El principio de Pascal, es una de las principales leyes de la
hidrostática presente en numerosas aplicaciones mecánicas de
nuestro día a día y constituye la columna vertebral para el resto de fenómenos que estudian la estática de fluidos. Principio de pascal Enunciada por el físico y matemático Blasie Pascal, es una ley que establece que la fuerza aplicada en la superficie de un fluido en reposo (es decir, la velocidad de sus partículas es cero) e incompresible se transmite con la misma intensidad en todas las direcciones de dicha sustancia; siempre que el recipiente en el que se encuentre no se deforme. Dicho de otra forma, la presión ejercida sobre un fluido en alguna parte del mismo se esparcirá uniformemente por todo su volumen. Recordando que P=F/A (fuerza entre el área) podemos expresar a la presión dentro del fluido estático de dos formas: P=F1/A1 P=F2/A2 Igualamos ambas ecuaciones: F1/A1=F2/A2 Por tanto, si se aplica una fuerza F1 en la placa con superficie A1, debido al principio de Pascal, en la placa con área A2 se siente una fuerza igual a: F2=F1 A1/A2 Es decir, que si el área A2>A1, la fuerza que se siente F2 es mayor que la fuerza aplicada F1. Este es el principio de las prensas hidráulicas, con un buen ajuste de las áreas, aplicando una pequeña fuerza podemos levantar un coche. ¿Qué es un fluido? En la definición del principio de Pascal, se mencionó un par de condiciones que deben cumplirse: que el fluido sea incompresible y que se encuentre en reposo. Un «fluido» es un medio continuo formado por partículas, las cuales se encuentran unidas entre sí por fuerzas cohesivas débiles. Los fluidos tienen la característica de que adquieren la forma del recipiente que los contiene. Existen diferentes maneras de clasificar a los fluidos, pero la que nos interesa en este caso es respecto a su compresibilidad. Un fluido es compresible si su volumen cambia cuando varía la presión, por el contrario, los incompresibles son aquellos cuyo volumen no cambia al variar la presión. PRINCIPIO DE ARQUÍMEDES
El principio de Arquímedes es el nombre con el cual se conoce a
un postulado realizado por el matemático y físico griego Arquímedes de Siracusa (287 antes de Cristo – 212 a. C.). Este científico señaló que un cuerpo parcial o totalmente sumergido en un líquido en reposo registra un empuje vertical hacia arriba que resulta idéntico al peso del volumen del líquido desplazado por el cuerpo. Ese empuje es una fuerza que se conoce como empuje hidrostático o empuje de Arquímedes. Su medición se realiza en newtons, una unidad del sistema internacional. De acuerdo al principio de Arquímedes, el empuje hidrostático se aplica en el centro de gravedad del cuerpo y depende tanto de la gravedad como de la densidad del líquido y del volumen del cuerpo. El principio de Arquímedes, en definitiva, afirma que un cuerpo que se sumerge en un fluido experimenta un cierto empuje (el empuje hidrostático, en sentido vertical) que es igual al peso que se desaloja del fluido. Esto explica por qué ciertos objetos flotan en el agua y otros no, por ejemplo. Cuando un objeto se hunde, su peso resulta mayor que el peso del fluido desplazado. En cambio, si el peso del cuerpo es igual o menor que el peso del líquido desalojado, el elemento en cuestión flota. Todo depende de las condiciones de la fuerza de empuje, que si es suficiente puede hacer que el objeto ascienda hasta la superficie (flote). Cabe destacar que el volumen del cuerpo es idéntico al volumen del agua que se desplaza. La fórmula del principio de Arquímedes es la siguiente: E = Pe V = pf g V; si se quiere usar para la comparación con el ceso del objeto se usa E = -Pe V = -pf g V Veamos la referencia de las variables: la primera es E, el empuje; luego tenemos Pe, el peso específico del líquido; pf es la densidad; g representa la aceleración de la gravedad; V, por último, es el volumen del fluido que se desplaza.