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DIOS FUE, ES Y SERA SIEMPRE FIEL.

INTRODUCCIÓN
La palabra de Dios es verdad, el Señor no es hombre para mentir, ni hijo de hombre para
arrepentirse, por lo tanto lo que está contenido en su palabra se ha cumplido y se seguirá
cumpliendo en los días que están por venir.

El Señor es fiel a su palabra, lo que ha dicho lo cumplirá. Aunque haya quienes no crean
en sus palabras, sabemos que es real lo que ha dicho y esperamos su pronto actuar
conforme a lo que ha dicho. Ni una sola letra se perderá de su palabra y su
cumplimiento viene pronto.

A lo largo de la historia de su iglesia ha cumplido la palabra que dio a cada uno de sus
hijos. Palabras difíciles de creer para los que se pierden, pero para los hijos de la fe una
gran bendición a sus vidas.

1) LA FIDELIDAD DE DIOS CON JOSE (GÉNESIS 41:40-44)


La historia de José está llena de episodios que involucran a sus hermanos, quienes
tenían planeado matarle por envidia. Dios lo libra y en lugar de eso lo venden como
esclavo.

Es comprado por un egipcio y se vuelve administrador de su casa. Pero por una


acusación falsa de la esposa de este hombre, José termina en la cárcel. Ahí, por la gracia
de Dios, se convierte en el administrador de esta, pronto está libre y sirviendo al Faraón
de Egipto.

En su juventud, Dios le había mostrado unos sueños que fueron la causa de la envidia de
sus hermanos. Muchos años después esos sueños se hicieron realidad cuando sus
hermanos y sus padres se inclinaron ante él en Egipto sin saber que era él, pues le daban
por muerto.

Esto nos deja ver que a pesar de las dificultades de la vida, Dios sigue fiel a su promesa
y la cumple. Aunque estemos encerrados y no veamos la libertad, Dios obrará un
milagro y estaremos afuera sirviendo a Dios. Él nos honrará si permanecemos fieles a su
palabra.
2) LA FIDELIDAD DE DIOS CON MOISÉS (ÉXODO 14:30-31)
Moisés también fue un siervo fiel de Dios. Muchos años después de José, los Egipcios
no conocían su historia y de cómo Dios lo había usado para librarlos del hambre en la
tierra y hacerlos una nación grande. Dios levantó a un libertador para su pueblo,
escoge a Moisés, quien era tartamudo pero lo envía a hablar a Faraón de la nación
más grande en ese entonces.

La promesa de Dios fue que sacaría a su pueblo de Egipto con maravillas, Moisés
obedece y hace todo cuanto Dios le manda. El pueblo no creyó en Moises, pero pronto
Dios cambió su percepción de él haciendo prodigios en Egipto. El pueblo fue libre de la
esclavitud en este lugar y Dios continuó con ellos por todo el camino del desierto

Moisés ya no pudo argumentar nada de sí mismo, que era tartamudo, que no era nadie.
Dios lo envió y no queda más que obedecer, es ahí donde la gloria de nuestro Dios se
manifiesta, en nuestra debilidad. Esto para que no nos gloriemos, sino que le demos a
Él toda la gloria, como la merece.

3) LA FIDELIDAD DE DIOS CON DANIEL (DANIEL 6:4)


El enemigo no está contento cuando somos fieles al Señor. Busca ocasión para
acusarnos para que estemos perdidos como él. Pero Dios levantó a un abogado para
que nos defendiera de sus acusaciones, ahora no tiene manera de hacerlo.

De la misma manera le pasó a Daniel, cuando buscaban como acusarle delante del rey.
Pero nada podían encontrar contra él, pues Dios estaba del lado de Daniel. Así lo
demostró el Señor cuando fue lanzado al foso de los leones.

No hubo nadie que pensara que Daniel saliera bien librado de esa situación, pero a
Daniel no le importó ser lanzado al foso, él sabía que Dios podía librarlo y si no lo hacía
estaría mejor al lado del Padre.

No importa lo que se nos pida hacer, las órdenes que alguien nos dé, si es algo que
ofenderá al Señor no lo debemos hacer. Dios se agradará de nuestra fidelidad y Él
permanecerá fiel con sus hijos para guardarlos de todo mal.
4) LA FIDELIDAD DE DIOS CON PEDRO (MATEO 16:17)
El Señor llamó a sus discípulos, ellos se encontraban trabajando cuando el Señor pasó
por el lugar y los llamó. Uno de ellos fue Simón Pedro, era pescador y el Señor le
ofreció que ya no sería más pescador en el mar, sino que sería pescador de hombres.

Cualquiera que conociera a Pedro dudaría de estas palabras, pues Pedro era hombre de
mar con poca instrucción. Pero tiempo después vemos a Pedro hablando a multitudes y
con sus discursos miles se convertían al evangelio de Jesucristo.

Dios cumple su palabra, aunque nos parezca imposible humanamente hablando, Dios se
glorifica y obra según su poder y amor por sus hijos.

CONCLUSIÓN
El Señor es fiel, Él dijo y lo hará, Él habló y lo que dijo será una realidad. Dios ha
prometido sus bendiciones sobre sus hijos, por lo tanto vivamos como es digno de los
hijos de Dios, en victoria, obedeciendo y siendo fieles a pesar de todas las cosas,
sabiendo que el Señor se glorificará y veremos su gloria manifestada.

Si pasamos alguna tribulación como José, Dios puede levantarnos de ahí. Aunque el
mundo nos rechace, debemos ser fieles como Daniel. Aunque no podamos vernos
obrando el mandato de Dios por nuestra debilidad, Dios lo hará para glorificarse, porque
Él es fiel a su palabra.

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