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7. El año sabático. Cap.

25:1-7: Al entrar en la tierra prometida, los


israelitas deberían pasar un año de cada siete sin sembrar ni cosechar. La
tierra debía descansar. Lo que produjera la tierra espontáneamente aquel
año sería para todos, tanto para las bestias como para los hombres. Dios
daría cosechas abundantes el sexto año para que no fuera necesario
trabajar al año siguiente (25:18-22).

Los hebreos debían perdonar a sus deudores pobres y poner en


libertad a los esclavos (Deut. 15:1-11; Ex. 21:2-6). Así recordaban los
israelitas que Dios les había liberado de la servidumbre de Egipto.

8. El año de jubileo. Cap. 25:8-22: Además de observar los años sabáticos,


los israelitas debían celebrar el año de jubileo, es decir, dos años seguidos
de descanso cada cincuenta años. Debían pregonar libertad a los
esclavos hebreos, devolver al dueño originario la tierra que habían
adquirido de él y perdonar las deudas de otros. Así se ponía freno al
deseo desmedido de acumular bienes materiales y se impedía que hubiera
extremos de pobreza y riqueza.

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