Está en la página 1de 1

En un tranquilo pueblo rodeado de altas montañas, vivía un joven llamado Mateo.

Mateo era un soñador empedernido con una pasión desbordante por las estrellas.
Pasaba sus noches observando el cielo, maravillado por la inmensidad del universo.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano, encontró un misterioso libro


antiguo en lo profundo de un hueco de un árbol. El libro estaba lleno de símbolos
extraños y páginas desgastadas, pero Mateo sintió una extraña conexión con él.
Decidió llevárselo a casa y empezar a descifrar su contenido.

A medida que Mateo avanzaba en la lectura, descubrió que el libro hablaba sobre
una estrella perdida que, según la leyenda, poseía un poder extraordinario. Intrigado
por esta historia, Mateo decidió emprender un viaje en busca de la estrella perdida.

Con un mapa en mano, Mateo se adentró en las montañas, enfrentándose a peligros


y desafíos en su camino. Después de días de viaje, finalmente llegó a un claro en
lo alto de una colina, donde la estrella perdida brillaba con una luz deslumbrante.

Al acercarse a la estrella, Mateo sintió una energía cálida y reconfortante que lo


envolvía. Se dio cuenta de que el verdadero poder de la estrella no residía en su
brillo, sino en la esperanza y la inspiración que proporcionaba a aquellos que la
encontraban.

Con el corazón lleno de gratitud, Mateo regresó al pueblo con la sabiduría de que
los sueños valen la pena perseguirlos y que a veces, lo más valioso no se encuentra
en lo más lejano, sino justo delante de nosotros, esperando a ser descubierto.

Desde entonces, Mateo siguió siendo un soñador, pero ahora entendía que las
estrellas que buscaba no solo estaban en el cielo, sino también en su interior y en
las personas que amaba. Y así, su vida se llenó de una luz aún más brillante que la
de la estrella perdida.

También podría gustarte