Los españoles ocupaban la cima de la jerarquía social colonial.

Eran la minoría dominante,

poseían la mayoría de las tierras y controlaban los cargos políticos y económicos más
importantes. Se dividían en españoles peninsulares (nacidos en España) y criollos (nacidos en
las colonias)

Los indígenas nobles (descendientes de la élite inca) tuvieron un estatus privilegiado, pero la
gran mayoría eran campesinos y trabajadores explotados.

Los indígenas contaban con ciertos derechos y tierras comunales, pero enfrentaban abusos y
trabajos forzados como la mita.

La legislación colonial buscaba proteger a los indígenas, pero en la práctica hubo una gran
brecha entre la ley y la realidad.

Propiedad legal: Los esclavos eran considerados propiedad legal de sus amos, sin derechos
legales propios y con pocas protecciones legales.

Los esclavos eran obligados a trabajar en plantaciones, minas y hogares coloniales, realizando
tareas agotadoras y a menudo peligrosas.

Los esclavos tenían restringida su libertad de movimiento y estaban sujetos al control estricto
de sus dueños.

Los esclavos estaban sujetos a abusos físicos, sexuales y emocionales por parte de sus amos,
con poca o ninguna protección legal contra tales abusos.

A los esclavos se les negaba el acceso a la educación formal y se les prohibía practicar su
cultura y religión de origen.