la conciencia basada en el ego a la basada
en el corazón. Por favor, recuerden que t ant o la t ierra com o la hum anidad y los reinos
galáct icos, pasan a t ravés de est os est adios, sólo que no sim ult áneam ent e.
El planet a t ierra ahora est á pasando por la et apa 3. Muchos de ust edes t rabaj adores de
la luz t am bién est án pasando por la et apa 3, en sint onía con el proceso int erno de la
t ierra. Algunos de ust edes aún est án luchando con la et apa 2, y hay algunos que han
llegado a la et apa 4, disfrut ando las delicias de la alegría genuina y la inspiración.

Gran part e de la hum anidad, sin em bargo, no desea para nada dej ar la conciencia
basada en el ego. Ellos no han ent rado t odavía a la et apa 1 de la fase de t ransición. Est o
no es algo para j uzgar o crit icar o por lo cual afligirse. Trat en de ver est o com o un
proceso nat ural, t al com o el crecim ient o de una plant a. Ust edes no j uzgan a una flor por
ser un pim pollo en lugar de est ar com plet am ent e florecida. Trat en de ver est o en est a
luz. Hacer j uicios m orales acerca de los efect os dest ruct ivos en su m undo de la
conciencia basada en el ego est á basado en falt a de int uición en las dinám icas
espirit uales. Más aún, est o debilit a su propia fuerza, ya que el enoj o y la frust ración que
ust edes sient en a veces al observar sus not icias o leer sus periódicos no puede ser
t ransform ado en algo const ruct ivo. Est o solam ent e los agot a y desciende su propio nivel
de vibración. Trat en de ver las cosas desde una dist ancia, desde una posición de
confianza. Trat en de sent ir int uit ivam ent e las corrient es ocult as en la conciencia
colect iva, las cosas que ust edes a duras penas leen o escuchan en los m edios.
No t iene sent ido int ent ar cam biar las alm as que aún est án at rapadas en la realidad de la
conciencia basada en el ego. Ellos no quieren su ‘ayuda’, ya que t odavía no est án

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I

abiert os a las energías basadas en el corazón que ust edes – t rabaj adores de la luz-
desean com part ir con ellos. Aún cuando ellos parezcan necesit ar su ayuda, m ient ras ellos
no la quieran, ellos no la necesit an. Es t an sim ple com o eso.
Los t rabaj adores de la luz son com plet am ente aficionados a dar y ayudar, pero a m enudo
ellos pierden su poder de discernim ient o en la part e de t rabaj ador de la luz. Por favor,
usen su poder de discernim ient o en est o, ya que el deseo de ayudar puede t rágicam ent e
llegar a ser la t ram pa para los t rabaj adores de la luz, la cual les im pide com plet ar
realm ent e el paso 3 de la t ransición. ( Discut irem os la noción de ‘ayudar’ m ás adelant e en
ot ro capít ulo) .

Ahora t erm inarem os nuest ra descripción de los t rabaj adores de la luz al final de su et apa
del ego. Com o hem os dicho, en aquel t iem po ust edes pert enecían al sist em a est elar de
las Pléyades y ust edes, com o ot ros im perios galáct icos, int erfirieron con la hum anidad
cuando t om ó form a el ser hum ano m oderno. Cuando ust edes com enzaron a j ugar m ás y
m ás el papel de observadores, ust edes se cansaron de luchar.
El poder que ust edes habían t enido por aquel largo t iem po, dio com o result ado un t ipo de
dom inación que aniquiló las cualidades únicas e individuales de aquel que ust edes
dom inaban. Por lo t ant o, nada nuevo podía ent rar a su realidad. Ust edes m at aron t odo lo
que era el ‘ot ro’. Est a form a de proceder hizo que luego de un t iem po su realidad sea
est át ica y predecible. Cuando ust edes se volvieron conscient es del vacío dent ro de la
lucha por el poder, su conciencia se abrió a nuevas posibilidades. Surgió un anhelo por
‘algo m ás’. Ust edes habían com plet ado el paso 1 de la t ransición a la conciencia basada
en el corazón. Las energías del ego, las cuales habían reinado librem ent e por eones de
t iem po, se asent aron y perm it ieron un espacio para ‘algo m ás’. En sus corazones,
despert ó una nueva energía, com o una delicada flor. Una sut il y t ranquila voz com enzó a
hablarles de ‘hogar’, un lugar que ust edes alguna vez conocieron pero que habían
perdido la huella a lo largo de su cam ino. Ust edes sint ieron añoranza dent ro de ust edes.
Exact am ent e igual que las alm as t errest res, ust edes alguna vez han experim ent ado el
est ado oceánico de unidad, desde el cual cada alm a nace. Ust edes gradualm ent e
evolucionaron desde est e océano com o unidades individuales de conciencia. Com o est as
‘pequeñas alm as’, ust edes t uvieron un gran ent usiasm o por explorar, m ient ras que al
m ism o t iem po acarrearon la dolorosa m em oria int erior de un paraíso que t uvieron que
dej ar at rás.
Una vez dent ro de la et apa del ego de la conciencia, m ás t arde, est e dolor aún
perm anecía dent ro de ust edes. Lo que ust edes esencialm ent e t rat an de hacer es llenar
est e lugar vacío en su corazón con poder. Ust edes buscaron llenarse a ust edes m ism os
j ugando el j uego de luchar y conquist ar.

El ego es la energía que m ás se opone a la unidad. Al ej ercer poder, se aíslan ‘del ot ro’.
Al luchar por poder, se dist ancian m ás y m ás del hogar: la conciencia de unidad. El hecho
de que el poder los lleva lej os del hogar, en lugar de t raerlos m ás cerca, se les ocult ó a
ust edes por m ucho t iem po, ya que el poder est á fuert em ent e ent relazado con la ilusión.
El poder puede fácilm ent e ocult ar est a verdadera cara a un alm a inocent e e inexpert a. El
poder crea la ilusión de abundancia, realización, reconocim ient o e incluso am or. La et apa
del ego es una exploración sin rest ricciones del área del poder: de ganar, perder, luchar,
dom inar, m anipular, de ser el ofensor y ser la víct im a. En un nivel int erno, el alm a se
desgarra durant e est a et apa. La et apa del ego est á relacionada con un at aque a la
int egridad del alm a. Por int egridad querem os decir la unidad nat ural y t ot alidad del alm a.
Con la ent rada a la conciencia basada en el ego, el alm a ent ra en un est ado de
esquizofrenia. Ella pierde su inocencia. Por un lado, ella bat alla y conquist a, por ot ro
lado, ella reconoce que est á m al dañar o dest ruir a ot ros seres vivos. No est á m uy
equivocado de acuerdo a algunas leyes o j uicios obj et ivos. Pero el alm a
subconscient em ent e se da cuent a de que est á haciendo algo que se opone a su propia
nat uraleza divina. Est á en la nat uraleza de su propia esencia divinael crear y dar vida.
Cuando el alm a act úa desde un deseo de poder personal, en lo profundo surge un
sent im ient o de culpa. Ot ra vez, no hay j uicio ext erno sobre el alm a que afirm a ser
culpable. El alm a m ism a se da cuent a de que est á perdiendo su inocencia y pureza.

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I

Mient ras ella persigue poder en el ext erior, un sent im ient o crecient e de indignación la
est á com iendo por dent ro.

La et apa de la conciencia basada en el ego es un est adio nat ural en el viaj e del alm a. En
realidad, est a im plica la com plet a exploración de uno de los aspect os del ser del alm a: la
volunt ad. Su volunt ad const it uye el puent e ent re el m undo int erno y el m undo ext erno.
La volunt ad es esa part e de ust edes que enfoca su energía del alm a dent ro del m undo
m at erial. La volunt ad puede ser inspirada por el deseo de poder, o por el deseo de
unidad. Est o depende de la et apa de su conciencia int erior. Cuando un alm a alcanza el
final de la et apa del ego, la volunt ad com ienza a ser m ás y m ás un fragm ent o ext endido
del corazón. El ego o la volunt ad personal no se dest ruye, pero fluye en conform idad con
el deseo e inspiración del corazón. En est e punt o el ego acept a al corazón com o su guía
espirit ual. Se rest ablece la t ot alidad nat ural del alm a.

Cuando ust edes, las alm as t rabaj adoras de la luz de las Pléyades, alcanzaron el paso 2
de la t ransición de la conciencia basada en el ego a la conciencia basada en el corazón,
sint ieron el sincero deseo de corregir lo que habían hecho m al en la t ierra. Ust edes
com prendieron que habían m alt rat ado a los seres hum anos vivient es sobre la t ierra y
que ust edes habían dificult ado la libre expresión y desarrollo de las alm as t errest res.
Ust edes se dieron cuent a de que habían violado la VI DA m ism a, t rat ando de m anipularla
y cont rolarla de acuerdo a sus necesidades. Ust edes quisieron liberar al hom bre de los
lím it es del m iedo y la lim it ación, lo cual había t raído m ucha oscuridad a sus vidas y
ust edes sint ieron que podrían cum plir m ás con est o encarnado ust edes m ism os en
cuerpos hum anos. De est e m odo ust edes encarnaron en cuerpos hum anos, cuya
com pilación genét ica fue parcialm ent e creada por ust edes m ism os, para t ransform ar sus
creaciones desde el int erior. Las alm as que fueron a la t ierra con est a m isión, se
propusieron esparcir Luz dent ro de sus propias creaciones ( m anipuladas) .
Por est o ellos son llam ados Trabaj adores de la luz. Ust edes t om aron la decisión de hacer
est o – y de llegar a est ar enredados en series com plet as de vidas t errest res- por un
nuevo sent ido de responsabilidad y t am bién por el sincero im pulso de hacerse cargo de
est a carga kárm ica sobre ust edes, así ust edes serían capaces de dej ar ir el pasado
com plet am ent e.

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I I

Trabajadores de la Luz III


Trabajadores de la luz encarnando en la tierra
Cuando ust edes encarnaron en la t ierra, recién com enzaban la t ransición de la conciencia
basada en el ego a la conciencia basada en el corazón. Hem os esquem at izado est a
t ransición com o consist iendo de cuat ro pasos. Ust edes t om aron el prim er paso cuando se
volvieron conscient es de su añoranza por ‘algo m ás’. Algo diferent e de la lucha por el
poder que llenó sus vidas ant eriorm ent e.
Est a lucha proveyó a sus vidas con propósit o y significado por un sust ancial periodo de
t iem po. Su fascinación por el poder los llevó a ust edes a usar al hom bre com o m arionet a
en sus bat allas galáct icas. Todos los im perios galáct icos fueron part e de est o. Pero
cuando las ‘energías guerreras’ fueron t ransport adas a la t ierra, con el hom bre com o su
cam po de j uego, ust edes pasaron a ser m ás observadores y dej aron de dirigir las
bat allas. Ust edes observaron lo que t enía lugar en la t ierra. Ust edes vieron al ser
hum ano desarrollándose en algo, un est ado del ser, que ust edes habían alcanzado
m ucho t iem po at rás. Ust edes habían llegado a ser guerreros sofist icados, con m ét odos
refinados de m anipulación psíquica y operaciones m ilit ares. El hom bre com enzó a ser lo
m ism o, con sus im plant es genét icos en su lugar.

Est os im plant es genét icos provocaron un elevado nivel de desarrollo m ent al dent ro del
ser hum ano. Las funciones de inst int o nat ural y sent im ient o fueron m ás o m enos
suprim idas a favor de las funciones de pensar y razonar.
Hem os m encionado que las influencias galáct icas provocaron un elevado nivel de m iedo
dent ro del hum ano en desarrollo. En realidad, est e elem ent o de m iedo est uvo
est recham ent e conect ado con el énfasis exagerado en pensar. En una sit uación
equilibrada, el m iedo es superado o puest o en perspect iva por sus nat urales habilidades
int uit ivas y por su habilidad de sent ir lo que es correct o o apropiado de hacer. Sin
em bargo, cuando la facult ad de pensar t om a la delant era, el m iedo t iende a ser
reforzado, ya que pensar se basa en un proceso m ecánico lógico el cual no perm it e a la
int uición o al sent ir ent rar en el proceso. Cuando la facult ad m ent al es alim ent ada por
em ociones de m iedo, t iende a correr salvaj em ent e y produce ideas alucinant es. I deas
acerca de cont rolar t odo y a t odos. Los regím enes dict at oriales son un ej em plo de est a
facult ad m ent al corriendo salvaj em ent e.
La respuest a al m iedo nunca es pensar m ás. Es pensar m enos y confiar en el fluj o de la
vida. Es volver hacia at rás al est ado de gracia que es su derecho de nacim ient o. Es
liberar en lugar de aferrar.

Cuando el dom inio de la et apa del ego finalizó dent ro de las alm as de los t rabaj adores de
la luz, ellos se abrieron a nuevos m odos de ser. Ust edes int uit ivam ent e alcanzaron la
energía del corazón. De hecho ust edes est aban buscando una clase de creat ividad que
t rascendiera el sim ple j uego del poder. Ust edes sint ieron que la lucha por el poder era
dest ruct iva y que no podía crear nada nuevo, ya que ést a m at aba y asim ilaba t odo lo que
fuese ‘ot ro’.
Al t rat ar de cont rolar y dom inar vida, ya sea dent ro o fuera de ust edes, en realidad,
est án t rat ando de que la realidad sea est át ica y predecible. Finalm ent e, el poder es
increíblem ent e aburrido.
Cuando ust edes se vuelven conscient es de est o, se dan cuent a de que su verdadero
deseo no era t ener poder, sino ser verdaderam ent e creat ivos. Ser verdaderam ent e
creat ivos es est ar en cont act o con su propia divinidad.
Ya que ust edes son seres divinos, sea lo que sea que hagan o no, ust edes est án siem pre
creando alguna clase de realidad. La creat ividad es su verdadera nat uraleza. En la fase
del ego, ust edes exploraron la posibilidad de negar su verdadera nat uraleza. Por ciert o,

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I I

est e es un act o creat ivo en algún nivel, de un m odo ret orcido. Sin em bargo ser
verdaderam ent e creat ivo es crear conform e a la vida, no conform e a la m uert e.
Cuando est a com prensión asom ó en ust edes, despert ó la m em oria de ‘hogar’. El vago
recuerdo de un est ado de pura y dichosa unidad ent ró en su conciencia nuevam ent e, y
ust edes supieron que de algún m odo est a era la llave par su felicidad. Pero ust edes se
sent ían desam parados e ignorant es, ya que no t enían idea de cóm o cont inuar. Ust edes
sabían que el ego no cont enía la respuest a, pero ust edes no habían realm ent e ent rado
t odavía al reino de la conciencia basada en el corazón.
Al m ism o t iem po, un crecient e sent im ient o de rem ordim ient o y culpa surgió dent ro de
ust edes por lo que le habían hecho a los seres hum anos de la t ierra.

Especialm ent e en la t ierra, había espléndidas oport unidades para que la conciencia se
exprese a sí m ism a librem ent e de m uchas form as diferent es. La t ierra fue dest inada para
ser un unificador de energías diferent es, un crisol en el cual energías diferent es e incluso
opuest as pudieran alcanzar un m odo de coexist ir en arm onía. El cam po de j uego
energét ico de la t ierra se creó para aloj ar a una serie verdaderam ent e het erogénea de
energías.
La diferencia ent re vivir en la t ierra y vivir en ot ros lugares en el ‘universo’ – ya sea en
niveles físicos o ast rales- es la enorm e variedad de energías present es en la t ierra. Más
aún, est a variedad no sólo est á present e com o un vast o conj unt o de form as de vida o
especies. Est á realm ent e present e dent ro de un sim ple ser, el ser hum ano. El ser
hum ano es capaz de cont ener un espect ro de energías que t iene un rango m ás am plio de
lo que cualquier ot ro ser pueda ser capaz. Ust edes t ienen dent ro de sí la energía del
asesino y la del sant o, la energía del niño, del m aduro y del anciano, la energía
m asculina y la fem enina, la energía act iva y la pasiva, la racional y la em ocional, la
energía del agua, del aire, del fuego y de la t ierra, et c. Est o puede parecer t rivial o
sim plem ent e nat ural para ust edes, com o un ser hum ano, pero para cualquier ot ro ser en
el universo, es t ot alm ent e una hazaña. Es t ot alm ent e una hazaña ser cualquier hum ano,
sin t ener que haber hecho nada en especial.
Pero la cualidad m ás específica del hom bre es la habilidad de fusionar energías que ant es
parecían incom pat ibles. El hom bre no sólo fue diseñado par sost ener t odas est as
diferent es energías, sino para ser un m ediador, un const ruct or de puent es ent re ellas.
La razón por la cual el Espírit u o Dios o Todo lo Que Es apareció con el concept o del ser
hum ano, fue que el universo se había est ancado en una sit uación de est asis. La
conciencia, a m edida que explora la vida ‘fuera de la unidad’, t iende a experim ent ar
diferent es form as de vida, en diferent es planet as y lugares en el universo.
Cuando un alm a ha experim ent ado t odo lo que había para una part icular form a de vida,
ést a part e – en el sent ido de no encarnar m ás en ést a – y se va a ot ras form as de vida,
la cual responda a sus necesidades part iculares. No hay necesidad de t ransform ar
energías m ient ras se vive en una form a part icular de vida. Cuando ust edes quieren un
cam bio, cam bian los cuerpos. Est o no es porque las alm as fuesen perezosas o frívolas. La
m ayoría de los cuerpos – ext endiéndose en densidad desde lo físico a lo ast ral – ofrecen
rangos lim it ados de experiencia, y por lo t ant o lim it adas oport unidades para crecer o
t ransform arse m ient ras est án en el cuerpo. El cuerpo no podía sost ener t ant as energías
diferent es. Por ej em plo, si ust edes vivieran en un planet a de agua, donde ust edes
encarnaran com o un ser acuát ico, est o les perm it iría experim ent ar la nat uraleza del agua
de t odos los m odos posibles. La ‘sensación’ de ser líquido, no rígido, fluido, con
m ovim ient o, es en verdad m aravillosa. Pero cuando ust edes quieren la experiencia de ser
fij o e inm óvil, ust edes necesit an dej ar ese cuerpo y vivir dent ro de una m ont aña por un
t iem po. I ncluso, cuando vivieron com o seres galáct icos en busca de poder, ust edes no
pudieron realm ent e cam biar su conciencia dent ro de aquel cuerpo.

La consecuencia de est e rango lim it ado o especializado dent ro de un ciert o cuerpo fue
que el m undo creado de form as quedó at ascado. No pudo crecer o expandirse, y quedó
encerrado en una clase de est asis.

El ser hum ano fue diseñado para cubrir un inm enso rango de energías. No se pensó para

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I I

la especialización. En realidad, la división ent re los sexos t raj o consigo algo de


especialización, pero las energías m asculinas y fem eninas est aban ya t an segregadas y
desequilibradas por aquel ent onces que fue sim plem ent e m uy com plicado sost enerlas en
iguales dosis dent ro de un cuerpo. Si se hubieran vert ido igualm ent e fuert es en un ser en
sus est ados desequilibrados, ust edes se habrían dest ruido.
El único poder del ser hum ano es el poder de sost ener un am plio conj unt o de energías y
llevarlas a un est ado de equilibrio creat ivo ( no est át ico) . En realidad, est e poder es igual
a la habilidad de t ransform ar oscuridad en luz, por ej em plo, el poder de la alquim ia
espirit ual. Aquello que lleva a las energías ant iguam ent e opuest as a un est ado de
arm onía dinám ica, es la energía críst ica, la energía que m ant iene la unidad en la fase de
la dualidad. Ést a es la m ism a energía que t ransform a la oscuridad, acept ándola y de est e
m odo perm it iéndole al m iedo t ransform arse en alegría. La energía críst ica es la ‘t ercer
energía’, la cual une acept ando. Su fuerza alquím ica yace en su cualidad de ser
com plet am ent e abrazadora, com plet am ent e acept adora e int répida.
Ust edes, com o seres hum anos, son los únicos seres que t ienen est a habilidad para la
alquim ia espirit ual. Ni las plant as, ni los anim ales, ni los ángeles, ni los ‘señores de la
oscuridad’ t ienen est e poder.
Todas las alm as pueden experim ent ar cóm o es ser luz, cóm o es ser oscuridad, cóm o es
ser t odas las diferent es clases de seres que viven en el universo, pero ellas no pueden
experim ent ar cóm o es t ransform ar oscuridad en luz m ient ras se perm anece en su form a
de vida present e. Ellas no pueden im aginar cóm o es cam biar en niveles int eriores de t al
m odo que ust edes crean una realidad diferent e ( física o espirit ual) para ust edes m ism os
m ient ras siguen andando.
Las alm as que est án encarnadas en ot ras form as de vida diferent es a la hum ana t am bién
‘crean su realidad’ y t ienen libre albedrío, pero t ienen m enos posibilidades de cubrir
est ados de conciencia alt am ent e diferent es e incluso opuest os m ient ras perm anecen en
el m ism o cuerpo, en la m ism a form a ( hum ana) . Ust edes, com o hum anos, son
const ruct ores de puent es – o alquim ist as espirit uales- y est o es lo que hace únicos a la
t ierra y al ser hum ano.

Ahora ret ornam os a nuest ra hist oria de las alm as de los t rabaj adores de la luz quienes se
sint ieron angust iados y arrepent idos a causa de su int erferencia con los seres hum anos.
Ellos se dieron cuent a de que sobre la t ierra se había est ablecido un j uego
com plet am ent e nuevo, un j uego lleno de prom esa, al cual ellos habían hecho su m ej or
part e para suprim irlo en su propio beneficio. Ellos sent ían dolor por est o. En algún nivel,
ellos t am bién sabían que habían bloqueado su propio cam ino espirit ual hacia la luz y la
verdadera alegría por sus act os de egoísm o.
Tam bién, cuando ellos despert aron de sus sueños de ego, vieron que la t ierra era un
lugar de t al belleza, un verde planet a hirviendo en vida. Muchos de ust edes t rabaj adores
de la luz se sient en conect ados a la cult ura o t errit orio de Lem uria o Mu, com o nosot ros
preferim os llam arlo, Mu es en verdad un ‘paraíso hundido’. Ést e pert eneció a una era
que no puede realm ent e localizarse en su m arco de t iem po act ual. Pert eneció a una
dim ensión diferent e o t iem po est ablecido. La t ierra no había perdido su inocencia
ent onces. En aquella dim ensión, ust edes fueron part e de los t iem pos paradisíacos sobre
la t ierra, com o seres angelicales que nut rieron y cuidaron vida. Com o hem os expuest o
ant eriorm ent e, ust edes son seres m ult idim ensionales, habit ando diferent es lugares de
realidad al m ism o t iem po. La idea de t iem po no es t an fij a y lineal com o ust edes piensan.
Cuando ust edes desem peñaron su lado oscuro com o guerreros galáct icos, t am bién – en
ot ro m arco de t iem po- desem peñaron un aspect o lum inoso y puro de ust edes m ism os,
en Mu, donde ust edes prepararon el planet a para la llegada de las alm as t errest res.
Ust edes cont ribuyeron al florecim ient o del planet a verde, y en algún nivel, ust edes
sabían est o cuando salieron de su est adio ‘guerrero’ de conciencia. Ust edes supieron que
habían est ado dest ruyendo aquello que habían ayudado a crear.

Cuando ust edes se dieron cuent a de la prom esa y belleza en la Tierra, sint ieron la
urgencia int erior de ir allí y reparar lo que había sido dañado. Ust edes encarnaron en
cuerpos hum anos con la int ención de t raer luz y crear valores basados en el corazón en

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I I

un m edio am bient e que est aba esencialm ent e dom inado por valores egoíst as. Querem os
expandirnos un poco en est e t em a de t raer luz, ya que hay algo en est o que
frecuent em ent e causa confusión y m alent endidos.

Cuando ust edes t rabaj adores de la luz encarnaron en la t ierra, en realidad com enzaban
un proceso de t ransform ación int erior, en el cual ust edes com plet arían su t ransición
desde la conciencia basada en el ego a la basada en el corazón. Ust edes est aban en el
cam ino de liberar com plet am ent e la conciencia basada en el ego, y la vida en la t ierra les
ot orgó la oport unidad de t rat ar con lo que quedaba dent ro de ust edes de la energía
basada en el ego. Las energías que ust edes deseaban lim piarse, las encont rarían en los
verdaderos seres que ust edes habían m anipulado y en quienes ahora habit arían: dent ro
del ser hum ano, dent ro de ust edes m ism os.

Su m ot ivación m ás profunda para su llegada a la t ierra fue venir a t erm inar con su propia
oscuridad int erior, y ust edes acept aron encont rarse con est a oscuridad dent ro de ust edes
m ism os com o seres hum anos.

Aunque ust edes frecuent em ent e piensan que est án aquí para ayudar a ot ros o ayudar a
la m adre t ierra, la razón m ás fundam ent al por la cual est án aquí es sanarse a ust edes
m ism os. Est e es su verdadero t rabaj o con la luz. Todo lo dem ás es secundario.

Sus alm as en el nivel m ás profundo desearon hacerse responsables de la oscuridad que


había sido esparcida. Sin em bargo, hacerse responsables de su lado oscuro es una
avent ura solit aria en principio. Eso no involucra su necesidad de ayudar o curar a ot ros.
Sólo im plica a ust edes m ism os. Su volunt ad ayuda a ot ros en el proceso, pero est o es un
efect o secundario. Es im port ant e dest acar el orden correct o de las cosas aquí, ya que,
ust edes saben, t ienen la t endencia de ser m uy diligent es en ayudar a ot ros. Est e
ent usiasm o en ayudar a ot ros llega a ser una t ram pa, ya que sus energías quedan
at rapadas con la ot ra persona y, m uy a m enudo, ust edes después se sient en agot ados y
desilusionados. Por favor recuerden, dar m ás de lo que se recibe no es noble o basado en
el corazón, es sim plem ent e un error. El error es que ust edes en part e se creen
responsables por la sit uación o est ado m ent al de algún ot ro. Est o no es verdad. Cada uno
es responsable de su propia felicidad o desgracia. Y est o en verdad es una bendición, ya
que le da a cada uno el poder de crear y de est e m odo m odificar su propia realidad.
Ust edes no est án aquí para ‘corregir’ a ot ras personas o a la m adre t ierra. Ust edes est án
aquí para sanar las heridas profundas dent ro de su propio ser. Por favor vigilen est e
asunt o y t odo lo dem ás caerá en su lugar sin ningún esfuerzo de su part e.

Cuando ust edes llegaron a la t ierra y encarnaron en cuerpos hum anos, se inclinaron a
com bat ir las energías que deseaban vencer. En est a et apa, ust edes est uvieron en una
sit uación paradój ica. Por un lado, sabían que querían ‘algo m ás’ que poder, y se odiaban
a ust edes m ism os por lo que habían hecho m al con ant erioridad. Pero, no est aban libres
de aquello que odiaban en ust edes m ism os. Aún no est aban libres del dom inio del ego.
Cuando ust edes llegaron a la t ierra, t uvieron la t endencia de enferm arse a causa de la
oscuridad, de enfadarse por ella, y sus reacciones fueron com bat irla. La paradoj a es que
ust edes quisieron pelear cont ra las energías egoíst as a t ravés de la lucha, la verdadera
energía que deseaban dej ar ir.
Ust edes aún no eran conscient es de las verdaderas im plicancias de la conciencia basada
en el corazón. Cuando observan desde el corazón, no exist e bat alla ent re el Bien y el Mal.
La realidad del corazón los t rasciende a am bos. El corazón no se opone a la oscuridad. La
conciencia basada en el corazón est á fundada en la acept ación de t odo, de cada cosa que
exist e. Es un t ipo de conciencia que libera la idea de que la lucha resuelve algo.

Aunque ust edes anhelaban un m odo pacífico, no com bat ivo de t rat ar con la realidad, no
t enían experiencia con pasar realm ent e a est e ideal. Ust edes est aban en una realidad
‘ent re zonas’, una pieza de t errit orio no hum ano ant es de que ent raran a un nuevo reino
de conciencia.

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I I

Por lo t ant o, ust edes em pezaron a com et er t oda clase de ‘errores’, en el sent ido de caer
en m odos de ser que querían dej ar ir. Ust edes est uvieron ansiosos por cam biar o
convert ir a cada uno o cada grupo que desplegara un com port am ient o basado en el ego
o que abrazara valores basados en el ego. Ellos, de t odos m odos, respondieron
agresivam ent e a ust edes, m uchas veces sin ent ender incluso qué est aban ust edes
t rat ando de com unicarles. Los t rabaj adores de la luz han sido perseguidos por siglos,
com o bruj os, paganos o agit adores ( polít icos) . Ellos parecían est ar dirigidos por ideales
para los cuales el m undo no est aba preparado. Parecían diferent es y no encaj arían en él.
Ellos se hallaron t ípicam ent e con t oda clase de resist encia.

Lo que sucedió aquí es que ust edes se cam biaron al papel de víct im a, después de haber
est ado j ugando el papel de ofensores por bastant e t iem po en los reinos galáct icos. Su
‘enoj o espirit ual’ evocó respuest as agresivas en su ent orno, y se volvieron las víct im as,
experim ent ando hum illación, profundo dolor y falt a de aut oridad. El t raum a de ser
rechazado y/ o echado repet idam ent e en varias vidas ha dej ado cicat rices en sus alm as.
Ust edes se t erm inaron sint iendo desaut orizados y m al recibidos. Muchos de ust edes en
est e t iem po de vida se sint ieron cansados y nost álgicos de un m undo m ás am oroso y
significat ivo.

Es m uy im port ant e para ust edes com prender que el papel de víct im a es j ust am ent e eso:
el papel que ust edes j uegan. Es una posible int erpret ación de los hechos, pero es una
m anera lim it ada y dist orsionada. Ust edes ni son víct im as ni son agresores. Ust edes son
las conciencias de las alm as que han creado papeles para ust edes m ism os para j ugar por
un t iem po. Ust edes no son realm ent e las víct im as de un m undo propenso al m at erialism o
y al egoísm o.

De hecho, los encuent ros que ust edes t uvieron con energías agresivas, no cooperat ivas
en m uchos de sus t iem pos de vida sim plem ent e reflej aron sus propios am arres a la
conciencia basada en el ego, su propia dependencia a ella. Si buscan result ados a t ravés
de la lucha, recibirán de vuelt a la energía de la lucha. ¡Est o es/ fue su propia energía
regresando a ust edes! Y est o es el –único- significado de karm a.

La t endencia a com bat ir la ‘m aldad’ est á basada en la creencia de que lo m alo est á fuera
de ust edes y que debe ser dest errada de la realidad. La invit ación espirit ual a ust edes
t rabaj adores de la luz durant e t odas sus encarnaciones ha sido siem pre reconocer y
acept ar su propio lado oscuro y com prender su papel y propósit o.
La invit ación m ás profunda es olvidarse de ust edes y descubrir su inocencia. Ust edes son
inocent es y siem pre ha sido así. ¿Pueden realm ent e com prender est o? Si lo hacen, no
van a querer cam biar el m undo o luchar cont ra la inj ust icia nunca m ás. Van a querer
j ugar, t engan alegría y disfrut en cada m om ent o de sus vidas y sim plem ent e sean
quienes son y com part an eso con ot ros.

Cuando ust edes t rabaj adores de la luz liberen la idea de que t ienen que luchar, por algo
o por alguien, no serán m ás enfrent ados por el ‘m undo ext erno’, por la sociedad o por
ot ra gent e en general, por ser diferent es. Ust edes no van a querer cam biar nada y de
est a m anera no encont rarán resist encia. Sabrán que son bienvenidos, que la cont ribución
de ust edes a est a realidad es valiosa y que son valorados por los ot ros.
Cuando ust edes hayan liberado com plet am ent e la conciencia basada en el ego, sabrán
que est án exent os de persecución o am enaza ext erna. Habrán dej ado at rás los papeles
de víct im as y acusadores; su viaj e habrá llegado a un círculo com plet o. Habrán liberado
sus cargas kárm icas y serán t ot alm ent e libres de crear t odo lo que quieran.

Ust edes est án a punt o de nacer a una nueva conciencia. Ést a es una clase de conciencia
que ha liberado com plet am ent e la necesidad de cont rolar o poseer algo. Est á libre de
m iedo. Es la conciencia Críst ica. Cuando Jesús vivió en la t ierra, él quiso decirles a
ust edes que la espirit ualidad no se t rat a de una bat alla ent re la luz y la oscuridad. Se
t rat a de hallar un nivel de conciencia que va m ás allá del bien y el m al, un lugar desde el

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Trabaj adores de la Luz - Trabaj adores de la Luz I I I

cual puedan com prender y acept ar t odas las cosas. “ El reino de Dios est á dent ro” . Todo
lo que ust edes necesit an est á dent ro. La paz, la alegría y la t ranquilidad son suyas
cuando ust edes realm ent e se dan cuent a de quiénes son: un ser divino en expresión.

Sólo cuando se dan cuent a de est o ust edes est án aquí para t ransform arse y sanarse a
ust edes m ism os, cuando las cosas com ienzan realm ent e a cam biar, para ust edes, y,
com o un efect o colat eral, para ot ras personas que los rodean. El m undo es lo que es y lo
m ás elevado que ust edes pueden hacer por él es sim plem ent e am arlo por lo que es.
Am en y vean la belleza de cada sim ple ser que est á viaj ando a t ravés de est e plano de la
realidad.

Muchos de ust edes est án m ot ivados por la energía de Jesús. Est o es porque él es su
parient e. Jesús fue sim plem ent e un t rabaj ador de la luz no cargado con at aduras
kárm icas, un t rabaj ador de la luz en posesión de un elevado nivel de conocim ient o de sí
m ism o. Ust edes son t ocados por su energía porque saben que es la energía hacia la que
se est án m oviendo. La energía de Crist o es la energía de su propio ser fut uro.

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I

Del ego al corazón I


Cuatro etapas en la transformación de la conciencia
En las part es ant eriores, hem os descrit o los ant ecedent es hist óricos del viaj e de los
t rabaj adores de la luz desde la conciencia basada en el ego a la conciencia basada en el
corazón.
Est a part e est ará ent eram ent e dedicada a las caract eríst icas psicológicas de est a
t ransform ación. Hem os dividido est e proceso en cuat ro pasos o est adios, los cuales
resum irem os ot ra vez para aclarar:

1. Est ar insat isfechos de lo que la conciencia basada en el ego t iene para ofrecerles,
anhelar ‘algo m ás’: el com ienzo del final.

2. Com enzar a ser conscient es de sus at aduras a la conciencia basada en el ego,


reconocer y liberar las em ociones y pensam ient os que van con ella: la m it ad del
final.

3. Perm it ir que m ueran dent ro de ust edes las viej as energías basadas en el ego,
elim inando el capullo, siendo su nuevo ser: el final del final.

4. El despert ar dent ro de ust edes de la conciencia basada en el corazón, m ot ivada por


am or y libert ad; ayudar a ot ros a hacer la t ransición.

Estadio uno: el ego ya no satisface más

La t ransición desde la conciencia basada en el ego a la basada en el corazón com ienza


con la experiencia de un vacío int erior. Cosas que ant es les llam aban com plet am ent e la
at ención, o sit uaciones que los at rapaban com plet am ent e, ahora los dej an vacíos o sin
inspiración. De algún m odo, las cosas parecen haber perdido su significado usual y
propósit o.

La conciencia, ant es de que se experim ent e est e vacío, est á en las garras del m iedo y
consecuent em ent e necesit a reafirm arse a sí m ism a const ant em ent e. Est á
const ant em ent e buscando validación ext erna, porque no est á dispuest a a enfrent ar el
subyacent e m iedo al rechazo y a la soledad. Est e m iedo profundo y la necesidad de
validación ext erna puede haber est ado m ucho t iem po escondido com o el verdadero
m ot ivo de sus acciones. Toda su vida puede haber sido const ruida sobre est o, sin que
ust edes sean conscient es de ello. Tal vez ust edes son conscient es de una vaga
int ranquilidad o t ensión int erior. Pero frecuent em ent e, una circunst ancia m ayor t al com o
la rupt ura de una relación, el fallecim ient o de alguien am ado o la pérdida de un t rabaj o,
ha venido a invit arlos a verdaderam ent e exam inar de qué se t rat a est a t ensión o
int ranquilidad.

Cuando el ego es el cent ro de su ser, su conciencia y su vida em ocional est án en est ado
de calam bre. Ust edes est án encogidos por m iedo, y debido a est a posición, est án

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I

const ant em ent e a la defensiva. Cuando ust edes est án en la et apa del ego, siem pre
experim ent an carencia, necesidad de m ás. La base de sus pensam ient os, sent im ient os y
acciones es un aguj ero negro, un vacío que nunca puede ser llenado com plet am ent e. A
m edida que ust edes desvían su conciencia de él, es un aguj ero de m iedo, un lugar
cubiert o por som bras. En las som bras, hay un vacío, del cual son vagam ent e conscient es,
pero ust edes no quieren ir allí.
En est a et apa, sus relaciones con Dios o Todo Lo Que Es est á m arcada por sent im ient os
de separación. Profundam ent e en su int erior, se sient en solos y abandonados. Sient en
com o si fuesen un fragm ent o quebrado, sin significado, sin propósit o. Y m ient ras ust edes
ocult an su m iedo a est o, solo lo experim ent an indirect am ent e, com o una som bra.

La gent e se at erroriza de enfrent ar el vacío int erno con plena consciencia. Ellos se
at errorizan de encont rar la cabeza de su oscuridad int erior e invest igarla. Sin em bargo, si
ust edes no la enfrent an, t odavía est ará allí, y ust edes necesit arán desarrollar ‘est rat egias
para m anej arlo’ para hacer la vida soport able. La est rat egia del ego siem pre es t rat ar con
el problem a en la periferia, en lugar de hacerlo en el cent ro. El ego busca resolver el
problem a m oviendo la conciencia hacia fuera. Trat a de aliviar el dolor int erno
alim ent ándolos con energías ext ernas. Las energías a las que part icularm ent e se
aficionan son reconocim ient o, adm iración, poder, at ención, et cét era. De est e m odo, el
ego aparent em ent e crea una respuest a al anhelo profundo del alm a por unidad,
seguridad y am or.

Est e anhelo es en sí m ism o ent eram ent e válido y genuino. Es Dios llam ándolos. Es su
propia nat uraleza llam ándolos. ¡Ust edes son Dios! Dios es la energía de la unidad,
seguridad y am or. Todos anhelan el am or incondicional y el abrazo de la Energía que
ust edes llam an Dios. En esencia, ést e anhelo es el anhelo de darse cuent a t ot alm ent e de,
y por lo t ant o ser uno con, su propio Ser divino. Su propia divinidad es su ent rada al
am or incondicional. Ust edes sólo pueden encont rarlo yendo a t ravés del m iedo y la
oscuridad que los rodea, y est o lo hacen volviéndose hacia el int erior, en lugar de ir hacia
el ext erior. Ust edes lo hacen em pleando su conciencia com o una luz que ahuyent a a las
som bras. La conciencia es luz. Por lo t ant o, ést a no necesit a luchar con la oscuridad; su
m era presencia la disuelve. Volviendo su consciencia hacia el int erior, en verdad les
sucederán m ilagros.

El ego, sin em bargo, procede exact am ent e del m odo cont rario. Regist ra la necesidad de
am or y seguridad pero apunt a a responder a est a necesidad sin enfrent ar la oscuridad y
el m iedo int erior. Para efect uar est o, aplica un ciert o ‘t ruco’: t ransform a la necesidad de
am or en necesidad de aprobación o reconocim ient o por part e de ot ras personas. Una vez
que ust edes piensan que ser am ado es ser adm irado por sus logros, no necesit an ir al
int erior por am or nunca m ás; ¡ust edes sim plem ent e t ienen que t rabaj ar m ás duro! De
est e m odo, el ego se esfuerza por m ant ener la t apa en la cacerola del m iedo.
Su anhelo original por am or y dichosa unidad ahora ha sido dist orsionado en el deseo por
reconocim ient o. Ust edes est án const ant em ent e buscando validación ext erna, la cual
t em poralm ent e les provee algo de seguridad. Su conciencia est á esencialm ent e
focalizada en el m undo ext erno.
Ust edes confían en el j uicio de ot ras personas y son m uy nerviosos acerca de lo que la
gent e piensa de ust edes. Est o es m uy im port ant e para ust edes, ya que su aut oest im a
depende de est o. En realidad, ust edes sient en que su aut oest im a desciende y desciende,
ya que est án ent regando su poder a fuerzas ext ernas, quienes los j uzgan por sus
desem peños ext ernos, no por su verdadero ser.
Mient ras t ant o, el sent im ient o profundam ent e asent ado de abandono y soledad no es
aliviado. En realidad se vuelve peor, ya que ust edes rehusan m irarlo. Ést o, que ust edes
no quieren m irar, viene a ser su ‘lado ensom brecido’. El m iedo, el enoj o y la negat ividad
pueden rondar ahí e influenciarlos, int ensificado por la negación a ir dent ro.
El ego puede ser m uy t enaz cuando viene a suprim ir ciert as dudas, sospechas y
sent im ient os; no dej ará el cont rol fácilm ent e.

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I

Lo que ust edes perciben com o ‘m alo’ en su m undo siem pre es el result ado de adherirse
al poder personal. Es rechazo a ent regar cont rol y acept ar el m iedo y la oscuridad
int erior.
El prim er paso a la ilum inación es rendirse a lo ‘que es’.
I lum inación significa que ust edes perm it en t odos los aspect os de su ser en la luz de su
conciencia. I lum inación no significa que ust edes son com plet am ent e conscient es de t odo
dent ro de ust edes, sino que ust edes est án deseando enfrent ar cada aspect o
conscient em ent e.
I lum inación es igual a am or. Am or significa: acept ación de ust edes m ism os t al com o son.

La oscuridad int erior, que sient e el abandono en lo m ás profundo de sus alm as y que
t odos ust edes t em en t ant o, es t em poral. La et apa del ego es solo un paso en el largo
desarrollo y despliegue de la conciencia. En est a et apa, el prim er salt o es dirigirse hacia
una conciencia divina individualizada.
El nacim ient o de una conciencia individual, el nacim ient o de ust edes com o un ‘alm a
separada’, va j unt o con la experiencia de ser dej ado solo, de ser separado de su
Madre/ Padre. Es com parable al t raum a del nacim ient o en su m undo físico. En el út ero, el
bebé experim ent a un sent im ient o oceánico de unidad con su m adre. Cuando nace, viene
a ser una unidad en sí m ism o.
Debido a est e t raum a de nacim ient o – hablando ahora del nacim ient o del alm a- el alm a
adquiere un sent im ient o de ser dej ada apart e; t iene que desprenderse de t odo lo que es
dado por garant izado.
( En un capít ulo post erior, volverem os a la noción del nacim ient o del alm a; solo querem os
rem arcar aquí que t am bién hay un aspect o del alm a que es et erno y sin t iem po, es decir
no expuest o al nacim ient o y m uert e) .

El alm a recién nacida anhela un ret orno al est ado de sem iconsciencia de unidad, del cual
ella viene y que ella considera ser su Hogar. Ya que est o es im posible, ella experim ent a
gran t em or y sent im ient os de desolación y duda. Est e t em or int erno y desorient ación,
gradualm ent e, generará el lugar de procreación para la confiscación de poder del ego. El
alm a t iene que t rat ar con el m iedo y el dolor, y el ego prom et e darle una solución. El ego
exhibe el prospect o de poder y cont rol a la conciencia del alm a. El alm a, sint iéndose sin
poder y perdida, se ent rega y coloca al ego al com ando.

El ego es esa part e del alm a que est á orient ada hacia lo m at erial, hacia el m undo
ext erno. En esencia, el ego es el inst rum ent o del alm a para m anifest arse a sí m ism a en
el ser físico dent ro del t iem po y el espacio.
El ego provee conciencia con foco. Est e vuelve a la conciencia específica en lugar de
oceánica, ‘aquí y ahora’ en lugar de ‘en t odo lugar’. El ego t raslada los im pulsos int ernos
a form as m at eriales específicas. Es esa part e de ust edes que llena el vacío ent re la part e
de ust edes no física ( espirit ual) y la part e física.
Para el alm a com o un ser espirit ual no físico, es t ot alm ent e anorm al est ar est ancada en
t iem po y espacio.
El alm a es la part e de ust edes m ism os esencialm ent e independient e y libre. El ego, por
ot ro lado, at a y fij a.
Les perm it e funcionar en la realidad física. Com o t al, el ego j uega un papel
verdaderam ent e valioso que no t iene nada que ver con ‘bueno’ o ‘m alo’. Cuando ést e
funciona en una sit uación equilibrada, es neut ral y una herram ient a indispensable para el
alm a que habit a en la t ierra en un cuerpo físico.
Sin em bargo, cuando el ego com ienza a gobernar la conciencia del alm a, en lugar de
funcionar com o su herram ient a, el alm a se desequilibra. Cuando el ego dispone sobre el
alm a ( el rasgo t ípico de la conciencia basada en el ego) , el ego no t rasladará
sim plem ent e los im pulsos int ernos a la form a m at erial, sino que cont rolará y suprim irá
select ivam ent e aquellos im pulsos. El ego ent onces les present a una im agen dist orsionada
de la realidad. El ego desequilibrado siem pre est á persiguiendo el poder y cont rol y en
est a luz int erpret ará t odos los hechos com o posit ivos o negat ivos.

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I

Es bast ant e inst ruct ivo descubrir sus propias m ot ivaciones basadas en el poder y cont rol
en su andar diario. Trat en de observar cuán a m enudo ust edes quieren at ar cosas o
personas a su volunt ad, incluso si es por una causa noble. ¿Cuán frecuent em ent e
ust edes se fast idian porque las cosas no van a su m odo?
Es im port ant e darse cuent a que debaj o de la necesidad de cont rol siem pre est á el m iedo
de perder cont rol. Por lo t ant o pregúnt ense a ust edes m ism os: ¿cuál es el riesgo de
liberar cont rol, de dej ar ir la necesidad por lo predecible? ¿Cuál es m i t em or m ás
profundo?
El precio que ahora ust edes est án pagando por m ant ener las cosas ‘baj o cont rol’ es que
sus act it udes hacia la vida son t ensas y reprim idas.
Cuando ust edes se at reven a vivir desde la inspiración int erna, y sólo hacen lo que les
brinda alegría, est o creará un orden nat ural y verdadero en sus vidas. Ust edes se
sent irán relaj ados y felices, sin la necesidad de m oldear el fluj o de vida. Est o es vivir sin
t em or: vivir con plena confianza en lo que la vida les t raerá. ¿Pueden ust edes hacer eso?

Para un alm a j oven, la t ram pa de la conciencia basada en el ego es casi inevit able. El ego
ofrece una salida al problem a ( de m iedo y abandono) ; desvía su at ención de ‘lo que est á
ahí en el int erior’ a ‘lo que ust edes quieren obt ener del m undo ext erno’. Est a no es la
solución real del problem a, pero parece t raer alivio por un t iem po. Ej ercer poder y
cont rol sobre su ent orno puede darles una sat isfacción t em poral o ‘est ím ulo’. Hay un
breve sent im ient o de ser am ado, adm irado y respet ado. Alivia su dolor por un t iem po.
Pero es de cort a vida y t ienen que esforzarse ot ra vez para dest acarse, para ser incluso
m ej ores, m ás bellos o m ás út iles. Por favor, sean conscient es de que baj o la bandera del
ego, ust edes pueden ser t ant o dulces com o m aliciosos, t ant o los que dan com o los que
t om an, t ant o dom inant es com o serviles. Mucho de lo que se da aparent em ent e con
generosidad es un llam ado inconscient e de atención, am or y reconocim ient o hacia el que
recibe el regalo. Cuando ust edes est án siem pre cuidando y dando a ot ros, sim plem ent e
est án escondiéndose de ust edes m ism os. Por lo t ant o, para ent ender qué significa la
dom inación del ego, ust edes no necesariam ent e t ienen que pensar en crueles t iranos
com o Hit ler o Saddam Husseim . Sost engan est o sim plem ent e; obsérvense en su vida
diaria. La presencia de la dom inación del ego puede reconocerse por la necesidad de
cont rolar cosas. Ust edes quieren que ciert a persona se com port e de un m odo
det erm inado, por ej em plo. Para hacer que est o suceda, ust edes exhiben ciert o t ipo de
com port am ient o. Ust edes son condescendient es y dulces por ej em plo, y t rat an de no
herir nunca los sent im ient os de algún ot ro. Hay una necesidad de cont rol det rás de est e
com port am ient o. “ Porque quiero que t ú m e quieras, no est aré nunca en cont ra t uyo” .
Est a línea de pensam ient o est á basada en el m iedo. Es m iedo de depender de ust edes
m ism os, m iedo de ser rechazado o abandonado. Lo que parece ser dulce y agradable en
realidad es una form a de abnegación. Est o es el ego t rabaj ando.

Mient ras el ego gobierne sus alm as, para sent irse bien, necesit arán alim ent arse a sí
m ism os con la energía de ot ros. Parecen t ener que m erecer la acept ación de ot ras
personas, de una aut oridad ext erior a ust edes. Sin em bargo, el m undo que los rodea no
es fij o o est able. Ust edes realm ent e nunca pueden confiar en la fidelidad perm anent e de
aquél en quien ust edes confían, sea ést e cónyuge, j efe o padres. Ést o es lo que ust edes
t ienen que ‘t rabaj ar’ t odo el t iem po, est ar siem pre en vigilancia de ‘porciones de
aprobación’ viniendo a ust edes. Ést o explica el est ado de t ensión y nerviosism o de la
m ent e en el que perm anent em ent e se encuent ra cualquiera que est é en la et apa del ego.

El ego no puede proveerlos de verdadero am or y aut oest im a. La solución que ofrece para
el t raum a de abandono en realidad es un aguj ero sin fondo. La verdadera m isión de la
conciencia del alm a j oven es volverse los padres que ha perdido.
Por favor sean conscient es de que le est ruct ura de la vida t errest re, considerando el
proceso de com enzar com o un bebé desam parado y crecer para ser un adult o
independient e, a m enudo los invit a a hacer precisam ent e eso. Cuán frecuent em ent e la
llave para la felicidad real en sus vidas consist e en est o: que ust edes lleguen a ser sus
propios padre y m adre, y darse a ust edes m ism os el am or y la com prensión que han

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I

perdido y est á perdida desde ot ros. A la larga, al nivel m et afísico al cual hem os est ado
hablando, est o significa: llegar a com prender que ust edes son Dios, no una de sus
pequeñas ovej as perdidas. Ést a es la com prensión que los llevará al hogar. Ést a es la
com prensión que los llevará al corazón de quienes ust edes son, lo cual es am or y poder
divino.

El final de la et apa del ego aparece cuando el alm a se da cuent a de que est á repit iendo
una y ot ra vez el m ism o ciclo de acciones y pensam ient os. El ego pierde su dom inio
cuando el alm a se vuelve agot ada y aburrida de esforzarse t odo el t iem po por un t esoro
incluso fugaz. El alm a ent onces com ienza a sospechar que las prom esas del j uego en el
que est á son falsas y que en realidad no hay nada allí que ganar para ella. Cuando se
cansa de int ent ar y est ar encim a de eso t odo el t iem po, ella dej a ir un poco el cont rol.
Con m enos energía yendo a cont rolar los pensam ient os y com port am ient o, se abre un
espacio energét ico que perm it e experiencias nuevas y diferent es.
Al principio, cuando ust edes ent ran a est a et apa, pueden sent irse solam ent e m uy
cansados y vacíos por dent ro. Las cosas que ant es consideraban im port ant es ahora
pueden parecer com plet am ent e sin significado. A m enudo, pueden em erger t em ores que
no t ienen causas claras o inm ediat as. Pueden ser vagos t em ores a m orir o a perder a sus
seres queridos. Tam bién puede surgir ira, relacionada con sit uaciones en sus t rabaj os o
en sus m at rim onios. Todo lo que parecía ser evident e por sí m ism o ahora est á baj o duda.

Aquello que la conciencia basada en el ego int ent aba prevenir, finalm ent e sucede.
Gradualm ent e, la t apa se levant a de la olla, y t oda clase de em ociones incont rolables y
t em ores salen y ent ran a su conciencia, sem brando duda y confusión en su vida. Hast a
aquel m om ent o, ust edes est uvieron funcionando m ayorm ent e en pilot o aut om át ico.
Muchos pat rones de pensam ient os y de sent im ient os dent ro de ust edes sucedían
aut om át icam ent e; ust edes les perm it ían pasar incuest ionablem ent e. Est o daba unidad y
est abilidad a su conciencia. Sin em bargo, cuando su conciencia crece y se expande, su
personalidad se divide en dos. Una part e de ust edes quiere m ant enerse en los viej os
m odos, la ot ra part e cuest iona est os m odos y los confront a a ust edes con sent im ient os
desagradables t ales com o la ira, el m iedo y la duda.

La expansión de la conciencia que ocurre al final de la et apa del ego es de est e m odo
frecuent em ent e experim ent ada com o un aguafiest as, un int ruso m al recibido que arruina
el j uego. Est a nueva consciencia alt era t odo lo que ant es parecía obvio y despiert a
em ociones dent ro de ust edes con las cuales no saben cóm o t rat ar. Cuando ust edes
com ienzan a dudar de los m odelos de pensam ient o y acción basados en el ego, una
nueva part e de ust edes ent ra a su consciencia. Es la part e de ust edes que am a la verdad
en lugar del poder.

Vivir conform e a lo que dispone el ego es m uy represivo. Ust edes est án sirviendo a un
pequeño – t em eroso- dict ador que aspira al poder y al cont rol, no solo sobre su ent orno,
sino específicam ent e sobre ust edes.
Sus fluj os de sent im ient os e int uición espont áneos son reprim idos por él. Al ego no le
gust a m ucho la espont aneidad. Los ret iene de expresar librem ent e sus sent im ient os, ya
que los sent im ient os y las em ociones son incont rolables e im predecibles, lo cual es
peligroso para el ego. El ego t rabaj a con m áscaras.

Si su ego les dict a: “ sé dulce y considerado, para ganar la sim pat ía de las personas” ,
ust edes sist em át icam ent e suprim irán sent im ient os de desagrado e ira dent ro de ust edes.
Si com ienzan a dudar de la viabilidad de est e m andat o, est ás em ociones suprim idas
aparecerán inm ediat am ent e. Los sent im ient os no se elim inan al ser suprim idos. Ellos
siguen viviendo y ganan int ensidad cuant o m ás son suprim idos.

Una vez que el alm a experim ent a el vacío y la duda que es t an caract eríst ico del final de
la et apa del ego, es posible encont rar y enfrent ar t odos los sent im ient os y em ociones que

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I

ant es est uvieron escondidos en la oscuridad. Est os sent im ient os y em ociones cont enidos
son la puert a de ent rada a su Ser superior. Explorando lo que ust edes realm ent e sient en,
en lugar de lo que se supone que deban sent ir, ust edes recuperan su espont aneidad e
int egridad, esa part e de ust edes que a m enudo es llam ada su ‘niño int erior’. Tom ando
cont act o con sus verdaderos sent im ient os y em ociones se colocan en el cam ino de la
liberación. La t ransición a la conciencia basada en el corazón ha com enzado ent onces.

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I I

Del ego al corazón II


Explorando sus heridas internas
Hem os resalt ado cuat ro et apas en la t ransform ación desde la conciencia basada en el ego
a la conciencia basada en el corazón:

1. Est ar insat isfechos de lo que la conciencia basada en el ego t iene para ofrecerles,
anhelar ‘algo m ás’: el com ienzo del final.

2. Com enzar a ser conscient es de sus at aduras a la conciencia basada en el ego,


reconocer y liberar las em ociones y pensam ient os que van con ella: la m it ad del
final.

3. Perm it ir que m ueran dent ro de ust edes las viej as energías basadas en el ego,
elim inando el capullo, siendo su nuevo ser: el final del final.

4. El despert ar dent ro de ust edes de la conciencia basada en el corazón, m ot ivada por


am or y libert ad; ayudar a ot ros a hacer la t ransición.

En est e capít ulo discut irem os el paso 2.

Cuando ust edes dej an de ident ificarse a sí m ism os con el ego, al principio est án en un
est ado de confusión acerca de quiénes son ust edes. Est a confusión puede ser m uy
profunda y de nat uraleza filosófica. Ust edes se hacen pregunt as acerca del significado de
la vida, acerca del bien y el m al, acerca de lo que ust edes realm ent e sient en y piensan
com o opuest o a lo que ot ros piensan que ust edes sient en y piensan. Est as pregunt as son
repent inam ent e m uy reales para ust edes y t ienen una relación direct a en las elecciones
de vida que hacen. Se observan a ust edes m ism os y piensan: ¿ést e soy yo?, ¿Est o es lo
que quiero? Es difícil hacer elecciones ahora, ya que nada m ás es evident e por sí m ism o.

En realidad, ust edes ahora est án dando un paso hacia at rás, un paso dent ro de lo
profundo: un paso hacia dent ro. Ust edes com ienzan a ser concient es de part es m ás
profundas de ust edes, part es que est án m enos condicionadas por su educación y por su
sociedad. Ust edes reciben vist azos de quienes realm ent e son: su singularidad, su
individualidad. Recuerdan que hay una part e de ust edes que no es dependient e de nada
de lo que los rodea, sus padres, sus t rabaj os, sus relaciones, ni siquiera de su cuerpo.
Est o sucede cuando –vagam ent e- sient en su divinidad, la part e de ust edes que es
com plet am ent e ilim it ada y et erna.

En realidad, t odos ust edes son seres m ult idim ensionales: ust edes pueden ( y lo hacen)
m anifest arse a ust edes m ism os en varias realidades diferent es al m ism o t iem po. Ust edes
no est án ligados a un m arco de t iem po lineal. Su act ual personalidad solo es un aspect o
de la ent idad m ult idim ensional que ust edes son. Cuando sea que ust edes se den cuent a
de que su expresión act ual com o un ser hum ano físico es sim plem ent e un aspect o de
ust edes, irán m ás allá de ella y podrán ent rar en cont act o con el Ser superior que
ust edes son.

Pero ant es de que logren est o, necesit an sanar las part es heridas dent ro de ust edes.
Vivir de acuerdo a los m andat os y dem andas del ego ha creado heridas psicológicas

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I I

dent ro de ust edes. El dej ar ir la conciencia basada en el ego inicialm ent e crea confusión,
dudas y desorient ación.
Luego de est e prim er paso, ust edes ent ran a una nueva et apa: es la et apa de observar,
com prender y sanar sus heridas int ernas. Ahora hablarem os de est a et apa.

Con el ego al cont rol, por un buen t iem po sus acciones y pensam ient os han est ado
basados en el m iedo. De algún m odo, ust edes han perseguido despiadadam ent e sus
deseos de poder, reconocim ient o y cont rol. En est o, ust edes han desm ent ido su propia
nat uraleza. Su com port am ient o ha est ado basado en m odelos ext ernos en lugar de est ar
basado en sus propias necesidades verdaderas. Adem ás, ust edes no han sido capaces de
am ar realm ent e a alguien m ás, ya que el am or se opone com plet am ent e a la necesidad
de cont rolar o dom inar.
Todo est e est ado de conciencia const it uyó un at aque a la int egridad de sus alm as. El
alm a sufrió baj o el reinado del ego.

Cuando se libran del asim ient o y de la influencia del ego, est e dolor int erno se vuelve
m ás visible a ust edes. Es expuest o a ust edes –desnudo y en carne viva- despoj ado de
m áscaras. Sin em bargo, t odavía no saben cóm o t rat ar con est e dolor, ya que aún est án
en una et apa de confusión y desorient ación. Muy a m enudo, ust edes pasan a una et apa
de j uzgar sus heridas int ernas, porque ellas parecen llevarlos a m odelos de
com port am ient o negat ivos: adicción, depresión, im pulsos incont rolables, problem as de
com unicación, dificult ades en las relaciones ínt im as.
Así, la aut ocrít ica inflige m ás dolor sobre el alm a, quien recién ha com enzado a virar
hacia la Luz. Ella est á dej ando ir la necesidad de poder y cont rol, ella se est á volviendo
m ás sensible… y ent onces se pone al día con la aut ocrít ica.
Muchas personas andan errando en est e t errit orio no hum ano ent re el ego y el corazón.
Ellos est án buscando una realidad m ás am orosa, pero aún est án al alcance de los azot es
del ego.

En realidad, no son sus heridas int ernas lo que los hace caer presos de lo que ust edes
consideran “ rasgos negat ivos” en ust edes m ism os. Es su aut ocrít ica a las heridas lo que
causa la negat ividad. Si ust edes se observan con una act it ud de acept ación, ust edes no
van a ver a una persona adict a, depresiva o fracasada. Ust edes sólo ven dolor int erno
que necesit a ser vigilado y cuidado de la m anera m ás gent il y bondadosa posible.
El paso m ás im port ant e en la et apa dos de la t ransición del ego al corazón es que
ust edes est án queriendo ent ender su dolor int erno: acépt enlo, com prendan sus orígenes,
y perm ít anle ser.

Si ust edes pueden percibir el núcleo de m iedo que es inherent e a t odas las expresiones
de conciencia basadas en el ego, ust edes han ent rado a la realidad de la conciencia
basada en el corazón. Por m ás censurable que sea el com port am ient o de alguien, si
ust edes reconocen el dolor, la soledad y le necesidad de aut oprot ección que hay debaj o,
ent ran en cont act o con el alm a que est á desplegando el com port am ient o negat ivo. Tan
pront o com o ust edes perciben el alm a en t em or, son capaces de perdonar.
Est o es lo que prim ero y principalm ent e sucede en relación con ust edes m ism os.

Tom en algo de ust edes m ism os que realm ent e det est en. Algo que realm ent e los
avergüence y de lo que piensan que deberían haberse liberado t iem po at rás. Puede ser
inseguridad, holgazanería, im paciencia, o una adicción: algo que ust edes sient an que no
debería est ar ahí. Ahora t rat en de ent ender el m ot ivo real det rás de est e rasgo o
t endencia. ¿Qué los obliga a ust edes a sent ir o hacer est o una y ot ra vez? ¿Pueden
ust edes percibir un elem ent o de m iedo dent ro de sus m ot ivaciones?
Se dan cuent a de que en cuant o com prenden que es m iedo, ust edes se ablandan por
dent ro, sint iendo algo com o: “ ¡Oh Dios, no sabía que est abas t an at em orizado! Te
ayudaré” . Ahora hay t olerancia en sus act it udes. Hay am or y perdón.

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I I

Mient ras j uzguen los com port am ient os basados en el m iedo, t ales com o agresión,
adicción, subordinación, vanidad ( et cét era) com o “ m alo” , “ pecam inoso” o “ est úpido” ,
ust edes est arán j uzgando. Pero j uzgar es t am bién una act ividad basada en el m iedo. ¿Se
han dado cuent a de que cuando j uzgan, ust edes se vuelven m ás duros por dent ro? Algo
se apriet a, com o labios presionándose ent re sí u oj os volviéndose insensibles. ¿Por qué
necesit am os j uzgar cosas? ¿Cuál es la urgencia de lim it ar las cosas a correct o e
incorrect o? ¿Cuál es el m iedo debaj o de nuest ra necesidad de j uzgar? Es el m iedo de
enfrent arnos con nuest ra propia oscuridad. Es, esencialm ent e, el m iedo de vivir.

Al dej ar ir la conciencia basada en el ego, ust edes querrán desarrollar una m anera
com plet am ent e nueva de m irar las cosas. Est a form a de m irar puede ser m ej or descript a
com o neut ral, queriendo decir que sólo se t om a not a de lo que es, y no se t iene int erés
en cóm o las cosas “ deberían ser” . Son observadas las causas y efect os de los
com port am ient os basados en el ego, es reconocido el núcleo de m iedo int erno, y
ent onces el ego se vuelve realm ent e t ransparent e para ust edes. Si ust edes quieren
pueden dej ar ir cualquier cosa que sea t ransparent e para ust edes.

Todo ser hum ano conoce el m iedo. Cada uno de ust edes conoce la oscuridad y soledad
de est ar at rapado en el m iedo. Cuando el m iedo se m uest ra abiert am ent e con la cara de
un niño, la m ayoría de las personas reaccionan inst ant áneam ent e ext endiendo sus
m anos.
Pero cuando el m iedo se m uest ra indirect am ent e, a t ravés de m áscaras de violencia y
brut alidad, parece im perdonable. Cuant o m ás dest ruct ivo y cruel es el com port am ient o,
m ás difícil es percibir el m iedo y la desolación que hay det rás.
Aún así, ust edes son capaces de hacerlo.
Desde las profundidades de sus propias experiencias de m iedo y desolación, ust edes
pueden ent rar en cont act o con el profundo t em or en las alm as de los asesinos, violadores
y crim inales.
Es posible para ust edes com prender sus acciones. Y si lo hacen, basados en sus propias
experiencias ínt im as con la oscuridad, ust edes pueden largarlo. Ust edes pueden dej arlo
ser, sin la necesidad de j uzgar a nadie. Si ust edes verdaderam ent e com prenden que el
m iedo es un poder que est á y del cual ust edes son com plet am ent e conocedores a t ravés
de sus experiencias de vida, ust edes pueden dej ar de j uzgar. El m iedo no es ni bueno ni
m alo. El m iedo ES, y t iene un det erm inado papel que j ugar.

De form as que son m uy difíciles de expresar en concept os hum anos, el m iedo es t ant o
una bendición com o una t ort ura. En cualquier caso, la opción de perm it ir el m iedo en su
realidad fue hecha por ust edes. Ust edes fueron el Dios –com o quien dice- que perm it ió
que el m iedo j uegue un papel const it ut ivo en su realidad. Ust edes hicieron est o no para
t ort urarse a ust edes m ism os sino PARA CREAR, crear una realidad que t uviera m ás
sust ancia, m ás “ plenit ud” en ella que un m undo basado únicam ent e en am or. Com prendo
que est o puede parecerles increíble, pero t al vez ust edes puedan int uit ivam ent e
com prender lo que yo est oy t rat ando de decir aquí.

El m iedo es una part e viable de la creación. Donde hay m iedo, no hay am or. Donde no
hay am or, el am or puede ser hallado de m aneras nuevas e im predecibles. Un rango
com plet o de em ociones pueden ser exploradas, incluso creadas, con la ausencia del
am or. La ausencia de am or puede sent irse de una variedad de form as. La presencia de
am or sólo puede sent irse cont ra el fondo de m iedo. De ot ra m anera, est aría t odo
expandido y ust edes no podrían percibirlo com o t al.
Por lo t ant o, al crear m iedo, al cat apult arse ust edes m ism os fuera del océano de am or
que los rodeaba, ust edes se perm it ieron experim ent ar am or por prim era vez. ¿Lo
com prenden? Ust edes no crearon am or, sino que crearon la experiencia de am or.
Necesit aban un opuest o, algo m ás que am or, para hacer est o, y ut ilizaron al m iedo com o
un inst rum ent o. Nosot ros, del ot ro lado del velo, podem os ver claram ent e el rol espirit ual
que j uega el m iedo en su realidad. Siendo así, nosot ros les suplicam os, una y ot ra vez,
que no j uzguen. Por favor no j uzguen al m iedo y la oscuridad que t rae, ni en ust edes

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I I

m ism os ni en cualquier ot ro ser. Todos ust edes fueron creados desde el am or y al am or


deben ret ornar.

Cuando ust edes ent ran a la et apa dos del proceso de t ransform ación del ego al corazón,
son enfrent ados al dolor int erno, su m iedo, y son invit ados a m irarlo con com prensión y
acept ación.
Luego de volverse concient es de su dolor y m iedo int erno, ust edes pueden ir prim ero a
t ravés de un período de aut ocrít ica, en el cual pueden desarrollar com port am ient o
dest ruct ivo. Puede parecer que ust edes est án yendo hacia at rás en lugar de ir hacia
delant e. En ese punt o, ust edes est án en la zona peligrosa, el t errit orio no hum ano ent re
el ego y el corazón. Ust edes saben que t ienen que salirse de lo viej o, pero t odavía no
pueden realm ent e abrazar lo nuevo, por lo t ant o quedan enganchados con la
desconfianza en sí m ism os y aut ocrít ica. El punt o de inflexión es cuando ust edes dej an
de j uzgarse a sí m ism os – por lo m enos por un rat o.

Sólo cuando est án preparados para m irarse a ust edes m ism os con una act it ud de int erés
y apert ura, es que ust edes ent ran a la realidad de la conciencia basada en el corazón.
Ant es de eso, ust edes est án m eram ent e com parándose con un m odelo art ificial o ideal
que, la m ayoría de las veces, es insuficient e. Ust edes se golpet ean con est o, y luego
t rat an ot ra vez de int roducirse por la fuerza en aquel m odelo que crearon para ust edes
m ism os en su cabeza.
Est a clase de perfeccionism o, del que les hablo, es un arm a asesina. Es t ot alm ent e lo
opuest o a am or. El am or verdaderam ent e no com para y, m ás im port ant e, nunca quiere
forzarlos a algo o cam biarlos en ningún m odo. El am or no t iene oj os para lo que debería
ser. La verdadera cat egoría de ‘debería’ es ausencia de la conciencia del corazón. Vist o
desde el corazón, las cat egorías m orales siem pre son m odos de int erpret ar o ‘dividir’ la
realidad. Hay ideas en sus cabezas, y com o ust edes saben, pueden diferir m ucho de
cabeza a cabeza. La verdadera necesidad de est ablecer m odelos y definir lo bueno es el
precursor del conflict o hum ano y de la guerra. No son t ant o las ideas com o la necesidad
im plícit a de cont rol y dirección, lo que causa agresión y conflict o.

Los ideales polít icos, personales o espirit uales, los est ándares de salud, belleza y
sanidad, t odos los proveen de m odelos de cóm o deberían ser las cosas, o de cóm o
ust edes deberían com port arse. Todos ellos t rat an de fij ar y definir qué es BUENO.
Pero el AMOR no est á int eresado en definir lo Bueno.
No est á int eresado en las ideas, sino en la realidad.
El am or se vuelca hacia lo que es real.
El corazón est á int eresado en t odo lo que es, en cada expresión real de ust edes, las
dest ruct ivas y las const ruct ivas. Él sim plem ent e t om a not a; él sim plem ent e est á ahí,
rodeándolos con su presencia, si ust edes lo perm it en.
Si ust edes se abren a la realidad del am or, la realidad del corazón, ust edes liberan el
j uicio. Acept an quienes son en est e m om ent o. Se dan cuent a de que son quiénes son a
causa de una m ult iplicidad de razones, las cuales ahora ust edes est án yendo a invest igar
y a explorar.

Cuando llega est e m om ent o, es una gran bendición para el alm a. Ahora ust edes son
capaces de sanarse a ust edes m ism os. Caerán en la aut ocrít ica de t iem po en t iem po,
pero ahora ust edes t ienen un m em oria concient e de cóm o se sient e el am or. Y en cuant o
ust edes la t engan, volverán a encont rarla ot ra vez, porque han saboreado el dulce
perfum e del Hogar nuevam ent e.

En la segunda et apa de la t ransición desde el ego al corazón, ust edes ent ran en cont act o
m ás cercano con ust edes m ism os. Est án t eniendo una visión m ás cercana de su equipaj e
del pasado. Est án reviviendo ot ra vez ( dolorosas) m em orias. Mem orias de est a vida, t al
vez m em orias de vidas pasadas. El bagaj e psicológico que ust edes cargan de t odos sus
t iem pos de vida, com plet am ent e en el present e, const it uye su ident idad act ual. Pueden

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I I

m irar est e equipaj e com o una valij a llena de vest im ent as. Ust edes han j ugado m uchos
roles en el pasado, han asum ido m uchas act it udes, exact am ent e com o piezas de vest ir.
Ust edes han creído t an fuert em ent e en algunos de est os roles, que llegaron a
considerarlos com o part e de su ident idad. “ Est e soy yo” , ust edes piensan de t ales roles o
‘vest im ent as’.

Sin em bargo, cuando ust edes verdaderam ent e invest igan qué t ienen que ver con ust edes
est os roles, descubrirán que ust edes no son ellos.
Ust edes no son los roles psicológicos o ident idades que asum en. Ust edes no son sus
vest im ent as.
Ust edes han em pleado est os roles, por una necesidad de experiencia sent ida por el alm a.
El alm a se deleit a en t odas las experiencias, porque ellas son part e del proceso de
aprendizaj e que ella m ism a se ha com prom et ido llevar adelant e. Considerándolo de est e
m odo t odas las experiencias son út iles y valiosas.

Cuando ust edes m iran m ás de cerca sus roles o ident idades, enseguida observan que ha
habido dolorosas, incluso t raum át icas experiencias en su pasado, las cuales aún est án
‘adheridas’ a ust edes. Ust edes parecen incapaces de dej arlas ir. Han pasado a ser com o
una ‘segunda piel’: piel en lugar de m era vest im ent a.
Aquellos son los elem ent os difíciles en su pasado, las piezas que ahora los ret ienen de
vivir verdaderam ent e y de disfrut ar la vida. Ust edes se han ident ificado m ucho con est as
part es, que ust edes piensan que son. Debido a est o, ust edes piensan que son una
víct im a, y de ello ext raen una conclusión negat iva acerca de la vida. Pero est as
conclusiones no consideran la vida com o t al, sólo consideran las part es t raum át icas en la
conciencia de su alm a.

Ést a es la part e que ahora necesit a sanación. Ust edes harán est o ent rando al pasado ot ra
vez, pero con la conciencia m ás am orosa y prudent e que j am ás hayan t enido. En la
segunda et apa del proceso de t ransform ación desde el ego al corazón, ust edes sanan
episodios del pasado rodeándolos con su conciencia present e. A t ravés de re-
experim ent arlos en el present e, desde un foco cent rado en el corazón, ust edes dej arán ir
las part es t raum át icas de su pasado.
El t raum a ocurre cuando experim ent an una gran pérdida o dolor o m aldad, y ust edes no
pueden com prender por qué sucede. Todos ust edes han experim ent ado el t raum a, en
m uchas de sus vidas. De hecho, la conciencia del alm a durant e la et apa del ego es
t raum at izada desde el com ienzo: hay una pérdida de Unidad u Hogar que ella recuerda y
no com prende.

Cuando ust edes vuelven al event o t raum át ico original a t ravés de la im aginación y lo
encierran con la conciencia del corazón, est án reem plazando su respuest a original a ese
event o. Lo sacan del horror y la incredulidad, sim plem ent e observando lo que sucede. En
la regresión, ust edes sim plem ent e observan lo que sucedió, y est e act o verdadero crea
espacio para la com prensión, espacio para la com prensión espirit ual de lo que en realidad
sucedió en ese event o. Cuando est e espacio est á present e, ust edes vuelven a ser
m aest ros de su realidad ot ra vez. Ahora ust edes son capaces de llegar a una acept ación
del episodio com plet o, ya que com prenden desde el corazón que hay significado y
propósit o en cada cosa que sucede. Ust edes pueden sent ir desde el corazón que un
elem ent o de libre elección est á present e en t odo lo que ocurre, y ent onces desarrollan
una acept ación de su propia responsabilidad por el event o. Cuando ust edes acept an su
propia responsabilidad, son libres de seguir rum bo.

Es sólo cuando se relacionan con sus ident idades pasadas com o un act or en sus roles,
que ust edes son libres de ir a cualquier lugar que quieran. Ent onces son libres de ent rar
a la conciencia basada en el corazón. Ust edes no sost ienen m ás ningún aspect o de lo que
han sido en el pasado: víct im a o agresor, hom bre o m uj er, blanco o negro, pobre o rico,
et cét era. Cuando ust edes puedan j ugar con los aspect os de la dualidad y sim plem ent e

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I I

puedan usarlos siem pre que les t raiga alegría y creat ividad, ust edes habrán alcanzado el
significado de la vida en la t ierra.
Experim ent arán m ucha felicidad y una clase de regreso al hogar. Est o es porque ust edes
est án en cont act o con la conciencia subyacent e a los diferent es roles e ident idades.
Ust edes t ocan base con su propia conciencia divina ot ra vez, la com prensión de que t odo
es uno, en breve: la realidad del am or.

Cerrarem os est e capít ulo dándoles dos ej ercicios, los cuales pueden ayudarlos a ent rar
en cont act o con aquella corrient e de unidad, aquella corrient e de conciencia divina que es
la corrient e ocult a de t odo lo que experim ent an.

Ejercicio 1
- ¿Qué caract eríst icas psicológicas, que ust edes consideren bast ant e com o una part e de
ust edes, causan en ust edes la m ayoría de los problem as en sus vidas? Nom bren dos de
t ales caract eríst icas.

- Enfóquense en los opuest os de esas caract eríst icas. Así, si ust edes t om aron
‘im paciencia’ o ‘inseguridad’, ahora se enfocaran en sus cont rapart es: paciencia y
confianza en sí m ism o. Sient an la energía de est as caract eríst icas por un m om ent o.

- Vayan adent ro y busquen est as energías dent ro de ust edes. Nom bren t res ej em plos en
su propia vida, en los cuales ust edes exhibieron est as caract eríst icas posit ivas.

- Ahora que ust edes est án en cont act o con est as caract eríst icas posit ivas, perm it an a sus
energías fluir a t ravés de ust edes y sient an cóm o los equilibran.

Ejercicio 2
- Reláj ense y perm it an a su im aginación viaj ar at rás hacia un m om ent o en el cual
ust edes se sint ieron m uy felices. Tom en la prim er cosa que ent re a su m ent e.
Sient an la felicidad nuevam ent e.

- Ahora vayan a un m om ent o en el cual ust edes se sint ieron ext rem adam ent e infelices.
Sient an la esencia de lo que sint ieron ent onces.

- Capt en lo que es com ún a am bas experiencias. Sient an lo que es igual en am bos


m om ent os.

Am bos ej ercicios est án pensados para que ust edes sepan de la conciencia subyacent e,
del “ ust edes” siem pre present e en t odas sus experiencias.
Est e recipient e siem pre- present e de conciencia, el t ransport ador de sus experiencias, es
el Ust edes divino. Es su ent rada a una realidad m ás allá de la dualidad: la realidad del
corazón.

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I I I

Del ego al corazón III


Liberando lo viejo
La t ransición desde la conciencia basada en el ego a la conciencia basada en el corazón
progresa a lo largo de un núm ero de et apas.

1. Est ar insat isfechos de lo que la conciencia basada en el ego t iene para ofrecerles,
anhelar ‘algo m ás’: el com ienzo del final.

2. Com enzar a ser conscient es de sus at aduras a la conciencia basada en el ego,


reconocer y liberar las em ociones y pensam ient os que van con ella: la m it ad del
final.

3. Perm it ir que m ueran dent ro de ust edes las viej as energías basadas en el ego,
elim inando el capullo, siendo su nuevo ser: el final del final.

4. El despert ar dent ro de ust edes de la conciencia basada en el corazón, m ot ivada por


am or y libert ad; ayudar a ot ros a hacer la t ransición.

Ahora hablarem os de la et apa t res. Pero ant es de hacerlo, querem os señalar que la
t ransición no ocurre a lo largo de un cam ino rect o y lineal. Hay m om ent os en el cual
ust edes ret roceden a una et apa que ya había sido dej ada at rás. Pero ese ret roceso puede
m ás t arde conducirlos hacia un gran paso hacia delant e. Por lo t ant o, los desvíos pueden
result ar ser at aj os. Adem ás, cada cam ino espirit ual del alm a es único e individual. Por
consiguient e, est e esquem a que les est am os proporcionando, de cuat ro et apas
diferent es, debería concebirse sim plem ent e com o un m odo de resalt ar algunos de los
punt os t ransform ant es en el proceso. Los esquem as y las cat egorías son m eros
inst rum ent os que hacen visible una realidad que no puede ser capt urada por la m ent e ( la
part e m ent al de ust edes) .

Después de que ust edes han acept ado sus heridas int ernas y han sanado las part es
t raum át icas de su conciencia, com o hem os descrit o en el capít ulo previo, su energía
cam bia. Ust edes est án liberando lo m ás viej o de ust edes. Est án creando espacio para un
m odo de ser y de experim entar com plet am ent e nuevo. En est e capít ulo, nos gust aría
explicar qué sucede energét icam ent e cuando ust edes liberan la conciencia cent rada en el
ego. Lo que sucede energét icam ent e cuando ust edes se t rasladan desde la dom inación
del ego a la conciencia basada en el corazón es que el chakra cardíaco t om a precedencia
sobre el deseo del t ercer chakra.

Los chakras son ruedas girat orias de energía localizadas a lo largo de su espina dorsal.
Est os cent ros energét icos est án t odos relacionados a un t em a de vida part icular, por
ej em plo ‘espirit ualidad’ ( chakra de la corona) , com unicación ‘chakra de la gargant a’, o
‘las em ociones’ ( chakra del om bligo) . Los chakras en ciert o punt o son part e de la realidad
m at erial, ya que est án relacionados con lugares específicos en su cuerpo. Pero no son
visibles al oj o físico, por lo t ant o podrían decir que se ext ienden ent re el espírit u y la
m at eria; ellos t ienden un puent e en la brecha. Form an el punt o de ent rada del espírit u
( su conciencia del alm a) , perm it iéndole a ella t om ar form a física y crear las cosas que
est án sucediendo es sus vidas.

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I I I

El chakra del corazón, localizado en el cent ro de su pecho, es la residencia de la energía


del am or y la unidad. El corazón lleva las energías que unifican y arm onizan. Cuando
ust edes prest an at ención a est e cent ro por un rat o, pueden sent ir calidez o algo
abriéndose. Si ust edes no sient en nada, sim plem ent e déj enlo y t al vez t rat en en ot ro
m om ent o.

El chakra debaj o del corazón es llam ado ‘el plexo solar’ y est á localizado cerca de su
est óm ago. Es la residencia del deseo. Es el cent ro que enfoca su energía a la realidad
física. De est e m odo, es el chakra que est á conect ado con cuest iones de creat ividad,
vit alidad, am bición y poder personal.

El ego y el deseo est án m uy relacionados uno con ot ro.


La facult ad del deseo les perm it e enfocarse en algo, ya sea dent ro o fuera. Sus
percepciones de la realidad, t ant o de ust edes com o de ot ros, est á m uy influenciada por
lo que ust edes quieren, por sus deseos. Sus deseos a m enudo est án ent reverados con
m iedo. Frecuent em ent e ust edes quieren algo porque sient en que t ienen necesidad de
eso; debaj o hay un sent im ient o de falt a o necesidad. Debido al m iedo que est á present e
en m ucho de sus deseos, el plexo solar es a m enudo dirigido por la energía del ego. El
ego especialm ent e se expresa a sí m ism o a t ravés del plexo solar.

A t ravés de la facult ad del deseo, el ego lit eralm ent e presiona la realidad.
La realidad t iene que ser forzada a lo que el ego quiere que ust edes crean. El ego t rabaj a
desde un conj unt o de presunciones básicas acerca de cóm o t rabaj a la realidad, las cuales
est án t odas basadas en el m iedo. Les present a a ust edes un cuadro de la realidad
alt am ent e select ivo, ya que su m odo de ver es prej uiciado hacia sus propias necesidades
y m iedos. Adem ás, t iene que j uzgar t odo lo que observa. No hay espacio para
sim plem ent e observar las cosas. Todo t iene que ser dividido en cat egorías, t iene que ser
et iquet ado com o correct o o incorrect o.

Cuando ust edes viven desde el corazón, no hay un conj unt o firm e de creencias con el
cual ust edes int erpret en o valoren los hechos. Ust edes ya no sost ienen fuert es
convicciones en algo. Han pasado a ser m ás un observador.
Ust edes post ergan las crít icas m orales de cualquier clase, ya que ust edes sient en que
pueden no haber com prendido t odo lo que hay para com prender de la sit uación. Las
crít icas siem pre t ienen algo definit ivo acerca de ellos; pero el corazón no est á int eresado
en definiciones. Siem pre t rat a de ir m ás allá de lo que parece definir y definido. El
corazón es abiert o, explorador, y dispuest o a re exam inar, dispuest o a perdonar.

Cuando ust edes usan el poder del deseo cent rado en el ego, pueden sent ir algo
em puj ando en su chakra del plexo solar. Usar su deseo de est e m odo es un suceso
energét ico, del cual pueden ser concient es, si lo quieren. Siem pre que sient an est e
em puj e, acom pañado de un fuert e deseo de que las cosas sean a su m odo, ust edes est án
int ent ando m oldear la realidad a sus deseos. Est án t rat ando de forzar sus creencias
sobre la realidad.
Cuando ust edes act úan desde el corazón, siguen el fluj o de las cosas t al com o se
present an; no est án em puj ando o forzando.
Si ust edes t rabaj an m uy duro para lograr algo, y fallan en alcanzar sus m et as una y ot ra
vez, por favor pregúnt ense desde qué chakra, desde qué cent ro energét ico, ust edes
est án haciendo eso. Tam bién, pueden volcarse a su corazón y pregunt ar por qué est o no
est á funcionando o por qué t ienen que poner t ant a energía en est o.
A m enudo ust edes t rat an de lograr ciert as m et as, sin haber ido dent ro verdaderam ent e y
haber revisado con su corazón si est o realm ent e les sirve en su cam ino int erior hacia la
sabiduría y la creat ividad. Tam bién, incluso si sus m et as represent an sus deseos m ás
profundos sent idos desde el corazón, pueden t ener expect at ivas irreales con respect o al
m arco de t iem po en el cual las cosas sucederán. Ust edes pueden est ar en una línea de
t iem po que no es la del corazón sino la del deseo personal.

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I I I

Hay un rit m o nat ural en t odas las cosas, y est e no necesariam ent e t iene la velocidad que
ust edes piensan que es convenient e. La realización de sus m et as necesit a cam bio de
energía. El cam bio de energía frecuent em ent e lleva m ás t iem po de lo que ust edes
esperan o desean para eso. De hecho, el cam bio de energía es nada m ás que ust edes
cam biando.

Cuando ust edes hayan alcanzado sus m et as, no serán nunca m ás ust edes. Ust edes
llegarán a ser una versión expandida de su ser act ual, llenos de m ás sabiduría, m ás
am or, y m ás poder int erior.
El t iem po que lleva cum plir sus m et as es el t iem po que lleva cam biar su conciencia de t al
m odo que su realidad deseada pueda ent rar a su realidad act ual. Por lo t ant o, si ust edes
quieren acelerar las cosas, enfóquense en ust edes, y no t ant o en la realidad.

Con frecuencia, ust edes necesit an liberar sus m et as, para abrirse a recibir. Est o suena
paradój ico. Pero en realidad solo est am os diciendo que ust edes necesit an acept ar
com plet am ent e su realidad act ual, ant es de que puedan avanzar a una nueva. Si ust edes
no acept an su realidad act ual, y se est án agarrando de sus m et as en un m odo t enso, no
se est án m oviendo hacia delant e.

Nada dej ará su realidad, a m enos que ust edes lo am en. Am ar es igual a “ dej ar en
libert ad” .
A m enos que ust edes abracen su realidad act ual y la acept en com o su creación, ést a no
podrá dej arlos, porque est án negando part e de ust edes m ism os. Est án diciendo “ no” a la
part e de ust edes que ha creado est a realidad para ust edes. Ust edes quisieran cort ar est a
part e indeseada de ust edes y m overse hacia delant e.
Pero no pueden crear una realidad m ás am orosa desde el odio a sí m ism os. No pueden
“ desear que ust edes” est én en una nueva realidad em puj ando part es indeseadas a un
lado. El poder del deseo no les sirve a ust edes aquí.
Lo que ust edes necesit an es ent rar en cont act o con su corazón. Las energías de la
com prensión y la acept ación son los verdaderos bloques de una realidad nueva y m ás
sat isfact oria.
Cuando ust edes int eraccionan con la realidad desde el corazón, dej an ser a la realidad.
No t rat an de cam biarla; sim plem ent e y cuidadosam ent e observan lo que es.

Cuando el corazón pasa a ser el adm inist rador de su ser, el cent ro del deseo ( el plexo
solar) lo seguirá. El ego ( o la facult ad del deseo) no será elim inado, ya que ést e
nat uralm ent e cum ple el rol de t rasladar la energía desde el nivel de la conciencia al nivel
de la realidad física. Cuando est a t ranslación o m anifest ación es guiada por el corazón, la
energía del deseo crea y fluye sin esfuerzo. Ningún em puj e o esfuerzo est á involucrado.
Aquí es cuando ocurre la sincronicidad: una rem arcable coincidencia de sucesos, que
favorecen m ucho la realización de sus m et as. A ust edes les parece m ilagroso cuando las
cosas t rabaj an j unt as de est e m odo. Pero en realidad est o es lo que sucede t odo el
t iem po cuando crean desde el corazón. Sin esfuerzo es el rasgo de crear desde el
corazón.

Creando su realidad desde el corazón


La verdadera creat ividad no est á basada en la det erm inación y fuert e volunt ad sino en un
corazón abiert o. Est ar abiert o y recept ivo a lo nuevo y desconocido es vit al para ser un
verdadero creador.
Una llave para la verdadera creat ividad, ent onces, es la capacidad de no hacer nada;
rehusarse a hacer, fij ar, focalizar. Es la habilidad de colocar a su conciencia en un m odo
t ot alm ent e recept ivo pero alert a.
Únicam ent e no sabiendo, dej ando las cosas abiert as, ust edes crean un espacio para que
algo nuevo ent re a su realidad.

- 52-
Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I I I

Est o es cont rario a lo que m ucha lit erat ura de la nueva era dice acerca de ‘crear su
propia realidad’. Es verdad que ust edes crean su realidad t odo el t iem po. Su conciencia
es creat iva sean o no sean concient es de ello. Pero cuando ust edes quieren crear su
realidad conscient em ent e, com o m uchos libros y t erapias les enseñan, es esencial
com prender que la form a m ás poderosa de crear no est á basada en el deseo ( siendo
act ivo) sino en el aut oconocim ient o ( siendo recept ivo) .

Todo cam bio en el m undo m at erial, por ej em plo en el área de t rabaj o, relaciones o su
ent orno m at erial, es un reflej o de cam bios a nivel int erno. Es sólo cuando se com plet an
los procesos de t ransform ación int erna que la realidad m at erial puede responder
reflej ándoselos a ust edes cam biando las circunst ancias en su vida.
Cuando ust edes t rat an de crear desde el deseo, por ej em plo focalizándose o visualizando
sus m et as t odo el t iem po, ignoran la t ransform ación int erior que es el prim er
prerrequisit o para el cam bio. Ust edes est án creando de un m odo art ificial, y est án a
dest inados desilusionarse. No est án creando desde lo profundo de sus alm as.
El alm a les habla en m om ent os de silencio. Ust edes escuchan verdaderam ent e su voz
cuando no saben nada m ás. A m enudo el alm a habla m uy claram ent e a veces cuando se
ent regan y se dan por vencidos.
Lo que sucede cuando ust edes se ent regan y se desesperan es que se abren a lo nuevo.
Ust edes liberan t odas sus expect at ivas, y son verdaderam ent e recept ivos a lo que es.

La desesperación es causada por la fuert e creencia de que ust edes sabían lo que debería
suceder en sus vidas. Cuando la realidad falla en responder a est a creencia, ust edes se
desilusionan e incluso se desesperan en algún punt o. De t odos m odos, si ust edes
ent regan las fuert es expect at ivas y se at reven a est ar abiert os a lo nuevo, no t ienen que
alcanzar nuevam ent e est e punt o de desesperación ant es de ent rar en cont act o con su
alm a. Ust edes t odavía pueden volverse recept ivos y abiert os a lo que ella les dice, sin
t ener que desilusionarse ant es.

Siem pre que ust edes ‘sepan exact am ent e lo que quieren’, est án con frecuencia lim it ando
las posibilidades que est án energét icam ent e disponibles para ust edes. Est a nueva
realidad que ust edes est án ansiando, ya sea un t rabaj o, una relación o m ej or salud,
cont iene m uchos elem ent os que ust edes desconocen. A m enudo ust edes piensan que lo
que ust edes desean es algo que ust edes conocen ( un lindo t rabaj o, una parej a am orosa) ,
proyect ado en el fut uro. Pero est o no es así. Lo que ust edes est án realm ent e haciendo al
crear una nueva realidad es ir fuera de sus propios bordes –psicológicos- . Y ust edes no
pueden saber ahora lo que yace m ás allá de est os bordes. Ust edes pueden percibir
claram ent e que hay algo m uy deseable ahí, pero ust edes no t ienen que lim it arlo
focalizándolo o visualizándolo. Ust edes sim plem ent e pueden buscarlo con un sent im ient o
de apert ura y curiosidad.

Realm ent e, para crear la realidad m ás deseable para ust edes, la aut o- acept ación es
m ucho m ás im port ant e que focalizar sus pensam ient os o sus deseos. Ust edes no pueden
crear algo que no son. Ust edes pueden recit ar m ant ras m iles de veces y crear m uchas
im ágenes posit ivas en su m ent e, pero siem pre que ést as no reflej en lo que ust edes
realm ent e sient en ( por ej em plo ira, depresión, int ranquilidad) , no crean nada m ás que
duda y confusión. ( “ Yo est oy t rabaj ando t an duro pero no sucede nada” ) .

La aut o- acept ación es una form a de am or. El am or es el im án m ás grande para los


cam bios posit ivos en sus vidas. Si ust edes se am an y se acept an por lo que son, at raerán
circunst ancias y personas que reflej arán su am or propio. Es t an sim ple com o eso.
Sient an su propia energía, t odos sus sent im ient os. Sient an cuán herm osos y sinceros son
ahora m ism o, con t odas sus luchas y pesares. Ust edes SON herm osos, con t odas sus
‘im perfecciones’ y ‘falt as’. Y esa es la única realización que cuent a.
Abracen lo que son, reláj ense con ust edes m ism os, puede que vean ‘sus m uchos
desperfect os’ con sent ido de hum or. La perfección no es una opción que ust edes
conozcan. Es solo una ilusión.

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I I I

Crear su realidad desde el corazón es reconocer su Luz, aquí y ahora. Al reconocerla, al


volverse concient es de ella, ust edes est án sem brando una sem illa que crecerá y t om ará
form a en el nivel físico.

Cuando Dios los creo a ust edes com o alm as individuales, ella no ej erció su Volunt ad. Ella
sim plem ent e fue Ella m ism a y en algún punt o sint ió que había algo ‘ahí afuera’ que
m erecía ser explorado. Ella no sabía exact am ent e qué era, pero la hizo sent ir a ella un
poco com o enam orada. Y ella asum ió sin post erior alharaca que m erecía experim ent ar
est a nueva y provocat iva realidad. Ella t am bién est aba un poco enam orada de sí m ism a.
Y ent onces ust edes t om aron form a com o alm as individuales y Dios com enzó a
experim ent ar la vida a t ravés de ust edes. Cóm o sucedió t odo est o – los det alles del
proceso de la creación- realm ent e Dios no se preocupó por eso. Ella sim plem ent e se am ó
a sí m ism a y est uvo abiert a al cam bio. Y est os son realm ent e los únicos elem ent os
requeridos para que ust edes creen su propia realidad perfect a: am or propio y buena
volunt ad para avent urarse a lo nuevo.

Adaptándose a vivir desde el corazón


Crear desde el corazón es m ás poderoso y requiere m enos esfuerzo que crear desde el
ego. Ust edes no se t ienen que preocupar por los det alles; sólo necesit an est ar abiert os a
t odo lo que es, t ant o dent ro com o fuera.

Con est a apert ura, ust edes pueden de vez en cuando sent ir un ciert o t irón. Pueden
sent irse conducidos hacia ciert as cosas. Est e t irón es realm ent e el silencioso susurro de
su corazón; es su int uición. Cuando ust edes act úan desde la int uición, est án siendo
t ironeados, en lugar de em puj ar. Ust edes no act úan hast a que sient en en el nivel int erno
que es apropiado act uar.
Ya que ust edes est án m ucho m ás acost um brados a em puj ar, por ej em plo usando su
deseo para crear cosas, el cam bio energét ico del ego al corazón es t ot alm ent e un desafío
para ust edes. El cam bio requiere una t rem enda ‘desaceleración’. Para realm ent e ent rar
en cont act o con el fluj o de su int uición, su conciencia t iene que hacer un esfuerzo para
“ no hacer” , para dej ar que t odo sea. Est o se opone m ucho a lo que ust edes piensan y
est án acost um brados. Ust edes est án m ucho m ás habit uados a basar sus acciones sobre
los pensam ient os y fuerza de volunt ad. Ust edes dej an que sus pensam ient os det erm inen
sus m et as y usan su deseo para realizarlas. Est o es t ot alm ent e lo opuest o a crear desde
el corazón.

Cuando ust edes viven desde el corazón, escuchan a su corazón y luego act úan conform e
a eso. Ust edes no piensan, escuchan, con una conciencia alert a y abiert a a lo que su
corazón les dice. El corazón habla a t ravés de sus sent im ient os, no a t ravés de su m ent e.
La voz de su corazón puede ser m ej or oída cuando ust edes se sient en t ranquilos,
relaj ados y arraigados.

El corazón les m uest ra el cam ino hacia la realidad m ás am orosa y alegre para ust edes en
est e m om ent o. Sus susurros y sugerencias no est án basados en el pensam ient o racional.
Ust edes pueden reconocer la voz del corazón por su delicadeza y el t oque de alegría en
ella. La delicadeza est á en ella porque el corazón no im pone; no hay condiciones
prendidas a sus sugerencias. Su “ propio corazón” no est á at ado a sus decisiones y los
am a hagan lo que hagan.

Vivir desde el corazón no significa que ust edes se vuelvan pasivos o let árgicos. Dej ar que
las cosas sean, sin calificarlas com o correct as o incorrect as, sin arrast rarlas a un m odo
m ás que a ot ro, requiere m ucha fuerza. Es la fuerza de est ar t ot alm ent e present e, de
afront ar t odo lo que hay y solo observarlo. Ust edes pueden sent irse vacíos, o depresivos,
o nerviosos, pero no t rat an de alej ar est as cosas. Todo lo que hacen es rodearlos con su

- 54-
Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I I I

conciencia.

Ust edes no com prenden el verdadero poder de su conciencia. Su conciencia est á hecha
de Luz. Cuando ust edes sost ienen algo en su conciencia, est o cam bió a causa de eso. Su
conciencia es una fuerza sanadora, si ust edes no la at an con su pensam ient o y su
adicción a ‘hacer’.

Sus vidas est án llenas de la dict adura de la m ent e y el deseo, la prim acía de pensar y
hacer.
Not en que t ant o la m ent e com o el deseo t rabaj an con norm as generales. Exist en norm as
generales de pensam ient o lógico: son las norm as de la lógica. Exist en est rat egias
generales para m at erializar: exist en norm as de “ dirección de proyect o” .
Pero son t odos dogm as generales. Las paut as generales y las norm as siem pre t ienen un
com ponent e m ecánico. Ellas son aplicables a t odos o a la m ayoría de los casos
individuales; de ot ro m odo serían de poca ut ilidad.
Ahora, la int uición t rabaj a de m anera diferent e. La int uición siem pre est á hecha a la
m edida de una persona, de un m om ent o part icular. Es alt am ent e individualist a. Por lo
t ant o no puede ser suj et ada al análisis racional o a reglas generales.
Por lo t ant o, vivir y act uar de acuerdo a su int uición pide un elevado nivel de confianza,
porque sus elecciones est án basadas solam ent e en lo que ust edes sient en que es
correct o, en lugar de lo que las norm as de ot ras personas dicen que es correct o.

Vivir desde el corazón ent onces les pide no sólo que liberen el hábit o de usar
excesivam ent e su m ent e y el poder de su deseo; t am bién los desafía a verdaderam ent e
confiar en ust edes m ism os.

Llevará t iem po aprender a escuchar su corazón, en confiar en sus m ensaj es, y a act uar
de acuerdo a ellos. Pero m ás hagan, m ás van a ent ender que sólo abandonando sus
preocupaciones y dudas a la sabiduría de su propio corazón es com o encont rarán paz
int erior.

Cuando ust edes cont inúen por est e cam ino, y ent ren a la t ercera et apa de la
t ransform ación desde el ego al corazón, hallarán paz int erior por prim era vez. Ust edes se
dan cuent a de que es el im pulso a cont rolar la realidad a t ravés del pensam ient o y el
deseo lo que los pone inquiet os y ansiosos.

Cuando ust edes liberan el cont rol, perm it en que se despliegue la m agia de la vida. Todo
lo que t ienen que hacer es escuchar. Est én alert as a lo que est á sucediendo en sus vidas,
a qué sent im ient os t ienen sobre ot ras personas, a qué sueños y deseos t ienen. Cuando
ust edes est án alert as a lo que est á sucediendo dent ro de ust edes, la realidad les ot orgará
t oda la inform ación que necesit an para act uar apropiadam ent e.

Por ej em plo, ust edes pueden ser concient es de un deseo en su corazón por una relación
am orosa, en la cual ust edes se com uniquen verdaderam ent e con el ot ro. Si ust edes solo
det ect an y acept an est e anhelo, sin t rat ar de hacer algo acerca de ello, ust edes est arán
asom brados de cóm o el universo les responderá. Pero sin dirigir ninguna conclusión, sólo
sost eniendo el anhelo en la Luz de su conciencia, su llam ado será escuchado y
respondido. Puede llevar m ás t iem po de lo que ust edes esperan, porque hay cam bios
energét icos que t ienen que t om ar lugar ant es de que ciert os anhelos puedan ser
cum plidos. Pero ust edes son los m aest ros, los creadores de su realidad energét ica.
Si ust edes la crean desde el m iedo, la realidad les responderá de acuerdo a él. Si ust edes
la crean desde la confianza y la ent rega, recibirán t odo lo que desean y m ás.

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I V

Del ego al corazón IV


Abriéndose al Espíritu
Hem os rem arcado cuat ro et apas en la t ransición de la conciencia basada en el ego a la
conciencia basada en el corazón:

1. Est ar insat isfechos de lo que la conciencia basada en el ego t iene para ofrecerles,
anhelar ‘algo m ás’: el com ienzo del final.

2. Com enzar a ser conscient es de sus at aduras a la conciencia basada en el ego,


reconocer y liberar las em ociones y pensam ient os que van con ella: la m it ad del
final.

3. Perm it ir que m ueran dent ro de ust edes las viej as energías basadas en el ego,
elim inando el capullo, siendo su nuevo ser: el final del final.

4. El despert ar dent ro de ust edes de la conciencia basada en el corazón, m ot ivada por


am or y libert ad; ayudar a ot ros a hacer la t ransición.

Ahora hablarem os de la últ im a et apa, que es la et apa cuat ro: abriéndose al Espírit u.
Cuando ust edes han ent rado a la et apa cuat ro, ust edes han encont rado un lugar de paz y
t ranquilidad dent ro de ust edes. Con frecuencia ent ran en cont act o con un silencio en su
corazón que ust edes saben que es lo et erno. Todo lo que experim ent an es relat ivo
com parado con est e Ser ilim it ado que t odo lo abarca.

Est e lugar de paz y silencio dent ro de ust edes t am bién es llam ado Espírit u.
En sus t radiciones ( esot éricas) , se hace una dist inción ent re espírit u, alm a y cuerpo.
El cuerpo es la m orada física del alm a por una cant idad de t iem po lim it ado.
El alm a es el ancla no física, psicológica de la experiencia. Ést a lleva la experiencia de
m uchos t iem pos de vida. El alm a se desarrolla a t ravés del t iem po y lent am ent e llega a
ser una piedra de belleza de m uchas caras, cada cara reflej ando un t ipo diferent e de
experiencia y el conocim ient o basado en ella.
El espírit u no cam bia ni crece con el t iem po.
El espírit u est á fuera del espacio y del t iem po. El espírit u en ust edes es la part e de
ust edes et erna, sin t iem po que es Uno con el Dios que los creó a ust edes. Es la divina
conciencia que es la base de su expresión en el espacio y el t iem po. Ust edes nacieron
desde un reino de pura conciencia, y ust edes t om aron part e de esa conciencia para
ust edes a t ravés de t odas sus m anifest aciones en form a m at erial.

El alm a form a part e de la dualidad. Ella es afect ada y t ransform ada por su experiencia en
la dualidad. El espírit u est á fuera de la dualidad. Es el fondo sobre el cual t odo se
desarrolla y evoluciona. Es el Alfa y Om ega, al cual ust edes pueden sim plem ent e llam ar
Ser, o Fuent e.
El Silencio, ext erno pero esencialm ent e int erior, es la m ej or ent rada para experim ent ar
est a energía siem pre present e, la cual es Ust edes en sus núcleos m ás profundos. En
silencio, ust edes pueden ent rar en cont act o con la cosa m ás m ilagrosa y m anifiest a que
exist e: Espírit u, Dios, Fuent e, Ser.

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I V

El alm a lleva las m em orias de m uchas encarnaciones. Ella sabe y com prende m ucho m ás
que su personalidad t errest re. El alm a est á conect ada a fuent es de conocim ient o ext ra
sensoriales, t ales com o sus personalidades de vidas pasadas y guías o conocim ient os en
el plano ast ral. A pesar de est a conexión, el alm a puede est ar en un est ado de confusión,
ignorant e de su verdadera nat uraleza. El alm a puede est ar t raum at izada por ciert as
experiencias y por lo t ant o puede perm anecer en un lugar de oscuridad por algún t iem po.
El alm a est á cont inuam ent e evolucionando y ganando conocim ient o de la dualidad
inherent e a la vida en la t ierra.
El espírit u es el punt o inam ovible dent ro de est e desarrollo. El alm a puede est ar en un
est ado de oscuridad o ilum inación. No así el espírit u. El espírit u es puro Ser, pura
conciencia. Est á t ant o en la Oscuridad com o en la Luz. Es la Unidad suj et ando t oda la
dualidad. Cuando ust edes han llegado a la et apa cuat ro de la t ransform ación del ego al
corazón, se conect an con el Espírit u. Ust edes se conect an con su Divinidad.

Est ar conect ado con Dios dent ro de ust edes es com o est ar fuera de la dualidad m ient ras
se est á com plet am ent e present e y cent rado. En est e est ado, su conciencia est á llena de
un éxt asis profundo pero t ranquilo; una m ezcla de paz y alegría.
Ust edes se dan cuent a de que no son dependient es de nada que est é fuera de ust edes.
Ust edes son libres. Est án com plet am ent e en el m undo pero no son del m undo.

Est ar conect ado con el espírit u dent ro de ust edes no es algo que ocurre definit ivam ent e.
Es un proceso lent o y gradual, en el cual ust edes se conect an, se desconect an, se
vuelven a conect ar....... . Gradualm ent e, el foco de su conciencia se m ueve de la
dualidad a la unidad. Se re orient a a sí m ism a, descubriendo que event ualm ent e, es
conducida al silencio m ás que a los pensam ient os y las em ociones. Por silencio querem os
decir: est ar com plet am ent e cent rado y present e, en un est ado de conciencia no j uiciosa.
No hay m ét odos est ablecidos o m aneras para llegar a eso. La llave para conect arse con
su Espírit u no es seguir alguna disciplina ( com o m edit ación, o ayuno) , sino realm ent e
com prender. Com prender que es el silencio lo que los lleva a casa, no sus pensam ient os
o em ociones.
Est a com prensión crece lent am ent e, a m edida de que son cada vez m ás concient es del
m ecanism o de sus pensam ient os y sent im ient os. Ust edes liberan viej os hábit os y se
abren a la nueva realidad de la conciencia basada en el corazón.
La conciencia basada en el ego dent ro de ust edes se m archit a y lent am ent e m uere.

Morirse no es algo que ust edes hagan; es algo que ust edes perm it en que suceda.
Ust edes se ent regan a sí m ism os al proceso de m orirse. La m uert e es ot ra palabra para
el cam bio, t ransform ación. Est o es siem pre así. La m uert e siem pre es una liberación de
lo viej o y una apert ura a lo nuevo. Dent ro de est e proceso, no exist e un solo m om ent o
en el cual ust edes ‘no son’, por ej em plo, en el cual ust edes est én m uert os considerando
su definición. La m uert e com o ust edes la definen es una ilusión. Es sólo su m iedo al
cam bio lo que provoca su m iedo a la m uert e.
Durant e su t iem po de vida, ust edes t ienen m iedo no solo de su m uert e física, sino
t am bién de m orir em ocionalm ent e y m ent alm ent e. Pero sin la m uert e, las cosas se
volverían fij as y rígidas. Ust edes pasarían a est ar caut ivos en viej as form as: un cuerpo
gast ado, form as de pensam ient o ant icuadas, reacciones em ocionales lim it adas. ¿No es
est o sofocant e? La m uert e es un liberador. La m uert e es una cascada de agua fresca que
abre por la fuerza port ones viej os y herrum brados y los im pulsa a ust edes a nuevas
áreas de experiencia.
No le t em an a la m uert e. No hay m uert e, solo cam bio.

El pasaj e desde la conciencia del ego a una vida cent rada en el corazón es en ciert o
m odo una experiencia de m uert e. Cuant o m ás se ident ifican a ust edes m ism os con el
Espírit u, con el dios dent ro de ust edes, liberan m ás cosas por las cuales solían
preocuparse o en las cuales ponían m uchísim a energía. Ust edes se dan cuent a, en
niveles m ás y m ás profundos, que no hay realm ent e nada que hacer, except o ser.
Cuando ust edes se ident ifican con su ser, en lugar de ident ificarse con pensam ient os y

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I V

em ociones efím eros que pasan a t ravés de ust edes, su vida se ve afect ada
inm ediat am ent e. El Espírit u no es algo abst ract o. Es una realidad que ust edes realm ent e
pueden t raer a su vida. Est ar en cont act o con la fuent e m ás pura event ualm ent e
cam biará t odo en su vida. Dios o la Fuent e o el Espírit u es creat iva por nat uraleza, pero
de m aneras que son casi incom prensibles para ust edes.

El Espírit u es silencioso y perenne y aún creat ivo. La realidad de lo Divino realm ent e no
pude ser capt ada por la m ent e. Solo puede ser sent ida. Si ust edes lo acept an dent ro de
su vida, y lo reconocen com o los susurros de su corazón, lent am ent e t odo com ienza a
colocarse en su lugar. Cuando est án sint onizados con la realidad del espírit u, con la
conciencia silenciosa que est á det rás de t odas sus experiencias, ust edes dej an de
em puj ar o forzar sus deseos sobre la realidad. Ust edes perm it en que las cosas
ret rocedan a su est ado nat ural de ser. Ust edes se vuelven su Ser verdadero, nat ural.
Todo est o sucede de m anera arm oniosa, significat iva. Ust edes experim ent an que las
cosas se j unt an de un m odo que t iene un rit m o nat ural, un fluj o nat ural. Todo lo que
t ienen que hacer es est ar sint onizado con est e rit m o divino, y solt ar el m iedo y las m alas
int erpret aciones que hacen que ust edes quieran int ervenir.

Ayudando a otros desde el nivel del Espíritu

Cuando ust edes han hecho la t ransición desde la conciencia basada en el ego a la
conciencia basada en el corazón, est án m ás o m enos cont inuam ent e en cont act o con el
fluj o divino del ser int erior. En est e est ado, no hay necesidad o deseo de ayudar a ot ros,
pero ést e nat uralm ent e viene a ust edes. Ust edes lo dirigen hacia ust edes, pero no a
t ravés del deseo. Energét icam ent e, ahora ust edes est án em it iendo ciert as vibraciones.
Algo est á present e en su cam po de energía que conduce a las personas hacia ust edes.
No es algo que ust edes hagan, sino algo que ust edes son. Hay una vibración disponible
en su energía, que puede ayudarlos a ellos a ent rar en cont act o con su propio Ser divino.
Ust edes pueden ser un espej o para ellos, en el cual ellos pueden ver que un problem a o
condición dificult osa es realm ent e liberada y t ransform ada en la energía de la solución.
Ellos pueden sent ir la energía de la solución ( la cual siem pre est á basada en el cont act o
con la propia divinidad) en su ser.

Ust edes son capaces de enseñarles algo a ellos, y la enseñanza t iene lugar al ser ust edes
m ism os. No es por m edio de t ransm it ir conocim ient os o usando ciert os m ét odos que
ust edes enseñan y sanan. Es perm it iéndose a ust edes m ism os ser exact am ent e quienes
son y expresándose ust edes m ism os de la m anera que encuent ren m ás alegre, com o su
presencia se vuelve verdaderam ent e út il. Es com part iéndose a ust edes m ism os con
ot ros, com o ust edes crean un espacio disponible de sanación para ellos, al cual ellos
pueden elegir ent rar o no. Est o es t area de ellos.

Com o sanadores o t erapeut as, ust edes realm ent e sólo t ienen que m ant enerse en
cont act o con el fluj o divino int erior, con la conciencia silenciosa que es el Espírit u.
Realm ent e es est a conexión lo que m ueve a las personas y los eleva a un est ado de
conciencia m ás elevado, m ás libre, si ellos así lo elij en. Si lo hacen, sucederá con un
rit m o y fluj o propio.

Est ar ahí para ot ros de est e m odo t iene un t ono de sent im ient o m uy neut ral. Represent a
un nivel de obj et ividad, en el cual ust edes liberan su deseo personal de cam biar o ‘curar’
a ot ros.
Est e deseo, desarrollado por t odos los t rabaj adores de la luz en alguna et apa, no surge
de una verdadera com prensión del cam ino int erior que las personas quieren t ransit ar
para encont rar su propia verdad int erior. La m ayoría de las personas necesit an llegar
hast a el fondo de ciert os problem as ant es de que est én verdaderam ent e list os para
liberarlos. Cuando ellos lo hacen así, realm ent e ‘hacen propia’ la solución del problem a y

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Trabaj adores de la Luz – Del ego al corazón I V

est o les da una profunda sat isfacción. Tal vez ust edes reconozcan est o en sus propias
vidas y en los problem as con los cuales lucharon. Por favor sean concient es de est o y no
luchen para m ant ener a las personas fuera de ‘llegar hast a el fondo’. Si ellos est án
det erm inados a ir ahí, irán a pesar de t odo lo que ust edes hagan o digan.

Es m ej or no involucrarse em ocionalm ent e con las personas a quienes ust edes ayudan. La
im plicación em ocional inst a al deseo personal de curar o t ransform ar a ot ros.
Est e deseo personal no ayuda a ot ros, en realidad ést e puede causar bloqueos en el
proceso de sanación. Siem pre que quieran que las personas cam bien, no est án en un
espacio de am or y t olerancia. Ellos sient en est o. Ust edes pueden pensar que est án
( psicológicam ent e) ‘leyéndolos’ a ellos, ¡pero ellos t am bién son perspicaces lect ores de
ust edes!

La et apa cuat ro de la t ransición desde el ego al corazón, consist e en t rascender el nivel


del alm a y elevarse al nivel del espírit u. No querem os decir de ningún m odo que el alm a
sea ‘m enos que el espírit u’, por supuest o. La verdad es que: ust edes son m ás grandes y
m ás am plios que su alm a. El alm a es un vehículo para la experiencia. Al ident ificarse con
el Espírit u en ust edes, con su propia divinidad, t odas las cosas que hayan experim ent ado
en m uchos, m uchos t iem pos de vida, se colocan en su lugar. Ust edes se elevan sobre las
experiencias al no ident ificarse a ust edes m ism os con ninguna de ellas. Est o t iene un
efect o curat ivo sobre el alm a.

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Trabaj adores de la Luz – Tiem po, m ult idim ensionalidad y t u Ser de Luz

Tiempo, multidimensionalidad y tu
Ser de Luz
En los capít ulos previos de las Series de los Trabaj adores de la Luz, hem os cont ado un
relat o m ás o m enos cronológico sobre la hist oria y el desarrollo int erior de las alm as de
los t rabaj adores de la luz. Est a hist oria puede darles la im presión de que ust edes se
desarrollan con el t iem po, desde un punt o A hacia un punt o B, desde la oscuridad a la
luz, desde la ignorancia a la sabiduría.
Y en un ciert o m odo, est e es el caso.
Aún así en est e capít ulo final, deseam os dirigir su at ención hacia una perspect iva
diferent e, un m odo diferent e de verse a ust edes m ism os. Una perspect iva que los eleve
fuera del t iem po, fuera de est a hist oria part icular, y les haga saber de su exist encia fuera
del t iem po, en ot ras palabras su m ult idim ensionalidad.
Hay una part e de ust edes que es com plet am ent e independient e del espacio y del t iem po.
Est a part e es libre de ent rar en cualquier m om ent o a cualquier dim ensión o área de
experiencia que desee. Es libre de elegir la oscuridad o la luz en cualquier m om ent o.

Desde su perspect iva t errest re, ust edes viaj an desde un punt o A hacia un punt o B de un
m odo lineal. Por ej em plo, ust edes viaj an a t ravés de las cuat ro et apas del desarrollo
int erior que hem os discut ido, paso por paso.
Sin em bargo, desde una perspect iva sin t iem po, m ult idim ensional, el ust edes real no se
est á desarrollando en el t iem po, es el uno quien est á experim ent ando el desarrollo. El
ust edes real no necesit a desarrollarse. Adm it e est a experiencia por su propia libre
elección. Est a elección est á m ot ivada por un conocim ient o profundo del gran valor de
experim ent ar la dualidad.
Desde la perspect iva de su Ser espirit ual, sin t iem po, en t odo m om ent o ust edes son
libres de experim ent ar cualquier punt o en la línea desde A hast a B hast a Z. Ust edes
pueden act ivar cualquier realidad de conciencia para ust edes m ism os en cualquier
m om ent o, ya que la idea de que ust edes est án at ascados dent ro de una ciert a et apa en
el desarrollo int erior es finalm ent e solo una ilusión.

La razón por la cual querem os dirigir su at ención a est a perspect iva, es que est o les
puede ayudar a abrirse paso sobre las barreras int eriores. Est o puede ayudarlos a
penet rar a t ravés de aquel velo de ilusión y ent rar en cont act o direct o con su propio Ser
de Luz: la energía del ángel que ust edes verdaderam ent e son.
Para com prender est a perspect iva com o un ángulo real desde el cual considerarse a
ust edes m ism os, necesit am os exponer un poco sobre la noción de t iem po.

Tiempo
En los niveles m ás alt os de unidad, no hay t iem po. Est e es el nivel del Espírit u, Dios, ser
puro ( ver capít ulo previo) . En est e nivel, no hay desarrollo, no hay ‘llegar a ser’ sino solo
‘ser’.

En los niveles m ás baj os de unidad, en los cuales la separación se experim ent a m ás


fuert em ent e, se em plea una noción de t iem po falsa, lineal. Con ‘falsa’ quiero decir una
noción de t iem po cient ífica, abst ract a que carece com plet am ent e de subj et ividad y de
cont enido percibido. El t iem po, en est e sent ido, es una est ruct ura obj et iva ext erna a
ust edes. El t iem po es algo colocado sobre sus experiencias com o un m arco ext erno.

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Trabaj adores de la Luz – Tiem po, m ult idim ensionalidad y t u Ser de Luz

Un ‘curriculum vit ae’, por ej em plo, que ust edes envían cuando est án solicit ando un
t rabaj o, a m enudo consist e en t al línea de t iem po obj et iva de hechos. En est e año hice
est o, en aquel año m e gradué en t al escuela, et c. Ust edes enfat izan el lado visible,
ext erno de las cosas. El lado int erno de las cosas –la m ot ivación, el significado, la
subj et ividad – es dej ado afuera.

En los niveles energét icos ent re la unidad y la separación el t iem po es una realidad que
‘fluct úa’ con su experiencia. El t iem po es una noción experim ent al; un m odo de esculpir
sobre la experiencia. En est os niveles, hay t iem po, pero no es algo independient e de o
ext erno a sus experiencias.
Por ej em plo, en los planos ast rales, donde ust edes viaj an m ient ras duerm en y t am bién
después de que m ueren, no hay ‘t iem po de reloj ’. El t iem po de reloj es el int ent o
ext rem o de librar al t iem po de la subj et ividad, por ej em plo, de ust edes y sus
experiencias. Es una gran ilusión. En los planos ast rales, el t iem po es el rit m o de sus
experiencias. A veces ust edes descansan, ahora se encuent ran con alguien, luego se
est udian a ust edes m ism os, et c. Siem pre que una et apa t erm ina y ot ra com ienza no est á
det erm inado por el t iem po de reloj –algo ext erno- sino por su fluj o int erior de
sent im ient os, por lo que parece nat ural para ust edes.

Est e sent im ient o nat ural de t iem po o rit m o puede t am bién ser part e de la vida t errest re.
La subj et ividad del t iem po, ej . el hecho de que el t iem po pueda ser experim ent ado de
m aneras diferent es en varias circunst ancias, es fam iliar a t odos ust edes. Ust edes dicen
que ‘el t iem po vuela’ cuando la est án pasando bien, m ient ras que el t iem po parece no
m overse cuando ust edes est án en la sala de espera del odont ólogo o en la cola en el
superm ercado.

Ahora, el escépt ico dent ro de ust edes puede decir: el t iem po se percibe com o
m oviéndose lent am ent e cuando las circunst ancias experim ent adas son negat ivas,
m ient ras que el t iem po aparent em ent e va m ás rápido cuando las circunst ancias son
posit ivas. Pero, el t iem po en sí es siem pre el m ism o, haciendo t ict ac de la m ism a m anera
rígida, de est e m odo experim ent am os las cosas.
Est a es la noción de t iem po de ‘est ruct ura obj et iva’, t am bién llam ado la noción lineal de
t iem po. Est e proviene de una aproxim ación al t iem po racionalist a, cient ífica.
Pero im aginen que no hubiese reloj es, que no hubiese día y noche, ni influencias
nat urales com o el sol, la luna y las m areas con los cuales m edir el t iem po. Solam ent e
ent onces ust edes podrían confiar en su propio sent ido subj et ivo del t iem po.
Su m edida obj et iva del t iem po – el reloj - no est á basada realm ent e en algo ext erno; es
el product o de la m ent e hum ana que desea dividir y clasificar. La m ent e hum ana ha
ext raído un ciert o orden en las cosas de los fenóm enos nat urales en la t ierra. Pero ‘el
t iem po en sí’, independient e del fact or hum ano, no exist e. Es una ilusión que es el
product o de un t ipo de conciencia que est á at rapada en la creencia de la separación.

El t iem po es esencialm ent e subj et ivo. El t iem po es un m odo de esculpir sobre la


experiencia, de t al m odo que ust edes pueden hacerse una idea de ella. Por ej em plo,
ust edes dicen de alguien: “ él es un alm a viej a” . ¿Ust edes realm ent e piensan en el
núm ero de años o t iem pos de vida cuando se refieren a su vej ez? ¿O piensan por ‘viej o’
que él expresa ciert as cualidades, t ales com o sabiduría, balance y serenidad, m ás que
una ciert a cant idad de t iem po? La referencia al t iem po en la frase ‘alm a viej a’ se refiere
realm ent e a la experiencia.

El t iem po, en el sent ido t ot al de la palabra, es la “ dinám ica de llegar a ser” en los niveles
int eriores. Est e puede ser un concept o út il en cuant o los ayude a art icular el rit m o
nat ural o fluj o de las cosas. Pero cuando es concebido com o algo obj et ivo, parado sobre
ust edes y vigilándolos, t iende a lim it arlos y dist raerlos.

Ust edes no est án lim it ados a una línea de t iem po part icular. Ust edes no son un ser lineal.
Hay niveles de su ser que est án fuera del m arco de t iem po que ust edes est án

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Trabaj adores de la Luz – Tiem po, m ult idim ensionalidad y t u Ser de Luz

experim ent ando al present e. Es sobre est e aspect o de ust edes m ism os, ej . su
m ult idim ensionalidad, que deseam os dirigir su at ención ahora.

Multidimensionalidad
De acuerdo a la noción lineal de t iem po, ust edes no pueden est ar present es en m ás de
un lugar al m ism o t iem po. Por ‘ust edes’, el concept o lineal se refiere a su cuerpo, su
cerebro y su conciencia que de algún m odo est á at ada a su cuerpo/ cerebro. ( La ciencia
aún no puede explicar exact am ent e cóm o el cuerpo y la conciencia est án “ at ados” , pero
ést a sost iene –generalm ent e- que la conciencia no puede exist ir sin un cuerpo físico) .

De acuerdo al concept o de t iem po subj et ivo, “ t ot al” , ust edes est án present es donde
m ora su conciencia. Dónde est án ust edes, en t iem po y espacio, est á det erm inado por el
foco de su conciencia, no por la ubicación de su cuerpo.
Por ej em plo: ust edes est án en la est ación, esperando el arribo de su t ren. Tom ará aún
un poco de t iem po, por lo t ant o ust edes se sient an y se quedan con la m irada fij a por un
t iem po y no se dan cuent a de que ent ran a un est ado de conciencia levem ent e alt erado.
Est án pensando en alguien con quien est uvieron hablando ayer. Ust edes recuerdan
aquella conversación fácilm ent e y vívidam ent e recuerdan cóm o ést a los afect ó. Est án
reviviendo ciert os aspect os de aquella conversación, llevándola desde el pasado hacia su
m om ent o del Ahora. Lo que ust edes realm ent e est án haciendo aquí es que est án
viaj ando al pasado y est án visit ando ot ra vez las energías de aquel m om ent o. Sus
energías del Ahora int eract úan con las energías del Pasado, posiblem ent e creando
cam bios en su experiencia de aquel m om ent o, y así alt erando el pasado.
Por alt erar su pasado no querem os decir que ust edes alt eren algún fact or físico, sino que
ust edes las cubren con una int erpret ación o perspect iva diferent e. Al alt erar el cont enido
percibido de un ciert o event o pasado, com o quiera que sea, en algún sent ido est án
alt erando el event o para ust edes.

Sólo piensen en est e ej em plo.


Ust edes t uvieron una conversación con alguien, quien realm ent e se ofendió por una
observación suya, la cual realm ent e no t enía para nada una int ención crít ica. La ot ra
persona con la que est uvieron hablando com enzó a reprenderlos y luego se m archó.
Ahora, a su vez ust edes se ofendieron, sint iéndose no com prendidos, enoj ados y
sobresalt ados al m ism o t iem po. Después de que llegaron a casa, ust edes se sint ieron
t urbados por algunas horas, pero luego lo dej aron pasar y t uvieron un buen m om ent o. A
la m añana siguient e, en la m ism a est ación, ust edes t uvieron que esperar su t ren y
repent inam ent e recordaron est a conversación part icular, en la cual las cosas se pusieron
m al sorpresivam ent e. Ahora ust edes la observan desde una perspect iva diferent e, y
súbit am ent e se dan cuent a de por qué aquella persona se sint ió t an ofendida por su
observación. Ust edes recuerdan algunos hechos de su pasado que sim plem ent e habían
olvidado ant es de t ener aquella conversación. Ahora ust edes pueden ver su reacción
em ocional baj o una luz t ot alm ent e diferent e, especialm ent e com o no t eniendo nada que
ver con ust edes. No fueron ust edes los que causaron la herida; ust edes sólo dispararon
una viej a herida dent ro de él. Est a perspect iva pone en m ovim ient o una respuest a
em ocional diferent e dent ro de ust edes. Ust edes sient en una especie de alivio int erior, y
si…perdón. “ Oh, ya veo….. ahora ent iendo…. Pobre am igo.”
En ese m om ent o, ust edes est án recreando el pasado. Lo est án cubriendo con una
int erpret ación diferent e de los hechos, la cual reem plaza su respuest a inicial. Para ser
claro, est o no significa que la respuest a inicial no haya sucedido, sino que las energías de
enoj o, sobresalt o e incom prensión han sido t ransform adas en com prensión y perdón. Ha
t enido lugar una “ alquim ia espirit ual” debido a la int eracción ent re pasado y present e.
Realm ent e, los hechos físicos no son t an im port ant es. Es el cont enido percibido de una
sit uación, su reacción energét ica a ella, lo que realm ent e det erm ina su vida y su realidad.
De est e m odo, podem os decir correct am ent e que ust edes pueden alt erar el pasado
viaj ando a t ravés del t iem po hacia las energías del pasado que aún necesit an resolución.

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Trabaj adores de la Luz – Tiem po, m ult idim ensionalidad y t u Ser de Luz

Mient ras ust edes est án sent ados en la est ación, dirigiendo su viaj e en el t iem po, hay
alguna capa de su conciencia aún present e en su cuerpo. Ust edes pueden sent ir ‘en el
fondo de su m ent e’ que sus m anos se est án poniendo frías o que algunos j ovencit os
det rás de ust edes est án hablando fuert e.
La conciencia es capaz de dividirse a sí m ism a. Puede est ar en lugares diferent es al
m ism o t iem po, queriendo decir que la conciencia puede m orar en diferent es realidades
energét icas al m ism o t iem po.
> Est e es el significado de m ult idim ensionalidad. Su conciencia no est á lim it ada al espacio
y al t iem po.
Aunque ust edes t ienen un acuerdo básico durant e su t iem po de vida en la t ierra de que
alguna part e de su conciencia est á siem pre conect ada con su cuerpo físico, su conciencia
sin em bargo no est á lim it ada a un punt o específico en el t iem po. Ust edes no est án
lim it ados por el pasado o por el fut uro, porque ellos no est án fij os. Son cam pos líquidos
de experiencia. Ellos son alt erables y ust edes pueden int eract uar con ellos desde el
Ahora.

Su conciencia es m ult i- dim ensional incluso cuando ust edes piensan que est án prisioneros
dent ro de su cuerpo físico. ¿Conocen la expresión: “ ella se quedó en el pasado” ? Alguien
no puede dej ar ir el pasado y su conciencia est á llena de experiencias pasadas y con
em ociones t ales com o arrepent im ient o, rem ordim ient o o sim plem ent e aflicción. Est a
persona ‘no est á aquí’. Ella est á lit eralm ent e en el pasado. Ella est á, com o en el ej em plo
ant erior, int eract uando con el pasado desde el m om ent o act ual, pero no de un m odo
liberador, alquím ico. Su cuerpo est á present e en el aquí y ahora, y ella est á det enida en
el pasado. El t iem po para ella perm anece quiet o, m ient ras el reloj hace t ict ac y m ide
sem anas y m eses progresivam ent e. Est o porque ella no se m ueve experim ent alm ent e.
Ella no fluye con el proceso nat ural de vivir y experim ent ar.
Est e es un ej em plo de m ult idim ensionalidad. I ncluso cuando ust edes se lim it an a sí
m ism os a t al foco est recho de conciencia, est án siendo m ult idim ensionales. Con lo cual
quiero decir que m ult idim ensional no es algo que llegan a ser, es algo que ust edes son.
Es de su nat uraleza, es su est ado nat ural de ser.

La verdadera cuest ión es: ¿cóm o pueden ust edes ser m ult idim ensionales de una form a
liberadora y t ransform adora? ¿Cóm o pueden ust edes em plear su m ult idim ensionalidad de
t al m anera de que puedan m overse librem ent e a t ravés de las dim ensiones y no perder
cont act o con su espírit u divino? Siendo m ult idim ensionales desde un lugar de sabiduría y
conciencia: est e es su dest ino espirit ual. Es su dest ino a ser creadores t ot alm ent e
concient es, m ult idim ensionales.

Ser concient em ent e m ult idim ensional significa que ust edes liberan la ilusión del t iem po
lineal, que t am bién significa liberar la noción de que ust edes son ( nada m ás que) su
cuerpo.
Ser concient em ent e m ult idim ensional es ident ificarse a sí m ism o con el espírit u ( Dios)
dent ro de ust edes que es absolut am ent e libre de ent rar a cualquier realidad de
experiencia ( = dim ensión) que elij a.
Ser concient em ent e m ult idim ensional es una part e esencial de la realidad de la Nueva
Tierra.

La razón por la cual ust edes reniegan con el concept o de m ult i- dim ensionalidad, es que
ust edes conciben el ‘est ar en dos lugares diferent es al m ism o t iem po’ en una form a
física. Sus cuerpos físicos no pueden est ar en dos lugares físicos al m ism o t iem po. Sin
em bargo, las dim ensiones no son lugares físicos, no son com o quien dice ‘pedazos de
m at eria’. Las dim ensiones son reinos de conciencia, esferas de conciencia que se at ienen
a ciert as leyes ( energét icas) .
Su conciencia puede alim ent arse de diferent es dim ensiones al m ism o t iem po. Est o
sucede AHORA.
Hay realidades del pasado, del fut uro, de los planes ast rales, de vidas pasadas, del ángel

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Trabaj adores de la Luz – Tiem po, m ult idim ensionalidad y t u Ser de Luz

dent ro de ust edes, e incluso m ás, que se int ercept an y encuent ran dent ro de Ust edes
j ust o aquí, j ust o ahora. Ust edes SON m ult idim ensionales ahora, ¿pero lo son de una
m anera concient e? ¿Ust edes perm it en que las dim ensiones fluyan dent ro y fuera de
ust edes, acept an ust edes lo que las energías les t raen y pueden reconocerlas com o
propias?

Ust edes int eract úan con las ot ras dim ensiones de las cuales son part e t odo el t iem po,
pero si lo hacen de una m anera concient e y acogedora, ust edes est án realm ent e
t ransform ando aquellas realidades dim ensionales. Abrazando energías est ancadas o
reprim idas de aquellas dim ensiones, y exponiéndolas a la Luz de su conciencia, ust edes
liberan e int egran part es de su Ser y cam bian su present e.

Muchos reinos de conciencia se encuent ran dent ro de ust edes y ust edes son
esencialm ent e los Maest ros que eligen experim ent ar cualquiera de ellos. Ust edes son
libres de viaj ar a t ravés de ellos, rápido o lent o, lej os o cerca. Tan pront o com o se
ident ifiquen con el Espírit u dent ro de ust edes, m ant endrán la conciencia de que son
libres.
Pero cuando ust edes se est ancan en pensam ient os de lim it ación, sost eniendo creencias
t ales com o “ est o no es posible” , “ est o no est á perm it ido” , “ est o saldrá m al” , et cét era,
ust edes se sum ergen en la ilusión de separación. Ust edes quedan at rapados en la ilusión
de t iem po lineal, la ilusión de que son un cuerpo, la ilusión de que est án separados de
Dios. De est e m odo, el alm a queda t em poralm ent e ‘at ada’ a ciert os reinos de
experiencia.
Ella olvida sus verdaderos orígenes, su divinidad y su libert ad.
Est e est ar at rapado o ‘at ado’ t am bién es llam ado karm a.
Llegar a est ar ‘libres’ o suelt os, a m enudo procede a lo largo de un núm ero de pasos o
est adios a lo que ust edes llam an ‘crecim ient o int erior’. Desde el punt o de vist a hum ano
( lineal) , ust edes est án ‘liberando karm a’ y lent am ent e se est án t ransform ando a sí
m ism os de acuerdo a las cuat ro et apas del desarrollo int erior que hem os descrit o en
est as Series de Trabaj adores de la Luz. Desde el punt o de vist a del Espírit u, sin em bargo,
ust edes est án sim plem ent e recuperando las fuerzas a su est ado nat ural de divina
conciencia. Desde est e punt o de vist a, liberar karm a no es nada m ás que recordar su
propia divinidad.

Tu Ser de Luz
Muchas dim ensiones, m uchos reinos de conciencia, vienen j unt os dent ro de ust edes. Y
ust edes realm ent e son los m aest ros, los creadores de t odo el cam po de dim ensiones.
Ust edes son una est rella con m uchos rayos, una conciencia de alm a con m uchas
m anifest aciones. Ust edes son libres de act ivar cualquier realidad que elij an.

Si ust edes abandonan la idea de t iem po lineal o cronología, ust edes se perm it en a sí
m ism os creer que el pasado o el fut uro no los det erm inan. Ent onces pueden sent irse a sí
m ism os est ar en el cent ro de un cam po vibrant e de dim ensiones, t odos em anando de
una fuent e divina, sin t iem po: ust edes.
I m agínense a ust edes m ism os en el cent ro de est as realidades, de t odas est as
posibilidades, y luego elij an una que t raiga la m ayor Luz para ust edes.
Ust edes elij en el rayo m ás brillant e, m ás am oroso en el cam po, y ahora, por un
m om ent o, vayan dent ro de él y sient an cóm o es SER ese rayo.

Est e es su Ser de Luz.


Est a es la part e de ust edes que m ás se parece a Dios.

Tradicionalm ent e, los seres m ás cercanos a Dios son llam ados arcángeles.
Y eso es lo que ust edes son, en est a dim ensión, j ust o ahora.
Ust edes realm ent e son arcángeles.

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Trabaj adores de la Luz – Tiem po, m ult idim ensionalidad y t u Ser de Luz

Los arcángeles son seres que est án m uy cerca de la Fuent e/ Espírit u/ Dios, pero ellos no
son com plet am ent e uno con el. Est án un paso fuera de la conciencia absolut a, es decir
Seres puros sin diferenciación, ident idad o individualidad.
Los arcángeles t ienen una clase de individualidad. Hay singularidad en t odos ellos. Puede
decirse que un arcángel t iene ciert as caract eríst icas. Uno no puede decir est o de Dios o la
Fuent e. Dios es Todo y Nada. Debido a est o, los arcángeles han ent rado ‘al reino de la
separación’, el reino de Yo versus Ot ro.
Ellos son part e de la dualidad, aunque ligeram ent e.

Un arcángel es un aspect o de Dios que se ha m anifest ado a sí m ism o com o un Ser


part icular, una Form a part icular. El filósofo griego Plat ón llam ó a est o una I dea, lo cual –
en nuest ros t érm inos- es una realidad energét ica básica o ‘arquet ípica’ que t rasciende el
m undo físico. Los arcángeles son en ese sent ido I deas plat ónicas. Exist e un arcángel
( I dea) de Am or, de Verdad, de Bondad, et cét era, cada uno personificando la energía de
un aspect o part icular de Dios. Los arcángeles no son t ant o personas com o cam pos de
energía con un sabor caract eríst ico.

¿Por qué el Espírit u o Dios ext erioriza aspect os de Él m ism o de est e m odo?
Fue por la alegría de la creat ividad que el hizo est o.
Las energías del arcángel son una expresión de la inagot able alegría creat iva.

Los arcángeles no est án fuera de Dios. Nada est á fuera de Dios. Dios est á en t odo. Dios
est á present e en t odas las energías creadas com o el “ aspect o Espirit ual” . Est e aspect o es
lo que hace a t odas est as energías UNO.
Lo que separa a un ser de ot ro, lo que lo hace diferent e y único es el “ aspect o del alm a” .
El aspect o del alm a incluye la individualidad de un ser.

Todos los seres creados que t ienen individualidad son verdaderam ent e una m ezcla de
Espírit u y Alm a, de conciencia ( espírit u) y experiencia ( alm a) .
La creación es una danza de Espírit u y Alm a.

Los arcángeles son, com o quien dice, los niños prim ogénit os nacidos de Dios. No
“ prim eros” en un sent ido lineal sino en el sent ido de: est ar m uy cercanos a Dios. Ellos
llevan una profunda conciencia int erior de su divinidad ( el “ aspect o Espirit ual” ) . Los
hum anos perciben a los arcángeles com o una Luz brillant e y pura.

Exist en diferent es arcángeles. Cada arcángel em ana energía com o rayos de luz desde un
sol. Al em it ir est os rayos m ás y m ás lej os, el arcángel ent ra en cont act o con espacios
desconocidos, con reinos de experiencia que son nuevos para él. La energía del arcángel
llega a est ar fuera de alcance y en est e m ovim ient o espont áneo, creat ivo, se encuent ra
casualm ent e con lo que es Ot ro diferent e a él, con lo que no es Luz, sino Oscuridad.
Oscuridad precisam ent e aquí significa: la part e m ás lej anam ent e separada de la
Unidad/ Espírit u – la part e m ás alej ada dirigida a los reinos de la individualidad.

Dios o el Espírit u no es Luz ni Oscuridad. Dios sim plem ent e ES. Los arcángeles son seres
de Luz. Al crear Luz, Dios t am bién creó Oscuridad. Est o es sim plem ent e porque los
arcángeles est án en la dim ensión de la dualidad, fuera de la Unidad. Ellos t ienen un
sent ido de individualidad. La creación del ser de Luz ( el ángel) t raj o consigo la creación
del ser Oscuro, la part e del Ser donde la Luz est á ausent e. Hay belleza en est a polaridad,
ya que const it uye la dinám ica de la creación.

Dios, ser puro y conciencia, anhelaba la experiencia, y est a experiencia( s) él la obt iene a
t ravés del universo creado, a t ravés de su presencia en sus aspect os de luz y de
oscuridad.
Lo que los arcángeles iban a experim ent ar, después de que ent raran al reino de la
dualidad, Dios no lo sabía. Est o es lo que ella ansiaba: no CONOCER t odo, sino

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Trabaj adores de la Luz – Tiem po, m ult idim ensionalidad y t u Ser de Luz

experim ent ar algo nuevo.


Al dar un paso fuera de la Unidad, los arcángeles ent raron a un espacio vacío, un espacio
de pot encialidad, un espacio de posibilidades inagot ables.

Loa arcángeles descubrieron que ellos podían crear m uchas form as, y vivir en ellas. Cada
form a que ust edes habit an com o un ser concient e t iene un ciert o ángulo o perspect iva en
est o, lo cual perm it e que una ‘conciencia sin form a’ experim ent e cosas de m aneras
específicas. Todo el proceso de los arcángeles avent urándose afuera por experiencias
puede ser descrit o com o una inm ensa cascada de luz cent ellant e. La energía de los
arcángeles salió a borbot ones de la Fuent e/ Dios com o un fluj o m asivo de agua brillant e,
chispeant e, yendo en t odas direcciones. Dent ro de est a enorm e corrient e de agua,
pequeños fluj os se separaron, dividiéndose incluso en corrient es m ás pequeñas, hast a
que fueron pequeñas got as de luz líquida. Est as got as pueden ser com paradas con
unidades individuales de conciencia, cada una con su propia serie de experiencias.
¡La danza del Espírit u y el Alm a realm ent e ahora había com enzado!

Las unidades individuales de conciencia, que nosot ros llam am os alm as, siguieron su
viaj e. Ellas llevaban profundam ent e dent ro la energía del Espírit u o de la Fuent e, así
com o t am bién la energía del arcángel de la cual em ergieron. Pero, a m edida que viaj aron
m ás y m ás lej os, ellas llegaron a experim entar que era posible olvidar sus orígenes,
olvidar su divinidad y llegar a perderse en la oscuridad y la ilusión.
Est a polaridad de oscuridad y luz podía experim ent arse m ej or com o un ser hum ano,
viviendo en la t ierra.

Cuando describim os el proceso de los arcángeles em anando desde la Fuent e y


event ualm ent e volviéndose un ser hum ano, parece que est am os cont ando una hist oria
lineal, cronológica. Pero est o no es así. La em anación o cascada de energía desde Dios
est á sucediendo j ust am ent e Ahora. Est e relat o les cuent a de las ident idades que est án
disponibles a ust edes Ahora, no quienes ust edes fueron en un pasado dist ant e. En est e
preciso m om ent o, hay una capa de energía de arcángel pura dent ro de ust edes, una
capa de Luz pura. Tam bién hay capas de confusión y m iedo dent ro de ust edes. Pero
ust edes pueden elegir, en cualquier m om ent o, ser el ser de Luz, el ángel que ust edes
son. Ést o no es algo que ust edes necesit en desarrollar, es sim plem ent e una part e de
quienes ust edes son.

Es im port ant e darse cuent a de que ust edes no necesit an adm irar a m aest ros espirit uales,
guías o ángeles.
> No hay ninguna aut oridad sobre ust edes. Ust edes m ism os est án ent re los
‘prim ogénit os’, sent ados próxim os al t rono de Dios. Ust edes m ism os son Dios y ángel.

La form a m ás fácil de ent rar en cont act o con su ser de Luz es conect ándose con la capa
de pura conciencia, puro Espírit u dent ro de ust edes. Ést o lo hacen est ando en silencio, en
niveles ext ernos e int ernos. El silencio que experim ent an ent onces realm ent e est á
siem pre present e en ust edes; solo t ienen que llegar a ser concient es de él.

Cuando ust edes est án conect ados con el silencio, la dim ensión de et ernidad dent ro de
ust edes, pueden sent ir el deseo de experiencia del Espírit u. Desde est e deseo, nació su
ser de Luz.

El alm a experim ent a la m ayor alegría en la int eracción ent re el Espírit u y la experiencia,
la int eracción ent re la divinidad y la hum anidad. Ést e es el secret o del universo.

Cuando ust edes son puram ent e Espírit u, su realidad es est át ica. Nada cam bia. La
experiencia y el m ovim ient o sólo aparecen cuando hay una relación con algo fuera de
ust edes/ Espírit u. Cuando ust edes sient en algo m ás allá de ust edes m ism os, hay una
invit ación a explorar, a sent ir, a descubrir. Pero para experim ent ar algo m ás allá de
ust edes, necesit an salirse de la Unidad absolut a, fuera de Dios/ Espírit u.

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Trabaj adores de la Luz – Tiem po, m ult idim ensionalidad y t u Ser de Luz

Cuando ust edes hacen est o, pasan a ser un alm a individual.


Ust edes son un alm a única, un pie en el reino de lo Absolut o, un pie en el reino de lo
Relat ivo ( = dualidad) .

En sus exploraciones de la relat ividad ( dualidad) , ust edes pueden irse t an lej os del Hogar
que pierden cont act o con el elem ent o de Espírit u dent ro de ust edes. Ent onces su alm a se
pierde en la ilusión de m iedo y separación.

La m ayor alegría posible es cuando ust edes form an part e del reino de la Experiencia,
m ient ras perm anecen conect ados con el Espírit u, con el Hogar. La int eracción equilibrada
ent re el Espírit u y el Alm a es la fuent e de m ayor creat ividad y Am or.

Desde est a perspect iva, ust edes lo son t odo en su cam ino para hallar el equilibrio
correct o ent re la Unidad absolut a y ser un alm a individual. Aquellos ent re ust edes que
son Trabaj adores de la Luz est án al present e t rabaj ando hacia una m ayor conciencia de
su Unidad con el Espírit u. Ellos han viaj ado dent ro de la dualidad por m ucho t iem po, y
ellos, por ej . t ú m i querido lect or, est án list os para regresar al Hogar. No, sin em bargo, a
un Hogar est át ico de Pura Unidad, sino a una realidad dinám ica, creat iva de hum anos
divinos, m ult idim ensionales, cuya experiencia est ará llena de alegría y Luz.

Est e es el final de las series de los Trabaj adores de la Luz. En t odos aquellos que lean
est o, hay una int ensa añoranza por el Hogar y una profunda det erm inación para cum plir
sus deseos m ás profundos. Mant engan sus anhelos y deseos vivos, y confíen en ellos,
porque ellos los llevarán al Hogar.

Con m i m ás profundo Am or,

Jeshua

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