israelitas deberían pasar un año de cada siete sin sembrar ni cosechar. La tierra debía descansar. Lo que produjera la tierra espontáneamente aquel año sería para todos, tanto para las bestias como para los hombres. Dios daría cosechas abundantes el sexto año para que no fuera necesario trabajar al año siguiente (25:18-22).
Los hebreos debían perdonar a sus deudores pobres y poner en
libertad a los esclavos (Deut. 15:1-11; Ex. 21:2-6). Así recordaban los israelitas que Dios les había liberado de la servidumbre de Egipto.
8. El año de jubileo. Cap. 25:8-22: Además de observar los años sabáticos,
los israelitas debían celebrar el año de jubileo, es decir, dos años seguidos de descanso cada cincuenta años. Debían pregonar libertad a los esclavos hebreos, devolver al dueño originario la tierra que habían adquirido de él y perdonar las deudas de otros. Así se ponía freno al deseo desmedido de acumular bienes materiales y se impedía que hubiera extremos de pobreza y riqueza.