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Mama Huaco y la diversidad de género en el Perú Antiguo

Publicado en Noticias SER.PE (2020-08-02)


http://www.noticiasser.pe/opinion/mama-huaco-y-la-diversidad-de-genero-en-
el-peru-antiguo?
fbclid=IwAR2Gk79wXTEV_mtJA3MgKcjnsGHMWjOGE6ipeJKNQrbAGDzjYHe
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Paloma Rodríguez. Magíster en Historia mención Estudios Andinos por la PUCP.
Miembro del Grupo Promotor de la Asociación de Historia de las Mujeres y
Estudios de Género en el Perú.

PREGUNTAS
¿A qué reflexión te lleva el texto?

Los estudios de género y la teoría queer en la antropología y la arqueología han


ayudado a romper con la aproximación binaria y heteronormativa hacia el pasado
andino, al revelar la existencia de géneros que no eran ni totalmente femeninos, ni
tampoco masculinos. En este aspecto, como lo explica Butler, la genitalidad no
siempre determina el género, sino que lo hace la performatividad, y el rol
desempeñado. Asociamos que, lo que hoy significa ser hombre o mujer, era igual
en el pasado, lo que puede producir un sesgo a la hora de investigar otras culturas
en diferentes tiempos históricos.

Analizaremos el mito fundacional inca de los hermanos Ayar, centrándonos


particularmente en el análisis de Mama Huaco. Según Horswell (2013) los géneros
no binarios suelen asociarse a los sectores de élite política y religiosa y son vistos
como mediadores en las relaciones entre los géneros masculino y femenino, así
como con los ancestros y seres sagrados. En este sentido, el análisis de las
funciones y relevancia de Mama Huaco, ejemplificarían que correspondió a un
arquetipo de dichos géneros. Contaba tanto con el poder político, religioso y militar,
perteneciendo al grupo de élite y ancestro de los incas, y al mismo tiempo tenía
características agrícolas, que la relacionaban con los ayllus.

Guamán Poma la describió como la líder política de los incas míticos, enfatizando
que poseía mayor mando y autoridad que Manco Cápac. Por otro lado, el cronista
Sarmiento de Gamboa, le atribuye ser la portadora de los cetros, que eran
insignias del poder político. Asimismo, poseyó la parcialidad de Chumpi Cancha,
siendo la única hermana Ayar que obtuvo dicho beneficio, al igual que sus
hermanos.
Por otro lado, lo que más la caracteriza en las crónicas, es su aspecto temible y
feroz o sus “características varoniles” a la hora del combate.

Recurrentemente, es la cabeza militar, y Manco Cápac está ausente incluso en las


hazañas bélicas. Un ejemplo de aquello se encuentra en la conquista de los
Alcabizas, descrita por Sarmiento de Gamboa, en la que también toma posesión y
dominio de sus aguas. Esto, pondría de manifiesto el carácter andrógino del
personaje, pues la característica principal de las wak’as femeninas en Huarochirí
era poseer el dominio de los canales, y el agua es asociada también con
atribuciones, nombres y wak’as femeninas. Mama Huaco, entonces, poseería
características tanto masculinas como femeninas.

En el ámbito religioso, Betanzos narra que luego de matar a un indio, le saca los
bofes y posteriormente los sopla. En el mundo andino, aquel acto se realizaba a un
animal cuando se quería adivinar el futuro. Para Guaman Poma, fue la primera
“sacerdotisa” andina, y, por ende, quien estableció los ritos para poder
comunicarse y rendir los cultos a los ancestros. Nuevamente, se puede ligar a
Mama Huaco con un género no binario. Era una peculiaridad de las autoridades
religiosas tener una categoría de género “intermedia”, pues eran requeridos para
reestablecer el orden y conectar con los ancestros, al igual que algunas wak’as
que eran andróginas, como Viracocha (Isbell 1997, Horswell 2013)

En el mes de abril, los hombres que se convertían en guerreros, salían a la chacra


de Sausiro y llevaban el maíz que habían recogido. Asimismo, se recordaba a
Mama Huaco por haber sembrado el primer maíz, convirtiéndose en un personaje
relevante en la obtención del alimento, pues ayudó a la fertilización de la tierra. De
esta manera, entregaba la energía vital tanto a las mujeres para la procreación,
como a los guerreros para que ganaran en los combates. Debido a que dentro de
ella existían las “fuerzas” femeninas y masculinas, su identidad andrógina era
fundamental para la reproducción del mundo andino.

Por otro lado, la fluidez de género también era concebida como normal y necesaria
en el mundo andino. Isbell (1997), a través de un estudio etnográfico, identificó que
la vida misma tenía etapas en que primaban características de un género u otro,
dependiendo en cuál ciclo se encontrara el individuo. Por ejemplo, en la niñez, se
hablaba de “inmaduros”, y no se les atribuía un género en particular, aunque se
liga a la infancia con el ámbito femenino, mientras que la vejez, por la “sequedad”
del cuerpo, se asocia a la esfera masculina. Al “morir” los ancestros comienzan su
paso a lo andrógino, uniendo las esferas masculinas y femeninas.

A modo de conclusión, se puede decir que, el analizar a Mama Huaco desde los
estudios de género y los queer studies, permite repensar el pasado andino y
visibilizar otras agencias y categorías de género, que pasarían desapercibidas si lo
leyésemos con los lentes y sesgos de nuestra cultura occidental actual.

Así, los conceptos de dualidad y complementariedad andina se deben volver a


reinterpretar, incluyendo a otras identidades sumamente relevantes y relacionadas
con las estructuras de poder en los Andes. Ojalá el estudio del pasado andino y las
diferentes alteridades de género, sirva para lograr un mayor respeto y comprensión
en nuestro presente.
***
"Género e Historia" es es una colaboración del Grupo promotor de la Asociación de
Historia de las Mujeres y Estudios de Género en el Perú (GPAHMGP) que busca promover y
articular investigaciones históricas desde los estudios de género y las mujeres. Les
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