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COORDINACIÓN INCENDIOS FORESTALES: Seguridad y

normativa aplicable en los incendios forestales


Situaciones de riesgo en las unidades de intervención en
incendios forestales y en contingencias en el medio natural y
rural

En consonancia con la filosofía de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, se debe poner

a disposición de los trabajadores equipos de trabajo seguros, adquiriendo equipos que cumplan

cualquier disposición legal o reglamentaria que les sea de aplicación. El marcado CE, la Declaración

de Puesta en Conformidad CE y el Manual de Instrucciones son obligatorios y deben estar a

disposición de la Autoridad Laboral, Delegados de Prevención, Comités de Seguridad y Salud,

Técnicos en Prevención, etc. Es responsabilidad del empresario comprador disponer de esta

documentación.

Entre los riesgos asociados a los equipos de trabajo (máquinas, herramientas, instalaciones

generales y sistemas contra incendios), podemos encontrar:

Choques contra objetos móviles.

Golpes o cortes por objetos o herramientas.

Proyección o suspensión de fragmentos o partículas.

Atrapamiento por o entre objetos o herramientas.

Exposición a contactos eléctricos.

A la hora de manejar herramientas y equipos es muy importante seguir de manera estricta las

siguientes consideraciones:

No uses nunca una herramienta para algo diferente para lo que ha sido diseñada.

Cuida de tus herramientas, límpialas con frecuencia, mantenlas afiladas si son de corte, sin

holguras, y con los mangos en condiciones.

Coloca cada herramienta en su sitio.

Si un compañero necesita una herramienta, no se la lances, entrégasela en mano.

Nunca lleves herramientas en los bolsillos, sobre todo si son cortantes o punzantes.

Comprueba que las herramientas eléctricas llevan el símbolo de doble aislamiento.

No abras las herramientas eléctricas o perderán su protección.


Utiliza las protecciones adecuadas a la herramienta que usas.

Si tienes que trasladarte con tus herramientas utiliza una caja adecuada o un cinturón

portaherramientas.

Si tu trabajo supone un riesgo para los demás, no dejes que se acerquen.

Riesgos en la manipulación de sistemas e instalaciones

La electricidad es una de las formas de energía más utilizada, proporcionando ayuda y bienestar en

la mayoría de nuestras actividades, pero presenta importantes riesgos que es preciso conocer y

prever. Entre estos riesgos encontramos los eléctricos en centralitas, en componentes o en los

equipos: provocados por una conexión inadecuada de sus conexiones. Es muy importante identificar

los cables con corriente positiva y negativa, ya que si se conecta de forma errónea el cable positivo a

masa, se producirá un cortocircuito.

Los principales cortocircuitos se producen al desmontar componentes que se encuentran

alimentados con corriente positiva, alternador, motor de arranque, etc.

Es conveniente desmontar el borne negativo de la batería y trabajar sin corriente cuando se intente

desmontar conectores o bornes con corriente positiva para evitar cortocircuitos.

Tipos de contacto eléctrico:

Contacto directo: es el que se produce con las partes activas de la instalación.

Contacto indirecto: es el que se produce con masas puestas en tensión.

Para evitar los contactos directos tenemos que:

Alejar los cables y conexiones de los lugares de trabajo y paso.

Interponer obstáculos.

Recubrir las partes en tensión con material aislante.

Utilizar tensiones inferiores a 25 voltios.

Para evitar los contactos indirectos existen dos medios de defensa:


La puesta a tierra.

El interruptor diferencial.

MEDIDAS BÁSICAS DE PREVENCIÓN

No realice trabajos eléctricos sin ser capacitado y autorizado para ello.

Cuidado con las líneas eléctricas. Mantenga la distancia de seguridad.

Utilice equipos y medios de protección individual certificados.

En los lugares mojados o metálicos utilice solo aparatos eléctricos portátiles pequeñas

tensiones de seguridad.

Vigile que su entorno sea seguro.

En instalaciones eléctricas recuerde las 5 REGLAS DE ORO:

Cortar todas las fuentes en tensión.

Bloquear los aparatos de corte.

Verificar la ausencia de tensión.

Poner a tierra y en cortocircuito todas las posibles fuentes de tensión.

Delimitar y señalizar la zona de trabajo.

Riesgos en el almacenamiento y transporte de cargas

El correcto almacenamiento de los distintos materiales evitará en gran medida los riesgos de su

desprendimiento, corrimiento, etc., con las graves consecuencias que se pueden derivar.

Las medidas preventivas que adoptaremos serán:

Manipular las cargas con ayuda de medios auxiliares (carretillas, transpaletas) o con ayuda de

otras personas.

Utilizar los medios mecánicos de manipulación de cargas disponibles.

Respetar las cargas máximas según sexo y edad.

Formación a los trabajadores sobre lesiones que puedan producirse y posturas correctas en

posición estática.
La mala ubicación de los almacenes, además de producir pérdidas de tiempo importantes, puede

originar desplomes, atropellos, golpes, incendios, etc. Su buena ubicación debe mejorar las

condiciones de trabajo y la productividad.

Recomendaciones sobre el almacenamiento:

Almacenar debidamente los objetos en sentido vertical sobre el nivel del suelo de manera que

no se descompensen.

No dejar que los objetos sobresalgan de los montones o de los cajones donde se encuentran.

No subir a los bastidores para llegar a las repisas superiores; utilizar una escalera.

No apoyar los montones pesados en paredes estructurales.

No deshacer los montones arrojando cosas desde arriba o tirando desde abajo.

No superar la carga de seguridad de bastidores repisas o suelos.

Calzar los objetos que puedan rodar, como los cilindros y mantener los artículos pesados cerca

del nivel del suelo.

Proteger el material de la humedad y el calor.

Inspeccionar los contenedores y los bastidores periódicamente. Evitar que sean dañados por

las horquillas de las carretillas elevadoras y otros vehículos.

Transporte y manejo de materiales

Los equipos para levantamientos de cargas deban ser diseñados y construidos de manera que

siempre puedan ser utilizados en condiciones aceptables de seguridad. Entre los equipos para

levantar cargas encontramos:

Equipos para levantar cargas.

Elevadores.

Ascensores.

Plataformas elevadoras.

Montacargas.

Aparatos grúas.

Aparejos.

Elementos auxiliares.
Cadenas.

Cabestrillos.

Ganchos.

Horquillas.

El peligro más frecuente que comportan estos equipos es el mal funcionamiento de algunos de sus

elementos, lo cual puede originar roturas con posibilidad de consecuencias graves, ya sea por caída

de objetos, caídas de altura, golpes o atrapamientos.

Estos riesgos se pueden reducir cumpliendo una serie de pautas generales:

La elevación y descenso de la carga se hará lentamente, evitando arranques y paradas bruscas.

No dejar cargas en suspensión.

No transportar cargas por encima de personas o puestos de trabajo.

Prohibir a las personas circular por debajo de cargas suspendidas.

El maquinista debe situarse en una zona donde controle las zonas de carga y descarga.

Los conductores deben poseer la formación adecuada.

Delimitar claramente las zonas de circulación de materiales y personas, y si es posible,

separarlas.

Las zonas de circulación deberán estar libres de obstáculos, estarán bien iluminadas y su

anchura será la adecuada, en función de la máquina.

Riesgos asociados al medio de trabajo

Son los riesgos derivados de los posibles peligros asociados a las condiciones de trabajo

relacionadas con “la naturaleza de los agentes físicos, químicos y biológicos presentes en el

ambiente de trabajo y sus correspondientes intensidades, concentraciones y niveles de presencia” y

“los procedimientos para la utilización de los agentes citados anteriormente que influyan en la

generación de los riesgos mencionados”.

Riesgos relacionados con factores de riesgos debidos al medio-ambiente de trabajo o a las

condiciones ambientales del trabajo. Son los contaminantes físicos, químicos y biológicos:

Físicos: son caracterizados por un intercambio de energía entre persona y ambiente en una
dimensión y/o velocidad tan alta que pueda influir negativamente en el organismo, tales como

el ruido, las vibraciones, radiaciones, etc.

Químicos: son sustancias constituidas por materia inerte en forma sólida (polvo, fibras),

líquida (nieblas y brumas) o gaseosa (gas, vapor).

Biológicos: son organismos vivos o parte de ellos que pueden estar presentes en el ambiente

de trabajo y originar alteraciones en la salud de los trabajadores/as al penetrar en el cuerpo,

provocando cualquier tipo de infección, alergia o toxicidad, tales como: como virus, bacterias,

hongos, gusanos, parásitos, plumas, etc.

Desde el punto de vista de su peligrosidad, las sustancias químicas pueden agruparse en distintos

grupos, en función de:

Propiedades Físico-químicas:

Explosivos. Sustancias o preparados que incluso en ausencia de oxígeno, pueden reaccionar

de forma exotérmica y que en determinadas condiciones deflagran y en caso de confinamiento

explosionan.

Comburentes. Sustancias o preparados que en contacto con sustancias inflamables, producen

una reacción exotérmica.

Inflamables. Las sustancias y preparados con bajo punto de ignición.

Fácilmente inflamables. Sustancias y preparados que pueden calentarse o inflamarse a

temperatura ambiente sin aporte de energía o que en contacto con el agua o aire húmedo

desprenden gases inflamables.

Extremadamente inflamables. Sustancias y preparados líquidos que tengan un punto de

ignición extremadamente bajo y un punto de ebullición bajo y las sustancias y preparados

gaseosos que a temperatura y presión normales son inflamables con el aire.

Propiedades toxicológicas:

Tóxicos. Sustancias y preparaciones que, por inhalación, ingestión o penetración cutánea,

pueden implicar riesgos graves, agudos o crónicos a la salud.


Muy Tóxicos. Las sustancias y preparados que por inhalación, ingestión o penetración cutánea

en pequeñas cantidades puedan provocar efectos agudos o crónicos e incluso la muerte.

Nocivos. Sustancias y preparaciones que, por inhalación, ingestión o penetración cutánea,

pueden implicar riesgos a la salud de forma temporal o alérgica.

Corrosivos. Sustancias o preparados que en contacto con tejidos vivos ejercen una acción

destructiva de los mismo.

Irritantes. Sustancias o preparados no corrosivos que por inhalación o penetración cutánea,

puedan ocasionar una reacción inflamatoria.

Sensibilizantes. Sustancias o preparados que por inhalación o penetración cutánea pueden

ocasionar una reacción de hipersensibilidad, de forma que una exposición posterior a esa

sustancia o preparado puede dar lugar a efectos negativos para la salud.

Efectos sobre la salud humana.

Carcinogénicos. Sustancias o preparados que por inhalación, ingestión o penetración cutánea

pueden producir cáncer o aumentar su índice de frecuencia.

Mutagénicos. Sustancias o preparados que por inhalación, ingestión o penetración cutánea,

puedan producir alteraciones genéticas hereditarias o aumentar su frecuencia.

Tóxicos para la reproducción. Sustancias o preparados que por inhalación, ingestión o

penetración cutánea puedan producir efectos negativos no hereditarios en la descendencia o

afectar de forma negativa a la función reproductora.

Efectos sobre el medio ambiente. Sustancias y preparados que presenten puedan presentar

un peligro inmediato o futuro para uno más componentes del medio ambiente.
Normas de seguridad en las actividades de las unidades de
intervención en incendios forestales y en contingencias en el
medio natural y rural

Existen otros puntos donde los responsables y los propios bomberos pueden tener más éxito a la

hora de prevenir sus riesgos, por lo tanto, como normas de seguridad de manera general se pueden

aplicar las siguientes:

Planificación de la prevención

En este punto se deberían integrar las nuevas técnicas y tecnologías disponibles en el mercado: la

organización del trabajo, estableciendo turnos, periodos de descanso, prioridades, formación, etc.;

las condiciones de trabajo; las relaciones sociales favoreciendo las vías de comunicación vertical y

horizontal, proporcionando psicólogos en los parques para enfrentar las situaciones difíciles que

presencian cada día, por ejemplo, y la influencia de los factores ambientales en el trabajo.

Planificación adecuada de las maniobras

Los simulacros, ejercicios y teoría destinados a repetir ciertas tareas pueden ayudar mucho al

profesional en el momento de enfrentar la situación real.

Utilización de protecciones colectivas e individuales

Siempre que sea posible es prioritaria la utilización de medidas colectivas. Pero si esto no es viable,

el trabajador utilizará equipos de protección individual (EPI). La protección individual en el trabajo

de bombero es absolutamente necesaria en muchas de sus tareas. Para esto es necesario que los

trabajadores se sientan cómodos con los equipos y que éstos cubran todos los riesgos a los que están

expuestos. También es necesario que estén homologados, sean probados habitualmente para

comprobar su efectividad y sean renovados en caso de que no cumplan su función de protección.

Protección contra caídas a distinto nivel

Cuando los bomberos realizan tareas de salvamento o acceden a niveles inferiores deben utilizar

escaleras, ascensores, grúas, cuerdas, arneses, etc. (Arias, 1993). Es necesario valorar el lugar

desde el que se accede para elegir la medida preventiva más adecuada. Siempre y cuando exista un
descenso a un pozo o una gruta es necesario comprobar si pueden existir otros peligros como la

presencia de gases tóxicos o explosivos en el interior. En estas operaciones se debe trabajar

acompañado.

Protección de la piel

El bombero que penetre en un incendio o realice una operación de rescate necesita llevar un traje de

protección contra el fuego específico para el tipo de maniobra que realice. Los trajes de

intervención, de aproximación o de penetración se deben utilizar específicamente para cada una de

las tareas.

El equipo de protección de un bombero debe incluir guantes de protección, calzado de seguridad,

equipos de protección respiratoria, gafas de protección, etc.

Protección de las vías respiratorias

La protección de las vías respiratorias es una protección básica tanto en el momento de incursión en

un edificio en llamas como en la fase de remoción de un edificio, donde los materiales se mantienen

calientes y se siguen emitiendo gases y fibras tóxicas. En el apartado de Higiene Industrial hemos

citado el numeroso volumen de gases a los que está expuesto el bombero en caso de incendio.

También se han mencionado las consecuencias para la salud que pueden tener estas sustancias.

Algunas de ellas son muy graves e incluso mortales. Esta es razón más que suficiente para incluir

como medida de protección obligatoria la protección personal de vías respiratorias. Otra razón a

tener en cuenta es la disminución en los datos de cáncer de aparato respiratorio que se han

contabilizado en los últimos años, posiblemente una de las causas es la adopción por parte de los

profesionales de esta medida de protección.

Los equipos de protección respiratoria agrupan una amplia gama de productos, desde máscaras con

filtros específicos a equipos autónomos de protección respiratoria. En cada situación de riesgo se

debe utilizar el más conveniente.

Protección frente a agentes químicos

Los bomberos que actúan en fugas y derrames están especialmente expuestos a sustancias químicas.

En este caso, también es absolutamente necesario el traje de protección contra riesgos químicos,
equipos de protección respiratoria, guantes específicos, gafas de protección, etc.

Protección frente a agentes biológicos

La vacunación frente al agente patógeno, siempre que sea posible, es la medida de protección más

sencilla. Además, los bomberos deben utilizar guantes de plástico, usar mascarillas, evitar tocar

material infectado con los microorganismos, siempre y cuando se identifique el riesgo de infección

por agente biológico.

Ergonomía

El peso del equipamiento y ropa de protección que debe cargar el bombero en el desarrollo de su

trabajo es elevado. Esta situación y las diversas actividades a las que se dedica el profesional, como

tirar de mangueras, aplicar fuerza en cizallas en los rescates de personas en vehículos, etc., hacen

que se produzcan sobrecargas tendinosas y musculares. Los bomberos pueden entrenarse con

ejercicios de manipulación de las cargas. Estos ejercicios están destinados a conocer la forma

adecuada de levantar un peso y evitar lesiones en la espalda y en otros miembros. Si se realizan

repetitivamente en situaciones de entrenamiento o de simulacro, el bombero puede llegar a adquirir

la costumbre de realizar estos movimientos de manera adecuada y repetirlos instintivamente en el

momento de la acción real.

Reducción del estrés

La organización del trabajo por parte de los mandos es un elemento esencial a la hora de reducir el

estrés laboral. Los mandos deberían tener en cuenta los turnos realizados por cada bombero para no

sobrecargar a unos más que a otros. También es importante reconocer las situaciones extremas que

pueden vivir los profesionales durante su jornada laboral. En estos casos es necesario favorecer los

canales de comunicación horizontal (entre los compañeros) y vertical (de los subordinados a los

mandos). Otra posible medida para ayudar a los bomberos a enfrentar estas situaciones sería

proveer al parque de bomberos de un psicólogo que ofreciera mecanismos de enfrentamiento a estos

profesionales a la hora de vivir una determinada situación de estrés.

Burn out

Una de las medidas para combatir el estrés producido durante la jornada es la asunción de un
liderazgo participativo por parte de los mandos, poniendo especial atención en las opiniones de los

miembros del grupo, con el fin de generar confianza.

Para respaldar esta medida presentamos un estudio publicado en 2001 sobre la eficacia de una

breve intervención sobre el liderazgo en los supervisores de un departamento de incendios urbano

de Estados Unidos. La muestra se componía de 51 bomberos de base y 8 mandos. Las puntuaciones

dadas por los 51 bomberos de base y los 8 supervisores de primera línea documentaron mejoras en

el desempeño de los supervisores tres meses después de la intervención. Los autoinformes de los

bomberos de base también mostraron mejorías en las percepciones de su capacidad para lograr

objetivos profesionales, que se mantenían nueve meses después de la intervención. También había

mejoría en algunos índices de síntomas relacionados con el estrés informado por la muestra de

supervisores tanto en el seguimiento a los tres meses como a los nueve meses. Estos resultados

fueron comparados con una muestra control. En este caso los mandos no habían llevado a cabo

ninguna acción de liderazgo añadida. Los autoinformes no mostraron en este caso ninguna mejoría

en la percepción de la capacidad para lograr sus objetivos profesionales o en los índices de síntomas

relacionados con el estrés informado.

Mantenimiento de una adecuada forma física

La realización de ejercicios recogidos en un programa de entrenamiento específico para esta

profesión puede ayudar a mantener un buen estado físico y mental entre los bomberos. Este

ejercicio debería ser planificado y revisado por un profesional en la materia y no realizarse de

manera individual sin supervisión de un entrenador.

Se por tanto necesario llevar a cabo programas de entrenamiento específicos y evaluaciones

médicas periódicas con el fin de mantener la salud de los bomberos a medida que avanzan sus años

en la profesión.

Roberts y colaboradores también apoyan la medida de los programas de entrenamiento, puesto que

consideran que mejoran la capacidad aeróbica de los bomberos. En el estudio publicado en 2002, se

sometió a una muestra de 115 bomberos recién contratados a un programa de entrenamiento de 16

semanas de duración. Al inicio del programa se les midió el volumen muscular y se les evaluó

mediante una serie de ejercicios la capacidad muscular en brazos, piernas, abdomen, etc. Bajo la

supervisión de un supervisor certificado realizaban ejercicios que reproducían las intervenciones en


fuego, con el fin de mejorar la resistencia muscular, la flexibilidad, la capacidad aeróbica y la

composición del cuerpo.

Después del periodo de entrenamiento los parámetros de resistencia muscular, flexibilidad, masa

magra y capacidad aeróbica aumentaron significativamente mientras disminuían el peso y la masa

grasa.

Realización de reconocimientos médicos específicos periódicos

Esta medida ayudaría a conocer el estado de salud del bombero, de manera que si existiese algún

riesgo se pudiera intentar solventar a tiempo y evitar más riesgos al propio profesional, sus

compañeros o la población a la que atiende.

Âlvarez cita los controles periódicos de la salud tanto en la selección del personal como a lo largo de

la vida laboral del bombero. También considera que deben ser médicos que realicen su trabajo en

bomberos los que lleven a cabo estos controles (Âlvarez, 1998).

Plantilla suficiente de bomberos

En el estudio que realizó Tomoda en el año 2002 para la Organización Internacional del Trabajo

(OIT) incluía una tabla de varios países con cifras de número de habitantes por bombero. España no

aparece entre estos países. La dificultad de obtener datos de bomberos en España hace que el

INSHT sólo pueda conocer cifras aproximadas. Se calcula que en el año 2004 había

aproximadamente 15000 bomberos prestando servicio en España. Esto supondría, en una población

de 43197684 de habitantes en el año 2004 (INE, 2005), 2879 habitantes por bombero. Este dato

supera en 800 habitantes la peor cifra del informe de Tomoda. En este informe Italia es el país que

presenta cifras mayores, 2036 habitantes por cada bombero. El aumento de la plantilla en este caso

parece una medida imperiosa.

Formación

Este apartado comprende tanto la formación en materia de seguridad e higiene como en técnicas

específicas ergonómicas que ayuden a reducir los trastornos musculoesqueléticos y mejorar la

higiene postural. Pero también es interesante nombrar los simulacros a la hora de aprender técnicas

para enfrentarse a una situación real, o la elección y formación en el uso de equipos de protección
individual y colectiva, y de equipamiento técnico profesional, como mangueras y cizallas. La

formación es importante porque provee de herramientas a los bomberos en el momento de la

intervención y, por tanto, disminuye en gran medida los riesgos que se han citado en el informe.

Las Normas de Seguridad que vamos a ver a continuación son normas básicas que deben

cumplirse siempre ya que disminuyen la posibilidad de que el riesgo nos afecte:

Mantenerse informado sobre las condiciones actuales del tiempo atmosférico y su pronóstico.

Estar siempre enterado del comportamiento del incendio, ya sea por observación directa del

mismo o por la información recibida.

Cualquier acción contra el incendio debe basarse en el comportamiento actual y futuro.

Todo el mundo debe conocer en todo momento rutas de escape y las zonas de seguridad.

Mantener un observador siempre y cuando las condiciones de trabajo sean especialmente

peligrosas tener varios.

Mantenerse alerta y calmado, pensando claramente y trabajando con decisión.

Estar permanentemente comunicado con los jefes y todos los compañeros.

Se deben dar y recibir instrucciones claras y precisas; asegurarse de que todos las entienden.

Se deben controlar los medios y las personas asignadas al trabajo de extinción.

La seguridad debe ser un objetivo prioritario en todo trabajo de extinción.

Antes el protocolo se denominaba OCEL. Recientemente se ha incluido la atención como un

nuevo concepto ampliándose a OACEL. El cambio está motivado en los accidentes ocurridos y

analizados en los últimos años. De su estudio se ha concluido que la pérdida de la percepción de la

situación conduce directamente a una desorientación. Esto con frecuencia lleva a asumir riesgos

innecesarios, enfrentándose a momentos que ya no se pueden predecir y que provocan accidentes.

Para evitarlo todos tienen que poner de su parte. En resumen, se debe prestar atención para ser

conscientes de cuál es nuestra posición en relación a la evolución del fuego, dónde están los

compañeros de la cuadrilla y qué otros medios están trabajando a nuestro alrededor.

El protocolo OACEL, es el protocolo básico de seguridad para todo el personal que participa en la

extinción. Permite prevenir situaciones comprometidas para la seguridad personal de una manera

rápida y fácil de recordar. La palabra está compuesta por la inicial de los conceptos:
O bservación

A tención

C omunicación

Ruta de E scape

L ugar Seguro

Uno mismo debe tomar la iniciativa de aplicar el protocolo para conocer en todo momento su estado

respecto a la seguridad, con objeto de mejorar esta cuando sea necesario. Ahora bien, este principio

básico no se debe entender como algo individual sino colectivo. Así, para que el protocolo realmente

sea efectivo, todos deben estar pendientes de su cumplimiento: cada peón en su entorno inmediato,

el capataz o técnico atendiendo a toda la cuadrilla y el Jefe o Director técnico de extinción

supervisando el cumplimiento por parte de todos los medios presentes en el incendio.

El cumplimiento del protocolo debe ser continuo durante la actuación en un incendio. Es necesario

aplicarlo al llegar al incendio antes de empezar a trabajar, y ante cualquier cambio de situación (del

fuego, de sector, de tarea, etc.). Igualmente se debe revisar el protocolo cada cierto tiempo, aunque

no hayamos detectado cambios. De esta manera, siendo conscientes de la situación en nuestro

entorno, podremos asegurarnos de no estar en riesgo aunque las circunstancias cambien.

Para que el protocolo funcione los conceptos O-A-C-E-L se deben cumplir en el orden en que se

escriben:

Observación: durante la actuación de la cuadrilla se debe garantizar la observación sobre el

fuego que pueda afectar a su posición. En algunos casos será suficiente la visión directa por los

componentes de la cuadrilla o la del capataz o técnico desde un punto un poco más alejado.

Pero si esto no se cumple, será necesario utilizar un observador en un punto con visibilidad,

que esté en comunicación con el equipo y que tenga a la vista toda la zona de actuación y el

fuego que le afecta, para poder avisar en caso de que se detecte un cambio peligroso. Puede

ser alguien de la cuadrilla, un agente medioambiental, etc.

Atención: hay que mantener la atención en lo que ocurre alrededor. Al trabajar en extinción el

escenario va cambiando y puede generar nuevas situaciones de riesgo. Es necesario levantar la


cabeza y pararse a pensar en cómo pueden influir en la seguridad de la cuadrilla los posibles

cambios motivados por el entorno y el trabajo de los medios de extinción. Una atención

continua permite tener conciencia real de la situación en la que nos encontramos.

Comunicación: el capataz o técnico ha de estar comunicado con su responsable directo, y

todo trabajador ha de mantener alguna vía de comunicación con el resto de la cuadrilla, para

avisar o ser avisados de cualquier cambio peligroso. El objetivo es que cualquier cambio en la

situación detectado por el observador pueda transmitirse rápidamente a todos los trabajadores

del equipo.

Escape: se debe establecer y mantener en todo momento una ruta de escape por la que

abandonar de forma segura el lugar dónde se trabaja en el caso de que sea necesario, debido a

cambios en el comportamiento del incendio. Dichas rutas de escape deben llevar siempre a un

lugar seguro. Las rutas de escape pueden cambiar según evoluciona el incendio y las

operaciones de extinción, por lo tanto se deben evaluar periódicamente y establecer nuevas

rutas cuando sea necesario.

Lugar seguro: la ruta de escape siempre ha de llevar hasta una zona en la que no haya peligro

de ser alcanzado por el fuego ni un calor radiante excesivo, que consideramos Lugar o zona

segura. Deben ser zonas que permitan a un combatiente soportar el paso del fuego sin más

medidas de protección que su propio EPI. Por ello deberán estar libres de combustible o

combustible muy escaso, existiendo diversas posibilidades, tanto naturales como construidas.

Las zonas quemadas donde no queda combustible disponible (sin potencial de retorno), son

buenos lugares seguros. Tener un escape a una zona segura no es en absoluto una medida de

seguridad suficiente si no se cumple con O, A y C, ya que tanto la ruta como la zona podrían

verse fácilmente comprometidas.

El protocolo OACEL da la capacidad de actuar de forma automática cuando se detecta una amenaza

para la seguridad. El observador, o cualquier componente de la cuadrilla, en actitud de atención

permanente pueden detectar cambios relacionados con el comportamiento del fuego o el desarrollo

de los trabajos de extinción que afecten a la posición de la cuadrilla. Si suponen un riesgo para la

seguridad.

El uso del protocolo debe incorporarse como algo rutinario en nuestros hábitos de trabajo. Si no se

aplica habitualmente, será difícil que se haga en una situación crítica.


Procedimientos de trabajo y sus instrucciones preventivas
derivadas en las actividades de las unidades de intervención en
incendios forestales y en contingencias en el medio natural y
rural

Un incendio forestal hace referencia a un fuego que se propaga sin control a través de vegetación

rural o urbana y pone en peligro a las personas, los bienes y el medio ambiente. En el mundo, los

incendios forestales constituyen la causa más importante de destrucción de bosques. En un incendio

forestal no sólo se pierden árboles y matorrales, sino también casas, animales, fuentes de trabajo e

inclusive vidas humanas.

Se deberá establecer un sistema de mando y control que satisfaga la conducción de las operaciones

de emergencia en tiempo real.

Dentro de la aplicación de procedimientos de mando y control en las operaciones de emergencia, es

importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

Principio de unicidad de mando.

Control de las unidades de intervención.

Informes y reportes de actividad.

El mando se define como la autoridad compulsiva para requerir acción de los subordinados

inmediatos o para impedirles que realicen determinados actos. El mando se diferencia de la


autoridad formal en su carácter dinámico. Es un derecho compulsivo de acción que debe ejercitarse.

El mando está regido por dos principios: uno es el de unidad de mando, que dice que nadie puede

ser responsable ante más de un superior jerárquico y el e amplitud de mando o de control que

señala, recíprocamente, que un solo jefe no puede tener bajo su responsabilidad directa más de un

número d funcionarios, que depende de la jerarquía y tipo de funciones que tengan.

El control de las unidades que intervienen en caso de emergencia se realiza en el centro de

coordinación, que es el lugar físico situado dentro del recinto del acontecimiento donde se llevan a

cabo todas las funciones de control, coordinación y seguimiento de los recursos. En él se recibe toda

la información, se toman las decisiones oportunas y se distribuyen, coordinan y movilizan los

recursos para optimizar la asistencia.

Para garantizar el buen funcionamiento del centro de coordinación, todos los recursos del

dispositivo de riesgo previsible deben estar en contacto con él.

El trabajo de los bomberos, al igual que el de otras profesiones como militares, policía, etc., implica

la entrada de estos profesionales en situaciones de riesgo que serían evitadas en cualquier otra

profesión. Por ejemplo, un trabajador de oficina que detecte fuego en su puesto sale rápidamente de

su lugar de trabajo, y de esa manera elimina el peligro de quemarse. En cambio, un bombero entra

en el recinto donde existe el fuego, lo que va en contra de las medidas de prevención más básicas.

Por eso, en muchas ocasiones es necesario recurrir a medidas de protección.

Se deben aplicar los principios básicos de la acción preventiva expuestos en el artículo 15 de la Ley

31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales. Por orden, la primera medida

sería la de evitar los riesgos, pero dado que esto parece incompatible con esta profesión, sí se

deberían evaluar esos riesgos de manera que no se hagan innecesarios.

Las medidas preventivas en bomberos debería ser uno de los pilares más importantes en la

realización de su trabajo. Con la ayuda de la población general, probablemente, estarían expuestos a

menos situaciones peligrosas de las necesarias. En muchas ocasiones evitar el riesgo en el origen,

cables en mal estado en las oficinas, edificios con peligro de derrumbe o la imprudencia de personas

que acceden a pozos y cuevas sin preparación o equipamiento adecuado, por ejemplo, evitarían el

riesgo que deben asumir estos profesionales al intentar poner remedio a la situación.
Equipos de protección individual del personal de las
unidades de intervención en incendios forestales y en
contingencias en el medio natural y rural. Composición y
características. Utilización, manejo y conservación

En la Unión Europea, la Directiva 89/656/CEE1 del Consejo de Gobierno de 30-11-1989, establece

las disposiciones mínimas de seguridad y de salud para la utilización por los trabajadores en el

trabajo de equipos de protección individual. A los efectos de dicha Directiva se entiende por equipo

de protección individual (EPI) cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador o

trabajadora para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su

salud en el trabajo, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin.

Son equipos llevados por el trabajador para protegerle de los riesgos que puedan producir daños

para su salud.

Norma general de uso

Los equipos de protección individual deberán utilizarse cuando los riesgos no se puedan evitar o no

puedan limitarse suficientemente por medios técnicos de protección colectiva o mediante medidas,

métodos o procedimientos de organización del trabajo.

Obligaciones de los empresarios

1. Un equipo de protección individual debe adecuarse a las disposiciones comunitarias sobre diseño

y construcción en materia de seguridad y de salud que lo afecten. En cualquier caso, un equipo de

protección individual deberá:

Ser adecuado a los riesgos de los que haya que protegerse, sin suponer de por sí un riesgo adicional;

Responder a las condiciones existentes en el lugar de trabajo;

Tener en cuenta las exigencias ergonómicas y de salud del trabajador;

Adecuarse al portador, tras los necesarios ajustes.

2. En caso de riesgos múltiples que exijan que se lleven simultáneamente varios equipos de
protección individual, dichos equipos deberán ser compatibles y mantener su eficacia en relación

con el riesgo o los riesgos correspondientes.

3. Las condiciones en las que un equipo de protección individual deba utilizarse, en particular por lo

que se refiere al tiempo durante el cual haya de llevarse, se determinarán en función de la gravedad

del riesgo, de la frecuencia de la exposición al riesgo y de las características del puesto de trabajo de

cada trabajador, así como de las prestaciones del equipo de protección individual.

4. Los equipos de protección individual estarán destinados, en principio, a un uso personal. Si las

circunstancias exigen la utilización de un equipo individual por varias personas, deberán tomarse

medidas apropiadas para que dicha utilización no cause ningún problema de salud o de higiene a los

diferentes usuarios.

Partes del cuerpo susceptibles de necesitar protección

Protección para oídos

Uno de los factores más importantes que debemos tomar en cuenta para la selección de equipo

protector de oídos es la capacidad que tiene de reducir el nivel de decibeles al que se esta expuesto.

Orejeras: se enganchan a la cabeza y cubren ambos oídos.

Tapones para los oídos: individuales, menor protección.

Protección para ojo

Pantalla de soldador.

Gafas.
Protección para el sistema respiratorio

Filtros: el más sencillo, un pañuelo sobre la boca y nariz.

Mascarilla.

Máscara antipartículas: evita la polución.

Máscara antigás: evita materiales tóxicos.

Máscaras con filtros.

Protección para el tronco

Chaleco.

Arnés, usado por ejemplo en un parapente.

Cinturón de sujeción del tronco.

Protección para brazos

Codera: para hacer más leves los golpes en el codo.

Muñequera, usada por deportistas para prevenir lesiones en la muñeca.

Protección para manos

Guantes: para evitar infecciones o contaminación: por ej. los de látex, vinilo o nitrilo. Usados

por médicos.

Guantes de protección contra aguas fuertes o sustancias químicas: para protegerse de

temperaturas muy elevadas (por ej. los de soldador, o los necesarios para operar un horno).

Para evitar el frío.


Para protegerse de peligros mecánicos como la fricción (por ej. los de malla de acero).

Para evitar heridas hechas por objetos punzantes.

Para soportar impactos, como los de un portero.

Protección para piernas

Pantalones especiales.

Rodilleras, usada por ciclistas y motociclistas, entre otros.

Tobilleras.

Protección para genitales.

Calzado de protección

Zapatos especiales (impermeables, suela antideslizante, duros,…).

Botas plásticas.

Botas de seguridad con puntera de acero para proteger de objetos que caigan, o con suela

especial para evitar pinchazos (para los barrenderos).

Botas de seguridad con puntera de fibra de vidrio.

Botas de seguridad dieléctrica.

Zapatos con suela anti deslizante.

Ropa de protección

La ropa de protección es ropa especialmente diseñada para trabajar en condiciones extremas. Puede

ser para:

Evitar daños en el cuerpo de quien la lleva. Por ejemplo, porque se ha de trabajar con
electricidad, calor, elementos químicos, o infecciosos.

Proteger el entorno de la polución o infección que pueda causar el trabajador. Por ejemplo, en

una cocina o una fábrica de microchips.

Ambos tipos de protección (trabajador y entorno). Por ejemplo, para un dentista o un cirujano.

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