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La Juventud y el Cambio en la Literatura

La juventud siempre ha sido un grupo etario atractivo en el ámbito literario, debido a que
representa a individuos portadores del cambio a lo largo de la historia. En este tenor, la
literatura no se queda atrás, no es estacionaria ya que busca reflejar las preferencias de la
época, la situación del hombre contemporáneo o las ideas efervescentes de resistencia y
cambio. Por esto, la expresión literaria hace referencia al comportamiento e ideario de los
jóvenes, ya que siempre anhelan variaciones e ideas nuevas, porque algo les llamó la
atención o, simplemente, porque no están de acuerdo con las reglas establecidas.

Este atractivo que generan los jóvenes se basa en que representan una vida nueva,
encaminada a nuevas aventuras y experiencias. Son expresiones que van tomando
caminos y van forjando opiniones y pensamientos según el contexto social, cultural e
histórico en el cual se desenvuelven. Los jóvenes, a medida que van creciendo y
aprendiendo de la familia, de la religión, de la política, de las relaciones interpersonales,
del medio que los rodea, van buscando una identidad que los represente según sus
preferencias. Al mismo tiempo van observando situaciones de injusticia o situaciones
incómodas, van encontrando motivos de luchas personales o más grupales.

Una vez que van adquiriendo mayor conciencia y voz dentro de la sociedad, van tomando
posiciones contrarias a las establecidas por los adultos, debido a que tienen una
percepción distinta de las cosas, ya que son más temerarios o propensos a tomar riesgos.
Desean experimentar cosas nuevas para aprender y descubrir. Esperan lograr autonomía,
lo que puede llevar a comportamientos disidentes o de resistencia a las reglas instituidas.
En virtud de mi cosmovisión de la juventud, afirmo que los jóvenes son el motor principal
de cambio en las expresiones literarias.

Los jóvenes tienen una gran vivacidad y energía. Esto hace que estén en constante
movimiento, en busca de nuevas aventuras y experiencias. Por ello, las expresiones
literarias, ya sea cuento o novela, capturan las vivencias juveniles y las representan, por
ejemplo, al interior de los nudos de conflicto, en forma vital y apasionada, lo que conlleva
a que los jóvenes se conviertan en los principales actores del argumento narrativo. Una
prueba de ello, la encontramos en el siguiente pasaje de Decamerón:
Y para que, por desidia o indecisión, no demos con eso de que acaso podamos, queriendo,
escapar de alguna manera, yo juzgaría acertadísimo (aunque no sé si a vosotras os
parecerá lo que a mí) el que, como muchos antes de nosotras han hecho, saliésemos de
esta tierra y, rehuyendo como la muerte los deshonestos ejemplos ajenos, vayamos a
residir honradamente en las quintas campesinas que todas poseemos en abundancia, para
entregarnos allí a todas las fiestas, regocijos y placeres de que podamos gozar sin traspasar
los límites de la razón (Giovanni - Boccaccio 22).

Las jóvenes representadas en esta narración estaban cansadas de la situación en que


vivían, producto de la peste negra en su ciudad, por lo que decidieron irse al campo para
ser felices, ya que temían que se podían enfermar y hasta morir si se quedaban ahí. El
punto clave del argumento está dado por la vitalidad con que desean hacer cosas, contar
cuentos, bailar, disfrutar de las fiestas y los banquetes. Ellas, anhelaban estar en
movimiento y como se demuestra en la narración, acompañadas por tres hombres,
lograron una pseudo forma de gobierno, donde todos los días cambiaban al rey o reina.
Esto iba en contra de cualquier sistema político antes visto. Querían cambios y lo lograron,
vale decir, tomaron la iniciativa.

Por otra parte, la juventud en variadas ocasiones representa la transformación y


metamorfosis propia. Esto es, porque el periodo que comprende la experiencia juvenil se
caracteriza por constantes cambios y desarrollos. Y ello se refleja en las expresiones
literarias, que dan cuenta que este grupo etario asume roles principales dentro de la
trama. Los jóvenes quieren explorar nuevos rumbos, buscar sentido a las cosas y
encontrarse ellos mismos, lo que conlleva a cuestionamientos tales como a qué vinieron al
mundo o quiénes son realmente.

Lo anterior encuentra expresión en Metamorfosis de Ovidio. Faetón desea ansiosamente


saber si su progenitor realmente es el Sol. Su madre le afirma que sí es hijo del Dios; sin
embargo, hace caso omiso y quiere averiguarlo por su propia cuenta. Es característica esta
necesidad incesante de querer buscar respuestas, especialmente a preguntas relacionadas
con el origen de uno. Aquí Faetón señala: “Si me concedes hacer uso de este nombre y si
Climene no oculta su culpa bajo una falsa imagen (N), dame una prueba, padre, por la que
se me crea como verdadero descendiente tuyo y aleja esta duda de mi alma.” (Ovidio 47).

Son dudas universales, que como el nombre lo dice, caracteriza a todas y todos los
adolescentes, que van explorando estos cuestionamientos todos los días a lo largo de la
narración. En otro punto, los jóvenes al tener deseos de querer experimentar y probar
cosas nuevas, pueden pecar de temeridad y cometer errores garrafales por no escuchar los
consejos de los padres o de personas con más experiencia.

Así es como el mismo Faetón al usar el carro de su padre, comete errores gravísimos. Se
relata en el cuento lo siguiente: “Las llamas devoraron los lugares mas elevados de la tierra
que, hendida, se resquebraja y reseca; los pastos se tornan blancos, el árbol arde con sus
ramas. Las cosechas secas sirven de alimento a su ruina” (Ovidio 52). Suceso que refleja la
ansiedad y, a veces, el poco uso de razón de los jóvenes, al tomar decisiones que pueden
tener una gran repercusión en la vida propia y de los demás.

La literatura representa de buena forma a los jóvenes; estos dan forma a personajes más
que atractivos para que, mediante técnicas narrativas diversas, se investigue la vida de
ellos en profundidad. Esto se da en sus relaciones amorosas, las presiones a que están
sometidos, los lazos familiares, el paso a la adultez, los conflictos políticos, entre otros. De
lo dicho, encontramos un buen ejemplo en Antígona de Sófocles. Ella luchó por el entierro
eterno de su hermano; sin embargo, Creonte lo prohíbe ya que, siendo el rey de Tebas,
considera que su sobrino fue enemigo de la ciudad. En esta trama encontramos a
Antígona, inmersa en una lucha política, ya que la narración presenta un conflicto entre
las leyes divinas, en un marco de relaciones familiares, y leyes humanas.

Aquí, el cambio que desea lograr Antígona es hacer prevalecer las leyes divinas por sobre
las leyes humanas y civiles propuestas por su tío. En este relato Antígona demuestra su
vocación diciendo: “Bella será la muerte, si será por hacerlo; amada yaceré junto al
hermano amado, de santo crimen rea, Mucho más tiempo debo ser grata a los de abajo
que a los que arriba viven; a su lado allá abajo yaceré eternamente: desprecia si prefieres
las leyes de los dioses” (Sófocles 20).

Es un atractivo muy fuerte para el ámbito narrativo, desarrollar el personaje de esta joven
que moriría por su objetivo, enterrar a su hermano, que conlleva disidencia frente a la ley
y al gobernante.

Haciendo alusión a las relaciones interpersonales, el amor entre los jóvenes siempre logra
cambios dentro de la narrativa. A veces tenemos finales felices o tristes; sin embargo, los
dos finales logran un clima mas atractivo para el lector. Generalmente en las historias de
amor, el contexto está muy tranquilo y la pasión de los jóvenes genera una alteración en el
cuento. El caso de Píramo y Tisbe en Metamorfosis, logra demostrar el cariño de estos
personajes que vivían en casas contiguas, y fueron desarrollando este amor a medida del
tiempo. El cambio que logran ellos es romper el tiempo narrativo cuando se escapan los
dos para vivir juntos. Esta ruptura se logra ver en el siguiente fragmento:
Entonces, con un pequeño susurro tras largas quejas, deciden que en el silencio de la
noche intentaran burlar a los guardianes y salir por las puertas y, luego de hallarse fuera de
sus casas, abandonar también la ciudad; y para no extraviarse en su largo camino a través
de los campos, se reunirán en los alrededores de la tumba de Nino y se ocultaran bajo el
árbol que le da sombre (Ovidio 99-100).

La narración logra captar el amor de los jóvenes de una manera sólida para que exista una
atracción sentimental. Una historia que luego de presentar una calma dramática, se
transforma en un desenlace fatal para estos dos enamorados. Luego de escapar de su
casa, la mujer debe huir de una fiera en el bosque. Píramo al encontrar el velo piensa que
esta muerta, por lo tanto, él se quita la vida y enseguida Tisbe, lo encuentra muerto y
debido a la pena profunda y al deseo de estar con él, hace lo mismo. Aquí se ve reflejado
el amor en su máxima expresión, ya que se ve de forma real y pura, característica de
jóvenes enamorados que harían lo necesario para estar juntos. La muerte no fue un
impedimento, ya que según la novela: “Y sus deseos conmovieron a los dioses y
conmovieron a sus padres; pues ese color oscuro se encuentra en el fruto cuando ya ha
madurado. Lo que queda de sus piras permanece dentro de una misma urna.” (Ovidio
102).

Después de todo, los jóvenes lograron su cometido de estar junto. Viven en la eternidad y
sus restos mortales se encuentran en un mismo lugar.

Llegados a este punto, creo que las expresiones narrativas caracterizan a los jóvenes y sus
capacidades de amar, luchar y buscar, ya que logran salir de su zona de comodidad para
explorar el mundo, la conciencia personal, los sentimientos, entre otros. Es una
exploración de infinitas cosas, ya que siempre van a ir apareciendo deseos nuevos a
medida que vayan satisfaciendo los anteriores. Por esto, reafirmo que el motor principal
de cambio en la narrativa está dado por la experiencia juvenil. Aquí se encuentra un
espacio libre y privilegiado para crear personajes profundos y fascinantes que logran ser
objetos de escritura, que logran cambiar el modo de narrar de forma más llamativa,
modificando la tranquilidad dada a una disrupción importante en el argumento del escrito.
Esto se logra por la fuerza y motivación que los caracteriza. Los deseos inagotables que
tienen de lograr sus anhelos más personales e intentarlo cueste lo que cueste, incluso si la
muerte fuese necesaria.

En Decamerón, lograron su objetivo al alejarse de la ciudad para ser felices y disfrutar de la


vida, ya que no querían seguir estancados en la ciudad atormentada por la peste negra.
En Metamorfosis, el cuestionamiento y la imprudencia es logrado con Faetón, ya que se
muestra como un niño curioso que desea saber respuestas sobre su padre para tener
claridad acerca de su identidad personal. Además, comete errores que son causados por
esta temeridad y el poco conocimiento de cómo pueden influir los actos a uno mismo o a
los demás. Y en Antígona junto a Metamorfosis, se alcanza la representación óptima de los
jóvenes, al mostrar sus luchas políticas y sus relaciones pasionales, respectivamente. En el
caso de estas dos narraciones, la muerte concluye con los personajes, sin embargo, ellos
tenían tanta valentía y decisión que la aceptan como consecuencia de los actos que
realizaron. Todas estas características son un reflejo honesto y real de la juventud, ya que
se han visto y se repiten en variadas novelas. Esto se da porque, este grupo etario siempre
da para hablar, estudiar y analizar. Para finalizar, dejo la disyuntiva, si en el futuro la
experiencia juvenil seguirá siendo motor principal de alteración, cambio y variación dentro
de la narrativa. Personalmente, creo que seguirá siendo así.

Referencia Bibliográficas:

-Boccaccio, Giovanni. Decamerón. Traducción: Juan G. de Luances. Penguin Random


House, 2019. Colección Core Curriculum: Literatura y Humanidades, UAI.

-Ovidio. Metamorfosis. Ed. Juventud, 2021. Core Curriculum: Literatura y Humanidades,


UAI

-Sófocles. Antígona. Traducción y prólogo: Genaro Godoy. Ed. Universitaria, 2019.


Colección Core Curriculum: Literatura y Humanidades, UAI

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