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Tus hijos te imitan

Pensamos que las únicas cosas que nuestros hijos imitan son nuestros hábitos: comer
saludable, dormir las horas necesarias y ser ordenados en nuestra casa. Y sí, es verdad,
ellos imitan esas cosas, pero no son las únicas.

Nuestros hijos también imitan nuestra manera de ver la vida, la forma en la que nos
expresamos de las personas que son diferentes a nosotros, nuestra empatía ante los
errores, la capacidad de levantarnos cuando nos sentimos débiles, la gestión de
nuestras emociones, la capacidad de amar a pesar de las diferencias.

Hace unos días Juana me dijo: “Mami que bueno que pudiste llorar cuando te sentiste
triste, ¿Se siente muy fresco, verdad?”

Esa frescura es la que permitimos que sientan, cuando mostramos nuestra


vulnerabilidad, cuando les permitimos experimentar sus emociones sin juicios ni
afanes.

No te dé miedo ser tu misma con tus hijos, ellos requieren que lo seas.

Y si sientes que explotas de una manera que no quieres que te vean, está bien pedir un
tiempo afuera, está bien decir: necesito un espacio, está bien no estar.

Hace unos días una amiga muy especial me dijo: “Siempre está alguien viendo, por eso
hay que ser impecables todo el tiempo” y cómo la conozco sé que esta frase está
alejada de la perfección, está relacionada con la coherencia, y es precisamente la
coherencia la que permite que podamos enseñar e inspirar a nuestros hijos.

¿Te cuesta ser vulnerable con tus hijos?


Cuéntame en que momentos…

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