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Estructuras sometidas a compresión y tracción

Diseño de estructuras I

Cátedra:
Ing. J.Mario Domínguez Teixeira
Esfuerzo de compresión
Cuando aplicamos dos fuerzas
intentando acortar el elemento, es
decir, reducir su longitud, hablamos
de compresión.
De un modo más científico, diríamos
que un elemento está sometido al
esfuerzo de compresión cuando
actúan sobre él dos fuerzas que
poseen: - la misma dirección (sobre
una misma línea);
sentido contrario, son convergentes.
Es decir, están dirigidas hacia un
mismo punto.
Por ejemplo, están sometidos a
compresión los pilares y columnas que
sostienen los edificios, el tacón de tus
zapatos cuando estás de pie, las patas de
las mesas o de las sillas ...
La forma del elemento (su sección y su
longitud) influye en el comportamiento a
compresión de un elemento,
concretamente el factor denominado
esbeltez.
La esbeltez es la relación que existe entre
la longitud del elemento y la superficie
que hay en un corte perpendicular
(sección). Si un elemento es muy largo
con relación a la sección, cuando
intentemos comprimirlos, se arqueará, es
decir, pandeará. A este efecto se le
denomina pandeo.
Evolución histórica
Para los griegos, el hombre era la medida de todas las cosas; este se
sostenía parado perpendicular al suelo y así lograba el equilibrio porque
existía una reacción igual y contraria al peso del cuerpo.

Con este criterio, colocando 2 piezas verticales y sobre ellas una pieza
horizontal, el conjunto se hallaba en equilibrio. Empero, si la distancia
aumentaba, la pieza horizontal no resistía la tracción inferior debida a la
flexión, es decir, las características pétreas del material condicionaba el
proyecto. Este sistema utilizado se lo denominó TRILITICO, de limitado
alcance en cuanto a las luces a cubrir.
Hasta ese momento la arquitectura se
limitaba a establecer la relación de un
volumen con el exterior, los edificios
griegos eran para contemplar desde
afuera, el interior no cumplía una
función.

Pero durante la época romana, el


edificio comienza a ser vivido desde el
interior, existen funciones, es
habilitado por mucha gente. El sistema
trilítico no resultaba apropiado pues al
no tener capacidad para cubrir grandes
luces tampoco podía generar espacios
de grandes dimensiones. Es por ello
que los romanos desarrollaron los
sistemas en arco, dado que disponían
de una tecnología adecuada para su
materialización.
Comenzaron con la utilización de un sistema de dovelas hasta que al comprobar la
consistencia que adquiría la argamasa al fraguar, lo utilizaron como vertido
sustituyendo los adovelamientos, lo que permitió simplificar y abaratar
sensiblemente su construcción, ya que encofrar y verter sobre encofrados de madera
resultaba mucho más simple y económico que trazar y tallar dovelas, y además,
permitía obtener una terminación más precisa.

En un principio el empuje de la nave central se contrarresta con 2 naves laterales de


cuarto de punto, que al descender paulatinamente facilitan el equilibrio del conjunto,
pero la necesidad de elevar la nave central para una adecuada iluminación y mejorar
la calidad del espacio interior genera nuevos problemas estructurales, ya que en esas
condiciones no era posible anular los empujes de la nave central con las naves
laterales.
El perfeccionamiento y evolución del
arco obedeció a los siguientes
factores:
-Necesidad de superar las
limitaciones que impone el muro.
-Deseo de crecer en altura por
motivaciones de índole espiritual,
religiosa y estética.
-Aumento de las comunidades
religiosas, lo que obligó naturalmente
al diseño de espacios más amplios,
incorporando las naves laterales
conectadas con el espacio central,
con el consiguiente incremento de los
empujes.
La absorción de los empujes se complementa con un componente
estructural de fundamental importancia, los ARBOTANTES,
reforzados con CONTRAFUERTES de suficiente espesor que se
complementan con PINÁCULOS, cuya función consistía en
aumentar el peso, para que la resultante entre la carga inclinada de
los arbotantes y la carga vertical de contrafuertes y pináculos se
encuentre dentro del núcleo central eliminando toda posibilidad
de tracción, esfuerzo para el que no están preparados los ladrillos
y materiales pétreos en general.
El desarrollo de los
materiales y las
técnicas constructivas
han permitido generar
numerosos ejemplos de
enorme valor
arquitectónico, el
complemento de los
elementos estructurales
en el proyecto han dado
como resultado nuevos
lenguajes
arquitectónicos.
Algunos ejemplos más
recientes pueden ser los
siguientes:
Arcos de madera laminada Arcos de mampostería
Centro cultural, ayuntamiento y guardería Iglesia Ermita de la Concepción
Diseño de un arco
¿Cómo se encara el diseño de un Arco?
Si el funcionar de las cargas constituye
la forma que adopta naturalmente todo
cable traccionado, en el caso de un Arco
comprimido, la trayectoria lógica de la
línea de presiones será el
ANTIFUNICULAR, invertido, siendo
por consiguiente la DIRECTRIZ
IDEAL DE TODO ARCO, pues nos
asegura que este se hallará sometido
solo a compresión axil.

En consecuencia, el diseño consistirá


básicamente en hallar el antifunicular de
las cargas actuantes sobre el arco, que
denominamos también LINEA DE
PRESIONES.
¿Cómo obtenemos el antifunicular?
Siguiendo el procedimiento que se indica, donde se trata de proyectar
un Arco con una luz y flecha determinada.
Dividimos la luz en la mayor cantidad de partes iguales, en nuestro
caso solo 3 a cada lado, para facilitar la explicación, y hallamos el
peso en cada una de ellas, que presentamos mediante los vectores P1,
P2 y P3 del lado izquierdo.
Construimos el polígono de fuerzas con un polo O ubicado de forma
tal que el último rayo, en nuestro caso el IV sea horizontal.
Trasladando los respectivos rayos polares al arco, en la forma
conocida, obtenemos el antifunicular de las cargas. Empero, su flecha
no coincide con la requerida en el proyecto, por lo que deberá ser
rectificada. Para ello hallamos la resultante izquierda Ri de P1, P2 y
P3 utilizando los mismos rayos.
A continuación, por el punto C, que coincide con la flecha real,
trazamos el rayo IV’, que reemplaza y es paralelo al rayo IV, hasta
cortar a Ri; uniendo ese punto con el apoyo A obtenemos el rayo I’,
que reemplaza al rayo I.. Trasladando al polígono de fuerzas los rayos
I’ IV’, obtenemos en su intersección el verdadero Polo O’, desde
donde trazamos los rayos II’ Y III’, que serán transportados al Arco a
continuación del rayo I’.
Así podemos obtener el
ANTIFUNICULAR buscado,
que será en definitiva la
DIRECTRIZ ideal del Arco y
por ende la que se ha de
adoptar como diseño.

¿Adopta el antifunicular alguna forma específica?


Siendo el esquema de cargas variable y creciente conforme aumenta la pendiente hacia
los apoyos, similar a un cable colgante que sostiene su propio peso, la línea de
presiones adoptara también la forma de una “Catenaria”, que en consecuencia será la
directriz ideal del Arco. Sin embargo, al no poseer ninguna función analítica que la
presente, resulta muy complejo su trazado, por lo que, para Arcos rebajados, que
poseen pendientes reducidas, y por ende pequeñas variaciones de carga, se puede
asimilar la directriz a una Parábola de 2º grado sometida a una carga uniformemente
distribuida, entendiendose por flecha reducida aquella donde su relación con la luz es
aproximadamente:
0.10 < f < 0.20
l
De lo expuesto se deduce que para cada esquema de cargas existe un antifunicular.

El viento genera presión sobre Se obtiene el momento flexor máximo a ¼


la cara anterior y succión en la de la luz del arco porque allí la línea de
cara posterior dando lugar a una presiones alcanza su máxima excentricidad,
deformada como se indica en la y es por consiguiente la sección que se
figura, si se hace abstracción del elige para la verificación a flexocomresión.
peso propio, donde la línea de
presiones ya no coincide con la
directriz del arco, pues se aleja
de esta con una excentricidad
que provoca una flexión
positiva a barlovento y otra
negativa a sotavento.
Combinando distintos estados
de carga permanente actúa en
todo el Arco mientras que el
viento o la nieve solo lo hacen
en la mitad anterior.
Arco de directriz parabólica sometido a carga de peso propio

Consideramos un arco parabólico definido por


la luz l y la flecha f.
Si el estado de carga es el de peso propio,
tendremos una carga repartida a lo largo de la
directriz. La forma parabólica no sería
entonces el antifunicular de la misma. Pero
aproximadamente, dado que la parábola no
difiere mucho de la catenaria podríamos
simplificar el problema de la forma siguiente:
En planta, la verdadera distribución de cargas
sería como la que se muestra en la figura, dada
la mayor inclinación cerca de los arranques,
por metro de longitud la carga sería mayor.
Se puede tomar q = P/l [kg/m] como carga
repartida uniforme en planta, siendo P = peso
total del arco.
Con esa hipótesis de carga, el arco
parabólico respondería al
antifunicular de esa carga y estaría
totalmente y exclusivamente
sometido a compresión.
Vamos ahora a encontrar el valor y
la distribución de estos esfuerzos de
compresión a lo largo de la directriz
del arco. Trazando las tangentes a la
parábola en los arranques
obtendremos la dirección de R y por
construcción de la curva, estas
tangentes se cortan a una altura
igual a dos veces la flecha en el
centro de la luz.
Los triángulos rayados son
semejantes, podemos expresar:
H L/2 L q. L
= = Siendo V=
2
V 2f 4f

L q. L L q. L2
H=V = . =
4f 2 4f 8f

2 2
R= H +V

Luego, en los arranques, la compresión vale R. como hemos visto, existirá solo
compresión pura, por lo tanto a una distancia x del apoyo izquierdo, la compresión en
la sección correspondiente 1-1 valdrá C1 que no es más que la resultante de las
fuerzas a la izquierda de dicha sección que son H y V-q . X. el ángulo  que forma C1
con la horizontal, no es más que la dirección de la tangente a la curva en la sección y
es también la dirección de C1 en el arco. En la clave (x = l/2); las fuerzas a la
izquierda son: H; V y q.l/2. Como estas dos últimas son iguales, queda solo H. Luego
los valores de las compresiones en el arco varían desde un máximo en los arranques
(R) a un mínimo en la clave (H). Por eso es frecuente la construcción de estos arcos
con un achique de la sección en la clave.
Sustentación de los arcos
Se podría suponer que el arco tiene un apoyo fijo y otro móvil. se tendrían tres
incógnitas como reacciones de apoyo: HA; VA y VB. Como disponemos de las tres
ecuaciones que nos brinda la estática o sea EX = 0; EY = 0 y EM = 0 el sistema sería
isostático. Este sistema estructural no sería nada más que una viga de eje curvo con
ninguna ventaja de disminución de esfuerzos. Prácticamente este esquema se descarta
de acuerdo a los fines perseguidos.

Si se tiene empotramiento en ambos extremos, el sistema sería hiperestático de 3°


grado, pues tenemos seis incógnitas: VA; HA; MA; y VB; HB; MB y disponemos
solamente de tres ecuaciones.
Por lo tanto no es posible resolver el problema si no se recurre a las deformaciones del
mismo.
Poniendo dos articulaciones en
ambos extremos tendríamos cuatro
incógnitas, luego es un hiperestático
de 1° grado.

Pero si a este sistema le colocamos una articulación en C, estaríamos en presencia de


un arco de tres articulaciones que es un sistema isostático por lo siguiente:

Incógnitas: HA, VA, HB, VB

Ecuaciones: EX = 0 EY = 0 EM = 0

Disponemos de esta última ecuación que no sería nada más que plantear que el
momento flector en C debe ser nulo pues existe una articulación (puede girar).
Se dispone entonces de 4 ecuaciones que nos permite calcular las 4 reacciones
incógnitas de apoyo. Estaríamos en presencia de un sistema isostático.
Distintos tipos de fundación para los arcos
Columnas de Hª Aª detalles constructivos
2- Evitar el pandeo de la armadura longitudinal para lo cual se fija además una
separación máxima reglamentaria, a fin de evitar el pandeo local, según las
figuras siguientes:
Columna zunchada
Solución de esquina

Se presenta cuando
por razones de
diseño no se puede
hacer llegar la
columna hasta la
planta baja, dando
lugar a volúmenes
de gran saliente.

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