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Sermon: El Pecado Original - Semilla de

Separación
Hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy reflexionamos sobre el concepto del pecado original, un tema que ha


generado debate e intriga a lo largo de la historia. Más allá de la culpa o el castigo,
el pecado original nos revela una verdad fundamental sobre la humanidad y
nuestra relación con Dios.

La Creación Perfecta y la Desobediencia:

Génesis nos narra la creación del mundo por parte de Dios. Todo lo creado,
incluido el ser humano, era "muy bueno" (Génesis 1:31). Adán y Eva habitaban en
un paraíso terrenal, con una relación directa con su Creador. Sin embargo, un acto
de desobediencia, tentados por la serpiente, los llevó a comer del fruto prohibido
(Génesis 3).

La Consecuencia del Pecado:

El pecado original no solo separó a Adán y Eva de Dios, sino que también trajo
consecuencias a toda la humanidad. Romanos 5:12 declara: "Por tanto, así como
por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, así
también la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron." La
inclinación hacia el mal, la fragilidad humana, y la separación de lo divino son
realidades que heredamos.

Más allá de la Culpa:

El pecado original no se trata únicamente de culpar a Adán y Eva por nuestra


condición actual. Nos revela el profundo anhelo de Dios por la restauración de la
relación perdida. Su amor infinito lo impulsa a buscar la reconciliación con la
humanidad.

La Esperanza de la Redención:

Afortunadamente, la historia no termina en el pecado. Dios, en su infinita


misericordia, ofrece un camino de regreso a Él. La llegada de Jesucristo, como
sacrificio perfecto por nuestros pecados, nos brinda la oportunidad de ser
liberados de la maldición del pecado original (Romanos 5:6-8).

¿Cómo Respondemos?

Reconocer el pecado original nos invita a una profunda reflexión sobre nuestra
propia vida. ¿Cómo se manifiesta en nosotros la separación de Dios? ¿Buscamos
acercarnos a Él a través de la oración, la lectura de la Biblia y la vida en
comunidad?

Una Invitación a la Reconciliación:

Al igual que Adán y Eva fueron expulsados del paraíso, nosotros también
experimentamos la separación de Dios por el pecado. Sin embargo, la redención
en Cristo nos ofrece la oportunidad de volver al jardín, no físicamente, sino
espiritualmente. Aceptemos la gracia de Dios y permitamos que Su amor restaure
la relación que anhelamos.

Hermanos y hermanas, el pecado original es una realidad que debemos


reconocer. Pero no es el final de la historia. A través de la fe en Jesucristo,
podemos experimentar la sanidad y la reconciliación con Dios.

Que este día sea un recordatorio del amor inagotable de Dios y la esperanza
de la redención.

Amén.

Versículos para reflexionar:

• Génesis 1:31: "Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy
bueno. Y fue la tarde y la mañana el día sexto."
• Génesis 3:1-7: "Pero la serpiente era más astuta que cualquier animal del
campo que elSeñor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os
ha dicho: No comeréis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a
la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del
fruto del árbol que está en medio del huerto ha dicho Dios: No comeréis de
él, ni lo tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la
mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán
abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio
la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos,
y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y
dio también a su marido, el cual comió juntamente con ella."
• Romanos 5:12: "Por tanto, así como por un hombre entró el pecado en el
mundo, y por el pecado la muerte, así también la muerte pasó a todos los
hombres, por cuanto todos pecaron."
• Romanos 5:6-8: "Porque si siendo nosotros aún enemigos, Cristo murió
por nosotros. Pues si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la
muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por
su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el
Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la Salvación.

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