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La atribución de la personalidad jurídica a asociaciones de naturaleza mercantil o civil ha

sido una vía adecuada para que individuos, en conjunto con otros, puedan alcanzar sus
objetivos. Estos propósitos, compartidos por todos los miembros, sumados al
reconocimiento de la autonomía de la entidad jurídica para adquirir derechos y asumir
obligaciones, junto con el beneficio de la responsabilidad limitada, han impulsado el
progreso económico y la asunción de riesgos significativos que, en situaciones
individuales, no hubieran sido viables.

En consecuencia, el propósito fundamental de la personería jurídica es facilitar las


actividades comerciales y la producción de bienes o servicios en beneficio de una
comunidad. No obstante, en muchas ocasiones, se encuentran empresarios cuya prioridad
radica únicamente en obtener mayores beneficios, incluso a expensas de despojar a
terceros de sus derechos reconocidos, encubriendo sus acciones bajo una apariencia de
legitimidad y legalidad.

Es por esto y más que para entender el velo societario primero debemos comprender lo
que implica una persona jurídica: Una persona jurídica es una entidad reconocida por la
ley como sujeto de derechos y obligaciones, con capacidad para actuar en la sociedad de
forma independiente de las personas físicas que la componen. A diferencia de las
personas naturales, que son individuos con existencia física, la persona jurídica es una
entidad ficticia creada mediante un acto legal, como un contrato, estatuto o registro ante la
autoridad competente. A continuación, se detallarán las características y funciones
fundamentales de una persona jurídica.

Características de una persona jurídica:

1. Existencia legal: La persona jurídica tiene reconocimiento legal y capacidad para


ser sujeto de derechos y obligaciones ante la ley. Puede adquirir propiedades,
contraer deudas, realizar contratos, demandar y ser demandada, entre otras
acciones legales.

2. Entidad separada: A pesar de estar compuesta por individuos (socios, accionistas o


miembros), la persona jurídica es una entidad separada y distinta de las personas
físicas que la conforman. Esta separación se conoce como "personalidad jurídica" y
es esencial para proteger el patrimonio y la responsabilidad de los miembros,
limitando su exposición a riesgos.

3. Duración continua: La persona jurídica tiene una existencia continua e indefinida,


independiente de cambios en su estructura interna o de la muerte de sus miembros.
Puede perpetuarse en el tiempo a menos que se disuelva legalmente según las
disposiciones legales aplicables.

4. Capacidad de actuar: Como sujeto de derechos, la persona jurídica tiene la


capacidad para actuar en el mundo jurídico y realizar diversas acciones, como
celebrar contratos, adquirir bienes, demandar y ser demandada, entre otras
actividades.

5. Representación: La persona jurídica debe ser representada por personas físicas


designadas para tal fin, como directores, administradores o representantes legales.
Estos actúan en nombre de la entidad y ejecutan las decisiones adoptadas por sus
órganos de gobierno.

6. Patrimonio propio: La persona jurídica tiene su propio patrimonio, separado de los


bienes y activos de sus miembros. Esto implica que sus deudas y
responsabilidades son independientes de los patrimonios individuales de los socios
o accionistas.

Funciones de una persona jurídica:

1. Actividades comerciales y empresariales: La persona jurídica puede llevar a cabo


actividades comerciales y empresariales, estableciendo una estructura legal para
emprender negocios, producir bienes, ofrecer servicios y participar en el mercado.

2. Limitación de responsabilidad: Una de las funciones más relevantes de la persona


jurídica es limitar la responsabilidad de sus miembros. En general, la
responsabilidad de los socios o accionistas está restringida al monto de su aporte al
capital social de la entidad.

3. Facilitar inversiones y financiamiento: Las personas jurídicas son una opción


atractiva para los inversionistas, ya que les permite participar en proyectos
comerciales o empresariales sin exponer todo su patrimonio personal. También
pueden acceder a fuentes de financiamiento más amplias, como créditos o emisión
de acciones.

4. Continuidad y estabilidad: La existencia continua de la persona jurídica garantiza la


continuidad y estabilidad de las operaciones comerciales, más allá de la salida o
ingreso de nuevos miembros. Esto permite la planificación a largo plazo y la
ejecución de proyectos a largo plazo.

5. Protección de bienes: La persona jurídica brinda protección a los bienes y activos


de sus miembros, ya que los riesgos asociados a la actividad comercial o
empresarial son asumidos por la entidad y no por las personas individuales.

6. Participación en el marco legal: La persona jurídica tiene derechos y deberes


establecidos por la ley, lo que le permite participar en el sistema legal y obtener
protección legal en caso de conflictos o disputas.

En conclusión, la persona jurídica es una entidad legal con existencia propia, que permite
a sus miembros emprender actividades comerciales o empresariales con limitación de
responsabilidad y continuidad en el tiempo. Su reconocimiento legal y características
particulares facilitan el desarrollo de negocios, inversiones y proyectos, contribuyendo al
funcionamiento y dinamismo de la sociedad en el marco de la legislación vigente.

Una vez entendido lo anterior y sabiendo que el Derecho Mercantil y el Derecho


Societario, como componentes del ámbito del Derecho Privado, se encuentran
estrechamente relacionados debido a que el primero regula las actividades comerciales de
las sociedades o compañías que son establecidas por el segundo. Con la creación de la
figura de la persona jurídica, surgieron las primeras sociedades mercantiles en la historia,
las cuales se caracterizan por la acumulación, gestión y generación de capitales derivados
de sus actividades en concordancia con la ley.

El reconocimiento de la personería jurídica y su consideración como un sujeto de derechos


y obligaciones planteó nuevos desafíos en el ámbito legal, ya que se debía tratar a estas
entidades ficticias como titulares de derechos, otorgándoles un tratamiento legal similar al
de las personas naturales. En otras palabras, las entidades jurídicas adquieren una
categoría jurídica equiparable a la de las personas físicas. Esta distinción establecida por
la ley entre los diferentes tipos de personas reconocidos crea lo que se conoce como "velo
societario", que implica la separación jurídica entre ambas formas de personería.

Es de suma importancia destacar que esta medida de excepción entraña riesgos


significativos, tanto para la continuidad del ente jurídico como para sus fundadores, ya que
existe la posibilidad de que la compañía como sujeto de derechos llegue a su término. A
continuación, se detallan algunas de las principales características de la inoponibilidad de
la persona jurídica, las cuales son resultado de la investigación realizada.

1. La inoponibilidad del ente jurídico implica su desestimación como sujeto con


derechos y obligaciones reconocidos.

2. Esta desestimación tiene repercusiones en el patrimonio, responsabilidad y


acciones de los miembros de la sociedad, tratándolos como una entidad única con
la persona moral.

3. Para levantar esta protección legal, el juez debe considerar la equidad de la medida
y su relevancia en el contexto social.

4. Se trata de una figura de carácter excepcional, reservada exclusivamente al


juzgador, pero que debe ser solicitada a petición de parte, en cumplimiento de las
leyes internas de cada jurisdicción y en concordancia con el debido proceso.

5. El develamiento societario, además de anular la existencia del ente jurídico para


alcanzar a quienes se ocultan detrás de él, cuestiona la esencia misma de la
persona jurídica, ya sea considerándola un instrumento de comercio o un sujeto con
derechos y obligaciones.

6. Al llevar a cabo este proceso de revelación, los socios accionistas quedan


expuestos para asumir todas y cada una de las obligaciones de la sociedad.

7. Si el ente ficticio es utilizado con la intención de defraudar, abusar de un tercero o


cometer actos ilícitos, la Ley de Compañías (en el caso de Ecuador) establece que
se debe levantar el velo para responsabilizar tanto a la sociedad como a sus
miembros.
8. La desestimación de la persona jurídica puede ser solicitada por un tercero que no
tiene vínculo con la sociedad, como un acreedor. Asimismo, un miembro de la
propia estructura corporativa también puede solicitarla, lo que se conoce como un
develamiento inverso o interno del ente ficticio.

El concepto de "velo societario" tiene su origen en la idea de un velo que cubre u oculta
algo o alguien. En el ámbito del Derecho Societario, el velo societario se refiere a la
separación jurídica que actúa como un mecanismo de protección, evitando que se vincule
la persona jurídica con la persona natural, a pesar de que esta última sea la encargada de
administrarla. Esta protección está basada en el reconocimiento constitucional y legal de
los derechos y obligaciones de las personas jurídicas, como se establece en el artículo 11
de la Constitución ecuatoriana en conjunto con el artículo 10 del Código de Comercio del
Ecuador, que regulan tanto las sociedades civiles como mercantiles, y abordan la cuestión
del velo societario y la distinción entre el patrimonio y las obligaciones de las entidades
ficticias y las personas naturales.

El velo societario se caracteriza por establecer una clara separación jurídica entre la
sociedad y sus socios o accionistas, protegiendo así la responsabilidad y el patrimonio
individual de cada uno. Cuando se levanta esta protección, se unifica la responsabilidad y
se considera el patrimonio de cada integrante de la compañía como un único bien
societario. Al eliminar esta distinción legal de la entidad, se desecha su individualidad
como sujeto de derechos y obligaciones, lo que permite que los acreedores e interesados
en la sociedad puedan exigir directamente a los socios de la entidad que asuman
completamente las obligaciones contraídas por la entidad ficticia.

Sin embargo, esta medida no se limita exclusivamente al incumplimiento de obligaciones


contractuales entre la persona jurídica y terceros interesados, ya sean entidades morales
o físicas. Su objetivo implícito es prevenir el abuso de la entidad hacia otras personas en
general, independientemente del contexto en el que ocurra la violación de derechos
mientras se actúa en nombre de la compañía. Esto incluye situaciones internas dentro de
la propia sociedad, como en el caso de empresas con estructuras de capitalista, donde los
accionistas y socios pueden verse perjudicados por otros miembros, como se examinará
más adelante en el análisis de casos. También se extiende a situaciones externas,
involucrando proveedores, contratistas, etc., que establecen acuerdos comerciales con la
entidad, buscando una finalidad específica para la sociedad y los terceros interesados.

En otras palabras, la teoría de la "perforación de la persona jurídica" expone a los


accionistas para que respondan por todas las obligaciones que la entidad ficticia tenga que
cumplir. Esto ocurre cuando el capital de la sociedad es insuficiente para cumplir con sus
responsabilidades legales o cuando la entidad ha sido utilizada de manera fraudulenta,
dañina o engañosa hacia un tercero. En tales casos, los accionistas asumen la
responsabilidad completa por las acciones de la entidad.

Es fundamental examinar el concepto de "develamiento societario" como una medida que


implica la negación de la existencia misma de la persona jurídica. En otras palabras, la
representación legal donde ocurren todas las actividades corporativas deja de tener
validez, y dichas actividades se atribuyen directamente a los miembros que conforman la
sociedad. Esto conlleva a poner fin al anonimato que caracteriza a las sociedades por
acciones y transforma la responsabilidad inicialmente limitada en una responsabilidad
compartida, donde el patrimonio económico de los implicados se fusiona con el de la
entidad ficticia, tal como se ha discutido previamente.

El levantamiento del velo societario es una figura jurídica destinada a evitar que ciertas
actividades que perjudiquen a terceras personas se oculten detrás del formalismo legal de
una compañía, que actúa como una especie de escudo. Esta medida se utiliza como
solución ante los abusos cometidos por personas naturales que utilizan la compañía como
medio para llevar a cabo dichas acciones.

Sin embargo, es importante destacar que el levantamiento del velo societario solo puede
ser admitido de manera excepcional, ya que, si se generalizara, se quebrantaría la
distinción natural existente entre la compañía y sus socios o administradores, lo que
podría conducir a la desvirtuarían del propósito real de crear personas jurídicas.

En otras palabras, la doctrina del levantamiento del velo societario es una herramienta
jurídica que permite a los tribunales prescindir de la personalidad jurídica de una entidad
empresarial y atribuir responsabilidad a sus socios o directores por las obligaciones de la
compañía. Esta figura legal se emplea en situaciones donde los socios o directores han
utilizado la entidad con la intención de defraudar a terceros o cometer actos ilícitos.

En el contexto de Ecuador, la regulación del levantamiento del velo societario se


encuentra consagrada en el artículo 368 del Código de Comercio, el cual establece que
"Los jueces pueden desestimar la personalidad jurídica cuando los socios o
administradores de una sociedad han abusado de ella en detrimento de terceros".

Así pues, se puede observar que la legislación vigente en Ecuador claramente contempla
la posibilidad de aplicar el levantamiento del velo societario, según lo establecido en el
tercer inciso del artículo 17 de la Ley de Compañías. Conforme a esta disposición, la
inoponibilidad de la personalidad jurídica solo puede ser declarada mediante resolución
judicial.

Por lo tanto, es competencia exclusiva de los órganos jurisdiccionales analizar


detenidamente la situación planteada y, en consecuencia, ordenar el levantamiento del
velo societario cuando se determine que la entidad jurídica ha sido utilizada en detrimento
de los intereses superiores de la sociedad. En el caso específico que nos ocupa, la
entidad se ha empleado ilícitamente para ocultar capitales o bienes suficientes para cubrir
las obligaciones laborales.

Los antecedentes históricos relacionados con las dinámicas laborales han llevado a que el
derecho laboral sea concebido como una fuente protectora de los derechos de los
trabajadores. Por una parte, se reconoce la posición dominante del empleador como
demandante de la fuerza laboral, y, por tanto, con la potestad disciplinaria y sancionadora.
Por otra parte, se encuentran los trabajadores, que constituyen la parte más vulnerable de
dicha relación. Por tal motivo, el derecho laboral, con sus normas y principios, cumple la
función de ser una herramienta eficaz para equilibrar estas fuerzas y lograr una relación
laboral justa y equitativa.

Como se mencionó previamente en el primer capítulo acerca del levantamiento del velo
societario, la Ley de Compañías, en su artículo 17, establece la responsabilidad solidaria
de personas naturales o jurídicas que ordenen, obtengan beneficios y sean poseedores de
bienes cuando se perpetren actos fraudulentos o abusivos en nombre de compañías y
estos actos ocasionen perjuicios a terceros.
Los supuestos más frecuentes de actos fraudulentos o simulados para eludir obligaciones
crediticias, incluyendo las de índole laboral, pueden resumirse de la siguiente manera:

Confusión de patrimonios o identidades: Esto ocurre cuando el patrimonio de la sociedad


no puede ser claramente distinguido del patrimonio personal de los socios. La confusión
de identidades, también denominada confusión de esferas en la doctrina, acontece cuando
las sociedades, sus administradores o los socios actúan en el ámbito comercial como si
fuesen una única entidad, manipulando la personalidad jurídica según convenga en
determinado momento.

Estos supuestos de confusión patrimonial o de identidades se presentan especialmente


para evitar la condena solidaria tanto de la entidad jurídica como de sus miembros. Por
tanto, es esencial que las normativas que regulan las sociedades establezcan una barrera
legal entre el patrimonio de estas y el patrimonio personal de los socios. No obstante,
cuando esta barrera presenta falencias debido a abusos o fraudes, es necesario
adentrarse en la realidad subyacente para reconectar esos patrimonios e identidades y así
lograr la ejecución de las obligaciones crediticias.

En algunos casos particulares, se adquieren bienes muebles o inmuebles a nombre de un


socio o un tercero, y es la empresa quien efectúa el pago de la adquisición. En muchos
casos, incluso, se emplea la figura del arrendamiento, mediante el cual la empresa abona
periódicamente una renta que en realidad se utiliza para que el tercero poseedor del bien
cancele el crédito a través de una hipoteca o prenda.

Podemos afirmar que existe cierta falta de seguridad jurídica, la cual debería garantizar
certeza en cuanto a los derechos que deben ser respetados por terceros. Es
responsabilidad del Estado mantener el debido orden para asegurar el cumplimiento de
estos derechos.

Sin embargo, uno de los métodos para lograr el levantamiento del velo societario es
mediante la actuación en contra de la buena fe, a través de la comisión de actos ilícitos
previamente mencionados. Si se establecieran pautas más claras para que los jueces y
tribunales que conocen estos casos se guíen, podría restablecerse una mayor seguridad
jurídica y posiblemente reducir la cantidad de litigios.
Es crucial tener en cuenta que la norma es algo ambigua, ya que la terminología jurídica
puede no ser lo suficientemente específica. Por ejemplo, no se detallan claramente las
razones que podrían constituir fraude o el tipo de abuso que sería necesario para justificar
el levantamiento del velo de una sociedad. La doctrina debe ser precisa y clara, ya que su
uso es excepcional, y su aplicación incorrecta podría llevar a resultados erróneos en los
casos que se presenten.

El inconveniente que enfrenta nuestra legislación radica en su carácter general y la falta


de precisión en sus términos, lo cual genera dificultades al momento de aplicar la doctrina
y, en consecuencia, complica que su uso sea excepcional, siguiendo una línea claramente
establecida en la norma, con el objetivo de eliminar cualquier acto ilícito realizado a través
de una compañía.

El artículo mencionado anteriormente establece quiénes serían responsables de manera


personal y solidaria por la comisión de actos contrarios a la ley. Además, la Disposición
General Tercera señala que esto no se aplica a aquellos que adquirieron derechos de
buena fe. Por tanto, si no se logra probar la mala fe de quienes se pretende
responsabilizar por sus acciones, el juez no podrá llevar a cabo el levantamiento del velo.
Nuestra legislación presume la buena fe, salvo en los casos en los que la ley establezca lo
contrario, lo cual está definido en el artículo 722 del Código Civil.

Demostrar la mala fe puede ser complicado, por lo que es de gran importancia utilizar
todos los recursos disponibles para que el juez tenga certeza y convicción acerca de los
actos cometidos, ya sea directamente por la persona o por aquellos que se beneficiaron
de ellos.

En estos casos, los jueces son los responsables de resolver y determinar la


responsabilidad de los socios, quienes podrían tener que responder con su patrimonio
personal. Es difícil prever todos los actos que puedan contravenir la ley y que se cometan
a través de una compañía. No obstante, en nuestra legislación existen instituciones como
el fraude de ley y el abuso del derecho, que abarcan de manera amplia los actos
fraudulentos que puedan ocurrir.

Es importante que tanto abogados como jueces tengan en cuenta que la figura del
descorrimiento del velo societario no sustituye a las figuras ya establecidas en el derecho
positivo. Estas figuras incluyen, entre otras, la nulidad por objeto o causa ilícita, la
disolución y liquidación en casos donde la sociedad ha abandonado de forma permanente
su causa o fin original, configurando el vicio conocido como "ultra vires".

Además, se encuentran las acciones reparadoras de daños y perjuicios a favor de los


socios que han impugnado acuerdos societarios perjudiciales, así como la acción
indemnizatoria para terceros perjudicados de acuerdo con las normas aplicables a los
delitos y cuasidelitos, en casos de fraudes, abusos o vías de hecho cometidos por
administradores o socios.

Estas herramientas legales permiten abordar de manera general situaciones de conductas


ilícitas que involucren a la compañía, aunque cada caso particular será evaluado por los
tribunales para determinar su aplicabilidad y sanciones correspondientes.

El procedimiento para solicitar el levantamiento del velo societario puede ser iniciado por
cualquier persona que haya sufrido perjuicio a causa de las actuaciones de la entidad
empresarial. El juez, al evaluar la solicitud, debe considerar los siguientes criterios:

 Determinar si los socios o directores de la compañía utilizaron la entidad para


defraudar a terceros o para llevar a cabo acciones ilícitas.
 Verificar si los socios o directores han ocultado o desviado el patrimonio de la
empresa.
 Evaluar si los socios o directores actuaron de mala fe o con negligencia.

Si el juez concluye que se cumplen dichos criterios, podrá proceder al levantamiento del
velo societario y responsabilizar a los socios o directores por las obligaciones de la
entidad.

El levantamiento del velo societario representa una herramienta relevante en el ámbito


jurídico, ya que brinda protección a terceros afectados por acciones fraudulentas de las
compañías. No obstante, es fundamental tener en cuenta que esta figura debe ser
aplicada con prudencia, siendo una medida de carácter excepcional.

A continuación, se presentan algunos ejemplos de casos en los cuales se ha aplicado el


levantamiento del velo societario en Ecuador:
 En un caso, un juez procedió al levantamiento del velo societario de una empresa
utilizada para defraudar a un proveedor. La entidad había adquirido bienes del
proveedor, pero no cumplió con sus obligaciones de pago. El proveedor presentó
una demanda contra los socios de la empresa, y el juez determinó que los socios
habían utilizado la entidad con la intención de perjudicar al proveedor. Como
resultado, el juez ordenó a los socios pagar al proveedor.
 En otro caso, un juez llevó a cabo el levantamiento del velo societario de una
empresa que había sido empleada para cometer actos ilícitos, específicamente,
para blanquear dinero de origen ilícito. La Fiscalía presentó una demanda contra los
socios de la empresa, y el juez concluyó que los socios habían utilizado la entidad
para llevar a cabo actividades delictivas. En consecuencia, el juez ordenó a los
socios pagar una multa a la Fiscalía.

El levantamiento del velo societario no constituye una solución universal para todos los
casos en los que se presentan actos fraudulentos o abusos de la persona jurídica, ya que
su aplicación dependerá del criterio del juez, quien determinará su pertinencia en relación
con cada caso particular.

Si se emplea incorrectamente, los perjuicios podrían superar a los posibles beneficios,


pues se comprometería la seguridad jurídica y se podrían ocasionar consecuencias
negativas, como que accionistas, inversores, entre otros, decidan suspender sus
actividades con la compañía, lo que repercutiría negativamente en el mercado e incluso
podría aumentar el desempleo.

No obstante, al mismo tiempo, es imperativo proteger dicho valor y no permitir abusos, lo


cual significa que los jueces no pueden considerarlo como una vía fácil para dar por
terminado un caso.

La legislación ecuatoriana advierte que el levantamiento del velo societario debe ser
utilizado con precaución, reservándose únicamente para situaciones extremas y como
último recurso, cuando no exista otro medio equivalente y se hayan agotado todas las
normas procesales aplicables. Es imperativo que el Juzgador respete los principios
constitucionales del debido proceso y el derecho a la defensa.
En el contexto de una demanda que busca el reconocimiento de los derechos laborales, si
el trabajador tiene la presunción de que el patrimonio de la sociedad puede ser dispersado
o confundido con el objetivo de perjudicar sus derechos, es fundamental demandar
solidariamente a los responsables para que puedan ser imputados y vinculados al pago de
los haberes determinados en el juicio. Esto permitirá lograr la ejecución efectiva de la
sentencia. Dentro del proceso de levantamiento del velo societario, las partes
demandadas, es decir, los socios o accionistas a quienes se les imputa la conducta, tienen
el derecho de defenderse y refutar las pretensiones del demandante, asegurando así el
respeto al derecho a la defensa establecido en la normativa constitucional. El propósito es
ratificar el principio de la realidad, uno de los pilares fundamentales del derecho laboral,
que permite al juzgador ignorar la independencia de la persona jurídica y atribuir
responsabilidad a terceros que se beneficiaron de la desviación del patrimonio social.

A pesar de lo expuesto, resulta claro que la evolución del derecho y las prácticas
fraudulentas de algunas compañías en cuanto al cumplimiento de sus obligaciones hacen
necesario el levantamiento del velo y la responsabilidad de los socios y accionistas con su
propio patrimonio, lo cual puede afectar sus derechos laborales. Esto elimina las
limitaciones que ciertas compañías presentan, donde los socios tienen cierto nivel de
responsabilidad y deben asumir sus obligaciones con su patrimonio personal, en
contraposición a la responsabilidad limitada de su capital en la compañía.

En los últimos años, las entidades reguladoras han intensificado su lucha contra los
abusos que ocurren al amparo de las personalidades jurídicas, lo que hace necesario
establecer mecanismos que fortalezcan, entre otros, el levantamiento del velo societario,
con el propósito de proteger a los trabajadores y sus derechos.

En resumen, el levantamiento del velo societario es una figura jurídica de importancia que
busca salvaguardar los intereses de terceros perjudicados por acciones irregulares de las
empresas. No obstante, se recomienda su aplicación de manera cuidadosa y excepcional.

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