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EL CONCEPTO DE RAZA Y DE ETNIA.

EL CONCEPTO DE RAZA Y DE ETNIA.

1.- Razas Humanas.

Entre las ideas que más daño han hecho a la humanidad una de las más
destructivas es la que afirma que la especie humana está dividida en razas y que
algunas de ellas son por naturaleza superiores a otras. Y nunca han faltado
argumentos para sustentar esta idea, desde los mitos elementales de los
antiguos pueblos hasta las explicaciones seudocientíficas de nuestro tiempo.

El concepto de raza no tiene valor científico porque, no es preciso ni explica


nada. Términos como blanco, negro, indio, no tienen más valor que el de resumir
la existencia de ciertos caracteres que tienden a presentar algunas poblaciones.
Pues la raza sólo representa una etapa intermedia en el proceso de especiación
y es resultado de una marcada diferenciación en el seno de una especie poli típica
como es la especie humana. El fundamento de la “no existencia” de las razas
humanas, escribe Valls, está en el hecho de que el término raza tendría que
reservarse para los grupos aislados, sin flujo genético con los grupos vecinos,
porque sólo así los caracteres serían definitorios de un grupo.

No obstante, aunque estén aislados constituyen sólo una fracción mínima de la


población humana, la inmensa mayoría ha quedado indeterminada por su elevada
miscegenación (cruzamiento genético). Pero todo esto no significa que no existan
grupos humanos que compartan en mucho mayor grado que otros un conjunto de
caracteres genéticamente transmitidos y, que traten de ser sistemáticamente
ordenados. Veamos, en términos generales, los aspectos más significativos de
esta problemática.

Todos los seres humanos pertenecemos a una sola especie, entendiéndose


por especie un grupo de organismos de morfología análoga que posee la
capacidad de entrecruzarse y producir descendencia fecunda. No obstante, los
miles de millones de seres humanos que poblamos la tierra, constituimos un
inmenso conglomerado de pueblos diferentes por el lenguaje, por el nivel de
desarrollo social, por la cultura y por el aspecto físico de los individuos.

Ha sido las características somáticas externas compartidas por grandes grupos


de individuos lo que más ha llamado la atención acerca de las diferencias entre los
hombres y ha determinado lo que concebimos bajo la denominación de raza. Pero
las diferencias observadas entre los distintos grupos humanos, cualesquiera que
fuesen, no afectan las estructuras corporales, ni los rasgos básicos que tenemos
en común todos los hombres, como son la posición erecta, el desarrollo del
cerebro y, en general, la misma anatomía de todos los órganos. Así, pues, la
humanidad actual es uniforme en lo que se refiere al conjunto estructural
anatómico básico y multiforme en lo que concierne a diferentes rasgos
secundarios de aspecto físico.

Comprendido de esta manera, el primer significado de las diferencias se puede


definir la raza como el conjunto de caracteres biológicos comunes a un grupo
humano, que lo diferencian de otros grupos y por los cuales se distingue también
su decencia, en tanto el grupo continúe aislado.

No obstante, cada raza representa una enorme variedad interna de caracteres y


los criterios aplicados a determina raza para distinguirla, como suelen ser el color
de la piel, el color y la textura del cabello, el color y la forma de los ojos, el grado
de prognatismo, los índices cefálico o nasal, la capacidad craneana, la eversión y
grosor de los labios, etc. Pueden no ser válidos para todos los miembros y algunos
de ellos pueden mostrarlos con mayor nitidez.

Cualesquiera que sean los criterios para definir o tipificar una raza, en cuanto a su
validez social o cultural, es preciso tener siempre en cuenta que los conceptos
científicos sólo tienen que ver con la forma física, sin que deba suponerse
ninguna relación directa con la inteligencia ni las formas de comportamiento.
Ni con la potencialidad cultural, puesto que en todas las razas se presenta en
forma completa la gama de valores intelectuales, espirituales o morales que
califiquen las culturas, ya que cualquier grupo, con sus propias dotes puede
alcanzar cualquier nivel cultural. Tampoco tiene relación directa con el idioma ni,
por cierto, con la nacionalidad. El concepto de raza alude simplemente a
grandes agrupaciones humanas, cuyos miembros presentan entre sí notable
semejanza en sus rasgos físicos. Cualquier clasificación es puramente biológica
y se refiere sólo a individuos emparentados por transmisión hereditaria.

1.1.- Problemas raciales.

El racismo se puede definir como la doctrina que afirma la superioridad de


determinadas razas y se basa en esta pretendida superioridad para dominar e
incluso, suprimir a las demás. La concepción racista no cree en modo alguno en la
igualdad de los hombres, los pueblos y las culturas sino que, por el contrario,
reconoce tanto su diversidad como el valor especial de una raza “superior” que le
confiere supremacía y derechos de dominio. Sabemos que semejante concepción
no tiene asidero científico alguno, ni racional posible y, que las tesis racistas son
construcciones gratuitas basadas en una antropología falsa, tendenciosa y pueril
que ningún antropólogo mentalmente equilibrado podría suscribir. Sin embargo,
son todavía muchas las personas y los grupos sociales que de uno u otro modo
demuestran sus prejuicios raciales. El problema como trataremos de examinar,
embarga una serie de fenómenos que se producen en diversos planos de la
conciencia, evidentemente irracionales.

En 1952, la UNESCO convocó a los más destacados especialistas del mundo para
analizar y definir la posición antropológica sobre la cuestión racial y el significado
de las diferencias que implica el concepto de raza. Todos llegaron al acuerdo, y
así lo explican en una importante declaración, que nada justifica la idea de que las
diferencias genéticas hereditarias sea un factor que deba considerarse en el
desarrollo de la cultura y en el progreso de los pueblos.

Tampoco hay razón alguna para creer que los diversos grupos humanos difieren
en su capacidad innata para el desarrollo intelectual y emocional y que se han
producido grandes cambios sociales que no tienen relación alguna con los
cambios de tipo racial. Que no existe, por otra parte, prueba alguna de la
existencia de las llamadas “razas puras” y los únicos caracteres sobre los cuales
los antropólogos han podido basar las clasificaciones raciales son únicamente
anatómicos y fisiológicos.

2.- Grupos Étnicos y Relaciones Interétnicas.

La categoría “étnico” cubre una parte de la realidad que se describe con


categorías tales como: “indígena”, “aborigen”, “tribu”, “nativo”, “indio”, o “andino en
general”. Hay en el Perú, gruesamente dos grupos étnicos en los andes (quechuas
y aimaras) y, más de 56 minorías étnicas en la selva; de las cuales ocho se
encuentran en la región del Cusco. No hay, sin embargo, definiciones precisas
para su uso y, por eso, su vaguedad es fuente de muchos malentendidos y
problemas.

Los indígenas constituyen aproximadamente un tercio de la población del país.


Gran parte de los tercios restantes está constituida por los mestizos que
derivamos de múltiples y complicadas combinaciones raciales y culturales. Las
minorías blanca, amarilla y negra completan el universo.

Raza, lengua y cultura son tres grandes componentes de lo que se llama una etnia
o un grupo étnico.
2.1.- Las relaciones interétnicas.

Son fundamentales para comprender las entidades étnicas. Hoy en día las
diferencias culturales se muestran en todo su potencial, enriqueciendo nuestras
sociedades, sus intercambios y los proyectos de futuro que estas albergan. Se
combate el racismo, se promueve el enfoque intercultural, se revaloran las
lenguas, se protegen los derechos colectivos y se visibiliza lo que antes fue poco
valorado.

3.- Asimilación e Interculturalidad.

La interculturalidad es la conducta cultural para desenvolverse en contextos de


relación de culturas. Se trata de un saber manejarse entre miembros de diferentes
culturas con quienes se interactúa. En este contexto, el prefijo inter hace
referencia a la relación entre dos o más culturas, en que actúa el individuo o el
grupo humano. Esta noción de interculturalidad abarca la sociedad global en su
conjunto y nos ayuda a superar dicotomías, entre lo indígena versus no indígena.

La primera condición para que exista interculturalidad es el contacto de culturas.


Lo que debe ocurrir es mediante un proceso de aprendizaje, ya sea natural (como
parte de la socialización de las personas), o de una manera formalmente
planificada.

3.1.- Aspectos para una conducta intercultural positiva.

No puede haber práctica intercultural positiva, si es que los miembros de los


grupos no asumen una conducta de tolerancia hacia la diversidad cultural. La
tolerancia, el respeto mutuo entre sus componentes, se necesita también, de un
esfuerzo cognoscitivo y de comprensión del otro como diverso, para construir una
relación intercultural creativa, duradera y positiva.

3.2.- Condiciones para una interculturalidad rica y creativa.

El Perú es un espacio rico en culturas, por lo que tenemos la posibilidad de


desarrollar en el país una interculturalidad que pueda significar un aporte relevante
para la humanidad. Por ello, debemos tener en cuenta condiciones como: diálogo,
negociación permanente, reflexión cotidiana sobre los derechos y modos de
ser, aceptación del otro como legítimo para la convivencia.

3.3.- Condiciones adversas para el desarrollo de la interculturalidad.

La interculturalidad tiene enemigos poderosos y mortales. Dos de estos enemigos


son: el genocidio y el etnocidio.
El genocidio desaparece al otro como entidad física y viva y, al desaparecerlo
aniquila su cultura anulando la posibilidad de establecer relación alguna. En tanto,
el etnocidio elimina a la otra cultura o la discrimina.

Aparte de estas dos conductas extremistas, también son adversas las prácticas de
aculturación, mediante el neologismo (préstamo de otras lenguas), que indica la
influencia, el proceso de asimilación de una cultura por otra, resultando a una
nueva entidad cultural (alienada). Ejemplos: en las fiestas y celebraciones (el
Halloween), en las comidas y, en las formas de hablar (hola brother, oh my
goodness, ok).

3.4.- Políticas de interculturalidad.

Las políticas interculturales son las actitudes de las personas en las relaciones
interculturales. La política intercultural tiene en cuenta y asume:

a) El derecho a la diferencia. (Que configura la identidad de las personas y de


los grupos).
b) La convivencia social. De conocer al otro y aprovechar (sus logros
culturales, mediante el intercambio cultural).

3.5.- La educación intercultural bilingüe (EIB).

Décadas atrás fue poco valorado y que hoy desde el Estado, se promueve el
enfoque intercultural tanto en los colegios como en las universidades.

Encontramos en la región del Cusco, colegios donde se desarrollaron


primeramente como un plan piloto hace más de 40 años (es el caso del colegio
Pukllasunchis) y, que hoy se muestra como un colegio plurilingüe. La enseñanza
del quechua es para todos los colegios y universidades, dando así un mayor
fortalecimiento a nuestra identidad (entendida como un sentimiento de
pertenencia). Y la creación de cuatro universidades interculturales a nivel nacional
como son:

a) La Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía (UNIA), en Ucayali.


b) La Universidad Nacional Intercultural Fabiola Salazar Leguía. (UNIBAGUA).
En la región de Amazonas.
c) La Universidad Nacional Intercultural Juan Santos Atahualpa (UNIJSA). En
la región de Junín.
d) La Universidad Nacional Intercultural de Quillabamba (UNIQ). En la región
del Cusco.

Donde el enfoque intercultural nos permitirá reorientar el trabajo de las


universidades.
Bibliografía.

 Rojas Montoya Rodrigo. El factor étnico y el desarrollo andino: en Elogio a


la antropología. Fondo editorial de la Facultad de Ciencias Sociales.
UNMSM. Instituto Nacional de Cultura. Dirección Regional de Cultura de
Cusco. 2005.
 Silva Santisteban Fernando. Antropología. Conceptos y Nociones
Generales. Universidad de Lima. Fondo de Cultura Económica. Perú. 1998.

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