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Hoy hablaremos sobre la victoria que tenemos en Cristo Jesús, contra el pecado.
En la vida cristiana hay 3 cosas: hay lucha, hay victoria y hay perdón.
HAY LUCHA
La Biblia dice que Dios no es quien nos tienta Santiago 1:13-14. ¿Entonces quiénes
son nuestros enemigos espirituales, o quien nos tienta?
- Al mundo Romanos 12:2: no nos conformemos a este siglo, debemos renovar nuestro
entendimiento para ser transformados.
- A la naturaleza pecaminosa (la carne) Gálatas 5:16: andemos en el Espíritu de Dios, y
esto se logra con una comunión constante y genuina con Él, al hacer esto no vamos a
querer satisfacer sus deseos.
- A satanás Santiago 4:7: resistamos al diablo y huirá de nosotros, esto solo lo
lograremos si nos sometemos completamente a Él y a su voluntad.
Todos somos tentados, pero eso no significa que tengamos que caer en pecado. Hay 3
verdades en 1 corintios 10:13.
HAY VICTORIA
- ¿Quién es mayor que satanás? 1 Juan 4:4: Dios es mayor que el que está en el
mundo.
- ¿Quién vive en el creyente? 1 corintios 6:19: El Espíritu Santo habita y mora en
nosotros.
- ¿Quién nos da la victoria? 1 corintios 15:57: Nuestro Señor Jesucristo nos da la
victoria.
Dios, quien está en el creyente, nos da los recursos para vencer en esta lucha.
Entonces, para evitar caer en tentación, ¿qué debemos hacer?
HAY PERDÓN
Según 1 Juan 1:8 todos los seres humanos hemos pecado, quien diga que no ha
pecado miente. ¿Entonces qué sucede si pecamos? Al pecar, la comunión entre Dios y
el creyente se rompe, hay una separación entre Dios y el hombre. Dios no está
contento, y aunque nos ama, no escuchará nuestras súplicas mientras no confesemos
el pecado.
¿Qué debemos hacer para ser perdonados? 1 Juan 1:9. Debemos confesar el pecado.
- Ser sincero.
- Estar arrepentido (desear no volver a cometer ese pecado).
- Ser específico (decirle a Dios en qué consistió concretamente el pecado).
- Hacerlo pronto. Apenas nos dimos cuenta que hemos pecado, debemos confesarlo. De
lo contrario, estaremos expuestos a caer en más pecado.
- Hacerlo con humildad, con un corazón contrito y humillado Salmos 51:17.
- Pedirle perdón a aquellas personas que se vieron afectadas por mi pecado, Si con mi
pecado he afectado a otra persona, debo buscarla y pedirle perdón también a ella
Santiago 5:16, Mateo 5: 23-24.
- Aceptar el perdón. No debemos seguir recriminándonos por pecados que ya
confesamos. Si Dios nos ha perdonado, debemos aceptar su perdón y darle gracias por
haberlo hecho.
Conclusión
Nuestros enemigos espirituales son; el mundo, la carne y satanás. Son los que nos
incitan a pecar, los que nos tientan, pero el Señor es hermoso y misericordioso y nos
enseña cómo podemos vencer la tentación, primeramente, con la ayuda de Dios,
Jesucristo, el Espíritu Santo, la Palabra, la oración y alejarse del camino incorrecto. Y
por último si caímos en la tentación, necesitamos confesar el pecado a Dios para ser
perdonados y así vivir una vida victoriosa en Cristo Jesús.