Está en la página 1de 4

Concepto de Caducidad, Prescripción y Preclusión.

El presente documento tiene como única finalidad constituir un aporte pare el estudio de
los alumnos de ciertas instituciones fundamentales del derecho y en especial del derecho procesal.
Por lo anterior, en el mejor de los casos, el presente documento debe ser considerado sólo como
mínimo e incompleto aporte que permita la compresión de los conceptos que se revisarán sin
perjuicio del estudio que con mayor profundidad se realice en las cátedras de Derecho Civil y
Procesal.
Concepto de Caducidad.
La caducidad es una ineficacia jurídica que se produce por el no ejercicio de un derecho o de una
faculta o potestad o el incumplimiento de una carga u obligación dentro de un plazo determinado
fijado por la ley.
Como se puede apreciar, operará la caducidad no solo por el no ejercicio de un derecho sino que
además por el incumplimiento de una carga u obligación dentro de un plazo determinado, siempre
dentro de un plazo determinado.
Para René Abeliuk, “… la caducidad se presenta en los casos que la ley establece un plazo para
ejercitar un derecho o ejecutar un acto, de manera que si vencido el plazo no se ha ejercitado el
derecho o ejecutado el acto, ya no puede hacerse posteriormente; es una institución muy
relacionada con el plazo fatal, ya que precisamente éste se caracteriza porque a su vencimiento ya
no puede válidamente ejecutarse el acto…”.
Para el profesor español Bernardo Gómez Corraliza “… definimos la caducidad como aquella figura
que determina, de modo automático e inexorable, la extinción de ciertos derechos, poderes o
facultades, si no se realiza un acto específico dentro del plazo fijado a tal efecto por la ley.”
Sin perjuicio de lo expuesto y para comprender que el concepto de caducidad requiere un estudio
en mayor profundidad y que por lo tanto escapa a los objetivos del curso de Clínica Jurídica, se debe
tener presente que el Código Civil contempla caducidades respecto de instituciones diversas a los
derechos personales, tal como ocurre con la regulación de la caducidad del derecho real de hipoteca,
también la de actos jurídicos unilaterales como la caducidad de los testamentos privilegiados, la
denominada caducidad de la fianza, la caducidad del plazo y de la condición.

Concepto de Prescripción.
El artículo 2492 del Código Civil señala que: “La prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas,
o de extinguir las acciones y derechos ajenos, por haberse poseído las cosas o no haberse ejercido
dichas acciones y derechos durante cierto lapso de tiempo, y concurriendo los demás requisitos
legales”.
Del concepto transcrito clasificar la prescripción en adquisitiva y extintiva, siendo esta última la que
nos interesa para los efectos de nuestro curso en lo tocante al estudio de las excepciones que pueden
ser opuestas en juicio.
A su turno, la prescripción extintiva, podemos definirla como aquel modo de extinguir las
obligaciones y derechos ajenos, por no haberse ejercido durante un lapso de tiempo definido por
ley y cumpliendo los demás requisitos legales.
En cuanto a sus requisitos, los artículos 2493 y 2514 de Código Civil prescriben:
Art. 2514. “La prescripción que extingue las acciones y derechos ajenos exige solamente cierto lapso
de tiempo, durante el cual no se hayan ejercido dichas acciones.
Se cuenta este tiempo desde que la obligación se haya hecho exigible”.
Art. 2493. “El que quiera aprovecharse de la prescripción debe alegarla; el juez no puede declararla
de oficio”.
Cabe tener presente que la prescripción puede ser interrumpida y renunciada. En efecto, los
artículos 2494 y 2518 del Código Civil disponen:
Art. 2494. “La prescripción puede ser renunciada expresa o tácitamente; pero sólo después de
cumplida.
Renúnciase tácitamente, cuando el que puede alegarla manifiesta por un hecho suyo que reconoce
el derecho del dueño o del acreedor; por ejemplo, cuando cumplidas las condiciones legales de la
prescripción, el poseedor de la cosa la toma en arriendo, o el que debe dinero paga intereses o pide
plazo”.
Debe advertirse que puede renunciarse a la prescripción solo luego de haber transcurrido el lapso
de tiempo necesario para que opere, es decir, no se puede renunciar anticipadamente.
Art. 2518. “La prescripción que extingue las acciones ajenas puede interrumpirse, ya natural,
ya civilmente.
Se interrumpe naturalmente por el hecho de reconocer el deudor la obligación, ya expresa,
ya tácitamente.
Se interrumpe civilmente por la demanda judicial; salvos los casos enumerados en el artículo 2503”.
Por otra parte, se suele distinguir el concepto de caducidad y el de prescripción extintiva, atendido
que ambas tienen efectos similares, cuando se trata de la caducidad de derechos. A este respecto
se señala que la caducidad a diferencia de la prescripción debe ser declarada de oficio; no admite
suspensión ni interrupción; que prima la voluntad del legislador sobre la de los particulares; y, que
por regla general no requiere de la existencia de un vínculo jurídico prexistente.

Concepto de Preclusión.
Consiste en la pérdida, extinción o consumación de una facultad procesal. Está representado por el
hecho de que las diversas etapas del proceso se desarrollan en forma sucesiva y siguiendo un orden
(correlación) de etapas o fases previamente definidos, mediante la clausura definitiva de cada una
de ellas, impidiéndose el regreso o retroceso a etapas y momentos procesales ya extinguidos y
consumados.
Como dice G. Chiovenda, con la preclusión el fin del legislador es dar
mayor precisión y rapidez al desarrollo de los actos del proceso, a través de un cierto orden en el
desarrollo del mismo. Agrega, que mediante esta figura, la ley “pone límites al ejercicio de
determinadas facultades procesales, con la consecuencia siguiente: fuera de esos límites esas
facultades ya no pueden ejercitarse”.
En la misma dirección, E. Liebman señala que la preclusión busca "asegurar al proceso un desarrollo
expedito y libre de contradicciones y de retrocesos y garantizar la certeza de las situaciones
procesales”.

Existen tres clases de supuestos, cuya construcción específica gira en torno a tres criterios: tiempo,
compatibilidad y consumo, lo que da origen a:

a) Preclusión por falta de oportunidad.

Podemos conceptualizarla de la siguiente manera “si no se realiza algo en cierta oportunidad,


entonces se debe imputar la pérdida de la facultad procesal de realizar determinado acto”. En estos
supuestos el criterio base es el tiempo. El posible acto o las diligencias que debieron realizarse
dentro de cierto tiempo y que no fueron realizadas en él, ya no pueden realizarse.

Por ejemplo, la oportunidad para oponer excepciones, por disposición expresa de los artículos 452
y 453 del Código del Trabajo es al momento de contestar la demanda. En consecuencia, no podría
oponerse una excepción en la audiencia preparatoria o en la audiencia de juicio.

b) Preclusión por incompatibilidad.

Para su comprensión, revisemos el siguiente ejemplo: Un juez dicta una determinada resolución que
sólo es susceptible de ser recurrida mediante la interposición de un recurso de reposición pero, por
error o desconocimiento, en abogado que recurrirá en contra de esa resolución, deduce un recurso
de apelación.

Como se puede apreciar, desde la perspectiva temporal el abogado impugnó la resolución dictada
(lo hizo en la oportunidad o en el momento correspondiente) pero erró desde la perspectiva jurídica
en la forma de impugnar dicha resolución puesto que dedujo un recurso de apelación cuando lo que
correspondía era interponer un recurso de reposición.

c) Preclusión por consumición.

Dice relación con el orden y sucesión del proceso. Una vez que se ha ejercido una facultad procesal,
presentando un recurso, un medio de prueba particular, un acto defensivo de su posición, entonces
la parte no podría volver a ejercerla.

Ello con la finalidad de que no vuelva a repetirse lo ya promovido, y volver atrás en el proceso; o para
evitar que pueda modificarse lo ya promovido, volviendo a plantear más temas o variar los ya
presentados, sorprendiendo a la contraria que ya ventiló su defensa. Así las cosas, la parte que ya
presentó el recurso o medio de prueba, pierde la facultad para volver a hacerlo o modificarlo,
porque desde el punto de vista de la preclusión ya consumió su facultad al presentar previamente
dicho recurso o medio de prueba.

Un claro ejemplo de la preclusión por consumación la podemos identificar en el artículo 479, inciso
final del Código del Trabajo, norma que señala en lo pertinente: “Una vez interpuesto el recurso, no
podrá invocarse nuevas causales”.

También podría gustarte