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COMPRENDIENDO LOS PLANES DE DIOS PARA MI VIDA

Mis pensamientos son más altos que los cielos y tus caminos no son mis caminos dice el Señor.
¿Cómo comprender cuál es el plan de Dios para mi vida? ¿Cómo saber cuál es el propósito que
Dios tiene para mí? En muchas etapas de mi vida me lo he preguntado porque cuando estoy
segura que lo tengo, que lo entiendo y que ya logré visualizarlo sácate que pasa algo intempestivo
y de nuevo parto de cero. ¿No te ha pasado? Creería que sí, es un común denominador.

Lo primero que tenemos que comprender es que Dios va tejiendo conforme nosotros vamos
andando en nuestras propias decisiones, y que Dios tiene muchos planes para nosotros mientras
vamos parando en las diferentes estaciones de la vida, ¿estaciones? Si estaciones, no somos los
mismos cuando teníamos 20 años, ahora que tenemos medio siglo encima, no nos interesan las
mismas cosas, no nos sensibilizamos con los mismos hechos, maduramos, nos volvemos más
cadenciados y más propicios para…. Es así que los planes de Dios para ti o para mí son tan
numerosos que cuando nos estemos dando cuenta de que se cumplió uno ya viene el otro, como
las olas del mar, no te acabas de reponer que una ola te envistió cuando ya viene la otra.

Pero lo que sí te puedo indicar el día de hoy es que para comprender mejor los planes de Dios para
nuestra vida, es que en todo momento, escucha bien, en todo momento, no a veces, en todo
momento debemos esmerarnos por tener una relación estrecha con Nuestro Creador y eso se
hace a través de la comunión constante y de la oración, que cada vez que camino, que veo, que
hable, que piense, que sienta y que tome una decisión haga parte de todos estos movimientos a
un Dios vivo, no un Dios muerto, sino a un Dios que pongo a vivir en medio de mis actuaciones,
cuando yo tengo esa comunión todo el tiempo con Dios, es como si estuviera orando las 24 horas
del día, pero si lo aparto porque hay un gran chisme, si lo aparto cuando voy a hablar de alguien o
a calumniar a alguien, si lo aparto cuando se me crece el ego, ahí en ese pequeño instante que lo
haces se corta por un breve segundo la comunión con Él y es como si colocáramos una piedra que
nos entorpece el caminar junto a Él. Si reforzamos nuestra comunión con Él, descubriremos que
Dios, es un Dios compasivo y lleno de amor.

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