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GRUPO: 6CM13
FECHA: 21/MARZO/2024
LA AUDICIÓN HUMANA, ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA:
PARTES DEL OÍDO Y FUNCIÓN DE CADA UNO
• Oído externo
• Oído medio
• Oído interno
Las funciones de los oídos externo y medio son principalmente de conducir el sonido al
oído interno, que lo detecta y envía la información al cerebro.
Cuestionario de la tabla
OÍDO EXTERNO:
El oído externo recibe y conduce el sonido hacia el oído medio. Está formado por el
pabellón auricular y el conducto acústico externo (o canal auditivo).
OÍDO MEDIO:
El oído medio es una cavidad compleja ubicada dentro del hueso temporal. Está
formada por la cavidad timpánica (caja del tímpano), que alberga los huesecillos del
oído. La cavidad timpánica está conectada a la nasofaringe a través de la tuba
auditiva (de Eustaquio), que ayuda a regular las presiones entre la cavidad y el
mundo exterior. Esto es importante porque las diferencias extremas de presión entre
el oído medio y el entorno pueden provocar la rotura del tímpano.
La cavidad timpánica tiene el aspecto de un prisma de seis caras. Estas seis paredes
se denominan según la estructura anatómica a la que se enfrentan, por lo que
tenemos las paredes tegmentaria, yugular, carotídea, membranosa, laberíntica y
mastoidea. La pared laberíntica, que representa el límite con el oído interno, es
especialmente importante porque contiene aberturas a través de las cuales el oído
medio se comunica con él:
• La ventana oval
• La ventana redonda
Los tres huesecillos auditivos son los huesos más pequeños del cuerpo humano:
• Martillo (malleus)
• Yunque (incus)
• Estribo (estapedio)
Los huesecillos del oído se articulan entre sí en la cavidad timpánica, formando un
sistema que conecta el tímpano con la pared laberíntica de la cavidad timpánica.
Pero, ¿por qué? De este modo, los huesecillos auditivos constituyen un intermediario
en la transmisión de las vibraciones desde el tímpano hasta el oído interno a través
de la mencionada ventana oval. También, antes de transmitir las vibraciones al oído
interno, los huesecillos transforman ondas de sonido de alta amplitud y baja
intensidad en vibraciones de baja amplitud y alta intensidad.
OÍDO INTERNO:
El oído interno es la parte final y más compleja del oído humano, cuya función es
detectar y transmitir los impulsos auditivos y enviarlos al cerebro. Además, detecta los
movimientos y la posición de la cabeza (equilibriocepción), lo que permite al cerebro
ser consciente de ellos y asegurarse de mantener la posición espacial de la cabeza.
Así que, en pocas palabras, el oído interno nos permite oír y mantener la posición y
estabilidad de la cabeza.
El oído interno está ubicado en la porción petrosa del hueso temporal y, debido a su
estructura compleja similar a la de un laberinto, se le llama - laberinto.
En cuanto a la frecuencia y tomando como base 1000 Hz, se considera que los
límites del campo de audición de los seres humanos oscilan entre los 16-20 Hz y
los 16000-20000 Hz. Sumado a esto, existe mayor sensibilidad entre los 1000 Hz y
3000 Hz.
En cuanto a la intensidad, se considera el nivel mínimo de intensidad 0 dBnps y el
nivel máximo (límite del dolor) entre 120-140 dBnps.El umbral o límite del dolor es
la intensidad más alta que el oído puede aceptar.
Con el paso del tiempo nuestro oído se va desgastando, más precisamente las
células del Órgano de Corti se van deteriorando. Esto provoca que sea más difícil
para nuestro oído percibir las frecuencias más agudas, por este motivo el umbral de
audibilidad es variable al oído de cada persona. Es más difícil percibir ciertas
frecuencias para personas mayores de edad, que suponen un desgaste mayor, en
su oído, que el de las personas más jóvenes. Por eso las personas mayores
necesitan que ciertas frecuencias tengan mayor intensidad para poder percibirlas,
mientras que los más jóvenes esas mismas frecuencias las pueden percibir con
menor intensidad.
Los ruidos con una intensidad superior a los 65 Db no son recomendables, ya que
perjudican nuestra salud y dañan gravemente nuestros oídos. Además, no es
conveniente que el oído esté expuesto a ruidos superiores a los 120 Db, donde está
establecido el límite a partir del cual un sonido pasa la línea de resultar
desagradable a producir dolor, signo inequívoco de que estamos perjudicando
gravemente nuestros oídos.
En el Gráfico 1 se observan los distintos umbrales de audibilidad establecidos por la
edad de las personas. Como se puede observar, la intensidad necesaria para la
percepción de frecuencias de entre 1000 y 3000 Hz es menor, mientras que para
frecuencias que están fuera de este rango se necesita mayor intensidad.
Por otro lado, también se puede ver como la intensidad necesaria para percibir
frecuencias más agudas (mayores a 3000 Hz) es cada vez mayor para las
personas de mayor edad.
Nuestros oídos trabajan en conjunción con nuestro cerebro para crear los sonidos
que oímos en nuestra mente. Aunque ciertos fenómenos están relacionados
directamente con los elementos de nuestro aparato auditivo (tímpano, huesos,
cóclea, etc.), en nuestro cerebro se dan ciertos procesos mientras éste decodifica la
información que recibe por los nervios auditivos. Uno de ellos se llama
enmascaramiento sonoro y es interesante por la forma en que puede alterar nuestra
percepción del sonido.
Las bandas críticas son rangos de frecuencia dentro de los cuales un tono bloquea
la percepción de otro tono.
Fórmula
𝑓
𝑚 = 2595 log10 (1 + )
700
𝑓 𝑓
𝑚 = 2595 log10 (1 + ) = 1127 ln(1 + )
700 700
Gunnar Fant propuso la popular fórmula lineal/logarítmica actual en 1949, pero con
la frecuencia de esquina de 1000 Hz.
Los datos que motivan algunas de estas fórmulas están tabulados en Beranek
(1949), medidos a partir de las curvas de Stevens y Volkmann:
La mayoría de las fórmulas de escala de mel dan exactamente 1000 mels a 1000
Hz. La frecuencia de corte (por ejemplo, 700 Hz, 1000 Hz o 625 Hz) es el único
parámetro libre en la forma habitual de la fórmula. Algunas fórmulas de escala de
frecuencia auditiva que no son mel usan la misma forma, pero con una frecuencia
de interrupción mucho más baja, no necesariamente mapeándose a 1000 a 1000
Hz; por ejemplo, la escala de tasas ERB de Glasberg & Moore (1990) utiliza un
punto de quiebre de 228,8 Hz, y el mapa de lugares de frecuencia coclear de
Greenwood (1990) utiliza 165,3 Hz.
Umesh et al. han explorado otras formas funcionales para la escala de mel; señalan
que las fórmulas tradicionales con una región logarítmica y una región lineal no se
ajustan a los datos de las curvas de Stevens y Volkmann, así como a algunas otras
formas, con base en la siguiente tabla de datos de mediciones que realizaron a
partir de esas curvas:
Hz 40 161 200 404 693 867 1000 2022 3000 3393 4109 5526 6500 7743 12000
mel 43 257 300 514 771 928 1000 1542 2000 2142 2314 2600 2771 2914 3228
CURVAS ISOFÓNICAS O DE IGUAL SONORIDAD:
Las gráficas vienen calibradas de manera que en 1 kHz coincidan los dB objetivos
o dBSPL y los dB subjetivos o "fonios". En otras palabras, según estas curvas se
percibirá igual un sonido de 1 kHz a 60 dB objetivos que uno de 100 Hz a 70 dB. O
interpretado de otra manera, o que sólo podremos oír 20 dB objetivos desde 250 Hz
en adelante, o 40 dB objetivos desde 120 Hz en adelante. O que para oír un grave
de 30 Hz, necesitamos que ésta tenga una presión sonora de unos 65 dB. También
indica que la zona más sensible es la de 4000 Hz, y que podemos oír por debajo de
0 dB objetivos en el rango de 1000 a 6000 Hz. Las curvas de Munson y Fletcher
fueron recalculadas, más tarde, por Robinson y Dadson.
Las curvas Munson y Fletcher y las curvas de Robinson y Dadson sólo son válidas
para un campo sonoro directo, dado que no tienen en cuenta que no percibimos por
igual los sonidos si provienen de diferentes direcciones (campo sonoro
reverberante).
CORRIMIENTO TEMPORAL DEL UMBRAL Y PERMANENTE:
Cuando los oídos solo son capaces de percibir niveles de audición inferiores a los
normales, sucede lo que conocemos como cambio del umbral auditivo, se
evidencia en una deficiencia de la capacidad de escucha. En algunos casos,
además de la pérdida auditiva se experimenta el zumbido en los oídos o acúfenos.
El cambio temporal del umbral puede variar entre segundos, minutos, horas o
días, dependiendo de las causas que lo hayan originado y del daño sufrido por los
oídos. Generalmente, el oído recuperará sus niveles naturales, por lo que se
considera un caso de sordera transitoria. Cuando esto no sucede, entonces el
paciente puede presentar un cambio permanente del umbral auditivo.
TIPOS DE HIPOACUSIA Y SUS CAUSAS:
Sea como sea y siempre que, por su origen deba contemplarse ya que no se puede
tratar la causa de fondo, la hipoacusia tiene un tratamiento que representa una gran
solución: los audífonos. Como no se ha perdido por completo la capacidad auditiva,
estos dispositivos, que cada vez son más discretos, solucionan los problemas de
pérdida de audición.
HIPOCAUSIA LEVE:
HIPOCAUSIA MODERADA:
Y, por último, nos encontraríamos con la sordera profunda, aquella que engloba a la
cofosis o anacusia, representando así una forma de sordera total. En esta, la
manifestación más grave de la sordera, el umbral auditivo de la persona está por
encima de los 90 dB, por lo que la persona ya no escucha nada de lo que le dicen a
un volumen normal y únicamente puede oír algunos sonidos muy fuertes.
HIPOCAUSIA CONDUCTIVA:
Así pues, esta parcial discapacidad auditiva se desarrolla porque existe un bloqueo
para que el sonido pase del oído externo, siendo debida, pues, a alteraciones en la
transmisión de las ondas sonoras de una región a otra. Suele estar relacionada con
infecciones del oído (como la otitis), malformaciones congénitas, traumatismos,
acumulación de líquido, crecimiento anómalo de hueso, acumulación de cerumen e
incluso un tumor benigno.
HIPOCAUSIA NEUROSENSORIAL:
HIPOCAUSIA MIXTA:
HIPOCAUSIA UNILATERAL: