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VÍA CRUCIS PARA NIÑOS

- En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Yo confieso ante Dios Todopoderoso,


y ante ustedes hermanos que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén.

Oremos:
Señor Jesús, que tienes a todos los niños entre tus predilectos, vamos a recorrer y a meditar
sobre tu camino de dolor, no tanto el que viviste hace siglos, sino el que sigues viviendo hoy
especialmente en los niños que sufren. Tú te has identificado con nosotros los cristianos, pero
también, de manera especial con todos los hombres que sufren. Tú sigues sangrando en las
heridas de los hombres y de las mujeres de hoy. Todos somos víctimas del sufrimiento, pero
también somos culpables de que muchos sufran. Ayúdanos a reconocer nuestros errores y
sembrar amor en nuestro corazón. Amén.

PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: "Pilato se lo entregó para que lo crucificaran..." (Jn 19,16)

Reflexión:
Jesús, ¿cómo pueden condenarte si estás libre de pecado y no has cometido falta alguna?
Pero sucede lo inimaginable.
La gente grita: “¡Crucifíquenlo! ¡Crucifíquenlo!”. Por fin, Pilato accede y lo condena.

Oremos:
Señor Jesús: cuando Pilato te condeno a muerte quisiste reclamar tu inocencia. Pero callaste.
Miraste a lo lejos y viste las caritas de los niños que lloran por la muerte de sus padres,
víctimas de la enfermedad y también de la violencia y preferiste unirte a su dolor.

Ayúdanos a ser valientes y a seguirte generosamente por el camino del sufrimiento. Enséñanos
a no condenarte nunca en la persona de nuestro prójimo.

Rezamos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS CARGA CON LA CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Jesús salió llevando la cruz, para ir al lugar llamado "De la
Calavera o Gólgota». (Jn 19,17)

Reflexión:
«En algunos países existen niños que son obligados a trabajar desde tierna edad, niños que son
maltratados, castigados violentamente y a los cuales prácticamente no les pagan sus trabajos.
Se aprovechan de ellos porque son débiles, porque los pueden obligar fácilmente y no son
capaces de defenderse por si mismos»

Oremos:
Que todos los que sufren sientan tu cercanía y que a través de su dolor se acerquen a Tí.
Recuérdanos que los sufrimientos de cada día aceptados con amor, salvan al mundo.

Rezamos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

TERCERA ESTACIÓN: JESÚS CAE BAJO EL PESO DE LA CRUZ.

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Señor protégeme de los violentos, de quienes tienden


trampas para hacerme caer» (Salmo 104,4)

Reflexión:
En algunos países se ha llegado hasta el punto de obligar a los niños y niñas a prestar el servicio
militar. Los encierran en los campamentos militares, los hacen aguantar hambre, los maltratan
y los obligan a asesinar incluso a las personas de su propio pueblo.

Oremos:
Señor Jesús, cuando caíste bajo el peso de la cruz, te olvidaste de ti mismo y preferiste recordar
a tus pequeños hermanitos que caen en las redes de hombres crueles que los entrenan para la
guerra, los obligan a disparar y les hieren mortalmente su propio corazón.
Perdónanos, Señor, porque con nuestro pecado hemos hecho más pesada tu cruz hasta el punto
que no puedes soportarla y caes. Son nuestros pecados los que hacen que el Señor caiga por
tierra.

Rezamos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE.

Te adoramos Cristo y te bendecimos;

Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Simeón le dijo a María: una espada traspasará tu alma»
(Lucas 1,34).

Reflexión:
Son muchos los niños que están expuestos a padecer graves traumas a causa de los problemas
que viven sus padres en el hogar y de la destrucción de sus familias.

Oremos:
Señor Jesús, cuando tu madre se acercó a ti en el camino del Calvario hubiera querido gritar al
mundo entero su enorme dolor, pero en cambio, prefirió llorar en silencio, Para hacerse
solidaria con las madres de tantos niños mutilados por la guerra, atrofiados por la enfermedad,
encarcelados, desnutridos, ofendidos, humillados y explotados.

Perdónanos madre, porque pensamos mucho en nuestros dolores y caprichos y nos olvidamos
de amar y respetar a nuestras madres como se lo merecen

Rezamos a la Virgen un Avemaría:


Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
QUINTA ESTACIÓN: EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ.

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Obligaron a un cierto Simón de Cirene, padre de Alejandro y


de Rufo, para que llevara la cruz de Jesús» (Marcos 15, 21).

Reflexión:
Señor Jesús, cuando te vieron agotado y casi a punto de derrumbarte de nuevo, te dieron la
ayuda de Simón el Cirineo, que venía cansado de trabajar en el campo pero que no se negó a
ayudarte, sino que puso su espalda bajo tu cruz para aliviar tu carga y tu dolor. Seguramente
con esa ayuda has podido descansar un poco y has pensado en tantas personas buenas que
muchas veces se olvidan de sí mismas y de sus problemas para ayudar a otros.

Oremos:
Señor: haz que estemos siempre dispuestos a ayudar a nuestro prójimo, especialmente a los
que sufren en sus almas y en sus cuerpos.

Rezamos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

SEXTA ESTACIÓN: LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS.

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: (Salmo 27)

¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz,


apiádate de mí y respóndeme!
Mi corazón sabe que dijiste:
"Busquen mi rostro".
Yo busco tu rostro, Señor,
no lo apartes de mí.
No alejes con ira a tu servidor,
tú, que eres mi ayuda;
no me dejes ni me abandones,
mi Dios y mi salvador.

Reflexión:
Una mujer quiso refrescarte con cariño y por eso se acercó a ti sin tener miedo a los soldados y
en el paño que usó quedó estampado tu rostro...

Oremos:
Jesús, queremos refrescarte en los hermanos que hoy sufren por el desprecio y la injusticia
Que sepamos imitar su gesto de compasión y valentía. Que el dolor ajeno no nos deje
insensibles, sino que nos llenemos de amor y solidaridad. Que consolemos a los demás cuando
sufren, viendo en ellos al Señor.

Rezamos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ.

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: "Todos andábamos perdidos como oveja sin pastor, y el Señor
cargó sobre él todos nuestros crímenes" (Mc 6,34)

Reflexión:
Jesús ya no da más y se cae de nuevo. Los soldados lo tratan mal y nadie lo ayuda. nosotros no
entendemos tanto mal que hay en este mundo. ¿Por qué? Igual que tú queremos estar al lado
del que sufre. Y si nos cansamos de hacer el bien queremos aprender de ti a levantarnos y
seguir luchando.

Oremos:
Señor, danos fuerzas y amor para levantarnos cada vez que caigamos. Concédenos Señor, la
perseverancia en el bien y que cada día nos de nuevas fuerzas para seguir sirviendo a nuestros
hermanos y en ellos a Tí.

Rezamos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
OCTAVA ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN.

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres,
que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él.
Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: "¡Hijas de Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más
bien por ustedes y por sus hijos. (Lc 23,27)

Oremos:
Señor, haz renacer nuevamente en nosotros la ternura y la compasión. Que nuestras alegrías o
nuestras tristezas no nos hagan olvidar el dolor ajeno, sino que su dolor sea el nuestro; que
sepamos darle confianza, alegría y la certeza de tu amor.

Rezamos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

NOVENA ESTACIÓN: JESÚS CAE LA TERCERA VEZ.

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: "Vengan a mi todos los que están afligidos y agobiados y yo los
aliviare. Carguen sobre ustedes mi cruz y aprendan de mí que soy manso y humilde de
corazón" (Mt 11,28)

Reflexión:
Aunque caigamos muchas veces, el Señor nos perdonará por medio de la Confesión, a aquellos
que se arrepientan de corazón y buscan reconciliarte con Dios y el prójimo.

Oremos:
Ayuda Señor a todos los que son calumniados y perseguidos. Da tu fuerza a quienes en su
labor misionera y evangelizadora se sienten cansados e incomprendidos. Siembra en todos los
misioneros y hombres de Dios el gozo y la alegría de trabajar por ti.

Rezamos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

DÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS.

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Y los soldados echaron suertes para repartiese la ropa de
Jesús y ver qué se llevaría cada uno» (Mateo 27,35)

Reflexión:
Señor Jesús, contigo también han hecho lo que hacen con los pobres: se han llevado todo y te
han dejado sin nada. En el mundo se da el contraste entre millones de niños que mueren de
hambre y miles de niños que comen hasta reventar. Niños que no pueden estudiar por no
tener los medios para hacerlo, mientras que muchos otros no quieren aprovechar el estudio
teniendo las posibilidades para hacerlo; niños que botan la comida y niños que escarban en la
basura para encontrarla.

Oremos:
Perdónanos Señor porque nos hemos olvidado de nuestros pequeños hermanos que mueren
de hambre, de frío, de sed o no pueden simplemente no pueden continuar sus estudios en
este tiempo de pandemia.

Rezamos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

DÉCIMA PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ.

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Entonces lo crucificaron y con él crucificaron también a dos


bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda» (Marcos 15, 24.27).

Reflexión:
Señor Jesús, cuando te han clavado en la cruz has experimentado el dolor de tantos hombres y
mujeres, niños y niñas que son víctimas de esta pandemia, que han visto partir a sus seres
queridos vencidos por el coronavirus.

Oremos:
Señor, perdona al mundo la indiferencia de aquellos que no son solidarios y actúan en sus
vidas sin los debidos cuidados de bioseguridad exponiéndose ellos mismos al contagio y
también a los suyos.

Rezamos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

DÉCIMA SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ.

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «No hay amor más grande que el que da la vida por sus
amigos...» (Jn15,13 )

Guardamos silencio y contemplamos el amor de Dios al ver al Hijo de Dios dar su vida en la
Cruz por nuestra salvación. (30 segundos aprox. de silencio)

Oremos:
Si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros, aceptar
llenos de esperanza los sufrimientos de cada día y descubrir a través de tu vida, buen Jesús, el
verdadero sentido del sufrimiento y del amor a todos los hombres.

Rezamos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
DÉCIMA TERCERA ESTACIÓN: JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y ENTREGADO A SU MADRE.

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: "Al atardecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José,
que también se había hecho discípulo de Jesús, y fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de
Jesús. Pilato ordenó que se lo entregaran. (Mateo 27, 57-58)
Reflexión:
María está de pie junto a la cruz donde muere su Hijo. En ese momento, Cristo nos la entrega
como Madre. María, Madre nuestra, enséñanos a imitarte en la aceptación por amor del dolor,
para que Cristo sea conocido y amado.

Oremos:
Virgen María, nuestra Señora Madre de Dios, acompáñanos para seguir junto a ti, los dolores
de Cristo. Danos tu esperanza, tu ternura y tu amor. Jesús, danos esperanza de saber que
siempre triunfa el amor y la Vida.
Rezamos a la Virgen un Avemaría:
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

DÉCIMA CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO.

Te adoramos Cristo y te bendecimos;


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «José de Arimatea tomó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una
sábana de lino limpia y lo puso en un sepulcro nuevo» (Mateo 27, 58-59).

Reflexión: Aún le quedan a Jesús unos amigos fieles que recogen su Cuerpo y lo ponen en un
sepulcro nuevo. Pero sólo en el Corazón de la Virgen se conserva la esperanza. Ella es la única
que sabe que al tercer día resucitará. Si tú crees de verdad en Él, también un día resucitarás.

Oremos: El Señor no se queda muerto en el sepulcro, Resucitó y nos ha abierto las puertas de
la Vida eterna.
Rezamos el Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
ORACIÓN FINAL (Animador)

Virgen Santísima de los Dolores,


mírame cargando la Cruz de mi
sufrimiento; acompáñame como
acompañaste a tu Hijo Jesús en el
camino del Calvario; eres mi Madre y
te necesito. Ayúdame a sufrir con
amor y esperanza para que mi dolor
sea dolor redentor que en las manos
de Dios se convierta en un gran bien
para la salvación de las almas.

Amén.

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