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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

ESCUELA SUPERIOR DE INGENIERÍA MECÁNICA Y ELÉCTRICA

CARRERA: INGENIERÍA EN COMUNICACIONES Y ELECTRÓNICA

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN PRIMER PARCIAL

JUÁREZ VELÁZQUEZ GAEL – No. Lista (27)

MATERIA: SEÑALES Y VIBRACIONES

GRUPO: 6CM13

PROFESOR: ING. LELO DE LARREA POLANCO ADRIÁN

FECHA: 21/MARZO/2024
LA AUDICIÓN HUMANA, ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA:
PARTES DEL OÍDO Y FUNCIÓN DE CADA UNO

El oído humano es un órgano complejo del sistema auditivo. Además de la audición,


el oído permite la percepción y control de la posición espacial y los movimientos de
la cabeza (equilibriocepción). Está situado de manera bilateral en el cráneo, al mismo
nivel de la nariz. El sentido de oído se divide anatómicamente en tres partes:

• Oído externo
• Oído medio
• Oído interno

Las funciones de los oídos externo y medio son principalmente de conducir el sonido al
oído interno, que lo detecta y envía la información al cerebro.

Este artículo te introducirá en la estructura, anatomía y función del oído humano.

Puntos clave sobre el oído humano

Cuestionario de la tabla

Funciones Audición y control del equilibrio postural

Oído externo Partes


Pabellón auricular (oreja)
Conducto auditivo externo
Membrana timpánica
Funciones
Captura y conducción del sonido

Oído medio Partes


Cavidad timpánica
Huesecillos del oído
Tuba auditiva
Antro mastoideo
Funciones
Transformar ondas de sonido de alta amplitud y baja intensidad en vibraciones de baja
amplitud y alta intensidad para transmitirlas al oído interno
Oído interno Partes
Laberinto óseo
Laberinto membranoso
Funciones
Transducción de energía mecánica en impulsos nerviosos para:
Brindar información sobre la posición de la cabeza;
Brindar información sobre los movimientos de la cabeza;
Brindar información auditiva

OÍDO EXTERNO:

El oído externo recibe y conduce el sonido hacia el oído medio. Está formado por el
pabellón auricular y el conducto acústico externo (o canal auditivo).

• El pabellón auricular, también conocido como la oreja, es un tejido


musculocutáneo arrugado fijado al cráneo. Funciona como colector del sonido
y lo transmite al conducto auditivo externo.
• El conducto auditivo externo es simplemente un canal que conduce el sonido
hacia el oído medio. El fondo del conducto está sellado con la membrana
timpánica (tímpano).
La membrana timpánica, o tímpano, se encuentra en el fondo del meato acústico
externo, separándolo del oído medio. La membrana vibra cuando el sonido del
conducto llega a ella, provocando los movimientos de los huesecillos auditivos del
oído medio.

OÍDO MEDIO:

El oído medio es una cavidad compleja ubicada dentro del hueso temporal. Está
formada por la cavidad timpánica (caja del tímpano), que alberga los huesecillos del
oído. La cavidad timpánica está conectada a la nasofaringe a través de la tuba
auditiva (de Eustaquio), que ayuda a regular las presiones entre la cavidad y el
mundo exterior. Esto es importante porque las diferencias extremas de presión entre
el oído medio y el entorno pueden provocar la rotura del tímpano.

La cavidad timpánica tiene el aspecto de un prisma de seis caras. Estas seis paredes
se denominan según la estructura anatómica a la que se enfrentan, por lo que
tenemos las paredes tegmentaria, yugular, carotídea, membranosa, laberíntica y
mastoidea. La pared laberíntica, que representa el límite con el oído interno, es
especialmente importante porque contiene aberturas a través de las cuales el oído
medio se comunica con él:
• La ventana oval
• La ventana redonda

HUESILLOS DEL OÍDO:

Los tres huesecillos auditivos son los huesos más pequeños del cuerpo humano:

• Martillo (malleus)
• Yunque (incus)
• Estribo (estapedio)
Los huesecillos del oído se articulan entre sí en la cavidad timpánica, formando un
sistema que conecta el tímpano con la pared laberíntica de la cavidad timpánica.
Pero, ¿por qué? De este modo, los huesecillos auditivos constituyen un intermediario
en la transmisión de las vibraciones desde el tímpano hasta el oído interno a través
de la mencionada ventana oval. También, antes de transmitir las vibraciones al oído
interno, los huesecillos transforman ondas de sonido de alta amplitud y baja
intensidad en vibraciones de baja amplitud y alta intensidad.
OÍDO INTERNO:

El oído interno es la parte final y más compleja del oído humano, cuya función es
detectar y transmitir los impulsos auditivos y enviarlos al cerebro. Además, detecta los
movimientos y la posición de la cabeza (equilibriocepción), lo que permite al cerebro
ser consciente de ellos y asegurarse de mantener la posición espacial de la cabeza.
Así que, en pocas palabras, el oído interno nos permite oír y mantener la posición y
estabilidad de la cabeza.

El oído interno está ubicado en la porción petrosa del hueso temporal y, debido a su
estructura compleja similar a la de un laberinto, se le llama - laberinto.

El laberinto tiene dos componentes: el laberinto óseo, que es en realidad el armazón


esquelético del oído interno, y el laberinto membranoso, que es un sistema de
conductos membranosos que encaja dentro de su homólogo óseo.

El laberinto óseo consta de tres partes:

• El vestíbulo, que es una sala central del oído interno;


• La cóclea, una estructura parecida a un caracol que se encuentra medial al
vestíbulo
• Los conductos semicirculares, que se encuentran laterales al vestíbulo
Las partes del laberinto membranoso son las siguientes:

• El utrículo y el sáculo, que se encuentran dentro del vestíbulo óseo y brindan


información sobre la posición en sentido vertical (sáculo) y horizontal (utrículo)
de la cabeza;
• Los conductos semicirculares membranosos, situados dentro de los conductos
óseos. Contienen el órgano del equilibrio y brindan información sobre
los movimientos rotacionales de la cabeza;
• Conducto coclear, situado dentro de la cóclea ósea, que contiene el órgano de
la audición, llamado órgano espiral (de Corti).

El laberinto membranoso está lleno de endolinfa, cuyos movimientos estimulan las


células receptoras del órgano de Corti y los conductos semicirculares. El órgano de
Corti está inervado por la porción coclear del nervio vestibulococlear, mientras que los
conductos semicirculares están inervados por la porción vestibular del mismo nervio.
Estas porciones se unen y forman el tronco del nervio vestibulococlear, que lleva la
información sensorial al cerebro.

Te habrás preguntado cómo se producen los movimientos de la endolinfa. Como


probablemente imaginas, estos son causados por las vibraciones transmitidas por los
huesecillos del oído.
UMBRAL DE AUDIBILIDAD Y DE DOLOR:

El umbral de audición del ruido es la cantidad mínima de vibraciones por segundo


necesarias para que un sonido sea percibido, o no, por el oído. Estas vibraciones
tienen una frecuencia que se mide en hercios (Hz). El umbral de audición para un
oído humano sano se sitúa en la exposición a una señal de frecuencia entre un
mínimo de 20 Hz y máximo de 20.000 Hz.
Por otro lado, la intensidad del sonido se mide en decibelios. Estas medidas
expresan la presión generada en el aire a través de vibración. Para que un sonido
sea escuchado por el oído humano deberá tener una intensidad superior a 0
decibelios (Db). Los ruidos con una intensidad mayor a 65 Db están catalogados por
la Organización Mundial de la Salud como perjudiciales para el hombre, por lo que
debe evitarse la exposición a sonidos de alta intensidad.

En cuanto a la frecuencia y tomando como base 1000 Hz, se considera que los
límites del campo de audición de los seres humanos oscilan entre los 16-20 Hz y
los 16000-20000 Hz. Sumado a esto, existe mayor sensibilidad entre los 1000 Hz y
3000 Hz.
En cuanto a la intensidad, se considera el nivel mínimo de intensidad 0 dBnps y el
nivel máximo (límite del dolor) entre 120-140 dBnps.El umbral o límite del dolor es
la intensidad más alta que el oído puede aceptar.
Con el paso del tiempo nuestro oído se va desgastando, más precisamente las
células del Órgano de Corti se van deteriorando. Esto provoca que sea más difícil
para nuestro oído percibir las frecuencias más agudas, por este motivo el umbral de
audibilidad es variable al oído de cada persona. Es más difícil percibir ciertas
frecuencias para personas mayores de edad, que suponen un desgaste mayor, en
su oído, que el de las personas más jóvenes. Por eso las personas mayores
necesitan que ciertas frecuencias tengan mayor intensidad para poder percibirlas,
mientras que los más jóvenes esas mismas frecuencias las pueden percibir con
menor intensidad.

CAMBIOS EN EL UMBRAL DE AUDICIÓN:

El umbral mínimo de un oído sin problemas auditivos depende de la edad del


individuo, ya que con el paso de los años, las células se deterioran, y se tiende a
percibir en menor medida las frecuencias agudas y se produce una
paulatina pérdida de audición. Además, el uso continuado de auriculares con
volumen alto y la asistencia a bares, discotecas o espectáculos donde se expone a
los asistentes a ruidos de alta intensidad durante un tiempo prolongado, pueden
variar los niveles de nuestro umbral de audición.

Los ruidos con una intensidad superior a los 65 Db no son recomendables, ya que
perjudican nuestra salud y dañan gravemente nuestros oídos. Además, no es
conveniente que el oído esté expuesto a ruidos superiores a los 120 Db, donde está
establecido el límite a partir del cual un sonido pasa la línea de resultar
desagradable a producir dolor, signo inequívoco de que estamos perjudicando
gravemente nuestros oídos.
En el Gráfico 1 se observan los distintos umbrales de audibilidad establecidos por la
edad de las personas. Como se puede observar, la intensidad necesaria para la
percepción de frecuencias de entre 1000 y 3000 Hz es menor, mientras que para
frecuencias que están fuera de este rango se necesita mayor intensidad.
Por otro lado, también se puede ver como la intensidad necesaria para percibir
frecuencias más agudas (mayores a 3000 Hz) es cada vez mayor para las
personas de mayor edad.

En este ejemplo podemos escuchar una frecuencia que va de 20 Hz hasta los 20


KHz de manera progresiva. Esto es perfecto para mostrar de manera practica
el umbral de audibilidad.

La escucha del ejemplo se puede realizar por medio de dos métodos:


con altavoces o con auriculares. Estos dos métodos de escucha representan la
variación del umbral de audición en función de la frecuencia del estímulo.
La presión mínima audible (MAP) es la que se evalúa a través del auricular, y
el mínimo campo audible (MAF) que se mide con altavoces y que incluye el filtro
del oído externo.
Al realizar la escucha del ejemplo a través de altavoces o parlantes, se puede notar
que al principio es casi imposible escuchar el sonido de las frecuencias, hasta llegar
a unos 80 Hz aproximadamente. Esto se da por cómo funciona nuestro oído.
El oído externo filtra las frecuencias bajas y llegan atenuadas al tímpano.
Cuando la escucha se realiza con auriculares, podemos escuchar las frecuencias
bajas, desde los 20 Hz, que no percibíamos con altavoces. Esto sucede porque los
auriculares nos aíslan del ruido ambiente (campo libre) y el sonido llega
directamente al tímpano. Además como se ve en el Gráfico 3 la escucha a través
del auricular tiene un mayor NPS (nivel de presión sonora) que el de los altavoces.
En el medio, las frecuencias que van desde los 250 Hz hasta los 7
KHz aproximadamente, son muchos más potentes que las anteriores, y por lo tanto
necesitan un NPS mucho menor para percibirlas. Necesitaremos bajar el volumen
ya que en cierto punto comienzan a tornarse molestas. En el Gráfico 2 podemos
notar que esas frecuencias con un NPS elevado se acercan al umbral del dolor es
por eso por lo que causan esa sensación de molestia en nuestro oído.
Las frecuencias que se acercan y superan los 16 KHz se vuelven muy difíciles de
oír, ya que necesitan un mayor NPS para percibirlas.
ENMASCARAMIENTO DE SONIDO:

El masking sonoro o enmascaramiento es el solapamiento de dos o más


sonidos en cualquier plano de la mezcla (frecuencia, estéreo y/o volumen-
profundidad) y uno de los sonidos, el más predominante en general, hace
que el otro no se escuche ni se diferencie acústicamente como debería.
Lo que vamos a intentar con nuestro ejemplo práctico de eliminar el
enmascaramiento es que no exista ningún sonido que enmascare al kick,
para que este sea siempre el protagonista.

Nuestros oídos trabajan en conjunción con nuestro cerebro para crear los sonidos
que oímos en nuestra mente. Aunque ciertos fenómenos están relacionados
directamente con los elementos de nuestro aparato auditivo (tímpano, huesos,
cóclea, etc.), en nuestro cerebro se dan ciertos procesos mientras éste decodifica la
información que recibe por los nervios auditivos. Uno de ellos se llama
enmascaramiento sonoro y es interesante por la forma en que puede alterar nuestra
percepción del sonido.

El enmascaramiento sonoro se da cuando la percepción de un sonido se ve


afectada y comprometida por la presencia de otro sonido. El enmascaramiento
sonoro en el dominio de la frecuencia se denomina enmascaramiento simultáneo,
enmascaramiento de frecuencia o enmascaramiento espectral. El enmascaramiento
sonoro en el dominio del tiempo se conoce como enmascaramiento temporal o
enmascaramiento no simultáneo. En este artículo nos centraremos en el
enmascaramiento simultáneo, que ocurre cuando una señal, es decir, el sonido que
queremos oír, se ve comprometido por un enmascaramiento sonoro que se da al
mismo tiempo.

Las ideas principales con respecto a qué es el enma scaramiento sonoro y


cómo eliminar el masking entre las pistas de tu canción son las
siguientes:
• Debemos de tener claro qué pistas de audio son más
importantes dentro de nuestra canción para darle prioridad en
frecuencia, como hemos hecho con el kick. Los sonidos
característicos de tu tema serán posiblemente a los que les
tienes que dar más protagonismo y evitar que sean
enmascarados.
• Debemos ser muy metódicos y ordenados a la hora de
ecualizar, para no perdernos por el camino. Lo difícil no es
hacer EQ en sí, es no perderse mientras lo haces.
• Intenta sustraer en frecuencia más que aumentar. Si tienes
que aumentar hazlo con anchos grandes y si tienes que
sustraer hazlo con anchos más pequeños siempre que sea
posible.

En conclusión, si dos sonidos coinciden en el tiempo puede haber


enmascaramiento, sino no.

• Enmascaramiento simultáneo Este tipo de enmascaramiento se presenta cuando


el sonido de prueba y el sonido enmascarante coinciden temporalmente.

• Enmascaramiento no simultáneo El enmascaramiento no simultáneo es aquel que


se produce cuando el sonido de prueba no se superpone temporalmente con el
sonido enmascarador, distinguiéndose entonces dos tipos de enmascaramiento no
simultáneo: pre-enmascaramiento y post enmascaramiento.

 Pre-enmascaramiento Es un fenómeno inesperado, pues pareciera implicar que el


sistema auditivo es no causal: una señal puede enmascarar a otra antes de ser
aplicada. En otras palabras, sonidos que aún no existen pueden enmascarar
sonidos ya existentes, algo difícil de imaginar.
BANDAS CRÍTICAS:

Las bandas críticas son rangos de frecuencia dentro de los cuales un tono bloquea
la percepción de otro tono.

Mientras que el umbral diferencial representa la capacidad del sistema auditivo de


detectar la mínima variación en una sola frecuencia, la banda crítica determina la
capacidad de resolución del oído para dos o más frecuencias simultáneas. De ahí
que se define la banda crítica como aquel intervalo de frecuencias que representa la
máxima resolución en frecuencia del sistema auditivo en diferentes experimentos
psicoacústicos. También se suele decir que las bandas críticas constituyen el
intervalo en el cual se “suma” la energía de las distintas componentes espectrales
de la señal.

Harvey Fletcher, físico e ingeniero estadounidense, midió el aumento del umbral de


audibilidad para una señal sinusoidal en función de un ruido enmascarante con
densidad de potencia constante y banda pasante variable. El ruido estaba centrado
en la frecuencia de la sinusoide y su potencia acústica se incrementaba a medida
que crecía el ancho de banda. Como resultado se dio que el sistema auditivo
funciona como un banco de filtros pasabanda en paralelo. Cuando queremos
detectar una señal en un lugar ruidoso usamos el filtro cuya frecuencia central sea la
más cercana a la del estímulo. Es así como la señal pasa y se logra disminuir la
intensidad del ruido de fondo en gran parte. "Si se incrementa el ancho de banda del
ruido aumenta la potencia de la parte del ruido que logra pasar el filtro. Pero cuando
el ancho de banda supera al filtro auditivo, su capacidad enmascarante deja de
creer. La parte del ruido que no entra en el filtro sintonizado con la señal no afecta
nuestra habilidad para detectarla." Fletcher se refiere a la banda critica como un
supuesto filtro rectangular que simula el comportamiento de los filtros auditivos
reales. Esto según el libro de percepción de Gustavo Basso.

El rango de bandas críticas no es percibido igual en todas las frecuencias. Esta


dividido en 24 dimensiones que corresponden cada una al tercio de una octava,
ocupan una tercera mayor. Al tener los intervalos más agudos mayor distancia en
Hz ocurre lo mismo con la banda crítica.
ESTIMACIÓN SUBJETIVA DE LA FRECUENCIA EN MELS:

La escala de mel es una escala perceptiva de tonos juzgados por los


oyentes como iguales en distancia entre sí. El punto de referencia entre esta
escala y la medición de frecuencia normal se define asignando un tono
perceptible de 1000 mels a un tono de 1000 Hz, 40 dB por encima del
umbral del oyente. Por encima de los 500 Hz, los oyentes juzgan que los
intervalos cada vez más grandes producen incrementos de tono iguales.

Fórmula

Una fórmula para convertir f hercios en m mels es:

𝑓
𝑚 = 2595 log10 (1 + )
700

Historia y otras fórmulas

La fórmula del libro de O'Shaughnessy se puede expresar con diferentes bases


logarítmicas:

𝑓 𝑓
𝑚 = 2595 log10 (1 + ) = 1127 ln(1 + )
700 700

Había curvas y tablas publicadas sobre escalas de tonos psicofísicos desde


1937 de Steinberg curvas basadas en diferencias de tono apenas perceptibles.
Pronto siguieron más curvas en 1937 de Fletcher y Munson y Fletcher's 1938 y
Stevens' 1937 y 1940 de Stevens y Volkmann documentos utilizando una variedad
de métodos experimentales y enfoques de análisis.

En 1949, Koenig publicó una aproximación basada en segmentos lineales y


logarítmicos separados, con una ruptura a 1000 Hz.

Gunnar Fant propuso la popular fórmula lineal/logarítmica actual en 1949, pero con
la frecuencia de esquina de 1000 Hz.

Fant (1968) menciona una expresión alternativa de la fórmula, que no depende de la


elección de la base del logaritmo:
En 1976, Makhoul y Cosell publicaron la versión ahora popular con la frecuencia de
esquina de 700 Hz. Como Ganchev et al. han observado, "Las fórmulas [con 700],
en comparación con [Fant's con 1000], proporcionan una aproximación más cercana
a la escala Mel para frecuencias por debajo de 1000 Hz, al precio de una mayor
inexactitud para frecuencias superiores a 1000 Hz." Por encima de 7 kHz, sin
embargo, la situación se invierte y la versión de 700 Hz vuelve a encajar mejor.

Los datos que motivan algunas de estas fórmulas están tabulados en Beranek
(1949), medidos a partir de las curvas de Stevens y Volkmann:

Beranek 1949 datos de escala de mel de Stevens y Volkmann 1940


Hz 20 160 394 670 1000 1420 1900 2450 3120 4000 5100 6600 9.000 14000
mel 0 250 500 750 1000 1250 1500 1750 2000 2250 2500 2750 3000 3250

Lindsay & normando (1977); la fórmula no aparece en su primera edición de 1972:

Para comparación directa con otras fórmulas, esto es equivalente a:

La mayoría de las fórmulas de escala de mel dan exactamente 1000 mels a 1000
Hz. La frecuencia de corte (por ejemplo, 700 Hz, 1000 Hz o 625 Hz) es el único
parámetro libre en la forma habitual de la fórmula. Algunas fórmulas de escala de
frecuencia auditiva que no son mel usan la misma forma, pero con una frecuencia
de interrupción mucho más baja, no necesariamente mapeándose a 1000 a 1000
Hz; por ejemplo, la escala de tasas ERB de Glasberg & Moore (1990) utiliza un
punto de quiebre de 228,8 Hz, y el mapa de lugares de frecuencia coclear de
Greenwood (1990) utiliza 165,3 Hz.

Umesh et al. han explorado otras formas funcionales para la escala de mel; señalan
que las fórmulas tradicionales con una región logarítmica y una región lineal no se
ajustan a los datos de las curvas de Stevens y Volkmann, así como a algunas otras
formas, con base en la siguiente tabla de datos de mediciones que realizaron a
partir de esas curvas:

Umesh et al. 1999 datos de escala de mel de Stevens y Volkmann 1940

Hz 40 161 200 404 693 867 1000 2022 3000 3393 4109 5526 6500 7743 12000

mel 43 257 300 514 771 928 1000 1542 2000 2142 2314 2600 2771 2914 3228
CURVAS ISOFÓNICAS O DE IGUAL SONORIDAD:

En ellas se ve cómo el oído humano es más sensible a las frecuencias medias y


medias-altas que a las graves y agudas. Además, también se puede ver cómo a
medida que aumenta la intensidad sonora las curvas se hacen más planas, debido a
la manera que se tensa el tímpano para protegerse de los altos volúmenes.

Las gráficas vienen calibradas de manera que en 1 kHz coincidan los dB objetivos
o dBSPL y los dB subjetivos o "fonios". En otras palabras, según estas curvas se
percibirá igual un sonido de 1 kHz a 60 dB objetivos que uno de 100 Hz a 70 dB. O
interpretado de otra manera, o que sólo podremos oír 20 dB objetivos desde 250 Hz
en adelante, o 40 dB objetivos desde 120 Hz en adelante. O que para oír un grave
de 30 Hz, necesitamos que ésta tenga una presión sonora de unos 65 dB. También
indica que la zona más sensible es la de 4000 Hz, y que podemos oír por debajo de
0 dB objetivos en el rango de 1000 a 6000 Hz. Las curvas de Munson y Fletcher
fueron recalculadas, más tarde, por Robinson y Dadson.

Las curvas Munson y Fletcher y las curvas de Robinson y Dadson sólo son válidas
para un campo sonoro directo, dado que no tienen en cuenta que no percibimos por
igual los sonidos si provienen de diferentes direcciones (campo sonoro
reverberante).
CORRIMIENTO TEMPORAL DEL UMBRAL Y PERMANENTE:

Cuando los oídos solo son capaces de percibir niveles de audición inferiores a los
normales, sucede lo que conocemos como cambio del umbral auditivo, se
evidencia en una deficiencia de la capacidad de escucha. En algunos casos,
además de la pérdida auditiva se experimenta el zumbido en los oídos o acúfenos.

Los sonidos que percibe el oído

Por ejemplo, el ruido generado en una conversación normal es de 60 dB. Si el oído


no percibe estos sonidos, es señal de que su capacidad auditiva ha desmejorado
considerablemente, y solo podría escuchar los que estén por encima de 60 dB.

Esta desviación en el registro normal de decibelios es lo que se conoce como


cambio o desplazamiento del umbral auditivo, puede suceder de manera
temporal o permanente.

Una de las principales causas del desplazamiento del umbral auditivo


temporal es la exposición a sonidos fuertes. Cualquier sonido que registre más de
110 decibeles se considera como peligroso y extremadamente perjudicial para la
audición.

Como referencia, los fuegos artificiales se ubican en la escala de 100 dB, un


concierto entre 110 y 120 dB, un despegue de avión en más de 120 dB y un
lanzamiento de cohete en 180 dB.

Lo mismo suele suceder en ambientes de trabajo que implican el uso de


maquinaria pesada, como las grandes industrias. Si las personas que se exponen
a estos sonidos a diario no utilizan las herramientas de protección apropiadas. Por
ejemplo, los tapones para los oídos u orejeras, pueden sufrir el cambio temporal
del umbral auditivo.

Sucede justo después de haberse expuesto al sonido fuerte, cuando se manifiesta


en el oído una sensación de sordera severa o absoluta, acompañada de dolor. Es
aquí cuando los niveles del umbral auditivo sufren un cambio en su curva regular,
imposibilitando al individuo escuchar cualquier ruido de su entorno.

El cambio temporal del umbral puede variar entre segundos, minutos, horas o
días, dependiendo de las causas que lo hayan originado y del daño sufrido por los
oídos. Generalmente, el oído recuperará sus niveles naturales, por lo que se
considera un caso de sordera transitoria. Cuando esto no sucede, entonces el
paciente puede presentar un cambio permanente del umbral auditivo.
TIPOS DE HIPOACUSIA Y SUS CAUSAS:

La hipoacusia es un trastorno que consiste en una forma de sordera parcial. Es


decir, a diferencia de la cofosis o anacusia, no existe una pérdida total de audición,
pero sí una reducción más o menos severa de la sensibilidad auditiva. Así pues, la
hipoacusia puede entenderse como una parcial incapacidad para escuchar sonidos
en uno o ambos oídos.

Se trata de una forma leve de discapacidad auditiva, es decir, un impedimento


sensorial parcial en el que el sentido dañado es el del oído, que afecta a más de
1.500 millones de personas en el mundo. En este contexto, hablamos de hipoacusia
cuando a la persona se le diagnostica una sordera leve o moderada. No hay una
imposibilidad para usar el sentido del oído, pero sí una dificultad más o menos
grave.

La hipoacusia se diagnostica cuando el umbral auditivo de la persona está por


encima de 20 dB pero por debajo de 70 dB. Si está entre 20 y 40 dB hablaremos de
hipoacusia leve y si está entre 40 y 70 dB hablaremos de hipoacusia grave, siendo
así un trastorno que cursa con síntomas tales como dificultad para seguir
conversaciones, sensación de que algunos sonidos son demasiado fuertes en un
oído, mayores dificultades para escuchar voces de las mujeres, problemas para
diferenciar sonidos agudos entre sí, dificultades para escuchar en ambientes
ruidosos, etc.

las cuales profundizaremos más adelante cuando hablemos de su clasificación, pero


algunas de las más comunes son, además de enfermedades congénitas, genéticas
y/o hereditarias que se traducen en malformaciones del canal o del nervio auditivo,
el propio envejecimiento, las infecciones del oído, la exposición prolongada a ruidos
fuertes e incluso la acumulación de cera en el oído.

Sea como sea y siempre que, por su origen deba contemplarse ya que no se puede
tratar la causa de fondo, la hipoacusia tiene un tratamiento que representa una gran
solución: los audífonos. Como no se ha perdido por completo la capacidad auditiva,
estos dispositivos, que cada vez son más discretos, solucionan los problemas de
pérdida de audición.
HIPOCAUSIA LEVE:

La hipoacusia leve es aquella forma de sordera parcial que se diagnostica cuando el


umbral auditivo de la persona está entre 20 y 40 dB. Dentro de la sordera, es la
forma menos grave. Y en esta leve discapacidad auditiva, es posible que, si bien la
persona puede presentar problemas para oír bien los susurros o los sonidos bajos,
no tenga demasiados problemas para conversar con otra persona a un volumen
normal.

HIPOCAUSIA MODERADA:

La hipoacusia es aquella forma de sordera parcial que se diagnostica cuando el


umbral auditivo de la persona está entre 40 y 70 dB. Dentro de esta hipoacusia,
es la forma más grave. Y en esta moderada discapacidad auditiva, es posible que
ya haya problemas para escuchar a otras personas cuando se conversa a un
volumen normal y que los síntomas que hemos comentado se hagan más notorios.

Si continuáramos avanzando en la escala, nos encontraríamos con la sordera grave


(que ya no es considerada hipoacusia), aquella en la que el umbral auditivo de la
persona está entre 70 y 90 dB. En esta manifestación de discapacidad auditiva, la
persona ya no escucha prácticamente nada de lo que se le dice a un volumen
normal, pudiendo solo oír sonidos fuertes.

Y, por último, nos encontraríamos con la sordera profunda, aquella que engloba a la
cofosis o anacusia, representando así una forma de sordera total. En esta, la
manifestación más grave de la sordera, el umbral auditivo de la persona está por
encima de los 90 dB, por lo que la persona ya no escucha nada de lo que le dicen a
un volumen normal y únicamente puede oír algunos sonidos muy fuertes.

HIPOCAUSIA CONDUCTIVA:

La hipoacusia conductiva o hipoacusia de conducción es aquella que involucra el


oído externo y medio. El oído externo es aquella porción que recibe los sonidos y
está formado por el pabellón, el conducto auditivo y el tímpano. Por su parte, el oído
medio es aquella porción que transmite las vibraciones y está formado por los tres
huesecillos del oído, la cavidad timpánica, la ventana oval y la trompa de Eustaquio.

Así pues, esta parcial discapacidad auditiva se desarrolla porque existe un bloqueo
para que el sonido pase del oído externo, siendo debida, pues, a alteraciones en la
transmisión de las ondas sonoras de una región a otra. Suele estar relacionada con
infecciones del oído (como la otitis), malformaciones congénitas, traumatismos,
acumulación de líquido, crecimiento anómalo de hueso, acumulación de cerumen e
incluso un tumor benigno.
HIPOCAUSIA NEUROSENSORIAL:

La hipoacusia neurosensorial es aquella que involucra al oído interno, la región


que transforma las vibraciones acústicas en impulsos nerviosos que serán
transmitidos al cerebro. Así, la discapacidad auditiva se desarrolla como
consecuencia de dificultades para que las células ciliadas de esta zona del oído
transmitan las vibraciones a las neuronas o de que estas neuronas generen señales
nerviosas.

Aparece por problemas en la cóclea (una estructura en forma de espiral que


amplifica las vibraciones) o en el propio nervio auditivo (el nexo de conexión entre el
oído interno y el cerebro) de naturaleza congénita, presentes ya desde el nacimiento
ya sea por herencia genética o por una anomalía durante el desarrollo fetal, o de
naturaleza adquirida, por traumatismos, envejecimiento, administración de
medicamentos ototóxicos, exposición prolongada a ruidos fuertes e incluso por el
desarrollo de un tumor en el nervio auditivo.

HIPOCAUSIA MIXTA:

La hipoacusia mixta es aquella que involucra al oído externo, medio e interno.


Así pues, la discapacidad auditiva parcial se desarrolla como una combinación de la
hipoacusia de conducción y neurosensorial, con daños en todas las regiones
fisiológicas del sentido del oído. En estos pacientes, no solo se perciben los sonidos
más bajos, sino que puede haber dificultades para entenderlos.

HIPOCAUSIA UNILATERAL:

La hipoacusia unilateral es aquella forma de sordera parcial en la que, siendo de


cualquiera de los tipos que hemos visto, la discapacidad auditiva se encuentra
solo en uno de los dos oídos. Es decir, la sordera se encuentra solo en un oído,
que tiene una pérdida auditiva más o menos grave, pero el otro funciona con
normalidad.

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