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DOS CAMINOS LECCIÓN 8

Objetivo general

Abrirán su comprensión para entender los secretos de la ley de raíz y rama como
el lenguaje de la revelación

I.- Dos Caminos

1.1.- No Hay Nadie Más Sabio que el Experimentado

• Para la sabiduría de la Cabalá un principio es que el Creador es el bien absoluto y quiere lo


mejor para los creados.
• Sin embargo en nuestras vidas cotidianas no vemos esto, sino todo lo contrario.
• Los cabalistas afirman que la fuerza que empuja el cambio es una sola fuente y empuja al
desarrollo, de pasar de un estado a otro.
• Por lo tanto este desarrollo no es aleatorio, sino que está determinado hacia una meta, un
propósito. propósito se revela sólo al final del desarrollo.
• Un ejemplo es el ser humano, cuando es recién nacido es indefenso, y depende por com-
pleto de sus padres. Pasarán muchos años hasta que aprenda a activar su cuerpo de forma
correcta y familiarizarse con el entorno en que se encuentra.

• El Creador es la bondad absoluta, y tiene un propósito determinado para cada uno de


nosotros. Su bondad, se revela sólo al final del proceso de desarrollo de cada uno de
nosotros.
• Solo que no vemos esas bondad y menos el propósito.

Baal HaSulam escribe “Y sobre esto nosotros decimos: “No hay nadie más sabio que el exper-
imentado”, porque solo aquel que tiene experiencia tiene la oportunidad de observar la
Creación en todas sus formas de desarrollo hasta llegar a su integridad. En este caso, esta

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persona puede guardar la calma, y no alarmarse por esas imágenes corruptas a la que la criatu-
ra se aferra durante sus fases de desarrollo, sólo creer en su hermosa maduración final y su
pureza.”

1.2.- El mecanismo de desarrollo de la Creación

• Ahora ya sabemos que el Creador tiene un plan permanente para nosotros.


• De acuerdo a ese plan empuja a pasar de un estado a otro.
• Lo mismo ocurre para a humanidad que tiene un plan donde empuja al mundo a pasar de
un estado a otro.
• Para ello usa dos fuerzas. La primera, es una fuerza constructiva y la otra una fuerza de-
structiva.

• La fuerza constructiva es aquella que cambia un estado malo y lo transforma en otro mejor.
• La fuerza destructiva es aquella que transforma toda situación en una peor, hasta que
obliga a la humanidad a salir del estado malo y construir un estado nuevo, mejor.

Un ejemplo de esto es la segunda guerra mundial, donde actúa la fuerza destructiva, para lle-
gar a la acción de la fuerza constructiva donde se pasó a un estado nuevo que fue después del
segunda guerra que vino un periodo de estabilidad y desarrollo.

• Las dos fuerzas obligan al hombre a salir de un estado y pasar a otro, y así desarrollarse.
• La fuerza de atracción, hace esto de manera que el individuo la siente como buena y
agradable, y en cambio, la fuerza de empuje, es percibida como mala y desagradable.

• Pero si observamos el proceso desde el punto de vista de la meta final, veremos que las
dos fuerzas son necesarias y actúan por el propósito de la evolución.
• Buscan el estado perfecto, el estado de encuentro con el Creador.
• Entonces podemos ver el desarrollo de la Creación como un eje horizontal donde actúan
ambas fuerzas.

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• El paso entre una etapa de desarrollo y otra es posible solamente por medio de la rev-
elación del mal en el estado presente.
• Ya que el descubrimiento del mal, es lo que impulsa el desarrollo hacia adelante, hacia lo
bueno.

• Las diferentes etapas de desarrollo no son esencialmente malas, sino que todas nos acer-
can al plan de la Creación.
• Ambas fuerzas corresponden al mecanismo de desarrollo de la Creación.

1.3.- El Camino de la Tora y el Camino del sufrimiento.

• Tenemos que aprender la manera de participar en el desarrollo usando los mecanismos de


desarrollo: Fuerza constructiva y fuerza destructiva.

• Existen dos tipos de desarrollo, uno consciente y otro inconsciente.


• El desarrollo consciente se llama en la sabiduría de la Cabalá “el camino de la Torá”, y el
desarrollo inconsciente, se denomina “el camino de los sufrimientos”.

• El desarrollo consciente se refiere que la persona sabe hacia dónde se dirige, lo hace por
propia voluntad, y experimenta las dificultades que surgen en el camino como desafíos que
debe superar.
• Cuando aparece en nosotros el punto en el corazón se abre ante nosotros la posibilidad de
desarrollarnos conscientemente.
• El desarrollo consciente, transforma los sufrimientos en menos dolorosos.
• Esto sucede al conocer el mecanismo que impulsa el proceso de desarrollo, y lo que con-
sideramos malo nos impulsa a pasar al próximo nivel evolutivo.
• Por consiguiente podemos justificarlo porque sabemos que todo lo que sucede tiene la
meta final.
• En el desarrollo consciente, reconocemos el mal de antemano, en el pensamiento, antes
de que se implemente, y nos basta con reconocer el mal para pasar al próximo nivel evolu-
tivo.
• En el desarrollo consciente, no tenemos que sentir el mal, necesariamente.
• El desarrollo consciente tiene dos ventajas importantes: es más rápido y está exento de
dolor y sufrimiento.
• Si deseamos acelerar nuestro proceso de desarrollo, debemos apresurar el reconocimiento
del mal en cada uno de sus estados.
• En lugar de esperar que el mal se revele, nosotros lo localizamos de antemano y aceler-
amos nuestro desarrollo.

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• El “camino de la Torá”, el camino del desarrollo consciente acelera el proceso de desarrol-


lo y transforma los sufrimientos aumentando el anhelo por la meta.

• El desarrollo inconsciente, la persona, no comprende qué es lo que debe hacer, detesta las
dificultades que se le presentan, y puede sentir también dolor y frustración.
• El desarrollo inconsciente, puede llegar a ser a veces muy prolongado si el que se está de-
sarrollando se niega a cumplir su parte.
• La humanidad fue evolucionando de forma inconsciente.
• Hemos pasado nuestro desarrollo de un nivel de desarrollo a otro, sin saber hacia dónde
nos conduce este y cuál es su objetivo.
• Por supuesto las dificultades que se han revelado en el camino nos han causado dolor.
• En el desarrollo inconsciente el mal se revela en la práctica, la sentimos como propia, no
vemos que no está obligando a pasar al próximo nivel de desarrollo.

II.- Reconocer el Mal

2.1.- El conocimiento del mal

• Baal HaSulam escribe que sin la sensación de carencia, no haríamos un solo movimiento.
• Lo que nos quiere decir es que la sensación de carencia, o la mala sensación revelada en
nuestro estado presente, es lo que nos empuja al próximo estado.
• El sentimiento de malestar, de vacío o de falta de satisfacción es la fuerza que nos mueve a
avanzar en el programa de corrección del Plan de la Creación.

• El mal para la sabiduría de la Cabalá es la sensación de separación, la fuerza que nos


provoca la sensación de división.
• Es el deseo con el fin de recibir, es el ego, es la intención para nuestro beneficio personal.

• Si queremos acelerar el proceso de nuestro desarrollo, debemos acelerar el reconocimiento


del mal en cada estado.
• En lugar de esperar a que el mal se revele debemos descubrirlo por nosotros mismos con
antelación.

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• El trabajo interno que debemos hacer es detectar la intención con el fin de recibir, este
proceso interno de detectarlo se denomina en la sabiduría de la Cabalá como el “re-
conocimiento del mal”.
• De esta manera pasamos al próximo nivel de desarrollo, hasta alcanzar el bien absoluto al
final de la corrección.

• El reconocimiento del mal es, en realidad, la corrección del mal.


• Todo lo que tenemos que hacer para anular la intención con el fin de recibir, es reconocerla
como mala.
• La corrección de la intención con el fin de recibir, comienza y termina siendo conscientes
de ella.

2.2.- Herramientas para corregir el mal

• Hemos aprendido lo que llamamos estados “malos” nos mueven hacia la meta, por lo tan-
to también ellos son buenos.

El Rab Baruj Shalom Ashlag (conocido como “Rabash”), hijo primogénito y seguidor de Baal
HaSulam escribe “que cuando la casa está a oscuras, no se ve en ella suciedad alguna. Solo
cuando se enciende una luz, puede verse la suciedad.” Para reconocer el mal debemos
referirnos al bien. No podemos ver el mal sin un poco de bien.

• Es así que tenemos dos herramientas para el trabajo del “reconocimiento del mal”: la Luz
que reforma y la influencia del entorno.

• La primera herramienta es la Luz que reforma ilumina por fuera de nosotros y actúa en
nosotros de diferentes maneras para acercarnos a la corrección.
• Nuestras ansias por estudiar y descubrir la espiritualidad atraen hacia nosotros una ilumi-
nación especial de la espiritualidad.
• Ya que precisamente el estudio nos lleva a la revelación del mal, a la sensación de ale-
jamiento de los demás, a las dudas y desacuerdos, despierta en nosotros nuevas carencias
para una mayor conexión con el atributo del otorgamiento.
• Lo que se pide de nosotros es la carencia correcta, el pedido de conexión.

Escribe el Rabash “El comienzo del trabajo en el hombre es el reconocimiento del mal, es de-
cir, que el individuo le pide al Creador sentir cuán malo es el deseo de recibir. Y este
conocimiento, de que al deseo de recibir se lo llama “mal”, solo el Creador puede hacérselo
sentir…y entonces, puede pedir luego, que cambie el deseo de recibir y le dé a cambio el de-
seo de otorgar”.

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• La segunda herramienta es la influencia del entorno sobre nosotros.


• Es importante la importancia que damos al atributo de otorgamiento.
• Lo más efectivo para elevar la importancia del atributo de otorgamiento es el entorno.
• Si creamos a nuestro alrededor un entorno que eleva el valor del atributo de otorgamiento,
valoraremos ese atributo por medio de la influencia del entorno que creamos.

• Debemos aclarar la relación que hay entre “No hay nada más que Él”, y el reconocimiento
del mal.
• Debemos atribuir todo a una sola fuerza que nos envía todas las situaciones en nuestras
vidas, porque “No hay nada más que Él”.
• El Creador nos envía lo que consideramos obstáculos que nos molestan con el objetivo de
aclararnos, de formar en nuestro interior el pedido correcto de corrección.
• De esta forma vamos aclarando el deseo de espiritualidad.
• El trabajo se produce dentro de nosotros por medio del reconocimiento del mal.
• En el trabajo espiritual necesitamos la revelación del mal en la práctica para pasar de un
nivel a otro.

• En la medida que vamos reconociendo el mal vamos entrando en estados de conexión con
el medio ambiente.
• Donde encontramos sentido a lo que vivimos, son estados dulces internos, estados de ale-
gría espiritual.
• Este proceso es de subidas y bajadas en cuanto a cómo se vive lo cotidiano.

2.3.- Cabalá y Ética

• Es erróneo pensar que la sabiduría de la Cabalá es convertirnos en más éticos, hacer de


nosotros mejores personas en este mundo.
• La sabiduría de la Cabalá está lejos de las doctrinas morales.

• La sabiduría de la Cabalá y las doctrinas éticas comparten una misma finalidad: erradicar el
mal de nuestro interior y consolidar en nosotros una actitud diferente, corregida, respecto
al entorno en el cual vivimos.

• Distinguimos tres diferencias principales entre ellas:

• La primera diferencia entre la cabala y las doctrinas morales es el fundamento en el cual


están basados.
• La sabiduría de la Cabalá extrae su fuerza y conocimiento del Plan de la Creación, y en
cambio las doctrinas morales están totalmente basadas en los pensamientos del ser hu-
mano.

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• La segunda gran diferencia entre la cabala y las doctrinas morales es el beneficio prometi-
do a quienes se dedican a ellos: la sabiduría de la Cabalá promete al individuo un beneficio
que trasciende a la naturaleza de este mundo, y en cambio la Moral, le promete recompen-
sas dentro del marco de este mundo.

• La tercera gran diferencia entre Cabalá y Moral, es el propósito de ambos métodos.


• La meta de la sabiduría de la Cabalá, es elevar al hombre al nivel del Creador.
• El propósito de la Moral es establecer una sociedad corregida en nuestro mundo.

• Es relevante tener claro que la sabiduría de la Cabalá, no nos fue entregada para conver-
tirnos en mejores personas sino para elevarnos por encima de los límites de este mundo.

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