Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La flora es el conjunto de vegetación que comprende una región o país. Flora también se
refiere a las plantas características de un determinado período geológico o ecosistema
específico.
La palabra flora deriva del nombre de la diosa romana Flora quien ayudaba al florecimiento y
al desarrollo de todo tipo de plantas y vegetación.
La flora junto con la fauna que son generados por un bioma específico forma una área
biótica, o sea, una zona de vida.
Los recursos abióticos, a pesar de ser considerados inertes como el suelo, el clima, los
vientos, las elevaciones, entre otras cosas, son una parte primordial del sustento y el
desarrollo de la flora.
Tipos de Flora
La flora se puede clasificar de por la forma en que sobrevive en el medio; las regiones, el
clima y el medio ambiente que necesitan para desarrollarse, el uso que se les da, el período
geológico que representan, etc. La característica de la flora, por lo tanto, se determina por el
nombre que se le da al conjunto específico de plantas.
En este sentido, algunos de los tipos más generalizados de flora son:
Según sobrevivencia:
Flora nativa: plantas autóctonas de la región como, por ejemplo, la flor de noche buena de
Guerrero, México.
Flora agrícola y de jardín: cultivadas por el hombre como, por ejemplo, el trigo y las acacias.
Flora arvense o de maleza: plantas invasoras o no deseables como, por ejemplo, la ortiga.
Según regiones naturales:
Flora montañosa: comunidades vegetacionales que se subdividen según regiones
específicas como, por ejemplo, de páramos, de bosque montano, de robedal, etc.
Flora tropical: vegetación de regiones con climas tropicales, como, por ejemplo, palmeras y
orquídeas
Según períodos geológicos:
Flora era paleozoica: surgen las primeras plantas con semillas.
Flora era mesozoica: se desarrollan plantas con angioespermas
Flora era cenozoica: nacen plantas coníferas y se expanden las plantas herbáceas.
Según usos:
Flora medicinal: apreciado por sus propiedades curativas como, por ejemplo, el chicalote o
cardo santo.
Flora alimenticia: usado para la alimentación como, por ejemplo, el tomate.
Flora ornamental: comercializado por sus características estéticas como, por ejemplo, la
rosa.
¿Qué es la fauna?
La fauna es el conjunto de seres vivos animales que habitan en una región geográfica
determinada, formando entre sí lazos ecológicos de distinto tipo y compartiendo un mismo
tiempo geológico. Es decir, aquellos animales que coexisten en un lugar preciso durante un
tiempo determinado: los depredadores, las presas, los parásitos, etc. Todos los animales
forman parte de la fauna.
El término “fauna” proviene del latín: era el nombre que en el antiguo culto romano recibía la
diosa de la fertilidad de los campos, los bosques y la naturaleza. Hoy en día es empleado a
menudo junto al de flora, que refiere a la vida vegetal en los mismos términos.
La fauna puede clasificarse de muchas maneras distintas, dependiendo del entorno en el que
habitan o a las condiciones en que lo hacen. De esa manera, y a grandes rasgos, suele
hablarse de:
Fauna selvática. La que habita en grandes y tupidas extensiones vegetales del trópico,
como las selvas sudamericanas o africanas.
Fauna xerófila. Aquella que es propia de desiertos y zonas áridas, de poca humedad y poca
vegetación.
Fauna polar. La que abarca a los distintos habitantes de la región de los polos terrestres y
su zona aledaña.
Fauna de alta montaña. Consistente mayormente en aves y otras formas de vida que
prefieren las alturas y el clima fresco de las cimas montañosas.
Fauna marina. La que habita en los mares y océanos, dedicando la mayor porción de su
existencia al mundo submarino.
Fauna terrestre. Aquella que habita sobre la plataforma continental, en oposición a la
marina.
Fauna urbana. La que es propia de las ciudades y que cohabita con la humanidad, sin
necesariamente consistir en animales de compañía.
Fauna silvestre y fauna doméstica
Otra forma de clasificar la fauna es la que atiende a su relación con el ser humano,
distinguiendo entre los animales silvestres y los domésticos:
Fauna silvestre o salvaje. Aquellos animales que no han tenido o han tenido muy poco
contacto con el ser humano, y están desacostumbrados a su presencia, de modo que no
tienen lazos establecidos con él. Son animales autónomos, acostumbrados a la vida en sus
hábitats respectivos y potencialmente peligrosos para el ser humano.
Fauna doméstica o domesticada. Aquellos animales que, por el contrario, están
acostumbrados a la interacción con el ser humano y han establecido con él lazos de
convivencia, armónica o no. En esta categoría están los animales de granja, por ejemplo, así
como los animales de compañía que tenemos en nuestros hogares, y que en gran medida
dependen de nosotros para su subsistencia. El destino de estos animales está muy unido al
del ser humano.
Fauna asilvestrada. Aquellos animales que fueron domésticos alguna vez, pero debido a un
cambio radical de hábitat, volvieron a lo salvaje y se hallan, en el mejor de los casos, en un
espacio intermedio entre lo salvaje y lo doméstico.
Tejidos de resistencia
El colénquima y el esclerénquima son los tejidos de sostén de las plantas. Están
constituidos por células con paredes celulares gruesas que aportan una gran
resistencia mecánica. A pesar de compartir la misma función, estos tejidos se
diferencian por la estructura y la textura de las paredes celulares y por su localización
dentro del cuerpo de la planta.
Colénquima laminar en el tallo de un saúco.
Colénquima angular de una hiedra
El colénquima es un tejido vivo formado por un solo tipo celular, la célula
colenquimática. Presenta una gruesa pared celular primaria caracterizada por
engrosamientos distribuidos de manera desigual y esto confiere al tejido gran fuerza
de tensión y resistencia al estrés mecánico. Las células colenquimáticas, al igual que
las células parenquimáticas, son capaces de reanudar una actividad meristemática
gracias a que sus paredes celulares son primarias y no lignificadas, a pesar de su
grosor. Es un tejido poco extendido en el cuerpo de las plantas ya que, por lo general,
no está presente en las raíces ni tampoco en estructuras con crecimiento secundario,
donde es sustituido por el esclerénquima. Se sitúa en posiciones periféricas, donde
realiza mejor su función, bien justo debajo de la epidermis o separada de ella por una
o dos capas de células parenquimáticas. Forma una especie de cilindro continuo o
bien se organiza en bandas discontinuas. Sirve de soporte durante el crecimiento de
tallos herbáceos, hojas y partes florales de las dicotiledóneas. Está ausente en las
monocotiledóneas.
Colénquima lagunar del tallo de Euphorbia
Colénquima anular del tallo de una malva.
Las paredes celulares de las células colenquimáticas tienen una gran cantidad de
pectinas y hemicelulosas, además de celulosa. Juntos confieren a este tejido sus
características de resistencia y flexibilidad. Precisamente estas características
tisulares le han dado el nombre al colénquima, que deriva de la palabra griega colla,
que significa goma. Si a esto le sumamos que es un tejido vivo, y por tanto con
capacidad para desarrollar y engrosar sus paredes celulares, podemos decir que es el
tejido de sostén por excelencia de los órganos que se están alargando, ya que tiene
capacidad de adaptarse al crecimiento de cada estructura de la planta en crecimiento.
Este tejido es complejo y los dos tipos de células que lo componen se distinguen
principalmente por su forma, su origen y su localización. Un tipo son las fibras, células
alargadas y fusiformes, y el otro las esclereidas, que son células variadas en su forma
pero típicamente más isodiamétricas que las fibras. El origen de estos dos tipos
celulares no está claro pero se propone que las fibras se originan por diferenciación
de células merístemáticas y las esclereidas a partir de células colenquimáticas o
parenquimáticas que lignifican sus paredes celulares.
Fibras de esclerénquima del maíz.
Las fibras son células alargadas de extremos puntiagudos, con una pared celular
secundaria más o menos gruesa con muchas capas y con un grado de lignificación
variable. Se sabe que la lignificación y la diferenciación de las fibras en los tejidos
vasculares están influidos por las hormonas vegetales como las auxinas y las
giberelinas, que regulan la deposición de lignina en la pared celular. La pared celular
de la fibra madura puede ser tan gruesa que a veces ocupa completamente el interior
celular. La mayoría de las fibras son células muertas en la madurez, aunque se han
encontrado elementos fibrosos vivos en el xilema de algunas dicotiledóneas. Debido a
su resistencia a la tensión son de gran importancia económica y se empaquetan por lo
general formando hebras que constituyen la fibra comercial. Las fibras de las hojas de
algunas monocotiledóneas son comercialmente importantes en la manufactura de la
ropa y otros tejidos.
Las fibras se clasifican según su posición topográfica en la planta. Las fibras
extraxilares son aquellas que se encuentran en el floema (fibras floemáticas), en la
corteza (fibras corticales), o bien rodeando haces vasculares (fibras perivasculares) y
las fibras xilares se encuentran en el xilema.
Esclereidas, de color rosado, de una hoja de un camelio.