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Efesios 4:13-16
A. Jesucristo amó a la iglesia y dio su vida por ella (Efesios 5:25). Si Él la amó tanto, debe ser
muy importante para mí.
B. La Gran Comisión fue dada a la iglesia (Mateo 28:18-20). Es la manera que Cristo escogió
para hacer que yo sea su discípulo y enseñarme a guardar todo lo que Él enseñó. Es,
también, la manera que Él escogió para usarme a mí para hacer más discípulos.
C. Otras razones del por qué la iglesia es muy importante para mí son:
1. Él prometió estar con la iglesia reunida en una manera especial (Mateo 18:20).
También prometió estar con ella todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28:20).
2. Es un mandamiento de Dios no dejar de reunirme con la iglesia (Hebreos 10:25).
3. La iglesia es el cuerpo de Cristo (I Corintios 12:27). Yo necesito a los demás
miembros, y ellos me necesitan para que el cuerpo esté completo y sano. Con ellos
se satisface mi necesidad de compañerismo y apoyo, y unos ayudan a otros con
exhortación y ánimo para amar y cumplir buenas obras. Así, Cristo puede hacer la
obra que falta en la tierra, de ganar almas y enseñar la verdad, por medio de nuestro
servicio unido (Romanos 12:3-8; I Corintios 12:14-27).
4. Encontraré personas en la iglesia que me pueden enseñar lo que Dios me quiere
decir en su Palabra (Hechos 8:30-31).
5. Dios constituyó pastores y maestros para velar por mi, guiarme y equiparme como Él mismo
desea. En la iglesia, bajo el cuidado de mi pastor, recibiré protección, ánimo y
enseñanza para perfeccionarme para cumplir los propósitos por los cuales Dios me
creó (Efesios 4:11-16).
6. En la iglesia, podemos experimentar juntos las promesas y bendiciones de Dios,
creyendo y cumpliendo su instrucción de dar generosamente para el engrandecimiento
de su reino y para mostrar compasión para con los necesitados (Malaquías 3:10-11;
II Corintios 9:6-7).
Nota: No siempre sé cómo orar, pero el Espíritu Santo me ayuda. Romanos 8:26-27
1. Soy una nueva persona, pero la vieja persona sigue buscando dominarme.
2. El cambio de hábitos es deseable y necesario, pero es difícil porque el "viejo hombre" hace
guerra contra mi "nuevo hombre" (Gálatas 5:17).
3. Soy una nueva persona porque el "viejo hombre" pecaba y me llevaba a la condenación.
Por eso me arrepentí de ese camino y confié en Jesucristo como mi Salvador personal
para hacerme una nueva persona en Él. Ahora, ya no quiero andar haciendo lo que
condena a la gente, sino lo que es agradable a mi Salvador; semejante a lo que piensa y
hace Él.
Una Comparación
El "Viejo Hombre": El "Nuevo Hombre":
peca contra Dios obedece a Dios
hace lo que me condenaba hace lo que agrada a Dios
me aleja de Dios me acerca a Dios
me perjudica a mí mismo y a otros me fortalece a mí mismo y a otros
lucha para mal lucha para bien